#Negocio Propio
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Manos expertas
Parece mentira pero una de las cosas más difíciles en esta vida es ser asesora de ventas ¿Y la siguiente más difícil? Ser tu propia jefa o ser cajera.Y es que cuando uno es su propio jefe tienes que asumir las pérdidas y las ganancias, no hay nadie a quien responsabilizar de nada más que a uno mismo.Así me pasó el primer día como independiente, teníamos una tienda familiar donde se vendían…
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¿Quieres tener tu propio negocio de food truck?
[vc_row][vc_column][vc_column_text]Si alguna vez has soñado con ser tu propio jefe y tener un negocio propio, un food truck puede ser la opción perfecta para ti. Imagina recorrer las calles de tu ciudad, ofreciendo deliciosa comida preparada con tus propias manos y compartiendo tu pasión culinaria con los demás. Tener un negocio de food truck tiene muchas ventajas. En primer lugar, es una forma…
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TU MOMENTO ES AHORA! EN ESTE PERFIL VAS A ENCONTRAR CONTENIDO DE VALOR ESENCIAL PARA CRECER Y PODER VIVIR DE LAS REDES SOCIALES. 😎🔥💵 EVIDENCIAS REALES A DIARIO EN NUESTRAS HISTORIAS💣
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No le gusta Teselia. No le gusta para nada. No le gustan sus gentes, ni sus calles, ni sus negocios, ni su comida, ni su cultura. No le gusta tener que usar su idioma ni mover su dinero.
Pero lo que menos le gusta es que los barrios más peligrosos, con peor reputación y donde una mujer rubia con un reloj caro se supone que debe sentirse insegura, sea un parque infantil comparado con Rio, y más aún con su propio barrio.
Sin embargo, es en una de estas calles donde @highlandsailor juega al baloncesto, y donde sabe que entrena los jueves. Ella acaba de salir del gimnasio, así que le viene bien pasar a verla. Necesita que alguien le lleve la bolsa, después de todo
¿Que mirais, mamelucos? Dice a una pareja de jovenes que se la han quedado mirando según pasaba cerca suyo. Los dos hombres se van, susurrando algo. Eso pensaba yo. Murmura Catalina, mientras se acerca a la verja.
Mete los dedos entre los agujeros de la valla y la sacude con fuerza, provocando un ruido metálico, intentando llamar la atención de la morena.
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Un granjero vendía mantequilla en un pueblo muy pequeño.
El panadero era uno de sus clientes más fieles. Pero un día este empezó a sospechar que la barra de mantequilla pesaba menos de lo que estaba pagando por la libra.
Así que, decidió pesar la barra de mantequilla en la balanza de su propio negocio y descubrió que sus temores no eran infundados.
Reunió a varios pobladores como testigos y se encaminó a los tribunales para demandar al granjero.
Una vez allí, el juez le preguntó al granjero si usaba una medida para vender las libras de mantequilla.
Con una voz segura y con mucho temple el acusado respondió que al trabajar con instrumentos primitivos, no tenía un mecanismo para pesar su mercancía. Sin embargo, sí tenía un método que usaba como escala.
“Señor juez, mucho antes de que el panadero empezara a comprarme mantequilla, yo le compro una libra de pan todos los días. Él me lo trae temprano por la mañana, lo que hago es ponerlo en una balanza y le doy la misma cantidad de mantequilla por el peso que él me da de pan”.
Todos reclinaron el cuerpo hacia atrás y miraron de forma despectiva al panadero. Este decidió retirar los cargos y nunca más se quejó al respecto del peso de la mantequilla.
Moraleja:
"No hagas a otros, lo que no quieres que te hagan".
Fomentando la lectura
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En cualquier momento vas a tropezar Lo que hoy tienes no es garantía de prosperidad. El negocio puede ir mal. Nadie creerá en tus ideas. Creerás que el caos confabula en tu destino. Pero no es así, hay que entender que hay un chingo de cosas que desconocemos y no están bajo nuestro control. La mayoría de las veces tropezamos por confiados, porque un poco de reconocimiento y éxito no sube el ego como espuma. Con el ego inflado uno se compara. Si uno se compara nomás anda viendo lo que hace el otro y deja de mirar su propio camino.
