#Saint seiya yaoi
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tarocchilla · 2 years ago
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this GLORIOUS ship doesen't have a neme but i have a few proposals: fishcrab, rosecrab, deathfish, deathrose....im voting fishacrab
18/09/23
Evil gay people from the other fandom I really like the trasparent too maybe ill print a sticker for myself with it
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a-schwarzung · 9 months ago
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Unexpected Attraction - Capítulo 7
Camus estaba haciendo algunos ajustes en una fotografía cuando notó que su celular brillaba con una notificación. Su celular casi siempre estaba en silencio mientras trabajaba, así que se sintió tentado a ignorarlo, pero cuando leyó el nombre del remitente decidió pausar su trabajo. 
Apenas estaba escribiendo una respuesta cuando notó que le llamaban. 
—Hola. ¿Pasa algo? 
“Hola… Perdona Camus. ¿Estoy interrumpiendo algo?”
—No, estaba tomando un descanso. ¿Pasa algo? 
“Sé qué es un poco tarde, pero no pude pensar en nadie más. ¿Crees que podamos salir?”
El francés miró la hora, muchos locales ya estaban cerrados cerca de la media noche. Pero algo en el tono de voz del menor lo molestó. 
—Dime dónde estás y puedo pasar por ti. 
“No es necesario. Puedo ir a dónde me digas.”
—Sólo mándame tu ubicación. 
Después de colgar recibió un mensaje con la ubicación de Milo, quien al parecer estaba vagando por Campos Elíseos. Tomó lo necesario y salió de su departamento para buscar al otro. Sólo unos minutos más tarde estaba parándose en una de las esquinas de la avenida. 
El joven griego estaba parado, apoyándose en una pared mientras miraba los autos pasar con un aire reflexivo y melancólico. Cuando notó que Camus había llegado le dedicó una media sonrisa poco característica de él. El mayor se limitó a pasarle el casco antes de indicarle con el mentón que se subiera. El otro lo pensó unos segundos antes de sonreírle de nuevo, esta vez con algo más de ánimo. 
Ninguno habló, pero el silencio no resultó incómodo para Milo, quién aún podía recordar la imagen de Kanon empujando a Saga. En ese momento había querido interrumpir la pelea, pero su sorpresa había sido mayor cuando vio la forma en que besaba a Saga. Y así su mundo comenzó a desmoronarse y comprendió porqué Kanon evitaba ir más allá de un beso casual, porqué en ocasiones parecía verlo con algo de tristeza, y porqué otras de sus miradas parecían frías en su serenidad. Se sintió como un ser ridículo y lastimoso que había pasado todo el tiempo actuando en una farsa de la cuál sólo él desconocía el guión.
Su primer impulso fue el de abandonar la casa y comenzar a vagar. No tardó en llegar a una de las avenidas más transitadas y famosas de París. Los restaurantes y cafés bullían de gente, pero ninguno logró captar su atención. Cuando se dio cuenta que ya era tarde, decidió llamar a alguien, quizás un poco de compañía le caería bien. Pero volvió a dudar, porque realmente no tenía amigos en Francia; ni siquiera estaba seguro de tener verdaderos amigos. 
Cuando desbloqueó la pantalla de su celular vio la imagen de perfil de la última persona con la que había conversado. Se trataba de una flor, cuyo nombre desconocía, en medio de la nieve, frágil pero sumamente hermosa. Sus dedos parecían moverse en automático mientras le escribía un mensaje. Si le respondía todo saldría bien, y si no, entonces fingiría que no se trataba de nada importante. 
En cuanto escuchó la voz tersa de Camus se sintió más tranquilo. Para su alivio, el mayor no preguntó nada más después de que Milo se negara a dar una explicación profunda. Sólo había llegado a recogerlo, y ese simple gesto de extenderle el casco bastó para que Milo se sintiera un poco mejor. 
