#El atardecer como antídoto
Explore tagged Tumblr posts
Text
0 notes
Text
Llegaste a mi vida
como de puntillas,
hoy, mis pensamientos
mutilan las lágrimas,
el corazón quedó infértil,
ya solamente finge latir
se fragmenta a pedazos
junto al antídoto de olvidarte.
¿Será mi lamento el que me delata?,
o un quejido deshilando el caos,
te añoro en el eco sin hablar,
inaccesibles se mutan mis dedos
ante el intento de palparte.
Hoy, tu presencia en cada recuerdo
me dedica un atardecer.
Y te hago preso de mi mente
para inolvidable guardarte
acompañando mi soledad.
Aquí estoy, queriéndote olvidar
y sanando esas nuevas heridas,
abriéndome el pecho
para llenar tanto vacío
con un conato de poesía.
Isabel Fernández ®️
3 notes
·
View notes
Text
Cómo Elegir la Fe Sobre el Miedo
Del Pastor Rick Warren
“Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando reunidos los discípulos a puerta cerrada por temor a los judíos, entró Jesús y, poniéndose en medio de ellos, los saludó. —¡La paz sea con ustedes!”. Juan 20:19 (NVI)
El miedo siempre te limita. No puedes experimentar lo mejor de Dios para ti si vives con miedo.
Piensa en la primera noche de Pascua hace casi 2000 años. Los discípulos no habían visto a Jesús, pero oyeron que había resucitado de entre los muertos. No sabían si podían creer las noticias o no. ¡Estaban muertos de miedo!
La Biblia lo describe así: “Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando reunidos los discípulos a puerta cerrada por temor a los judíos, entró Jesús y, poniéndose en medio de ellos, los saludó. —¡La paz sea con ustedes!” Juan 20:19 (NVI).
Fíjate que cerraron las puertas porque tenían miedo. Eso es lo que hace el miedo. Te deja fuera de todas las puertas por las que Dios quiere que pases.
Tal vez te rompieron el corazón y te dices a ti mismo que nunca dejarás que nadie se acerque a ti de nuevo.
Tal vez te arriesgaste en un nuevo trabajo y fracasaste. Ahora no querrás volver a intentar una nueva carrera profesional.
Tal vez una iglesia te ha lastimado y por eso has excluido a Dios de tu vida.
No puedes protegerte del dolor. Es una tontería siquiera intentarlo, porque vivimos en un planeta quebrantado por el pecado.
Mi amigo Rick Muchow tenía todas las razones para estar asustado cuando descubrió que tenía un cáncer cerebral inoperable. Pero en lugar del miedo, Rick siempre elige la fe.
Le preguntan todo el tiempo cómo ha lidiado con el miedo desde el diagnóstico. Me encanta su respuesta. Menciona seis recursos específicos que lo han ayudado a él y que también pueden ayudarte a ti hoy:
La presencia de Dios. Rick conoce a Dios como un amigo personal y cercano y no como una deidad distante.
Una historia de ver a Dios en acción. Rick ha visto milagros antes y sabe que los volverá a ver.
Las promesas de Dios en la Biblia. Durante años, Rick ha escrito canciones basadas en las promesas de Dios. Ahora vuelven a él y fortalecen su fe.
Adoración. Ha aprendido que, si estás pasando por un momento difícil, necesitas más adoración en tu vida.
Iglesia. Se ha apoyado en su familia de la iglesia en busca de apoyo.
La bondad del plan de Dios. Rick reclama la promesa de Romanos 8:28: “Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito” (NVI).
¿Qué harías si mañana descubrieras que tienes un cáncer cerebral inoperable? ¿Te encerrarías en una prisión de miedo? ¿O elegirías la fe?
No obtienes el tipo de confianza que necesitas en situaciones como esa de un libro de autoayuda. Lo obtienes de conocer a Dios.
Reflexiona Sobre Esto:
¿Qué miedos estás enfrentando en este momento?
¿Cómo ha impactado el miedo en tu vida o en la vida de las personas que te importan?
La fe es el antídoto de Dios para el miedo. ¿Cómo puedes confiar en Dios para que te ayude a superar los miedos en tu vida?
0 notes
Text
EXTRA 10 — INTENCIÓN —
Llegar a la costa que era su primera parada, les llevo dos días luego de que optaran por apresurar sus pasos pasada la hora del almuerzo, el día de su partida. No era sorpresa que la joven pudiera usar técnicas ninja, por ello el joven Uchiha no se preguntó demasiado sobre ello en el camino, en cambio se concentró en seguir planeando su siguiente movimiento en el tiempo que les llevó recorrer el trayecto hasta la costa, por ello al llegar al puerto hábilmente Shisui se encargó de conseguirles un medio de transporte para poder ir a la isla donde estaba el pueblo que buscaban.
Por su parte Yui mientras tanto decidió por cambiar su ropa por algo más “sencillo" optando por una camisa larga de cierre central sin mangas de color blanco y brocado dorado, junto a unos pantalones azul oscuro. Cuando los dos se reunieron nuevamente antes de zarpar Shisui le interrogó con la mirada sobre el cambio, sin embargo, ella se encogió de hombros y aclaró que sus ropas anteriores eran más para combate abierto, pero si iban a pasar desapercibidos algo más “civil” seria una respuesta más acertada, punto que Shisui no le discutió al encontrar lógica en ello, así que n cambio decidió dejar el tema y guiarla hasta el navío donde actualmente se encontraron y se quedarían hasta pisar nuevamente tierra firme.
— ¿Sabías que hace muchos años los barcos no se hubieran atrevido a ir más allá de unos pocos metros de la costa porque había bestias marinas? — Fue el comentario de la tarde cuando estaban cenando en la proa del barco pesquero que amablemente había accedido a llevar a los dos pelinegros.
— Mmm… ¿Aún hay no? — Cuestionó Shisui apartando la mirada del oniguiri entre sus manos y mirando a la joven a su lado que estaba luchando en su mirada con un tentáculo de pulpo.
— No realmente, el que se encargaba de “mantenerlos vivos” termino por asesinarlos a todos porque no eran de su agrado — Suspirando Yui bajo lo que se suponía tenia que comer y lo dejó en el cuenco de sopa que le había provisto el capitán.
— ¿Simplemente así? — Shisui cuestionó mientras observaba como la joven parecía estar evitando la comida, así que agregó el descubrimiento a otro dato curioso sobre la guardiana.
— Si, aun me dan pena pero ciertamente era problemático la cantidad de personas que morían devoradas por ellos —declaró Yui mirando el atardecer en un intento de ignorar el hambre que en ese momento estaba sintiendo.
Shisui estaba seguro para ese punto que la mujer era a su modo bastante normal y en cierto modo no podía ignorar el malestar que se le presentaba por los alimentos. — Hm ¿No te gustan los mariscos? — Saltando ligeramente y apartando la mirada Yui parecía evitar la pregunta esperando que el chico renunciara a cuestionarle sobre esto, pero para ese momento debería aprender que eso con Shisui era casi imposible, el hombre era testarudo cuando quería, por eso permaneció en silencio mirando a la joven que al final resignada suspiró y enfrentó los ojos oscuros que la miraban con curiosidad.