"Estoiconmadre, estaré mejor" Quetzal Noah
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CÓMO COMPORTARSE EN UN NEGOCIO Cuando entras a un negocio, a cualquier negocio, dos de cada tres veces y puede ser todavía más, el vendedor no te quiere atender. Es algo patológico, aunque yo solía tomarlo como personal, pero no es personal. Se trata simplemente que el vendedor quería ser otra cosa, cualquier otra cosa. Pero está ahí, en ese negocio, que a veces está adentro de un shopping, unas doce horitas por día. Y el vendedor, que quería ser otra cosa, te odia por eso. Entonces, la forma que tiene el vendedor de expresar su odio a la humanidad toda es ignorarte. Vos entras, y el vendedor sigue hablando con el otro vendedor, o habla por teléfono como si estuviera arreglando para cenar con Daniela Urzi, o mira la computadora, la pantalla de una computadora que atrasa treinta y siete años y tiene un monitor de fósforo naranja. Mira la computadora, el vendedor, y no a vos, no te saluda ni sonríe, no te dice ‘hola’, mira la computadora, como si estuviera jugando al póker con el gordo Ronaldo, como si estuviera twitteándose con Lady Gaga, como si su vida no pudiera parar de ser interesante. Y antes me ofendía, me ponía mal. Tosía o decía algo. Pero no hace falta eso, no. El antídoto, la forma, es bien sencilla. Lo único que tenes que hacer es ponerte a tocar algo. Algo de la mercadería que hay en el local. Olvídate del vendedor, olvídate si entra más gente. Si estás en una casa de ropa descolgó un saco que te quede, a vos, tres talles más chicos, y empieza a meter un brazo, quizás incluso sin sacarte tu propio saco. O sacas un pantalón de un perchero y empiezas a meter un pie con zapato y todo. Si es una fiambrería, podes levantar un pedazo de queso fontina que fue prolijamente ubicado sobre el mostrador, lo levantas con ambas manos y apoyas la nariz encima o le metes un dedo para ver la consistencia, o agarras una mortadela de cinco kilos cortada al medio, te la pasas por la frente y suspiras. Si es una librería agarra un libro, cualquier libro, lo abrís al máximo, como si quisieras partirlo en dos, y te pones a leer, así de pie. Das vuelta una página, lees un par de líneas, pensáis, das vuelta otra página con descuido, la doblas, la arrugas. En cualquier caso, el vendedor se va a fastidiar mucho. ‘¿Sí?’, te va a decir, o ‘Señor’, o ‘¿Qué desea?’. –Nada –respondes–. Quería saber si existo. Y te vas.
(J. Hundred)
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"Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo"
Albert Einstein
Nacido en la ciudad alemana de Ulm el 14 de marzo de 1879, fue un físico Alemán de origen judío, nacionalizado suizo, austriaco y estadounidense.
De sus padres se dice que heredó su carácter amable y generoso, y de su madre la constancia y su amor por la música.
En 1880, su familia se mudó a Múnich para manejar un negocio de agua y gas, y posteriormente abrieron una taller propio de aparatos eléctricos mismo que fracasaría y los dejaría endeudados.
Desde sus comienzos, Albert mostraría ciertos dificultades para expresarse y se dice que no habló hasta la edad de 3 años, esto le trajo algunos problemas en su juventud en donde a la edad de 15 años uno de sus profesores le dijo que nunca conseguiría nada en la vida.
En general, Einstein era un buen estudiante, y el apoyo y motivación de su tío Jacob Einstein marcaron su interés por la ciencia.
A los 15 años, de manera autónoma, emprendió el estudio del cálculo infinitesimal.
A fines de 1896, a la edad de diecisiete años, Einstein ingresó en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza), en donde conoció a Mileva Marić con quien se casaría, terminando sus estudios en 1900 como profesor de matemáticas y física.
En 1904, Einstein tendría a su primer hijo, consiguió un trabajo permanente en una oficina de patentes, finalizando poco después su doctorado, y en 1905, publicó su teoría de la relatividad especial, y como una consecuencia de esta, surgió la que fuera la ecuación de la física más popular, la equivalencia masa-energía, E=mc2
En 1915, se formularía el concepto de gravedad con su teoría de la relatividad general y en 1921 recibiría el premio Nobel de física, aunque no por su teoría de relatividad ya que al no ser comprendida, se temía que esta fuera a resultar errónea.
En 1932, huyendo del nazismo, Einstein abandona Alemania y migra a los Estados Unidos en donde se dedicaría a la docencia.
El 16 de abril de 1955 sufre una hemorragia interna causada por la rotura de un aneurisma que había sido reforzada anteriormente en 1948, y rechazando una nueva cirugía muere dos días después a la edad de 66 años.
