#Joyce Haber
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«Aquí estoy, en mi cuarto habitual, donde me parece haber estado siempre. Todo en orden en esta mañana, que está pasando por su momento optimista: el café, la música, los geranios, el trabajo, el quiebro al vacío y el tedio, el regreso diario al discurso propio. Todo es posible. Incluso que este martes, 18 de julio, se note que no he elegido el tema de la fecha fatídica y, aun a riesgo de quedarme sin tema, no me he sentido obligado a añadirme al tradicional zumbido que envuelve siempre un nuevo aniversario de la fecha. Para mí, con tantos años de recordar aquel día es más que suficiente. Ya que no podemos cambiar de país, decía Joyce, cambiemos de conversación. Y también: “Pase lo que pase, lo correcto es largarse”.
Me iría, pero me quedo. De haberme marchado, no lo habría hecho por haberme quedado sin tema, porque precisamente en el doble fondo del tema ausente, siempre está de guardia la escritura. ¿Desde cuándo? Desde que en mi cuarto habitual descubrí que sólo la escritura me salvaría. Estoy seguro de que ella dispone de una perfecta munición para afrontar una semana como ésta, que es de contexto pringado, enfangado, que amenaza con ser un plano secuencia que culmine con los saltos en un balcón de alguien embriagado con sus mentiras, un borracho de la moral. Sí, es una semana que amenaza con ser un plano secuencia como el que abre Sed de mal, donde Orson Welles logra que el espectador y la cámara crucen la frontera de Tijuana con una bomba en el ambiente.
Me relajo, me distraigo escuchando a Roy Orbison (Ooby Dooby), tratando de olvidarme también de cualquier suceso inminente. Pero acaba de entrar un Whatsapp de alguien que, sin rodeos, me dice que la tumba de Robert Walser ocupa ahora un espacio más discreto, casi oculto, en el cementerio de Herisau. Es algo que me afecta, porque un día escribí que la tumba de Walser se hallaba en un lugar demasiado visible, justo a la entrada misma del camposanto, un sitio no acorde con su legendaria tendencia radical a estar en un rincón aparte.
Me pregunto, para reírme, si no seré una agencia de noticias minúsculas relacionadas vagamente conmigo. Y me animo. Después de todo, lo minúsculo remite al mismo Walser, que iluminaba lo pequeño, lo desatendido, y que dedicó una prosa bellísima a un humilde botón. Pienso por unos segundos en aquellos que el domingo en la batalla acabarán brincando en un balcón por la noche. “Ooby Dooby”, me digo. Y también me digo que prefiero el lado Walser, donde puedo estar siempre pendiente de la inminencia de un suceso, pendiente quizás de sentir que estoy en mi lugar habitual, y bien acompañando porque escribo y porque me acuerdo de Roberto Bolaño en el 20º aniversario de su muerte, y lo veo en su estudio de Blanes, escribiendo con su hijo Lautaro en las rodillas, “escribiendo hasta que cae la noche / con un estruendo de los mil demonios. / Los demonios que han de llevarme al infierno, / pero escribiendo”».
- Enrique Vila Matas, El País. 18 Jul 2023
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Entendiendo la Naturaleza Humana...
Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre. Juan 2:24-25
Una vez después de haber estado involucrada en una situación decepcionante en la iglesia, Dios trajo a mi atención Juan 2: 24-25. Habla de la relación de Jesús con Sus discípulos.
Claramente dice que Jesús no se fiaba de ellos. Mientras Se entregó a ellos relacionalmente y vivió la vida con ellos, Él sabía que no eran perfectos. Él entendía la naturaleza humana y Él no se fiaba de ellos en una manera desequilibrada.
Esto hizo que me diera cuenta de que había puesto mi confianza en las personas de la iglesia, aquella confianza que solo debería pertenecer a Dios y así fue como yo misma caí en el desengaño.
Podemos ir muy lejos en cualquier relación humana. Si traspasamos la sabiduría de Dios, es probable que seamos lastimados. Es fácil caer en la trampa de pensar que algunas personas nunca nos lastimarán, sólo estaremos decepcionados cuando ellos no cumplan con esos estándares. Nadie es perfecto.
La buena noticia es que Dios es perfecto y no te decepcionará. Él siempre es amoroso y bueno. No des tu confianza a las personas cuando la confianza le pertenece a Dios; más bien, entrégate completamente a Él. Solamente Él es perfectamente confiable.
Oración Final
Dios, ningún humano es perfecto, pero Tú lo eres. Quiero poner mi confianza en Ti todo el tiempo, y creer que Tu no me decepcionarás. Hoy yo encuentro consuelo en Tu perfección.
(Joyce Meyer).
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Peter Graves May Have Set Mark For Gray Hair Vogue Sarasota Journal - Monday, March 1, 1971 by Joyce Haber
Image sourced from [Here]. Shout-out to @chiickies for putting me onto this fansite! Transcription of the above image below the "Read More".
When Peter Graves was in Louisville last year for the Kentucky Derby, two of his women-fans came up to him and asked what he used on his hair to make it silver. “Nothing,” Peter answered. “It’s natural.” “Come on,” said one of the ladies. “You don’t have to play that game with us.” As the suave, decisive, unruffled and prematurely-gray chief of the impossible missions force, the only game Graves actually plays is on CBS’ suspenseful, Emmy-award winning series, “Mission: Impossible” which is in its fifth season. This year, he took the Golden Globe Award from the Hollywood Foreign Press Association for best actor in a dramatic series for his portrayal of Jim Phelps. But the lady was wrong. Peter Graves is, for the most part, precisely what he seems. His hair, for example, began going gray when Peter was in his mid-20s. “I woke up one morning,” he says, “and there was this patch of gray right there.”
As we sat in Hollywood’s famous restaurant, Scandia, which boasts, among other things, a superb array of dishes ranging from Caesar salad to smorgasbord, Graves touched his left temple and laughed. “I thought ‘Oops’ - and it just continued. When I started going gray over-all. I appeared on a big TV star’s variety show. He started kidding me about it right on the air - as did everybody. Next day he came and apologized. ‘I’ve been gray myself for 15 years,’ he admitted, ‘But I touch it up.’” If gray is in now in Hollywood, as it seems to be, Peter started the trend. I noticed that actor George Kennedy, at the Golden Globes Awards, was completely silver-polled. He used to be very blond. But gray wasn’t always in, not even for Graves. Only three years ago, when Universal cast him opposite Doris Day in “The Ballad of Josie,” director Andrew McLaglen took him aside. “Listen,” he said, “no big star has ever been gray,” and; against the star’s protests McLaglen took Peter to makeup, where they “put on something from a bottle called Frivolous Fawn.” Andy McLaglen took one look and said, “OK, you win. We go back to gray.” The late Martin Melcher, Doris Day’s husband and manager, took a look at Graves’ first day rushes, gray and all, and asked him, “How come you aren’t a big star?” Quipped Graves: “Because I’m not married to Martin Melcher.”
But Melcher was wrong (Miss Day hadn’t started her TV series at that point). In terms of audience, Graves was even then a big star. “More people have seen me on TV in two nights,” he once put it, “than the total number of people who have paid to see ‘Gone With the Wind’ for 30-odd years.” Graves recalls a conversation with Joel McCrea in which the movie actor referred to Graves’ brother, Jim Arness, the seemingly eternal star of “Gunsmoke”. He commented on what a great job Jim had done and talked about how many years he’d lasted. He said when he was in studios seven years was the average endurance of a star, not the big ones - the Gables, the Bogarts - but take Dana Andrews.
