#Mitad Toro y Cabra
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Apuntes de un vagabundo ilustrado
Día 1. Un vagabundo ilustrado, claro está. No se confundan con mi aspecto. Alguna vez hasta fui profesor. Hablaba de las categorías de las cosas. Aristóteles fue mi pastor.
Ahí viene el policía. Despejar la zona.
Mañana buscaré un lápiz, preferiblemente bolígrafo.
Día 2. Aún sin lápiz, bolígrafo o creyón de cera. La gata cazó un ratón. Solo se comió la mitad. El verdulero le aseguró a la compradora que la yuca estaba blandita como un pan. Al rato, ella regresó con la yuca cocida, tiesa. Exigió su dinero. Emosido engañados, dijo.
Día 3. Le puse empeño y logré arrancar el bolígrafo que la encargada del kiosco tenía amarrado a un cordón. Aproveché el descuido de quienes consultaban la lotería. Podría escribir un verso, jugar al ahorcado o dibujar un garabato. Llovió y un perro ladra. Eso apunto por ahora.
Día 4. Compruebo que aún tengo buena letra. Anoto mi nombre en la primera página del cuaderno con el esmero de quien espera una palabra dulce de la maestra. Sin embargo, la intemperie me asalta de inmediato. La lejanía de los otros es mi única cercanía. Cayó un mango. Lo recogeré
Al tipo del Diario, anoche se le fue la luz. Ni yesquero, ni fósforos (cerillas, a él le gusta la palabra cerillas) tenía para anotar en su diario de un vagabundo. Así que lo que sigue es pensamiento de ayer...
Día 5. Me encontré una Ouija, en realidad solo conseguí la mitad del tablero. La parte que dice NO. Así que mis preguntas al más allá están condicionadas a la irremediable negación. "¿Mis muertos están bien?" "No". "¿Hay vida en el más allá?" "No".
Día 6. Spinoza: Santo filósofo optometrista, ¡ilumíname la vista!
Día 7. Los muertos saben deletrear los sustos.
Día 8. Lleno una de las páginas con letras, garabatos, números a los costados. Haré un barco y entraré en él. Que la lluvia disponga la deriva hacia la alcantarilla.
Día 9. Comas, puntos (sobre todo suspensivos), guiones para hacerle una cuerda, un tendedero a esta tristeza que me balancea el cuerpo.
Ayer murió Roberto. Lo recuerdo del kinder, lloraba porque no quería estar ahí. Hoy los grillos son el llanto de Roberto.
Día 10. La galáctica, así la llamo por sus estrafalarios lentes azules, me acecha para que abandone el refugio que hago en la entrada de su residencia. Cada tanto sale con sus gigantes perros de papel maché, de piñata para cerciorarse de mi huida. Pero siempre regres
Día 11. Paseo por la parte alta de la ciudad. Una familia cena entre copas y música clásica. Los observo y pienso qué cultos. Deben ser ciudadanos ejemplares. La luz del ático está encendida. Veo figuras, alguien que no quiso cenar en familia viola a una mujer que intenta huir.
Día 12. Un montón de libros y cuadernos en la calle. Gente que se fue, me dice el vigilante. No se puede cargar todo consigo, remata y sigue su ronda. Reviso partituras, fotos, textos escolares, un bloc de dibujo con un mapa que ahora es una distancia, el obligado desprendimiento
Día 13. Soy supersticioso, dejaré este día sin registro; aunque ya lo estoy apuntando. Mejor cuento las 300 cabras de Sancho.
Día 14.
Día 15. Luna llena, luz rosácea sobre pico El Toro. Lilly regresó a casa.
Día 16. Calor. Una ausencia repentina. Busca, búscala porque "donde uno está y no está y nadie sabe nada", escribió Montejo.
Día 17. Tembló. La galáctica grita desde su ventana: "Nos caemos todos, hijueputa".
Día 18. La galáctica logró poner la junta de condominio en mi contra. Me echarán del refugio, de mi escondrijo en la entrada del edificio, me dijo mientras me amenazaba con sus perros mudos de papel maché.
No tengo nada que perder. Buscaré un martillo o un cortaúñas.
Día 19. No encuentro martillo en los basureros y la galáctica no merece que gaste mis ahorros en un martillo. El cortaúñas es un arma muy precaria. ¿Y cómo me corto las uñas después con su muerte en el filo?
Asco.
*Hacer nuevo plan (económico/no sangriento)*
Día 20. Insubordinado sanitario, así me catalogaron en el censo. Pronto pasarán a recogerme en el camión de los locos. Lo presiento. Lo sé.
Debo tener una coartada, un punto de fuga. Existo a pesar de su incomodidad.
Día 21. ¿Quién iba a pensarlo? No hubo necesidad del crimen. Los triglicéridos altos, la tensión disparada, no sé; la galáctica simplemente se murió. Sus perros mudos, hechos de papel maché, se quedaron echados en el rincón en su inanimada indiferencia.
Día 22. No se suele reservar el derecho de admisión en los funerales. Ahí estaba esa señora tan ida de este mundo, con sus infaltables lentes azules, tan sola en la sala velatoria que decidí acompañarla. Recordé a Spinoza, sus muebles vendidos para costear su funeral.
Día 23. Ni una línea escribí. Estaba rascao y violento. ¿Qué coño iba a escribir si estaba rascao y violento? Hoy es otro día que no es ayer. Hoy es el día 24.
Día 24. ¿Quién se atrevería a abrir la carta de despedida de Unabomber?
Día 25. Ayer caminaba por una calle solitaria. Vi a un mendigo con una bolsa de pasta cocida. Le alcanza para los 3 golpes, pensé. Otro indigente iba delante de mí, comía tostones; al final tiró la bolsa al piso. Al verme, la recogió y dijo: eso es de mala educación, ¿verdad?
Día 26. Ola de calor hace que te olvide, mi amor.
Día 27. El cuerpo avisa. La mente apunta. El desgaste asume. San Roque, ¿qué plegaria asiste a un perro que se cree humano?
Día 28. Las tripas se me constipan. Siento dolores que me alteran los nervios. Sé que estoy enfermo y no hay asistencia médica para un nadie. Se avecina la decrepitud. La miseria ya está instalada. Haré el inventario de la nada y me esfumaré. Aquí estuvo nadie.
Día 29. El zamuro en el árbol no me desamparará. Lo dibujo en su honor; rayones negros hechos con restos de carbón de parrilla. Adentro de su majestuosidad reposarán mis tripas. A él le dejo el legado de mi desamparo.
Día 30. INVENTARIO:
Cuaderno con 1 mes de memorias.
Sombrero de fieltro.
La Ética de Spinoza.
Zapatos de cuero, talla 42 (cuadrar con el zapatero, pagarle reparación, están a nombre de Alonso; explicarle que me fui).
Un saludo de Alonso Díaz, un nombre que ya no es.
Día 31. En la esquina de la calle lo espero. Solo debo aprovechar la luz roja del semáforo y asirme del camión cuando pase. Ahí viene. Me encaramo. ¡Soy libre!
Me adentro en el eterno rodar del chatarrero. Compramos aluminio, chatarra, hierro colao, baterías malas 🚚📣.
¡Adiós!
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...Lea, The Witch of the Cross...
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...Khonwoum, The Warlock of Karma...
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G: Vuelvo a dibujar a Lea, pero esta vez no viene sola... Viene con su Esposo, un cazavampiros, Khonwoum... Mientras su Esposa Lea se dedica a servir al Castillo con sus deberes de Criada... Khonwoum caza los vampiros que se han atrevido a atacar tanto a las brujas como al reino.../I draw Lea again, but this time she doesn't come alone... She comes with her Husband, a Vampire slayer, Khonwoum... While his Wife Lea dedicates herself to serving the Castle with her Maid duties... Khonwoum hunts the Vampires who have dared to attack Witches as well as the Kingdom...
