#ahora cada uno escribe su propio arco
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La vida me sonríe
#veo el vaso medio lleno después de tanto#que lindo#y la pelicula de mario bros#me hizo acordarme naturalmente de mi hermano mayor#el es main character#don Mario#igual#aunque cuando eramos más chicos el era así#yo era Luigi#siempre fue así#ahora cada uno escribe su propio arco#y aunque ahora yo sea el 2P#y nos parezcamos más a Wario y Waluigi#se ve la madurez en nosotros#el cambio#los primeros frutos después de tanto esfuerzo#y se siente bien#ser testigo y participante#ahora avanzamos juntos#que bkn tener hermanos
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| Rata |
La bifurcada
Leonardo Vera
Bernard Stigler ya no se presenta, es su propio mito. Uno que comienza con éli, dueño de un bar de jazz y problemas financieros en Toulouse (“L’Écume de jours {La espuma de los días} novela de Boris Vian) a quien le niegan un crédito. Entonces decide robar ese mismo banco a punta de pistola y así -como no hay dos sin tres- al cuarto lo apresan. Pasará 5 años en la prisión de Saint Michel. Huelga de hambre, celda solitaria y lecturas frenéticas, por las que entrará en suspensión (o interrupción). Es ahí, un pez volador que choca con la verdad “como si [ésta] tuviera un cuerpo, literalmente como si pudiera tocarla” …dice: “Sin duda no la he tocado de hecho. Pero ella me ha tocado.” Es, era, será “la verdad del tiempo” (…) “como trabajo del tiempo”ii (las bastardillas son del autor). Donde se re-elabora a sí-mismo en un “filosofar a muerte”, en actus (acto y acción) que traspasa en filosofía, la suya, la de la técnica.
Aquel aislamiento forzado le permite escuchar “El silencio en el que se eleva una voz, la de un soliloquio que es mantenido por las hipomnesias de la escritura y de la lectura”iii. De Aristóteles tomará la pareja de la potencia y el acto para explicarse, con un ejemplo tomado del Tratado del alma (en sus tres modos de animación: vegetativa, sensitiva e intelectiva), almas o formas de relación con el primer motor inmóvil... La participación con lo divino. En los animales acuáticos, hay algo de lo que no saben nada; están ahí, pero es justamente de eso que los rodea por todas partes de lo que no saben nada. El medio noético –intelectivo– que da lugar a lo mojado, el logos. Cuando dos peces se tocan, ellos como nosotros, no vemos “El mundo como trama de artefactos que forman relaciones que soportan tratos sociales”. Pero él también lo experimentó en el lenguaje, que en prisión se vio seriamente limitado en su función comunicante, por lo que pudo advertir el mundo como un pez fuera del agua, el mundo donde ese elemento común falta siempre.
Allí, estudia y redacta su tesis: La técnica y el tiempo I: el pecado de Epimeteo, a la salida apadrinado por Jacques Derrida. Luego habrá que seguirlo en un periplo intelectual que va desde profesor de tecnología en Compiègne, subdirector del INA (Instituto Nacional Audiovisual) de 1996 a 1999, fundador de la asociación internacional Ars Industrialisiv en 2005, director del Instituto Francés de Música Moderna y profesor invitado de la Academia de Arte de China, director del centro de investigación del Centre Pompidou en 2006, etc. Escribe más de veintiún ensayos hasta llegar a su bifurcada final.
Bifurquer: Il n'y a pas d'alternativev. Su último libro publicado, con prólogo de J.M.G. Le Clézio (Premio Nobel de Literatura) y colaboraciones del A.I. y del IIICGPvi, en él se plantean utilizar la investigación colaborativa para responder a la urgente "crisis existencial de la humanidad". Pero el 5 de agosto, en el contexto del COVID “Agotado quizá -como dijo un amigo- por las manifestaciones hiperbólicas de la estupidez que han proliferado durante la pandemia y con varios problemas de salud, el filósofo francés Bernard Stiegler decidió terminar su intensa y multifacética existencia”vii.
La estupidez trascendentalviii, insumo fundamental del pharmakon tecnológico, no pudo tocarlo. Simplificada, su filosofía afirma que incluso el acto simbólico más simple, ese que humaniza, está inextricablemente ligado a un artefacto tecnológico, hasta el punto de considerar que la técnica física es anterior al significado simbólico. La idea es de M. Maussix, de quien la toma Foucault: en todos nuestros estados místicos se hallan técnicas corporales, practicadas desde épocas inmemoriales (en China e India, etc.). Que hacen a nuestros medios biológicos entrar "en comunicación con Dios" y que Pascal descubre como condición de la adquisición de la fe: "arrodíllate, mueve tus labios en una plegaria, y creerás"x. Este materialismo tecno-lógico luego efectuará lo antropo-lógico.
Así como la vida salió del agua y desarrolló patas, pulmones y mamas hasta llegar a ser un perro, los cetáceos volverán en la forma de ballena a su origen material primero, el agua. Y al volver volverán sus aletas, así como los hombres con sus herramientas en tanto órganos de individuación externos, desarrollarán nuestra no menos húmeda espiritualidad colectiva. En la misma medida que el arco y la flecha en el -9.000, fueron arma y e instrumento musicalxi de una captura. Stiegler dice: “Freud no podía ver, en 1921, la posibilidad de constituir masas artificiales por medio de tecnologías relacionales, algo que iba a ser sistemáticamente explotado a través de la radio por Göebbels y Mussolini. Y no conoció jamás la televisión, que implementa tan poderosamente la pulsión escópica y la combina con la potencia regresiva de las masas artificiales. En cuanto a nosotros, descubrimos el mimetismo automatizado basado en el efecto de red y los bucles de retroacción producidos en tiempo real por los big data en el seno de esas masas reticuladas artificiales”. Es para pensarlo. ¿No dice acaso Jacques-Allain Miller que el psicoanálisis es “el producto artificial de la logotecnología más avanzada”? Y que “No es seguro que sus practicantes aún se hayan dado cuenta del discurso inédito al que sirven, a pesar del esfuerzo prolongado de Lacan por desprender el ADN freudiano, es decir, la secuencia significante dirigiendo la práctica, desde su filón inicial, concreción de antiguos discursos e ideologías caducas.”?xii
Manifiesto de Ars Industrialis (selección)
En lo que nos toca: “(…) las singularidades no son en absoluto lo que escapa a la técnica del cálculo sino, por el contrario; aquello que está constituido por la práctica de técnicas, tecnologías y cálculos para intensificar lo que no se puede reducir a lo calculable. Por ejemplo, en todas las formas del arte, como dice el poema de Claudel: "Debe haber un número en el poema que impida contar". La información y la comunicación son precisamente tecnologías espirituales, y eso también significa que entran en la cuestión de las técnicas de la memoria, cuyo significado Michel Foucault analizó como técnicas de "escritura de uno mismo". (…) Estas tecnologías del "alma" o "de la conciencia", se están ajustando a las tecnologías del cuerpo vivo, y apuntan hoy a controlar y moldear hegemónicamente los modos de existencia individuales y colectivos de todas las edades. (…) El capitalismo en el siglo XX, hizo de la libido su energía principal: energía que, canalizada a través de los objetos de consumo, permite absorber los excedentes de la producción industrial, despertando mediante la captación de la libido, deseos enteramente conformados según las necesidades de rentabilidad e inversiones de la industria.” (…) “El deseo tratado industrialmente conduce a la destrucción del deseo. Decimos que es un problema ecológico. Hemos explotado yacimientos de petróleo y carbón, y destruido lo que explotábamos, y tenemos que encontrar energías renovables. Es lo mismo en el reino del deseo, es necesario encontrar una energía renovable de la libido.” (…) “Ahora la libido se compone de técnicas; no es una energía que se desarrolla espontáneamente, sino que se articula sobre técnicas, "fetiches", y más en general sobre prótesis: es technè, la artefactualización de lo vivo constituye la libido, que Freud no pensó. El capitalismo lo ha visto muy bien, ha desarrollado en cierto sentido (que no es el de Marx) el “fetichismo” de la mercancía: ha utilizado el poder del artefacto como captura de la fantasía para fijar la realidad, y libido sobre sus propios objetos. El problema es que acabó destruyendo las estructuras que son las condiciones operativas de esta libido, y que no pueden reducirse a la calculabilidad. Así que el capitalismo acabó por capturar la libido, por des-singularizarla. Pero una libido desingularizada ya no es una libido, es un impulso. Hoy el capitalismo ha llegado a su límite, ha transformado la libido en pulsión.” (…) “Lo que hay que entender es que estamos en un contexto de lucha, e incluso de guerra, una guerra estética, una guerra por la conquista y el control de los procesos de simbolización. Esta guerra es la de las tecnologías de control, de las sociedades de control. No se trata de oponerse sino de componer…”xiii
El Otro de esta otra guerra invisible no es humano, ni es sólo inteligencia artificial (concepto caduco por ser antropomórfico: ¿Un submarino para qué querría aprender a nadar?). Entonces son las inteligencias no-humanas o inhumanas; más potentes que el aún humano, las que imaginan, las que literalmente producen imágenes que no hubiéramos imaginado (lo imaginario comprende la imaginación y la imagen).
