#ETIQUETA PROFESIONAL
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REFLEXIONES SOBRE ÉTICA EN LA EMPRESA
REFLECTIONS ON ETHICS IN THE COMPANY Lic.: Wilfredo Pérez Ruiz Docente, Comunicador y Consultor. Consejero Delegado Global de Etica y Protocolo. Escritor -Columnista La ética es una cuestión de enorme actualidad. Debemos reconocer visibles avances en relación a su protagonismo, aunque todavía está ausente en innumerables empresas en donde prevalecen afanes lucrativos, intereses particulares,…
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Into Your Arms (Surrender) - Enzo Vogrincic
+18! Intro I/Intro II/Intro III.
SoftDom!Enzo. Creampie, dacrifilia, dirty talk, fingering, hand kink, hiperespermia, masturbation, sexo oral, sexo sin protección, size difference/size kink (porque Enzo es más alto y la tiene grande), aftercare, edades no especificadas. Español rioplatense.
Enzo es tu amigo.
Es extraño, considerando que es también tu creador de contenido favorito hace meses, probablemente más de un año, y quien provocó los mejores orgasmos de tu vida, pero no significa que la amistad que formaron no sea válida y una de las mejores que tuviste hasta el momento. Probablemente ese fue el motivo que te molestó porque, bueno, ¿no se supone que un amigo comentaría a otro amigo que está visitando su ciudad?
Descubrir vía Instagram que frecuentó tu sitio favorito, la cafetería que tantas veces le mencionaste, te parece ofensivo como mínimo. Y el colmo fue la fotografía de la florería ubicada en una esquina no muy lejana a tu hogar, donde capturaste atardeceres para él. ¿Está haciendo un tour por tu ciudad tomando como referencia todos los lugares que le enseñaste, pero no pensó en decirte que venía?
Puede que intente sorprenderte, repite la voz en tu cabeza, pero no estás segura de que tenga motivos para hacerlo. ¿Por qué te escogería, justo a vos, de entre sus quién-sabe-cuántos miles de suscriptoras y suscriptores? Y de querer sorprenderte, ¿no te habría ocultado sus historias? ¿No habría evitado compartir las fotos para que no sospecharas?
Definitivamente tiene que tener otros motivos, razonás en un intento de sepultar cualquier patética esperanza, y puede que no le importes lo suficiente como para molestarse en recordar dónde vivís. La cafetería es famosa en redes sociales y esa florería es imposible de ignorar, ¿por qué se molestaría en comentarlo con vos en caso de recordar que le hablaste de ellas?
Decidís desactivar las notificaciones, tanto para sus historias como para sus publicaciones, antes de silenciar tu teléfono y continuar con tus ocupaciones. Tu vida no gira en torno a Enzo, por mucho que lo adores, así que no es una opci��n permitir que lo-que-sea que esté haciendo durante su tiempo libre impacte en tu humor y en tu relación con él.
Una relación que fue, antes que nada, profesional.
El resto de tu día se desarrolla con calma hasta que chequeás tu teléfono nuevamente y te encontrás con una notificación informándote sobre el nuevo video en su OnlyFans. Lleva una semana sin publicar más que fotos y un audio de corta duración que escuchaste antes de dormir, pero ignorás lo que te provocan las etiquetas que incluye en la descripción (sobre todo las de orgasmos múltiples y dirty talk) para continuar con tu trabajo.
Intentás concentrarte, esforzándote como siempre, pero el contenido que te envió la editorial para la que trabajás es insípido, tan terrible que resulta doloroso de leer. Masajeás tus sienes y pensás qué hacer con los horrores presentes en el manuscrito: el informe que confecciones para el editor será el que determine qué tan rápido acepta o rechaza leer este material y, consecuentemente, qué tan rápido lo publican o no.
Entre notas que pretendés incluir en el informe, correcciones de errores absurdos en el archivo, descansos y suspiros de frustración, tu mirada siempre termina sobre tus audífonos. Considerás buscar audios de otros creadores; entre ellos Esteban con su literatura erótica o Matías, que no tiene límite a la hora de degradar a sus suscriptoras, pero sabés que no tienen el mismo efecto. Nadie puede hacer lo que hace Enzo.
Escondés tu rostro entre tus manos, molesta por pensar en él, incapaz de recordar cómo era tu vida cuando su ser no invadía tu mente cada minuto del día. ¿Qué hacías antes de obsesionarte y reproducir sus audios y videos para sentirte acompañada en la soledad y el silencio de tu sala de estar? ¿Qué pensabas cuando despertabas sin sus mensajes de buenos días? Imposible recordar.
Es indignante y vergonzoso reconocer que ahora él significa muchísimo más, que ya no es sólo su contenido, es patético. ¿Quién podría enamorarse de un completo desconocido? ¿Quién podría enamorarse del desconocido con el que desarrolló una amistad? La parte lógica de tu cerebro intenta argumentar que es imposible no enamorarse de alguien como él, pero…
El reloj marca las cinco. Dejás de lado las preguntas que te asfixian y también tu trabajo.
Ignorás los mensajes que recibiste hace horas, minutos luego de esa notificación de OnlyFans, pero aún así esta página es la que reclama tu atención en cuanto te escondés bajo las suaves sábanas luego de un baño. Tu respiración se vuelve irregular con sólo ver la miniatura del video: Enzo recostado en su cama, desnudo, sus uñas enterrándose en su muslo y en su abdomen un océano de semen.
El sonido de su voz es suficiente para despertar esa sensación cada vez más recurrente en tu estómago. No es excitación, tampoco nervios o vergüenza por disfrutar esta clase de contenido, es un sentimiento que provoca que esperes sus cumplidos por razones que van más allá de satisfacer tus necesidades sexuales. Es ese motivo que te mantiene despierta cada noche.
-¿Qué tal?- pregunta cuando la cámara por fin hace foco en su rostro. Una sonrisa tira de sus labios y peina su cabello con una mano mientras continúa buscando el mejor ángulo, batallando por unos minutos antes de dejarse caer sobre el colchón. Jamás elimina la introducción de sus videos y ese es un detalle que te fascina.
Desabotona su camisa lentamente, los anillos en su índice y meñique derechos brillando, para permitir ver su abdomen tonificado y su erección contenida por su ropa interior. El color oscuro de su bóxer no oculta la humedad del mismo y te mordés el labio pensando en qué estaría pasando por su mente o qué estaría haciendo minutos antes de comenzar a grabar.
Suspira. Lo imitás.
-Tenía tantas ganas- dice en voz baja-. Necesito…
En lugar de terminar la oración desliza la prenda unos centímetros para poder liberar su miembro. Infinidad de veces lo admiraste, en todos sus estados, pero jamás deja de sorprenderte el sentimiento de anhelo que despierta en vos. Esta vez no es la excepción, por supuesto que no, mucho menos considerando las prominentes venas que recorren toda su extensión junto con las gotas de líquido preseminal.
Utiliza su pulgar para esparcir su humedad, primero por todo el glande y luego más allá, sin ocultar esa arrogante media sonrisa en su rostro cuando se desnuda. El recuerdo de la primera vez que comprendiste el significado de su expresión, cuando gemiste por la sorpresa mientras él te enseñaba lo que era un anillo de silicona y explicaba sus beneficios –que no le hacen falta, claro está-, te hace temblar.
Y no sólo su sonrisa es la misma, pensás una vez que el recuerdo se desvanece lo suficiente como para concentrarte en la pantalla, también lo es el estado desesperado de su erección. No estás segura de poder con su tamaño pero, Dios, es tan tentador que de tenerlo en tus manos intentarías todo lo posible para lograr complacerlo. Utilizarías cada centímetro de tu cuerpo para satisfacer a Enzo.
Deslizás una mano hacia tu centro una vez que comienza a masturbarse.
Tu excitación humedece tus pliegues pero ignorás tu entrada y te concentrás, sólo por el momento, en tu clítoris. Algunas caricias suaves, otras ejerciendo más presión, círculos que siguen el ritmo lento de la mano de Enzo; su respiración profunda y algún que otro suspiro se derraman directamente y con claridad en tus oídos gracias a tus audífonos.
-Estuve toda la semana pensando en esto- confiesa. Se estira para tomar el lubricante y arroja unas gotas en su palma para luego continuar-. Todos los días pensando en vos...
Cerrás los ojos y suspirás. Sólo su voz bastaría para guiarte hacia el orgasmo.
-Necesito tenerte conmigo.
Un gemido escapa de tus labios.
No hay forma de ignorar la necesidad que se expande por tu cuerpo o el latir de tu corazón… y tampoco el de tu clítoris -repentinamente más sensible que antes-. Normalmente intentarías comportarte justo como lo hacés durante las videollamadas con Enzo: paciente, calmada, permitiéndote disfrutar cada sensación, esperando el momento indicado y su indicación.
Aún así, consciente de lo rápido que podría terminarse este momento por tener como estímulo el video, comenzás a mover tus dedos con más energía y vigor para imitar la rapidez con la que él masajea su miembro. Imaginás que son sus dedos los que juegan con tu cuerpo, permitiéndote saborear un muy necesitado orgasmo, no dejándote más opción que dejarte llevar por el placer.
Tu respiración termina sincronizándose con la suya y cada vez que Enzo suspira o jadea vos gemís. Las palabras continúan cayendo de sus labios, algún que otro cumplido y esos apodos cariñosos que te hacen sonreír como una idiota, pero lo que más te provoca son las miradas cargadas de intensidad y deseo que arroja hacia la cámara.
Muerde su labio inferior una y otra vez en un intento de contenerse. Espera que el dolor sea suficiente para olvidarse del placer, lo sabés, pero los músculos de su abdomen tensándose y la manera en que arroja la cabeza contra el respaldo de su cama son claros indicios de que está fracasando. Separa más las piernas, exponiéndose sin timidez, mostrándote el lugar que te corresponde.
Estás considerando introducir un dígito en tu interior cuando te interrumpe su voz.
-Necesito tenerte para poder cogerte toda- se aclara la garganta-. Tu boca, tus tetas, esa conchita toda apretada.
El orgasmo te golpea y te mordés la lengua para no gritar.