Por alguna razón, me enamoré del Esposo de Lea... ¡Dios me mate!... :,)/For some reason, I fell in love with Lea's Husband... God kill me!... :,)
G: Una de las muchas Sirvientas del Gran Castillo de Arma... {M: Es Mitad León...}
#groriatrevi10#mio#Mundo Oscuro#Lea#Lea La Bruja de la Cruz#Esposa de Khonwoum#Sirvienta#Sirvienta del Castillo Negro#Khonwoum#Khonwoum El Brujo del Karma#Cazador#Cazador de Vampiros#Esposo de Lea#Brujo#Bruja#Re-Dibujado#Mitad León#Mitad Toro y Cabra#Hibrido
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Poema de la soleá, de Poema del cante jondo
Vestidas con mantos negros
piensa que el mundo es chiquito
y el corazón es inmenso.
Vestida con mantos negros.
Piensa que el suspiro tierno
y el grito, desaparecen
en la corriente del viento.
Vestida con mantos negros.
Se dejó el balcón abierto
y el alba por el balcón
desembocó todo el cielo.
¡Ay yayayayay,
que vestida con mantos negros !
*******
Soneto de la dulce queja, de Sonetos del amor oscuro
Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua, y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.
Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.
Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,
no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.
******
Romance de la Luna Luna, del Romancero gitano
La Luna vino a la fragua
con su polisón de narod.
El niño la mira, mira
el niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve La Luna sus brazos
y enseña lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye Luna, Luna, Luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye Luna, Luna, Luna,
que ya siento sus caballos.
Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
Cómo canta la zumaya,
¡Ay cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la Luna
con un niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.
******
Canción de cuna para Rosalía Castro, muerta, de Seis poemas galegos
¡Levántate, niña amiga,
que ya cantan los gallos del día!
¡Levántate, mi amada,
porque el viento muge, como una vaca!
Los arados van y vienen
desde Santiago a Belén.
Desde Belén a Santiago
un ángel vienen en un barco.
Un barco de plata fina
que traía dolor de Galicia.
Galicia tumbada y queda
transida de tristes hierbas.
Hierbas que cubren tu lecho
con la negra fuente de tus cabellos.
Cabellos que van al mar
donde las nubes tiñen sus nítidas palmas.
¡Levántate, niña amiga,
que ya cantan los gallos del día!
¡Levántate, mi amada,
porque el viento muge, como una vaca!
*******
La aurora, de Poeta en Nueva York
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean en las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
********
Romance sonámbulo, del Romancero gitano
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.
Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.
-Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los puertos de Cabra.
-Si yo pudiera, mocito,
este trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
-Compadre, quiero morir,
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
-Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
-Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
¡dejadme subir!, dejadme
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.
Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal
herían la madrugada.
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
-¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está tu niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!
Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa
dejadme subir al menos
hasta las altas barandas.
Compadre, quiero morir,
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
Compadre donde está dime,
donde está esa niña amarga
cuantas veces la esperé
cuantas veces la esperaba.
*******
Casida del sueño al aire libre, del Diván del Tamarit
Flor de jazmín y toro degollado.
Pavimento infinito. Mapa. Sala. Arpa. Alba.
La niña finge un toro de jazmines
y el toro es un sangriento crepúsculo que brama.
Si el cielo fuera un niño pequeñito,
los jazmines tendrían mitad de noche oscura,
y el toro circo azul sin lidiadores
y un corazón al pie de una columna.
Pero el cielo es un elefante
y el jazmín es un agua sin sangre
y la niña es un ramo nocturno
por el inmenso pavimento oscuro.
Entre el jazmín y el toro
o garfios de marfil o gente dormida.
En el jazmín un elefante y nubes
y en el toro el esqueleto de la niña.
******
Al oído de una muchacha, de Canciones
No quise.
No quise decirte nada.
Vi en tus ojos
dos arbolitos locos.
De brisa, de brisa y de oro.
Se meneaban.
No quise.
No quise decirte nada.
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CAPITULO 04: EL CHICO NUEVO
Percy tuvo unos sueños rarísimos, llenos de animales de granja. La mayoría de ellos quería matarlo; el resto también quería comida. También con cielo muy oscuro y con truenos retumbando.
Debió de haberse despertado varias veces, pero lo que oía y veía no tenía sentido, incluso en un momento debió soñar con la voz de Lerley. Percy se recuerda descansando en una cama suave, alguien dándole cucharadas de algo que sabía a palomitas de maíz con mantequilla, pero era un pudin. La chica de cabello rizado y rubio sonreía cuando le recogía los restos de la barbilla.
– ¿Qué va a pasar en el solsticio de verano? – le preguntó al verlo con los ojos abiertos.
– ¿Qué? – mascullo.
Miró alrededor, como si temiera que alguien la oyera.
– ¿Qué está pasando? ¿Qué es lo que han robado? ¡Sólo tenemos unas semanas!
– Lo siento – murmuré –, no sé…
– ¡Annabeth Chase!
La inconfundible voz de Lerley llego a los oídos de Percy, antes que pudiera hacer algo la chica le llenó la boca rápidamente de pudin, volviéndose a dormir como si jamás hubiera despertado.
La siguiente vez que Percy reacciono no había nadie en la habitación, salvo que era más bonito de lo normal. Percy estaba sentado en una tumbona en un espacioso porche, contemplando un prado de verdes colinas. La brisa olía a fresas. Tenía una manta encima de las piernas y una almohada detrás de la cabeza. Todo aquello estaba muy bien, pero sentía la boca como si un escorpión hubiera anidado en ella. Tenía la lengua seca y estropajosa y le dolían los dientes.
En la mesa a su lado había una bebida en un vaso alto. Parecía zumo de manzana helado, con una pajita verde y una sombrillita de papel pinchada en una guinda. Tenía la mano tan débil que el vaso casi se le cae cuando por fin conseguido rodearlo con los dedos.
– Cuidado – dijo una voz.
Grover estaba recostado contra la barandilla del porche, con aspecto de no haber dormido en una semana. Debajo del brazo llevaba una caja de zapatos. Vestía vaqueros, zapatillas altas Converse y una camiseta naranja con la leyenda «CAMPAMENTO MESTIZO». El Grover de siempre, no el chico cabra.
Percy pensó que quizás había tenido una pesadilla. Igual su madre estaba sana y salva. Tal vez seguían de vacaciones y habían parado en esa gran casa por algún motivo.
– Me has salvado la vida – dijo Grover –. Y yo… bueno, lo mínimo que podía hacer era… volver a la colina y recoger esto. Pensé que querrías conservarlo.
Grover dejo la caja de zapatos en su regazo con una gran reverencia.
La caja contenía un cuerno de toro blanquinegro, astillado por la base, donde se había partido. La punta estaba manchada de sangre reseca. No había sido una pesadilla.
– El Minotauro… – dijo, recordando.
– No pronuncies su nombre, Percy…
– Así es como lo llaman en los mitos griegos, ¿verdad? El Minotauro. Mitad hombre, mitad toro.
Grover se removió incómodo.
– Has estado inconsciente dos días. ¿Qué recuerdas?
– Dime qué sabes de mi madre. ¿De verdad ella ha…?
Bajó la cabeza.
Percy volvió a contemplar el prado. Había arboledas, un arroyo serpenteante y hectáreas de campos de fresas que se extendían bajo el cielo azul. El valle estaba rodeado de colinas ondulantes, la más alta de las cuales, justo enfrente de nosotros, era la que tenía el enorme pino en la cumbre. Incluso aquello era bonito a la luz del día.
Pero su madre se había ido y el mundo entero tendría que ser negro y frío.
– Lo siento – sollozó Grover –. Soy un fracaso. Soy… soy el peor sátiro del mundo.
Gimió y pateó tan fuerte el suelo que se le salió el pie, bueno, la zapatilla Converse: el interior estaba relleno de polispán, salvo el hueco para la pezuña.
– ¡Oh, Estigio! – rezongó.
Un trueno retumbó en el cielo despejado.
Grover se disculpó con Percy, aunque esta sabía que no era su culpa. Era demasiada información para el pobre chico. El sátiro lo ayudo a sostener su vaso y puso la pajita en su boca. Su sabor le sorprendió, porque esperaba zumo de manzana. No lo era. Sabía a galletas con trocitos de chocolate, galletas líquidas. Y no cualquier galleta, sino las que su madre preparaba en casa, con sabor a mantequilla y calientes, con los trocitos de chocolate derritiéndose.