El artefacto para des-imaginar
Un viejo libro: La inteligenciaxiv de H. Taine, dice que es tan difícil adivinar lo que alguien va decir como predecir el clima (un psicoanalista debería esperar así a su analizante cada vez). La comparación tiene su belleza y no es ociosa, resiste el paso del tiempo. El lenguaje humano es tan impredecible como las condiciones atmosféricas y se opone a ser atrapado por el cálculo probabilístico, aunque algunos dicen que no es tan seguro que siga así y sea el clima el que termine con todos los cálculos.
Tomemos un ejemplo de nuestro campo donde todavía se libran apuestas por la patologización de la existencia y la precarización de la evidencia. Un grupo de científicos argentinos hace ya una década han comenzado a desarrollar una herramienta capaz de desentrañar los patrones presentes en el lenguaje: “Así nació Sigmind, una plataforma de inteligencia artificial de análisis automático del discurso, que cuantifica síntomas, eventos y problemas [sic] de los pacientes. «Sigmind no hace un diagnóstico del paciente, eso lo hace el psiquiatra. Medimos de manera objetiva distintos patrones que los psiquiatras evalúan a la hora de medicar y tratar. Los algoritmos descomponen el discurso, que es el núcleo de los diagnósticos psiquiátricos, en distintas métricas objetivas, en números que le sirven al psiquiatra como una evidencia más para sustentar su diagnóstico», explica Facundo Carrillo, cofundador y director de tecnología de Sigmind”xv en su página oficial. Es inocencia artificial, no tiene que hacer bien, no tiene que hacer mal. Su nombre es ingenioso, oímos resonar en la “i” (de-mente), la sustracción de la “u”, de nuestro universal “Sigm(u)nd”. Y más allá, introduciríamos una “n”, para que nos canten (Sing-mind) la última mentira sobre las mentalidades. El canta-mundo (Sing-mund) sabe, de “tus modernos inventos, que son puro cuento…”xvi pero ahora a nosotros nos toca bailar.
“Como ven, hoy los llevo de nuevo al terreno de una lógica cuya importancia esencial quiero destacar. Toda la ambigüedad del signo reside en que representa algo para alguien. Este alguien puede ser muchas cosas, puede ser el universo entero, en la medida en que se nos enseña, desde hace algún tiempo, que la información circula por él, con el negativo de la entropía. Todo nudo donde se concentren signos como representantes de algo, puede pasar por ser alguien. En cambio, hay que recalcar que un significante es aquello que representa a un sujeto para otro significante.”xvii
El alter en el egoxviii
Volvamos entonces sobre nuestro sujeto, pero rompiendo el “pacto autobiográfico”xix. En el tiempo de las palabras y las cosas regido por la mercadotecnia, en el que ha caído desde hace mucho tiempo el velo de la ilusión referencial. Puede ser que los nombres propios –como los nombres de Dios– carezcan ya de toda magia efectiva. Sin embargo, hay nombres que deseamos reafirmar en su sitio, y que parecen designar en sí mismos un universo de significados. En su presentación de De la gramatología, Phillipe Sollers plantea que la metafísica occidental se produce como dominio de una forma lingüística: “Encarnando la mortalidad de la letra, se fortalece un elemento fundamental: el nombre.” (Sollers, 1971). En China, argumenta Sollers, se produce el fenómeno de la escritura no-fonética, la cual rompe con el sistema del nombre como denominación: en la escritura ideogramática, el nombre constituye el producto de unas relaciones entre sus componentes. Existe entonces, una forma distinta de apropiación del nombre, producto de un sistema de pensamiento y escritura diferentes. Quiero decir que, si aplicamos la máquina google de des-singularizar al significante Stiegler, veremos aparecer los efecto de lo incalculable sobre él (y nosotros), ya que no tardaremos en confundirnos al leer que su casi homónimo alemán el Dr. Bernd Stieglerxx escribió la novela (recomendada sádicamente durante la pandemia xxi) que trata: La quietud en movimiento. Una breve historia cultural de los viajes en y alrededor del cuarto. Sin embargo, llevará más tiempo dar con el primer ensayo editado de este otro; Dr. Stiegler: “El papel del nombre. Investigaciones sobre la función de los nombres propios en la literatura del siglo XX.”xxii Quien se dedica también, y por excelencia al arte de la imagen. El hiato tecno-lógico arma sólo como si fuera un bibliotecario chino, ese bucle tórico donde se anonada la obsesión, al revelar que ambas tesis: la de Los nombres propios y la de La técnica y el tiempo, se editaron en 1994.
¡¿Y con eso qué?! El maestro nos diría, que: son “efectos de la articulación -entiendo algebraica- de la apariencia, y como tal -sólo se trata de la letra- he aquí el único aparato por intermedio del cual designamos lo que es lo real, es lo que hace agujero en esta apariencia articulada que es el discurso científico [tecno-científico en este caso]. El discurso científico progresa sin preocuparse, sin ni siquiera preocuparse si es o no, apariencia. Se trata solamente de que su red, su filamento, su armazón, -como se dice- haga aparecer los buenos agujeros en el buen lugar. Sólo tiene la imposibilidad como referencia y todas sus deducciones desembocan en él: es imposible y es lo real. El aparato del discurso, en tanto que es él en rigor quien encuentra los límites de su conocimiento que es lo real.”xxiii
Pero el nombre propio, no es una referencia como las otras… es como el sueño para el soñante, encierra un deseo que él no sabe, y tiene su ombligo. ¿Habría que llegar hasta ahí? “¿Cómo llegar a vaciar el nombre? -dice Miller- ¿Cómo llegar a decir solamente lo que es tan singular que nadie pueda seguirlo? Mi talento consiste desde hace años, en hacerles creer que Lacan puede ser comprendido. (…) Él logró no hacerse comprender, seguir siendo inaprensible pese a conceptualizar la muerte.”xxiv Ahí encontramos una diferencia importante entre filosofar lo inaprensible, o psicoanalizar a partir de cierta conceptualización. ¿No es esa la técnica de Lacan?
B. Stigler nos deja sin embargo, su retorno a Gilbert Simondon, y varias preguntas (como ésta: ¿Es concebible y deseable un arte de hipercontrol?xxv), algunos conceptos y su programa organológicoxxvi (el que hay que descubrir partiendo entre otras cosas de una “organología elemental”xxvii). Expresión que resuena en lo que comenzamos a leer clínicamente como el “programa de goce”xxviii de cada sujeto. Según lo interpreto, el programa organológico va más allá de la fantasmática singular, anudando la objetalidad, la objetividad y la objetualidad, a la velocidad del tiempo real, “el tiempo-luz” que hoy la materialidad significante abraza, y que intenta suturar nuestro: sujeto, supuesto, saber. Pensemos si no, en los efectos de la degradación del saber en información, ese goce irresistible del doble click que nos hace expertos en todo, mandando al otro de paseo…
Desde la perspectiva teológico-política, “la orden del sujeto que pulsa el comando obedece al imperativo de goce que ordena "siempre más". El sin límite es entonces el índice de la superyoización del mundo –nos dice E. Laurent. El sujeto se encuentra completamente solo para hacer frente al "empuje a gozar". La extensión de la clínica de las adicciones da cuenta de eso. La huida hacia delante de la civilización en el fetichismo de la máquina es una especie de rechazo del "encuentro con la muerte" en el sentido de Hamlet, o el rechazo del encuentro con un goce fuera de fantasma.”xxix Velocidad a la que el virus parece haber hecho objeción.
