#CUANDO HACÍA MÚSICA DECENTE
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#throw back a cuando salió este disco y lo spammeaba#por allá en 2017#tratando de hacerlo con vos o sin vos GOR#marilina bertoldi#CUANDO HACÍA MÚSICA DECENTE
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La primera mujer que se tituló en una profesión en América Latina fue una dentista mexicana: Margarita Chorné y Salazar.
Margarita Chorné y Salazar, Nació el 22 de febrero de 1864, fue hija de Agustín Chorné, practicante de la orfebrería y la “dentistería” quien llegó a ser uno de los más famosos dentistas de la ciudad. Él era descendiente de franceses, la madre de Margarita fue doña Paz Salazar, dedicada al hogar. Vivían en el barrio de San Miguel en el centro histórico de la ciudad de México, eran una familia de posición social media-alta.
Margarita al igual que sus hermanas, aprendió a leer y escribir, recibieron clases de música, en el colegio aprendieron el catecismo, la aritmética, geografía, francés, y labores propias de mujeres como tejido de gancho y bordado de punto de cruz. Pero al parecer Margarita no le encontró el gusto a estas labores ni le gustaba del todo las reuniones femeninas que no le satisfacían; lo que Margarita disfrutaba era encerrarse durante horas en la biblioteca de su padre y aprender de sus libros, también le gustaba acompañarlo a los conciertos y funciones de ópera.
Observando el trabajo de su padre, Margarita empezó a conocer y a practicar el arte de la orfebrería y también gustaba de ayudar a su padre cuando tenía trabajo de dentista, de igual manera fue ayudante de su hermano mayor una vez que éste se convirtió en dentista. Había para Margarita muchas oportunidades de adquirir el conocimiento para llegar a ser una buena dentista, pues no tan sólo era limitado el número de dentistas en esa época sino que también en aquellos tiempos, era una loable costumbre de los dentistas y médicos que de verdad amaban su profesión y veían en ella no sólo una profesión con la cual ganarse la vida, sino una vocación de servicio al prójimo, atender gratuitamente a los pobres que no podían pagar su consulta pero que la necesitaban igual que los ricos, dedicando para ellos estos buenos médicos un día a la semana u horas extras cuando la urgencia lo ameritaba.
Con los conocimientos y la práctica que Margarita había obtenido siendo asistente tanto de su padre como de su hermano, un día decidió buscar el reconocimiento de los estudios realizados en su casa y conseguir el título oficial para ejercer como dentista en la ciudad de México.
Fue en el antiguo Colegio de Medicina, a los 21 años de edad, que Margarita tendría que demostrar que sabía el oficio, que dominaba satisfactoriamente el conocimiento fisiológico, anatómico y tecnológico y que podría ejercer al igual que lo hacía cualquier dentista ya titulado.
Para conseguir ese anhelado título, Margarita consiguió una carta de un dentista profesional que avaló sus conocimientos, así mismo tuvo que presentar cartas de tres personas de reconocida solvencia moral que certificaran que Margarita era una persona decente y cristiana. Margarita tuvo que pagar 100 pesos, que era el costo del examen (una cantidad por cierto muy elevada ya que la extracción de una muela en ese entonces costaba aproximadamente un peso)
Ante la gran expectación que seguramente se dio en esa época de que una mujer pidiera recibir el título profesional de dentista, Margarita se presentó ante el jurado y ante ellos citó de memoria los últimos tratados dentísticos en inglés, español y francés. Así pues, fue en la época porfirista cuando el 1 de febrero de 1886, fecha memorable, la Junta Directiva de Instrucción Pública del Distrito Federal emitió el primer título profesional de dentista a una mujer en América Latina, a Margarita Chorné y Salazar. Un año después otra notable mujer mexicana recibiría su doctorado en medicina, la primera mujer mexicana en obtenerlo, ella era Matilde Montoya.
En 1906, Margarita Chorné y Salazar, orgullosamente mexicana, recibió la noticia de que la embajada de Francia le entregó la Cruz al Mérito y en 1908 por parte del Institut du Midi en Tolouse, Francia, un diploma y una medalla en reconocimiento por ser la primera mujer titulada en una profesión independiente en Latinoamérica.
Según un informe de la Historia de la Odontología, Margarita fue la primera dentista en dedicarse a la cirugía y en aplicar el éter en la anestesia general.
Margarita Chorné se casó y ejerció su carrera durante aproximadamente cuatro décadas, con una vida longeva y dedicada al servicio de los demás, murió en 1962, a los 98 años de edad.
Actualmente existe el premio “Doctora Margarita Chorné y Salazar” que lo otorga la Facultad de Odontología de la UNAM y en México hay un Centro de Salud que lleva su nombre.
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Despedida de Soltero
by Aris Oneshot para la ecuperweek 2023 Francisco iba de chaperón en la despedida de soltera de su cuñada, pero acabó enredado en una noche de pasión con uno de los hombres que rescató de las garras de las mujeres. Esta es la mañana después de eso. 1.258 palabras. Ao3
—Gracias… —susurró Francisco al recibir la taza de café que el hombre, Miguel, le ofrecía. La vergüenza hizo que bajara la cabeza rápidamente y bebió de la forma más tranquila y silenciosa de la que fue capaz, aun cuando se quemó la lengua con el primer sorbo.
El sujeto, Miguel, se apartó de la cama luego de un instante y fue a ocuparse de lo que sea que tuviera sobre la estufa, que olía estupendamente bien, tenía que decir. Se le hacía agua la boca, pero lamentablemente debía salir de allí enseguida antes de que lo tentara a quedarse con la comida, o con más sexo.
Había perdido la cabeza. Eso era: las luces de neón, la música y los vapores del bar lo habían trastornado, sin mencionar los gritos y la falta de decoro de sus hermanas y las amigas de Fernanda, que con un poco de alcohol encima comenzaron a estirar las manos hacia cualquier hombre que se les pasara por enfrente luego de que les escondieran a todos los vedettos. Entre sus víctimas se contaba el joven frente a él, al que heroicamente había arrancado de las garras de las mujeres antes de que le quitaran algo más que la bandeja con los tragos. No supo en qué momento el agradecimiento del muchacho derivó en un mutuo coqueteo y en algún punto de la noche, cuando ya tenía demasiado alcohol encima, Francisco había abandonado su puesto como chaperón en la despedida de soltera de su cuñada, para tener una noche de pasión en el pequeño loft de Miguel. Ya con la cabeza más clara luego de varias horas de sueño se daba cuenta de la estupidez que había hecho.
La falta de paredes, y la pequeña distancia que separaba la puerta de entrada de la cama les había venido estupendamente en la prisa que llevaban la noche anterior, pero ahora le impedían esconder su vergüenza de los ojos curiosos de su anfitrión, que lo observaba detenidamente entre cada sacudida que daba a las verduras. Se veía divino, con la camisa negra ceñida al cuerpo y el paño de cocina sobre el hombro, maniobrando con tanta seguridad y precisión el sartén sobre el fuego.
Bajó la mirada antes de que el rostro se le coloreara por completo. Tenía que salir de allí. Dejó la taza de café sobre la mesita de noche y bajó los pies a la alfombra dispuesto a levantarse e ir por sus cosas. Pero no tenía idea dónde había acabado todo, además de los calzoncillos que por suerte se había vuelto a poner en algún momento de la noche. Hizo un barrido rápido de la habitación y encontró sus pantalones a los pies de la cama junto a un zapato, el otro había ido a parar cerca de la puerta del baño y su camisa…
—¿Buscabas esto? —Miguel le alcanzó la prenda que le faltaba para volver a ser un hombre decente, y acto seguido se recostó junto a él sobre las mantas revueltas.
—Gracias… —Se plantó la camisa lo más rápido que pudo para cubrirse de los ojos indiscretos del otro hombre antes de que terminara de afectarlo. Por un instante se contuvo de decir cualquier cosa, pero la vergüenza finalmente le ganó y se deshizo en excusas para disculpar su comportamiento—… Te juro que nunca me había pasado esto. Nunca hago este tipo de cosas.
—¿Te refieres a ir a la cama con alguien que acabas de conocer? ¿O quedarte en su casa hasta el desayuno? —preguntó Miguel con una mueca divertida, mientras acercaba una mano a juguetear con los bordes de su camisa.
—Lo del sexo con extraños.
—Ya veo. —El joven entonces dejó en paz la ropa de Francisco, llevando la mano a descansar sin vergüenza sobre su muslo, acariciándolo suavemente con su pulgar—. Yo tampoco lo había hecho antes.
—¿En serio? —exclamó Francisco, con un tono de incredulidad demasiado evidente que hizo que Miguel levantara una ceja, indignado—. Disculpa, pero es que anoche te manejabas con tanta confianza que pensé... —Una nueva mirada de esos penetrantes ojos amarillos lo hicieron tragarse el resto de la explicación y bajar la cabeza, avergonzado—. Perdón.
—Bueno, tú tampoco eras precisamente la imagen de la timidez. —Bromeó Miguel. El moreno se levantó para quedar sentado junto a él. Su respiración le rozaba la mejilla erizándole la piel, más aún la mano que seguía reposada sobre su muslo y el brazo alrededor de su espalda que lo llevaba a recostarse.
Francisco no pudo evitar reírse de la naturalidad con que Miguel se acomodó nuevamente entre sus piernas, y se abstuvo de cualquier reproche contra sí mismo por la facilidad con que se lo permitió.
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—Que no es un striper, es uno de los camareros… —Volvía a intentar explicarle a Rodrigo en el teléfono.
De sus tres hermanos, había esperado que fuera Catalina en su rol de hermana mayor quien acabara llamándolo para preguntar por su paradero y reprocharle la moral relajada de la que estaba haciendo gala al pasar toda la mañana en el departamento de un hombre desconocido. «Esos no son los valores que le inculcamos en esta casa», estuvo imaginando que le soltaría, pero suponía que tanto ella como María estaban conscientes que luego del espectáculo que dieron la noche anterior ya no tenían ninguna autoridad moral sobre él. Así que ahí estaba Rodri haciendo el trabajo sucio.
—De hecho, no soy camarero, solo llevaba unos tragos cuando esas mujeres me secuestraron. —aclaró Miguel, acomodándose a su lado en el sofá luego de terminar con los platos sucios.
—¡Ves! Ni siquiera es camarero, es solo otro civil inocente.
—¡¿Es que sigues con él?! ¿Sabes la hora que es, Francisco? ¡¿No tienes vergüenza hombre?! —Volvió a recriminarle su hermano.
—A él no le molesta que esté aquí. De hecho, no ha querido dejarme ir en todo el día —Los brazos de Miguel abrazándolo por la cintura mientras besaba su cuello no hicieron más que confirmarlo.
—Por favor, dime que no te la está metiendo mientras hablamos… —suspiró Rodrigo luego de escuchar sus risitas junto al teléfono.
—¡Ay! No tienes por qué ser tan vulgar. No veo qué tiene de malo que nos estemos conociendo mejor, si resultó ser un buen chico. —dijo, dándole palmaditas a la mejilla de Miguel esperando que del otro lado lo escucharan. Francisco alcanzó a oír las exclamaciones escandalizadas de sus hermanas y las risotadas de Fernanda al otro lado, confirmándole que estaban todas allí y atentas a la conversación.
—Espero que no se te ocurra venir con el cordero de Dios al matrimonio, no quiero tener que explicarles a mis hijos en diez años más quién era el aparecido que está junto al tío en todas las fotos.
—Migue, mi hermano pregunta si quieres ser mi acompañarme en su boda hetero con gente aburrida y mala música. — No sabía de dónde estaba saliendo tanta insolencia de su parte, tal vez era el apoyo de la novia lo que lo avivaba, pero francamente era interesante sentirse como el hermanito rebelde por una vez.
—Mmm, ¿Habrá barra libre? —preguntó Miguel, siguiéndole el juego.
—Creo que sí.
—Entonces iré, pero solo si puedo acostarme con el padrino —aceptó, dándole un sonoro beso en los labios, causando más gritos indignados de sus hermanos al otro lado del teléfono.
Por suerte Rodrigo no tuvo que preocuparse de relatarles esa escandalosa historia a sus hijos, siendo que para cuando llegó el primero de ellos el aparecido ya estaba bien instalado en la familia como uno de sus padrinos y marido de Francisco.
#latin hetalia#ecuperweek2023#ecuperweek#ecuper#perecu#lh: ecuador#lh: peru#lh: panama#fanfic#menciones de#lh: colombia#lh: venezuela#lh: costa rica#our post#our posts
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presentando a : 𝗙𝗘𝗟𝗜𝗫 𝗥𝗛𝗢𝗗𝗘𝗦 — veintiséis, bartender / guitarrista en una banda, esqueleto 𝐛𝟐 * 𝐭𝐡𝐞 𝟏𝟕𝟕𝟕.
hooola! acá daisy nuevamente, presentando a su segundo e último hijo. repitiendo lo mismo que con ophelia, bajo el read more encontrarán más información acerca de él, pueden darle like a este post e iré corriendo a molestarles y cualquier cosita me pueden preguntar por im o en discord ( dandelions#2720 ).
viene directamente desde las vegas, su padre un agente de bienes raíces y su madre se desempeña en distintos trabajos a lo largo de su estadía en la ciudad, especialmente en los casinos, lugar en el que estaba prohibida la entrada a menores pero su madre le metía a escondidas junto a sus hermanos.
es el hijo del medio, tres en total, solo hombres, lo que su progenitora en más de una ocasión bromea con que es su maldición... felix sin sentido del humor, termina creyéndole, lo que no se aleja en demasía de la realidad.
su padre siempre se encontraba en conferencias fuera de la ciudad, por lo que el tiempo libre de felix era gastado merodeando entre hoteles y casinos, los empleados y regulares tomándole cariño a él y sus hermanos. es así como termina encontrando su pasión en la música gracias a un par de compañeros de su madre quienes le enseñan a tocar la guitarra y el piano. pero también encuentra malos hábitos... como el mundo de las apuestas, comienza con pequeñeces como un par de paquetes de galletas, pero luego son billetes, joyas y más.
a los catorce años se muda a los angeles, jurando que sus padres solamente lo hacían para arruinarle la vida, porque al parecer el patriarca de los rhodes ha encontrado un trabajo estable con paga suficiente para darle un futuro decente a su descendencia, pero a felix no podría importarle menos, aunque la idea de asistir a la universidad siempre ha estado presente.
detestaba la escuela, sus calificaciones dejaban mucho que desear, especialmente al sentirse rodeado de gente superficial donde las apariencias son la esencia. es juzgado de inmediato por el trabajo de su madre, quién en aquel momento se desempeña limpiando habitaciones de hotel.
( tw accidente automovilístico, alcoholismo, ludopatia ) lo que termina por fracturar a su familia es la muerte de su hermano mayor en un accidente cuando venía de regreso de las celebraciones que tenía con un par de amigos luego de recibir sus cartas de aceptación de la universidad. su progenitora cae en una depresión que le impide continuar trabajando, mientras que su padre parece nuevamente encontrarse muy ocupado con sus conferencias y viajes, y rápidamente el dinero comienza a escasear. es ahí cuando felix tiene que conseguir un empleo de medio tiempo que no alcanza para pagar las facturas, forma parte de una banda que nunca logra conseguir presentaciones... así que termina por acudir a las apuestas siendo su última esperanza, lo que le lleva a toparse con las personas incorrectas.
afortunadamente ha logrado zafarse de las peores situaciones, cambia de banda un par de veces, incluso decide ir de solista por un tiempo, consigue nuevos trabajos que ayuden a solventar a su madre y hermano menor ( dejando las apuestas en secreto ), idea de asistir a la universidad viéndose cada vez más lejos, especialmente cuando no vuelve a oír palabra alguna por parte de su padre.
a pesar de los años que han transcurrido, aún le envía dinero a su madre, aunque lo hace en secreto.
su personalidad : ENIGMÁTICA aura se cierne sobre su cabeza, es difícil saber lo que está realmente pensando o si se contradice con su actuar, INTELIGENTE pero no lo suficiente para discernir si comportamiento tendrá algún efecto negativo hacía su salud o su bienestar general. dicen por ahí que la CURIOSIDAD mató al gato, muchas veces complementándose a PROBLEMATICA personalidad, haciendo una pésima mezcla. bastante DESCONFIADO, a veces incluso hasta de su propia sombra, aunque no se le hace imposible llevar una conversación con un desconocido. pero una vez que entra en confianza es LEAL al punto que no le importa involucrarse en alguna pelea por ayudar a su círculo cercano.
con él también busco todo tipo de conexiones! y estamos abiertos a todo bc we dumb :-/ lo que se me ocurre por ahora es más de algún partner in crime, personas que frecuenten el bar donde trabaja, exes que quizás pensaban que tenía una familia secreta alguna vez que le atraparon arreglando el sobre con dinero que le envía a su madre, compañeros de bandas previas, enemigos, etc.
ya saben, cualquier cosita me hablan!
