#NarrativasAranay
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𑁍̤
⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀ 𝐀 𝐧𝐞𝐰 𝐬𝐩𝐞𝐥𝐥
⠀⠀⠀ ⠀⠀ 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝒃𝒐𝒐𝒌 𝒐𝒇 𝐀𝐮𝐫𝐚𝐥𝐢𝐧𝐞
❛𝐑𝐀𝐒𝐓𝐑𝐎𝐒 𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃❜
⠀⠀⠀ ⠀⠀ ⠀ 𝘄𝗿𝗶𝘁𝘁𝗲𝗻 𝗯𝘆 #𝐛𝐚𝐫𝐛𝐢𝐞𝐠𝐢𝐫𝐥
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No sabía cuánto tiempo había pasado desde que se había marchado de su hogar. Los días de Los Ángeles y Nueva York quedaban lejos, envueltos en un pasado que apenas lograba reconocer. Su corazón no le dictaba la necesidad de volver a la comodidad de lo conocido; la nostalgia por la seguridad y la rutina había desaparecido. No extrañaba la tranquilidad de su antiguo trabajo ni las noches llamativas en la gran ciudad. Aquella vida había quedado atrás como si hubiera pertenecido a otra persona, y ahora su propósito era claro, encontrar a su padre. Cada pista la acercaba un poco más, aunque a veces solo dejaba en evidencia lo inalcanzable que aún se sentía.
Llevaba un año en esta búsqueda. En cada lugar, cada vez que se cruzaba con alguien que lo conocía, la recomendación era la misma, debía tener paciencia. Su padre, decían, era un hombre dedicado, con una determinación férrea, y rara vez se apartaba de su camino por mucho tiempo. Sin embargo, ella soñaba con que, en algún momento, él se detuviera, aunque solo fuera unos minutos más de lo normal, lo suficiente como para que se encontraran frente a frente. Deseaba contarle todo lo que había acumulado en su corazón desde que se fue de sus vidas y, tal vez, encontrar un atisbo de conexión paternal, algún fragmento de afecto. En su mente, imaginaba que él la abrazaba y le decía que estaba orgulloso de ella, orgulloso de su valentía, de su esfuerzo. En las noches, la añoranza la mantenía despierta, el deseo de volver a ser "la niña de sus ojos", aunque aquellos recuerdos estuvieran ahora tan lejanos y borrosos que ya no podía distinguir la ficción de la realidad. Era adulta y entendía las probabilidades, pero la esperanza persistía.
A lo largo de ese tiempo, había enfrentado situaciones que nunca habría imaginado. Aprender a vivir en la oscuridad, rodeada de seres sobrenaturales, fue un golpe más duro de lo que hubiera anticipado. En cada parada, cada lugar donde pasaba aprendía algo nuevo. Cada criatura le enseñaba una lección distinta, dejándole huellas y cicatrices. La mayoría de ellas causaba estragos en la vida de los ciudadanos comunes. Había recibido golpes, arañazos, heridas profundas que dejaron cicatrices no solo en su piel, sino en su espíritu que siempre había vivido en una burbuja. Su cuerpo se transformó; dejó de ser delicado y vulnerable, se volvió resistente y fuerte. Ganó una velocidad inesperada en sus movimientos, agilidad para escapar cuando lo necesitaba. Y había dejado de llorar por la falta de consuelo. En lugar de rendirse, cada caída la endurecía, recordándole que su realidad ya no tenía espacio para los débiles.
La cacería, después de todo, no era solo su destino, era la herencia familiar que había aceptado. En sus jornadas, aprendió a cerrar sus heridas sola, sin esperar ayuda. A estas alturas, si alguien de su antigua vida la viera, no la reconocería; su apariencia podía haber cambiado muy poco, pero en su interior, su alma, se había vuelto algo más complejo y sólido, imposible de doblegar. Aranay se había convertido en alguien distinto, alguien que entendía el sacrificio.
Los diarios que llevaba eran testigos de su transformación. En ellos había registrado más de veinte encuentros con seres diferentes, cada relato una prueba de los horrores y la fuerza que había encontrado en sí misma. Había aprendido a matar cuando era necesario, y aunque al principio debía recurrir a armas para defenderse, con el tiempo su cuerpo adquirió una destreza que admiraba en otras cazadoras con más experiencia. Descubrió, sorprendentemente, que en este submundo oscuro existía una intimidad que nunca había encontrado en su vida anterior. Aquí, las personas se apoyaban de manera inquebrantable, construían redes de confianza y ayuda que permanecían intactas ante cualquier adversidad. Sabía que, si necesitaba ayuda, bastaba con una llamada, y que, sin importar el riesgo, alguien acudiría en su auxilio. Para ella, había encontrado humanidad en un mundo de sombras y monstruos, había hallado una especie de familia en medio de la violencia. La empatía que ahora sentía era un descubrimiento, y comprendía el dolor de no poder salvar a todos. En esos compañeros temporales, aquellos cazadores a quienes encontraba en su camino, percibía una conexión que compensaba, al menos en parte, la frialdad de su propia familia.
El arma que llevaba ya no era un peso extraño en su mano. Al principio, cada disparo le provocaba un temblor involuntario; ahora, sus dedos se acoplaban con naturalidad al armazón, y cada movimiento era calculado, sin dudas ni titubeos. Ya no se permitía parpadear o vacilar, consciente de que, en cada enfrentamiento, su vida estaba en juego. Había aprendido también a borrar las huellas de sus batallas, a deshacerse de los cuerpos y de cada rastro que pudiera atraer la atención de algún otro cazador o de algo peor, una manada entera de enemigos sobrenaturales.