Dice Jacques Lacan: “Lo he dicho -y jamás lo olvido- que no hay metalenguaje, que toda lógica está falseada si comienza por el lenguaje objeto como inefablemente ella lo hace hasta hoy. Entonces, no hay metalenguaje, pero lo escrito que se fabrica con el lenguaje podría ser quizás material a la fuerza para que se cambien allí nuestros propósitos. No veo otra esperanza para aquellos que escriben actualmente.”xxx
Habrá que retomar todo desde el principio, desde el discernimiento de Sigmund Freud y la sobriedad de su pluma; lo que él llamó la técnica del chiste, como una de las dos fuentes del placer. La otra fuente es la tendencia a la que el chiste sirve: erótica o agresiva. Pero eso solo, encontrar en el chiste (witz) el fenómeno elemental de la técnica, en el lenguaje –su factor económico– como la esencia de la técnica (ser fuente de placer) es simplemente maravilloso.xxxi
Miramar, 2020
Notas:
ihttps://www.filosofia-afilada.org/post/stiegler-entrevista2012.
iiPasar al acto, p.55. El alter en el ego (apartado XX), Ed. Hiru. Plaza de edición: Hondarriba 2005. Texto pronunciado en el marco de una conferencia dada en el Centro Georges Pompidou a pedido de Marianne Alphant, el 23 de abril de 2003. pág.24
iii Idem, pág.44.
ivhttp://www.arsindustrialis.org/ (Asociación internacional para una política industrial de tecnologías de la mente).
v Este libro, notablemente documentado tanto en las ideas y propuestas como en las prácticas que ya se están difundiendo en determinadas ciudades o países, dibuja el mundo como debe ser para responder a las grandes crisis sanitarias, climáticas, sociales o psicológicas. En estos tiempos de grave peligro, debemos desviarnos, es absolutamente necesario. Bifurquer: Il n'y a pas d'alternative (Les Liens Qui Libèrent). French Edition 10 Junio 2020.
vi Instituto de Investigación e Innovación del Centro Georges Pompidou.
vii Ex-somatización cibernética: un nuevo pharmakon. Conversación con Javier Blanco sobre Bernard Stiegler, filósofo francés. http://analyticadelsur.com.ar
viii Bernard Stiegler “La prueba de la impotencia: nanomutaciones, hypomnémata, gramatización” Amar a las máquinas, cultura y técnica en Gilbert Simondon. Ed. Prometeo. C. A. Buenos Aires, 2015.
ix M. Mauss, “Les Techniques du corps”, p.386, y "Techniques of the body", pág.87.
x Citado en Louis Althusser, Lenin and Philosophy and Other Essays, trad. de Ben Brewster, Londres, New Left Books, 1971, pág. 158.
xi “La desglaciación se inició hacia el -12000. Los últimos cazadores inventaron el arco en -9000, y el perro (primera domesticación preneolítica) fue domesticado por esos últimos cazadores.” Pascal Quignard, Retórica especulativa. Trad. de: Silvio Mattoni. Ed. 2006, Ed. Cuenco de Plata. (pág. 31). "El arco es la muerte a distancia: la muerte inexplicable. Más exactamente: la muerte tan invisible como la voz. Cuerda vocal, cuerda de la lira, cuerda del arco son una única cuerda: tendón o nervio de animal muerto que emite el sonido invisible que mata a distancia. La cuerda del arco es el primer canto: aquel canto del que Homero dice que es "semejante por la voz a golondrina". Las cuerdas de los instrumentos de cuerda son cuerdas-de-lira-de-muerte. La lira o la cítara son antiguos arcos que lanzan cantos hacia el dios (flechas a la fiera). La metáfora que emplea Homero en la Odisea es más incomprensible que la que presenta en la llíada, pero quizá sea indicativa: hace derivar el arco de la lira. Apolo sigue siendo el héroe arquero. No es seguro que el arco se haya inventado antes que la música de cuerdas. El sonido, la lengua, se oyen y no se tocan ni se ven. Cuando el canto toca, 1. atraviesa de parte a parte, 2. mata. Los dioses no se ven pero se oyen: en el trueno, en el torrente, en la nubada, en el mar. Son como voces. El arco está dotado de una forma de palabra en la distancia, la invisibilidad y el aire. La voz es primero la de la cuerda que vibra antes que al instrumento se lo divida e instrumente en música, en cacería, en guerra." Pascal Quignard, El odio a la música. Trad. de: Margarita Martínez. Ed. 2012, Ed. Cuenco de Plata.
xii Jacques-Alain Miller, El futuro del Mycoplasma Laboratorium. Comunicación en las XXXVI, Jornadas de la ECF. 7 de octubre de 2007.
xiiihttp://www.arsindustrialis.org/manifeste2005
xiv Hippolyte Taine. De L'Intelligence. Ed: Hachette Paris 1870.
xvhttps://agendarweb.com.ar/2019/12/25/cientificos-argentinos-utilizan-inteligencia-artificial-para-hacer-diagnosticos-psiquiatricos-y-neurologicos/
xvi Estrofa de La bifurcada, Memphis La blusera. Adrian Fernando Otero / Daniel Eduardo Beiserman. Album, Medias negras. 1986.
xvii Jacques Lacan, El Seminario, Libro 11. El sujeto y el Otro: la alienación, Ed. Paidos, (pág.215).
xviii Idem, Nota 2. Título del apartado XX, pág. 55.
xix El pacto autobiográfico (1975). El pensamiento del teórico sobre la autobiografía Philippe Lejeune pivotea en gran medida sobre el tema del nombre propio, su artículo, define la autobiografía como “relato retrospectivo en prosa que una persona real hace de su propia existencia, poniendo énfasis en su vida individual.” pág. 50.
xx Bernd Stiegler (nacido el 29 de abril de 1964 en Meschede, Hochsauerland) es un erudito y filósofo literario alemán. https://de.wikipedia.org/wiki/Bernd_Stiegler
xxi Stiegler, Bernd La quietud en movimiento. Una breve historia cultural de los viajes en y alrededor del cuarto, Paidós, 2013. Ver: https://www.telam.com.ar/notas/202003/443334-escritores-recuerdan-obras-reactualizan-a-partir-pandemia-coronavirus.html
xxiiEl papel del nombre. Investigaciones sobre la función de los nombres propios en la literatura del siglo XX. Disertación, Universidad de Tübingen, Fink, Munich 1994. { Die Aufgabe des Namens. Untersuchungen zur Funktion der Eigennamen in der Literatur des 20. Jahrhunderts. Dissertation, Universität Tübingen, Fink, München 1994.}
xxiii Jacques Lacan, inédito. Seminario 18. De un discurso que no sería de apariencia. Clase 2 (20 de enero de 1971).
xxiv Jacques-Allain Miller. Piezas Sueltas. Cap V, Sintoma y Synthome. 2013, Ed. Paidos, pág. 67.
xxv Ars e invenciones organológicas en las sociedades de hipercontrol. Revista, Nombres, revista de filosofía, Técnica. Córdoba, año XXII, n° 28, 2014 http://209.177.156.169/libreria_cm/archivos/pdf_1281.pdf
xxvi Stiegler, a través del ambicioso programa de una organología, luchó contra la estupidez funcional y la depresión a la que conduce un mundo, el de la economía de la red, que nos arrastra a cada uno de nosotros, cada uno aislado en una red anónima, hacia la mediocridad del hombre medio, ese sujeto sin rostro que flota en los algoritmos; un sujeto incapaz de excepción y, por tanto, de innovación. No hay ningún cambio, transformación, evolución, nuevos significados si no es a partir de las excepciones, de las singularidades, de lo que hace que cada regla, cada predicción, cada cálculo se convierta en una crisis. https://ficciondelarazon.org/2020/08/25/federico-ferrari-bernard-stiegler-nos-deja/
xxvii La organología es la ciencia que estudia los instrumentos musicales y su clasificación. Comprende el estudio de la historia de los instrumentos, los instrumentos empleados en diferentes culturas, aspectos técnicos de la producción de sonido y clasificación musical. Existe una gran diferencia entre acústica, etnomusicología y musicología. El mapa organológico elemental se remonta a Kartomi, Schaeffner, Yamaguchi y otros, así como a los conceptos griegos y romanos acerca de la clasificación elemental de todos los objetos y no únicamente de los instrumentos musicales. De este modo, elemental se refiere a un estado de la materia, así como a algo que le es intrínseco o innato (físico). Categorías: gaiáfonos, hidraulófonos, aerófonos, plasmáfonos, electrófonos. Elementos: tierra, agua, aire, fuego, quintaesecia/abstracto. Estados: sólido, líquidos, gases, plasmas, informático. https://es.wikipedia.org/wiki/Organología#Organología_elemental
xxviii Idem. Nota 9.
xxix Éric Laurent ¿Qué es un Psicoanálisis Orientado hacia lo Real?. Conferencia impartida en el Ateneu Barcelonés el 8 de junio de 2014. Se encuentra disponible en: http://www.jornadaseol.com/026/lecturas/textos-de-orientacion/pdf/que-es-un-psicoanalisis-orientado-hacia-lo-real.pdf
xxx Jacques Lacan, Seminario 18. De un discurso que no fuese del semblante. Clase del 12 de mayo 1972 llamada "Lituraterre". No editado.
xxxi Sigmund Freud, Obras completas VIII Ed. Amorrortu, Cap II. #IV. El mecanismo de placer y la psicogénesis del chiste. "Como punto de partida tenemos el discernimiento cierto de las fuentes de que fluye el placer peculiar que nos depara el chiste. Sabemos que podemos caer en el espejismo de confundir el gusto que nos produce el contenido de pensamiento de la oración con el placer del chiste propiamente dicho, pero que este mismo tiene en lo esencial dos fuentes; la técnica y las tendencias del chiste. Lo que ahora querríamos averiguar son los caminos por los cuales desde esas fuentes se produce el placer: el mecanismo de ese efecto placentero." pág. 113.
