#Teléfono estropeado
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Teño que xogar a isto cos meus fillos (mirade ata o final)
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Comedy
Capítulo 9: The Secret
Con Jake estábamos buscando más pistas o algo que nos diera algún indicio, un nombre, un lugar o algo, no es como si pudiéramos buscar a la tal Iris, de seguro había cientos de Iris por la zona, por lo que sería una verdadera pérdida de tiempo centrarnos solo en esa pista, debíamos tener más.
—Tu teléfono suena como loco —dijo Jake
—Es el chat grupal —respondí
—¿Dicen algo interesante? —preguntó.
Desbloqueé mi teléfono y me fui al chat grupal, hablaban de una búsqueda y la fecha de esta, no me estaba enterando de nada y si yo no lo hacía, menos lo haría Jake, por lo que pregunté a qué se referían.
—Van a hacer una búsqueda en el bosque el domingo a las dos de la tarde —respondí —, se reunirán fuera del taller de Richy y luego irán todos para el bosque. Es algo que han realizado los de la iglesia. Me han mandado el panfleto y me han dicho que la madre de Cleo es quien lidera toda esa movida.
—Mándame el panfleto para verlo, pero de todas formas, es bueno que hagan un seguimiento en el bosque en conjunto, quizás logren encontrar algo y lo informen —dijo él
—Sí, confío en que me dirán si encuentran algo —mi teléfono volvió a sonar, era Cleo —. ¡Volvió Cleo!
—¡Mira lo que te ha escrito! —exclamó él
—Has leído el mensaje antes que yo, chismoso
Cleo estaba segura de que Thomas escondía algo, había varias cosas que no tenían sentido, él no tenía acceso al piso de Hannah, ya que él no tenía la llave, o debería haber tenido la llave, por el hecho de que Thomas y Hannah habían discutido poco tiempo antes de que ella desapareciera. Y, como si eso fuera poco, él se llevó algo del piso de Hannah.
Jake y yo nos miramos.
—¿Qué piensas, Bekah?
—No lo sé, no sé qué pensar, es todo tan complejo —respondí —. Thomas tiene todo para ser el mayor sospechoso, pero dudo que su intelecto o su forma de ser le permitan hacer algo de ese estilo, no me calza con él. De que algo oculta, algo oculta… es un pésimo mentiroso y no sabe actuar bajo presión. No sé qué será lo que oculta, pero no tendrá ninguna relación con la desaparición.
—¿Estás segura de ello?
—Creo que si así fuera, ya habría soltado todo por la presión, o ya estaría Hannah de regreso, no lo sé, no lo veo como un tipo muy inteligente para realizar ese tipo de cosas.
—No sé si lo estás defendiendo o buscas la oportunidad para insultarle —él dio una leve sonrisa
—¿No pueden ser ambas? Elegir es limitarse.
—Me ahorraré los comentarios, Jessica está hablando.
Vi mi teléfono y ci los mensajes en el chat grupal junto a Jessy y Richy, al parecer, Jessy quería ir a por el libro a la biblioteca, pero no estaba segura de cuál era el código y no quería perder el tiempo yendo sin saberlo, ya que si no tendría que buscarlo y no le alcanzaría el tiempo en su hora de almuerzo.
Busqué el libro en la página de la librería de Duskwood y en cuanto lo encontré se los mandé. No me convencía mucho el diseño de la página, cumplía su función, pero no era del todo cómoda y no decía si el libro estaba ahí o si estaba prestado o algo de ese estilo, algo que me parece fundamental para una librería.
—Tengo un número para ti…
—¿A quién debo agregar? —pregunté
—A nadie, debes llamarle, al agregarle bloquearía tu número —asentí ante su explicación.
Marqué el número, solo esperaba que contestara la llamada, pero al parecer teníamos un pequeño problema de conexión o algo así, él no podía escucharme aunque yo podía escucharle a la perfección, lo que era extraño, ¿se habría estropeado el micrófono de mi móvil?
Empiezo a hablar con el tal Poke, empezamos a hablar como los dos supiéramos a qué se refería el otro, aunque yo no tenía ni la menor idea de que hablaba. Sinceramente, creí que se trataba de drogas, no me estaba que todo eso en realidad era un asunto de cerrajeros, vaya decepción.
—Pareces disgustada
—Sé que el tema de la llave tiene más sentido con esto, pero hubiera preferido el tema de la droga, lo hubiera hecho aún más interesante.
—O más problemático —añadió.
Solté un suspiro, me levanté para prepararme un café mientras seguía viendo las conversaciones. Era una pena que Jessy no encontrará el libro de las leyendas y como si eso fuera poco, su hermano empezó a regañarla por algo que ella no tiene la culpa. Y, para ponerle la guinda al pastel, Cleo fue a hacerle un interrogatorio al hermano de Jessy donde él resultó molesto y diciendo cosas malas sobre Hannah.
—Creo que el tema de Phil no llevará a ningún lado, pero me gustaría darle un puñetazo.
—Quieres pegarle a toda persona del género masculino, Bekah.
—Es que son todos unos idiotas, menos tú, eres la clara excepción.
—Gracias, supongo
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El amor… Es como un teléfono a veces no obtienes señal. A veces no puedes usar las app. A veces no escuchas bien. O a veces la batería se a estropeado por estar mal puesta. El amor tiene muchos problemas, pero cuanto dolor de cabeza nos da sean grandes o pequeños, pero si enserio le pones un poco de energía volverá a funcionar otra ves.
Y si no se puede reparar… Deberías encontrar un remplazo.
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REPARAR TUS PROPIOS EQUIPOS ELECTRÓNICOS ES UN ACTO RESPETUOSO CON EL MEDIO AMBIENTE
A MENUDO SE CONSIDERA QUE LOS APARATOS ELECTRÓNICOS SON DEMASIADO COMPLEJOS PARA SER REPARADOS POR UNO MISMO. SIN EMBARGO, DESDE HACE ALGUNOS AÑOS SE OFRECEN TALLERES «PARTICIPATIVOS» PARA AYUDAR A LA GENTE A REPARAR SUS APARATOS ELÉCTRICOS Y ELECTRÓNICOS.
¿Qué hacer con un teléfono estropeado? ¿Un secador de pelo? ¿Una aspiradora?
Por una simple grieta en una pantalla o un botón roto, es toda una mina de recursos que va a la basura o se queda para siempre guardada en una caja.
Sin embargo, cada vez son más las personas que se hacen cargo de sus aparatos eléctricos y electrónicos, recuperando estas herramientas relegadas durante mucho tiempo a la categoría de objetos demasiado complejos para dominar.
Porque cuidar de los equipos electrónicos y digitales no es un arte inalcanzable.
Varias asociaciones proponen talleres de reparación «participativos», en los que los ciudadanos pueden aprender a reparar ellos mismos sus herramientas cotidianas.
TALLERES PARTICIPATIVOS: APRENDER A REPARAR TUS PROPIOS APARATOS
La electrónica parece una barrera infranqueable para cualquier novato que desee reparar su propio aparato.
En Internet, existen sitios como IFIXIT para enseñar los rudimentos de esta forma de bricolaje.
Existen decenas de miles de vídeos que ayudan a arreglar pequeñas averías en electrodomésticos de uso cotidiano, pero la inversión sigue siendo considerable para quienes no son expertos.
El miedo a equivocarse o la falta de herramientas son obstáculos definitivos para la autorreparación.
Más aún teniendo en cuenta la llegada al mercado de electrodomésticos cada vez más potentes, conectados e «inteligentes», repletos de tecnología… Razón de más para no aventurarse a realizar reparaciones por cuenta propia.
Para compensar, en Francia se proponen numerosos talleres llamados «participativos». Se trata de lugares de intercambio de conocimientos y talleres prácticos, donde voluntarios expertos guían a los curiosos en el proceso de reparación de sus herramientas.
Estos talleres participativos surgieron en los Países Bajos bajo el impulso de Martine Postma, que organizó el primer Repair Café en 2009. Con este proyecto resucitó el movimiento cultural del bricolaje, cuyo objetivo es crear y reparar ropa, muebles, juguetes y aparatos (electrónicos o no) de todo tipo.
En Francia, el primer Repair Café se organizó en 2013, y ahora hay casi 3.000 Repair Cafés en todo el mundo.
A menor escala, hay asociaciones que ofrecen talleres participativos de reparación electrónica, piezas y aparatos reacondicionados, actividades lúdicas y creativas. Se trata de espacios compartidos en los que las personas que quieren ponerse manos a la obra con sus aparatos electrónicos averiados pueden hacerlo acompañadas.
Pero más allá de la simple curiosidad, o del simple deseo de trastear, los Repair Cafés y este tipo de asociaciones defienden también diferentes modos de consumo. Reparar uno mismo es un acto militante en sí mismo.
A contracorriente del consumo excesivo, la autorreparación de objetos electrónicos también conlleva un mensaje político y ecológico sobre la lucha contra la obsolescencia programada y los residuos electrónicos.
SORTEAR LA OBSOLESCENCIA PROGRAMADA
Ordenadores, teléfonos móviles, radios, mesas de mezclas, altavoces, frigoríficos… En 2012 se comercializaron en Francia más de 2.473.423 toneladas de aparatos eléctricos y electrónicos, la mayoría de los cuales llegaron a los hogares franceses.
Esto representa nada menos que 1.400 millones de aparatos, es decir, un 11% más que un año antes. Esta gran cifra es representativa de un sector que se encuentra en buena forma en general. Los electrodomésticos se cambian con regularidad, incluso con demasiada frecuencia.
La búsqueda de la eficiencia por parte de los gigantes de la electrónica ha dado lugar a productos menos duraderos, con el fin de animar a la gente a consumir productos electrónicos con la mayor frecuencia posible.
Algunas empresas incluso han sido señaladas por lo que se ha dado en llamar «obsolescencia programada», que la legislación francesa define como «todas las técnicas mediante las cuales un comercializador pretende reducir deliberadamente la vida útil de un producto para aumentar su tasa de sustitución».
La obsolescencia puede adoptar varias formas, como el uso de materiales de menor calidad y más frágiles estéticamente.
Pero la obsolescencia también afecta a los componentes del interior de los objetos (circuitos electrónicos, chips, conectores, etc.), con tecnologías que los fabricantes saben que son más susceptibles de romperse.
Además del hardware de un objeto, también es el software el que puede verse afectado por la obsolescencia programada.
Actualizaciones periódicas, nuevas aplicaciones y funciones, sistemas de seguridad renovados… Todos estos elementos pueden hacer que ciertos dispositivos sean menos eficaces o más sensibles a ataques externos.
A esto se añade la tendencia de los fabricantes a ofrecer dispositivos difíciles de reparar sin pérdida de garantía, con piezas no extraíbles, como es el caso de muchas baterías de teléfonos móviles.
