Tumgik
#Cartashuérfanas
cartas-huerfanas · 6 months
Text
And I miss you with everything I have.
I miss the parts you took with you
The parts I gave away.
I miss you, and your smile, and that silly laugh of ours.
I miss the way your hands find the way to fit with every single part of my body.
God, I miss you.
0 notes
cartas-huerfanas · 1 year
Text
Prometo que en esos días tristes y grises también encontraré encanto estando contigo.
1 note · View note
cartas-huerfanas · 4 years
Text
Condenada a divagar.
Octubre 27 del 2020.
Hola, cariño.
¿Cuántos meses han pasado desde la última vez que te he escrito? ¿2, 3, 4, o 6? ¿Cuántos meses han pasado desde la última vez que te he visto? Esta pandemia ha acabado con el buen uso de mi memoria, mi cerebro no descansa, y ya no sé si es de día o qué hora marca el reloj. Sólo se que aún vivo, que no se me han agotado las respiraciones, y que mi corazón palpitante sigue inclemente llamándote.
Han sido momentos de poca cordura los que me han llevado a volver a escribirte. Pensaba que ya habría olvidado el sabor de la ausencia y estaría acostumbrada a mi ser en la soledad, pero el estrés y la poca salud mental no son buena compañía, y estoy condenada a morir imaginando que este universo en el que vivo es otro, que elijo con quien estar en el día, y que dormir en las noches es otra forma de tortura donde no puedo dedicarte mis minutos de vida a admirar tu ser.
Quiero decir que además los pensamientos de dejar de existir se han vuelto constantes. Que suena apetitoso encontrar que hay en el “más allá”, entender para qué existe el subconsciente de mi ser consciente, y qué pasa con la consciencia cuando el cerebro deja de vivir por el corazón. Quiero decir que la lluvia no me reconforta pero me llama a unirme a ella. Quiero decirte que la vida no es nada, y he aprendido a no sentir apego a ella. Que si me voy pronto, nada me llevo, porque nada queda de mi. 
Esta misiva es para mi, y no para ti, pero como yo no leo lo que escribo, te lo digo a ti. Quizá así reflexione que estar en el absurdo abandono es otra forma de coexistir con seres llenos de mierda y flores, que se visten con las mismas particularidades y que ahora ya no tienen que regalar sonrisas falsas para fingir felicidad. Gracias virus por eso, dejaste que la inmensidad de nuestros ojos sean los únicos que puedan comunicar en nuestro exterior, lo que vive en nuestro interior.
Y hoy, debería estar durmiendo, hace horas debería estar durmiendo, en vez de darle vueltas a la idea de buscarte, de hablarte o de marcharme. Ya debería dejar que mi subconsciente me diga lo que mi consciencia calla. Es hora de saber que mi infelicidad será eterna nuevamente. Y que estoy encarcelada a ese pensamiento porque es el único que he podido aceptado como mi verdad.
En silencio vivo una vida de mentiras, lanzo mensajes al mundo que nadie puede escuchar, nadie puede ver, nadie jamás entenderá. Vivo sin vivir. Ojalá me apurara pronto y decidiera morir, pero estaré condenada también a la cobardía, jamás podré tomar la decisión sola. Ni dejar que mi cuerpo muera de hambre o de sed. La inanición no es mi solución. Qué aburrida esta vida de constante decepción.
Mi psicóloga inexistente y yo hemos llegado a un acuerdo, y es que eres una obsesión “tóxica”. No es sano pensar en quien te hace daño, siempre te hace daño, sin estar, estando, no muriendo, muriendo. Es como si no supiera aceptar que no hay ninguna relación de tu vida con la mía y no te dejo ir, porque hacerlo sería dejar de sufrir ¿Qué justificación sería para ser infeliz luego? No, señor, mejor sigo llamándote, buscándote, engañándome, dañándome. Esa es la única forma de seguir.
Sé que al ver esto no lo leerás, así que no me cohíbo y te cuento que sigo deseando poder verte, tocarte, y seguir condenándome. Sé que ignorarás mi insistencia, así que a nadie hago mal al decir que pasaré esta vida consciente que tengo a imaginar una que no tendré jamás. Donde de dedico poemas, y te digo que la lluvia quiere hacerte suyo, porque tiene envidia de todos los que sí te pueden tener y tocar. Soy como esa lluvia envidiosa, sólo que ella en algún momento tiene acceso a ti, yo no.
¿Aprenderemos a despedirnos sin más?
Besos traviesos siempre, cariño.
Tu morena.
5 notes · View notes
cartas-huerfanas · 5 years
Text
Un mar en mi escritorio
Marzo 9, 2020.  Hola, cariño.
¿Qué tal este caluroso día? ¿Lo disfrutas? ¿Lo detestas?He estado riéndome por debajito imaginando que te estás asando bajo ese uniforme tan caluroso que tienes, que nada te sirve como resguardo, que lo único que te queda es esperar que acabe el día para que te lo puedas quitar. Una lástima que estemos tan distanciados, y que a veces, te pongas pudoroso. Sería una excelente distracción (para los dos), e igual de placentero ayudarte a descansar de esas ropas, así sea por un segundito nada más.
Sé que me piensas malvada, que estoy disfrutando de tu sufrimiento, pero no soy tan mala. Así como tú estás preso en ese lugar, esperando que acabe esta ardua jornada laboral. Aquí estoy yo, imaginando que te quito la ropa, que nos bañamos, que el jabón es lo único que usamos. Estoy peor, me va fatal fingir que trabajo y que no hay partes de mí que parecen un mar.
Es terrible tener que ocultar mi cara en el computador, intentar enterrarme en este escritorio, que nadie note como mis mejillas adquieren un color rosado, como me va dando calor a ratos. Tengo que constantemente recogerme el cabello, porque siento que me respiras, y me recorre un calorcito rico, me pongo de maneras que no puedo explicar, siento cosas que no están pasando, pero ojalá pudieran pasar.
Te cuento, además, que tengo toda la tarde escuchando un playlist de tu música, recordándote, llenándome de ti. Llevo toda la tarde invadiéndome de ti, sintiendo tu voz recorriendo cada rincón de mi cabeza. Imagino que me cantas al oído, que me llenas de tus palabras y de tu acento tan delicioso.
Estoy intentando convencerme que tu música no es sexo, que son sonidos mezclados para llenar a la gente solamente de alegría. De la desinteresada. De la que regalas a cualquiera en el día a día, esa que yo nunca supe diferenciar. Pero fallo en el intento, entre el calor que me proporciona lo que imagino y tu voz sonando melódicamente en mis oídos, me pongo más. Me pongo peor.