— Un poco… no es que no pueda comerlos, es solo que hablando de bestias marinas había una como un pulpo una vez… solo recordé su sabor crudo porque este no esta precisamente… condimentado —gruño avergonzada por verse tan quisquillosa.
— ¿Quieres cambiar? — Sorprendida por la repentina declaración Yui ahora miró al Uchiha que extendía su paquete de oniguiri hacia ella.
— Pero estos los trajiste tu, comida cacera como se dice. — El pelinegro se encogió de hombros y tomó el cuenco de la chica al tiempo que colocaba si pequeño paquete de bolas arroz como intercambio en sus manos.
— No importa, hay cosas que no todos toleramos, viendo que eres igual en ese punto es entrañable, no me molesta compartir — Shisui sonrió y comenzó a comer la sopa que apenas había tocado la guardiana, ignorante de que la acción tan simple había ablandado notablemente las expresiones de la pelinegra y consiguiendo que por su pecho se deslizara una sensación cálida.
— Gracias Shisui —murmuró la joven dando un mordisco a una de los onigiri. Tenía una textura perfecta, con la combinación justa de sal con las algas y también dentro tenía oculto un poco de atún desmenuzado — Delicioso.
— Es bueno que te guste, usualmente cocino para mi mismo, así que me conformo con lo que sale —declaró el pelinegro justo cuando ella estaba tomando otro bocado de la comida, consiguiendo que casi se atragantara con la porción.
— Espera un momento ¿Tu los hiciste? — Atónita, ella vio cuando el pelinegro levanto el rostro luego de morder un pedazo del pulpo con el que ella no había podido. — Lo hice ¿Por qué la sorpresa? —declaró en respuesta el muchacho.
No es como si el supiera, no era intencional y definitivamente fue un acto de buen corazón. Oh como maldecía en esos momentos las mil y un tradiciones absurdas de su gente, sin embargo, se sentía mal tomar algo que él había hecho para si mismo solo porque no pudo enfrentarse a un estúpido intento de calamar gigante… y sí sabía que ambos eran diferentes pero en su opinión esas cosas con tentáculos podrían ser para ella lo mismo pero con apariencia diferente. — Yo… ah… están bastante buenas Shisui, cocinas bien —finalmente dijo, tragándose el resto de la porción que tenía entre sus manos.
— Estoy curioso, Mencionaste que mordiste una de estas cosas crudas ¿Por qué fue? — Shisui tenía que admitir que la sopa no estaba muy buena, aunque no sería quisquilloso con ella, comida era comida para ese punto y no era la primera vez que comía algo que no estaba del todo hecho.
— Bueno… fue hace mucho tiempo —empezó ella a narrar mientras tomaba otra de las bolas de arroz y finalmente se relajaba completamente, extendiendo las piernas que había tenido recogidas y mirando al cielo — No recuerdo bien la edad que tenía, pero era pequeña, y antes de que preguntes si, nosotros crecemos, nacemos y crecemos.
— No lo iba a cuestionar —Declaró Shisui — Aunque si quería saber la forma.
— Como cualquier criatura viviente, nuestra existencia solo difiere por algunas cosas. El punto de la pregunta no es ese de todas formas. Fui llevada al mar con Nox para “aprender” más sobre nuestros deberes, nuestra vida en general y en parte a sobrevivir. El punto es que juntarnos a Nox y a mí en un mismo lugar por mucho tiempo no acaba bien y más cuando éramos niños, así que luego de un día terminamos peleando. Lo siguiente en ocurrir fue que despertamos con nuestra riña a uno de los calamares gigantes de las profundidades que arribó a la costa y bueno… no fue muy amable para marcharse pacíficamente, casi nos aplasta con sus tentáculos y claro también nos agarró, dio vueltas hasta marearnos, también nos hundió con él. El mar es profundo y oscuro por lo cual para Nox fue fácil soltarse debido a sus habilidades, pero de mi parte estaba algo en desventaja, así que mordí al calamar… — La joven se estremeció un poco y tragó otro bocado de comida antes de continuar con su historia — Podemos producir veneno o antídotos en nuestra sangre, transmitirlo a través de nuestros colmillos o uñas no es problema, y bueno, funcionó la bestia me soltó… a costa de que luego fuera perseguida por ella y el sabor viscoso quedara en mi boca junto con el sabor salado del mar, no tiene un agradable sabor, sin ningún tipo de preparación a mi gusto sabía amargo y estos en especial tenían una capa de baba que les recubría completamente para protección de otros depredadores… el punto es que no es que no pueda comer pulpo o calamar, pero cuando están medio crudos… me dan recuerdos desagradables.
Shisui trató seriamente de mantener una expresión seria en sus facciones, realmente lo intentó con todas sus fuerzas, pero pensar en una pequeña traviesa metiéndose en problemas, en comparación a la mujer confiada que tenía al lado era, por no decir menos, hilarante. Ella también había sido una niña real, también había cometido sus errores al parecer y saliendo de ellos con uñas y dientes como expresaba en su historia, tal como alguien normal, no poderes, aprendizaje propio… era una historia tierna. — Ya veo… es interesante, supongo que en mi caso no soy quisquilloso con la comida, pero no me gustan las setas, las como cuando están de temporada pero es… un poco difícil para mí. — Yui miró la sonrisa alegre en el rostro de su acompañante, sabía que básicamente contar una anécdota como esa era como burlarse de si misma pero no tenía la intención de ocultarlo, no es como si esa información fuera a afectarla de alguna manera.
— Bueno por mi parte esta bien, es tu turno de responder una pregunta ociosa. ¿Alguna travesura que hayas hecho? — Era momento de emparejar el terreno de Juego, ella había comentado algo un poco vergonzoso de su niñez, era lo más justo que conociera algo de él.
— Hm… bueno veamos —el Uchiha meditó un momento, pensando en alguna cosa que hubiera hecho de niño que valiera la pena contar, sin embargo memorias como las que contaba ella no tenía alguna, al menos no de forma tan esporádica, las únicas travesuras que había hecho eran bromas a Itachi y Sakura con sus misiones, pero por lo demás siempre dedicó su infancia a cuidar de su familia, sus difuntos padres cuando ya no pudieron levantarse para ser las cabezas de hogar. — Bueno… siempre me gustó llevar a Itachi y Sakura de misión, una vez nos metimos en problemas, rodeados de ninjas peligrosos luego de que ascendieron a Chunin.
Una sonrisa apareció en el rostro del pelinegro al recordar viejos tiempos — Sakura me persiguió cuando terminamos, e Itachi creo que estaba pensando una forma de vengarse, aunque nunca ejecuto dichos pensamientos; es demasiado amable a veces. Lo siento no es una gran historia, pero realmente no tengo presente un momento divertido como el tuyo. — La pelinegra lo observó un momento en silencio intuyendo que era lo que estaba pensando el chico, así que luego de un momento suspiro y le dio un suave golpe con el codo.
— No es una mala historia, tus recuerdos más felices son con ellos, además me da la idea de que, aunque no te metas en problemas adrede lo harás si es necesario para “probar algo.” Después de todo estabas cuidando a tus hermanitos — La expresión de la chica era suave transmitiéndole su comprensión.
