#Benji Cárdenas
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Wildfire.
The hot desert night seared Benji's skin when he first locked eyes with Sienna. She was a wildfire, the spark of her emerald gaze instantly igniting something primal and reckless within him. One look at the sun-kissed Australian model and he knew he'd willingly let her flames consume him whole.
What followed were months reminiscent of The Doors blaring through Joshua Tree - deliriously hazy days and scorching nights tangled in sinfully soft sheets, their bodies branding one another with searing kisses. Sienna was his siren, luring Benji out past the breakers with the promise of uncharted pleasures in her deep undertow. He gladly let the former mermaid lead him into her turbulent waters.
Benji had finally met his match in Sienna's raw, untamed spirit. She was the wildfire to his smoldering ember, fueling his flames with her zest for chasing sunsets, dancing until dawn, living with careless rapture. Yet eventually Sienna's appetite for new ignited horizons proved too insatiable for even Benji's quench.
The morning she slipped from his tangled sheets, Benji watched Sienna's nude silhouette disappear over the crashing waves with a strange sense of serene acceptance. Her wildfire was always meant to blaze ahead, razing everything in its path until the next spark caught her wandering eye.
Pulling on his jeans, Benji smiled ruefully at the scattered trail of singed memories - lacy wisps of fabric, empty bottles, the sandblasted impression of where her head once rested on his chest. He'd been lucky to bask in Sienna's searing rapture, but some wildfires were never meant to be contained. All he could do was admire the breathtaking trail of ashes she left in her wake.
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@dropsofjupitcr | benji cárdenas muse: ezra adler plot: [ x ]
the night before had been quite ── exhausting ── so when ezra groggily awoke, feeling his morning wood, he needily began grinding against the other man's bare, and uncovered thigh. he couldn't keep his eyes open for long, mouth widening into a yawn before a sleepy whimper escaped him.
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La dieta de veneno
Benji Cárdenas
1. Sería rico si tuviera una moneda por cada vez que he escuchado a alguien decir “Monterrey es bonito, pero su gente es mierda… Bueno, no todos”.
Sería rico si tuviera una moneda por cada vez que yo lo he dicho.
¿Hay alguna ciudad dónde la gente no sea mierda?
Sin ofender.
Siempre me ofendo, más cuando alguien dice “sin ofender”.
Pero no me importa Monterrey; qué se joda. Toda su gente mierda y la no mierda también.
Qué se jodan todos.
Qué me joda yo.
Y tú.
Sanate y yo veníamos por avenida Universidad, ideando nombres para bandas imaginarías.
-Vatos con Sombrero... -dijo.
Había mucho tráfico.
En las bocinas sonaba Radiolab.
Teníamos las ventanas arriba y el clima prendido, frepo. Afuera hacía un calorón que yo sólo podía imaginar.
Venía aguantando el humo del wax, viendo el reflejo del sol en las partes metálicas del carro de enfrente.
Veía todo en cámara lenta: el carro setentero color dorado reflejando el brillo del sol en mis ojos; la luz amarilla del medio día, hermosa; el cielo despejado.
Exhale el humo y me desestabilice un poco; todo a mi alrededor se onduló.
-...Para un banda de música norteña…- dijo Sanate -...Con acordeón
le pregunte -¿tú dices “clima” o “aire”?-
El episodio de Radiolab era sobre una mujer que se coge a un delfín.
Eran roomies, luego se hicieron novios.
La mujer era bióloga marina y lo estudiaba.
El delfín era un teen.
Una cosa llevó a la otra.
2. -No gires tanto la pipa- le dice
-no la estoy girando tanto-
-es que aléjala de la flama, que no la toque-
-wey, no me digas cómo fumar. En lugar de darme consejos chidos... estas mamando con esto-
-pos yo digo para que fumes rápido y me la pases.
Los amigos conviven en la recamara de paredes verdes y alfombra gris. El humo de los químicos poco a poco va nublando la visibilidad, pero ellos no lo notan estando ahí, de la misma forma que no perciben el aroma como lo percibiría alguien que entrara de repente. Para ellos el aumento es tan gradual e imperceptible como envejecer.