Antes de darse cuenta había vaciado el vaso. Lo miró fijamente, convencido de que había tomado una bebida caliente, pero los cubitos de hielo ni siquiera se habían derretido.
– ¿Estaba bueno? – preguntó Grover.
Asintió.
– ¿A qué sabía? —Sonó tan compungido que Percy se sintió culpable.
– Perdona – le contesté –. Debí dejar que lo probaras.
– ¡No! No quería decir eso. Sólo… sólo era curiosidad.
– Galletas de chocolate. Las de mamá. Hechas en casa.
Suspiró.
– ¿Y cómo te sientes?
– Podría arrojar a Nancy Bobofit a cien metros de distancia.
– Eso está muy bien – dijo –. Pero no debes arriesgarte a beber más.
– ¿Qué quieres decir?
Le retiró el vaso con cuidado, como si fuera dinamita, y lo dejó de nuevo en la mesa. Grover estaba por decir algo, pero distintos ruidos afuera lo interrumpieron.
Cosas como cristales caídos, algunos regaños y una voz femenina sonó a las afueras de donde estaban.
– ¡Lo lamento, Lee!
Grover no evito en carcajearse al reconocer la voz, a su lado Percy se mostraba confundido. La tranquilidad del lugar se vio interrumpida por una escandalosa entrada, un cuerpo femenino entro corriendo sosteniendo algunos libros entre sus brazos, parecía desesperada casi a punto de caer en el pánico.
La chica solo pareció captar la presencia de Grover en el lugar.
– ¡Ay Grover! Necesito que me escondas, le dije a Rosse de broma que Homero era el chismoso más grande la historia y que Patroclo necesitaba un psiquiatra. – menciono rápidamente – ¡Me puso a leer toda la historia griega!
El chico cabra juntaba todas sus fuerzas para no reírse en la cara de la chica, se cruzó de brazos mir��ndola de manera divertida.
– ¿Qué paso por tu cabeza en decirle eso a Rosse?
– ¡Era una broma!
Charlotte fijo sus ojos por primera vez en Grover, notando la presencia despierta de Percy a su lado. Sus ojos se cruzaron por primera vez, quedándose quietos ante la presencia del otro.
Percy pudo reconocerla, casi de inmediato, esos ojos no los había visto jamás en otra persona era casi imposible olvidarse de ese color tan impactante. Ella lo había ayudado aquella noche, la recuerda con una espada brillante, mojada y fuerte, enfrento al toro por si sola. En cambio, Charlotte, pensaba en la vergüenza que estaba pasando en esos momentos. Quedando como histérica y una demente delante del chico nuevo. El chico nuevo con lindos ojos, a su parecer.
Charlotte paso su mirada de Percy a Grover, innumerables veces en menos de un minuto.
– Oh – rio Grover – Charlotte, él es Percy. Percy, ella es Charlotte…
Percy lo interrumpió.
– Tú me ayudaste esa noche… digo… – carraspeo nervioso – a nosotros…
Charlotte asintió, cambiando su mirada a una más suave junto a una sonrisa.
– Junto a una amiga, pero si, mucho gusto Percy.
Percy se le quedo mirando, era una niña hermosa claro que había visto niñas lindas antes, pero la mayoría de ellas eran arrogantes o tenían un círculo social al que Percy jamás accedería, pero ella lucia distinta.
– Un gusto…y gracias, por lo de la otra noche. – dijo nervioso.
Charlotte solo asintió, ambos se quedaron en silencio sin saber que decir.
– Ajam – dijo Grover, salvando el momento – Vamos, Percy. Quirón y el señor D están esperándote.
Grover ayudo a Percy a ponerse de pie, aunque este decía que estaba perfectamente bien para hacerlo por sí mismo, estaban preparados para salir del lugar cuando Percy se giró a ver a Charlotte que se había quedado en el lugar por donde entro, esperando que ambos se retiren del lugar.
– ¿Te veo luego? – pregunto con timidez.
Charlotte abrió los ojos sorprendida, sin pensarlo solo le sonrió a Percy.
– Claro, suerte.
Percy no sabía quién estaba más sorprendido, si Grover por la forma en la que actuó con Charlotte o el mismo por sus acciones. Jamás iniciaba una conversación, jamás daba la delantera de nada, pero esa chica le había ayudado a salvar la vida de Grover y su propia vida, lo mínimo que debía hacer era agradecerle correctamente, aparte algo le decía que podía confiar en Charlotte.
La chica perdió de vista a Percy y Grover, se quedó pensando algunos momentos lo que paso. Bueno, era normal que las personas le hablen seguido, en el campamento tenía muchos amigos a pesar de ser hija de quien es, pero afuera se le hacia un poco extraño que las personas de su edad se interesen en establecer una relación con ella, que Percy lo hiciera ni bien se conocieran la extraño mucho, sin embargo, era alguien que recién llegaba al Campamento. En pocos minutos adelante estaría más confundido que nunca, necesitaría toda la ayuda posible.
Jamás logras adaptarte del todo.
– Charlotte Healy.
La voz de Lee el saco de sus pensamientos.
El chico rubio entro a la habitación con una cara seria, a pesar de eso, Lee jamás lograba verse del todo enojado esos ojos siempre guardaban una chispa de amabilidad. Eso era lo que más le aterraba.
– ¡Mi hermano mayor! – exclamo con una risita – ¿Qué necesitas?
– Charlotte Elizabeth Healy, tienes dos segundos para ir a limpiar ese desastre, o te hare cantar en la fogata canciones de Justin Bieber con Austin y Yan por dos semanas.
– Bendito Olimpo.
⋆˚ఎ ☆ ໒˚⋆
Era una costumbre ver a Eve rondando la casa grande todo el tiempo, algunas ocasiones ayudaba a Quirón con papeles, preparaba bebidas calientes para los campistas, esperaba a que su hermana terminara las clases con Rosse o simplemente se sentaba en el porche de la casa grande para fastidiarle la existencia a Dionisio. Justo lo que estaba haciendo en ese momento.
La castaña estaba sentada el final del porche, detrás de Quirón tomando una taza de té desde su ángulo observaba a Annabeth, la rubia había pasado varios minutos en ese lugar sin hacer un solo movimiento, estaba curiosa por saber que ocurría, sin embargo, era inteligente. No molestaba con preguntas por que el centauro o el Dios le exigirían que se vaya del lugar.
Y ella no estaba dispuesta a perderse el chisme.
– Ése es el señor D —me susurró Grover o eso creía –, el director del campamento. Sé cortés. La chica es Annabeth Chase; sólo es campista, pero lleva más tiempo aquí que ningún otro. La otra chica es Eve White; otra campista, no te fíes puede ser peligrosa. Y ya conoces a Quirón. – Le señaló al centauro que estaba de espaldas a él.
Los ojos verdes de Eve se posaron en Grover y la persona extraña a su lado, sabía que era el chico que llego hace unos días, ella misma ayudo a dar apoyo a sus amigos para que lo llevaran hasta adentro. Esa noche no pudo quedarse mucho tiempo, Silena apareció para prácticamente llevársela arrastrando a la cabaña, tampoco se asomó por la enfermería los días que el chico estuvo inconsciente. Aclarando que no es muy fan de los hospitales o sus derivados, prefería estar lo más lejos posible.
Percy escaneo el porche en una mirada rápida, quedándose unos segundos mirando a Eve para centrarse en los dos adultos.
– ¡Señor Brunner! – exclamo Percy.
Eve arqueo una ceja, debiendo un sorbo de su taza.
– Ah, Percy, qué bien – dijo –. Ya somos cuatro para el pinacle.
Le ofreció una silla a la derecha del señor D, que lo miró con los ojos inyectados en sangre y soltó un resoplido. Eve aguanto sus ganas de rodas los ojos ante el comportamiento del Dios.
– Bueno, supongo que tendré que decirlo: bienvenido al Campamento Mestizo. Ya está. Ahora no esperes que me alegre de verte.
– Vaya, gracias
Percy se alejó de un poco, en esta ocasión, Eve ahogo su risita bebiendo un poco de su taza.
