#Felix: Que hacen dentro de mi habitación?
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erickmatsuno · 6 months ago
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Necesito más de los Bremin Four simplemente siendo adolescentes y cometiendo delitos, en especial allanamiento
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multyeverything · 3 years ago
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Ciega Devoción
Capitulo #7: Los dos lados de la moneda
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Tumblr media
Autor: multyeverything
TW: violencia entre pareja, menciones de consumo de alcohol, insultos y groserías graves, slut shaming, menciones de temas paranormales, menciones de sacrificios humanos, menciones de sangre, odio a sí mismo, humillación.
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Sinopsis: El reencuentro tan esperado por parte de t/n con el director de su misión sale todo lo opuesto a lo planeado. Alguien que ni sus ojos o corazón reconocen dejan un impacto mayor que la distancia entre ambos.
¿Alguien vendrá en su ayuda?
Au: Paranormal/Satánico
Emparejando: Seo Changbin X t/n X Yang Jeongin
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Sale de la habitación tallándose los ojos tras momentos de recuperación y que su gloria matutina haya disminuido, el olor a huevo con grasa seguramente de tocino sofoca sus fosas nasales hasta el punto del vómito. Aborrece ese olor.
- Buenos días bella durmiente. - Saluda desde la cocina con voz cantarina
El considerado chef Felix siente la presencia del último en cama por fin salir de sus confines. No esperaba que alguien más aparte de él, pasara gran parte del día inconsciente.
- Buenos días. - Responde en un grito dirigiéndose al baño cautelosamente para no ser visto en tal estado. Que deplorable. La mancha en sus pantalones sería muy difícil de explicar.
- ¿Almuerzo? - Se materializa de la nada (literalmente) frente a él con una taza de té. Sonrisa tan amplia hasta las orejas.
- Más tarde. Gracias. - Trata de esquivarlo como en táctica de football americano.
- ¿Por qué no ahora? -
- Debo bañarme ahora. -
- oh, ¿Tienes planes? -
- Ehhh, sí. Tengo algo de prisa. - Tapa la mancha con sus manos
- Al menos come algo, te ves pálido. Después de ducharte comerás el resto. -
- No tengo mucha hambre de todos modos. Come sin mí. -
- Como tu mayor debes obedecerme. -
- Por unos meses solamente. -
- Meses que soy mayor que tú. -
- Después de ducharme entonces. - Azota la puerta tras su entrada.
Casi arranca la ropa de su cuerpo. No la bota en el cesto de ropa sucia; con agua de la tina llenándose, talla la marca que abarca todo el muslo de su pierna, la ropa interior la deja al fondo del agua. Es un olor muy peculiar, solamente los hombres pueden distinguirlo.
Talla y escurre para por fin dejarlo junto a la demas de sus compañeros, que por cierto dónde se habrán metido. No tienden a ser muy activos después de salir, tal vez nunca llegaron. Sino, estarían quejándose de lo cansados que están mientras Felix lleva comida a dónde estén recostados.
No hay una imagen clara de qué ocurrió anoche tras dejar a t/n en casa, no sabe si ella tuvo que traerlo al ver su estado. No sabe nada ni si el auto está fuera aparcado. Tendrá que averiguarlo preguntando a quien estuvo a su lado en sus últimos momentos de lucidez, ella. Duda mucho que Felix en su estado inconsciente lo haya traído y lanzado a su cama, sus demás compañeros ni señal de vida han dado, tal vez sus mayores del otro departamento tuvieron que ver, pero ellos no se supone que rondaran la zona ayer. Quedan descartados.
Se permite disfrutar del agua (diferente a la que uso para limpiar sus desechos) caliente en sus músculos tensos, un lavado de su vergüenza. Disminuyen las náuseas con las que despertó, dejando únicamente las molestias psicoemocionales.
Hay dos causas principales para su angustia: la primera es haber pensado de esa manera en su amiga, aquella que lo ha tratado tan amablemente, ayudado en clases, reído de sus chistes; pensar que podía reclamarla como suya sin tomar en cuenta su opinión ni ser novia suya; deshonraría su honor de esa forma. La otra es no haber cumplido su sueño de anoche. Es una lucha entre su lado racional y el bestial del que jamás podrá deslindarse. Un dilema con el que ha lidiado desde su primera transformación involuntaria cuando era apenas un muchacho sin padres que le introdujeran al mundo al que verdaderamente pertenece.
