#Mariano Maestro
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El Consorci de Museus presenta la primera exposició a Alacant de l’artista Mariano Maestro
La Conselleria d’Educació, Cultura, Universitats i Ocupació, a través del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana (CMCV), presenta la primera exposició a la ciutat d’Alacant de l’artista Mariano Maestro en la Sala d’Exposicions de la Llotja del Peix. Del 4 d’octubre al 24 de novembre s’exposa ‘Mariano Maestro. Estructuras criptomórficas’, una mostra que repassa la trajectòria de l’artista…
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La heredera del Infierno
Aviso: La información sobre los días de la semana la saqué de esta página y sobre Hela aquí.
La canción que canta Adelina al principio es Shinig Light de Mono Inc.
Por último, mucho de lo que dice Adelina en su charla con Tomas se basa en las teorias de @evilbihan y le agradezco por dejarme usarlas en la historia. Espero haberlas desarrollado como era debido. Las pueden encontrar aqui y aqui.
Sentimientos
Los entrenamientos de Adelina con Bi Han retomaron con más fiereza, pero no hubo resultados positivos. Con cada golpe del Gran Maestro, Adelina le dificultaba usar su poder, ya que no pudo crear armas o escarcha de proporciones abundantes. Cubrían solamente una pequeña parte de sus manos y molestaba a Bi Han como nunca antes.
El resto de clases seguían su curso normal, pero con la presión del Gran Maestro, rezaba no ser entre las primeras en los combates de práctica. Los músculos le dolían de las golpizas y esperaba que, en algún momento, pudiera usar su criomancia con mayor naturalidad. Adelina seguía intentando de comprender el chino sin avanzar mucho. A veces, lograba entender insultos que decían sus compañeros, aunque fingía no saberlos.
Las limpiezas en los templos eran tranquilas, por más que le quitaran las mejores herramientas, se tranquilizaba con la tarea, perdiéndose en su mente. Cantaba canciones que recordaba y terminaba más relajada.
En las noches, cuando no tenía que hacer vigilancia, Adelina leía y dibujaba. Su mano había perdido agilidad por los entrenamientos, pero en unas horas logró perfeccionarla haciendo diferentes bocetos de los elementos de su habitación. La mesa, el futón con su almohada, las armas desperdigadas, los templos del lugar (como los recordaba en su memoria), entre otras cosas.
A veces, en las vigilancias de las murallas, se topaba con Tomas, pero por la presencia de aprendices se mantenían formales. Aunque, no podía negar que a veces, cruzaban miradas y la desviaban velozmente. Las mejillas de la joven se calentaban y sentía que el estómago le daba vueltas.
Por otro lado, las cartas con sus amigos no habían sido contestadas y se sentía bastante sola y desconectada. Seguramente los entrenamientos se incrementaron. Intentaba seguir escribiendo, pero sin respuesta alguna. Hasta que un día, llegó una respuesta y Adelina abrió el sobre con alegría e impaciencia.
Querida Adelina:
Lamentamos no poder escribirte. Estuvimos teniendo días bastantes bizarros… cuando vengas te lo contaremos. Además, Daniela se rompió una pierna en los entrenamientos. Está todo complicado y al revés.
Esperemos que te encuentres bien y queremos desearte lo mejor en los entrenamientos. Quisiéramos darte mayor presencia, pero no nos dejan salir hasta nuevo aviso de Liu Kang.
Por ahora, es todo lo que podemos hacer. Intentaremos seguir en contacto, pero con lo que ocurre se nos va a dificultar.
Mariano y Daniela.
Corrió hacia su habitación buscando birome y papel. Escribió apuradamente la respuesta. Le causaba dudas y curiosidad lo que le habían escrito ¿qué ocurrió durante su ausencia? ¿por qué Liu Kang restringió el envío de cartas?
Queridos Daniela y Mariano:
¿Está bien Daniela? ¿Cómo ocurrió? No sé si podré estar allá en poco tiempo, creo que voy a seguir aquí. Mi criomancia es bastante débil.
Por favor, cuéntenme lo que está pasando de a poco.
Espero su respuesta,
Adelina.
Entregó la carta a la paloma y la vio alejarse de Arctika. Adelina se dirigió hacia el gran salón para comer, preocupada por lo que ocurría en la Academia Wu Shi.
Adelina se enfocó en el entrenamiento con Bi Han. Cada golpe que le dio, lo esquivó con todas sus fuerzas y su criomancia apenas ayudaba. Una leve capa de escarcha protegía sus antebrazos, pero Bi Han lo rompió como si fuera vidrio.
–Tienes que neutralizar tus emociones, Acosta –espetó rompiendo la escarcha de sus manos y las débiles púas que creaba–. Sino no lo haces, tu destino será trágico en el combate.
Adelina no contestó y eludió los ataques hasta que Bi Han le asestó un puñetazo terminando el combate. La chica se levantó con dificultad del frío suelo y meditó con el Gran Maestro tratando de neutralizar sus emociones… crear hielo como lo había hecho al despertar de su pesadilla con Hela. Pero lo único que salía era una escarcha tan fina, que con solo tocarla se quebraba.
Bi Han la corrigió una y otra vez, pero la criomancia de Adelina seguía sin desarrollarse. Parecía no querer florecer del todo, más con el ataque de pánico que tanto Bi Han como sus hermanos le dijeron y ella no tenía recuerdo de eso.
Cuando las campanadas sonaron, se dirigió tambaleante a la siguiente clase, con los músculos adoloridos y una parte del labio roto. Fue ardua y tortuosa, pero mantuvo su firmeza y cualquier gesto de incomodidad lo ocultó. No importara cuanto costara, no dejó mostrar alguna inconformidad y se mantendría en pie.
Continuaron los entrenamientos hasta el sonido de las campanadas, Adelina se dirigió a la biblioteca en busca de respuestas sobre Hela o Kolbein. Entre los pasillos, repletos de muebles con diversas armas y antigüedades chinas, llegó a la biblioteca de los Lin Kuei. La entrada, decorada con dragones orientales, recibió a Adelina mirándola con fiereza y abrió las puertas.
El olor a hojas viejas invadió su nariz y se maravilló por los diversos estantes abundantes de libros de historia del clan Lin Kuei. Caminó por los pasillos e intentó entender las letras del abecedario chino. Cada carácter le fue más complicado que el anterior haciendo que Adelina se confundiera y perdiera en los pasillos. Harta, buscó runas en las estanterías volviendo a la entrada y reiniciar su búsqueda.
��¿Qué haces aquí? –preguntó una voz conocida.
Adelina se asustó y se volteó para ver a Tomas con los brazos cruzados y una mirada tranquila.
–Carajo, deja de hacer eso –exclamó Adelina en susurros–. ¿Por qué me seguís ahora, acosador?
–No te vi en el gran salón –dijo Tomas señalando la entrada con el pulgar–. Creí que habías ido a las ruinas de la entrada de Arctika. Pero los guardias me dijeron que estabas aquí.
–Acosador.
–Técnicamente, soy tu maestro y, por ende, tengo que saber dónde se encuentran los estudiantes –explicó Tomas con una sonrisa tímida.
–Touché, pero sigue siendo de acosador que nos encontremos en los mismos lugares.
–¿Qué estás buscando en la biblioteca? –preguntó Tomas acercándose a ella.
–Libros sobre mitología nórdica –contestó Adelina observando los estantes.
–No es posible que los encuentres. Solamente hay historia del clan.
–Eso mismo dijiste cuando vos y tus hermanos vieron las ruinas.
Siguió buscando entre los estantes, pérdida en los diferentes títulos. Suspiró frustrada y pasó los delicados dedos por los lomos de los libros rápidamente tratando de encontrar runas o algo parecido.
–¿Qué buscas específicamente? –preguntó Tomas acercándose a los estantes–. Esta parte habla de las batallas del Lin Kuei con otros clanes.
–Necesito encontrar algo sobre Hela o Kolbein –dijo Adelina alzando la vista a las repisas más altas–. Pueden que tengan runas o inglés.
–¿Inglés? –cuestionó el muchacho.
–Sí, es un idioma que deriva de los nórdicos –explicó Adelina observando las repisas elevadas–. Thursday viene de Thor, “Día de Thor”. Lo mismo en el latín, viernes corresponde a Venus o sea Afrodita, “Día de Venus”, según la cultura romana.
Ambos siguieron investigando en la biblioteca, en cada estante Tomas le mostraba a Adelina algún libro para ver si cumplía con lo que buscaba. Quedaba poco tiempo para que finalizara la hora del almuerzo y no encontraron nada sobre Hela o su hijo.
–Creo que encontré algo, Adelina.
Se acercó a donde estaba Tomas mirando uno de estantes más altos de la biblioteca y vislumbró lo que parecían runas nórdicas en un lomo.
–Sí, creo que debe serlo –la chica se puso de puntillas tratando de alcanzar el libro con la punta de sus dedos–. ¿Me ayudas a bajarlo?
Tomas tampoco pudo tomarlo y buscaron por todo el sitio algunas escaleras o incluso bancos pequeños, pero sin éxito.
–¿Cómo lo alcanzaremos? –preguntó Tomas mirando por todo el alrededor–. No hay nada que podamos usar como escalera.
–Súbeme –soltó Adelina abruptamente.
–¿Qué? ¿Cómo?
–Sí, eso. Me vas a subir –dijo la muchacha–. Cuando salte, me alzas para tomar el libro.
Las mejillas de Tomas se tornaron rojas como las de un tomate y Adelina sintió lo mismo.
–Será rápido.
El chico asintió, se posicionaron y Adelina brincó. Rápidamente, las manos de Tomas tomaron sus caderas y su rostro llegó a las repisas repletas de libros viejos. Sus manos tomaron el libro nórdico y buscó alguna pista de otro tomo.
Adelina no se percató hasta ese momento de que las manos de Tomas. Eran cálidas, bastante fuertes, reconfortantes y con varias cicatrices. Volvió a enfocarse y sus dedos pasaron ágilmente por cada libro sin encontrar otro con runas nórdicas.
–¿Ya lo tienes?
–Sí, ya está –contestó Adelina–. Podes bajarme, Tomas.
Con cuidado, la dejó en el suelo, pero sus manos seguían posicionadas en sus caderas y el corazón de la chica bombeó con mayor intensidad sintiendo que salía de su pecho. Se volteó con el libro en el pecho y se sorprendió ante la proximidad en la que estaban. Los hermosos ojos de Tomas la estudiaron y admiró los pequeños detalles de su rostro. Incluso vio con precisión la cicatriz arriba de su ojo atravesando la ceja. Quiso tocar, pero se contuvo.
–Deberíamos ver lo que dice el libro –dijo Adelina–. Antes de que el almuerzo termine.
–Sí.
Se separaron y se sentaron en una de las mesas de madera con un apoya libros. La cubierta era marrón, por el pasar de los años, con la runa Ear negra, junto a otras pequeñas inscripciones. Abrió con cuidado el libro escuchando el crujido de las hojas. Había ilustraciones nórdicas de demonios y Hela, de la unión con su esposo, Alarik y de su hijo, Kolbein.
–¿Qué dice el libro?
–Habla de la vida de Hela –respondió Adelina pasando hoja tras hoja con delicadeza–. Su ascenso y caída, lo que creó y amó.
–¿Qué hizo Hela?
–“Los seguidores de la diosa de los muertos han de dejar registro, antes de ser exterminados… –recitó Adelina, absorta en las runas y los dibujos–… Hela estableció el balance del Infierno, la balanza para los justos. Creó sus más bellas y terroríficas creaciones… –miró el dibujo de la diosa. Extendía las manos, la derecha putrefacta, una calavera y la izquierda, un corazón. Adelina pasó a la siguiente hoja–… Con la intención de crear orden en el Infierno, convenció a demonios a unirse a su ejército. Creció de centenares a miles hasta ser fuerte y conquistaron el Infierno… –la hoja estaba ilustrada con la deidad guiando a sus soldados. Adelina, nuevamente, pasó a la siguiente página–… El poder del reino le otorgó un estatus indiscutible, pero supo que no debía caer en manos equivocadas. Por eso, lo estudió y lo volvió algo de su ser. Con los dones de muerte que ya tenía, estableció el orden…”
–Tuvo mucho valor y convicción para hacerlo –dijo Tomas respirando en la cabeza de Adelina.
–Tenes razón –coincidió la muchacha–. “…Para concentrar su dominio, nosotros, sus leales sirvientes, construimos su palacio, Eliud, rodeado por rejas y enredaderas de hierro, con su puerta, Falanda Forad. Su vestíbulo, Bilkanda, hecho con huesos de criminales e iluminado con el fuego del Infierno y la mesa, Hungour… –recitó Adelina, observando la ilustración del palacio de Hela y pasó a la siguiente página–… Sus leales sirvientas, Ganglate y Gangleura, la vestían y mantenían el orden en el palacio, mientras que los lobos de Armenia, eran su guardia personal…”
–Qué nombres tan raros a los objetos –exclamó Tomas.
–Eliud, significa “la miseria”, Falanda Forad es “el principio” –explicó Adelina enfocada en las hojas–. Bilkanda se traduce como “la maldición” y Hungour significa “el hambre”.
–Qué macabro.
–“…Para llegar al palacio, Hela creó El Camino de los Muertos…”–recitó Adelina y su mirada se tornó de confusión cuando pasó a la siguiente página. No había nada, el papel estaba rasgado, pero quedaron unas hojas pequeñas–. Qué raro. Arrancaron la hoja.
–Ese libro no estuvo en nuestros estudios, ni tampoco se conocían –dijo Tomas–. Debió ser antes de que Bi Han se convirtiera en Gran Maestro, tal vez incluso mucho tiempo atrás.
–“…La diosa se aisló del resto de los reinos, resolviendo por su cuenta las adversidades…” –prosiguió Adelina–. “… Pocas veces, se reunía con los representantes del resto de los reinos, como el emperador Jerrod y su esposa, Sindel. Hicieron un trato para que las almas del Mundo Exterior descansarán allí…”
–El Bosque Viviente –soltó Tomas.
–“…Pero algo pasó en ese aislamiento…” –contó Adelina y se asustó– “…Demonios se alzaron en contra de Su Majestad. Con la idea de corromper su balance, invadieron el palacio con un poder desconocido… imposible a los ojos de Hela y nosotros… La diosa salvó a su esposo e hijo enviándolos a la Tierra y que vivieran ocultos…”
–¿Cómo que una revuelta en el Infierno? ¿No dice nada más? –cuestionó Tomas.
–Solo eso ¿a qué se refiere con balance? Esta hoja tiene agujeros –Adelina siguió con su lectura– “…Hela fue encadenada y encerrada en un lugar desconocido. Nosotros, sus más fieles seguidores, no pudimos rastrear sus últimos pasos. Lo único que sabemos es su hijo, Kolbein, estaba luchando por encontrar a su madre. Nadie ha podido encontrar al Príncipe de los Muertos… Dejaremos caminos con el poder de nuestra diosa para que lo encuentre y podamos reunir las fuerzas necesarias… Nuestros enemigos serán marcados y perseguidos por la locura y el dolor hasta el final…”
Adelina pasó a la siguiente hoja, pero el libro tenía más hojas rasgadas. Tocó con cuidado el papel roto y los pocos fragmentos que quedaban.
–Las páginas vuelven a estar rotas –soltó Adelina y buscó hojas del libro desesperada por encontrar respuestas. Se levantó y fue hacia el estante para corroborar–. No hay respuestas.
–¿Sobre qué respuestas? –cuestionó Tomas mirándola–. ¿No estás buscando sobre Hela?
–Sí, pero también algo más –respondió Adelina.
–¿Es sobre lo que no quisiste contarme hace unos días?
La chica dudó y se arremangó la manga derecha mostrando el tatuaje de los huesos. El frío agobió su brazo y quiso cubrirlo. Le explicó todo lo que sospechaba cuando tocó la daga de Hela, Sultin. Las visiones, los sueños que recordaba y cuando aparecía Hela frente a sus ojos para luego desaparecer.
–¿Crees que vas a morir?
Los ojos de Tomas la estudiaron con insistencia, pero había una mirada cálida en ellos y a la vez perturbada por algo más. Adelina no sabía lo que decían esas visiones, menos si eran respuestas a sus preguntas. Al mismo tiempo, quiso saber qué era lo que agobiaba al ninja.
–No lo sé, sinceramente –soltó la chica cruzada de brazos y cabizbaja–. Pensé que encontraría mejores respuestas, pero creo que las tendré en la siguiente ubicación de los objetos.
Tomas se acercó con cuidado a Adelina y tomó una de sus manos suavemente. El calor de sus dedos hizo que le recorriera una electricidad familiar. Se sorprendió por el pequeño gesto de Tomas, pero no quiso que acabara el momento.