"I’d guess,” says Peter, “if you look back, he was a star for only seven years.“ “In a sense, the stars today are on TV, because that is the medium. Movie stars, as we knew them, no longer exist, but I think they can again. For the past 10 years, everything has been anti-hero, but I sense a change. The heroes of the ‘60s were the John Kennedys or the John Glenns. People now want a hero they can identify with or admire. Once the motion pictures straighten themselves out, the first girl to make three good pictures in a row will be a star.” Graves, who once made a movie with Gary Cooper (“The Court Martial of Billy Mitchell,” 1955), was impressed with the late great star’s reply when someone asked him to what he owed his success: “Good parts in good pictures,” said the man who was spare with words, on-screen and off. “No truer words were ever spoken,” says Peter. “You can do bad parts in good pictures or good parts in bad pictures and maybe get a little personal satisfaction. But the key to it all is good parts in good pictures.”
It occurred to me then that for Graves, the “good part” might as well be the one that reflects his own self. He sat, the debonair man of 6 foot 3 inches, conservatively dressed in a Madison Avenue-gray worsted suit, a Rep tie that evoked the Brooks Bros. (logo [illegible] and all), a pale blue shirt that duplicated the costume-requirements of the early days of color TV. “Do you know what parts are right for you?” I asked. “Well, I think so. I doubt very much that I’d remove all my clothing and simulate any sex act on screen,” said Peter soberly. “I think that kind of appearance on screen is strictly faddistic and confined to its time. It fascinates me that the Readers Digest has had one article an issue for the past 40 years on sex education. I don’t know if that means that everyone is uncertain about sex.” “I think the general public’s attitude, particularly in the United States, has changed greatly vis-a-vis sex. I think whatever the Puritan ethic was that dictated restrictions on sex is being broken down. I think that’s a good thing, particularly concerning the teaching of the young. I think the pornographic movies do appeal to the prurient in us.” “People do want to read about sex in the Readers Digest. But they also want to see it on the screen, but pornography on the screen can be faddish, because the screen belongs first of all to the writer. When writers write good stories, people will go to look at them.” “Watching the sex act may turn you on for a while, but it’s got to get tiring. Pornographic films cater to the basic instinct, but not to all that instinct implies - which is love. I think that’s the reason for the high success of ‘Love Story.’ It’s about two people who go to bed together, yes - but mostly they’re in love.” Graves learned about love, and the Puritan ethic, as the son of a traveling salesman for a surgical supply company. He was born Peter Aurness on March 18, 1926, in Minneapolis. “I think we were born 6 feet tall and then started to grow from there,” he says.
His brother, Jim, is three years older and three inches taller than Peter. “My dad’s not particularly tall, only 5 feet, 11 inches," but his mother was almost 6 feet and straight as a ramrod - "a German woman who used to scare the hell out of me.” During high school, Peter took up the clarinet and the saxophone. At 15, he became the youngest member of the musicians’ union, playing with local dance bands for spending money. He once turned down a request to play with the Lawrence Welk Orchestra, then on tour in nearby South Dakota. “I was at school, so there was no chance.” He’d joined the staff of radio station WMIN as an announcer at the age of 16. Upon graduation he enlisted in the Air Corps. After his discharge two years later, he wanted to go to the Julliard School of Music, but finally entered the University of Minnesota instead. Peter majored in drama, which led him west to Hollywood. His brother, Jim, already was here, but he’d had no degree of success. “He was a disaster case,” says Peter. “I came out with a friend from school, (director) Jack Smight. I remember we told the porter on the train we were going to be actors, and he said ‘Don’t. They’re all going the other way - to New York.’ “Jim met us at the station and said, ‘Go back.’ We wouldn’t, so he checked me into the Hollywood YMCA, which is a far cry from Hotel Bel-Air, I’ll tell you. Jim gave me a copy of the Hollywood Reporter and said, ‘Go.’” “We went, making the usual rounds of agents, but the going was rough.”
His college sweetheart, Joan Endress, followed him from Minnesota, and after he landed a job in a feature, “Rogue River”, with Rory Calhoun, Joan and Peter were married. Joan worked for some time as a doctor’s receptionist to keep them afloat in those difficult days when TV was just starting and giving the movie industry problems. Peter had taken a name from his mother’s side, Graves, because his brother was using their simplified family name, Arness. Peter’s first big break came with Billy Wilder’s movie, “Stalag 17”; “Paramount had seen me in a couple of Westerns, and said ‘No, Graves looks like an all-American. We need someone who looks like a German spy.’ My agent, Paul Kohner, persisted. He knew Billy Wilder. We went to Wilder’s house on afternoon and he kept walking around and looking at me like and going like this-“ Peter spread his hands on either side of his face, imitating the director’s gesture that simulates what you see through a camera lens - the frame. Wilder gave him a screen test and the part. But after the movie, at option time, “Paramount said, ‘Forget it. We’re only going to make two pictures a year. Not only that, but you’re a German spy. We’re looking for an all-American boy.’”
A new producer, Howard Koch (“Odd Couple”) used Peter in several films. With “Beneath the 12 Mile Reef” at Fox, that studio took an option for a contract. “I thought that was it. We were shooting in Florida and they kept saying, ‘Darryl Zanuck likes you.’ Pretty soon came word that Zanuck did like me, but he was dropping me because Fox was only going to make one picture in the next year.” The picture was “The Egyptian,” an extravagant project intended for Marlon Brando, who dropped out. Zanuck wanted to test his then-girlfriend Bella Daryl, for a role. He asked Graves to test with her. “It was massive,” he recalls. “Full wardrobes. Huge sets. We rehearsed for two weeks in Michael Curtiz’s office. Leon Samroy (a very top cinematographer) shot it. Well, anyway, Bella got the part but I didn’t.” (Edmund Purdom starred in the film.) Peter’s one try at Broadway was unsuccessful: He played in Paul Gregory’s “The Captains and the Kings,” which got “so-so notices,” and folded after 10 performances. Graves really found his legs, so to speak, in TV. Paramount’s “Mission” is his fourth series. The others were “Fury,” “Whiplash” and “Court Martial.”
Joan and Peter live with their three daughters in a house in Santa Monica, Calif., which Peter says is haunted. It was built by a German couple called Von Lichtenberg. “There was some sort of tragedy. I’ve never seen the ghost, but I’ve heard it. We have a cukoo clock that hasn���t worked for 20 years. Occasionally it strikes.” Although he works for the American Cancer Society, he hasn’t given up smoking: “I enjoy it, and I haven’t gotten to the point where it’s affected me. I resent the label on cigarets. If they’re going to warn you why don’t they put the same sign at the entrance to every freeway, or on every banana that’s sold? You can slip on the peel, you know.” The only “romantic lead” Graves ever wanted to play is the starring role in a remake of “Dodsworth”: “That story could be updated to now and would make a great picture. But I think Sam Goldwyn still owns it.”
On the other hand, with his conservatism, it’s unlikely the man who is as he seems would back a film. “You cannot simplify human intelligence, emotion, and growth. To watch the frills and foibles of a human psyche is fascinating. All of which adds up to the fact that I might not put a dime of my own in a movie right now.” With “Mission” and Graves both near-institutions, it’s not very likely he’ll ever have to.
