#Club El MAtrero
Explore tagged Tumblr posts
Text
La Universidad de Morón felicita al Club Los Matreros por su desempeño en el torneo de Primera A
http://dlvr.it/Sz241F
0 notes
Video
youtube
Javier Carrasco jugador de Bochas del Club Atlético Boca Juniors
#Bochas#Javier Carrasco#Jugadores de Bochas de Boca Juniors#Maximiliano Murad#Historia de Las Bochas en Boca Juniors#Ciudad de Montevideo#Club Amigos de Las Bochas#Torneo Amigos de Las Bochas#Deporte de Las Bochas#opinión#club El Matrero#Federación Argentina de Bochas#Club Atlético Boca Juniors
0 notes
Photo
EL CLUB 🏠 SOCIOS PILETA 2022 🤿🩴 📍 Sede Moron. Sarmiento 1371. #somosmatreros (en Rugby Club Los Matreros) https://www.instagram.com/rugbyclublosmatreros/p/CYZXPIlrBbQ/?utm_medium=tumblr
0 notes
Text
La Casa
El Príncipe
La primera vez que supe que algún día iba a entrar a la casa fue exactamente dos años antes. Mamá leía el diario en la cocina mientras Julia y yo desayunábamos. En algún momento de esa mañana (que es confusa, en mi memoria, como son casi todos los episodios que le sucedieron) emitió un sonido raro, como una especie de desahogo culpable. Disimuladamente pretendí no darme cuenta, pero, cuando se levantó a recalentar el café, espié la página que había dejado sobre la mesa. Tenía muchas palabras que en ese momento no entendía, ni había escuchado nunca. Sólo reconocí el nombre.
Los Carbone eran, y deben seguir siéndolo, en algún lado, la familia más rica de nuestro pueblo. No solamente por eso, pero eran también un símbolo de nuestro lugar. Teníamos pocos habitantes, y ningún diario local, pero mientras yo crecía surgieron dos clubes deportivos, una escuela privada y una heladería. Ser la familia rica y típica por excelencia del lugar no era poca cosa.
Julia me contó, ya muchos años después, que Eduardo Carbone había nacido en Sicilia, tiempo antes que mis abuelos, y había muerto en Estados Unidos. Su única heredera, Catalina, había escapado de la tierra de las oportunidades buscando, dicen, una conexión más espiritual con la naturaleza en este valle del norte. Con el tiempo, y con nuestra experiencia en la casa, aprendí para siempre que nunca se cuentan las verdaderas, más íntimas razones por las que la gente llega a un lugar donde no conoce a nadie. Su marido Rodolfo aceptó el capricho y fundó un emporio comercial que lo hacía un hombre influyente en toda la provincia. Yo mismo había visto, cuando salía a fumar después de la medianoche, a escondidas de mamá y de Julia, el helicóptero del gobernador sobrevolando la parte trasera de la casa.
Algunos años antes de que abandonaran el pueblo para siempre, la selección nacional vino a jugar un amistoso a la Capital de la provincia. En el club se organizó una rifa multitudinaria, con cientos de boletos vendidos, para sortear una entrada que nuestro utilero había conseguido gracias a un compañero del profesorado. Teníamos todavía, los chicos del pueblo, esa humildad de no querer ganar para que otro no perdiera. Imaigno que no estábamos hechos para salir del pueblo jamás. Lo nuestro era la paz, y afuera era la guerra.
Esa vez, sin embargo, sí salimos de nuestro nido. Porque a Don Rodolfo se le ocurrió que era injusto que algunos de nosotros nos quedáramos sin ir. Entonces, el día del partido pasó toda la mañana encerrado en su oficina del club (tenía el trabajo, o la personalidad, esparcida: una oficina en el club, otra en la municipalidad, un cuartito personal en la iglesia). Al mediodía salió de la guarida con cara de triunfo.
Dos micros inmensos, como toros de metal oxidado, pintados con los colores patrios, nos buscaron un rato antes de que empezara la tarde. A cada uno se nos dio un alfajor y un papelito con los nombres de los jugadores, como si fuera el programa de un teatro. Un par de cuadras antes de llegar al estadio, Don Rodolfo subió al colectivo acompañado por un hombre alto, canoso, de traje negro y una corbata celeste y blanca.
El tipo recorrió el colectivo saludando a todos con un apretón de manos fuerte y firme, mirándonos a los ojos. No sabíamos, todavía, que ese era el gobernador, pero su presencia nos ponía nerviosos. Parecía un hombre recién salido de un televisor. Mientras pasaba por los asientos repetía cosas como <<¡qué pueblo lindo el de ustedes!>> y <<¡vamos Argentina hoy!>>. Me acuerdo que tenía un pañuelo blanco saliendo del bolsillo del saco, pero a mí me daba la sensación de que le salía desde las entrañas.
Don Rodolfo pidió silencio y dijo que ese tipo era el Honorable Gobernador De Nuestra Provincia y que él nos había invitado al partido y había ayudado a hacer la heladería que había en el pueblo y nos había prestado los colectivos y muchas cosas más. Todos aplaudimos y festejamos y cantamos que era El Mejor Gobernador Del Mundo.
Esas cosas era, para nosotros, Don Rodolfo Carbone. Para nuestros padres también era un tipo importante que conocía a todos. Cuando Papá viajaba a Buenos Aires para conseguir los remedios y la prótesis de Julia, a veces lo veía en casa charlando con Mamá. Yo volvía de la escuela y Don Rodolfo, con sus enormes ojos verdes, se acomodaba el saco y la corbata (que usaba indistintamente en nuestro invierno crudo y en nuestro verano agobiante), me revolvía el pelo con su manaza llena de anillos y bajaba, con la otra mano, el borde de su sobrero. Después lo volvía a subir, casi imperceptiblemente, mientras le sonreía a mi mamá.
