#Qué tanto me arrepentí luego de ello jajaja
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( · Noche de Walpurgis )
❝ Un dulce si das por adivinado uno de los ingredientes. ❞ Un grato juego para todo amante gastrónomo en descifrar sabores culinarios más bien entendía no en gusto favorecía y entretenía a los presentes, de ahí a la siguiente exposición. ❝ O un dulce si accedes a unos minutos de charla y compañía--Uno no puede despedir al invierno en soledad pues más frío antojaría. ❞ Modo era de hacer llamamiento al abandono de la soledad pues aniversario acontecía de Tokio y más presente estaba cual pesadilla de retorno el disparo, la sangre, el pensar de fin impuesto. Deseaba apartar todo a un lado más solo en el excesivo nervioso cocinado y horneado de cupcakes había dado encuentro de liberación de asfixia del pasado...
Temía ahora estar retornando pues un menor peso caía acompañando el hecho de no haber acudido con familiar cuando tiempo atrás hubiere propuesto a una de sus hermanas tal invitación. Entristecida era la fecha más toda compañía grata bienvenida sería para ayudar en fortaleza de ahuyentar fantasmas pasados. ❝ ¿O fue muy osado pedir un tiempo--? Si ocupas/ocupáis de otro quehacer lo entenderé. ❞
#sensatestarter#No muy convencida estoy de mi starter#Más la idea inicial estaba#Un año hace de mi decisión de matar a Lily!#Qué tanto me arrepentí luego de ello jajaja#No muy alegre es el inicio pero bien contenta estoy de oportunidad de roleo con todo acompañante!
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Fany
Nunca pensé qué llegaría a escribir algo sobre ti aquí. Menos que lo haría por las razones por las que lo hago. Hace ocho años, de alguna manera que todavía no recuerdo, nos hicimos amigos inseparables. Estábamos en segundo año de secundaria, nos veiamos todos los días, ibamos en el mismo salón.. No tardaste nada en convertirte en mi mejor amiga, fue inevitable, hicimos clic inmediatamente. Fue un año y medio de ser mejores amigos en la secundaria, viendonos diario, contandonos todo y siendo inseparables. Durante ese tiempo, nunca pensé en que pudiera llegar a algo más de lo que ya era. Después, llegó la preparatoria y nos separamos por año y medio, en el que tú estabas en el 1 y yo en el tec. Nos seguimos viendo cada que podíamos, nuestra amistad seguía igual, pura, inquebrantable y duradera. Afortunadamente, para cuarto semestre te cambiaste al Tec y todo cambió para mi, pues ese año y medio sin ti en la escuela no fue mi mejor época, no disfrutaba tanto el estar ahí. Sin embargo, llegaste tú e iluminaste de nuevo el camino, como siempre has sabido hacer. Nos tocó en el mismo salón y desde que llegaste nos volvimos inseparables de nuevo (al punto que todos decían que éramos novios jajaja, pero nada que ver). El día que nació Matías, tú me acompañaste a la clínica y lo viste recién nacido. Pocas personas lo han visto crecer como tú. Junto contigo, llegó también Diana a mi vida, se convirtió en otra mejor amiga más, y, como ya habia estado sucediendo, también tuya. Compartir grupo de amigos es algo que hemos tenido todo el tiempo en Colima, algo muy valioso, creo yo. En parte gracias a ti, el verano de 2014 ha sido hasta ahora el mejor de mi vida, combinado con todo lo que me pasó. Después, tuvimos un año escolar muy bueno, seguíamos siendo mejores amigos aunque por momentos yo estaba más tiempo con Diana (Así como ya había sucedido un par de veces más con alguna otra mejor amiga que tuve y tengo aparte de ti). Sin embargo, el tiempo volvió a poner todo en su lugar, como suele suceder. Hasta ese momento (junio 2015), yo en ningún momento pensé en ti de forma ni un tantito romántica, cualquier comentario relativo a que tuviéramos oculta una relación amorosa era rechazado al instante por los dos. Y era sincero, siempre fuimos muy claros al respecto y supimos construir y cuidar el límite muy delgado entre nuestra poderosa y extraordinaria amistad y una relación amorosa. Pero entonces, llegó un momento especial (uno aún más que los sucedidos anteriormente). Ambos fuimos a la graduación del 4, pues la mayoría de nuestros amigos y compañeros de la secundaria se graduaban ahí. Ni siquiera sabíamos que ambos iríamos, ni nos fuimos juntos como suele ser costumbre en nosotros, sin embargo, nos encontramos ahí.. y a partir de que nos encontramos ya no nos separamos el resto de la noche. Nos quedamos más tiempo del que debíamos (para el que teniamos permiso), pero a ninguno de los dos nos importó. Postergamos el momento un par de horas, porque nos lo estábamos pasando realmente bien. Pero finalmente debíamos irnos, y ahí fue cuando sucedió. Nos fuimos tomados de la mano (no era la primera vez que lo hacíamos, pero esa vez había algo diferente en el ambiente. Estabas cansada, me pediste que te cargara; yo lo hice. Recorrimos así todo al camino hasta la avenida, para agarrar un taxi. Llegamos a tu casa y nos despedimos, no pasó nada más, pero el daño estaba hecho. El primer cañonazo a ese límite había sido dado. Fue muy leve, casi imperceptible, pero era la prueba de que tal vez no aguantaría por siempre allí. Sin embargo, tú te ibas a Guadalajara a estudiar y yo a Guanajuato, por lo que pasó mucho tiempo antes de que el límite volviese a verse amenazado.