– ¿Annabeth? – llamó Quirón a la chica rubia – Annabeth cuidó de ti mientras estabas enfermo, Percy. Annabeth, querida, ¿por qué no vas a ver si está lista la litera de Percy? De momento lo pondremos en la cabaña once.
– Claro, Quirón – contestó ella.
Eve fijo su viste en su amiga delante de ella. Annabeth siempre le pareció una persona hermosa, tan alta y su aspecto atlético. Tan morena y con el pelo rizado y rubio, sus ojos eran de un gris tormenta; bonitos, pero también intimidatorios. Sin duda hermosa a primera vista, pero muchos no llegaban a pasar de eso de solo mirarla a lo lejos.
Annabeth echo un vistazo al cuerno de minotauro que tenía Percy, quien esperaba algunas buenas palabras de parte de la chica, pero Eve, esperaba una acción completamente diferente.
– Cuando duermes babeas.
Y salió corriendo hacia el campo, con el pelo suelto ondeando a su espalda.
Eve abrió los ojos, dejo salir una carcajada que fue parada casi de inmediato por la mirada que Quirón le dirigió.
– Bueno – comento Percy para cambiar de tema –, ¿trabaja aquí, señor Brunner?
– No soy el señor Brunner – dijo el ex señor Brunner –. Mucho me temo que no era más que un seudónimo. Puedes llamarme Quirón.
– Vale. —Perplejo, miro al director—. ¿Y el señor D…? ¿La D significa algo?
Eve negó con la cabeza bebiendo otro sorbo de té.
– De dinosaurio, pero no como Barnie. – murmuro.
Grover que la escucho la miro con una media sonrisa, que la niña le devolvió amablemente, quiñándole un ojo cómplice.
– Jovencito, los nombres son poderosos. No se va por ahí usándolos sin motivo. ¡Y te escuche Evangelina!
El dios se giró a mirarla con furia, Eve solo arqueo una ceja encogiéndose de hombros.
– Ah, ya. Perdón. – dijo Percy.
– Debo decir, Percy – intervino Quirón-Brunner –, que me alegro de verte sano y salvo. Hacía mucho tiempo que no hacía una visita a domicilio a un campista potencial. Detestaba la idea de haber perdido el tiempo.
– ¿Visita a domicilio?
– Mi año en la academia Yancy, para instruirte. Obviamente tenemos sátiros en la mayoría de las escuelas, para estar alerta, pero Grover me avisó en cuanto te conoció. Presentía que en ti había algo especial, así que decidí subir al norte. Convencí al otro profesor de latín de que… bueno, de que pidiera una baja. Además de llevar a cierta persona conmigo, no pensé que se hicieran tan amigos.
La castaña abrió la boca en un ¨O¨ notando esa referencia, Lerley había contado acerca de su año escolar en un internado para cuidar de un semidios que en teoría era Percy, todo estaba empezando a encajar en su cabeza.
– ¿Fue a Yancy sólo para enseñarme a mí? – pregunto.
Quirón asintió.
– Francamente, al principio no estaba muy seguro de ti. Nos pusimos en contacto con tu madre, le hicimos saber que estábamos vigilándote por si te mostrabas preparado para el Campamento Mestizo. Pero todavía te quedaba mucho por aprender. No obstante, has llegado aquí vivo, y ésa es siempre la primera prueba a superar.
¨Toda tu vida es una prueba¨, pensó Eve.
– Grover – dijo el señor D con impaciencia –, ¿vas a jugar o no?
– ¡Sí, señor! – Grover tembló al sentarse a la mesa.
Percy no sabía qué veía de tan temible en un hombrecillo regordete con una camisa de tela atigrada.
– Supongo que sabes jugar al pinacle. – El señor D lo observó con recelo.
– Me temo que no – respondió.
– Me temo que no, señor – puntualizó él.
– Señor –repetí.
Cada vez le gustaba menos el director del campamento.
– Bueno – le dijo –, junto con la lucha de gladiadores y el Comecocos, es uno de los mejores pasatiempos inventados por los humanos. Todos los jóvenes civilizados deberían saber jugarlo.
– Ni ganas todo el tiempo – intervino Eve.
El señor D la miro furioso, más que preparado para convertirla en un delfín o algo por el estilo, pero para su fortuna o des fortuna, Percy comenzaba a desesperarse.
– Por favor – dijo –, ¿qué es este lugar? ¿Qué estoy haciendo aquí? Señor Brun… Quirón, ¿por qué fue a la academia Yancy sólo para enseñarme?
La menor no podía evitar sentir pena por Percy, aunque ella fue afortunada de ser reconocida desde pequeña por su madre, eso no evito que se preguntara en muchas ocasiones del por qué, de muchas cosas, hasta llegar a sentirse algo excluida de su propia cabaña.
– Percy, ¿es que tu madre no te contó nada? – preguntó.
– Dijo que… – Recordó sus ojos tristes al mirar el mar –. Me dijo que le daba miedo enviarme aquí, aunque mi padre quería que lo hiciera. Dijo que en cuanto estuviera aquí, probablemente no podría marcharme. Quería tenerme cerca.
Eve hizo un puchero tierno.
– Lo típico —intervino el señor D –. Así es como los matan. Jovencito, ¿vas a apostar o no?
– ¿Qué? – pregunto.
Le explicó, con impaciencia, cómo se apostaba en el pinacle, y eso hizo.
– Me temo que hay demasiado que contar – repuso Quirón –. Diría que nuestra película de orientación habitual no será suficiente.
– ¿Película de orientación? – pregunté.
– Olvídalo – dijo Quirón –. Bueno, Percy, sabes que tu amigo Grover es un sátiro y también sabes – señaló el cuerno en la caja de zapatos – que has matado al Minotauro con algo de ayuda. Y ésa no es una gesta menor, muchacho. Lo que puede que no sepas es que grandes poderes actúan en tu vida. Los dioses, las fuerzas que tú llamas dioses griegos, están vivitos y coleando.
Percy miro a todos, incluida a Eve, por un momento la menor recordó cuando llego al campamento por primera vez, ella no podía estar mas emocionada por el nuevo lugar, sin embargo, su hermana estaba tan confundida y asustada, esas mismas expresiones las noto en varios nuevos campistas que alguna vez llegaron al campamento mestizos en veranos pasados.
Escucho esa misma charla cuando llego al campamento, la había escuchado con otros campistas y siempre era el mismo dialogo, saber que tu madre o padre faltante no estaba muero, desaparecido o algo por el estilo para muchos niños podría ser un alivio, pero enterarte que tu madre o padre es un Dios griego, y que desde ese momento tu vida está ligada a prácticamente a sobrevivir es otro tema. Uno no tan lindo de abordar.
– No me gustaría. Pero yo no creo en los dioses – respondió.
Eve volvió su atención a la conversación.
– Pues más te vale que empieces a creer – murmuró el señor D –. Antes de que alguno te calcine.
– P… por favor, señor – intervino Grover –. Acaba de perder a su madre. Aún sigue conmocionado.
– Menuda suerte la mía – gruñó el señor D mientras jugaba una carta –. Ya es bastante malo estar confinado en este triste empleo, ¡para encima tener que trabajar con chicos que ni siquiera creen!
– Ni usted cree en sí mismo – dijo Eve.
El dios resoplo, ignorando a Eve. El dios hizo un ademán con la mano y apareció una copa en la mesa, como si la luz del sol hubiera convertido un poco de aire en cristal. La copa se llenó sola de vino tinto.
– Señor D, sus restricciones – le recordó.
El señor D miró el vino y fingió sorpresa.
– Madre mía. – Elevó los ojos al cielo y gritó –: ¡Es la costumbre! ¡Perdón!
Volvió a mover la mano, y la copa de vino se convirtió en una lata fresca de Coca-Cola light. Suspiró resignado, abrió la lata y volvió a centrarse en sus cartas.
– El señor D ofendió a su padre hace algún tiempo, se encaprichó con una ninfa del bosque que había sido declarada de acceso prohibido.
– Una ninfa del bosque – repitió Percy, aun mirando la lata como si procediera del espacio.