No era una mala dinámica, pensó el hombre, ella era lo suficientemente madura como para ver diferentes puntos de vista sin ser condescendiente, tenía el corazón para escuchar sin llegar a ser como el resto de personas, no había prejuicios incluso si estaba consciente de que ella había creado una impresión sobre ellos y conocía la historia de cada uno. Era intrigante alguien como ella que fácilmente podría asumir algo con los datos que recopilaba, tal y como había estado haciendo. — Hablas de este tal Nox desde hace tiempo… ¿Tu compañero? ¿Hermano? — Su pregunta era por curiosidad, ella lo había mencionado antes, de hecho varias veces y sabía que tenía relación con ella pero no sabía el tipo de lazo.
Una mueca de disgusto cruzó las facciones de la joven como reacia a responder, y de hecho él estuvo a punto de retractarse pero ella se adelantó con la respuesta antes de que si quiera pudiera conseguirlo. — él y yo… bueno somos caras de una misma moneda. No es mi hermano ni estamos relacionados por sangre, lo nuestro es algo más espiritual podría decirse —suspiró y cerro el paquete ahora vacío donde Shisui había pasado sus onigiri antes de continuar — Dentro de los guardianes hay dos tipos de especialidades por así decirlo, luz y oscuridad, de ahí que salen las otras ramas. Aunque esto ocurra no son comunes quienes se repelen o tienen trabajos similares.
— No comprendo es como agua y aceite entre ambas “facciones” —cuestionó el pelinegro, sorprendido que ella fuera abierta a comentar aquello.
— No, no lo son. Nox y yo somos un caso especial —declaró ella levantando la mirada — al igual que nuestros padres somos y no somos compatibles.
— ¿Cómo polos opuestos que se atraen? — Esta vez Shisui lo decía en broma pero solo consiguió que la guardiana se pusiera pálida y le diera una mirada de horror junto a un evidente estremecimiento.
— ¡Por Dios No! Me refiero, no hay odio ni nada pero solo pensar algo así me da nauseas, nos mataríamos antes de poder tener una relación — Ella negó fuertemente ahuyentando el pensamiento — Mejor lo explico así. Él y yo nos especializamos casi en lo mismo, nuestros trabajos son pesados, y donde yo no intervengo el complementa mi trabajo, sin embargo nuestras formas de actuar difieren bastante. Hasta ahí parece trabajo entre colegas normal, pero lo cierto es que si bien la luz no puede existir sin oscuridad y la oscuridad engulle la luz o es ausencia de la misma, mantenemos una constante lucha sobre lo mismo, aquellos que llevan el pináculo de esa responsabilidad tienen a chocar entre ellos porque las especialidades son mas fuertes.
— Entonces entre igualdad de fuerzas una ejerce presión sobre otra —declaró Shisui a lo cual Yui asintió.
— No soy buena simplificando, pero es correcto, usualmente entre los demás siempre hay un “dominante” y un “pasivo…” eso no suena bien pero no hay otra forma, son rangos de fuerza, no hay dos que tengan la misma cantidad así que pueden coexistir… a su modo. Nox y yo no podemos de forma natural porque nuestras fuerzas se igualan y servimos casi para lo mismo.
— Bueno otro dato sobre ti, era tan fácil explicarlo, pero te complicas demasiado —comentó Shisui dejando de lado el cuenco de sopa ahora vacío — ¿Eso es normal en ti?
— Supongo que tengo tantas cosas en la cabeza que miro en tras fondo que me es difícil expresarlo correctamente —admitió ella un poco avergonzada de su pequeña debilidad, de hecho, eso también se aplicaba a sus pequeños castigos, parte de su personalidad suponía, después de todo era algo que su compañero siempre le decía. — Como sea, como mencioné no es que nos odiemos solo que luego de un tiempo de estar juntos solemos pelear, con el tiempo ha sido menos frecuente y nuestro tiempo de tolerancia se ha extendido a días, pero nunca debemos cruzar cierto tiempo.
— Bastante complejo —aceptó el Uchiha pensando como seria el tal Nox. Ella era bastante humana quitando sus responsabilidades, algo refrescante para ser su compañera de misión, de hecho hasta el momento aunque no había dado órdenes, seguía sus pasos sin replicar, aceptando su liderazgo sin problemas, aunque ella probablemente tenía más experiencia. — Así que se conocen desde hace tiempo.
— Crecimos juntos. Aunque no somos familia por sangre casi somos como primos. — La expresión de la chica se volvió casi nostálgica — Nuestros padres también crecieron juntos, mi abuelo acogió al padre de Nox aunque con mi padre siempre se la pasaron peleando tal y como hacemos Nox y yo actualmente. Pero realmente se llevan bien, como hermanos así que técnicamente somos una familia, con mi tío por lo menos no tengo problemas.
— Definitivamente es mejor no asumir nada, es más interesante descubrir esos pequeños detalles sobre ti — una sonrisa sincera cruzó la expresión de Shisui, aunque Yui realmente para ese punto se había imbuido en recuerdos, realmente no le importaba hablar de ello, pero se sentía apática con el tema. — No tengo hermanos, pero considero a Itachi y Sakura como tal, hemos crecido juntos así que no puedo verlos de otra forma, además… me apoyaron cuando lo necesité.
— Son una verdadera familia —saliendo de sus cavilaciones la joven volvió a mirar a Shisui esta vez una sonrisa pequeña y amable cruzaba su rostro — Puedo ver cuánto los quieres, y lo desinteresado que eres para verlos felices.
— Oh no, no hables de eso de nuevo. —Gruño el Uchiha ocultando su rostro tras su mano mientras recordaba su primer encuentro, donde él ni siquiera cayó en cuenta de quién era ella; pero podía saber con claridad a lo que hizo referencia esa vez, y aunque no le molestaba admitirlo de todas formas era un poco incómodo recordarlo.
— Oye, descuida, te lo dije se lo que se siente asó que no creo que sea malo. De hecho admiro eso de ti. — Inseguro si mirar de nuevo por un momento Shisui soltó la respiración que contenía y permitió deslizarse su mano un poco, lo suficiente como para poder ver a la mujer de reojo, pero solo encontró una clara sinceridad en su rostro.
— ¿Admirarme?
— Si, no hay muchas personas que puedan desapegarse de esa forma incluso si no es su naturaleza propia hacerlo, sea cual sea el motivo que te llevo a hacerlo inicialmente sigue siendo un gesto significativamente difícil. — No hubo respuesta luego de esto y simplemente se quedaron mirando como el sol se ocultaba tras el mar.
Usualmente no tenía tiempos para hacer solo eso, sentada en la cubierta de un bote al lado de un chico que apenas si estaba empezando a conocer, viendo la puesta de sol luego de una cena temprana cocinada por el mismo hombre. La vida como guardián hacía perderse las cosas hermosas de la vida en ocasiones, una carga destinada desde que nació. No, nunca había maldecido su destino incluso por su propia suerte o las cosas que guardaba dentro de sí, cada experiencia la había aceptado y esos momentos no serían diferentes. — Aun parece que falta un poco ¿Crees que…? — La joven se detuvo en sus palabras cuando sintió un peso extra en su hombro.