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§ 3.584. Gritos en la noche (Jesus Franco, 1962)
SÁBADO, 23 DE NOVIEMBRE DE 2024
Insisto. Jesús Franco en sus primeras etapas fue un director prometedor, decente, con ideas, impulso, iniciativa y un punto de sofisticación que hacía sus obras muy agradables. Se podían ver, tenían tino, trama, y estaban impulsadas desde la creatividad, el guión, la música y los códigos cinematográficos.
Sus primeras películas tenían lo que las películas tienen que tiene. Luego, entre la pulsión erótica, los desnudos sin sentido, la necesidad de rodar constantemente, seguramente un punto de egocentrismo desproporcionado, y quizá la necesidad económica le impulsaron a rodar y rodar perdiendo por completo el sentido fílmico, las ideas, su personalidad y su forma de hacer las cosas. Convirtiendo sus productos en un pastiche insufrible la mayoría de las veces, cuando no en un producto ramplón y vulgar.
Esta cinta está llena de ideas. Un punto de impresionismo alemán en los blancos y negros, la tensión al estilo de las cintas de Hitchcock, un guión que podría estar basado en un cuento de Poe, en algún fotógrafa pueden verse recreaciones de Bergman, inconfundible en "El séptimo sello" (1957)
incluso, por momentos, una recreación de La Torre de los Siete Jorobados (Edgar Neville, 1944).
Es la primera aparición del Doctor Orloff, creación propia del director y mito del Fantaterror patrio, género de lo más interesante.
Me fallan los actores. Conrado San Martín es el inspector y Howard Vernon, al que no veo fuera de las películas del oeste sin pistola y a caballo, es el doctor Orloff. Las chicas son Diana Lorys, Perla Cristal, y María Silva.
Me parece de lo más interesante.
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Escupiendo pensamientos y hablando de música
No lo puedo sacar de mi cabeza, perdón, pero no hablaré mucho de él, pensando en algunas cosas que me dijo creo que lo estaba repitiendo de alguien más, alguien se lo dijo y él empezó a pensar de esa forma, cuando estaba con él era mas empático y escuchaba, las últimas veces que hablamos parecía tener rencor, pero no lo culpo realmente. Hoy es de los días en los que lo extraño, fue bueno y ahora solo es un recuerdo bueno, me deja una sensación agridulce, puede que me haya tenido presente porque ya no lo tenía en mi lista de amigos en Fortnite, eso me recordó a que quería eliminarlo porque a veces entraba a su perfil para ver que estaba haciendo, estaba jugando COD cuando lo elimine. Es bueno que haya perdido mi cargador porque quería escribirle algo como "dime que estás bien, que no piensas en mi para saber que soy tonta porque yo sigo haciéndolo" perder mi dignidad, puedo extrañarlo pero no me arrepiento de nada.
Hoy en mi clase de guitarra creo que estaba presionando demasiado, mis dedos estaban mas marcados que usualmente y mi muñeca dolía, suelo estar muy tensa, cuando no me sale algo digo "me equivoque" y mi profe respondió que si hacía eso me sería mas difícil aprender y que en el método que usa no puede usar palabras con connotación negativa, no es "te equivocaste de nota" es "tocaste una nota diferente" estoy intentando ser mas amable. Mi interés por la guitarra pudo iniciar por un cover de Vermillion, lo veía todos los días, pero antes de eso me obsesione con un cover de batería de Sugar, empecé a estar interesada en tocar este instrumento pero en esos momentos tenía mucho dolor en mis piernas muy seguido así que no estaba segura, creo que fue bueno porque la batería guía el tempo y este no se me da, es lo que más me cuesta y odio el metrónomo. Debo aprender a leer partituras porque es más completa que la tablatura, sinceramente yo prefiero como copiaba las canciones en primaria "sol sol sol do re mi do re mi fa" diría que la vida era mejor cuando escribía así pero odiaba la clase de música, no me caía bien la maestra ni tocar la flauta pero creo que se me daba decente, muchas veces no sabía que hacía y nunca hubo algún problema, incluso una vez mis compañeros me siguieron. Tocabamos lo clásico, villancicos, que recuerdo con cariño, canciones del día del padre y madre, la guadalupana y las mañanitas, no me gustaba tener que hacerlo pero me gustaban los eventos (a veces) debería dedicarles un post, recuerdo que la maestra nos puso una canción del día del padre y muchos lloraron, no recuerdo bien mi reacción pero creo que no me gusto la canción. Durante un tiempo tuve un teclado, era de mi hermana pero nunca lo tocó así que yo quería intentar, entré al taller de música en secundaria pero era pandemia así que se me complicaba un poco, cuando fue presencial nunca fui, era el mismo día que el taller de oratoria además de que no me gustaba las canciones que ponían, Aleluya y We Are The Champions me tienen hasta la madre. No me gustaban los instrumentos pero, al menos cuando era niña, me gustaba cantar, lo hacía con mi hermana con canciones de Vocaloid o FNAF y lo único bueno de los lunes cuando nos obligaban a dar honores a la bandera era cuando podía cantar el himno.
Me cansé de escribir, iba a escribir mas sobre expandir mis gustos musicales pero nah, solo quiero asegurarme de tener sueño porque mi celular no tiene pila, perdí el cargador.
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Twitter Drama #1 : Sobre aquel hilo de Nvnte Japan Parte V ★彡
PARTE I AQUÍ
PARTE II AQUÍ
PARTE III AQUÍ
PARTE IV AQUÍ
Me gustan, no los escucho mucho pero uno de ellos tiene una voz muy bonita. De por sí los boygroups de EXILE son bastante interesantes porque la mayoría cantan y bailan bien, además de que muchas veces tienen canciones con rap y vibras de r&b muy chill.
CALIFICACIÓN: OK
De sus viejas generaciones tienen canciones que me gustan mucho, y aunque en sí no soy muy amiga de las idols femeninas de Japón... tolero a Morning Musume. Osea, no me encantan y mucho menos son de mis faves pero sí tienen una que otra canción buena.
CALIFICACIÓN: OK
Un grupo de J-Pop aburrido que lleva mil años haciendo exactamente lo mismo sin innovar. La verdad que nunca entenderé porque este tipo de artistas son ridículamente populares en Japón.
CALIFICACIÓN: MEDIOCRE
No los escucho, pero los respeto. Sólo conozco su canción Yasei No Energy y me gusta mucho la voz del vocalista.
CALIFICACIÓN: OK
Be:First son un buen ejemplo de porque los bgs japoneses con este formato son actualmente mucho mejores que los grupos de K-Pop, son muy auténticos y aunque no siempre sacan bops, van por buen camino tbh.
CALIFICACIÓN: OK
Una agrupación muy bonita y si la mayoría de girlgroups actualmente fuesen como ellas, el J-Pop de girlgroups sería otra cosa tbh. Cantan muy bonito y usualmente son consistentes.
CALIFICACIÓN: GREAT
Otro grupo aburrido que estaba en los primeros lugares de los charts por una canción mediocre (escrita por la reina de las canciones aburridas, Aimyon). Tienen b-sides decentes pero tristemente eso no paga las facturas.
CALIFICACIÓN: MEDIOCRE
Otro grupo Johnny que conozco bien, gracias a su hermetismo hacia el streaming
CLASIFICACIÓN: NO APLICA
Los he escuchado un par de veces y aunque si bien no me parecen malos, y aunque me consta que cierto personaje que los produce cuando está de ánimos hace buenos bops (por lo menos para Mariya los hacía en su día), no me llaman mucho la atención musicalmente. Si son way better than otros artistas Johnny's de su época y posteriores, pero aun se me hacen muy mid
CLASIFICACIÓN: MID
Fácil podría decir que SNO es una banda más, pero entiendo porque a través de los años han ganado prestigio y éxito, y es porque de este tipo de bandas, son los pocos que se animan a hacer algo distinto y fresco musicalmente hablando. No me gustan todas sus canciones, pero cuando se trata de sacar un bop, LO SACAN, y eso explica porque Habit se hizo tan viral en 2022 ó 2023. Aparte de esa canción cuando escuché su BEST me pude dar cuenta que tienen unos cuántos bops también... No son de mis favs, pero es de esos artistas mainstream actuales que entiendo porque la gente los escucha.
CLASIFICACIÓN: OK
Un artista de J-Pop que me consta que es de calidad, hasta la fecha sólo he escuchado el EP que contiene Shock y me sorprendió de buena manera lo complejo y diverso que sonaba. Este es el tipo de bandas que necesitamos.
CLASIFICACIÓN: GREAT
No me parecen malos, pero tampoco me parecen sorprendentes. Creería que son mid pero no sé si es porque el estilo de OOR es muy mainstream para mi gusto.
CLASIFICACIÓN: OK
Aprovecho para decirles que háganle streaming al último álbum de Daichi que está bien icónico. Es uno de solistas más completos que tiene el lado más pop del J-Pop, buenos vocales y su música dentro de su estilo siempre suena fresca y consistente. Es agradable ver que aun tiene cierto reconocimiento en Japón, por cierto.
CLASIFICACIÓN: ICONIC
MOTHER del Blasian J-Pop, tiene una voz icónica (de las más potentes que he escuchado en la industria J-Pop) y sus canciones de r&b suenan poderosas y agradables de escuchar. Creería que su música es la experiencia más cercana to actual black music en la industria del J-Pop.
CLASIFICACIÓN: ICONIC
Puse a ambos grupos seguidos porque no me voy a molestar en hacer una opinión para cada artista de estos. Puede que estos grupos sean atractivos para muchos fans del anime pero para mis estándares de J-Pop, tbh pienso que este tipo de grupos (no generalizo, hay algunos como Paradox Live que me parecen buenos, y está Hypnosismic también pero no los involucro porque a pesar de que no los escucho mucho, no me parecen malos) son bastante malos; vocales mediocres y composiciones que son de los más cliché, genérico y aburrido que hay. Además de que más a modo personal este tipo de grupos alimentan esta versión súper idealizada de las mujeres que muchos weebs tienen (cosa que en sí no me parece del todo mal, teniendo en cuenta que los boygroups venden la imagen contraria, pero a mí me resulta esto bastante incómodo as a girl myself) que es algo que no me gusta nada.
CLASIFICACIÓN: MEDIOCREx2
Me gusta mucho su voz y me parece que tiene su potencial y sus canciones buenas, pero su cercanía con la escena mainstream y la escena anison no me permiten del todo escucharla más a menudo. No es una mala artista, pero creo que quizás el hecho de que no tenga un estilo definido (el ejemplo de quizás en las escenas de la música japonesa no se pueda complacer a todos) hace que me cueste darle un chance porque no sé si vaya a ser el tipo de artista que quiera escuchar.
CLASIFICACIÓN: MEH
No me llaman la atención, he escuchado sus lanzamientos desde 2021 y la verdad es que no me llaman la atención para nada, I'm so sorry. No me parecen del todo malos, pero tampoco veo una buena razón de sobre porque debería escucharlos más a menudo.
CLASIFICACIÓN: MEH
Da-Ice son icons y se merecen que hayan ganado el reconocimiento que hayan ganado desde su hit "Citrus" en 2021. Los dos vocalistas del grupo tienen excelentes voces y de la buena mano que tiene Avex para este tipo de artistas (musicalmente hablando, no como empresa como tal), en los últimos años han ido por muy buen camino.
CLASIFICACIÓN: GREAT
No puedo opinar bien de este grupo porque Babymetal es la combinación de dos escenas de la cual no soy seguidora: El idol femenino y el metal. En lo particular no me llaman la atención, pero quizás debería darle props por intentar por ser idols mainstream con un concepto diferente al concepto usual de los grupos idol femeninos. Lo único que sí criticaría (aunque no es culpa de ellas en sí) sería el hecho de gracias al éxito de grupos con concepto bizarro como Atarashii Gakko y éste, la gente sólo conozca esta faceta un tanto sesgada del J-Pop que muchas veces se presta para statements en Internet erróneos y mal investigados hacia la música japonesa.
CLASIFICACIÓN: MEH (PARA MÍ)
Ya finalmente es el fin de esta serie y tbh, las opiniones dadas aquí son 100% subjetivas. Si se ponen salty porque estoy dando mi opinión sesgada en estos artistas (para mal o para bien), I'M SO SORRY NOT SORRY pero este es mi blog, NOT YOURS (: . Si alguien lee esta lista, espero que tenga el suficiente raciocinio para entender que los gustos son como los colores y que no se puede sastifacer a todos (: .
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ARROZ TRES DELICIAS
-¿No te pasa en estos viajes que ves algo en la ruta que parece un animal muerto y si es, te pone triste pero si no es, una parte tuya se decepciona?
El hotel estaba bien, decente. Igual, después de esa temporada en la India cualquier hotel con inodoro iba a estar bien para mi. Cuando llegamos, una señora tejiendo levanto la mirada para saludar, estaba sentada al aire libre en el banco de la entrada. Me acuerdo pensar que hacía mucho que no veía a nadie tejer. También que no entendía que hacía afuera con tanto frío.
Por suerte no tuvimos que esperar para hacer el check in. La chica de la recepción le hizo unos chistes a Sebastian, que molesta es la complicidad ajena.
Dejamos las cosas en la habitación, a los cinco minutos ya estaba hecha un quilombo. Sebastian se tiró en la cama. Yo me moría de hambre y no pude disimular.
-Ya vamos - me dijo - Dame un ratito, estoy cansado de manejar.
-Dormí vos, yo me voy a buscar algo para comer, no aguanto más- Salimos tan tarde que el desayuno había quedado corto y lejos.
La de la recepción puso cara de ternura cuando le pregunté por un lugar para comer. Los pueblos de España y la siesta me desesperan. Salí en busca de algún kebab abierto. Me encontré uno de estos bares que parecen tradicionales pero son regenteados por chinos. Había gente en la terraza tomando cerveza y recé porque tuvieran algo para comer. Tenían, arroz con camarones. Pedí y me senté afuera. Que lindo es el sol de invierno.
Me acordé de los días en Indonesia, del calor insufrible. Qué rápido olvidamos lo que el clima nos hacer sentir. Estuve una semana descompuesta en la única isla que tenia los baños sin techo. Tenía que cagar con paraguas para no insolarme. Turismo exótico le dicen.
Llegó la comida, ya me estaba sintiendo mejor. Cuando se fué la camarera intenté acordarme cuándo fue la ultima vez que comí sola, no lo supe, tampoco cuándo fue última vez que me sentí acompañada.
Al rato, lo que parecía el borracho del pueblo, se acercó balbuceando, tenía la cara roja y un olor que me cerró la garganta, una mezcla de alcohol y años de no bañarse. Intenté no hacer contacto visual para que no me moleste, pero no le importó. Puso las manos en la mesa, inspiró profundo y me escupió el plato. Nunca me voy a olvidar como la saliva se iba escurriendo entre el arroz.