La producción de nuevos aparatos, principal fuente de contaminación de la electrónica
Lógicamente, estos métodos incitan a la gente a consumir, ya que se les anima a renovar sus aparatos con regularidad.
¿Por qué no repararlo? ¿Por qué no? Pero lo nuevo siempre es más interesante, más eficaz, más seguro… Al menos eso afirman algunas empresas.
Pero estos nuevos productos son contaminantes y contribuyen a la extracción de materias primas, como el litio, que podría convertirse en un recurso crítico dentro de unos años.
Cada nuevo dispositivo es una fuente suplementaria de contaminación, sobre todo teniendo en cuenta que la fase de producción de los nuevos terminales representa el 78% de la huella de carbono total del sector digital francés, frente al 21% del uso, según un informe conjunto de Ademe y Arcep.
Incluso hoy, a pesar de los florecientes mercados de segunda mano y reacondicionados, la compra de aparatos electrónicos nuevos por parte de los hogares sigue siendo incompatible con los imperativos medioambientales.
Sólo el 53% de los aparatos procedentes de los hogares son recogidos por las cuatro organizaciones autorizadas para recoger y procesar aparatos domésticos. Esto está muy lejos del objetivo del 65% fijado en el pliego de condiciones.
EN PROFUNDIDAD: ¿DEBEMOS CREER REALMENTE EN LA TECNOLOGÍA DIGITAL RESPONSABLE?
La huella de carbono de la tecnología digital también depende de los hábitos de consumo. La compra regular de nuevos productos electrónicos, incluso de segunda mano, tiene un beneficio ecológico limitado, y en algunos sectores puede provocar un «efecto rebote».
RECUPERAR HERRAMIENTAS ELÉCTRICAS Y ELECTRÓNICAS
Para mucha gente, reparar las cosas uno mismo es una forma de combinar las cuestiones medioambientales con la lucha contra el consumo excesivo. Es una forma de recuperar herramientas que durante mucho tiempo se han dejado en manos de expertos, aunque las herramientas electrónicas de bricolaje están al alcance de todos.
Ser capaz de mantener y reparar uno mismo estos aparatos eléctricos y electrónicos es una forma de reivindicarnos, de independizarse de la industria electrónica y de liberarse de las diversas formas de consumo excesivo.
Los valores de convivialidad, sobriedad y solidaridad que promueve la asociación recuerdan a ciertos conceptos clave muy queridos por el movimiento ecologista, como los «Comunes» de la Premio Nobel de Economía 2009, Elinor Ostrom, y la «Convivialidad» del pensador ecologista Ivan Illich (1926–2002).
Aunque no todo el mundo está hecho para el bricolaje, estos talleres nos animarán a replantearnos nuestra relación con las herramientas electrónicas.
El objetivo es llevar las herramientas tecnológicas cotidianas a una nueva fase, de sobriedad en la producción y el uso, de puesta en común y autonomía.
Originally published at https://crisisambiental.com/ July 24, 2023.
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¿Qué pasaría sí…? Duskwood Capítulo 15
Capítulo 14 ————————————————————————————-
*Macie POV*
Miro al teléfono mientras intento concentrarme. Por mucho que quiera, Jake no me va a enviar un mensaje hoy ¿verdad? Suspiro regresando al trabajo. En mi interior había una pequeña vocecita parecida a la de mis padres diciéndome ‘Macie, olvídate de él, te está haciendo daño y no es bueno para ti’. Ya lo sé… Lo sé perfectamente… Pero a lo mejor soy yo la que le he presionado mucho queriendo saber de él. He crecido en un entorno en que investigar era lo principal, fijarme en las personas y en cualquier detalle era importante. Ah… Como lo odiaba mi madre… ‘¿Por qué no te centras en jugar con muñecas o en cualquier otra cosa que no implique interrogaciones?’ Y sí, jugaba con mi Barbie a ser detectives y a escuchar a mi padre leer los informes de sus investigaciones, a mamá la volvía loca porque tenía solo seis años, que con el tiempo fui aprendiendo gracias a mi padre.
¿Por qué recuerdo esto ahora? Quizás porque estoy traicionando mis principios de investigación con mis sentimientos. Papá nunca se involucraba de manera emocional. Era una de las reglas. Lo importante era la verdad para los que de verdad pedían justicia. Y en eso es lo que me debo centrar. —No dejaré que él me domine —me digo, arreglando el guion que alguien había estropeado con un montón de erratas—. Voy a centrarme. Voy a centrarme… Dos minutos después, estaba ya en mi cabeza. —No puedo centrarme… — ¿Así que es así lo que se siente cuando de verdad estás tan enamorada? Pues lo odio. —Tick tock, tick tock —Lian se acerca a mi mesa, haciendo un gesto en su muñeca como si tuviera un reloj—. Se te acaba el tiempo para decidir si ir al aniversario en pareja con Aiden o sola. Ugh… Cierto… También estaba fingiendo eso, casi se me olvidaba que tengo una vida fuera de la investigación. — ¿Vas a ir o vas a pasar? —Aún no lo sé —estoy en realidad esperando una confirmación de Jake. No quiero tener una cita con otro tío sin saber que de verdad le gusto—, es que tampoco tengo muchas ganas de fiesta- —Alto ahí —me señala con el dedo, con la mirada perdida— ¿Tú? ¿Macie Connors que cuando ves un día libre lo primero que haces es querer pasártelo bien? ¿Qué pasa? —Tan solo estoy muy ocupada últimamente —y no voy a negarlo. Tengo un montón de pequeñas notas en mi cuarto sobre la investigación. Hasta ahora no me he dado cuenta que estoy lidiando con tres cosas a la vez: Vida privada, vida amorosa y vida de detective, todo sin descanso, porque al llegar a casa, le doy vueltas a todo lo ocurrido durante el día. ¡Oh! Y vamos a añadir a la lista las amenazas de un secuestrador ¿por qué no? A quien le cuente esto, no se lo creería. Y mejor no hacerlo. —Ocupada es poco —se cruza de brazos, mirándome como una madre enfadada—, parece que has cambiado. — ¿Para bien o para mal? —Mmm… ¿Cómo decirlo? —Se pone a pensar, un poco dudosa— Nunca había visto esta Macie, es como si estuvieras seria todo el tiempo. — ¿Yo? ¿Seria? —suelto una risa. La última vez que me dijeron eso fue a los dieciséis. —Cada vez que regresas de comer pareces otra persona. <<Porque es cuando regreso de algo que me hacía feliz en mucho tiempo. >> Lian no sabe nada de antes de conocernos y prefiero que siga siendo así. Ya sufrí bastante como para llamar de nuevo la atención. Cuando regreso, lo que hago es pensar en todo lo que Jake y yo hemos descubierto. Algo que hace que en parte me distraiga de mi verdadero trabajo real —Oye… Si necesitas hablar, ya sabes que Aiden y yo somos tus amigos ¿no? —su cara cambia por completo. Me parte el alma apartarla de todo esto. Siempre fue un gran apoyo en mi vida, ella y Brian. Pero no puedo hacer que lo sepa. —Lo sé Lian, no te preocupes, está todo bien —sonrío intentando calmarla. —Eso espero… —suspira, relajándose— Bueno, me iré también a trabajar. —Hasta luego, Lian. Me siento como la peor amiga del mundo. Al llegar a casa, tiro a la basura el papel de la pista de la pulsera con las iniciales de Jessy. Aunque siempre creí que no era de ella, quería al menos apuntar la teoría por Jake, mi compañero.
Hablo un poco con Jessy y Richy para terminar el día. Jessy está preocupada por Richy, mientras que él parece que se ríe de la situación cuando le pregunto si ha cometido algún pecado, dado que ha sido marcado por El Hombre sin Cara ¿cómo puede reírse? Mi pregunta era totalmente seria, quiero decir, quizás en otro contexto podría haberla hecho, pero… No sé… Yo no sería capaz de bromear si en mi caso fuera Lian a la que hubieran secuestrado. Por supuesto, esto desde mi punto de vista de investigadora, analizo al grupo y sus acciones. Eso debería haberlo entendido.
Sentada en la mesa, apunto el nombre de Jake en la posible teoría de que él le regalase la pulsera a Hannah. Tengo demasiadas teorías con Jake ¿Está huyendo? ¿Está casado? ¿Es amante de Hannah? ¿Quién es Jake en realidad? ¿Se está ocultando o está ocultando algo? Como culpable de la desaparición de Hannah no le tengo de teoría porque no tiene sentido entonces la investigación.
Henry tira de mi pantalón del pijama y le cojo en brazos, acariciándolo con cuidado. — ¿Qué ocurre, cielo? —Le hablo como si fuera un bebé— ¿Querías que te acariciara? ¿Es eso? —me olisquea la cara y me río por las cosquillas que me hace— Lo sé, estoy últimamente ocupada que casi no te presto atención. Me asusto cuando recibo una llamada en el móvil. Me daba miedo recibirlas de noche, nunca son buenas noticias. Dejo que suene un rato más, viendo que ponía ‘Desconocido’. Era él.
Las películas de miedo me gustan porque sé que no son reales. Soy de las que se pone a analizarlas y ver que todo puede ser imposible por algunas situaciones ridículas, pero eso no quita que den adrenalina el ver algo que te asusta. Pero solo lo soporto en la ficción.
En la vida real… En la vida real me desmayaría al ver sangre de verdad, no soy capaz ni de olerla si la carne está poco hecha. Por eso, no soporto las amenazas del secuestrador. Porque sé que es real. Él sí que puede hacerme daño. No una pantalla.
El móvil continúa sonando. Es muy persistente. No sabría si es por miedo a otra amenaza o porque estoy sola en mi casa. Las veces que me ha llamado estaba con Jake. Ahora, en una casa grande, silenciosa y sin nadie que me diga que todo estará bien, me da un poco de miedo en contestar. No me doy cuenta de que mi dedo está temblando cuando acepto la video llamada.
Miro con detenimiento la pantalla asustada. Podría parecer uno de esos vídeos cutres de internet que veía de adolescente ‘¡Buscando a Slenderman por el bosque!’ de los que luego ves una ridícula figura de 3D mal hecha. Pero sabía que esto no era de una persona ridícula de YouTube. Era del mismísimo secuestrador. Abrazo con fuerza a Henry, mientras trago saliva nerviosa.
Suelto un gran suspiro aliviada cuando se termina la video llamada. Aprieto a Henry contra mi pecho, temblando. Quiero pensar que aquí estoy segura… ¿No? Aunque mi primer instinto es enviarle un mensaje a Jake, aterrada. ------------------------------------------------------------------------------------------
Macie Jake?! ------------------------------------------------------------------------------------------
No me daba cuenta de cuánto le necesitaba en este momento hasta que vi su nombre escrito. Realmente no soy tan valiente como parece ser ¿eh? ------------------------------------------------------------------------------------------
Jake Sí. Lo he visto. ------------------------------------------------------------------------------------------
Me siento aliviada cuando me responde, casi más segura. ------------------------------------------------------------------------------------------
Macie Qué quiere conseguir? Jake No lo sé Macie. Pienso que aún vendrán más cosas. ------------------------------------------------------------------------------------------
No sé por qué sus palabras no me tranquilizan para nada.