Pasaron seis meses, me hice una novia, y luego regresamos a Colima. Todo normal en un principio, como había sido durante la mayor parte del tiempo. Fuimos un día a Carrizalillos, con Paco y Felipe, pero nosotros íbamos en la parte de atrás del carro, juntos (como toda la vida). Allá nos tomamos un par de fotos que siempre me han gustado mucho, de hecho, la que tengo actualmente de perfil en Facebook es una de ellas. Pero fue de regreso, cuando te fuiste acostada en mi regazo todo el camino, un momento feliz más. Esta vez no fue un cañonazo, fue tan solo una piedra lanzada con una honda, pero igual vale. Unos días después, cuando llegó el momento de regresarnos a nuestras ciudades de estudio, nos fuimos en el mismo autobús de Colima a Guadalajara, por lo que estuvimos dos horas y media juntos durante el trayecto. Aún recuerdo que te quedaste con mis audífonos y ya nunca te los pedí jajaja. Durante el resto del año encuentro solo una ocasión que vale la pena rememorar en este escrito, y fue en vacaciones de semana santa, nuestro spring break particular. Tú estudiaste ese año en el ITESO, y solo te daban una semana de vacaciones, por lo que era en esos días en los que debíamos vernos. Mi familia y yo siempre, todos los años (excepto 2014, porque Matías era muy chiquito, y aún así fui un par de días a Manzanillo) nos vamos de viaje de jueves a domingo en semana santa, por lo que eso reducía los días. Sin embargo, tú te fuiste de viaje los primeros días, haciendo imposible el vernos. Yo me enojé mucho esa vez, quise quedarme en Colima con mi abuela pero mis papás no me dejaron, por lo que estuve cuatro días en Barra de Navidad emberrinchado y sin salir de la villa. Pero, como te extrañaba mucho, finalmente encontré la forma de verte: cuando me fui a Guanajuato, me quedé una noche en Guadalajara con mis tíos por una sola razón: verte. Fuimos a cenar a Wingman ese día, y la pasamos bien. También quedó una foto bonita ese día, tomada en el departamento de mis tíos. El resto de 2016 no fue particularmente interesante para la historia que me encuentro contando, por lo que directamente lo omitiré.