Uno de ellos espera acostado en la cama su turno para fumar.
-¿Porque hacemos esto?- dice
-ya sé- responde el otro, sin despegar los ojos de la flama mientras calienta la droga.
-sabemos que está de la verga, pero lo volvemos a hacer- continua el primero, boca arriba mirando al techo.
Después de un rato calentando sin éxito, el tercero le quita la pipa al otro y le dice -mira, calienta la pipa con la puntita de la flama nada más, no la acerques tanto. Gira la pipa mientras la calientas; ten cuidado de no quemarte porque el vidrio se calienta mucho. Cuando la piedrita empiece a derretirse, la pipa se va a empezar a llenar de humo y ahí es cuando le fumas, pero no dejes de girar la pipa, puedes ver cómo la piedra se desliza lado a lado convirtiéndose en líquido. Sigue inhalando el humo y sigue calentando. Muy importante no inclinar la pipa hacia arriba porque no querrás que el líquido caliente se deslice hasta tu boca; te pegarías un quemadón. Después de fumar, la pipa queda negra, tienes que tomar un pedazo de papel para limpiarla, ¿ves? El líquido ya se cristalizó otra vez, quedó pegado al vidrio de la pipa. Le puedes fumar de nuevo más tarde, hasta que se acabe por completo y haya que echarle mas…-
Un side effect es que mientras estas en crico, el pito se te engarruña como tortuga asustada, como si hiciera mucho frío y cuando vas al baño tienes la sensación de que nunca terminas; siempre falta un poco por salir, tienes que quedarte ahí sacudiendotela para que salga hasta la ultima gota y que no te mees en los pantalones. Incluso después de salir del baño tienes en la mente la incontinencia y sientes que hueles a meados… A veces así es.
3. ...Compré los boletos de Cinépolis en línea con tiempo suficiente para elegir buenos lugares y no tener que llegar temprano. Nunca me ha gustado ver los 20 minutos de comerciales que pasan antes de iniciar las películas: son 20 minutos que me tome la molestia de cronometrar las últimas veces que llegué temprano. Desde que se apagan las luces y el proyector lanza los primeros fotones, hasta que da inicio la película. 20 putos minutos.
Me rehúso a ser un comprador potencial después de que ya les pagué porque me dejaran entrar, y después de lo que gastaré en palomitas y cocas con los precios más inflados de la ciudad, me rehúso a que me obliguen a ver sus 20 minutos de publicidad. Me deberían de pagar a mí si quieren que vea eso.
Si la peli comienza a las 7:00, sofi y yo llegamos a las 7:10 para alcanzar a comprar palomitas en esos 10 minutos restantes.
Es importante no olvidar que en películas de estreno muy populares, la fila de las palomitas se extiende hasta el infinito. Sofi me odia cuando nos pasa eso, porque a mí siempre se me olvida.
-Te odio papá- dice Sofi, sin separar los ojos de su cel.
-¿Qué horas son?- le pregunto mientras jugueteo quitando y poniendo de la barra metálica el listón que delimita la fila.
-7:20, ya empezó la película-
Sofi y yo estamos a 7 u 8 personas de llegar. Son muchos, pero detrás de nosotros hay 30 o 40 personas. Entonces no estamos tan mal, ¿o si? ¡Yo que se! Me caga compararme con los demás, pero no lo puedo evitar.
-No podemos salirnos Sofi, ya casi llegamos. No puedo ver la peli sin palomitas-
-se nos va a pasar el inicio y no le voy a entender- dice
Dentro de mis tenis Pony, mis dedos se mueven con ansiedad, fuera de mi control.
-Adelantate- le dije -te veo adentro-
-ay no- dice
Tengo la boca seca, quiero agua.
Estoy apretando mucho la mandíbula.
-¿Por qué casi nunca sonríes, pa?- me pregunta Sofi.
WTF.
-Vamos a pedir las palomitas para llevar, para no andar batallando al final…- le digo, sin despegar los ojos de las pantallas de la dulcería del cine, comparando precios en mi mente, tratando de encontrar flaws en el sistema de los cuales yo me pudiera aprovechar -...y la caja esta mas grande- le digo.