Sorprendida, giró delicadamente el rostro hacia su acompañante y vio, con deleite femenino la expresión dormida y tranquila del Uchiha. ¿desde cuándo? ¿La sopa le había sentado mal? ¿Cómo simplemente cayó de esa forma? ¿No se suponía que no debías bajar la guardia? No es que tuviera malas intenciones, pero él no la conocía aun lo suficiente como para… darle ese grado de confianza. Recostó la cabeza contra la madera, y sintió un extraño burbujeo en su pecho, ¿Debería sentirse alagada u ofendida? Realmente la tomó como una almohada, pero… No era algo malo ¿cierto? Probablemente su cansancio fue guardado con recelo por mucho tiempo, no es como si el Uchiha lo demostrara de todas formas.
Su cabello también se sentía suave en su costado ¿Cómo podía ser eso? Siempre se veía rebelde, se parecía al de Nox —La suerte de algunos—. ¿No le dolería el cuello si se quedaba en esa posición? Era el viaje más extraño que hubiera tenido por un tiempo, pero era igualmente bienvenido. Tomando una decisión finalmente, con cuidado ella lo movió suavemente por su hombro y ayudo que su cabeza se deslizarse hasta su regazo, intentando no despertarlo. Aun faltaría algún tiempo para llegar, y a ella no le molestaba guardar su sueño, déjalo descansar para lo que venga. Una sonrisa se deslizó por los labios de la morena mientras cerraba los ojos, solo descansando un poco mientras escuchaba las olas golpear contra el barco y una mano errante inconscientemente comenzaba a acariciar los risos del hombre mayor.
Por otro lado Shisui no sabia si arrepentirse de su decisión. Realmente su plan no era dormir realmente, simplemente ante el silencio quería medir la reacción de la joven si él mostraba la guardia abajo. El resultado fue más de lo que espero y una punzada de culpa golpeó sus costillas, porque aunque no lo había visto, podía sentir lo tensa que había estado la guardiana al él ejecutar tal movimiento osado de su parte. No es que él hiciera eso con toda la gente, pero ¿Cómo actuaria? Cuando tus presas están con la guardia abajo es cuando atacas, y aunque no quería ponerla a prueba de esa manera, no espero que su reacción fuera “considerada” incluso tierna si algo le decía la suavidad con la que lo estaba acariciando. No era una mala persona en conclusión y era un poco cruel de su parte desconfiar tanto pero su familia era importante, esa misión solo seria la confirmación o justificación de la personalidad de ella, aunque hasta el momento cada interacción solo le hacía pensar que ella era más transparente de lo que pensaba.
Pensando en eso, junto con la calma que había lentamente y sin quererlo realmente Shisui cayó en un sueño ligero siendo rodeado de pequeños flash de su viaje en el momento, al menos una decisión sabia por lo que les esperaba cuando llegaran.
-0-
Nada, Shisui podía atribuir que quizás los rumores fueran infundados o quizás había sido una falsa alarma lo que los había llevado allí, porque al pisar la aldea señalada, solo encontraron un lugar animado y nadie sabia nada de lo que estaba insinuando cuando se acercó a los bares a deslizar información de los supuestos rumores. Habían llegado con Yui al amanecer del tercer día y desde entonces habían fingido ser un par de hermanos mercantes, donde simplemente estaban de “viaje” buscando nuevas cosas para suplir sus mercancías, algo exótico había declarado Shisui que en poco tiempo ya había entablado buenas relaciones con varios comerciantes del pueblo. Su elocuencia al hablar y observaciones acertadas de las personalidades de los habitantes le había abierto un espacio fácil entre algunos de los comerciantes más populares e incluso con el dueño de la actual taberna que estaba visitando, sin embargo no había conseguido ni una sola pista, y ya se había asegurado de revisar el mapa varias veces y estaba seguro que era el lugar descrito.
Era desconcertante y frustrante por decir algo. — Oh muchacho, este lugar es más seguro que cualquier lugar que visites, incluso las aldeas ninja no se comparan —reía el hombre tras la barra — Maximo tendremos algunas peleas de borrachos y desacuerdos fáciles pero nada como los rumores que me cuentas que se han escuchado a fuera, siente la seguridad de hacer negocios aquí.
— Eso realmente es un alivio —declaro Shisui dándole otro sorbo a su bebida y una amplia sonrisa que ocultaba su frustración — Entonces no me preocupare de tomarme mi tiempo para mirar las cosas que podría adquirir.
— Sí, que por cierto aquí el licor… es delicioso, si buscas algo como eso para comerciar, puedo recomendarte que vayas con uno de los mejores destiladores de vino de arroz, también trae de otros comercios a base de uva. — El hombre soltó una fuerte risa y le dio una palmada en el hombro al joven Uchiha que siguió la corriente al soltar su propia risa. — Por otro lado, he escuchado que viajas con tu hermana.
— Oh si, ella le gusta mirar por si misma a veces —respondió Shisui pensando en que la pelinegra de hecho había estado en su propio mundo desde que llegaron, pero siempre actuaba bastante de acuerdo a la ignorancia, ni siquiera parecía alarmada y siempre volvía con cosas, muestras aquí y allá que decía que le daban gratis.
Casi una semana y no tenían nada, comenzaba a pensar seriamente que era mejor marcharse y reportar que no había nada inusual, pero ¿Si el tercero y Tsunade tenían razón? — Hm creo que lo he escuchado, es una niña muy dulce, algunos chicos han estado comentando que el otro día estuvo ayudando en la casa de té de la abuela Kuni luego de que se lastimo la espalda de nuevo. En verdad ha atraído mucho las miradas desde que llego ¿Estás seguro de dejarla sola? Puede que sea un lugar seguro para los negocios, pero… una chica linda es una chica linda.
Oh era cierto, y ahí tenía que entrar su actuación, fingiendo que la “dulce” Yui no podía defenderse sola y él como hermano protector no podía ser menos que protector. — Ella es un poco terca pero estaré mas pendiente, no quiero que mi hermana termine lastimada por cualquier persona. — El cantinero estaba asintiendo cuando escucharon una gran conmoción afuera, entre jadeos de sorpresa y miles de murmullos rápidos entre todos.
Ambos hombres se miraron antes de que salieran disparados hacia la puerta, aunque Shisui siendo más ágil que el fornido hombre tras la barra llego antes a la puerta donde algunas personas ya comenzaban a salir. Fue difícil moverse entre las personas que trancaban la salida, pero de algún modo sin llamar la atención logró apartarlos hasta que llegó al frente, para ver que era lo que ocurría. Para ese punto Shisui debería empezar a llevar un registro de cuantas cosas le iban a sorprender de esa misión, porque claramente esa seria otra más para la cuenta.
Cabello morado oscuro, casi negro recogido en un moño alto, rasgos aristocráticos, vestido con una fina ropa de seda, una espada atada al cinto y sobre un caballo. Ese era el hombre que estaba en medio de la calle con la mirada fija en una muchacha en el suelo y junto a ella Yui que la estaba sosteniendo mientras ignoraba al imponente varón frente a ellas. — ¿estás bien? — Escuchó que su compañera susurraba a la muchacha mientras frotaba suaves círculos en su espalda.
— ¿Seguirán interrumpiendo el camino?
— Es raro que Lord Kiyoshi este tan tranquilo ¿No les hará algo?