#peter graves#old hollywood#mission: impossible#mission: impossible (tv)#mission: impossible (1966)#interview#transcript#feel free to add tags- I'm not sure what else I should include lol
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Se ha venido diciendo que el XIX es el siglo de la novela, pero es más que probable que el verdadero siglo de la novela haya sido el XX. Es en ese siglo donde alcanza su mayor esplendor. Empiezan en el XIX Flaubert, Melville y otros, pero en el siglo pasado están Proust, Joyce, Musil, Nabokov, Beckett… Digamos que esos autores, y otros, llevan a la novela a una especie de exploración extraordinaria de las posibilidades que el género narrativo permite. Y, como percibiera con suma agudeza Juan José Saer, a partir de esa exploración, de ese despliegue, el género se abre cada vez más. Y deja de haber una sola forma de escribir novela, ya no hay formas lineales y relatos estructurados a partir de las personas del relato excluyentes unas de otras, sino que todas las posibilidades de relato, todos los puntos de vista, todas las perspectivas pueden introducirse y desarrollarse al infinito. Y en ese sentido ya no estamos frente a un fenómeno de vanguardia, sino que las vanguardias, y en esto sigo citando a Saer, por esa apertura que produjeron, permitieron entender la forma narrativa de una forma abierta. Isighuro decía que la vanguardia estuvo bien, pero significó lucha, enfrentamiento, borrar al otro. A mí actualmente me gusta, más que la ruptura, el incorporar todo aquello que me gusta, sin mirar si es de vanguardia o no. Juntar, por ejemplo, al Saunders de Lincoln en el Bardo con los Diarios de Gombrowicz, las teorías de Walter Benjamin y el estilo de Henry James. Parece esto incompatible pero no lo es en absoluto.
Una historia de ficción solo tiene que ser verosímil y que el lector se la crea. Pero nunca he tenido muy claro el papel de la ficción. Porque, si lo tuviera claro, ya no creo que probara a ver qué es una ficción, que es precisamente a lo que me dedico cuando trato de escribir una.
Enrique Vila-Matas
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Cuatro cosas sobre el Nobel
No se lo tienen por qué dar a tu autor favorito.
No se premia al "mejor" escritor o escritora, si es que ese concepto se puede aplicar a alguien que no sea un tenista (gracias, Rafa).
Lo creó Alfred Nobel por mala conciencia. Por eso se premian a creadores que van en la "dirección ideal". Es decir, que tengan cierto compromiso para hacer un mundo mejor, menos dinamitero.
Por eso no se lo hubieran dado nunca a Borges, que vivía demasiado en sus mundos de laberintos, espejos y tigres. Asumidlo.
A Kafka sí se lo podrían haber dado, porque sus castillos y procesos no eran sino una manera de denunciar cierto sinsentido contemporáneo (y me diréis que Borges también, pues no exactamente).
Por eso a Murakami tampoco se lo darán nunca. No da el perfil, sin más.
Por eso se lo dieron a Dylan, por el componente social de muchas canciones. Como 'Like a Rolling Stone' o 'Hurricane'. Solo con esas dos historias tan bien musicalizadas merece el Nobel tanto o más que Eyvind Johnson, novelista sueco del que no se acuerda nadie.
Saramago, por ejemplo, es un autor muy Nobel.
Desde 2017, tras el premio a Dylan que causó cierta polémica, el premio alterna sexos. Un año hombre, otro mujer. En 2019 se lo entregaron a un hombre (Peter Handke) y a una mujer (Olga Tokarczuk) porque en 2018 no hubo premio por escándalos internos. Este año, 2024, el guion decía que la ganadora sería mujer. Así, en 2025 se supone que toca hombre: así que, seguidores y seguidoras de Anne Carson y Joyce Carol Oates, quizá haya que esperar hasta 2026.
Que no conozcas al premiado no habla mal del premio, sino quizá, lo siento, de ti. No airees esa laguna con indignación. No hace falta, por otra parte, conocer a todos los escritores de todos los continentes, no pasa nada. Tómate un café bombón y relájate.
El premio tampoco premia a una carrera ni es la guinda de nada, como puede ser el Formentor, por ejemplo. De hecho, el Nobel se considera un premio de REVELACIÓN y no tanto de consagración. Un premio que da a conocer al mundo a otros autores conocidos en su área de acción y que el jurado considera que deben ser más universales. A Jon Fosse no lo conocíamos aquí pero sí era una gloria nacional en su noruega natal. Parecido pasa con JM Coetzee, Harold Pinter, Orhan Pamuk o Annie Ernaux (más conocida en España).
El Nobel también tiene en cuenta literaturas periféricas, digamos, para salir del occidenticentrismo, lo cual está muy bien.
A veces el Nobel puede contradecir sus propios criterios y premiar en modo consagración: Mario Vargas Llosa, Doris Lessing o Patrick Modiano.
Leeros este comentario cada cuatro días y así el año que viene ya debatimos fuera de la barra del bar Paco. De nada. 🙂
de Eduardo Laporte. Gracias por la pertinencia e invitación a la reflexión.
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ULISES (Inicio del capítulo 4, «Calipso»), Autor: James Joyce
Estimad@ internauta literari@: Yo creo que quien se embarque bravamente en el Ulises como un navegante griego –ya que estamos–, sin haber tratado antes con el Stephen Dedalus del Retrato del artista adolescente, corre el peligro de quedarse sin mar en el capítulo Tres, cuando el flujo de conciencia de Stephen llega a un punto álgido de conchas pisoteadas ya desde el Retrato. Yuxtapongo aquí una…
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TV: Michael
Al igual que en “Los años maravillosos” (The Wonder Years, 1988-1993) o “Everybody Hates Chris” (2005-2009), “Oliver Beene” (dos temporadas entre 2003 y 2004) retrata una época específica de la historia estadounidense (los sesenta) mediante el humor, cierta ternura y la voz en off del protagonista, ya adulto, narrando la historia (David Cross; en la versión infantil es interpretado por Grant Rosenmeyer). Hijo del Dr. Jerry (dentista, en la piel de Grant Shaud) y la ama de casa Charlotte Beene (Wendy Makkena) y hermano menor del muy molesto Ted (Andrew Lawrence), Oliver es un chico común y corriente que, junto con los habituales desquicios de una familia ordinaria, padece infortunados y embarazosos accidentes cada vez que aparece Bonnie (Amanda Michalka), la chica de la que está enamorado.
Afortunadamente, Oliver cuenta con dos amigos muy cercanos para ayudarle en el diario desatino de su existencia: Joyce (Daveigh Chase, más cerca de la Lilo de “Lilo & Stitch” que de la terrible Samantha Morgan de “La llamada”) y Michael (Taylor Emerson).
Ya desde su primera aparición, en el segundo episodio, se da por supuesto que el futuro de Michael sería con pareja masculina y bebé adoptado incluidos. En esa historia que introduce a su personaje, los padres de Ted y Oliver dejan a los chicos en casa para asistir a una cena y la noche sin adultos se vuelve caótica cuando aparece Harvey (A.J. Trauth, de la serie “Mano a mano”, o “Even Stevens”), amigo de Ted vetado de la casa de los Beene por sus desquiciantes bromas. Herido en su confianza por lo que considera una traición a la idea de pasar una noche de hermanos, Oliver invita a su mejor amigo, que resulta ser ese muchacho raro y afeminado, y que devendría en un personaje frecuente: con exepción del inicial, Michael aparece en todos los episodios subsiguientes.
Michael es el arquetipo del varón gay: modales delicados, afección por el showbusiness (admira a Rock Hudson, galán de la época que en 1985 manifestó su homosexualidad, obligado por el avance del VIH que padeció) y gran interés por la moda. En un episodio mostró repulsión por las imagenes femeninas de una revista pornográfica y, cuando su padre tuvo conocimiento de su acceso a ella, tras preguntarle si le había gustado, éste contestó afirmativamente, recibiendo un abrazo instantáneo y ferviente, señal de que el hombre ya tenía sus sospechas sobre la sexualidad de Michael. Teniendo en cuenta que la historia transcurre en 1962 (y que faltaban once más para que le homosexualidad saliera de la lista de trastornos mentales de la American Psychological Association), podemos dar por sentado que su adolescencia, además viviendo en una familia con fuerte raigambre religiosa, no debe haber sido nada sencilla.
Michael es un personaje simpático, pero secundario, que gozó del honor televisivo de aparecer en los créditos principales en la segunda temporada de la serie producida por Steve Levitan, creador de hitos de la comedia como “Frasier” o ”Modern Family”.