-Como sea, pa- dice Sofi -yo quiero un Icee.
Y luego comenzó a bailar, sin música, practicando el paso trendy en TikTok.
4. Este momento del día es importante, ¿pero que tan importante es?, ¿tanto como para postearlo en Instagram? Tal vez no como para un post, pero si para una story.
Cuando estaba en la playa todo era importante. Sobre todo las dimensiones de las cosas, del horizonte. De la línea que claramente divide el mar del cielo con dos tonalidades distintas de azul.
El color de la arena y los destellos de luz ocasionales.
En la playa quise postear sobre el mar y sobre las nubes blancas que flotaban muy lentamente en el cielo celeste.
Quise postear la sensación de la arena entre los dedos de nuestros pies mientras caminábamos al mar.
Y la brisa del viento que hacía que tu pelo largo cubriera tu cara en cámara lenta.
La misma brisa que después de rozar tu piel chocaba contra mi rostro trayendo consigo algunas partículas de ti, incorporándolas a mi persona.
En la playa, por momentos, nos transformamos el uno en el otro.
5. Pase el fin de semana fumando DMT, tranqui.
Tuve visuales y eso.
Viaje por el túnel que yo diría parecía un agujero de gusano. Como un tubo invisible a través del cual me percibía a mi mismo yendo hacia algún lugar.
Trasladándome en un espacio que parecía abarcar distancias galácticas.
Primero eran fractales psicodélicos normales, luego PUM!… Todo negro.
Luego mire a mis pies y parecía como si hubiera salido disparado para arriba y ahora me encontraba ridículamente lejos. Todo a mi alrededor era espacio negro con polvillos que yo percibía como estrellas muy lejanas.
Y yo iba dentro de este tubo que bajo mis pies parecía no tener fondo.
Infinito.
Quise postear eso, pero no uso Twitter.
Lo postié en mi gram, con una foto de la galaxia, pero sólo le dieron 10 corazoncitos.
#trascendente
o #trascendental
?
6. El punto es hacer algo con toda esa energía que te da el crico. Eres el superhombre que no necesita comer ni dormir, pero si solo estas ahí valiendo verga definitivamente vas a terminar como los adictos que ves en la tele y en las fotos, en donde se les ve el progreso del deterioro facial.
No digo que haya una forma sana de darle al crico. Está feo, es droga callejera. Uno no sabe con que está rebajada. Mi amigo me dijo que uno de sus ingredientes era veneno para ratas. Otro me dijo que en lugar de fumar eso, mejor me fume un raidolito.
Siempre dicen que rebajan las drogas con veneno para ratas y tal vez así es.
Otro amigo me dijo que uno de sus ingredientes es pila de carro.
El punto es hacer algo con toda esa energía que te da lo que sea que estés fumando.
O esnifando.
Leí que puedes consumirlo mezclándolo en alguna bebida.
No lo he probado así.
Mi amigo aprovechó las noches sin dormir para hacer pesas y ejercicio. Adelgazo con la dieta de una comida al día (forzada, porque en crico uno nunca siente hambre) y con el ejercicio se puso semi mamado.
Sus pulmones y estómago se jodieron un poco, pero por fuera se ve mejor que nunca.
Mi otro amigo aprovechó las noches de crico para aprender a utilizar after effects.
No sabía nada y ahora tiene un trabajo en una agencia.
Yo use mis noches sin dormir en...
¿Por qué escribo esto?
¿Alguien lo leerá algún día?
¿Estoy desperdiciando mi tiempo?
¿Qué debería hacer entonces sino es esto?
Debería pasar mas tiempo con mis seres queridos.
Casi no convivo con mi familia. Podría aprovechar este tiempo tal vez para visitar a mis amigos que hace mucho que no veo.
Debería de ir a conocer a la bebe de mi amigo Adrizarán; quedé en ir a conocerla desde el día que nació y lo ultimo que supe es que ya tiene 6 meses.
No estoy seguro si ya estará cerca de cumplir un año.
No quisiera que pasara un año completo sin haberla conocido, es un buen amigo y quiero mostrarle mi afecto.
¿Por qué es tan difícil hacer las cosas?