#bernard stiegler#bifurquer#labifurcada#técnica#tecnología#inteligenciasnohumanas#sigmind#purocuento#witz
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para Tararira
La bifurcada
Bernard Stigler ya no se presenta, es su propio mito. Uno que comienza con él[i], dueño de un bar de jazz y problemas financieros en Toulouse (“L’Écume de jours {La espuma de los días} novela de Boris Vian) a quien le niegan un crédito. Entonces decide robar ese mismo banco a punta de pistola y así -como no hay dos sin tres- al cuarto lo apresan. Pasará 5 años en la prisión de Saint Michel. Huelga de hambre, celda solitaria y lecturas frenéticas, por las que entrará en suspensión (o interrupción). Es ahí, un pez volador que choca con la verdad “como si [ésta] tuviera un cuerpo, literalmente como si pudiera tocarla” …dice: “Sin duda no la he tocado de hecho. Pero ella me ha tocado.” Es, era, será “la verdad del tiempo” (…) “como trabajo del tiempo”[ii] (las bastardillas son del autor). Donde se re-elabora a sí-mismo en un “filosofar a muerte”, en actus (acto y acción) que traspasa en filosofía, la suya, la de la técnica.
Aquel aislamiento forzado le permite escuchar “El silencio en el que se eleva una voz, la de un soliloquio que es mantenido por las hipomnesias de la escritura y de la lectura”[iii]. De Aristóteles tomará la pareja de la potencia y el acto para explicarse, con un ejemplo tomado del Tratado del alma (en sus tres modos de animación: vegetativa, sensitiva e intelectiva), almas o formas de relación con el primer motor inmóvil... La participación con lo divino. En los animales acuáticos, hay algo de lo que no saben nada; están ahí, pero es justamente de eso que los rodea por todas partes de lo que no saben nada. El medio noético –intelectivo– que da lugar a lo mojado, el logos. Cuando dos peces se tocan, ellos como nosotros, no vemos “El mundo como trama de artefactos que forman relaciones que soportan tratos sociales”. Pero él también lo experimentó en el lenguaje, que en la prisión se ve seriamente limitado en su función comunicante, por lo que pudo advertir el mundo como un pez fuera del agua, el mundo donde ese elemento común falta siempre.
Allí, estudia y redacta su tesis: La técnica y el tiempo I: el pecado de Epimenteo, a la salida apadrinado por Jacques Derrida. Luego habrá que seguirlo en un periplo intelectual que va desde profesor de tecnología en Compiègne, subdirector del INA (Instituto Nacional Audiovisual) de 1996 a 1999, fundador de la asociación internacional Ars Industrialis[iv] en 2005, profesor de filosofía en China, director del centro de investigación del Centre Pompidou en 2006, etc. Escribe más de veintiún ensayos hasta llegar a su bifurcada final.
Bifurquer: Il n'y a pas d'alternative[v]. Su último libro publicado, con prólogo de J.M.G. Le Clézio (Premio Nobel de Literatura) y colaboraciones del A.I. y del IIICGP[vi], en él se plantean utilizar la investigación colaborativa para responder a la urgente "crisis existencial de la humanidad". Pero el 5 de agosto, en el contexto del COVID “Agotado quizá -como dijo un amigo- por las manifestaciones hiperbólicas de la estupidez que han proliferado durante la pandemia y con varios problemas de salud, el filósofo francés Bernard Stiegler decidió terminar su intensa y multifacética existencia”[vii].
La estupidez trascendental[viii], insumo fundamental del pharmakon tecnológico, no pudo tocarlo. Simplificada, su filosofía afirma que incluso el acto simbólico más simple, ese que humaniza, está inextricablemente ligado a un artefacto tecnológico, hasta el punto de considerar que la técnica física es anterior al significado simbólico. La idea es de M. Mauss[ix], de quien la toma Foucault: en todos nuestros estados místicos se hallan técnicas corporales, practicadas desde épocas inmemoriales (en China e India, etc.). Que hacen a nuestros medios biológicos entrar "en comunicación con Dios" y que Pascal descubre como condición de la adquisición de la fe: "arrodíllate, mueve tus labios en una plegaria, y creerás"[x]. Este materialismo tecno-lógico luego efectuará lo antropo-lógico.
Así como; la vida salió del agua y desarrolló patas, pulmones y mamas hasta llegar a ser un perro, los cetáceos volverán en la forma de ballena a su origen material primero, el agua. Y al volver volverán sus aletas, así como los hombres con sus herramientas en tanto órganos de individuación externos, desarrollarán nuestra no menos húmeda espiritualidad colectiva. En la misma medida que el arco y la flecha en el -9.000, fueron arma y e instrumento musical de una captura. Stiegler dice: “Freud no podía ver, en 1921, la posibilidad de constituir masas artificiales por medio de tecnologías relacionales, algo que iba a ser sistemáticamente explotado a través de la radio por Göebbels y Mussolini. Y no conoció jamás la televisión, que implementa tan poderosamente la pulsión escópica y la combina con la potencia regresiva de las masas artificiales. En cuanto a nosotros, descubrimos el mimetismo automatizado basado en el efecto de red y los bucles de retroacción producidos en tiempo real por los big data en el seno de esas masas reticuladas artificiales”. Es para pensarlo. ¿No dice acaso Jacques-Allain Miller que el psicoanálisis es “el producto artificial de la logotecnología más avanzada”? Y que “No es seguro que sus practicantes aún se hayan dado cuenta del discurso inédito al que sirven, a pesar del esfuerzo prolongado de Lacan por desprender el ADN freudiano, es decir, la secuencia significante dirigiendo la práctica, desde su filón inicial, concreción de antiguos discursos e ideologías caducas.”?[xi]
Manifiesto de Ars Industrialis (selección)
En lo que nos toca: “(…) las singularidades no son en absoluto lo que escapa a la técnica del cálculo sino, por el contrario; aquello que está constituido por la práctica de técnicas, tecnologías y cálculos para intensificar lo que no se puede reducir a lo calculable. Por ejemplo, en todas las formas del arte, como dice el poema de Claudel: "Debe haber un número en el poema que impida contar". La información y la comunicación son precisamente tecnologías espirituales, y eso también significa que entran en la cuestión de las técnicas de la memoria, cuyo significado Michel Foucault analizó como técnicas de "escritura de uno mismo". (…) Estas tecnologías del "alma" o "de la conciencia", se están ajustando a las tecnologías del cuerpo vivo, y apuntan hoy a controlar y moldear hegemónicamente los modos de existencia individuales y colectivos de todas las edades. (…) El capitalismo en el siglo XX, hizo de la libido su energía principal: energía que, canalizada a través de los objetos de consumo, permite absorber los excedentes de la producción industrial, despertando mediante la captación de la libido, deseos enteramente conformados según las necesidades de rentabilidad e inversiones de la industria.” (…) “El deseo tratado industrialmente conduce a la destrucción del deseo. Decimos que es un problema ecológico. Hemos explotado yacimientos de petróleo y carbón, y destruido lo que explotábamos, y tenemos que encontrar energías renovables. Es lo mismo en el reino del deseo, es necesario encontrar una energía renovable de la libido.” (…) “Ahora la libido se compone de técnicas; no es una energía que se desarrolla espontáneamente, sino que se articula sobre técnicas, "fetiches", y más en general sobre prótesis: es technè, la artefactualización de lo vivo constituye la libido, que Freud no pensó. El capitalismo lo ha visto muy bien, ha desarrollado en cierto sentido (que no es el de Marx) el “fetichismo” de la mercancía: ha utilizado el poder del artefacto como captura de la fantasía para fijar la realidad, y libido sobre sus propios objetos. El problema es que acabó destruyendo las estructuras que son las condiciones operativas de esta libido, y que no pueden reducirse a la calculabilidad. Así que el capitalismo acabó por capturar la libido, por des-singularizarla. Pero una libido desingularizada ya no es una libido, es un impulso. Hoy el capitalismo ha llegado a su límite, ha transformado la libido en pulsión.” (…) “Lo que hay que entender es que estamos en un contexto de lucha, e incluso de guerra, una guerra estética, una guerra por la conquista y el control de los procesos de simbolización. Esta guerra es la de las tecnologías de control, de las sociedades de control. No se trata de oponerse sino de componer…”[xii]
El Otro de esta otra guerra invisible no es humano, ni es sólo inteligencia artificial (concepto caduco por ser antropomórfico: ¿Un submarino para qué querría aprender a nadar?). Entonces son las inteligencias no-humanas o inhumanas; más potentes que el aún humano, las que imaginan, las que literalmente producen imágenes que no hubiéramos imaginado (lo imaginario comprende la imaginación y la imagen).