Me había quedado leyendo esas palabras, hasta que me di cuenta de los siguientes mensajes. ------------------------------------------------------------------------------------------
Jake ¿Macie? ¿Macie estás ahí? ¿Qué sucede? Macie Yo… Perdona, es que la video llamada… ------------------------------------------------------------------------------------------
No me atrevía a decirle que me había asustado, sonaría ridículo. Una adulta de 26 años asustándose de un vídeo cutre… Era para reírse… Si es que no hubiera sido por la misma persona que había perseguido a tu amiga por el bosque… ------------------------------------------------------------------------------------------
Jake ¿Estás sola en este momento? ¿Necesitas compañía? ------------------------------------------------------------------------------------------
Y ahí estaba… El Jake amable… El que me quería a su lado. Todas mis preocupaciones parecen desvanecerse cuando hablo con él. También el miedo. Sonrío al leerle. ------------------------------------------------------------------------------------------
Macie Tan solo necesito un minuto para calmarme No creerás que podría ser un vídeo maldito, verdad? ------------------------------------------------------------------------------------------
Intento bromear para quitarme el miedo en el cuerpo, yendo a la cama junto con Henry todavía en brazos. ------------------------------------------------------------------------------------------
Jake Lo descubriremos en siete días. ------------------------------------------------------------------------------------------
Suelto una risa al leer la referencia. Siento que lo ha dicho para seguirme el juego y que me sienta mejor. ------------------------------------------------------------------------------------------
Jake ¿Estás segura de que estás bien? Macie Sí, estaré bien Jake He grabado el vídeo. Quizás deberíamos analizarlo. Pero mañana. No quiero que vuelvas a verlo de nuevo a estas horas. Macie Gracias 🙂 Jake :) En cualquier caso, estaré de nuevo atento a otra llamada que suceda. Pero tampoco dudes en avisarme si me necesitas. Macie De acuerdo Perdón si te interrumpí algún trabajo importante… Jake Esto era mucho más importante. Que descanses Macie. Macie Buenas noches Jake ------------------------------------------------------------------------------------------
Dejo el móvil a mi lado en la cama en caso de emergencia. Henry es el primero en quedarse dormido, mientras que yo tardo un poco más, como si esperase otra video llamada de ese loco. ¿El maquillaje que llevo logrará ocultar mis ojeras? Siento que he dormido muy poco o mejor dicho: nada.
Dejo en mi mesa un vaso de café. El segundo de esta mañana. Lo único que me alivia es que iré a ver a Jake. —Es un vaso demasiado grande —ríe Aiden, pasando por al lado de mi mesa— ¿No has desayunado? —Eh… Nop —contesto, observando el vaso ¿de verdad es tan grande? — ¿Te ha invitado alguien a ser su compañero para la fiesta? —me pregunta, un poco nervioso. —No, nadie —me inclino un poco y susurro—, creo que no se atreven por miedo. Suelta una risa y da unos golpes a los papeles de su mano. —Si de momento nadie te lo ha pedido —me fijo en cómo le brilla sus ojos— ¿Crees que todavía tengo una oportunidad? Suelto aire cargado, mirando la mesa para evitar mirarle a los ojos. —Te avisaré con antelación si voy —le digo finalmente. Creo que sería bueno continuar usándole un poco más para no levantar sospechas con Lian y de que su talento para el romance descubra que estoy así por otro hombre—, prometo que rechazaré a todos los que me pregunten. — ¿De verdad eres capaz de romperles el corazón? —Solo por el primer hombre que me ha preguntado: Sí. —Entonces estaré esperando —se despide con las hojas en la mano y la sonrisa de actor de Hollywood. No entiendo cómo es que no me encandila como al resto. Quiero decir… Ni antes de conocer a Jake me había fijado tanto en él. Supongo que en Jake he encontrado lo que siempre he querido en un hombre, pero hasta ahora no lo sabía. Nada más Jake abrir la puerta, veo que me tiende un café. Lo cojo sorprendida, mirándolo. —Gracias —contesto, tomando el tercer café del día. Hoy no duermo. —Pensé que no habrías dormido después del vídeo de anoche —me contesta, siguiéndome— ¿Sigues asustada? —No estaba asustada —miento, dejando el vaso en la mesa—, tan solo no me esperaba un ‘Si ves este vídeo a las doce de la noche puedes morir’ —le miro y arqueo una ceja—. Aunque me sorprendió más tus mensajes, pensaba que no sabías lo que sentía los demás por mensaje. —Aun así he fallado en mi suposición —suspira, rascándose la nuca. No ha fallado. Realmente estoy un poco asustada. No quiero que el próximo vídeo que me envíe sea de Hannah en peligro. No podría soportarlo por la culpa de que la haga daño por estar investigando.
Sonrío un poco al saber que sabía el cómo me sentía. Me siento especial. —Vale, vamos a ver ese vídeo —digo dando una palmada—. Prepáralo. — ¿Hemos cambiado los roles y ahora eres tú la jefa? —bromea, yendo a su silla. —Perdón jefe, ya me callo y te dejo a ti hablar —bromeo, cogiendo la silla y poniéndola a su lado. En cuanto me siento la reproduce. Intento ver algo significativo, pero nada. No parecía haber algo que llamase la atención. —Vuelve a ser el bosque… —comento, apoyando la cabeza en el hombro de Jake mientras miro la pantalla. Doy otro sorbo de café antes de caerme dormida, se está bien estar así con él— Parece importante. —Creo que tienes razón —miro a Jake que no aparta la mirada de la pantalla y luego levanta la mano, contando—. Cleo fue filmada mientras corría por el bosque —levanta un dedo—. Richy estuvo en el bosque cuando recibió el símbolo —levanta otro dedo y luego me mira, arqueando una ceja— ¿Tenemos una leyenda convertida en realidad como sospechosa? — ¿A quién llamarás? —pregunto, haciendo la sintonía al principio de la pregunta. — ¿A los cazafantasmas? —Suelta una risa antes de ponerse serio de nuevo— Lo digo en serio —veo como se cruza de brazos, sin apartar la mirada de mí—, cuando me contaste por primera vez sobre el hombre sin cara, no le presté mucha atención —mantiene sus ojos verdes clavados en mí, quedando claro que al final es importante lo que estábamos investigando—. Aunque ahora pienso que nuestro sospechoso se esconde detrás de la leyenda —Quiero decir algo más- —Por favor, que no sea un ‘Te lo dije’. Me río y niego con la cabeza. Me gustaría decírselo, pero viendo que él mismo ha llegado a esa conclusión, lo dejaré pasar. —Parece que tengamos que mantenernos alejados del bosque. —Pienso lo mismo que tú —apaga la pantalla de los ordenadores rápidamente, como si no quisiera que yo viera nada— ¿No van a hacer pronto una búsqueda extensa en el bosque? —Sí, el próximo domingo —me levanto de la silla, recordando que también había traído comida. Creo que ya me acostumbré a hacerla, ya en caso de emergencia—, pero los bosques de Duskwood parecen enormes —comento, mientras hago el mismo ritual de siempre en la cocina. Recuerdo esa vez en que la rueda se me pinchó, no había otra cosa que bosque. A Stephan le encantaría explorarlo con Sky seguro. Ahora que lo pienso, estoy segura que a Stephan le aterraría Jake, no le gusta para nada los hackers. —Lo son —¿Habrá estado en Duskwood?—. Otra cosa: Necesito tu ayuda —se acerca a mí y baja el hornillo. —Me lo imaginaba —digo mientras le guiño el ojo. Me mira con una pequeña sonrisa. Seguro que debe de estar riéndose de mí en su cabeza. —He vuelto a mirarme la receta médica de la nube de Hannah y he conseguido el nombre del médico —se apoya en la encimera con las dos manos y me mira—. Por lo visto Hannah fue a hablar con un tal ‘’doctor Ulric Barret’’. Quiero que me consigas la clave de su ordenador. Asiento con energía ¡Voy a hacer algo interesante de hackers! Espera… ¿Cómo puedo conseguir una contraseña? — ¿Cómo tengo que hacer eso? —pregunto, un poco perdida. —Es muy común que la gente elige claves de algo que les es importante —mira ahora la comida, esperando que se caliente—. Un familiar, una secuencia de números… —va diciendo mientras vuelve a enumerar con la mano— Mucha gente desvela estas informaciones totalmente de forma voluntaria. ¿Por qué será que ahora entiendo de cómo se siente mi primo con respecto a los hackers? —Quieres decir que…. —digo, pensando en lo que creo que estoy pensando. Veo como sonríe, sin decirme nada, casi como si lo estuviera admitiendo, pero necesitaba oírlo para saber si ahora tenía que preocuparme— ¡Venga ya, cuéntalo! Le doy un pequeño empujón amistoso y se ríe. — En instagram, Facebook y demás —termina de calentar la comida y lo pone en platos de plástico, mientras nos dirigimos a la mesa, colocando el mío en mi sitio y yo dejo los cubiertos en los nuestros. Se sienta y mueve el cubierto en de manera circular—. De allí se podría sacar la clave. —Vale. —Muy bien. Dime la clave cuando la hayas averiguado- —Ahora mismo me pongo con ello. —Pero primero- —Sí, sí —cojo el plato, poniendo los ojos en blanco—. No debes preocuparte por mí ¿sabes? —Te olvidas de las necesidades básicas cuando lo haces. — ¡Qué va! —Sé que no has dormido por la cara que tienes. —Estuve viendo películas. —O que estabas preocupada por la video llamada. Ignoro su comentario. No quiero que lo sepa, porque si lo hace, quizás me aparta más de esta investigación. Con esta nueva pista que tenemos, quizás saquemos algo importante. Pongo mi mejor cara a Jake, fingiendo estar bien. —Jake, de verdad que no me preocupó la video llamada —comento tranquila— ¿Qué va a hacerme? Él está en Duskwood, yo estoy aquí. —Cierto, no debemos preocuparnos. Le dedico una sonrisa y me la devuelve. Ya está lo bastante preocupado por Hannah como para que se preocupe por mí. Me pongo a buscar en internet al señor Barret y me encuentro con diferentes cuentas. Le doy al primer enlace, Instagram. Leo la información: Psicólogo de Duskwood, ama los días de lluvia, el té, los perros la naturaleza, libros y música… Nada destacable, es hora de mirar las fotos. Voy mirando una a una, en el caso que vea algo que me llame la atención. Es entonces que me encuentro con un perro adorable. — ¡Qué tierno! —exclamo en alto, sin darme cuenta. — ¿Qué pasa? —Jake me mira soltando un suspiro por asustarlo por mi grito. —Estoy viendo a su perra —contesto, mirando sus fotos—. Ojalá pudiera tener un perro…. — ¿Lo dices por Henry? —No, alergia… —contesto molesta— La clave es Laula —contesto segura. Se nota que quiere a su perra por las fotos, creo que es importante—. Es tan mona vestida para celebrar su cumpleaños. —Algo bueno que has sacado de mirar sus fotos. Miro a Jake con una sonrisa de emoción. —Gracias por hacerme el gran honor de investigar. —De nada —suelta una risa y veo cómo se prepara—. Espera que lo intento. Hasta para cinco palabras es muy rápido escribiendo. Parecía que le hubiera dado un solo toque a un teclado. Qué rapidez con los dedos ¿con qué otras cosas podría ser rápido con los dedos? ¿Robar? ¿Quizás es un ladrón? Mmm… Muchas teorías… — ¡Sí, ha funcionado! Me contagio de su alegría al saber que ha funcionado. —Ni te imaginas cuántas veces he hecho una búsqueda así para conseguir acceso a un ordenador—puedo ver por su expresión que dice la verdad, ¿en qué clases de ordenadores se habrá metido? ¿Hecho de manera ilegal o porque trabaja en ello? —Uf, debería cambiar mis claves —digo preocupada. No creo que mis claves sean fáciles de adivinar, pero ya tengo miedo de que puedan meterse en mis cuentas. Pero confío que Jake no lo haría. —Lo has hecho muy bien —me felicita y la sonrisa que me dedica hace que mi cara se caliente. He vuelto a caer de nuevo en su encanto, por mucho que no quiera—. Gracias por tu ayuda. —Somos un equipo genial —le respondo con una risa. Jake me mira y veo cómo él empieza a ponerse cada vez más rojo. Se tapa con la capucha, evitando mirarme. Demasiado tarde Jake, me he dado cuenta. —Sí, así es —logro ver una sonrisa. El ambiente se relaja. Es el Jake que se abrió a mí.