Valoraba cada segundo de descanso, ahora más que nunca. Las noches de insomnio que la habían atormentado en sus viejos días en la ciudad se convirtieron en un recuerdo lejano. Ahora, cada minuto de sueño era un regalo, un momento de calma en las noches de cacería.
Mientras avanzaba, la bruma en su mente comenzó a despejarse. Sabía que su búsqueda podía no tener el final que había deseado, que encontrar a su padre podía ser tan solo el principio de otra historia más dolorosa. Y, aun así, algo en su interior se encendía cada vez que su instinto le decía que estaba más cerca. Quizá no lo hallaría, o quizá, cuando al fin lo encontrara, él no sería el hombre que ella había imaginado. Pero a cada paso, Aranay sentía que se acercaba no solo a él, sino también a una comprensión más profunda de quién era ella, de la persona en la que se había convertido.
En una noche de luna oscura, al detenerse en un pequeño pueblo, sintió por primera vez un cansancio diferente, una calma que llegó de forma inesperada. La búsqueda, el dolor, y la añoranza por una conexión perdida se desvanecieron lentamente, como si la oscuridad de la noche la hiciese suya. Se permitió respirar profundamente, y en el silencio, casi pudo escuchar una voz, susurrándole en la distancia que buscara su propio camino; dándole la paz que tanto había buscado. Había hallado en sí misma una fortaleza que ya nadie podría arrebatarle.
𑁍̤
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⠀⠀⠀𝐚𝐛𝐨𝐮𝐭 𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐨𝐬𝐭… 𝐝𝐚𝐭𝐞: 15 de Mayo, 2023. 𝐰𝐨𝐫𝐝 𝐜𝐨𝐮𝐧𝐭𝐞𝐫: 1.064⠀⠀⠀ ⠀⠀
── ・ ・ ・ ・ 𝐝𝐢𝐬𝐜𝐥𝐚𝐢𝐦𝐞𝐫𝐬⠀⠀⠀
⠀ ㅤ。・☆ 𝘁; 𝐀𝐮𝐫𝐚𝐥𝐢𝐧𝐞 ⠀ ⠀ 。・★ 𝗳; 𝐟𝐚𝐢𝐫𝐲𝐝𝐮𝐬𝐭.𝐩𝐬𝐝
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⠀ 𝐅𝐑𝐀𝐆𝐌𝐄𝐍𝐓𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐈𝐍𝐕𝐈𝐄𝐑𝐍𝐎
𝑇ℎ𝑒 𝑑𝑎𝑦𝑠 𝑓𝑒𝑙𝑡 𝑠𝑙𝑜𝑤𝑒𝑟, ℎ𝑒𝑎𝑣𝑖𝑒𝑟, 𝑎𝑠 𝑖𝑓 𝑡ℎ𝑒 𝑐𝑜𝑙𝑑 𝑖𝑡𝑠𝑒𝑙𝑓 𝑠𝑒𝑒𝑝𝑒𝑑 𝑡ℎ𝑟𝑜𝑢𝑔ℎ 𝑡ℎ𝑒 𝑤𝑎𝑙𝑙𝑠, 𝑠𝑒𝑎𝑟𝑐ℎ𝑖𝑛𝑔 𝑓𝑜𝑟 𝑎𝑛𝑦 𝑐𝑟𝑎𝑐𝑘 𝑡𝑜 𝑟𝑒𝑎𝑐ℎ ℎ𝑒𝑟 𝑠𝑜𝑢𝑙.
꧔ - ̗̀ • 𝐧𝐞𝐰 𝐬𝐭𝐨𝐫𝐲 𝐟𝐨𝐫 𝐀𝐔𝐑𝐀𝐋𝐈𝐍𝐄 ꧔ - ̗̀ • 𝐢𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐰𝐨𝐫𝐝𝐬 𝐨𝐟 #𝐛𝐚𝐫𝐛𝐢𝐞𝐠𝐢𝐫𝐥
• 𝒇𝒆𝒄𝒉𝒂: 30 de Diciembre, 2020. • 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓: Manhattan, Nueva York.
Los días parecían alargarse interminablemente con el frío, pero no cualquier frío, sino aquel que penetraba hasta los huesos, filtrándose por los rincones más pequeños, implacable. Nueva York siempre había sido así en invierno, pero esta vez las temperaturas prometían ser peores de lo habitual. Las actividades nocturnas, ya escasas, se reducían aún más. La soledad se apoderaba de Aranay en casa, donde su única compañía era la vista desde su ventana. Admiraba la ciudad, una de sus razones de orgullo, con su bullicio y gente nueva recorriendo las calles. Era un consuelo ver cómo la vida seguía su curso, aunque la mirara desde la distancia.
El aislamiento era palpable en cada rincón de su apartamento. Los recuerdos de su infancia en Los Ángeles le invadían cuando su mente vagaba entre la nostalgia. Extrañaba los días en los que su única preocupación era estudiar. En aquellos tiempos, no había renta que pagar, ni dinero que ahorrar. La vida había sido más simple y, aunque su corazón se rompía, siempre encontraba maneras de recomponerse. Pero ahora todo había cambiado, y su familia, dispersa por todo el país, hacía que esos lazos tan cercanos de antaño se sintieran cada vez más lejanos.
Pensaba en los pequeños momentos de felicidad que su nana le había dado en su infancia, el olor de la comida casera y la calidez que la envolvía. Ya no estaba, y eso llenaba de temor a Aranay, que sentía que los recuerdos de ella se desvanecerían con el tiempo. Se aferraba al espejo que había heredado, sintiendo su presencia en ese objeto tan preciado.