Camus lo llevó hasta el pequeño estudio que rentaba en Butte-Montmartre. El lugar estaba bien localizado; pese a que era pequeño, estaba limpio y bien arreglado. Realmente nunca había estado en un lugar tan pequeño, pero Milo no era ignorante, sabía que las rentas en París eran extremadamente caras y que el mercado inmobiliario estaba en crisis. Aún así, el pelirrojo lograba rentar un lugar en París, haciendo lo que le gustaba y luchando por su independencia como artista. 
Quizás lo que más le gustó fue la actitud de Camus, quien no parecía darle importancia al hecho de llevar a un conocido al lugar que habitaba. Por primera vez Milo pensó que quizás había sido demasiado rápido en juzgar al otro. 
El lugar mostraba cierto refinamiento pese a su sencillez, algo que atraía sus ojos. El menor sólo quiso que Camus no pensara que estaba siendo maleducado. Pero cuando lo buscó con la mirada notó que el francés estaba buscando algo en el refrigerador. 
—¿Quieres algo de beber? Tengo agua mineral, jugo, vino…
—Agua mineral está bien. Por cierto, ¿puedo ver lo que estabas haciendo? 
Milo se acercó al escritorio, pero esperó a tener permiso del dueño antes de asomarse a ver la pantalla. 
—Adelante, estoy dando los últimos retoques a una de las fotos para el club. 
El griego se acercó y se quedó admirando la foto. Se trataba de una playa casi desierta y un cielo nublado, pero en el fondo se podía ver un cúmulo de luz y color. No estaba seguro si se trataba de un amanecer o un ocaso, pero quiso pensar que se trataba de lo primero. 
—Me gusta. ¿Sabes si piensan poner a la venta las fotografías? 
—No lo creo. Para mí podría ser mejor, pero entiendo que el club no es una galería. Además, podría considerarse que ya las estoy vendiendo. Así que al final sería una decisión de Saga o Kanon.
Camus se encogió de hombros con cierta indiferencia, pero se mostró extrañado cuando notó la mueca de disgusto en el rostro del griego. Quiso saber lo que le había pasado, pero tenía el presentimiento de que el rubio se negaría a responder, por lo que decidió dejarlo ser. 
Las fotos no eran urgentes, así que decidió darse un descanso y servirse una copa de vino. Cuando se giró notó que Milo parecía interesado en algo en su escritorio. 
— ¿Puedo? —Preguntó de nuevo, y sin pensarlo mucho Camus asintió. Pero cuando vio la expresión de sorpresa en el rostro del otro, que no tardó en volverse una de enojo, se quedó perplejo. 
— ¿Cómo podrías explicar esto? 
Milo se acercó y casi aventó en su cara una foto. Una foto que por negligencia suya había terminado ahí, increpando su deshonestidad e hipocresía, al igual que el rostro del otro. 
—Va a sonar trillado, pero no es lo que parece. Esa foto la tomé antes de conocerlos. Y sé qué no debí tomarla sin pedir permiso, pero la imagen en ese momento me pareció muy bella y quise tomarla. Después pensaba acercarme para preguntar si podía conservarla, pero en ese momento Kanon contestó una llamada y ambos se fueron. 
Camus se llevó una mano a la sien antes de proseguir, alentado por el silencio aparentemente paciente de Milo, pese a que éste se había cruzado de hombros con una expresión de soberbia.
—Pensé en seguirlos, pero después supuse que se trataría de una foto más de un par de extraños, a los que nunca volvería a ver. Además, no pensaba usar la foto para ningún fin comercial, se trataba más bien de un ejercicio de práctica. Y sé que aún así estuvo mal y pido disculpas por ello. En cuanto los conocí borré el original, y sólo queda esa copia. Puedes quedártela, romperla, o hacerle lo que quieras. 
Milo encajó los dientes contra su labio inferior y después volvió a ver la imagen. Le pareció un momento lejano, vivido por alguien más, cuando era feliz e ignorante. Aunque si era sincero consigo mismo, nunca había sido realmente feliz. Se había conformado con algo que pensó era cariño y que creyó que podía llegar a ser algo más. Se sintió frustrado y confundido. 