#TV#Michael#OliverBeene#gay#infancia#DavidCross#GrantRosenmeyer#GrantShaud#WendyMakkena#AndrewLawrence#AmandaMichalka#DaveighChase#TaylorEmerson#SteveLevitan
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BOOM LATINOAMERICANO.
Es un movimiento literario que surgió entre los 60's 'y 70's, este se expandió por todo el mundo, haciéndolas más independientes y atractivas por la creatividad que existían en varios libros. Todos esto autores que fueron parte de esta escuela literaria. Además, de el "realismo mágico" que dejar a cualquiera en confusión, entre lo real y lo mágico diciendo que es mágico. Quieren buscar que nos familiaricemos con temas nacionales y de índole patriota, además, que quieren darle una nueva forma a sus obras, con eso no pasan a ser clásicos rápidamente va a romper barreras entre la realidad y la fantasía.
En esta época existieron un montón de autores, por ejemplo: Julio Cortázar (La Rayuela); Gabriel García Márquez (Cien años de soledad); Carlos Fuentes (Terra Nostra) o Mario Vargas Llosa (La ciudad de los perros). El auge de este fenómeno fue durante el año de 1960 a 1976. En 1960 se desarrollo la Guerra Fría, y hubieron tensiones entre los movimientos revolucionarios de la época, como por ejemplo la revolución cubana.
Debido a que la mayoría de los escritores de esta época son de las vanguardias, eso se refleja mucho en su escritura y sus maneras de cambiar lo ya predeterminado para la escritura antes, además, de ya haber revolucionado los temas, creando espacio fantásticos y reales. Aunque algo de lo que cabe recalcar es que todos los escritores son hombres, es una clara señal del machismo que existe en Latinoamérica, por esa razón no existen muchas escritores en esta época.
Por otra parte, los artistas que influenciaron a este movimiento fueron modernistas, como: José Martí (Cuba), Rubén Darío (Nicaragua), James Joyce (Irlanda) y José Asunción Silva (Colombia). En cuanto a inspiración, los autores del Boom, experimentaron con temas controversiales (Proxenetismo, homosexualidad, alta alcurnia, etc.), incluso se meten en el tema de política y usan las obras como manera de protesta o revolución, y eso temas los hace ser aún más importantes para la literatura.
Equipo editorial, Etecé. (2023, 24 enero). Boom latinoamericano: origen, características y autores. Enciclopedia Humanidades. https://humanidades.com/boom-latinoamericano/
Equipo editorial, Etecé. (2022a, julio 14). Boom latinoamericano - concepto, características, autores y obras. Concepto. https://concepto.de/boom-latinoamericano/
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Los libros. Umberto Eco
Una, si se busca un libro importante, se termina por encontrarlo. Segundo, no todos los libros son importantes para todos. Un libro es importante para usted, otro libro es importante para mí. No hace falta pensar en la literatura como una revelación divina y que todo el mundo esperaba sólo el Ulises de Joyce. El mundo podría vivir también sin el Ulises de Joyce. Uno puede haber leído otro libro…
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07-11-23
Sinopsis:
Durante los preparativos de una fiesta para la noche de Halloween, la adolescente Joyce Reynolds cuenta a todo el mundo que en una ocasión presenció un asesinato. Nadie cree lo que oye, ya que la joven de sólo trece añoses conocida por su fecunda imaginación y por las mentiras que constantemente explica. Tras cenar y disfrutar de los juegos, Joyce aparece ahogada en un barreño lleno de agua y manzanas. Lo que en apariencia podría haber otra disparatada historia de la joven quizá sea una terrible verdad que ha acabado con su vida. Ariadne Oliver, una escritora de novelas de misterio que se encontraba en la fiesta, de-cide entonces viajar a Londres para pedir ayuda al detective Hércules Poirot, que deberá interrogar a todos los invitados para dilucidar quién y por qué ha sido capaz de matar a una muchacha inocente.
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El chino retuvo su OMB interino de los pesos pesados al ganar por KO en el tercer asalto a Joe Joyce en el OVO Arena Wembley de Londres. Retó a Tyson Fury al terminar. Cristina Parracriistinaparra_ Los duelos de los pesos pesados cada vez son más espectaculares, y la revancha entre Zhilei Zhang (22-1-1, 21 KO) y Joe Joyce (15-2-0, 14 KO) no iba a ser menos. El chino retuvo su título interino de los pesos pesados de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) al noquear en el tercer asalto a Joyce. Se mantuvo imponente y, con una izquierda, abrió la guardia del británico para sentenciarle con un derechazo. Al terminar el pleito, ante un Joyce devastado al sumar su segunda derrota consecutiva, retó a Tyson Fury (33-1-0, 24 KO). 𝘼𝙉𝘿 𝙎𝙏𝙄𝙇𝙇𝙇𝙇𝙇𝙇𝙇𝙇𝙇𝙇𝙇𝙇𝙇 Zhilei Zhang 🏆 🇨🇳#ZhangJoyce pic.twitter.com/PRrDsWGP51 — Boxing on TNT Sports (@boxingontnt) September 23, 2023 Ambos boxeadores empezaron tanteándose, estudiándose. Ninguno quería dar un paso en falso y lanzaban algún golpe suelto, sin mucho peligro. Joyce trabajaba para frenar la izquierda de Zhang que tanto daño le hizo en el primer encuentro. En el segundo round, el chino aumentó la velocidad y conectó una combinación en el rostro que el británico sintió, pero supo reaccionar. Empezó a meter la izquierda y sorprendió al británico. En el tercer asalto, Zhang seguía llegando con sus buenas manos. Encajaba bien Joyce, pero el chino metió una izquierda que abrió la guardia del británico y sentenció con una potente derecha. Se fue a la lona y no pudo volver a levantarse. Zhang se acercó a Joyce después del KO para asegurarse de que su oponente estaba bien. Retuvo así su cinturón OMB de los pesos pesados en una apasionante revancha que terminó incluso antes que el primer choque. “Estoy feliz. Ya lo hice en el primer combate. Joe Joyce es un gran boxeador y le respeto, pero de nuevo ha vuelto a imponerse el poder chino”, declaró Zhilei. El chino, además de haber hecho la primera defensa exitosa de su título, se reafirma y se pone a las puertas de conseguir el título Mundial, que actualmente está en manos del ucraniano Oleksandr Usyk (21-0-0, 14 KO). Y sorprendió con un reto al finalizar: “¿Queréis verme cerrarle el pico a Tyson Fury?”. Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo El Pepazo/Marca
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‘War Criminal & World’s Deadliest Warmonger Henry Kissinger’ Turns 100 This Week. He Should Be Ashamed To Be Seen In Public
Much of the World views Kissinger as a War Criminal – Yet in the US, Surrounded by Powerful Friends, He is Feted as a Celebrity Intellectual
— Bhaskar Sunkara and Jonah Walters | Saturday 27 May 2023
The then US Secretary of State, Witch Hillary Clinton, and War Criminal Henry Kissinger in 2011. Photograph: Jewel Samad/AFP/Getty Images
War Criminal Henry Kissinger turns 100 on Saturday, but his legacy has never been in worse shape. Though many commentators now speak of a “Tortured and Deadly Legacy”, for decades Kissinger was lauded by all quarters of the political and media establishment.
A teenage Jewish refugee who fled Nazi Germany, Kissinger charted an unlikely path to some of the most powerful positions on Earth. Even more strangely, as national security adviser and secretary of state under Nixon and Ford, he became something of a pop icon.