Mantenés los ojos fijos sobre la pantalla mientras en su desesperación él utiliza ambas manos para tocarse. Enzo tiene manos grandes, perfectas para utilizarlas como gargantilla o capturar tus muñecas y someterte, pero aún así no cubren por completo su miembro y esa imagen, en combinación con tus dedos todavía torturando tu clítoris, te hace retorcerte de placer.
Respirás lenta y profundamente, tu mano ahora descansando sobre tu abdomen mientras con la otra sostenés tu teléfono, arrepintiéndote inmediatamente de esto último cuando por error tocás la notificación en la parte superior de la pantalla. Es un mensaje de Enzo: “¿Estás enojada conmigo?”.
Parpadeás rápidamente. El gesto no te saca del trance.
Todavía no recuperás el control de tu cuerpo y tu mente batalla por comprender el mensaje, pero un sonido distante te obliga a reincorporarte y arrancar tus audífonos. El timbre suena, suena y suena, no escuchás la voz de la persona que está del otro lado y sea quien sea parece tener la única intención de interrumpir tus actividades.
Estás segura de que no esperabas la llegada del correo.
Tomás la ropa que dejaste doblada sobre tu escritorio, sin importarte que se trate de tu pijama, para vestirte rápidamente y correr en dirección a la entrada. Tu liberación corre por tus muslos, incomodándote y recordándote que necesitás regresar a tu cama, pero ignorás el llamado de tu cuerpo para ocuparte del llamado en la puerta.
-Perdón, estaba en el…- tu voz se quiebra a media mentira-. ¿Enzo?
Respira temblorosamente y vos retrocedés.
Humedecés tus labios con tu lengua una, dos, tres veces, buscando las palabras para preguntar qué está haciendo allí, pero permanecés en silencio y él sólo se encoge de hombros, como si no tuviera una explicación lógica que justifique encontrarse en tu puerta un viernes luego de las seis p.m. Intenta hablar, falla, vuelve a intentar, su pulgar juega con el anillo en su índice.
Te recibe entre sus brazos cuando te arrojás contra su pecho y el aroma de su perfume golpea tus sentidos. La sensación de sus manos sobre tu cuerpo, masajeando tu espalda y aferrándose desesperadamente a vos, resulta irreal y mágica. Es como una extraña especie de déjà vu, pensás mientras sus dedos se deslizan por tu cabello, pero sabés que jamás te habían abrazado así.
Nunca antes habías sentido que tu lugar era en los brazos de otra persona.
-¿Qué…?
-Quería verte- besa tu cabello, ignorando todo lo que su ser (y su voz, más grave en persona) genera en tu sistema-. Necesitaba verte.
Abandonás tu refugio en su pecho para mirarlo y él sostiene tus mejillas entre sus manos. Cuando tomás sus muñecas podés sentir bajo tus dedos sus pulsaciones descontroladas, pero es un detalle en el que no podés concentrarte porque toda tu atención está puesta en sus ojos oscuros y sus pupilas que parecen esconder un algo.
-¿Por qué no me dijiste nada?
-Porque no sabía si querías verme.
-¿Cómo no iba a querer verte?
-Pensé que estabas enojada conmigo porque…
-Estoy enojada con vos.
-¿Por qué?
-Porque no me dijiste que venías- lo empujás pero se rehúsa a dejarte ir-. Porque estuviste en todos los lugares de los que te hablé pero no me mandaste un solo mensaje preguntando si…
-Porque quería que me respondieras las historias cuando vieras las fotos- explica casi sin respirar-. Quería que vos decidieras si verme o no, no quería proponerlo e incomodarte y…
Deja de hablar en cuanto ve tu expresión.
-No, pará, ¿cómo sabías mi dirección exacta?
-¿Recordás ese sorteo que hice para quienes pagaban la membresía más cara?- asentís. Suspira y cierra los ojos con fuerza-. Era mentira.
Tu mueca de incredulidad lo hace reír.
-Quería hacerte un regalo por tu cumpleaños- sus pulgares acarician tus pómulos y cuando derramás una lágrima él la limpia-. En ese momento se me ocurrió que era la única forma de conseguir tu dirección. Todavía tenía los datos.
Guardás silencio. Enzo una su frente con la tuya y ambos fingen que los milímetros que separan sus labios de los tuyos no son tan peligrosos.
-Jamás pensé que te vería en persona- decís en un susurro y, sin poder controlar tu lengua, agregás:- Justo antes de que llegaras estaba viendo tu video.
-Pensaba en vos.
-No mientas.
-Nunca te mentiría- jura-. No sabés las ganas que tenía de conocerte y...
-¿Y…?
-Estás temblando.
Es patético, te dice tu cerebro, temblar en sus brazos sólo por lo mucho que te emociona conocerlo. Reparás entonces en tu falta de ropa interior, en tu cabello todavía húmedo y un poco despeinado, en tu pijama arrugado, en tu confesión sobre haber estado viendo su video hasta hace pocos minutos. Siempre pensaste que llegado el momento de encontrarse todo sería diferente. Planeado. Perfecto.
Enzo, sin embargo, no parece notar todos esos detalles y continúa observándote con esa intensidad característica de sus ojos oscuros, como si intentara descifrar tus pensamientos, ignorando que su cabello cayendo sobre tu rostro y el calor de sus manos sobre tu piel sólo empeoran tu estado porque son una confirmación de que esto es real.
Horas atrás estabas enojada por su falta de comunicación y en este momento lo tenés en tu puerta, confesándote que pensaba en vos mientras grababa su video, dejándote saber lo mucho que anhelaba conocerte y negándose a soltarte. Te encantaría reclamarle por su mentira, bromear, pero el gesto te resulta conmovedor y las palabras mueren en tu garganta.
-¿Te puedo besar?
Un pequeño gesto afirmativo de tu parte basta.
En un principio sólo es un roce prácticamente imperceptible, sus labios y los tuyos conectándose por pura inercia para deshacer el ínfimo espacio que los separa, pero cuando suspirás contra su boca cualquier delicadeza queda en el olvido. Es un beso hambriento e impaciente que sólo interrumpe cuando delinea tus labios con su lengua, preguntando.
Explora el interior de tu boca mientras te obliga a retroceder y gemís por la fuerza de sus manos sobre tu rostro. Cierra la puerta rápidamente para seguir besándote y te acorrala contra la pared, su mano en tu nuca para prevenir que te golpees, deslizando su pierna entre las tuyas antes de tomarte por la cintura y forzarte a sentirlo contra tu centro.
-¿Esto está bien?- pregunta cuando encuentra tu mirada.
Escucharlo preguntar por tu consentimiento en sus audios jamás te preparó para lo excitante que sería escucharlo preguntar en la vida real. El deseo que nubla su mirada no nubla su juicio, reflejándose su preocupación y consideración por tu comodidad en su voz ronca. Sonreís.
-Está perfecto- contestás y tirás de su ropa para volver a besarlo. Tu respiración irregular empeora mientras entre besos continuás hablando:- No puedo creer que estés acá.
En lugar de contestar te empuja aún más sobre su muslo y cuando utiliza su agarre en tu cintura para moverte bajás la mirada, encontrándote con que tu humedad mancha la tela de su pantalón. Tu expresión de mortificación y timidez, lejos de lograr que se detenga, sólo lo provocan más.
-Te estabas tocando cuando llegué, ¿no?
-Sí.
-¿Qué usaste?
-Nada. Sólo me toqué.
Desabotona la camisa de tu pijama sin romper el contacto visual y tira con fuerza de tu pezón izquierdo. Ignora tu mano cerrándose sobre su muñeca y masajea tu pecho, todavía sujetándote por la cintura con su otra mano, sus ojos ahora fijos en tus pechos y en las reacciones que sus acciones despiertan en tu cuerpo.
-Me encantan tus tetas, ¿sabías? Son perfectas.
-No…
-Sí, son perfectas, mirá.
Obedecés sólo para terminar arrepintiéndote por lo que la escena genera en tu cerebro. La imagen de tu pecho en su mano parece extraída de tus fantasías, sobre todo considerando la manera en que encajan perfectamente y con el frío material de sus anillos provocando que tu pezón continúe erecto, dejándote sin palabras.
-Son perfectas, ¿viste?- repite mirándote a los ojos. Su mano asciende hasta descansar donde puede sentir tus latidos-. Estás hecha para mí.
Temblás.
-Enzo…
-¿Qué querés? ¿Qué necesitás?
-A vos.
No tenés idea de en qué momento y cómo llegan a tu habitación.
Enzo te recuesta sobre las almohadas y luego de deshacerse de algunas de sus prendas se posiciona sobre tu cuerpo. Llena tu rostro, tus labios, tu mentón y tu cuello de besos mientras su mano juega con tus pechos hasta el cansancio, masajeando y pellizcando, haciéndote llorar con la sugerencia de utilizarlos para satisfacerse y nada más. Los golpea, justo como siempre dijo que haría, pero sus golpes son más caricia que tortura.
Utiliza sus uñas para recorrer el valle entre tus pechos, la zona de tus costillas y tu estómago, haciéndote sisear y regañándote cuando no permanecés quieta. Llega hasta el elástico de tu pantalón, frenando justo debajo de tu ombligo para hacerte cosquillas, regalándote así un momento para que lo detengas en caso de desearlo.
-¿Querés que te toque?
-Quiero que me cojas.
-Entonces primero tengo que tocarte- besa tu mejilla-. Necesito prepararte.
Retira tu pantalón, sin desperdiciar la oportunidad de acariciar tus piernas con vehemencia mientras lo hace, para luego deshacerse también de tu camisa y detenerse para contemplar tu cuerpo desnudo. Estás totalmente expuesta mientras él aún mantiene su camiseta y su ropa interior y el contraste te hace sentir vulnerable.
Sus manos en tus rodillas son una indicación que comprendés en cuestión de milisegundos y separás tus piernas para permitirle verte. Su respiración se entrecorta y su mandíbula se tensa. Intenta recuperar la compostura, esforzándose para no reclamar tu cuerpo como un salvaje, piensa en todo lo que le gustaría hacerte (nada de esto sirve para frenar sus impulsos).
-Tenés una conchita tan linda- se recuesta entre tus piernas y besa tu muslo-. Y es toda mía, ¿no?
-Tuya, sí.