Contrario a sus deseos de ser incinerado inmediatamente, su cerebro fue conservado para estudio, en donde, el único rasgo medianamente interesante es que una parte de su cerebro en donde se aloja la capacidad matemática era un poco más grande.
Fuente: Wikipedia
#alemania#albert einstein#citas de reflexion#frases de reflexion#cientificos#ciencia#relatividad#matematicos#fisica#fisica nuclear#teoria de la relatividad#estados unidos
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VENT
No tengo ni la más mínima idea de que voy a hacer con mi vida ni si quiera esperaba llegar vivo a este punto de mi vida. No tengo ningún apoyo de mis padres para poder seguir estudiando ya que me cuesta mucho más que a cualquier persona, deje dos escuelas por el desgaste fisico/mental y claras dificultades antes de dónde estudio actualmente [una prepa abierta en linea por parte del gobierno] y aún así tengo dificultades. Me gustaría poder ser más independiente pero no he podido mantener un trabajo por más de unas pocas semanas antes de colapsar por completo quedando en cama por días. He pensando en emprender un negocio propio por uno de mis intereses "la belleza" uñas postizas, maquillaje, tintes y todo eso. Pero de nuevo no tengo el apoyo de nadie ni para estudiar ni para hacer una inversión. Use el dinero de mi último trabajo para comprar materiales para aprender a hacer uñas pero aún con eso me falta mucho para poder atender a otra persona, he intentado aprender desde casa buscando cursos y esas cosas en internet pero realmente me siento asustado y perdido. ¿Podré ser independiente en algún momento? Por ahora estudio desde casa y no hago realmente mucho. Temo cuánto pueda tardar en conseguir un diagnóstico estoy desesperado por encontrar una explicación y conseguir las terapias o acomodación es que necesite. Estoy cansado de que solo me den un montón de diagnósticos y pastillas sin nunca ayudar en nada. Se que soy autista mi terapeuta no sabe pero con una cita cada pocos meses realmente no ayuda mucho. Aunque quisiera pagar un especialista que pudiera atenderme más rápido ni si quiera puedo hacerlo porque aún dependo de mis padres y no creen si quiera que sea algo real, aún si mi madre me ha visto tener colapsos por qué hay demasiado ruido y termino hecho bolita en el suelo llorando, tirando de mi cabello o incluso golpeándome a mi mismo. Pero nooo ella sigue creyendo que solo son "exageraciones". Es demasiado frustrante y desalentador no tener ningún tipo de apoyo .
#autistic adult#autism spectrum disorder#late diagnosed autistic#late diagnosis#autism spectrum#autism#actually autism#blog personal#sfw interaction only#no binario#agere sfw#agere blog#sfw agere blog#actually autistic#actually chronically ill
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spanishrevolution
Una vez más, George Carlin da en el clavo. A pesar de que esta reflexión tiene muchos años, nada ha cambiado desde entonces. Lo vemos claramente con Israel, estado que lucha por la seguridad y la democracia aunque instale bombas en aparatos electrónicos que estallan indiscriminadamente entre la población civil, mientras que quien se defiende de tales crímenes de guerra son considerados terroristas. Las palabras importan, y la clase dirigente occidental lo sabe. Por eso utiliza el lenguaje, mezclado con el racismo de su población, para blanquear sus propios crímenes y continuar con el lucrativo negocio de la muerte.
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Listado de profesiones
■ Hay que ser consecuente con la edad del personaje y la profesión a la que se dedica.
■ Algunas profesiones sólo pueden llevarlas a cabo oriundos de la isla, lo veréis especificado en el listado.
■ No pueden inventarse negocios ni locales que no consten en este listado, sin embargo puede optarse por empleos autónomos/freelance que no requieran de un edificio propio (manitas, escritor, costurera, etc.).
■ Las profesiones que tuvieran los foráneos fuera de la isla o que no consten en este listado no se registran.