Al cerrar los ojos y abrazarse a sí misma, intentaba sacudirse esa melancolía, pero era inevitable. Siempre encontraba algo que hacer para distraerse, pero en noches así, el peso del pasado era inevitable. Pensó en continuar con el legado de su padre, aquel que la cacería era su mundo, tal vez había renegado tanto tiempo era su futuro; uno que no había buscado porque no lo veía como opción, ¿Y si lo era?
Después de un profundo suspiro, decidió sumergirse en un libro, buscando en sus páginas la evasión que tanto necesitaba, un refugio temporal en algún otro lugar, al menos por unas horas.
𝐚𝐛𝐨𝐮𝐭 𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐨𝐬𝐭… 𝐰𝐨𝐫𝐝 𝐜𝐨𝐮𝐧𝐭𝐞𝐫: 369.
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⠀ 𝐌𝐀𝐒 𝐀𝐋𝐋𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐒𝐔𝐄Ñ𝐎
"𝐹𝑒𝑎𝑟 𝑖𝑠 𝑛𝑜𝑡 𝑡ℎ𝑒 𝑎𝑏𝑠𝑒𝑛𝑐𝑒 𝑜𝑓 𝑐𝑜𝑢𝑟𝑎𝑔𝑒, 𝑏𝑢𝑡 𝑡ℎ𝑒 𝑐ℎ𝑎𝑙𝑙𝑒𝑛𝑔𝑒 𝑜𝑓 𝑓𝑎𝑐𝑖𝑛𝑔 𝑖𝑡. 𝑇ℎ𝑒 𝑟𝑒𝑎𝑙 𝑣𝑜𝑦𝑎𝑔𝑒 𝑜𝑓 𝑑𝑖𝑠𝑐𝑜𝑣𝑒𝑟𝑦 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑖𝑠𝑡𝑠 𝑛𝑜𝑡 𝑖𝑛 𝑠𝑒𝑒𝑘𝑖𝑛𝑔 𝑛𝑒𝑤 𝑙𝑎𝑛𝑑𝑠𝑐𝑎𝑝𝑒𝑠, 𝑏𝑢𝑡 𝑖𝑛 ℎ𝑎𝑣𝑖𝑛𝑔 𝑛𝑒𝑤 𝑒𝑦𝑒𝑠."
꧔ - ̗̀ • 𝐧𝐞𝐰 𝐬𝐭𝐨𝐫𝐲 𝐟𝐨𝐫 𝐀𝐔𝐑𝐀𝐋𝐈𝐍𝐄 ꧔ - ̗̀ • 𝐢𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐰𝐨𝐫𝐝𝐬 𝐨𝐟 #𝐛𝐚𝐫𝐛𝐢𝐞𝐠𝐢𝐫𝐥
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ • 𝒇𝒆𝒄𝒉𝒂: 13 de Octubre, 2024. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ • 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓: Manhattan, Nueva York.
Si se analizaba bien la situación, hacía tiempo que Aranay no disfrutaba de un descanso reparador durante las noches, esas que, aunque solo se duerma unas horas, permiten sentirse renovado para enfrentar otro día de trabajo. Nunca había sido buena para dormir, pero desde que tuvo problemas en el trabajo, renunció y enfrentó complicaciones personales, la ansiedad la había consumido hasta eliminar el descanso de su vida. Sus seres queridos estaban preocupados por las profundas ojeras que aparecían cada mañana. A pesar de su destreza con el maquillaje, era imposible ocultar la hinchazón y las sombras con tantas capas de base sin que se viera desastroso.
Optó por no ir a médicos que le recetaran medicamentos que solo la llevarían a depender de sustancias para sobrevivir cada día. No es que desconfíe de la medicina tradicional; simplemente no quería una vida dedicada a preocuparse por horarios ni a cargar con botellas de pastillas. Su primera opción siempre sería intentar controlar los síntomas del estrés y la ansiedad. Pensó que había superado sus problemas hasta que una noche la hizo darse cuenta de muchas cosas.
No había llegado tan tarde a casa; asistió a una celebración de cumpleaños en un restaurante cercano y volvió caminando, bastante relajada, lista para dormir. Se dio un baño caliente y se acostó antes de medianoche. La fiesta no duró mucho porque era día de semana y todos trabajaban en el mismo lugar. El sueño llegó una hora después; sus ojos se cansaron mientras veía televisión, y no recordó nada más hasta que una sensación extraña la despertó.
Lo único que pudo notar fue que aún estaba oscuro y que el sol no había salido. Se dio cuenta de un hormigueo en sus dedos, que pensó que era por una mala posición, pero al intentar moverlos, se dio cuenta de que no podía. Sus ojos se abrieron de golpe al sentir que la electricidad recorría no solo sus manos, sino todo su cuerpo, una sensación de cosquilleo que viajaba por su columna vertebral. La angustia creció rápidamente cuando se dio cuenta de que no podía respirar, como si algo presionara su diafragma con suficiente fuerza para impedir el flujo normal de aire.
Sentía que había unas manos apretando su abdomen y creía que le romperían las costillas en pocos segundos; el dolor se intensificaba, y sus quejidos se mezclaban con la desesperación. Aranay sintió que había alguien más allí, que no estaba sola, y las sombras se hicieron notar antes de sus ojos. — Voy a morir. —pensó. A pesar de que aún luchaba por liberarse y que el instinto de supervivencia seguía en ella, no podía evitar pensar que esa era la sensación que se tenía cuando el cuerpo dejaba de responder.