Se viste cómodamente y prepara para enfrentar las posibles preguntas de Felix. Sabe que no es un tonto ni un inocentón, ha tenido todo tipo de experiencias aunque no lo parezca por su pinta juguetona. En el teléfono no hay mensajes o llamadas que señalen que alguien haya ido a salvarlo. Tampoco fotografías en la galería o sus redes sociales, que sabía eran poco probables pero igual se hizo el intento por averiguar más.
- Pensé que te habías ido por la alcantarilla, no sabía si saldrías algún dia. toma asiento frente a él en la barra Te preparé hotcakes mejor, tu cara de asco por mi omelette dijo más que mil palabras.-
- Amigo no debiste, podría comprar algo de camino. -
- Ya comes demasiado en la calle. Algo casero no te matará. - Empiezan a engullir sus alimentos
- ¿Los otros no regresaron a dormir? -
- No, se quedaron en las instalaciones de la fraternidad. Luego tomaron un Uber a la casa de Chan, queda más cerca. -
- Por cierto, ¿Cómo dormiste? Anoche que te cargué lucías como una bolsa de papas.-
- oh dormí excelente. Desde que me dejaste en mi cama, lo cual agradezco amigo, no me desperté hasta unos 40 minutos antes que tú. -
Descartada su ayuda.
- ¿Has hablado con alguno de los mayores?¿Sabes cómo están nuestros compañeros?-
- Por supuesto. Después de que Seungmin me llamara, hablé con Minho por teléfono para corroborar la historia. Todos están bien, Changbin es el único que no se ha reportado pero ya sabes cómo es. -
- Si, él es así. -
Puede haber venido a ayudar. Pero es poco probable.
No recurrimos los mismos lares
- Quisiera quedarme contigo toda la tarde pero en verdad tengo que salir. Volveré temprano para cenar y ver películas como acordamos. - Por la ventana revisa el lugar en el que se le designa estacionamiento. Bingo, el auto está ahí.
- Estaré en casa, llega a la hora que estés libre. -
- Será temprano, yo traigo la comida. -
- Quiero italiana. -
- Lo que mi chef favorito deseé. Tomaré el auto ¿Ok? - Grita desde la salida.
- ¡Cuídalo! Hyunjin me contó que casi lo averias ayer. -
Maldito chismoso
Debe estar cansada, recibirme será una lata si tiene que atenderme. Querrá hacerlo, es demasiado afable. Quizás debería comprarle algo para que coma.
Toma curso al restaurante de comida rápida que recuerda queda de camino al lugar de t/n. Muchos jóvenes concurren la zona.
Nunca me ha dicho cuál es su comida favorita, que absurdo.
Pero la pizza le gusta a todo mundo.
- Perdón, ¿Cuánto? -
¡Por una con tan poco queso "extra", es demasiado el costo!
Otro golpe a su limitada cartera, el día de hoy tendrá que gastar más de lo esperado.
Carga la caja con ingredientes extra con ambas manos de camino a su encuentro, el sudor en sus palmas y la fuerza sobrehumana intrínseca a su naturaleza hacen que la caja se abolle con la forma de sus dedos. Se siente nervioso, ella tiene el poder de intimidarlo.
Un último respiro y se encamina a tocar el botón de acceso al edificio, no podría entrar sin su permiso.
- Hola t/n, soy Jeongin. Traje pizza, ¿Puedo entrar? -
Nadie responde por el comunicador pero le permiten entrar. Si bien recuerda, ella vive en el tercer piso en el #7 B, lo mencionó alguna vez mientras hablaba de su número de la suerte, espera no tener que correr de un vecino hambriento. Toca la puerta y espera, pasa casi nada de tiempo cuando un mar de lágrimas lo recibe. Viste con una camiseta gigante hasta medio muslo semitransparente, ropa interior recién puesta (huele su esencia íntima sin querer) y calcetines, tiene apariencia apagada por tanto llorar.