El artefacto para des-imaginar
Un viejo libro: La inteligencia[xiii] de H. Taine, dice que es tan difícil adivinar lo que alguien va decir como predecir el clima (un psicoanalista debería esperar así a su analizante cada vez). La comparación tiene su belleza y no es ociosa, resiste el paso del tiempo. El lenguaje humano es tan impredecible como las condiciones atmosféricas y se opone a ser atrapado por el cálculo probabilístico, aunque algunos dicen que no es tan seguro que siga así y sea el clima el que termine con todos los cálculos.
Tomemos un ejemplo de nuestro campo donde todavía se libran apuestas por la patologización de la existencia y la precarización de la evidencia. Un grupo de científicos argentinos hace ya una década han comenzado a desarrollar una herramienta capaz de desentrañar los patrones presentes en el lenguaje: “Así nació Sigmind, una plataforma de inteligencia artificial de análisis automático del discurso, que cuantifica síntomas, eventos y problemas [sic] de los pacientes. «Sigmind no hace un diagnóstico del paciente, eso lo hace el psiquiatra. Medimos de manera objetiva distintos patrones que los psiquiatras evalúan a la hora de medicar y tratar. Los algoritmos descomponen el discurso, que es el núcleo de los diagnósticos psiquiátricos, en distintas métricas objetivas, en números que le sirven al psiquiatra como una evidencia más para sustentar su diagnóstico», explica Facundo Carrillo, cofundador y director de tecnología de Sigmind”[xiv] en su página oficial. Es inocencia artificial, no tiene que hacer bien, no tiene que hacer mal. Su nombre es ingenioso, oímos resonar en la “i” (de-mente), la sustracción de la “u”, de nuestro universal “Sigm(u)nd”. Y más allá, introduciríamos una “n”, para que nos canten (Sing-mind) la última mentira sobre las mentalidades. El canta-mundo (Sing-mund) sabe, de “tus modernos inventos, que son puro cuento…”[xv] pero ahora a nosotros nos toca bailar.
“Como ven, hoy los llevo de nuevo al terreno de una lógica cuya importancia esencial quiero destacar. Toda la ambigüedad del signo reside en que representa algo para alguien. Este alguien puede ser muchas cosas, puede ser el universo entero, en la medida en que se nos enseña, desde hace algún tiempo, que la información circula por él, con el negativo de la entropía. Todo nudo donde se concentren signos como representantes de algo, puede pasar por ser alguien. En cambio, hay que recalcar que un significante es aquello que representa a un sujeto para otro significante.”[xvi]
El alter en el ego[xvii]
Volvamos entonces sobre nuestro sujeto, pero rompiendo el “pacto autobiográfico”[xviii]. En el tiempo de las palabras y las cosas regido por la mercadotecnia, en el que ha caído desde hace mucho tiempo el velo de la ilusión referencial. Puede ser que los nombres propios –como los nombres de Dios– carezcan ya de toda magia efectiva. Sin embargo, hay nombres que deseamos reafirmar en su sitio, y que parecen designar en sí mismos un universo de significados. En su presentación de De la gramatología, Phillipe Sollers plantea que la metafísica occidental se produce como dominio de una forma lingüística: “Encarnando la mortalidad de la letra, se fortalece un elemento fundamental: el nombre.” (Sollers, 1971). En China, argumenta Sollers, se produce el fenómeno de la escritura no-fonética, la cual rompe con el sistema del nombre como denominación: en la escritura ideogramática, el nombre constituye el producto de unas relaciones entre sus componentes. Existe entonces, una forma distinta de apropiación del nombre, producto de un sistema de pensamiento y escritura diferentes. Quiero decir que, si aplicamos la máquina google de des-singularizar al significante Stiegler, veremos aparecer los efecto de lo incalculable sobre él (y nosotros), ya que no tardaremos en confundirnos al leer que su casi homónimo alemán el Dr. Bernd Stiegler[xix] escribió la novela (recomendada sádicamente durante la pandemia [xx]) que trata: La quietud en movimiento. Una breve historia cultural de los viajes en y alrededor del cuarto. Sin embargo, llevará más tiempo dar con el primer ensayo editado de este otro; Dr. Stiegler: “El papel del nombre. Investigaciones sobre la función de los nombres propios en la literatura del siglo XX.”[xxi] Quien se dedica también, y por excelencia al arte de la imagen. El hiato tecno-lógico arma sólo como si fuera un bibliotecario chino, ese bucle tórico donde se anonada la obsesión, al revelar que ambas tesis: la de Los nombres propios y la de La técnica y el tiempo, se editaron en 1994.
¡¿Y con eso qué?! El maestro nos diría, que: son “efectos de la articulación -entiendo algebraica- de la apariencia, y como tal -sólo se trata de la letra- he aquí el único aparato por intermedio del cual designamos lo que es lo real, es lo que hace agujero en esta apariencia articulada que es el discurso científico [tecno-científico en este caso]. El discurso científico progresa sin preocuparse, sin ni siquiera preocuparse si es o no, apariencia. Se trata solamente de que su red, su filamento, su armazón, -como se dice- haga aparecer los buenos agujeros en el buen lugar. Sólo tiene la imposibilidad como referencia y todas sus deducciones desembocan en él: es imposible y es lo real. El aparato del discurso, en tanto que es él en rigor quien encuentra los límites de su conocimiento que es lo real.”[xxii]
Pero el nombre propio, no es una referencia como las otras… es como el sueño para el soñante, encierra un deseo que él no sabe, y tiene su obligo. ¿Habría que llegar hasta ahí? “¿Cómo llegar a vaciar el nombre? –dice Miller- ¿Cómo llegar a decir solamente lo que es tan singular que nadie pueda seguirlo? Mi talento consiste desde hace años, en hacerles creer que Lacan puede ser comprendido. (…) Él logró no hacerse comprender, seguir siendo inaprensible pese a conceptualizar a muerte.”[xxiii] Ahí encontramos una diferencia importante entre filosofar lo inaprensible, o psicoanalizar a partir de cierta conceptualización. ¿No es esa la técnica de Lacan?
B. Stigler nos deja sin embargo, su retorno a Gilbert Simondon, y varias preguntas (como ésta: ¿Es concebible y deseable un arte de hipercontrol?[xxiv]), algunos conceptos y su programa organológico[xxv] (el que hay que descubrir partiendo entre otras cosas de una “organología elemental”[xxvi]). Expresión que resuena en lo que comenzamos a leer clínicamente como el “programa de goce”[xxvii] de cada sujeto. Según lo interpreto, el programa organológico va más allá de la fantasmática singular, anudando la objetalidad, la objetividad y la objetualidad, a la velocidad del tiempo real, “el tiempo-luz” que hoy la materialidad significante abraza, y que intenta suturar nuestro: sujeto, supuesto, saber. Pensemos si no, en los efectos de la degradación del saber en información, ese goce irresistible del doble clik que nos hace expertos en todo, mandando al otro de paseo…
Desde la perspectiva teológico-política, “la orden del sujeto que pulsa el comando obedece al imperativo de goce que ordena "siempre más". El sin límite es entonces el índice de la superyoización del mundo –nos dice E. Laurent. El sujeto se encuentra completamente solo para hacer frente al "empuje a gozar". La extensión de la clínica de las adicciones da cuenta de eso. La huida hacia delante de la civilización en el fetichismo de la máquina es una especie de rechazo del "encuentro con la muerte" en el sentido de Hamlet, o el rechazo del encuentro con un goce fuera de fantasma.”[xxviii] Velocidad a la que el virus parece haber hecho objeción.