Esa era la única cosa que ni siquiera Don Rodolfo podía conseguir: que Julia estuviera bien. Mamá nos contaba que, cuando nació, Tata Dios estaba muy ocupado ayudando a mi papá y al Tío Diego a conseguir un trabajo, y entonces no tuvo tiempo de terminar bien la pierna derecha de mi hermana. Decía que se lo encargó a los ángeles, que son un poco inexpertos en eso, y por eso Julia rengueaba desde la primera vez que puso un pie sobre tierra firme.
Andaba siempre con un bastón que le había conseguido el párroco, y cuando caminábamos juntos por la calle sonábamos como una batería mal ensamblada. Mis dos pasos simples, ordinarios (plop, plop) y su mezcla de sonidos y de tempos (¡plop!, un paso, ¡toc!, el bastón, ¡ffff!, el zumbido del zapato ortopédico).
Hacía ya dos años que interrumpíamos esta melodía para frenar ante la casa abandonada. Al principio fue porque leí esa noticia traumática en el diario. Decía algo como que Carbone (en el diario no lo llamaban Don Rodolfo) iba a ir preso por algo que había hecho con su amigo, El Mejor Gobernador Del Mundo. Era imposible, en ese momento, entender las peripecias de una causa judicial, de cosas como “un entramado de corrupción”. Mucho menos creerlo.
Así fue como, de un día para el otro, dejamos de ver al guardia de seguridad que controlaba todo desde un torreón verde en la puerta de la casa. Un día después notamos que tampoco se escuchaban los ladridos de Marco, el inmenso ovejero alemán con el que posaba Don Rodolfo cuando su foto aparecía en el diario provincial. Un par de semanas después, los ladridos de Marco dueron reemplazados con suaves, primero, e intensos, después, murmullos de chinches, grillos y todo tipo de insectos. Hasta que un día, camino a la escuela, Julia frenó para mostrarme que había aparecido el primer pedacito de enredadera en la parte más baja del portón.
Desde ese mismo día ella empezó a sostener que la enredadera era la señal clara de que no había nadie en la casa y de que teníamos (insistía en que era parecido a un deber) que entrar. Yo no le creía y pensaba, para mí, que si no estaban Rodolfo y Catalina estaban sus espíritus, lo que era peor. No sabíamos si se habían ido, o estaban presos, o estaban muertos, porque eran posibilidades que no entendíamos ni imaginábamos. Todavía no habíamos aprendido que la muerte era la parte más elemental de la vida, y aunque ya iban tres semanas sin que Papá volviera de uno de sus viajes a Buenos Aires, no se nos ocurría que las cosas terminaban para siempre. Toda ausencia era un intervalo.
Un año después de la primera vez que nos detuvimos frente a la casa abandonada, debatiendo eternamente todos los pormenores de una excursión futura, supimos lo terrible. Nos lo contó Ángel, que tenía dieciséis años y era el más grande de la escuela. Yo le tapé los oídos a Julia, porque con Ángel nunca se sabía qué esperar. Algunos decían que lo había criado una vaca y que lo abrigó un matrero. Pero ella escuchó igual:
- ¿No sabé’ todavía? Só dormido, eh. Ta preso, Carbone. La mató nomá. Me dijo mi tío qué’ comisario. La mató porque no quería hijo’. Decía que no podía pero era mentira. Y la fajó nomá’ y aura anda preso. ¡Pá! Qué bolú…-.
Julia me preguntó, camino a casa, si era cierto. No entendía (no entendimos nunca) cómo podía haberla matado si eran marido y mujer. Tampoco entendía lo de los hijos. A nosotros siempre nos habían dicho que los herederos Carbone estaban en Italia. Alguna vez, en el club, Don Rodolfo me acarició el pelo con su mano monstruosa (como hacía en casa, frente a mi mamá), me pasó sus dedos helados por la nuca, me apretó los hombros con fuerza, como queriendo juntarme, comprimirme el pecho, y me dijo que yo era un buen italiano. Le dije tímidamente que yo era argentino y él estalló a carcajadas, mirándome a los ojos, diciendo <<¡Es la mesma cosa, filgio mío!>>.
Desde ese día en que nos enteramos del hipotético final de los Carbone, nos prometimos revelar el misterio que no nos dejaba dormir. Papá seguía sin volver, ya iba algo más de un mes, y nos distraíamos pensando en esta otra ausencia. No había habido ningún entierro en el pueblo, ni ambulancias, ni una misa especial a cajón abierto y con coronas de flores rojas, verdes y blancas. Quizá nadie sabía que la señora había muerto. Don Rodolfo, quizá, había dicho que se iba de viaje. Tal vez estaba realmente en Italia, visitando a los hijos que al final sí existían. Pero nosotros no podíamos estar seguros de nada y si había un cuerpo dentro de esa casa lo íbamos a encontrar. Si no, decía Julia, Catalina iba a venir a pedirnos ayuda todas las noches, como antes venía Don Rodolfo algunas tardes.
Un año después de la revelación de Ángel, entramos a la casa. Me decidí a arrancar la enredadera que, para esta época, ya cubría toda la entrada de la casa. Todo era muy lento, había que tocar con cuidado, despacio, cuidándose de las lagartijas que seguramente ya habían colonizado la estructura. Como si la red de tallos verdes ascendentes, que se disparaba en una serie infinita una y otra vez, estuviera ardiendo en fuego. Julia miraba para todos lados mientras yo lograba hacer aparecer, dos años después, el picaporte dorado de los Carbone. El chirrido de las bisagras dormidas, cuando finalmente empujé la puerta, sonó como una risa que nos acarició los hombros suavemente, como con hambre.