Descubro que tus sonidos, tu forma de expresar tu arte, para mí no son más que formas de incitar a que mi cuerpo a reaccionar de maneras incontrolables. Descubrí que me mueves, que te siento en la distancia. Que tu voz me envuelve como si fueran tus manos, te siento en todas partes, te siento��� Cómo te siento. Aquí y allá, abajo y arriba, por todas partes. Es una sensación bonita. 
Sé que no te gusta que sea gráfica, que te gusta que todo sea en el momento, que la comida no debe calentarse si no se va a comer y otros dichos bobos que utiliza la gente. Pero a ti, a ti hasta frío te disfruto. Así que, ya que te estoy desafiando en cada cosa que puedo imaginarme en el momento, aquí va, mi sueño despierta contigo, sin limitaciones ni consideraciones. No te pido disculpas, me gozo mucho pensarte e imaginarte.
Imagino que estás en este lugar, que las luces no nos importan, que las ventanas no existen y nadie nos puede ver. Que me sientas en la mesa de este escritorio que no me canso de ordenar, que lo tiras todo por cualquier lugar, sabes que me desespera el desorden, disfrutas mi frustración. Entre besos, me quejo, me muerdes y me invitas a seguir jugando. 
Siento que tus manos pasan de la mesa a mis piernas, de mis piernas a mi culo, me aprietan duro sin dudar. Me gusta que conozcas mis puntos sensibles y te aproveches de eso. Me acerco a ti y mis manos comienzan a jugar con los botones de tu camisa. La veo innecesaria. Sabemos los dos que estorba.
Te ríes por mi torpeza a la hora de abrirlos. No dejas de besarme y yo, a pesar de estar haciendo mi mejor esfuerzo por desnudarte, me frustro en el intento. Tus manos me vuelven a presionar, un gemido se me escapa, entre besos y manos, ya no me aguanto. Logro, por fin, abrir tu camisa y me decepciona sentir otra tela cubriendo tu pecho. Paras de besarme para verme, mi cara roja, mis labios hinchados, me reparas cada detalle y siento que el aire ya no está funcionando. Te quitas camisa y camisilla, me dejas verte el pecho, me dejas sentirte más cerquita. 
Preguntas si puedes quitarme la ropa o si aún no estoy lista, me limito a morderme el labio mientras me sale una sonrisa. Me quitas las gafas, que en todo este tiempo olvidé que tenía, bajas tus manos y siento como se mueve la tela de mi vestido. Me cargas un poquito,  rapidito me quedo sin nada, tus manos son muy rápidas, ni cuenta me doy cuando cae mi brassier.
Me observas apoyado en la pared. Cruzo mi pierna derecha encima de la izquierda y sonríes. No crees nada sobre mi intento al negarte estar dentro de mis piernas otra vez. Yo tampoco. Nadie podría creer que no te quiero cerca. Sabes que me gusta jugar, tus manos toman tu cinturón, te lo quitas con calma. Lento para que vea cómo abandona tu pantalón. Tus dedos juegan con el botón de tu pantalón y mis dientes aprisionan más mi labio inferior. Te gusta verme tentada. Pero no me muevo, se que quieres que haga más. No te doy el gusto.
Tu pantalón ahora está en el piso. No hay zapatos, no hay medias. Un boxer es lo único que te cubre. Si no tuviera estos zapatos, estaríamos en igualdad de condiciones. Hago el ademán para bajarme de la mesa y te quitas de la pared. Agarras mis piernas que permanecen cruzadas. Me besas las mejillas y acaricias mis rodillas, mis piernas comienzan a ceder. 
Tus besos bajan a mi cuello, a clavícula, me ganas. Siempre me ganas. Mis pezones se ponen duros con cada toque de tus labios en mi cuerpo y mis piernas se abrazan a ti. Tus manos me tocan estas tetitas, suave, como trazando líneas imaginarias en los bordes, arriba, abajo. Te detienes en mis pezones que están fuera, triunfantes. Disfrutan el tacto de tus dedos, y sorpresivamente, me pellizcas. Más duro de lo que espero que lo hagas, brinco un poquito. 
Me preguntas si me duele, si me molesta, y te beso. Te como la boca, mi lengua se apodera de la tuya, mientras mis manos se abrazan de tu cuello. Tus manos me vuelven a pellizcar. Brinco y sonrío mientras te beso. Mueves tus manos nuevamente a mi culo y me levantas del escritorio. Un momento breve que primero no entiendo, luego tus dedos dejan las cartas claras. Te apoderas de mi interior y me lo comienzas a quitar. 
Te sigo besando hasta que me detienes. Sientes algo que te sorprende. El mar ha humedecido mi pequeño interior, lo tocas, sonriente, como si fuese suficiente premio. Me pongo roja, los tomates no llegan a este color. Haces el ademán de llevarlo a tus labios y mis ojos se quieren salir, te detienes, me apartas. Te das la vuelta, no quieres que me avergüence. Creo que te quedaras un tiempo así, pero no tardas nada. Mi ropa interior y el tuyo hacen una bola en el piso.
Me preparo, mis manos se ubican al borde de la mesa, te acercas con cautela. Tus piernas tocan el borde y me invitan a abrirme más, lo hago a mi antojo. Tus manos recorren la mesa, mis rodillas mi entrepierna, pasan derecho a mis caderas. Me atraes a ti y por primera vez, nos tocamos. Mi mar hace que te emociones y tengas una erección inmediata. Aprieto más el escritorio. 
Pero no intentas entrar, me besas y quiero volver a comerte la boca, pero tus besos siguen a mis mejillas, mi barbilla, me rodeas el cuello y bajas a mi clavícula. Sigues bajando, más lento de lo que quisiera, mi cuerpo reacciona a tu forma de actuar. Siento la humedad en mi entrepierna, no me preocupa lo suficiente que llegue a la mesa, sigo aferrada a tus caricias.
Cuando creo que pararas de tentarme, me vuelves a sorprender. Te comes mis tetas, me muerdes, me chupas. Me inclino hacia atrás dándote mayor acceso, cómo te estoy disfrutando. Mientras tus labios están saboreándome arriba, tu mano derecha comienza a hacerse paso abajo. Creo que me voy a desmayar. Una de mis manos instintivamente agarra tu miembro y lo comienzo a masajear. Con mi otra mano intento quitar tu mano derecha. Ya no quiero dedos, ya no quiero tus labios en otro lugar que no sean los míos, te quiero escuchar ese pesado respirar. Notas mis intenciones y me dejas ganar. Esta vez tu mano acompaña la mía, la dejo en mi culo, subo tu boca a mis labios, me das un beso casto y entras. 
Mis manos vuelven al borde del escritorio, me sostengo mientras me proporcionas embestidas. Suaves, seguras y seguidas. Tres s's que me encantan, todas durante el sexo. Siento que te controlas, que no haces un sonido y que no me lo metes más duro para evitar que yo haga uno. Ahí me desespero.