Tal vez me estoy quedando paralizado poco a poco.
Primero se paralizaron mis ganas de hacer cosas.
Luego se paralizó mi preocupación por mantener relaciones sanas con personas que me importan.
Eventualmente se paralizarán mis piernas y el resto de mi cuerpo y quedaré estático.
7. Voy a justificar todo lo que hago de ahora en adelante diciendo que soy Geminis.
“Benji eres bipolar”. Soy Geminis.
“Benji eres mierda”. Soy Geminis.
Soy tú.
Trato de mantenerme alejado de las tradiciones; las tradiciones son mierda.
Rituales y eso.
Yo soy un hombre de ciencia.
Yo se que la generación de mis padres estaba basada en ideologías obsoletas y por eso se que seguir sus tradiciones sería un error.
Yo se que tu generación piensa que mis métodos son obsoletos.
Y la que sigue pensará lo mismo de la tuya.
Y así.
Hasta el infinito.
Hasta ser infinitamente inteligentes y estúpidos.
Estoy parado en medio de un cuarto iluminado por la televisión.
Mi cara y mi piel y todo mi personaje brilla de color morado y azul dependiendo de lo que pasa en la tele.
Tengo mi caja de Cap n Crunch y estoy comiendo sin ningún pudor. Aquí parado sin meter la panza, metiendo la mano a la caja y comiéndome ese pedo sin leche, como frituras.
Y el dude de PBS Space Time dice:
The wave function is not a wave in anything physical, but an abstract distribution of probabilities.
Y lo dice como si yo no supiera.
Con arrogancia y esa mirada.
Dice:
This required an almost mystical duality between the wave and particle-like nature of matter.
Yo creo que ese wey es reptiliano.
Y luego me di cuenta de todo.
Mis ojos reflejando la luz morada de la televisión.
No estoy viendo solamente una pantalla.
Estoy viendo el alma de ese wey.
Cuando habla de la elegancia de la ecuación de Dirac.
Puedo ver dentro de sus ojos de reptiliano.
Puedo ver en sus ojos la desesperación que trasciende especies inteligentes.
Se esfuerza mucho en explicar la realidad.
Pero tantas reglas me vuelven loco.
Me gusta mi realidad un poco caótica y misteriosa.
-¡Fuck off yo!- le grito a la televisión
Cap n Crunch en la boca.
Hablando solo.
Todo despeinado y en ácido.
8. -¿Le ponemos más o qué?- dije
-échale- dijo
-va- dije
Saque de mi cartera el post-it oculto. Estaba doblado de manera que formaba una mini bolsita.
Lo abrí con cuidado y lo dejé en la mesa recargado junto a la pipa con mucho cuidado de que no se tirara el polvo.
Saqué la pluma de mi mochila y le quité el tapón.
Introduje en la bolsita de papel la punta del tapón como si fuera una mini cuchara y saqué con pulso de cirujano el polvo y lo vertí con cuidado en la pipa.
-le voy a echar otro- dije
No lo dije para nadie, creo que lo dije para mi mismo. Aun así mi compa dijo:
-tú échale jajaja
En total fueron 3 “cucharadas”.
-Dale tú primero- le dije a mi compa y le pasé la pipa.
Se paró de su asiento y caminó a una esquina de la recámara en donde no le diera el aire del mini split.
Sacó el encendedor, un crack lighter amarillo con la flama intermedia. Acercó la pipa a la punta de la flama cuidando de no tocarla.
Movió el encendedor en forma circular para calentar la pipa uniformemente.
Cuando el polvo se convirtió en liquido y comenzó a salir el humo, mi compa se puso la boquilla de la pipa en los labios y mientras inhalaba el humo mantenía el encendedor calentando el químico, pero ahora giraba la pipa de izquierda a derecha, de izquierda a derecha.
Y el líquido bailaba de un lado a otro mientras se evaporaba y el humo entraba directo al sistema de mi compa.
El bailoteo del líquido, meciéndose de un lado a otro, me hizo recordar el dragón mecánico que ponen en las ferias o kermeses.
Alguien abrió la puerta del cuarto; era mi otro compa.
