#MundosPorExplorar

[franciscoarayapizarro]

Un relato épico que trasciende los límites de nuestro universo. Sumérgete en una aventura única que te replanteará la idea de lo posible. Lee esta emocionante historia en el siguiente link: https://www.tumblr.com/franciscoarayapizarro/752057036419825665/el-retorno-del-genoma?source=share

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¿Quieres conocer civilizaciones alienígenas? Esta obra te transportará a planetas lejanos poblados por razas avanzadas. Lee esta emocionante historia en el siguiente link: https://www.tumblr.com/franciscoarayapizarro/752057036419825665/el-retorno-del-genoma?source=share

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EL RETORNO DEL GENOMA

En el espacio me sentía flotando ante los restos de un planeta muerto, con mi traje espacial con poco oxígeno, a punto de morir. En ese instante veía que me aproximaba ante los fragmentos de una estatua, los testigos de en donde yo flotaba, hubo civilización, los asumí como fantasmas de aquella civilización muerta en aquel planeta muerto, un conjunto de meteoritos flotando en el espacio. En ese lugar se me vino a mi cabeza la pregunta: ¿¿ Cómo rayos vine a parar aquí ??.

Déjame contarte cómo pasó: fui voluntario en un programa experimental que se llamaba “Proyecto X”, tenía como fin intensificar las capacidades y fuerzas humanas con el fin de tener mayor resistencia en los ambientes extremos. La fórmula contenía vitaminas y proteínas intensificadas, eran superiores a los anabólicos que se inyectan a los físicos culturistas para aumentar el volumen de su musculatura, sin sus desastrosos efectos secundarios, pero además. se les añadió ADN alienígena rescatado de una nave espacial que se estrelló en un campo remoto. Los científicos averiguaron que este gen alienígena enriquecía cada proteína con la que fuese mezclada. Cuando los científicos me inyectaron la fórmula con una aguja; sentí que mi cuerpo endurecía como la piedra. Mis músculos, en un comienzo, comenzaron a pesar una tonelada y mi corazón latía tanto que estaba a punto de estallar. La presión era tal que mi cabeza iba a explotar hasta que,de repente, me empiezó a sentirme mejor. Le conté mi experiencia a los médicos, ellos me dijeron que era verdad, tu corazón iba a explotar. Después me tuvieron que someter a pruebas de campo, maravillado experimentaba en una cámara frío extremo como el invierno, calor como la superficie del sol, me dispararon balas de alto calibre, que apenas hicieron daño. Pero, igual dolía, mis superiores militares estaban a punto de reclamarme como prototipo de súper-soldado para la guerra, pero los científicos que dirigían el “Proyecto X”, me iban a destinar a la exploración espacial, finalmente ganaron los científicos.

En poco tiempo fui entrenado para ser astronauta, kilómetros a campo traviesa, soportando 10G en una centrifuga. Toda prueba parecía un juego de niños con mi nueva resistencia hasta llegar a la última jugada, a ser lanzado al espacio. Misión: cruzar un Wormhole que se abrió en el borde del sistema solar y explorar qué hay más allá. Eso significa viajar a altas velocidades resistiendo fuerzas por encima de las 11 o 12G, suficientemente fuertes para romper los huesos de un ser humano normal, pero para mí no era nada, es más, mascaba chicle mientras el cohete surcaba el sistema solar. Al entrar al Wormhole, quien empezó a salir dañado no fui yo, sino la nave espacial. A medida que pasaba por el Wormhole, se iba rompiendo. Cuando advertí el daño, me puse el casco. Sabía que iba a terminar saliendo del Wormhole sin la nave. ¿¿ Y qué sucedió ??. Tal cual pasó, me vi flotando a 300 por hora en dirección a otro sistema planetario desconocido, a las ruinas un planeta destruido y sus restos flotando en el espacio, y precisamente, aquí estoy, pero aunque mi resistencia me ha hecho sobrevivir, estoy perdiendo oxígeno de mi traje y pronto empezaré a desmayarme, probablemente me tomaría más tiempo morir. Al poco tiempo de quedarme dormido, mi cuerpo empezó a ser víctima de las fuerzas gravitacionales que me mandaron a un portal dimensional en el cual entre.

Al despertar, estaba tendido en medio del desierto, con el traje de astronauta quemado, todo mareado y desorientado. No sabía dónde me encontraba, pero algo me decía: “No he vuelto a la tierra”. Mi observación fue tan aguda al notar las dos grandes lunas que reinaban en el cielo. A lo lejos vi a un chico vestido con un traje ajustado corriendo hacia a mí, hablando en un idioma que se asemejaba al de los nativos norteamericanos, pero el chico no parecía un miembro de las tribus americanas, detrás de él. Una mujer delgada vestida también con un traje ajustado, supuestamente era la madre del chico. Al acercarse a mí,el chico se veía fascinado. Trató de entender su extraño idioma

y hago algunas señas para explicarles de que yo caí del cielo, la situación parecía extraña. Esta pequeña familia me llevó a su casa que estaba a unos kilómetros del sitio donde me encontraba. 

Con el tiempo aprendí su idioma y pude aprender a comunicarme con ellos. Su pueblo se llamaba los Kryzons, una raza semejante a los seres humanos, pero más desarrollada tecnológicamente. Eran científicos, no exploradores, y una sociedad que primaba las cosas sencillas, dejando de lado los esquemas sociales en que nos encerramos tanto los hombres. Pasaron los años y olvidé mi misión, me enamoré de la madre del chico y terminé viviendo con ellos. por años. Hasta que los científicos Kryzons se dieron cuenta de que el planeta agonizaba y estaba a punto de morir en una explosión que los acabaría. Decidieron crear otro tipo de arca donde llevaran información sobre su cultura y muestras de ADN para que otra raza más evolucionada lograra resucitarlos a través de la ingeniería genética. Mi pareja y yo aportamos con muestras de ADN y la entregamos a un joven navegante que se ofrecía a pilotar la nave. Yo iba a pisar otra nave espacial, el planeta de los Kryzons. Esta vez moriría junto con mi esposa y su hijo. Mis días de aventurero terminaron.

Al partir del planeta inició una reacción en cadena. Todos los volcanes del planeta entraron en erupción, explotaron, las placas tectónicas del planeta se movieron a tal grado que ciudades completas se hicieron pedazos. En el espacio, la nave que llevaba las muestras biológicas iniciaba su viaje. De pronto el planeta explotó en mil pedazos y con ello mi vida terminó, pero la aventura de la nave con las  muestras con biológicas acaba de comenzar, fue empujado al Wormhole que finalmente lo envió al sistema Solar, la Tierra donde se estrelló en un campo lejano. Después de que los militares cercaron el lugar, los científicos encontraron las muestras biológicas que enviamos, las guardaron para experimentar con ellas y posteriormente incluirlas en la fórmula del “Proyecto X”… al fin el círculo se ha cerrado.