#actnarrativo

[iotto]

tags

lista de etiquetas

[iotto]

ㅤㅤㅤ ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ༄ 𝗮 𝗯𝗮𝗱 𝗱𝗿𝗲𝗮𝗺? (恶梦?) ㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤㅤㅤ◜ 𝐩𝐨𝐬𝐭 𝐧𝐚𝐫𝐫𝐚𝐭𝐢𝐯𝐨 ◞ ㅤ ㅤ ㅤ Su nombre se escuchaba en las ráfagas del viento, aquella voz de nuevo. Una voz que no parecía humana, una voz que apenas y lo parecía, más bien era como el rechinido de las bisagras de una puerta a las que les falta aceite, sin embargo, lograba combinarse a la perfección con el ir y venir del viento y de los segundos. Una iluminación clara que se despedazaba para mostrar el verdadero paisaje que pareciera estar en el centro de la Tierra. Pedazo a pedazo se rompía y caía al suelo para volverse parte del polvo y la tierra que lo tapizaban. ㅤ “Louis” ㅤ Su nombre se volvía un sonido más fuerte y a cada segundo lo sentía menos suyo. Una sensación de terror comenzaba a inundarlo por dentro, terror que crecía gradualmente conforme daba pasos para acercarse a la nada. No había nada más que suelo, polvo, grietas. Si tuviera que darle un parecido a ese lugar sería como tanto se representa el suelo y ambiente de Marte, rojo, apagado, casi infernal. Un sonido más se unía, el palpitar de su corazón. Ese recuerdo de que aún es humano y que definitivamente siente miedo. ¿Miedo de qué? Un miedo irracional lo llenó, la voz se hacía más fuerte, más amenazante y no importaba a dónde corriera desesperadamente, no se iba; su corazón se hizo más presente y un par de lágrimas apenas y se sintieron en sus mejillas, pero ardían y cuando llevaba sus manos a su rostro para sentirlo sus dedos se llenaban de un líquido negro, algo viscoso y de repente su corazón ya no se escuchaba y la agonía de sentir una repentida pérdida total de oxígeno comenzaba a asfixiarlo. “Tú, tan débil como un humano común y corriente a pesar de portar mi sangre…” y entonces lo reconocía, justo cuando todo se volvía negro. ㅤ ㅤ Cada vez que esa pesadilla se hacía presente despertaba bañado en sudor, jadeante por aire y con un dolor intenso en la palma de su mano, un dolor ya bien conocido desde niño. Pero Louis sabía perfectamente lo que era. Las pesadillas a veces regresaban, y a veces parecían volver en los peores momentos, aparecían cuando más vulnerable estaba, casi como una bacteria oportunista. Las pesadillas que lo vinculaban con su naturaleza demoníaca, con aquella parte de su ser que luchaba por crecer. Aquellas visiones que lo enlazaban con sus orígenes y procedencia. Sueños que habían surgido desde que tenía memoria, sin embargo, nunca lograba identificar a esa persona en su sueño, siempre era un recuerdo borroso. ¿Cómo era que tenía 27 años y aún no sabía cómo descifrar los secretos de su pasado a pesar de haber descubierto la verdad desde hacía ya 14 años? ㅤ Abrió la llave de agua, no tan caliente, pero tampoco tan fría, a la temperatura media exacta y perfecta para una ducha a las 2:30 de la mañana decidido a dar una vuelta para aclarar su mente. Se tomó un poco más de tiempo y quince minutos después ya se estaba secando y vistiendo con ropa deportiva para salir. La duda sobre sus verdaderas intenciones de ir a dar un paseo paseó por su mente unos instantes y de repente se había dado cuenta de que escuchaba con mucha claridad su respiración pesada. Cerró los ojos y agitó la cabeza para volver a la realidad, suspirar y ponerse de pie dispuesto a salir; el portero nocturno del edificio de departamentos ya estaba acostumbrado a verlo salir a esas horas de la madrugada así que salió con un breve saludo y sus pies lo guiaron. Una entre plática consigo mismo lo distrajo del camino que tomaron sus piernas, llevándolo a aquel lugar que era mejor evitar en un momento así. Cerca de Gangnam existía una zona donde podían ir aquellas personas que sabían que