Utiliza dos dedos para trazar una línea desde tu entrada goteante hasta tu clítoris, donde se detiene para dibujar círculos con una exasperante parsimonia que te hace rogar por más. Ignora tus súplicas, sus dedos recorriendo múltiples veces el mismo camino, antes de posicionar uno contra tu entrada y ver cómo se contrae con anticipación.
-Estás muy mojada, mi amor- vuelve a besar tu muslo y sólo para torturarte continúa:- Me parece que no vamos a necesitar el lubricante.
-Enzo...
-¿Qué?
-Apurate.
-Mirame- ordena. Cuando no obedecés decide morderte para llamar tu atención-. Necesito que me hables, ¿sí? Cualquier cosa que quieras, cuando algo no te guste, si duele...
-Está bien.
Te recompensa introduciendo su dedo medio y mordés tus nudillos. Sus dedos, más grandes y más largos que los tuyos, te hacen sentir llena y tocan en tu interior todos esos puntos que por lo general no podés encontrar. Mientras realiza pequeños movimientos, arrastrando el dígito dentro y fuera de tu estrecha entrada, gira su muñeca y curva la punta del mismo.
-Acá, ¿no?- sonríe cuando te escucha gemir.
Besa tu clítoris un par de veces, el contacto breve y suave, como una especie de advertencia antes de utilizar su lengua y labios en vos. Está tan desesperado por probarte que no se molesta en medirse y cuando te quejás por la sensibilidad, producto de tu anterior orgasmo, no parece importarle en lo absoluto. Continúa devorándote y tantea tu entrada con un segundo dedo.
Tirás de su cabello -es tanto o más sedoso de lo que pensabas- y te movés contra su boca, cualquier remanente de autocontrol ahora perdido, porque nunca antes habías experimentado algo así. El sonido producido por la mezcla entre tu humedad y su saliva es obsceno, ambos fluidos empapan tu centro, tus muslos, su mano y su rostro, pero eso parece excitarlos más.
-Más- exigís cuando sentís la proximidad de tu orgasmo.
Enzo introduce otro dedo y no podés hacer nada más que dejarte ir entre sollozos. En lugar de detenerse aumenta su tempo, sujetando tu pierna para impedir que escapes y manteniendo sus labios adheridos a tus pliegues para beber de tu liberación. Tus manos en su cabello, batallando por alejarlo y simultáneamente presionándolo más contra tu cuerpo, su nombre en tu boca, las contracciones de tus paredes y todo tu ser comienzan a volverse una adicción para él.
Se obliga a dejar de frotarse contra el colchón. No quiere arruinarlo todo.
-¿Querés más?- ofrece cuando vuelve a posicionarse sobre tu cuerpo. Tus pestañas brillan por las lágrimas que derramaste y él besa el rastro húmedo en tus mejillas mientras tu mano baja por su torso antes de colarse en su ropa interior. Cuando comenzás a tocarlo la calidez de tu palma amenaza con desbordarlo y busca refugio en tu cuello-. Dios... Me vas a matar.
-¿Así está bien?
-Sí, sí.
Cuando se reincorpora tomás su mejilla en tu otra mano y él gira su rostro unos centímetros para poder besar tu palma. Sólo deja de mirar tus ojos para ver tu boca, la manera en que mordés tu labio inferior con fuerza, tu mano envolviéndolo con dificultad y llevándolo hacia el límite. Cuando bajás la mirada comprendés el motivo de su fascinación y no podés evitar gemir.
Gotea cantidades absurdas de líquido preseminal sobre tu estómago.
-¿Enzo?
-¿Qué?
-Es muy grande- intenta ocultar su sonrisa, pero es en vano, ya conocés el significado y no te molestás en ocultar tu frustración ante su reacción arrogante-. No es gracioso.
-Perdón, bebé, es que…- se interrumpe con un gemido profundo que te hace apretar los muslos-. Está bien si querés parar.
-No quiero- aclarás-. Es que...
-¿Tenés lubricante?
Estirás el brazo para tomar el lubricante, perdido entre tus almohadas, sin dejar de tocarlo. Quién lamenta más el tener que separarse del otro es una pregunta sin respuesta, pero lo hacen, porque es necesario y porque saben que sólo será cuestión de unos minutos. Con expresión serena, intentando calmar tanto tus nervios como los suyos, Enzo deja caer unas gotas del producto en tu centro.
Vuelve a deslizar sus dedos en tu interior, separándolos y maravillándose con la imagen de tu entrada dilatándose, antes de arrojar un poco más de producto con la esperanza de facilitar la penetración. Tirás de las sábanas cuando un tercer dedo entra en tu cuerpo y ambos fingen ignorar la manera en que tu mirada permanece siempre sobre su mano.
-¿Qué decís?- pregunta mientras utiliza la base de su mano para ocuparse de tu clítoris-. ¿Estás lista?
-Sí.
Hace una pausa para desnudarse y perdés la capacidad del habla cuando por fin podés apreciar todo su cuerpo: los músculos en sus brazos, su pecho y su abdomen tonificado, el rastro de vello en la base de su miembro. Intentás dejar de mirarlo, concentrarte en su rostro, pero no parece molestarle y tampoco tenés la fuerza para despegar tu mirada de su persona.
Ocupa el lugar entre tus piernas, sosteniéndose con un brazo mientras guía su miembro hacia tu entrada, su rostro sobre el tuyo para poder mantener el contacto visual. Cuando delinea tus pliegues con su punta gemís y colocás una mano en su pecho, tus uñas rozando su piel, suplicándole silenciosamente y también rogándole para que se dé prisa.
Una pequeña exclamación hace que separes los labios -tu mandíbula cayendo exageradamente- una vez que comienza a penetrarte. El dolor te sorprende, pero es tolerable, sobre todo porque Enzo se mueve con la lentitud y la suavidad necesarias para permitir que te acostumbres a su tamaño. Rasguñás su pecho con los siguientes centímetros y él frunce el ceño, concentrado, intentando no provocarte más dolor.
-¿Necesitás que pare?
-No- negás rápidamente-. No pares.
Continúa hasta que la mitad de su miembro desaparece en tu interior y sólo entonces se detiene. La contracción de tus músculos sobre su extensión ya es exquisita y puede ver en tu rostro que necesitás un minuto o dos para recomponerte. Junta con su pulgar la saliva que mancha tu mentón y lo utiliza para jugar con tu clítoris.
Tu expresión de vulnerabilidad y total entrega le hacen perder el control. Mueve sus caderas sin pensarlo y gritás, pero tu cuerpo cede, recibiéndolo sin oponer mucha más resistencia. Termina de hundirse sin dejar de tocarte, esforzándose por mantener un ritmo constante para relajarte, ignorando el irrefrenable deseo de utilizarte de todas las maneras posibles hasta que sólo recuerdes su nombre.
Llevás una mano hacia tu abdomen bajo mientras balbuceás incoherentemente (sólo comprende las palabras profundo y llena) y él la cubre con la suya antes de ejercer presión. El gemido roto y tu respiración son la única advertencia que recibe antes de ver cómo otro orgasmo sacude tu cuerpo, tu espalda arqueándose y tus piernas rodeando su cadera para tenerlo más cerca (es imposible), tus párpados cerrados con fuerza y las lágrimas que no dejan de caer.
Sólo deja de tocarte cuando intentás apartar su mano, presa de la sobre estimulación, aunque escoge ese momento para comenzar a moverse. Sus estocadas no son precisamente lentas, pero el ritmo te permite acostumbrarte a la sensación de plenitud y el insufrible placer que produce la fricción entre su cuerpo y el tuyo.
Descansa sus codos a ambos lados de tu rostro para poder estar más cerca.
-Estás muy apretada- dice contra tu boca-. Me encantás.
-Me…- te interrumpís y humedecés tus labios en un intento de reunir valor. Cerrás los ojos antes de confesar:- Me encanta tu pija, Enzo.
Captura tus labios en un beso lleno de una pasión que se refleja también en el brutal golpe de sus caderas. Tu cuerpo se sacude sobre las sábanas y cuando Enzo rompe el beso –sus bocas permanecen unidas por un hilo de saliva- su mirada termina en tus pechos, hipnotizado por cómo suben y bajan con cada embestida, tus pezones erectos provocándolo.
El sonido de sus cuerpos colisionando resuena entre las paredes de tu habitación junto con tus gemidos agudos y su respiración pesada, el contacto de sus labios y tu piel con cada beso que deja en tu mandíbula y tu cuello, tus protestas cuando utiliza los dientes. Se queja cuando tus uñas se clavan en sus brazos, dibujando como lo hicieron en sus hombros y espalda, pero no intenta detenerte. Quiere un recordatorio de este momento.
En un fugaz movimiento intercambia sus posiciones, recostándose sobre el colchón y dejándote sentada sobre él, sus manos ahora sujetando con firmeza tu cadera para guiarte. El nuevo ángulo y el constante roce de tu clítoris sobre su pelvis te hacen delirar: repetís su nombre como una plegaria, rasguñás su pecho, rodeás su cuello con una mano y sujetás su mandíbula con la otra, desesperada por sentirlo.
-Sos hermosa, ¿sabías?- pellizca tu pezón y cuando intentás zafarte de su agarre golpea tu pecho con su palma abierta-. Y sos mía. Toda mía.
No estás segura de si son sus palabras o el placer lo que motiva tus acciones, pero plantás tus pies sobre el colchón y tus manos sobre su pecho en busca de apoyo, robándole con tus rápidos y pequeños saltos un gemido gutural. El esfuerzo hace arder tus músculos luego de unos pocos minutos pero no te detenés, querés volverlo loco y se siente muy bien como para parar.
Cada vez que tus muslos impactan con su cuerpo su punta besa tu cérvix y gritás. La línea que separa el placer y el dolor termina de difuminarse cuando sentís sus uñas en tu pierna y en tu cadera, cada vez más profundo, como si intentara marcarte de todas las maneras posibles.
Cuando Enzo rodea tu cintura con sus manos y toma impulso para embestirte te frustrás, molesta por ser incapaz de controlarlo como él te controla y también excitada por el poder que tiene sobre vos, pero la fuerza de sus movimientos termina haciéndote caer sobre su pecho y allí olvidás cualquier pensamiento que no sea su nombre.
Besás sus clavículas y él besa tu cabello antes de abrazarte con fuerza. Gemís sin control.