Nunca habíamos entrado a la casa de los Carbone, y creo que nadie del pueblo había entrado jamás. Detrás de la puerta había un sendero largo y ancho, con dos jardines a los costados, llenos de plantas que habían crecido tanto que no dejaban ver los muros limítrofes de la propiedad. El sendero derivaba en una galería hundida, para la que había que bajar por unas escaleras anchas, de piedra, por las que nos deslizamos con mucho cuidado para no patinarnos con el moho. Bajar esa escalera fue toda una expedición para Julia. Con eso, creo, ya hubiera sido suficiente.
En la galería, tallos diminutos pujaban por salir de las intersecciones de las baldozas gigantes. Mientras yo inspeccionaba los restos de la puerta de madera, con unos detalles ya imperceptibles y letras que me eran desconocidas, escuché el aullido de Julia y sus tres pasos desentonados volviendo a buscarme. A la derecha de la galería, en forma de L, había otra más chica que daba a una parrilla. Frente a esta, el esqueleto de Marco presidía la escena.
Dos dientes enormes todavía quedaban de ese montículo de carne podrida (poca, habíamos llegado demasiado tarde) y huesos amarillentos. Un ejército de hormigas iba y venía desde el punto donde, conjeturé, debía haber estado su estómago. Unos pasos detrás del cadáver, la puerta de servicio de la casa todavía estaba abierta, cubierta también de plantas. Esto me hizo pensar que debía haber estado abierta cuando el pobre animal la vio por última vez.
Agarré la mano de Julia y entramos a la casa.
Ella no podía perdonarle a Carbone lo de Marco. Quizá, sé que pensaba para adentro, quizá sus problemas matrimoniales no eran algo en lo que habíamos de meternos. Quién sabe cuál era el pasado de la familia. Pero el asesinato de un animal servicial, leal, un noble guardián como sabía que era el desconocido ovejero era un ultraje. No entraba en la categoría de crimen pasional ni en la de femicidio. Era una libertad que debía estar vedad a los seres humanos. No existía una ley que protegiera la vida del canino que ahora era un montículo de carne por el que se paseaban, vencedoras, la hormiga reina y sus secuaces.
Pasamos por el cuarto de juegos, pero el avance de la maleza y de la suciedad parecían anteriores a la huida. Como si nunca hubiera sido inaugurado, como si hubiera nacido siendo un cuarto abandonado. El parquet plastificado tenía mierda de palomas, bichos yendo y viniendo en una enorme autopista de insectos, pero ningún rayón de una mesa corrida con desgano, ninguna marca circular de un vaso transpirando apoyado en el suelo con picardía. Sobre la pared izquierda, un arco daba entrada a la cocina.
El desorden parecía dispuesto con cariño y esmero. Platos hechos pedazos en todos los rincones, el mármol de la mesada inclinado hacia abajo, por la pudredumbre de las alacenas de madera que lo sostenían. Al lado de la bacha, una taza sucia, con dos abejas tratando de lamer las últimas manchas de té que quedaban pegadas a las paredes. Un olor pesado, macizo, hacía que nos agitáramos como si estuvieramos corriendo una carrera, mientras mirábamos los colores de la desidia.
Asqueados, nos metimos en el lavadero, el cuarto contiguo. Julia se dio cuenta primero, y a mí me empezó a chorrear una mezcla vinagrosa de agua y sangre por la cabeza. La frente me quemaba como si estuviera encerrado en un horno de barro. El traje azul nos permitió reconocer a Don Rodolfo, que yacía despatarrado, con un enorme agujero en el punto central del cráneo. Los gusanos se adentraban en sus mangas y volvían a salir, por el pecho, por el cuello, por los pies. Quise respirar, pero mis pulmones eran dos enormes bloques de hielo que mi diafragma no podía sostener. La mano de Julia me apretaba con fuerza, una prensa triturando mis dedos. Nuestros brazos empezaron a temblar juntos y vi en sus ojos duros un color tan distinto al de los míos que la sentí como extraña. Todas las facciones de su cara subían y bajaban casi imperceptiblemente, mientras iba llegando a nuestros oídos, desde algún rincón de la casa, y cada vez con más fuerza, el plop, toc, ffff.