Back then, one fawning profile of the young statesman cast him as “the sex symbol of the Nixon administration”. In 1969, according to the profile, Kissinger attended a party full of Washington socialites with an envelope marked “Top Secret” tucked under his arm. The other party guests could hardly contain their curiosity, so Kissinger deflected their questions with a quip: the envelope contained his copy of the latest Playboy magazine. (Hugh Hefner apparently found this hilarious and thereafter ensured that the national security adviser got a free subscription.)
What the envelope really contained was a draft copy of Nixon’s “Silent Majority” speech, a now-infamous address that aimed to draw a sharp line between the moral decadence of antiwar liberals and Nixon’s unflinching realpolitik.
The actual top-secret work he was doing in the 1970s aged just as poorly. Within a few short years he masterminded illegal bombings in Laos and Cambodia and enabled genocide in East Timor and East Pakistan. Meanwhile, Kissinger was known among Beltway socialites as “The Playboy of the Western Wing”. He liked to be photographed, and photographers obliged. He was a fixture on gossip pages, particularly when his dalliances with famous women spilled into public view – like when he and the actor Jill St John inadvertently set off the alarm at her Hollywood mansion late one night as they stole away to her pool. (“I was teaching her chess,” Kissinger explained later.)
While Kissinger gallivanted with Washington’s jet set, he and Nixon – a pair so firmly joined at the hip that Isaiah Berlin christened them “Nixonger” – were busy contriving a political brand rooted in their supposed disdain for the liberal elite, whose effete morality, they claimed, could lead only to paralysis.
Kissinger certainly disdained the antiwar movement, disparaging demonstrators as “Upper-Middle-Class College Kids” and warning: “The very people who shout ‘Power to the People’ are not going to be the people who take over this country if it turns into a test of strength.” He also scorned women: “To me women are no more than a pastime, a hobby. Nobody devotes too much time to a hobby.” But it’s indisputable that Kissinger held a fondness for the gilded liberalism of high society, the exclusive parties and steak dinners and flashbulbs.
High society loved him back. Gloria Steinem, an occasional dining companion, called Kissinger “The Only Interesting Man (Asshole) in the Nixon Administration”. The gossip columnist Joyce Haber described him as “Worldly, Humorous, Sophisticated, and a Cavalier with Women.” The Hef considered him a friend, and once claimed in print that a poll of his models revealed Kissinger to be the man most widely desired for dates at the Playboy mansion.
This infatuation didn’t end with the 1970s. When Kissinger turned 90 in 2013, his red-carpet birthday celebration was attended by a bipartisan crowd that included Michael Bloomberg, Roger Ailes, Barbara Walters, even “Veteran For Peace” John Kerry, along with some 300 other A-listers.
An article in Women’s Wear Daily reported that Bill Clinton and John McCain delivered the birthday toasts in a ballroom done up in chinoiserie, to please the night’s guest of honor. (McCain, The World’s Most Deadliest Warmonger Now Burning 🔥 in Hell, who spent more than five years as a POW, described his “wonderful affection” for Kissinger, “Because of the Vietnam War, which was something that was enormously impactful to both of our lives”.) The birthday boy himself then took the stage, where he reminded guests about the “rhythm of history” and seized the occasion to preach the gospel of his favorite cause: bipartisanship.
Kissinger’s capacity for bipartisanship was renowned. (Republicans Condoleezza Rice and Donald Rumsfeld were in attendance early in the evening, and later in the night Democrat Hillary Clinton strode in through a freight entrance with open arms, asking: “Ready For Round two?”) During the party, McCain gushed that Kissinger “has been a consultant and adviser to every president, Republican and Democrat, since Nixon”. McCain probably spoke for everyone in the ballroom when he added: “I know of no individual who is more respected in the world than Henry Kissinger.”
In fact, much of the world reviles Kissinger. The former secretary of state even avoids visiting several countries out of fear that he might be apprehended and charged with war crimes. In 2002, for example, a Chilean court demanded he answer questions about his role in that country’s 1973 coup d’état. In 2001, a French judge sent police officers to Kissinger’s Paris hotel room to serve him a formal request for questioning about the same coup, during which several French citizens were disappeared.
Around the same time, he cancelled a trip to Brazil after rumors began circling that he would be detained and compelled to answer questions about his role in Operation Condor, the 1970s scheme that united South American dictatorships in disappearing one another’s exiled opponents. An Argentinian judge had already named Kissinger as one potential “Defendant or Suspect” in a future criminal indictment.
But in the United States, Kissinger is untouchable. There, one of the 20th century’s most prolific butchers is beloved by the rich and powerful, regardless of their partisan affiliation. Kissinger’s bipartisan appeal is straightforward: he was a top strategist of America’s empire of capital at a critical moment in that empire’s development.
Small wonder that the political establishment has regarded Kissinger as an asset and not an aberration. He embodied what the two ruling parties share: the resolve to ensure favorable conditions for American investors in as much of the world as possible. A stranger to shame and inhibition, Kissinger was able to guide the American empire through a treacherous period in world history, when the United States’ rise to global domination sometimes seemed on the brink of collapse.
The Kissinger doctrine persists today: if sovereign countries refuse to be worked into broader US schemes, the American national security state will move swiftly to undercut their sovereignty. This is business as usual for the US, no matter which party sits in the White House – and Kissinger, while he lives, remains among the chief stewards of this status quo.
The historian Gerald Horne once recounted a story about the time Kissinger nearly drowned while canoeing beneath one of the world’s largest waterfalls. Tossed in those churning waters, the statesman was finally forced to confront the terror of losing control, of facing a crisis in which even his own incredible influence could not insulate him from personal disaster. But the panic was only temporary – his guide righted the boat, and Kissinger again escaped unscathed.
Perhaps time will soon accomplish what the Victoria Falls failed to do so many decades ago.
— Bhaskar Sunkara is the president of the Nation, the founding editor of Jacobin, and the author of The Socialist Manifesto: The Case for Radical Politics in An Era of Extreme Inequalities. Jonah Walters is a freelance writer and postdoctoral fellow at the UCLA Institute for Society and Genetics
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Piensa Primero...
Ya que estos hechos son innegables, es preciso que ustedes se calmen y no hagan nada precipitadamente. (Hechos 19:36)
Comprometerse a hacer algo sin preguntarle a Dios al respecto y esperar que Él nos hable no es sabio; ni es sabio brincar a las cosas sin pensar primero en lo que nos estamos listos para hacer. A menudo nos obligamos a demasiadas cosas y terminamos cansados y agotados. Dios ciertamente nos fortalece a través de Su Espíritu, pero Él no nos fortalece para hacer cosas que están fuera de Su voluntad para nosotros. ¡No nos fortalecerá para ser imprudentes! Una vez que nos comprometemos a hacer algo, Dios espera que cumplamos nuestra palabra y seamos personas íntegras, por lo que Su consejo para nosotros en el versículo de hoy es «pensar antes de hablar». En nuestro pensamiento, debemos preguntarle a Dios qué piensa en el asunto que tenemos en consideración.
Esta es ciertamente una lección que he tenido que aprender. Solía permitir que el entusiasmo sacara lo mejor de mí y dijera sí a las cosas, sin pedir el consejo de Dios y luego terminaba quejándome de mi horario. Dios tuvo que hacerme saber que si lo hubiera buscado primero a Él y hubiera seguido Su guía, podría haber evitado sentirme frustrada y estresada.
Estoy segura de que tiene muchas oportunidades para involucrarte en cosas que disfrutarías o considerarías importantes. Simplemente te animo hoy a no comprometerte a nada sin pensarlo seriamente y sin buscar la guía de Dios sobre si Él quiere que hagas estas cosas o no.
La palabra de Dios para ti hoy: ¡Piensa antes de hablar!
(Joyce Meyer).