Te aprieto más con mis piernas con el propósito de moverme, y hacernos disfrutar más, me acuesto encima de mil documentos que mañana voy a tener que entregar. Mis caderas comienzan a moverse e intentas detenerlas, me presionas contra la mesa y me pones más. Me muevo más rápido, tu te quedas quieto, tus manos en mi cadera, tus ojos cerrados y tu labio inferior atrapado. Apuro el paso, tus dedos se comienzan a marcar y se te escapa un gruñido. Me pides que pare, que nos van a descubrir, me muevo más rápido, más segura, quiero mas de ti. 
Amenazas con salirte, con no seguir, y me quedo como una estatua. Sonríes triunfante, se nota que te cuesta trabajo controlarte. Una pequeña línea de sudor baja por tu mejilla y respiras agitado. Tomas una profunda respiración y me das duro. Una respiración, una embestida. Me muerdo el labio para no hacer ruido y cada vez que lo notas me das más. Hago caso, la oficina que no tenía sonidos ahora eran respiraciones pesadas, gemidos, y el golpe de nuestros cuerpos cada vez más constante.
Siento que estamos por llegar al final, tus movimientos irregulares, algo desesperados me avisan y mi espalda se comienza a arquear. Dices mi nombre despacio, y te pido que me llenes de ti. Era todo lo que necesitabas oír. Vamos a estallar, el teléfono comienza a sonar. Son las 6 de la tarde, el edificio va a cerrar. Me levanto de mi silla, veo que he dejado una marquilla, recojo mis cosas y me voy sin terminar. 
¿Te quedaste con ganas de más? Yo también, cariño. ¿Volvemos a comenzar?
Mil besos traviesos,
Tu morena.
1 note · View note
cartas-huerfanas · 6 years
Text
Los recuerdos son lo único que permanece.
Martes, 08 de octubre de 2013.
Buenos días, cariño.
Creo que la única razón por la cual te quiero es porque atesoro nuestros recuerdos. Recordar lo feliz que fui a tu lado es lo que realmente me ata a ti. No es que no tenga otros recuerdos, no es que fuera la primera vez que estuve feliz. Es que me gusta la felicidad que sentí a tu lado, era genuina, era real.
Leí por alguna parte que la única razón por la cual las personas se deprimen es porque no recuerdan todo lo que vivieron junto a sus seres amados, sino que recuerdan solamente las cosas que realmente les trajeron dicha a su vida. Quizá eso sea lo que me pase contigo. Quizá por eso no te dejo ir. Pero ¿Quién podría culparme? La felicidad es un vicio, y contigo es la droga más costosa que pueda imaginar.
La verdad es que quisiera atreverme a pedirte que recordemos juntos algunas cosas. Quisiera que tuvieras tantas ganas de revivir nuestra vida que me lo pidieras, pero tú eres más sensato. Tú ya aprendiste a vivir sin mí y sin los recuerdos. Por el contrario, a mi es lo único que me queda. Los recuerdos son lo único que permanece de ti, de nosotros.
Aunque si existiera alguna posibilidad, por muy pequeña que fuera, agradecería que me lo dijeras. Que me dijeras que quieres venir a acostarte aquí a mi lado, que quieres sonreír sin control, que quieres ser feliz sin un motivo aparente. Me encantaría que quisieras estar conmigo, que el miedo de perderme y las ganas de esperarme fueran superiores a la distancia, al tiempo, a la vida, a todo. Pero es imposible. La distancia, el tiempo y la vida, son los peores enemigos del amor. Ellos se encargan de hacerlo un sueño, una utopía que todos queremos alcanzar pero no logramos. Les gusta torturarnos, por pobres e ilusos humanos.
Ya que en todas las cartas te confieso algo, en esta no haré una excepción. Quiero que sepas que me aterra la idea de que puedas olvidarme. Sé que es bastante normal en quienes me rodean, pero que tú lo hagas, sería una muy mala forma de morir. Moriría la mejor imagen que tengo, la imagen feliz y sincera. Por favor, no dejes que muera esa versión feliz. Por lo menos no hasta que consiga hacerla vivir sin ti. Sería una muerte fatal.
Ya sé que es tonto continuar con ésta nueva costumbre de escribirte cada vez que puedo, que ya conseguiste a una mujer con quien estar y eres feliz sin mirar atrás. Sé que también he estado con otros, que he buscado rellenar tu vacío con otras sonrisas, con otros momentos, con otras palabras, pero se me hace imposible. Y no logro nada. Solamente me miento haciéndome creer que podré superar nuestro amor y viviré feliz. Yo quiero olvidarte, lo intento pero no logro conseguirlo. Lo siento. Algún día intentaré dejarte ir, pero aún no estoy lista, entiéndeme
Por favor, piénsame. Recuérdame, así sea por momentos cortos, pero no dejes que mi mejor yo, mi momento feliz, muera.
Por siempre, 
Tu morena, quien ahora quiere fingir que te olvidó.
1 note · View note
cartas-huerfanas · 6 years
Text
Más preguntas sin respuestas tuyas, mi amor.
Domingo, ‎17‎ de ‎enero‎ de ‎2016
¿A quién quiero engañar? No puedo mentirte. No quiero mentirme. ¡ES ABSURDO TODO ESTO! Yo te amo. Y finjo, todos los días y noches, olvidarte.
Por qué quiero convencernos que ya no podemos estar juntos. Por qué persisto en la ridícula idea de sentirme bien durmiendo sola. Por qué lucho, en vano, contra mi ser; contra el mundo ¡CONTRA EL DESTINO! Que nos ha unido, que nos ha hecho ver que no hay vida, sin una vida juntos ¿Por qué? ¡¿POR QUÉ?!
Fingir, es la tarea más agotadora de cualquier amante. Cualquier persona que quiera, ame u odie, podría decir que la mejor de las torturas que nos otorgamos es fingir. Es asfixiante, es asesina ¡FINGIR ES EL ACTO SUICIDA MÁS COMÚN QUE CONOZCO! Y es el que más práctico.
¿A quién quiero engañar, cariño? Si yo te amo… No dejo de hacerlo. No quiero dejar de hacerlo. Y tampoco lo consigo.
Lo cierto es que te extraño. Por encima de todas las cosas, extraño hablarte. Contarte mis tonterías, perderme en tus ojos mientras lo hago. Extraño entregarte cada parte de mí. Mis detalles sucios, mis lindos actos, mis bellos pensamientos y mis ensoñaciones destructivas. Extraño todo. ¡DIOS, EXTRAÑO TODO! ¿No lo extrañas también?