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El otro día a las 9 de la mañana, cagado de frío, me cirujeé este teclado, un Apple Keyboard II de 1991. Hay muchas oficinas y negocios por donde lo encontré, y viendo el polvo que tiene, deben haberlo tirado para liberar espacio. También había una impresora enorme enorme, que obviamente no pude agarrar porque era maso del tamaño de mi torso. EDIT: Antes dije que usa cable PS/2, pero viéndolo bien creo que usa ADB (un cable propio de Apple en su momento) así que voy a tener que esperar a tener mucha plata para probar si funciona, pero por ahora aparte de la suciedad está hermoso. Capaz por lo que cuesta me convendría limpiarlo y venderselo a un coleccionista, qué cagada :p
#Es apenas más grande que el teclado que tengo ahora#Podría consider usarlo o algo#Aunque es de membrana y no mecánico#Podría ponerlo lindo y guardarlo para emergencias#rambling#Español#Argentag
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Si no te gustan mis defectos, recuerda que tengo más.
Soy atea, creo en sonrisas pasajeras que me roban el sueño.
Soy pacifista, me defiendo con uñas y dientes.
Me gusta que me despierten con besos, prefiero dormir sola.
Soy amable, insoportable cuatro días al mes.
Soy de mente abierta, no apta para todos los públicos.
Intento ser humilde, parezco creída.
No creo en amores duraderos, creo en amores verdaderos.
Nunca estoy preparada para una relación,soy adicta a la pasión del primer día, a la indiferencia, a acabar y volver a empezar.
No me gusta competir con nadie, sé en lo que destaco y en lo que no.
No sé si soy inteligente, lista, o intelectual; o simplemente estoy.
No me gusta pelear, debajo de algunas piedras me sale algún enemigo.
Soy fría en mis relaciones, caliente cuando me enamoro.
No soy rencorosa, hay cicatrices que me recuerdan que no debo olvidar.
Soy graciosa, payasa, poeta de risas; al menos dos veces al mes necesito unadosis de canciones tristes y gastar un par de pañuelos en lágrimas retenidas.
Soy tímida, no pudorosa.
Devoro libros, odio estudiar.
Soy adicta a escribir, me avergüenza que me lean alto. Pocos saben leer en alto lo que yo escribo en bajo.
Me encanta hablar por teléfono, odio el tono de llamada.
Creo en la rutina, no sé marcarme ninguna.
Me pierdo en algunas noches de fiesta, me encuentro en un lápiz y un papel.
Odio a la gente mala, tengo picardía.
Si paso por tu lado puedes girarte, soy borde si me hablas.
Soy provocadora pero no me provoca serlo.
He roto tabúes, no sé cuales.
Soy solitaria, odio las ausencias.
Soy coherente, a la vez, inconsecuente.
Tengo principios, los negocio si me roban el corazón.
Predico la tolerancia, soy intolerante conmigo misma.
Hablo ingles, me gusta el francés.
Adoro el arte, me aburren los museos.
Estoy llena de amor propio, salvo cuando estoy enamorada.
#pensamientos#amor propio#yo#cosas que escribo#poesia#escritos de noche#notas de noche#cosas que pienso
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ORIGINEN DEL VOCABLO RESTAURANTE
En 1765, un mesonero llamado Dossier Boulanger abrió en París una casa de comidas y a la puerta colgó el siguiente letrero:
"Venite ad me vos qui stomacho laboratis et ego restaurabo vos"
No eran muchos los parisinos que en el año de 1765 sabían leer francés y mucho menos el latín, pero los que podían, sabían que Boulanger, el propietario, decía:
"Venid a mí casa hombres de estómagos cansados que yo los restauraré."
La frase tuvo tal éxito que desde entonces, todas las casas de comidas en el mundo se llaman “restaurantes”.
Aparte la deliciosa gastronomía que se hizo famosa en toda Francia, Boulanger deleitaba a sus comensales con deliciosos postres preparados por él mismo y debido a la fama de su repostería Boulanger también es el “culpable” de que en Francia a las panaderías se les llame “boulangeries”.
La palabra restaurante se estableció en breve y los chef de más reputación que hasta entonces sólo habían trabajado para familias privadas, reyes y ministros abrieron también sus propios negocios o fueron contratados por un nuevo grupo de pequeños empresarios: los restauradores.
El término "restaurante" llegó a Estados Unidos en 1794, traída por el refugiado francés de la revolución Jean Baptiste Gilbert Paypalt, este fundó lo que sería el primer restaurante francés en Estados Unidos llamado Julien’s Restorator.HP.ORIGINEN DEL VOCABLO RESTAURANTE
Web
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Más allá del utilitarismo burgués: Reencantar el mundo
Por Guillaume Travers
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
El siguiente es un ensayo del libro del Instituto Iliade, Pour un réveil européen (Por un despertar europeo). Está escrito por la estrella emergente de Éléments Guillaume Travers. El original francés está disponible en el Instituto Iliade. La traducción al inglés está disponible en Arktos.