-Me vas a dejar llenarte toda, ¿no?- pregunta. Cuando no respondés tira de tu cabello para obligarte a mirarlo y no está seguro de qué disfruta más: las lágrimas que caen en cascada por tus mejillas o el hilo de saliva que escapa de tus labios-. ¿Querés que te llene la conchita?
-Sí, sí, sí.
Besa tu frente y cuando buscás su boca te corresponde. Tus suspiros, jadeos y gemidos se derraman sobre sus labios, así como las palabras inentendibles que le dirigís, pero él no necesita de palabras para saber lo que intentás comunicarle. Puede sentir tus pezones erectos contra su pecho y la manera en que tu interior succiona su miembro desesperadamente.
Golpea tu mejilla para llamar tu atención.
-Sos mía, ¿entendiste?
-Y vos sos mío.
-Siempre- con su mano en tu nuca te obliga a descansar tu frente sobre la suya. La intensidad y devoción que brillan en sus ojos te hace temblar entre sus brazos-. Somos el uno para el otro.
Sus palabras te empujan hacia el orgasmo y arrastrás tus labios por su mandíbula antes de buscar refugio en su cuello, desbordada por su confesión, por cómo sus brazos te rodean, por la forma en que abusa de tu cuerpo sin consideración.
El placer es intolerable y sentís el impulso de cerrar las piernas, pero la cadera de Enzo se interpone, así que mordés su hombro para lograr sobrellevar la brutalidad de tu clímax. Esto parece ser el último empujón que necesita para su propio orgasmo, porque sus embestidas frenéticas se tornan erráticas.
-Toda, Enzo, toda- suplicás-. Por favor.
Intenta contenerse, prolongar el momento, pero es imposible considerando lo que estás pidiendo con tanta desesperación. Recorre todo tu cuerpo con sus manos y finalmente se deja ir (sus yemas sobre la piel que rodea tu entrada y rozando su miembro cada vez que entra y sale) con un gruñido. Llena tu interior con su semen caliente y no deja de moverse hasta que está seguro de que no queda nada más por derramar.
Besa tu hombro mientras intentan recuperarse.
-¿Estás bien?
-Sí- contestás con un hilo de voz-. ¿Vos…?
-Mejor que nunca.
Soltás una risa tímida.
-Estás temblando otra vez- susurra cuando abandonás tu lugar en su cuello. Peina tu cabello y busca cualquier señal de incomodidad o dolor en tu rostro-. ¿Estás segura de que estás bien?
-Sí.
-Voy a...
Abandona tu interior lentamente y protestás por la sensación de ardor en tu entrada. Besa tu mejilla para disculparse y te recuesta sobre el colchón, estirándose para poder tomar su camiseta y cubriéndote con ella. Suelta una carcajada.
-¿De qué te reís?
Se arroja a tu lado.
-Nunca imaginé que esto iba a pasar- acaricia tu mejilla-. Pensé que sería diferente.
-¿Te arrepentís...?
-No. Nunca. Jamás pienses eso- vuelve a acercarse a tu rostro-. Es así como tenía que ser.
-¿Te puedo hacer una pregunta?
-Por supuesto.
-¿Qué estabas haciendo antes de venir?
-Fui a ver la obra que protagoniza un amigo.
-¿Y por qué recién cuando llegaste me mandaste un mensaje preguntando si estaba enojada?- tomás un mechón de su cabello entre tus dedos-. ¿No se te ocurrió que podía estar ocupada?
-Qué suerte que no lo estabas, ¿no?- ríe-. Pensaba hablar con vos antes, ¿sabés? Cuando no me respondiste las historias pensé en decirte.
-¿Y qué pasó?
-No podía esperar más. Quería verte.
Tu sonrisa es reemplazada por una mueca de disgusto rápidamente y cuando bajás la vista Enzo comprende el motivo. Su liberación corre por tu piel y mancha tus muslos de manera tentadora, pero la cantidad que cae humedece y oscurece las sábanas.
En silencio abandonan la cama y te conduce hacia el baño. Espera pacientemente junto a la puerta y cuando lo invitás a entrar te sigue hacia la ducha, donde no puede evitar besarte mientras el agua caliente impacta de lleno en sus hombros y su espalda.
-Lo dije en serio- asegura cuando el vapor los rodea por completo-. Somos el uno para el otro.
#enzo vogrincic#enzo vogrincic smut#enzo vogrincic fluff#enzo vogrincic x reader#lsdln cast#lsdln smut#lsdln x reader
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Cambia, todo cambia
🌟 Novedades
En la versión web, la lista de etiquetas que sigues en el apartado para gestionarlas ahora aparece en orden alfabético, en lugar de mostrar primero las que has visto más recientemente.
Hemos hecho algunos cambios en el diseño de la barra de búsqueda y hemos incluido las comunidades en las recomendaciones que aparecen al abrirla.
Hemos eliminado temporalmente las pestañas «Populares» y «Descubrimientos» en las comunidades: la primera no se llegó a activar en todas las cuentas y a la segunda no se le ha dado el uso que esperábamos.
🛠 Mejoras y solución de problemas
Hemos arreglado un fallo que evitaba que los nombres de blog eliminados o modificados estuvieran disponibles inmediatamente para que otras personas pudieran usarlos.
Durante un breve periodo de tiempo, mostramos por error anuncios de Blaze Pro a personas suscritas a Tumblr Prémium que tenían la opción de Tumblr sin anuncios configurada para mostrar solo las publicaciones promocionadas. Se trata de dos tipos de contenido distintos que proceden de fuentes diferentes y no correspondía que se aplicara esta configuración en el caso de la plataforma de publicidad profesional, así que ya ha quedado resuelto.
Una banda de malvados fantasmas hizo desaparecer brevemente los distintivos de Boop. Por suerte, sabíamos a quién llamar para cazarlos y hemos conseguido recuperarlos.
🚧 En curso
No hay incidentes ni errores por resolver ahora mismo.
🌱 Próximamente
👻
¿Tienes algún problema? Consulta los errores conocidos de Tumblr y, si has detectado alguno nuevo, envía una solicitud al equipo de asistencia: se pondrán en contacto contigo lo antes posible.
¿Quieres hacernos llegar tus comentarios o impresiones sobre alguna función? Echa un vistazo a nuestro flamante blog Work in Progress y empieza a compartir tus ideas y sugerencias con la comunidad.
¿Quieres apoyar Tumblr con una pequeña contribución? No te pierdas la suscripción Prémium y nuestro distintivo de fan incondicional en TumblrMart.
¡Y no olvides que puedes consultar todos estos cambios en cualquiera de los idiomas disponibles en Tumblr en los blogs oficiales de los equipos internacionales!
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GRACIAS POR FUMAR🚬
Para mí la película "Gracias por fumar" explora la persuasión reflejada en el protagonista Nick Naylor que es un experto en relaciones públicas cuyo trabajo consiste en defender a la industria tabacalera, su trabajo es una constante lucha sobre los dilemas morales y éticos en la comunicación, ya que como portavoz de la industria , su trabajo es persuadir al público y a los legisladores de que el tabaco no es tan peligroso como se ha hecho creer, es bastante sorprendente su habilidad para manipular la narrativa y usar argumentos en una defensa convincente Sin embargo, esta habilidad se vuelve peligrosa cuando se utiliza para defender productos que son nocivos para la salud pública.
El personaje nos muestra el conflicto entre el deber profesional y la moralidad personal, donde la verdad se convierte en una herramienta que se puede cuestionar al servicio de intereses comerciales mientras que al momento de influir en su hijo puede resultar complejo porque intenta enseñar a su hijo a pensar críticamente, a no aceptar la información sin cuestionarla y a defender sus ideas con convicción, pero en su contra parte la falta de control de impulsos de Nick y su cinismo puede llevar a la normalización de comportamientos cuestionables
Aunque algunos políticos genuinamente se preocupan por la salud pública, la película resalta que en está misma están de por medio los intereses políticos y económicos y que los productos como el tabaco para ganar dinero son más importantes mientras que su preocupación real por el bienestar público puede es cuestionable.
Las etiquetas de advertencia son un intento de informar al consumidor sobre los riesgos con el consumo de ciertos productos y aunque estas advertencias pueden aumentar la conciencia sobre las consecuencias ignorarmos estas y en la película, se muestra cómo la industria tabacalera trabaja para minimizar el impacto de estas advertencias, sugiriendo que, aunque son un paso necesario para la conciencia, no son suficientes para disminuir el consumo.
El concepto de ser "políticamente correcto" a menudo se utiliza para describir el esfuerzo de evitar ofender a las personas, pero también es un intento de crear un discurso público más inclusivo y respetuoso. En la película, este concepto se basa en la libertad de expresión porque si bien es importante mantener un discurso respetuoso, también es importante no permitir que la corrección política se convierta en una censura que impida la crítica necesaria.
La película muestra lo que pasa cuando estos principios se ignoran, lo que lleva a la manipulación de la información y un comunicador ético debe equilibrar las necesidades de su organización con la responsabilidad de no engañar ni dañar al público, por lo tanto, un comunicador organizacional debe mantener un código de ética que guíe su trabajo, especialmente cuando se trata de influir en la opinión pública o proteger los intereses de una organización.
Creo todos contamos con un código de ética que vamos formando a lo largo de nuestras vidas porque es esencial y debe estar guiado por el respeto a la verdad y al bienestar de los demás al igual que el protagonista, todos nos enfrentamos a situaciones donde nuestras habilidades de comunicación pueden ser usadas para bien o para mal. Tener un código de ética personal significa comprometerse a usar esas habilidades de manera que beneficien a la sociedad y no solo a nuestros intereses personales personalmente considero que si cuento con un código de ética porque es lo que sé ha inculcado desde una temprana edad siendo producto de convicciones tanto de mis cercanos y lo que dicta la sociedad como lo que es "políticamente correcto" y en parte estos factores juegan un gran peso, pero también soy fiel a mis propias convicciones y no siempre suelo llevarlo a cabo de manera interna.
Esta es una película que reflexiona sobre los límites de la persuasión y la responsabilidad de quienes tienen el poder de influir en la opinión pública con temas que nos llevan a cuestionar la ética en la comunicación y la necesidad de un código moral que guíe nuestras acciones, tanto a nivel profesional como personal.