Llegó 2017, seguramente nos vimos un par de veces al inicio de año antes de que cada quien regresara a su vida de foráneo (me contaste que te cambiarías por segunda vez de carrera y siempre me pareció una decisión muy valiente). El siguiente evento que nos incumbe es, extrañamente (not), tu cumpleaños. Al inicio todo fue muy normal, todo empezó en tu carro, obviamente yo iba de copiloto (privilegio de antigüedad). Fuimos a cenar con algunos otros amigos a la Terraza Trapiche, en el centro de la ciudad, y después de ahí decidiste que querías ir a Boquita. Nunca ha sido un lugar que me guste mucho, pero jamás me habría negado a cumplirte un capricho en tu cumpleaños (aparte de que pues iba contigo). Fue ahí desde donde fue disparado otro cañonazo a la barrera que seguía estoica en ese límite establecido. Estábamos juntos, nos mirábamos mucho, nos tomábamos de la mano.. tú estabas un poco ebria ya (gracias en parte a los shots de cumpleaños), pero yo estaba muy lúcido, así que, en un momento que me miraste directamente a los ojos, como diciéndome “¿y si nos besamos, haremos mal?”, pero yo sabía que ese no era el momento, yo tenía novia, estaba mal con ella y mis sentimientos como casi siempre eran muy inestables, así que le supliqué con la mirada que no era el momento, porque sabía que jamás te rechazaría. Seguimos ahí, bailando y divirtiéndonos, y después, cuando me llevaste a mi casa (después de dejar primero a otras amigas), al despedirnos nos dijimos “te amo” casi en un susurro, como si fuera pecado. Ya nos lo habíamos dicho en alguna ocasión antes de eso, pero se sintió diferente en ese momento, como si algo se hubiera roto. El límite había sufrido una grieta, empezaba a resquebrajarse. Pasaron un par de meses, llegaron las vacaciones de verano y yo me fui un mes a Seattle, y seguíamos sin vernos desde el día de tu cumpleaños. Cuando regresé de Seattle tú estabas ya de regreso en Guadalajara, y no parecía haber muchas posibilidades de que fueras a Colima antes de que yo me fuera a Guanajuato, así que tomé una decisión: me quedé en Guadalajara durante unas horas. Mi vuelo llegó en la mañana, así que no fue tan difícil, al llegar tomé un uber al departamento de mis tíos, y esperé a que te levantaras, fui a Galerías y ahí nos vimos. Estuvimos juntos toda la mañana, te acompañé a ver el depa a donde te cambiarías, me invitaron a comer tu mamá y tu abuela.. Siempre he sentido que tu familia me aprecia, y creo que mi familia también te aprecia a ti (al menos mi abuela materna y mi madre). Y ya, fue todo, regresé al depa por mis cosas y me fui a Colima. Creo que 2017 es el año que menos nos hemos visto, y sin embargo, me volví a salir con la mía en noviembre, otra ocasión que regresaba de Colima a Guanajuato. Era domingo, iba de Colima a Guadalajara con mi tío y aún no compraba el boleto de Guadalajara a Guanajuato y traía el dinero en efectivo, así que nuevamente quise quedarme en Guadalajara. Para entonces yo ya no quería regresar a Guanajuato, tenía una crisis emocional y quise alargar mi estadía fuera de ahí, por lo que hablé con unos amigos nuestros para que me dieran asilo y así fue. Pasé el domingo y el lunes con ellos, sin embargo, pensé que ya era mucho tiempo y que debía regresar y a Guanajuato, pero no podía hacerlo sin antes verte, por lo que el lunes en la noche fui a tu depa. Platicamos durante horas, un rato a la orilla de la alberca y me contaste tus problemas, te conté los míos, y estuvimos realmente a gusto. Luego, te pusiste a estudiar, yo solo me acosté a esperar la hora en que tuviera que irme a la central, lo cual era a las 3:30 am. Nos despedimos, y me tuve que regresar. No sobra decir que me arrepentí a las horas, cuando ya nuevamente me encontraba peleando con mi en ese entonces novia. En ese momento, solo deseaba regresar a Guadalajara y estar con Fany, porque sabía que ahi solo podía estar feliz. Pero pasaron los días y deseché ese sentimiento. Llegó diciembre, y se acababa un año más...
2018.. que año... Nos vimos en enero, lógicamente, pero ni siquiera recuerdo cómo (es difuso). En semana santa, pasó algo muy extraño. Fuimos a cenar con otros ex compañeros de la prepa, y nos fuimos juntos, yo iba manejando. Pero te fuiste pronto, fue tu mamá por ti, y algo tenías. Después me lo dijiste, aunque no todo. Ese año fue cuando me cambié de carrera, y tú fuiste de las primeras en saberlo. Nos vimos un par de veces en verano, como siempre, pero no mucho. Luego, obviamente, te fuiste a Guadalajara y así pasó el resto del año. No fue tan importante para la historia que cuento, 2018, pero sí para mi vida. Al año siguiente, volvimos a salir en enero a las ya tradicionales pizzas. El día de mi cumpleaños me marcaste al final del día, la verdad yo no me lo esperaba y fue un bonito detalle. Para el spring break fuimos nuevamente a las pizzas, pero esta vez fuimos nosotros solos. Hacía tiempo ya que no ibamos a cenar solo nosotros dos, y esta vez el cañonazo al muro fue de más calibre que las veces anteriores. Después de cenar fuimos a una terraza (sin uso) que está encima de un modelorama que administra un tío, por eso yo sabía que se podía subir y no habría problema. Estuvimos ahí un rato, bebimos un par de cervezas y escuchamos y cantamos a Luis Miguel. Fue, probablemente y hasta hace un par de días, el momento más romántico que habíamos tenido en estos ocho años. Sin embargo, ella aún tenía novio...