No supo cuándo su cuerpo fue liberado de la presión; cada músculo reaccionó a los movimientos que su cerebro le ordenaba, y su respiración se volvió más profunda y amplia. Aranay se sentó de golpe y encendió la luz de su velador, revisando toda la habitación. Estaba segura de que alguien había estado allí; podía imaginarse el sonido de su respiración mezclándose con la suya, y la mano que había sentido en su abdomen, ahora adolorido por la tensión. ¿Iba a tener moretones al día siguiente? Seguro que sí. Había pasado una eternidad luchando, aunque no sabía con exactitud cuánto tiempo fue.
Se pasó las manos por la cara, tratando de entender lo que había sucedido. Lo que no estaba lista para saber esa noche es que no se trataba de un espíritu o algo similar, sino de un fenómeno que tendría que aprender a convivir, la parálisis del sueño. Y temía que volviera a ocurrir.
𝐚𝐛𝐨𝐮𝐭 𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐨𝐬𝐭… 𝐰𝐨𝐫𝐝 𝐜𝐨𝐮𝐧𝐭𝐞𝐫: 612.
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⠀ 𝐄𝐋 𝐏𝐑𝐄𝐂𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝐄𝐒𝐂𝐎𝐆𝐄𝐑 𝐓𝐔 𝐂𝐀𝐌𝐈𝐍𝐎
"𝑆𝑡𝑎𝑟𝑖𝑛𝑔 𝑎𝑡 𝑡ℎ𝑒 𝑏𝑙𝑎𝑛𝑘 𝑝𝑎𝑔𝑒 𝑏𝑒𝑓𝑜𝑟𝑒 𝑦𝑜𝑢, 𝑜𝑝𝑒𝑛 𝑢𝑝 𝑡ℎ𝑒 𝑑𝑖𝑟𝑡𝑦 𝑤𝑖𝑛𝑑𝑜𝑤 𝐹𝑒𝑒𝑙 𝑡ℎ𝑒 𝑟𝑎𝑖𝑛 𝑜𝑛 𝑦𝑜𝑢𝑟 𝑠𝑘𝑖𝑛, 𝑛𝑜 𝑜𝑛𝑒 𝑒𝑙𝑠𝑒 𝑐𝑎𝑛 𝑓𝑒𝑒𝑙 𝑖𝑡 𝑓𝑜𝑟 𝑦𝑜𝑢."
꧔ - ̗̀ • 𝐧𝐞𝐰 𝐬𝐭𝐨𝐫𝐲 𝐟𝐨𝐫 𝐀𝐔𝐑𝐀𝐋𝐈𝐍𝐄 ꧔ - ̗̀ • 𝐢𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐰𝐨𝐫𝐝𝐬 𝐨𝐟 #𝐛𝐚𝐫𝐛𝐢𝐞𝐠𝐢𝐫𝐥
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ • 𝒇𝒆𝒄𝒉𝒂: 13 de Diciembre, 2017. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ • 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓: Manhattan, Nueva York.
Había sido un largo día, y Aranay apenas podía mantenerse de pie en la tienda donde trabajaba arduamente para apoyar a su tía, quien confiaba en ella. No era común que alguien creyera en sus habilidades, y quería demostrar que, aunque estaba un poco perdida en cuanto a su futuro, podía ser un buen aporte para la empresa familiar.
Mientras observaba cómo comenzaba a nevar esa noche, frunció el ceño al pensar en la dificultad que tendría para manejar y el temor a un accidente por el hielo que encontraría. Llamar a un taxi parecía la mejor opción. Sacudió la cabeza levemente, intentando despejarse, y esperó con paciencia a su tía, quien debía llegar con los últimos diseños para comenzar la venta al día siguiente. Ambas sabían que, en esas fechas, la gente comenzaba a preocuparse por el fin de año y las festividades. Había superado el ajetreo de las compras navideñas, pero la presión seguía presente.
Caminó hacia la ventana, los tacones resonando en el suelo mientras cruzaba los brazos, sintiendo una presión en el pecho al recordar todo lo que había soportado para no huir de la ciudad otra vez. Llevaba meses sin salir, y el agobio se hacía cada vez más evidente, hasta el punto de no poder disimularlo cuando le preguntaban. Nunca había podido sonreír de manera convincente cuando no lo sentía.
Sintió el movimiento de la puerta trasera y escuchó el sonido de las llaves. Supo de inmediato que era su tía. Cerró la puerta principal y puso el cartel de "cerrado", sonriendo al ver como traía los vestidos protegidos del clima.
— Ahora los ordeno; estarán listos antes de irme —dijo, abrazándola con fuerza al principio, soltándola con una pequeña risa al notar lo efusiva que había sido.
— Sé que viajarás con mi primo estos días... —murmuró, mordiendo su labio mientras miraba el calendario en su oficina—. Solo quería pedirte si podrías considerarme para algún trabajo fuera. Renunciaría si no fuera porque amo trabajar contigo, pero ya no aguanto estar aquí —su voz se hizo un hilo mientras pestañeaba, mostrando su esfuerzo por ser fuerte—. Aunque sea por una semana, trabajaré duro, pero sabes cómo me siento y esto me está afectando mucho.
Minka llegó un poco tarde a la tienda, esperando que Aranay aún estuviera allí para ayudarla con los últimos modelos para la venta del día siguiente. Abrió la puerta de servicio con dificultad, las manos ocupadas, y sonrió al ver a su sobrina del otro lado. La abrazó con la misma fuerza, sintiendo la efusividad de la chica. Ambas sabían que la situación que estaban viviendo no era fácil, y Minka siempre trataba de aconsejarla.
— Gracias. —dijo Minka, sonriendo un poco más mientras le pasaba los vestidos y caminaban juntas hacia el lobby de la tienda, donde ajustaban algunos estantes y maniquíes con los vestidos más llamativos. Escuchó a su sobrina y giró completamente hacia ella, prestando atención a sus palabras.
