#Neil Ronco
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Bad movie I have The Final Countdown 1980
#The Final Countdown#Kirk Douglas#Martin Sheen#Katharine Ross#James Farentino#Ron O'Neal#Charles Durning#Victor Mohica#James Coleman#Soon-Tek Oh#Joe Lowry#Alvin Ing#Mark Thomas#Harold Bergman#Dan Fitzgerald#Lloyd Kaufman#Peter Douglas#Ted Richert#George Warren#Gary Morgan#Phil Philbin#Robert Goodman#Richard Liberty#Neil Ronco#Bill Couch#Jack McDermott#Masayuki Yamazuki#George H. Strohsahl Jr.#Ronald R. Stoops#Kenneth J. Jaskolski
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25 Instantáneas de Víctor Solorio o Recuerda el cinco de noviembre, la traición de la pólvora y el complot/ Héctor Alvarado Díaz
1. ¿Cuál es tu primera imagen al comenzar un relato?
Generalmente es algo interesante que le pase al protagonista, algún punto en donde el personaje esté haciendo algo fuera de lo ordinario o algo que sea riesgoso o algo que dé miedo. Puede ser, incluso, algo chusco. De ahí se va deshilvanando el carrete de lo que podría generar una historia. O no. Como todo proceso, puede funcionar o ser un fracaso absoluto.
2. ¿Siempre tienes el final?
Ya una vez que me decido a que algo vale la pena escribirse, sí, tengo el final. De hecho es uno de los exámenes que debe pasar el proyecto: que se alcance a vislumbrar un final que, aunque nebuloso, muestre un camino borroneado de cómo llegar a él. Sin embargo, como lo dijo algún general, ningún plan de batalla soporta las primeras hostilidades en el campo de guerra. Todo cambia mientras se avanza.
3. ¿Marvel o DC Comics?
Como casa editorial, prefiero a DC sólo porque es la cuna de Vertigo y el origen de escritores como Warren Ellis, Grant Morrison o Neil Gaiman. Ni hablar de Alan Moore —de quien prefiero The League of Extraodinary Gentlemen—. Si hablamos de cine, tendría que irme por Marvel y el experimento en resistencia que fue la saga de los Avengers. Sí, infantil; sí, hueco y banal, pero también endemoniadamente divertido.
4. ¿Sin el cine no sería lo mismo?
Con o sin cine sería lo mismo para mí. Aprendí a leer con los cómics, fueran los gringos o Mafalda o los Súper machos o Moebius. De niño, repasando hasta el hastío las páginas coloreadas, nunca me detuve a pensar si se traducirían bien al cine. A la fecha los considero dos cosas distintas, la historieta por un lado y el cine por otro. Prefiero la historieta por su materialidad, por poderle poner las garras encima y sentir el papel. Ese es un fetiche que comparte con los libros.
5. ¿Qué te motiva a seguir?
Supongo que la necedad. Una pizca de orgullo y el resbalarse por la rutina.
6. ¿Tienes buena mano?
Para escribir, no tanto. Para tomar fotografías tal vez un poco. En general me cuesta trabajo hacerme tiempo para los proyectos o confiar en el proceso. Así que no, no creo tener buena mano.
7. ¿Trabajas o estudias?
Trabajo: soy docente en universidades y escuelitas varias. También estudio: hago una maestría para poder ganar más. Como lo dijo algún personaje ficticio: preferiría no hacerlo.
8. ¿Te gustan las palomitas?
Sí, pero tienen que estar recién hechas. La mejor combinación son mitad de mantequilla y mitad de caramelo. Si se les quita la barrera de cartón que las separa en el bote, y se comen en la oscuridad de una sala de cine, uno las va degustando al arbitrio de la suerte. Le agrega emoción al asunto.
9. Serie favorita.
Breaking Bad. No sólo es un neo western enrarecido que cumple con las convenciones del género, sino que además lo hace con maestría. Tal vez, en un cercano segundo lugar, The venture bros. que a pesar de ser una comedia, explora líneas de trama complejas y sutiles pero desopilantes.
10. Cinco autores de tu ronco pecho.
J.G. Ballard por nihilista y demoledor. A seis años de haber leído The atrocity exhibition, a veces la saco y releo pasajes enteros.
William Gibson, por la manera en que, sin quererlo, nos dio los cimientos del futuro/presente que disfrutamos/sufrimos.