- T/n ¿Qué pasa? -
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3:33 am
Cierro la puerta con seguro tras mi ingreso. El aura del departamento se siente más pesada de lo usual, un aire apenas respirable con todo el humo que invade el lugar. Es un intento de contactarme, el color de éste es muy oscuro para ser producto de algo olvidado en la estufa y no sale por debajo de la puerta, se mantiene dentro estático.
- ¿Ashur? ¿Eres tú amor? -
Un sonido casi imperceptible parecido a un silbido se escucha dentro de la nube más densa. Como smog reciente expulsado de un escape. Por dentro una figura amorfa y asquerosa sale violentamente, empujándome con fuerza al suelo muy cerca de la mesita de centro, peligrosamente cerca de la cabeza.
Por preservación propia, me arrastro lo más lejos posible de ésta. No vale la pena oponerme a lo que sea que esté aquí, ningún conjuro alejará a lo que sea que esté dentro. Demasiado horrible para mirar directamente.
- ¿¡Qué es lo que quieres!? - No puedo verle, aprieto los ojos entre mis puños. Tengo lo dedos negros por el contacto con la nube oscura.
- ¿Que te ha tomado tanto? Llevas dos semanas aquí. -
Estoy conmocionada ante la familiar voz. Es la suya, y grave. De a poco me atrevo a destaparme, no me equivoqué. Ante mi está la visión de mi amado, aunque con apariencia más desgastada y vieja. Luce peor que yo en mis días oscuros: flaco, pálido, barba crecida con puntos lampiños, olor a humedad y su rizado pelo en nudos que sobrepasan sus hombros (huesudos a través del suéter que ya le queda flojo).
- ¡No puede ser! Corro a su abrazo casi derrumbándolo con el impacto de mi pesado cuerpo. Me empuja de él. ¿Que ha pasado contigo? ¿Por qué estás tan mal? -
- Estoy demasiado enfermo. Sin mis fuerzas no soy nada, no puedo ni sanarme. Y sin ti dándome de tu vitalidad... No tengo nada. -
- ¿Por qué no me dijiste antes? Pude haber ido a verte, ¡ayudarte! - Lloro sin control al rozar sus manos. Se sienten como las de un anciano en su lecho de muerte.
- Porque sabía que estabas "ocupada", en una misión. recrea las comillas con sus dedos Aunque creo que lo has olvidado. Antes de que llegaras pude dar un buen recorrido por el lugar, luce muy bien, ¿Te sientes feliz aquí? Viviendo la vida de alguien más, con sus recursos, familia, amigos, su futuro... - Arranca su mano de entre las mías.
- No lo he olvidado, lo juro. He estado muy ocupada; buscando cualquier indicio o prueba que me indique algo en lo absoluto. Pero no hay nada, han ocultado su rastro demasiado bien. Tal vez ni hayan estado aquí en un principio, una pista falsa de su parte. Te he hecho llegar todo lo que tengo por mis cartas, sabrás que no es nada en lo absoluto. Pero trabajo duro. -
- Creí que eras mejor rastreadora que eso. Basarte en "tal vez" no sirve de nada, ¿No ves como estoy? -
- Si te veo, lo lamento mucho. -
- Yo también te veo, vestida como una puta para conseguir a alguien en tu cama. Por cierto, ¿Por qué no estabas aquí? -
- Salí con amigas, a una fiesta grande. Esperaba encontrarme con más gente, ya sabes, más posibilidades de encontrarlos.-
- Mentirosa. Apestas a alcohol. - Me da la espalda, avanza a la ventana y observa la noche.
Agradezco que Jeongin se fuera en cuanto me despedí de él. Espero no haya visto su rostro o matrícula.
Calla unos segundos que se sienten como la eternidad. Su suspiro alargado denota decepción, de mí. O tal vez para retomar la calma. Cambia de tono cuando vuelve a dirigirme la palabra.
- Sé que haces lo que puedes. Incluso vestirte de esa manera, acostarte con los tipos que debas, denigrarte como lo has hecho, no importa. Sólo hazlo rápido para que entregue a esos bastardos por mis dones de vuelta. -
- Yo... - Tartamudeo en voz baja.