No paro de observarle, mi corazón no para de latir rápido. Recuerdo cuando me cerró la puerta, en ese momento habría querido uno de esos besos de los que te dejan sin aliento. Ojalá hubiera sucedido, no me molestó que fuera él quien lo hiciera, sobre todo porque es lo que más deseo. —Vaya... —le oigo decir, mientras mira la pantalla. — ¿Qué ocurre? —pregunto preocupada. —Puede que sea un psicólogo, pero todo su escritorio es un caos —comenta, soltando un gran suspiro—. Bueno, entonces me ocupo del ordenador del médico ahora. — ¿No irás a ordenárselo? —arqueo una ceja, dudosa. —No, eso no —se ríe, aunque no parece muy animado—, voy a tener que buscar entre todas las carpetas que tiene, seguramente tarde en encontrar algo. —Supongo que entonces te dejo trabajando mientras yo me marcho a mi trabajo —me levanto cogiendo mis cosas—. Mucha suerte, Jake. —Gracias Macie. —Y… —me coloco mejor el pelo, sonriéndole con timidez— Gracias de verdad por preocuparte por mí, creo que has sido el único que se ha fijado que no he dormido bien… —Por favor, no ocultes tus pensamientos —su voz suena profunda por su preocupación, me fijo en su mano, apretándola con fuerza. No solo está preocupado, sino que también está furioso por lo ocurrido—, para mí es importante que estés bien. —Está bien —me controlo con no acercarme a él y aunque sea, darle un beso en la mejilla. Tengo que ser más decidida. No puedo cortarme para la próxima. Por hoy le dejo trabajar—. Avísame cuando tengas algo. —Serás la primera en saberlo —bromea, junto con una carcajada. Asiento y salgo del apartamento.
Jake… ¿Soy egoísta si deseo que después de esta investigación, no te marches a por Hannah? *Jake POV*
Me controlé bastante anoche para no localizar su casa después de aquella llamada. No sé cómo pude dejarla sola, todo por pensar que podría ponerla en peligro cuando más me necesitaba. Pero es cierto, mientras no esté en Duskwood, todo irá bien. Realmente no se veía bien… No sé cómo logra continuar sonriendo a pesar de lo que ha pasado ¿es para que no me preocupe por ella? No debería hacerlo, no por mí. Así logra que me preocupe más por su mentalidad. Necesito que ella está bien. Y ni si quiera lo pienso por la investigación, sino porque ella me importa. Aprieto con fuerza las manos sobre la mesa. Tengo que calmarme. Pensar en otra cosa.
Pienso cuando ha apoyado su cabeza en mi hombro, he podido oler su champú. Eso me calma. Respiro profundamente intentando mantener la imagen de Macie tranquila, si me la imagino asustada… No creo que pueda controlarme en querer romper algo. —Siento que he perdido ante ti, Macie —comento, llevando una mano al hombro donde ella ha colocado su cabeza.
Capítulo 16
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“¡KYRAAAAAAAD!”, profiere a todo pulmón, intentando apartar el agua a manotazos. “¡POR EL COÑO SUCIO DE SUYI, AYÚDAME!”, insiste. El líquido que sale de la ducha teléfono está hirviendo y lo quema. No entiende cómo la porquería se ha estropeado si es prácticamente nueva pero, al intentar cerrar la llave, se hiere la mano por la temperatura. La respuesta más lógica es salir pirando de la tina, sin embargo, siente que no está solo y el miedo se apodera de él. “¡NO ES GRACIOSO!”, regaña. Si cree que va a ganar su favor queriendo meterse bajo su piel así no lo va a lograr. 𐩘 @sercndipity
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Crescendo - Capítulo 10
*QUEDATE EN CASA ESTA NOCHE.
Le envié el texto a Nora y guardé el teléfono en mi bolsillo. Subí al Jeep y arranqué con cuidado de no llevarme a ningún adolescente lleno de hormonas por delante. Mis manos estaban aferrándose al volante tal vez con demasiada fuerza, pero era así la única manera de ir relajando tensiones.
—Me ha estropeado el vestido—Dijo Marcie de pronto, refunfuñando. —Estoy helada. Y apesto a refresco de cereza.
— ¿Quieres mi chaqueta? —Le pregunté, más por relajar la tensión sobre la amenaza que le había hecho que por cortesía.
— ¿Dónde está?
—En el asiento de atrás.
Marcie se desabrochó el cinturón de seguridad, puso una rodilla sobre la consola, y tomó la chaqueta. Cuando miró al frente otra vez, tiró de su vestido por encima de su cabeza y lo tiró al piso, a sus pies. Sin contar su ropa interior, estaba completamente desnuda. Pasó sus brazos por la chaqueta de y le subió el cierre.
—A la siguiente, dobla a la izquierda —ordenó.
—Sé el camino a tu casa —dije, manteniendo derecho el Jeep.
—Pero no quiero ir a casa. Dentro de dos cuadras, dobla a la izquierda.
Pero dentro de dos cuadras, seguí derecho. Sabía lo que había al cruzar, y no estaba dispuesto a llevar a esta chica a un hotel.
—Bueno, no eres para nada divertido —dijo Marcie, haciendo un puchero cansado— ¿No tienes ni un poco de curiosidad del lugar al que quería llevarnos?
—Es tarde.
— ¿Estás rechazándome? —preguntó con timidez.
—Voy a dejarte, después regresaré a mi casa.
— ¿Por qué no puedo ir?
—Tal vez algún día —Murmuré, atento ahora. Podía sentir a alguien vigilándome. Tal vez este era el “Vistazo rápido” del que hablaba Nazarach.
—Eso no es muy específico —dijo Marcie con una sonrisa falsa, subiendo sus tacones al tablero, enseñando pulgadas de su piel. Dios, ¿Siempre sería así? Estos morbosos intentos de seducción me parecían estúpidos. Otra razón para la larga lista de por qué jamás me fijaría en alguien como ella.
—Mañana en la noche, entonces—dijo Marcie. Se detuvo y después continuó, usando un tono aterciopelado—No es como si tengas otro lugar donde ir. Sé que Nora rompió contigo. —La manera tranquila en la que lo había dicho me hizo apretar los puños contra el volante de nuevo—Escuché que ahora está con Scott Parnell. Ya sabes, el chico nuevo. Es lindo, pero te cambió por menos.
—Realmente no quiero hablar de Nora—La interrumpí, en un intento de que se callara.
—Bien, porque yo tampoco. Quiero hablar de nosotros.
¿Nosotros? ¿Cómo de “ella” y “yo”? Estaba loca.
—Pensé que tenías novio.
—La palabra clave en esa oración es “tenía”.
Doblé a la derecha, rebotando el Jeep frente a la entrada de su casa. No apagué el motor.
—Buenas noches, Marcie.
Ella se quedó en su asiento, después, rió.
— ¿No vas a acompañarme a la puerta?
—Eres una chica fuerte y capaz.
—Si mi papá está observando, no estará contento —dijo, extendiendo el brazo para acomodar el cuello de camisa, su mano demorándose un poco más de lo apropiado.
—No está observando.
— ¿Cómo lo sabes? —Preguntó.
—Confía en mí.
Marcie bajó la voz aún más, cálida y suave.
— ¿Sabes? Realmente admiro tu fuerza de voluntad. Me mantienes adivinando, y eso me gusta. Pero te voy a dejar algo en claro: no estoy buscando una relación. No me gustan las cosas complicadas ni revoltosas. No quiero herir sentimientos, señales confusas, ni celos; sólo quiero divertirme. Busco diversión… Piénsalo.
Me giré a mirar a Marcie por primera vez.
—Lo tendré en mente.
Marcie sonrió. Se inclinó a través de la consola y me dio un suave que luego se tornó brusco beso. Lo primero que me hizo hacer mi instinto fue retroceder, pero me detuve. Todavía tenía los ojos de sea quien sea sobre mí, y estaba seguro de que este beso con Marcie alejaría el foco de Nora. Así que le devolví el beso.
—Mañana en la noche, entonces —murmuró Marcie, retrocediendo al fin—. En tu casa.
—Tu vestido —le dije, señalando al montón húmedo a sus pies.
—Lo lavas y me lo das mañana en la noche —salió del Jeep y corrió hacia la entrada principal, en donde se escurrió dentro.
Arriba, un hombre se asomó a la ventana. Pero en cuanto nuestras miradas se encontraron, dejó caer la cortina. Sabía que era uno de los principales sospechosos para regresar a Mano Negra a su antiguo puesto, pero había algo en él que me resultaba vagamente familiar. Me bajé del Jeep con el vestido pegajoso de Marcie en mis manos y lo deposité en la entrada. Luego saqué mi teléfono.
*NO PUEDO MAÑANA EN LA NOCHE. TENGO COSAS QUE HACER.