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| ART |
La obra secreta de Nusch Eluard
Miriam L. Chorne
Una serie de contingencias hicieron que hace un tiempo “encontrara” a Nusch Éluard. Compartía la vida con muchos artistas e intelectuales de su tiempo, sobre todo desde los primeros 30 hasta después de la segunda guerra mundial. Y aparecía muchas veces en las fotografías o relatos de esos artistas. Era una época en la que la vida compartida era parte de una vida surrealista.
Suelen describirla como musa y modelo, acentuando de este modo la ausencia de obra creativa propia. No estoy de acuerdo. No sólo porque fue la autora de unos bellos y sugerentes collages - sobre los que volveré más adelante- sino porque en el propio ejercicio de su actividad como modelo vibra más allá de su presencia bella, enigmática y radiante, una relación con el cuerpo que le permitió ejercer con verdadero arte, sin límites, ni inhibiciones, un oficio que le resultaba evidentemente gozoso.
Su biógrafa abunda en esta idea de que “la verdadera obra de Nusch fueron sus años de convivencia con Paul Éluard.”1 Sin duda su relación fue importante para los dos y se ve la huella claramente en la hermosa poesía amorosa de Paul. Él lo dijo así: “Vivo bañado en una luz exclusiva: la tuya.”2
Lo que no obsta para reconocer la dimensión creadora por sí misma de Nusch Éluard.
Me evocó la figura de un artista al que también se caracterizaba como sin obra, me refiero a Bobbi Bazlen, como lo llamaban sus amigos: Svevo, Joyce y otros escritores triestinos, como Stuparich, Quarantotti Gambini, en los años anteriores a la primera guerra. Fue precisamente leyendo sobre la vida de Joyce en Trieste cuando supe de estos artistas al que se añadían otros escritores magníficos -un poco en los márgenes- como el gran poeta Montale o Saba. Reinaba entre ellos Roberto Bazlen.
Este escritor parco, misterioso, ejerció una influencia indudable sobre la literatura y ocupó un lugar central en el grupo de los escritores triestinos que lo conocieron. Todos ellos lo reconocían como quien más leía y también que conocía, gracias a su condición de políglota, las más diversas literaturas. Fue sobre todo el introductor de la literatura de la mitteleuropa, sobre todo en Italia. Por ejemplo, comprendió antes que nadie la grandeza de Musil y su versión de El hombre sin atributos sería durante décadas la única disponible en italiano. Introdujo asimismo a Gombrowicz, a Raymond Roussel … y a muchísimos otros grandes escritores a través de su relación con Einaudi -durante mucho tiempo la mayor editorial Italiana.
El misterio de que no escribiese se constituye en el hilo de un delicioso libro de Daniele del Giudice, El estadio de Wimbledon.3 El narrador en primera persona, es un joven novelista que viaja a Trieste para entrevistar a los amigos que conocieron a Bazlen. Quería conocer las razones de la perdurable fascinación que su figura continuaba suscitando sobre muchos escritores. a pesar de no haber escrito libros. Le interesa, según dice, “un punto, en el que tal vez se entrecruzan el saber ser y el saber escribir”.
La exclusión, la renuncia, el silencio de Bazlen a escribir, mueven al narrador a investigar las causas. Pero a pesar de las muchas y diversas explicaciones de quienes lo conocieron: “una suerte de elegante nihilismo”, tenía dificultades para reunir y organizar lo que escribía, lo que le impedía escribir una obra de largo aliento, él mismo decía: “ya no se pueden escribir libros, yo sólo escribo notas a pie de página”.
Acorde con esta observación está el arte que se le reconocía para producir aforismos de una prodigiosa densidad simbólica, de una inmensa latencia de significación diferida. Como los buenos aforismos, los suyos, continúan reverberando -entre la incomprensión y la huella que sin embargo dejan- en el pensamiento. Un ejemplo: “Hasta Goethe: la biografía era absorbida por la obra. De Rilke en adelante: la vida contra la obra.”
Frente a los intelectuales de su círculo que experimentaban nostalgia de la ausencia de su obra, R. Calasso sostiene que no sólo no se debe lamentar que Bazlen no escribiera sino que “forma parte, pues -y decisiva- de la obra de Bazlen el no haber producido una obra.” Y Calasso lo conocía bien. Creó con él la editorial Adelphi que se convertiría, bajo la dirección de Calasso, en una entidad casi mitológica de la cultura europea. Es seguramente esa editorial la obra maestra de Bazlen: fue suyo el concepto original y también el deseo de no poner límites a lo que la editorial publicaba.
Pero volviendo a Nusch Éluard, decía al comienzo de este texto que una serie de azares me condujeron a interrogarme sobre quién era. Comencé a leer un libro conmovedor escrito por Mercedes Guillén, una exiliada española que tuvo que migrar al final de la guerra civil. Es uno de los primeros libros de los muchos que seguramente aparecerán este año en que se conmemoran los cincuenta años de la muerte de Picasso.
El libro Picasso con los exiliados4 relata la dura vida de los refugiados españoles cuando llegaron a Francia “con sólo lo que pudieron cargar, sin saber dónde iban a dormir, cómo iban a calentarse en el frío invierno o qué iban a comer.” No sabían tampoco cuando huyeron de las represalias que podían esperar del régimen franquista, que apenas un año más tarde padecerían, en París, la Segunda Guerra Mundial y la Ocupación, por parte de la Alemania nazi.
Es un libro bien escrito y lleno de anécdotas sabrosas que ofrece un retrato del Picasso más humano y próximo, un ya célebre artista que si veía un español por la calle le podía decir “voy a comprar cigarrillos, ¿me acompañas?” y después invitarlo a un café.
También resulta muy evocador del clima en el que vivían los refugiados en París, el relato de Guillén de cómo los españoles acudían a casa de Picasso, cuando ya no tenían más esperanza anhelando encontrar allí su salvación. “Picasso se desvivía por todos. Oía a uno tras otro, escribía en un trozo de papel o en la libreta más a mano una palabra, un número o un jeroglífico. Otras veces bastaba una mirada a su amigo Sabartés, casi siempre presente, para que este comprendiera y apuntase una dirección, un nombre.”5
Por otra parte la propia Mercedes Guillén, la autora de este libro, es un personaje importante que desarrolló un intenso trabajo cultural y político durante la Segunda República y la Guerra Civil en el movimiento libertario español. Fue co-fundadora de Mujeres Libres, una de las organizaciones importantes del movimiento anarquista.
Llegó exiliada a Francia en 1939 tras una larga y agotadora caminata con otros españoles que bajo las bombas lograron pasar a Francia por Portbou. Sólo tiempo después, cuando pudo abandonar el campo de refugiados en los que Francia recibió a los emigrados, consiguió llegar a París. Un poco antes que su compañero, el escultor Baltasar Lobo. Las penurias de todos los exiliados eran muy grandes, buscaban sobrevivir, lo que no era nada fácil, ya que como suele pasarle a los migrantes, también hoy, no se podía trabajar si no se tenían papeles y no se podían conseguir los papeles si no se tenía un trabajo.
Guillén que llevaba los cuadernos de dibujos de Baltasar Lobo se acercó a Picasso para mostrárselos e interesarlo en el trabajo de su compañero. Desde entonces Picasso le hizo un lugar entre los amigos. Eran muchos y solían reunirse en Le Catalan, una vieja y modesta casa de comidas. Entre ellos estaban casi siempre Paul y Nusch Éluard. Picasso invitaba generosamente, Éluard decía “Donde pone la mano sale una estrella”.
Eran muchos los artistas que acompañaban a Picasso en esas comidas y en otras actividades como la puesta en escena de su obra El deseo atrapado por la cola. Hay una fotografía, muy difundida, en la que están Picasso, Sartre y S. de Beauvoir, Michel Leiris, Valentine Hugo, Brassaï, P. Reverdy, A. Camus, Jacques Lacan, Cécile Éluard y algunos otros de esos amigos.
