#Foto cita saludo
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Y yo te daré la corana de la vida...... Dice el Señor.
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¡Miles y millones de gracias por absolutamente todo!
Nos vemos lo más prontito qué pueda en Su voluntad ...
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Siempre en él y siempre suya...
Beatriz Garrido🩷🩷🩷🩷🩷🩷🩷🩷🩷🩷
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EL VISITANTE
Otro día de trabajo. Mi jueves transcurría con normalidad, aunque ya había terminado mis actividades.
Por ocio, decidí entrar a la aplicación de citas del momento. Normalmente no espero mucho. Sin embargo, hubo un perfil que llamó mi atención. Un chico mayor que yo, velludo, robusto y de barba sonreía hacia la cámara. Me resultó gracioso que, en el momento en el que me disponía a enviarle un mensaje, se me adelantó. Una buena señal, el interés era mutuo.
Intercambiamos saludos mientras me contaba que estaba en la ciudad por trabajo. Se presentó como Genaro. Pasados unos minutos, me envío un par de fotos desnudo. Si bien ello me excitó, su asertividad me pareció más atractiva. Sabía qué era lo que buscaba y no tuvo reparo en dejarlo claro.
Salí del taxi y miré hacia arriba. Las luces del hotel me deslumbraron un poco. Decidí avisarle que ya había llegado, a lo cual me respondió con el número de su habitación. Mientras subía la escaleras sentía un remolino de emociones. Nervios, excitación y expectativa. Mi corazón latía de manera ruidosa.
Tan pronto abrió la puerta, sonrió y me invitó a pasar. Algo en su sonrisa me transmitió confianza. El cuarto era amplio e iluminado. Había una cama grande, un sillón y un escritorio. Cuando mis ojos dejaron de escanear la habitación, se toparon de frente con los suyos. En ellos no había otra cosa más que lujuria.
Genaro se acercó a mí con pasos firmes para plantarme en beso. Empezó como algo simple e inocente, hasta que me tomó de las nalgas. Fue como si se hubiera prendido algo en mí y lo único que deseaba en ese momento era sentirlo dentro de mí.
Sin dejar de besarnos, nos quitamos la ropa. Quedamos sólo en ropa interior y nuestros pechos velludos se rozaban. Unos segundos después, estábamos encima de la espaciosa cama King Size. Genaro quedó debajo de mí y nos mirábamos fijamente mientras mi barba se deslizaba sobre su torso, trazando un camino hacia la potente erección escondida bajo sus briefs. Pude haberlos bajado en ese momento, pero decidí excitarlo más. Sobre la tela, mis labios y lengua empezaron a delinear la curvatura de su tronco a diferentes velocidades e intensidades. Estuve haciéndolo por un par de minutos hasta que sentí que palpitaba y en el frente se marcaba una mancha de líquido preeyaculatorio. Casi de inmediato, bajé sus briefs y me introduje su pene hasta mi garganta, lo cual lo tomó por sorpresa; como si la mancha no hubiese sido demasiado excitante, soltó un gemido bastante sonoro que me hizo sentir una ráfaga de calor.
El empeño que estaba poniendo en la felación estaba dando resultados. Escuché que comenzó a jadear y hacer muecas. Ya lo esperaba; mi lengua es ágil, lo cual me permite alternar rápidamente entre labios y lengua. Después de trazar ochos horizontales sobre su escroto, tomé el tronco de su pene con la finalidad de darme golpecitos sobre la lengua. Con una sonrisa pícara, me dijo: - Qué bien la mamas -. Unos segundos después, me llevó hacia su cara para darnos otro beso. - Ahora me toca a mí-. Se levantó de la cama y me quedé en posición de cuadrúpedo. Una vez que estuvo justo detrás de mí, me dio una palmada sonora en ambas nalgas y comenzó a estrujarlas. Mi mente estaba todavía procesando lo que acababa de pasar, cuando sentí su barba en mi espalda baja. Comenzó a deslizarla lentamente hasta que sentí su lengua tibia en mi ano. Sin pensarlo, mordí suavemente mi índice izquierdo.
Comenzó a lamer con cautela, disfrutando cada momento y regodéandose con mis reacciones. No sé en qué momento sucedió, pero una succión muy fuerte me hizo dar un pequeño salto. Casi de inmediato, la lengua de Genaro había atravesado mi primer esfínter. Un gemido salió desde lo más profundo de mí. Como si ello hubiera sido combustible para una llama, comenzó a hacer círculos con la lengua, lo cual me dilató increíblemente. Mi cuerpo estaba ardiendo. Le dije: - Metémela ya, no puedo esperar -. Tomé un condón y la botella de mi lubricante favorito de mi bolsa. Yo me ponía lubricante mientras él desenrollaba el condón sobre su pene.
Durante nuestra conversación en la aplicación, le comenté que la posición de piernas al hombro es mi favorita. Genaro lo tenía presente. Me puse en la orilla de la cama y sentí cómo su glande entraba como mantequilla. Empezó a moverse hasta que estaba completamente adentro. Pensé que iba a comenzar a embestirme, pero se detuvo para decirme: - ¿Así querías estar? ¿con mi verga hasta el fondo? - ¡Sí, es lo que quería desde que te vi! -.
Su pelvis se movió y comenzó el movimiento de vaiven. Con la mirada fija, dijo claramente: - Tu culito se siente riquísimo-. Me tomó de los tobillos y pasamos a la posición de avión, ideal para estimular la próstata. Con ello supe que él tenía bastante experiencia. El ángulo en el que estábamos hizo que la embestida llegara directo a ese punto. Parecerá exagerado, pero cuando esa zona de mi cuerpo se estimula de forma tan directa, empiezo a irradiar calor en toda la parte baja de mi cuerpo. A partir de ahí, me volví incapaz de controlar mis gemidos. El ritmo de sus embestidas era variado, su cadera se movía en forma de ocho horizontal y eso me hizo enloquecer. No sé qué expresión tendría en mi rostro, pero en un par de ocasiones me preguntó si estaba bien. Decir que estaba bien era muy, muy poco.
Se inclinó, para regresar a piernas al hombro, hasta que nuestras frentes se tocaron y me susurró: - ¿Te gusta cómo te cojo? -. A lo que respondí: - Me encanta -. Con un beso profundo, sus embestidas se hicieron más intensas. El sonido de nuestros cuerpos chocando parecía una ovación. Los jadeos de él se hacían más frecuentes e intensos.
Mis manos se movieron hacia sus nalgas y comencé a estrujarlas con fuerza. El rebote del movimiento constante, se extendía por las palmas de mis manos. Perdí la noción del tiempo y espacio momentáneamente, hasta que sentí las contracciones de su pene dentro de mí.
La mueca de placer, el rugido que soltó y sus ojos, completamente en blanco, se complementaron con un: -¡Así, lléname de leche! -. Pensé que se iba a detener ahí, mas siguió moviéndose. Su mano estrujó mi pene para masturbarme. Supongo que quería hacerme terminar, lo cual logró poco después. ¿Cómo podría contenerme después de semejante escena? Gracias a los ejercicios de Kegel, tuve un orgasmo muy intenso y fui consciente de la fuerza con la que mis esfínteres apretaban su tronco. Mi abdomen quedó lleno de semen espeso.
Nos quedamos acostados por un rato, sin cambiar de posición para poder recuperar el aliento. Pasados unos minutos, fui consciente de que Lana del Rey sonaba de fondo. Sacó su pene lentamente y me incorporé. Me zumbaban los oídos.
Al mismo tiempo que nos limpiábamos el sudor y demás fluidos, comenzamos a vestirnos. De pronto, Genaro me dijo: - Qué delicia de cabrón, me encantó. Ojalá podamos repetir, voy a volver a venir -. Sonreí ampliamente.
Nos despedimos con un beso corto, la puerta se cerró detrás de mí y caminé hacia el lobby, donde un taxi ya me esperaba. No olvidaré las palabras del chófer: - Se ve muy contento, joven -. «Ni se imagina», pensé.
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DISCOTECA
POEMARIO
Musa... Daniela Bula
1
A foto en posición de embeleso
En que enseña su peculiar semblante
Acercándose con audacia no obstante
Al agarrarla de la cintura
Y plasmarle un beso
Enamorado prendado al verte
Late mi corazón más aprisa por minuto
En que mis manos al tenerte
Sentirte toda en hurto
En la romántica suerte
En la noche inefable bailando
En la discoteca a surto
2
En mi faz la gota de sudor peregrina
A energía recobrar
Salada llegando a mi boca cristalina
A rostro entre luces a brillar
Enfrente a música rítmica mirar en pelo tu caída
Se alborota y aloca con mucho furor
En que la discoteca en si cual pasión en vida
Declarándonos sin hablar bailando nuestro corazón por amor
3
En la pista de baile en que tu rostro versallesco
Coquetísimo cual esencia por aroma
En que me enamora en saliz cual exótica voz
En movimiento me seduces ahí al besarme en la boca
4
Toda tú me enamoras
En que de ti solo reverbera
Fiesta algarabía y sonrisa verdadera
En que a gestos únicos y sutiles asomas
Aunado a tu voz en trino
Cual acentos frágiles
Asen vibrar mi oído
Cuando tus manos me rosan
La espalda bailando agiles
5
En fotografía tú inefable figura
En que en si por pose abreviada
En que a flashazo por natura
Tu coquetería y travesura ahí en la discoteca estampada
Por cual romántica memoria
A son cosmopolitano sales
A lo que en ti inefablemente veo
Por astur en tu victoria
Cual don corporales tienes
Única en ti a furor por meneo
6
Coñac queso y mujer la vida
Por entonces en la mesa a saborear
En que el restaurante toma por ti vida
La platica en mí por ti al escuchar
7
Al llegar por saludo un abrazo
Del cual de si única tan mía
A la par de si te tenía
A ritmo bailando en cada paso
Caras en si de ti tu única ternura
Entre luces murmullos y cigarros
Por estaca de si aduna
Las estrellas y el cielo con todos sus astros
8
Ritmo a sudores bulliciosos
Entre la gente tú y nadie más que yo
Nadie ni nada nos veía
Paradójicamente entre la gente la escena en la pista
De baile por amor
Dices y digo la canción que dijo
A barullo de interprete cual voz
Canción favorita aduna
Yo de ti mirador
Por astur cual mas en eso
Cerveza o licor cual alma impediosa
Y juvenil divirtiéndonos
Sanamente sin decirnos nada
Hablándonos mutuamente con
Gestos bailando el corazón
9
Por fin ahí en tiempo De tu día mi día
En que a pos vendrá
A paso en que venia a cita romántica tu y yo
en fin de semana por la tarde ahí en la ciudad ya
yo caminando apresurado entre los coches
y la gente y ella hermosa mas hermosa entonces también
entre el trafico por coches en sus clausond ahí
los dos cada quien apurados viendo
el reloj cual tortolos enamorados llevando yo
rosa roja en mano por llegar
a la discoteca a tiempo antes que tu a la vez
22 AGOSTO 2011
DANIEL GARCÍA ROMÁN
AUTOR EL ZORRO
Aclaraciones este poemario es ajustado a la agenda literaria 2024 actualizado en su musa
Daniel García Román
El zorro
Octubre 2024
Centro de operaciones vía gps satelital
Direccion de domicilio
Avenida orquidea calle durango numero 20 colonia san marcial fortin veracruz mexico código postal 94476
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" ¿yo? " sus cejas se enarcaron, convencido de que el tema de conversación en el grupo de chat nunca había sido generado por él mismo. de enfocar las preguntas hacia la única integrante que había dado señales de querer conocer a alguien sí que se reconocía culpable, mas hubo motivos: " ah. será que malinterpreté tus múltiples pedidos de enviar saludos a otros aspirantes, o de que maven arme parejas, y no entendí que no estabas interesada... mi error. " no se trataba de ningún mea culpa, claro, no estaba reconociendo nada, excepto quizá dejar pasar cómo priscila parecía fingir demencia respecto a sus propias palabras. sacudió la cabeza en una suave negación ante lo siguiente: " pri, priscila... ” hizo una pausita ante inesperada provocación, en lo que sus párpados descendieron y una sonrisa tuvo lugar, a sabiendas de que fácilmente podía caer en ese juego. pequeño silencio tuvo lugar ahí, como si quisiera ceder tiempo a contraria para replantearse el rumbo que estaba tomando, como si no sugería continuar en esa dirección. " si quisiera una cita, no le pediría consejos a alguien que usa caricaturas de perritos de foto de perfil. acudiría a alguien que ya haya alcanzado la madurez. " pero mas allá de las provocaciones ( que desde su lado no guardaban ningún peso ) no le interesaba conocer de esa forma a nadie, por lo que eso los dejaba con un solo premio: " tendrá que ser solo los panqueques. " lo cual acabó pareciéndole poco, mas les quedaba un trayecto hasta las motos de agua para hilar algo llamativo. sus pasos se encaminaron en aquella dirección, siendo siguiente pregunta lo que supo responder rápidamente. " carrera, podemos rodear la isla. ¿tienes experiencia usándolas, o...? "
' ¿por qué estás tan obsesionado con eso? ' soltó tras una risa seca que se escuchó símil a un ruidito nasal. desde el punto de vista de priscila, ignacio en el grupo de chat fue el que más insistió con sus posibles pretendientes o lo que fuera del chiste, siempre hacía que el foco volviera a ella. algo que, claro, priscila halló.... « ¡molesto! » pero que se negó a manifestarlo de tal manera. ' hagamos esto: sí tú ganas te enseño a hablar con mujeres así te consigues una cita tú solito ' ah, quiso morder un poco la paciencia opuesta y devolver sutilmente ese dedo en una llaga que ella jamás reveló. por lo tanto volvió a soltar otra carcajada, posteriormente, con toda intención. ' y si yo gano... tú me haces un plato de panqueques solo para mí ' recordó que él mencionó no saber cocinar, pero su intención fue más la de provocar. se mostró confiada tras cruzarse de brazos y elevar su mentón, lo cual fue una actitud teatral obviamente. ' ¿nos tomamos el tiempo o prefieres una carrera, ignacio? '
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Avistaje de ballenas en primera persona
Una voluntaria de Greenpeace viajó a la Península de Valdés para cumplir el sueño de contemplar a una ballena franca en las aguas de la Patagonia Argentina, su hábitat natural.