–Enfócate en lo que tienes primero. Controla tu criomancia y luego sigues con tu investigación.
Los ojos de Tomas captaron los de ella y mariposas revoletearon por su estómago. Se acercó a Adelina y sus mejillas se calentaron.
–Gracias por el consejo, Tomas.
Se aproximaba a Adelina, pero el momento fue interrumpido por las campanadas dando por terminado el almuerzo. Disgustada, soltó lentamente la mano de Tomas y se pusieron firmes. Salieron de la biblioteca y volvieron a sus respectivos puestos.
Los días continuaron con su ritmo habitual. Los entrenamientos con Bi Han se volvían más brutales llevando a caminos bloqueados para la criomancia de Adelina. Se esforzaba el doble en los entrenamientos con los hermanos de Bi Han y los superiores. Cuando terminaba su jornada quería meterse a la cama y no volver a salir nunca, pero la mandaban junto a otros superiores a hacer limpieza o vigilancia.
Buscaba en la biblioteca más respuestas sobre Hela con cero resultados positivos. También, le costaba dibujar un poco por su falta de costumbre, aun así, le ayudaba bastante. Esbozaba objetos de su habitación, paisajes de su memoria y personas. Entre ellos, había hecho un boceto de Tomas y se sonrojaba perfeccionando los delineados en lápiz en cada parte del rostro del ninja. Terminaba con los párpados pesados y con la vela casi acabada. A pesar de eso, lograba mantenerse en las clases, pero las cosas cambiaron.
Un día, horas antes de que fuera la hora de la cena, Adelina le tocó prepararla por primera vez para todo el clan. Se fue con un pequeño grupo de principiantes, que conocía por rostros ya que estaban cerca de su habitación. Se apartaron de ella, mientras eran guiados por un superior hacia las cocinas.
Él abrió las puertas de madera y Adelina se sorprendió por lo inmensa que era. Ollas colgaban cerca de las hornallas, cucharones y cuchillos en las vastas mesas de maderas de años de cortar alimentos. Tablas para picar escondidas a los costados de los hornos y los platos se veían arriba de repisas junto a armarios con las puertas abiertas exhibiendo condimentos y especias de todo tipo. Adelina vislumbró una puerta abierta, mostrando los diferentes quesos, carnes y verduras.
Todos los estudiantes se posicionaron en algún área de la basta cocina, mientras el superior los dejaba hacer sus labores, yéndose por la puerta de madera. Pero en cuanto se marchó, Adelina escuchó hablar a sus compañeros entre risas y voces bajas. Uno de los estudiantes, un chico de cabello negro, corto y ojos color nuez, salió por la puerta con sigilo, seguido de otras chicas y luego el resto del grupo dejando a Adelina sola.
–¡Ustedes! Tenemos que hacer la cena –gritó desde la puerta, pero solamente oyó palabras en chino perdiéndose en los pasillos.
Adelina, resignada, buscó entre las repisas más altas libros de cocina china y sacó el primero que tocó. Por varios minutos, leyó una y otra vez el texto, sin comprender ni una palabra de lo escrito, solamente las viejas ilustraciones le daban una vaga indicación de los platillos.
Después de unos minutos de taladrarse la cabeza en comprender chino, se hartó cerrando el libro bruscamente y lo puso en su sitio polvoriento. Se ató mejor el cabello negro, se lavó las manos y comenzó a preparar lo que conocía. Mariano y Daniela tenían agujeros negros por estómago y ella hacia la comida cuando requería el momento, así que podía hacer la cena para todo un clan y su Gran Maestro.
Sacó de su uniforme su celular dejando que reprodujera música, mientras Adelina buscaba los ingredientes necesarios para preparar la cena. Tomó de la gran bodega nalga, peceto y cuadrada de carne de vaca, pan duro, harina, huevos, tomates, papas, zanahorias y muchos más.
Acompañada por la música, metió el pan duro en una bolsa de tela y lo golpeó con un martillo que encontró cerca de los cucharones hasta dejarlo bien molido, sin ninguna migaja dura desperdigada en la bolsa. Luego, la puso en un molde redondo, dejándolo en el horno sin encender, tomó un cuchillo grande y las partes de carne vacuna y empezó a cortarlas finamente.
La música pasó por los oídos de Adelina entonando algunas letras, mientras cortaba la carne, poniéndola en un plato hasta formar una pila bastante alta. Tras terminar, rompió varios huevos en un bol gigante, mezcló las yemas con algunas especias y lo dejó de lado para aplastar la carne con el martillo. Se perdió en la lenta labor calmada y lejos de las presiones del clan o miradas juzgonas. Se sintió libre y casi en casa, con las milanesas que preparaba.
Luego, buscó una olla, le colocó agua y tiró las verduras. Con un tenedor pinchó con fuerza las papas y zanahorias y, rápidamente, las tapó para que el calor las cocinara. Tras terminar, se enfocó en hacer las milanesas.
Una vez más, Tomas y sus hermanos tuvieron otra discusión sobre el manejo del clan. Tomas creyó que cualquier ninja que pasara cerca del complejo del Gran Maestro escucharía los gritos entre ellos. No le gustaba pelear con Bi Han, pero no quería que destruyera la tradición que su padre mantuvo en vida.
Para calmar las aguas, se separaron, seguramente Bi Han volvería a sumergirse en su trabajo como Gran Maestro, pensó el muchacho. Caminó entre los tantos ninjas que le hacían inclinaciones respetuosas, perdiéndose en los reconocidos pasillos que recorría desde que había llegado hace quince años. Le enojaba que Bi Han fuera tan obstinado en dejar las tradiciones y códigos que tenía el Lin Kuei para perseguir algo imposible… no le cabía en la cabeza.
Sus pensamientos fueron callados cuando escuchó una voz femenina familiar… la voz de Adelina. Tomas se percató de que había llegado a la cocina del clan y le sorprendió el poco ruido que había. Recordaba que ese sitio estaba atestado de ninjas corriendo de un lugar a otro buscando los ingredientes para preparar las comidas. Le resultó anormal no escuchar órdenes y platos sobre las mesas de la cocina.
Tomas se acercó a la puerta y vislumbró por una pequeña hendidura a Adelina cocinar. Estuvo enfocada en la olla que tenía en el fuego entonando letras de canciones desconocidas a ojos de Tomas. Después, se centró en la pila de carne cortada, la puso en lo que parecía un molde repleto de pan y comenzó a aplastar con su puño.
– I am the scream inside your head/I am the silence/The fear of your spirit…–entonó la muchacha enfocada en la comida. Tomas le sorprendió que no hubiera nadie en la cocina. Adelina no podía hacer sola la cena para todo un clan–. The lie and the loss of your grandeur/The lack of power and rage of your heartstrings/I'm the void that one day you'll be…
–¿Por qué no están el resto de los estudiantes?
Adelina maldijo en español y se volteó para encararlo. Sus ojos heterocromáticos volvieron a maravillarlo, eran preciosos y distintivos. Lo hipnotizaron queriendo analizar cada detalle de él, como si quisieran descubrir sus secretos más profundos. Las mejillas de la chica se volvieron rosadas, cubriendo las hermosas pecas que tenía.
–¡Deja de aparecerte a mis espaldas, acosador!
–¿Dónde están el resto de los estudiantes? –volvió a cuestionar Tomas con insistencia y Adelina siguió preparando la cena, mientras él la miraba con curiosidad.
–Responde, Adelina –pidió Tomas con furia oculta.
–Me dejaron sola. Eso pasó.
–¿Por qué?
–No sé ni me importa –Adelina se volvió a enfocar en lo que preparaba–. Te pido que no tomes acciones.
–Sí, lo haré –espetó Tomas mientras le daba la espalda–. Es una falta a nuestros juramentos y principios dejar un compañero solo. Eres Lin Kuei y mereces que te traten con respeto. Ya vengo.
Tomas caminó rápidamente, enfurecido. Lo que había dicho fue verdad, nunca dejaban solos a los compañeros. Por más que no hayan crecido juntos, se los trataban como hermanos. Sus pasos fuertes se escucharon en cada pasillo hasta llegar al complejo de estudiantes.
Muchos, se inclinaron ante Tomas y siguieron sus tareas. La mayoría de las habitaciones estaban vacías y silenciosas, pero vislumbró a un pequeño grupo de estudiantes pasando el rato. Se acercó a ellos furiosamente y se pusieron firmes. Sus miradas reflejaron pánico, pero lo ocultaron con seriedad.
–¿Por qué dejaron a Acosta sola? –cuestionó Tomas y los estudiantes guardaron silencio–. ¡Respondan!
–No lo sabíamos, maestro Smoke –respondió un chico de ojos color nuez–. Nadie nos avisó que la estudiante Acosta estaba en las cocinas.
–¡No mientan! –gritó Tomas–. Es una falta a sus juramentos como Lin Kuei. Deben ayudarse entre ustedes, porque son compañeros de lucha.
–No nos habíamos enterado, maestro –explicó el muchacho y sus compañeros mantuvieron la cabeza gacha–. Nadie nos dio una orden específica de ir a la cocina.
–Veremos lo que dice sus superiores –argumentó Tomas. Se dio media vuelta y llamó a los superiores–. Si lo que dicen es cierto ¿no habrá problema que lo corrobore, verdad?
Los estudiantes se miraron entre ellos con temor en sus ojos, revelándole la verdad a Tomas. Después de hablar con los superiores, le confirmaron lo que sospechaba y miró a los estudiantes con furia.
–Maestro Smoke… nosotros…
–Serán castigados –dijo Tomas sin titubear y observó a cada uno–. Harán la limpieza, guardia por varias semanas y lo que a usted se le ocurra, superior. Que vuelvan a aprender e incorporar los principios y juramentos del Lin Kuei.
Adelina se sintió confundida por lo que había hecho, pero no era momento para preocuparse por problemas futuros, debía hacer la cena para todo un clan. Se concentró en las milanesas aplastando la carne bañada en pan y huevo, para luego ponerla en la gran fila que tenía. Revisó las verduras brincaron destapando la olla. El calor invadió su rostro y las pinchó con el tenedor para ver si estaban blandas.
–Te conseguiré más compañeros –dijo Tomas, haciendo que la chica lo mirara fijamente.
–No los quiero ni los necesito –espetó Adelina volviendo a enfocarse en las milanesas–. Puedo hacerlo sola.
Tomas soltó una risa falsa.
–No puedes hacer la cena para todo un clan, Adelina –espetó el chico acercándose–. Terminarás muy tarde y Bi Han te castigará. No solo por no hacer la cena, sino porque no hiciste algo tradicional.
–Primero, viví con Daniela y Mariano que son la personificación de Goku y Luffy, así que tuve que hacer comida para un ejército –respondió Adelina–. Segundo, intenté leer libros de cocina china y no salió bien. Si tu hermano me quiere castigar que sea por no preparar la cena a tiempo, porque puse un plato en la mesa para todos. Tercero, el cocinero elige lo que se va a comer y si no le gusta puede hacerse él solito la comida. Yo no soy cocinera personal de nadie.
–Necesitas ayuda, Adelina –volvió a insistir el muchacho–. Lo digo de verdad.
La chica lo miró y sus ojos grises como la bruma la atraparon. Recordó el casi momento de la biblioteca y sintió que el estómago le daba vueltas.
–Si querés, podés ayudarme –dijo Adelina–. Lávate las manos y te enseño cómo hacer una milanesa. Espero que seas de los que aprenden rápido.
Tomas se fue hacia un balde de agua limpia, se quitó los antebrazos y vendas, colocándolas en una repisa, y se lavó las manos con el jabón en barra. Luego de secárselas, se puso al lado de Adelina y esperó las nuevas instrucciones.
–Bien, lo que tenes que hacer es aplastar la milanesa con el pan rallado –explicó la muchacha usando su milanesa como ejemplo–. La aplastas usando el puño con fuerza, pero evita romper la carne. Después, la pasas por el huevo y el pan rallado ¿entendés?
El chico asintió, imitó los pasos de Adelina y poco a poco le siguió el ritmo. La música los acompañó y quedó hipnotizada por las melodías, pero cuando miró a Tomas supo que no estaba bien. Sus ojos mostraron incertidumbre y perdido en sus pensamientos.
–Si no te molesta la pregunta ¿cómo fue tu infancia y adolescencia? –preguntó Adelina–. Me preocupan.
–Entrenar, cazar, convivir con mis hermanos y ver pocas veces a Harumi ¿la tuya?
Adelina quedó sorprendida ante esa respuesta tan corta. Ella pocas veces salía de la casa, pero incluso tenía algo de vida con Mariano y Daniela y recordaba haber hecho bastantes actividades en su infancia.
–Jugar, mirar Dragon Ball, ir a clases, aprobar las materias, salir y más cosas –respondió la chica con duda en su rostro.
–¿Dragon Ball?
–¿No conoces Dragon Ball? –Tomas negó la cabeza y una sonrisa adornó su rostro. Adelina cantó–: “…Un gran hombre sé que pronto serás/Algo en ti veo que es especial, un poder real/Te convertirás en un gran rival/Aventuras podrás disfrutar…”
–No, lo lamento.
–Tenés que mirarlo –afirmó Adelina sonriente y volvió a enfocarse en la milanesa–. Además de escuchar música y salir.
–Es muy exagerado de tu parte.
–No tuviste una infancia, pero lo que sí vas a tener es una vida joven –afirmó Adelina alegremente, mientras ponía la milanesa en la pila–. Vamos a ir de salida a ver lugares en Argentina y comer.
“…Once crucified, you forgave it all/But my own life condemned to fall/Where's the glory in your name?/My twisted soul still burns in flame/Hark, you angels; hear my call/Father witness to my fall/Between the lines of sin and pain/I walk the earth now doomed again…”
–Está bien –aceptó el ninja. Retornó un silencio, mientras se escuchaba la canción. Adelina percibió que Tomas guardaba cosas. Sus ojos lo decían, estaban brumosos y había incertidumbre–. ¿Cómo se llama la canción?
–Days of Future Past –contestó la muchacha. La canción siguió reproduciéndose en el celular llegando al intermedio musical acompañando con el sordo golpeteo de los puños en las milanesas. Adelina soltó una risita–. Cada vez que la escuchaba, siempre creía que hablaba de un rey malvado que había perdido a su reina por su codicia y lo castigaron para que sea inmortal.
–¿De enserio?
–Sí –contestó la chica y colocó la milanesa en la pila. Tomó otra y la cubrió con el pan rallado–. El Viejo Mario me decía que debía trabajar siendo cantante en el extranjero, pero no tengo madera de eso. Tampoco lo vi como algo posible para mi vida.
–Cantas bien –las mejillas de Tomas se tornaron rojas–. Lo poco que te escuché me lo confirma.
“…The days of future past to wander on the shore/A king without a queen to die forevermore/To wander in the wasteland/Immortal to the end/Waiting for the judgement/But the judgement never ends…”
Adelina sintió que su estómago dio un vuelco y sus mejillas se calentaron. No esperó esa respuesta. Pasó la milanesa por el huevo y tras sacarle las últimas gotas, lo colocó devuelta en el molde. La canción terminó y pasó a otra. À Tout le Monde de Megadeth.
–El Viejo Mario intentó que fuera a clases de canto, pero duré solo unas semanas –explicó Adelina nostálgica–. Escuchar toda la teoría me desesperó y no quise volver. Lo que sí me gusto fue dibujar, no me enloqueció tanto las perspectivas, las sombras y la anatomía.
–¿Dibujas? –preguntó Tomas con sorpresa.
–Es más un pasatiempo y tengo algo dinero –explicó Adelina y puso la milanesa en la gran pila–. Me gusta hacerlo, me relaja y aclara mis pensamientos.
“…So, as you read this, know my Friends/I'd love to stay with you all/Smile when you think of me/My body's gone, that's all…”
La música siguió con el silencio del dúo. Poco a poco, las milanesas se acumularon haciendo más grandes las columnas, se percató de que se le acababa el huevo y maldijo.
–Carajo. Se acabó el huevo –Adelina se agachó buscando más–. ¿Podrías sacar más especias de arriba?
–Está bien ¿Cuáles necesitas?
–Pimienta –Adelina se puso de pie y colocó con cuidado los huevos en la mesa.
–Ya lo tengo.
En el despiste un frasco con polvo negro cayó sobre Tomas haciendo que su pelo grisáceo se volviera negro junto a una parte su rostro. Adelina abrió la boca sorprendida y casi sonriente, soltó una risa. Tomas se limpió los ojos y se revolvió el cabello polvoriento.
–Ay, perdón –dijo Adelina entre risas–. Ya te busco un repasador.
–No te preocupes –sonrió el chico y se apartó del lugar de trabajo para limpiarse–. Sigue. Cuando termine de quitarme esto, te ayudo.