Subí al Jeep y aceleré. Ya era hora de que comenzara a hacer mis jugadas. Algo raro estaba pasando aquí, y tenía el presentimiento de que me estaba perdiendo de cosas grandes. Pero primero era lo primero… Había un rumor de que si te concentras lo suficiente, podrías conectar tu mente con la de una persona con la que tuvieras un vínculo sentimental. Llevaba tiempo, concentración y práctica, pero la desesperación podía servirme de igual forma. Cuando estuve en el cielo, supe que varios lo habían logrado. Así que tenía que intentarlo, porque necesitaba desesperadamente comenzar a resolver las cosas con Nora.
Así que sí, antes de ir a buscar a cierto ángel de la muerte sabelotodo, me fui a mi casa a tratar de conectar mi mente con la de la única mujer por la cual daría todo.
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Compramos tu coche siniestrado o averiado
Si has sufrido un accidente y tu coche ha quedado en mal estado y no cuentas con un seguro a todo riesgo probablemente te preguntes: ¿Podré sacarle algo de dinero al vehículo? ¿A quién se lo vendo? ¿De qué forma sé que me lo tasarán por su valor? Además, si lo prefieres, puedes acudir de forma presencial a nuestro Desguace y te ofrecemos una evaluación por parte de nuestros peritos, que analizarán tu caso y te ofrecerán un coste justo y adecuado en función de su estado y por encima de la tasación media en el mercado. Si piensas en llevar al Desguace tu vehículo siniestrado, ni se te ocurra hacerlo sin preguntar antes con nosotros. Compramos tu coche siniestrado o averiado.
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¡Gracias por confiar en nosotros!
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Sorpresas te da la vida – K.N.J
Pedido de este escenario AQUÍ...
Pareja: Namjoon x Lectora
Género: Fluff, Futuros Padres!AU
Argumento: Namjoon y tú estabais impacientes por que vuestro pequeño/pequeña llegara al mundo. Queríais esperar a su nacimiento para saber el sexo; que fuese sorpresa. Sin embargo, la vida había preparado algo aún más sorprendente…
N/A: Lo que se plantea en el siguiente escenario no está fundamentado en nada 100% verídico; probablemente eso no suceda realmente xddd Aún así, ¡espero que os guste!
Descubrir que estabas embarazada fue uno de los días más bonitos e importantes de tu vida: Namjoon y tú, después de dos años de casados, estabais ilusionados por aumentar la familia; os daba igual si era niño o niña, simplemente queríais tener un hijo, un descendiente, un fruto de vuestro amor.
Sin embargo, la cosa había sido complicada…
Tras intentarlo durante medio año, no quedabas embarazada, y estabais muy preocupados ante tal situación… Aún ilusionados, consultasteis a un médico para ver qué era lo que podía estar sucediendo y qué se podía hacer para aumentar las posibilidades de quedar embarazada. Tú estabas atacada por si alguno de los dos resultaba ser estéril, pero después de haceros numerosas pruebas, ese no fue el caso, gracias a Dios. Sin embargo, sí que había un “problema” con tu proceso de ovulación, y es que era muy irregular. Esa era la razón por la que, cada vez que lo intentabais, no atinabais con el momento clave. El médico os dijo que lo siguierais intentando un poco más de tiempo y, para ayudar en el proceso, te propuso un tratamiento muy sencillo, que básicamente consistía en tomar unas pastillas.
Esa misma noche te las tomaste, y Namjoon quiso poner a prueba su efecto…
Al mes, notaste que ya llevabas un par de semanas que te sentías rara, y no pudiste evitar el pensamiento de que, tal vez, por fin el milagro había sucedido. Efectivamente, tras ir a la farmacia que había al lado de casa y comprarte una prueba de embarazo –mejor dicho, seis pruebas de embarazo–, viste como las dos rayitas coloreadas daban la señal tan esperada: ¡Estabas embarazada!
Lloraste como nunca en el baño de tu casa, dando saltos de alegría mientras mirabas incrédula el asqueroso palito mojado con pipí –y, así, el mismo arranque de euforia con todos los palitos de las cinco pruebas de embarazo que quedaban, porque sí, las usaste todas–.
Esa noche, cuando llegó Namjoon a casa, se encontró una cena muy particular: en la mesa había sólo un plato, y ahí... tus seis palitos con pipí. No se te ocurrió otra manera original para decírselo, pero a Nam le hizo la misma ilusión y lloró igual.
No obstante, si pensabas que todo ese tiempo intentando quedarte embarazada fue un periodo agónico, no podías ni imaginarte lo que serían los primeros meses de embarazo: calores, antojos a todas horas, fatiga constante, calambres, vómitos…
Los primeros 4 meses fueron, literal, un infierno –porque encima era verano–; pero para Namjoon también: el pobre no sabía cómo manejar a su mujer embarazada y malhumorada 24/7 a la vez que su sacrificado trabajo. Al final decidió dedicarte más tiempo a ti, dejando a un lado sus composiciones y proyectos por un tiempo –las fans lo entendieron y lo siguieron apoyando y animando, felices por ver cómo su «líder» daba testimonio de lo dedicado que era, tanto en el ámbito profesional como en el personal—.
Al llegar el otoño y la temperatura un poco más aguantable, todo pareció calmarse: tú estabas de mejor humor, y los vómitos y todo lo malo había cesado; de manera que Namjoon pudo volver poco a poco a retomar cosillas de su trabajo.
Mientras tanto, «haba» crecía la mar de bien. Sí, a vuestro bebé lo llamabais «haba» porque en la primera ecografía, lo primero que se te vino a la mente tras ver un minúsculo circulito en la pantalla de ultrasonido fue la imagen de una haba, como esas que cocinaba tu abuela para el potaje de los domingos…
El potaje de habas de tu abuela… Mmmm... Por casi se te cae la baba ahí tumbada, pensando en comida en vez de en tu bebé.
Nada más salir de la consulta médica te dio tal antojo que, al llegar a casa, llamaste corriendo a tu abuela para que te diese la receta, aunque ni de lejos te saldría el potaje como a ella.
No solo llamabais «haba» a Haba por eso, sino porque Nam y tú habíais decidido no saber el sexo de vuestro hijo/hija hasta que naciese, por lo que necesitabais algo, un apodo o mote, para poder referiros a él/ella; y «haba» os pareció gracioso –aunque te daba hambre–. Os parecía la forma ideal de no categorizar a vuestro futuro bebé en términos de sexo; fuese chico o chica, o lo que decidiese ser en el futuro si no estaba a gusto con lo que la naturaleza le había dado, lo amaríais y respetaríais de igual manera. Así, las cositas que ibais comprando –y regalando– eran unisex, sin esa prototípica partición de rosa–chica; azul–chico.
Por otro lado, también os apetecía el factor sorpresa, para qué vamos a mentir; aunque fuesen nueve meses de incógnita, considerabais que la espera valdría la pena.
Sin embargo, un error médico provocó que te enteraras del sexo de Haba:
“¡Bueno, pues ya está!” –dijo la sonograsista, apartando el aparato de tu abultada panza de embarazada, y cogiendo una toalla para proceder a limpiar la pringosa y fría gelatina con la que te había embadurnado minutos antes.
Ese día te tocó ir sola por primera vez a hacerte la ecografía rutinaria; era la última ya, la del último trimestre. Namjoon, al encontrarse fuera del país por unos días, evidentemente, no pudo acudir, pero a ti ni te iba ni te venía. Si total, te iban a decir lo de siempre: que todo estaba bien y que te controlases con los antojos, que estabas ganando más peso de lo normal.
Lo único diferente ese día era la sonograsista que te atendió –es decir, la persona que hace las ecografías–, que no era la de siempre; de manera que no tenía ni idea de que el sexo de Haba debía de ser una incógnita…
“Tu bebé está perfecta.” –dijo la pobre mujer, inocentemente.– “Estarás deseando ver la carita de tu hija, ¿no?”
Tú la miraste fijamente, no creyendo lo que estabas escuchando.
“…¿Qué?…” –preguntaste incrédula, incorporándote.
Por casi la matas.
En tu mente te imaginaste mil y una maneras de asesinarla por joderte lo que habría sido la sorpresa de tu vida. Siete meses esperando pacientemente para poder vivir ese momento especial con tu marido para que, de repente, la tía esa te chafase la sorpresa. Menos mal que no tenías el mal humor de los primeros meses, si no ya te la habrías comido. Al contrario: le sonreíste falsamente mientras te recolocabas el vestido, cogiste tu bolso y te despediste. Ya luego, de camino a casa, la pusiste verde.
Cuando Namjoon te llamó esa noche, no pudiste evitar contarle lo ocurrido.
“Entonces… ¿sabes el sexo de Haba?” -decía la voz estupefacta de Nam, desde el otro lado del teléfono.
“Sí…” –suspiraste, abatida, para enseguida volver con tu ataque de enfurecimiento– “¡Pero qué rabia me da! Ya podrían haber apuntado ese dato en mi ficha o algo. Qué poca profesionalidad. Qué poco compromiso con los pacientes. No pongo una reclamación porque me da mucha pereza, pero manda huevos…”
Escuchabas la ligera risilla de Namjoon; después, hubieron unos segundos de silencio. Podías sentir que Nam iba a decir algo.
“…Entonces… ¿Qué es?”
“El qué.”
“Haba.”
“Un bebé.”
“¡El sexo! ¿Niño? ¿Niña?”
“Aaaaahhh…” –chasqueaste la lengua repetidas veces– “Ni lo pienses. Puede que se me haya estropeado la sorpresa a mí, pero tú te esperas hasta el final, mi vida.”
Así lo decidiste y así lo hiciste: No le dijiste nada sobre Habita a Namjoon a pesar de que éste te insistió y reinsistió hasta la saciedad por dos semanas seguidas. Según él, era injusto que tú lo supieras y él no, aunque hubiera sido debido a un error. El pobre, más bien por resignación, aceptó finalmente su destino: que no sabría nada hasta que salieses de cuentas.
Los últimos meses pasaron muy rápido y, en un abrir y cerrar de ojos, ya estabas a tan solo dos semanas de la supuesta «salida de cuentas». Namjoon y tú estabais pletóricos, y no podíais esperar a ver la carita de vuestra Haba.
Fue en la madrugada de una noche a mitades de enero cuando, tras levantarte a tomar un poco de agua, empezaste a notar las primeras contracciones. Fueron muy leves, a penas perceptibles, pero supiste identificarlos después de haber leído durante todos estos meses mil libros sobre embarazos, y visto otros mil documentales.
Despertaste a Namjoon quien, exaltado, se incorporó, pensando que algo malo pasaba. Se relajó al ver tu cara de emoción.
Durante esa noche no sentiste más la presión de las contracciones, y dormiste tranquilamente bajo el cálido abrazo de tu marido; mientras él, por otro lado, no pudo echar ojo, nervioso por la emoción al saber que en nada Habita vendría al mundo.
Al día siguiente, los dolores se fueron intensificando cada vez más, por lo que considerasteis que ya era el momento de ir al hospital y preparar todo para quedarte ahí y esperar a que Haba decidiera salir. Entre tanto, Namjoon estaba nerviosísimo; incluso más que tú. Se sentía un poco perdido e inútil, sin saber exactamente qué hacer mientras te veía en la habitación de hospital sufriendo los dolores.