Mi nombre es Francisca y hace 5 años que acompaño como voluntaria a Greenpeace de Argentina en sus iniciativas y campañas para salvar y proteger la vida marina y especialmente a las ballenas.
De chica soñaba con conocer a las ballenas , poder estar cerca de ellas y ese sueño se cumplió casi 16 años más tarde. Poder contemplar la escultural figura de una ballena franca austral desde una embarcación es una experiencia maravillosa,única, algo que todos deberían realizar al menos una sola vez en la vida.
De cerca, cada movimiento de la ballena se celebra como una fiesta, con la expectativa del momento siguiente, ya que las ballenas son muy amistosas y les encanta recibir en su territorio a los visitantes y darles la bienvenida. De un momento a otro, desplegarán su fuerza en saltos y estallidos de agua, moverán sus colas a modo de saludo y harán que el que las observa congele la respiración de tanta emoción contenida.
Avistaje y adrenalina a flor de piel en alta mar
La aventura comienza con la salida desde Puerto Madryn en combie, en un recorrido de 100 kilómetros por la ruta provincial Nº 2 hasta la Reserva Faunística ubicada en la Península de Valdés. Aquí, cada año entre los meses de mayo y noviembre se dan cita miles de personas que llegan desde distintas partes del mundo para realizar la experiencia del avistaje en alta mar. Una oportunidad única, que permite tener de cerca al mamífero más grande que existe , cuya presencia es tan imponente que convierte la experiencia en uno de los espectáculos más majestuosos que puede ofrecer la naturaleza.
Recomiendo llegar bien abrigados ; el viento es intenso , impetuoso y la temperatura desciende a medida que uno se acerca a la costa. Si es posible, aconsejo llevar un equipo rompevientos para ir bien guarecidos. Desde este punto, ya comienzan a salir las embarcaciones que realizan los avistajes desde las 10, 12, 14 y el último es a las 16 horas.
La gente espera ansiosa y de buen humor , preparada con sus cámaras de fotos y sus filmadoras con la debida protección acuática para obtener “la fotografía” del salto a pleno vuelo o de sus enormes colas elevadas o quizás la del instante en que el agua salga en forma de gigantesco chorro de su cabeza.
Primeros contactos con las ballenas
Luego de unos minutos, finalmente subimos a la embarcación y allí , bien provistos de chalecos salvavidas y capas impermeables, cada uno se acomodó para dar inicio a la travesía. Antes de que la lancha se introdujera mar adentro, cada uno de los presentes tuvo la oportunidad de mimetizarse con el paisaje que ofrecen los avistajes. Muy lentamente, la embarcación zarpó hasta que la orilla quedó apenas divisible y la embarcación se transformó en una pequeña cáscara de nuez en una inmensidad de aguas saladas y profundas.
La primera ballena no tardó en hacer su aparición.Para sorpresa de todos, la imponente figura emergió de repente y con un gran rugido a la superficie del agua para caer nuevamente con fuerza, en un estremecedor movimientol.Así nos daba la bienvenida a su territorio , mostrando toda su grandeza.
Mientras observábamos el espectáculo, el guía fue contando algunas de las características más importantes de estos grandes animales marinos. La forma en que mueven el cuerpo, qué significan los movimientos de sus colas, cómo hacen para nadar, y qué es realmente el chorro de agua que como spray sale hacia arriba desde su cabeza, para deleite de todos los observadores.
Continuamos navegando mar adentro y de pronto, otra ballena asomó su majestuosa cola sobre el agua, de unos cinco metros y permaneció con la cabeza suergida durante un largo rato, abandonada a su intuición y capricho.Tuvimos un rato más tarde, también la suerte y el privilegio de observar nadar a una madre con su ballenato, una cría que parecía medir cinco metros .
Avistajes : Actividad regulada y segura para las ballenas
La actividad de avistaje de ballenas en esta zona se lleva a cabo con extrema precaución, asegurando que las embarcaciones no se acerquen a las ballenas mientras el motor está en funcionamiento. Además, se establece un límite preciso de aproximación, garantizando así el bienestar de estas magníficas criaturas.
Para cuidar los ciclos y no alterar la vida de las ballenas durante la época de cría y reproducción, sólo está permitido navegar en el Golfo Nuevo , a embarcaciones de empresas turísticas, que tengan la autorización de la Prefectura Naval Argentina. El avistaje es una actividad que está regulada para resguardar la integridad de las ballenas francas, que son Monumento Natural desde el año 1984.
De la experiencia del avistaje, cada uno se llevará un momento, una postal personal de lo vivido, en el corazón. Lo importante, más allá de las miles de anécdotas y curiosidades que puedan surgir, es que este momento regala felicidad y ensancha en el alma un cariño infinito por las ballenas. Como mensaje final, repito lo dicho al principio de este texto: el avistaje en alta mar de una ballena franca austral es una experiencia inigualable y única, que todos deben intentar hacer , al menos, una vez en la vida.
Originally published at http://todosobreballenas.com/ on May 13, 2023.
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DE GOTHAM A BAKER STREET
Altísimo, completamente de negro, está en medio del hall del ¿aeropuerto?
Un grupito de personas lo rodean, pero yo no pienso perder la oportunidad de hablar con él.
Me acerco y lo saludo. Impresionada por su estatura, tengo que echar hacia atrás mi cabeza para mirarlo a la cara.
Tímidamente le pido que nos saquemos una selfie. Con amabilidad lo acepta y me habla, en inglés. Entiendo a medias, pero capto perfectamente las ideas.
"No sé si me podés entender", me dice con una sonrisa.
"Yo estoy convencida de que la gente se entiende cuando tiene voluntad de entenderse, no importa que hablen lenguas diferentes", contesto, y él vuelve a sonreír.
Pero yo estoy nerviosa porque mi celular tarda en encender, y no lo quiero incomodar.
"¡Pero no puedo no tener mi foto con Batman!", le digo, divertida.
"Ah... Mirá... ¡Qué interesante!", exclama, aparentemente complacido de que lo llame así.
"¡Pero claro! ... Vos sos Batman. Y yo soy fan. Batman es mi superhéroe favorito".
Tensa por la demora en la foto, a pesar de que él no parece molesto, comienzo a llamar a los gritos a Jorge.
Mi tío aparece de la nada, con cámara en mano, pero todo cambia, y con Michael nos asomamos, como desde un balcón, a una planta inferior. El hall del aeropuerto es, de repente, un teatro, y la que nos va a sacar la foto es una actriz argentina a la que no miraría en ninguna película.
La protagonista de Ciega a Citas se está haciendo la graciosa, y no divierte a nadie. Tarda en sacar la foto y me pone nerviosa.
Una voz joven, de un amigo que no puedo ver y no reconozco, le dice que se deje de joder y saque la foto de una vez.
Michael pasa su brazo derecho por encima de mis hombros y yo enrosco el izquierdo al rededor de su cintura. Sonreímos frente a la cámara, que nos toma desde abajo, y por alguna razón yo soy plenamente consciente de su vestimenta negra, algo rockera.
Después caminamos por esa plataforma elevada. Por una especie de pasillo me lleva hacia un rincón en el que hay muchas bolsas de tela, de las de hacer las compras. Me señala que me las puedo llevar, y en medio de todas ellas hay una chalina de seda estampada. Es un animal print de leopardo blanco. Pienso que me la voy a quedar, pero se la lleva él.
Un grupo de hombres vestidos como indigentes de antaño, con sombreros y sobretodos largos, nos siguen a corta distancia. Nos están observando.
Noto que pobres no son. Son algo raro. Por alguna razón me recuerdan a los hombres de Sauron.
Al rato vuelvo al lugar de las bolsas. Ya Michael no está. Bolsas ya no quedan, pero bajo una manta está durmiendo un indigente de verdad.
No sé cómo ni porqué, estoy caminando ahora por avenida Santa Fe con mi mamá. Vamos rumbo a Estación Retiro, y siento a los falsos pobres detrás. No me dan miedo, sólo sé que me están siguiendo.
Delante lo veo a Michael otra vez. Tiene un pequeño barril de cerveza decorativo en la mano. Lo está llenando de dulce de leche, y lo tapa con galletitas dulces y florcitas.
Mientras lo observo sé, no sé cómo lo sé, que es el cumpleaños de su hija y que no pudo comprarle el regalo que quería. Entonces, como a ella le encanta el dulce de leche, y él está en Argentina, decidió armar ese regalo a último momento.
"Ser un padre divorciado es complicado", pienso, mientras lo observo caminar con una bandeja de plata en la que lleva el barrilito lleno de dulce y un florerito con flores.
A punto de abrir los ojos, veo un pequeño perro blanco. Es un perrito de caza. Lo lleva en brazos la novia del joven Sherlock Holmes. Tomo consciencia de eso y el sueño acabó.
Flavia Vecellio Reane.
Abril 22, 2023.
#CrónicasDeMorfeo
@FlaVecellio
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Note
He estado con un chico durante 6 años,pero dejándolo y volviendo sucesivamente,yo me enamoré desde el primer día en que le vi,y él siempre alimentaba mi amor buscándome cada vez que yo lo dejaba porque me era infiel,o me trataba mal.
No he sentido esto por nadie más solo por el,he tenido más relaciones pero las he dejado todas por el,en cambio,él no! Ha estado con otras y cuando le dejaban por su forma de comportarse volvía a mí siempre.
Siempre he estado en todos sus malos momentos,le ayudado en muchas cosas personales para el,me desvivía por el.
Tubo una mala racha y entró en prisión me dijo para estar juntos aún así,yo estuve con él en esa etapa cuando nadie más estuvo,nadie le visitaba nadie le escribía solo yo y su familia,me pedía que le comprara ropa y que le dejara algún dinero porque ahí no tenía,yo lo hacía porque quería que estuviera bien.
Cuando iba a salir en su primer permiso no me avisó,me enteré porque vi que publicó una foto de él!le hable,me dijo que me quería que me había avisado por una carta,cosa que nunca me llegó,hicimos una vídeo llamada,me dijo cosas bonitas,tuvimos intimidad sexual,y al acabar le dije oye estamos juntos no,y su contestación fue que lo mejor era acabar que me amaba pero que no podíamos estar juntos,yo estaba fatal y bueno dejo de hablarme,le pedí un abrazo y se negó me dijo que no era bueno ni para mí ni para el,que deseaba que encontrara a alguien algún día,que me amaba y que yo valía oro.
Tuve un problema familiar,le hable para desahogarme y me bloqueo ni me respondió ni nada.Me siento triste,decepcionada usada y que nunca me quiso.
Quisiera tu consejo y tu opinión de cómo ves las cosas,gracias leo todas tus cosas,son muy interesantes!
Un saludo.
Hola, espero que estés bien. Espero no haberme tardado tanto en contestar.