– Sí – reconoció el señor D –. A Padre le encanta castigarme. La primera vez, prohibición. ¡Horrible! ¡Pasé diez años absolutamente espantosos! La segunda vez… bueno, la chica era una preciosidad, y no pude resistirme. La segunda vez me envió aquí. A la colina Mestiza. Un campamento de verano para mocosos como tú. «Será mejor influencia. Trabajarás con jóvenes en lugar de despedazarlos», me dijo. ¡Ja! Es totalmente injusto.
– Claramente, no es el favorito. – intervino Eve.
– Y… y – balbuceo - su padre es…
– Di immortales, Quirón – repuso él –. Pensaba que le habías enseñado a este chico lo básico. Mi padre es Zeus, por supuesto.
– Usted es Dioniso – dijo –. El dios del vino.
El señor D puso los ojos en blanco.
– ¿Cómo se dice en esta época, Grover? ¿Dicen los niños «menuda lumbrera»?
– Nadie dice eso. – dijo Eve en un murmuro.
– S-sí, señor D.
– Pues menuda lumbrera, Percy Jackson. ¿Quién creías que era? ¿Afrodita, quizá?
– ¡Oiga mas respeto! – exclamo Eve.
El dios centro su atención a la semidiosa.
– ¿Algún problema, White?
Eve dejo tranquilamente su taza aun lado, se acomodo el cerquillo de su cabello con mucha paciencia, se inclino un poco hacia adelante acercándose mas al Dios y a Percy que en ese momento la miraba curioso.
– Ninguno, solo que, – carraspeó inocentemente – al parecer quiere que llame a mi madre.
El porche se quedó en silencio. Fue el turno del Dios de moverse en su lugar algo nervioso. Nerviosismo que oculto en segundos volviendo a concentrarse en sus cartas, olvidando completamente el tema, dejando a la menor con una divertida sonrisa plasmada en su rostro que no le duro mucho pues Quirón la miraba desde su lugar serio.
Percy tenia curiosidad de esa pequeña niña que parecía colmar la paciencia del Dios, por el contrario, otra parte de su cabeza seguía haciéndose miles de preguntas en mili segundos de su actual situación. ¿Dijo de un Dios? Sonaba tan irreal pero tan real a la misma vez.
– Me parece que he ganado – dijo el señor D.
– Un momento, señor D – repuso Quirón. Mostró una escalera, contó los puntos y dijo –: El juego es para mí.
Percy en ese momento creyó que el señor D iba a pulverizar a Quirón y librarlo de la silla de ruedas, pero se limitó a rebufar, como si estuviera acostumbrado a que ganara el profesor de latín. Se levantó, y Grover lo imitó.
– Estoy cansado – comentó el señor D –. Creo que voy a echarme una siestecita antes de la fiesta de esta noche. Pero primero, Grover, tendremos que hablar otra vez de tus fallos.
La cara de Grover se perló de sudor.
– S-sí, señor.
El señor D se volvió hacia Percy.
– Cabaña once, Percy Jackson. Y ojo con tus modales.
Después se volvió hacia Eve.
– Es la ultima vez que te la dejó pasar, White.
– Va diciendo lo mismo desde hace como cuatro años. – susurro para ella misma.
Se metió en la casa, seguido de un tristísimo Grover.
– ¿Estará bien Grover? – Percy le pregunto a Quirón, que asintió, aunque parecía algo preocupado.
– El bueno de Dioniso no está loco de verdad. Es sólo que detesta su trabajo. Lo han… bueno, castigado, supongo que dirías tú, y no soporta tener que esperar un siglo más para que le permitan volver al Olimpo.
– Como si nosotros tuviéramos la culpa.
Eve se levanto de su silla, con pequeños y delicados pasos se acerco a Percy, quien al observar a Eve juro que la chica parecía que caminaba encima de algodón de azúcar por esos delicados pasos casi flotando que daba.
Se planto delante de Percy con su mano estirada y una gran sonrisa.
– ¡Hola me llamo Eve, Eve White!
Percy le estrecho la mano.
– Percy Jackson. – se giro hacia Quirón – El monte Olimpo. ¿Me está diciendo que realmente hay un palacio allí arriba?
– Veamos, está el monte Olimpo en Grecia. Y está el hogar de los dioses, el punto de convergencia de sus poderes, que de hecho antes estaba en el monte
Olimpo. Se le sigue llamando monte Olimpo por respeto a las tradiciones, pero el palacio se mueve, Percy, como los dioses.
– ¿Quiere decir que los dioses griegos están aquí? ¿En… Estados Unidos?
Eve rio en voz baja.
– ¡Claro que sí, Percy! – exclamo la pequeña. – Los dioses se mueven con el corazón de Occidente.
– ¿El qué?
– Venga, Percy, despierta. ¿Crees que la civilización occidental es un concepto abstracto? No; es una fuerza viva. Una conciencia colectiva que sigue brillando con fuerza tras miles de años. Los dioses forman parte de ella. Incluso podría decirse que son la fuente, o por lo menos que están tan ligados a ella que no pueden desvanecerse. No a menos que se acabe la civilización occidental. El fuego empezó en Grecia. Después, como bien sabes (o eso espero porque te he aprobado), el corazón del fuego se trasladó a Roma, y así lo hicieron los dioses. Sí, con distintos nombres quizá (Júpiter para Zeus, Venus para Afrodita, y así), pero eran las mismas fuerzas, los mismos dioses.
– Y después murieron.
– ¿Murieron? No. ¿Ha muerto Occidente? Los dioses sencillamente se fueron trasladando, a Alemania, Francia, España, Gran Bretaña… Dondequiera que brillara la llama con más fuerza, allí estaban los dioses. Pasaron varios siglos en Inglaterra. Sólo tienes que mirar la arquitectura. La gente no se olvida de los dioses. En todas las naciones predominantes en los últimos tres mil años puedes verlos en cuadros, en estatuas, en los edificios más importantes. Y sí, Percy, por supuesto que están ahora en tus Estados Unidos. Mira vuestro símbolo, el águila de Zeus. Mira la estatua de Prometeo en el Rockefeller Center, las fachadas griegas de los edificios de tu gobierno en Washington. Te reto a que encuentres una ciudad estadounidense en la que los Olímpicos no estén vistosamente representados en múltiples lugares. Guste o no guste (y cr��eme, te aseguro que tampoco demasiada gente apreciaba a Roma), Estados Unidos es ahora el corazón de la llama, el gran poder de Occidente. Así que el Olimpo está aquí. Y por tanto también nosotros.
Eve perdió el hilo de toda la historia que el centauro relataba podía jurar que Percy estaba igual de perdido que ella con tanta información en su cabeza. Saber mucho era abrumante.
– Quirón, harás que Percy o yo terminemos mas mareados con tantas palabras.
El centauro la miro, dándole la razón.
– Eve tiene razón. Deberíamos buscarte una litera en la cabaña once. Tienes nuevos amigos que conocer, mañana podremos seguir con más lecciones. Además, esta noche vamos a preparar junto a la hoguera bocadillos de galleta, chocolate y malvaviscos, y a mí me pierde el chocolate.
– ¡A mi también! – aplaudió Eve.
Y entonces se levantó de la silla, volviendo a tener la forma del Quirón que Eve estaba acostumbrada a ver, pero Percy se sentía a menos de un segundo de volver a caerse desmayado.
– ¡Qué alivio! – exclamó el centauro –. Llevaba tanto tiempo ahí dentro que se me habían dormido las pezuñas. Bueno, venga, Percy Jackson. Vamos a conocer a los demás campistas y tienes a una de las mejores guías.
La niña dio un pequeño grito emocionada, se colocó al lado de Percy quien solamente era un par de centímetros más alto que ella, entrelazo sus brazos y prácticamente arrastro a Percy hacia afuera del porche.
– Vamos Percy, te voy a mostrar todo el campamento y mis lugares favoritos.
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↑ «¿Qué Es Nueva ERA?
↑ «¿Qué Es Nueva ERA?