Borges, obviamente. En específico por su imaginación descalabrante y sus mapas ficticios de la latinidad fantástica.
Rafael Bernal, por el Complot mongol. Sin quererlo, creó un nuevo arquetipo del detective: el detective mexicano. Muchos nos cobijamos bajo ese paradigma.
Frank Miller, por su prosa verborreica y sus historias sin complejos.
11. ¿La novela o el cuento?
Ambas. El cuento es fascinante en manos de los maestros y la novela es impresionante si se escribe con la cabeza fría. Si tuviera que quedarme con una o con otro, por aquello del escenario de la isla desierta, me quedaría con las novelas. Con toda seguridad, extrañaría los cuentos.
12. ¿Qué te deprime?
Lo normal. La falta de tiempo para realizar proyectos, las separaciones, el desperdicio —sea material o anímico—, el cáncer, quedar mal…
13. ¿Haces borradores?
Sí. Creo que es lo que más hago. Junto con los borradores, hago escaletas. También esquemas que terminan teniendo colores, líneas, flechas, cuadros. Todo en pos de encontrar cabos sueltos o posibles caminos que lleven a algún lugar interesante. En muchas ocasiones los esquemas se ven muy bien una vez terminados; con líneas de plumón y recortes de periódicos. Tal vez alguna flor o una calavera dibujada por ahí. En muchas ocasiones, también, no dan historias interesantes.
14. ¿Ordenado o caótico?
Muy caótico y en todos los aspectos. El reto de la existencia es, entonces, tratar de mantener ese caos a raya. La única manera de lograrlo es tratar de ser ordenado en exceso. No siempre se logra.
15. ¿La violencia es el Gran Tema?
Probablemente no; creo que los grandes temas son el amor y la muerte. Sin embargo, la violencia puede ser el radar para mapear a ambos, desde un extremo de la experiencia humana. Por ello, la violencia puede ser una herramienta narrativa que permita conocer a los personajes —y al autor— de manera rápida y poco sutil. Funciona muy bien en los relatos de brocha gorda.
16. ¿A qué tiempo te gustaría viajar?
Al futuro distante. Me gustaría atestiguar si la civilización triunfa o no, y por qué. Quisiera saber, sea cual fuera el resultado, si lo correcto está en la disciplina o en el placer. Cierto que los sabios apuntan a una equilibrada mezcla de las dos, pero la humanidad, como masa amorfa, parece no ser sabia.
17. ¿Cómo te ha ido con las editoriales?
En general bien, pero creo que parte del secreto es no tener expectativas altas. Así, cualquier cosa buena que venga de los editores, se recibirá con gran sorpresa y gusto. Cualquier cosa mala, solo confirmará lo que todos ya saben.
18. ¿Cuál es el sentido más importante?
Una pregunta nada sencilla. Y siendo honesto me declaro incompetente para atisbar una respuesta satisfactoria. Cada posible candidato tiene tal cantidad de detracciones, reales o conceptuales, que no es posible casarse con el Sentido Más Importante. Algún budista diría que es estar en el presente, pero incluso se debe de escapar al presente en ocasiones. Y para muestra están aquellos maestros del Zen que se prendieron fuego como protesta en contra de un presente intolerable.
19. ¿Qué le falta a tu generación?
Un propósito. Aunado a eso, no sé si como causa o consecuencia, un sentido de certidumbre. Al parecer es una necesidad en todas las generaciones, pero en la nuestra esa falta está potenciada por la hiperconectividad, el ego, el capitalismo salvaje, Facebook, Kim Kardashian…
20. ¿Alfredo Carrera terminará la maestría?
Ya hasta la terminó y ahora se presenta como Maestro. A ver si hace el doctorado y nos saca de la pobreza a todos.
21. ¿Cuándo empezaste?
Empecé a escribir con cierta intencionalidad desde la secundaria. Imitaba los escritos que me hubieran impactado casi inmediatamente después de haberlos leído. Hay por ahí un par de libretas con escritos que imitan a Asimov o a García Márquez, con toda la distancia que nos separa, claro está. Ya hubo un esfuerzo consciente por mejorar lo escrito durante la universidad, también una búsqueda por lecturas que explicaran el proceso de creación y de escritura. Hoy aún siento que sigo empezando. Yo creo que esa sensación nunca se quita.
22. Agárrate: ¿Qué opinas del feminismo?
En las palabras de Kent Brockman: Yo, en lo personal, le doy la bienvenida a nuestras jefas supremas.