La relación del hombre moderno con el mundo que le rodea es casi exclusivamente utilitaria. Se pregunta sobre cada cosa si tiene algún valor para él, si satisface alguno de sus deseos y si puede contribuir a su comodidad personal. A sus ojos, una tradición sólo merece ser conservada en la medida en que le proporciona placer y diversión, por lo que rompe con ella en cuanto le resulta pesada. De acuerdo con esta misma lógica, todo está sujeto a una evaluación comparativa en términos de costes y beneficios: un paisaje natural puede ser destruido si la construcción de un bloque de pisos resulta económicamente rentable. Todo es cuestión de hacer un “buen negocio”. Así pues, el hombre utilitario sólo existe como consumidor perpetuo de bienes, todos los cuales pueden comprarse y venderse. Nada tiene valor intrínseco para él y nada merece ser protegido frente a la defensa desenfrenada de los intereses personales.
El imperio de la utilidad
Esta relación utilitarista con el mundo va en contra del pensamiento europeo tradicional. De hecho, los europeos (incluidos los griegos, por ejemplo) no consideraban que el hombre y el mundo estuvieran desconectados entre sí, sino que los veían como un único todo vivo. La relación del hombre griego con la naturaleza no era de consumo, sino de co-pertenencia. No se definía a sí mismo de forma abstracta y externa en relación con un mundo de objetos, sino de manera específica, a través del particularismo de su pertenencia natural y cultural: su entorno no le era, pues, ajeno, sino que lo definía. Consideraba, además, que el mundo era un lugar de divinidad, una divinidad que revelaba su presencia a través de una miríada de manifestaciones naturales y artísticas que le otorgaban su propio valor. Dentro de esta cosmovisión, la idea de que el valor de las cosas pueda evaluarse primordialmente de forma subjetiva y utilitaria carece de todo sentido, ya que no existen ni “sujetos” abstractos ni “objetos” cuya existencia sea radicalmente distinta y sin vida.
Históricamente, la primera división entre el hombre y el mundo que allanó el camino al utilitarismo apareció en la Biblia, que reorganizó todo el antiguo kosmos de acuerdo con una distinción entre seres creados e increados. Como resultado del reconocimiento de un único Dios celestial, el mundo terrenal perdió su aspecto antaño sagrado. Despojado de su valor, el mundo circundante podía así ser sometido: “Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread sobre los peces del mar, las aves de los cielos y todos los seres vivientes que se mueven sobre la tierra” (Génesis 1:28).
Este “desencanto” no sería, sin embargo, inmediato: en efecto, la época medieval no tenía idea del utilitarismo, en primer lugar, porque se centraba en la relación del hombre con Dios y no en su conexión con las cosas; y, en segundo lugar, porque había tomado prestada de la Antigüedad la idea de “bien común”. La devaluación casi completa de la realidad es resultado de la modernidad, que descartó cualquier relación con Dios para sobrevalorar la razón individual (como se ve en Descartes). El tipo ideal de hombre utilitario es el homo economicus imaginado por los economistas a partir del siglo XVIII (aunque en realidad el propio término se acuñó más tarde) y definido como un individuo cuyo único propósito es maximizar racionalmente la utilidad mediante el consumo. El “imperio de la utilidad” resultante elimina por completo toda idea de belleza.
Para los griegos, la experiencia de la belleza presuponía la inseparabilidad del hombre con respecto al mundo. Y la belleza se experimentaba sobre todo a través de la vista, no del intelecto: se hablaba así de “cosas bellas” y no de “ideas bellas”. A diferencia del intelecto, la mirada implica una relación con las cosas, un sentimiento de presencia compartida: la belleza es esencialmente todo lo que permite percibir la armonía cósmica, ya sea en la naturaleza o en el arte. Al definirse el hombre en función de su pertenencia, la experiencia de la belleza como armonía es lo que establece su identidad, nada de lo cual es posible, por supuesto, en el momento en que el hombre se percibe como separado del mundo: en la tradición bíblica primitiva, la belleza era vista con recelo y a menudo condenada (como revelan la prohibición de toda representación divina y la práctica de la iconoclasia) o reducida a la abstracción (arte oriental). En la práctica, sin embargo, el cristianismo medieval se mezclaría con la tradición europea y se convertiría en representacional. En el mundo moderno, el utilitarismo generalizado es estructuralmente incapaz de concebir ningún tipo de armonía entre el hombre y el mundo y, por lo tanto, carece de toda noción de belleza pura. Su conciencia se limita a los precios de mercado, y todo puede venderse o destruirse una vez que se ha negociado a un buen precio. Así pues, la belleza ya no es, como la entendían los griegos, el fundamento mismo de la identidad.