El término Nueva era O bien New age —utilizado desde la segunda mitad del siglo XX— se refiere a la era astrológica de Acuario y nace de la creencia de que cuando el Sol «pasa» de un signo del zodíaco al siguiente, el ser atribuido a la constelación que le sirve de fondo —un toro, una cabra, un escorpión, etc.— influye en los humanos. Nombra un conjunto heterogéneo de creencias religiosas O…
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Constantino Parente: Hay que cambiar de camello
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El toreo surrealista, que parece que es, pero que no es
Estaban tan preocupados el Charly y el Teclas, que pensaban que el Tarumba les había pegado el cambiazo; que ellos que habían pillado para estar a tope en los toros y nada, que no había manera. Que allí veían al personal con olés y bieeeennnes y ellos, como si nada. Que aquello no les decía nada. Que solo veían unos animalejos infames y unos señores pegando trapazos destemplados y corriendo la maratón de Torrecillas de la Cuesta con una muleta en la mano. Y mira que preguntaban a unos y a otros, “¿a ti quién te pasa?” “¿Qué te metes para estar tan de subidón, colega?” ¿Sería esos vasos de yintonis hasta arriba de felicidad y con mucho hielo? “Pero es que con lo que cuesta un peloti en los toros, nos corremos una buena en el barrio”, decía el Teclas. Y allí andaba el Charly con los ojos como ventanales de oficinas de las torres Kio. “Me está dando la bajona Teclas”; cómo no, a él a casi cualquiera sin ese entusiasmo que provoca ir a pasar una tarde a los toros.
Que ya de salida algo se respiraba en el ambiente. Que no digo yo que oliera a nada que pareciera que se estuviera quemando el Retiro, pero el personal venía motivado. Hicieron saludar a Talavante, ¿motivo? Hay tantos, ¿no? O igual no. Que no creo yo que fuera por encerrarse con una de Victoriano del Río, ni por pedir que le abriera plaza un compañero; había que corregir el pequeño desmán de las dichosas bolitas. Y así fue Pablo Aguado por delante, voluntarioso e incluso con un manejo de capote con cierto aseo en el recibo a su flojo y regordete primero. Toros de Victoriano del Río, ¿no? ¿Y qué esperan, que me ponga a contarles el tercio de varas? ¡Hombre! tampoco le pidamos peras al olmo, ni toros con poder a don Victoriano. Un poco de sensatez. Vara simulada yendo al paso y raspalijón a medio lomo. El animal se dolía de todo lo que le pinchara. Faena de Aguado queriendo aguantar al toro e intentar que este se moviera. Muletazos muleta al bies y la pierna al revés. Incluso probó a darle distancia, pero en ese pegar pases, que no torear, casi acaba echándoselo encima, para acabar cazando trapazos, por aquí vas, por aquí la pongo. Entera traserísima y la tarde libre hasta el sexto.
Al que hizo segundo, primero de Talavante no le había dado el tercer capotazo y ya andaba que no andaba. El pobretico hasta quería pelear en el caballo, pero no había fuerzas para tanta ambición táurica. Tampoco estaba de acuerdo con que le dejaran unos palos en el lomo y lo hizo ver, vaya que sí. Y allí se fue el bueno de Talavante, que por capricho de matilla, este año tiene turno doble en la feria de Otoño. ¡Qué cosas! Te dejan tirado y acabas en Madrid dos fines de semana seguido y sorteando como si fueras un quinto esperando África, Cerro Muriano o la Marina. Faena que empezó tomando aire, el que Talavante le daba a su antagonista a base de menear la pañosa. Pico y lejanías, lo mismo con la diestra que con la zocata, aire y más aire. El entusiasmo empezaba a desbocarse y el Charly y el Teclas que no se coscaban de la movida, miraban al ruedo, miraban la birra, la olían y nada, convencidos que les habían cambiado la priba por un barreño de valeriana. Un pinchazo y una entera caída impidieron que el jolgorio condujera a la oreja y que los dos colegís se fueran a poner una queja al Trinidad. Trinidad, ¿qué nos has pasao? Que nosotros siempre fuimos de legales contigo, ¿sabes? Pero lo que arregla un pinchazo. En el quinto que hacía cabra, perdón, en la cabra que hacía quinto, hasta pensaron que se les había venido encima la bajona, pues ya veían con toda claridad que aquello era un animalejo sin presencia y que el maestro se limitaba a sacudir el capote a los ausentes vientos de Madrid. No se le podía picar al de don Victoriano, que peleaba, pero por no desmoronarse allí mismo. Sin castigo en el caballo, a no ser que el pica le dijera algo feo así por lo bajini, pero con el palo, na de na. Y la bajona le debió llegar a todo el mundo al tiempo, pues ya protestaban hasta los de los yintonis, que se deshacen los hielos y la felicidad se transforma en una mala baba del copón. Muletazos aliviados sobre el pico, transitando por las lejanías del espada, quedándose a medio camino del muletazo, quizá por aquello de recuperar fuerzas para seguir, aunque en estas, ¿para qué seguir?
El Charly y el Teclas flipaban, quizá lo mismo que Fortes, al ver como no había recibido ni un capotazo y el de don Victoriano ya no se aguantaba a pie firme. El novillote avanzado iba por el ruedo a su aire y quizá pensaban los de luces que si intentaban fijarlo había peligro de desmorone, que lo dejaron por aquí y por allá. A lo más que llegó el animalito es a derrotar una vez en el peto. Muletazo por alto y al suelo. Salió correteando por el ruedo, hasta que llegó Fortes para mostrarle el pico de la muleta, carreras y más carreras, pico, trapazos insulsos. Hasta pareció que el animalito le apretaba, ¡pobre! Invertido, tirones y… se acabó. El quinto no es que fuera el más inválido de la tarde, simplemente fue el que el amo del palco decidió echar para atrás, para que saliera un zambombo del Conde de Malladle, el único que mostró fijeza en el caballo, pero sin ímpetu ninguno en el peto. Marronazo en mitad del lomo y rasguño señalado. En el último tercio el animalejo sobrero se arrastraba penosamente por el ruedo, gateaba ante el trapo rojo. Fortes a lo más que llegaba era a andarle por allí. El toro se empezaba a poner reservón, con el peligro de soltar un derrote en el momento más inoportuno. Pinchó de primeras el matador y cuando consiguió enterrar la espada, quedó prendido de los pitones del zambombo, lo soltaba y recogía del suelo como un pelele, lo tenía a su merced, hasta tres veces me pareció contar, sin que nadie fuera capaz de echarle un capote y acabar con aquellos segundos que no se terminaban. Que no sé si llamar a esto falta de compañerismo, me parecería muy duro, quizá dejémoslo en ineptitud, falta de afición. Afortunadamente, fíjense bien, afortunadamente todo quedó en una fractura, poco para lo que podía haber sido. Lo único claro es que otra vez, este torero acaba en la cama.
El sexto y volvía pablo Aguado de sus días de permiso a la corrida de don Victoriano del Río. Lo recogió el hispalense con el capote mostrando cierto oficio, lo que no impidió que el toro se fuera suelto al reserva, antes, el que guardaba la puerta. No se pudo más que recetar un amago de picotazo. Inicio de trasteo a una mano y el bicho por los suelos. Trallazos, más caídas, enganchones y en el mejor de los casos, acompañando el viaje. Pico, tiralíneas, carreras y más carreras, trapazos de uno en uno, repertorio populachero, enardeciendo los ánimos con una tanda de empalmados, que no ligados, abrazado al lomo del toro. Enganchones de frente, pero allí ya se había abierto la grieta orejera, ¡adelante con los faroles! Que el Charly y el Teclas ya redactaban su hoja de reclamación al Trinidad, cuando vieron que el del palco regalaba el despojo. Mientras, otros recordaban esa sabia sentencia del ganadero, esa de que mandaba vacas al matadero por bravas; que sí, que se lo juro yo. Y es no sé si serán el Charly y el Teclas, don Victoriano, el usía, los de los pañuelos o servidor de ustedes, pero está claro que hay que cambiar de camello.