Dice Jacques Lacan: “Lo he dicho -y jamás lo olvido- que no hay metalenguaje, que toda lógica está falseada si comienza por el lenguaje objeto como inefablemente ella lo hace hasta hoy. Entonces, no hay metalenguaje, pero lo escrito que se fabrica con el lenguaje podría ser quizás material a la fuerza para que se cambien allí nuestros propósitos. No veo otra esperanza para aquellos que escriben actualmente.”[xxix]
Habrá que retomar todo desde el principio, desde el discernimiento de Sigmund Freud y la sobriedad de su pluma; lo que él llamó la técnica del chiste, como una de las dos fuentes del placer. La otra fuente es la tendencia a la que el chiste sirve: erótica o agresiva. Pero eso solo, encontrar en el chiste (witz) el fenómeno elemental de la técnica, en el lenguaje –su factor económico– como la esencia de la técnica (ser fuente de placer) es simplemente maravilloso.[xxx]
Leonardo Vera
Miramar, 2020
[i] https://www.filosofia-afilada.org/post/stiegler-entrevista2012.
[ii] Pasar al acto, p.55. El alter en el ego (apartado XX), Ed. Hiru. Plaza de edición: Hondarriba 2005. Texto pronunciado en el marco de una conferencia dada en el Centro Georges Pompidou a pedido de Marianne Alphant, el 23 de abril de 2003. pág.24
[iii] Idem, pág.44.
[iv] http://www.arsindustrialis.org/ (Asociación internacional para una política industrial de tecnologías de la mente).
[v] Este libro, notablemente documentado tanto en las ideas y propuestas como en las prácticas que ya se están difundiendo en determinadas ciudades o países, dibuja el mundo como debe ser para responder a las grandes crisis sanitarias, climáticas, sociales o psicológicas. En estos tiempos de grave peligro, debemos desviarnos, es absolutamente necesario. Bifurquer: Il n'y a pas d'alternative (Les Liens Qui Libèrent). French Edition 10 Junio 2020.
[vi] Instituto de Investigación e Innovación del Centro Georges Pompidou.
[vii] Ex-somatización cibernética: un nuevo pharmakon. Conversación con Javier Blanco sobre Bernard Stiegler, filósofo francés.
http://analyticadelsur.com.ar
[viii] Bernard Stiegler “La prueba de la impotencia: nanomutaciones, hypomnémata, gramatización” Amar a las máquinas, cultura y técnica en Gilbert Simondon. Ed. Prometeo. C. A. Buenos Aires, 2015.
[ix] M. Mauss, “Les Techniques du corps”, p.386, y "Techniques of the body", pág.87.
[x] Citado en Louis Althusser, Lenin and Philosophy and Other Essays, trad. de Ben Brewster, Londres, New Left Books, 1971, pág. 158.
[xi] Jacques-Alain Miller, El futuro del Mycoplasma Laboratorium. Comunicación en las XXXVI, Jornadas de la ECF. 7 de octubre de 2007.
[xii] http://www.arsindustrialis.org/manifeste2005
[xiii] Hippolyte Taine. De L'Intelligence. Ed: Hachette Paris 1870.
[xiv] https://agendarweb.com.ar/2019/12/25/cientificos-argentinos-utilizan-inteligencia-artificial-para-hacer-diagnosticos-psiquiatricos-y-neurologicos/
[xv] Estrofa de La bifurcada, Menphis La blusera. Adrian Fernando Otero / Daniel Eduardo Beiserman. Albun, Medias negras. 1986.
[xvi] Jacques Lacan, El Seminario, Libro 11. El sujeto y el Otro: la alienación, Ed. Paidos,(pág.215).
[xvii] Idem, Nota 2. Título del apartado XX, pág. 55.
[xviii] El pacto autobiográfico (1975). El pensamiento del teórico sobre la autobiografía Philippe Lejeune pivotea en gran medida sobre el tema del nombre propio, su artículo, define la autobiografía como “relato retrospectivo en prosa que una persona real hace de su propia existencia, poniendo énfasis en su vida individual.” pág. 50.
[xix] Bernd Stiegler (nacido el 29 de abril de 1964 en Meschede, Hochsauerland) es un erudito y filósofo literario alemán. https://de.wikipedia.org/wiki/Bernd_Stiegler
[xx] Stiegler, Bernd La quietud en movimiento. Una breve historia cultural de los viajes en y alrededor del cuarto, Paidós, 2013.
Ver: https://www.telam.com.ar/notas/202003/443334-escritores-recuerdan-obras-reactualizan-a-partir-pandemia-coronavirus.html
[xxi] El papel del nombre. Investigaciones sobre la función de los nombres propios en la literatura del siglo XX. Disertación, Universidad de Tübingen, Fink, Munich 1994. { Die Aufgabe des Namens. Untersuchungen zur Funktion der Eigennamen in der Literatur des 20. Jahrhunderts. Dissertation, Universität Tübingen, Fink, München 1994.}
[xxii] Jacques Lacan, inédito. Seminario 18. De un discurso que no sería de apariencia. Clase 2 (20 de enero de 1971).
[xxiii] Jacques-Allain Miller. Piezas Sueltas. Cap V, Sintoma y Synthome. 2013, Ed. Paidos, pág. 67.
[xxiv] Ars e invenciones organológicas en las sociedades de hipercontrol. Revista, Nombres, revista de filosofía, Técnica. Córdoba, año XXII, n° 28, 2014 http://209.177.156.169/libreria_cm/archivos/pdf_1281.pdf
[xxv] Stiegler, a través del ambicioso programa de una organología, luchó contra la estupidez funcional y la depresión a la que conduce un mundo, el de la economía de la red, que nos arrastra a cada uno de nosotros, cada uno aislado en una red anónima, hacia la mediocridad del hombre medio, ese sujeto sin rostro que flota en los algoritmos; un sujeto incapaz de excepción y, por tanto, de innovación. No hay ningún cambio, transformación, evolución, nuevos significados si no es a partir de las excepciones, de las singularidades, de lo que hace que cada regla, cada predicción, cada cálculo se convierta en una crisis. https://ficciondelarazon.org/2020/08/25/federico-ferrari-bernard-stiegler-nos-deja/
[xxvi] La organología es la ciencia que estudia los instrumentos musicales y su clasificación. Comprende el estudio de la historia de los instrumentos, los instrumentos empleados en diferentes culturas, aspectos técnicos de la producción de sonido y clasificación musical. Existe una gran diferencia entre acústica, etnomusicología y musicología. El mapa organológico elemental se remonta a Kartomi, Schaeffner, Yamaguchi y otros, así como a los conceptos griegos y romanos acerca de la clasificación elemental de todos los objetos y no únicamente de los instrumentos musicales. De este modo, elemental se refiere a un estado de la materia, así como a algo que le es intrínseco o innato (físico). Categorías: gaiáfonos, hidraulófonos, aerófonos, plasmáfonos, electrófonos. Elementos: tierra, agua, aire, fuego, quintaesecia/abstracto. Estados: sólido, líquidos, gases, plasmas, informático. https://es.wikipedia.org/wiki/Organología#Organología_elemental
[xxvii] Idem. Nota 9.
[xxviii] Éric Laurent ¿Qué es un Psicoanálisis Orientado hacia lo Real?. Conferencia impartida en el Ateneu Barcelonés el 8 de junio de 2014. Se encuentra disponible en: http://www.jornadaseol.com/026/lecturas/textos-de-orientacion/pdf/que-es-un-psicoanalisis-orientado-hacia-lo-real.pdf
[xxix] Jacques Lacan, Seminario 18. De un discurso que no fuese del semblante. Clase del 12 de mayo 1972 llamada "Lituraterre". No editado.
[xxx] Sigmund Freud, Obras completas VIII Ed. Amorrortu, Cap II. #IV. El mecanismo de placer y la psicogénesis del chiste. "Como punto de partida tenemos el discernimiento cierto de las fuentes de que fluye el placer peculiar que nos depara el chiste. Sabemos que podemos caer en el espejismo de confundir el gusto que nos produce el contenido de pensamiento de la oración con el placer del chiste propiamente dicho, pero que este mismo tiene en lo esencial dos fuentes; la técnica y las tendencias del chiste. Lo que ahora querríamos averiguar son los caminos por los cuales desde esas fuentes se produce el placer: el mecanismo de ese efecto placentero." pág. 113.
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7.4 La evolución de los personajes
“El punto es que, si los supuestos de trabajo iniciales sobre los que se construyen los personajes son limitados y cada vez más inviables, también lo serán los personajes mismos”. Alan Moore (Alan Moore’s writing for comics)
Los personajes evolucionan, es así, lo quieras o no. Incluso los personajes pasivos lo hacen mientras observan su entorno, aprenden de lo que están viendo y en el aprendizaje está el cambio. De nuevo he vuelto a hacer una afirmación como si supiera del tema. No me dejéis hacer estas cosas, por favor. Lo digo porque los personajes evolucionan, pero ni siempre ni tienen por qué.