Él ha aprendido que tú estás ahí para cuando él quiera y tú le has abierto las puertas para que lo haga, algo que me entristece mucho. Lo bueno de todo esto es que tú te has dado cuenta, que tú lo sabes y estás consciente de ello, por tanto sé que esforzándote puedes aprender a quererte a ti y con el tiempo dejarle de querer a él. Sé que es algo difícil, de hecho es bastante difícil cuando uno quiere a esa persona que te hace daño.
Aléjate de él y aléjalo de ti, no permitas que entre y salga cuando quiera de tu vida dejándote un desorden, dejando todo roto dentro de ti. Comienza a hacer lo que te gusta a ti, enfócate en otras cosas que te hagan feliz y esfuérzate para dejar de quererlo, para quererte a ti. Reconocer que te ha hecho daño y que tú has dejado que te lo hagan es un gran paso, ahora sigue los siguientes que son perdonarte, perdonarlo e intentar darte otra oportunidad. Desde aquí te deseo todo lo mejor y te mando un abrazo grande.
Cita del libro Días sin ti de Elvira Sastre:
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💜
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Un Idilio
¡Se presenta un idilio! (entre el teclado y yo) le hago venía a sus letras que se clavan entre mis dedos, mientras le susurro cada giro de nuestra historia y él se calla entre los bordes de sus teclas que desesperan ante el blanco de mis palmas. lo repaso todo mientras sonrió, hay ocasiones que lo hago con un ligero sarcasmo ante nulo movimiento entre mis en dedos y él, pero en otras con ternura ante la ilusión de mis yemas sobre el roce de la pantalla y es que destello en risa para luego llorar de silencio...
A veces me paro en tu chat, me quedo contemplando tu nombre con tu foto y se despliegan todas las opciones para escribirte, (se podría decir, que a veces me paro enfrente de ti, me quedo contemplando los espacios vacíos que se hacen entre tus pasos y se despliegan todas las opciones para hablarte)¿podría ser? Con un saludo formal: que tal hola y Cómo estás, algo de rutina que entrevea solo el inicio, o que tal uno efusivo: con una pregunta que lleven entre sus signos una metáfora, un chiste que repita mi risa, un gif que plante una pregunta, un emoji que recuente la curiosidad, la cita de un libro que suene interesante a tus oídos, una foto que atrape a tus pupilas, un canción que toque a tu piel, una nota con mi voz que exprese el rezumante de mis labios o unas letras en otro idioma que te sorprendan… ¡tantas formas llegar a ti! que mis manos tiemblan mientras la boca deja las palabras puestas en respiros y de pronto quiero sollozar ante el peso del teclado, pero suspiro y sonrió ¿qué pasa después del mensaje y de su respuesta? ¿Si lo vez y no hay respuesta? ¿si nunca lo abre? ¿si no llega al destino porque ha cambiado de dirección? y es entonces cuando toco mi pecho y me respondo con cada suspiro, el destino se ha marchado, aunque a veces lo olvido, la carta no llegará a sus manos porque sus manos se fueron, solo ha quedado un chat vacío (un cuerpo con espacios que no me ven), reclino mi cabeza sobre el teclado y me dejo llevar por los espacios en blanco ¿cuántas cartas se han detenido sobre mi boca, qué no se dejaron escuchar? Me levanto, corro a la hoja, como estuvieras allí entre ella escuchando a mis latidos y te cuento de mis dilemas y perpetuas cavilaciones y veo que se dibuja una sonrisa con tu nombre en mi boca con al paso de mis dedos en la hoja.
-Ramé
¡Querido teclado! guarda en secreto una vez más, el deseo de mi cuerpo por ser de su cuerpo, guarda una vez más el nudo que se quemaba en mi boca y las ilusiones de mis manos por pintarle una sonrisa sobre rojo de su corazón.
“Por esas notas que se han quedado con el silencio de los labios”
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VIII
Me recosté en mi asiento, satisfecha. Era sábado, me había despertado a las ocho de la mañana y me había encaminado hacia la biblioteca, decidida a no salir de ahí hasta no haber avanzado algo con mi tesis.
A las once de la mañana, mi estómago rugía, pero ya tenía un plan de ataque. Había encontrado todas las exposiciones temporales que habría y durarían los próximos seis meses. Algunas estaban en viajes en coche de tres horas, pero había enviado correos a todas y cada una de ellas, explicando que les escribía de la Universidad de Anteros y que quería entrevistar al comisario de su exposición. No había mentido, pero me había ahorrado el detalle de que solo era una alumna de la universidad, y de que mis entrevistas tenían como finalidad encontrar las deficiencias en su organización de exposiciones.
Con una sonrisilla, me estiré y me puse en pie. Me había ganado alimentarme. Cogí mi portátil, pero dejé el resto de mis papeles en la mesa para que nadie ocupara mi sitio. Mientras caminaba hacia la máquina de comida que había frente a la entrada de la biblioteca, medité sobre la logística de mi proyecto. Mis padres me dejarían el coche siempre que fuera un fin de semana y les explicara para qué lo necesitaba, aunque era consciente de que habría alguna exposición a la que tendría que buscar otra forma de ir, puesto eran demasiadas y me sabía mal dejar a mis padres tantos fines de semana sin transporte. Casi treinta años después de casados, seguían haciendo escapadas románticas de fin de semana, cosa que en realidad a mí me alegraba mucho.
Mientras seleccionaba un sándwich empaquetado y un café, miré el calendario en mi móvil. Tendría que empezar tan pronto como me fuera posible y tuviera una respuesta de los museos, para que me diera tiempo a visitarlos todos. Empezaría la siguiente semana, puesto que ese mismo sábado ya era tarde y además tenía el concierto de Castiel donde debía hacer las fotos.
Volví a mi mesa y dejé un reguerito de migas sobre mi portátil mientras comía mi sándwich, relleno de una ensaladilla gris y con un ligero regusto a plástico. Estaba organizando mis fines de semana de ahí hasta lo que parecía ser mi edad de jubilación, cuando una tenue voz me llamó.
– ¿Señorita Nielsen?
Alcé la mirada, sabiendo a quién me iba a encontrar. Le sonreí, y con un tono de voz ligeramente irónico respondí:
– Buenos días, profesor Zaidi.
Alzó una ceja, pero me devolvió la sonrisa. Después de la cena de cumpleaños de Leigh, habíamos vuelto a tratarnos con formalidad en un silencioso acuerdo. Sin embargo, había una especie de complicidad en nuestro saludo cuando nos cruzábamos por los pasillos. Era un cambio agradable respecto a mi situación con Nathaniel, que era un chat lleno de memes de gatos por mi parte y alguna respuesta muy ocasional por la suya.
Rayan se inclinó sobre la mesa y echó un ojo a todos mis libros y papeles.
– ¿Es para su tesis? – asentí, y él guardó silencio unos instantes, antes de sacar el móvil de su bolsillo– Eso me recuerda que he visto esto y he pensado que podía interesarle…
Me pasó su móvil, donde tenía un artículo sobre una exposición de pintores impresionistas en una ciudad cercana. Me reí, giré mi ordenador hacia él y le enseñé el calendario donde tenía marcada esa misma exposición como la primera de mis incursiones.
– Grandes mentes…– dije.
Riéndose suavemente él también, Rayan volvió a incorporarse sin guardar el móvil.
– Vaya, qué casualidad. Yo también estaba pensando en ir…
Sabía qué me estaba proponiendo, y noté un cosquilleo en el estómago.
– No es un museo muy grande, puede que nos crucemos por ahí– comenté en tono casual, mientras marcaba con un post-it un libro de forma despreocupada.
– Es cierto – asintió–, aunque puede haber tanta gente que me da miedo ponerme a parlotear con una completa desconocida por error. Imagine qué vergüenza pasaría.
– ¡Qué bochorno! ¿Cómo podemos evitar que haga usted semejante ridículo, profesor?
– Si hubiera una forma de saber que es usted quien está ahí…
Con una sonrisa traviesa, intercambiamos los números de teléfono. Como ya llevaba demasiado rato en mi mesa, Rayan se despidió con tono formal y se perdió entre las estanterías de la biblioteca. Al cabo de un rato, lo vi alejarse por el rabillo del ojo y abandonar el edificio. Me desilusionó un poco que no hiciera ni el más mínimo gesto para despedirse, pero entonces la pantalla de mi móvil se iluminó.
¿Me pareció ver una lista larguísima de museos y exposiciones?
Al parecer tengo en mente visitar un museo diferente cada fin de semana de aquí a que me muera
No me parece un mal plan de vida.
Sonreí como una idiota, escribiendo y borrando la misma frase hasta que por fin me armé de valor y le di a enviar.
Eres más que bienvenido a cualquiera de ellos
En un lapso deliciosamente aceptable, muy diferente a los ocho días hábiles que tardaba Nathaniel en dar señales de vida, llegó su respuesta.
Tendremos que repasar esa lista, entonces.
El día avanzó suave como la seda. Por primera vez en varias semanas sentí que todo iba en orden. Mi tesis por fin estaba encarrilada, Yeleen y yo habíamos alcanzado una especie de reticente tolerancia, estaba rodeada de amigos que me querían, esa noche iba a hacer unas fotos por las que me iban a pagar y encima tenía una cita programada.
¿Una cita con la persona de la que seguía enamorada? No, porque esa persona había decidido que la vida era más interesante apareciendo y desapareciendo sin previo aviso. De vez en cuando Nathaniel aparecía entre clase y clase con un café, un bollo (los baozi totalmente arrinconados en nuestras interacciones) y una sonrisa llena de ternura al verme hasta arriba de libros o con tres fundas de objetivos de cámara diferentes colgando hombro. Pero también había días en los que lo veía andar por la ciudad con paso acelerado, la mandíbula apretada y gesto hosco. En esas ocasiones, pasaba la mirada sobre mí como si no me conociera, y si yo hacía el más mínimo gesto de acercarme a él, Nathaniel fruncía aun más el ceño y se alejaba rápidamente.
No tenía ni idea de dónde venía esta versión suya de doctor Jekyl y señor Hyde, pero cada vez que ocurría recordaba a Rosalya y Castiel pidiéndome que no me acercara a él. Pese a ello no olvidaba aquella comida en el restaurante, así que me armaba de paciencia y esperaba la próxima vez que decidiera acercarse a mí.
Y sobrada iba de paciencia y buen humor al volver a mi habitación cuando la biblioteca cerró. Tenía que arreglarme para el concierto. El manager de Crowstorm, no totalmente encantado con la idea de que una fotógrafa amateur se hiciera cargo de su concierto, pidió ver algunos ejemplos de mi trabajo. Pero al parecer le gustó bastante lo que hacía, porque además de pagarme un pequeño sueldo, me dio entradas gratis para el concierto y se sumó a la oferta de Castiel de invitarme a todas las copas que quisiera.
Además, me habían asignado un pequeño casillero en el backstage para que dejara mis cosas. Así que cuando llegué a la prueba de sonido, vestida con zapatillas de deporte, vaqueros y una sudadera negra, también llevaba una mochila donde había guardado un vestido largo, maquillaje y unos tacones.
Castiel me presentó a los miembros de su grupo, cuya actitud iba desde la alegre simpatía hasta la más abierta indiferencia, pero al menos todos estaban acostumbrados a que les echaran fotos. Pudieron ignorarme y continuar con sus pruebas mientras yo probaba objetivos. Incluso el dueño del local fue tan simpático que, pese a ya haber hecho la prueba de luces, volvieron a apagarlas para que yo pudiera ver cómo quedaría el ambiente.
Como nunca había hecho fotos en un concierto tan abarrotado, decidí sentarme un rato en la barra del bar y elaborar un pequeño esquema. Tenía una copia de la lista de canciones que iban a tocar y las pausas, y como ya conocía la iluminación, podía decidir en quién centrarme y desde qué ángulo en cada canción.
– Eres muy meticulosa, ¿no?
Jim, el manager del grupo, estaba echando un vistazo a mi lista por encima de mi hombro. Sonreí, algo nerviosa.
– Maniática, es quizás el término adecuado– le pasé la lista para que pudiera verla mejor–. De todo el concierto pueden salir unas trescientas fotos, pero que valgan la pena, quizás cien.
– Cuantas más mejor. Como ya sabes, queremos material para promocionarnos.
Asentí, y aunque algo se revolvió dentro de mí, estaba tan nerviosa como emocionada. Podía hacerlo bien, solo tenía que dejar de dudar de mí misma cada cinco minutos. Algo se removió dentro de mí otra vez, y me di cuenta de que esta vez emitió un sonido.
Dios, ¿tanta hambre tenía?
– ¿Quieres… unos nachos, o algo?– preguntó Jim.