El ascenso de la burguesía
El utilitarismo no sólo echa por tierra nuestra relación con el mundo, sino que también disminuye lo que somos como hombres. En efecto, aunque el hombre se definía tradicionalmente en términos de su conciencia de todo lo que le conecta tanto con los demás como con su entorno, su esencia se convierte, bajo el impacto de la modernidad, en una conciencia de sí mismo. Ya no se define principalmente por su pertenencia, sino por su individualidad abstracta por encima de todo, el hombre moderno se repliega sobre sí mismo, sobre sus intereses, su comodidad personal y su bienestar material, que a veces denomina “felicidad”. Llevando una vida puramente utilitaria, el hombre se va secando poco a poco, perdiendo gradualmente toda conciencia de lo que le rodea, ya sea su propia comunidad o su entorno natural o cultural. El arquetipo contemporáneo del hombre utilitario es el financiero o consultor viajero, cuyo único propósito en la vida es acumular riqueza yendo y viniendo de los aeropuertos a los grandes hoteles, completamente ajeno a las civilizaciones que sobrevuela y a la propia naturaleza, que no puede ver desde la ventanilla de su taxi.
Históricamente, la difusión de los valores utilitaristas ha ido de la mano del ascenso de la burguesía. En Der Bourgeois Werner Sombart subraya el modo en que la mentalidad utilitarista nace de la noción de que todo puede calcularse y, por lo tanto, racionalizarse de facto. La personalidad del burgués moderno contrasta con la del señor medieval, cuya vida estaba plagada de prodigalidad, donaciones, gastos sin restricciones, desinterés y sentido del honor, nada de lo cual es estrictamente cuantificable ni “racional” desde un punto de vista individualista. De ahí la siguiente afirmación: “Para que floreciera el capitalismo, el hombre natural – es decir, el hombre impulsivo – debía desaparecer, ya que la vida y toda su espontaneidad y originalidad daban paso a un mecanismo mental específicamente racional: en resumen, el requisito previo para el florecimiento del capitalismo residía en una inversión o transmutación de todos los valores. Y precisamente de esta inversión, de esta transmutación de los valores, nació el ser artificial e ingenioso conocido como homo economicus”.
Más que una clase social, la burguesía es, pues, una mentalidad que bien puede no perdonar a nadie a su paso. Sombart la contrapone a la personalidad de los señores feudales o aristocrática. En efecto, un burgués se pregunta siempre de qué más puede apropiarse y se enriquece con lo que tiene; un señor feudal, por el contrario, se pregunta qué puede ofrecer a los demás y se enriquece con lo que da. Además, mientras que un burgués antepone su propio interés al de la comunidad, en el caso de los señores ocurre lo contrario. Por lo tanto, no hace falta ser rico para pertenecer a la burguesía, basta con que su única ambición se oriente hacia la riqueza y el confort material: un proletario cuyo único objetivo en la vida sea irse de vacaciones “low cost” a Túnez para hacerse selfies entre palmeras también hace parte de la mentalidad burguesa. La jerarquía burguesa sitúa en su cúspide a quienes han acumulado la mayor cantidad de dinero; en contraste con ella, la jerarquía europea tradicional da prioridad a las funciones soberanas y militares por encima de la riqueza. Obviamente, estos dos tipos de mentalidad tienen actitudes antagónicas cuando se trata de la belleza. Un burgués piensa para sí: “es caro, debe ser bello” y procede a comprar arte contemporáneo; por su parte, un señor feudal piensa para sí: “es bello y, por tanto, no tiene precio”, dedicándose a contemplar la obra en cuestión. Así pues, Georges Sorel tenía razón cuando escribía que “lo sublime encontró su final con la burguesía”. En resumen, un burgués es incapaz de experimentar el mundo de forma poética y de apreciar su belleza.