Todos los indicios daban pie a que el parto iba a ser natural, por lo que, cuando el momento clave al fin llegó, Namjoon pudo entrar contigo a la sala de parto.
Agarrando bien fuerte su mano, seguías todas las indicaciones que el obstetra que iba dando –a pesar de que el intenso dolor y el esfuerzo estaban acabando contigo por momentos…–. Nam no podía creerse lo que estaba viviendo; era un momento entre desesperante y a la vez maravilloso –y un poco traumante también–. Pero no podía dejar de pensar en lo maravillosas y poderosas que son las mujeres, y lo agradecido que está por la existencia de las mismas; pero, sobre todo, lo agradecido que está de que existas tú y seas tú la madre de su bebé.
Parecía ser el momento cumbre, en el que tenías que empujar con todas tus fuerzas para que Haba saliese del todo, y Namjoon no podía hacer más que mirarte con admiración. Estaba como extasiado viviendo ese momento tan mágico y surrealista.
Namjoon, de repente, escuchó unos quejidos roncos que en segundos se convirtieron en el llanto de Haba. Y ante ese sonido, el corazón se le paró por un instante.
“____, Haba está fuera. ¡Haba al fin está aquí!” –decía Namjoon al borde de las lágrimas, acercándose tu mano a los labios para depositar un tierno besito en el dorso.
“¡Mi Habita!” –dijiste tú, llorando, mirando a Namjoon sin creerte que al fin todo había pasado y tu pequeña bebé ya estaba fuera.
Haba había sido llevada por la matrona nada más cortársele el cordón umbilical para, así, poder limpiarla bien y evitar el riesgo de que se atragantara, o cualquier cosa, con los restos del parto. De manera que ahí estabais, como en una ensoñación, aliviados de que esto había terminado y deseosos de ver a vuestra criatura –y bueno, Namjoon curioso de saber cuál era su sexo–.
“Bueno, papás,” –la matrona se acercó con Haba en brazos envuelta en unas toallas, limpia y preciosa.– “aquí está vuestra preciosa hija.”
Namjoon al escuchar «hija» no pudo aguantarlo más y se echó a llorar como un niño pequeño; así, los sollozos de padre e hija se entremezclaban. La matrona te colocó a tu bello bebé en tus brazos y, embelesados, tú y Nam observasteis cómo lentamente el llanto de la pequeña cesaba al sentir la amorosa mirada de su papá y su mamá.
El amor a primera viste existe.
Sin embargo, tú seguías sin encontrarte del todo bien, a pesar de la felicidad. Parecía que los dolores continuaban y, aunque intentaste aguantarlo, se estaba volviendo insoportable. Era como si fueses a ponerte de parto otra vez…
“Doctor… Me duelAAAAAAAHHHHHH!” –No pudiste ni terminar la frase porque, de repente, el instinto de apretar te vino de nuevo, sin poderlo evitar. Sentías que tenías algo más que expulsar, que no estabas del todo vacía…
El obstetra, que se había quitado los guantes ya y todo, se volvió a sentar frente a ti, alarmado y descolocado. No sabía qué estaba pasando.
Namjoon, que no entendía nada tampoco, sólo se adelantó a coger a Haba de tus brazos y pasársela a la matrona, que estaba ahí preparada para llevar al bebé a descansar. Estaba preocupado por si algo se había complicado y ahora estabas tú en peligro.
En definitiva, la sala de parto se volvió un caos: los médicos no sabían qué estaba pasando, Nam menos, y tú no parabas de gritar y apretar.
Tras unos minutos de confusión, el doctor descubrió lo que pasaba: Estabas de parto… otra vez. Durante todo este tiempo no había habido una sola Haba en tu útero, sino dos.
“____, te va a parecer extraño pero… Estás a punto de dar a luz a tu otro bebé.” –anunció el obstetra, volviendo a ponerse unos guantes.
“¿¡QUÉ!?” –gritasteis tú y Namjoon al unísono.
Esto sí que era una sorpresa. Al lado de esto, lo de esperar hasta el nacimiento para saber el sexo se quedaba en una minucia.
“¿Se está quedando conmigo, doctor? ¿¡Cómo que otro bebAAAAAAAHHHH!?
No cabía dudas, estabas de parto otra vez.
Namjoon simplemente estaba ahí, con su mano siendo estrujada de nuevo por la tuya, mirando con la boca abierta y los ojos como platos cómo el doctor sacaba a vuestro segundo bebé –esta vez mucho más rápido–.
No daba crédito. Estaba atónito. Sin palabras.
El nacimiento de vuestro segundo bebé fue una experiencia igual de mágica y especial; la sorpresa al saber de su existencia en ese mismo momento fue lo que la hizo única. De igual manera que con Haba, nada más salir el bebé, la matrona se lo llevó para lavarlo.
“No hay más, ¿no?” –fue lo primero que preguntaste, lo que provocó la risa del doctor.
“¡No! No hay más, confirmado.” –contestó quitándose los guantes, esta vez seguro de que no tendría que volver a ponerse otros.– “Cuando estés… bueno, estéis” –dijo mirando a Namjoon, viendo su estado. Parecía que él mismo era el que había parido.– “más tranquilos, relajados, y hayáis descansado, me paso a veros para hablar de… esto…”
Ni el doctor sabía cómo llamar a lo que acababais de vivir. Jamás, en todos sus años de carrera profesional, había asistido un parto múltiple –sin saber que era múltiple desde el principio–. Ya tendría anécdota para contar a todos sus colegas.
Namjoon te miró. Tú lo miraste. Ambos comenzasteis a reír ante lo absurdo de la situación.
La matrona de nuevo apareció.
“Aquí está vuestra segunda princesita.” –dijo la amable mujer, depositándola esta vez en los brazos de Namjoon, porque tú estabas ya que no podías ni con tu alma.
Namjoon, antes de bajarla a tu altura para que la pudieses ver tú también, se la quedó unos segundos para él, viéndola de cerca. La bebita estaba muy tranquila y en paz. No había ni llorado cuando había salido.
Le parecía lo más hermoso que había visto en la vida. Sintió su corazón comprimirse en su pecho y de nuevo estaba llorando, emocionado al conocer a ese pequeño trocito de cielo que había llegado inesperadamente.
Con el dedo índice acarició su naricita tiernamente –le recordó a la suya– y le dio un besito. Casi se cae desmayado ante el tierno quejido de su pequeña.
De nuevo, amor a primera vista.
El universo le había regalado, no una, sino dos «habas». Seguía estupefacto, pero feliz.
Te pasaron ya a tu habitación para que pudieras descansar, y os llevaron allí a vuestras Habas. Todavía parecía irreal verlas ahí a las dos tras pensar durante casi ocho meses que lo que tendríais sería un sólo hijo. Ahora os tocaba duplicar todos los muebles y ropita que habíais comprado, pero eso era lo de menos: el concienciarse de que, de dos miembros –Nam y tú– pasaríais a ser cuatro de golpe era lo que iba a ser difícil; nadie os había preparado para esto. Pero estabais con ganas de aceptar este reto que la vida os había puesto delante de vosotros.
Habita –la Haba original– era una llorica, mientras que la segunda habita era más tranquila y dormilona.
Todo hay que decirlo: Haba 1 era más tú y Haba 2 más Nam, pero a ambas las amabais por igual. Ahora sólo os faltaba encontrarles nombres de verdad y dejarles de llamar como una legumbre.
¡Hello! 🐻
Aquí os traigo este escenario de Namjoon. ¿Qué os ha parecido? ¡A mí me ha resultado muy tierno de escribir!
Ojalá Nam fuese el padre de mis hijos JAJAJAJA XD okno; Pero en serio, imaginar a Nam como futuro papá es bellísimo.
En fin, ¡espero que os haya gustado, bbys! ✊🏼😭
Si queréis, siempre podéis dejarnos vuestras opiniones o cualquier cosa que os apetezca decir con respecto a lo que leéis. ¡Nos hará mucha ilusión! :D
¡Un beso enooooorme para todxs, y mil gracias por leer! 🌸💜
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hornos para pan usados
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Si está buscando técnicos especializados en la reparación de Lavadoras Whirlpool en Madrid, llámenos y rápidamente dispondrá de un técnico en su domicilio para reparar la avería de su lavadora en el menor tiempo posible y con el mejor resultado. La verdad es que esto me ha llevado a comprar otra lavadora que por supuesto no será de la marca AEG pues entiendo que no es tan vieja como para no tener recambios. Estamos autorizados por diferentes casas y marcas tan importantes como Samsung, Whirlpool, etcetera, para ocuparnos de la reparacion, revision y mantenimiento de sus electrodomesticos, en este caso las lavadoras. La Línea Gama Blanca se refiere a los principales electrodomésticos del hogar relacionados con la cocina, conservación y limpieza. 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Jueves, 19 de septiembre de 2019
Δικταδο
Hoy hemos comenzado la clase con un dictado, en mi opinión ha sido un poco complicado, porque se me hace difícil escribir en otra lengua y más si es rápido. Seguramente me haya equivocado en bastantes cosas, que no me preocupa mucho porque Ana nos ha dicho que solo llevamos 4 días aprendiendo el idioma y que equivocarse es la mejor forma de aprender.
Después de acabar el dictado, hemos jugado al teléfono estropeado, me ha parecido divertido y me gustaría volver a repetirlo.
Para acabar la clase, Ana nos iba preguntando el alfabeto griego y quien fallara tenía que bajar escaleras, ¡¡sólo he bajado una vez!!
Me ha gustado bastante la clase de hoy, ojalá fueran todas así.
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Glee «Beauty routine»
Mayo de 2025
-Buenas tardes Señor Hummel… -¡Helen!, qué maravilloso es cuando contestas de inmediato… —respondió Kurt del otro lado del teléfono. -Es que voy saliendo de mi casa y tenía el teléfono en la mano, ¿necesita algo? -Por supuesto que sí… —contestó su jefe mientras se paseaba de un lado a otro en el dormitorio— necesito los trajes que diseñe, corté y cosí para mi, mi esposo y mi pequeño hijo y que quedaste de traerme en la mañana… —añadió mirando la hora en el reloj que había sobre la chimenea. -Lamento contradecirlo Señor Hummel, pero ese día le deje claro que le llevaría los trajes a las 3, porque en la mañana tenía que resolver algunos asuntos con su contador… —aclaro Helen mientras salía de su departamento, Kurt levantó la ceja al escuchar eso de «dejar en claro»— ahora mismo voy saliendo para su casa… -Perfecto y por favor asegúrate que el cuello de las chaquetas y las corbatas estén bien planchadas…. -Me asegurare Señor Hummel, ¿algo más?…
-Un momento Helen… ¡cariño!… —dijo Kurt al ver entrar a su pequeña hija, estaba con pijama y despeinada como siempre, arrastraba a «Rita» por las orejas y parecía impacientarse por algo— te dije que me esperaras en la cama, ¿recuerdas que estás un poco enferma?… —agregó su Papá acercándose.