Me puse tan roja que noté cómo mis mejillas emitían calor. En realidad había comido muy poco ese día, porque los sándwiches de la biblioteca no eran precisamente un manjar. Pero me daba muchísima vergüenza que Jim creyera que tenía que alimentarme.
– No, no, estoy bien…– balbucí.
– Tranquila, no nos cuesta nada. Espera, ahora te traigo algo.
Me quedé en la barra, mortificada y avergonzada, pero salivando al mismo tiempo que pensaba en la salsa de queso. Seguí dándole vueltas a mi esquema hasta que mi móvil vibró en mi bolsillo.
Va a parecer ridículo que un profesor de una carrera de arte pregunte esto pero, ¿me recomiendas una película para ver esta noche?
Encantada, sonreí y me dispuse a responder. En las reglas no escritas del flirteo por mensajes, que Rayan me escribiera dos veces el mismo día dejaba muy claro su interés. Y quizás él, al ser mayor que yo, no lo vivía de la misma forma, pero yo no dejé de sonreír mientras escribía.
Depende, qué te gusta ver?
De todo. Pero la comedia francesa que me recomendaste me encantó…
A que es genial?? Pensándolo bien, en realidad a mí también me apetecería más un plan de peli y manta Qué pereza
¿Cuál es tu plan esta noche?
Le reenvié el cartel que anunciaba el concierto de Castiel, con un emoji de una cámara
No me pagan mucho, pero me hace mucha ilusión Y luego podré estar de fiesta gratis.
Ah, he visto muchos anuncios de ellos. De ahí a fotógrafa de la Rolling Stone hay un paso.
– Por favor, dime que esa sonrisa de idiota no es porque estés hablando con Nathaniel…
Alcé la vista del móvil para descubrir a Castiel con mis nachos, un refresco y un té. Le lancé una mueca desdeñosa.
– No estoy sonriendo como una idiota.
Castiel dejó los nachos y el refresco frente a mí, mientras él se sentaba a mi lado y daba un sorbo de su té caliente. Recordé con cariño una tarde en mi casa, tocando la guitarra y cantando los dos. Mi madre nos preparó un té con miel, y desde entonces Castiel siempre tomaba uno antes de cantar cuando venía a casa.
– Sí, sí lo estás. Es la misma sonrisa que ponías cuando ese estúpido delegado te decía cualquier cosa.
Sacrificando uno de mis preciados nachos, se lo tiré con desdén contra el pecho, rebotó y cayó en la barra. El gesto de Castiel era de sorprendida indignación.
– ¿Me acabas de agredir con un nacho?
– No es Nathaniel, pero no te voy a mentir: he quedado con él varias veces– Castiel me dirigió una mirada ceñuda. Yo suspiré–. Mira, todos me decís lo malo que es ahora, pero las veces que he estado con él, he visto al mismo chico de siempre. Vas a tener que decirme algo más que “ha cambiado”, si quieres que te crea.
Castiel dudó un momento, algo sorprendente. Siempre me había parecido muy dispuesto a echar pestes de Nathaniel cuando era mi novio.
– No voy a hablarte de los rumores, porque odio esas gilipolleces, pero sí te puedo decir lo que yo he visto.
Intrigada, asentí.
– Nos hemos cruzado poco, pero siempre que lo he visto de noche estaba borracho, o metido en alguna pelea. Dicen que trabaja de camello, y aunque eso no lo sé a ciencia cierta, siempre lo he visto con gente que sé que tiene la entrada prohibida a muchos sitios por vender droga incluso a menores…
Guardamos silencio. Pensé en Nathaniel diciéndome que todo había cambiado, pensé en su nuevo aspecto, en el abandono de sus estudios… Y no quise creerlo. No quise creerlo, pero tenía sentido. Como también tenía sentido la actitud de Castiel y Rosalía.
– No era Nathaniel, – repetí en voz baja– Pero él no es así…
– Castiel, Hall, ¿podéis venir?
Jim nos llamó desde la puerta del backstage. Castiel miró la hora en la pantalla de su móvil, y nos dimos cuenta de que quedaban poco más de diez minutos para que el local abriera. Cogimos nuestras bebidas y mis nachos y nos pusimos en pie.
– Solo… ten cuidad, ¿vale?– me pidió– Y respóndele a quien sea que te haga poner esa sonrisa de idiota que no es Nathaniel.
Me detuve un momento y cogí mi móvil.
Perdona, esto ya empieza The Affair Es una serie, pero está muy bien Dime qué te parece
Me dirigí al backstage y me preparé para lo que esperaba fuera una noche de trabajo, concierto y fiesta memorable.
Mi bendito esquema resultó ser muy útil. El público del concierto era de lo más variopinto, pero había una clara mayoría de chicas jóvenes que gritaban y saltaban con tanta intensidad que era sorprendente que se escuchara la música. Me había imaginado esa situación, y había encontrado la forma de moverme por el local evitando esa masa de gente que me habría impedido no solo obtener un buen ángulo, sino andar en general.
El concierto en sí fue impresionante, y aunque ya había escuchado a Castiel en más de una ocasión, no dejaba de sorprenderme lo bien que cantaba en directo. A medio concierto, el grupo hizo una breve pausa, que aproveché para enseñarles algunas de las que consideraba las mejores fotos. Todos parecían muy satisfechos, incluso el tipo de la guitarra con la actitud de indiferencia. Fue agotador estar correteando de un lado para otro del escenario, de una esquina a otra del local, agachándome, subiéndome a sillas y cambiando de objetivos como si no hubiera mañana, pero también fue muy divertido. Al final acabé con cuatrocientas veintisiete fotos del concierto y una selfie mía mientras ellos aun tocaban. Un recuerdo de mi primer concierto como fotógrafa.
La fiesta comenzó y yo me dirigí al backstage. Había invitado a Chani, a Rosa y a Alexy. Alexy no podía venir y Rosa, aunque tenía planes, me dijo que intentaría pasarse. A Chani sí que la vi durante el concierto, por lo que me apresuré para cambiarme de ropa. Después de casi dos horas correteando, me mataban los pies y no me apetecía ponerme tacones, pero mis zapatillas andrajosas me daban un poco de vergüenza ahora que no estaba trabajando.
Rosalya me había escrito para decirme que se le había hecho tarde, y que me llamaría si podía ir. Cogí mi móvil pero dejé todo lo demás en mi casillero del backstage. A fin de cuentas, esa noche invitaba Castiel.
Resultó que ser parte del círculo VIP del grupo tenía muchas ventajas. Para empezar, Chani y yo teníamos una mesa en la zona reservada, y aunque ella intentó negarse, tanto Jim como Castiel insistieron en pagar sus bebidas. Amber también había venido al concierto y de alguna forma terminamos juntándonos en un grupo enorme de músicos, sus invitados, Amber y sus amigos modelos. Me sentía en la cúspide de un día espectacular. También me sentía algo borracha, pero todos estábamos en diferentes grados de embriaguez, y yo no era ni de lejos la que peor iba.
Horas después, Chani dijo que se iba. Me desinflé un poco, porque estaba pasándomelo en grande, pero Chani me sonrió.
– No, tú quédate– señaló a los amigos de Amber, que llevaban un rato publicando vídeos y fotos en sus redes sociales–. Tienes a todos estos modelos encandilados con tus fotos, y te lo estás pasando genial.
– Al menos déjame que te acompañe fuera, tengo una app para pedirte un taxi– me dirigí a Castiel y le puse una mano en el hombro para llamar su atención–. Ahora vengo, voy a acompañar a Chani a que pida un taxi.
Castiel asintió y señaló una pesada chaqueta de cuero que había en una silla cercana. Mi sudadera negra se había quedado en el backstage, demasiado poco glamourosa para la noche de artistas y reservados que estaba viviendo.
– ¿Quieres mi abrigo?
Negué con la cabeza y le dije que no tardaría tanto. Tras despedirse todos se efusivamente (algunos más que otros) de Chani, cogí mi móvil y la acompañé a la salida.
Una vez estuvimos fuera, nos dedicamos a comentar el concierto hasta que llegó su taxi. Una ráfaga de aire frío me revolvió el pelo, era bastante reconfortante si lo comparaba con el calor humano que había en el interior del local abarrotado.
– Gracias por invitarme, me lo he pasado genial– dijo ella.
Nos dimos un abrazo de buenas noches.
– Te escribo mañana– respondí.
Chani subió al taxi y se despidió con la mano. Yo me giré y entré de nuevo al local. Antes de volver al reservado, me acerqué a la barra para pedir otra copa. Estaba esperando a que me la sirvieran cuando reconocí a Nathaniel en el otro extremo de la barra. Me sorprendió verlo ahí, pues no lo tenía por un gran fan de Castiel, aunque supuse que habría ido por Amber. Estaba hablando con otro chico y yo me debatía si ir a saludarlo. El camarero me tendió mi copa en ese momento, le di un breve trago para armarme de valor y decidí intentarlo.
A medida que me acercaba, el chico con el que hablaba Nathaniel se giró y pude verle la cara. Me detuve en seco. La primera vez que lo vi había bebido bastante, y la sensación de estar embotada por el alcohol hizo mucho más fácil revivir la ansiedad. Era el mismo tipo que me había agarrado por el brazo la primera noche que salí de fiesta al volver.
En medio de aquel local lleno de gente que bailaba, sudaba y gritaba, con la música ensordecedora y las luces de neón, recordé perfectamente el miedo de la primera noche. Recordé el dolor del brazo que me duró días, las arcadas de pánico, los largos dedos marcados en morado sobre mi hombro.
Y Nathaniel le estrechó la mano.
– ¿Estás bien, guapa?
Di un bote cuando alguien puso su mano sobre mi hombro. Mis dedos se crisparon sobre la copa, que se me resbaló y se rompió contra el suelo. La gente a la que salpicó se alejó un poco, pero me dio igual. Con el estrépito, Nathaniel me había visto. En a penas unos instantes pasó del esbozo de una sonrisa al desconcierto. Yo no me había movido, ni siquiera cuando más gente me preguntaba si estaba bien, solo podía mirar a Nathaniel totalmente relajado con aquel hombre.
Me di media vuelta y me alejé a paso apresurado.
Sabía que si iba con Castiel en ese momento, iba a tener que dar muchas explicaciones. Y sabía que Castiel no iba a reaccionar bien a nada de lo que le dijera en ese estado. No quería que montara una escena después de su concierto, en medio de sus fans, ni que se peleara con Nathaniel ni, mucho menos, que se enfadara conmigo.
Así que salí del local y eché a caminar por la calle. Dos bloques más arriba, me di cuenta de que mi respiración era errática. Respirar mal, el cambio de temperatura, el alcohol y los recuerdos… Todo aquello me desbordó y comencé a marearme. Me detuve. Tenía que calmarme, no podía ir a ningún sitio en semejante estado, con cinco trenes de pensamiento diferentes colisionando todos al mismo tiempo en mi cabeza. Inspiré hondo e intenté soltar el aire lentamente, pero lo que me salió fue un sollozo.
Ahí fue cuando todo se vino abajo.
Las lágrimas empezaron a correrme por las mejillas. Daba igual cuántas veces me pasara la mano por la cara, el llanto no cesaba. Dos chicas que claramente venían del concierto pasaron a mi lado, pero antes de que pudieran acercarse a preguntarme si estaba bien, cuando era evidente que no, seguí andando por la calle hasta que las luces se atenuaron y la gente desapareció.
Me senté en un portal. Estaba sola. Tenía frío. No podía parar de sollozar. Y lo peor de todo, tenía miedo. ¿Pero a quién podía llamar? Todos mis amigos me lo habían advertido, todos me habían pedido que mantuviera la distancias. ¿De quién era culpa toda esa situación, si no mía?
Desconsolada, alcé el móvil que todavía tenía en la mano. Iba a escribirle a Castiel que me iba a casa cuando vi otro mensaje que había llegado veinte minutos antes.
Ya llevo cinco capítulos. Esta serie es adictiva.
Probablemente no se me habría ocurrido llamarle a esas horas de haber estado sobria. Pero pensé que quizás escuchar su voz tranquila me ayudaría a calmarme. Contestó al segundo tono.
– No creí que me fueras a responder esta noche, es tardísimo– abrí la boca para decir algo, pero lo único que me salió fue otro sollozo roto. Joder, qué espectáculo–. ¿Hall? ¿Qué pasa?
Volví a intentarlo. Esbocé una sonrisa enorme, intentando transmitir alegría a mi voz.
– ¿A que es genial? Las otras temporadas empeoran bastante, pero la primera es genial.