— ¿Por qué no te deshiciste de ella? ¿Querías chantajearnos? ¿Pedirle algo a Kanon, quizás…?
—Por supuesto que no. De haber querido usarla, ya lo habría hecho. La verdad no sé por qué la guardé. Quizás fue porque me gustó la expresión que tenías ahí. Hay dulzura, cierta inocencia que me pareció cautivadora. 
Por primera vez hizo un esfuerzo por articular lo que veía en esa imagen, más allá de un momento aparentemente robado. 
— No soy nadie para juzgar la vida de otros ni para emitir opiniones que nadie me ha pedido.
— ¿Eso es todo? ¿Nada más? ¿Tienes una idea de lo poco convincente que es esto? 
Camus parecía extenuado y quizás resignado. Lo mejor era hablar de ese asunto que había estado evitando desde el inicio. La relación con Milo le parecía extraña, a ratos agradable como una amistad en ciernes y otras veces tensa, aunque quizás eso se debía a su propia actitud ante el menor. 
—Hay un asunto más, que quizás sería mejor tratar. Esto no tiene que cambiar las cosas, pero si después de esto prefieres no volver a contactarme, lo entenderé y no insistiré. 
Camus se sentó en el sillón y tras apoyar las manos en las rodillas comenzó a contarle acerca de su trabajo con Aiolos. 
—A veces hago colaboraciones con una revista y su editor en jefe me comentó que buscaba un fotógrafo de planta. En pocas palabras me pidió conseguir una sesión fotográfica con un modelo recién llegado a París a cambio de una verdadera oportunidad para una plaza fija en la revista. Pero francamente, nunca estuve cómodo con la idea de acercarme a ti sólo por una oportunidad de trabajo. No me parece correcto usar a una persona así. 
Milo rio con ironía, de repente todo estaba saliendo mal en su vida, era como si estuviera perdiendo el control de lo que pasaba a su alrededor. Sin embargo, una parte de él se negaba a quedarse como la víctima. Miró a Camus con desconfianza y se acercó a él con una sonrisa irónica. 
—Vamos a suponer que me creo todo lo que has dicho. ¿Realmente puedo confiar en ti? Porque las mentiras por omisión no dejan de ser mentiras. ¿Estás de acuerdo? 
Camus se encogió de hombros y suspiró. 
—Sé que estuvo mal. Ya me disculpé y lo que sigue depende de ti.  
— ¿Eso significa que puedo pedirte lo que sea? —Camus lo miró con sorpresa, porque no esperaba un giro así de la situación. Quiso negarse, pero supuso que no era justo hacer algo así. Se maldijo a sí mismo por ser tan condescendiente. 
—Sólo si es algo razonable…
— ¿Y quién decide si es razonable? ¿Bajo qué términos lo podemos juzgar? 
El francés se quedó en silencio, sopesando las duras palabras de Milo. 
—Vamos a ver… Si estamos en el momento de las confesiones, yo también quiero participar. 
Milo se sentó a un lado del otro en el sillón, apoyó el codo en el brazo del mueble y colocó su mentón sobre el dorso de la mano, como si estuviera meditando algo.
—Mi relación con Kanon fue un error desde el inicio. Podrías llamarlo un capricho por parte mía. Siempre he admirado a mis tíos, porque han sido mi única familia. Pero con el tiempo quise más atención, sobre todo de mi tío Saga. Pero como siempre ha sido el más ocupado, Kanon terminó haciéndose cargo de mí. Ahora puedo decirlo, probablemente cuando se dio cuenta de mis sentimientos, hizo lo posible por redirigirlos a él. 
La pausa fue pesada, pero Camus no se atrevió a interrumpir al menor. 