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Estas son las frases y versos por los que Valtonyc irá a prisión tres años y medio
Disco 'Residus de un poeta'
Canción 1: 'Circo balear'
- "Jorge Campos merece una bomba de destrucción nuclear"
- "Queremos la muerte para estos cerdos"
- "Llegaremos a la nuez de tu cuello, cabrón, encontrándonos en el palacio del Borbón, kalashnikov"
- "Le arrancaré la arteria y todo lo que haga falta"; queremos la muerte para todos estos cerdos"
Canción 2: 'Deberían tener miedo'
-“Que tengan miedo joder. Que tengan miedo"
-“Que tengan miedo como un guardia civil en Euskadi"
-“Un pistoletazo en la frente de tu jefe está justificado o siempre queda esperar a que le secuestre algún GRAPO”
-“Dicen que pronto se traspasa la cloaca de Ortega Lara y muchos rumorean que Rubalcaba merece probarla, complejo de zulo mi casa a ver si un día secuestro alguno y le torturo mientras le leo al Argala”
-“Queremos que el miedo llame a sus puertas con llamas"
-“O que explote un bus del PP con nitroglicerina cargada”
-“Me cansa tanto silencio en medio de esta guerra”
-“Y mira yo no tengo huevos a pillar una metralleta, pero al menos no condeno al que se atreve y al que a la lucha se aferra, partidos revisionistas me la coméis entera, no resistiríais ni la mitad de cadenas que arrastra Arenas”.
Canción 3: 'España o Goma2'
- “Sofia en una moneda pero fusilada”
- "Puta policía, puta monarquia”
- "A ver si ETA pone una bomba y explota”
- "Para todos aquellos que tienen miedo cuando arrancan su coche, que sepan que cuando revienten sus costillas, brindaremos con champán"
Canción 8: 'Caminando por la ciutat'
- "Cuando digo Gora ETA delante de un guardia civil, por eso te encierran y no por ser un hijo de puta como Urdangarin”.
Canción 10: 'Microglicerina'
- "Quiero transmitir a los españoles un mensaje de esperanza, ETA es una gran nación”
- "Tu bandera española está más bonita en llamas, igual que un puto patrol de la guardia cuando estalla"
- "No voy a callar mas, voy a luchar aunque tenga que pillar una pipa como Froilan Marichalar”
- "Si no tienes memoria se repetirá la historia y estarás condenado como un txacurra en Vitoria, Gloria!"
- "¡Gloria! Es Andrea Fabra durmiendo en la calle,y que un parado le rompa las costillas con un bate"
- "Que no se alarme nadie la justicia es simple, pero está de vacaciones con Publio Cordon en el caribe”
- "Asusta el salir a la calle y que te pongan una multa, si la policía usa la fuerza bruta y encima luego condenan a quienes entregan su vida a la lucha”.
- "Esto no va hacer fiesta que pensabas tonto, es una bomba de relojería en una plazade toros”
- "Un atentado contra Montoro otro logro pa' nosotros, socialicemos los medios deproducción a tiros y a la mierda los votos”.
Canción 12: 'Dolores de amonal'
- "Dudo que próximamente os peguen un tiro en la nuca, quizá cuando el Follonero diga quien tiene la culpa”
- "Elijo el camino que me lleva a las cadenas, porque antes como trena que vender a la clase obrera”
- "A ver si te enteras, como el caso Bárcenas, pierdo los papeles y en cuarteles grito GORA ETA”
- "Nena, no apoyo la violencia gratuita, pero justicia sería pasarlos por la guillotina”; "De Cospedal no reiría tanto en un zulo a cuarenta grados”
- "Por qué condenáis la puta lucha armada, contra la clase que tiene a la nuestra esclavizada”
- "La dimisión de Mariano Rajoy noserá hoy, los asesinos no dimiten, ¡se les destierra!”
- "Que pena que no haya cerca gulags como Siberia"
- "¡Ah! un puto pepero con lossesos fuera,por la presión del banco al no poder pagar la hipoteca. Eso no pasará, pero que un Grapo los secuestre y no puedan pagar la fianza, ¿quién sabe? Quizá”
- "Porque nos gobiernan terroristas, en cambio quien hace política está entre rejas”.
- "Me la suda si la Audiencia Nacional me condena, hasta romperme las cuerdas ¡LIBERTAD ARENAS!”.
Canción 13: 'Valtonyc y Marchena', que se levanten los caídos
- "Mi puta lengua envenena la fuente de la que bebéis, si contagia la rabia resurgida del treinta y seis”.
- "El Rey tiene una cita en la plaza del pueblo, una soga al cuello y que le caiga el peso de la ley”.
- "Mi ansia aumenta cada vez que reprimen comunistas y vuelan mis ganas de entrar en la guerrilla, así que, que sigan que sigan y el próximo Paracuellos será en mi puta isla”.
- "Te quedas atrás reformista y eso me quema, entorpeces la lucha formando parte del problema, encima quieres dar lección al que anda en prisión, por combatir la opresión y dar su vida entera, cadena perpetua para los que no claudican, pero tu afirmas que no existen presos políticos”.
- "Hace más ruido un solo hombre rugiendo que todo un ejército pasivo callando y sirviendo”
- "¿Soy un molotov en la sede de UPyD?”
- “Siete tiros de la glock de Iñaki Bilbao al juez”
Disco 'Mallorca es nostra'.
Canción 2: 'El rey borbo'
- "El Rey Borbón y sus movidas no sé si era cazando elefantes o iba de putas, son cosas que no se pueden explicar, como para hacer de diana utilizaba a su hermano, ahora sus hermanastros son los árabes y les pide dineritos para comprar armas, le hacen hacer la cama y fregar los platos y de mientras Doña Sofía en un yate follando y eso duele claro que si.
- "Haremos que Urdangarin curre en un Burguer King que la Infanta Elena pida disculpas ,(puta), por ser analfabeta y no ir a estudiar a Cuba”
- "Por qué no se fractura la cabeza y no la cadera”
- "Si no secuestraremos al capitán del Concordia para que coja el Fortuna y se pegue una ostia"
- "Sarcástico como el Rey dando la mano a Gaddafi y después celebrando tener petróleo fácil (hijo de puta), puede ser que de la república solamente queden fósiles, pero quedamos nosotros, y del Rey los negocios".
- "La tercera edad también pasa hambre pero aplauden a los monarcas, masoquistas ignorantes, no podemos escoger, no tenemos ninguna opción, pero un día ocuparemos Marivent con un kalasnikof”
- "Él respetuoso con la Constitución, en cambio los derechos humanos se los pasa por los cojones”.
- "El Froilan se da cuenta y se quiere morir, que su abuelo un dictador lo escogió, que pertenecía a los GAL y que no es democrático sino un dictador enmascarado”.
Canción 5: 'Noves degeneracions del PP'
- "Parece que las balas de plata también os las tendré que dedicar, sois la misma mafia que Bankia".
- "Un día coches volarán como Carrero Blanco y no colgaremos ningún lazo en el Ayuntamiento”.
- "Balas de plata para los fascistas”.
Canción 7: 'Exiliado en Cabrera'
- "Bauzá debería morir en una cámara de gas, pero va? Eso es poco, su casa, su farmacia, le prenderemos fuego"
Canción 9: 'Herbes mesclades'
- "Burgués, ni tu ni nadie me harán cambiar de opinión, cabrón, seguir el acto de fusilar al Borbón”.
Canción 10: 'Mi final'
- "No soy ningún hipócrita pero a veces me cuesta dejar a la gente en evidencia, creo que debe ser por eso de que soy una buena persona, pero por mi el Bauzá habría muerto ya de una bomba”.
Canción 11: 'El mundo dona llicencia per a matar'
- "Del PP, lo que hizo el PSOE, terrorismo es el BOE y no callaré. Pondré cojones, aunque quieran criminalizar mis emociones, soy fuerte y lucharé”.