Vale, seguía sonando rara, pero nadie diría que estaba sentada sola en un portal, de noche y con lo que empezaba a parecer un ataque de ansiedad.
Al otro lado de la línea, empecé a escuchar movimiento.
– Hall, ¿dónde estás? ¿Sigues en el concierto? ¿Qué ha pasado?
Estaba a punto de decirle que no había pasado nada, pero sabía que no era una respuesta creíble. ¿Y qué podía decirle? ¿“Tranquilo, solo me he topado con mi ex novio y su amigo, el tipo que me agredió hace unos meses”?
– ¡Hall!– la voz de Nathaniel resonó por la calle mientras él venía hacia mí– ¿Por qué has salido corriendo?
– Joder, esto tiene que ser una puta broma…– mascullé en voz baja. Rayan volvía a preguntarme algo, pero le corté apresuradamente– Perdona, te tengo que dejar.
Colgué antes de que pudiera decir o escuchar nada más. Alcé la mirada hacia Nathaniel, y descubrí que estaba viendo doble. La última vez que solo como sándwiches de máquina y nachos antes de una fiesta, me juré. Nathaniel llegó al portal donde yo estaba sentada y se acuclilló frente a mí.
– ¿Qué ha pasado?– preocupado, posó suavemente su mano sobre mi mejilla empapada de lágrimas– Estás helada, toma…
Nathaniel hizo un gesto para quitarse el enorme abrigo verde. Se me hizo un nudo en el estómago. Al mismo tiempo tuve dos impulsos: apretar su mano más fuerte contra mi mejilla helada y darle un empujón que lo tirara al suelo antes de alejarme.
– ¿Quién era ese hombre?
Nathaniel me miró a los ojos, y noté cómo se ponía a la defensiva.
– ¿Por qué quieres saberlo?
¿En serio me estaba preguntando eso? ¿En serio había significado tan poco para él que aquellos dos tipos me arrinconaran esa noche? ¿O es que a caso era algo tan habitual que no lo había registrado en su memoria? Me incorporé con tanta brusquedad que Nathaniel perdió el equilibrio y a mí se me torció un tobillo con los estúpidos tacones que llevaban matándome toda la maldita noche.
– ¡Da igual, Nathaniel, lárgate!
Eché a andar otra vez, pero él vino detrás de mí.
– ¡Hall! ¿¡Qué coño está pasando!? ¡Estás histérica!
Detrás de mí, Nathaniel intentó retenerme por la mano, pero yo sacudí el brazo y me revolví para encararlo, llorando ya sin saber si era rabia o pánico.
– ¿¡Y cómo demonios quieres que esté!?– grité– ¡Si te veo tan alegre con aquel tipo que…!
¿Que qué, Hall?, me pregunté a mí misma de pronto. En realidad tampoco había llegado a pasar nada. ¿Estaba haciendo todo este ridículo por una estupidez?
No. Algo en Nathaniel hizo clic, y sus mejillas perdieron color, como si tuviera miedo. Su voz pasó a ser a apenas un susurro.
– Hall, no es lo que parece…
– Entonces dime qué es– le pedí.
– No puedo, pero tienes que creerme…
Suavemente, Nathaniel volvió a coger mi mano. Esta vez se lo permití.
– Pues ayúdame a no creer todo lo que dicen de ti.
Los faros de un coche acercándose iluminaron el rostro de Nathaniel, y pude ver la desesperación en su rostro. Entrelacé mis dedos con los suyos y noté la delicadeza con la que Nathaniel se aferraba a mí
– Hall, no insistas.
– ¿Quién..?
Antes de que pudiera repetir mi pregunta, fue Nathaniel esta vez el que soltó mi mano de forma violenta.
– ¿¡No ves que intento protegerte!?– volvió a gritar.
– ¿¡De qué!?
– ¡De mí!
– Hall…
Nathaniel y yo nos giramos bruscamente. Durante un momento, temí encontrarme a Castiel. Pero me quedé muda de asombro cuando vi a Rayan unos metros más delante de un coche en marcha. A mi espalda, Nathaniel soltó una risotada cruel.
– Claro, cómo no– dio otro paso hacia mí, y noté el calor de su cuerpo acercándose al mío–. Todo bien, profesor, pero gracias por el sumo interés en las actividades extraacadémicas de su alumna.
Rayan mantuvo la calma. Miró con fría indiferencia a Nathaniel antes de posar sus ojos sobre mí, esperando mi respuesta a una pregunta que no había formulado, pero flotaba en el aire.
– ¿Cómo… puedes decir que todo va bien?– pregunté, incapaz de mirarle a los ojos– ¿Entonces todo iba bien aquella noche? ¿Lo que ese tipo hizo, iba bien?
Nathaniel se inclinó un poco para poner sus ojos a mi altura. Intentó apoyar las manos en mis hombros, pero yo me sacudí y di un paso hacia atrás.
– Hall, por favor, confía en mí, sabes que yo nunca dejaría que te hicieran daño…
– ¿¡Y qué llevas haciendo todo este tiempo!?
Con un latigazo de dolor en el tobillo torcido, me encaminé cojeando hacia Rayan. Nathaniel me llamó casi a gritos e hizo ademán de seguirnos, pero cuando yo cerré la puerta del copiloto y me hundí en el asiento, Rayan se interpuso entre Nathaniel y el coche. Si le dijo algo, no lo escuché. Entre lágrimas vi la figura de Nathaniel darse la vuelta y perderse en la oscuridad de la calle.
Helada, me abracé a mí misma. Y como culmen de una noche esperpéntica, me dio hipo. Rayan subió al coche y me contempló en silencio un momento. Se giró hacia el asiento trasero y sacó una chaqueta de deporte de lo que parecía una bolsa de gimnasio. Me la tendió antes de asegurarme con voz tranquila:
– Está limpia…
Hipé, asentí y me cubrí el vestido, que ahora me resultaba obsceno, con la chaqueta como si fuera una manta. El coche se puso en marcha. Miré de reojo a Rayan, y por primera vez me fijé en que llevaba unos pantalones de chándal y una sudadera.
– La próxima vez que hagas algo así, necesitas un antifaz y una capa– la comisura de sus labios se dobló hacia arriba, pero no llegó a sonreír–. Siento haberte llamado. Ha sido una estupidez.
Los dedos de Rayan se crisparon sobre el volante, pero su voz se mantuvo tranquila.
– No ha sido una estupidez, Hall. ¿Qué te ha hecho?
Apoyé la frente contra la ventana, pero otro hipo hizo que me diera un pequeño cabezazo. Ya era todo tan ridículo que no pude sino reírme. El coche siguió avanzando suavemente por las calles mientras yo ponía mis ideas en orden. Rayan había salido de su casa a buscarme por los alrededores de un concierto a las dos de la mañana. Como poco, se merecía una explicación.
– Él, nada…
Nos detuvimos suavemente. No estábamos frente a la universidad, sino frente a un bloque de edificios elegante, con entrada de cristal. Rayan apagó el motor del coche y se giró para mirarme. Me incliné hacia adelante, apoyando la frente en las rodillas y la historia empezó a salir a borbotones. Otra vez le conté una historia que ninguno de mis amigos sabía. Le hablé de la primera noche, de los dos tipos y de Nathaniel apareciendo como un caballero de brillante armadura. De las advertencias de mis amigos y del cambio de Nathaniel. Le expliqué de dónde salían los moretones que él había visto, pero también le hablé del Nathaniel vulnerable que me pedía que lo viera como realmente era, y no como mis amigos lo describían. Del restaurante, de los cafés por los pasillos y del estúpido libro firmado que siempre llevaba encima, como si fuera el único amuleto que me aseguraba que Nathaniel no desaparecería para siempre sin decirme nada.
Cuando terminé de hablar, las lágrimas hacía rato que se habían secado. El gesto de Rayan era sombrío, cosa que me asustó. Sentí el impulso de cambiar totalmente de tema, así que me incorporé y forcé la más luminosa de mis sonrisas.
– ¿Entonces la serie te ha gusta..?
– Para. No hagas eso.
– ¿Qué?
– Siempre haces lo mismo. Cuando algo va mal, pones esa sonrisa enorme y pretendes que no pasa nada– Rayan se inclinó suavemente y subió el cuello de la chaqueta, que se había resbalado sobre uno de mis hombros–. No hace falta que hagas eso. Conmigo, no.
Bajé la mirada, sin saber qué decir. Rayan volvió a incorporarse y lanzó un hondo suspiro. Supuse que debía estar tan cansado como yo.
– Creo que si te llevo a los dormitorios, él podría estar ahí. Preferiría que te quedaras conmigo esta noche– entonces se apresuró a añadir:–. Pero puedo llevarte a donde tú me digas, si quieres ir a casa de Rosalya y Leigh, de tu amigo el cantante, o a casa de tus padres, yo…
Negué con la cabeza. A mis padres los mataría de un infarto si me veían en esa situación, y Rosalya y Castiel prenderían fuego a cada esquina de la ciudad si les contaba toda la historia.
Así que terminé subiendo a casa de Rayan, agotada y embotada. Rápidamente le envié un mensaje a Castiel, diciéndole que me había ido con Chani y que si podía recoger mis cosas, al día siguiente iría a su casa a por ellas. No esperé una respuesta.
Rayan me dejó toallas para ducharme, y al salir del cuarto de baño vi que me había abierto la cama y me había dejado una camiseta de hacer deporte y unos pantalones de chándal para que usara de pijama. Me asomé al salón, donde él ya se había acurrucado en el sofá y leía un libro.
– Rayan, no…
– Si crees que te voy a dejar dormir en el sofá después de la noche que has tenido, estás muy equivocada– replicó, sin siquiera levantar la vista de su libro.
Me apoyé en el marco de la puerta, demasiado cansada para discutir
– El próximo sábado conduzco yo y lloras tú, ¿te parece adecuado?
Durante un momento, Rayan me miró con desconcierto, hasta que comprendió que el próximo sábado íbamos a ir a la exposición sobre impresionistas. Cuando registró a qué me refería, se rio.
– Te lo prometo.
Le di las buenas noches y volví al interior de su habitación. El olor y la suavidad de la cama me envolvieron como un cálido abrazo, y dormí con un sueño sorprendentemente plácido.
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Glee «A very important dinner» Part III
Diciembre de 2041
-¿Serás la Andy Sachs para mi Miranda Priestly?... —pregunto Kurt divertido, acto seguido tomó dos copas bebiendo inmediatamente de una de ellas. -¿Quien? -«Devil wears prada»... -¿Cómo?... -Ok… no se si despedirte o tirarte este vaso de espumante por ser tan joven y no entender esa cita cinematografía.. -Lo siento Señor Hummel… -Esta bien… bebe conmigo… —añadió entregando una de las copas— allí vienen dos personas...—dijo Kurt señalando con disimulo la pareja que venía hacia ellos como si lo conociera de toda la vida, Helen buscó toda la información pertinente y se le susurro al oído en tiempo récord y así lo fue haciendo con todas las personas desconocidas para su jefe.
-Tengo la impresión que esa de allí es la mesa Señor Hummel… —dijo Helen indicando hacia adelante, la mayoría de los invitados a la cena ya estaban ubicados en sus asientos y parecían ansiosos por la comida. -¿Segura?... ¿no esta un poco adelante?... —replico Kurt arrugando el entrecejo mientras miraba el resto de las mesas. -¿A que se refiere? -A que las personas que organizan, siempre ponen a la gente más importante en las primeras mesas… -¿Y usted que es?... -¿Disculpa? -Señor Hummel, usted es tanto o más importante que cualquiera de los aquí presentes… no se si lo sabe, pero ha ganado a cuánto premio lo han nominado… —dijo Helen soltando una risa, Kurt la miró un instante y se irguió un poco como si recién cayera en la cuenta de cuán importante era en el mundo de Broadway— y mire… esta si era su mesa… —añadió la mujer al ver que el código de la invitación coincidía con el que estaba junto al centro de mesa. -Vaya… esto al menos nos garantiza un plato caliente… —dijo tomando ubicación, miró de reojo la hora antes de terminar de sentarse y dejo su teléfono al lado de los cubiertos.