—Parecerá imposible o un adjetivo inadecuado, pero la relación siempre fue inocente. Supongo que Kanon nunca quiso cruzar la línea. Y ahora, justo cuando creí tener a un nuevo amigo, resulta que me está usando para conseguir algo, como casi todas las personas a mi alrededor. ¿Qué te parece? 
Entonces Milo lo tomó del rostro y le dedicó una sonrisa de lado.
—Así que ahora los papeles van a invertirse, pero para que veas que no soy  irrazonable, te tengo una propuesta. 
Camus enarcó una ceja, pero decidió escuchar las palabras del rubio hasta el final. 
—Vamos a salir unos meses, vas a ser algo así como mi novio. Quiero aprovechar este tiempo en Francia para hacer todas esas cosas ordinarias que no puedo hacer cuando estoy en Grecia. Y a cambio, voy a ayudarte a conseguir ese trabajo que tanto quieres. ¿Qué me dices, Camus? Creo que es una propuesta bastante cómoda y favorable para los dos. 
Después de emitir un suspiro, el mayor asintió y acercó su rostro. Sus ojos se entrecerraron y sus labios se presionaron suavemente contra los del griego en un beso tentativo.
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saintseiyasfw · 2 years ago
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kpc-usagisan · 4 years ago
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Few years ago, one of my post has been delated because of one hot drawing (not very explicit...), but this time, I censored it. So, here are all the sketches of this delated post. Enjoy 🍄
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rak304 · 5 years ago
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Milo and Camus hair ~ Saint Seiya
Art by @lobolobo2010 / Twitter
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lakssy1 · 5 years ago
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Saint Seiya - Minos & Aiacos - Au Mafia.
Ok, esto es algo difícil.
Pero jamás había hecho, bueno, nunca habia intentado hacer un cómic, manga, tira, lo que sea, ya que no tengo ese don para esto, simplemente me gusta hacer dibujos. Jeje
Bueno, ayer fue difícil, estuve trabajando en esos dibujos. No coloque diálogo, porque realmente no pensé bien en los diálogos, solo me imaginé las escenas. XD
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jose-y99 · 5 years ago
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thaycvbthelightside · 6 years ago
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B-day gift for a dear friend whose support is precious to me ♥♥
She wanted something with her SS OTP MimeXSorrento, so here is it.
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a-schwarzung · 9 months ago
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Unexpected Attraction - Capítulo 6
Unos días más tarde, Milo había enviado un mensaje al francés. Realmente su círculo social era amplio, pero pocas de las personas que conocía resultaban tan sinceras y auténticas como el joven pelirrojo. Una parte de él deseaba conocerlo y saber qué estaba oculto en la mente de ese hombre tan peculiar y engañosamente contradictorio. 
Desde el momento en que lo había visto sabía que era diferente. Su actitud era una de indiferencia, pero al mismo tiempo su mirada analizaba todo lo que sucedía. De no haber notado la sonrisa que dirigía a su acompañante, Milo lo habría considerado un engreído más. 
Kanon también había visto al joven, y no había tardado en acercarse y ofrecerle una de esas sonrisas encantadoras y taimadas. Por un momento toda simpatía y curiosidad se habían desvanecido. Milo no negaba que había sentido celos, si bien sabía que la relación entre el mayor y él era complicada y al final, un secreto sucio que desde un inicio tenía fecha de caducidad. 
Después se había llevado otra sorpresa, porque Camus había rechazado firmemente al mayor. No parecía ni siquiera impresionado, y eso le había ganado el renuente respeto de Milo. Aunque una parte de él también le atribuía cierta importancia a su hermosa pareja. Al estar con alguien lo suficientemente hermoso como para ganarse tantas miradas, al joven griego no le extrañó del todo la falta de atención a la propuesta de su tío. 
A partir de ese momento, Milo había decidido que quería acercarse a Camus. Y esa decisión sólo se había reiterado cuando había notado que, pese a nunca negarse de forma abierta, el otro parecía buscar cierta distancia. Incluso parecía renuente a entablar una amistad con él, algo que nunca le había sucedido. Por eso miraba inquieto la pantalla de su celular, esperando una respuesta a la invitación. 