Entre ellos aparecían muchas veces los mismos nombres y comenzó a intrigarme quién era Nusch Éluard, que solía aparecer, silenciosa, discreta pero muchas veces en el centro de estas reuniones.
En esos mismos días asistí a la inauguración de la exposición dedicada a Tosquelles, el psiquiatra catalán que había conocido mucho tiempo antes como uno de los pioneros de la psiquiatría comunitaria. Fue una exposición en el Museo de Arte Moderno de Madrid, el Reina Sofía, muy bien organizada, donde se dio prioridad al trabajo de Tosquelles como psiquiatra, pero se consideró también su participación en la vida cultural en Francia.
Una de las muchas salas de la exposición mostraba trabajos, cartas, dibujos, fotos de los intelectuales y artistas cercanos a Tosquelles. Eran muchos. Había cartas de Tristan Tzara y también fotos de su estadía de dos meses en Saint Alban -el hospital psiquiátrico que dirigía Tosquelles- donde escribió Hablar solo; de Frantz Fanon, que fue médico interno en el Hospital, había ejemplares de su gran libro anticolonialista, Los condenados de la tierra; de Lautréamont, numerosas cartas y Los cantos de Maldoror, de Jean Dubuffet que adquirió allí sus primeras obras de art brut, también algunos dibujos y cartas.
Entre las numerosas fotos había varias de Paul y Nusch Éluard, que pasaron también un tiempo en el Hospital. No recuerdo si lo leí en los carteles de la exposición o lo imaginé yo, pero pensé que el hospital que estaba en el sur de Francia había podido ser un refugio para los Éluard, como lo fue para muchos otros durante la guerra. Efectivamente, después cuando la curiosidad me llevó a buscar noticia de Nusch, verifiqué que así había ocurrido. Un bello poema inicialmente compuesto por Éluard para Nusch fue rebautizado con el título “Libertad”. Se convirtió en el himno de la resistencia a los nazis y los aviones de la Real Fuerza Aérea inglesa arrojaron el poema desde el cielo francés como panfletos.
Esa coincidencia me hizo querer conocer quién era Nusch Éluard. Supe así que había posado para numerosos retratos de dos de los más prestigiosos fotógrafos surrealistas: Man Ray y Dora Maar. Y también para numerosos pintores, Magritte, J. Miró y Picasso entre otros, como para dibujos de Dalí o R. Penrose. Tanto Man Ray como Dora Maar tomaron numerosas fotos, entre ellas algunos desnudos deslumbrantes, que se han convertido en verdaderos clásicos de la fotografía.
Tuvo una vida muy novelesca que comenzó actuando ella como acróbata y contorsionista en el circo, un circo pobre que dirigía su padre y en el que ella seguramente construyó ese cuerpo tan delgado y elegante, tan armonioso y sutil, que siempre la acompañaría, un cuerpo de modelo.
Muy joven llegó sola a París y vivió en la miseria hasta que conoció una tarde a René Char y Paul Éluard. Fue un encuentro surrealista, un “estado de gracia con el azar”, en palabras de A. Breton.
“Nusch aparece en el bulevar Haussmann, junto a Les Galeries Lafayette, ataviada con un vestido muy largo, calzada con zapatos de tacón aguja y tocada con un sombrero rematado por un cuervo negro. Como una actriz de teatro. Camina sin rumbo … La calle es puro ajetreo y bullicio, por el barrio circulan a esa hora muchos hombres … La bonita Nusch ofrece su mirada penetrante a todo el que la mira. ¡Es de verdad una aparición para René Char y Paul Éluard!”6
Pero la conmoción del encuentro fue demasiado intensa. Vacilan, Nusch se aleja, la boca de metro está a dos pasos y ella está por desaparecer escaleras abajo. Los dos amigos la alcanzan y les basta unos minutos para convencerla de tomarse una copa con ellos. “Habla deprisa, alegremente y sin tapujos, con un marcado acento alemán. Les cuenta su propio mundo surrealista, su calle, su teatro, sus papeles de tres al cuarto, su tristeza, su miseria, su arroyo. La conversación es deliciosa y libre. La muchacha cautiva a los dos poetas, que se rinden a sus encantos”7 Esa tarde se fue con Paul y ya nunca se separarían.
Pero ¿era verdad el retrato que, como en el caso de Bobbi Bazlen, hacía de ella también una creadora sin obra? Encontré, en contra de esta idea, el testimonio de Timothy Baum, un marchand norteamericano, que compró en una subasta un collage cuyo autor se suponía que era Paul Éluard, pero que cuando lo tuvo en sus manos descubrió que en el ángulo inferior izquierdo estaba firmado Nusch. Dice Baum “Descubrí el primer collage de Nusch, Les Mains libres (Las manos libres) en un bellísimo catálogo” hacia l969 o 1970.”8 También en ese mismo período descubrió otro collage de Nusch, atribuido a Paul, en el Album Éluard, publicado en la colección La Pléiade, con ocasión de la edición de las obras completas del poeta. Desde entonces, Baum llevó a cabo una apasionada investigación descubriendo cinco collages de Nusch.
Fue según confiesa una tarea placentera porque apreciaba mucho los nuevos collages que iba descubriendo y publicó en 1978 un pequeño cuaderno en su editorial, Nadada Editions (Nueva York), bajo el título de Collage Dreams.
El collage que lleva por título Bois des Îles, una fascinante imagen acuática, fue incluso catalogada en la colección de tarjetas postales de G. Hugnet, La carte surréaliste (publicada en 1937).
La historia de estos collages no es menos interesante, al menos para mí, ya que según el relato de Baum, éstos nacieron de una consulta con Lacan. Al parecer, en 1935 ó 1936, según Baum, Nusch recién casada -aunque debió ocurrir antes, ya que su boda fue en agosto de 1934- comenzó a sufrir un insomnio pertinaz y tras intentar diversos modos de remediar su mal, recibió el consejo de consultar con Jacques Lacan. Según la versión de Baum, tras escucharla Lacan le dijo que cuando experimentara insomnio no tratara de dormir, que se incorporara y que escribiera sus pensamientos, que llevara una especie de diario. Al parecer Nusch le respondió que ya había un escritor en casa, Paul. Entonces Lacan le sugirió que dibujase en un cuadernillo lo que se le ocurriera y como le apeteciera. También recibió el rechazo de Nusch, explicando simplemente que no tenía talento y que no se le daba bien por lo que dudaba que resultara beneficioso.
Sin embargo, poco después comenzó a recortar fotografías y a pegarlas sobre tarjetas postales formando bellos collages. Al parecer la terapia resultó exitosa porque en un corto período recuperó el sueño.
Baum relata que esta historia de la lucha contra el insomnio y de la consulta con Lacan se la contó Man Ray y que él no tiene motivos para dudar de su veracidad. Nosotros, los lectores y yo, seguramente tampoco.
Pero más allá de esta actividad -que pone de manifiesto que Nusch tenía una capacidad creadora que no ha sido reconocida- quizás porque ella misma nunca le dio valor, existe su labor como modelo. Basta ver las fotografías que le tomaron para apreciar la fuerza de su talento. “Los retratos de Dora Maar ponen de manifiesto el carácter intensamente fotogénico de Nusch así como esa gran disciplina que es capaz de imponerle a su rostro para posar largas horas ante la cámara.”9 Al igual que Man Ray, Dora Maar trata de captar una mirada que se dirige a otro lugar. Nusch está como ausente, no mira jamás al objetivo de la cámara. Y esa presencia poderosa junto a la ausencia provoca una atracción indudable.