-¿Conocía este hotel Señor Hummel?... —pregunto Helen también sentándose. -Por supuesto… no se si te lo he dicho, pero desde que llegamos a New York, con Blaine hemos hecho un tour bastante sexy pero todos los hoteles de la ciudad… —respondió alzando una de sus cejas de manera traviesa, Helen también sonrió pero como con vergüenza— ¿se ha demorado?, ¿no crees?... —dijo Kurt mirando hacia la entrada del salón y a su teléfono de manera alternada. -La verdad es que no… solo ha pasado media hora desde que llegó Señor Hummel… —hizo notar Helen mientras tocaba con mimo los cubiertos y todos los detalles que habían en la mesa.. -¿¡Es verdad eso!?... —exclamó mirando la hora nuevamente— vaya… si que lo es… —agregó al comprobar por el mismo que de verdad solo había pasado media hora. -No se preocupe, estoy segura y ya viene en camino, el mensaje de mi hermano da para interpretar que al gatito lo atendieron de inmediato… -Pues eso espero… si hubiésemos esperado hasta mañana como sugerí, nada de esto habría pasado, pero Blaine insistió e insistió… -Debe ser porque cuando le sucede algo a usted o al pequeño Noah, el Señor Anderson es de los que reaccionan así… —contestó Helen chasqueando sus dedos cuando decía lo de «así», Kurt volvió a lo del respingo de sorpresa pensando que esta vez no se quedaría callado. -¡¿Que?! -¿Que?... —repitió la asistente sintiéndose un poco intimidada. -¿Qué demonios se supone qué significa eso? -Nada… es decir… -¿Has estado hablando con Julianna? -No, ¿por qué? -Porque si las dos creen que yo soy un consentido o no se que mas, déjame decirte que... -¡Señor Hummel!... —exclamó una mujer saludando a la distancia, acto seguido hizo un par de señas indicando que iría hasta donde ellos estaban. -Ella es importante, fue la presidenta del AEA en 2020 —susurro Helen mientras buscaba más información— es la señora Kathe... -Se quien Helen, gracias… —interrumpió Kurt hablando entre dientes. -Señor Hummel… —repitió ya llegando a la mesa— que honor mas grande… —añadio estirando su mano— mi nombre es Katherine Shindle -Lo se… y el honor es mio… —respondió este levantándose de la silla para saludar a la recién llegada, era una mujer de edad avanzada pero que derrochaba elegancia y vitalidad. -¿Que tal todo? -Hasta ahora todo genial, espero y la comida sea igual… -Solo espera y verás, este hotel no es el Plaza, pero es bien fantástico en realidad… ¿ella es? —pregunto la señora Shindle apuntando a Helen. -Mi asistente… Helen Fitzsimmons… —respondió Kurt apuntándola, la aludida se levantó y le estrechó la mano de inmediato. -Excelente, lo que mas necesitamos en este medio son asistentes.. -Ni que lo diga… -¿Su esposo?, creí que vendría con él. -Si… bueno llegara mas tarde, tuvimos una emergencia con la mascota de mi hijo más pequeño... -Nada grave espero… —dijo Katherine llevándose una mano al pecho como para demostrar angustia e interés. -No, no tengo tanta suerte… -¡Auch!... ¿asumo y no le agrada esa mascota? -No… disculpe, lo que dije estuvo fuera de lugar… ya que a quien tiene que agradarle es a mi hijo… yo me conformo con agarrarme los pelos cada ve que se sube a uno de mis muebles.. -Claro… -¿No quiere sentarse?... —pregunto Kurt abriendo uno de los lugares. -No por favor… tengo que volver a mi mesa a escuchar a Hugh Jackman hablar de «The music man».. —respondió Katherine blanqueando los ojos. -¿Hugh Jackman?, ¿en serio?... -Obvio… ¿no lo conoces? -No personalmente…¿están por aquí? —preguntó señalando las mesas de alrededor. -No cariño, a los viejos nos ponen más atrás... cerca del baño por supuesto… —añadió soltando una risa, Kurt no supo si debía reír también o aquello se consideraría de mala educación de su parte— gusto en conocerte Helen… —agregó sonriéndole a la asistente quien batió la mano bien rápido y rio de manera nerviosa— y usted Señor Hummel… déjeme decirle que debió pedir una mesa en la primera línea… -Por favor… -Es la verdad… eres una leyenda desde tu primera obra… -No tanto como usted.. -Por favor… yo solo presidí el AEA hace como mil años… -Pero en el año más difícil para todos… -Tal vez... pero cualquiera lo podría haber hecho… cosa que deberías hacer tú en algún momento de tu vida… -No estoy seguro de eso… -Pues yo sí… tengo mis ojos puestos en ti desde que escribiste el prólogo del libro de Benjamin D. Brantley... -Fue la tercera edición… -¡Y la más vendida!... ¿que pasa contigo?... tu jefe necesita unos cursos de apreciación y valoración personal… —añadió mirando a Helen, esta solo se limitó a sonreír como diciendo «lo se, pero que quiere que haga», Kurt la miró de vuelta con mala cara y Helen pensó que al parecer y además de todo, su jefe podía leer la mente— bueno… me voy, me hubiese encantado conocer a tu esposo… -En cuanto llegue, me aseguraré de que nos acerquemos a su mesa… -Por favor… así me liberan de la historia de «The showman» que no se cuantas veces la he escuchado...—agregó Katherine haciendo un gesto con su mano en alto mientras se retiraba. -Que amable… —dijo Helen bebiendo de su copa. -Lo mismo digo, ahora... creo que nosotros estábamos a punto de dilucidar algo cuando Katherine nos interrumpió, así es que... creo que me debes una explicación Helen Fitzsimmons… —añadió Kurt cruzando sus manos sobre la mesa, Helen se bebió todo de un solo trago y suspiro aliviada cuando vio aparecer a Blaine. -Allí viene el señor Anaderson.. —dijo tragando. -¿Cómo?... -Allí… —repitió Helen señalando hacia la entrada donde Blaine hablaba con un par de personas, una de ellas le indico dónde dirigirse y la otra le pidió una foto. -Y causando revuelo como siempre… —agrego Kurt soltando un suspiro enamorado, Blaine hizo un par de señas y apuró sus pasos hasta llegar a la mesa que les correspondía.. -No es tan tarde —dijo como primera cosa, casi anteponiéndose a lo que su esposo se supone y le diría.. -Lo se… —dijo de vuelta Kurt echándose hacia atrás en la silla, su esposo se acercó y le dio un pequeño beso de saludo— ¿nuestro hijo? -En casa con Julianna, muy feliz de que todo saliera bien para su querida mascota… —explicó Blaine sentándose a su lado, Kurt blanqueo los ojos e hizo una seña al mesero para que trajera más licor, Helen hizo un gesto saludo que fue respondido con una sonrisa por el esposo de su jefe— ¿y aquí?... ¿como esta todo?... —preguntó acercando su silla un poco mas a la de su esposo, tanto que Kurt pudo usar el pecho de él como respaldo en vez de su asiento. -Como lo ves… ah… se me acercó Katherine Shindle.. -¿Katherine Shindle?... -Si, la que fue presidenta del sindicato de Broadway en el 2020.. -Por supuesto… ¿y que quería?… —quiso saber Blaine apoyando su mentón en el hombro de su esposo. -Pues conocerme… ¿puedes creerlo? -Por supuesto… —respondió sin vacilar, Kurt sonrió engreído— ¿y de qué hablaron?. -De todo, pero lo más importante es que me dijo que debería estudiar la posibilidad de presidir la AEA… que lo haría bien y todo… -¡Por supuesto que lo harías bien!… —exclamó de vuelta Blaine besándole el cuello— tú lo haces todo bien… —agrego repitiendo lo de los besos. -Adulador… -Apuesta tus mejores partes a que si lo soy… -¿Me roba mis frases Señor Anderson-Hummel… -Un poco si.. —respondió Blaine riendo, Kurt también rio y se acomodó más sobre él— ¿has hablado con al gente importante?... -Casi con todos… solo me falta llegar a la mesa principal donde están los productores de más peso… -Si quiere yo puedo ir a hacer algunos contactos Señor Hummel… —dijo Helen levantándose, ambos giraron la cabeza al unísono como si recién cayeran en la cuenta que no estaban solos en la mesa. -¿Harías eso linda? -Obvio… vuelvo enseguida… -Gracias Helen… —dijo Blaine sonriendo, la mujer hizo una especie de reverencia divertida mientras se dirigía hacia donde dijera. -No le agradezcas tanto, al fin y al cabo hace su trabajo, además que necesito reprenderla por algo y no quiero que me conteste porque gracias a ti se le subieron los humos.. -¿De que tienes que hablar? -Pues ella y Julianna dijeron un par de cosas que me dejaron bien estupefacto… -¿«Estupefacto»?... —repitió Blaine riendo. -¿Que?… ¡es una palabra!… y muy adecuada por lo demás... -Por cierto que lo es… ¿y qué cosas fueron esas?, si me permites preguntar... -Pues ambas dijeron que cuando se trataba de mi o de Noah tu reaccionabas así… —dijo Kurt chasqueando los dedos— y Julianna añadió el término aprehensivo… —Blaine sonrió para sí sin decir nada— ¿me escuchaste?... —agregó mirándolo hacia atrás por sobre su hombro. -Por supuesto que te escuche… -¿Entonces?... ¿qué es ese silencio Señor Anderson-Hummel?... —pregunto Kurt moviéndose para quedar mirándolo a la cara. -No es nada… —respondió Blaine haciéndole un cariño en la cara— es solo que... que puedo decir además que es todo verdad… —dijo encogiéndose de hombros. -¿Cómo?... —respondió Kurt casi derretido. -Lo que oyes… Kurt… —Blaine le tomó las manos, se las besó y lo miró fijo a los ojos, Kurt sintió que le daba algo— tú… eres lo mas importante para mi… lo mas importante… y con respecto a Noah... bien sabes que amo a todos nuestros hijos pero él… no lo sé… tal vez porque es el menor, o porque es nuestro... o porque no costó tanto concebirlo… —dijo Blaine soltando un suspiro— es por eso que reacciono así… —agrego chasqueando sus dedos— o soy ese aprehensivo que dice Julianna… lo siento... -No lo sientas… me elevas el ego hasta más arriba de las nubes, pero puedo vivir con ello, no te preocupes… -Muy bien… —dijo Blaine sonriendo. -Ahora… ¿quieres conocer a alguien? -¿A quien? -A Hugh Jackman… -¿Que?, ¿Wolverine, esta aquí?... —pregunto mirando a su alrededor. -Difícil porque ese es un personaje de ficción pero la Katherine esa de la que te hable… esta en la misma mesa que Hugh Jackman y me dijo que si quería me acercara… ¿quieres conocerlo? -¡Por supuesto que sí!… —exclamó Blaine levantándose de inmediato. -Ok, tanto entusiasmo no me parece pertinente… -Vamos...es Wolverine de quien estamos hablando… —añadió acomodándose la corbata— aunque no se que haría si decide sacar sus garras… —dijo sonriendo con travesura. -Pues que no las saque o yo sacaré las mías… —termino por decir Kurt alzando su ceja inquisidora.
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Día 20_Sonríe, sonríe para el espejo, para la foto, para saludar. Pero sobre todo, sonríe para ti mismo, te lo mereces.
365 Días, Miles de Sonrisas (2017)
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Esta es la historia de una chica que conoce a un chico; pero debo ser franca, está no es una historia de amor…
Hay cosas que nadie sabe sobre mi ... hay cosas que ocultamos tanto tiempo y de manera tan intensa que un día todos esos secretos explotan dejándote un vacío que te consume.
Mentir es fácil, hasta que ya no lo es...
Supongo que debo comenzar por como eran las cosas antes de el ...
Yo era una tristeza dulce...solia llegar a llorar a mi casa después del colegio, no podía comprender como mi familia y yo teníamos que pasar por una situación tan difícil, lloraba porque no entendía porque teníamos que pasar hambre, lloraba porque no entendía porque teníamos que humillarnos en trabajos mierdas para poder pagar los servicios, lloraba porque seguía con la misma ropa desde que tenía 12 mientras las otras chicas iban de compras, lloraba porque cada cumpleaños y cada navidad eran tan vacios que se sentían como cualquier otro día, en fin lloraba y lloraba mucho.
Pase cosas buenas y cosas malas, pero esa es otra historia...y luego lo conocí.
Simplemente lleno un vacío y el resto del mundo desapareció para mi, yo ya no lloraba más.
Cada beso era una lluvia de estrellas, y me hacía sentir como si todo fuera posible.
Nunca había tenido una cita, y con el fue maravilloso...me trataba como nunca nadie lo había echo antes, como si yo fuera de la realeza y eso se sentía tan bien. No se avergonzaba de mi y me tomaba de la mano como si yo fuera algo preciado.
Sus amigos no me querían (no sé porque), y le decían que yo era una perra, cuando lo más escandaloso que había echo en mi vida había sido robar un cuaderno de frutitas cuando tenía 6 y nisiquiera sabía que lo estaba robando...pero el me amo sin importar lo que decían y me sentía tan amada.