0 notes
Video
tumblr
elta del Parana Río Paraná de las Palmas. Llamado así por las palmeras pindó que abundaban en sus orillas. Fueron taladas y usadas para hacer postes. El delta del río Paraná con 14 000 km² y una longitud de 320 km, nace a la altura del puerto y ciudad de Diamante, provincia de Entre Ríos en donde concluye el predelta. Se divide en tres grandes regiones: el Delta Superior (desde Diamante, hasta Villa Constitución, provincia de Santa Fe), el Delta Medio (desde Villa Constitución hasta Puerto Ibicuy, provincia de Entre Ríos) y el Delta Inferior o en formación (desde Puerto Ibicuy hasta la desembocadura en el gran estuario llamado Río de la Plata todas estas zonas en Argentina). El Delta del Paraná es, en sentido geográfico, parte de la Mesopotamia y está considerado como uno de los deltas más grandes del mundo. En lo que respecta a su bioma, a pesar de su ubicación meridional, la presencia de grandes espejos de agua y la escasa altitud produce un microclima que favorece la proliferación de especies animales y vegetales que recuerdan a latitudes tropicales (por ejemplo, el brazo deltaico llamado Paraná de las Palmas lleva este nombre porque a la llegada de los europeos en el siglo XVI proliferaban palmerales de pindó). Imagen en falso color del Delta del Paraná, realizada usando longitudes de onda en el rango correspondiente al infrarrojo y al verde. Índice Localización Editar El Delta del Paraná está delimitado naturalmente por las barrancas o taludes artificiales que definen el valle del río Paraná. Como límite norte se considera la línea imaginaria que une las ciudades de Diamante (en Entre Ríos) y de Puerto Gaboto (en Santa Fe). Aunque una pequeña parte se encuentra en el este de Santa Fe, el Delta del Paraná como tal, se comienza a desarrollar a partir de la ciudad de Diamante. En la Provincia de Entre Ríos se ubica la mayor parte del mismo, mientras que la Provincia de Buenos Aires posee la principal porción de su desembocadura al Río de la Plata. En síntesis, el llamado Delta del Paraná se ubica mayormente al sur-oeste de la Provincia de Entre Ríos y noreste de la Provincia de Buenos Aires. En Entre Ríos ocupa la porción sur-oeste. En Buenos Aires ocupa la porción noreste de los Partidos de San Pedro, Baradero, Zárate, Campana, Escobar, Tigre, y San Fernando. Formación del Delta Editar Las islas del Delta del Paraná deben su existencia a la gran cantidad de sedimento que lleva el agua del Paraná. En su desembocadura transporta aproximadamente un total de 160 000 000 toneladas anuales de sedimentos.[1] Dicha carga se reparte en función del tamaño de sus partículas de la siguiente manera: Arcillas.....45 millones t/año (25 %) Limos.......90 millones t/año (60 %) Arenas.....25 millones t/año (15 %) Este sedimento que es aportado mayormente por el río Bermejo, afluente del Paraguay, es depositado en el estuario conjunto del Paraná y el Uruguay, el Río de la Plata. Los bancos de sedimento son colonizados por juncos, ceibos, pajonales y otras especies que contribuyen con sus raíces a consolidar las islas que posteriormente son colonizadas por otras especies. El Delta del Paraná de este modo va avanzando, por colmatación, sobre el estuario del Río de la Plata; las islas que se forman son características: sus costas o riberas son más elevadas (por albardones naturales) que sus centros, en los centros isleños suelen existir pantanos y pequeñas lagunas. Arroyo Santa Rosa, perteneciente al Delta del Paraná. Sismicidad Editar La región responde a la «subfalla del río Paraná», y a la «subfalla del río de la Plata», con sismicidad baja; y su última expresión se produjo el 5 de junio de 1888 (129 años), a las 3.20 UTC-3, con una magnitud de 5,5 en la escala de Richter. (Terremoto del Río de la Plata de 1888).[2] Flora Editar Entre las especies vegetales más comunes se encuentran árboles como el sauce, el ceibo, el aliso de río, el coronillo y el espinillo, sobre los cuales crecen epífitas como los claveles del aire y las barbas de viejo. Las áreas parcialmente inundables tienen una población de pastos altos, resistentes a periódicas inundaciones, de bajo valor nutritivo para el ganado. Como palustres en las aguas del río o estancadas crecen el junco y la espadaña. Flotando en las aguas del río y de los bañados abundan las plantas acuáticas, como camalotes y repollitos de agua. En las márgenes de los principales brazos del río Paraná en su sección deltaica prosperaban las «palmas» (palmeras) de la especie pindó (Syagrus romanzoffiana) pero éstas han sido taladas hasta su casi total extinción desde fines del siglo XIX. Desde fines de siglo XIX el ser humano ha introducido especies alóctonas que se han aclimatado muy bien: álamos, ciruelos, duraznos, diversas especies de cítricos, ramio e incluso coníferas. También el formio, el mimbre y el pecán que representan fuentes de trabajo para los habitantes de las islas. Fauna Editar Hasta principios del siglo XX hubo en el Delta yaguares, que dieron su nombre al Río Tigre y al partido homónimo. Han sido cazados hasta su extinción, lo mismo ha ocurrido con los yacarés, pumas, arirays, pecaríes, curiyues y aguaraguazúes. En los lugares más apartados de la presencia humana sobreviven todavía algunos ciervos de los pantanos, especie autóctona de color pardo, con patas negras y círculos blancos alrededor de los ojos. Hay allí también carpinchos, coipos (pseudonutria), lobitos de río (una especie de nutria genuina) y algunos gatos monteses y algunos zorros grises Hay numerosas especies de aves, como el zorzal, el biguá, el martín pescador, el benteveo, la calandria, el boyero y la pava de monte. Hubo en otros tiempos abundantes bandadas de cisnes, y papagayos pero han desaparecido. Son bastante comunes algunos reptiles y anfibios, como culebras, diversas especies de sapos, ranas y escuerzos. En las aguas calmas del Delta encuentran refugio peces como el dorado, el surubí, el bagre, el patí, la tararira, la boga, el sábalo y la raya. El «Pontoporia blainvillei» (delfín franciscano), del estuario del Río de la Plata, ha sido citado a veces en el delta del Paraná y, con dudas, en el tramo inferior del río Paraná. flora Editar Las principales amenazas que enfrenta esta región son, la deforestación para la siembra de soja o cría de ganado, la contaminación de las aguas, el endicamiento y rellenado de áreas inundables, la introducción de especies exóticas (como el ligustro), la sobrepesca y la caza de animales silvestres. Canal privado del Automóvil Club Argentino. La contaminación por agroquímicos, aguas cloacales y desechos industriales que se vierten en aguas del Paraná y sus afluentes amenaza la vida silvestre y la provisión de agua potable de las concentraciones urbanas que se encuentran a sus orillas en el corredor urbano Rosario- Buenos Aires- La Plata, donde vive un tercio de la población de la Argentina. Solo el gran caudal del río y su capacidad de autodepuración han evitado hasta el momento un desastre ecológico mayor. No obstante, los efectos de la actividad humana no dejan de hacerse sentir, sobre todo en las áreas donde es más intensa. Allí es frecuente observar disminución de la calidad del agua, mortandad de peces, erosión del suelo y acumulación de desperdicios. Dado que es una zona naturalmente inundable y que la dinámica de sus aguas está altamente influenciada por las mareas, el Delta podría sufrir los efectos de la elevación del nivel del mar causada por el actual efecto invernadero, si el nivel del agua en el estuario del Río de la Plata subiera tan solo 10 centímetros el régimen de las corrientes hídricas cambiaría afluyendo agua desde el mar que frenaría el avance del delta o incluso lo erosionaría haciéndole retroceder. En 1992 se creó el Parque nacional Pre-Delta, a 5 km de la ciudad de Diamante. Tiene 2458 ha. En 2000 la segunda y tercera sección de Islas de San Fernando en el Delta Bonaerense fue declarada Reserva de Biósfera Delta del Paraná por la Unesco dentro del plan MaB. Tiene una superficie de 10 500 hectáreas y constituye una inmejorable oportunidad de desarrollar los objetivos de conservación ambiental, desarrollo humano y apoyo logístico a la investigación y estudio del ecosistema y potencia las posibilidades de inversión nacional e internacional con proyectos de crecimiento sustentable y la agrupación de la región como referente de cultivos orgánicos y variados modos de producción agroforestal con certificación de calidad ecológica lógica. Artículo principal: Incendios en el delta del Río Paraná de 2008 En la primera mitad de 2008 el Delta del Paraná ha resultado foco de una serie de devastadores incendios que afectaron al menos 65 000 hectáreas cuyas densas nubes de humo se han extendido, llevadas por vientos procedentes del norte, por cientos de kilómetros hasta cubrir durante días a la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano Bonaerense, la «pluma» de tal nube de humo ha llegado hasta el sur de Uruguay alcanzando a Colonia y periferias y más al este hasta Rocha y Cabo Polonio. La causa de tales incendios se debería a las quemazones ilegales con el objetivo de deforestación y luego extensión de la ganadería vacuna a un bioma que es inadecuado, o la plantación de soja. Por estos motivos hay un proceso judicial en marcha, en manos del Supremo Tribunal de Justicia impulsado por la Provincia de Entre Ríos con el fin que usurpadores de islas sean retirados.[3] Actividad humana Editar A la llegada de los europeos en el siglo XVI el Delta estaba habitado por los canoeros chanás, pueblo que había sufrido hacía relativamente poco antes un fuerte influjo cultural guaraní, así en idioma guaraní era común referirse al delta con el nombre Karapachay (topónimo que queda en la forma Carapachay para un brazo fluvial). Desde el siglo XVIII y especialmente durante el siglo XIX la zona recibió el nombre popular de «La Matrería» o «País de los matreros» ya que sirvió de refugio a gauchos perseguidos y a algunos bandidos rurales (matreros). Los primeros proyectos serios de una modernización de la zona se deben a Domingo Faustino Sarmiento — quien llegó a establecer en la misma, para comprobar su potencial económico, una de sus residencias la cual también le servía de laboratorio. Estas ideas fueron acompañadas por las de Marcos Sastre quien, comparando al Delta del Paraná con el Tempe le llamó «El Tempe Argentino». Así, a partir de mediados del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX, el Delta recibió un muy importante aporte poblacional de inmigrantes europeos (principalmente procedentes de Italia) lo cual favoreció una producción frutícola de importancia que se comercializaba principalmente a través del puerto de frutos, en Tigre. La producción incluía sobre todo cítricos y duraznos. El surgimiento de otras zonas de cultivo de frutales, así como algunas importantes crecidas del río Paraná marcaron su decadencia en este sentido. Se produjo, posteriormente, una tendencia a la concentración de la propiedad de la tierra. La explotación forestal que se desarrolló en forma paralela continúa vigente y hoy es una de las actividades económicas de mayor importancia. Las especies predominantes son el álamo, el sauce y el eucalipto. En esa época se comenzaron la actividad clubes de remo que comenzaron con la fundación del Buenos Aires Rowing Club años posteriores se fundaron un total de 15 clubes. Una construcción típica en forma de palafito en el delta del Paraná en Tigre, Buenos Aires. El turismo en el Delta tuvo su época de esplendor a mediados del siglo XX, cuando florecieron recreos y hosterías que congregaban a miles de porteños los fines de semana. Esta actividad, que entró en decadencia hacia la década de 1970, experimentó un leve reverdecer con el comienzo del nuevo siglo, aunque todavía no alcanza a igualar su pasado de esplendor. En el Delta, también se producen tradicionalmente miel, y objetos de mimbre y junco, como canastos, cortinas y esterillas, que todavía se comercializan en el puerto de frutos. El sector de las islas de las Lechiguanas, que fuera disputado entre las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos, quedando ratificada la jurisdicción entrerriana recién a fines de siglo XX, fue objeto de un antiecológico proyecto de polderización que de haberse realizado las habría transformado en una prolongación de la zona agricolaganadera pampeana. La 1.