-Me lo agraderás, coño.- Me dijo.
Quedé paralizada y me empecé a reir, me reí en la cara del borracho a carcajadas. Estaba poseida. Lo miré fijo, tenía ojos claros. Agarre el tenedor, lo cargué con el arroz alineado de su moco y me lo llevé a la boca. Ahora era el borracho el que se reía. -Cerda, me dijo. Se agarró la pija con un movimiento circular y se fue. Todos me estaban mirando, creo que estuve uno rato sin respirar. Pedí la cuenta y me fui.
De vuelta en el hotel, Sebastian estaba despierto mirando el celular.
-¿Comiste rico? me dijo
Ni llegué a responder, corrí al baño y vomité.
Al día siguiente, no tenía ganas de levantarme. Sebastian se fue a hacer una ruta de trekking que había cerca. Cuando ya me dolía el cuerpo de estar acostada, me cambié, agarré las llaves del auto y salí.
Pensé que a lo mejor lo podía encontrar en su caminata, de paso limpiaba la culpa de no haberlo acompañarlo. Anduve sin rumbo ni música un rato. De lejos vi un auto con un policía parado al lado. Frené despacio y estacioné atrás.
-¿Pasó algo oficial? le dije, todavía no se ni porque frené, ni porque le dije oficial, como diría la protagonista de una peli de cable mal doblada. No respondió, pero vi hacia dónde apuntaba su vista. Era el borracho, estaba muerto. Me puse a llorar. El policía se dio vuelta y me preguntó:
-¿Lo conocías?
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Aprendiendo a bailar
- ¿Debo qué?
- Aprender a bailar. – Repitió Yami dándole una calada larga a su cigarrillo – No solo es asumir el cargo de Capitán o de Rey Mago, también tendrás que cumplir con las obligaciones sociales.
- Tienes esa mirada de idiota en tu cara, amigo. – Comento Magna con preocupación pasando su mano frente a su rostro.
- Es su misma cara de siempre. – Señalo Noelle con un gesto despectivo.
- Mocosa, enséñale a bailar. – Noelle parpadeo sorprendida cuando su gran mano cayó sobre su cabeza repentinamente agregando luego de una pausa – Etiqueta básica también.
- ¿Por qué yo? Finral es un noble, puede enseñarle.
- Los novatos deben ayudarse. Considéralo una misión.
- El chico sabe blandir una espada, Noelle. – Dijo Vanessa con una sonrisa – ¿Qué tan difícil puede ser enseñarle a bailar?
Fue difícil.
Bailar era una de las actividades que le dieron un escape de su familia, no tenía talento para el canto o el dibujo, hacía bordados decentes, pero bailar, mientras escuchaba la música y seguía las instrucciones de su tutora podía olvidarse de todo, así que puso todo su esfuerzo en ser excelente, se le daba casi naturalmente, en cambio, Asta se mantenía rígido, no se dejaba guiar por la música ni seguía sus pasos, ella no tenia tanta paciencia como para repetir lo mismo varias veces, por lo que luego de una hora suspiro frustrada intentando pensar en otra forma de enseñarle.
- Lo siento, Noelle.
- ¿Por qué no le muestras como se hace? – Sugirió Nero tomando su forma humana y extendiendo su mano hacia ella.
- ¿Bailaras conmigo? – Cuestiono con duda.
- También era una noble, Noelle, puede que este un poco oxidada, pero sé cómo hacerlo.
- Lo olvidó a veces, disculpa.
Noelle volvió a dar cuerda a la caja musical para que el sonido inundara la habitación, Nero tomo la postura del hombre y con más facilidad de la que esperaba, guio el baile magistralmente, estaba explicando los pasos y contando para mostrarle el ritmo cuando sus miradas se encontraron, vio una expresión que nunca había visto, distraída tropezó con sus pies deteniéndose.
- Perdón, Nero.
- No te preocupes. ¿Viste cómo se hace, Asta?
- Creo que sí, pero no sé si podría hacerlo tan bien, parecía que Noelle volaba. – Nero sonrió ante la reacción avergonzada de la princesa.
- Inténtalo de nuevo, Asta.
Animado hizo su mejor esfuerzo con resultados que apenas rozaban lo decente, para alguien que aprendía rápidamente a luchar, esto le estaba costando, después de dos semanas de ensayos continuos Noelle pensó en usar a Finral, tenía mucha paciencia, luego paso a Gauche, más intimidante, fue fácil que cooperara al sobornarlo con una tarde con Marie, y finalmente pasando a su ultima opción llamo al Vice Capitán.
- ¿Por qué crees que podría enseñarle?
- Es un noble, sabe cómo es esto, quizás sus técnicas funcionen y estoy desesperada, Liebe baila mejor. – Natch suspiro ante la petición de la chica, había visto las lamentables prácticas.
- Intentare hablar con él.
Encontró a Asta practicando con su espada en el jardín, el chico lo saludo con una amplia sonrisa al verlo acercarse, enterró el arma en el suelo.
- Noelle me pidió que te ayudara.
- ¿Con qué?
- Con el baile, fui un noble, Noelle piensa que puedo hacer algún tipo de magia para que aprendas a bailar.
- No tengo problemas con los pasos. – Explicó pensativo.
- ¿No?
- No.
- ¿Entonces? – Pregunto luego de permanecer un rato en silencio.
- Es Noelle.
- ¿Qué pasa con ella? Debe ser una compañera de baile decente, la realeza se enfoca mucho en esa parte de su educación.
- Noelle es la mejor. – Contesto con alegría – Lo hace con tanta elegancia, no duda, no tropieza y siempre pareciera que flotara, se mueve muy rápido. Se pone seria y sus ojos brillan con emoción.
¿Qué?
- ¿Te distrae Noelle cuando bailas? – Eligió cuidadosamente sus palabras para no tener ninguna duda.
- ¿Creo? Me quedo mirando su rostro y sin querer la termino pisando, y Noelle se molesta.
- ¿Te gusta, Noelle?
- Me gusta, Noelle, es mi mejor amiga. – No era exactamente la respuesta que esperaba, eso lo hizo vacilar, inseguro de como manejar la conversación desde ahora, quizás necesitaba la ayuda de Vanessa.
- ¿Me muestras como bailas?
- ¡Sí! Liebe ha practicado conmigo. – Afirmo con entusiasmo, el demonio hizo un resoplido de molestia, pero tomo su forma humana haciendo un pequeño baile de mala gana.
- En realidad es decente, mira a los pies de Noelle para que no te distraigas con la belleza de la princesa, así pueda darte el visto bueno.
- ¿No sería eso grosero?
- Un poco, pero al menos no sentiría que está fallando en enseñarte, se siente mal por eso.
- Oh, no lo sabía, Noelle es buena maestra, el error es mío, no quiero que se sienta mal.
Noelle se extrañó cuando Asta llego para exigirle que bailaran, ella estaba en proceso de bordar un pañuelo para Vanessa y se pinchó con la aguja, chillo más por la sorpresa que por el dolor, se apresuró a retirar su dedo para no ensuciar la tela, Asta estaba haciendo una escena así que le lanzo un chorro de agua para que se calmara.
Vanessa le curo el dedo con una risa divertida por el drama que hacía el chico, al terminar se fueron a la habitación para ensayar, Asta caminaba de forma rígida así que pensó que sería un desastre, en cambio, siguiendo el consejo de Natch mantuvo su mirada en sus pies, siguiendo los pasos sin problemas, aquello hizo sonreír a Noelle que se felicitaba a si misma por haber mandado al Vice Capitán.
- ¿Estás feliz, Noelle?
- Sí. – Asta levanto la mirada para ver su gran sonrisa, embelesado tropezó y piso su pie.
- ¡Lo siento! – En su nerviosismo se enredaron y terminaron cayendo al piso con un ruido sordo, Asta fue rápido para sujetarla por la cintura y girarla para evitar que se golpeara con el piso – ¿Estas bien?
- Sí. – Su rostro se ruborizo mientras sus manos se apoyaban sobre su musculoso pecho, podía sentir la dureza de los músculos bajo su piel y su cercanía, su mano sobre su cintura y la otra sujetando su hombro, se quedó sin aliento, sintiendo su corazón latiendo con fuerza.
- ¿Noelle?
- Te convertirás en Rey Mago, Asta. – Asevero con suavidad – Para que le demuestres a todos lo que vales.
- Por supuesto, si tengo tu apoyo no hay manera que no lo logre.
- Merezco tu primer baile como Rey Mago. – Dijo sentándose en el suelo, su rostro totalmente rojo con su agitado corazón sonando en sus oídos – Tienes que prometerme que no lo harás con nadie más.
- Lo prometo.
- ¿Me das tus palabras? No puedes mentirle a la realeza. – El chico entrelazos su dedo meñique con el suyo.
- Te lo prometo, Noelle.
Podía escuchar la música desde el salón, estaba nervioso, emocionado y lleno de un orgullo inmenso, Liebe se mantenía sentado cómodamente en su hombro derecho, impasible y tranquilo, miro hacia su lado izquierdo cuando escucho los pasos de tacones acercarse, Noelle vestía hermosamente, resaltando su cabello y sus preciosos ojos como gemas, extendió su mano para entrar juntos.
Su primer baile los esperaba.
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ㅤㅤㅤㅤㅤ🖇 Facts about me.
ㅤㅤㅤ#hkfacts + #hk_neongen
1. Me llamo Jin Junya.
2. Tengo 25 años
3. Me considero no binario.
4. Padezco de fobia social y ansiedad.
5. Los medicamentos me causan acidez y los consumo de ser necesario.
6. A causa de lo anterior prefiero la medicina natural.
7. Me gusta la herbolaria.
8. Mi primer experimento fue pomada para el dolor muscular.
9. La cosmetología natural me causa intriga y deseo especializarme en ella.
10. Me encanta el maquillaje.
11. Amo hacerme las uñas.
12. Tengo una adicción a los chunky shoes.
13. Mi estilo preferido es el asimétrico ó el cybergoth.
14. Me gustan las faldas largas y los tacones.
15. No puedo usar aretes de bisutería económica o me lastimo las orejas y sólo pasa con ello.
16. Soy alérgico a los cambios bruscos de temperatura.
17. Padezco de asma.
18. Debo dormir con el humidificador o estaré muerto al día siguiente.
19. El suavizante de telas que más uso es el de aroma a bebé.
20. Creyente de que la ropa no tiene género.
21. Tengo dotes de diseñador.
22. Bunka College en Japón es mi meta a largo plazo.
23. Odio el patronaje de prendas pero es necesario.
24. Mi abuela me hacía mis ropas cuando niño.
25. Viví mucho tiempo con mi abuela, ella siendo mi madre.
26. Me olvido de los rostros de mis padres.
27. No me gustaría volver a vivir en China.
28. Mi familia de Pekín por parte de mi padre es muy conservadora.
29. Soy excluido por "mis preferencias".
30. No me gusta que se tomen libertades conmigo.
31. De pequeño me obligaban a ir con mis primos mayores para jugar cosas de "varones" cuando prefería tejer o coser con mi abuela.
32. La cocina es un punto fuerte en mi.
33. Odio ser desorganizado en ella.
34. Odio lavar platos.
35. Amo el ramen casero/tradicional.
36. El sushi me gusta con mucho aguacatito.
37. Soy malo con la repostería en general.
38. En mi trabajo como cocinero, siempre le ruego a las ollas e insumos que conspiren a mi favor.
39. Las cocina es mi segundo lugar favorito.
40. El único postre que me sale decente son los mochis y a veces el pan de zanahoria.
41. Me gusta presumir ciertas cosas.
42. A veces me obsesiono con la limpieza.
43. Guardo cosas innecesarias porque creo que algún día servirá.
44. Me gusta el aroma de la gasolina, silicona, el ajo acitronado con mantequilla y del café recién tostado.
45. Mi color favorito es el verde neón.
46. Odio los colores pasteles pero me reflejan una bonita piel.
47. Me gusta la forma de mis ojos.
48. Mi madre me decía que parecía de porcelana.
49. Gasto mucho dinero el cremas para el cuerpo y protectores solares
50. No sé que es ahorrar (??)
51. Perdí como 40 dolares por ebrio y en apuestas.
52. El casino es mi pecado.
53. Estoy enamorado de Yani (aespa) soy su fan.
54. Para que me guste una chica , de verdad soy minucioso.
55. Tuve una novia hace como 5 años.
56. Soy un despechado pero no lo demuestro.
57. Me va mal en el amor.
58. Aprendí a no ser celoso y egoísta aunque me duela.
59. Me trago mucho de lo que quiero decir.
60. No sé decir "NO" a muchas cosas.
61. Soy fácil de tomar confianza por desgracia.
62. Mi mejor amigo se llama Auriel pero recientemente he encontrado otro y se volvió mi hermanito, su nombre es hyogo.
63. El móvil es mi todo.
64. Mi primer contacto de emergencia es mi abuela.
65. Utilizo muchas apps de edición pero termino poniendo un filtro a mis fotos y listo.
66. Me gusta editar y dibujar .
67. No suelo escuchar Kpop pero me gustan algunos grupos y/o canciones.
68. Prefiero reproducir Jrock todo el día.
69. Tengo una obsesión nueva con una banda, se llama KIZU.
70. Las canciones enfocadas al tema de la sociedad, que muchas veces son negativas,me llenan de sentimiento y motivación , soy raro.
71. Tengo playslist para todas mis actividades.
72. Cuando estoy solo en casa o no hay vecinos a ciertas horas, le subo el volumen a mi música satánica.
73. De pequeño deseaba tener un cuervo.
74. Creo en las energías más que en nuestro Dios pero tampoco es que me olvide de él.
75. Sí tuviera el valor de ser parte de la iglesia satánica, lo sería.
76. El infierno es mi fantasía.
77. Soy miedoso.
78. Sufrí una maldición de envidia cuando niño.
79. Tengo más pesadillas que sueños.
80. Mis pesadillas son de tacto real.
81. Siempre que algo feo cruza mis sueños termino despierto y llorando, no vuelvo a dormir por miedo.
82. Una vez despierto no regreso a dormir así sea la hora que sea.
83. Los baños con escencias trabajadas, siento me liberan de muchas cadenas que me atan a traumas.
84. El bullying escolar fue una parte muy marcada en mi vida.
85. El 70% de mi infancia es gris.
86. Llorar me da rabia.
87. Vomitar me da pánico y también lloro.
88. Mis enojos se descarrilaban con facilidad.
89. He roto cosas valiosas debido a mi furia.
90. Aprendí a controlarme hace dos años.
91. Soy feliz en la actualidad.
92. Colorear me da paz.
93. Los bosques son mi tercer lugar favorito.
94. En el futuro deseo ser un icono de la moda.
95. Mis amigos son contados pero los amo con todo el corazón.
96. Me gusta apodar a la gente gon nicks graciosos.
97. Mi risa es la de un perro con asma.
98. Me gustan muchísimo los perritos.
99. Los peces koi en la casa de huéspedes de mi abuela los crecí yo solo.
100. Siempre desearé lo mejor del mundo hasta a mi peor enemigo.
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Glee «Introducing Barbra St. James Berry»
Febrero de 2036
-¿Estás bien?, ¿más tranquilo?... —preguntó Blaine parándose delante de su esposo. -Mucho… ¿te importaría si nos quedamos otro rato más?, para ver a Rachel y todo… -No me importaría… iré a por esas cajitas verdes… —dijo señalando hacia atrás por encima de su hombro, le dio un beso y alcanzó a dar un par de pasos antes de girar sobre su propio pie y devolverse en lo avanzado— antes, una pregunta… -¿Si? -Cuando estábamos en la casa, dijiste algo de que tenias una… «cosa»… ¿puedo preguntar que es? —dijo Blaine mirándolo con los ojos empequeñecidos, Kurt sonrió coqueto y se acercó un poco más él para susurrarle la respuesta en el oído— ¿en serio?... —agregó sonriendo con travesura, su esposo gesticulo un si bien coqueto— ¿dónde compraste algo así?... -E-bay… —contestó Kurt alzando un hombro engreído. -¿Qué hay con E-bay?... —escuchó a sus espaldas, se dio media vuelta y vio a uno de los padres de Rachel— ¡Señor Berry!... —exclamó moviéndose hacia un costado para darle visibilidad a su esposo. -Por favor, llámame Hiram… ¿Kurt?, ¿verdad?... —preguntó señalándolo. -El mismo… —dijo este estirando su mano para saludarlo como correspondía— ¿cómo esta?... -Pues ya soy abuelo, así es que te lo imaginaras… —respondió saludándolo de vuelta— ¿tú?... —agregó mirando a Blaine— ¿podría decir... Daine?... -Cerca, Blaine...—corrigió saludando.
