#ahssjkjdfjkfkl verdad que si ♥ todo eso es su Armand ♥ siempre tiene la forma poética de decírselo ♥
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lemecdlucas · 2 days ago
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                     🌾 ❛❛📰🎤👓👨🏻No espero que Armand le diera una respuesta pero, la obtuvo y la agradeció porque obtuvo información que no se atrevía a preguntar directamente. —Ni siquiera sé porque me otorga semejante privilegio pero, supongo que no necesito entenderlo—Y sí, Daniel no lo entendía. Había arruinado todo lo que Armand había construido con "el amor de su vida" esto parecía casi un regalo por haberlo hecho. Daniel intuía que había algo más detrás de esto que Armand, como siempre, se estaba guardando. —No hace falta puedo pedirla toda para ti—Sonrió por la determinación —¿En verdad no te gusta que te roben foco, cierto?—Y tampoco haría falta, Armand por si solo destacaba y se convertía en el centro de todo. La siguiente respuesta le tomó por sorpresa y al mismo tiempo satisfizo su propio deseo, porque sí, quería que Armand quisiera todo de él. Era como si sintiera que le pertenecía y solo esperara que su creador volviera por él. —Bueno, entonces has puntos y seré todo tuyo—replicó ladeando una sonrisa sin poder ocultar lo mucho que le gustaba la idea. No supo si su ofrecimiento sería bien recibido o no tendría mayor relevancia para su creador pero, era lo que podía ofrecerle, quería el también mostrarle el que fue su mundo desde su perspectiva desde sus métodos mientras que Armand le mostraba su nuevo mundo a su manera, podían ser un buen complemento. Espero por la resolución y sonrió al escucharlo. —Eso me ha llevado a cautivar bastante gente—Bromeó. —¿Entonces, en verdad estás aceptando?—Se emocionó.—Caminaremos juntos entonces —Se atrevió a estirar su mano para palmear la contraría aunque en realidad se moría de ganas por sostenerla.—¿En serio?—Aquello resulto novedoso y la idea le fascinó.—Porque yo tampoco quiero compartirte de ninguna manera, Arun—Respondió. No sabía si tenía la potestad para semejante exigencia pero, ya que Armand lo pedía el también se sentía con la libertad de hacerlo, pues Armand era su creador y el solamente su creación, tal vez inferior a él pero, al final ambos se habían graduado al mismo tiempo. —Me tranquiliza saber que lo estás—Aseguró más tranquilo por la aprobación.
—¡Wow! Hoy alguien amaneció atrevido. ¿Si te pidiera el castillo de Neuschwanstein me lo darías?—Bromeó con ello soltando una pequeña risilla. —Podemos planearlo, no me vendría mal trabajar con un productor francés—Observó a Armand ladeando una sonrisa. —Es productor aún más, podemos ser un buen equipo—Agregó
Cerro sus ojos disfrutando de sus caricias y de sus palabras. Fueron como un bálsamo aliviador, como algo que hubiera estado esperando por siglos. Suspiró abriendo los ojos para ofrecerle una sonrisa amorosa a Armand, como respuesta.
—Sí, sucedió así pero, no se te ocurra repetir tal intrépida hazaña porque me voy a enojar mucho más que ahora, eh—Advirtió al ver esa sonrisa en su rostro. Era lindo verlo tan contento. Su felicidad era la suya. —Lo que sea...sí claro—Roló los ojos estirando su mano para atreverse hacer algo arriesgado; despeinar esos hermosos rizos que ahora sabía eran suyos. Tener ese grado de atención de Armand y ver como lo contemplaba entre enamorado, alegre y admirado, le llenaban de felicidad de poder provocar sentimientos de esa índole en una creatura mítica y poderosa.—¿Para la eternidad?—Pregunto mirando esos ojos demoniacos mientras enredaba uno de sus rizos en su dedo. —Te anhelo tanto, Armand. Te lo permitiré eternamente, maître—Sonrió por la forma en que lo llamó.
Daniel arrugó la frente y soltó un suspiro, cuando entendió lo que ocurría. Armand se tomaba en ocasiones las cosas a la literalidad. Sonrió con cariño olvidando su disgusto porque aquella actitud le parecía adorable, tanto como para acariciar su mejilla.—No me refería literalmente a teletransportarnos, pero es una lastima que aún no hayamos evolucionado—Bromeó con una ligera sonrisa. Entonces escuchó la revelación y recordó momentos.—¿Marius, cierto?—Preguntó mirando a Armand.—Entonces es una tradición o lo era—Sonrió gustando de haber sido parte de ello. La caricia en su rostro le gusto ofreciéndole una sonrisa como si con ello sanara la decepción de no poder escuchar su mente. —Lo has dicho, te he besado, hoy estoy muy molesto contigo—Replicó como si eso fuera cierto y en parte lo era, pero resultaba ser curioso que en ese mismo grado de enojo lo deseaba y amaba.—Y de toda creación porque tampoco podre ver lo que quieras compartirme—Se lamentó—Pero, puedes sentirme ¿No?—Indagó. Había muchas cosas que deseaba pero, al principal era Armand si lo tenía a él entonces podía tener todo lo demás. —Mi Maître, te pediré cada cosa que desee pero, prométeme que siempre serás mío, es lo que más deseo en está vida, que seas mío para siempre—Pidió mirándolo. Ni siquiera permitió que replicara, ansiaba sus labios y su cercanía, se había contenido bastante. La cercanía le pareció poca, y aprovechando que trían chofer y que el espacio en la parte trasera esa amplió, Daniel tomó la determinación de sentarse a horcajadas sobre las piernas de Armand para poder estar más cerca de él mientras lo besaba.