ª sección de islas bonaerenses cuenta con una amplia variedad de hospedajes y actividades para el turista y es un área de esparcimiento para muchos habitantes de la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. En sus ríos se practican deportes como el remo, la navegación a vela y la natación. Los medios de transporte más comunes son las lanchas colectivas. Abundan también las canoas y los botes de remo, las lanchas particulares y lanchas taxi. Las construcciones se realizan en forma de palafito, elevadas por sobre el nivel de las crecidas regulares del río, para esto, dado que el basamento de suelo muy húmedo y de reciente formación es inestable, los pilotes se asientan sobre unas zapatas o vigas en forma de cruz para evitar que estos se hundan o se desplacen de la vertical, luego los pilotes sostienen un armazón de vigas en forma de parrilla que soporta al resto de la vivienda a la cual se accede frecuentemente por escaleras. Estacadas o murallones Editar Los ríos y arroyos del Delta son naturalmente de aguas calmas, lo que posibilitó la formación de las islas. El tránsito de embarcaciones motorizadas a velocidad excesiva genera un oleaje artificial que degrada progresivamente las orillas, sobre todo cuando se elimina su protección natural de juncos. Los propietarios de terrenos en las islas del Delta ordenan la construcción de murallones de madera o cemento para evitar la erosión hídrica del oleaje sobre las orillas. Esta práctica, que resguarda una orilla, devuelve el oleaje hacia la opuesta, que se degrada más rápidamente. En los ríos que se encuentran amurallados en sus dos orillas el oleaje producido por embarcaciones rápidas se multiplica considerablemente, dificultando el tránsito de embarcaciones menores, como botes, canoas, y kayaks. Esos murallones que protegen la orilla de los ríos en el delta del río Paraná son llamados «estacadas» por la gente de la zona. Desde hace unos años se comenzó a usar bloques de hormigón, provenientes de demoliciones de edificios y carreteras. Estos bloques, si bien rompen la estética del entorno, logran disminuir el rebote de las olas producidas por embarcaciones, protegiendo la orilla opuesta y no aumentando el oleaje que pone en peligro a las embarcaciones pequeñas. Es de esperar simultáneamente una evolución en el diseño de las estacadas que logre frenar el rebote de las olas sin ser tan desprolijas como los escombros y una evolución de nuestra conciencia ecológica que vuelva a poner en valor los juncales costeños.
1 note
·
View note
Text
HISTORIA ARBORETUM LUSSICH
En el año 1755 llegó a nuestro país un grupo de inmigrantes, los que por orden del gobernador Viana, debían ocupar las tierras de la zona conocida como “La Ballena”. En 1868 las tierras pasaron al General F. Acosta, quien las denunció con el fin de forestarlas. Al fallecer pasan a manos de su esposa, Norberto Regules, quien las transfiere a Luis Sivori, éste a Ramón Álvarez y éste, el 5 de octubre de 1896, se las vende a Antonio Lussich, quien las había visto por primera vez pocos días antes, a raíz de una excursión que realizara a Punta del Este con Samuel Blixen, Arturo Brizuela y otros notables de la época. El territorio adquirido fue de 1800 hectáreas, que se extendían desde el arroyo El Potrero a la Sierra de La Ballena y del Río de la Plata a la Laguna del Sauce, con un paisaje muy diferente al que hoy conocemos, ya que en aquel entonces existían sólo rocas y dunas de arena.
Al año siguiente comenzaron los trabajos de forestación, que tuvieron en su impulsor, Don Antonio, dos perfiles bien definidos: por un lado forestar las sierras, tratando de detener los vientos huracanados, obra ésta, para su época, titánica; y por otro, una vez formado el bosque, poblarlo de pájaros. Comienza la adquisición de plantas y árboles de todas las regiones del mundo. De esta forma, próximo a la Casona que fuera su residencia, construida ésta de los viejos muros de una casa antigua situada frente a un recodo del Camino Real, construyó sombráculos donde se observaba el comportamiento de las plantas y pajareras que oficiaban de cuarentena para aquellos animales traidos de los lugares más lejanos. La parte Este de la sierra, al abrigo de los vientos del suroeste, fue la elegida para la preparación de almácigos y vivero, parte del parque hoy denominada “La Quinta Nueva”. Una vez germinadas y con cierto desarrollo, las plantas eran llevadas por millares al otro lado de la sierra, ésta sin resguardo. Eran plantadas en plena tierra; en los bañados, previa construcción de montículos de tierra o al voleo en pleno cerro o abriendo pozos en la roca. Los primeros en ser plantados fueron Tamarix, Pinos marítimos, Eucalyptus y la Chilca, para luchar contra el viento y la arena. Después se introdujeron durante 30 años las especies más diversas, siendo el asombro de Técnicos Forestales de la categoría de Thays y Carrasco y recibiendo elogios de cuanto personaje visitaba este lugar.
En diciembre de 1979, 182 hectáreas pasan a manos de la Intendencia Municipal de Maldonado, que luego de ser reacondicionadas, son abiertas al público. En el año 1990 se agregan otras más, hasta las 192 hectáreas que actualmente tiene el Parque. Según un relevamiento realizado por la Facultad de Agronomía, el Arboretum cuenta hoy con 400 especies exóticas y 80 autóctonas. Se realizan permanentemente tareas de limpieza, manejo del sotobosque, control de especies, reforestación, etc. Actualmente es visitado por miles de turistas de todo el mundo, por escuelas, liceos y centros de estudios de botánica y jardinería.