-Blaine… claro… el de la música… —Blaine hizo un gesto sonriente como diciendo «ese soy yo»— no se donde esta mi cabeza… seguro que perdida pensado en mi hija y mi nieta… -Si una chica Berry lo hacía perder la cabeza antes, imagínese dos… —dijo Kurt sonriendo. -¡Oye!, ¡es lo que LeRoy dijo!… —agregó Hiram también riendo, Kurt miró de reojo a Blaine sin saber si aquello debía ser comentado, ignorado o que. -Y… ¿ya conoció a su nieta?...—preguntó Blaine acercándose más a su esposo. -Aún no, bueno aun no la sostengo ni nada —contesto Hiram haciendo el ademán de quien mece a un bebe entre sus brazos— pero Jesse me llevo a verla y pude conocerla a través del vidrio de la incubadora… es la bebé mas bella que he visto en mi vida, después de Rachel claro...—contestó Hiram sonriendo feliz y orgulloso de su nieta. -Claro.. —repitieron Kurt y Blaine al unísono. -Disculpe Señor Berry… -Por favor llámame Hiram, que una estrella de Broadway como tu me llame por mi nombre, ni puedo empezar a explicarte lo que es… —agregó llevándose una mano al pecho. -Un honor… que puedo decir… —dijo Kurt haciendo los mismo gestos que el Papá de Rachel pero un poco más teatrales— en fin… —agrego al notar que Blaine lo hacía volver a lo importante con una carraspera — ¿dijo que la bebé está en una incubadora? -Si… pobre ángel… —dijo tomándose la cara. -¿Hay algún problema?... —pregunto Blaine sintiendo que Kurt de a poco buscaba su mano para tomarla. -No, bueno si, pero es algo más de precaución, le están haciendo un examen y cuando esté listo se la llevaran a Rachel… -¿Qué examen?... —insistió. -Uno para saber el motivo de la disminución de los latidos, uno que en nuestra generación duraba un par de días pero que ahora esta listo en una hora… —respondió Hiram blanqueando los ojos, Kurt alzó su ceja inquisidora al escuchar eso de «nuestra generación»— en fin… ¿ustedes ya la conocieron? —pregunto señalando a cada uno de manera alternada, Kurt miró a Blaine y lo dejó responder, después de todo aun no terminaba de tragarse eso de que el padre Rachel quisiera equipararlo en edad. -No… —contesto Blaine— solo pudimos hablar con Jesse, pero si no podemos verla hoy volveremos mañana… aunque por la hora tendría que decir más tarde… —agregó mirando la hora en su reloj pulsera. -¡Pues yo puedo llevarlos!... —exclamo Hiram señalándose a si mismo -¿Como? —dijeron ambos dando un respingo de sorpresa. -No a ver a Barbra por cierto, pero si a Rachel, así es que si... -¿Barbra?... —interrumpió Kurt sonriendo. -¿Era de esperarse?, ¿no creen? -Por supuesto… —añadió Blaine haciendo un gesto de obviedad con sus manos. -Vamos entonces… —dijo Hiram señalando hacia adelante, Blaine y Kurt miraron al unísono y se pusieron en marcha también al mismo tiempo, el padre de Rachel soltó una pequeña risa por lo bajo y se ubicó en medio de ambos, los tomo por los hombros y camino abrazado de ellos como un padre amoroso lo haría.. -Señor Be… es decir... Hiram… —se autocorrigió Kurt — ¿Rachel sabe que Barbra debe someterse a ese examen? —preguntó mientras avanzaban por uno de los pasillos del Mount Sinai. -Por supuesto que lo sabe… «honestidad, respeto y baile» aun son las bases de la familia Berry, aunque LeRoy faltara a dos de ellas… —contestó Hiram poniendo mala cara, Kurt y Blaine volvieron a intercambiar miradas— en el siguiente pasillo siguiente doblamos a la derecha...—añadió apuntando a donde dijera— y cuénteme , ¿qué es eso que compraron en E-bay?... —Kurt abrió un poco más sus ojos y contuvo la respiración un par de segundos— porque debo advertirles que conozco a alguien que puede hacer que sus compras lleguen más rápido… —agregó dándoles un par de palmadas a cada uno en la espalda. -No… no es necesario… —dijo Blaine alargando las vocales. -¿Seguro?, mi tipo ese es más que confiable...—insistió señalando la última de las puertas. -Seguro… —repitió Kurt— ¿esa es la habitación?... —agrego para cambiar de tema. -Esa es… —dijo Hiram adelantándose a ambos— si me permiten… veré si esta… ya saben decente… —agregó simulando que arreglaba su cabello como su hija lo haría, acto seguido, dio unos pequeños golpes a la puerta y se metió en la habitación. -Vaya con Hiram… no lo recordaba tan locuaz… —opino Kurt cruzándose de brazos. -Ni yo… aunque en realidad sólo trate con él un par de veces cuando estábamos en la escuela. -Pues yo lo he tratado mucho más que eso, así es que puedo opinar con propiedad, confía en mi que esa locuacidad no es tan común en él, aunque igual me gustaría aprovecharme de eso para saber cual de las tres reglas fue la que olvidó LeRoy y que acabó con su matrimonio… pero seguro y Rachel me la cuenta un día de estos… —dijo haciendo un gesto de desinterés con una de sus manos, Blaine sonrió apenas y luego bajó la cabeza un instante al sentir aquella punzada de celos que odiaba y que tenía que ver con la relación que su esposo tenía con su mejor amiga— ¿que?... -¿Que? -Vi eso… -¿Qué cosa? -Esa mueca que hiciste… -No sé de qué mueca estás hablando… -Lo sabes… claro que lo sabes, pero… —comenzó a decir Kurt mientras se acercaba a él, tanto como para sentir todas las sinuosidades de su cuerpo— Señor Anderson-Hummel, debe saber, que no existe nadie más importante para mi en este mundo que usted… fue así, es ahora y lo seguirá siendo… —agrego abrazándolo por el cuello. -¿No lo dices solo porque fue San Valentin hace como una hora? -No, lo digo porque es verdad… —insistió acercando su nariz a la de él. -¿Si?... —pregunto de vuelta Blaine tomándolo de la cintura. -Apuesta tus mejores partes a que sí… —añadió Kurt sonriendo, se mordió el labio y se inclinó hacia él para besarlo. -¡Wow!... ¡una super menor de edad presente!… —exclamó Hiram al tiempo que abría la puerta de la habitación. -¡Ay!... —dijo Kurt apartándose. -¿Barbra esta aquí?... —quiso saber Blaine asomando la cabeza por la puerta entreabierta. -La trajeron hace un par de minutos… pasen… —dijo el Papá de Rachel bajando el tono de su voz al mínimo al tiempo que hacía una seña para que terminaran de entrar, Rachel estaba recostada y tenía a la bebé en los brazos, tenía el cabello amarrado en una cola de caballo y sonería como si no pudiera más felicidad. -Chicos… —exclamó como en un grito ahogado— no puedo creer que volvieran… —añadió haciendo un puchero. -¿Y perdernos esto?... —dijo Kurt mientras se acercaba casi en punta de pies. -Fue niña… ¿supieron?... —agrego acrecentando su mueca infantil. -Supimos… —contesto Blaine parándose detrás de su esposo. -Rachel, es hermosa… —opino Kurt en cuanto pudo verle la cara— ¿puedo?...—pidió extendiendo sus brazos. -Por supuesto… mira cariño… el tío Kurt… —dijo mientras se la entregaba— Kurt, esta es Barbra St James Berry, futura estrella del espectáculo mundial... —agregó sonriendo como nunca— ten cuidado… —advirtió como si fuera necesario. -Por favor… he tenido a tres bebés en mis brazos antes de esta… —contestó Kurt tomando a Barbra como el experto padre que era— creo que tiene tu nariz… —opino riendo. -Lo sé… —respondió Rachel convirtiendo el puchero en un llanto bien divertido. -Perdona querida no quise… -No, si está bien… —dijo la chica llorando más, tomó la caja de pañuelos descartables y sacó cinco de una. -No pero de verdad… —insistió Kurt poniendo cara de complicación. -Tranquilo Kurt, el doctor dijo que era esperable un desajuste hormonal, la placenta y todo… —dijo Hiram acariciando el cabello de su hija, acto seguido le dio un beso en la cabeza provocando un lagrimeo más abundante. -Ah… —agregó Kurt poniendo un poco de cara de asco al escuchar eso de la placenta— que alivió entonces… —dijo tocándose la frente como si tuviera exceso de sudor, Hiram concordó con aquello haciendo un gesto como de reverencia y Rachel lloró con más ganas, Kurt quiso reír de aquello pero prefirió concentrarse en la recién nacida— hola Barbra… —dijo con voz calmada y tenue— mi nombre es Kurt, soy amigo de tu Mamá… si de tu Mamá… —repitió al ver que la bebé empezaba abrir sus ojos como si entendiera lo que estaba hablando— serás muy feliz en este mundo, te lo prometo… —agrego tomándole una manito— después de todo llegaste al mejor de los hogares, tu Mamá es un poco asfixiante pero es la mejor mujer que conozco… —terminó por decir besándole la frente. -¿Puedo cargarla yo ahora?... —pregunto Blaine sonriendo. -Por supuesto… —respondió Kurt entregándosela— mira pequeña, este es el tío Blaine, el de los brazos más fuertes y generosos que verás en tu vida— añadió mirándolo, Blaine sonrió, tomó un poco de aire y decidió pasar por alto y olvidar aquella inquietud y desasosiego que le provocaba aquella punzada odiosa de celos.
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hace tiempo no escribo como me gusta
No sé como partir porque de verdad estoy en blanco, solo sé que quiero volver a escribir con mi estilo. Estos días encerrada en casa me acuerdo de cosas, cosas que viví cuando era más joven, sigo siendo joven, pero una cualidad de crecer es que siempre podrás ser más viejo que ayer. Recordar cuando escuchaba música con mis amigos en la biblioteca de mi colegio, dónde supuestamente debería estar trabajando, así es como Cornerstone me remonta a ese momento, que debí haber apreciado bastante, porque a día de hoy sigo recordando con amor. Recordé cuando vimos Gummo, en clases de Cine, la verdad esto lo recordé porque en un video del Cesar. (Paréntesis necesario, porque ahora me están gustando los videos de ese guatón culiao bummer, sí, él no merece ser catalogado como boomer, being the bum that he is.) No recuerdo qué video, pero en la película donde quemaba un perro, horrible, ya recordé, El Efecto Mariposa. Gummo no me marcó por la escena del gato, ni cuando desayuna en una bañera asquerosa, me marcó por la canción de la onomatopeya del gallo y porque tuve que hacer una crítica a la película.
Y eso es lo que extraño, ese momento en mi colegio donde se me forzaba a tener un estilo narrativo, uno cual expresase mi identidad. Muchas de mis amigas dicen que les gusta mi escritura, la forma desenfrenada y ligera que tiene, que algo de ello se plasma en mis escrituras sobre coreanos, gringos, chinos, hongkoneses y demás nacionalidades que pueda haber y tener NCT. Solo que yo sé que puedo más, porque me limito, no quiero tocar tópicos que sé, no quiero sacar todo mi potencial, como si saber que escribir de ellos me pusiera un tapón en mis manos. ¿Eso es posible? O sea, obviamente es a mi cerebro, quien piensa cada palabra que pondré y la coreografía que llevará el texto plasmado. Sin embargo, no obstante, pero, a pesar de ello, no nace de mí colocar ciertas cosas, quiero hacerlo, solo que no quiero hacerlo.
Esto me recuerda a que quería hablar sobre unas notas con una profesora, pero me importaba tan poco que no quería. Dichas decisiones me hicieron hablarlo con mi psicóloga, quien ahora seria como mi mejor amiga, la adoro con mi alma porque me ha aguantado año tras año, obviamente mi papá le paga para que me aconseje. Bien, Paula me incentivó a ello, pero cuando le dije que no nacía me dijo que no lo hiciera, eso me hizo pensar que no siempre lo que tu encuentres correcto es lo correcto, una estupidez lo que escribí, mucha gente ha llegado a esas conclusiones, solo que cuando estás tan acostumbrada a hacer lo correcto, porque eres una persona correcta, es raro decir “Bien, no lo haré, porque no quiero”, ni siquiera estás evitando el tema, solo tomaste la resolución de no hacerlo. Es un sentimiento tan... Hermoso, tan necesario para alguien que está acostumbrada a hacer algo fructífero, que cuando hacía algo similar se veía castigada por su cerebro por no hacer ello ye evitarlo, que por primera vez hacerlo y estar correcto fue... Aliviador.
Pizza de camarón.
Cambio de tema, vi una historia recién de alguien que comió pizza con camarones y pensé lo delicioso que sabría ello. Mi mamá dice que son deditos de niños, no entiendo el comentario viniendo de alguien que come lengua de vaca, okay... Yo también como lengua de vaca, porque es rica... Maldita bastarda antivegana.
Shingeki.
Odio ese anime, manga, bueno el manga no, porque hasta yo lo veo y es bastante decente. Capaz ni odie dicha animación, odio a los fans y la necesidad de hacer notar esa historia. Sí, ya entendimos que te gusta, entendimos que estás viéndolo todas las semanas, pero por favor déjame disfrutar de otro contenido, porque te estás ganando unos charchazos, me sé tu RUT te los puedo depositar junto con quinientos pesos para que te compres un pliego de cartulina y un lápiz, con ellos puedes dibujar un bosquecito y piérdete en él, o de mejor manera escribir muchas características tuyas para por fin hacerte una vida, porque ME ESTRESA VER ESA MIERDA.
Bien, he dado por finalizado esta entrada estúpida, me gustaría hablar de Johnny, pero haré uno solo para él.
Corté lazos con las personas de la anterior post.
Saludos.
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Capitulo 1: Todas las chicas buenas se van al infierno.
Iba a ser otra noche tranquila para ti. Tenías tu té, un difusor lleno de aceite de lavanda en tu habitación, tus auriculares y tu portátil. Todo lo que querías hacer los fines de semana era darte un atracón de Netflix y tener un momento para ti mismo. Desde que empezó el nuevo semestre, estabas hasta los codos con el trabajo de todas tus clases. Como tu primer año había ido tan bien en cuanto a tus notas, estabas decidida a hacerlo mejor en tu segundo año. Tenías tu rutina y te aferraste a ella. Aunque le hizo un poco de daño a tu vida social, estabas convencido de que era lo mejor.
¿Qué diablos podría traerte este año que fuera nuevo de todos modos?
Bebiste a sorbos tu bebida y empezaste a ponerte los auriculares en la oreja cuando tu compañero de cuarto Hitch irrumpió.
"Oye", dijo mientras cerraba la puerta detrás de ella.
Sin esperar tu respuesta, Hitch se quitó toda la ropa y empezó a rebuscar en su vestidor para buscar algo nuevo. Aprendiste desde el principio que vivir con Hitch significaba que la verías desnuda más veces de las que quisieras.
Pero ella se sentía cómoda y segura de sí misma, y eso era algo que tenías que admirar.