23. ¿Eres fan de los gazpachos?
Fan, lo que se dice fan, no. Pero me gustan y los como con gusto. En general no entiendo la animadversión que le tienen algunos.
24. ¿Tienes suficiente tiempo para escribir?
No, y creo que la vida nunca será suficiente para hacerlo. Eso muchas veces me deprime, ser consciente de que nunca habrá el tiempo para escribir, dibujar, leer, besar tanto como uno quisiera. Debería de instituirse un retiro obligado a los cuarenta para alcanzar a hacer todo lo que se quiere.
25. ¿Tienes un/a Sensei?
Durante la vida he tenido la suerte de contar con maestros excelentes para distintas cosas, pero un Sensei como tal, creo que no. Con el Sensei creo que es necesario cohabitar en un monasterio y hacer Katas todos los días. Wax on, wax off y así sucesivamente hasta mimetizarse uno con el otro
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Víctor Solorio Reyes. Morelia, 1982.
Diseñador gráfico y escritor. Sus cuentos se han incluido en varias antologías de terror, ciencia ficción y fantasía. El libro de cuentos Lex Arcana le mereció en 2014 el premio Xavier Vargas Pardo en el marco de los Premios Michoacán de Literatura. En el 2014, su novela Artillería nocaut fue ganadora del VIII Premio de Novela Negra “Una Vuelta de Tuerca”, convocado por Conaculta, el Instituto Queretano de la Cultura y las Artes y el sello editorial Joaquín Mortiz.
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Descoberto o segredo para um relacionamento saudável
Quem casa quer dividir a vida, as contas e a cama, certo? Pois uma pesquisa descobriu que esse último item deve ser algo pessoal se o casal quiser ter um relacionamento feliz e saudável. Diferentemente do que muitos podem acreditar, camas separadas não deveriam ser vistas como um sinal de conflito conjugal e, sim, garantia de um sono decente e restaurador.
De acordo com a pesquisa realizada por uma empresa de colchões, um em cada seis casais ouvidos optou por dormir separado, não porque não se suportava, mas porque estava disposto a dormir bem.
O ronco, a inquietação após uma festa ou simplesmente o fato de um ir para a cama quando o outro já está dormindo são motivos suficientes para causar o que foi chamado de ‘divórcio do sono’.
POSIÇÃO QUE O CASAL COSTUMA DORMIR INDICA CARACTERÍSTICA DO RELACIONAMENTO
Esse estudo não é bem uma novidade, vários outros especialistas concordam com as argumentações e já constataram isso anteriormente.
O cientista Neil Stanley, especialista em sono, conduz pesquisas sobre o tema há 37 anos – e dorme não apenas em uma cama diferente, mas em um quarto também. Ele se diz o maior defensor mundial de camas separadas.
“Historicamente, nunca fomos feitos para dormir na mesma cama que os outros. É uma coisa bizarra de se fazer”, disse Stanley em entrevista a BBC. “O sono é a coisa mais egoísta que você pode fazer e é vital para uma boa saúde física e mental”, completa.
Em 2005, ele foi co-autor de um estudo no qual os casais usavam um dispositivo enquanto dormiam para monitorar a vigília e o movimento. Os resultados mostraram que, quando um parceiro se mexia, o outro também. “De fato, um terço do distúrbio do sono é causado pelo seu parceiro”, diz.
Segundo ele, o impacto dessa interrupção do sono pode ser enorme no relacionamento e na própria saúde do casal. O resultado pode ser confusão mental e pouca concentração ao longo do dia. Em longo prazo, os reflexos na saúde tendem a ser ainda maiores, podendo causar depressão, demência e até ataques cardíacos.
Dicas do especialista para dormir bem
1.Tenha uma cama só sua;
2.Crie um espaço sereno e relaxante para dormir;
3. Deixe o celular e outros aparelhos eletrônicos fora do quarto;
4. Evite alimentos açucarados e gordurosos antes de ir para cama;
5.Tente sentir a mesma sensação relaxante que você tem quando vai dormir durante as férias.
Veja também: Neurologista dá 10 dicas para melhorar a qualidade do sono
Descoberto o segredo para um relacionamento saudávelpublicado primeiro em como se vestir bem
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ganindo, volta o lobo
O ronco da moto se espalhava ao redor daquela rodovia vazia. Era um noite insossa. Não fosse o asfalto acidentado e as constantes curvas aquilo tudo poderia simplesmente não passar de um sonho delirante de alguém nos idos dos quarenta graus de febre.