Sus cejas se arquearon cuando leyó el mensaje. Camus, a diferencia de lo que había pensado, no estaba en su apartamento trabajando. A veces sospechaba que era un adicto al trabajo, pero en ese momento su teoría se desmoronaba, porque el galo lo estaba invitando a un club en el centro de la ciudad. Rápidamente respondió el mensaje antes de salir disparado en busca de un atuendo adecuado para la ocasión. 
El club era un lugar selecto, un tanto esnob para los gustos del pelirrojo, pero ¿quién era Milo para juzgar? Cuando estaba a punto de enviar un mensaje a Camus, notó en la periferia una mesa con varias personas alrededor y entre ellas una de cabello rubio platinado que parecía brillar entre las luces del lugar. Vestía de forma elegante y sensual, en una mezcla de colores oscuros con un toque de color que sin duda causaba una impresión importante. Milo supo de inmediato de quién se trataba, su mano se apretó en un puño y una sensación desconocida de inseguridad se apoderó de él. 
Después de exhalar suavemente decidió comenzar a caminar en dirección de la mesa. Sus labios esbozaron una sonrisa al notar la forma en que el francés parecía disfrutar la plática. Pese a las repetidas negativas, Milo sospechaba que había varias personas interesadas en el pelirrojo y en su trabajo. Supuso sin remordimiento, que parte de su éxito lo debía a su relación con Afrodita, porque cuando estaban juntos ambos irradiaban una especie de belleza que intrigaba y atraía por igual a muchos admiradores. 
Las sonrisas, las risas y el brillo en sus ojos despertaban cierta inquietud en Milo, una especie de hambre que en ocasiones lo alarmaba. El griego estaba acostumbrado a ser asediado, admirado y objeto de un sinfín de atenciones. Sin embargo, desde el momento en que los había conocido, Camus y Afrodita parecían apenas interesados en su persona. Esta no era la primera vez que se encontraba con ambos y por eso podía asegurar que era recibido con una sonrisa educada y las preguntas esperadas entre conocidos, pero nada más. Ninguno era grosero, pero tampoco parecían ansiar su compañía, por lo que después de unos minutos se marchaba para dejarlos a solas. Usualmente era Afrodita quien insistía en que Camus incluyera al joven griego en sus actividades, como si pudiera leer en el aire el deseo de Milo por tener un poco de la atención que recibía el joven rubio. 
—Buenas noches Milo, ¿cómo estás?  —La piel de Afrodita era extremadamente suave, tanto que Milo sentía cierto impulso por presionar su mejilla contra la opuesta, mientras intercambiaban un saludo. 
—Buenas noches. Estoy muy bien, gracias. ¿No interrumpo su cita?
El joven sueco soltó una risa suave y se encogió de hombros mientras señalaba a las otras personas en la mesa. 
—En absoluto. Esto es una salida entre amigos. Permíteme que te presente a los demás. 
Y después de eso empezaron las presentaciones. Cuando terminó de saludar a la última persona notó que Camus ya estaba camino a la barra. Apenas habían cruzado unas cuantas palabras, por lo que Milo buscó cómo disipar su incomodidad. 
—Vamos, siéntate a mi lado. Camus no tarda en regresar. Fue por unas bebidas. —De nueva cuenta recibió una sonrisa por parte del mayor, quien movía su cabeza al ritmo de la melodía que retumbaba por todo el lugar. 
El pelirrojo dejó las bebidas en la mesa y tomó asiento del otro lado de Afrodita. Con la mano derecha acomodó el abrigo del sueco y le murmuró algo al oído que Milo no alcanzó a escuchar. De nuevo sintió curiosidad, así que cuando Camus se acercó para preguntarle algo, decidió preguntar lo que tanto ansiaba saber. 
—¿Y cómo es que se conocen? 