— Para el próximo mes, me invitaron a una fiesta de proveedores en París. —anunció Minka, sonriendo—. No planeaba ir ni mandar a nadie, pero creo que tú podrías ir en nuestra representación. Así conocerías a los proveedores y verías los nuevos modelos para vestidos de novia y graduaciones.
Aranay sintió emoción al oírlo.
— Será trabajo; necesitarás prestar atención a los acabados, la caída de los vestidos, las formas para cada tipo de cuerpo, los costos y el envío. —continuó Minka, tratando de sonreír para que Aranay pudiera relajarse—. Así que empaca, hoy mismo buscaré tus pasajes de avión y el hotel donde te quedarás. Lleva ropa bonita, tal vez conquistes a algún parisino. —dijo riendo mientras la abrazaba, sintiendo aún la tensión en el cuerpo de Aranay por todo lo que estaba cargando—. Todo estará bien; necesitas despejarte y eso harás. No pienses en nada de aquí mientras estés allá .—le susurró, manteniéndola cerca para reconfortarla.
Aranay prestó atención a las palabras de su tía. Aunque no era lo que había estudiado ni lo que había trabajado, había crecido en ese entorno y lo entendía perfectamente, gracias a su tía que siempre estaba dispuesta a responderle.
— ¿Crees que podría ir? —preguntó, ilusionada, asintiendo a cada cosa que debía hacer. Sabía que debía viajar con uno de sus mejores amigos a Londres, pero podía regresar a buscar sus cosas para seguir viajando. Estaba acostumbrada a los largos viajes, y le motivaba que esta aventura fuera tan lejos.
— Apenas me desocupe en las vacaciones de fin de año, iré. Gracias, de verdad. No sé qué haría sin ti —dijo, volviendo a abrazarla con fuerza, sonriendo al escuchar el consejo sobre conocer a alguien—. Lo intentaré, como siempre… —rió, dejando escapar un suspiro de alivio—. Luego sabrás qué decisión tomé; sé que me apoyarás —finalizó, retrocediendo para concentrarse en lo que le quedaba por hacer. Quería compartir su primera decisión a sus veinte años, pero esperaría hasta sentirse lista. 𝐚𝐛𝐨𝐮𝐭 𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐨𝐬𝐭… 𝐰𝐨𝐫𝐝 𝐜𝐨𝐮𝐧𝐭𝐞𝐫: 815.
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⠀ ⠀𝐀𝐓𝐑𝐀𝐏𝐀𝐃𝐀 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐒𝐔𝐄Ñ𝐎𝐒
𝑁𝑜𝑤 𝑦𝑜𝑢'𝑟𝑒 𝑙𝑜𝑠𝑡, 𝑙𝑜𝑠𝑡 𝑖𝑛 𝑡ℎ𝑒 ℎ𝑒𝑎𝑡 𝑜𝑓 𝑖𝑡 𝑎𝑙𝑙 𝑀𝑖𝑠𝑢𝑛𝑑𝑒𝑟𝑠𝑡𝑜𝑜𝑑, 𝑎𝑛𝑑 𝑖𝑡'𝑠 𝑠𝑡𝑖𝑙𝑙 𝑎𝑙𝑙 𝑔𝑜𝑜𝑑
꧔ - ̗̀ • 𝐧𝐞𝐰 𝐬𝐭𝐨𝐫𝐲 𝐟𝐨𝐫 𝐀𝐔𝐑𝐀𝐋𝐈𝐍𝐄 ꧔ - ̗̀ • 𝐢𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐰𝐨𝐫𝐝𝐬 𝐨𝐟 #𝐛𝐚𝐫𝐛𝐢𝐞𝐠𝐢𝐫𝐥
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ • 𝒇𝒆𝒄𝒉𝒂: 17 de Agosto, 2017. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ • 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓: Southampton, Nueva York.
No todo lo que le había sucedido en su vida era fácil, mucho menos el aprender con el tiempo que estaría más sola que acompañada de sus seres queridos que pasaban la mayor parte del día en el trabajo que en casa, un trabajo que muchas veces no era comprendido por su parte porque no tenía a nadie con quién comentarlo por lo extraño que era y le gustaba lucir una vida más normal de lo que parecía. Es por eso que no hacía las cosas pensando en ellos y mucho menos en las consecuencias que eso acarrearía al darse cuenta que con diecinueve años aún no tenía pensado que estudiar ni en que desenvolverse el resto de su vida.
Cada vez que hacía un plan no hacía más que aplazarlo, pedir dinero para viajar y olvidarse de aquellas responsabilidades que la ahogaban. El único familiar que tenía dinero era su madre y, no es como si tuviera ese regaño como en cualquier familia tendría porque cada uno vivía en una burbuja independiente dónde cumplían sus sueños sin pensar en el otro. Por eso creía que su familia era especial, estaba acostumbrada porque sus primas habían crecido de la misma manera. Era como una especie de tradición de la familia Delaney que no tenía modificación.
Había llegado julio, quedaba menos tiempo para entrar a clases. Miraba la pantalla del portátil con los nuevos horarios y el plazo que le quedaba para avisar de congelar el curso para no perder el dinero. Esa decisión no la hacía dormir porque a pesar de que sentía esa ligera presión de tener una profesión, su trabajo como “modelo” le había ayudado para mantener su antiguo departamento que tenía y su auto. Si bien el tener ese apellido de su madre le ayudaba para conseguir rápidamente trabajo sabía que podía acabar en cualquier minuto y quedaría sin nada. Esos pensamientos se enredaban con tanta facilidad que recurría a un sencillo cambio para apaciguar la responsabilidad que comenzaba a asomarse cada día más.