-Muy bien… —dijo entrando al cuarto de Lizzie, dejo a la pequeña devuelta en la cama y se dispuso a sacar los productos de belleza desde una pequeña maleta como de viaje, su hija miraba con atención aquel procedimiento y tomaba todo lo que su Papá iba dejando sobre la cama. -¿Cual es el que me pone «bomita»? -Pues todos ayudan bebé, el secreto de la rutina de belleza, es combinarlos todos en las proporciones adecuadas… —respondió Kurt sacando mas frascos. -¡Oh!.... —exclamó Lizzie alargando la «o» hasta que se le acabó el aire. -¿Empecemos cariño?... -¿Y el «Papábem»?, ¿no se pondrá «bomito»? -Pues el «Papáblen» es super extra guapo, así es que no necesita nada de esto cariño… ahora, comenzaremos por esta loción que limpiara nuestra piel más que ningún jabón que se haya inventado hasta ahora… —explicó humedeciendo una mota de algodón con el líquido de una botella de vidrio— haz así… —dijo echando un poco su cabeza hacia atrás, Lizzie imito aquello pero 10 veces más exagerado— muy bien bebé… —agregó queriendo reír, le tomó el mentón y le aplico solo un poco de la loción limpiadora esparciendosela por toda la cara— ahora yo… —dijo haciendo lo mismo pero con el triple de producto— ¿como te sientes bebé? —añadió tomando un segundo frasco. -Muy limpia y joven… —respondió Lizzie tomando aire. -Objetivo logrado entonces… ahora… usaremos esto otro que es una loción humectante y que se aplica previa a la crema «anti edad»… —dijo Kurt mostrándole a su hija la etiqueta del producto en cuestión y en donde se explicaban todos sus beneficios, Lizzie miró como si leyera a la par con su Papá— y si la usamos junto a esto… el resultado será mil veces mejor— añadió enseñando un par de rebanadas de pepino. -Eso es para la «enlasada»… —dijo Lizzie arrugando bien la frente. -Lo es… pero también sirve para este propósito, así es que... vamos a aplicar un poco y lo dejaremos actuar cinco minutos— agregó mientras lo destapaba y presionaba el aplicador— un poco aquí… otro acá, ponemos estas cositas y esperamos… —dijo poniendo un poco de loción bajo los ojos, en las mejillas y en la piel del entrecejo de su hija para luego poner las rebanadas de pepino una en cada ojo, acto seguido, repitió lo mismo en su propia cara y se recostó junto a ella a esperar los minutos que sugería el fabricante.
-Me gustaría interrumpir esta rutina de belleza, pero creo que interferiré con la acción de algún producto… —dijo Blaine mirando a su esposo e hija que reposaban en la cama uno al lado del otro y en la misma posición. -Muy sabio de su parte Señor Anderson-Hummel, nada me irrita más que me interrumpan cuando me estoy poniendo guapo… —respondió Kurt sin moverse. -Pues debe saber que usted… Señor Hummel-Anderson… no necesita nada para ponerse guapo… porque ya lo es… —dijo su esposo al tiempo que se agachaba junto a la cama y le quitaba una de las rebanadas de pepino, Kurt sonrió y abrió el ojo descubierto solo un poco— hola… —añadió sonriendo. -Hola...¿llegaste hace mucho? -No tanto… aunque lo suficiente para notar que tu acompañante se quedó dormida… —dijo Blaine señalando con un gesto a su hija. -¿Será posible?... —dijo este enderezándose con cuidado, le quito los pepinos para comprobar que la pequeña efectivamente se había quedado más que dormida— vaya cariño… menos mal que no estábamos en el .«Tata Harper Spa», o nos habrían cobrado un cargo extra por alojamiento… —añadió dándole un beso en la frente, Lizzie rezongó entre sueños y se dio media vuelta para quedar de espalda a sus padres— ¿me ayudas? —dijo señalando los frascos esparcidos por la cama. -Por supuesto… —respondió Blaine incorporándose— ¿Lizzie ha estado bien? -Muy bien… se que es un poco desmedido exigirle que se quede en la cama, pero prefiero pasar por exagerado a que le suceda algo mas grave por no tomar las precauciones. -Muy de acuerdo, que puedo decir… —dijo Blaine mirando los frascos de a uno, -¿Como te fue?... —pregunto Kurt mientras ayudaba con el orden. -Bien, fue una estupidez que quería Elwood… nada importante... me encontré con Helen en la entrada. -¿Helen mi asistente? -Ella, me entregó los tres «zipper» con nuestros trajes para la actividad de Henry… —respondió Blaine mientras guardaba cosas en el «nécessaire» de diseñador. -¿Y por qué te los entrego a ti? -No lo se… solo lo hizo… y estoy bastante seguro que incluso quería dejarlos con el Señor Jenkins. -Vaya con tu profesionalismo Helen Fitzsimmons, seguro y se dio cuenta que traspasó la línea con eso de «le deje bien claro»… —dijo Kurt haciendo ademanes exagerados— hablare con ella al respecto, no creas que no… -OK… entendí la mitad de lo que dijiste, pero asumo y tienes tus razones para estar molesto… -Las tengo… obvio que las tengo… —respondió su esposo mirando a su alrededor como comprobando si ya había guardado todo— ¿quieres ver los trajes? -Por supuesto que quiero… no me dejaste espiar nada y me muero de curiosidad desde el día uno, ¿te quedaron bien? -Apuesta tus mejores partes a que así es… todo muy 1800… —dijo Kurt rodeando la cama de su hija, la volvió a arropar y le dio otro beso— antes de irme pondré orden en ese cabello cariño...—susurro sonriendo, luego miro a su esposo y le indico con la mirada que ya podían salir, Blaine tomó los productos y lo espero parado en el umbral de la puerta— ¿donde dejaste la ropa?... ¿que?... —pregunto Kurt al ver que Blaine lo miraba casi sin pestañear. -Nada, bueno, si… te ves muy guapo… -¿En serio?... —pregunto de vuelta Kurt en tono coqueto. -Mucho… -Y eso que ni siquiera pude terminar el tratamiento completo… imagínate como vería si me hubiese puesto todo lo indicado… —dijo Kurt acercándose un poco a él. -Lo imagino… -¿Te cuento una cosa? -Siempre… -Lizzie me pregunto si tu no te pondrías bonito… bueno, dijo «bomito», pero asumí y era eso lo que quería decir… -Seguro y lo fue… ¿y qué le dijiste?... —quiso saber Blaine tomándolo por una de las trabillas del pantalón con la mano que tenía libre. -Pues… —comenzó a responder Kurt mientras le acariciaba el pecho— le tuve que decir la cruel verdad… -¿Y cual es esa? -Que tú, Blaine Anderson-Hummel, eres demasiado guapo como para necesitar tratamientos de belleza… -¡Oh…!, que dulce… gracias… —dijo acortando distancia para darle un beso, Kurt se adelantó, le tomo la cara y se lo dio primero convirtiendo el pequeño mimo que tenía planeado su esposo en un encuentro de labios mas largo y apasionado -Que maravilla sentir que aun me quitas el aliento… —susurró Kurt sin apartarse. -Eso es porque soy súper guapo… -Y lo serás más cuando te pongas ese traje que diseñe pensando en el tú del 1800… elegante y sofisticado llegando a un salón extra decorado, conquistado a todas las señoritas, pero mirando de reojo al joven guapo e interesante que esta parado en uno de los rincones, el protegido de los Pinkerton… -¿Pinkerton?... —repitió Blaine mirándolo de medio lado. -Suena como de la época, ¿no crees? -Lo creo… ¿y asumo y tu serias aquel joven protegido, guapo e interesante?… -Obvio… —respondió Kurt haciendo un gesto engreído— y debes saber que en el 1800 mi mérito seria doble, porque no tendría todos esos productos que cargas… —agrego mirando de reojo su «nécessaire» de diseñador. -No los necesitas ya te lo dije… —advirtió Blaine haciéndole un pequeño cariño en la cara. -Mentiroso… le advertiré al Señor Pinkerton de tu comportamiento… -Te amo… -Lo se… —respondió Kurt dándole otro beso— ¿alistemonos? -Alistemonos… —repitió Blaine pensando que fuera el tiempo que fuera, sus ojos siempre terminarían en él, ya sea en el 2025 o en el 1800, en los extra decorados salones del señor Pinkerton.
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12 de enero 2019.
"Escapada de amor", así lo llamamos. Desde el comienzo de nuestra relación ya sabíamos a donde queríamos ir en nuestro primer viaje juntos, a un pequeño pueblo llamado “Galipán” en la hermosa montaña que hay en mi ciudad Caracas. Con un rico clima frío de montaña y la perfecta posada con una vista espectacular, era un sueño que queríamos alcanzar. Disfrutar de un tiempo a solos, desconectados del mundo, simplemente apreciando el lugar y el estar con el otro. ¡Nos moríamos por ir!
Al principio, fue difícil conseguir el dinero y decidir la fecha del viaje, pero después de varias semanas ahorrando - con ayuda de nuestro cómplice de travesuras - y pensando cuál sería la mejor fecha para ir, ¡lo logramos! Conseguimos los medios y el tiempo para lanzarnos a esta aventura y desde ese momento estábamos muy emocionados y ansiosos por cumplir este tonto sueño que nos causaba tanta ilusión.
El día llegó, comenzó bien, se sentía un día prometedor. Nos encontrábamos más que felices y sonrientes por aquel lugar que tanto queríamos visitar. Sin embargo, se nos presentaron un par de dificultades que nos pusieron de mal humor, frustrados e impacientes. Ya habían pasado muchas horas y todavía no habíamos podido llegar a nuestro destino. Estábamos agotados del viaje, con las maletas pesadas y los pies cansados por tantas horas de estar esperando que saliera el transporte hacia donde nos dirigíamos. Me sentía triste y un poco desesperada porque pensaba que nos íbamos a perder la reservación de la posada. Afortunadamente, en el último intento antes de rendirnos, la situación mejoró y por fin ya estábamos en marcha a la posada.
Hace un año había conocido este lugar por un evento que hice con una agrupación de la universidad. En ese momento apenas estaba conociendo a mi novio, llevábamos tan solo unas semanas hablando y todavía recuerdo el estar en la madrugada hablando por teléfono con él en mi habitación de ese momento en la posada. Ir de nuevo juntos significaba mucho para mí.
"Ya falta poco" me repetía en mi mente con saltos de alegría y una sonrisa que no podía quitarme de la felicidad; mi novio estaba igual de entusiasmado que yo. Los dos parecíamos unos niños chiquitos cuando los llevan por primera vez a un parque de diversiones.