"¿Otra noche acogedora?" se burlaba cuando miraba por encima del hombro.
"Sí. ¿Otra noche fuera?", le respondiste, haciendo que te sacara la lengua.
Tu compañera de cuarto durante tu primer año fue tranquila y reservada. Naturalmente, ustedes dos se llevaban bien. Pero luego ella se transfirió y te reasignaron una nueva compañera de cuarto para el siguiente año. Aunque te gustaba Hitch a tu manera, ella era diferente de tu antigua compañera de cuarto. Hitch estaba lejos de ser tranquilo, y no podía guardarse para sí misma para salvar su propia vida. Le encantaba hablar contigo incluso cuando querías tranquilidad, y no había nada que le gustara más que estar en tus asuntos. Eso era, cuando no iba a fiestas nocturnas, o traía diferentes chicos y chicas a la habitación.
Te acostumbraste tanto a ver las gomas de borrar atadas al pomo de la puerta a mitad del día, que la biblioteca casi se convirtió en tu segundo dormitorio.
Pero al menos tuvo la decencia de no llevarlos nunca a la habitación cuando estabas dormido. Por otra parte, siempre estabas dormido antes que ella.
"Maldita sea, ese no es el vestido que quiero", murmuró Hitch para sí misma.
Se acercó de puntillas a su cesta llena de ropa sucia y empezó a sacar la ropa de allí. Sacudió la cabeza mientras intentaba mantener su juicio, pero sabía que a Hitch no le importaba. Su mirada regresó a su computadora portátil y a la película que había cargado, pero se volvió a salir de sus pensamientos cuando escuchó a Hitch gritar.
"¡SÍ, PERFECTO!"
Tus ojos se abrieron de par en par para ver que sostenía la ropa más corta y ajustada que tenía. Mientras estabas segura de que era un simple vestido negro de tubo, juraste que desde lejos parecía más bien un top. Hitch saltó dentro del vestido tan pronto como lo encontró, y luego le roció perfume. Te hizo un guiño cuando te llamó la atención, y agarró su bolsa de maquillaje para sentarse en tu cama contigo mientras se preparaba.
"¿Qué película estás viendo esta noche?" preguntó mientras se aplicaba un poco de rímel en las pestañas.
Despreocupado, simplemente la miraste con una sonrisa, divertido y horrorizado por lo descuidada que se veía. Su pelo parecía enmarañado como si acabara de volver de un revolcón con una persona cualquiera, y por muy divertido que fuera para ti, no podías dejarla salir así.
"Algo del top 10 de Netflix", suspiraste, levantándote para conseguir un cepillo para el pelo.
"Gracias, nenas. ¿Qué brillo?" te sonrió mientras sostenía dos brillos de labios que parecían un tono o dos de uno al otro.
Tú saltaste tu cabeza hacia el rosado de su mano izquierda, y ella alabó tu decisión antes de pellizcarte las mejillas.
"Sabes que estás invitado a venir conmigo", te cantó Hitch.
Empezó a aplicar pegamento a una tira de pestañas, mientras le cepillabas el pelo, y tuviste que admitir que un toque de envidia floreció en tu estómago. A pesar de que Hitch se divirtió y se relacionó con gente de todas partes, se las arregló para ir a trabajar, seguir con sus clases y mantener un promedio decente. No era ni siquiera como si no fueras a tu justa parte de las fiestas. Tu primer año tuvo más que suficiente. Pero después de casi reprobar una clase y recibir los azotes verbales de tus padres, no estabas segura de querer volver a eso. Este no iba a ser el año de la diversión, y tenías que estar de acuerdo con ello.
"Hola", Hitch dijo tu nombre.
"¿Qué? Te he oído, pero no he dicho nada."
Hitch juntó sus pestañas y empezó a agitarlas hacia ti mientras se ajustaba a la sensación de las pestañas falsas sobre las reales.
"Lo sé. Y te digo que estás invitado".
Sus manos se entrelazaron con las tuyas mientras te daba un suave tirón hacia su pecho.
"Nena. Eres joven. Caliente. Soltera. Inteligente. Lo que sea. Te mereces divertirte un poco a veces. No digo que tengas que ser como yo, pero sal conmigo. Durante unas dos horas, y luego podemos irnos. Por favor. Odio pensar en ti sola en esta maldita habitación cada fin de semana. POR FAVOR".
Hitch estaba lleno de pucheros en este punto, rebotando en tu cama mientras trataba de rogarte que salieras con ella. Por la mirada en tu cara, ella podía ver que estabas meditando sobre ello. Sus dientes se encontraron con su labio inferior mientras contemplaba más sobre la decisión, y ella no dejó de suplicarle.
"Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Suéltese por una vez. Alivia algo de estrés conmigo. No tienes que quedarte todo el tiempo, sólo inténtalo. Incluso te maquillaré", suplicó. "Creo que tengo un vestido que también te puedo prestar."
"¿Está limpio?" bromeaste, soltando sus manos.
"Ja, ja. Muy gracioso", te puso los ojos en blanco. "Espera. ¡¿Eso es un sí?!"
Un suspiro salió de tus labios y la miraste durante un segundo demasiado tiempo. La verdad es que estabas estresado. Sonaba atractivo. Las noches en que Hitch entraba y salía del dormitorio te daba envidia a veces. Aunque no eras la más fiestera, aún así las disfrutabas de vez en cuando.
Algo así.
Tu sí era tranquilo, pero Hitch te abrazaba antes de que dijeras la palabra completa.
"De verdad, ¿vienes? Dime que no estás bromeando!" Ella vitoreó tu nombre y te dio un empujón en el pecho repetidamente por la emoción.
"Sí, Hitch. Hablo en serio, bájate, no puedo respirar", le diste un golpe en su hombro huesudo.
Ella se apartó de ti y aplaudió, pero tú le levantaste la mano antes de que pudiera decir nada más.
"Puedo maquillarme sola, sin embargo. Y tengo mi propia ropa", te reíste.
"¡¡¡MALDITA SEA, SÍ!!!" Hitch gritó. Entonces empezó a bailar por la habitación mientras intervenía su teléfono, completamente mareada como una colegiala por el hecho de que te unieras a ella por la noche.
Agarrando tu caddie para la ducha de tu cama, simplemente sacudiste la cabeza ante ella entre risas y corriste a los baños compartidos para poder al menos limpiarte antes de llegar.
La fiesta a la que Hitch quería llevarte era en una de las fraternidades del campus, supuestamente conocida por dar algunas de las mejores fiestas de tu universidad. Recordaste haber escuchado historias sobre el capítulo de Ekato Tessera, pero nunca antes tuviste la oportunidad de ir a ninguna de sus fiestas. La casa en sí no estaba muy lejos de donde estaba el edificio de tu dormitorio, así que tú y Hitch eligieron caminar la corta distancia.
Se maldijo brevemente mientras el viento frío rozaba sus piernas desnudas. Aunque no llevabas un vestido tan corto como Hitch, elegiste uno de tus vestidos más favorecedores. Cuando terminaste de peinarte y maquillarte, el lobo de Hitch te silbó, haciendo cumplidos a todo color sobre lo bonita que eras. Bromeó con que le ibas a robar todos los chicos, y que más vale que haya chicas para compensarlo.
No podías mentir, pero eso aumentó tu confianza. Aunque no eras una virgen ruborizada, hacía tiempo que no tenías sexo. La última vez fue con un tipo al azar con el que tuviste una composición inglesa, y no fue más que una decepción. Unos pocos golpes sin intentar tocar tu clítoris, y se acabó.
Desde entonces, no has vuelto a tener relaciones ocasionales.
A medida que los dos se acercaban a la casa, se podían ver franjas de gente entrando por la puerta. La casa estaba llena de música, y algunas personas ya estaban desmayadas en el jardín delantero junto a unos barriles de cerveza. Algunos de los chicos de la fraternidad empezaron a silbar mientras más chicas pasaban por la puerta, y sintiendo su incomodidad, Hitch le agarró del brazo y se puso delante de usted de forma protectora mientras le llevaba dentro de la casa.
"No les hagas caso", murmuró, girando la cabeza hacia ti y manteniéndote agarrado todo el tiempo. "Sólo son novatos o idiotas aspirantes a novatos".
Se rió de la mera idea de la vida griega, y agradeció a sus estrellas de la suerte por un amigo como Hitch en ese momento. Aunque ella se inmiscuyó en ti más de lo que te gustaba, no podías negar que tenía un buen corazón y que al menos se preocupaba por ti.
Cuando entrabas en el interior de la casa, podías ver a la gente bailando en una habitación, bebiendo, besándose, moliéndose unos a otros, y empaquetándose espalda con espalda como sardinas. Sintiendo tu leve incomodidad de nuevo por el tamaño de la fiesta, Hitch se movió para enganchar su brazo alrededor del tuyo y se inclinó.
"No te preocupes, no es la gente con la que estamos de fiesta. Por suerte para nosotros, conozco al presidente. Ni siquiera se molesta en estar aquí arriba la mitad del tiempo", frunció el ceño cuando los dos pasaron junto a una pareja que parecía estar tratando de tragarse la cara del otro.
Unos cuantos pases más entre la multitud, y Hitch finalmente te llevó a un espacio en la parte de atrás de la casa que estaba cerrado para la entrada. De pie fuera de la puerta había un tipo grande, rubio y bravucón que parecía que podía aplastar la cabeza de alguien con una mano. Hitch te hizo un guiño astuto cuando los dos se acercaron, y separó su brazo del tuyo.
"Oye Reiner, dile a Jean que estoy aquí. También he traído a un amigo. Espero que esté bien", Hitch inclinó sus hombros hacia él, dejando que sus dedos bailaran sobre su bíceps mientras ella hablaba.
Ni siquiera pudo contener su risa, especialmente porque el tipo llamado Reiner se dobló por ella con mucha facilidad y la mirada severa de su rostro se desvaneció. Desenganchó el walkie talkie que colgaba de la presilla de su cinturón y llamó por teléfono a Jean, quienquiera que fuera.
"Presidente", le susurró Hitch al oído, leyendo su mente.
"Por supuesto", se rió.
¿Qué? Nos enrollamos una o dos veces", se encogió de hombros. "Fue bueno, también. Obviamente tratando de conseguir algo de nuevo esta noche. Oh, Dios mío, tengo que contarte sobre esta vez cuando se comió mi..."
"Pueden entrar", dijo Reiner, interrumpiendo a Hitch y sacudiendo su cabeza hacia la puerta.
Los dos pasaron junto a él y pudieron ver escaleras que conducían a lo que parecía el sótano. Hitch los guió hacia abajo todo el tiempo, rehusando soltar su mano sin apoyo.
Si pensabas que el piso de arriba de la fraternidad era enorme, subestimaste lo grande que era el resto de la casa. El sótano era igual de espacioso, con una sala de estar, su propia cocina individual, lo que parecía dos baños, y unas cuantas puertas cerradas que asumías como dormitorios. La música aquí abajo era mucho más suave y fría, una mezcla de R&B y alternativa. Sin mencionar que había mucha menos gente. Parecía como si este espacio estuviera reservado para los que estaban más arriba en la jerarquía de la fraternidad y sus amigos.
"El presidente y el vicepresidente viven aquí abajo", se rió Hitch, leyendo tu mente.
"Déjame adivinar, ¿también has tenido la suerte de conectar con la VP?" preguntaste, dirigiéndote a ella con una sonrisa.
"¿Qué? No. Él es un cabrón, yo nunca lo haría. Y si eres inteligente, tú tampoco lo harías", advirtió, con la cara seria.
"Bueno, al menos hazme saber quién..."
¡"Hitch"! Me alegro de que lo hayas logrado", gritó una voz.
Los dos se volvieron para ver a un chico alto, de pelo arenoso, que se acercaba y asumieron que tenía que ser Jean por el abrazo tan amistoso que se dieron.
"Jean, esta es mi compañera de cuarto", Hitch te presentó con tu nombre y te acercó.
"Hola. Espero que te estés divirtiendo hasta ahora", dijo con una sonrisa amable. "Lo siento por lo que sea que hayas visto arriba. Es mi trabajo ser la niñera profesional de setenta idiotas y me voy los fines de semana".
Jean dijo esto con las manos en la cadera como una madre molesta, y ni tú ni Hitch pudieron reprimir su risa.
"Está bien, Jean. Gracias por recibirme", sonreíste.
"Claro. Cualquier amigo de Hitch es amigo mío. Si queréis beber, ese es vuestro hombre", dijo, haciendo un gesto a un chico bajito y semiblanco de la esquina que mezclaba al menos cuatro botellas diferentes de licor con soda.
Todos ustedes hicieron una mueca al ver esto, y Jean sacudió la cabeza con incredulidad y asco.
¡¿Estaba mezclando licores claros con otros oscuros?!
"O... hay bebidas en la nevera si quieres ir a la cocina", terminó Jean, leyendo la mente de todos.
"Gracias", respiró aliviado.
"Sí, por supuesto", dijo Jean, la molestia aún se le notaba en la cara.
Se podía ver que casi tenía la intención de acercarse a Connie para detenerlo, pero Hitch lo interrumpió antes de que pudiera hacerlo mientras ella le susurraba al oído, y Jean se relajó al tacto.
"Nena, vamos a... alejarnos un momento. ¿Estarás bien?" Hitch preguntó mientras ella se paraba frente a él.
Empezó a molestarte y a decir "por favor", y tú te reíste y asentiste.
¿Quién eras tú para bloquearla?
"Estaré bien. Vete. Hasta luego".
"¡Está bien, te quiero!" se rió antes de irse con Jean.
Los dos se fueron a su habitación, sin duda, y tuviste que admitir que eran una pareja muy linda. Aunque te dejó sola en la fiesta sin nadie con quien hablar, eras más que capaz de estar sola en una fiesta.
Incluso si lo odiabas.
Con tu compañero de cuarto fuera de la vista, decidiste ir a la cocina a buscar comida y bebida. El sótano podría haber pasado como su propio apartamento separado, y te dio envidia cuanto más lo explorabas. Cuando finalmente llegó a la cocina, vio que no había nadie allí, tímido de una chica que estaba vertiendo una bolsa de pretzels en un tazón para ella. En el mostrador de la cocina había bolsas de patatas fritas, agua y otros aperitivos. Sonreíste y te abriste paso hasta ella, y ahí estabas, solo por un segundo.
En serio, sólo un segundo.
Cuando encontraste una bebida que no odiabas del refrigerador y tenías una bolsa de papas fritas en tus manos, escuchaste a alguien entrando a la cocina. Intentaste darle la espalda para no verte obligado a entablar una conversación que no querías, y rezaste para que el que entrara no fuera tan "hablador".
Todo lo que querías era un momento de paz para terminar tu bebida y comerte tus patatas.
"Eren, tráeme un agua", escuchaste una voz que decía.
"No, Connie - tráela tú mismo. ¿Qué coño parezco?", respondió la otra voz. "Molesto como la mierda", la voz continuó murmurando mientras se acercaban a la cocina.
Quienquiera que haya entrado se dirigió a la cocina sin reconocerte, pero su humor cambió rápidamente una vez que llegaron a donde estabas parado.
Por favor, no me hables, pensaste.
"Oh. Hey", dijo la voz.
Qué suerte tienes.
Te volviste a tu lado para ver quién era, y pudiste decir con seguridad que nunca lo habías visto antes. Vestido con nada más que simples sudaderas negras, zapatillas de deporte y una camiseta blanca, podías decir que al tipo de al lado claramente no le importaba una mierda impresionar a nadie en la fiesta. Tenía el pelo castaño atado en un moño desordenado y suelto, lo que indica lo poco que le importaba su apariencia. Y no podías perderte sus brillantes ojos verde azulado que miraban a tus piernas desnudas sin vergüenza. Estaban medio tapados y un poco rojos, y podías oler el más mínimo olor a hierba cuando se acercaba. Cuando te encontrabas con su mirada, te hacía una sonrisa pícara y juvenil.