- En serio, métete con los demonios para hacerlos caer en tu trampa más fácilmente. A las mujeres se les facilita eso. -
- Te he sido leal... En cuerpo y mente. -
Quisiera que me viera a la cara por lo menos, me golpea peor en el alma que no pueda ni verme a la cara mientras dictamina mis crímenes. Me siento humillada, humillada porque tiene razón. Jamás de habría vestido de esta forma si estuviese con él, ni habría salido a emborracharme con extraños, tan cerca de los vicios en los que me perdí hace años.
¿Cómo pensé que sería una buena idea?
¿Por qué olvidé lo que debía hacer?
¿Qué me está tomando tanto tiempo?
- Tú... Harás lo que se te encomendó. Y pronto. su tono es serio, directo Lo sé cariño, confío en ti. - Me regala la primera sonrisa de la noche, con ojos cariñosos también.
- Sí, lo haré. - Asiento frenéticamente derramando lágrimas por toda mi cara.
- Perdonaré todo lo que ya hayas hecho hasta el momento. Sé que todo lo has hecho por nosotros. -
- Pero no he hecho nada, amor. Esta es la primera vez que me visto así. -
- Volverás a hacerlo de ser necesario. Supongo que te queda bien. -
- ¿Es un halago? -
- hmmm depende. Me refería a que eres diestra en el campo. -
- Explícate. -
- No hay que quebrarnos la cabeza por algo así. Solo quería ver cómo te encontrabas, no te reportaste por tus cartas desde antier. Me preocupé. -
- Nunca respondías mis cartas. No sabía si valía la pena seguir mandándolas... -
- Siempre las leí cariño, todas y cada una. -
- Una llamada o mensaje de confirmación hubieran bastado. - Se acerca y besa mi sien
- Me voy, no tengo mucho tiempo o fuerzas para continuar aquí. Estoy seguro que la pista no es falsa, sí están aquí. -
- Haré todo lo posible. -
- Lo apreció. Por cierto amor, si no obtengo información útil pronto enviaré a alguien que te ayude. Para apresurar nuestro reencuentro. -
- ¿A quién? Ashur, qué te referías. No te vayas. -
Muy tarde, mis manotazos para atrapar su cuerpo terminan por disipar el humo que una vez lo rodeó. No hay nada de él mas que ese olor a quemado que siempre queda.
Una mezcla de tristeza y celos abruma mi corazón. No fue una condición, es un hecho conociéndolo. Nunca promete en vano, tampoco esoera. De seguro ya envío a alguien para seguirme los pasos. El meollo del asunto es ¿A quién?
¿A quien más podría enviar para no levantar sospechas? Pasamos por mucho estrés para idear un plan que no pareciera fuera de lo normal, cuidamos cada detalle para hacerme alguien perfectamente promedio. Una estudiante más. Reunir éstas características en tan poco tiempo me parece imposible. Lo que me lleva a dos conclusiones igual de dolorosas: 1. Siempre contó con alguien más en caso de que yo fuera inútil aplicando el mismo plan 2. Encontró a alguien con las mismas características yo para adaptarse a esta vida. En un lapso de tiempo lastimosamente corto para mi orgullo.
¿Por qué no pudo esperar más?
¡Han pasado solo unas jodidas semanas!
Así de reemplazable soy
Lo que es aún peor para mí, puede ser una chica, y con las mismas motivaciones... Salvarlo a toda costa porque lo amo. No es segura mi aseveración, posiblemente sea exageración mía. Pero tampoco tengo la manera de descartarlo. Todo es posible ya en este punto para él. Extrañamente lo entiendo.
Me hundo en el mar de la angustia hasta que en un parpadeo el sol me molesta en los ojos. Pasé toda la noche perdida en mis pensamientos, sin moverme siquiera de sitio. Estoy sobre mis rodillas, las cuales ya matan del dolor, espalda y hombros caídos en derrota.
Con las fuerzas inexistentes del nulo descanso, gateo al baño. Así como sale el agua de la regadera me adentro en ella para lavar temblorosa mi cuerpo. La alta temperatura del agua relaja mis músculos, los cuales no me había permitido sentir el dolor de permanecer en una misma posición por tanto tiempo, ni hablar de la cabeza, va a reventar en cualquier segundo. Accidentes automovilísticos duelen menos que esto.
Al vestido lo desecho con cierto despecho al cesto de la basura. No quiero usarlo de nuevo, me daría la sensación de estar sucia. Comienzo a derrumbarme con el recuerdo de lo pasado hace unas horas, no parece real.
