#al fin dejó de mentir esta hdp

[galesinterlude]

[ gif de gale triste y avergonzada porque es una persona horrible !!!!!! ]

siente que el corazón (a estas alturas, ya bastante magullado) se le quiebra un poquito más al escucharla explicar motivos. por supuesto que hazel haría eso, si es la que tiene las más puras intenciones de las tres. continúa negando con la cabeza ante cada palabra que sale de los labios de la otra blonda, y por un momento se siente tan conmovida que cree que podría romperse ahí mismo. tiene que obligarse a ser fuerte, porque ahora lo entiende todo. ahora entiende por qué iris y hazel la protegen tanto (independiente de que cada una haría lo mismo). el nombre de keith ocean hace eco en su cabeza, así como la repetitiva escena de par de amigas teniendo que contener su llanto hasta dejarla durmiendo y por fin descansando de aquella realidad de la que parecía estar enganchada. presiona labios entre sí y agacha la mirada, porque nuevamente tiene esa sensación que la convence de no merecer a ninguna de las dos. siente una mezcla de conmoción y tristeza, y lo único que puede hacer es sostener su mano. está acostumbrada a los comentarios filosos de bowie albertine, y ella misma no ha sido inocente en esa batalla (incluso si cree que ataques no se asemejan en lo absoluto), pero un poco logra decepcionarla. no se supone que esté esperando algo de ella, de todas formas, así que una vez más, es culpa suya. se anima a reírse cuando escucha sobre las nudes y niega con la cabeza, sonrisa que no ilumina su mirada está presente. “ya quisiera esa estúpida tener nudes mías,” si no lo había hecho no era que no se hubiera presentado la oportunidad, sino que todavía existía esa desconfianza de rivalidad entre ambas, claramente. diestra acaricia cariñosamente el dorso de mano ajena y suspira, tomándose un momento para retomar el tema. “¿quien diría que serías tan ruda, bebé?” lo expresa como un buen adjetivo, y se nota en la pequeña sonrisa en sus labios. aún brilla la culpa en su mirada. “—— yo… lo siento mucho, hazel, en serio. siento todo lo que está sucediendo,” la mira a los ojos pero eso no significa que no le cueste un montón hacerlo. “sé que dices que no es mi culpa, pero lo es. yo… un poco le di el poder de hacer esto porque…” por la pausa que hace para tomar aire, se nota que está por sincerarse. “seguimos viéndonos. yo, eh— ya perdí la cuenta,” confiesa, apartando la vista unos segundos porque ahí sí la vergüenza es punzante. “ni siquiera puedo expresar cuanto lo lamento. no pensé que acostarme con ella fuera a provocar tantos problemas. de verdad pensé que eventualmente todo iba a a calmarse y simplemente se disiparía, ¿sabes?” cejas se juntan en deje de preocupación, pues nada de eso ha sucedido. ni la batalla se ha aplacado, ni ha disminuido la chispa entre ambas. cabeza gacha denota que está entrando en terreno peligroso, en el cual no quiere ahondar mucho. no ahora que recuerda a lucky preguntándole si lo de bowie era algo más que solo sexo. “me odio por haberles mentido así” añade, en un tono más bajito. “no quiero perderlas” está aterrada.

la mención del nombre le toma un poquito por sorpresa, y podría haberla disimulado si no fuera por las palabras que le siguen. a gale se le abren los ojos como platos (y eso es decir mucho, tomando en cuenta que ya de por sí son grandes y expresivos), y voltea rápidamente en su dirección, como si le hubieran dado un jalón del mentón. no logra articular palabra, sino que la escucha seguir hablando, pero de repente se escucha lejos. la sangre se le pone fría y por un momento cree que puede escuchar sus propios latidos. cúmulo de sensaciones puede llegar a marearla; pasa de sorpresa a rabia y luego a tristeza. y finalmente, termina confundida, porque no logra reconocer cuál es el sentimiento que predomina. “hazel, no…” niega con la cabeza, porque disculpas no las ve necesarias. sesgo es común entre el trío de amigas, y esta no es la excepción. sabe que accionar no fue mal intencionado. además, escucharla compararse con su madre le aflige un poco. una vocecita en el fondo de su mente le señala lo que sucede: es culpa. se siente culpable por lo que sucedió un rato atrás con la protagonista de historia contada. “no— no me tienes que pedir perdón, ¿qué dices?” niega con la cabeza, y se inclina para tomar las manos de su amiga entre las propias, dándoles un apretón. semblante aún denota un poco de confusión y desconcierto, pero continúa mirándola con la misma dulzura que antes, y quizás un poco de pena. “lo siento tanto, bebé— lo lamento, no tenías que pasar por eso,” es todo tu culpa, gale, le reclama la vocecita en su interior. “ojalá me hubieras dicho antes,” no es reproche, sino algo de vergüenza. se siente responsable, por supuesto. “ay, bebé,” musita, sin poder soportar más el pesar y dando un jalón suavecito para envolverla en un abrazo. “no tenía ni idea, perdóname. esto es mi culpa. ¿te lastimó mucho? ¿cuando fue esto? ¿qué fue lo que te dijo?” la bombardea con preguntas y enseguida se siente mal al respecto, pero necesita recopilar información.