Después de un día con algunos contratiempos, llegamos a la posada y recibimos nuestra llave de la habitación que sería nuestra por los siguientes tres días. Al momento de dirigirnos a dejar nuestras cosas en la cabaña me dí cuenta que ya faltaba poco para que empezara el atardecer, yo no podía con la emoción y, en ese instante, apreté ligeramente la mano de mi novio para que me viera, mis ojos reflejaban claramente mis ansias de ir a ver la terraza que teníamos enfrente. Él entendió rápidamente y me jaló para que empezáramos a caminar. Ya yo estaba sonriendo, habían quedado atrás todos los problemas que se presentaron en el día. Nada importaba. Lo habíamos logrado.
Agarrados de la mano nos acercamos a ver la hermosa vista, nos quedamos unos segundos apreciando el panorama y al mismo tiempo pero sin planearlo ambos suspiramos, los dos estábamos asombrados y extasiados con el paisaje. De un momento a otro algo inusual pasó. Las nubes taparon el mar de una manera semejante a como se ve el cielo cuando viajas en un avión. Era algo increíble. Era hermoso. El paisaje se veía tan frágil que parecía ser una pintura hecha por un gran artista. Se sentía irreal. En ese instante, formábamos parte del panorama.
Cuando me dí cuenta, mi novio se había puesto detrás de mí y tenía sus brazos alrededor de mi cintura. Me sentía amada. Me sentía en calma y feliz. Todo fue hermoso los siguientes días, incluso con las cosas malas que pasaron luego (quedarnos sin agua caliente, que las personas de la cabaña de al lado hacían mucho ruido, el frío matador de la noche, no comer bien por falta de presupuesto). Nada nos quitaban nuestra tranquilidad. Ahora nos reímos de esos “detalles” que pudieron haber estropeado nuestro viaje pero que en cambio lo convirtieron en un recuerdo divertido.
A la mañana siguiente de haber llegado lo primero que hicimos fue abrir las ventanas de la cabaña. La vista del mar en horas de la mañana era casi tan encantadora que era la vista en el atardecer. El cielo despejado, la línea que se forma cuando el mar y el horizonte se juntan, las montañas que nos rodeaban y la suave neblina que nos hacía temblar de frío. Todo era maravilloso.
Lo más especial del momento era estar con él contemplando ese hermoso cuadro vuelto realidad. Nada podía ser mejor. Deseaba con todas mis ganas detener el tiempo, quedarme en esa burbuja de felicidad con él. Nuestra escapada de amor fue mágica, inigualable, gloriosa.
Este es uno de mis recuerdos más preciados junto a ti, mi amor. Te amo con todo mi corazón. Algún día volveremos y formaremos parte de esa obra de arte de nuevo.
18 de abril 2019.
- Lita.
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REGALOS LLENOS DE AMOR ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️ ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️
REGALOS LLENOS DE AMOR
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“El mejor de todos los regalos alrededor de cualquier árbol de Navidad, es la presencia de una familia feliz, todos envueltos el uno en el otro”. Burton Hillis.
“El mayor regalo es una parte de ti mismo”. Ralph Waldo Emerson.
“Nadie se ha vuelto pobre por dar”. Anne Frank.
Hoy comenzamos el último mes del año, el de Navidad, el de los regalos, el de los días especiales y celebración con los que amamos… el de… “Vuelve a casa por Navidad”, el de extrañar tanto a los que están lejos o nos faltan en esta tierra, el de recuerdos de niñez….
Se cuenta una anécdota corta y preciosa a mis ojos, de modo especial en estos días en los que parece que lo que prima es correr de aquí para allá, comprar regalos y pensar en muchas cosas que en ocasiones son demasiado poco importantes en realidad. Permitid que la comparta con todos vosotros:
“Vivían en un pequeño pueblo, una familia con dos hijos pequeños, un buen día, el padre observó que su hija de tres años, había estropeado un rollo de papel dorado para envolver regalos, que tenían en la casa, pues… eran pobres y no les sobraba el dinero…
Se acercó hacia su hija y la riñó muy seriamente por estropear el papel de regalo, ya que se la encontró envolviendo una pequeña caja.
Al día siguiente, la niña regaló a su padre la cajita muy bien envuelta con el papel de regalo, el padre se sintió avergonzado por haber recriminado a su hija el día anterior.
Cuando abrió el paquete, observó que la cajita que contenía estaba vacía, por lo que el padre de nuevo se enfado y recriminó a su hija, que su regalo fuese solo aparente, ya que la cajita estaba vacía.
La pequeña, miro a su padre con los ojos llenos de lagrimas por no apreciar convenientemente su regalo y le respondió:
– «¡Pero, papá, no está vacía!. ¡Yo metí besos para ti!»
Entonces el padre, de nuevo se arrepintió de haberse enfadado con su hija y la abrazó cariñosamente, y le pidió que le perdonara.
Se cuenta que el hombre guardó su regalo dorado cerca de la cabecera de su cama durante muchos años y que siempre que le pasaba algo, tomaba uno de los besos que su hija con tanto cariño había depositado en la cajita, recordado el amor que ella había puesto en el regalo”.
La verdad es que me emociona esta pequeña historia, y tengo que pedir perdón por muchas cosas, por permitir meterme en la corriente del consumismo, porque, siempre intento regalar lo que me parece que va a gustar mas a la persona a la que que regalo, o a mí misma al comprarlo… Aquella cajita envuelta en papel dorado, estaba llena de besos guardados con el más profundo cariño, y a la hora de la verdad, eso es lo que cuenta. Dar y recibir cariño a todas las personas que quiero o, tal vez puedan necesitar algo.
Este año, de esos pocos amigos del alma que ya le quedaban a mi madre, esos que van enfermando, muriendo… pero que jamás se olvidaban de ella en unas fechas como estas, había un matrimonio que siempre tenía una fineza, y digo fineza porque así eran, cualquier cosa, no sólo con mucho cariño; sino con gusto y delicadeza. Hace unos cuantos meses partió él, y al poco tiempo su esposa. Este año, ya no llegará esa fineza , que cuando llegaba, mi madre me hacía buscar en su viejo listín de teléfonos de siempre, y de los fijos. Siempre digo que conservamos el teléfono fijo por ella, para poder comunicarse con esos ya muy poquitos amigos del corazón que le quedan, con la única hermana que le queda…
¡REGALOS!
Hay muchas clases de regalos, unos porque llega el momento de hacerlos, regalos de diferentes clases, y los más bonitos del universos,…
¡REGALOS LLENOS DE AMOR!
En ocasiones son poco valorados, pero sigo pensando que la cajita de papel dorada llena de besos que guardamos muy cerca del corazón, y que abrimos, cuando lo necesitamos para tomar un beso sincero, es lo más precioso que existe, luego vendrá…. Lo que podamos de forma práctica; pero en palabras bíblicas…
“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”. 1ª Cor. 13. 13.
Y hay un amor y un regalo que está muy por encima de todos los demás, el gran y maravilloso amor de Dios, que envió a su hijo al mundo para lograr nuestra salvación y vida eterna. ¿No te apetecería abrir ese regalo? No está envuelto en papel dorado, está teñido de sangre preciosa, el más alto de los precios…
¡GRACIAS A DIOS POR SU DON INEFABLE!
❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️ ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️
Beatriz Garrido ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️
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Proyecto 1: Listín Telefónico.
Sólo me ha dado tiempo a limpiar la carcasa del listín telefónico, y ahora tengo que maquetar las hojas para poder reutilizar el sistema. No quiero dejarlo como una caja, porque realmente así no serviría para nada, y realmente siento que, a día de hoy, sí que es necesario tener un listín telefónico aparte del del movil. Si te quedas sin movil por cualquier cosa, o necesitas acceder a ciertos números ¿qué mejor que tenerlos en un formato físico?
Esta foto la he saacado de todocolección, pero mi listín telefónico es éste justamente (aunque bastante peor conservado).
Estoy viendo cómo quitar el círculo central para realizar el cambio de las letras. Por uso, como tienes que meter un boli o el dedo, se han rallado y no queda muy bonito... Lo más probable es que le cambie el tono y lo convierta en un bronce rosadito o utilice un color más latón plateado, que creo que quedaría bastante mejor que este dorado desgastado que tiene.
Para las hojas, lo que quiero dejar es un hueco "lo más exacto posible", así que no sé si dejar hueco para escribir direcciones postales o sólo dejar el hueco necesario para "nombre, teléfono". No es cuestión de que entre más o menos información, si no de cuánta información quiero dejar por escrito de mis contactos...
En el mío también tiene estropeada la pegatina central (de algún modo que no sé, han intentado quitar la pegatina y pelarlo desde el centro, por lo que ese teléfonito se ha estropeado), así que buscaré una imagen bonita de un teléfono y la cambiaré. ¡Gracias, Fiskars, por darme cortadores redondos de distintos tamaños!
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—¿Puedo echarle un vistazo?
Solícita, le entregué mi abanico. Sin darme tiempo a reaccionar, sacó una pluma y
escribió un autógrafo en él: "Carlos, 70".
"Ay, no", pensé con estupor. Me encantaba aquel abanico y no podía creer que lo
hubiese firmado sin consultarme antes. "Me da igual quién sea —me dije—. Lo que
ha hecho es una grosería". Me lo tendió, por demás convencido de que yo estaría
encantada con su gesto.
—Sería un honor para mí que aceptase el abanico como regalo —le indiqué en mi
mejor inglés—. Es uno de mis favoritos.
Pareció asombrado.
—¿No quieres mi autógrafo?
—No, gracias.
—Es la primera vez que me dicen algo así.
—En tal caso, por favor llévese el abanico y regáleselo a alguien que desee su
autógrafo. Después tengo que asistir a otro banquete y sería una descortesía para con
el anfitrión lucir un abanico firmado por otro. Si no quiere llevárselo, yo me ocuparé
de él.
—Bueno, sí, gracias. —Todavía parecía confuso. Me devolvió el abanico
estropeado.
No tenía tiempo para ir a casa y coger otro, así que llamé por teléfono y ordené a
una criada que me lo llevase al lugar de mi siguiente cita. Le di el abanico con el
autógrafo del príncipe y le pedí que se deshiciera de él. Más tarde, me encontré con
otra maiko que también había asistido a la fiesta en el jardín.
—¿Qué pasó con aquel abanico, Mine-chan?
—No estoy segura. ¿Por qué?
—Porque si tú no lo quieres, me gustaría quedármelo.
—Tendrías que habérmelo dicho antes. Creo que lo han tirado a la basura.
Telefoneó a la okiya de inmediato, pero ya era demasiado tarde: la criada lo había
tirado, tal como yo le había ordenado. Mi amiga lamentó la pérdida del souvenir, pero
yo no, pues, en mi opinión, el príncipe Carlos había estropeado algo precioso.
(Vida de una geisha - Mineko I.)
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