Ashur siendo tan crítico y cruel conmigo, debe estar desesperado.
No era él mismo, jamás me había ofendido antes, jamás había criticado mi eficacia en nada. Era perfecta en sus propias palabras. Me recuerda a la noche de mi iniciación: Cubierta de la carne de mi víctima, él acariciando mi cara a pesar del fétido olor a muerte que me cubría la boca tras devorarlo. Era sólo un niño en el lugar y tiempo equivocados. Alguien que pagó el precio de mi entrada al mundo infernal. 'Eres perfecta mi pequeña t/n. Gracias' Tal parece que no, le he fallado en serlo.
El tedioso sonido del intercomunicador me saca de mis casillas, por la pantalla veo a mi chófer de anoche cargando una caja de pizza tan grande como yo. El estómago ruge de pensar en consumir comida, ¡lo que sea por favor!
Permito su acceso con un click y espero tras la puerta, pronto toca para avisarme está tras ella. Titubeo.
¿Dejar a otro hombre pasar a mi casa después de lo que me dijo Ashur? Estaría haciendo exactamente lo que utilizó para ofenderme. Aunque no le importa, lo dejó bien en claro.
Pero por qué tiene que pagar Innie por mis problemas. Que se joda Ashur y sus insultos. Es mi amigo.
- T/n, ¿Que pasa? - Genial, olvidé limpiarme la cara. Afortunadamente no abrí estando desnuda.
- Estoy un poco enferma, adelante. -
- Pensé que sería bueno traerte algo de comer, ya sabes, por la resaca. -
- Te agradezco tanto, no he comido nada en todo el día. Apenas si pude dormir. - Tomo la caliente caja de su agarre.
Carajo, ¿Cómo no se quemó? Esta ardiendo.
- Que curioso, yo apenas desperté. Quedé inconsciente al llegar a mi lugar. -
- ¿Y tu ataque de adrenalina? ¿No te impidió dormir,? -
- ¿Ataque? Sé de qué hablas. -
- Oh jajaja, tienes una laguna mental. -
- Eso creo, no recuerdo nada tras dejar a Felix. -
- Pues me trajiste, estabas muy silencioso primero. Luego sonó una canción en la radio y comenzaste a cantarla a todo pulmón y las siguientes hasta que llegamos, me despedí de ti y arrancaste, supongo que de vuelta a dónde vives. No podría decirte. - Saco los platos de la alacena, muy arriba para mí.
- Oh diablos, es como si anoche no existiera. Perdí esas horas de mi vida. -
- Que envidia. Desearía poder hacer lo mismo. - Rápido y casi invisible, retira sus ojos rasgados de mis piernas expuestas.
Es un hombre a final de cuentas, claro que tiene deseo por mirar. No me molesta, fui yo quien lo recibió con poca ropa.
- Me disculpas, iré a ponerme algo más decente. -
- Estás en tu casa, yo soy el que debe irse. Solo quería verificar que estuvieras bien. -
- ¿Irse? ¿Tan pronto? -
¡NO! No quiero estar sola, por favor. Necesito compañía, de cualquier tipo. No me dejes.
- Sí, para no molestar más. Estás con la resaca, necesitas dormir, comer e hidratarte. -
- Me siento mejor con las pastillas que acababa de tomar antes de dejarte pasar. No es una molestia tenerte. -
- ¿Segura? -
- Claro, sino quién va a anotar la hora de mi muerte. -
- No bromees con eso t/n. No sé que haría si mueres. -
- Estofado tal vez. -
- Guiso mejor. -
- No soy la mayor fan jajaja. Escoge un juego de mesa del estante, iré a ponerme ropa. -
Asiente con la dosis necesaria de alegría que necesito para salir de mi abismo de amargura. Agacha la mirada y en su regreso a mi cara, echa un vistazo rápido a mis piernas de nuevo. Un atisbo de negrura cubre sus ojos. Lo dejaré pasar está vez.
Paso mi tiempo libre hasta las 8 que tiene que irse con sus roomies devuelta. Jugamos cartas, comimos, recordamos la noche anterior y planeamos una próxima salida para que conozca a sus amigos más a fondo.