Adelina rompió los huevos y metió las especias en el bol. Mezcló lo más rápido que pudo los ingredientes y siguió preparando las milanesas, mientras Tomas seguía quitándose las últimas partes de polvo. La música siguió reproduciéndose alegrando el ambiente.
“…Moving on is a simple thing/What it leaves behind is hard/You know the sleeping feel no more pain/And the living all are scarred…”
–Es triste la canción.
–Oh, algo así –Tomas se acercó devuelta a Adelina y continuó ayudándola–. Dave Mustaine dice que para escribirla soñó con su madre. Bajó del cielo y le dijo “te amo”.
–El Viejo Mario decía que muchas de las cosas que hacen los artistas surgen de cosas pequeñas e insignificantes –continuó Adelina, mientras miraba a Tomas–. Creo que algo de razón tenía. Muchos de sus amigos hicieron algunas cosas para desahogarse.
–Mi madre también nos decía a mi hermana y a mí que de cosas pequeñas algo grande surgía.
–Debe ser una gran persona ¿dónde está?
El silencio de Tomas hizo evidente la respuesta y Adelina quiso que la tierra se la tragara. Recordó que durante su exploración en las ruinas le había comentado sobre ellas.
“…So, as you read, know my Friends/I'd love to stay with you all/Please smile, smile when you think about me/My body's gone, that's all…”
–Oh, perdón, Tomas.
–No, está bien –dijo el chico con una sonrisa triste–. Ella y mi hermana… ya sus fantasmas no me afectan. El clan creyó que eran enemigos y las mataron por accidente –Adelina se sorprendió por esa confesión tan abrupta–. El padre de Bi Han y Kuai Liang me adoptó por su honor y estuve con ellos desde entonces. Ahora, mi familia son los Lin Kuei.
–Está bien –Adelina quiso decir algo más y sus labios reaccionaron antes que su cerebro–. Mis padres también murieron.
–¿Qué les pasó?
–Los mataron narcos –Tomas la miró con desconcierto–. Cuando tenía cuatros años, vivía en Rosario, una ciudad portuaria de la provincia de Santa Fe. Hace tiempo, criminales querían establecer el narcotráfico, drogas básicamente –la música siguió su curso tranquilamente–. La ciudad se volvió insegura, jóvenes y políticos se metían en ese negocio y hubo muchos muertos. Cuando el gobierno combatió contra los criminales, no lo tomaron bien y para que cesen sus medidas. Comenzaron a asesinar civiles, entre ellos mis padres.
–¿Los vengaste?
–La policía encarceló a uno y al otro lo mataron en un tiroteo –explicó Adelina–. Yo estaba en el orfanato. Ahí, conocí a Daniela y unos años después, nos escapamos a Buenos Aires. El Viejo Mario nos crío, junto a Mariano. Fue un buen hombre.
–¿Murió?
–Sí, de viejo. Pasó por mucho, merecía un descanso.
–¿Qué le ocurrió? –dijo Tomas mirando a Adelina con curiosidad.
–Fue veterano de Malvinas –respondió–. Fue una guerra de finales del siglo XX, para recuperar unas islas pequeñas del poder ingles que están al sur de Argentina, cerca de Tierra del Fuego. El Viejo Mario, junto a otros soldados, eran jóvenes con poca experiencia, muy pocos sobrevivieron. Fue piloto y siempre nos contaba sus historias de cómo maniobraba su avión para derrotar los ingleses. Era como escuchar un narrador de cuentos, pero sufrió y perdió a muchos. Creo que por eso Mariano dejó la carrera de psicología para ser piloto y la curiosidad que tenía Daniela por todo lo que le contaba la llevó a ser periodista.
–Debió ser una maravillosa persona.
–Lo fue –Adelina sintió un cosquilleo en el estómago. Hacía tiempo que no hablaba del Viejo Mario y le causó nostalgia por los viejos tiempos–. ¿Cuánto falta para la hora cena?
Tomas volvió a su realidad, pero parecía seguir perdido en sus pensamientos. Terminaron de hacer las milanesas y Adelina le costó creer que lo hayan hecho los dos. Podrían terminarlo justo a tiempo si se apresuraban.
–Dos horas –dijo el chico–. No vamos a llegar.
–Sí, lo haremos –contradijo Adelina–. Tenemos las milanesas hechas. Falta calentar las sartenes de aceite, ver las verduras y hacer las mesas.
–Está bien.
–Lamento preguntarte, pero ¿qué te ocurre?
–No pasa nada, Adelina.
–¿Seguro?
Tomas pareció debatir por responder. Sus cautivantes ojos grises lo delataban y Adelina esperaba que quizás quisiera hablarle como lo había hecho con su asunto de la daga. Aunque, le hizo revolver el estómago y sintió mariposas.
–Tuvimos una discusión con Bi Han por el rumbo del clan –soltó Tomas, mientras Adelina encendía hornallas. Puso sartenes gigantes con la cantidad de aceite suficiente para muchas milanesas–. Sobre si deberíamos ser una nación y dedicarnos a otra cosa. Me es una locura.
–¿Por qué te parece una locura?
–Va en contra de la tradición –contestó Tomas secamente–. Todo lo que padre creó.
–¿Qué opina el resto del clan? ¿Están de acuerdo?
Esas dos preguntas dejaron confundido al ninja. Adelina lo miró esperando la respuesta y quedó fascinada por sus ojos grises.
–La mayoría del clan lo está –contestó Tomas–. Kuai Liang y yo, quizás otros más estamos en contra.
–Entonces, creo que tu hermano tiene un punto.
–¿A qué te refieres? Todo lo que quiere hacer va en contra de nuestros principios –argumentó Tomas con tranquilidad, pero Adelina detectó furia–. En contra de la tradición.
–Hay tradiciones, donde las nenas de diez años se tienen que casar con hombres de cuarenta años para empezar a ser fábrica de niños, Tomas. Si se atreven a opinar les pegan, ni hablemos si quieren divorciarse. Esas tradiciones siguen estando en países de Medio Oriente. Agradezco ser occidental y elegir cuando casarme –contraargumentó Adelina, mientras revisaba las ollas repletas de verduras que seguían sin ablandarse–. Hay tradiciones que deben quedarse, pero hay otras que tienen que irse, Tomas. Mira que no me cae bien tu hermano, pero tiene algo de razón. Solo un poquito.
–Pero nuestro clan no está dedicado a liderar, menos a ser una nación –explicó Tomas, a la vez, ayudaba a Adelina a sacar las sartenes suficientes para poner al fuego–. Servimos a la Tierra, pero lo que quiere hacer Bi Han va a terminar condenándonos.
–Tomas, ¿te molesta si te doy mi sincera opinión del tema?
–Dilo.
–Tu clan necesita modernizarse –soltó la chica con la mirada fija en el muchacho–. Necesita una mejora de armamento y de medicina. La sociedad avanzó mucho y si se siguen aislando, va acabar mal. En medicina se hicieron muchos avances, lo que antes parecía algo mortal, ahora nos parece miserable. Los ayudaría bastante. Con el armamento, si ustedes son la defensa de la Tierra necesitan actualizarse. No pueden estar con espadas, una bomba puede arrasar este lugar. Incluso si yo me lo propusiera, podría dejarte sin la mitad de soldados con el rifle y las pistolas que llevo.
–Pero el clan no ve que eso va en contra de nuestras costumbres.
–Si la mayoría decidió eso, tenes que aceptarlo. Se llama democracia –Adelina siguió pinchando las verduras para ver si se ablandaron–. Lo que puedes hacer es que reconsidere tus ideas y a la vez, escuchar las de él. Convencerlo, no atacar. Lo que no pueden ser con Kuai Liang, es un palo de la rueda porque eso va hacer que la mayoría tenga una fe ciega a Bi Han.
–Kuai Liang es el más habilidoso de nosotros. Deberían respetarlo y escucharlo por eso –argumentó Tomas.
–Que sea bueno en el combate no significa que lo sea en política –espetó Adelina–. Pero te digo esto, dejen que Bi Han pruebe su idea. Pongan límites para que los escuche, pero obviamente a quienes más va a prestar atención es a la mayoría.
–Pero está mal.
–La idea no es errónea, a menos que sea aniquilar a los que se oponen a él. Ahí, sí hay que preocuparse –explicó Adelina–. Porque querés poner tu idea la fuerza y créeme que cuando te digo que eso traerá problemas. También, recae en el método.
–¿Cómo lo harías, si fueras tú el Gran Maestro?
–No tengo madera de líder, pero sería como abrir la economía –respondió Adelina–. Lento y paulatino, porque si es abrupto explota. Además, si Bi Han quiere usar la fuerza para su idea, ya me opondría a él. Porque no escuchas un segundo punto de vista y con el pretexto de una buena intención, muchas personas hicieron desastres. Lo dice alguien que lo vivió.
El silencio inundó la cocina, solamente la música se escuchaba con el sonido burbujeante del aceite y Adelina colocó un pedacito de milanesa en una de las sartenes. Tras ver que burbujeaba, colocó el resto de la milanesa en la sarten y otra más. Luego hizo lo mismo en el resto de sartenes con la ayuda de Tomas.
–Gracias, por escucharme, Adelina.
–No hay de que, Tomas.
Las verduras saltaron de las ollas, Adelina revisó si estaban blandas con el tenedor y el vapor azotó su rostro. Les faltaba poco para que estén listas y revisó las milanesas. El olor a frituras le dio nostalgia, llevándola a viejos recuerdos y momentos. Se le hizo agua en la boca por la idea de volver a comer comidas de su patria. Extrañó el crocante sabor del pan y la carne, también las ensaladas sencillas.
Volteó las milanesas y Tomas la imitó, pero con algo de inexperiencia haciendo que saltaran gotas de aceite por doquier. Adelina rio y habló:
–Lo estás haciendo mal. Dejame que te enseño.
Adelina tomó la mano de Tomas y sintió el calor de su mano. Las mejillas se le calentaron más de lo que imaginaba, pero intentó mantener la calma.
–No tenes que tirar la milanesa –continuó y guio su mano–, porque si no el aceite va a salpicar y te quemas. Lo que tenes que hacer es deslizarla y pincharla desde las puntas, así evitas que se te caiga.
Sus miradas cruzaron y las mejillas se tornaron rojas, pero siguió enfocando sus ojos en Adelina. Todavía sintió el calor de su mano y la textura de las cicatrices. Era rígida y callosa, aunque a la vez suave y confortante. Se alejó de él y volvió a enfocarse en sus tareas con el corazón retumbándole en el pecho como si quisiera ser escuchado.
El burbujeo del aceite y el agua abundaba por la cocina. Tomas y Adelina se pudieron relajar un poco, pero siguieron vigilando la comida. Al mismo tiempo, empezaron a ordenar y colocar los platos sucios en la bacha, luego sacaron fuentes de vidrio y aluminio para las ensaladas y milanesas. La música cambió de tema en tema y calmó las ansiedades de Adelina.
–Ya está por salir la primera milanesa –informó la muchacha–. Esperemos que salgan las demás igual de rápido.
–¿Te ayudo con las ensaladas?
–Sí, coloca todas las verduras en las fuentes de vidrio, así luego les pongo sal y aceite.
Adelina sacó la milanesa la puso en la fuente de aluminio y le escurrió bien el aceite con papel de cocina. Después de quitarle, notó que Tomas miraba el alimento con hambre como si fuera un niño impaciente. Ella cortó la mitad de la milanesa haciendo que saliera vapor y desprendió el exquisito aroma a carne cocinada que tanto extrañaba. Tomó una mitad con la punta de sus dedos sintiendo el calor del pan cocinado y se la extendió a Tomas, mientras Adelina sostuvo su mitad.
–¿Querés probar?
–No, no sería justo.
–Tenemos lo suficiente para el clan. No habrá problema en comer una entre los dos –explicó Adelina y le tendió la mitad de la milanesa.
Tomas tomó el pedazo y maldijo por lo caliente que estaba. Antes de que se callera, Adelina sostuvo la mitad de la milanesa rápidamente y se la dio a Tomas. Con una sonrisa, Tomas se la aceptó y comió, mientras Adelina lo imitaba. Sintió el sabor del pan frito y la carne cocinada en su boca y se alegró como nunca antes en su vida.
Ambos sonrieron por el momento y siguieron preparando la cena con la música pasando por diversas canciones. El corazón de Adelina bombeaba como nunca antes lo había hecho y creyó que se escuchaba por sobre la música. Tomas la ayudó con poner las fuentes de las verduras y Adelina cuidaba que las milanesas no se quemaran. Al mismo tiempo, hicieron las ensaladas y sin darse cuenta, sus manos tocaron la misma fuente de vidrio.
La mano de Tomas seguía siendo cálida y cuando iba apartar la suya del contacto, él no se lo permitió. No fue fuerte ni brusco como la sostenía, sino tierno.
–Gracias, Adelina.
–¿Por qué?
–Por escucharme por el asunto de mi hermano… –los ojos de Tomas parecían no querer desviarse de la mirada de Adelina y se acercó a ella con cuidado–… También por exponer tu punto de vista sin miedo.
–Las mentiras tienen patas cortas, Tomas –dijo la chica–. Es preferible las verdades crueles. Duelen, pero son necesarias.
El muchacho se aproximó más a ella y sintió que el corazón le daba un vuelco al igual que su estómago. Tomas continuó mirándola queriendo capturar cada pedacito de ella a través de sus ojos grises como la bruma. Sin darse cuenta, su rostro estuvo cerca del de ella y no supo quién inició primero.
Adelina sintió que iba a explotar por lo tímido que fue ese primer beso. Percibió un té chino desconocido, pero dulce y curioso y, a la vez, la esencia del humo en los labios de Tomas combinado con el sabor de la milanesa de hace unos minutos. Se miraron mutuamente y Adelina lo acercó devuelta sin importarle lo que pasara y quien viera. Sus alientos se mezclaron y sus labios se juntaron en un beso más largo.
Tomas le tomó la cintura y ella enredó las manos en su cabello grisáceo, perdiéndose en el maravilloso momento. Siguieron aproximándose por más que ya estuvieran cerca e hizo que mariposas revoleteen por el estómago de Adelina. Se separó buscando aire, pero Tomas la acercó queriendo más aproximación y sus ojos grises la observaron.
Rápidamente, Tomas quitó sus manos de la cintura de Adelina y se enredó en su basto cabello negro y lacio. La tomó por sorpresa, pero aceptó dichosa el beso y siguió profundizándose hasta que tuvieron que respirar. Se miraron mutuamente y sonrieron soltando risitas silenciosas. Tomas apartó un mechón de cabello suelto de la muchacha y siguió mirándola con fascinación. Tocó sus mejillas con pecas y le daba pequeños besos en los labios.
Se apartaron lentamente, Adelina sintió el aroma de la comida y se apresuró a dar vuelta las milanesas con Tomas ayudándola. La chica sonrió por el momento previo y retornó a la realidad que tenía en frente. Sacó las milanesas de las sartenes haciendo que el aceite burbujeara y escurrió bien el líquido. Tomas la imitó y se enfocaron en condimentar todas fuentes de vidrio.
Algunas veces, Adelina percibía la mirada de Tomas mientras hacía sus tareas, sonrojándola más de lo que podía creer. Volvió a centrarse en las milanesas viendo que faltaban pocas y decidió hacer que las haría napolitanas. Tomó unos tomates y queso, los cortó con cuidadosa y finamente ocasionando que el jugo del tomate se escurriera en cada corte del cuchillo que tenía en mano. Condimentó las rodajas con un poco de orégano y las colocó en las últimas milanesas y encima el queso derritiéndose al instante por el calor.
–¿Por qué les agregaste tomate y queso?
–Porque vos y tus hermanos sabrán lo que es una milanesa napolitana –respondió Adelina, mientras alzaba su mirada a Tomas–. Me hubiera gustado hacer salsa de tomate, pero no hay tiempo. Espero que te gusten, Tomas.
–Ya quiero comerlas.
Adelina miró el reloj y vio que faltaba poco para que sonaran las campanadas anunciando la cena. Rápidamente, sacó todos los platos y vasos posibles y cubiertos que sus manos pudieran cargar y los dejó en la mesa. Apagó todo fuego que estuviera encendido y se lavó bien las manos.
–¿Segura que no necesitas ayuda en algo más, Adelina? –cuestionó Tomas tratando de sostener los platos–. No me molesta ayudarte.
–Gracias, pero ya hiciste suficiente –dijo Adelina sonriente–. Soy rápida haciendo la mesa. Anda con tus hermanos antes de que se den cuenta que no estás con ellos.
Tomas estaba a punto de marcharse y Adelina vio que sus antebrazos y vendas colgadas en la repisa. Las tomó y decidió hacer algo arriesgado.
–Tomas.