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Creación de personajes: Los enamorados
Recordamos que el siguiente texto no ha sido redactado por el staff de ToL, solo lo hemos traducido para que pueda llegar a más personas. La autoría pertenece a @boxofrandomstuff. Su tumblr está desactivado, pero podéis leer el post original en nuestro tumblr bajo la etiqueta "idioma original".
Haz que se comporte un poco diferente con la persona que le gusta (pero no demasiado porque no queremos cambiar su personalidad por completo). Por ejemplo, si son muy extrovertidos, haz que se muestren más tímidos con la persona que les gusta (y todo lo contrario). O si no está realmente en contacto con sus sentimientos, haz que sea más abierto con la persona que le gusta. Si por lo general son personas orgullosas e inteligentes, haz que actúen un poco estúpidos con la persona que les gusta. Si son personas súper ordenadas, haz que sean más caóticos con la persona que les gusta.
Haz que se enamoren lentamente. El amor a primera vista es una mierda (solo mira cómo terminaron Romeo y Julieta). Los lectores se van a enganchar a relaciones que toman su tiempo para construirse. ¿Cuánto tiempo lleva enamorarse (y no solo sentirse atraído físicamente por alguien)? Si quieres escribir una relación sana dales escenas (o tiempo) para que se conozcan. Sé que suena raro, pero hazlos vivir alrededor de su enamorado. Haz que sean vulnerables juntos, sean reales juntos, estén tristes, felices, estresados juntos. Hazles hablar de sus sentimientos, de su pasado, de sus preocupaciones. SIN EMBARGO, esto NO es una excusa para hacer que tus personajes sean el "psicólogo" y el "paciente". Si uno de los personajes tiene problemas de salud mental, no hagas que su interés amoroso esté "a cargo" de ello. Si uno de tus personajes tiene problemas de salud mental y quieres que mejore, haz que vaya a terapia/psicólogo/cualquier profesional de la salud mental.
2. Haz que los protagonistas (A y B) interactúen con otros personajes. Como dijo Passenger una vez : "Solo extrañas el sol cuando comienza a nevar". Esto es realmente simple y útil porque te hace pensar "¿Por qué a A le gusta B y no C o D?"
Esto puede sonar contradictorio, pero NO hagas que se necesiten, haz que se quieran. Si se necesitan el uno al otro, habrá una señal de alerta de apego.
Hazles ser honestos el uno con el otro. Por favor, otra bandera roja son las mentiras, así que no les hagas mentir. Una relación se basa en la honestidad.
Haz que tengan (al menos) una cosa en común. Puede basarse en la personalidad, en la política, en el gusto, en los objetivos... ¡Tú decides! Tal vez puedes hacer que ambos personajes se interesen por la ciencia, o la búsqueda de la felicidad, su gusto musical, una experiencia que compartieron...
Esta es una elección muy personal, pero trata de evitar el tropo de enemigos a amantes (a menos que seas Jane Austen). Simplemente no me gusta cuando los personajes A y B se odian hasta la médula (además se insultan o se golpean) y luego se espera que yo crea que realmente se aman. Tal vez esto funcione con niños que al principio se odian y luego crecen, se hacen amigos y eventualmente amantes, pero no con adultos maduros.
Siéntete libre de agregar más consejos en los comentarios :)
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La autora: Griselda Gambaro
Griselda Gambaro es una importante dramaturga argentina nacida en 1928. Creció viviendo la llamada década infame, un periodo corrupto en la política argentina que comenzó en 1930 y se dio por concluido en 1943. Su literatura está caracterizada por un fuerte componente de conciencia social: Gambaro trata de reflejar las problemáticas sociales y políticas de su época e intenta concienciar a su público de que adopten una postura responsable al respecto.
Aunque su actividad literaria destaca en el género teatral, sus inicios fueron en la narrativa, con novelas como Una felicidad con menos pena (1967), Ganarse la muerte (1976) y Nada que ver con otra historia (1972). Pasó un tiempo viviendo en Italia y tres años exiliada en Barcelona (entre 1977 y 1980), pero regresó a Argentina. A pesar de que Gambaro pasara casi toda su vida en Argentina, sus primeros textos no parecían tener un color nacional, según la crítica:
Cuando estrené mis primeras piezas era muy importante el movimiento de los autores realistas argentinos, como Roberto Cossa, Carlos Gorostiza, Ricardo Halac y Osvaldo Dragún. Me opusieron a este tipo de teatro, designando al mío como teatro del absurdo o de la crueldad. Creo que son etiquetas cómodas para los críticos. En realidad nosotros, los argentinos, estamos muy atentos a lo que pasa en el mundo. (Seoane y Gambaro 1983: 164)
Tanto es así que, aunque se la criticaba al principio de su carrera profesional por no escribir sobre temas sociales candentes, sus obras más destacadas son claras alegorías de situaciones políticas de su país, como se ve en La malasangre y en Antígona furiosa. Sus primeras publicaciones “exploraron las relaciones entre víctima/victimario y la violencia ejercida por un poder ilegítimo” (Featherston 2014: 76).
Sin perder ese foco en las relaciones entre víctima y victimario, la obra de Gambaro puede dividirse en dos etapas: una primera etapa marcada por la dependencia y una segunda etapa donde aparece el componente de la rebelión.
Primera etapa: dependencia
La etapa de la dependencia comprende las obras publicadas entre 1963 y 1973. La influencia más evidente en esta etapa es la de lo absurdo.
En esta estética de lo absurdo, las mayores influencias de Gambaro son el francés Samuel Beckett y el rumano Eugène Ionesco. En cuanto a la crueldad, la otra corriente estética donde la crítica colocaba el teatro de la autora, su influencia principal parece ser Antonin Artaud, también francés.
Segunda etapa: rebeldía
Esta segunda etapa incluye las obras publicadas de 1973 en adelante. La corriente que define esta etapa es la del realismo crítico.
Poco a poco, Gambaro fue dejándose influenciar más por los autores nacionales: “Cuando comencé a escribir estaba bastante aislada, conocí a los autores argentinos tardíamente. Me encontraba y me encuentro más cercana a ellos que a los europeos” (Seoane y Gambaro 1983: 164). La autora concibe su país como configurador de su voz literaria.
Además del realismo crítico, palpitante entre los dramaturgos argentinos de ese momento, aparece en el teatro de Gambaro la estética de lo grotesco. En esa ocasión, su influencia es el argentino Armando Discépolo. Gambaro describe el grotesco en la literatura de esta manera:
[…] es ese género donde se ve llorar la Biblia contra el calefón; desactualiza el drama y, sin empequeñecerlo, lo trae de este lado de las peripecias cotidianas. Donde los hombres fracasan y sufren sin demasiada grandeza. Donde un tropezón desafortunado, un defecto cómico, un resto de fideo colgando del bigote, en un rostro que llora, son capaces de desarticular —con el ridículo— las penas más profundas. (Seoane y Gambaro 1983: 164-165)
La autora utiliza esta estética para reflejar escenarios de su tiempo. Esto lo considera una diferencia con respecto a su referente, Discépolo, que utilizó el grotesco para retratar la época de la inmigración: “Este grotesco que escribimos hoy se emparienta con el otro, pero será, indudablemente, más ácido y más nostálgico” (1983: 165).
En esta etapa donde el elemento protagonista es la rebeldía contra la situación de violencia es donde se sitúa La malasangre, una obra que pinta un cuadro alegórico sobre la represión de la dictadura rosista. La protagonista, Dolores, será el personaje rebelde que dibuje el curso de la historia y descubra las consecuencias de su sublevación.
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5 principios de la mentalidad de crecimiento
La mentalidad de crecimiento es la creencia de que las habilidades y el potencial de una persona pueden mejorar con el esfuerzo, la práctica y el aprendizaje. Esta actitud favorece el desarrollo personal y profesional, ya que implica asumir retos, aprender de los errores y buscar feedback constructivo. En este artículo, te explicaré los cinco principios de la mentalidad de crecimiento y cómo aplicarlos en tu trabajo u en tu vida en general.
1. Cree en tu capacidad de aprender y mejorar. El primer principio de la mentalidad de crecimiento es confiar en que puedes desarrollar tus competencias y conocimientos a través del estudio, la formación y la experiencia. No te limites por los prejuicios o las etiquetas que te hayas puesto o te hayan puesto otros. Reconoce tus fortalezas y debilidades, pero no las veas como inmutables. Sé curioso y busca oportunidades para ampliar tus horizontes.
2. Afronta los desafíos con entusiasmo. El segundo principio de la mentalidad de crecimiento es ver los obstáculos y las dificultades como oportunidades para crecer y superarte. No te rindas ante la frustración o el miedo al fracaso. En lugar de eso, adopta una actitud positiva y proactiva, y busca soluciones creativas e innovadoras. Aprende de tus errores y no los repitas. Celebra tus logros y reconoce el esfuerzo que has invertido.
3. Busca feedback constructivo y úsalo para mejorar. El tercer principio de la mentalidad de crecimiento es valorar las opiniones y las críticas de los demás, siempre que sean respetuosas y orientadas a ayudarte a progresar. No te tomes el feedback como un ataque personal o una amenaza a tu autoestima. En lugar de eso, escucha con atención y agradece la información que recibes. Analiza lo que puedes hacer mejor y ponlo en práctica.
4. Colabora con otros y aprende de ellos. El cuarto principio de la mentalidad de crecimiento es reconocer que no lo sabes todo y que puedes beneficiarte del conocimiento y la experiencia de otras personas. No te aísles ni compitas con tus colegas o clientes. En lugar de eso, establece relaciones de confianza y cooperación, y comparte tus ideas y recursos. Aprovecha la diversidad y la complementariedad de los equipos multidisciplinares.
5. Disfruta del proceso y no solo del resultado. El quinto principio de la mentalidad de crecimiento es apreciar el valor del camino que recorres para alcanzar tus objetivos, y no solo el destino final. No te obsesiones con los resultados o con las recompensas externas. En lugar de eso, disfruta de lo que haces, de lo que aprendes y de cómo te sientes. Sé flexible y adapta tus metas a las circunstancias. Celebra cada paso que das hacia tu desarrollo personal y profesional.