Mis disculpas si te lleno constantemente de preguntas, pero ¡CARAJO! Es imposible ignorarlas, es imposible no hacerlas, es imposible no pensarlas. Siempre quiero saber de ti. Quiero saber qué piensas ¡LO QUE QUIERES! ¡Todo, carajo, yo quiero saberlo todo! Y me seguiré molestando por no saberlo. Me entregaré más al odio y a la envidia de quiénes saben algo que yo desconozco. Y sí, es ridículo. Es infantil, pero es todo lo que puedo hacer luego de amarte tanto. Y no puedo negarlo, es patético, pero es algo que hago por ti. Porque te amo
Yo trato de olvidarte. Olvidarte intento hacer con todas mis fuerzas, pero no lo consigo. Lucho con no saber nada de ti, con no querer saber qué sabor de helado te gusta más en estos momentos. Con desconocer la sensación que dejas luego de tomar mi mano y soltarla. Con ignorar lo bello que se siente ser todo lo que quieres ver. Con borrar todo lo que lleve tu nombre, y me recuerde a ti.
Pero por mucho que luche el mundo que conocí por ti, no irá a ningún lado. Y todas las formas seguirán teniendo un recuerdo de ti. Y todos los sabores tendrán tu esencia. Y cada destello del sol, será parte de tu sonrisa, desde que nace, hasta que muere en el alba, todas las tardes. Y la luna seguirá siendo mi única compañía. La única que siempre sabrá, conocerá y sentirá todas estas bellas palabras y buenas intenciones que tengo de pasar el resto de mi vida contigo.
Mil y un besos, todos traviesos, como siempre,
Tu morena.
9 notes · View notes
cartas-huerfanas · 6 years
Text
En la ausencia de las buenas palabras.
Miércoles, 7 de agosto de 2013.
Buen día, cariño.
Sabes que queda en la ausencia de las buenas palabras. Lo que queda luego de no tener nada que decir, de haber dicho mucho, de haber dicho poco. De no mencionar jamás nada. Lo que queda cuando ya sobra hablar, cuando sobra actuar, cuando sobra todo. ¿Sabes qué es? Queda el deseo, el sentimiento, las ganas insatisfechas, los corazones rotos, las lágrimas que no dejan de correr, el impulso estúpido de huir y jamás volver.
Pero hoy, en ausencia de las buenas palabras, simplemente usaré otras. Porque de nada sirve recordar todo lo malo, todo lo que no se logró. Todo lo que quiero que suceda y tú no. Hoy, en ausencia de las buenas palabras, solamente diré que te extraño. No un te extraño vacío, triste y desolado. Un te extraño con sonrisas, ojos brillantes y nervios constantes. Un te extraño con sabor de tenerte aquí, de saberte presente de nuevo.
Quiero que sepas que todas estas cosas que escribo algún día acabarán. Ya no querré que me leas ni que sepas que siento, porque, con suerte, algún día ya tampoco sentiré nada. Y seré feliz. Tú también. Porque no estábamos destinados a estar juntos y, una o mil cartas, no engañaran al mundo y me llevarán junto a ti. Porque, a pesar de que te perdí, no me perdí y tampoco nos perdimos. Seguimos y aquí estoy, acostada en nuestra cama, esperando que llegue el momento para poder dormir. Ya no te espero y ya tampoco sueño que vienes por mí.
Decidí que, con o sin ti, debemos ser lo que somos. No ser una parte incompleta. No pretender, no fingir. Simplemente ser quienes fuimos, quienes somos y seremos. Sin importar la compañía, sin importar la soledad. Sin importar las traiciones, sin importar nada en realidad. Porque nadie vive por ti, nadie actúa por ti, nadie será tú y nadie estará para ti, si tú no lo estás primero.
Decidí que mereces más que unas viejas y guardadas cartas. Decidí que mereces más palabras que las buenas. Decidí que mereces más de lo que estoy dispuesta a dar, así que acepto que es hora de marcharte. Te dejo soñar. Te dejaré volar. Porque nuestra vida es una pequeña parte de tu vida. Porque los poemas se te olvidarán, y a mí ya no me harán sentir igual. Porque ya no sonreiremos cómplices de nuestro secreto. Porque nuestra vida acaba, pero la tuya por ahora, no.
Decidí que más que extrañarte, quiero mandarte todos los días, si me lo permites, un buen deseo. Quiero que sepas que te llevo presente, pero ya no te pienso. Y por eso, mi buen deseo del día. Porque quiero que tu sonrisa permanezca. Porque ya no quiero que sea mía, simplemente quiero que viva. Porque quiero que seas feliz y que nadie te lo impida. Porque todos los días son tus días, y nadie puede arrebatarte eso. Porque por mucho que lo intenten y tú colabores, esta vida está diseñada para verte triunfar, no para ver como tus fracasos te hacen daño. Porque quiero que seas feliz todos los días del año.
Así que, en ausencia de las buenas palabras, te dejo mis buenos deseos. Te dejo una sonrisa y uno de mis besos traviesos. 
Porque te quiero, y no quiero que lo olvides,
Siempre,
Tu morena.
7 notes · View notes
cartas-huerfanas · 6 years
Text
¡ME ENCANTAS!
Martes, 07 de mayo de 2013.
¿Qué tal, cielo? ¿Vas bien?
Ya que se me ha vuelto costumbre, quiero contarte cosas sobre ti, esas que me gustan de ti. Las cosas que quiero tener conmigo siempre. Las que aprecio, las que no me gustan, las amo, las quiero, las deseo y las extraño.
Me encanta la forma en la que pronuncia las palabras, como sale la S de tu boca, los golpes de la p. Es bello, es delicioso. Pero ¿Sabes qué me gusta más? Como dices mi nombre, suena excitante y completo, complejo, suena como un sueño. Suena bello y me encantaría escucharlo siempre, porque sin importar que lo dices molesto, suena exquisito.
Me encanta tu boca, la forma de tus labios. La forma en la que va la curva dibujada y su cualidad de ser delgados, pero carnosos. Me encantan y no exclusivamente para besarlos, me encanta verlos, tocarlos, sentirlos. Mis labios los aman, pero el resto de mi cuerpo, los desean. Creo que no logras entender cuánto. La sensación de tus labios recorriéndome es embriagante.
Me encantan tus manos, cada uno de tus dedos. Como se deslizan dibujando figuras en mi cuerpo. Me encanta como erizas el vello de mis brazos y la sensación en mi estómago cada vez que me tocas. Eres un vicio, y tus caricias más.
Ahora, no quiero que pienses que eres un objeto. Que solo me gusta tu cuerpo porque realmente no es así. El cuerpo es solamente el complemento para todo el sentimiento que me produce tu mente, tu hilo de pensamiento me emboba, me enloquece. Las cosas que se te ocurren despiertan mis curiosidades, y quiero saber más. Quiero saber qué piensas siempre, cómo lo piensas y cuándo. Quiero saber quién permanece en tu cabeza, quién te hace suspirar, quién te despierta partes que no puedo tocar.