Vamos a comenzar a preguntarnos si eso es bueno o es malo. ¿Es bueno o es malo? No sé, depende. Y como siempre dependerá de qué queréis contar y cómo lo queréis contar. Robert McKee no se cansa de repetir en sus múltiples obras (por ejemplo “El guión”. Llevaba acento cuando se publicó) que la fórmula del éxito no existe, que todo no es o blanco o negro pero que la única certeza que podemos tener es que hay que respetar la narrativa. Por eso, repito, depende.
En “Rosa y Javier” tenemos personajes que evolucionan, pero otros no. De hecho, si os fijáis bien, siempre es el/la protagonista quien va cambiando a medida que el tebeo avanza, y es que es son las situaciones y las demás personas quienes lo/la cambian. Si, a pesar de todo ello, el personaje sigue “virgen” al final del tebeo es que algo no estamos haciendo bien, es que el viaje no ha servido para nada. En “Rosa y Javier”, Rosa pasa de ser una madre normal y corriente, con sus problemas como todo el mundo, a comenzar a sentir rencor hacia su propio hijo. Finalmente pasa de ello a sentir más amor todavía y lidiar con situaciones con las que no estaba acostumbrada. Eso es lo que pretendo con “126 postres”, en 126 postres hay una trama, ahí, oculta, acechando bajo la maleza. Noël, el protagonista, es un escritor que ha vivido toda su vida dentro del armario y ahora, una vez ha muerto su madre, un agujero enorme ha aparecido en su pecho. Él todavía no lo sabe pero el primer paso que deberá dar es aceptar lo que hay y aceptarse a sí mismo. Eso no pasa porque sí, no pasa de la noche a la mañana, ocurrirá por diversos motivos.
Y es en estos casos cuando debéis tener mucho cuidado. Peter, en The Cartoonist tiene cierto resentimiento hacia su padre fallecido al principio del cómic, y deberán transcurrir más de 120 páginas para que eso cambie. No puede suceder de la noche a la mañana, no sin motivo, no sin explicación. Aquí es cuando diréis “pues claro”, y yo os respondo “pues no”. No tenéis ni idea de las veces que eso ocurre, y ocurre en un puñetero mal guión. Si escribes a una muchacha de 16 años que le pirran los helados de nata no puede odiarlos de una viñeta para otra por que sí, como mínimo tiene que haberse encontrado un pelo en uno de ellos. Los acontecimientos a lo largo de la historia van macando una serie de escenas que sirven a un propósito, y mayormente ese propósito es el que guía a los personajes protagonistas a lo largo de un camino. Insisto en que parece algo muy fácil y simple, pero os sorprendería la de veces que ocurre. Estoy seguro que vosotr@s mism@s conocéis más de un caso.
Siguiendo con lo anterior, ¿y si un personaje no cambia? ¿Es malo? ¿Por qué debería ser malo? En mi opinión no lo es, ya os digo que no todos tienen por qué ser diferentes personas al finalizar una historia. Justamente en “Rosa y Javier” es Ramón, el hermano de Rosa y Lorenzo, el marido de ella, quienes no cambian. Esa no-evolución de los secundarios se convierte en un muro, en un obstáculo para ella, que intenta adaptarse a la nueva situación que está viviendo su familia pero que ellos no quieren, obligándola de esta manera (sin intención) a que tenga que trabajar y luchar el doble para que puedan salir adelante. Los dos secundarios tienen el mismo carácter y no han aprendido nada desde que comienza la historia hasta que termina. Y lo mismo sucede con las doctoras que la ayudan, son una guía, nada más. Entonces diréis “es que los secundarios ya esta bien que sea así”. ¿Seguro? ¿Volvemos al blanco o negro? En The Cartoonist hay una evolución en ciertos secundarios, ellos también están siguiendo su camino. Como el caso de Lenny, el padre de Alice, que no quiere que su hija se separe de él porque ve el momento de la emancipación y eso le supera. Al final del tebeo Lenny comprende que si mantiene a su hija a su lado la convertirá en un ser infeliz.
A partir de aquí la tarea del guionista es titánica porque no sólo tiene que conseguir dicho cambio sino que encima no tiene que parecer forzado y que fluya de forma natural. No nos engañemos, cuando tienes una saga por delante es más fácil. Pensad en Dragon Ball. De ahí que siempre las historias cortas sean un gran ejercicio a la hora de escribir, porque tienes que conseguir objetivos como este en muchas menos páginas y palabras de las que puedes disponer. Repitiéndome hasta la saciedad con Ralf Konig, el cambio que han dado sus Conrad y Pol en 30 años es impresionante, pero claro, ha tenido 30 años. Ojo, eso no quita mérito, porque los ha tenido que meter en situaciones concretas para mostrar, además, cómo él como persona ha cambiado en todo este tiempo. Me quito el sombrero.
Sin embargo, ¿Están los personajes obligados a evolucionar? ¡Que va! Ni siquiera los protagonistas. Insisto de nuevo en que todo esto que estáis leyendo no es un manual, ni instrucciones de uso, es cómo yo trabajo y cómo escribo los tebeos que escribo y en qué me baso para ello. Continuando con lo que decíamos, imaginad un personaje terco, que es de una manera en la página 1 y sigue en sus trece en la página 200. Los hay, y los conocéis a montones sin daros cuenta. En arcos argumentales cortos es muy raro ver a un superhéroe cambiar, en etapas de guionistas y etapas en la vida del personajes el cuento es otro. Por ejemplo, Lobezno. Todos conocéis a Lobezno, su carácter, su terquedad, lo mal hablado que es y su forma de trabajar. Ahora ya ha aprendido a valorar ciertas cosas como por ejemplo el trabajo en equipo, ¿pero cuánto ha pasado? ¿40 años? O, por ejemplo (y para mí el mejor ejemplo de todos) los malos de James Bond. Son igual de principio a fin. Es más, incluso al final cuando mueren, se están preguntando “¿En qué he fallado?”. Pues eso.
En “126 postres”, Noël, el protagonista tiene que cambiar, tengo que encargarme de ello para poder contar lo que quiero contar. Samuel, su novio, no lo hará, al igual que la jefa del escritor. ¿Por qué? No es necesario para la historia, son personajes que ya son de una determinada manera y aceptan al protagonista tal y como es. Sin embargo él no, pero no lo sabe, y no sabe de donde vienen sus males, y sus males vienen justamente de que él no se acepta y no cree en si mismo.
Básicamente, y en resumen, es él quien sufre un conflicto, que es el que lo llevará al cambio. Hay personajes secundarios que pueden mantenerse al margen de ese conflicto sin que los afecte o ser una forma de guía u obstáculo según se de. Por eso comentábamos hace tiempo que todos tienen que tener algún motivo de ser, porque puede que se mantengan imberbes a los que se le viene al/la protagonista pero una función han de tener. No es cuestión de hacer pasear, y hacer dibujar ya sea dicho de paso, a personajes por que sí. Eso no se hace, recordad que sois un equipo y no hay que hace trabajar a vuestr@ compañer@ en vano. Aquí incluso volvemos a lo que comentábamos en el capítulo 5, que el/la dibujante/a tienen que estar también al tanto de ello porque puede que incluso el diseño y la forma de expresarse visualmente dicho carácter cambien. En ocasiones la diferencia no es sólo en la forma de hablar o de pensar o de cree en ciertas cosas, sino también en las expresiones faciales o en la forma de vestir.
Y para terminar recordad una cosa más: que por ello es tan importante el entorno, la época y el tiempo en que transcurre toda la historia, porque eso os va a condicionar cosa mala. No es lo mismo escribir un cómic sobre guerra y como esta afecta a alguien que la ve desde el sillón de su casa a como toca a un soldado que la vive de primera mano. Buscar el entorno adecuado en el que se mueva la historia y el personaje os ayudará mucho en el desarrollo del mismo. En “126 postres” todo gira alrededor de una cocina, una cocina que situará a los personajes en épocas diferentes con momentos diferentes y que les causaran situaciones y emociones diferentes. De hecho, en este cómic, la cocina como tal es un personaje más.
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19 de septiembre - Introducción
Textos:
1. Jorge Luis Borges: Borges y yo
Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y solo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro. No sé cuál de los dos escribe esta página.