Este verano se merece su propio párrafo, porque está marcando algo muy distinto y va camino de ser el mejor verano de mi vida. Un día antes de que llegaras, hablamos, yo notaba algo diferente en ti y pensé que algo había pasado. Publiqué un tuit de que al fin llegarías y que te extrañaba mucho, te lo mostré y me dijiste “te amo”. También, después de decirte que eras la mejor de todas, me respondiste que siendo sinceros, yo también era el mejor de todos. Esa sola frase fue como una mina en la base del muro, dadas las circunstancias que se venían. Sin embargo, la mina no estalló ese mismo día. Prometimos que aprovecharíamos al máximo este verano y que nos veríamos más seguido, cosa que ha estado sucediendo. Llegaste y el mismo día nos vimos, fuimos a los columpios y nos balanceamos como solíamos hacer en tiempos más sencillos, cinco años atrás. Nos volvimos a ver el martes para ver Toy Story, la disfrutamos mucho y lo pasamos bien. Después, el viernes, después de que me reprobaran horriblemente en el ordinario de Taller, fui corriendo a tu casa buscando ese consuelo que solo tú me sabes dar. Estuve un par de horas contándote lo que había pasado, no pude evitar llorar y tú me reconfortaste y me diste ánimos. Pasaron un par de días, el martes fui a jugar voleibol a la secundaria donde estuvimos y tu no pudiste ir, pero después fui a una fiesta y tomé un poquis, debía ir a llevarle la camioneta a mi abuela pero no quería regresarme solo, así que te propuse acompañarme y regresar caminando.. y aceptaste. Yo ya estaba medio cansadon así que el camino fue pasado, aparte de otro breakdown que tuve a medio camino y del que me sacaste una vez más. Luego, el día de mi extra, me marcaste en la mañana para desearme éxito y recordarme que yo podía, que era el mejor y darme ánimos, y al final salió bien todo. Nos volvimos a ver hasta el viernes, que fuimos al karaoke y a boquita después (ya ebrios). Nos la pasamos muy a gusto en el Karaoke, obvio nosotros dos sentados uno al lado del otro, cantamos Luismi, bebimos algo (yo bastante), disfrutamos.. fue otro buen día y llegamos como a las 4 a nuestras casas. Llega la tercera semana, el lunes me etiquetas en una publicación de un recorrido nocturno de leyendas en un pueblito aquí cerca e inmediatamente te digo que jalo, me preguntas que si le decimos a alguien más pero mutuamente damos a entender que mejor solo nosotros dos, siendo la salida el viernes. Al día siguiente, quedamos de ir a correr juntos en la noche, y después de correr nos quedamos un rato platicando en su casa, para quedar en que al día siguiente iríamos al centro a comprar los boletos del recorrido. Así llego el día siguiente, que temprano y en ruta nos fuimos al centro, estuvimos un par de horas juntos y luego me fui a trabajar y tú a tu casa. No pensábamos vernos el jueves, sin embargo por casualidades del destino pasaste por mi casa, me dijiste, y platicamos afuerita un rato mientras esperaba a que llegaran por mi para ir a jugar futbol. Y finalmente llegó el día del tour. Yo sabía que sería una noche especial, pero no sabía exactamente cuánto.