Dime que todos los besos y caricias que me diste, fueron por lástima, que sólo querías complacerme y verme feliz. Dime que nunca me quisiste y realmente no disfrutabas tu tiempo conmigo. Dime que nunca me extrañaste, así como no me extrañas hoy. Dime que no me pensaste jamás, que no me piensas hoy y que nunca lo harás. Dime que ya no quieres saber de mí, que odias mis sentimientos y quisieras matarlos. Dime lo que quieras, dime cosas que me duelan, pero dime algo. Por favor.
Mi amor, si ya no quieres leer mis cartas. Si ya no quieres saber de mí, si ya quieres que te olvide y me separe de tu vida. Por favor, dímelo. No tengas miedo.
Un abrazo y muchos besos te envío,
Tu morena.
4 notes · View notes
cartas-huerfanas · 6 years
Text
Mi primera vez
Domingo, 23 de junio de 2013.
Hola, cariño.
Hoy no quiero hablarte de todo lo que me gustaría cambiar. Me gustaría divagar entre mis recuerdos a ver si así te vuelvo a conquistar. Sé que son rimas muy tontas, que quizá te ríes y me ves con cara de idiota. Total, son cuestiones que salen solas, yo no las controlo, no las invoco, y realmente, no me incomodan.
¿Recuerdas nuestra primera vez? Quiero que lo hagas. Para mí fue algo más que sólo un encuentro, más que la unión de dos cuerpos. Fue algo bello, algo poético. Algo que me llena, algo que me alegra. Algo que esas mentes inútiles llamarían sexo. 
Tus manos recorriendo mi tembloroso cuerpo, nuestros ojos pidiendo permiso, pidiendo acceso. Mis manos descansando en tu cuello y jugando con el largo de tus cabellos. Las ganas, el deseo, los besos. Y fuimos aumentando de ritmo, íbamos más rápido, pero no perdíamos nuestro propósito. El deseo jamás fue más fuerte que nuestros sentimientos, nunca superó lo mucho que queríamos estar juntos, y que esa era otra forma de unirnos.
Aún recuerdo como se sienten tus piernas entre las mías. Como acariciabas mi cara diciendo “Todo va a estar bien, no tengas miedo. No te haré daño.” Tus besos recorriendo mi cara y alentándome a relajar mi cuerpo. Como tus manos bajaban de mis mejillas a mi cuello, a mis brazos, a mis manos. Y se tomaban, se tomaban con deseo, con fuerza, con miedo, con ganas.
“Relaja todo, morena. Todo va a ir bien” Tus palabras aún retumban en mi cabeza, pero lo que más recuerdo es que tu preocupación desapareció. Te sorprendió como sabía que todo iba a estar bien, y en vez de seguir temblando en esa cama, me levanté. Te giré. Y ahora estaba arriba, tenía el poder. Comencé a desabotonar tu camisa, jugar con el cierre y botón de tus jeans. Mis curiosidades se desbordaban y mis manos seguían sin que pudiera pararles.
Sonreíste y me pediste que tomara las cosas con calma, que el deseo era lo que menos importaba en esa cama. “Regresa, mi morena.” Y sonreí. No me detuve, seguí jugando con tu cuerpo hasta que ya no tenías nada que lo cubriera. Me dejaste seguir, me dejaste jugar, me dejaste explorar.
Ya que no había nada más que tu cuerpo, me giraste, volví a estar abajo. “Ahora me toca a mí” dijiste sonriendo con malicia, pero no tuve miedo; por el contrario, quise que hicieras más de lo que pensabas. Quise sentir más de lo que cualquiera podría, quise que estallaran nuestros cuerpos uniéndose. Quise ser tuya, quise que fueras mío.
Mis piernas se abrieron más, dieron acceso a otra parte de tu cuerpo, rozaba el mío y me moví dejando que el deseo me poseyera. Y quise agarrarlo, quise sentirlo, quise sentirte. “Aún no, morena. Aún no” dijiste sonriendo y me sonrojé. Estaba hambrienta. Hambrienta de ti, y retrasar todo solamente me ponía más inquieta. Más deseosa.
Toda la ropa estaba en el piso, ya no había nada que separara nuestros cuerpos, y sentí tu calor. Tú sentiste el mío. Nos miramos con complicidad, era la primera vez que estábamos tan juntos, nuestra primera vez. Y volviste a acariciar mi cara, volviste a bajar, pero no por mis brazos. Bajaste por mi cuello, acariciaste mi clavícula y la llenaste de besos. Seguiste por mi pecho, más besos quedaron regados y algunas mordidas traviesas hicieron que agarrara muy fuerte las sábanas. Seguiste bajando, ahora estabas en mi vientre, y mi ombligo estaba a tu merced, lo hiciste tuyo. Así como todo mi cuerpo, poco a poco, reclamaste y dejó de ser mío.
Llegaste a ese lugar, me miraste, pediste permiso sin decir una palabra. Tus manos acariciaban mis piernas, desde mi tobillo hasta muy dentro de mis muslos. Esperaste que dijera que sí, que asintiera, que te hiciera ver que podías hacer lo que quisieras. Y lo hice, a falta de palabras, bajé mis manos y moví con ellas las tuyas. Las coloqué en su lugar, y te dejé explorar. Tus manos acariciaron suave, tus ojos miraban todo con cautela, conociendo, y luego, tus labios acabaron con todo auge de tranquilidad que quedaba. 
Me moví lento, intentando controlar mi cuerpo, pero el deseo me ganó y la violencia de mis movimientos siguió en aumento. Seguiste, y siguió el placer. Tus labios dieron acceso a tu lengua, y tu boca acabó conmigo, hizo que estallara. Al terminar, sintiendo mis convulsiones, subiste y me diste un casto beso. Antes que pudiera reaccionar, ya estabas dentro. Ya era tuya, este era nuestro momento.
El mundo desapareció, solamente éramos tu y yo. Éramos más piernas, más abrazos, más besos, que personas. Dejamos de ser dos, para ser uno. Tus movimientos aumentaron la velocidad, y aunque aún quedaba un poco de incomodidad, el deseo y el placer, le ganaron. Sentí que llegaba el estallido, sentí que llegabas al tuyo, sentí que caíamos en un vacío que ofrecía el mundo. Que teníamos nuestro propio lugar. Estallamos, estallamos, y soñamos con siempre estar así de juntos.
Esa fue nuestra primera vez ¿Ahora la recuerdas? Yo la deseo, la anhelo ¿qué tal te parece repetir?
Muchos besos traviesos, 
Tu morena.
3 notes · View notes
cartas-huerfanas · 6 years
Text
Mi primer intento para ti.
Viernes, 26 de abril de 2013.
Hola extraño,
Nunca me había sentado a escribirle a nadie y sé que no tiene sentido escribirte, y que probablemente esté perdiendo el tiempo, pero aquí estoy. Sentada frente a un computador devanando mis sesos, actuando como si te importara. Intentando escribir una carta que jamás vas a recibir, que probablemente omitas su existir, que no vendrás a leer ni escucharme recitar.