"Nunca te he visto antes. Soy Eren."
Te volviste para enfrentarlo y le diste tu nombre, el cual repitió unas tres veces antes de darte otra sonrisa. Extrañamente dulce para un chico de fraternidad, pensaste.
"Encantado de conocerte. Entonces", Eren comenzó a subir a los mostradores para poder sentarse en ellos mientras te hablaba. Estaba tan cerca de ti, que su muslo prácticamente tocaba tu brazo. "¿Por qué no te he visto por aquí? ¿Eres nuevo?"
"No, es sólo que nunca he estado en una de estas fiestas antes", te encogiste de hombros, metiéndote un chip en la boca.
"Ohhh. ¿No es muy fiestero? Tiene sentido. No lo pareces", inclinó la cabeza tratando de estudiarte.
¿De qué coño estaba hablando? Tuviste tu parte de fiestas. Fuiste a muchas el año pasado. Claro, ninguna de ellas fue así, pero ¿quién carajo era este tipo para juzgarte por algo?
"Yo no he dicho eso", dijiste a la defensiva, dando un paso atrás.
"Tranquilízate", se rió Eren. "No es algo malo. Si no eres tú, entonces no eres tú."
Retrocediste otro paso atrás de él, molesto por cómo trataba de analizarte a pesar de haberte conocido. Eren era tan... raro. ¿Cómo puede alguien ser tan encantador en un momento y desagradable al siguiente?
"Dije que nunca había estado en una de estas fiestas, no que no me divirtiera en absoluto".
"¿En serio? Me pregunto si nos hemos conocido en otras fiestas y no lo sabías", desafió Eren. "Creo que habría recordado a alguien como tú. Quiero decir, estos no son los únicos a los que voy. ¿Fuiste a la fiesta de Floch la semana pasada?"
Tenías que poner los ojos en blanco. ¿Este chico siempre fue tan molesto? ¿Siempre hablaba tanto? Estabas a punto de abrir la boca para responder pero Eren robó una de tus fichas antes de que pudieras y soltó una risa. Cuando echó la cabeza hacia atrás para hacerlo, pudiste ver la más mínima astilla de plata en su lengua que te indicaba que tenía un anillo en la lengua, lo cual fue inesperado pero extrañamente apropiado para él.
"Lo tomaré como un no", dijo con la boca llena de comida.
"¿Siempre eres así?", dijo. Eren extendió la mano para coger tus patatas otra vez, pero tú se las quitaste de las manos.
"¿Siempre como qué?" preguntó inocentemente, frunciendo sus cejas hacia ti e inclinando su cabeza de nuevo.
"Molesto".
"Maldición. ¿Es así?" Eren se llevó la mano al pecho como si estuviera herido por tu comentario.
Estabas a punto de responder pero te cortaste cuando alguien volvió a llamar a Eren. No estabas seguro de si estabas agradecido por eso o no.
"Voy para allá", gritó Eren. Saltó del mostrador y extendió su brazo sobre ti para pedirte otra patata frita, dándote la sonrisa más amplia mientras le mirabas fijamente. Eren continuó masticando la comida que te había robado en voz alta (y a propósito), luego se puso detrás de tu cintura para agarrar dos botellas de agua. Estaba incómodamente cerca, pero aún así estaba distante. Casi como si estuviera respetando tu espacio pero probando las aguas contigo al mismo tiempo.
"Bueno, fiestero o no, es bueno verte aquí", dijo, dándote una sonrisa una vez que tu nombre salió de sus labios.
Con eso, te dejó sola en la cocina.
Y ahí estaba otra vez.
Ese extraño encanto que rezumaba, sin quererlo. En el momento en que dijo tu nombre con sinceridad y una sonrisa, te recordó a un chico de al lado. Del tipo con el que crecerías y te enamorarías durante años. Pero hace unos segundos, cuando te presionaba a propósito y trataba de que admitieras que no eras un gran fiestero, te recordó a los deportistas que solían merodear por tu instituto. Los idiotas que aplastaban latas de refresco contra sus cabezas para demostrar que podían hacerlo.
No estabas seguro de lo que sentías por él, pero era... interesante.
Eso era seguro.
"Yo", una voz llamó a la cocina.
Lo reconociste como el cantinero que Jean te presentó antes cuando entró.
"Estamos a punto de jugar 7 minutos en el cielo, ¿quieres unirte?"
Suprimiste un giro de ojos. ¿Estábamos todos en el instituto?
"Es eso o el strip póquer, y veo a estos tipos desnudos todo el tiempo sin querer. Elige", se encogió de hombros mientras leía la expresión de tu cara.
Suspiraste y te diste una bofetada en la cabeza, y tiraste tu bolsa de patatas casi vacía a una papelera cercana. Estabas aquí para aliviar el estrés. ¿Y qué si eso significaba que te emborracharas un poco y te besaras con un extraño? Caminando hacia la nevera, cogiste otra de las limonadas duras que estaban guardadas en la parte de atrás y le quitaste la tapa para poder tomar un sorbo. Mientras bebías, sacaste el teléfono para comprobar si había algún mensaje, y viste que tenías uno de Hitch.
Simplemente decía, "Ocupado.... ocupándose. XO".
Parecía que no tenías más remedio que quedarte un rato de todos modos.
Cuando saliste al salón, todos estaban sentados en el suelo con sus bebidas o en los sofás. Por el rabillo del ojo, viste a Eren yendo hacia el sofá para poder recostar su cabeza en el regazo de una chica cualquiera. Y mientras ella protestaba juguetonamente al principio, todo lo que tenía que hacer era darle esa dulce sonrisa suya y ella aceptó sin pelear.
Realmente era un bastardo encantador, ¿no?
Encontró un lugar acogedor cerca de la esquina junto a la chica que vio en la cocina antes. Estaba sentada en un sofá con un tazón de pretzels entre sus piernas, y tan pronto como se sentó, le ofreció algunos y se presentó. Te presentaste de nuevo a ella y cortésmente rechazaste tu bebida, pero aun así la apreciaste.
Connie parecía estar a cargo del juego, y leyó las reglas a todos, la mitad de los cuales ni siquiera prestaban atención. Si no estaban en sus teléfonos, sus ojos estaban pegados a la pantalla del televisor, que estaba proyectando una película arrancada de los cines.
Pero las reglas eran bastante simples.
Todos tenían que escribir sus nombres y ponerlos en un cubo. Connie sacaba dos papeles al azar, y quienquiera que eligiera, tenía que ir al armario durante siete minutos enteros para besarse, follar o hacer lo que quisiera. La única regla era que tenían que estar ahí durante los siete minutos completos.
Era más entretenido de lo que pensabas que sería. A medida que pasaba la noche, las chicas entraban con los chicos, los chicos con los chicos, las chicas con las chicas, y así sucesivamente. Se dieron aplausos y aplausos a todas las personas lo suficientemente valientes como para salir y entrar, pero no fue nada demasiado ruidoso, sorprendentemente. Se oían los ocasionales gemidos y algunos golpes contra la puerta del armario, pero nadie parecía particularmente lascivo con nada de lo que hacía. Todos querían pasar el rato y hacer algo para pasar el tiempo, en su mayoría. Pero se suponía que si querían follar, los chicos tenían sus habitaciones individuales para ello.
¿Por qué molestarse en hacerlo en un armario?
"Muy bien, el próximo par va a ser... Eren."
Eren levantó la vista de su teléfono, pero no levantó la cabeza del regazo de la chica mientras esperaba escuchar con quién más sería emparejado. No podías mentir, también lo anticipaste. Te preguntaste cómo reaccionaría o si se molestaría en entrar de todos modos. Era un poco impredecible para ti. Era tan...
"Hey", Sasha, la chica que estaba a tu lado, te dio un codazo y dijo tu nombre.
"¿Qué?"
"¿No escuchaste a Connie? Estás emparejado con Eren, ¡vamos!"
De hecho, no habías escuchado a Connie. Estabas demasiado ocupado pensando en Eren que ni siquiera se registró a tu nombre que no tendrías tiempo para hacerlo. Cuando Sasha pudo llamar tu atención, Eren salió del sofá y se acercó al armario con una leve sonrisa en su rostro. Cruzó los brazos mientras esperaba que llegaras, y podías sentir tu corazón martilleando en tu pecho con cada paso que dabas.
¿Por qué estabas tan nervioso?
Eren te miró por el rabillo del ojo una vez que estuviste a su lado, y ambos esperaron a que Connie abriera la puerta. Una vez que lo hizo, ambos entraron y se enfrentaron a Connie y al resto de la gente en la habitación. Connie les dio a los dos el visto bueno, como lo hizo con cualquier otro par, y luego puso el temporizador en su teléfono.
"Muy bien, niños. Diviértanse", sonrió.
Entonces la puerta se cerró detrás de ti, y escuchaste el débil "clic" de la cerradura.
El armario estaba apretado, dejándoos a ti y a Eren sin apenas espacio para moveros. Aunque no había ninguna fuente de luz a tu alrededor, podías ver su cara en medio de la oscuridad. Estaba tan cerca de ti que podías oler su olor con cada inhalación que hacías. El olor a hierba se había disipado de su ropa, y todo lo que podías oler era una mezcla de vainilla, almizcle y menta. Empezaste a moverte en el lugar mientras pensabas en lo atractivo que era de cerca, y Eren pareció notar tu incomodidad.
"En realidad no tenemos que hacer nada si no quieres", susurró.
Se podía oír la sinceridad de su voz, que era un cambio tan bienvenido de la forma en que te habló cuando te conoció en la cocina. Era suave, y gentil. Incluso la forma en que se paró frente a ti fue diferente. Se inclinaba hacia un lado, tratando de darte todo el espacio que podía, lo cual era muy significativo considerando lo pequeño que era el armario. Los dos seguían estando cerca el uno del otro de todos modos, pero él lo intentó. Aunque apreciabas el gesto, no podías evitar contar el tiempo en tu cabeza. Siete minutos pasaban rápidamente, y estabas a punto de dejar pasar la oportunidad de besar a un chico guapo. Cuanto más lo pensabas, más atractivo era, sólo para ser tocado, incluso por un rato. Eren era lo suficientemente atractivo, y parecía respetar tus límites, al menos en este momento. Era extraño, pero la timidez que parecía exudar cuando ustedes dos estaban a puertas cerradas sólo hacía que lo quisieras más.
"Está bien, en realidad. Quiero..." murmurabas mientras te acercabas a él, así que los dos estabais pecho a pecho.
Envolvisteis vuestros brazos alrededor del cuello de Eren con cautela, sintiendo que vuestro pulso se aceleraba en el momento en que se inclinaba en vuestro abrazo. Sus labios encontraron el primero de Eren mientras usted colocaba su boca contra la suya, y ninguno de los dos perdió tiempo ofreciendo sus lenguas el uno al otro ya que ambos estaban en la misma longitud de onda de reconocer el poco tiempo que tenían. Admitieron que tenían pensamientos sucios sobre cómo se sentiría el anillo de la lengua, y sus fantasías no podían superar la realidad de la situación. La mezcla de su suave y cálida lengua combinada con el frío metal hizo que tus dedos se curvaran, y ni siquiera te había tocado. No realmente, de todas formas. Te preguntaste cuánto tiempo había pasado para ti cuando sentiste que tu ropa interior se ponía resbaladiza con la excitación, y pudiste sentir tu clítoris latiendo con anticipación sólo por besarlo.
Eren te acercó a él poniendo sus manos en la parte baja de tu espalda, y el calor de sus grandes manos te hizo gimotear suavemente. Aunque debiste preocuparte por hacer tanto ruido, no lo hiciste. Algún bastardo caliente y engreído te estaba manoseando con su lengua y manos talentosas, y parecía quererte tanto como tú lo querías a él.
Cuando la lengua de Eren se burló de tu labio inferior, y sus manos empezaron a viajar sobre los globos carnosos de tu trasero - dejaste escapar un pequeño gemido en su boca. No pudiste controlarte mientras te chuleabas las caderas contra su frente, haciendo que se alejara de ti. Dejó escapar un respiro y se quedó mirándote mientras tú te quedabas ahí de pie, confundido.
"¿Qué es lo que...?"
"¿Puedo hacer algo?" interrumpió en silencio, alejándose de ti para tratar de crear un espacio entre los dos.
Frunció el ceño confundido y Eren inclinó su cabeza hacia usted. Empezó a ponerse de rodillas, y fue entonces cuando hizo clic.
Oh...
"¿Sí o no?" susurró tu nombre mientras se acercaba a tus piernas desnudas.
Podías sentir su aliento caliente abanicándose sobre tu piel mientras su nariz estaba cara a cara con tus caderas. Internamente, pensaste en el reloj y te preguntaste cuánto tiempo tenías con él porque en este punto, no querías que terminara. Masticaste tu labio inferior, y le diste a Eren un guiño de consentimiento, y una pequeña sonrisa arrogante se extendió en su cara. Eren puso sus manos a ambos lados de tu cintura, sin perder la forma en que temblabas bajo su toque, y en ese momento - te diste cuenta de que la pequeña mierda odiosa que habías encontrado en la cocina estaba muy presente contigo en ese momento.
Tal vez lo tímido era una actuación. Tal vez el bastardo engreído nunca se fue. O peor. Tal vez él era ambas cosas, y tú sólo llegaste a verlas todas al mismo tiempo.
Con una sonrisa, Eren te levantó la falda y sonrió mientras saboreaba la mancha húmeda de tu ropa interior. Deseaste usar algo más lindo y pusiste los ojos en blanco mientras pensabas en los calzones de algodón que llevabas puestos. Pero ese pensamiento te abandonó en el momento en que Eren puso su boca sobre tu sexo vestido y comenzó a lamer. Podías sentir una protuberancia de donde estaba el anillo de su lengua, e inmediatamente echaste la cabeza hacia atrás a la nueva y extraña sensación. No fue nada inoportuno. De alguna manera la barrera te hizo aún más resbaladizo con el deseo, y Eren podía saborear cada pedacito de ella mientras te tomaba el pelo con su boca a través de tu ropa interior. Cuando tus manos extendieron la mano para agarrar su cabello, él soltó una risa jadeante.
"Espera", murmuró suavemente. "Te tengo".
Te sonrojaste por lo ansioso que estabas, pero a Eren no pareció importarle. Fue sorprendentemente suave con la forma en que te quitó la ropa interior, asegurándose de pasar sus dedos por los lados de tus muslos con un toque tierno. Pero eso se desvaneció una vez que vio tu desnuda y resbaladiza vagina justo frente a su cara y antes de que te dieras cuenta, su boca estaba de nuevo sobre ti, esta vez, con furia.
La extraña sensación de la fría bola de metal contra tu clítoris te hizo tirar de su pelo otra vez, lo que sólo animó a Eren a acercarte aún más a su cara. Añadió una presión adicional en la parte superior del músculo que era su lengua, y nunca habías sentido tantas sensaciones contra tu cuerpo a la vez. Eren se agarró a tus caderas con una fuerza bruta mientras lamía y chupaba tu clítoris, enterrando su nariz y boca profundamente en tus pliegues húmedos.
"Joder", jadeaste tan silenciosamente como pudiste.
Podías sentir a Eren sonriendo contra tu coño mientras lamía círculos perezosos alrededor de tu clítoris, pero antes de que pudieras pedir más, levantó una de tus piernas por encima de su hombro. Empujó su lengua hacia ti y acarició tu clítoris con su nariz, haciéndote retorcer bajo su toque. Eren mantuvo sus ojos en ti todo el tiempo que te comió. Sus manos nunca vacilaron de masajear tu trasero y muslos, y siguió empujándote cada vez más cerca de su boca como si quisiera que fueras su última maldita comida. "No te detengas" era el suave canto que dejaba tus labios cuanto más te amamantaba y jugaba con tu doloroso manojo de nervios, y podías sentir la borrosa y mareante sensación que te superaba al acercarse tu orgasmo. Cuando la fosa de tu estómago se desentrañó, casi te caíste del choque mientras intentabas montar cada ola de placer que te bañaba.