Dejó un mensaje en su celular a su tía materna para verla, era de las pocas personas que mantenía un lazo y no le importaba cuando Aranay iba a visitarla para buscar cariño. No quería pensar en nada más, su oferta resolvería todos sus problemas y podía recibir la ayuda que necesitaba si no aprendía con facilidad. Esa pregunta había estado ahí durante muchos meses, pero la chica no quería seguir ese mismo camino, pero que inconscientemente la atraía de muchas maneras diferentes. Una de ellas era por su amor por la moda y aunque el diseño no era lo suyo, el resto sí.
En menos de una hora se encontraba en el centro de la ciudad de Nueva York. Tenía que ir a juntarse con su otra prima luego, pero tenía que acabar con resolver su vida. Al menos lo que haría dentro del primer semestre. Esperó que su tía llegara a la calle que habían acordado y no pidió en un lugar para comer porque era bastante tarde para ella. Solía trabajar todo el día en su tienda y no le quería quitar tanto tiempo por un asunto que ella había alargado más de lo normal.
Alcanzó a comprarse un café y salió del local cuando vio a la chica bajarse del auto para cruzar hacia donde estaba ella.
— ¿Por qué no fuiste al local? — preguntó la mujer morena con una sonrisa en sus labios, se acercó para besar a su sobrina y darle un abrazo con normalidad. Más cariñoso de lo que hubiese recordado la última vez.
— No lo sé, tenía una excusa para sacarte un rato deallí. Tu vives encerrada en esa burbuja y a veces es bueno tomar un poco de aire. – bromeó soltando una suave carcajada y bebió un sorbo de su café en cuanto se encogía de hombros. No parecía encontrar otras palabras para excusarse por aquel motivo.
— ¿Lo pensaste? — enarcó una ceja y se cruzó de brazos notando con facilidad porque la había llamado. Esperó que se tomara su tiempo antes de tomar su decisión ya que sabía que tendría que dejar la idea de estudiar por un tiempo por la gran cantidad de trabajo que requería y que ella ya no alcanzaba a acabar.
— No voy a dejar que Shelby siga la herencia cuando tiene algo mucho mejor por el que luchar, aunque probablemente caiga en esta especie de maldición cuando sea más grande. — exageró y negó con su cabeza al ver que su tía no le agradaba la broma. Además, hace meses no tenía noticias de su padre y sentía la tirantez del abandono con los días.
— Me refiero, tendré la suerte de viajar contigo, pero sé que es a trabajar y la moda no es algo de lo que no me agradaría vivir. — mordió su labio y sonrió al ver que su tía sonreía ampliamente como si por fin escuchara algo que quería escuchar.
— No sabes cuánto me alegra escucharte, aunque te costó bastante. Tu madre estará muy feliz de que puedas ayudarme. — dijo abrazándola y rio sin poderlo aguantar. En esas respuestas notaba la juventud que había detrás de su apariencia y edad.
— Lo sé, lo sé. Ya quiero empezar. — finalizó segura de sus palabras. La abrazó enseguida, la siguió para subirse a su auto y poder comenzar a trabajar tal como lo había decidido.
’ ⠀ 𝐚𝐛𝐨𝐮𝐭 𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐨𝐬𝐭… ꧔ 𝐰𝐨𝐫𝐝 𝐜𝐨𝐮𝐧𝐭𝐞𝐫: 894. ꧔ 𝐜𝐫𝐞𝐝𝐢𝐭𝐬: latibule.psd
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⠀⠀⠀.⃗. 𝐁𝐈𝐄𝐍𝐕𝐄𝐍𝐈𝐃𝐀 𝐀 𝐋𝐀 𝐑𝐄𝐀𝐋𝐈𝐃𝐀𝐃
𝐼 𝑠𝑡𝑎𝑦𝑒𝑑 𝑎𝑤𝑎𝑘𝑒 𝑎𝑛𝑑 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑒𝑑 𝑎𝑡 𝑦𝑜𝑢
𝑆𝑜 𝐼 𝑤𝑜𝑢𝑙𝑑𝑛'𝑡 𝑙𝑜𝑠𝑒 𝑚𝑦 𝑚𝑖𝑛𝑑
꧔ - ̗̀ • 𝐧𝐞𝐰 𝐬𝐭𝐨𝐫𝐲 𝐟𝐨𝐫 𝐀𝐔𝐑𝐀𝐋𝐈𝐍𝐄 ꧔ - ̗̀ • 𝐢𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐰𝐨𝐫𝐝𝐬 𝐨𝐟 #𝐛𝐚𝐫𝐛𝐢𝐞𝐠𝐢𝐫𝐥
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⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ • 𝒇𝒆𝒄𝒉𝒂: 03 de Julio, 2017. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ • 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓: Southampton, Nueva York.
Estaba considerando a esas alturas uno de los diez momentos más malos de su vida y eso que había tenido unas cuantas en la lista que parecían insuperables.
Se mantenía recostada en el sofá, apoyando su rostro con su brazo, buscando la manera de no cerrar los ojos y olvidarse de todo lo que estaba pasando en las últimas horas. Era lo único que quería pero se aguantaba. En ese pasillo ya había contado todo lo que había: líneas, objetos, ventanas, personas que pasaban durante cinco minutos y hasta se había dado el tiempo de pensar en las palabras adecuadas que decirle a su padre. Posiblemente las olvidaría más tarde pero, era la única forma de mantenerse ahí. Quería demostrarle que a pesar de todo, seguía importándole, buscando la forma de recuperar la relación que se había perdido hace tantos años y que en esas horas se había percatado lo frágil que era la vida.