No me pidió ser su novia de la manera en la que nosotros "los románticos" esperaríamos, pero yo me sentía en las nubes ...me sentía especial.
En nuestra primera salida en grupo todo el desastre comenzó. Estaban mis amigos y sus amigos, el dijo "diviértete" y yo solo reía y bailaba, salí un momento a buscar pizza con una amiga pero al ver el local cerrado nos sentamos y decidimos descansar y quitarnos los zapatos, entre risas y cuentos se nos pasó el tiempo, al volver al lugar el estaba como loco preguntandome que con que hombres estaba que por qué me había demorado tanto, yo reí pues me parecieron tiernos sus celos y el resto de la noche seguí riendo y bailando, pero algo era diferente...al finalizar la noche le pregunté que pasaba y el solo me miró con irá y me dijo: -por qué sonreias tanto ? A quién le sonreias tanto ? Te vi mirando muchos hombres ...tú crees que soy tonto ? Yo se que estabas con otro ...( Lo sé, era una señal ...pero no la vi) yo solo fruncí el seño y me fui. Llegue a casa y le hize saber lo enojada que estaba y lo mal que me hizo sentir por haberme tratado así, se disculpo y me prometió que jamás iba a volver a pasar ( y yo le creí).
Cumplimos nuestro primer mes, y me envió una caja hermosa con globos, adentro había un desayuno. Una sorpresa que nunca nadie me había dado (yo solo podía pensar en lo afortunada que era) ...
Después de eso el solo me presionaba para que me acostara con el...presionaba y presionaba, aún lo puedo escuchar diciendo ¿Qué pasa, si somos novios? ... después de tanta presión accedí, (siempre imaginé algo romántico, con pétalos de rosas y velas aromáticas) mientras el llamaba un taxi para ir al motel yo desnudaba mi corazón y le contaba una historia sobre la luna pero el no escuchaba... solo estaba concentrado en buscar un taxi...Fue lindo, el me miraba como si fuera magia...
Una amiga estaba de cumpleaños y nos invitó a su fiesta, ella decidió que quería ir a bailar...yo no salía mucho y me sentía muy emocionada pero el solo me insistia que dejáramos la fiesta y nos fuéramos a un motel, el no quería bailar y yo moría por bailar ...el estaba celoso porque yo estaba riendo...me tomo del brazo y me dijo: nos vamos!!!! Yo suplique que no, que nos quedaramos le expliqué que nunca salia y me estaba divirtiendo...el se enojo mucho más y le dije que me quedaba con mi amiga "Haz lo que se te dé la gana me dijo" y se fue ...(crei que todo había terminado) pero me escribió y se disculpo, dijo que no iba a volver a pasar.
Después deje de ser su prioridad, termine con el porque no me prestaba atención, después de dos meses decidimos volverlo a intentar.
Todo parecía ir tan bien, me miraba y construía mundos, me abrazaba y ponía en orden todas las piezas rotas, me sentía en un sueño. Tenía tanto tanto amor que dar, y sí, se lo di todo, le di tanto ...
Un día sus amigos lo invitaron a una fiesta, le dije que si quería que lo acompañará y el me miró de arriba abajo y dijo: - Pero si vas vestida así NO vas. Yo ingenua le pregunte:- que tiene?...su respuesta fue:- yo conozco a mis amigos. No fui.
Luego me invitó a bailar, yo por supuesto estaba más que emocionada (amo bailar, aunque no sepa) así que me puse un jean negro roto y una camisa blanca, la amarre a mi cintura se me veía el ombligo y tenía un escote (que a decir verdad estaba para morirse) me puse una gargantilla brillante y unas argollas doradas, me maquille y me sentía radiante ...me sentía poderosa, el me vio bajar por las escaleras y no dijo nada ...salimos y yo sentia que tenía el mundo a mis pies ...pero en el camino lo noté bravo ...le pregunté que tenía y con mucha irá y en un tono tan despectivo me dijo :- ES QUE NO TIENES MAS ROPA!! ...me dijo que mostraba mucho con la ropa que traía que no quería salir conmigo estando vestida así, me dijo que se sentía avergonzado ...yo solo me ataque a llorar ...(volví a llorar)....aún así fuimos a bailar, el saludo a sus amigos y yo me senté con el maquillaje corrido y la autoestima por el piso ...me vio triste y me llevo a su casa (yo no paraba de llorar) me fui a mi casa con el corazón roto.
Al despertar todo se sentía gris, y no paraba de llorar, me llevo flores y dijo que me amaba que lo sentía y que jamás nunca iba a volver a suceder ...al cementerio también te llevan flores.
Y para resumir, a cada fiesta que íbamos sucedía lo mismo ...en su mente yo estaba coqueteando con todos los hombres y su constante pregunta "¿Por qué sonríes tanto?
Así que deje de salir con el... tenía tanto miedo ...
El de igual manera salía con sus amigos, y aquí empezaron las mentiras ...decía que iba a estar en un lugar y resultaba en otro, decía que iba a salir con alguien y resultaba con otras personas ... MENTIRAS y más mentiras ...
Y empezó a controlarme ... empezó a revisar mi teléfono ...cada letra que yo escribía la analizaba, y yo cedi ante toda la presión e hice lo mismo... le revise el celular y encontré una conversación con una "amiga" dónde le decía que ella era la única y que conmigo solo actuaba...así como actuaban todos en una relación ... Y no alcanze a leer más porque me arrebato el celular ....llore, llore tanto que casi me deshidrato ... El dijo que no era nada, y yo le creí. Luego salió de fiesta ...y se quedó a dormir en la casa de esa "amiga"... también le crei que no era nada...
Esperaba más citas románticas, así que cuando el me invitaba a salir me ponía guapísima pero solo me llevaba al motel.
Empecé a apagarme y a sentir mucho miedo, cualquier cosa que dijera podría hacerlo enojar ...
Y solo me quedaban las pequeñas cosas que disfrutar, y me aferre a ellas...
Amaba caminar y el lo sabía, cuando me invitaba yo me hacia ilusiones de que nos íbamos a divertir, que el me tomaría fotos y hablaríamos mucho...pero nunca íbamos a caminar porque el siempre quería ir al motel. (Ya no me gusta ir caminar)
Un día le escribí por chat y le dije que moría por verlo e hice un comentario fuera de lo común, quería ser espontánea y quería hacerlo feliz, pero el inmediatamente me llamo, solo podía escucharlo gritar:- Con quien más hablas ? Se que te equivocaste de chat, a quien se lo ibas a mandar ? Yo sé que hablas con otros... después de muchos insultos...me creyó ...claro después de revisar mis redes sociales ....(me hizo sentir como una puta)
El ya no era el mismo, tampoco sus buenos días...ya no me ponía cuidado y no notaba lo rota que estaba ....
Yo solo quería hablar y el solo quería cogerme
Yo necesitaba un abrazo sincero, y el al abrazarme me manoseaba ...
Presionaba más ....
Me invitó a una cita, estaba muy muy emocionada porque hace rato no teníamos una me puse un vestido corto y me pinte los labios de rojo, la ilusión se acabó cuando íbamos por la calle y me grito -quien es ese man y por qué lo mira tanto ...
-lo siento, no volverá a pasar... Me decía una y otra vez
Encontré más en su celular, le decía a su ex que la extrañaba ( mientras que a mí me presionaba para acostarme con el) a ella le decía que la extrañaba ...le decía que era fantástica
Explosivo ...
Nada volvió a ser lo mismo desde ese día ...
Luego me grito en la calle, en medio de un montón de personas ...por haberle dicho que era un pesado y que le daba pereza hacer muchas cosas... eso lo enfureció y con una ira que nunca había visto dijo :- Es que su hermano también es un hijo de puta flojo y a el nunca le dice nada... Todo el mundo voltio a verme ...llore mucho ...llore ...
Una noche salimos a tomar, todo estaba bien hasta que terminó muy ebrio y lo lleve a casa, me confesó cosas que me dolieron...quiso coger conmigo y al rehusarme intento violarme pero estaba tan ebrio que se quedó dormido, tan borracho para escucharme llorar toda la noche ...llore tanto que desde ese día no he dejado de llorar ...
No me he vuelto a sentir poderosa ...ni bonita ...ni feliz
Me siento insegura ....tengo miedo
Miedo de bailar ...miedo de reír
No todo fue malo, me dió los momentos más maravillosos de mi vida. Construyó un bosque hermoso para mí y luego le prendió fuego a todo ...
Dicen que el amor cree, todo gana y todo soporta, pero que pasa cuando hay mentiras ¿Se puede volver a creer? y que pasa cuando hay maltrato emocional ¿También hay que soportarlo?...eso no es amor.
El me rompió el corazón tantas veces, que un día solo dejé de recoger las piezas que quedaban ...las dejé ahí ...en el suelo, esperando que volviera a pisotearlas ... pero el peor desamor es el propio.
Hice todo, di todo lo bonito que tenía para hacerlo inmensamente feliz, yo estaba a sus pies...y eso no le bastaba... Tenía que seguir revisando mi celular, tenía que preguntarme constantemente sobre con quién hablaba, sobre mi pasado...me hacía sentir tan miserable por haber tenido novios antes que el pero el se sentía orgulloso de todas sus conquistas sexuales ...
Me quería pura ...sin un pasado, me quería suya... (Quien ama de verdad te acepta tal y como eres, con todos tus errores y tus defectos, quién te ama te quiere libre...)
No sé qué más sucedió ...que más hizo para que mi corazón colapsara ... Solo un día todos esos secretos se desbordaron y no pude volver a ponerlos en el lugar obscuro dónde los había guardado.
Y no volví a ser la misma...
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Soy un hombre trabajador tengo 31 años soy varonil soy de closet, no me gusta compartir con todos abiertamente. Soy pasivo y me encantan los hombres mayores que yo pero en esta ciudad es algo difícil establecer una relación discreta, trabajo en una fábrica donde se fabrican piezas plásticas también trabajan mujeres pero la mayoría somos hombres . Uso una aplicación para conocer personas en especial hombres , siempre trato de conocer hombres mayores es algo difícil pero e logrado conversar con algunos. Pocos se dan la iniciativa de conocernos o tener algún encuentro en persona. De esos varios hombres con los que e conversado uno me pidió que nos viésemos y yo le dije q si que me parecía bien intercambiamos números telefónicos pero su número no lo tenia registrado, para esta aplicación usaba otro número de celular. Llego el día de la cita pero pasamos por alto intercambiar algunas fotos para conocer os previamente . Cuando llegamos al sitio me doy cuenta de que estaba cuadrando con mi jefe y de la misma forma el, al verlo me puse nervioso y lo salude normal y quise despistarlo de que no era yo esa persona con la que se vería ese día, pero el me dijo en voz baja que disimulara las situación y que esto quedara aquí como si no ubiese pasado nada, por que no quería involucrarse con alguien de su empresa , yo le respondí con firmesa que nadie se enteraría que yo era muy serio en estas cosas y que no iva a comentar nada y que pronto olvidaría lo que había pasado. Nos marchamos cada quien por su lado, yo seguía nervioso por que no sbaia que pasaría en las jornadas laborales. Pasaron varias semanas y el jefe me manda a llamar a su oficina, me puse nervioso pensé en ese momento que me despediria para no tener imprevistos conmigo. Pero luego me dije que no había cometido ningún fallo con respecto al encuentro, no le había comentado a nadie y quizá nadie sabía de ese encuentro. Así Así respire profundo y fui a su oficina. Al entrar me recibió con una sonrisa y un apretón de manos 🤝 le dije en voz nerviosa en que podía ayudarle, me dijo entre risas que me cambiarían de lugar , seguro noto mi nerviosismo . Le agradecí por el cambio de puesto pues ya iba a estar en una zona más tranquila y con menos responsabilidad y eso fue todo lo que me dijo en ese corto encuentro. Pero yo me quede en la duda de por qué me había cambiado de lugar si donde estaba lo hacía bien. En fin pasaron los días, recibo un mensaje donde decía " aún sigues usando las app de citas" yo respondí " quien eres" luego responde " te pedí que no comentras nada acerca de nuestro encuentro, pero ahora quisiera que nos encontremos de nuevo, si ud lo permite?" Me puse nervioso nuevamente y le respondí " porsupuesto que me gustaría que me gustaría así podríamos conversar con más calma " luego me responde " el viernes a las 8:30 pm te espero en el estacionamiento del centro comercial " le respondí un ok nada más y luego me puse a pensar por que en ese lugar y a esa hora pero bueno de igual forma estaba editado y ya estaba haciendo morbo en mi cabeza, llego ese día y esa hora y fui al lugar, el estaba allí se acercó a mi auto y me dijo si podía subir le dije porsupuesto suba . Me saludo normal y me dijo que era buen sitio para conversar y ver q se da y que mi auto era mejor por que tenia sus vidrios oscuros . Le pregunté de inmediato si estaba seguro de querer hacerlo y me dijo que si que olvidaremos lo que había pasado en el encuentro anterior le dije q no tenia problema con eso que ya estaba olvidado. Enseguida puso su mano en mi pierna y me acariciaba yo estaba algo nervioso pero lo disfrutaba . Me dice que si podíamos entrar a un hotel en mi auto, le dije que si que no tenia problema con eso también le dije que si gustaba podíamos ir a mi departamento que era un lugar tranquilo y pocas personas me conocían, me dijo mucho mejor así no hay problema con que vean el auto entrar a un hotel pues ir a mi departamento seriadas despistado , conversamos Acerca d encuestas vidas por el camino ya fui entrando más en confianza y estaba más tranquilo , pero había una duda...