- "Mis compañeros están allí fuera, están luchando por la autodeterminación, de una lengua, de una cultura, de un país, somos fuertes y nosotros ganaremos (sonido de pasos, una puerta se abre"
- [Manuel Torreiglesias] "saber vivir es saber morir". A continuación se escucha el sonido de un tambor de revolver y seguido de un disparo dice "hijos de puta"
- "Para no inmolarme necesito escribir, pero hay tanto hijo de puta que no merece vivir"
- "Algún día haremos justicia, y diputados picarán piedra a la sierra todo el día”
- "Andrea Fraba se tragara sus palabras, y comerá del suelo porque no le quedará otra”
- "La constitución se viola como una puta, pero, como con Publio Cordón, los GRAPO tienen la culpa”
- "Mataría a Esperanza Aguirre, pero antes, le haría ver como su hijo vive entre ratas”
- "Que beban agua con barro, no más Solan, (de cabras) que coman carne con lejía salpicada”
- "Miguel Ángel Blanco, Carrero Blanco (suenan disparos), bah, ya no, ahora toca a Juan Carlos. La OTAN no bombardeará la Zarzuela, no ..., aquí lo único que explotan son los trabajadores”
- "Licencia para matar, quedarán pocos vivos, acabaré con izquierda, PSOE, y también CiU"
- "Merece la muerte todo aquel que se aprovecha de pisados, pobres, de quienes más lo necesitan”
"Que a Otegui se le tilde como un terrorista, pero quienes lo son estén en el parlamento haciendo política”
- "A mí me toca la polla, toda la AVT, no tienen empatía con los que no pueden llegar a fin de mes”
- "Pero bueno, tenemos goma2 y amonal, y así llegará un día que explotadores volarán, tan alto como obreros de derechas que ahora son empresarios, les cortare el cuello como recortan salarios”.
- "Esto no es violencia gratis, está justificada, como un antidisturbios que muere en una barricada”
- "Cogeré un kalashnikov, una MP5, iré a Intereconomía, terminaré con este circo"
- "Después mutilaré a la De Cospedal, con la rabia del pueblo Vasco a los GAL".
Canción 'Yo reventé el culo de Eduardo Puelles'
- "Somos temibles como bombas de racimo”
- "Decapitando capitalistas en el centro de Cuba, alguno quiso callarme pero no pudo”
- "Junto a Puelles todos desfilareis de luto”
- "No me quedaré mudo, no me callaré, aunque tenga que inmolarme en la sede del PP”
- "Terrorismo invicto como los GRAPO”
- "Yo doy mas miedo que una pipa de fogueo”
- "Sin rodeos voy a asaltar el parlamento ya salen de mis heridas torturas franquistas dosis de poesía”.
Canción 'Marca España'
- "Matando a Carrero ETA estuvo genial, a la mierda la palabra, viva el amonal”
- "Tenemos corazón grande y de justicia se enamora si explotan tropas españolas, no lloran. Kale borroka en el Ministerio de educación, esto es amor: goma2 y Kalashnikovs”
Canción 'El fascismo se cura muriendo'
- "Amonal en coches oficiales, haciendo justicia poética por cada familia que está pasando hambre".
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Origen: Villa Unión (11:00h) Destino: Santa Maria (20:30h) Km: 536.8 Tiempo: 6:49h Consumo: 5.6 l/100Km Alojamiento: Hotel de Turismo 500 ARS
Cuando rodé por Bariloche, en la mitad sur de la ruta 40, ya comenté que había tramos bellísimos de esta carretera y tramos totalmente infernales. Es normal, son 5194 km de largo! El norte no es una excepción, hay serpenteantes cuestas que suben y bajan, soporíferas y peligrosísimas rectas interminables y tramos mixtos.
El día empezaba tarde. Pese haberme despertado a las 5am, no conseguí saltar de la cama a una hora decente y todavía tenía que escribir el post de ayer. Ademas tocaba llamar a casa, es el día de reyes, el primero en 39 años que no estoy en casa. Una vez montado en la moto había que repostar, la siguiente gasolinera está a 180km, con tan mala suerte que están descargando combustible. Media hora más de espera y encima no aceptan tarjetas de crédito! Suerte que cambié más pesos en Mendoza, pero a este ritmo no llego a San Pedro con los que me quedan.
Ahora sí! Ya en ruta! El camino hasta Chilecito pasa la cuesta Miranda, curvas y mas curvas. Ya ni me apetece exprimirlas a gas, simplemente me dejo mecer por el vaivén enlazándolas suavemente; me estaré haciendo mayor? De golpe una sombra me hace levantar la mirada hacia el cielo, parece un cóndor! No, son tres cóndores que me sobrevuelan en círculos acompañándome el trayecto. Es la segunda vez que los cóndores me sobrevuelan. La primera, cuando hice el descenso al cañón del Colca, me comentaron que eso era un buen presagio, esperemos que así sea.
Acabada la sinuosa cuesta Miranda y después de una pausa para repostar y picar algo, volvemos a las infinitas rectas. El calor es asfixiante. Empieza a hacer algo de aire, un aire ardiente que te abrasa la cara si llevas la visera levantada. Pero con la visera bajada, por mucha ventilación que diga Arai que tiene, el casco es como un invernadero con una temperatura sofocante. A la vera de la carretera se ven pequeños remolinos de arena, pequeños tornados en potencia que esperemos no se decidan a cruzar la carretera pero que de vez en cuando te envían una sacudida que por poco me hacen descabalgar de Paraguaçu. No hay forma de ver el final de la recta, el calor que brota del asfalto dibuja manchas en el horizonte. Al menos, cuando atravesé la ruta 20, había algo de trafico que te distraía, pero aquí la monotonía es tal que es imposible que los párpados no cedan. Me descubro con los ojos cerrados y los abro sobresaltado. No hay donde parar, el siguiente pueblo está a 80km y no hay ni una sombra a la vista. Me concentro en no cerrar los ojos: canto, bailo, escribo este post en mi mente… Por fin llego a Londres, paro en el único comercio que veo y a falta de café, me tomo un refresco. Espero sea suficiente.
De Londres a Hualfin son 80km de zona más o menos urbana. Se pasa la cuesta de Belen y la carretera es entretenida. Aparecen unos glaciares al oeste y decido salirme de la ruta por un camino que parece que les lleva directos. Seguro que saco una buena foto! Enseguida el camino se adentra en una población y muere en el lecho de un ancho río casi seco. Me sigue faltando ese puntito para atravesarlo, así que me doy media vuelta y vuelvo al plan original. De nuevo en la 40 los márgenes se han poblado de ganado. Hay rebaños de cabras y ovejas a ambos lados, sin nadie que las cuide, que atraviesan la calzada de improviso obligándote a estar atento. También algunas vacas algo secas y hasta un par de toros peleando entre ellos a escasos dos metros del asfalto. Espero que la cámara que llevo en el casco los haya sacado (no, no lo hizo!) porque no pienso parar para sacarles una foto con la otra cámara, no me veo rodando un toro por primera vez aquí en Argentina y vestido de moto.
Llego a Santa María, a escasos 80km de Cafayate, mi objetivo. Paro a repostar y me comentan que en una hora estoy ahí, pero que vaya con cuidado porque hay muchos animales sueltos, con lo que mejor circular de noche. Me queda una hora de sol, así que me da tiempo! Pero el gps guarda una ultima sorpresa en la manga. No se por que razón, en lugar de devolverme a la 40 me lleva por una carretera menor. Doy por hecho que empalmará con la 40 más adelante, lo que no sabía es que para hacer ese empalme me he de meter por 10km de ripio. No hay problema, sigo para adelante! Cada vez me gusta más eso del ripio y casi que ya lo prefiero al asfalto. En Bolivia será todo así, con lo que mejor coger experiencia. El ripio inicial deja paso a piedras más grandes, haciéndome disminuir la velocidad, hasta que un río se planta delante de mi camino. No tiene casi agua y aunque parece algo embarrado, no se ve un imposible. Son las 20h me quedan 20 minutos de sol, el cielo amenaza lluvia y aun me quedan unos 8km de pista. Se me va a hacer de noche seguro y es algo que puedo evitar. Me doy media vuelta y me quedo en Santa Maria a ver si consigo roscón de reyes.
Curvas y rectas Origen: Villa Unión (11:00h) Destino: Santa Maria (20:30h) Km: 536.8 Tiempo: 6:49h Consumo: 5.6 l/100Km Alojamiento: …
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