Mas ali havia um homem, e naquele homem havia tristeza.
A moto nova, presente de seu velho pai deslizava no escuro. Suave. Tranquila. Serena. O oposto do piloto. Tenso. Frio. Calado. O farol iluminava alguns bons metros pela frente e isso bastava. Era uma grande metáfora pro futuro - dava pra ver coisa ou outra mas o resto estava banhado em escuridão. E lá em cima as estrelas testemunhavam um ser errático perambulando pela imensidão de trevas e silêncio.
Ali havia silêncio, e naquele silêncio gritava a consciência.
A sensação na boca do estômago era ruim. Abstinência? Medo? Um princípio de intoxicação alimentar por conta do veneno que a vida sorrateiramente polvilhava pelos hambúrgueres e cafés? Na verdade aquela sensação tinha um nome, um rosto e uma personalidade bastante complicada.
Mais uma vez aquela figura aninhava-se na garupa sussurrando paranoias e medos e traumas e mais medos e pensamentos que estavam longe do ideal previsto por qualquer psiquiatra que se preze. A vista embaçava, o estômago revirava, as mãos tremiam. O coração parecia querer virar o Neil Peart. Respira fundo, conta até três. Não vomita. Dá muito trabalho pra limpar depois. Relaxa. Calma. Calma, vai ficar tudo bem.
Mas aquela voz dizia que não. Não ia ficar tudo bem.
- Calma, grandalhão. Só piora.
Mas aquele homem era macaco velho. Não era a sua primeira viagem ao inferno. Não era a primeira carona pra’quela vagabunda palpiteira sentada de lado na moto, rindo.
Convenientemente um posto de gasolina surge. A moto para. Clique. Uma brasa flutua na escuridão, como em tantas outras histórias. Uma tragada, uma tossida, uma cuspida no chão. Boa noite amigo, boa noite. Uma água por favor. Posso usar seu banheiro? O melhor sorriso possível. As pessoas reconheciam a tentativa de ser simpático e eram simpáticas de volta. Respira fundo. Mais um trago. Olha pra estrada, rapaz. Caminhão, carro, caminhão, moto, carro, caminhão, a adolescência, carro, o primeiro beijo, o primeiro medo, moto, caminhão, caralho como os caminhões passavam. Um breve momento, mais um cigarro aceso. Carro, caminhão. As vitórias. As derrotas. De repente um estalo. A moça encostada na moto, agora apreensiva, já era sua velha conhecida. Já havia aparecido outras vezes. E, como em tantas outras vezes, bastou uma respirada ou duas pra ela desaparecer.
E naquele silêncio fez-se o sorriso. E naquele homem fez-se a paz.
Guerras são ganhas assim. Devagar. Uma batalha de cada vez. Passo por passo. Devagarinho que é pra não cansar muito.
Um trago, a estrada.
Livre novamente.
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5 - Holiday Feelings - Parte 4
19h08m.
- Achei que você não viria, Stalker! - Max o recebeu, empolgada, porém concentrada, ainda jogando - Dustin me passou no recorde, mas olha só... - ela indicou a tela com a cabeça.
- Wow! - Lucas se assustou ao ver que ela estava muito próxima de passar o amigo novamente - Ele não vai acreditar! - E riu. Ela era realmente incrível. - E me desculpe, eu me atrasei porque fui pegar o livro de D&D, caso queira dar uma olhada. Além disso, a neve não foi um fator a favor... Ainda bem que já parou! Amanhã o Mike disse para ir para a casa dele conversar sobre como será a campanha. Ele não costuma montar esses detalhes junto com a gente, mas acho que pode ser divertido...
- Eu ainda acho, tipo, super estranho ele estar me aceitando no grupo agora. - Ela arqueou as sobrancelhas, ainda jogando.
- Relaxa, não tem como negar que você é uma de nós agora - Lucas sorriu, animado.
Ela sorriu de volta, dando a ele um rápido olhar e logo voltando a atenção para o jogo.
- Vai tentar conquistar a Princesa Daphne hoje? - Ela perguntou, divertida.
- Ah, não sei, acho que não. - Ele respondeu, colocando as mãos nos bolsos. - Estou mais interessado em ver o recorde do Dustin ser quebrado! - Ele indicou com a cabeça a máquina de fliperama na qual Max jogava.