-aaaah- dijo -¿Quemando la gota bien duro?-
Y nos reímos.
*Originalmente publicado por HTML Zine.
*Portada hecha por Miranda Luna.
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Entrevista que le hice al valedor Benji Cárdenas A.K.A. el Benjas.
La publica Replicante Revista Cultural. Hay punk rock, generación MTV, influencers sectarios y arte visual.
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A 90 Millas/¿Sanción a Benji?
A 90 Millas/¿Sanción a Benji?
René Cárdenas Andrade
*TOMADO DE EL DIARIO DE SONORA
Acabado todo este asunto de la Serie del Caribe, donde un seleccionado de la LMP (al que para vender camisetas le ponen ‘México’) nos hizo recordar aquellas actuaciones desastrosas previas de hace… cosa de veinte años, la Mex Pac tiene algunas misiones pendientes. Sinceramente, la marca de 1-3 para su servidor no es otra situación que cosas del…
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@ambitionslost | benji cárdenas muse: emily fielding mayfair-banks
emily entered the apartment first, her father trailing behind her down the hallway with her backpack and the day's craft from school. her curly hair was still in its meticulous updo curtesy of her father. she had assumed that it would just be her and her dad, but was suprised to find that benji was there. "hi, benji!" she greeted him enthusiastically as she sat down at the dinner table, waiting patiently for her father to catch up and grab her snack for her. "what are you doing here, goofy goober?"
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@ambitionslost | benji cárdenas muse: gabriela ruiz inspiration: literally me trying to find an apple snack recipe
alejandro and rafael would be home shortly, school letting out already, and after a long day of learning, gabriela wanted to provide her boys with a nutritional and fun snack. benji had been over to keep her company on her day off, which was different, but she enjoyed it.
several apples had been cored, sliced into rounds, and placed onto four plates. sunflower butter had been spread across the top of the slices, and raisins sprinkled on top. "i hope sunflower butter is okay. poor little raf is allergic to peanut butter." she turned to place the boy's plates on the table, in their usual spots.
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As usual, do not have to match length. This probably will be cut down as time goes to at least a paragraph up to two paragraphs max. Anyway... have Benji.
The low hum of conversation and clinking glasses filled the dimly lit bar as Benji Cárdenas pushed through the door, his presence immediately drawing a few appreciative glances. He ran a hand through his slightly tousled black hair, still damp from an evening surf session, and made his way to the polished wooden counter.
As he slid onto an empty barstool, the bartender nodded in recognition. "The usual, Benji?" she asked with a knowing smile.
"You know me too well, Mara," he replied, flashing his trademark dimpled grin.
While Mara prepared his drink, Benji's keen brown eyes scanned the room, taking in the eclectic mix of patrons. It was a Friday night, and the bar was buzzing with energy – just the way he liked it. He caught snippets of animated conversations, ranging from workplace drama to heated debates about the latest sports upset.
As Mara set down his perfectly mixed mojito, Benji's phone buzzed. He glanced at the screen to see a message from his sister Lucía, reminding him about their family dinner tomorrow. A warm smile played on his lips as he typed a quick reply, promising he wouldn't forget.
Just then, a burst of laughter from a nearby table caught his attention. Benji's gaze drifted towards the source, his curiosity piqued. Little did he know, this ordinary Friday night was about to take an unexpected turn...
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emily fielding mayfield-banks | drabble
title: are you my new daddy? in relation to: [ x ] verse: two becomes three featuring: @dropsofjupitcr's benji cárdenas
in all nine years of her life, emily had never seen her father with anyone. he never went out for fun, because he was always home with her. and she loved it. but she didn't know anything else. some of her friends at school didn't have their parents around much; one, or both of them. she knew how that felt; not having her mother around, but that was completely different.
so when she came home from her grandparent's early, and found a naked man in her father's bed, it only made sense to ask the question. "are you my new daddy?" it didn't occur to her that that one simple question wouldn't actually be simple.
this man in her father's bed meant that her father was finally doing something for himself; not that she truly understood what that meant. all she knew was her father had found someone that he liked, and if they was a good person, that's all she needed to know; right?