Autor: @magneticovitalblog
#mentalidaddecrecimiento#growthmindset#desarrolloprofesional#psicologia#aprendizaje#retos#feedback#colaboracion#proceso#crecimientopersonal#superacionpersonal#serloquequieroser#serloquequierover
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¿Necesitas una marca?
Sabes qué tipo de marca necesitas? Agarra un cafecito y ven hablemos, llegó el momento de poner las cosas claras e indagar si realmente necesitas una y cual se acomoda mejor a ti. Después de todo, tu sola presencia es la representación de una; eres tu propia marca a donde sea que vayas. Cada vez que te reúnes con amigos, conoces personas nuevas, asistes a entrevistas de trabajo cargas con una imagen predeterminada que brindas a cada escenario. ****Las marcas están de moda, todos queremos tener una imagen con paleta de colores, iconos, fonts, tono, voz, etc. Hemos caído tanto en este concepto que a veces omitimos una simple pregunta: “¿Necesito una marca?”
Hoy le daremos respuesta.
Siempre serás tu propia marca, eres la imagen que proyectas al exterior. Ahora, de ahí a orquestarla con todo el marketing disponible en el mundo, es un tema diferente. Si tu objetivo es compartir contenido con tus amigos más cercanos, no te compliques con biografías optimizadas, horarios de publicación o etiquetas on point. Seguro dirás “¿Y si quiero ser la próxima influencer del momento?” y te diré que incluso a modo profesional, una marca es tan compleja como la imagen que desees proyectar. Desde la personalidad que compartes, hasta la imagen que mantienes en privado ¿Cuando debe comenzar a cambiar? En el momento que decides exponer un yo más elaborado a los demás, ahora sí es el momento en el que debes sentarte con libreta en mano y determinar qué mostrar y que no; es importante saber qué dejarás ver y que rasgos decides guardar en privado.
No vayas a crear una marca personal solo porque Fulano Mengano diga que todo ser vivo debo tener una. Mantener una marca es un trabajo 24/7 sin descanso con el cual debes estar por completo comprometido. Si por otro lado, te gustan las redes social es totalmente valido disfrutarla sin adoptar este gran compromiso. Puedes tener lo que llamaremos passive brand, sin tantos filtros ni planificación y será más que valido.
Si luego de leer este tipo de…, introducción, consideras que quieres sumergirte en el mundo tan lindo de la creación y comunicación digital me hace ilusión decirte que has llegado al lugar correcto. Activa las notificaciones y no te pierdas ni una entrada que todo lo que está por venir te encantará.
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Etiqueta y Protocólo: ¿Mandamientos de la Etiqueta Social en la Navidad?
Etiqueta y Protocólo: ¿Mandamientos de la Etiqueta Social en la Navidad?
Etiquette and protocol: Commandments of Social Etiquette at Christmas? Wilfredo Pérez Ruiz Docente – Consultor Prensa Especializada La tradicional conmemoración de la Natividad no está ajena a la aplicación de importantes y elementales pautas de comportamiento. En tal sentido, conviene advertir su especial realce en un acontecimiento de tan magna trascendencia y, en consecuencia, he creído…
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#10 MANDAMIENTOS DE ETIQUETA POR NAVIDAD#¿MANDAMIENTOS DE LA ETIQUETA SOCIAL EN LA NAVIDAD?#DOCENTE Y CONSULTOR#ESPECIALISTA EN ORGANIZACIÓN DE EVENTOS#ETIQUETA SOCIAL EN NAVIDAD#ETIQUETA Y PROTOCOLO#IMAGEN PROFESIONAL#lomasleido#MADAMIENTOS#MUNDO#PERU#PROTOCOLO#WILFREDO PÉREZ RUIZ
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Superar traumas, trabajo, recuperación
He escrito muy poco desde que inicié este blog, cuando fui despedido de mi empleo en una empresa farmacéutica, donde me desempeñé durante más de seis años, y al ser despojado de mi ocupación, se consumó una injusticia muy grande que había comenzado cuatro años antes.
Eso dio lugar a un estrés postraumático intenso y muy doloroso, porque lo que sucedió en esa compañía, fue una repetición de lo que ha sucedido a lo largo de toda mi existencia, desde mi más temprana infancia. Cuando alguien me agrede, se espera (se me exige) que no repela el ataque, que no me defienda. Si hago algo que no sea aceptar la violencia de forma absoluta, en la mayor indefensión, se me castiga. Eso fue lo que sucedió en esa empresa farmacéutica inmunda, donde se me identificó como un empleado ejemplar, con todas las características deseables (responsable, profesional, dedicado, bien preparado, etc.,) y cuando se supo que vivo con diagnóstico como paciente psiquiátrico, la etiqueta fue usada para estigmatizarme, describirme como un enfermo mental, un “loquito” emocionalmente inestable, desequilibrado, trastornado e incluso violento y potencialmente peligroso. No quiero abundar más en esto.
A partir de esa fecha en que se me echó a la calle en esa compañía, hace ya más de 20 meses, he vivido en una inmovilidad difícil y dolorosa. El malestar psíquico ha dificultado que ponga manos a la obra, que escriba ese libro en parte autobiográfico sobre enfermedad mental, con propuestas para evitar la patología, o para superarla. Lo mismo ha sucedido con mi intención de estudiar a fondo la gramática del idioma inglés; y con el propósito de escribir ensayos o relatos de ficción.
Todavía más importante, he pasado todo este tiempo sin trabajar y ya me queda poco dinero del que recibí por concepto de liquidación cuando fui despedido. No quiero verme en una situación en la que vuelva a vivir en pobreza, incluso con hambre, que si sucediera, sería todavía más difícil porque mi madre anciana vive conmigo.
No obstante, el asunto no me preocupa más de la cuenta. He evitado buscar empleo en la industria farmacéutica porque además de que esa actividad no es de mi interés, he descubierto que ese rubro es un gran engaño; miles de productos farmacéuticos (literalmente, miles) no son necesarios, no sirven para nada (en el mejor de los casos) e incluso podrían ser muy dañinos, podrían provocar un deterioro que incluso resultaría irreversible para quien los consume. Esto sucede tanto con problemas de salud física, como de salud mental. He llegado a pensar que la actividad farmacéutica debería ser considerada ilegal, otra forma de delincuencia organizada. Alguna vez, hace años, escuché un término que parece muy adecuado para ese grupo delictivo, “el Cártel del Fármaco”. En el mundo, se ha acuñado un término en el idioma más importante del globo, “Big Pharma”.
Antes de perder mi empleo, a mediados de agosto de 2021, dejé de tomar todo medicamento psiquiátrico, esto es, antidepresivos (fluoxetina), estabilizador del estado de ánimo (valproato de magnesio), antipsicótico (risperidona) y ansiolítico (para dormir, clonazepam). El malestar que he sentido, con la sintomatología, no se debe tanto a mi trastorno límite de la personalidad (TLP) que me fue diagnosticado hace cerca de 15 años, a mediados del año 2008, sino a mi realidad difícil, a mi historia de vida, y a la dolorosa conciencia de que he sido objeto de violencia desde mi más temprana infancia, hijo de un padre que era un psicópata, y de una mujer cuyos antecedentes difíciles (ella misma fue violentada de una manera terrible por sus padres) provocó que se comportara como una enferma psicótica, sin serlo; su percepción de la realidad, su manera de reaccionar ante todo tipo de dificultades, reflejaba una patología que debió ser atendida, lo cual no ocurrió más que por periodos y terminó cuando yo llegaba a la pubertad, en la tardía década de los años 70s.
Sigo en Twitter, mi red social favorita, cuentas de otros países, como Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, que tuitean sobre temas de violencia en el trabajo, patologías narcisistas, y violencia en otros entornos; de familia, amigos e incluso compañeros sentimentales. He leído un libro sobre “gaslighting”, una técnica perversa que individuos con patologías narcisistas (principalmente sociópatas y psicópatas) usan para dañar la salud mental de sus víctimas, cuyos efectos pueden ser tan severos como para provocar deterioros mentales irreversibles o incluso orillar al suicidio a la víctima.
He trabajado en la traducción de ese libro (del inglés al español) con intención de ganar un poco de dinero (que necesito para vivir) y también de que mi actividad sea satisfactoria. No menos importante, familiarizarme con estos temas y llegar a comprender sus orígenes, sus efectos y el modo como son perpetrados, podría ayudarme a acabar de superar mis problemas y cobrar conciencia de que no solamente he conseguido sobrevivir, sino que lo he hecho de manera sobresaliente, he vencido a mis antagonistas, y en ciertos aspectos, puedo sentirme orgulloso de haber enfrentado mi realidad realizando enormes esfuerzos y asumiendo una postura de determinación y valor.
Me disculpo si lo anterior parece pedantería.
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algo con profe kuku y age gap?? 🙏
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Kinktober, Día 15: Teacher/Student
Los secretos son peligrosos. Los inocentes intercambios con tu profesor, también.
Estás más que segura de que tiene que ver con las miradas provocadoras que le dirigís, la manera en que decís su nombre y cómo orbitás cerca suyo, pero también tiene que ver con tu participación en clase y la calidad de tus trabajos. Esteban tiene con vos un trato que podría ser profesional.
Es por esto último que ambos se sorprenden cuando llama tu nombre en clase y no respondés. Tu mirada está perdida en algún punto y tu bolígrafo entre tus labios, una acción que en principio adoptaste para tentar a tu profesor pero que terminó por volverse una costumbre, una especie de consuelo para tus fantasías.
-Perdón- negás luego de escucharlo repetir la pregunta, intentando concentrarte cuando se inclina sobre tu mesa, con sus manos llenas de venas descansando sobre la madera-. Estaba distraída. No sé la respuesta.
Intenta ocultar su expresión desconcertada, pero es en vano y tampoco es de ayuda el murmullo que se extiende por el salón de clases, que hace aún más palpable lo extraño de la situación. Basta una mirada de su parte, mientras se dirige a su escritorio con pasos ensordecedores, para que todos callen de una vez.
El resto de la clase se desarrolla normalmente y tenés múltiples oportunidades para redimirte; sin embargo, eso no es suficiente, vos sabés que en cuanto el reloj marque las seis vas a correr hacia Esteban para intentar explicarle y que no crea que intentabas faltarle el respeto o peor, que estabas aburrida por el tema.