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Historia idol de Nagisa.
Episodio 2.
Jun: Buen día~*
Hiyori: ¡Bien, Jun! ¡Llegaste a tiempo!
Jun: Ohiisan, tú ya estás aquí.
Jun: Eso es raro.~ Incluso Ohiisan ha dejado de llegar tarde luego de vivir en el Apartamento Seisoukan.
Hiyori: Jun, eso es rudo de tu parte. ¡No importa que tan espíritu libre soy, yo nunca llegaría tarde a una reunión de Eden! ¡Mal Hiyori!*
Nagisa: … Yo justo estaba trabajando con Hiyori antes de la reunión.
Nagisa: … Luego fuimos recogidos por la agencia, eso es todo.
Jun: Ya veo. Entonces, Ohiisan, ¿tu no has cambiado tu hábito de llegar tarde~? Siento que he gastado mi emoción por admirarte en esto.
Hiyori: Deberías mostrarme más respeto. ¡Deberías admirarme en cualquier momento!
Jun: Pero Ohiisan, si yo no estoy contigo, tú estarás comprando hasta el último minuto. Es difícil para mí admirarte.
Jun: De todas formas, no vi a Ibara en ningún lado. No es propio de él llegar tarde… ¿qué está haciendo?
Ibara: ¡Todos en Eden! ¡Lamento llegar tarde! Yo saludo.~☆
Nagisa: … Bien, hablando del diablo, yo creo que así es como la gente lo dice.
Ibara: ¿Estaban hablando sobre mi? Es un gran honor ser el tema de su conversación, Su Excelencia.☆
Ibara: Pero, ¡todos sabemos que no tenemos tiempo para hablar!
Ibara: Debido a nuestro fracaso en la SS, Eden tuvo que dejar el trono de la industria de idols.
Ibara: A través de nuestros continuos esfuerzos, la imagen de perder en la SS está lentamente desvaneciéndose. Aún así, el cambio drástico en la industria idol traído por el proyecto de ES, plantea un nuevo desafío para nosotros…
Ibara: … Estoy seguro que todos ustedes conocen esta situación, ¿verdad?
Hiyori: Sí, ha sido un gran shock para nosotros. Gracias a esto, COS PRO ha estado impulsándonos a trabajar. ¡No es elegante en lo absoluto! ¡Mal hiyori!
Jun: Nosotros hemos sido totalmente engañados por Trickstar en la SS.~ Me gustaría competir directamente con ellos y tener mi venganza tan pronto como sea posible.
Ibara: Si. Yo estoy totalmente avergonzado de pensar sobre eso… Pero vamos a mirar esto de otra forma.
Ibara: Yo pienso que esta es una buena oportunidad de reposicionarnos, de hecho.
Nagisa: … ¿Buena oportunidad?
Ibara: En esto es en lo que he estado trabajando. ¿Podrías leerlo, por favor?
Hiyori: ¿Esto es..?
Nagisa: … ¿”Nagisa Ran: Proyecto de Análisis”?
Ibara: ¡Si, lo es! La industria idol es muy caótica.
Ibara: Por lo tanto, Su Excelencia, como líder de Eden, ¡se supone que debe descubrir su nueva posición!
Nagisa: … ¿Puedes esperar un poco, Ibara?
Nagisa: … Estoy seguro de que te dije que rechazo cualquier imagen o personaje falsificado, ¿no es así?
Ibara: Sí, ¡lo recuerdo claramente, Su Excelencia!
Ibara: Pero necesitamos resaltar aún más su encanto, Su Excelencia, esto es solo como el juego de roles… ☆
Ibara: También dijo una vez que “la humanidad necesita acercarse a la perfección a través del constante compartir y comerciar”, ¿es correcto, Su Excelencia?
Nagisa: … Si, creo que lo dije.
Ibara: ¡Es correcto, Su Excelencia! ¡Ahora es tiempo de que usted salga más lejos!
Ibara: E incluso si esto le ofende, insisto en que para compartir sus pensamientos con más gente, debería saber más sobre ellos, más sobre los seres humanos, Su Excelencia.
Ibara: Por lo tanto, por medio del juego de roles, usted puede expresarse mejor para ser más perfecto…
Ibara: Y eso puede contribuir también al mejor desarrollo de Eden, Su Excelencia. ☆
Nagisa: … Si tu lo dices, Ibara, lo intentaré.
Hiyori: Entonces Nagisa, ¡lee este artículo en esta revista femenina donde está la foto de Eve!
Hiyori: Debe ser interesante para Nagisa actuar como una niña inocente, pues está totalmente fuera de su personaje… ☆
Jun: Qué mal gusto, Ohiisan.
Nagisa: … No comprendo del todo, pero intentaré ser más consciente de la diferencia entre el personaje y yo mismo.
Nagisa: “Una cita para ver los cerezos en flor con él. El calor de nuestras manos… ¡Mi corazón está revoloteando!”
Nagisa: “Como deseo que estoy días gloriosos puedan durar para siempre… Debería pedirle otra cita.♪”
Nagisa: … ¿Cómo estuvo? Si pueden llegar a conocerme mejor a través de esto, la actuación habrá valido la pena.
Hiyori: Bien. ¡Ese es Nagisa! Excelente actuación, estoy seguro de que puedes manejar perfectamente cualquier tipo de rol. ♪
Hiyori: Jun, tú también puedes sugerirle algunos roles a Nagisa para actuar…☆
Jun: Ohiisan, ¿estás divirtiéndote con esto~? Estoy sorprendido por la increíble actuación de Nagi. No me sorprende que se haya unido al círculo teatral.
Jun: Hmm. Entonces, me gustaría un papel de gángster.~ ¿Qué tal el villano en este cómic?
Nagisa: … No estoy familiarizado con esta clase de libros, por lo que este personaje podría ayudarme. Hmm, déjame revisar las líneas…
Nagisa: “¡Quédate ahí, bastardo! tú fuiste el que provocó los problemas en ese instituto, ¡y acabaste recibiendo un puñetazo! ¡Qué humillante!”
Ibara: Oh, ¿Ohhh…? Es muy poderoso, Su Excelencia…
Nagisa: … Lo siento, creo que es demasiado para mí.
Nagisa: … Todavía no entiendo por qué pelean los humanos, es una pérdida de mi energía.
Hiyori: Jun, pediste un rol tan poco digno. Necesitas reflexionar sobre ti mismo.
Jun: ¿Es así? Pensé que le había quedado muy bien… Quiero decir, parece que Nagi es perfecto en todo.
Jun: Yo pienso que, al menos, la presentación fue bastante buena.
Hiyori: De todos modos, Jun, tú realmente necesitas leer más poemas o algo así en lugar de esos poco elegantes cómics.
Hiyori: ¿Qué tal si consigues un hobby con mayor gusto que pueda combinar más conmigo?
Jun: No, no, no. Ohiisan, tu fuiste el más entusiasta cuando le ordenaste roles a Nagi para que actúe…
Jun: Pero voy a admitir que fui muy lejos solo por hoy.
Ibara: ¿Qué hay sobre usted, Su Excelencia? ¿Cree que ha aprendido más sobre los humanos a través del juego de roles?
Nagisa: … Estoy agradecido de que viniste con muchas ideas para mi, Ibara.
Nagisa: … Pero prefiero encontrar el camino por mí mismo
Ibara: Bueno… ¡Está bien! ¡Prueba y error siempre es la llave del éxito! En su lugar, ¡estoy honrado de que respondió tan rápido!
Nagisa: … Si, me alegro de que entiendas.
Nagisa: … Descubrir la verdad profunda sin esfuerzos es algo que solo Dios puede hacer.
Nagisa: … Y si yo descubro la verdad tan fácilmente, no es nada más que blasfemia.
Nagisa: … Por ahora, lo único que quiero hacer es explorar.
Nagisa: … Pero continuaré explorando, creyendo que el paraíso que busco está ahí para mi.
Aclaraciones de traducción.
*1. Jun saluda diciendo solo “morning”, que se traduce como “mañana”. Coloqué Buen día para que se comprenda mejor.
*2. Hiyori dice “Bad hiyori”, porque es un juego de palabras con su nombre en japonés. Hiyori significa “clima”, y por eso aquí lo adapté como “Mal hiyori”, es decir “mal clima”.
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Libertad
Camilo no pudo quedarse quieto en la silla por más de 1 minuto, tenía el impulso incontrolable de mover las piernas, de chasquear los dedos, tocarse el pelo o de rascarse la frente. Cualquier cosa que le hiciera sentir que el tiempo pasaba más rápido, pero todo lo contrario, sentía como si el reloj caminara en reversa. Ya eran las 12:30 p.m. y todavía faltaban 7 horas para su cita.
- ¿Qué? ¿7 horas? – Le dijo a Fernando, el amigo que impulsó el encuentro.
- ¡Ay, hermano! De verdad, ya… deje de temblar que parece un flan mal hecho.
- Eso me pasa por seguirle la corriente, siempre me muero del pánico con sus ideas. ¡Qué tal yo a estas alturas de la vida accediendo a una cita a ciegas! ¡Tiene huevo!
- ¡Ja! Pero mis ideas siempre le resultan bien, si no fuera por mi, usted ni conocería el aguardiente.
- … Y me ha ido muy bien con los guayabos… - Suspiró.
Camilo no había salido con alguien diferente desde hacía 10 años, desde “la ex”, o “la que no debe ser nombrada”. Y tampoco daba crédito a la serie de reglas que le había dictado Fernando hasta la saciedad: “No hable de su ex”… “No se muestre nervioso”… “No se quede callado”… “Muestrese interesado por lo que le diga”… ¿En serio?
Por fin llegaron las 7:00 pm y Camilo vio, a lo lejos, en carne y hueso, a esa persona que solo había visto en una sola foto. Era una cita a ciegas planeada por sus amigos en común, que, según ellos, eran el uno para el otro.
Camilo vio cómo su cita se sonrojó cuando cruzaron miradas a la distancia. El saludo fue tan incómodo, que ninguno pudo soltar un “hola”. Simplemente siguieron caminando hacia la mesa del restaurante.
- Hasta que por fin nos conocemos ¿no? Ahí está pintado Fernando.
- Qué man tan metido– Dijo Camilo.
- Pero lo amamos – Soltó una carcajada mientras lo decía.
- Y, cuéntame, ¿En qué es lo que trabajas? – Dijo nervioso Camilo.
Su acompañante recitó la respuesta de siempre, mientras se aburría por la falta de creatividad de Camilo. - ¡Ay Fernando, en la que me metió!- Suspiró para sí mismo. Camilo reconoció inmediatamente el aburrimiento de su cita y empezó a hablar de algo que sabía que era común para ambos: Madrid. Sabía que su cita también había vivido en esa mágica ciudad por un tiempo. Y ahí se soltaron. Todo fluyó con naturalidad. Hacía mucho tiempo que Camilo no se sentía bien con otra persona, tan bien, que hasta se sorprendió, sintió paz.
Se rieron, hablaron de su infancia en el mismo barrio de Bogotá, de los paseos en los que nunca habían coincidido, del equipo de su alma: Millonarios y del futuro de Gamero y su gestión como Director Técnico. Lloraron por la ausencia de sus papás, Camilo porque lo abandonó desde antes de que naciera y su acompañante porque había muerto hace poco. La conexión era innegable. Hablaron de todo y sellaron la noche con un beso.
Hablaron de todo, menos del hecho de que esa era la primera vez que tenían una cita así. Camilo y Diego se sintieron libres.
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