Eren te sonrió de nuevo cuando bajaste de tu altura, y movió su boca de tu coño a la parte interior de tus muslos, dejando un rastro de besos húmedos a través de ti. Aún estabas temblando y sin aliento cuando Eren se levantó. Fue lo suficientemente amable como para subirte la ropa interior, y cuando vio que aún estabas temblando, se inclinó para darte un suave beso. La capa de tus jugos todavía estaba cubierta en su boca, y se necesitó todo en ti para no gemir cuando pensaste en lo pecaminoso que era todo. Mientras te apoyabas en su pierna, podías sentir la tienda de su erección contra tu muslo. Intentaste alcanzarlo, pero Eren te sostuvo la barbilla con su mano libre para obligarte a mirarlo y sacudió la cabeza.
"No te preocupes por eso. No nos queda mucho tiempo de todos modos, y no llevo un condón encima", se rió.
"Oh, pero..." se masticó el labio avergonzado al darse cuenta de que era el único que venía de este encuentro.
Se sintió como de mal gusto. Sabías lo que se sentía al ser el único que se quedaba sin orgasmo, odiabas la idea de ser el tipo de persona que sólo tomaba y no daba. Un temporizador que sonaba afuera les indicaba a los dos que el tiempo se había acabado, y podían sentir una ola de decepción que los invadía al darse cuenta de lo cortos que eran los siete minutos. Eren se rió otra vez de la mirada de enfado que tenías, y te puso la cara en sus manos.
"Yo..." empezó a decir.
"Eren, sal de ahí! Se acabó el tiempo."
"Maldición."
Puso los ojos en blanco e ignoró los golpes en la puerta, pero nunca te quitó las manos de la cara.
"¿Estás seguro, quiero decir -" tartamudeaste.
"¡EH! ¡FUERA, TORTOLITOS!"
"Jesús". ¡Cállate, Connie!" Eren giró la cabeza y gritó.
Volvió a poner los ojos en blanco y se inclinó para darte un dulce picotazo en la comisura de la boca.
"Eren, yo..."
"Está bien. Y honestamente..." Eren se inclinó hacia tu oído. "Sólo quería probarlo".
Eren se alejó con una sonrisa y comenzó a salir del armario. Juraste que podías verlo limpiándose los jugos que te quedaban de la boca con el pulgar y chupándotelos mientras te dejaba. Y mientras escuchabas los ooh's y ahh's mientras la puerta se abría ligeramente, ignoraste eso por el sonido de tu corazón latiendo en tu oído.
Nunca en tu vida pensaste que 7 minutos en el cielo te llevarían a algo así.
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0 — ¡Quiero preparar dumplings!
Creo que no hay forma ideal de comenzar esto, y menos con este título, pero quiero contarles una historia.
Les voy a contar algo que creo que numeradas veces he mencionado con amistades o familiares, siempre ha sido algo muy mío, que quizá solo mi mejor amiga sabe a detalle. Algo de lo que no me avergüenzo, pero que por alguna razón siempre he dejado sin mencionar cuando hablo de mi. Y es que tengo una pasión muy grande por la escritura. Amo escribir. Asumo que sucedió desde secundaria, desde que escribir un ensayo se volvió algo que disfrutaba, luego escribir trabajos de muchas cuartillas en prepa nunca fue una tortura, lo que me hizo creer que estudiar Ciencia Política era una buena idea, pero esa es otra historia. Tardé mucho en darme cuenta de que no era solo un gusto, porque sin planearlo bien, en unos años yo ya estaba colaborando con dos páginas web escribiendo artículos y al mismo tiempo escribiendo historias propias que dejaba en un blog de Tumblr muy viejo. Eso fue durante un tiempo, hasta que tal vez durante el 2014 si no mal recuerdo, fue que pude sumar dos cosas que adoraba: la escritura y los videojuegos. Me encantaba lo que hacía en esas fechas, porque por fin estaba siendo parte de lo que quería como camino a futuro, quería ser parte de la industria de los videojuegos. En ese caso, dentro de la prensa.
Spoiler; no salió como imaginaba.
Por razones externas esas oportunidades se fueron y para mi alejarme fue lo mejor, lo que me dejó perdiéndome en densos ensayos de facultad y en mis historias bajo seudónimo, las cuales inesperadamente en otra plataforma comenzaron a generar buenos números. En ese punto yo ya llevaba… quizá 3 intentos de tener un blog propio. Intentos muy tristes, porque cada vez se me generaba más y más pánico compartir algo bajo mi nombre real. Esos intentos me han perseguido mucho tiempo, y se han vuelto ya 5 si no estoy contando mal, el último fue el año antepasado. Cada vez he intentando guiar el blog a lo que me apasiona, como son los videojuegos, las películas o la música. Sin embargo, creo que siendo sincera conmigo misma, si no funcionaba era porque no escribía para mi, me aferraba a escribir para quien lo leyera, además de que no compartirlo no ayudaba en lo absoluto. Y eventualmente con cuestiones personales y con tantos proyectos de traducción, en 2019 al dejar el último intento, también dejé mis historias olvidadas, lo que me provocó incluso alejarme de la lectura todo el año anterior.
Éramos solo las traducciones y yo, hasta que hace unos meses me volví solo yo.
Casi al mismo tiempo que por la situación de pandemia perdí mi último proyecto de traducción, me llegaron un par de correos sobre blogs viejos que cerraron por inactividad, fue entonces que la nostalgia de todo lo que ya mencione me pegó bastante. Eso me motivó a retomar algo, lo que fuera. Pensé en mis historias y no funcionó, pensé en el blog y tampoco lo hizo. Veía un documento en blanco y las palabras simplemente no fluían como antes, no me gustaba lo que decía. Pero, aun así tenía la necesidad de escribir. Comencé a preocuparme por lo que según yo me faltaba para llegar a ser capaz de escribir algo “decente” y compartirlo como se debe. ¿Era redacción u ortografía? ¿Era más conocimiento del tema? Me empapé de artículos y libros que me ayudarían a mejorar, pensé que si era un blog lo que quería, entonces un blog podía darme el mejor ejemplo, actualmente sigo a tantos que hasta descubrí que Obama tiene uno. Busque directamente consejos para escribir, algunos me servían, algunos no, me motive tantas veces que creía que era el momento de, pero al ver mis palabras sin sentido no servía de nada ya. Intenté escribir en papel, intenté cambiar de horario de escritura, intenté en teclados diferentes… los bloqueos pueden llevar a soluciones a veces absurdas. Pero esta vez, no encontraba forma de ayudarme.
Hasta que me di cuenta de lo obvio, y es que mi bloqueo es algo más personal. Entre mi lectura de 300 artículos, me encontré que la mejor solución para el “bloqueo del escritor”… era escribir. Sí, así como lo acabo de decir. La primera vez que lo leí me causó gracia, pero resultó ser lo más real posible. Tan solo tenía que escribir, lo cual un madrugada hice, sin pensar, simplemente escribí lo que sentía. Sin pensar en que alguien lo leería. Y con un par de cuartillas frente a mi me di cuenta del verdadero problema, y la verdad es que puedo leer mil libros, mil artículos, puedo conseguir la ortografía y redacción perfectas, puedo tener las opiniones ideales para hablar de un videojuego, lo que sea… pero al final no tengo el valor de compartirlo. Mi bloqueo siempre ha sido el miedo y la falta de confianza, no la escritura.
Porque siendo sincera, ¿Quién lee entradas de blogs hoy en día? ¿Leemos siquiera tweets o publicaciones de Facebook cuando son “mucho texto”?
Yo creo que la gran mayoría prefieren ignorarlo, incluyéndome muchas veces. Además muy pocas personas en mis entornos sociales lo hacen, por lo que he pensado en hacer este intento más general, con la esencia de los blogs de hace años, los que conocí y lo que siempre he añorado. No se si eso funcione hoy en día, pero es la meta que seguiré. Y si no funciona, al menos esta vez no me quedé detrás de un seudónimo y sin compartirlo a mis seres queridos. Llegó mi momento de dejar ese bloqueo y por fin hablar, de lo que quiera cuando yo quiera, porque al final de todo, escribir me apasiona y es algo que podría hacer siempre.
Me toca escribir para mí y estar orgullosa de compartirlo, porque tal vez para alguien es interesante, o tal vez no. Pero como lo comente en una conversación con alguien hace poco; no quiero tener 50 años y jamás haber intentado preparar dumplings.
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Crescendo - Capítulo 1
Delphic Beach, Maine
Día presente.
Estaba de pie justo detrás de Nora, sosteniéndola entre mis brazos, mientras observábamos todo a nuestro alrededor. Me sentía relajado, aunque atento. Aún no olvidaba la última vez que había visto a Dabria, aunque no eran por las razones que a ella le hubiesen gustado, sino por lo que me dijo de los arcángeles. Por encima de nosotros, los fuegos artificiales iluminaban el cielo nocturno, lloviendo corrientes de colores en el Atlántico.
La multitud hacía ohh y ahh. Era un junio tardío, Maine estaba saltando hacia el verano con ambos pies, celebrando el comienzo de dos meses de sol, arena y turistas con los bolsillos llenos. Para mí, era el comienzo de una larga y exhaustiva investigación; tenía que encontrar la manera de liberarme de los arcángeles, y sin perjudicar a Nora. Debí suponer que ellos no me dejarían ser un custodio así como así. Me odiaban lo suficiente como para romper una de sus reglas, y enviarme derechito al infierno y sin paradas. Tenía que evitar esa mierda a toda costa.
El departamento de bomberos se estaba encargando de los fuegos artificiales en el muelle que no podían estar más lejos de ciento ochenta metros de la playa donde nosotros estábamos parados. Las olas chocaban en la playa justo debajo de la colina, y la música del carnaval tintineaba a todo volumen.
—Voy a buscar una hamburguesa de queso—dijo Nora, mirándome— ¿Quieres algo?
<<A ti>> pensé.
—Nada de lo que está en el menú—me limité a responder.
Sonrió.
— ¿Por qué Patch, estás coqueteando conmigo?
Puse mis manos en ambos lados de su cabeza y la acerqué a mí para darle un beso.
—Todavía no. Yo iré por tu hamburguesa de queso. Disfruta del resto de los fuegos artificiales.
Sin embargo, antes de poder dar media vuelta para buscar su comida, me detuvo sujetando una de las tiras de mi cinturón.
—Gracias, pero ya la ordeno yo. No puedo soportar la culpa. —dijo.
De acuerdo, no tenía ni la menor idea de a qué se refería. Enarqué mis cejas en modo interrogación.
— ¿Cuándo fue la última vez que la chica del puesto de hamburguesas te dejó pagar por la comida?—preguntó.
—Ha pasado tiempo—respondí.
—Nunca ha pasado. —Replicó—Quédate aquí. Si te ve, pasaré el resto de la noche sintiéndome culpable.
Muy bien, como quiera. Saqué mi billetera y extraje un billete de veinte.
—Déjale una buena propina—le dije.
Su turno de enarcar las cejas, se veía realmente guapa.
— ¿Estás tratando de redimirte por todas las veces que tomaste comida gratis?
Sí, muy guapa.
—La última vez que pagué, ella me persiguió y empujó el dinero en mi bolsillo—le dije. —Estoy intentando evitarme otro toque.
Me miró pensando en si creerme o no, hasta que finalmente notó que decía la verdad. Se marchó, dejándome solo, así que comencé a caminar por los alrededores. La noche estaba provechosa y animada, pero había algo que no me encajaba. Algo que no andaba bien.
Caminaba por la orilla del mar mientras lanzaba miradas furtivas a mí alrededor, y por un momento pensé en ir tras Nora. Pero me contuve; si ella estuviese en peligro lo sabría.
Una mano se posó en mi hombro y me di la vuelta, encontrándome cara a cara con Rixon.
— ¿Solo y triste? —preguntó él.
Sonreí.
—Acompañado y feliz—corregí.
El miró a ambos lados, y detrás de mí, buscando a alguien.
—Pues hermano, creo que te has vuelto loco, porque te veo a ti, y solo a ti.
—Nora fue por una hamburguesa.
— ¡Ah, Nora! Todavía no sé si sentirme celoso de ella, o feliz por ti. Últimamente te has desaparecido de mi vida, Patch.
Solté una carcajada.
—Tengo más trabajo que de costumbre—admití.
—Cierto, ahora eres un custodio—dijo, con un deje filoso.
Fruncí el ceño.
— ¿Qué pasa?
—Nada, no es nada—dijo, reapareciendo su sonrisa— ¿Quieres jugar a los bolos? Te apuesto cien dólares a que no me ganas.
—Siempre te ha gustado perder el dinero, ¿verdad?
Se encogió de hombros, y sonrió. Sin embargo, había algo en esa sonrisa que no me convencía. Algo en la profundidad de sus ojos que no me inspiraba confianza.
Decidí restarle importancia al asunto y nos encaminamos al lugar donde jugaríamos. No estaba tan concurrido, sin embargo había un par de personas (más específicamente mujeres) que se nos quedó observando al entrar.
—Esta es mi vida, cariño—susurró Rixon, guiñándole un ojo a una mujer al otro lado de la sala.
Sonreí.
—A veces me pregunto qué pasaría si te enamoraras de alguien—le dije.
Soltó una ligera carcajada.
—El amor es para los débiles—Dijo, y antes de que pudiera darle un puñetazo en la nariz, agregó: —Y para los más fuertes. Yo no soy ni uno, ni otro.
Me acerqué a la barandilla y pagué por unas cuantas jugadas. Sabía que Rixon perdería, así que no me importaba adelantarme a los hechos.
—Dos oportunidades solamente. Una jugada. Cien dólares—propuso él.
Me encogí de hombros.
—Cien dólares me los gano a cada rato en el billar. ¿No tienes una propuesta más decente?
—Amigo, ¿Cuánto puedes pensar que gano en el servicio de electricidad?
—No me digas, ¿No estafas a las mujeres?
Sonrió perversamente.
—Eso es un secreto.
Se posicionó frente a las bolas y cogió una. Hizo el lanzamiento y sonrió, derribando la mayoría de los bolos.
—Supérame—retó.
Estuvimos un largo rato jugando. Bueno, estaría mejor decir que estuve un largo rato humillándolo, porque lo que él hacía con dos bolas de boliche, yo lo hacía con una. Al cabo de un rato, sólo quedaban tres bolos que me darían la victoria.
—Cinco dólares a que no puedes hacerlo de nuevo—dijo Nora de pronto, apareciendo atrás de mí.
Patch miré hacia atrás y sonreí.
—No quiero tu dinero, Ángel.
—Hey ahora, niños, vamos a mantener esta discusión en un rango que implique solo besos—dijo Rixon. <<Por favor>> añadió en mis pensamientos.
—Todos los tres pinos restante —Me retó Nora.
— ¿De qué clase de premio estamos hablando? —Le pregunté.
—Demonios—dijo Rixon. — ¿Esto no puede esperar hasta que estén solos?
Le regalé una sonrisa secreta a Nora y luego cambié mi peso hacia atrás, acunando la pelota contra mi pecho. Moví mi hombro derecho, estiré mi brazo, y envié la pelota volando lo más fuerte que pude. Hubo un ruidoso estallido, y los tres pinos restantes se dispersaron de la mesa.
—Sí, estas en problemas chica —gritó Rixon por encima de la conmoción causada por un montón de espectadores, quienes me estaban aplaudiendo y silbando.
<<Así es como se hace, cariño>> grité en los pensamientos de Rixon.
Me incliné hacia atrás contra la cabina y le arqueé las cejas a Nora. El gesto decía todo: Págame.
—Tuviste suerte —dijo ella.