Los rumores preocuparon a Shisui, no sabía cómo actuaría Yui en una situación si ese hombre se mostraba agresivo e incluso grosero. Ahora ¿cómo intervendría? — A ti no te conozco — Finalmente la voz del hombre salió de sus labios, un tenor bajo y suave, típico de un hombre poderoso — Conozco a todos los de este pueblo y nunca vi a una… mujer como tú.
Era evidente que se dirigía a la pelinegra que aún no lo había mirado, sino que se enfocaba en ayudar a la mujer a levantarse, que para sorpresa de Shisui estaba embarazada, quizás unos cinco meses si barriga daba un aproximado. — Solo soy una comerciante que esta de paso —finalmente respondió Yui levantando la mirada hacia el hombre, su rostro parecía angustiado y sin desenfado, prácticamente humilde y temerosa.
— Tu nombre… ¿Cuál es? — Dijo el Lord espoleando su caballo para acercarse más a las mujeres.
— Yui mi señor —la joven se inclinó suavemente, pero sin soltar a la mujer que parecía a punto de desmayarse. ��� Si no le molesta parece ser que la señorita aquí se siente un poco mal, una caída así debe tratarse de inmediato.
— Con cuerdo… y agradezco su genuino interés en cuidar a una criada que no conoce su lugar, ahora, ella terminara de recibir el tratamiento que corresponde cuando termine sus deberes. — Shisui sabía que no todos podían ser amos piadosos y ese hombre frente a él era uno de los tantos que veían a sus sirvientes como simples herramientas, sin embargo, la ira burbujeante que se arremolinaba en su pecho no podía apagarse por la crueldad en las palabras del sujeto. Era evidente que la mujer podría estar mal, especialmente si se había caído, asi que estando embarazada el bebe y ella eran prioridad, no los caprichos del lord.
— Hm ¿Cuáles son sus deberes? ¿Cargar todas las compras? ¿Apartar el camino para que pase? — Para incredulidad de Shisui, la joven guardiana no parecía compartir su enojo, sino la curiosidad en su mirada parecía predominar sobre todo.
— ¿Quiere tomar su cargo? — El nombrado Kiyoshi sonrió mostrando una expresión petulante llevando su caballo como método de intimidación para la pelinegra que parecía encogerse bajo la presencia. — Creo que las tareas que esta mujer realiza no son… de su estilo, pero quizás podría calentar bien una cama.
Algunos murmullos más recorrieron el lugar, tonos de preocupación, envidia, asombro, pena… cada uno era diferente y el Uchiha comenzaba a perder la paciencia, era más que claro que la pobre mujer que sostenía Yui necesitaba atención, pero parecía que esos dos seguirían un rato con su charla. — Parece que eres medianamente decente para algo así.
— Bueno, si es lo que desea… — Sorprendido por la respuesta de Yui al igual que muchos, el pelinegro dio un paso al frente para intervenir, hasta que la expresión de la guardiana cambio a una amplia sonrisa que se veía completamente inocente — No pensaba que pudiera tener tales dolencias, pero conozco unos buenos remedios para los problemas óseos, si necesita que su cama sea calentada supongo que usara las mejores piedras calientes y varias hierbas medicinales para evitar sus deficiencias.
Silencio… fue lo siguiente que fue pasado por la calle, que incluso la mujer que hacia unos momentos estaba por caer se quedo de piedra y parpadeando miro a la sonriente pelinegra que parecía ajena a la tontería que acababa de decir. Por supuesto la calma no duró mucho y los murmullos estallaron con más brío alrededor, donde para ese punto el Uchiha comenzaba a cuestionar si las habilidades sociales de la pelinegra o entendimiento de la realidad humana fueran tan pobres. — ¿Estas… retándome? ¿O simplemente eres lo suficientemente tonta? — Declaró Kiyoshi haciendo avanzar a su corcel sin embargo, antes de que llegara el animal se detuvo en seco.
— ¿Yo? Por supuesto que no, es genuino interés —declaró Yui parpadeando confundida para luego parecer como si cayera en cuenta de algo y dirigir una mirada de arrepentimiento al hombre que para ese punto enfoco una furiosa mirada en la pelinegra — Oh, mis disculpas, no quería que nadie se enterara de sus dolencias, por supuesto he escuchado que tales cuestiones también afectan el apetito sexual y energía para realizar las tareas diarias, quizás es por eso que esta tan desesperado porque esta mujer le asista. Que desacierto el mio por revelar aquello.
— ¡Insolente!
— ¡Hermana! — Con paso presuroso antes de que el hombre se decidiera a lanzarse sobre la guardiana Shisui no pudo quedarse más tiempo como un expectador — Vaya que cosas tan raras dices. Mis disculpas, ella es demasiado inocente, no era su intención decir cosas sin sentido Lord…
Llegando en algunas zancadas al lado de Yui se puso frente a ella e inclinó la cabeza en señal de respeto, aunque para ese punto estaba conteniendo las ganas de reír o golpear al sujeto frente a él. — ¿Eres familiar de ella? — Casi parecía que ese sujeto quería escupirle allí mismo, pero todo sea por la misión.
— Soy su hermano mayor, mi nombre es Shisui. Nuevamente me disculpo, ella… no salía mucho de pequeña y es nueva para interactuar con las personas. — Levantando la cabeza finalmente el Uchiha dirigió su vista al rostro del sujeto.
Parecía un noble de otro país, además sus ojos eran de un color Gris verdoso, podía entender que algunas mujeres lo miraran con coquetería, sin embargo, todo su lenguaje corporal lo mostraba como una persona que sin dudar se encargaría de abatir si se lo pidieran. — Escuché que son comerciantes ¿Cuánto cobrarías por ella?
— ¿Disculpe? — No estaba insinuando que la compraría ¿O si?
— He dicho cuanto pides por la libertad de tu hermana, al parecer necesita ser instruida en lo que hablo y parece que mi vulgar criada no dará más la talla así que…
— Con todo el respeto, mi hermana menor no está a la venta. Me aseguraré de explicarle cual fue su error, pero si pregunta nuevamente solo me negaré a su solicitud — Esta vez, aunque cordial su tono permitió que soltara una clara nota de disgusto.
— Oh… Ella me ha ofendido. Si no está dispuesto a venderla tendré que disciplinarla aquí mismo. Aunque sean simples comerciantes pasajeros, esta es mi tierra y todos los que la pisan me pertenecen. — Esto no iba bien, podrían salir de allí sin problema, eran ninja, pero errarían en la misión, sin embargo… aunque la mujer detrás de él no fuera quien es, tal propuesta seria inaceptable.
— ¿En serio? Dai-kun me había dicho que esta tierra era de él no sabía que me había mentido. — Fue como un golpe en seco que dejó el lugar en silencio, especialmente porque el sujeto pareció repentinamente aturdido. — Que hacemos hermano, tenemos que ir a verlo y cuestionarle porque me dijo tal mentira.
— Espera un momento… ¿Alguien esta usurpando mis tierras? — ¿Nerviosismo? Shisui no se perdió el cambio de actitud y tono en el sujeto, como si el simple nombre le aterrorizara, por su parte mirando de reojo a Yui ella estaba haciendo un puchero de molestia.