Miró su celular que vibraba, no pudo percatarse en los mensajes que tenía ya que la batería le avisaba que se apagaría y eso sucedió segundos más tarde. Sólo alcanzó a ver la hora; que ya estaba amaneciendo. Había pasado más de 12 horas ahí, esperando las noticias de la cirugía que había tenido en el corazón y las probabilidades que tenía para sobrevivir. Los doctores no dudaban de pasar a contarles las buenas noticias cada vez que la veían al salir. Sentían lástima por la chica, ya que era fácil suponer que había algún problema entre ellos como para no dormir adentro.
La mañana había pasado de la misma manera que en la madrugada.
Había visto muchas escenas conmovedoras como noticias buenas para algunos pacientes que compartían el mismo piso, así como también llantos desgarradores que le partían el alma cuando una familia se enteraba que habían perdido a un familiar. Muchas veces se preguntaba cómo se sentiría ella. No había alcanzado a asumir que pasaría si lo perdía y no habían compartido ni siquiera una taza de té junto a él, una que tenía en sus manos para llenar su estómago y así detener el rugido por el hambre. Su vista se elevó al observar que el cirujano que había hecho la cirugía salía de la habitación. De inmediato se levantó cuando le habló, le aseguró que su padre la estaba esperando. La rubia frunció el ceño notoriamente, culpándolo de haber dado una noticia que aún no estaba lista para asumir y de enfrentar, pero no dijo nada más. No era algo que él tuviera que arreglar, y a sus 20 años asumía todos los costos de la rareza de familia que su madre había formado.
─ ¿𝑀𝑖 𝑡𝑖𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑎𝑞𝑢𝑖? ─ preguntó en el acto, buscando la forma de esquivar aquel momento aunque sea por unos minutos más. Sabía que estaba bien y que los resultados de los últimos exámenes habían salido muy buenos.
─ 𝑆𝑒ñ𝑜𝑟𝑖𝑡𝑎 𝐷𝑒𝑙𝑎𝑛𝑒𝑦, 𝑠𝑢 𝑡𝑖𝑜 𝑠𝑒 𝑒𝑛𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎 𝑒𝑛 𝑙𝑎 𝑜𝑓𝑖𝑐𝑖𝑛𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑒𝑛𝑓𝑒𝑟𝑚𝑒𝑟𝑎. 𝑃𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑖𝑟 𝑎 𝑏𝑢𝑠𝑐𝑎𝑟𝑙𝑜 𝑦 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎𝑟 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑜𝑠. ─ respondió amablemente el médico que le buscó una solución mucho mejor. La chica no dudo en devolverle sus palabras con una sonrisa y retrocedió mientras agradecía cuando amablemente le apuntaba hacia el pasillo que debía ir para no perderse. De pasada dejó el vaso vacío en uno de los contenedores de basura y golpeó la puerta luego de asegurarse que era el lugar correcto. Asomó su cabeza luego de golpear la puerta. Vio sentado a su tío Richard allí y éste le hizo un gesto con su mano para que se acercara.
Se encaminó hacia su dirección mientras escuchaba todo lo que había sucedido con su padre, era extraño y hasta su boca se secaba de imaginarlo tan débil cuando era uno de los hombres que luchaba contra monstruos y animales salvajes. Recibió en sus manos el informe, con las indicaciones y el cambio radical que iba a tener en su vida. No era fácil y suponía que iba a ser bastante complicado cambiar un estilo de vida que estaba tan adaptado. Se entristeció al recordar que tal vez ya había cambiado, que no era lo que recordaba. No sabía nada de él, sólo lo que le contaba su tío y su propia madre. Sentimientos de culpa invadieron su organismo. Le entregó la carpeta a su tío que era lo más lógico, él no le dijo nada porque muchas veces se habían desahogado juntos. Su relación no era algo que estaba oculto en su familia y muchas veces fueron discusiones en aquellos tiempos en los que se juntaban. Obviamente eso ya casi no existía.
─ 𝑇𝑖𝑒𝑛𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 ℎ𝑎𝑐𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑒𝑥𝑎𝑚𝑒𝑛𝑒𝑠 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒𝑛. ─ Aquellas palabras la hicieron volver a la conversación. Sus ojos se abrieron notoriamente y miró a su tío casi culpándolo por lo que había podido decir sin su autorización.
─ 𝑆𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑟𝑖𝑒𝑠𝑔𝑜… 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑠𝑒𝑟 ℎ𝑒𝑟𝑒𝑑𝑖𝑡𝑎𝑟𝑖𝑜 𝑝𝑒𝑟𝑜, ¿𝑁𝑜 𝑐𝑟𝑒𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑎𝑢𝑛 𝑠𝑜𝑦 𝑗𝑜𝑣𝑒𝑛? 𝐷𝑖𝑔𝑜… 𝑛𝑜 𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑒𝑛𝑔𝑎 𝑡𝑜𝑑𝑜𝑠 𝑙𝑜𝑠 𝑓𝑎𝑐𝑡𝑜𝑟𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑟𝑖𝑒𝑠𝑔𝑜 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑠𝑜𝑦 𝑠𝑎𝑛𝑎, 𝑑𝑒𝑛𝑡𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑐𝑎𝑏𝑒… ─ mintió nerviosa. Sus manos le acusaban cuando comenzaba a jugar debajo del escritorio sin ningún motivo más que enfocarse en lo que hacía y no en las palabras que sabía que iban a salir casi juzgándola.
─ 𝐴𝑟𝑎𝑛𝑎𝑦 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒𝑠 𝑣𝑎𝑟𝑖𝑜𝑠. 𝐶𝑎𝑠𝑖 𝑡𝑜𝑑𝑎𝑠. 𝑁𝑜 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑟 𝑒𝑠𝑜, 𝑙𝑜 ℎ𝑎𝑟𝑎𝑠. ─ resopló su tío que la miraba casi como si estuviera a punto de acusarla. Él siempre había sido protector con ella, le pagaba los viajes, sus salidas y hasta era el de la opinión que si quería seguir con la misma vida que ellos, era libre de hacerlo. Después de todo también era una carga familiar ambas cosas.