La cita era en el Jardín Núñez a las 20:30 hrs, estaba serenando, por lo que yo llevaba un paraguas y en mi mochila chamarra, un termo, y poquito tequila. Llegaste como 20:40, te llevó tu mamá. Nos vimos y nos saludamos como siempre, con un largo abrazo. Entonces vimos al wey del tour, y lo seguimos con los demás. Escuchamos algunas cosas, yo quería una cerveza así que fuimos al kiosko y compré una para vaciarla en mi termo. Y así nos fuimos, durante el camino en el camión, sentados juntos y yo bebiendo cerveza (te ofrecí y no quisiste, pero tú no eres tan fan de la cerveza como yo), escuchando algunas historias que el guía llevaba en una bocina. Llegamos al lugar, nos bajamos, hicimos una actividad rápida en el jardín en frente de la hacienda y luego nos dirigimos a esta. Desde antes de entrar me tomaste de la mano, y en ese momento me di cuenta de que la noche sería más especial de lo que imaginé. Entramos directamente al baño, solo nos soltamos hasta el último momento. El primer recorrido por la hacienda fue a oscuras, obviamente, para alimentar la parte de terror que flotaba en el ambiente. La mayor parte del tiempo la pasamos tomados de la mano, recorriendo los pasillos y habitaciones del lugar con poca luz. Luego, subimos a la azotea y paseamos un poco libremente, me empezaste a contar una historia que te habían dicho no contaras (tú crees más en estas cosas que yo), y luego regresamos abajo. Estuvimos un rato más en la hacienda, luego prendieron las luces, nos tomamos una foto muy bonita, platicamos un rato, compartimos un pan (me diste de comer en la boca, así nuestra relación), te tomaste un café. Luego salimos de la hacienda, fuimos a ver la iglesia, salimos tomados de la mano lógicamente. Y después de ver la iglesia llegó el momento más temido: nos fuimos al panteón. Eran las 0:30 hrs y estábamos en camino a un panteón, lógicamente yo iba con algo de miedo y mientras más nos acercabamos se acrecentaba. Cuando llegamos, nos bajamos, nos tomamos de la mano y esperamos en la entrada. Yo sabía que necesitaba valor, así que saqué mi botellita de agua que en realidad contenía tequila y le di un largo trago. Te ofrecí, pero en ese momento no quisiste. Entramos, caminamos un poco, y luego nos pusieron a todos en círculo y nos dijeron que nos tomáramos todos de la mano. El vato raro empezó a tocar el tambor y nos dijo que cerráramos los ojos. Yo solo los cerraba esporádicamente, claro, es mejor ver a qué te enfrentas aunque no haya luz a estar con los ojos cerrados (más vale prevenir), y entonces empezaron a sentir cosas algunos. Tú entre ellos, y después de que pasó todo, te ofrecí nuevamente tequila y esta vez sí aceptaste. Armados de valor, aprovechamos el tiempo que nos dieron para recorrer un poco del panteón tomados de la mano, hasta que, finalmente, llegó el momento de irnos. De regreso tomamos otro camino pues llegamos a otro paraje en una comunidad, fue algo rápido y nos volvimos a subir al camión. Gracias a ese itinerario, de regreso el camión (ya eran las 3:00) pasó cerca de nuestras casas y nos pudimos bajar ahí. De ahí, todo el camino a tu casa caminamos de la mano, pues no podía ser de otra manera. Finalmente, nos despedimos y aunque los últimos días no hemos parado de aprovechar cualquier nimiedad y usarla de pretexto para decirnos "te amo", en ese momento ninguno se atrevió y solo nos dijimos "te quiero".
No cabe duda de que el muro está más débil que nunca, a punto de caer en todos sus puntos y la mina a punto de estallar. Pero no quiero, no puedo. Nunca había tenido tanto miedo de enamorarme de alguien, y es que, después de ocho años de tan bella amistad ¿Quién no lo tendría? Dicen que hay que arriesgarlo todo por amor, pero no sé si arriesgar la amistad más bonita del mundo sea lo ideal. Sé también que haríamos bonita pareja, todos nos lo dicen, que hasta ahora nunca hemos peleado, pero.. yo no sé amar, no sé estar con alguien y me da miedo arruinarlo todo. Y me da más miedo aún que ni siquiera sé qué piensas acerca de todo esto, qué ha pasado por tu mente últimamente y cuáles son exactamente tus sentimientos actualmente. Y sé que no nos atreveremos a hablar, y que lo más probable es que acabe este verano de fantasía y todo quede en un amor de verano, pero si en un momento nos llegamos a rozar los labios... No respondo por lo que pueda pasar, y creo que tú tampoco.
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