El chico se detuvo ante la mención de su nombre y Adelina le dio un pequeño y rápido beso en la mejilla. Luego le dio sus antebrazos y el muchacho sonrió.
–Gracias por ayudarme, de verdad.
Tomas se marchó colocándose los vendajes en sus puños. El rostro de Adelina adornaba una sonrisa y volvió a la cocina tomando todos los platos que pudiera cargar y caminó los rápido posible hacia el gran salón. Colocó los platos y retornó a la cocina para ubicar los restantes, luego siguió con los vasos y terminó con los cubiertos.
Poco a poco el barullo se acrecentaba en la entrada del gran salón y Adelina apresuró el paso cargando con las fuentes de vidrio repartiéndolas en las diferentes mesas y las que quedaban las dejó en del Gran Maestro. Por último, llevó las fuentes de acero repletas de milanesas y las napolitanas repartiéndolas velozmente. Las campanadas anunciaron la cena y entraron todos los estudiantes y superiores.
Adelina vio al grupo que se había marchado de la cocina con algunos moretones y miradas irradiantes de ira enfocadas en ella. Todos miraron con curiosidad la comida y se susurraron entre ellos observándola. Unos minutos después, Bi Han, Kuai Liang y Tomas llegaron con Cyrax y Sektor detrás mirando confundidos. Tomas, por su parte, mostró más tranquilidad y regocijo.
–¿Qué es esto? –preguntó Kuai Liang con indignación–. ¿Quién hizo la cena?
–Yo lo hice, maestro Scorpion.
La voz de Adelina sonó en el comedor y todos los ojos se posaron en ella. Kuai Liang, Bi Han, Cyrax y Sektor la miraron con incriminación generando que el corazón de la joven bombeara más rápido de lo usual. Mantuvo la cabeza alta ante ellos y vio que el grupo que la abandonó estaba frente a ella.
–Son milanesas con tomate papa, zanahoria y zapallo hervido –continuó con voz firme–. Para ustedes hice milanesa napolitana.
–¿Por qué no hiciste algunos de nuestras comidas, Acosta? –preguntó Bi Han y posó sus ojos gélidos en ella–. Pasaste mucho tiempo aquí, deberías saber cómo hacemos la comida.
–Mi chino no es del todo bueno, Gran Maestro –espetó Adelina firmemente y con tranquilidad–. Tampoco lo es en la comprensión de textos, así que decidí hacer comida de mi patria. Preferí eso a que no tuvieran un plato en la mesa.
–Está bien, Acosta. Siéntate y disfrutemos de tu comida.
Cuando Adelina empezó a caminar hacia su asiento, el líder del grupo que la abandonó alejó el plato y sus amigos lo imitaron.
–Yo no comeré esto, estudiante Acosta –espetó con orgullo–. Prepara algo de nuestra costumbre, por favor.
Todos callaron y Bi Han y Tomas miraron de la peor forma al estudiante. Adelina lo enfrentó posicionándose al costado de él y cruzaron miradas hostiles.
–Si pudiste hacer todo esto, Acosta ¿puedes preparar algo más nuestro? –preguntó su compañera.
–No hay otra cosa, es milanesa o milanesa –contestó Adelina de forma mordaz sin pensar en el tono que lo dijo haciendo que se sorprendiera.
–No queremos comer esto –comentó el chico de ojos color nuez y alejó más el plato.
Sin conciencia de lo hacía, Adelina le estampó la cabeza contra la mesa con un fuerte ruido y el crujido de la nariz rota del estudiante sonó emanando a borbotones sangre manchando su uniforme Lin Kuei. Los platos, cubiertos y vasos tintinearon por el movimiento brusco y rápidamente su compañera quiso levantarse, pero Adelina le tiró el cabello e imitó la acción. Esta vez le rompió el labio y la frente y el líquido carmesí escurrió de forma lenta por el rostro de la desconocida.
Todos se conmocionaron soltando exclamaciones de sorpresa, pero Adelina ni los escuchó. Las maldiciones en chino de sus compañeros sí que las oyó mejor que nunca. No le importó que Bi Han la estuviera mirando tampoco Tomas, pero esto era una total falta de respeto.
–Escuchen una cosa par de abortos de la naturaleza mal cogidos, yo no soy su puta cocinera personal –gruñó Adelina entre dientes, lo suficiente para que todos la escucharan–. Ni ustedes son chetos de Palermo. Son unos putos ninjas que se conforman con lo que tienen y lo que comen. Si esta noche decido hacer milanesa, todos comemos milanesa. Si quieren otra cosa, se lo preparan ustedes o se cagan de hambre. Pero no voy a tolerar que me desprecien la comida, es un lujo que no todos tienen. Lo dice alguien que pasó hambre –Adelina siguió sosteniendo el cabello del muchacho y no se dio cuenta que el comedor se estaba enfriando–. ¿Entendieron, manga de pelotudos infradotados?
Sin pensarlo dos veces, volvió a estamparles las cabezas contra la mesa y ambos emitieron quejidos de dolor y cayeron al suelo.
–¡Suficiente, Acosta! –gritó Bi Han soltando una ráfaga de escarcha delgada por la mesa y todo el mundo contuvo el aliento.
Adelina se alejó del par de estudiante y caminó velozmente hacia su asiento donde sus compañeros la miraron sorprendidos por su arrebato. Incluso, vislumbró la cara perpleja de Tomas.
Bi Han se sentó y empezó a comer con tranquilidad seguido de sus hermanos, luego Cyrax y Sektor. Poco a poco, el tintineo de los cubiertos se hizo presentes en todo el salón con el barullo de los estudiantes. Adelina mantuvo su silencio y disfrutó de la cena que había hecho. Aunque, detectó las miradas asesinas del dúo y las ignoró enfocándose en terminar su plato.
Se alegró de sentir la comida en su boca y calmó sus nervios y pensamientos procesando lo que acababa de ocurrir. Nunca pensó tener esa reacción tan violenta hacía unos extraños, tampoco del nivel de fuerza que tenía para poder estampar la cabeza de dos personas. Le resultó irreal y casi terrorífico. Recordó tener fuerza para pelearse con Mariano en su infancia, pero nunca el nivel de lo que había hecho hace unos instantes.
A veces, cruzaba miradas con Tomas y Adelina notó su preocupación y sorpresa por lo ocurrido, pero la desviaban lo mejor que podía. Recordó el beso que tuvieron y sintió las mariposas de su estómago revolotear con lo que había comido.
Tras terminar la cena, Adelina se fue a dar una ducha con el resto de las pocas mujeres que se encontraban en el clan y siguió escuchando los susurros, comentarios y miradas de desprecio y respeto que hacían. Vio al par que le despreciaron la comida metiéndose a sus respectivos cuartos y Adelina los imitó lo más rápido que pudo.
Soltó un suspiro, aliviada, de que el día llegara finalizara. Se colocó óleo para el cabello pasando sus dedos entre los mechones negros como la tinta y se lo peinó con cuidado rememorando lo que había pasado con Tomas. Recordó sus labios y su sonrisa, las manos en sus caderas y cómo se enredaron en su cabello. Sonrió mientras se acomodaba en las vastas colchas regocijándose en el calor que la abrazaban. Poco a poco, el sueño la atrapaba y sus párpados se cerraron completamente.
Adelina estaba en las puertas de una cabaña rústica y antigua y podía escuchar el alboroto dentro. El ruido de platos rotos y de los golpes se hacían más fuertes con cada paso que daba ella y al entrar vio a Kolbein. Estaba en posición de lucha enfrentándose a una mujer y logró tomarla desprevenida para sentarla a la fuerza en la mesa.
–¿DÓNDE ESTÁ? –preguntó Kolbein a una mujer, rápidamente le tomó el cabello y le estrelló la cabeza contra la mesa de madera–. ¿DÓNDE ESTÁ HELA, DEMONIO? ¡RESPONDE!
Adelina se acercó y vio que los ojos de la mujer eran negros sin un ápice de otro color. El demonio femenino se recompuso riendo con tranquilidad mientras Kolbein la miraba con furia en sus ojos heterocromáticos.
–No te diré nada, Príncipe de los Muertos –sonrió el demonio y se irguió en su asiento–. Tu madre debe estar pudriéndose en su tumba. Me alegro que su orden esté arruinado.
–Me encargaré de restaurar lo que mi madre creó –Kolbein acercó su rostro a la del demonio y mostró sus dientes–. Si tengo que hacerlo toda mi vida encontrar los artefactos que le arrebataron a mi madre, lo haré.
–No lo lograrás, Príncipe de los Muertos –el demonio femenino mantuvo su mirada seria e impasible en Kolbein–. No encontrarás nunca a nuestro líder.
–Nunca me pruebes, demonio.
Kolbein vio la funda de una daga y sus ojos mostraron sorpresa. Adelina mejoró su visión sobre lo que miraba el hijo de Hela y se dio cuenta que era la daga de su madre. Durante el encadenamiento de la deidad, seguramente el demonio femenino tomó la daga como trofeo.
Kolbein desenvainó su espada y sin titubear, le cortó la cabeza al demonio. La sangre brotó sin cesar manchando al muchacho por el rostro y una parte de su ropa vikinga. Tomó la daga de su madre y dejó la cabaña con un fuerte portazo.
–Por lo menos encontré tu daga, mamá. Te la daré cuando estes de vuelta.
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Judo con el Maestro Nacional Mariano Caracena, 7° Dan
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X cierto.. VIRGINIA MAESTRO..hablando de la malograda BIMBA BOSE (q murio a los 41 años o los proximos q cumplas si los cumples pues en el APOCALYPSE: MALEFIC TIME q dirian los ASTURIANOS AVALANCH o ultimos q vi antes de ir a ARGENTINA.. Todo esta en la cuerda floja) dijiste CUANDO MURIO.. Q HABIA MUCHO Q APRENDER DE ELLA (dandote la razon ZENET con el q cantaste COMO SERA SI VOLVEMOS A ENCONTRARNOS).. y me pregunto en QUE?.. pues incluso cuando la entrevistaron junto a su primo Miguel BOSE para cantar COMO UN LOBO.. dijo q lo BOSE era echarle mucho MORRO y q cantaba como una PERRA como una ZORRA jaja
.. Ademas te recuerdo q x ser o haber sido FUMADORA aparte de quizas haberte quedado CASI LILIPUTIENSE (como dijiste en un barco fumando y con un bonito SOL.. tras el VIENTO q te hizo en CEUTA o ESPAÑA en AFRICA).. Has perjudicado tu organismo (y dejando de fumar no se recupera del daño causado.. Como mucho no se perjudica mas).. X cierto.. Te dijo BONITA rebeca JIMENEZ o la ultima cantanta q he visto y q en 2023 presenta CALAVERAS Y ESTRELLAS tras TORMENTA Y MEZCAL q aparecio en la mesa de la mano derecha de MARIANO RAJOY en la MONCLOA
Despues cuando presentaste el concierto de la malograda CECILIA (=UN MILLON DE SUEÑOS, UN MILLON DE MUERTOS exito en USA o de donde era la MONJA q la enseño GUITARRA).. sales entre la Agotada VEGA (q se caso y embarco un MARTES Y 13 con un divorciado millonario x vender ALCOHOL ) y antonio CARMONA q casi palma en el DENTISTA y al q escuche estrenar en la plaza de chueca o junto a tu casa la reveladora VENGO VENENOSO para el programa de camara oculta o bromas INOCENTE, INOCENTE cuando vagabundeaba x madrid en Diciembre de 2006..y al lado SOL-EDAD GIMENEZ de PRESUNTOS IMPLICADOS
X ultimo no esperes q te compre un ABRIGO DE VISON como tu Padre a tu madre (no me gusta sacrificar nada innecesariamente) ..como mucho un ABRIGO IMPERMEABLE de TRUE RELIGION.. ademas LO MAS IMPORTANTE Q TE DARE.. ES "PERO Q PLACER".. como dijiste delante de un SOL xq ademas es SALUD
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:: ¡NUEVA Y SOTERRADA EDICIÓN DE LAFARIUM! – Dedicada a los SÓTANOS; espacios donde el polvo, el silencio y la oscuridad gozan con tu angustia. Con portada del maestro GR Mateo. Colaboran con susurros y maldiciones: Paté Crudo (Marcela Nigro, Juan Manuel Menéndez, Manuel Rivas Pintos), Matías Bragagnolo, Pablo Paz, Gladys Cepeda, Emiliano Bellini, Dante Minervi, GR Mateo, Pabluchi García, Marcelo Gobbo, Merovingio Lastetas (Oscar Grillo), Hernán Tenorio, Gabriel Juárez, Andrés Casciani, Pablo Katzin (Fritz Sol), Mariano Buscaglia, Fabián Arnaldi, Walter Alarcón y Miguel Ángel Cáceres García. ¡Descendan y lean! ::
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Fotos: Divulgação / CBMSC A semana de comemorações pelos 98 anos do Corpo de Bombeiros Militar de Santa Catarina (CBMSC) segue em grande estilo. Nesta terça-feira, 24, a Banda de Músicos realizou um concerto no Teatro Ademir Rosa, em Florianópolis. Além do público de mais de 900 pessoas, o evento contou com a presença do comandante-geral, coronel Fabiano Bastos, do subcomandante-geral, coronel Jefferson de Souza e demais autoridades militares e civis. O evento começou com o discurso do comandante-geral. “É com grande honra e profunda gratidão que celebramos, neste ano de 2024, os 98 anos de história do Corpo de Bombeiros Militar de Santa Catarina (CBMSC). Nesta noite especial, teremos a oportunidade de nos emocionarmos com o concerto da nossa banda, que simboliza a harmonia e a união de nossa corporação com a sociedade catarinense”, declarou o coronel Bastos. A Banda de Música do CBMSC é formada por Bombeiros Militares e Comunitários. Atualmente, são mais de 50 músicos, que sob a regência do 1° sargento Marcelo Menezes, abrilhantaram a noite. O repertório especial de aniversário trouxe músicas populares nacionais, de vários estilos e ritmos. O enredo teve início com uma homenagem a todos os bombeiros da corporação. Pela primeira vez, foi apresentado ao público o dobrado Bombeiro Abnegado, de composição e regência do maestro da banda, sargento Menezes. Dando continuidade, a banda interpretou a Suíte Nordestina de José Ursino da Silva, o Mestre Duda. Uma composição de alguns gêneros musicais nordestinos, entre eles o Baião, a Serenata, o Maracatu e o frevo, sob a regência do soldado Gustavo Maciel Keller. Em seguida, foram apresentados: Um “medley” (mistura de canções) do cantor e compositor Djavan, com arranjo de Paulo Rezende e interpretação do cantor capitão Raniel Teles Pinheiro; A música Odeon, composta por Ernesto Nazareth com arranjo de Gilberto Gagliard. Em uma pausa entre as músicas, o vídeo do pequeno Theo, Bombeiro Mirim que ficou famoso na internet e em emissoras de TV de todo o país, foi exibido ao público. Theo ficou conhecido ao mostrar para colegas de sua escola que havia ajudado a salvar um bebê de apenas três meses, que havia se engasgado com leite. O salvamento foi realizado utilizando manobras de desengasgamento que ele aprendeu no Programa Bombeiro Mirim. Após a história do pequeno Theo, foi entoada a Canção do Bombeiro Mirim, música da cabo Janaína Candia Costa interpretada pela soldado Jéssica Cruz Cechella, com coreografia da equipe do programa Bombeiro Mirim. A programação do concerto seguiu com as músicas: Na baixa do sapateiro, composição de Ary Barroso e arranjo de Jorge Cerdeira; Um medley de músicas do grupo Roupa Nova, com arranjo para banda de Almir França, arranjo vocal de Rafael Francisco Welter e interpretado pelo quarteto vocal composto pelo capitão Raniel Teles Pinheiro, cabo Rodrigo Rodrigues e as bombeiras comunitárias Alice Riffati e Sônia Beatriz Soares; A música seguinte foi uma homenagem ao estado do Rio Grande do Sul, que em maio deste ano, sofreu com as severas chuvas que atingiram a população gaúcha. Após a exibição de um pequeno vídeo com imagens da atuação do RS, foi interpretada uma seleção de músicas gauchescas, com arranjo do sargento Otávio, acordeon com cabo Maycon Daniel Mariano e vocal do cantor Evandro Cardoso; Para coroar o repertório brasileiro, foi interpretada a música “Canta Brasil”, composição de Alcyr Pires Vermelho e David Nasser, com arranjo de Paulo Rezende e vocal da Bombeira Comunitária Sônia Beatriz Soares. Ao final, foi realizado um agradecimento em nome do CBMSC a todos que prestigiaram o concerto, especialmente aos músicos convidados e solistas que, com seu talento, enriqueceram a apresentação. De pé, o público acompanhou a apresentação final com a Canção do Bombeiro Catarinense (letra do major Francisco de Assis Vitowski e do capitão Osmildo Delvan. :: Confira aqui todas as fotos deste emocionante evento: Fotos do Concerto: https://drive.google.com/drive/folders/16JABPlTwvMuSM1mkLDmts9lPK0fMBrLl?usp=sharing
Fotos dos Convidados: https://drive.google.com/drive/folders/1tV7hSChwayBrSBvuBznyw3EQTR1ZXJ5d?usp=sharing Fonte: Governo SC
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Casualmente el presidente de la Asociación para la defensa del Valle de los CAIDOS o esa HORRIBLE CRUZ sobre una OSCURA BASILICA escavada en una ROCA donde se hizo enterrar FRANCO..se apellida LINARES lugar de naci_miento de VIRGINIA MAESTRO y estuvo acompañando a SCHWARZENEGGER [protagonista de TERMINATOR : EL JUICIO FINAL] que la visito en 2012 o un año despues de cruzarmelo en el hotel CLARIDGE de LONDRES [la foto me salió movida al bajarse de un BENTLEY como si hubiera habido un TEMBLOR]..días antes fotografie a los GUNS N ROSES originales DUFF MC KAGAN Y STEVEN ADLER [con este me fotografie] a las puertas del pub UNDERWORLD junto al pub the WORLD'S END ..que pusieron YOU COULD BE MINE para BSO de TERMINATOR EL JUICIO FINAL..una canción sobre una furcia.