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' ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ 𝐚𝐛𝐨𝐮𝐭 𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐨𝐬𝐭…
꧔ 𝐰𝐨𝐫𝐝 𝐜𝐨𝐮𝐧𝐭𝐞𝐫: 943. ꧔ 𝐜𝐫𝐞𝐝𝐢𝐭𝐬: latibule.psd
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⠀ 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐍𝐙𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐍𝐀𝐕𝐈𝐃𝐀𝐃
"𝑇ℎ𝑒 𝑏𝑒𝑠𝑡 𝑡ℎ𝑖𝑛𝑔𝑠 𝑖𝑛 𝑙𝑖𝑓𝑒 𝑎𝑟𝑒𝑛'𝑡 𝑡ℎ𝑖𝑛𝑔𝑠; 𝑡ℎ𝑒𝑦'𝑟𝑒 𝑚𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡𝑠 𝑠ℎ𝑎𝑟𝑒𝑑 𝑤𝑖𝑡ℎ 𝑡ℎ𝑜𝑠𝑒 𝑤�� 𝑙𝑜𝑣𝑒. 𝐶ℎ𝑟𝑖𝑠𝑡𝑚𝑎𝑠 𝑖𝑠𝑛'𝑡 𝑎𝑏𝑜𝑢𝑡 𝑜𝑝𝑒𝑛𝑖𝑛𝑔 𝑝𝑟𝑒𝑠𝑒𝑛𝑡𝑠; 𝑖𝑡'𝑠 𝑎𝑏𝑜𝑢𝑡 𝑜𝑝𝑒𝑛𝑖𝑛𝑔 𝑜𝑢𝑟 ℎ𝑒𝑎𝑟𝑡𝑠."
꧔ - ̗̀ • 𝐧𝐞𝐰 𝐬𝐭𝐨𝐫𝐲 𝐟𝐨𝐫 𝐀𝐔𝐑𝐀𝐋𝐈𝐍𝐄 ꧔ - ̗̀ • 𝐢𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐰𝐨𝐫𝐝𝐬 𝐨𝐟 #𝐛𝐚𝐫𝐛𝐢𝐞𝐠𝐢𝐫𝐥
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ • 𝒇𝒆𝒄𝒉𝒂: 23 de Diciembre, 2017. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ • 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓: Manhattan, Nueva York.
“No hay nada como el primero de diciembre”; ese era el primer pensamiento de Aranay al despertar aquel día. Siempre tenía la sensación de que las cosas buenas iban a llegar, incluso cuando no todo marchaba bien en su vida. Podía ser mucho mejor, pues el ambiente festivo estaba en el aire. Pasaría sus días disfrutando del clima con una buena taza de chocolate caliente y una película navideña durante los fines de semana, así como reencontrándose con personas que amaba y que no veía desde hacía mucho tiempo por la distancia.
No recordaba la última vez que había visto a su madre y esperaba cambiar eso durante los días festivos. Tenía hermanos pequeños con quienes debía pasar tiempo de calidad, y las vacaciones eran una buena oportunidad para hacerles sentir lo amados que eran. En lo personal, no era una chica que celebrara con su familia, ya que nunca había tenido una dinámica familiar funcional. Perdió el contacto con su padre hace mucho tiempo, y su madre era de las que pensaba que trabajar era una buena forma de pasar el tiempo. La cuidaban su abuela o su niñera, y de esta manera siempre habían estado muy sola. Aunque se sentía afortunada por tenerlo todo, el ambiente hogareño siempre le hizo falta.
A medida que esos recuerdos distantes y tristes de Navidad se transformaban en momentos agradables, Aranay decidió crear su propia rutina de celebración en casa. Algunas veces con su familia en los últimos dos años y otras con amigos que eran tan cercanos como los primeros, incluso más. No había año en que dejara de hacer un intercambio de regalos con las personas que amaba. Buscaba esos pequeños detalles que hacían sonreír a los demás, dedicándose a conocer los gustos de cada uno.
Este año en particular, ya tenía organizada su fiesta en Nueva York. Al bajar por las escaleras, podía apreciar el gran árbol de Navidad decorado hacía semanas. Tenía el menú de la cena listo, las decoraciones estaban por todas partes, los regalos a medio comprar, y había planeado una visita a la pista de patinaje en el Rockefeller Center para disfrutar con sus hermanos. Quizás fuera el comienzo de una nueva tradición familiar.
Aranay se sentía emocionada al pensar en la fiesta que había planeado. Había enviado invitaciones a sus amigos más cercanos, cada uno de ellos llenando un espacio especial en su corazón. A medida que la fecha se acercaba, imaginaba las risas, los brindis y el calor de la compañía. Crear esos momentos era esencial para ella, y se prometía hacer de esta celebración algo inolvidable.
Mientras preparaba los últimos detalles, recordó todas las veces que había deseado tener una Navidad como las que veía en las películas. Con cada adorno que colgaba y cada aroma que llenaba su hogar, sentía que finalmente estaba construyendo la vida que siempre había querido. La magia de la temporada comenzaba a envolverla, y por primera vez en mucho tiempo, se permitió soñar con un futuro lleno de amor y conexión.
𝐚𝐛𝐨𝐮𝐭 𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐨𝐬𝐭… 𝐰𝐨𝐫𝐝 𝐜𝐨𝐮𝐧𝐭𝐞𝐫: 505.
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