Max riu.
- E seu pai, você conseguiu falar com ele?
- Eu não tentei de novo...
Lucas a olhou, franzindo as sobrancelhas. Ela, percebendo, tratou logo de completar a frase. Era difícil dar respostas longas e se concentrar no jogo.
- ... mas eu vou tentar, achei melhor deixar para fazer isso hoje, quando chegasse em casa.
- Ah, sim.
- É estranho pensar - ela falava, sem tirar os olhos da tela - que ano passado eu passei o Natal com ele...
Lucas se encostou no fliperama, atento ao que a garota dizia... e também na maneira como ela mantinha aquela expressão séria jogando. Ela parecia estar com muita raiva. ‘Vou acabar com esses pookas! Todos eles!!!’ ele a imaginou dizendo para si mesma enquanto jogava e sustentava aquele olhar carrancudo. Achou graça, mas só em sua cabeça. Não ousou falar isso a ela.
- ... e esse ano ele não vai estar em casa, quando eu chegar, bem, em casa.
Lucas continuou a observando. Ela olhou para ele, rapidamente e sem graça, voltando a olhar a tela em seguida.
- O que? - ela perguntou, num meio sorriso.
- O que o que? - Ele respondeu.
- Você não prestou atenção em nada do que eu disse, não é, Stalker? - Ela riu - Você já foi melhor nisso!
- Claro que prestei! - Ele se indignou - Estava tentando imaginar como seria se eu estivesse no seu lugar e não consegui, justamente por ser tão estranho. - Ele parou e pensou um pouco - Você realmente é incrível.
Ela rolou os olhos e sorriu de lado.
- Veja! - ela apertou o braço do garoto, minutos depois,comemorando com alguns pulinhos - CONSEGUI!
Lucas olhou a tela. Novo recorde conquistado. De volta ao topo.
- É! MADMAX! - ele ergueu a mão para um highfive.
- É! - ela o cumprimentou, ainda pulando e comemorando.
- Vamos, vamos comprar alguns chocolates para comemorar!
- Vamos... o que?! - Ela riu, sendo puxada pela mão para a lojinha no fim do corredor.
Dez minutos depois e eles estavam sentados em um banco na parede leste do Arcade, do lado de fora, local onde, caso Billy chegasse antes do horário combinado, não os veria.
Mesmo que depois daquele dia o meio-irmão não tivesse mais a importunado, Max não gostava de arriscar. Não com Billy. Não no Natal. E, muito pior, não com Lucas.
- Há! Eu quero só ver a cara que Dustin vai fazer quando chegar no Arcade e ver que o seu nome está no topo de novo! - Lucas deu uma mordida no chocolate o entregando a Max em seguida.
- Não vamos contar para ele amanhã, ok? Deixa ele descobrir! - ela pegou o chocolate e deu uma mordida, rindo - E espero que eu esteja perto quando isso acontecer, não queria perder por nada.
- ‘Não é possível! Filho da mãe!’ - Lucas imitou a reação que ele tinha certeza que o amigo teria, fazendo a garota rir alto: não porque tivesse ficado parecido, muito pelo contrário.
Max engasgou com o chocolate em meio às risadas. E riu ainda mais quando desengasgou, fazendo Lucas rir com ela e os dois não conseguirem parar de rir por longos minutos.
- Ei, Lucas, eu preciso ir. - Max disse, enxugando as lágrimas do rosto quando os dois finalmente conseguiram recuperar o fôlego - Billy ficou de vir me buscar às 20h, melhor eu esperar lá na frente.
- Ok, certo. - Ele enxugou o rosto também, respirando fundo para ter certeza de que não ririam mais.
- Nos vemos amanhã então? - Ela se levantou para pegar o skate.
- Sim, claro! - Ele se levantou também. - Posso te encontrar na esquina da sua casa...Claro, isso se quiser uma carona. - Ele sugeriu.
Ela sorriu.
- Pode ser.
- É, antes que você vá...
- Antes que o Billy chegue...
Eles disseram juntos. Se olharam, riram.
- Você fala. - Lucas disse.
- Ok, antes que ele chegue - ela pegou um papel que estava dobrado em seu bolso - queria te entregar isso.
Lucas pegou o papel e o segurou, sem saber se o abria de uma vez ou não. Optou por abrir depois, ainda precisava fazer algo e eles não tinham muito tempo.