Y os recuerdo que ascendi los 6 KM al VALLE DE LA CRUZ DE LOS CAIDOS con la portada de EL MUNDO de 2 de junio 2013 con titular de mariano RAJOY diciendo QUE HABIAN SUPERADO LA HISTERIA DEL APOCALIPSIS con una foto de JUAN CARLOS I, FELIPE VI y LETIZIA ORTIZ en un DESFILE MILITAR..
..no solo soy CAPAZ de DESTRUIRLO SINO TAMBIEN EL PALACIO REAL Y LA CATEDRAL DE LA ALMUDENA..Y TODO TEMPLO SATANICO
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Los mejores chefs de México enfrentarán un desafío callejero sin precedentes… “Lucha De Antojos”
El reality presenta a ocho chefs de alto nivel, quienes cambiarán sus lujosas cocinas por carritos callejeros para preparar su mejor versión de un plato icónico de la cocina popular como los tacos al pastor, las tortas extremas, los chilaquiles, los tamales y los sopes.
Ellos intentarán conquistar la calle y demostrar su destreza ante la multitud, para determinar quién puede satisfacer los antojos callejeros con maestría. El desafío aumentará cuando sean juzgados por sommeliers de la garnacha: la gente que come día a día en puestos de la calle.
La competencia no solo es por el honor de ser reconocido como el mejor creador de antojos, sino también por la oportunidad de desafiar a los Patrones: los legendarios titanes de la comida callejera.
Estos maestros de las calles representan la cúspide de la gastronomía callejera, y solo aquel que pueda impresionarlos con su creatividad y habilidad tendrá la oportunidad de enfrentarlos.
En cada desafío, los chefs comprarán sus insumos en el tradicional ‘Mercado de San Juan’ y tendrán como cocina, algunos de los lugares más pintorescos de la Ciudad de México como Plaza Santo Domingo, Santa María la Ribera, Barrio de la Romita y Plaza San Jacinto. Aquí se descubrirá quién es el mejor chef entre los ocho y qué es lo que realmente prefiere la gente: la tradición y los sabores de los chefs callejeros o la técnica y el conocimiento gastronómico de los participantes.
Estreno: 19 de septiembre de 2024 en ViX.
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Producido por VICE Studios LatAm y presentado por el actor, empresario e influencer gastronómico Andrés de Oliveira, el reality cuenta con la participación de los reconocidos chefs mexicanos Anna Ruiz, Alexis Ayala, Alexander Suastegui, Chris Dommit, Diego Niño, Emmanuel Prieto, Josefina López y Mariano Torre Hutt.
#Lucha De Antojos#Andrés de Oliveira#Anna Ruiz#Alexis Ayala#Alexander Suastegui#Chris Dommit#Diego Niño#Emmanuel Prieto#Josefina López#Mariano Torre Hutt#Realities#ViX
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La heredera del Infierno
Avisos: En una parte del capítulo puse los diálogos provenientes del videojuego doblado al latino. No sé si en algún momento cuando haga la versión en inglés copie los de la versión en inglés. También mucha de las runas vienen de la página que se encuentra en el capítulo dos.
Academia Wu Shi
El atardecer había llegado y el trío se preparó para que Liu Kang los llevara. Equiparon toda la ropa, armas y algunas cosas para distraerse. Tuvieron que encontrar excusas bastante creyentes para ausentarse por varios meses. Adelina mintió a Pablo y Agustín diciendo que iba a buscar mejor información en los países nórdicos, esperó a que comprendieran que costaría encontrar las respuestas.
Adelina vio que sus amigos estaban nerviosos, sentía que los minutos pasaban a ser horas y las emociones la carcomían. Mariano se distrajo mirando algunas cosas en el celular y se reía alguna que otra vez. Daniela se mordía las uñas y daba vueltas en el comedor. Adelina comenzó peinarse el cabello negro con las manos que cubría su rostro, al mismo tiempo su pierna subía y bajaba constantemente.
También, revisaba su mochila, donde guardaba la daga y el mapa. Llevaba algunos libros de mitología nórdica para ayudarla en su investigación. Una parte de ella quería encontrar respuestas sobre lo que descubrió en las montañas y otra, esperaba que fuera solamente una pesadilla.
Liu Kang apareció en la puerta del departamento, el trío cargó todas sus pertenencias y lo siguieron. Llegaron al callejón oscuro y de las manos de la deidad salió fuego formando un portal por el que caminó. Adelina, Mariano y Daniela se miraron con cierta duda, pero dieron su salto de fe al pasar por el agujero. Ya habían tomado una decisión y no iban a retroceder. Cuando pasaron por la negrura, la muchacha sintió cosquilleos y mareos hasta que el aire invadió sus pulmones y vio un hermoso paisaje.
Un templo chino rodeado de enredaderas, árboles con diferentes tonalidades de hojas y montañas a lo lejos. Monjes arrodillados otorgando sus rezos a Buda, otros observaban el entrenamiento de sus estudiantes. Estatuas gigantes de luchadores que tenían un poco de verdín en algunas partes, decoraban el hermoso jardín repleto de árboles con flores de diversos colores y fragancias, también había grandes gongs y pequeñas campanas moviéndose con el leve viento que se había levantado.
Se quedaron fascinados con la belleza de ese sitio tan pulcro y tranquilo. Caminaron lentamente maravillados ante cada detalle que aparecía y hubo algunas miradas curiosas de los maestros.
–Bienvenidos a la Academia Wu Shi –dijo Liu Kang mientras se dirigía al centro del gran jardín.
–Es un lugar hermoso –exclamó Daniela boquiabierta.
–En la academia, aprenderán junto con otros estudiantes a mejorar sus técnicas de combate –Liu Kang se dio la vuelta y posó su mirada en el trío– y les enseñarán todo del Mundo Exterior.
Los tres jóvenes entraron a una de las secciones de la academia, donde se encontraban las habitaciones de todos los alumnos. Había pocas personas en la pequeña finca, los hombres hablaban entre ellos y vestían el uniforme naranja que representaba la academia.
–¿No me digas que uno de esos tipos es el mismísimo Johnny Cage? –preguntó Daniela.
Adelina observó mejor a uno de los hombres y sin duda alguna, era el actor de películas. El grupo dejó su conversación de lado y miraron a los recién llegados.
–¿Eres Johnny Cage? ¿El actor de películas? –preguntó Mariano.
–En persona –respondió el hombre con orgullo.
Hubo un silencio incómodo y un asiático de cabello negro preguntó al trío para romper el hielo:
–¿De dónde vienen?
–Argentina –dijo Daniela–. Soy Daniela Ramoter, ella es Adelina Acosta y él es Mariano Baldor.
La joven señaló con el dedo cuando mencionaba a sus amigos, mientras hacían un gesto de saludo. Adelina miró detenidamente al grupo. Estaba el hombre que habló y dos asiáticos que le resultaron bastante conocidos a Adelina. Ambos llevaban sombrero de paja y uno, tenía una pequeña cola de caballo y a los costados de la cabeza rapada. Eran los chicos del restaurante cuando había ido a comer en el pueblo luego de su caída en las montañas, pero no se acordaba de sus nombres.
–Soy Kenshi Takahashi –dijo el chico–. Ellos son Raiden y Kung Lao.
–Un gusto conocerlos –dijo Raiden.
El silencio volvió a rondar en el ambiente.
–Me resultas familiar –dijo Kung Lao a Adelina–. ¿Te vi en alguna parte?
–Me viste en el restaurante de tu pueblo –dijo Adelina con media sonrisa avergonzada–. Soy la chica que llegó toda golpeada.
–¿Qué te había pasado? –preguntó Raiden.
–Tuve una pelea con los Lin Kuei.
–Tuvimos –corrigió Mariano.
–¿También Liu Kang los probó mediante los Lin Kuei? –preguntó Kung Lao.
–Eh, no –dijo Daniela–. Primero, Adelina se peleó con Smoke, después Liu Kang vino con el Gran Maestro y sus hermanos a nuestra casa a ofrecernos la posibilidad de participar. En el proceso, Mariano le contestó mal a Bi Han y luego tuvimos una pequeña disputa.
–Le di un sillazo en la cabeza al Gran Maestro –dijo Mariano con una sonrisa en el rostro–, no me arrepiento.
–Yo también humillé a Bi Han –dijo Johnny orgullosamente–, creo que su orgullo debe estar demolido.
–Se lo merecía –el tono de Adelina rencorosa–. Tanto él como su estúpido hermano insultaron mi comida. Más mal educado no se puede ser.
Raiden guio a los tres a sus habitaciones. Adelina sacó todos sus libros del gran bolso y los ubicó al lado de su futón, encima de este había un uniforme naranja. Luego desempacó sus materiales de dibujo y ocultó debajo de la almohada la daga y el mapa. No iba mostrársela a nadie hasta que confiaran plenamente en estas personas. Se puso el uniforme y salió a esperar a sus amigos.
Esperaron junto con Johnny, Kenshi, Raiden y Kung Lao las órdenes de Liu Kang o algún monje. Pasaron unos minutos, cuando la deidad vino y los llevó al centro del jardín donde les habló sobre cómo iba a ser los entrenamientos y los nuevos horarios.
Luego de esa pequeña presentación, se dirigieron a un gran comedor donde todos recibieron la cena con mucho gusto. Adelina, Mariano y Daniela pudieron mantener buenas conversaciones con los otros luchadores, excepto con Johnny que varias veces intentaba coquetear con las dos chicas tratando de imitar el acento porteño.
–Minitas lindas, yo puedo ser un chabón –habló el actor.
–No busques una razón para que te putee de todos los colores y veas lo que significa nuestros insultos –soltó Adelina pacíficamente.
A pesar de esas intenciones, el trío disfrutó la basta cena. Adelina pudo pasar un momento de felicidad y olvidó sus pesadillas y alucinaciones. Por otro lado, Daniela y Mariano no pararon de devorar lo que encontraban en la gran mesa y casi rivalizaban con Kung Lao. Una vez que todos finalizaran de comer, se dirigieron a sus aposentos y poco a poco las velas que iluminaban las habitaciones se apagaron, excepto la de Adelina.
La joven observaba el mapa que encontró en las montañas. La figura pequeña de una bolsa se ubicaba en el mar entre España y Francia, cerca de las costas. En los costados del mapa. había runas, pero ninguna dejaba una escritura precisa. La runa Isa, Nauthiz y Raido se ubicaban en los extremos del mapa.
Nauthiz representaba obstáculos y Raido era la lucha y búsqueda. Recordó las inscripciones de las paredes en Arctika sobre unas pruebas a superar. Seguramente iban a estar en el sitio de las costas de España y Francia, ayudarían a encontrar los otros artefactos que aparecían en sus visiones tras tocar el cuchillo.
Esperaba que Liu Kang le diera respuestas sobre Hela o pistas para poder seguir el camino sola. No confiaba en él y no lo haría hasta que mostrara algún ápice de que valiera tenerla. Sus prejuicios sobre las divinidades se acrecentaron tras leer mitología griega. Los dioses no veían más que muñecos a los humanos, algo de entretenimiento barato y otras veces como objetos para el placer rápido. Cuando les convenía les daban buenos tratos para que hicieran tareas y limpiar sus desastres.
Pero lo poco que vio del dios parecía ser la excepción a la regla, aun así, Adelina prefería ser cautelosa antes que apresurada. Luego de guardar el mapa, la joven sacó la daga de su escondite y la observó una vez más esperando una señal, incluso una alucinación de muertos o de la mujer del féretro, pero no hubo nada. Por un lado, eso la alivió y por el otro necesitaba cuanto antes pistas sobre lo que estuvo viendo.
Intentó acallar sus pensamientos y después de ubicar en su sitio la daga, cerró los ojos. Dio un par de vueltas en la cama hasta que el mundo de los sueños la tomó por completo. No hubo ni una mujer del féretro ni muertos para acosarla, solamente una negrura que agradeció en lo más profundo de su interior.
El sonido estruendoso de un gong se oyó por todos los aposentos de los estudiantes y los quejidos de Adelina se hicieron presentes. Escuchó el sordo movimiento de los demás intentando seguir durmiendo, pero no pudo hacerse posible. Otro golpe del gong hizo que despertara por completo a Adelina, se sentó en el futón frotándose los ojos y salió de la habitación viendo caras soñolientas. El trío era quienes más destacaban en pijamas, Mariano llevaba pantalones holgados y una remera de Kill Bill, Daniela iba con un camisón de Attack on Titan y Adelina vestía con una remera de Tomie y pantalones cortos. Johnny llevaba puesto un pijama de seda, mientras que Raiden, Kung Lao y Kenshi eran los más modestos, tenían una camisa tradicional china y pantalones a juego.
Fuera del recinto, había baldes de agua donde el grupo se enjuagó la cara y quitarse lo poco que les quedaba de sueño. Después, volvieron a sus habitaciones a ponerse el uniforme de la academia, esta le resultó bastante cómoda a ojos de Adelina.
Una vez que todos salieron, se dirigieron al comedor a desayunar y dar inicio a los entrenamientos. Mariano desde que había salido de su habitación llevó un equipo de mate y lo puso tranquilamente en la mesa. Johnny, Kenshi, Raiden y Kung Lao se quedaron mirando con espanto el equipo como si fuera un veneno, mientras Mariano preparaba el mate lo más cómodo posible y recibían sus desayunos. Un arroz chino con huevo frito y nabo dulce con un poco de té.
Todos los presentes se inclinaron y empezaron a comer. Adelina y Daniela empezaron a masticar sus desayunos mientras esperaban que Mariano terminara de preparar el mate. Una vez que pudo darle una buena temperatura comenzó a cebarlos entre las chicas.
–¿No es muy temprano para la marihuana? –Cuestionó Johnny con sorna.
–No busques una razón para que te tire agua caliente a primera hora del día –dijo Daniela soñolienta.
Johnny cerró la boca antes que soltar otro comentario ante la mirada asesina de las chicas y Mariano.
–¿Qué es entonces? –preguntó Kung Lao.
–Una bebida que se toma en el desayuno y la merienda, se acompaña con algo –dijo Adelina antes de sorber de la bombilla.
–¿Querés probar un poquito? –ofreció Mariano.
–Por esta vez paso, pero muchas gracias.
Los tres siguieron cebándose mates mientras terminaban sus platos junto a los demás. El sonido del gong volvió a sonar por todo el lugar, los presentes se pusieron de pie y marcharon cada quien a sus tareas. Mariano sacó la yerba húmeda del recipiente y luego siguió a los otros para entrenar.
La primera clase fue teórica, sobre el Mundo Exterior, las diferentes especies que habitaban, el mandato de la emperatriz Sindel y las diversas batallas ganadas en su imperio. El gong sonó dando fin a la clase y los estudiantes se dirigieron al jardín iniciando su primera clase de entrenamiento.
Consistió en golpear repetidas veces los postes y esquivar los ataques de los diferentes palos horizontales de madera que se movían rápidamente. Luego, perfeccionaron las defensas de cada estudiante, también muchos maestros les enseñaron sobre la buena posición de un arma blanca y las posturas de las diferentes técnicas de combate. En varias ocasiones, tuvieron que soportar el gran ego de Johnny y sus delirios de crear una nueva película.
Cuando el sol comenzó a ponerse, el gong sonó dando fin al primer entrenamiento. Mariano y Daniela terminaron tirados en el suelo por el arduo día, los demás intentaban recuperar el aliento y ayudar al trío a ponerse de pie nuevamente.