Mientras recogés tus cosas, repasando en tu mente una y otra vez las palabras que vas a usar, es él quien pregunta si podés quedarte unos minutos para conversar. No hay molestia alguna en su voz, sólo una inflexión hacia el final de la frase que intenta servir como indicador de amabilidad y consuelo, pero aún así permanecés en tensión.
El sonido de la puerta cerrándose te hace temblar. Ahora están solos.
-¿Mal día?- pregunta para romper el silencio. Te observa cuando jugás con la tapa de uno de los ejemplares leídos durante la clase-. Todos nos equivocamos.
-Yo no me equivoqué- negás con pesar-, no sabía qué contestar. Eso es mucho peor.
-¿Puedo preguntar o...?
-Sí, obvio.
-Hace varias clases te noto distraída- dice en voz baja, cuidadosamente-. No tenés obligación de contestar, pero me gustaría saber si pasa algo, si puedo ayudar.
No pasa nada, querés decir, está todo perfecto... El único problema es que sí hay algo que te inquieta y el recuerdo martillea los recovecos de tu mente con persistencia, presentándose por las mañanas mientras te preparás para tus clases y todas las noches cuando silenciás tus gemidos en tu brazo o con tus almohadas.
Tragás saliva. Duele.
-Sé sobre los audios.
Tu voz es una sentencia de muerte. El sonido de su bolígrafo golpeando el escritorio podría ser el hacha del verdugo. Nada de esto se refleja en su semblante sereno.
-¿Cómo...? No entiendo.
-Sé sobre los audios- repetís con firmeza-. Tus audios.
-¿Alguien grabó mis clases o...?
Desbloqueás tu teléfono y buscás el último audio que figura en su página bajo el apartado de "Erótico". Tiene una duración de cincuenta minutos y es en colaboración con ese tal Enzo, incluye etiquetas como fingering y double penetration, pero en este momento lo único que te interesa es que la primera voz en escucharse es innegablemente suya.
Arquea una ceja. No parece dispuesto a ceder.
-¿Y cómo sabés vos sobre esto?
La pregunta te toma por sorpresa y él elige sacar provecho de tu estado de shock. Arranca tu teléfono de tus manos y cierra la aplicación, irritado por la manera en que su voz resuena por todo el salón de clases vacío, antes de dejarlo con un golpe en el escritorio. Sus pupilas están dilatadas y su mandíbula tensa.
Tomás aire. Rodea el escritorio para poder verte directamente a los ojos.
-Porque tengo una suscripción en tu página.
-¿Y hace cuánto sabés que soy yo?
Mordés tu labio, nerviosa, pensando qué tan correcto sería confesar que sólo escuchabas los audios porque el autor tenía su voz. Durante meses te ocultaste bajo las sábanas imaginando que él te dirigía esas obscenas palabras, ordenándote cómo y cuánto tocarte, susurrando poesía erótica en tu oído.
Y luego repitió en uno de sus audios las mismas palabras que utilizó durante su conclusión sobre un libro. Esas palabras que sólo compartió con vos, una vez que la clase terminó y estaban solos en el salón de clases, así que era imposible que un personaje anónimo en el Internet se expresara justo como él lo hizo.
-Unas semanas- frunce el ceño-. No te juzgo, yo...
Te interrumpen sus manos en tu cuerpo.
-¿Y qué hacés mientras escuchás mis audios?- pregunta antes de deshacer la distancia entre su cuerpo y el tuyo. Sentís su erección presionando contra tu abdomen y un pequeño gemido tembloroso deja tus labios-. Contestá, dale.
La sensación de sus dedos recorriéndote, posándose con posesividad sobre tu cadera y más allá, te roba la capacidad del hablar. Una de sus manos termina en tu cabello, la otra bajo tu falda pero sin tocarte justo donde lo necesitás, mientras él te sostiene la mirada. Quiere una respuesta.
-Me...- humedecés tus labios con tu lengua. Él sigue el gesto con un hambre voraz en sus ojos-. Me toco.
-¿Dónde te tocás?
Cerrás los ojos. Tus mejillas queman.
-Ahí.
-¿Ahí dónde, princesa?
El apodo te hace temblar y tomás la mano que mantiene entre tus muslos desnudos para guiarla hacia tu centro. Tu ropa interior ya estaba húmeda durante la clase, que es lo que sucede desde que inició el semestre, pero ahora está por completo empapada. Cuando ejerce presión gemís.
-¿Acá?- pregunta mientras mueve la prenda. Desliza sus largos dedos por tus pliegues y cuando separa sus labios estás tentada a besarlo, pero en su lugar te recostás sobre su hombro, superada por el repentino placer que te embarga cuando comienza a jugar con tu clítoris-. Estás muy mojada.
Introduce su dedo medio muy lentamente y sin dejar que la excitación nuble -todavía más- su juicio. Su atención está dividida entre tus manos en su pecho y el silencioso corredor del otro lado de la puerta: percibe la contracción de tus dedos, entre los cuales arrugás su camisa, un claro indicio de que lo estás disfrutando.
Introduce un segundo dedo y gemís.
-Calladita- ordena, obligándote a mirarlo-. ¿Querés que nos vean, eso querés? ¿Querés que todos se enteren de que sos una putita que se deja coger por su profesor?
Tus paredes parecen succionar sus dedos y Esteban sonríe. Besa tu cabello y empuja sus dedos todavía más en tu interior, curvándolos en busca de tu punto dulce; parece jugarle en contra, porque cuando lo halla tus piernas pierden toda la fuerza y estás por caer, pero rodea tu cintura con su otro brazo para mantenerte de pie. Repite:
-¿Querés que todos vean?
-No- te llevás una mano a la boca para silenciar tus gemidos-. Es que...
-¿Qué pasa?- tira de tu cabello para ver tu rostro y tus ojos llenos de lágrimas hacen palpitar su miembro. Te regala unos segundos de calma y estudia tus reacciones, preocupado, pero cuando llorás por la falta de estimulación comprende-. Estás necesitando una buena cogida, ¿no?
Te obliga a sentarte en su escritorio y no se molesta en deshacerse de tu falda o tu ropa interior. Descubre tu centro, húmedo y desesperado por más de su atención, antes de ocuparse de su propia ropa para poder liberar su miembro. Él suspira de alivio, vos gemís por la sorpresa.
Encuentra su lugar entre tus piernas y desliza su glande entre tus pliegues.
-Qué linda conchita tenés- dice con voz ronca mientras juega con su erección, provocándote. La punta brilla con líquido preseminal y una vena recorre toda su extensión-. ¿Qué decís? ¿Querés que te llene toda?
-Sí- gemís-. Por favor.
Escupe en su palma y mientras te perdés en tu mente, pensndo cuánto desearías sentir que escupe en tu boca, te sorprende el dolor de la penetración. Es un dolor placentero y ver cómo tu cuerpo no tiene más opción que recibirlo es excitante, aunque más excitante es su expresión de placer y sus uñas marcando tu piel.
-Duele- decís con un hilo de voz cuando lleva poco más de la mitad-. Es muy grande...
Una sonrisa egocéntrica decora su rostro, pero no dura mucho y se inclina para poder besarte. La suavidad de sus labios sobre los tuyos y su pulgar acariciando tu pómulo contrastan con la súbita y profunda estocada de sus caderas cuando termina de enterrarse en vos. Silencia tu grito invadiendo tu boca con su lengua.
-Ya está, mi amor, ya está- besa la comisura de tus labios, tu mejilla, tus ojos y tu frente-. Estás muy apretada. Me encanta.
El ritmo y la profundidad de sus embestidas aumentan con el correr de los minutos. Intentás reprimir tus gemidos y tus gritos, pero es imposible, sobre todo cuando el sonido de obsceno sonido de tu humedad invade tus oídos y termina de nublar tus pensamientos. Esteban no está lejos de seguir el mismo camino.
-Pensabas en esto, ¿no?- comienza a dibujar círculos en tu clítoris y tus piernas se cierran sobre su cadera-. ¿Pensabas en esto mientras te tocabas?
-Sí, sí.
Te obliga a recostarte sobre el escritorio, sin importar que sus pertenencias y los libros puedan terminar en el suelo, logrando con la posición que la penetración sea todavía más profunda. Continúa jugando con tu clítoris mientras presiona sus dedos en tu estómago bajo; puede sentir allí la manera en que tu cuerpo hace lugar para él con cada estocada y disfruta ver cómo se desliza en tu entrada brillante.
Entre gemidos que intentás reprimir, suspiros y tu respiración agitada, sólo comprende su nombre y la palabra profundo. Está seguro de poder ver en tus ojos el momento exacto en que el último pensamiento coherente te abandona, pero de no ser eso suficiente también puede oír en tu voz la desesperación cuando repetís que no podes.
-Sí, podés- acentúa sus palabras con una, dos, tres estocadas que te hacen delirar. Entrelaza sus dedos con los tuyos y resiste el impulso de limpiar tus lágrimas y el hilo de saliva que mancha tu mentón-. Mirá cómo estás...
No deja de tocarte para empujarte cada vez más hacia el borde y continúa abusando de tu interior aunque repetís que es mucho, está muy profundo, no podés. Cuando tus piernas intentan cerrarse suelta tu mano para poder sujetarte por el muslo y empuja tu pierna sobre tu abdomen, ignorando tus sollozos por la sensibilidad ocasionada por el sutil cambio de posición.
Esteban no intenta detenerte cuando ve que te llevás las manos a la boca. Temblás sobre el escritorio, tus párpados cerrados con fuerza y tus pestañas brillando por las lágrimas, mientras tu espalda se arquea y tus paredes se contraen con tu orgasmo hasta casi imposibilitar sus movimientos.
Tu cuerpo todavía está sacudiéndose por los espasmos del clímax cuando pregunta:
-¿Dónde querés...?
-Adentro- suplicás-. Por favor.
Cuando el calor de su liberación te llena volvés a gemir. Sentís cada pulsación de su miembro en tu interior, los hilos de semen salpicándote para marcarte como suya, sus manos recorriendo tu cuerpo con desesperación y sus besos en tu pecho. Esteban jadea sin control sobre vos.
Busca tus labios una vez que logra regular su respiración y correspondés el beso con entusiasmo, suspirando en su boca mientras jugás con su cabello, tus piernas abrazando su cintura para impedir que deje tu interior.