El Arboretum es hoy una de las reservas forestales más importantes, siendo reconocido a nivel mundial.
youtube
ANTONIO DIONISIO LUSSICH
Don Antonio Lussich nació en Montevideo el 23 de marzo de 1848, siendo hijo de Felipe Lussich y de Carmen Griffo. Muy joven aún, actuó en la guerra civil de 1870, enrolado a las huestes gauchas del famoso caudillo Timoteo Aparicio. De esta experiencia bélica, y habiendo sido discípulo de Bartolomé Hidalgo, extrajo tema y material para su libro de poesía gauchesca “Los Tres Gauchos Orientales”, publicado en 1872 y al que siguieron “El Matrero Luciano Santos” (1873), “El Rubio Pichinango” y una obra humorística denominada “Cantalicio Quirós y Miterio Castro en el Club Uruguay”. En 1893 publica, ya fuera del género gauchesco, “Naufragios Célebres”, donde relata las hazañas de la empresa de salvatajes fundada por su padre. Estando al frente de ésta, logra más de 200 rescates realizados en el Río de la Plata y la costa Atlántica. Y por las centenares de vidas salvadas recibe condecoraciones, entre otras, del Rey Alfonso XIII de España, del Presidente de la República francesa, Del augusto soberano el rey Victor Manuel III de Italia, del Reino Unido el Rey Jorge V.
Contrae matrimonio con Ángela Portillo (1861-1944). Tiene una vasta descendencia, nueve hijas mujeres y un varón, el menor, que fallece a la temprana edad de 21 años, en un accidente de avión. Cuando Don Antonio contaba con poco más de 50 años, compra Punta Ballena y dedica el resto de su vida a la forestación de la misma. Fallece en Montevideo el 5 de junio de 1928, a la edad de 80 años
Fuente Intendencia Municipal de Maldonado
This slideshow requires JavaScript.
Por material fotográfico de Arboretum Lussich, contactar con: Ariel Bentos. Fotografía
Visitamos "Arboretum Lussich" Portezuelo, Punta del Este. HISTORIA ARBORETUM LUSSICH En el año 1755 llegó a nuestro país un grupo de inmigrantes, los que por orden del gobernador Viana, debían ocupar las tierras de la zona conocida como “La Ballena”.
0 notes
Video
youtube
Final del Cuadrangular “Amigos de Las Bochas”
Ciudad de Montevideo - Uruguay
15 Club Amigos de Las Bochas - Club Atlético Boca Juniors 8
#Bochas#Bochofilos#Montevideo#Flor de Maroña#Club Amigos de Las Bochas#Club Atlético Boca Juniors#Eduardo Freitas#Los MAlucos Bochas Flores#Sub-comisión de Bochas#La Boca#República de Uruguay#opinión#Las Bochas#Bochofilos xeneizes#Club El MAtrero
0 notes
Photo
EL CLUB 🏠 SOCIOS Como ya es tradición, y en el marco de la Asamblea Anual Ordinaria, se ha mencionado y distinguido a los socios Vitalicios de nuestro club que han cumplido 70 y 80 años respectivamente, en reconocimiento a su extensa y valorada trayectoria. Ellos son: Angélica Amato Felder de Tucci Miguel Cebrián Ricardo Manoni (foto) Carlos Solveyra Daniel Grigera (foto) ¡ Felicitaciones a todos ellos ! #somosmatreros (en Rugby Club Los Matreros) https://www.instagram.com/rugbyclublosmatreros/p/CX14dO5vJIt/?utm_medium=tumblr
0 notes
Photo
EL CLUB 🏠 SOCIOS Informamos a los Socios del RCLM que el pasado Lunes 20 de Diciembre se llevó a cabo la Asamblea Anual Ordinaria, en la cual se trató el orden del día, aprobando Memoria y Balance del último ejercicio, y cambio de autoridades, confirmando la lista de socios que integrarán la nueva Comisión Directiva del Club. ¡A ellos, muchos éxitos en la gestión del próximo período! #somosmatreros (en Rugby Club Los Matreros) https://www.instagram.com/p/CXzmRKbtfui/?utm_medium=tumblr
0 notes
Photo
Por la fecha #10 de la PRIMERA A del Torneo de la @urba.ok, recibe a @olivosrc Mira el partido por Streaming INVITA @lusqtoff, desde @youtube MATREROS TV De acuerdo con la flexibilización de las autoridades sanitarias el consejo directivo de la @urba.ok estableció que... ✅ Los clubes podrán autorizar el ingreso de público visitante y el uso de las tribunas respetando las normativas, aforos y protocolos. ✅ Recepción de dirigentes y terceros tiempos al aire libre con los cuidados correspondientes. ¡Nos cuidamos entre todos! @unimoron.edu.ar @procersports @axion_gabiserv_sa @quilmes #somosmatreros (en Olivos Rugby Club) https://www.instagram.com/p/CVDiqpEAsDO/?utm_medium=tumblr
0 notes
Photo
RUGBY 🏉 PS Por la fecha #6 de la PRIMERA A del Torneo de la @urba.ok, visita a @curupaytirugby Mira el partido por Streaming INVITA @lusqtoff, desde @youtube MATREROS TV, encontras el link de acceso en nuestro bio o perfil. De acuerdo con la flexibilización parcial de publico establecido por la URBA. - En los torneos oficiales de rugby del PS se permitirá, únicamente, la presencia de público que revista el carácter de socio del Club local. - Está absolutamente prohibida la presencia de público visitante en la zona del campo de juego y en la periferia del Club local. - Podrán permanecer y presenciar todos los encuentros del PS, los jugadores, el staff técnico y los dirigentes visitantes debidamente acreditados en cada partido de acuerdo