–Mátenme –dijo Mariano con poco aire.
–Fue horrible –acompañó Daniela–. No siento las piernas. El viejo Mario era más amable.
Con lentitud, fueron a los baños a relajar los músculos rígidos. Hubo un pequeño intercambio de palabras entre ellos, pero fueron opacadas por los quejidos dramáticos de Johnny. Adelina y Daniela se separaron de los hombres y pudieron asearse sin ningún inconveniente.
Los músculos de Adelina se relajaron ante al agua caliente recorriendo su piel y luego se lavó el cabello repleto de sudor, masajeándose el cuero cabelludo con sumo cuidado. Salió del baño acompañada de Daniela, se pusieron ropa más cómoda y dejaron a lavar los uniformes sucios. Después, los siete se dirigieron a los aposentos y convivieron entre ellos, intentando saber un poco más uno del otro.
–¿Qué hacían antes de ser reclutados por Liu Kang? –habló Daniela.
–Kung Lao y yo éramos granjeros en la aldea de Fenjian –dijo Raiden tranquilamente–. Nos entrenaba la señora Bo para cuando Liu Kang viniera a probar nuestra destreza y valores.
Una pequeña sonrisa estuvo en el rostro del chico.
–Yo era miembro de los Yakuza –dijo Kenshi y ante eso Mariano casi se atraganta con el mate.
–¿Cómo? –soltó Mariano tosiendo.
–Sí, intentaba recuperar el buen camino que mis ancestros desviaron.
–¿No era que los Yakuzas estaban medio en la ruina? –preguntó Adelina.
–Había pequeñas facciones que seguían estando en pie y eran bastante poderosas –prosiguió Kenshi–. La facción que mi familia continuaba vigente, pero decidí que era mejor dejarlo y restaurar su honor.
–Yendo a mi casa y robar mi katana –soltó Johnny, enfatizando bastante el “mi”.
–Sento le pertenece a mi familia –dijo Kenshi con calma–. Intenté recuperar lo que me corresponde por derecho.
–Podrías haber pedido permiso para llevarte la katana, en vez de meterte ilegalmente a mi casa.
Los demás se quedaron en silencio viendo como la pequeña discusión iba a convertirse en algo más violento. Las miradas agresivas entre el actor y el ex mafioso iban a pasar a golpes y antes de que eso pasara Mariano habló:
–Yo soy piloto.
–¡Qué fantástico! –exclamó Kung Lao.
–Lo malo es que este pelotudo aterriza para el ojete –dijo Adelina con una sonrisa– y encima no pone los cinturones.
–Sí, las dos veces que nos llevó a nosotras casi nos da un infarto. –Habló Daniela indignadamente y le devolvió el mate a Mariano.
–Pero bien que les gusta el viaje gratis conmigo –dijo Mariano con gracia.
–Preferiría que por favor en tu viaje no nos mates –espetó Adelina.
–¿Y ustedes a que se dedican, preciosuras latinas? –el tono coqueto de Johnny se hizo presente–. Unas bellezas como ustedes deberían tener trabajos dignos y vivir tranquilamente.
Adelina y Daniela se posaron sus ojos asesinos en Johnny, y se miraron entre ellas antes de ignorar la mirada coqueta del actor. Las jóvenes sonrieron amablemente a los cuatro hombres.
–Yo soy periodista y crítica literaria –dijo Daniela.
–Arqueóloga, investigadora privada y artista –soltó la pelinegra.
–¿Cómo es eso de periodista y arqueóloga? Parece interesante –preguntó Raiden.
Las chicas sonrieron y luego Mariano le dio mate a Adelina, mientras Johnny se quedaba sorprendido de por qué las chicas no le dieron esas sonrisas.
–Un periodista es una persona que se dedica a contar un hecho lo más verdaderamente posible –explicó Daniela lo más tranquilamente posible–. El hecho puede ser actos criminales, deportes, vida de celebridades, clima e incluso lo que repercute en el mundo. La noticia tiene que responder las cinco preguntas ¿Qué?, ¿Quién?, ¿Dónde?, ¿Cuándo? y ¿Por qué?
–¿Es riesgoso? –preguntó asombrado Kung Lao
–Depende de qué área te vas a dedicar a reportar. Si vas a reportar lo que les ocurren a las celebridades o en deportes, no vas a tener tantos problemas –explicó Daniela mientras recibía mate–, pero si te metes en política o hablas de actos criminales prepárate para lo que se viene.
–¿Y el tuyo, Adelina? –cuestionó Raiden.
–La arqueología es una ciencia que estudia las ruinas antiguas de civilizaciones que ya no existen, para conocer sus costumbres a partir de los objetos materiales que dejaron –Adelina gesticuló con las manos mientras hablaba–. Y la parte de investigadora, una persona me paga cierta cantidad de dinero para que yo le resuelva algo que quedó confuso. Una desaparición sin sentido o amoríos, depende del cliente.
–¿Cuántas culturas estudiaste?
–Algunas, no para decir bastantes.
–¿Quieren mate? –ofreció Mariano.
Kenshi fue el primero en experimentar la bebida y luego se la devolvió al muchacho. Le siguieron Raiden y Kung Lao, para finalizar en Johnny quien no le gustó para nada.
El gong volvió a escucharse por todo el recinto y los siete se dirigieron al comedor. Todos los maestros se pusieron frente al pequeño asiento de honor y esperaron al invitado. Apareció Liu Kang y los presentes se inclinaron ante él, les agradeció el gesto y todos se sentaron para cenar sopa de pollo con maíz y vermicelli. El estómago de Adelina rugía del hambre y recibió con mucho gusto la sopa, cucharada tras cucharada, el exquisito sabor le invadió el paladar.
Hubo algunas risas compartidas entre los luchadores y pequeñas charlas entre los maestros hacia Liu Kang. Adelina, a veces vislumbraba al dios, esperando ver algún rastro de maldad o superioridad, pero no encontró nada sospechoso.
Al cabo de un rato, todos habían terminado la sopa y callaron aguardando las palabras del dios. Se puso de pie y habló:
–Su primer día de entrenamiento puede haber sido bastante agotador, pero espero que hayan podido prepararse para lo que se aproxima –sus manos se cruzaron en su pecho–. Sé que será una tarea ardua, pero espero que estén a la altura y uno de ustedes nos conceda la victoria contra el Mundo Exterior. Ahora por favor descansen y prepárense para mañana.
Adelina y el resto se inclinaron ante el dios y se marchó por donde vino, mientras los demás iban a sus aposentos. Hubo algunas palabras compartidas cuando se dirigieron al recinto y un pequeño “buenas noches” entre ellos antes de cerraran las puertas de sus habitaciones.
Las semanas siguientes fueron similares. Adelina logró tener un reloj biológico para despertarse antes de escuchar el gong. Sus compañeros también empezaron a desarrollarlo y algunas veces, cuando deslizaba la puerta veía a Raiden y Kung Lao despertarse más temprano, seguramente al haber tenido entrenamiento se despiertan antes que el resto.
Las primeras horas siempre eran teóricas, hablando de las diversas civilizaciones y hazañas del Mundo Exterior y luego tenían entrenamientos rigurosos. Practicar una buena postura, mantener el equilibrio, nuevas técnicas de combate y manejo de armas. Hubo en varias ocasiones en las que Adelina, Mariano y Daniela se caían constantemente de los postes de madera al intentar mantener el equilibrio en diferentes posiciones y en esos casos, acababan yendo a la enfermería para que les acomodaran los huesos o reposando por el rompimiento de estos.
En muchas de las tardes, el trío tomaba mate e invitaban a los demás a compartir la tarde y pasar un buen rato. Otras veces, Adelina se sumergía en la biblioteca buscando algo de información sobre Hela y su cuchillo, algunas veces iba a consultar con los maestros de la academia, pero sus respuestas eran desalentadoras para su investigación.
Quería buscar respuestas en Liu Kang, pero muy pocas veces lo encontraba en los alrededores de la Academia Wu Shi y no podía alcanzarlo para preguntarle sobre la diosa. Tampoco tenía la seguridad de mostrarle la daga, Sultin, para que le ayudara con la investigación. A pesar de las dificultades, Adelina siguió su entrenamiento junto a los demás. A veces, Johnny intentaba coquetear con las chicas, pero les daban contestaciones mordaces o lo ignoraban de una forma muy cruel.
En esas tantas veces en las que tomaban mate, Mariano había puesto música en un volumen moderado y Kung Lao, Raiden y Kenshi lo miraron de una mala forma. Mariano se había excusado de la siguiente manera:
–No aguanto el silencio de este lugar –absorbía de la bombilla del mate–. No me quiten lo único que me mantiene cuerdo. Necesito escuchar algo, necesito ruido para sobrevivir sino me voy a volver loco.
Las chicas tampoco pudieron argumentar algo en contra de eso y se sintieron más aliviadas al escuchar las melodías. Los cuatro hombres tampoco hicieron mucha queja después y siguieron pasando esa tarde en paz.
En esos días, también se comentaba la llegada de los Lin Kuei para atender un llamado de Liu Kang. Ante esas noticias, Adelina comenzó alejarse del recinto de estudiantes que se conectaba cerca de la entrada de la academia. No tenía intenciones de volver hablar con los tres ninjas ni tener que soportar su presencia y malas actitudes. Si Bi Han, su Gran Maestro, era un maleducado, no iba a estar para soportarlo y preferiría estar dibujando.
El día en el que vendrían los Lin Kuei, Adelina se marchó a las afueras del recinto y de la academia para pasarla dibujando y escuchando música. Le había avisado a los demás que estaría alejada por un tiempo hasta que los Lin Kuei se fueran. Tomó sus materiales de dibujo y caminó unos metros, lo suficiente para seguir viendo algunos indicios de la Academia Wu Shi. Se recostó en un árbol, se maravilló ante el vasto paisaje verde y empezó a dibujar.
Se enfocó en una estatua budista y su mano guio el lápiz sobre la hoja, dándole forma a las plantas que decoraban la piedra tallada y la mirada inerte. Le dificultó un poco debido al entrenamiento, pero tras relajar su mano logró mejorar el cuerpo de la estatua. Angry Again de Megadeth se reprodujo en su celular y un entusiasmo invadió a Adelina. Continuó formando a la estatua en el papel guiada por la melodía. Una vez que terminó prosiguió dándole un sombreado hasta que sus dedos se tornaron negros por la mina del lápiz.
Una vez finalizado su boceto de la estatua, dio vuelta a la hoja e inició un nuevo dibujo. Las canciones pasaron y llegó a In My Darkest Hour de Megadeth. Adelina trazó en la hoja, dando forma a la figura y tras terminas, contempló la creación que hizo inconscientemente. Era la mujer del féretro, su ojo derecho tenía un espiral y de sus labios emanaba sangre. Detrás suyo había árboles con las figuras agonizantes y encima del decrépito paisaje las runas decoraban el rostro espeluznante de la mujer.
Cambió el dibujo por la lectura. Tomó el gran libro que tenía guardado y leyó donde había dejado hace tiempo. Su mente empezó viajar por el mundo de las palabras, acompañada de la música.
–¿Qué lees? –preguntó una voz bastante conocida.
Adelina se sobresaltó y volteó alarmadamente para ver quien le dirigía la palabra. Había humo alrededor de la muchacha y luego apareció la forma de un hombre de cabello ceniciento y una cicatriz arriba de su ojo. Tomas, alias Smoke.
–¿No deberías estar con tus hermanos y subordinados, acosador?
–Estaba buscándote para hablar sobre mi hermano.
–Si Bi Han te hizo de mensajero para disculparse por su comentario –alzó la vista y sus ojos se posaron en los del chico–. Voy a matarlo, ya te aviso.
–No es por eso por lo que vine –dijo Tomas se puso al frente de la chica–. Él no me hizo de mensajero y nunca va admitir que no debió soltar ese comentario. Vine para decirte que fue un desubicado y lamento que lo soltara, también que tu comida fue muy rica.
–Se notaba bastante. Parecía que comías un manjar de reyes –soltó Adelina con una sonrisa.
El comentario tomó por sorpresa a Tomas y la joven notó un pequeño rosa en las mejillas.
–¿Qué era lo nos diste de comer?
–En la picada, salame y queso y de cena, milanesa con papas fritas –la muchacha cerró el libro y lo apoyaba en sus piernas.
–¿Qué era lo que leías?
–Algo.
–¿Sigues enojada por nuestra pelea en las montañas y la mesa rota?
–Sip.
Hubo un silencio incómodo entre ellos y la música seguía reproduciéndose en el celular de la muchacha.
–¿Qué escuchas? –preguntó el chico.
–Megadeth.
–¿Qué es?
–Una banda de metal.
–¿Por qué te alejaste de la academia? –siguió cuestionando Tomas tratando de seguir una conversación.
–Porque escuché que ustedes iban a venir y antes de soportar a Bi Han y sus insultos –dijo Adelina soltando un suspiro–, preferiría leer y dibujar, mientras escucho música.
–¿Y tus amigos?
A lo lejos una estruendosa música fuerte se oyó y los dos voltearon la mirada hacia el sonido. Los gritos de Mariano y Daniela se escucharon cantando Shinzou wo Sasageyo y Adelina, indignada, le apareció una pequeña sonrisa.
–No entendí bien que querían hacer esos dos usando Attack on Titan.
–¿Attack on Titan? –el rostro de Tomas se tornó curioso–. Parece un ejército ¿son fuertes?
–¿No conoces Attack on Titan? –cuestionó la joven–. Es un manga muy conocido.
El rostro de Tomas mostraba confusión y moviendo las manos mostrando más su duda.
–¿No sabes lo que es un manga? –preguntó Adelina.
–No, lo lamento.
–No necesitas disculparte por no saber –la chica acercó más sus pertenencias y comenzó a gesticular–. El manga es como un cómic, pero japonés.
–¿Ese manga tiene canción? Porque si no ¿por qué estarían cantando tus amigos?
–El manga tuvo éxito y tuvo luz verde para tener un anime, de ahí viene la canción.
–¿Hay muchos mangas así?
–Muchísimos. Hellsing, Jujutsu Kaisen, Shuumatsu no Valkyrie, One piece, Uzumaki, Tomie. Son muchos.
–¿Lo que lees es un manga?
–Es un libro solamente.
–¿Pero su género no es manga?
Adelina rio ante el comentario e hizo que Tomas también sonriera. La antigua tensión que había entre ellos se esfumó y la agresividad de Adelina hacia el chico poco a poco iba marchitándose reemplazado por una buena actitud.
La charla continuó por bastante tiempo hasta que el sol mostrara sus últimos rayos y las canciones de tanto el celular de Adelina como las que se oían a lo lejos se repitieran. Tomas ofreció amablemente acompañar a la muchacha a la academia y su conversación siguió.
–Acepto tus disculpas Tomas, las que me diste cuando viniste a mi casa.
–De enserio, pido perdón y mi hermano no quiso decirlo. Tu comida fue deliciosa.
–Ya lo dijiste y no hay de que –dijo Adelina, mientras se acercaban y la música era más fuerte–. Lo que leía era La Novena Casa de Leigh Bardugo y el tema que escuchaba de Megadeth era In My Darkest Hour.
Llegaron a la academia donde diversos lin kuei en posición firme y delante de ellos se encontraban Bi Han y Kuai Liang hablando con Liu Kang. En el techo del recinto de estudiantes, se distinguían un par de marañas de cabello pelirrojo y rubio, observando a los invitados y la llegada de Tomas y Adelina. Al notar la presencia de los recién llegados, Bi Han volteó su rostro y los miró de manera hostil, Adelina se marchó con un gesto de saludo y esperó en las afuera del recinto. Alzó la cabeza para ver a sus amigos que seguían escuchando música en el techo y compartían binoculares para vigilar la conversación, saludaron a Adelina y ella les devolvió el gesto con una sonrisa.
La charla entre el Gran Maestro de los Lin Kuei con el dios del fuego continuó por un buen rato, en el que la joven se la pasó dando vueltas en el mismo sitio y a veces su mirada se cruzaba con la de Tomas y la desviaba muy rápidamente. Los tres hermanos se inclinaron ante Liu Kang y se marcharon por donde vinieron, hubo un momento en el que Tomas se acercó a Adelina.
–Espero en otro momento probar tu comida y me sigas comentando de esos mangas.
–Probablemente, Tomas –dijo Adelina y vio como el chico se alejaba.
Liu Kang y los demás observaron distanciarse más y más al grupo de ninjas hasta volverse diminutos y luego desaparecer de la vista. El dios estaba a punto de marcharse cuando Adelina apuró el paso para hablar con él.
–¡Liu Kang!