¿Alguna vez piensas en mí? Me gusta pensar que sí; que me extrañas y besas tus manos, almohada y demás, imaginando que soy yo. No porque yo lo haga, sino porque suena como algo que alguien enamorado haría. Suena como algo bonito de añorar, por muy ridículo que se vea.
Quisiera contarte todas desventuras, mis malos ratos y mis malas compañías; no son malos porque esa sea su naturaleza sino porque prefiero verlos mal. Las cosas buenas siempre siembran ilusiones y sentimientos esperanzados que, al final, se destruyen y terminan dañándome más de lo que tú podrías. Pero prefiero no perder el tiempo de esa manera, y decirte lo mucho que extraño verte, escucharte reír y amarte sin reservas.
Aún no encuentro la manera de decirles a todos que te amo, que no podré ver a nadie más de la misma manera que a ti, que decidí entregarme a ti, cuerpo y alma, y no me arrepiento. Que mi vida sin ti está perdida y prefiero vivir en un barco sin tocar una costa, que vivir sin ti. No sé cómo decirles que soy complicada, triste y desdichada porque todo lo lindo te lo llevaste en tu equipaje, toda la felicidad te la llevaste contigo, y ahora mi sonrisa no puede brillar de la misma manera.
Antes de despedirme, quisiera que supieras que cada día encuentro más formas de engañar a la gente, que no se enteren que me siento sola sin ti. No tienes idea del éxito que tengo, siempre logro que crean lo que hago y digo. Aunque, de pronto, no soy tan buena actriz y ellos sólo me tienen lástima, prefieren verme feliz engañándome a mí misma. Pero pensemos que soy buena, que me creen y que nadie me tiene lástima, solo yo.
¿Cuándo vuelves? ¿Crees que sea pronto? No importa, te seguiré esperando.
Un beso, un abrazo y mi amor eterno.
Tu morena.
2 notes · View notes
cartas-huerfanas · 6 years
Text
Una carta para ti señor.
Jueves, 06 de mayo de 2013.
Apreciado, señor.
La siguiente es para informarle que han difamado, y a veces, hasta ridiculizado su imagen. No creo que le importe en lo absoluto, porque usted es muy seguro de sí, de quién es y de lo que quiere. O al menos eso aparenta. Sin embargo, me parece prudente informarle esta atrocidad.
En definitiva, todas las mujeres del mundo tienen madera de sumisa. Creo que eso siempre lo ha sabido bien. Sólo se deben buscar las palabras correctas, llegar por el camino indicado y así se obtendrá lo anhelado. Aunque, también, hay que recordar que la mujer, por naturaleza, es curiosa y quiere tanto saber así como explorar todo lo que pueda.
No dudo que su elección de vida ha sido gratificante, y hasta tengo deseos de explorarla. Quizá practicar un poco de ese dolor placentero, me vendría bien. Pero no se lo diga a nadie, todos creen que soy una romántica empedernida y mi sexualidad siempre va ligada al amor. Y no digo que sea falso, de pronto sea cierto. Pero ¿desde cuándo existe el amor sin deseo? ¿Sin la pasión? ¿Sin dos cuerpos unidos buscando placer? Yo creo que sí, hay amor de todos los tipos y para todos, así que no veo por qué limitarlo a las parejas y su romanticismo.
Ahora bien, quiero presentar mis sinceras disculpas por esperar más de esas fachadas y sombras que tiene. Creo que esperaba que mantuviera su postura y no evolucionar, pero la realidad es otra. Los hombres, así como las mujeres, siempre buscamos complacer, usted mismo lo ha dicho, y así pierde la esencia que ha hecho que todas las mujeres del mundo quieran explorar más, explotar más, y se mantengan en un amor tradicional.
Es increíble lo que uno descubre luego de conocerle un poco. Usted es realmente intrigante, y no me queda duda por qué una mujer como la que ha elegido, sólo se queda para descubrir que hay detrás de lo que aparenta, sino conocerle, aprender su historia y decidir quedarse a su lado.
A usted jamás me atrevería a mandarle una de mis cartas huérfanas. No creo que entienda otro tipo de amor que el que le ha entregado su amor, ella es la única que ha sabido explicarle qué es amar. Además, no me atrevo a reescribir buenas historias de amor, completas y completas. Con caminos turbios y finales felices. Con días buenos y malos, con más de lo que nos dejan leer.
Por último, no me queda más que reír de toda mi intención al escribir esta carta. Comencé queriendo decir que hay millones hombres que quieren ser tú, y para colmo de males, crean imágenes de sí, imitándote. Usan tus palabras, y algunos, intentan actuar como tú  Eso es triste. Ellos no saben que eres tan blando como ellos. Y que el romanticismo también te fascina. Pero qué se le puede hacer, todos quieren probar un poco del mundo salvaje.
No me queda más por decir. En realidad, esta es de las cartas más huérfanas de todas. Esta está escrita a un personaje ficticio que me ha quedado grabado, pero jamás podré ni tomarle la mano.
Un abrazo, 
La morena.
1 note · View note
cartas-huerfanas · 6 years
Text
Anacronismos repetitivos para ti.
Sábado, 27 de abril de 2013.
Hola, cariño.
¿Cuántos segundos han pasado desde que te escribí? ¿Los cuentas? Ya sé que no, pero me gusta preguntarte cosas tontas. Si tus respuestas fueran positivas, sería la mujer más feliz del mundo. Pero la felicidad no es para mí, al igual que esas respuestas. Ahora, si has sentido que el tiempo que paso sin escribirte es eterno, entiendes mi primera pregunta.
Tengo ganas de decirte muchas cosas, tantas que olvidarás la mayoría. Pero son importantes, y me encantaría que tu mente y tú, pudieran recordarlas ¿crees que puedas?
Comenzaré por decirte que no te extraño, que mi naturaleza egoísta y yo hemos madurado, y ahora ya no te necesitamos. Hicimos un pacto y decidimos estar alejadas de ti. Es lo más conveniente, estoy segura de que lo entiendes. Así como seguramente sabes que todo es falso. Tu corazón y el mío lo saben, pero prefiero que las palabras nos engañen, a admitir que estaremos amándote como siempre.
Debes saber que no quiero extrañarte, que quiero dejar de quererte y recordarte. Quiero vivir en paz sin pensarte un día, pero es imposible ¿te pasa lo mismo? Ojalá sí. Me gusta pensar que sufres lo que yo, que no tenerme en tu vida, te hace miserable. Admito que se siente bien mentirse de esa manera.