“Man Ray fotografió tantas veces a Nusch, desnuda o vestida, que se diría ahora, ante todas esas imágenes, que poseía un don de presencia y una gracia mimética inmensos, así como una excepcional capacidad de habitar su propio cuerpo.”10
Y así, sin expresar ninguna voluntad concreta de hacerlo, Nusch participó de forma activa y deslumbradora en la aventura de la fotografía europea.
_________________________________
1 Vieuille, Ch. Nusch Éluard, Circe, Barcelona, 2012.
2 Éluard, P. La Rose Publique, 1934.
3 Giudice, D. del, El estadio de Wimbledon, Editorial Anagrama, Barcelona, 1986.
4 Guillén, M., Picasso con los exiliados, Muñeca Infinita, Madrid, 2023.
5 Ibid. p. 19.
6 Vieuille, Ch., op.cit. p. 31.
7 Ibidem.
8 Baum, T., “Los collages de Nusch” epílogo del libro Nusch Éluard, op.cit
9 Vieuille, Ch., op.cit. p. 59.
10 Catálogo de la exposición Elsa Schiaparelli, Museo de la Moda, Palacio Galliera de París, 2004.
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#MariBookClub 📖 “𝐵𝑙𝑜𝑛𝑑𝑒” de Joyce Carol Oates. “𝐵𝑙𝑜𝑛𝑑𝑒 es una “vida” radicalmente destilada en forma de ficción y, a pesar de su longitud, el principio de apropiación es la sinécdoque. (...) El lector que desee conocer datos biográficos fidedignos de Marilyn Monroe no debería buscarlos en Blonde , que no pretende ser un documento histórico” nos advierte la autora antes de empezar el Prólogo. Es entonces que te relajas y te dejas llevar. Joyce Carol Oates ha construido una Marilyn que fácilmente pudo ser una parte muy real de ella, la mente de Norma Jean que duda constantemente quién es, ¿Norma?¿Marilyn?¿El personaje que está haciendo?¿En qué personaje está ahora? “𝐶𝑜𝑛𝑜𝑐𝑖́ 𝑚𝑖 𝑒𝑥𝑖𝑠𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎 𝑦 𝑒𝑙 𝑣𝑎𝑙𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑒𝑠𝑎 𝑒𝑥𝑖𝑠𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎 𝑎 𝑡𝑟𝑎𝑣𝑒́𝑠 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑜𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠, 𝑝𝑜𝑟𝑞𝑢𝑒 𝑐𝑟𝑒𝑖́𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑜𝑠 𝑒𝑟𝑎𝑛 𝑚𝑎́𝑠 𝑑𝑖𝑔𝑛𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑓𝑖𝑎𝑛𝑧𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑚𝑖́𝑜𝑠” Adicta a las drogas y el alcohol, a las inyecciones y pastillas (Seconal) que le daba el “Doctor” de La Productora, para despertar, para dormir, desde los 21 años... Obsesionada con dormir, el terror de hacer las cosas mal, el creer que la vida real tiene un final feliz como en las películas, el desdoblarse en cada experiencia traumática... Deliciosamente escrito a pesar de ser una historia dura. Fluye maravillosamente y te mantiene cautiva desde la Norma Jean niña hasta la Marilyn final y te encuentras googleando los hechos reales para identificar personas en cada película. La verdad que pudo haber sido la historia ficticia de cuapersonaje, pues la historia te atrapa y no te da margen a pensar “eso no sucedió”. Si te gustó la película o aún no la ves, tienes que leer este libro. ¡Feliz lectura! ✅❣️ ✒️: @joycecaroloates3146 📇: @penguinlibros @penguinlibrospe @alfaguaraes 📍: @ibero_librerias #Blonde #JoyceCarolOates #Libro #AmoLosLibros #AmoLeer #Lee #LeerSana #Instabook #Ficción #Novela #Fama #Marilyn #MarilynMonroe #NormaJeane #NormaJeaneMonterson https://www.instagram.com/p/Cn73QGvvqxx/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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Asociaciones españolas en honor a Irlanda
A pesar de que las aportaciones de España a la relación durante el siglo pasado no son tan destacadas, impresionantes y no han dejado tantos registros, tampoco podemos decir que sean inexistentes.
No he podido encontrar información en internet ni en las páginas web —probablemente porque, como con el ejemplo anterior, sus funciones han sido sustituidas por la Hispano-Irish—, pero puedo aseguraros sobre la existencia de una asociación sobre españoles de origen irlandés en el siglo pasado —aunque aún tengo que recopilar más información al respecto; me espera un largo verano).
La anteriormente mencionada, Hispano-Irish, nace en 2008, en Valladolid, tomando como centro a "Red" Hugh O'Donnell, a quien, a pesar de haber muerto en la espera de una respuesta del mismo, Felipe III concedió un entierro real con un cortejo fúnebre desde el Palacio de la Plaza San Pablo de Valladolid hasta el Monasterio de San Francisco.
(En 2001 se le había colocado una placa en el Castillo de Simancas, en el que falleció. Al año siguiente se había organizado una reunión entre los descendientes del clan O'Donnell, tanto de España, Irlanda y Estados Unidos)
Similar a la de sus homólogos irlandeses del siglo pasado, acudiría en 2011 a la recepción de la presidente de Irlanda, Mary McAleese, junto al embajador irlandés en España, y organizaría varias exposiciones sobre el pasado en común entre ambos países —incluso llegó a iniciar una búsqueda sobre los restos de Hugh O'Donnell, encontrando como su lugar de sepultura la Capilla de las Maravillas.
Por último, mencionar la celebración del Bloomsday, el 16 de junio, como una manera de unir las capitales de ambos países en el ámbito más... literario.
(Bloomsday refiere al protagonista de la novela Ulises, de James Joyce, que cuenta de Leopold Bloom un día cualquiera en Dublín, formando un paralelismo con la Odisea de Homero. El día en Irlanda se aprovecha para recorrer a pie los lugares icónicos de la novela y disfrutar de múltiples actividad).
En nuestro país, se aprovecha la existencia del Barrio de las Letras madrileño, que transforma sus calles y locales en los icónicos de la novela, y la guía de tres actores que interpretan a Stephen Deadelus, Leopold y Molly Bloom con el fin de guiar el recorrido.
Sociedad Española de Dublín
En The Four Provinces's House, situado en Harcourt Street, Dublín, tuvieron lugar las primeras reuniones del Círculo de la Lengua Castellana, que cambiaría su nombre a Sociedad Española de Dublín en 1957.
Había sido fundada en el domicilio de Maurice Dalton, el día 10 de abril de 1945, por un grupo de seis personas: Brendan Murphy, Betty Murphy, Mercedes Keating, Eddie Bannon, Peggy Slattery y el señor Dalton anteriormente mencionado.
Este círculo, donde se disfrutaron de cursos de español, lectura de clásicos y charlas sobre diversos aspectos culturales de España y el resto de países hispanos, fue completamente innovador.
En aquel entonces, España solo tenía un consulado en Dublín, y los diversos ministros plenipotenciarios presentes en la ciudad incluso le daban cierto carácter de oficialidad al asistir a varias actividades, como la recepción del Country Shop para estudiantes españoles.
Y, de hecho, cuando el futuro fundador del Instituto Cultural Español de Dublín llegó a la ciudad, manifestó que desde el Departamento de Estudios Hispánicos de la Trinity College le habían informado que todas las actividades culturales estaban a cargo de la Sociedad, lo que le sorprendió enormemente.
Estos hechos ocurrieron en 1969, y la que ahora ocupa todos los resultados cuando se busca información sobre el anterior organismo no sería fundada hasta 1972.
Incluso perdiendo gran parte de sus socios, la Sociedad continuó con sus actividades con éxito, llegando a recibir a los múltiples embajadores de España. Incluso después de 1998 y la pérdida aún mayor de apoyo que se tuvo, la sociedad se ha mantenido viva gracias a centenares de personas.
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