Camus sonrió de lado antes de responder:
—Nos conocimos en la universidad. Afrodita era una especie de musa e ídolo misterioso, y pues siempre he sido curioso. Así que me armé de valor y fui a pedirle que hiciera un proyecto conmigo. Para mi sorpresa aceptó, y no sólo resultó ser bueno, sino que me exprimió todo lo que pudo…
Afrodita empezó a reír y después negó con la cabeza. 
—El antipático de la clase quiso ser mi compañero de proyecto, tenía que confirmar si su arrogancia tenía sustento, ¿sabes? Y bueno, todo lo demás ya es historia. 
Milo ladeó su rostro y entonces hizo la siguiente pregunta casi sin pensar: 
—¿Entonces desde cuándo están juntos? 
Ambos lo miraron por unos cuantos segundos con evidente sorpresa, y después de dar un trago a su bebida, Camus comenzó a reír. Esa imagen era completamente novedosa para el griego, quien había pensado que el galo resultaba extremadamente serio y austero. 
—Te dije que esto seguiría pasando…
Afrodita empujó a Camus y éste se limitó a encogerse de hombros. 
—No es mi culpa, te he dicho que para ser un sueco, eres demasiado encimoso. 
—Vete al diablo, francés del demonio. Serías afortunado de tener a una persona tan maravillosa como yo de pareja. 
El griego los miró un tanto incrédulo, al parecer todo había sido un malentendido de parte suya. El pelirrojo se mostró divertido mientras trataba de aplacar la falsa molestia de su amigo, después decidió mostrar su buena voluntad yendo por otra ronda de tragos. 
—Camus y yo nunca hemos tenido una relación romántica. Y creo notar que la respuesta te ha dejado contento, ¿cierto? —El mayor le sonrió y levantó el vaso que apenas contenía un poco de líquido verde. —Lo cual me lleva a la siguiente pregunta. ¿Quién te gusta? ¿Camus o yo? 
Milo lo miró sorprendido, pero no tardó en reír un poco. Se sintió ridículo, como si de nuevo fuera un adolescente frente a una especie de ente seductor. 
—¿No lo sabes o prefieres no decirlo? Porque nunca he tenido un amante griego, pero podría ser divertido, ahora que si es Camus… la cosa se pone un poco difícil. 
Milo se inclinó y enarcó una ceja. 
—¿Y si digo que son ambos? Soy un poco codicioso y los quiero a los dos. 
Afrodita ladeó el rostro y su expresión se tornó meditabunda. Segundos más tarde sonrió abiertamente. 
—Oh precioso, eso sería sumamente entretenido. Dudo mucho que Camus lo acepte. —En ese momento llegó el francés con las bebidas prometidas. —Oye Camus, el niño quiere un trío, ¿qué piensas? 
El menor miró sorprendido al otro, porque nunca pensó que fuera a soltar algo así al pelirrojo. 
—No lo sé, no creo que sea buena idea. Ya me conoces, soy malo compartiendo. Además, ¿qué tal si termina prefiriéndote y me dejan de lado? 
La mueca en el rostro de Camus fue tan extraña e incongruente con la imagen que tenía de él, que el menor empezó a reírse de buena gana, olvidando así sus preocupaciones. Pronto los otros dos se unieron a sus risas. 
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La puerta del despacho se abrió con brusquedad. Kanon miró con evidente molestia a su hermano mayor, mientras Saga continuaba leyendo los documentos en su escritorio. 
—Escuché que saliste con Camus esta mañana. 
Saga ni siquiera apartó la mirada de los papeles, sólo asintió con la cabeza. 
—¿Por qué no me avisaste? Pude haber ido a la reunión. 
—Porque no consideré que fuera algo realmente necesario. Hace poco dijiste que confiabas en el gusto del chico. Además, ¿qué no tenías una junta?
—Pero pude haber atendido el asunto en la tarde. Además, tú dijiste algo parecido… pero sigues viendo a Camus para hablar de las fotos. 
Saga finalmente suspiró y dejó los papeles sobre el escritorio. Sus cejas se elevaron y su mirada se afiló. 