Quiero que vuelvas, que me abraces, que seas feliz a mi lado, que sonrías y dejes de preocuparte por el mundo. Que seamos otra vez tú y yo, pero ya no es posible. Tú no eres feliz conmigo. Yo no soy lo que quieres, lo que te gusta, ni digo nada que te complazca. Por eso no te busco, porque sé que no tengo ningún buen motivo para acercarme. Pero quiero hacerlo, quiero cerciorarme de tu felicidad, quiero saber que sonríes de verdad.
Hoy escuché una canción de la cantante ya no tan popular, Avril Lavigne, se llama Wish you were here, fue inevitable recordarte con cada una de sus palabras. De pronto ella extraña a alguien tanto como yo a ti, pero lo pongo en tela de juicio. Y por último, quiero insistirte en esto, sé que soy un anacronismo repetitivo. Te amo en la distancia, añorando que tu mirada me vea y me desnude. Te amo porque no sé hacer nada mejor. Te amo tanto… Ojalá pudieras saberlo.
Esta es una carta tonta. Es de esas muestras de afecto que siempre han fastidiado a la gente. Empalagosas y repetitivas, que no hacen más que avivar pensamientos cursis. Pero no me apena, esto es lo que despiertas en mí.
Intentaré no ser tan idiota, y extrañarte. Decir que te amo hasta que ya no aguantes. Pero mientras tanto, seguiré escribiendo cartas tontas.
Ámame también ¿si? Aunque sea un poco,
Tu morena.
1 note · View note
cartas-huerfanas · 6 years
Text
¡Detesto extrañarte!
Viernes, 03 de mayo de 2013.
Hola, cariño.
¡TE VOLVÍ A VER! Estabas feliz y no pude evitar sonreír. Lo más lindo de todo el asunto es que tu felicidad no tenía nada que ver conmigo, estabas bien y reías sin preocupaciones, no como conmigo. Siempre te preocupaba que, en algún momento, me molestara. Simplemente ibas por la vida, disfrutando cada minuto, absorbiendo cada buena vibra.
¿Alguna vez te dije que amo tu sonrisa? ¿No? Pues la amo bastante. Es tierna y genuina. Esconde tus mayores secretos y resalta tus buenos rasgos. Es de esas sonrisas que pueden arreglar tu día sólo con verlas una vez, que te hacen sentir en paz contigo mismo, que hacen que todo esté mejor. Es una sonrisa que muestra que la vida es jodida y triste, pero tiene momentos maravillosos. Te agradezco por las que me regalaste, fueron más de las que merecía.
Ahora, te cuento que tenía ganas de decir muchas cosas cuando te vi. Quise acercarme y hacer que tus ojos y los míos se encontraran. Y soñé despierta con un beso; una unión de labio-mejilla o boca-beso, me emocionaba. Ojalá supieras cuánto. Pero no creas que eso fue todo lo que imaginé en ese fragmento de tiempo. También pensé en acercarme y decir que te pienso demasiado, que vives en mi mente cada minuto del día y la noche.
Ojalá alguna vez puedas entender que tu partida no ha hecho más que unirme a ti, aunque no quieras, y yo no quiera. Sólo me trae más a ti. Pues hace que te añore, que te desee, te piense y te imagine. A veces cuando camino imagino que todos los hombres que tengo cerca me sonríen como lo hacías tú, pero ninguna sonrisa le gana a la tuya, y así vuelvo a la triste realidad.
Quiero recordarte que estos no han sido buenos días, pero imagino que estás bien, y todo mejora. Estoy débil, amor. Y mi debilidad vive en lágrimas, en abrazar a mi almohada, en releer tus libros, en usar tus viejas camisas… En cosas tontas, pero que me ayudan a estar mejor.
No entiendo por qué me esmero en seguir escribiendo, en seguir expresando todos estos sentimientos. Sé que no sabes nada de este asunto, no conoces el amor por eso no le oyes, y mucho menos, a mí. Pero yo te amo en silencio para que así no tengas que esmerarte mucho. Yo te amo en la soledad que vive mi cuerpo, en la ausencia de tus palabras.
Ayer me sorprendí hablando sola, como si estuvieras en la casa, seguía preguntando si me pensabas, si me recordabas, si me deseabas. Y sonreía esperando una buena respuesta, pero más que nada, reí preguntando “¿Por qué me hago esto?” pero no me detuve. Y hoy desperté imaginando que me decías “Buenos días, cariño.” Así como yo lo hago diario, aunque no estés.
Te invito a tomarnos un café, o té, o lo que quieras. Podemos sentarnos en mesas diferentes, y puedes fingir que no estamos juntos. Yo estaré bien imaginando que estás compartiendo tu tiempo conmigo, aunque sea falso.
Te amo, cariño. Por todos los días de mi vida, y te deseo todas las noches de la misma.
Mil besos y abrazos, te envío.
Como siempre,
Tu morena.
0 notes
cartas-huerfanas · 6 years
Text
AL DIABLO CON LOS DÍAS.
Lunes, 29 de abril de 2013
Hola, cariño.
Te escribo hoy porque quiero escribirte, porque deseo que me leas, nada más. No quiero contar los días en los que te escribo, ya que no son ni la mitad de los días en los cuales te quiero hablar. Así que, mejor olvidemos los números y concentrémonos en los sentimientos. O mejor aún, olvidemos todo.
ÁMAME, no es tan difícil, maldita sea. Sé que esto no suena a mi constante ruego por amor, pero ésta vez no estoy dispuesta a que me pisotees. Quiero que recuerdes que también me quisiste, también fuiste débil, también te tocó sufrir por mi ¿No lo recuerdas? La diferencia entre lo que te sucedió y lo que me sucede, es que yo no elegí esto. Tú elegiste negarme tu cariño porque tenías miedo, o tienes, ya no sé.
Y no entiendo ¿sabes? ¿Cómo puedo amarte tanto? Tú nunca me quisiste de esta manera, y es ridículo. Pero aquí muestro mi faceta masoquista. Sólo quiero verte, tenerte, amarte, besarte y muchos más artes, aunque tú no quieras, aunque no te importe ¡QUIERO HACERLO!
¿Qué te parece? Después de todo, siempre he sabido que amarte es de las más bellas y dolorosas utopías, ya esto (si existió en algún momento), para ti acabó. Sin embargo, quiero seguir expresándote todas estas cosas, recordarte esto que siento, aunque siga sin importarte. Y no está mal ¿sabes? Que ignores lo que siento y pienso, pero me gustaría que no lo hicieras.
Por ahora, quiero dejar la bipolaridad de esta carta. Sueno algo histérica y, de pronto, lo estoy. Tan caótica que no tiene ni pies ni cabeza. Pero te extraño, por eso pasa esto.
No olvides que siempre que te sientas solo o triste, estaré disponible para ti. No me molesta, y sí, me duele. Sin importar, si necesitas de unos brazos que te cuiden y protejan, de un hombro en el cual apoyarte, de una sonrisa con la cual alegrarte; aquí estaré.