El callejón sin salida del utilitarismo
En cuanto a su percepción del mundo, el utilitarismo muestra considerables contradicciones que minan al hombre europeo. En primer lugar, un número cada vez mayor de trabajos en los campos de la psicología y la economía del comportamiento han demostrado que el potencial humano para actuar “racionalmente” es limitado (Daniel Kahneman, Jon Elster, etc.). Pero hay más. Tras dedicar toda su energía a la acumulación de bienes materiales, el hombre moderno acaba dándose cuenta de que su vida carece de sentido: de hecho, nunca han sido tan frecuentes la soledad, el suicidio y el consumo de antidepresivos y tranquilizantes. Solo en un mundo de individuos atomizados el hombre utilitario redescubre poco a poco su sed de experiencias colectivas y de emociones relacionadas con la comunidad. Aislado en un mundo de artículos comerciales, percibe intuitivamente que sus necesidades no son sólo de naturaleza material, sino también espiritual y estética. Día tras día, el mundo de la utilidad generalizada le resulta cada vez más frío, impersonal y, en última instancia, insoportable.
Esto no es en absoluto una coincidencia: de hecho, reducir toda la actividad humana a la búsqueda de la utilidad nunca podría dar cuenta de todos los hechos sociales. En The Sociological Tradition Robert Nisbet destacó claramente hasta qué punto el nacimiento de la sociología durante el siglo XIX fue en gran medida una respuesta al individualismo moderno. Esencialmente, no se pueden reducir todos los hechos sociológicos importantes a la búsqueda de la utilidad individual. Por ejemplo, el concepto sociológico de alienación “se entiende como una perspectiva histórica en la que el hombre se convierte virtualmente en un extraño para sí mismo, perdiendo su propia identidad cuando se rompen los lazos que le unen a la comunidad y se le despoja de su propia brújula moral”. Asimismo, la antropología ha demostrado claramente que las interacciones utilitarias eran poco frecuentes en las sociedades tradicionales. Por el contrario, los intercambios se realizaban según una lógica de dones y contra-dones (Marcel Mauss). Por último, pero no por ello menos importante, casi toda la historia de la humanidad sigue siendo inevitablemente incomprensible para quien adopte una perspectiva estrictamente utilitarista. Piénsese que ni la colocación de los megalitos de Stonehenge durante el Neolítico y la Edad de Bronce ni la construcción de catedrales en la Europa medieval tienen sentido alguno para los utilitaristas, sobre todo en una época en la que se movilizaron considerables recursos para construir estos monumentos en lugar de emplearlos en aumentar el confort cotidiano de la gente, que de otro modo sería mínimo. Tales construcciones, por no mencionar otras innumerables obras maestras de la civilización, sólo pueden entenderse si reconocemos el hecho de que, durante la mayor parte de su historia, el hombre no antepuso sus propios objetivos materiales a todo lo demás, sino que los subordinó a diversos fines espirituales y estéticos.
Reencantar el mundo
¿Cómo escapar entonces del reino de la utilidad? La tragedia del utilitarismo – y también del individualismo – reside en su carácter autocumplidor. Así, la modernidad afirmó sin fundamento que el valor de las cosas nunca iba más allá de su utilidad material. En nombre de esta abstracción, muchas cosas que hasta entonces habían sido valoradas por su belleza y por su contribución a la tradición y la identidad, fueron sencillamente descartadas, ya que no podían justificarse mediante una relación aceptable entre coste y beneficio. Así, la belleza, la calidad y el desinterés desaparecieron del mundo para dar paso a la cantidad (a menudo monetaria). Así, con el tiempo, sólo quedaron bienes puramente utilitarios y monetizables, el tipo de mercancía que podía intercambiarse de acuerdo con la ley de la oferta y la demanda: antes una mera abstracción, el utilitarismo se había convertido en realidad. Debido a esta misma dinámica de autocreación, siguió ganando terreno, mientras que todos los aspectos no relacionados con el mercado de nuestro universo civilizatorio simplemente desaparecieron.
Por lo tanto, aunque el utilitarismo sea, al menos en parte, el resultado de nuestra propia laxitud, resistirse a él a nivel personal presupone tomar una decisión consciente al respecto, asumir voluntariamente los esfuerzos y la disciplina necesarios, y atenerse a una determinada actitud ante la vida, a un determinado código ético. Debemos, de hecho, dejar de pensar como individuos y, en su lugar, pensar como comunidad. Del mismo modo que debemos tener presente todo lo que nos une a los demás, antes de tener en cuenta nuestra propia individualidad, también debemos pensar en todo lo que nos une al mundo. Sólo así podremos “reencantarlo” y devolverle su belleza. Por ello, debemos preservar en primer lugar lo que no puede reducirse al nivel de mera mercancía, es decir, los elementos culturales, naturales y artísticos que nos definen como civilización. De cara al futuro, se hace necesario rechazar el culto a los valores materiales, dando prioridad a la calidad sobre la cantidad, situando la belleza por encima de los precios de mercado y dando nacimiento a una nueva jerarquía de valores. Para estar a la altura de esta ingente tarea y dotar al esfuerzo antiutilitarista de la inspiración necesaria, necesitaremos también la presencia de modelos y héroes. La civilización europea abunda en ellos, por lo que nos urge redescubrirlos y reinterpretarlos.