- Eu, bem, - Ele abriu a mochila, pegando uma caixa. - Não é nada de mais. E - ele pareceu não ter certeza de como continuar a frase. - Feliz Natal?! - Estendeu a caixa à Max.
Ela ficou sem saber o que fazer por alguns minutos. Não poderia dizer que estava esperando algo de Lucas, muito menos uma caixa e menos ainda faltando poucos momentos para que Billy chegasse.
- Eu esperava que você a pegasse! - Lucas riu.
- Me desculpe - ela pegou a caixa, sorrindo - é que você me pegou de surpresa!
Max se sentou novamente, com a caixa no colo. Não era grande e tinha um laço vermelho muito bonito que ela acreditou ter sido obra da mãe de Lucas. Soltou-o com toda a delicadeza que permitiam os minutos que sobravam para que ela o fizesse antes que Billy chegasse e estragasse... bem, tudo.
Dentro da caixa havia alguns biscoitos natalinos, chocolates e um cartão. Ela o pegou. Olhou de relance para o garoto que abria o papel que ela havia o entregado. Max sorriu ansiosa.
O som característico do motor do carro de Billy rugiu em algum lugar do caminho. Max se assustou, colocando o cartão de qualquer jeito no bolso e fechando a caixa rapidamente, guardando-a dentro do casaco.
- Preciso ir. - Ela disse, se levantando e pegando o skate. - Leio assim que puder. Tchau, Stalker! - E o beijou no rosto, tão rápido quanto o ronco do motor de Billy se fez mais alto. - Feliz Natal! - ela gritou, ao olhar para trás antes de subir no skate.
Lucas permaneceu no mesmo lugar, um sorriso bobo se formando em seu rosto. Sabia que a cena era patética, mas ele não se importava. Colocou a mão sobre a bochecha beijada. Apertou o papel na outra enquanto Max sumia de vista.
Max chegou ao carro o mais rápido que pode. Se assustou ao ver Niel no banco do carona.
- Então, Maxine, esse é o famoso... - Niel falou abrindo a porta. O sangue de Max gelou nas veias. Ela teve a certeza de que ele ia dizer ‘Lucas’. Quis matar Billy ali mesmo. - Arcade!
Ela soltou a respiração ao mesmo tempo que ele levantava o banco do carona para que ela pudesse entrar no banco de trás. Billy lhe deu um olhar desconfiado e ela devolveu uma expressão tão fechada como se estivesse lidando com um dos fygars.
- Ah... sim! - Ela rapidamente sorriu de lado para Neil ajeitando as sacolas que estavam no banco um pouco para o lado e o skate no colo.
- Suzan pediu que comprássemos algumas coisas de última hora para a ceia - Neil disse, entrando no carro e fechando a porta. - Fazia tempo que eu queria voltar a sentir o ronco desse motor estando do lado de dentro do carro.
No caminho para casa, enquanto Neil falava com Billy sobre carros, o que Max suspeitava ser o único assunto no qual os dois concordassem (ou talvez conversassem), ela sentiu a caixa sob o casaco e se lembrou do cartão. Posicionou seu skate estrategicamente nos joelhos, fazendo uma parede, de maneira que nem Neil e nem Billy conseguissem ver que ela havia o tirado do bolso e o aberto para ler.
MadMax
estava escrito no começo do cartão, antes de uma mensagem pronta de Natal que desejava o que todas as mensagens de Natal desejam. Havia um Papai Noel cercado de ajudantes em volta de uma árvore com luzes coloridas e muitos presentes. Lucas havia datado, assinado e escrito uma frase numa letra apertada para caber no espaço restante. Estava escuro, mas mesmo assim ela conseguiu ler
‘and you will find me, time after time’.
Ela sorriu, disfarçando logo em seguida com medo de ser pega. Teria que ler em casa novamente para ter certeza, mas no fundo já sabia o estava escrito, porque, no papel que entregou a ele, ela tinha escrito o mesmo.
(continua!)
- Alguns dos personagens encontrados nesta história e/ou universo não me pertencem, mas são de propriedade intelectual de seus respectivos autores. Os eventuais personagens originais desta história são de minha propriedade intelectual. História sem fins lucrativos criada de fã e para fã sem comprometer a obra original. <3 :)
- Para você que, como eu, não aguenta esperar até a temporada 3, então fica se distraindo com os acontecimentos paralelos desse universo.
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