El hombre se dio la vuelta ante el grito de la muchacha y detuvo su caminata.
–¿Qué necesitas, Adelina Acosta? –preguntó calmadamente.
–Quiero hacerte unas preguntas sobre algo que estuve haciendo previo al torneo.
Adelina le contó sobre las ruinas nórdicas, excluyendo la parte de la daga y las alucinaciones. El rostro del dios permaneció tranquilo e inexpresivo, pero ante la mención de la diosa la duda apareció en sus ojos blancuzcos.
–¿Hay algo sobre Hela o su cuchillo? ¿Un rastro de ella? Tengo muy poco en los libros.
Liu Kang hizo un gesto de acompañamiento y Adelina lo siguió.
–Hela existió y gobernaba el Infierno –dijo el dios mientras su pequeña caminata continuaba a la luz de los faroles–. Era muy poderosa y bastante temida.
–¿No sigue gobernando el Infierno?
–Es algo que no puedo contestar con certeza, Adelina Acosta –el dios sacudió negativamente la cabeza con cierta pena–. Lo último que supe de ella y fue hace bastante tiempo, era un conflicto en el Infierno. Hela no salía regularmente del reino, muy pocas veces lograba hablar con ella. Ni el emperador Jerrod y su esposa Sindel la veían constantemente. Era solitaria y no se abría con mucha gente.
–¿No sabes que le ocurrió? –preguntó Adelina deteniéndose enfrente de una gran estatua de un luchador–. ¿Alguien sabe si sigue con vida?
–Por desgracia nadie sabe si está con vida o no. Solo sé de ese conflicto que atravesaba el Infierno, pero no hay muchos detalles más que pueda dar–dijo el dios con pena en su voz–. Lamento no serte de mucha ayuda. Quizás la emperatriz Sindel te pueda dar las respuestas que buscas, si es que sabe.
–Muchas gracias por la ayuda, Liu Kang.
La chica se inclinó y volvió al recinto, sumida en sus pensamientos, ni siquiera se percató de que la música dejó de escucharse por todo el lugar. Entró al complejo donde sus amigos estaban dentro de sus aposentos esperándola.
–¿Cómo te fue con Liu Kang? –preguntó Mariano.
–No muy bien con mi investigación –dijo Adelina dejando al lado de su futón el libro y sus materiales de dibujo–. Lo único que sabe de Hela es que era una antisocial temida y poderosa, tenía un conflicto en el Infierno y se desconoce si está viva o muerta.
–Que cagada –dijo Daniela–. Ya vas a descubrir más hay que darle tiempo, Ade.
–Espero que sí.
Se quedaron compartiendo un pequeño momento entre ellos cuando el gong sonó para la cena y todos se dirigieron al comedor.
Los últimos días de entrenamiento pasaron rápido y Liu Kang anunció la elección para elegir quién los representaría en el torneo contra el Mundo Exterior. Todos se preparaban para dar lo mejor de sí y representar a la Tierra como era debido, todos mejoraban sus puntos débiles y agilizaban sus técnicas. Algunos como Raiden y Kung Lao entrenaban fuera del horario, mientras los demás conversaban y pasaban un buen rato.
Algunas veces aparecían los Lin Kuei, Adelina se marchaba al mismo sitio donde se topaba con Tomas y pasaban hablando sobre las cosas que hicieron en los días que no se veían. Por otro lado, se esforzaba para la elección de Liu Kang y al mismo tiempo, seguía buscando en la biblioteca sobre la diosa nórdica sin buenos resultados.
Las cenas eran alentadoras y pasaban un buen rato entre los estudiantes y los maestros. Las clases teóricas habían finalizado y eso les permitió a todos pasar más tiempo libre y entrenar. En varias ocasiones, Johnny seguía empedernido en coquetear con Adelina y Daniela, pero ellas lo rechazaban y al mismo tiempo mantenía su pequeña rivalidad con Kenshi y lo retaba para que recuperara a Sento.
El día de la elección había llegado, todos los maestros preparaban para la llegada de Liu Kang. Mientras Adelina y los demás veían como Raiden entrenaba con algunos estudiantes, haciendo golpes precisos y premeditados. Tras terminar de derrotar a sus oponentes, Kung Lao llegó emocionado y en su mirada destilaba orgullo, llevando en sus manos un peculiar sombrero.
–No parece ser una buena idea –soltó Raiden.
–Es genial, Raiden –contrarrestó Kung Lao orgulloso–. La próxima vez que veamos a Sub-Zero, tendré que agradecerle por ser la inspiración.
–Me es un misterio de como ese amargo fue tu inspiración para algo tan bizarro, pero bueno –dijo Mariano con una sonrisa resignante.
Los dedos del joven pasaron por el arma y casi logró cortarse con las filosas cuchillas. Los demás siguieron observando con curiosidad el extraño objeto.
–¿Ves? No será efectivo –dijo Raiden.
Kung Lao lanzó el sombrero y cortó un poste de entrenamiento como si fuera una simple manzana. Luego regresó a sus dedos y una sonrisa triunfante se apropió del rostro de Kung Lao.
–Quizás sea demasiado efectivo –dijo Raiden con sorpresa.
–Hay que hacerlo de una vez. Llevamos meses encerrados –Johnny se unió a la conversación y disgustado–. No puedo crear un universo ficticio con los monstruos y la magia del Mundo Exterior sin haber visto eso.
–¿Por eso estás aquí? –cuestionó Kenshi.
–Es la razón más boluda del universo –soltó Daniela.
–Liu Kang dijo que esto cambiaría mi vida. Las cosas se hacen así –señaló con el dedo al ex yakuza–. Mi ex lamentará el día que me abandonó.
–Qué abnegación –suspiró Kenshi.
–Ay, por favor, Tatuajes… –exaltó el actor indignadamente–, solo viniste a recuperar tu espada.
–Todos tenemos razones para estar aquí. –dijo Raiden tranquilamente, tratando de controlar lar aguas–. Algunas son mejores que otras… o desconocidas.
–Seguí participando con saber nuestras razones –dijo Adelina.
–Sin embargo, no vinimos a luchar entre nosotros. Sino a defender la Tierra –continuó Raiden
El gong sonó por todo el jardín anunciando la llegada del dios y todos dejaron por finalizada la conversación.
–Y hoy uno de ustedes será el elegido para pelear por ella en el torneo.
–¿Solo uno Lord Liu Kang? –preguntó Raiden–. ¿El Mundo Exterior no desplegará varios campeones?
–Según las reglas, el reino anfitrión tiene esa ventaja. Y ahora le toca al Mundo Exterior. –explicó el dios.
–Creí que todos los que seleccionaste eran campeones –dijo Mariano.
–No es de esa manera, Mariano Baldor –habló Liu Kang tranquilamente–. Todos los que son seleccionados a la Academia Wu Shi serán entrenados y luego se elegirá al representante de la Tierra.
–¿Y los demás estudiantes se van a sus casas o qué? –preguntó Adelina.
–No, Adelina Acosta. Los demás estudiantes acompañarán al campeón.
–No sé por qué nunca pregunté esto antes, pero…–dijo Johnny–. ¿Cuál es nuestro récord en este torneo?
–Por una vez, Johnny tiene razón –dijo Mariano.
–La Tierra y el Mundo Exterior llevan mucho tiempo igualados –contestó el dios seriamente–. Pero el Mundo Exterior se fortalece. Si ganan, sus facciones más extremistas serán más osadas.
–Qué encantador –soltó Daniela.
–Creía que admirabas el Mundo Exterior–dijo Raiden.
–Es un lugar lleno de conocimientos, riquezas y bellezas –afirmó Liu Kang–. Sin embargo, no tenemos los mismos objetivos y creencias. Coexistimos en paz porque el Mundo Exterior respeta nuestra fuerza. Si mostramos debilidad… el rival se convertirá en nuestro enemigo.
–No perderé Lord Liu Kang –exclamó Kung Lao.
–Para un poco, emoción –dijo Adelina.
–Primero deben ganarse el derecho a representarnos. –prosiguió el dios–. El que dure más que los demás será el elegido.
La conversación con la deidad hizo que los llevara a uno de los extremos del gran patio donde muchos maestros estaban detrás de un elegante asiento y Liu Kang se sentó en este observando al grupo. Al mismo tiempo, los maestros de la academia se arrodillaron en la piedra esperando la selección.
–Raiden, al frente –dijo el dios tranquilamente y al mismo tiempo Johnny comenzó a reírse.
–Buena idea –soltó el actor con orgullo–. Sacrificar a los débiles.
–Por respeto a Liu Kang y a los maestros –dijo Daniela tranquilamente–, me voy a contener de decirte algo sumamente vulgar y guardármelo para otro momento.
–Debes enfrentarlo, Johnny Cage.
–¿Listo para tu acercamiento? –cuestionó Kenshi.
–Obviamente no –contestó sarcásticamente Mariano por él.
–De acuerdo, vamos –el actor se acercó al círculo–. Pero recuerda granjerito, soy un ícono de las artes marciales. No creo que puedas con semejante eminencia.
Todos revolearon los ojos ante la arrogancia de Johnny, pero Raiden se mantuvo calmado ante los comentarios.
–Estoy listo, Johnny Cage –el chico se posicionó para el combate–. Mi mente y mi espíritu luchan como uno.
Raiden inició la pelea con una patada y Johnny la esquivó ágilmente, luego intentó contrarrestar el ataque con varios golpes que fueron bloqueados por el granjero. El actor le dio un puñetazo en un despiste de Raiden y este pudo hacer un combo de golpes que el actor no pudo esquivar. Johnny se estabilizó y volvió a contraatacar a Raiden con una patada giratoria, él tomó la pierna del actor para luego tumbar a Johnny al duro suelo de piedra y dando fin el combate.
–Me honra esta lucha –dijo Raiden y extendió su mano hacia Johnny.
–En efecto fue cine –exclamó Mariano mientras fingía fumar un cigarrillo y soltó una carcajada.
–De nada –dijo el actor resignado.
–Kenshi Takahashi, sigues tú –dijo Liu Kang.
El ex mafioso tomó una katana y al pasar miró con desdén al actor, luego se posicionó en el círculo.
–Tienes habilidad Raiden, pero te falta experiencia –dijo Kenshi.
–Compenso la falta de experiencia con corazón.
–El coraje gana combates, no el corazón –dijo Kenshi alzando su espada–. Yo lo sé, he participado en cientos.
Hubo un silencio y después comenzaron a pelear. Raiden esquivó ágilmente los ataques de Kenshi, mientras este se defendía las embestidas de la filosa espada. El ex yakuza perdió la espada cuando Raiden tomó su muñeca y tiró el arma lejos de ellos. El granjero intentó asestarle un puñetazo, pero Kenshi lo bloqueó con los antebrazos. En un momento, Kenshi dejó expuesto el pecho y Raiden aprovechó para darle una patada. Antes de que el ex yakuza pudiera defenderse, el granjero hizo un brutal combo de golpes, haciendo que su oponente cayera.
–¿Sigues dudando de mi coraje? –cuestionó Raiden ayudando a su compañero a ponerse de pie.
–No. Fue una victoria merecida –Kenshi se inclinó ante él y luego se marchó junto a los demás.
–Daniela Ramoter, ponte al frente –dijo Liu Kang.
La joven sonrió y se tronó la cabeza acercándose al círculo de combate.
–Esto va a ser divertido.
–No es un juego, Daniela Ramoter –dijo Raiden y se posicionó.
–En la vida hay encontrar el lado divertido –dijo la muchacha–. Es una de las tantas formas de afrontar el dolor.
Daniela se acercó al círculo y ambos se miraron mutuamente, analizando los pequeños movimientos del otro y la joven dio comienzo al combate. Raiden esquivó la patada y le asestó un golpe a Daniela haciendo que se alejara, inmediatamente volvió a atacarlo y el granjero contrarrestó los ataques haciendo que ambos retrocedieran.
Daniela se sacó el sudor de la frente y volvió atacar a Raiden, dándole un puñetazo y luego intentó abalanzarse sobre el chico, pero este aprovechó eso para tirar a la muchacha. Antes de que Daniela pudiera levantarse, Raiden la inmovilizó. Trató de soltarse, pero se le hizo imposible y no tuvo más opción que rendirse. El muchacho ayudó a Daniela a ponerse de pie y volvió con sus amigos con dificultad debido a la caída.
–Tienes un poco de razón, Daniela –dijo Raiden–. Es una forma bastante rara, pero efectiva.
–Te lo dije Raiden –rio Daniela con una mano en la nuca–. Valió la pena.
–Mariano Baldor eres el siguiente –ordenó el dios.
–Como dijo Dani, Raiden, la diversión es una de las tantas formas de lidiar con el dolor. Además, sirve para estudiar un poco al otro –dijo Mariano mientras se colocaba donde antes estaba su amiga y se preparó–. Te lo dicen personas que pasaron dolor en un lugar que estuvo repleto de miseria y el humor fue una forma de afrontarlo.
–Seguramente ese lugar los hizo fuertes, Mariano –dijo Raiden.
–Mayormente te hace inmune, porque no puedes herir a alguien que no se toma nada en serio.
Mariano no pudo detener el puñetazo de Raiden y cayó al suelo, pero antes de que el guerrero pudiera darle una patada, Mariano agarró el pie del granjero y lo tiró al piso. Rápidamente, se levantaron y se pusieron a la defensiva.
El piloto fue el primero en volver atacar con una patada voladora y el granjero la bloqueó, tomando la pierna de Mariano y lanzándolo hacia la otra punta del área de combate. El chico tosió y nuevamente se puso de pie con dificultad en una posición defensiva, avanzó hacia Raiden e hizo un combo de golpes que no pudo interrumpir, haciendo que el muchacho retrocediera y volviera a caer por la golpiza. Raiden se recompuso y contrarrestó el ataque de Mariano con fuertes puñetazos finalizándolo con una patada giratoria. Cayó una última vez al suelo con un gemido angustioso.
–Dejenme en el duro suelo –dijo Mariano riendo–. Es tan frío y reconfortante.
–Vamos Mariano, lo intentaste –Daniela y Adelina lo ayudaron recomponerse y se arrastró con un gemido angustioso.
–Adelina Acosta, es tu turno de luchar –dijo Liu Kang.
La joven se acercó y quitó de su muñeca una colita de cabello
–Vi tu forma de pelear Raiden, más o menos pude estudiarte.
–¿Qué pudiste ver?
–Alguien que tiene talento y debe pulirlo.
Adelina se ató el cabello negro mientras caminaba hacia donde estaba Raiden y se puso a la defensiva. Estudió la postura de su contrincante y esquivó el puñetazo sorpresa de él. Se alejó lo más que pudo de Raiden y cambió su postura de combate. Arremetió a la joven, pero se agachó y pasó entre sus piernas para luego abalanzarse sobre su espalda. Sus manos tomaron los hombros de Raiden haciendo que Adelina levantara sus piernas hasta el cielo y luego estamparlos fuertemente en su espalda. El muchacho soltó un quejido de dolor y cayó de espaldas haciendo que Adelina lo soltara. Rápidamente, Raiden se levantó, estampó un pie sobre las costillas de Adelina y emitió un sonido sordo de dolor que declaró su derrota.
–Muchas gracias por ver eso en mí, Adelina Acosta –dijo Raiden y ayudó a la chica a ponerse de pie.
–El conocimiento es un arma de verdadero valor –dijo Adelina y se limpió la ropa–. Espero que sepas usarlo como se debe.
Ambos se inclinaron con una sonrisa en el rostro y la chica con pasos lentos fue hacia sus amigos, levantando el pulgar hacia arriba.
–Puedes descansar, Raiden. Esta noche enfrentarás a tu último oponente –dijo Liu Kang mientras se ponía de pie y al mismo tiempo los maestros lo imitaron.
Seguido de eso, levantó su mano hacia Kung Lao y este hinchó el pecho orgulloso. Todos los luchadores se inclinaron ante Liu Kang y se retiró. Tras esto, los demás fueron a felicitar a Raiden por sus victorias.
La noche había llegado y el gran jardín se iluminó con las linternas encendidas por fuego, moviéndose con el leve viento que soplaba. El frescor en el ambiente se hizo presente, las luciérnagas comenzaron a iluminar alrededor de las flores y los grillos iniciaban su canto.
Todos los maestros, nuevamente, se posicionaron detrás del asiento de Liu Kang, al igual que los demás luchadores. Una vez ubicados, Raiden y Kung Lao se posicionaron en el círculo de combate, se sentaron y luego de unos minutos se levantaron para el combate.
–Apuesto cincuenta a que gana Kung Lao –dijo Johnny.
–¿¡Dólares!? –exclamó Mariano y Daniela miró al actor con horror–. Estás en pedo. Es mucho, pone otra cosa para apostar.