— Oh, bueno… es un amigo que hace mucho no veo y vive cerca de aquí, aunque poco sale de casa, si usted es dueño de todo esto debe conocerlo, su nombre es Katsumoto Dai, ya sabe… tiene unos bonitos ojos verdes y cabello castaño claro, su casa queda al norte del bosque…
— ¡Oh! Ese rufian… no tengo tiempo para tonterías, hagan lo que quieran. Ese hombre como se atreve… tengo que ir yo mismo a desenmascararlo. Pero no olvidaré esto, definitivamente… — arreando las riendas de su caballo el noble salió de allí como si acabaran de poner hierro caliente sobre el asiento del caballo.
Lo siguiente fue un borrón a los ojos de Shisui, porque antes de tener tiempo para preguntar a la pelinegra que era lo que había pasado ella habiendo borrado cualquier aspecto inocente dedicó toda su preocupación a la mujer en sus brazos y rápidamente pidió a Shisui que le ayudara a llevarla. Para su sorpresa algunos aldeanos cuando la pelinegra lo solicitó asistieron en darles un espacio dentro de sus casas y proveer a la muchacha de algunos elementos. Pronto y sin saberlo se vio inmiscuido en lo que fue un proceso de examen médico apresurado para la mujer junto a algunos brebajes, antibióticos y demás recomendaciones, todo mientras la mujer que luego se entero se llamaba Kasumi contaba entre lágrimas los abusos de su patrón, que para ese punto si estaba en la peor estima para Shisui ahora mismo, con los detalles de violación, latigazos y evidencia de quemaduras debajo del kimono de la pobre mujer había pasado a ser alguien dentro de su lista de asesinatos de primera prioridad si se llegaba a presentar la oportunidad.
Por su parte aprendió otra cosa y es que Yui escuchaba con calma y paciencia mientras sanaba a la mujer, tanto física como emocionalmente porque dedicó algunas palabras tranquilas y sonrisas reconfortantes, asegurándole que el hombre no iba a volver a ponerle un dedo encima. Además luego de una breve entrevista, logró acordar con una de las mujeres que le estaban asistiendo un trabajo como mesera en una pequeña tienda de té, seguramente la que había escuchado que había recibido la ayuda de ella en esos pocos días que habían estado allí. No hubo tiempo suficiente a solas entre los dos para discutir lo ocurrido, no al menos hasta que llegó la noche y pudieron estar en la seguridad de la habitación alquilada que tenían.
— Yui… lo que paso en la tarde… — Empezó él mientras se giraba a verla justo cuando ella se tiró sobre su futon propio.
— No, no soy ingenua y si lo estaba provocando al maldito —contestó la joven ahora dejando filtrar la nota de veneno en sus palabras — Y sobre eso también quería hablarte.
— ¿Qué tienes que decir? Era un noble e inventaste que conoces a alguien que no haces…
— ¿Quién dijo que no conozco a Dai? —respondió la joven mientras dirigía sus ojos ahora ligeramente azules sobre los negros de Shisui — Entiendo que es confuso y la verdad es aún más molesto actuar como simple mortal pero no soy indefensa contra los nobles. Además, ese hombre estaba robando un título indiscriminadamente y torturando a la gente.
— Bien, bien explícate antes, siento que para este punto decir lo que pienso ya tendrás una respuesta preparada —gruñó el Uchiha.
— Disculpa —esta vez la mirada de ella se ablando mostrando su arrepentimiento genuino, al tiempo que se sentaba —Sé que fue incómodo y aún no he contado lo que he descubierto.
Esto llamó la atención del Uchiha que levantó el rostro para ahora mirarla — ¿Te refieres a nuestros motivos originales para venir? — Ella asintió confirmando la pregunta. — ¿Qué es?
— Sé que has estado preguntando a los aldeanos algo que yo también hice al principio, pero claro, si se trata de algo mayor ellos ni siquiera recordaran que es lo que los aqueja, así que seguí otro rastro, algo más visible solo para alguien como yo y descubrí algunos residuos de poder. Ahora a donde me dirige todo esto, bueno, me percate que el tipo que nos cruzamos en el día de hoy tiene rastros de eso…
— ¿Es uno de los tuyos?
— Oye confunde, ofende, pero no intentes maldecirnos tanto. Tenemos gente retorcida, pero en sus propios asuntos. El hombre que nos encontramos es un humano normal, pero parece que hizo contrato con… bueno vosotros le dirían demonios, nosotros les decimos caídos —declaró la chica.
— ¿Cómo ángeles y demonios? — Shisui se sentó en su propio futon frente a la chica y suspiró cansado.
— Ah nada de lo que te imaginas, pero si tenemos algunos que se tuercen en su camino y usan sus habilidades para propósitos más… egoístas. No entrare en detalles, pero parece que de ahí vienen las desapariciones recientes ¿El propósito? Creo que están experimentando, sin embargo, aun es muy vaga la información como para ser completamente certeros de que exactamente es lo que están haciendo. — Si lo que sonaba era una indicación quería decir que todo era más grave de lo que parecía, realmente ir solo probablemente hubiera sido una mala idea.
— ¿Entonces? ¿Qué hay ahora pendiente? —Cuestionó el hombre.
— Bueno… normalmente te diría que tu misión acaba aquí y yo me quedo, pero… —La pelinegra pareció un poco incómoda pero seguido a esto suspiró y añadió — ¿Quieres acompañarme hasta el final? Prometo protegerte para que regreses bien a casa.
Parpadeando Shisui miró sorprendido a la joven que parecía casi suplicar con la mirada al decir esto. — Es parte de tu trabajo ¿No hay problema si estoy cerca?
— Que lo haya o no es mi responsabilidad, pero quiero darte la oportunidad, además no sería justo si simplemente te desplazo a un lado. — Shisui giró el rostro y miró a la joven con seriedad para luego sonreír suavemente. Honestamente no lo esperaba, el pensaba que en el momento que ella determinara que la misión seria más de su área de trabajo lo desplazaría a un lado, pero ahí estaba ella mirándolo con firmeza y lanzando una propuesta bastante… humana.
— Bueno…. En ese caso estoy a tu cuidado compañera.
--------------------------------
Segunda parte de esta pequeña aventura de estos dos. Ciertamente mantener ciertas cosas sobre la mesa y no excederme con algunas cosas es complicado.
Escribir de Yui es complejo porque tengo una maraña de explicaciones sobre ella, pero creo que volveré a dejar las cosas lo más simple posible y que sea Shisui quien traduzca lo que diga hahahahaha. Me gusto la interacción hasta el momento.
Creo que en un principio nuestro pelinegro parecía bastante tranquilo con respecto a Yui, pero claro, él es un ninja y tiene que estar seguro de algunas cosas, por eso juego suave con nuestra amiga guardiana, pero claro igualmente tiene cierta curiosidad por averiguar más sobre quien es y su forma de pensar, por eso, las accione libres de ella y bueno cooperadoras le sorprenden, por que alguien con poder siempre toma el control, pero hasta el momento ella se ha acoplado bien a su papel, e incluso ha conseguido que despierte el propio interés de ella sobre el Uchiha.
Tendremos un poco de movida a partir de aquí pero creo que esto comienza a calentarse, por su puesto esto nos llevará un poco sobre el tema de los guardianes y un poco de su mundo. Bueno eso es todo, seguiré haciendo el paralelo de escribir por aquí y por allá, entre el especial y el proximo capitulo hahaha en ambos estoy inspirada, pero el especial puedo perder la idea asi que por eso le estoy dedicando un poco más, porque el capitulo ya tiene una estructura mejor armada.