con lo ya informado mediante Circ.23/2021. Finalizados todos los encuentros, los jugadores, el staff técnico y los dirigentes visitantes, deberán retirarse de las instalaciones del club local. Los socios espectadores, los jugadores suplentes, los integrantes del cuerpo técnico y los directivos de ambos clubes deberán usar obligatoriamente barbijo durante todo el desarrollo de los encuentros que presencien. SIN TERCER TIEMPO Continua vigente sin modificaciones. SIN VESTUARIO Continua vigente conforme lo informado oportunamente sin modificaciones SANCIONES Continua vigente conforme lo informado oportunamente sin modificaciones ¡Nos cuidamos entre todos! @unimoron.edu.ar @procersports @axion_gabiserv_sa @quilmes #somosmatreros (en Curupayti Rugby Club) https://www.instagram.com/p/CTp4Srhv4yW/?utm_medium=tumblr
0 notes
Photo
RUGBY 🏉 PS Por la fecha #5 de la PRIMERA A del Torneo de la @urba.ok, recibe a @plazajewellclub Mira el partido por Streaming INVITA @lusqtoff, desde @youtube MATREROS TV De acuerdo con la flexibilización parcial de publico establecido por la URBA. - En los torneos oficiales de rugby del PS se permitirá, únicamente, la presencia de público que revista el carácter de socio del Club local. - Está absolutamente prohibida la presencia de público visitante en la zona del campo de juego y en la periferia del Club local. - Podrán permanecer y presenciar todos los encuentros del PS, los jugadores, el staff técnico y los dirigentes visitantes debidamente acreditados en cada partido de acuerdo con lo ya informado mediante Circ.23/2021. Finalizados todos los encuentros, los jugadores, el staff técnico y los dirigentes visitantes, deberán retirarse de las instalaciones del club local. Los socios espectadores, los jugadores suplentes, los integrantes del cuerpo técnico y los directivos de ambos clubes deberán usar obligatoriamente barbijo durante todo el desarrollo de los encuentros que presencien. SIN TERCER TIEMPO Continua vigente sin modificaciones. SIN VESTUARIO Continua vigente conforme lo informado oportunamente sin modificaciones SANCIONES Continua vigente conforme lo informado oportunamente sin modificaciones ¡Nos cuidamos entre todos! @unimoron.edu.ar @procersports @axion_gabiserv_sa @quilmes #somosmatreros (en Predio Dr. Alfredo Quesada) https://www.instagram.com/p/CTFb4tFs2i3/?utm_medium=tumblr
0 notes
Photo
SOCIOS ℹ En el marco de nuevas alianzas para beneficio de los socios del club, ya podes reservar tu entrevista en t @test_a_pd‼️ Ofrecen una propuesta sólida para todo tipo de deportistas. · Evaluaciones de retorno al deporte · Evaluaciones biomecánicas y funcionales · Evaluaciones nutricionales y antropométricas · Kinesiología deportiva · Nutrición deportiva · Evaluaciones a medida para planteles deportivos · Trabajo interdisciplinario con entrenadores y cuerpos médicos ¡No dudes en consultar! Manda tus preguntas acerca de horarios y reservas por mensaje: 📲 WhatsApp: +54 9 11 2237-0881 📧Mail: [email protected] Seguilos en Instagram: @test_a_pd Próximamente clases de Entrenamiento Deportivo y Funcional‼️ Lugar: Sarmiento 1371, Morón (en Rugby Club Los Matreros) https://www.instagram.com/p/CS79FIFtgXj/?utm_medium=tumblr
0 notes
Photo
RUGBY 🏉 El Plantel Superior inicia el torneo de la @urba.ok de Primera A 2021, visitando a @deportivafrancesa. De acuerdo a los protocolos establecidos por las autoridades sanitarias y de la organización, los partidos se jugarán SIN PUBLICO‼️ El club Deportiva Francesa estará Cerrado para toda persona que no se encuentre en la lista de autorizados presentada por el Los Matreros. El partido de Primera será transmitido por streaming desde el canal de YouTube de @cbmediastreaming con acceso libre, invita @lustoff Link a difundir próximamente‼️ #SOYSOCIO #SOYMATRERO (en Deportiva Francesa (ADF)) https://www.instagram.com/p/CR7tH-ENWwB/?utm_medium=tumblr
0 notes
Photo
EL CLUB 🏠 Tradicional Locro Matrero, disfrutemos de un nuevo encuentro al aire libre, otra edición donde tu participación es solidaria, se donarán 150 porciones a Casa Nazaret. Importante. El espacio en la confitería estará sujeto al aforo según protocolos vigentes, con prioridad para adultos mayores. ¡ Reserva tu Porción con Anticipación! #SOYMATRERO (en Predio Dr. Alfredo Quesada) https://www.instagram.com/p/CQ2KdbmtVpf/?utm_medium=tumblr
0 notes
Photo
El CLUB | SOCIOS Beneficio Exclusivo para Socios/as del club, el @autocinemoron emprendimiento que se lleva a cabo en nuestra sede de morón, brindando un nuevo espacio de interés para la comunidad, brinda un descuento del 20% en el ingreso por vehículo para todos aquellos que mediante su canal de contacto en el 1165390519 envíen su chapa patente acompañada de la sigla RCLM2020. Les recordamos que la institución no pertenece a la organización. Saludos y que disfruten! Gracias @autocinemoron (en Rugby Club Los Matreros) https://www.instagram.com/p/CH1aNSKAA4F/?igshid=1iccwtxmdkqbr
0 notes