Bibliografía:
Alain de Benoist, Contre le libéralisme, 6 Éditions du Rocher, 2019.
Werner Sombart, Der Bourgeois—Zur Geistesgeschichte des modernen Wirtschaftsmenschen, 1913. Traducido del alemán por S. Jankélévitch como Le bourgeois—Contribution à l’histoire morale et intellectuelle de l’homme économique moderne, 7 Payot, Bibliothèque politique et économique, 1928.
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𝕍𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟: 𝕃𝕒 𝕡𝕝𝕒𝕘𝕒 (2023)
Una escalofriante oda al repelús no apta para los que tienen aracnofobia 🕷️a menos que quiera pasar el peor rato de su vida.
El maestro del terror Stephen King volvió a utilizar sus redes sociales para recomendar la película francesa Vermin: La plaga (Infested), destacando su capacidad para asustar y su calidad de producción.
¡Una de bichos que merece, y mucho, la pena! Hacía años que no asistíamos al estreno de una película de terror centrada en la amenaza que suponen las arañas que no diera vergüenza ajena o lindara con el terreno de la serie B.
¿Qué hace que su aspecto sea tan realista y dé tantísima grima? Que las arañas que aparen en la película son reales, según las declaraciones de los productores de la película y que el director dedicó buena parte de su preparación a filmar insectos y arácnidos. Esto hace que haya mucho de "natural" en lo que vemos, aunque evidentemente esté tratado con efectos especiales.
Vermin nos presenta a Kaleb, un hombre que está a punto de cumplir la treintena y atraviesa una gran crisis personal: está siempre a la greña con su hermana mientras trata de superar la muerte de su madre y el distanciamiento con su mejor amigo.
Vive en un andrajoso apartamento que se cae a pedazos mientras se gana la vida vendiendo zapatillas de marca bastante caras, aunque nunca deja de soñar con montar su propio negocio y dar un servicio impecable a sus clientes.
Apasionado de los animales exóticos, tiene un pequeño zoológico en su cuarto: ranas, ciempiés y otros insectos. Un día se hace con una araña exótica y venenosa que llama su atención... pero accidentalmente escapa y se reproduce a gran velocidad.
A medida que él, su hermana y sus amigos se percatan de la peligrosa situación y encuentran el foco del problema, serán puestos en cuarentena por las fuerzas se seguridad, quedando confinados mientras les aguarda una verdadera plaga arácnida.
Y ese no será su único problema: ciertos especímenes llegan a multiplicar por diez su tamaño convirtiéndose en gigantescos monstruos al acecho entre las sombras. Su único objetivo será encontrar una salida y escapar con vida.
Por descontado, tiene una buena dosis de fantasía, porque la araña más grande que se conoce alcanza los 30 centímetros de largo mientras que en la película llegamos a ver especímenes gigantescos que llegan incluso a encararse a un vehículo.
La película se ha rodado al nordeste de la capital francesa, en Seine-Saint-Denis, donde el director creció (se aprecia que conoce aquello de lo que habla). En general, tanto el elenco como la ambientación y la banda sonora de Vermin (muy urbana, con mucho hip hop) nos trasladan sin problemas a los suburbios parisinos.
Y, lo más importante, nos ponen sobre aviso de que la película tiene una intención de lanzar un mensaje de denuncia social soterrado en el que las arañitas del demonio no son más que una alegoría de la forma en la que se trata a las personas de clase baja: como una plaga que solo molesta cuando se ve.
Son 106 minutos que sabrán apreciar bien los amantes del terror y el género fantástico: de hecho, se alzó con el Premio Especial del Jurado en Sitges y ha podido verse en un puñado de festivales similares que son el hogar natural de esta clase de producciones, que buscan ponernos los pelos de punta y terminar con picores por todo el cuerpo. Da lo que promete y por eso le regalamos cuatro estrellitas
⭐⭐⭐⭐
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