Sin más saludos!
13 notes
·
View notes
Text
Filtro de seda
Una vez le dije a mi amiga Marian que su sonrisa irónica era una especie de bordeadora de pijas. Es que se la vi aplicándola al portador de un comentario machista, que no encontró mejor momento que aquél para decir que las mujeres etcétera o que todas las minas blablablá. Entonces ella, con la delicadeza de un francotirador ejerciendo su oficio, apuntó y tiró para matar sonriendo, ejecutando la promesa de castración con la mirada, pero no de un tajo como manda la piedad, sino de varios, en fetas digamos, para que si no aprende por lo menos que el hombre no se olvide. No puedo imitarla porque su bordeadora sonrisa es su patrimonio, pero de ella aprendí a usar como arma blanca cierta mirada, que es un puñal más que efectivo directo a las entrañas de cualquier muerto que pretenda hacerse el vivo. “¿Sabés qué es lo que más me gusta de tu personalidad?” le dije otra vez “la paz espiritual con la que decís lo peor, cualquier disparate sale de tu boca como con un filtro de seda.”
Marian no va por la vida odiando, muy por el contrario va amando, con un hablar en tono siempre calmo como viento de atardecer veraniego. Con ella coincidimos en que no hay necesidad de subir la voz propia para bajar los gritos ajenos, que nuestra munición más letal es la palabra sin importar su volumen, y que no somos venenosos, sino antídoto para esa enfermedad de la humanidad llamada idiotas.
Opiobook: Acostumbrado al fin del mundo Twitter: @GestoObsceno Instagram: acostumbrado_al_fin_del_mundo
#acostumbrado al fin del mundo#marian#sonrisa#ironia#bordeadora#etcetera#blablabla#delicadeza#francotirador#oficio#sonreir#mirada#ni olvido ni perdon#arma blanca#puñal#vivos#muertos#personalidad#filtro de seda#voz propia#gritos ajenos#municion#palabra#volumen#veneno#antidoto#humanidad
2 notes
·
View notes
Photo
Los dolores punzantes en su cabeza habían aumentado al punto que sentía que el cuerpo era solo el contenedor de huesos rotos. Qi, decidió quedarse en cama en aquel día y no ir a sus clases de refinamiento, envió un mensaje telepático a su maestro, excusándose.
Sintió que el mundo le daba vueltas y comenzó a tener visiones otra vez.
Qian, la dulce hija del joven imperial había ido a reclamarle en su cara al militar la traición que sentía que había sucedido. Todas las miradas del mercado se habían concentrado en la acalorada discusión de los ex jóvenes amantes y de los gritos provenientes de la actual novia del joven. Fuera de sí y totalmente molesta había maldecido públicamente a la pareja y deseado el peor de los males.
El silencio sepulcro inundó las calles de la capital y las personas se movieron rápido. La muchacha rebosante de ira, había alzado su arco en forma de sellar su amenaza y Qingti se había molestado tanto que la insulto,
—Loca, estas completamente loca y enferma.
Aquellas crueles palabras calaron tan hondo en la joven que cada vez que recordaba aquel episodio vergonzoso volvía a llorar.
—Llora, saca todo el dolor que te agobia pequeña
La dulce voz de su abuela consolandola, calmaba a Qian. El dolor en el pecho, la sensación que le faltaba aire se había ido al igual que sus lágrimas, ya no le quedaban.
La señora de larga cabellera blanca como la nieve le trenzaba el cabello mientras seguía dándole consejos.
La mujer más anciana del clan Guan era una retirada maestra de acupuntura y esposa del antiguo médico imperial, era una mujer sabia y compasiva, más con su nieta más pequeña.
Qian llevaba un par de semanas en la casa familiar debido al matrimonio de Qingti, su familia en un intento de alejarla del dolor latente de perder a quien amaba, le sugirieron el viaje hacia la falda de la montaña Yuntai, donde sus abuelos vivían.
×Alguien me dijo que todo había terminado para mi Pero ahora me ves parada en las cenizas Yo yo yo soy una chica de hierro ×
El viaje por un par de semanas se convirtió en una estadía permanente en la casa de los mayores, con total admiración observaba a sus abuelos auxiliar a los forastero que iban de pasada por aquella morada.
La primera vez que vio a su abuela aliviar la espalda de un muchacho de no más de veinte años, se aterró. Las agujas estaban esparcidas por toda la extensión de piel y el hombre yacía boca abajo en un estado inerte. Sigilosa se mantuvo observando como aquella mujer sabiamente aliviaba a las personas.
Pasaba los días ayudando a su abuelo a llevar un registro en unas tablillas de nueva medicina que iba creando a base de amapola, en su ignorancia no tenía conciencia que pasaba horas manipulando venenos altamente peligrosos ya que su abuelo en sus últimos años se dedicaba a desarrollar antídotos de toda índole.
Aquellas dos personas eran la mayor fuerte de inspiración y de distracción para la joven Qian, cada día aprendía algo nuevo de ellos.
Aquel atardecer era el último que viviera en Yuntai. Era hora de emprender su propio camino.
Una vez volvió a Xi, las miradas se posaban de vez en cuando en ella, podía escuchar los murmullos de las personas pero intentaba no darle energía a malos pensamiento, habían pasado más de seis meses pero cada vez que Qian, hacía las rondas a los enfermos junto a MoYe o a su padre. La gente la miraba.
Con los sentimientos revueltos y la vergüenza aún latente en su ser, intentaba acompañar a su familia en lo que le pidieran pero a veces sólo deseaba esconderse como cuando era pequeña tras su hermano mayor.
—Son para ti MoYe le había comprado una caja con agujas para acupuntura, una vez terminaron la última ronda de atención a los enfermos en Xi, el mayor se la había entregado.
—Pero yo no sé nada de esto. Fueron sus palabras mientras guardaba la caja en su morral.
—Entonces toma las clases en Yaó Lú Otra vez su hermano de forma directa la enviaba a la secta medicinal. Esta vez no hubo una negativa de su parte, sólo un tal vez.
Los días pasaban y de vez en cuando Qian, urgueteaba la caja con las agujas e intentaba recordar las zonas donde podía aliviar el dolor, mejorar el Qi o el uso de los meridianos.
Su hermano la observaba y volvía a colocar el tema de estudiar de forma profesional.
Luego de tanta insistencia y la pasión que estaba emanando de su ser por la acupuntura, decidió buscar la manera de ingresar como estudiante.
Los primeros meses fue difícil adaptarse y evitar errores en el diagnóstico para el uso de las agujas, no era tan precisa como su abuela pero algún día podría dominar el arte de aliviar a través de los pinchazos de una aguja
1 note
·
View note
Text
*10 Enseñanzas de "El Principito" que puedes seguir todos los días.*
*“Lo esencial es invisible para los ojos”*
El primer mandamiento, quizá el más importante, nos demuestra que lo valioso de la vida no se toca ni se mide, tampoco se paga con dinero. Este enunciado era el antídoto de todo el veneno que motivó a las guerras. Hoy en día también es valioso rescatarlo, cuando olvidamos que el dinero, la droga del mundo, nunca podrá darnos la felicidad perpetua.