—¿Qué es lo que realmente quieres decir?  —Kanon lo miró con el ceño fruncido y tras unos segundos de silencio suspiró. —No estoy de acuerdo en que sigas coqueteando con él, ahora que ya es un empleado más. 
El mayor comenzó a reír con aire irónico. 
—¿Perdón? Si mal no recuerdo, tú fuiste quién empezó a hablar de él como si fuera un manjar delicioso esperándote en la mesa. 
—Es un hombre atractivo, no lo niego. Y quizás hubo algo de coqueteo de mi parte en un inicio, pero ya no he estado en contacto con él, mientras que tú…
Saga elevó el índice y Kanon hizo una pausa, reacio. 
—Todas mis reuniones con él han sido meramente profesionales. ¿Por qué no me dices cuál es tu problema? ¿Estás celoso? Si tanto te interesa deberías invitarlo a salir; es más, preferiría que lo hicieras. 
En ese momento hizo una pausa y su expresión se tornó fría y aún más seria. 
—No creas que no sé lo que está pasando. Y la única razón por la que no he hecho nada aún es porque sé que has mantenido los límites con él. Pero si acaso tocas a Milo…
—¿Ah sí? ¿Qué vas a hacer? —Kanon lo miraba desafiante mientras se acercaba al escritorio. 
—No pienso caer en tus provocaciones. Termina ese asunto, lo que estás haciendo es incorrecto, es inmoral…
—No me vengas con moralidad. ¿Sabes que Milo está enamorado de ti? Si aceptó mi acercamiento es por el parecido. ¿Irónico no? 
Saga se puso de pie y tomó por el cuello al menor. Lo sacudió con fuerza al mismo tiempo que el otro intentaba zafarse de su agarre. 
—¡Es un chico confundido y te estás aprovechando de él, desgraciado! ¡¿Qué estás pensando?! ¿¡Hasta dónde piensas llegar con esta farsa?!
—¡Hasta donde sea necesario para que dejes esa hipocresía! ¡¿Crees que puedes negarlo toda la vida?!
Durante unos segundos Kanon logró someterlo y entonces acercó sus rostros hasta poder presionar de forma violenta y hambrienta sus labios contra los ajenos. El beso tenía un atisbo de ira, anhelo y pasión, pero apenas segundos más tarde terminó con un golpe por parte del mayor. Pese al sabor metálico de la sangre, Kanon le dedicó una sonrisa sardónica a su gemelo. 
—Esto aún no termina. Voy a seguir insistiendo Saga. Y no te preocupes, la relación con Milo volverá a ser la de antes. Ya sabes qué es lo que realmente quiero. 
Saga miró salir a Kanon del despacho mientras trataba de regularizar su respiración y el palpitar de su corazón. Maldijo en voz baja y removió su cabello con exasperación, sin darse cuenta de que una persona había sido testigo de toda la escena.
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saintseiyasfw · 6 years ago
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Ok...seeing how things are going,I'll make a saintseiyaoi twitter (with the lock) and a fb page ( tbh fb is not very different of this (is worse), but let's see what we can do there)
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saintseiyayaoinet · 6 years ago
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Para todos aquellos que no participaron el año pasado, Halloween Remixes es un evento de spin-offs ¡con una vuelta de tuerca! ¡Entra y averigua más sobre el tema! El evento empieza el 15 de octubre. ¡Te esperamos!
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rak304 · 5 years ago
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Family ❤
Art by @lobolobo2010 / Twitter
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lakssy1 · 6 years ago
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Saint Seiya - Milo Scorpio & Camus Aquarius - AU
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rashiywea · 7 years ago
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Los amo 💖 Son la ship que mueve mi existencia ✨
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knightdark3 · 7 years ago
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Me inspiré en un dibujo que ví hace mucho en Tumblr, no pude evitar pensar en Dohko en cuanto lo ví Dohko se ve bien con todo 7u7
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