–Hazlo interesante –dijo Kenshi seriamente y con los brazos cruzados–. Apuesta a Sento.
El actor soltó una carcajada y tanto Mariano como Daniela soltaron un “uhh”, mientras que Adelina soltó una pequeña risa.
–Ni lo sueñes.
Liu Kang se paró y se acercó a Kung Lao y Raiden.
–Raiden. Kung Lao. El ganador de este encuentro representará a la Tierra frente al Mundo Exterior. –afirmó pacíficamente la deidad–. Es un deber que no puede tomarse a la ligera. Pueden retirarse ahora, sin ninguna deshonra.
–Elijo luchar, Lord Liu Kang –dijo Raiden.
–Igual que yo.
–Que gane el mejor –dijo Liu Kang y tras eso, unió el puño con la palma de su otra mano y se inclinó ante los guerreros, ellos imitaron la acción.
Los dos luchadores se miraron y se prepararon para el combate.
–Ríndete, Raiden, jamás me has vencido –dijo Kung Lao con orgullo–. Eso no cambiará hoy.
–¿No? Si algo nos enseñaron los monjes… –se posicionó en forma combativa– es que el cambio es la única constante del universo.
Kung Lao fue el primero en atacar con un puñetazo haciendo que Raiden lo evadiera. El chico contestó con una patada giratoria y una seria de ataques que fueron bloqueados por Kung Lao. Luego quiso hacerle una llave, pero Raiden logró escaparse para así darle una patada en la espalda. Kung Lao se estabilizó y volvió atacar con una un puñetazo. Raiden bloqueó el ataque y luego maniobró para derribar a Kung Lao.
–Hay una primera vez para todo, Kung Lao –dijo Raiden sonriente y extendió la mano a su amigo.
–Aunque todos entrenaron mucho, Raiden se destacó. –Liu Kang caminó hacia los dos estudiantes–. El resultado no me sorprende.
–¿Cómo pude haber…? –el tono triste de Kung Lao se detuvo y se inclinó hacia su amigo–. Felicitaciones, Raiden.
–Necesitarás esto para el torneo –dijo el dios y extendió su mano en la que había un pequeño objeto. Adelina junto a los demás alzaban la cabeza, curiosos, ante el regalo–. Lo forjaron los Dioses Antiguos. Le da al portador a capacidad de manipular rayos y truenos. Adelante, pruébalo.
Raiden le dio la espalda al dios y los demás, alzó su mano hacia el cielo y parecía sostener un medallón que destellaba pequeños rayos. Al elevarlo, el objeto soltó rayos sin parar hacia una estatua de un guerrero y los luchadores se quedaron sorprendidos ante tal poder. Adelina pudo vislumbrar que Johnny grababa el momento y su rostro era como el un niño eufórico.
–¡Santísima arca de la alianza! –exclamó.
Raiden bajó el medallón y todos se acercaron a mirar de cerca el pequeño artefacto. Parecía antiguo y en su centro había un dragón de aspecto oriental iluminado de celeste.
–¡Increíble! –dijo Raiden fascinado observando detenidamente el artefacto–. Pero ¿es necesario?
–Además de su gran poder, los combatientes del Mundo Exterior usarán una poderosa magia –explicó Liu Kang pacíficamente–. El amuleto nivela la balanza.
–Ah, como en Shuumatsu no Valkyrie –soltó Adelina.
–Ten cuidado, Raiden –habló Kung Lao–. Podrían herirte ¡O matarte!
–Creo que es mucho extremismo –dijo Daniela.
–Nunca murió ni resultó herido de gravedad ningún participante del torneo –apaciguó el dios y apoyó la mano en el hombro del campeón–. Jamás enviaría a mis campeones a un combate mortal. En siete días partiremos hacia la capital del Mundo Exterior, Sun Do. El torneo será en el palacio de la emperatriz Sindel.
Tras la victoria de Raiden como el campeón de la Tierra, todos fueron a celebrar temprano. Bebieron y se sirvieron una gran cantidad de comida, incluso, se quedaron mirando el medallón. Mariano y Daniela quisieron tocarlo, pero los recibieron pequeñas chispas de electricidad. Ante eso, los dos salieron a buscar algo de sus aposentos, mientras Adelina los acompañaba en su carrera. El dúo llevaba cargadores portátiles, la pelinegra se le escapó una risa y los acompañó en su locura.
Volvieron al gran salón y le pidieron a Raiden que disparara un pequeño rayo hacia los cargadores. Tras cumplirle la petición, sus rostros brillaron cuando sus celulares mostraron que cargaban. Bautizaron a Raiden como “Cargador humano” y también “Esclavo”, los demás luchadores no pararon de reírse ante esa pequeña acción y las caras de niños de Adelina, Mariano y Daniela.
Durante el gran banquete, repleto de exquisitos platillos y variedades de aromas. Muchos maestros de la academia fueron a felicitar a Raiden por su nuevo título y aconsejar a los demás luchadores que acompañasen al campeón en todo lo que pudieran. Se marcharon a altas horas de la noche, riéndose y cansados por el agotador día.
Luego de asearse, Adelina encendió su vela preparándose para dormir. Acomodó su cuerpo en las sábanas y antes de apoyar la cabeza sobre la almohada, agarró la daga nórdica y volvió a estudiarla sin sacarla de su funda. La mujer del féretro apareció pocas veces en la estadía de Adelina y eso la relajó. Cuando se presentaba, la observaba fijamente para luego desaparecer, se manifestaba en algún reflejo para desvanecerse al instante y otras veces, escuchaba susurros. Los sueños dejaron de ser frecuentes hasta ser un mal recuerdo.
Poco a poco, los párpados de la joven comenzaron a pesarle y poco a poco su visión se volvió borrosa. Los ojos de Adelina se cerraron y pudo sumergirse en el mundo de los sueños.
“Adelina caminó por el lugar oscuro, el mismo de hace tantos sueños, pero esta vez no solo había muertos sino también lobos que miraban fijamente a la joven. Los ojos verdes y brillantes de los canes se movían con cada movimiento de la chica y los muertos no emitían ni un solo ruido. Mientras la joven avanzaba se corrieron para que vea ahora a la mujer del féretro sentada en su trono hecho de hueso y músculos en estado descompuesto.
Parecía dormida y estaba acompañada por siete lobos a su alrededor que analizaban a la muchacha. Los demás se inclinaron ante la mujer y la única en pie fue Adelina. Se fue acercando con más cuidado hacia el trono y pudo escuchar mejor las respiraciones relajadas de la mujer. De repente, los muertos comenzaron a susurrar alabanzas:
–Salve la diosa Hela. Salve su carne y sangre. Larga vida a su poder y grandeza.
Los susurros se convirtieron en gritos más y más fuertes. Las voces le dieron escalofríos y como siempre, los sonidos de los huesos crujir y contorsionándose. Las alabanzas cesaron, dejando solamente los ruidos de los huesos y la mujer se levantó, gritó del dolor y sus lobos se pusieron de pie.
–Los ladrones se esconden tras títulos y lujos. Heredera y elegida, elegida y heredera, debes usar el poder de la familia que fue despojada –se acercó contorsionándose aún más y Adelina se alejó, pero los muertos le detuvieron su retirada, reteniéndola fuertemente con sus manos cadavéricas–. El orden fue alterado, corrompido, perturbado e invertido y los responsables deben pagar con sangre. Mi carne debe reestablecer la balanza y el juicio. Garm y los lobos de Armenia serán tu canto de guía y el camino al reino será la prueba definitiva.
La mujer se arrastró y extendió su mano derecha tatuada hacia Adelina, mientras que uno de los lobos la miró fijamente como queriendo decirle algo. En el instante en que la mano de la mujer tocó la de Adelina, sintió el dolor de los tatuajes hechos en Arctika y la invadieron visiones.
Unas manos ocultando dos reliquias sumamente importantes. La mujer del féretro siendo encerrada, gritando y luchando con su poder para librarse. Un recién nacido llorando en los brazos de un hombre. Un bosque de hierro oxidándose al instante. Una balanza romperse en pedazos. Un palacio que con el pasar del tiempo se iba cayendo a pedazos, invadido por el polvo y las telarañas. Una vez más, la mujer apareció.
–Heredera y elegida, elegida y heredera, ayúdame. Reestablece el orden.
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A través del programa “Nestlé por Niños Saludables”, busca fomentar hábitos alimenticios saludables desde temprana edad, en un esfuerzo conjunto por mejorar la calidad de vida, es por eso que se une a Guatemala Próspera, para capacitar a docentes del Ministerio de Educación de Guatemala en nutrición básica, hábitos saludables y cuidado del medio ambiente Esta alianza busca promover un cambio sostenible en los hábitos de vida de los niños guatemaltecos para fomentar el crecimiento de una generación más saludable y consciente. Guatemala Próspera, como parte del consorcio formado también por Woord en Daad, la Universidad Mariano Gálvez y AMG Guatemala, se convierte en socio estratégico de Nestlé gracias a su enfoque en promover el desarrollo integral del país mediante iniciativas que fomentan el liderazgo, la educación y los valores en la sociedad. La capacidad de esta organización para llegar a una amplia audiencia, a través de sus programas educativos, complementa perfectamente los objetivos del programa “Nestlé por Niños Saludables”. “Con el programa Nestlé por Niños Saludables, buscamos contribuir para que esta y futuras generaciones crezcan más felices y saludables. Esta es una gran tarea, por lo que unimos esfuerzos con organizaciones que tienen objetivos afines para compartir conocimientos y recursos y juntos podamos hacer una gran diferencia. Esta alianza con Guatemala Próspera nos permite, a través del Programa de Crecimiento Docente, ampliar nuestro impacto positivo, capacitando a los maestros para que sean agentes multiplicadores de cambio en sus comunidades“, comentó Patricio Astolfi, director general de Nestlé Guatemala. El Programa de Crecimiento Docente de Guatemala Próspera y el consorcio INCE nació a raíz de grupos focales realizados con docentes del Ministerio de Educación de Guatemala, quienes manifestaron su deseo de capacitarse para mejorar su práctica docente y así ejercer mejor su profesión, esencial para el desarrollo del país. Este programa consta de cuatro fases implementadas en cuatro años. En cada fase, el docente recibe un manual impreso para trabajar durante el año, utilizando una metodología de mesas redondas con un facilitador por cada grupo que consta de cinco a ocho personas. Nestlé contribuirá al Programa de Crecimiento Docente, beneficiando a 32,000 docentes en siete departamentos de Guatemala, mediante el desarrollo de materiales audiovisuales e impresos, que se compartirán con los docentes participantes para ampliar sus conocimientos sobre nutrición básica y hábitos saludables. Además, la compañía hará importantes aportes en los manuales utilizados en la fase 3 del programa. “Trabajar con Nestlé en este programa es una oportunidad invaluable para fortalecer la educación y promover hábitos saludables en las comunidades guatemaltecas. Juntos, estamos sembrando las bases para un futuro más próspero y saludable“, expresó Eduardo Magermans Zepeda, director ejecutivo Guatemala Próspera. Nestlé por Niños Saludables busca capacitar a los maestros para que puedan transmitir conocimientos sobre hábitos saludables a sus estudiantes, logrando un cambio sostenible en el comportamiento y las rutinas diarias de los niños. Los maestros, como figuras de autoridad y modelos a seguir, tienen la capacidad de influir significativamente en la salud y el desarrollo de sus estudiantes. “Sabemos que los educadores desempeñan un papel fundamental en la formación de los niños y jóvenes guatemaltecos. A través de este programa, buscamos empoderarlos con conocimientos y herramientas que mejorarán su bienestar personal y contribuirán a un impacto duradero en la salud y el desarrollo de los estudiantes. El agradecimiento es para ellos por su compromiso y dedicación“, concluyó Astolfi. Con esta alianza, Nestlé reafirma su compromiso con el desarrollo del poder de la alimentación para mejorar la calidad de vida hoy y en el futuro. Sus acciones están alineadas con el propósito de impactar positivamente a personas...
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San Marco, a Latina una delegazione della Rete delle Città Marciane
San Marco, a Latina una delegazione della Rete delle Città Marciane. Ha fatto tappa a Latina la Peregrinatio della Lampada votiva e del Vangelo di San Marco. L'iniziativa è stata organizzata dall'amministrazione comunale, sulla base del programma del pellegrinaggio ideato dalla Rete delle Città Marciane, a cui il Comune pontino aderisce da ottobre scorso. Per l'occasione, il Vescovo di Latina, Monsignor Mariano Crociata, ha presieduto la celebrazione eucaristica nella cattedrale San Marco. L'evento è stato preceduto da un momento di accoglienza della delegazione da parte del gruppo scout Agesci Latina 1. Il rito religioso è stato animato dalla corale "San Marco", diretta dal maestro Mauro Bassi. La cittadinanza è stata invitata a partecipare all'evento, svolto alla presenza di una delegazione dei comuni della Rete delle Città Marciane che, oltre a condividere il culto del Santo Evangelista, hanno collaborato sinergicamente alla promozione culturale e turistica dei territori dell'associazione. Gli oggetti sacri, Lampada e Vangelo, provenienti dal comune di Afragola (Napoli), resteranno nel capoluogo pontino fino al 27 aprile, quando una delegazione dell'amministrazione comunale di Latina li consegnerà ad Osvaldo Congiu, sindaco di Ollastra, centro in provincia di Oristano, successiva tappa del pellegrinaggio. La presenza a Latina della delegazione della Rete delle Città Marciane, presieduta da Marco Rizzo, sindaco di Castellabate (Salerno), ha consentito al gruppo di visitare alcuni luoghi pontini dal 19 al 21 aprile. La delegazione è stata ricevuta in Comune per un saluto istituzionale da parte del sindaco Matilde Celentano, dopodiché gli ospiti sono stati accompagnati a visitare il Museo Cambellotti, dove era prevista anche la proiezione di un video sulla storia della cattedrale San Marco, messo a disposizione dalla Curia vescovile di Latina-Terracina-Sezze-Priverno. Il gruppo è stato poi ospite del Comune di Sonnino, altro ente aderente alla Rete delle Città Marciane. Il sindaco Gianni Carroccia ha guidato la delegazione nel piccolo centro ausono per una visita al Museo delle Terre di Confine. Durante il soggiorno, gli ospiti hanno avuto la possibilità di fare visita alla Casa del Martirio di Santa Maria Goretti a Borgo Le Ferriere e di godersi il lungomare di Latina, fino al lago di Fogliano. "L'iniziativa – ha affermato il sindaco Matilde Celentano - costituisce uno scambio di esperienze finalizzate all'interesse comune, delle diverse municipalità, di promuovere i propri territori. La Rete delle Città Marciane, composta da 24 comuni, distribuiti in sette regioni d'Italia, è una realtà associativa particolarmente dinamica e ramificata, in grado di fare da cassa di risonanza agli eventi". "Con estrema soddisfazione da qualche anno facciamo parte di questa grande famiglia delle città e dei paesi che hanno come patrono San Marco – ha dichiarato il sindaco di Sonnino Gianni Carroccia – La Rete è un collegamento importante di interscambio culturale, storico e sociale. Visitare e conoscere nuove città attraverso la Lampada ed il Vangelo di San Marco è un'esperienza unica e irripetibile". "Insieme alla Rete – ha aggiunto l'assessore Andrea Chiarato, delegato dal sindaco alle attività del sodalizio - abbiamo già condiviso il 900° anniversario di Castellabate, perla del Cilento, e l'incontro con il presidente della Camera dei Deputati Lorenzo Fontana. Nei prossimi giorni saremo in Sardegna, per prendere parte all'appuntamento di Ollastra. Il tema culturale di San Marco, comune agli aderenti alla Rete che ha supportato anche la candidatura di Latina a Capitale italiana della Cultura 2026, rappresenta per il territorio pontino una grande opportunità in vista del prossimo Giubileo". "L'amministrazione comunale - ha proseguito il sindaco Celentano - guarda con interesse alla sfida del turismo religioso. Non a caso, nel dossier della candidatura di Latina a Capitale italiana della Cultura 2026, è stata prevista una programmazione, studiata insieme alla Curia Vescovile. Latina, in quanto città finalista, parteciperà alla terza edizione di 'Cantiere città', un'iniziativa di valorizzazione dei progetti della candidatura, volta alla definizione degli strumenti metodologici e al rafforzamento delle competenze già emersi nel dossier. Con 'Cantiere città avremo la possibilità di sviluppare alcune progettualità, come ad esempio quello del turismo religioso, vista anche l'imminenza dell'anno giubilare". "La tappa a Latina del pellegrinaggio – ha concluso il sindaco Celentano - sarà utile al confronto con altre realtà che perseguono la promozione del territorio anche attraverso i percorsi religiosi".... #notizie #news #breakingnews #cronaca #politica #eventi #sport #moda Read the full article
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