—Estoy a punto de tener suerte. —Insinué
—Escoge un premio —Me ladró el anciano encargado de la cabina, agachándose a recoger los pinos que habían caído.
Observé los “premios” que había en el mostrador, deteniendo mis ojos en uno en particular.
—El oso morado —dije, y acepté un osito horrible con una espesa piel morada. Lo sostuve para ella.
— ¿Para mí? —dijo, presionando una mano contra su corazón
—Te gustan los rechazados. En el supermercado siempre eliges las latas abolladas. Estuve presentado atención —. Enganché mis dedos en la banda de la cintura de sus jeans y la atraje más cerca de mí. —Salgamos de aquí.
— ¿Qué tienes en mente? —pero estaba completamente caliente y agitada por dentro, porque sabía exactamente lo que tenía en mente.
—Tú casa.
Sacudió su cabeza.
—No va a pasar. Mi mamá está en casa. Podríamos ir a tu casa —insinuó.
Me envaré. Bien, eso no podría ser posible. Llevarla a mi casa significaría mantener un trato íntimo con ella, y tenía que asegurarme de que los arcángeles no notaran que estaba completamente loco por Nora. Nathanael me lo había advertido. No podía permitir que me quitaran a mi chica, nadie iba a hacerlo.
—Déjame adivinar—dijo. —Vives en un componente secreto debajo de la cuidad.
Cerca.
—Ángel.
— ¿Hay platos en el lavabo? ¿Ropa interior sucia en el piso? Es mucho más privado que mi casa.
—Es cierto, pero la respuesta todavía es no.
— ¿Rixon conoce tu casa?
—Rixon necesita conocerla.
Bien, no tan cierto, pero vamos, lo conocía de toda mi existencia. Tanto en el cielo como en la tierra.
— ¿Yo no necesito conocerla?
Mi boca se torció.
—Hay un lado oscuro que no necesitas conocer.
—Si me la muestras, ¿Tendrías que matarme? —adivinó.
Envolví mis brazos a su alrededor y besé su frente.
—Lo suficientemente cerca, ¿A qué hora es tu toque de queda?
—A las diez, la escuela de verano comienza mañana
Miré mi reloj.
—Es momento de irnos.
Nora hizo un puchero y dio media vuelta. Subimos al jeep y me le pedí que se colocara el cinturón de seguridad. La moto había pasado a la historia. Cuando se corrió el rumor de que me habían regresado mis alas, un grupo de caídos la destruyeron. De ellos sólo quedó el recuerdo.
A las 10:04 hice una vuelta en U frente de la granja y me estacioné cerca del buzón de correo. Apagué el motor y las luces de los faros, dejándonos solo en la oscura naturaleza. Nos sentamos así por mucho tiempo.
— ¿Por qué estas tan callada, Ángel? —pregunté.
— ¿Estaba siendo callada? Solo prestaba atención a mis pensamientos.
El temblor en su voz y en su quijada me hizo notar que estaba mintiendo. Una sonrisa que-apenas-estaba-ahí curvó mi boca.
—Mentirosa, ¿Qué está mal?
—Eres bueno —dijo.
Mi sonrisa se amplió una fracción.
—Realmente bueno.
—Huí de Marcie Millar del puesto de las hamburguesas —admitió. Su rostro tornándose triste—Ella tuvo el suficiente tacto como para recordarme que mi papá está muerto.
Zorra.
— ¿Quieres que hable con ella?
—Eso suena como el Padrino.
Sonreí.
— ¿Cómo empezó la guerra entre ustedes dos?
—Esa es la cosa. Ni siquiera yo lo sé. Solo solía ser acerca de quién obtenía la última leche chocolatada en la cafetería. Luego un día en la secundaria Marcie fue a la escuela y pinto con spray “puta” en mi casillero. Ni siquiera intentó ser cautelosa sobre ello. Toda la escuela lo supo.
— ¿Ella se volvió loca así como así? ¿Sin razón?
—Sip.
Puse uno de sus rizos detrás de su oreja.
— ¿Quién va ganando la guerra?
—Marcie, pero no por mucho.
Mi sonrisa creció.
—Ve por ella, tigre.
—Esa es otra cosa ¿Puta? En la secundaria ni siquiera había besado a alguien. Marcie debió haber pintado con spray su propio casillero.
—Empiezas a sonar como si estuvieras colgada, Ángel —. Deslicé mi dedo debajo del tirante de su top sin mangas, que desde hacía rato me andaba tentando. —Apuesto que puedo alejar de tu mente a Marcie.
Miró en dirección a su casa, y luego a mí. Desabrochó su cinturón y se dobló a través de la consola, encontrando mi boca en la oscuridad. Nos besamos lentamente, con suavidad. Mi boca rozó su garganta y le di un toque de mi lengua.
Mi beso se movió hacia su hombro desnudo, moviendo el tirante de su top sin mangas hacia abajo y frotando mi boca hacia abajo por su brazo.
Nora se arrastró por encima de la consola, sentándose con una pierna a cada lado de mi regazo. Deslizó sus manos por arriba de mi pecho, agarrándome por el cuello y empujándome hacia ella. Abracé su cintura, encerrándome contra ella, y se acurrucó más profundamente.
Deslizó sus manos por debajo de mi camiseta, haciéndome contener la respiración. La sentí llevar sus manos a mi espalda, y rozar levemente el lugar donde se encontraban mis alas. Tomé su mano y la deslicé hacia abajo, lejos de ese lugar.
—Buen intento —murmuré, con mis labios rozando los de ella mientras hablaba.
Mordisqueó mi labio inferior.
—Si pudieras ver mí pasado solo tocando mi espalda, tendrías un momento difícil resistiendo la tentación también.
—Tengo un momento difícil manteniendo mis manos alejadas de ti en estos momentos.
Bien, era bastante cierto. Nora rió, pero rápidamente se volvió seria.
—Nunca me dejes —Susurró, enredando un dedo en el collar de mi camiseta empujándome más cerca. Si pudiera sentir, la sangre ardería en mis venas ahora mismo. Siempre pensé que las emociones no eran algo que podían tener algún efecto en mí, sin embargo, ella había logrado sacar la parte más humana dentro de mí.
—Eres mía Ángel —murmuré, rozando las palabras a través de su mandíbula—Me tienes para siempre.
—Demuéstralo —dijo solemnemente.
Nadie nunca me había pedido que demostrara nada, así que realmente no sabía cómo hacerlo. La estudié durante un momento, luego se me ocurrió algo. Busqué debajo de mi cuello y desabroché la cadena de plata que he usado siempre, incluso cuando era un arcángel. Era demasiado importante para mí, porque con ella tenía poder sobre cualquier ser con alas. Podría hacerlo hablar con ello. Nunca me la había quitado.
Deslicé mis manos en su nuca, donde abroché la cadena.
—Me dieron esto cuando era un arcángel —dije. —Para ayudarme a percibir la verdad de la decepción.
Ella la tocó con ternura.
— ¿Todavía funciona?
—No para mí —entrelacé nuestros dedos y giré su mano para besar sus nudillos.
—Es tu turno.
Ella se quitó un pequeño anillo de cobre del dedo medio de su mano izquierda y lo sostuve para mí, un corazón estaba tallado a mano en el suave lado debajo del anillo.
Sostuve el anillo entre mis dedos, examinándolo silenciosamente.
—Mi papá me lo dio la semana antes de que fuera asesinado —dijo ella.
Mis ojos se cerraron con un golpe rápidamente.
—No puedo aceptar esto.
No podía. Sabía lo que significaba para ella. Sabía que era demasiado para mí.
—Es la cosa más importante en el mundo para mí, quiero que lo tengas—cerró mis dedos, envolviéndolos alrededor del anillo.
—Nora —dudé. —No puedo aceptarlo.
—Prométeme que lo guardarás. Prométeme que nunca nada se interpondrá entre nosotros—dijo. —No quiero estar sin ti. No quiero que esto acabe nunca.
Si había un hombre más feliz que yo en estos momentos, que lo trajeran. Porque su felicidad se vería opacada por la mía. Bajé la mirada al anillo en mi mano, volteándolo lentamente.
—Júrame que nunca dejaras de amarme —susurró.
Aunque ligeramente, asentí.
Se apoderó de mi cuello y me empujó hacia ella, besándome más fervientemente, sellando la promesa entre nosotros, cerró sus dedos contra los míos, el agudo borde del anillo cortando nuestras palmas. El anillo se enterró más profundamente en mi mano, hasta que estuve segura que había roto nuestra piel. Una promesa de sangre.
Al cabo de un rato de lo que sería uno de mis momentos favoritos, Nora se alejó, descansando su frente con la mía. Sus ojos cerrados, su respiración causaba que sus hombros se elevaran y cayeran.
—Te amo —murmuró. —Más de lo que creo que debería.
Entonces fue allí cuando lo escuché. Más que escuchar, lo sentí.
Murmullos, voces no muy contentas. El viento susurrar. La noche oscura.
Arcángeles.
Instintivamente mi agarre en Nora se apretó. No dejaría que me la quitaran. Primero tendrían que enviarme al infierno.
— ¿Qué está mal?— preguntó.
—Escuché algo.
—Esa era yo diciendo que te amo —dijo, sonriendo mientras trazaba mi boca con su dedo.
Mi mirada estaba fija en los árboles, porque sabía que era allí dónde se escondían.
— ¿Qué hay ahí afuera? —preguntó, siguiendo mi mirada. — ¿Un coyote?
—Algo no está bien.
Pude sentir que se congelaba, y se deslizó fuera de mi regazo.
—Estas empezando a asustarme ¿Es un oso?
Desearía que fuese un jodido oso. Los susurros aumentaron. <<Patch>> dijeron en mi cabeza.
—Enciende las luces de los faros y toca la bocina. —dijo ella.
Detrás de nosotros las luces del porche se encendieron. No necesitaba leer mentes o mirar para saber que Blythe estaría esperando a Nora con los brazos cruzados. <<Dos calles más abajo. Te esperamos. No tocaremos a Nora>>
— ¿Qué es? —Me preguntó Nora una vez más. —Mi mamá está saliendo. ¿Está segura?
Encendí el motor y puse el Jeep en marcha.
—Entra, hay algo que debo hacer.
— ¿Entrar? ¿Estás bromeando? ¿Qué está pasando?
Quise decirle que los arcángeles estaban buscándome, pero no creí que fuese correcto. Ellos estaban escuchando. Sabrían que la conexión entre nosotros era demasiado fuerte.
— ¡Nora! —gritó Blythe, bajando los escalones, su tono fue grave. Ella se detuvo a metro y medio del jeep y le hizo señas para que bajara la ventana.
— ¿Patch? —intentó de nuevo Nora, ignorando a su madre.
—Te llamo luego. —respondí.
Blythe tiró de la puerta para abrirla.
—Patch —reconoció secamente.
—Blythe —Respondí, con un asentimiento distraído.
Ella se volteó hacia Nora.
—Llegas cuatro minutos tarde.
—Estuve cuatro minutos más temprano que ayer.
—Rodar minutos no funciona con los toques de queda. Adentro. Ahora.
Nora me miró un poco desesperada, pero sabía que no tenía de otra.
—Llámame. —pidió.
Asentí una vez, prestando atención a los movimientos de las sombras detrás de los árboles. Se alejaban. Tan pronto como estuvo fuera del carro y en tierra firme, el jeep rápidamente se puso en movimiento hacia delante, no perdiendo tiempo en acelerar. Tenía bastante prisa, pues estaba nervioso. Quería terminar con esta charla incluso antes de empezarla.
Detuve el jeep dos calles más abajo, como me habían pedido ellos. El poder que destilaban era sumamente alto; sin embargo, no se comparaban con lo que yo una vez tuve. Para que lograran igualarme, tendrían que existir unos dos mil años más.
Me encaminé entre los arbustos, siguiendo mis sentidos hasta hacerles frente.
—Jev—saludó Celiane.
Celiane era un arcángel, que se me insinuó una temporada sintiéndose encaprichada conmigo. Me odiaba.
—Que pasa, Cel. —dije.
Apretó los puños a la mención de su antiguo apodo y me fulminó con la mirada.
—Venimos a recordarte las reglas, cariñito—dijo ella, con una sonrisa cruel en sus labios.
No sé porque presentía que nada de esto me iba a gustar.
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when we have each other, we have everything
TASK SEMANAL: EDICIÓN TRAINEES / familia de kou. @stardustact
kim jongsoo (padre), cuarenta y nueve años. gerente en un hotel.
moon inhye (madre), cuarenta y cinco años. ama de casa.
kim woochul (hermano), veinticuatro años. estudiante de medicina.
kim yeonwoo (hermana), dieciséis años. estudiante de secundaria.
moon inho (tío), treinta y ocho años. empleado de ventas en una oficina.
tachibana mizuki (mejor amigo), veinte años. estudiante de psicología.
watanabe tomoaki (mejor amigo), veinte años. estudiante de música.
no proviene de una familia rica, si no más bien clase media. sin embargo, no le gusta abusar demasiado de dinero de sus padres si no que siempre quiso reclamar cierta independencia y ha trabajado en empleos de medio tiempo desde adolescente para costearse sus propias cosas, como lo eran las sesiones en un estudio, mantenimiento de instrumento, viajes, etcétera (aprendió mucho a ahorrar o cuidar lo que gasta por esto). incluso ahora desde lejos no les pide demasiado.
woochul (24 años, nacido en 1995) está estudiando medicina en la universidad de tokio, éste no entiende todavía qué hace kiwoo en corea cuando sabe que no le gusta para nada todo ese ambiente, pero no se opuso en ningún momento y cada tanto se intercambian mensajes para saber que el otro sigue vivo. mientras que yeonwoo (dieciséis, nacida en 2003) aún es una estudiante de secundaria y vive con sus padres, siendo la princesa malcriada de la familia. no le prestaba mucha atención a kou cuando lo que hacía era presentarse en pequeños locales o clubes con su banda, creía que era sucio o de perdedor, pero desde que ingresó a stardust, se volvió curiosa al descubrir el mundo de los idols y quiere que le cuente cada detalle, tanto que lo llama todas las semanas sin falta.
sus padres son ambos bastante relajados, conocen de la vena artística de su hijo así que lo han apoyado en sus pasos, sólo recordándole que tuviera cuidado ya que no querían que se fuera por el mal camino de drogas o alcohol que --estaban seguros-- abundaban tanto en ambiente underground donde solía rondar antes o ahora, como trainee, en la industria del kpop.
inho es su tío favorito, no porque lo vea a menudo, ni nada de eso (apenas re-conectaron cuando kou se mudó de regreso a seúl). si no que es él a quien le debe pasión por la música. si jamás le hubiera regalado todo ese montón de discos o la vieja guitarra, tal vez no sería la persona que es ahora.
por la diferencia de edad, no es tan unido a sus hermanos. aún así, se llevan de manera bastante decente entre ellos a pesar de que no tienen demasiado (o nada) en común. a los tres les causa gracia como hay exactamente cuatro años entre cada nacimiento, como si hubiera sido premeditado.
conoció a tomo en la escuela media, siendo éste su compañero de banco en primer año. fue él quien comenzó a llamarlo kou a cada rato porque kiwoo se le hacía difícil de pronunciar. rápidamente se hicieron amigos, personalidad ruidosa de tomo complementando más que bien la más tranquila de kou. el dúo conoció a mizuki ya en la secunda secundaria, donde los tres formaban parte del club de música y conectaron al instante, quejándose de lo aburrido que era el club. así fue que formaron su propia banda a los quince años aunque al principio no era más que su manera de hacer lo que querían, comenzaron a tomarlo un poco más en serio a medida que crecían. hoy en día estaría con ellos aún con 119 como proyecto mientras seguía en la universidad de no haber aceptado propuesta de stardust para audicionar.
#dust.task#dustedit#hc.#miren que cute toda la familia#ajfksdf hay más hc del grupo de amigos pero -mira al horizonte-#eso es cosa para otro día
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