2. Jorge Luis Borges: Un problema
Imaginemos que en Toledo se descubre un papel con un texto arábigo y que los paleógrafos lo declaran de puño y letra de aquel Cide Hamete Benengeli de quien Cervantes derivó el don Quijote. En el texto leemos que el héroe (que, como es fama, recorría los caminos de España, armado de espada y de lanza, y desafiaba por cualquier motivo a cualquiera) descubre, al cabo de uno de sus muchos combates, que ha dado muerte a un hombre. En este punto cesa el fragmento; el problema es adivinar, o conjeturar, cómo reacciona don Quijote. Que yo sepa, hay tres contestaciones posibles. La primera es de índole negativa; nada especial ocurre, porque en el mundo alucinatorio de don Quijote la muerte no es menos común que la magia y haber matado a un hombre no tiene por qué perturbar a quien se bate, o cree batirse, con endriagos y encantadores. La segunda es patética. don Quijote no logró jamás olvidar que era una proyección de Alonso Quijano, lector de historias fabulosas; ver la muerte, comprender que un sueño lo ha llevado a la culpa de Caín, lo despierta de su consentida locura acaso para siempre. La tercera es quizá la más verosímil. Muerto aquel hombre, don Quijote no puede admitir que el acto tremendo es obra de un delirio; la realidad del efecto le hace presuponer una pareja realidad de la causa y don Quijote no saldrá nunca de su locura. Queda otra conjetura, que es ajena al orbe español y aún al orbe del Occidente y requiere un ámbito más antiguo, más complejo y más fatigado. Don Quijote -que ya no es don Quijote sino un rey de los ciclos del Indostán- intuye ante el cadáver del enemigo que matar y engendrar son actos divinos o mágicos que notoriamente trascienden la condición humana. Sabe que el muerto es ilusorio como lo son la espada sangrienta que le pesa en la mano y él mismo y toda su vida pretérita y los vastos dioses y el universo.
3. Augusto Monterroso: La rana que quería ser una rana auténtica
Había una vez una rana que quería ser una rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello.
Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena rana, que parecía pollo.
4. Augusto Monterroso: La oveja negra
En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra. Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
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Fire Emblem: Three Houses es el próximo título de una longeva saga, y como su lanzamiento no es muy lejano (vale que todavía queda más de un mes, pero si lo comparamos con su tiempo de desarrollo, no es lejano), recibimos información del título a través de distintas fuentes. Mientras que la cuenta oficial de Twitter se dedica a presentarnos a nuevos personajes, ahora la revista japonesa Famitsu nos habla de diferentes aspectos y mecánicas que formarán parte del juego. ¿Queréis conocer todos estos detalles? ¡Atentos a las siguientes líneas!
Famitsu presenta una tonelada de información de Fire Emblem: Three Houses
Fire Emblem: Three Houses llegará a Nintendo Switch este mismo verano, y por ello, desde la revista japonesa Famitsu llegan toneladas de información nueva. Por ejemplo, aunque ya sabíamos que había un salto temporal entre la época en la que los protagonistas estudian en la academia y la ��poca en la que tiene lugar la guerra, ahora sabemos que hay 5 años de diferencia y que el juego no cambia prácticamente, ya que seguimos teniendo un calendario y seguimos entrenando con nuestros aliados entre semana (pero tenemos libres los fines de semana). Lo que sí que cambia es el vocabulario empleado, ya que lo que en la academia eran “instrucciones” en la guerra serán “entrenamientos”, por poner uno de los muchos ejemplos. Además, también tenemos un entrenamiento avanzado que nos permite aumentar el nivel de las habilidades del personaje principal al entrenar con personajes que tengas niveles más altos
Sin nos paramos a hablar de personajes específicos, hay que destacar que sus estadísticas también varían desde la fase de la escuela hasta la fase de la guerra. Por ello, podemos ver cómo Benadetta aumenta su fortaleza con la lanza y con el arco, pero desciende su habilidad con la espada, el hacha y el combate cuerpo a cuerpo; cómo Ashe aumenta sus puntos de hacha y de arco, pero desciende en razón; o cómo Hilda aumenta su habilidad con la lanza y el hacha, pero desciende su fe y su autoridad.
Así, también se nos presenta a tres nuevos personajes, Thales, Solon y Cronje, pero no tenemos muchos datos de ellos, solo unas fotos de su aspecto. ¡Si es que se nota a la legua que forman parte del grupo de antagonistas!
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Centrándonos en el método de reclutamiento de los personajes, hay que destacar que, por el hecho de elegir una casa, no significa que dejemos de tener acceso al resto de personajes. Sin embargo, para reclutarlos tendremos que cumplir algunos requisitos especiales: en el caso de Leonie los requisitos es que tenga desarrollada la fuerza y el manejo de la lanza. También podemos ver que Petra, para que se nos una, deberá tener un nivel alto de destreza y de equitación.
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Asimismo, Fire Emblem: Three Houses también cuenta con un sistema de regalos, que nos permite entregar objetos a algunos personajes, y si estos están en la casa que hemos elegido, su motivación aumenta. Los objetos cuentan con una descripción, lo que nos ayuda a elegir el regalo más adecuado en cada caso. Como vemos en las siguientes fotos, a Mariane le gusta el osito de peluche, por lo que no sería una mala idea regalare uno. Eso sí, también puede que nos encontremos con algunos destellos azules por el suelo, lo que significa que alguien ha perdido un objeto y que podemos buscar a esa persona para entregárselo y así ganarnos su favor. Al igual que con los regalos, estos objetos también cuentan con una descripción para ayudarnos a buscar a su dueño.
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Pasando a otro bloque de información, ahora toca hablar de un minijuego centrado en tomar el té. Durante el fin de semana o durante los cumpleaños podemos invitar a los personajes a una fiesta del té, pero hay que tener en cuenta que, si lo hacemos los fines de semana, nos costará 1 punto de actividad. Antes de empezar la fiesta, debemos elegir la variedad de té que queremos usar y, a continuación, empezaremos a hablar con el otro personaje. De vez en cuando se nos presentarán varios temas de los que hablar, pero hay que elegir rápido, ya que solo tenemos 15 minutos para decidirnos y si llevamos la conversación por el camino oportuno, podremos entrar en una fase en la que se nos permite mover la cámara libremente y observar al otro personaje. No obstante, debemos tener en cuenta que, en el pasado, estos minijuegos han sido reconvertidos u omitidos en la localización occidental del juego, por lo que no sabemos si nos llegará de esta misma manera o se recortará la parte final.
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Mientras recorremos el monasterio, nos encontraremos con una catedral, nos encontraremos con las estatuas de los 4 santos. Si usamos puntos de prestigio, podemos solicitar recompensas como bonus en los niveles de habilidades que ganamos durante las instrucciones. De igual manera, cuando estamos en la catedral, podemos participar en una práctica del coro. En esta ocasión, elegimos a dos estudiantes, que también pueden ser de otras casas, y así aumentamos los puntos de apoyo de nuestros personajes. Por último dentro de la escuela, también recibiremos cartas anónimas en algunas ocasiones, las cuales dejarán de ser anónimas en cuanto las contestemos, porque, siempre es mejor quién nos escribe a quedarnos con la duda durante el resto de nuestros días de estudiantes.
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Si nos dirigimos al sureste del monasterio, llegaremos a un mercado en el que podremos hacer todo tipo de compras: desde armaduras hasta regalos para nuestros compañeros. Incluso Anna, que ya ha aparecido en otros juegos, volverá a estar presente en Fire Emblem: Three Houses, aunque en esta ocasión abrirá una tienda secreta. También encontraremos un herrero en el que se pueden forjar nuevas armas y reparar las que ya teníamos, pero esta no será la única forma de reparación disponible, ya que durante los fines de semana tendremos la oportunidad de repararlas, aunque esta reparación será mucho menor que la del herrero (ya se sabe, lo barato sale caro a la larga).
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Por último, queda hablar de los combates en sí mismo. Para empezar, hay que mencionar las Artes de Combate, que son técnicas especiales que los personajes pueden usar durante su propio turno y que se aprenden al aumentar los niveles de habilidades. Estas técnicas están ligadas a las armas, por lo que hay Artes de Combates de Espada, Artes de Combate de Lanza, etc. En lo que respecta a los hechizos mágicos, estos se aprenden al aumentar los niveles de raciocinio y de fe. Así, solo queda mencionar que, cuando los personajes alcancen el nivel 20, el cual es el máximo, tendrán acceso a clases avanzadas, como el héroe (solo para chicos), la fortaleza, el paladín, el luchador (solo para chicos), el brujo o el obispo.
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Como vemos, Fire Emblem: Three Houses será un juego más que completo, con multitud de actividades que complementan a los combates tácticos. Y vosotros, ¿a qué casa de las tres disponibles estáis pensando en uniros?
Fuente
Famitsu revela mucha información nueva de Fire Emblem: Three Houses. ¡Llega la guerra! Fire Emblem: Three Houses es el próximo título de una longeva saga, y como su lanzamiento no es muy lejano (vale que todavía queda más de un mes, pero si lo comparamos con su tiempo de desarrollo, no es lejano), recibimos información del título a través de distintas fuentes.
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