Te pienso, cariño. Más de lo que me gusta.
Un abrazo lleno de amor,
Tu morena.
0 notes
cartas-huerfanas · 6 years
Text
Sólo tengo palabras.
Lunes, 09 de septiembre de 2013.
Buenas noches, cariño.
He estado pensando en muchas cosas últimamente, tantas que ya no tengo coherencia ni en el hilo de mis pensamientos. Ya no sé qué pensar. No sé cómo hacerlo. No sé si lo hago bien ¿Estoy pensando lo que debo? ¿Qué crees tú?
Quiero que sepas que estoy intentando olvidarte. Que ya no imagino cómo me hacen sentir tus abrazos, y la sensación que recorre mi cuerpo cada vez que tus manos están en mi espalda. Ya no pienso en cómo son los días cuando estoy contigo, ya no tengo conflictos por lo mucho que me gusta y detesto el sonido de tu risa (Sí, así como lo he escrito. No me gusta que me guste, ya que realmente no me gusta tu risa. Es fastidiosa).
Estoy arrancando de mi cada pequeño pedacito de ti. Estoy borrando las huellas, los rastros, los besos, los buenos ratos. Estoy borrando todo para olvidar que alguna vez te amé. Borrando todo para dejar de amarte; borrando todo para soportar las canciones que acompañaron nuestras noches.
Y quizá estoy escribiendo con despecho, con dolor. Con una botella de vodka que no deja de dañar mi razón. Quizá estoy simplemente diciendo cosas que no siento. Quizá sólo tengo palabras para ti en estos momentos. Pero quizá solamente busco tu atención. Quizá quiero que me leas y sepas que quiero olvidarte. Que mi amor por ti, me fastidia y quiero decir ¡POR FIN, SE ACABÓ!
Grítale a los cuatro vientos lo que sientes. Diles que hoy me confundes, que es tu constante ida y vuelta a mi vida la que ha hecho que hoy ya no quiera tenerte conmigo. Confiésales que ya no confío en ti, que tus palabras son nulas y tus actos invisibles. Que el hombre que eras, ya no vuelve. Que puedes llorar, reír, implorar y hasta pelear, pero ya no eres quien amo. 
Por último, quiero que sepas que ya no impresionas con lo que aprendas, con lo que hagas, con lo que digas. Que la música se hartó de que la profanes y ya por mucho que aprendas a tocar sonetos, no serán música para nadie. La guitarra te huye, el piano te desprecia y toda la percusión te detesta.
Ahora, arranca de ti todo lo que queda de mí. Déjame ser libre y feliz, porque estoy tan llena de dicha tan sólo de saber que se acerca tu despedida. Que sepan que ya ha sanado mi herida. Que ya no tengo ataduras. Que destruí todo lo que quedaba de ti en mi vida. Que ya hoy, no soy tu morena, ni soy de nadie. 
Pero te consuelo, te dejo otro de esos besos traviesos en esta despedida,
Tu morena.
11 notes · View notes
cartas-huerfanas · 6 years
Text
Para que viva tu sonrisa.
Miércoles, 7 de agosto de 2013.
Feliz día, cielo.
¿Sabes ese momento en la vida donde todo simplemente se siente bien, donde todo suena maravilloso, donde las malas noticias no te afectan? Ese momento en el que sabes que toda tu vida paga el sufrimiento, paga todos los malos ratos, las lágrimas, los amigos que se fueron. Ese momento donde, por mucho que lo intentes, no puedes evitar sonreír. ¿Conoces ese momento? Yo tengo muchos de esos, contigo.
Quizá suene tonto, quizá suene apresurado, quizá no te interese. Pero quiero que sepas que cada uno de los momentos que te dediqué, los atesoro. Son de mis recuerdos más bonitos, y no los daña nada. Porque en ese entonces eras feliz conmigo, y yo lo era contigo. Y sólo eso me importa. Fuimos felices y eso hoy, hoy en este día maravilloso, me hacen feliz.
Quiero confesarte que, antes de que lo supiera, antes de que pudiera controlarlo. Antes de que, si quiera me notaras, ya te quería. Ya había una parte de mí, deseando hacerte sonreír. Ya había una parte de mí, que envidiaba a quién producía tu risa, quién te ayudaba a sobrellevar cada día. Quiero confesarte que, antes de que pudiera saberlo, ya eras una parte imborrable de mí y de mi vida.
La vida me ha mostrado que debo arriesgarme para poder conseguir cosas que quiero, y contigo arriesgué estabilidad. Arriesgué a mis ojos, arriesgué a mi sonrisa. Y no me arrepiento. Porque, a pesar de las lágrimas, aún permanece un buen sentimiento dentro. Y es esta misma vida, tan corta y atrevida, la que aún hace que te quiera. Que sonría ante nuestro secreto. Que aún eres mi cómplice y mi escapatoria cuando no estoy conforme con lo que tengo.
No creas que todo lo que te he dicho ha sido siempre una mentira, que las muchas veces que susurré, grité y dije, te quiero, no fueron en serio. No creas que soy fuerte y puedo siempre sonreír cuando me hieren. No creas que estoy tan bien como para no querer uno de tus abrazos diario. No creas que no te extraño. No creas ninguna estupidez. Sólo cree que te quiero, y aún estoy aquí, esperando en la penumbra a que, por casualidad o desespero, me necesites de nuevo.
Estoy cansada de fingir que estoy bien o que no lo estoy. Estoy cansada de decirle al mundo que soy feliz y que sea falso. Pero hoy, hoy en este día tan maravilloso, lo soy. Podría gritarlo, podría celebrarlo. Pero prefiero que lo sepas, y que mis manos lo plasmen aquí, donde todos creen que cada cosa que escribo es para ti.
Para que viva tu sonrisa quiero que recuerdes que eres el que besó en los labios a la morena, que eres el que ganó cartas que aún están guardadas en la primera de mis gavetas. Que eres el que me hizo sonreír y reír cuando no tenía fuerza. Que eres un gran amigo y estoy orgullosa de poder contar contigo. Que te juzgué mal y hoy, nuevamente, pido mil disculpas. Porque eres un ser increíble, y cualquiera sería afortunada de tener tu atención. Porque estás hecho para cosas grandes, para triunfar, sólo tienes que esperar tu momento.
Para que viva tu sonrisa, quiero que dejes ir a todos los que te hacen daño. Para que viva tu sonrisa, quiero que aceptes que todos moriremos pero jamás te abandonaremos. Para que viva tu sonrisa quiero que sepas que la vida es maravillosa para quienes la merecen, así como tú.
Para que viva tu sonrisa te mando muchos besos traviesos, un abrazo que te reconforte y mi bien intencionado, te quiero.
Siempre te pienso, siempre te deseo,
Tu morena.
3 notes · View notes