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🧛🏿🖤💀. Entendió a lo que se refería. Armand no sólo buscaba una conexión por el vínculo que habían creado, también por el amor que debería tenerle. Pero claro, antes debía despertar ese lado de Daniel. —Sí, es el vínculo, pero tienes todo de mí, Daniel. Mi sangre, mi protección y mi atención —evidenció, sumado al hecho de que también contaba con su amor—. Es por eso que reservaré la primera fila para mí —exclamó, ladeando una sonrisa. Lo decía en serio, no quería compartir con nadie más el momento de Daniel, y suyo—. A ti —respondió, pensando que era evidente. Quería todo de Daniel. Generalmente, las sorpresas en un ser inmortal de al menos 500 años, en terrero eterno, no solían ocurrir. Creía haber visto lo necesario, o casi todo acerca de ese mundo que conocía bastante bien, pero Daniel le estaba invitando a conocer otra perspectiva de sí mismo. Sabía que sería innovador encontrarlo en las sombras, sin obligarle a salir de ellas, pero esperando acompañarlo con una mano tendida. Suponía que así sabría cómo seguir la única luz en la penumbra—. Tienes razón, eres un periodista y escritor brillante con un peculiar punto de vista —recordó las palabras contrarias—. Eres capaz de lograr todo lo que te propongas, supongo que también lograrás caminar conmigo en la oscuridad. Adelante, seré yo quien te siga —repuso, sintiendo que la felicidad lo invadía por las palabras tan líricas que había utilizado—. No deseo compartirte de ninguna manera, sr. Molloy —habló tan clara como seriamente podía ser. Era su creación. Si antes había sentido obsesión y posesión con alguien, no se comparaba con Daniel. Era suyo—. Y yo, estoy conforme contigo.
—Sí, pueden ser tuyas —tendría que investigar cómo adquirirlas, pero Armand sabía que no sería más complicado que regalarle un Van Gogh—. Es cierto, supongo que lo soy. —Le gustaba ocuparse de la producción, corregir y dirigir—. El escritor es sumamente importante —alegó entonces, pues no podría hacer nada sin él.
Pensó que un insulto llegaría, pues aún podía percibir su enojo, pero fue mejor de lo que esperaba. Le sonrió con un toque de descaro y amor. —Daniel Molloy, te amo —pronunció, pasando sus dedos oscuros sobre la piel porcelana del contrario.
Su sonrisa se ensanchó al escuchar su resolución. —¿Lo ves? Sucedió como tenía que ser para llegar a este momento. —Quién movía las cuerdas a su beneficio, al fin obtenía lo que había estado deseando: a Daniel—. Soportaré lo que sea por ti —le sonrió, nuevamente con un toque de descaro. Asintió a su premisa, mientras su atención se dirigía a Daniel. Adoraba cuando hablaba de esa manera tan apasionada. Era por eso que lo había elegido, entre otras razones. Las palabras le encantaron. Armand sabía que no guardaba bondad en su interior, y decidió tomarlo como un elogio—. Oh, amor mío, adoro ser eso para ti —recitó—. Seré tu demonio, tu ser divino y tu todo —le prometió—. Solo cuando me lo permitas, amo y señor mío. —Por supuesto, Armand no se olvidaría de esas palabras fácilmente.
Pero no podía dejar de alardear. Quería seguir haciéndolo, ya que el resultado fue el amor de Daniel. —No, aún no se inventa, pese a la velocidad —nuevamente, creyó que era una pregunta genuina—. Mi creador me enseñó —admitió—, compartí esos momentos con él, antes de que me convirtiera —indicó. Parecía una tradición generacional, una de la que Armand no había escapado. Acarició el borde de su rostro, como si así logrará escuchar algo, pero no fue posible—. Me has besado enfadado antes —acotó, pensando que no era un impedimento. El toque en sus cabellos y luego en su cuello fue una brisa placentera—. Está bien, es la penitencia de todo creador —lo había visto infinitas veces, pero no deseo experimentarlo. Finalmente, llegó lo que había anhelado—. Hecho. Te concederé cada deseo, amo y señor mío; pero quiero que esto siga abierto, porque de ahora en adelante, tendrás que pedírmelo. —No se podría adelantar a los deseos contrarios—. Y yo... —Ni siquiera se permitió continuar, prefirió tocar los labios contrarios, sentir el deseo rodeando a ambos. Acarició su rostro, esperando que él tomara de él todo lo que quisiera. Armand era suyo. Finalmente. En cada aspecto.
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