en su sangre corría una parte demoníaca: vampiros, brujos, hombres lobo, hadas y hasta demonios menores capaces de cambiar de forma para aparentar ser humanos. Una serie de pasillos, calles, callejones llenos de vida sobre todo por las noches, llenos de lugares mágicos y tenebrosos. Un lugar donde podían estar sin ser juzgados por los humanos ni por los nefilim. En ese sitio había una librería conocida de magia obscura; repisas y repisas de libros llenos de hechizos, conjuros y maldiciones, repisas con objetos y herramientas de utilidad para brujos y brujas de magia negra. Louis sabía que no debía ir, en su cabeza se repetían las frases y palabras de su mentor prohibiéndole aprender ese tipo de poder, ya que no sabía todo lo que podía ocasionar, y repasaba que no iba a ir, que iba a irse a sentar a una banca cerca de algún parque porque, después de todo, Dakho era un brujo de más de 200 años, debía ser sabio y saber las consecuencias, él sabía lo que decía. Y de repente, mirando los pasos que daba, reconoció aquellas escaleras al aire libre que bajaban hacia la multitud de locales dedicados para subterráneos (todos aquellos con sangre de demonio en su interior), las escaleras que bajaban a la sociedad en la que se sentía más aceptado. Las escaleras que podían llevarlo a la trampa que él solito se estaba poniendo. Pero sus pies no se detuvieron y bajó cada uno de los escalones, entre una lucha de pensamientos hasta llegar al piso donde dio un paso y se detuvo a pensar, pero en seguida dio cinco pasos decididamente y sabiendo bien la dirección que buscaba: aquella librería que le revelaría secretos sobre sí mismo. Pero el sexto paso fue a medias y estuvo a punto de terminarlo en la siguiente loza de piedra que tapizaba el piso antes de regresarlo y suspirar profundamente cerrando los ojos y dándose la vuelta, ahora decidido a volver a su hogar, tal vez ahí en su departamento podría distraerse con algo, hacer un hechizo lo suficientemente fuerte para dejarlo dormir unas horas y despertar para visitar a sus padres al día siguiente. Todo como si nada hubiera sucedido, como si todo estuviera normal como tanto le presumía a ambos. ㅤ ㅤ “¿Tan pronto te vas? Pero si apenas llegaste.” Una voz misteriosa lo llamó y Louis no pudo evitar sobresaltarse ligeramente antes de voltear suavemente para confirmar si era él a quien le hablaban. Al girar la cabeza se encontró con la delgada figura de un hombre parado debajo de la luz de un faro. Estaba parado derecho, viéndolo fijamente. Era alto, delgado y su piel se alcanzaba a distinguir pálida, portaba una especie de saco que mostraba parte de su pecho, lo suficiente para alcanzar a entender unas letras y números. Tatuajes, pensó Louis. Miró su cuello con la palabra ouija escrita en grande y en seguida en su rostro alcanzó a vislumbrar y comprender “YES” Y “NO” en cada una de las mejillas. Algo en sus ojos casi blancos le hizo temblar un poco y ese escalofrío aumentó y recorrió su espalda completa al escuchar lo siguiente. “Yo sé a qué viniste, Louis, y creo que yo puedo ayudarte mucho mejor.” “¿C-cómo diablos sabes mi nombre? ¿Y quién eres? No te conozco y si me disculpas me voy…” “Eso es lo que menos importa. Lo que importa aquí es que yo sé cosas que tú quieres saber, hijo de Lanithros.” ㅤ Lanithros. Se paró en seco al escuchar ese nombre. Era ese nombre, ese ser en sus sueños. Lanithros era su padre. Y entendió que aquel hombre no era un hombre, sino un demonio del cuál aún no conocía el nombre. Entonces fue que Louis giró por completo y miró detenidamente a la presencia que se encontraba a un par de metros de distancia ahora, aún observándolo con detenimiento. Pasó saliva con dificultad y se congeló considerando sus opciones. ㅤ Quizás un poco de ayuda de un demonio mismo no estaría mal… ㅤ