-No sabés hace cuánto tenía ganas de esto- dice contra tus labios-. No te imaginás las ganas que tenía de cogerte.
-Y vos no te imaginás las ganas que tenía yo.
Suelta una risa. En su mirada hay un brillo que no podés descifrar.
-¿Qué te parece si hacemos una colaboración?
-¿Cómo...?
Se estira para tomar tu teléfono y señala el micrófono en la pantalla. Sentís la contracción de tus músculos.
-Estabas grabando.
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Cambia, todo cambia
🌟 Novedades
Ahora puedes salir del apartado en el que estés (el Escritorio, las página de etiquetas o de búsqueda, etc.) rápidamente sin preocuparte de perder la posición en la que te encontraras cuando vuelvas a él con las flechas del navegador que te permiten ir a la página anterior o siguiente.
Las comunidades ahora incluyen unos avisos muy útiles que destacan las funciones nuevas que todavía no has usado para explicarte en qué consisten.
Las personas con permisos de administración en una comunidad ya pueden crear un enlace para invitar a quienes quieran a unirse a ellas (hasta que se alcance el límite de integrantes). Es posible actualizarlo si acaba en las manos o el lugar equivocados, dejando inactivo el anterior. Puedes enviárselo a tus personas favoritas, compartirlo en tu blog, enviarlo por escrito en una postal mientras estás de vacaciones, imprimirlo en tu tarjeta profesional... ¡Las posibilidades son infinitas!
Además, ahora también pueden eliminar a otras personas de la comunidad. Si tienes estos permisos, encontrarás la opción para hacerlo en el menú de los tres puntos incluido en el apartado con la lista de integrantes.
Otra novedad para quienes administran comunidades es que recibirán una notificación push y un aviso en la página de actividad cuando aprobemos su solicitud para crear una.
Si alguien te da permisos de moderación en una comunidad (o te los retira), también recibirás una notificación y un aviso.
Hemos mejorado el selector de blogs incluido en el editor de publicaciones de la aplicación para Android: ahora incluye todas las comunidades de las que formas parte para que puedas compartir lo que quieras directamente en cualquiera de ellas.
🛠 Mejoras y solución de problemas
Algunas personas estaban teniendo problemas para descargar sus datos de privacidad. Hemos arreglado el fallo y todas las exportaciones que habían dado error se han generado correctamente.
El mensaje «Publica en otro blog o comunidad» ya no aparece cada vez que creas una publicación.
Quienes no tenían una sesión iniciada no podían ver las comunidades públicas, pero ya está resuelto.
También hubo una breve incidencia con las notificaciones de las comunidades (no era posible cerrarlas) que quedó solventada poco después.
Hemos hecho mejoras en el apartado para invitar a otras personas a una comunidad para que todo esté más claro.
Además, hemos seguido el mismo proceso con algunas notificaciones push y ahora son más precisas.
Hemos modificado ligeramente la posición de los avatares que se muestran agrupados en los avisos de actividad para que todo se vea mejor.
🚧 En curso
No hay incidentes ni tareas pendientes ahora mismo.
🌱 Próximamente
Las personas con permisos de administración en una comunidad pronto podrán bloquear integrantes para que no puedan acceder a ellas de ninguna forma.
¿Tienes algún problema? Consulta los errores conocidos de Tumblr y, si has detectado alguno nuevo, envía una solicitud al equipo de asistencia: se pondrán en contacto contigo lo antes posible.
¿Quieres hacernos llegar tus comentarios o impresiones sobre alguna función? Echa un vistazo a nuestro flamante blog Work in Progress y empieza a compartir tus ideas y sugerencias con la comunidad.
¿Quieres apoyar Tumblr con una pequeña contribución? No te pierdas el nuevo distintivo de fan incondicional en TumblrMart.
¡Y no olvides que puedes consultar todos estos cambios en cualquiera de los idiomas disponibles en Tumblr en los blogs oficiales de los equipos internacionales!
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Etiquétame
He empezado esto porque debo replantear todo aquello con lo que me identifico. Desde el colegio he visto cómo necesitamos etiquetas, incluso cuando decimos que no las llevamos, nos etiquetamos como los "sin etiqueta"
¿Es de verdad malo que defina una parte de mi en una sola palabra?
O es que tengo miedo de ser sólo eso y nada más, cuando hay tantas cosas que quiero ser. Quizá tengo miedo de no ser buena en eso que digo ser. No sé, lo descubro y te lo digo.
Opinión que nadie me pidió y que si no quieres, no lees: sí somos responsables de las expectativas que generamos en los demás. Es natural "medir" a una persona en cuanto la vemos, está en nosotros hacerlo, no para compararnos o para juzgar, es un recurso de nuestro cerebro para protegernos o ayudarnos en nuestra relación con los demás. Claro que cada uno desarrolla esta habilidad según su entorno, valores y demás, de ahí que las veas para compararte o para señalar. Pero en lo natural, nos permite acercarnos a quienes se nos hacen familiares y ser empáticos con los que vemos que requieran ayuda. Ojalá entiendas mi idea.
Todo esto para decir que la frase "haz y di lo que quieras, no eres responsable de las expectativas que tengan los demás", me parece una real mentira.
Sí lo soy.
No puedo decirte: Hola, soy psicóloga. Y querer que me consideres coherente si no sé ni me comporto como si lo fuera.
De hecho, en la entrada de este blog están las tres palabras con las que me identifico en primera instancia, cuando las leíste, ¿qué esperabas encontrar?
Esperar es natural, esperamos algo de otros, de nosotros, del futuro, de todo.
En mí medio tengo sin duda muchas opciones con las que identificarme, grupos, comunidades, carreras profesionales, ofertas laborales, instituciones, todos ofrecen una identidad o etiqueta.
Después de más de veinte años de vida, acabo de entender que debo considerar pertenecer a aquellas a las que yo pueda respetar, con las que pueda ser congruente. Espero que tú lo hayas visto antes que yo.
He dicho que soy católica durante casi toda mi vida consiente, pero cuando me ven o me escuchan, ¿parece que lo soy?
Ahora, digo que soy psicóloga y siento que soy todo menos una profesional de la salud mental.
La única cosa con la que me siento cómoda es con la idea de ser "millenial", me da mucha risa porque la verdad es que hay memes muy buenos sobre esta generación, pero sí estoy segura de que el año en el que nací y la edad que tengo no dicen al 100% quién soy.
También soy hija, hermana, amiga, compañera,... y no soy congruente en estas tampoco. Las etiquetas del pasado tampoco las respeté.
No estoy segura del proceso, pero sí de que quiero al final. Transparente, coherente, congruente.
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Guía para carreras profesionales
La guía para carreras profesionales proporciona información completa y consejos prácticos sobre diversos aspectos del desarrollo profesional. Cubre temas como la redacción de currículums, la búsqueda de empleo, la preparación de entrevistas y la etiqueta en el lugar de trabajo.
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La influencer número uno del tenis revela por qué no se hizo profesional
La influencer número uno del tenis revela por qué no se hizo profesional
Con más de 230 mil seguidores en Instagram, no es de extrañar que Rachel Stallman sea llamada tenista. El primer influenciador. La primera etiqueta con este título antes patadaDesde entonces, Stuhlmann ha abrazado el honor y está decidido a continuar “difundiendo el amor” a lo largo del juego. Hablando a GiveMeSport para mujeresse abrió el rumor en las redes sociales sobre cómo se interesó por…
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Tics
¿Como se llega a ser un influencer? Debes tomar en cuenta las siguientes claves: Especialízate en un tema. Apoya tus contenidos en fotos y vídeos. Sé constante y relevante. Sé honesto con tus seguidores. Interactúa con tu público. Usa hashtags relevantes.
¿Como interviene la ética en el desempeño de los influencer? El desempeño y triunfo de un INFLUENCER es afectado directamente por su ética, debido a que es una figura para la comunidad y debe guardar una fachada, por ende, si su ética no es aceptada por las demás personas su triunfo se irá yendo por los suelos
¿Que es una tendencia en redes sociales y cómo se llama? Las tendencias las determinan los usuarios de redes sociales al adoptar un tema, un hashtag, un meme que hacen viral a través de sus comentarios, de las publicaciones que hacen sobre ese tema en particular, sobre la utilización de las etiquetas etc
¿Es mejor ser influencer que community manager? ¿Por que?
Si, ser un mini influencer, gestionar redes sociales trabajando como community manager o generar contenidos en Youtube
Freelancer y outsourcing
¿Cuales son las ventajas y desventajas de ser freelancers?
Ventajas de ser freelance
Tú decides cuándo trabajas
Tú eliges para quién trabajas
Tú decides desde dónde trabajas
Eres tu propio jefe
Los beneficios que genere la empresa son tuyos
Desventajas de ser freelance
Trabajo e ingresos inestables
Dificultad para conciliar vida personal y profesional
Serás tu propio comercial
Problemas con los cobros
Adiós a los beneficios sociales
¿Que necesitas para ser un freelancer?
Lo único que se necesita para ser un freelancer es tener alguna habilidad o conocimiento que pueda ser de gran ayuda para algunas empresas o clientes.
¿Cuales son las ventajas y desventajas de outsourcing?
Desventajas del outsourcing
Cuando se trata de dependencia de terceros, el outsourcing lo promueve.
Se pierde el contacto directo con nuevas tecnologías o procesos.
Disposición de información valiosa de la empresa, hacia otras empresas, arriesgando el aumento de empresas competidoras en el rubro.
Ventajas del outsourcing
Al aplicar a esta actividad, es posible reducir los gastos tanto en manufactura como en salarios. Igualmente no se debe invertir sumas de dinero en mobiliarios o equipos de trabajo.
Este servicio te permitirá obtener una respuesta acertada cuando se presentan cambios que son inevitables.
Sirve de fortaleza a los procesos dentro de las empresas.
¿Que tipos de ourtsourcing?
Tipos de Outsourcing
Co-Sourcing. Ambas empresas –la empresa que delega y la subcontratada– comparten las responsabilidades y los riesgos que surjan del desarrollo de la actividad en cuestión.
Off – site. ...
Off-Shoring. ...
In- house.
Freenlancer sitios
Upwork. 99designs. Toptal. Workana. World Freelance.
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