*Valorar la simplicidad de las cosas*
Antes de crecer y necesitar objetos superfluos para sentir que alcanzamos la plenitud, fuimos inocentes infantes que encontrábamos la alegría y la belleza en el mundo natural, en lo simple. No hay nada más bello que un cobrizo atardecer, el cantar de las aves al amanecer y la felicidad de hacer nuevos amigos.
*Uno siempre es responsable de lo que domestica*
“Yo no te necesito, tú tampoco tienes la necesidad de mí, pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo”, le dijo el Principito a su amigo el zorro.
*Conócete a ti mismo para saber hasta dónde puedes llegar*
En este decálogo de enseñanzas también nos incita a hacer ejercicio de autocrítica. “Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres un sabio”.
*Valora el amor de los demás como tu vida misma*
Alejado de su mundo, el Principito recuerda a la flor que abandonó en su planeta y se lamenta por ello. “Debí haberla juzgado por sus actos y no por sus palabras, me perfumaba, me iluminaba. Debí haberla adivinado de su ternura, detrás de sus pobres astucias. ¡Las flores son tan contradictorias! Pero yo era demasiado joven para saber amarla”.
“Amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar los dos en la misma dirección”.
Amor no significa admirar, como si el otro fuera un objeto reluciente del cual extraemos belleza y confort. Amar es construir, es encontrar a alguien para hacer equipo y resistir valientemente los golpes de la vida, sin dejar de tener en común la misma meta.
*El dinero te ciega de la belleza*
“Conozco un planeta en el que vive un señor muy colorado. Nunca ha olido una flor. Nunca ha contemplado una estrella. Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sumas. Se pasa el día diciendo: ‘Soy un hombre serio, soy un hombre serio’, lo que le hace hincharse de orgullo. ¡Pero eso no es un hombre, es un hongo!”, dijo el Principito”.
*No valores a la gente por lo que tiene, sino por lo que es*
“A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan lo esencial del mismo. Nunca preguntan: ‘¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas? Pero en cambio preguntan: ¿Qué edad tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre? Solamente con esos detalles creen conocerte”.
*Lo más brillante de la vida no se compra con dinero*
Durante el encuentro del Principito con el hombre de negocios, le pregunta sobre qué hace con todas las estrellas que posee. “Nada, sólo las poseo”, le responde el financiero. “Y ¿para qué te sirve poseer las estrellas?”, le dice el héroe ficticio. —Me sirve para ser mas rico. Para comprar más estrellas si alguien las encuentra. —Pero, ¿cómo se pueden poseer las estrellas?.
*Todas nuestras acciones tienen consecuencias*
“Nada en el universo sigue siendo igual si en alguna parte, no se sabe dónde, un cordero que no conocemos ha comido, o no, a una rosa”. Todo lo que sucede al otro lado del mundo, de una u otra manera,termina por afectarnos.
Tras haber leído estas 10 enseñanzas, te mostramos que lo más importante en la vida no lo encuentras en las cosas materiales ni artificiales, sino en el amor.
Anónimo Contribuido
Millón Durango
0 notes
Text
01.
Te has convertido en el mejor lugar que alguien pudiera elegir para mudarse para siempre. Yo, que del amor sé lo que un ciego de un atardecer, creía que si te abrazaba con la fuerza suficiente conseguiría mandar de paseo a la soledad por tiempo indefinido. Hasta hoy, no he estado equivocado. “Que tienes una sonrisa preciosa”, te dije, como insinuándote que no me molestaría amanecer contigo el resto de mi vida. Porque yo ya lo había intentado antes: eso de no tener las manos tan frías ni palabras demasiado huecas para cuando alguien viniese con ganas de que le explicara por qué la vida a veces tiene que dolernos tanto. No conseguí más que sentirme doblemente solo. Más la mitad de nada. Más el hijo no reconocido de algún huracán de paso. Es horrible. O mejor dicho, era horrible. Hoy a tu lado ya no tengo ganas de buscar explicaciones en ningún sitio en el que no estés tú esperándome para decir que me has echado de menos aunque no me haya tardado mucho. Porque lo bonito de que estés aquí es que cuando me abrazas creas una realidad segura, mientras yo comienzo a cerrar los ojos como un niño que vuelve a creer en la magia. Oye, que te quiero. ¿Ya te dije que tu risa es mi canción favorita? Por eso intento hacerte reír cada vez que puedo. Y cuando nos quedamos hablando una noche cualquiera no puedo evitar compadecerme de aquellos infelices que no están ahí para escucharte. Aquellos que un día me preguntaron cuál es el antídoto contra la tristeza. Si vuelven a preguntarme lo mismo, esta vez ya no usaré palabras, sólo voltearía a mirarte ser bonita en silencio. Y espero que ellos lleguen a entenderlo.
0 notes
Text
Nacido bajo el sol del trópico de cáncer, bienvenidos a este lugar tercermundista donde me toco crecer, donde los párpados cerrados son liberación por que morir aquí es vencer.
Y no hay antídoto por que se llama vida diaria todos soñamos con el mar azul turquesa y la belleza de un atardecer en un lugar tranquilo, pero a bastantes nos toco vivir al filo de la navaja como trapecistas en la cuerda floja, sortear las páginas de nota roja y ser un rostro anónimo entre en un mar de gente, tratar de no morder la manzana y convivir con la serpiente.
0 notes
Text
“Me he enamorado de ti con la inercia de quien ya no sabe qué paso dar en su vida. Después de todo te has convertido en el mejor lugar que alguien pudiera elegir para mudarse para siempre. Yo, que del amor sé lo que un ciego de un atardecer, creía que si te abrazaba con la fuerza suficiente conseguiría mandar de paseo a la soledad por tiempo indefinido. Hasta hoy, no he estado equivocada. “Que tienes una sonrisa preciosa”, te dije, como insinuándote que no me molestaría amanecer contigo el resto de mi vida. Porque yo ya lo había intentado antes: eso de no tener las manos tan frías ni palabras demasiado huecas para cuando alguien viniese con ganas de que le explicara por qué la vida a veces tiene que dolernos tanto. No conseguí más que sentirme doblemente sola. Más la mitad de nada. Más la hija no reconocida de algún huracán de paso. Es horrible. O mejor dicho, era horrible. Hoy a tu lado ya no tengo ganas de buscar explicaciones en ningún sitio en el que no estés tú esperándome para decir que me has echado de menos aunque no me haya tardado mucho. Porque lo bonito de que estés aquí es que cuando me abrazas creas una realidad segura, mientras yo comienzo a cerrar los ojos como una niña que vuelve a creer en la magia. Oye, que te quiero. ¿Ya te dije que tu risa es mi canción favorita? Por eso intento hacerte reír cada vez que puedo. Y cuando nos quedamos hablando una noche cualquiera no puedo evitar compadecerme de aquellos infelices que no están ahí para escucharte. Aquellos que un día me preguntaron cuál es el antídoto contra la tristeza. Si vuelven a preguntarme lo mismo, esta vez ya no usaré palabras, sólo voltearía a mirarte ser bonito en silencio. Y espero que ellos lleguen a entenderlo.”
0 notes