Lo veo levantarse del suelo en esa chaqueta de algodón negra, como toda su rooa. Su estilo le favorece. Es lindo, muy lindo para alguien tan joven como nosotros. Demasiado diría yo.
Delgado pero fornido
Hombros anchos
Sonrisa perfecta y blanca
Olor a colonia masculina
Voz suave
Manos delgadas (y con venitas saltonas)
Se viste bien
Higiénico (importantísimo)
No me había permitido observarlo con detenimiento en lo que llevamos de amistad. Cualquiera sería afortunado de salir con él.
- ¿Puedo hacerte una pregunta Innie? -
- Claro. -
- Pero no te ofendas. Promételo. -
- Uhhh ok, lo prometo. -
- umm... Pues es que eres tan atento, lindo y te vistes tan bien siempre. Yo... yo me preguntaba... si tú, ya sabes. -
- Oh no, Hyunjin te dijo. -
- ¿Qué? No, Hyunjin no ha dicho nada de nada. Me adelanté ¿Verdad?-
- t/n yo... -
- Lo lamento tanto, no quería molestarte, pensé que... ¡Ay perdón! No era mi intención apresurarte si lo hice. -
- ¿Lo notaste? ¿Soy muy obvio? -
- Para nada obvio, es que tengo ojo para distinguirlos. Quería saber si tú también lo eras, que quiero que sepas que no me importa. Nuestra amistad sigue intacta. Y quiero que sepas que todo lo que mencioné me gusta mucho de ti. -
- ¿Distinguirlos? ¿Te refieres a que hay más? -
- Pues serías mi tercer amigo gay, aunque el único con el que estoy en contacto actualmente. - Se pone rojo como tomate en un instante. Caliente como si tuviera fiebre.
- T/n, no soy gay... Creo que nos confundimos los dos. - Ahora yo también me pongo roja.
Genial, hinchada de la cara y roja como tomate.
Este es el peor de los escenarios que pudieron pasar. Lo llamé gay y todavía alardee sobre reconocerlos fácilmente. No hay manera en que no me odie tras ésto.
- Estoy tan apenada. Innie perdón. -
- No hay cuidado t/n, fue solo una confusión. -
- Ay no ay no. De verdad, que pena. Agarro sus cachetes como si haciéndolo más fuerte todo quedara en el olvido ¡Soy una tonta! -
- Al menos sé que me consideras atractivo y te gusta cómo me visto. No es la manera en que planeaba averiguarlo, pero es bueno saberlo. -
- No es la manera de despedirte tras hacerme compañía toda mi miserable tarde. -
- Estoy riéndome, ¿De qué te preocupas? -
- Herir tu masculinidad tal vez. -
- Sólida como roca. -
- Es que mis amigas siempre dicen que todos los que valen la pena hoy en día son gays, casados o viven en otro país. -
- Dicen eso porque no me han conocido. -
- Ni lo harán, no voy a permitir que te roben de mí ¿Entendiste? -
- ¿Soy de tu propiedad? ¿Desde cuándo? -
- Desde que fuiste la primera persona en decirme "Hola" amablemente y me acompañaste a conocer el campus. -
- Ok, te pertenezco. Aunque cambies mi sexualidad. - Se recarga en el marco de la puerta hacia el pasillo.
- Más te vale olvidar este error, o te encerraré en la bodega del edificio. -
- Soy claustrofóbico, tendrá que ser en otro lugar. -
- Debajo de mi cama entonces. -
- No creo que sea la mejor idea. Puede ser contraproducente. -
- ¿Vas a hacer algo conmigo? No lo creo Innie, tampoco quieres averiguarlo. -
- Te daré espacio para que lo pienses. Un buen lugar para mantenerme lejos de las nenas. -
- ¡No las llames así! Deja de querer demostrarme que me equivoqué al llamarte gay.
- Jaja ok, celocita. Nos vemos en lunes en clases, adiós t/n.-
- Adios, gracias de nuevo. - Le doy un beso en la mejilla como agradecimiento/despedida.
- Mejórate, adiós. - Dice at��nito
- Si, adiós. -
1 minuto y veo su auto desaparecer de nuevo por la vereda en menos de 24 horas. Otro minuto más y vuelvo a derrumbarme emocionalmente.
Es esta maldita soledad que va a matarme
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Índice
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