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emily fielding mayfield-banks | verses
v; two becomes three
ft; @dropsofjupitcr's benji cárdenas the fielding mayfield-banks family grows; gaining a new member.
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Legado de Amor
The humble stucco bungalow on Calle Cedar had been the anchor weighing Benji's soul for over three decades. So much of who he was took shape within those sun-baked walls, surrounded by the sights, sounds and smells that could only mean one place - Abuelito and Abuelita's home.
Even now, pushing thirty, Benji felt six years old again the second he stepped through the doorway. He was immediately enveloped in the cozy, dimly lit living room thick with memories. The faint must of aging books and embroidered shawls. The cheery yellow cabinets in the tiny kitchen where Abuelita Alicia reigned supreme, filling tummies and souls with her miraculous cooking.
And there, in the twin weathered recliners positioned facing the blue-tiled patio, were his abuelitos themselves - Ernesto and Alicia Cárdenas. His Papá's parents. His heroes.
They hadn't changed a bit. Ernesto was still a sturdy oak tree of a man despite his ninety-two years. Proud head of silver hair, the deep craggy lines of a life of laughter and hardship etched into his bronzed cheeks. His hooded brown eyes danced with mischief and a wisdom that came from bearing witness to carving out a multi-generational foothold in this country.
Alicia was Ernesto's perfect mate - petite and birdlike, yet a force of nature fueled by a nurturing spirit and wellspring of resilience. Her olive skin was smoothed to buttery softness by time, but her hazel eyes remained startlingly vibrant. At eighty-seven years strong, she still puttered about with the same zest for tending to her beloved home and family as she had in her youth.
At the sight of their second-born grandson, their faces lit up in mirrored delight. Ernesto bellowed a joyful, "¡Mijo!" while Alicia instantly burst into delighted Spanish, already hurrying to prepare his favorite meal.
Benji laughed, warmth and contentment blooming in his chest, as he bent to receive their affectionate kisses and pats and playful admonishments for not visiting enough these days.
"¡Estás muy flaco, Benjamincito!" Abuelita fretted, squeezing his arm. "We need to get some meat back on those bones."
He had no doubt a spread rivaling a five-star Mexican restaurant would soon appear, simply because ensuring a well-fed family was Abuelita's greatest purpose. It was one of the many priceless legacies of sacrificial love and stability she and Abuelito had gifted them across generations.
As Papá engulfed them in a booming group hug, Benji breathed in the mingled sandalwood and gardenias scents of his abuelos' timeworn cologne and perfume. He felt the tension bleed from his shoulders, filling instead with that profound, soul-quaking sense of being safe. Truly seen and cherished in a place that defied the rules of time and change.
His ancestors had built something immutable here. A wellspring of humble pride, deep familial devotion, and the unshakable belief that love was the strongest anchor during even the fiercest life storms. Benji knew he was the man he'd become because of the fearless examples they'd set - quitting their lives in Mexico to create brighter futures for future generations. Finding contentment in life's simplest gifts. Cherishing family as the greatest treasure of all.
In his grandparents' loving embrace, Benji was reminded once more of the awesome power in those weathered, calloused hands that had bent the world into a kinder, more nurturing place. And his spirit sang with gratitude for the precious, unbreakable legacies they had woven into his soul.
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Plot ideas for: Benji Cárdenas
*Plots I want for Benji (but may also just turn them into drabbles at some point*
Family Expectations.
Benji feels increasing pressure from his traditional Mexican family to settle down and start a family of his own. His parents and extended relatives constantly ask when he'll find a nice partner and give them grandchildren. Benji struggles with their expectations versus his own desire for freedom and independence.
Career Crossroads.
Benji has found success in his marketing career, but an opportunity arises for a major promotion or job change that would require more commitment and sacrifice. This forces him to re-evaluate his priorities between work and personal life. Does he take the career leap or risk stagnating?
Unplanned Parenthood.
Through a hookup or brief fling, Benji unexpectedly becomes a father. He's entirely unprepared for this level of responsibility and commitment. Does he rise to the occasion and make radical life changes? Or does he run from fatherhood, repeating his intimacy issues?
Inheritance Contingencies.
When a wealthy relative passes away, they leave Benji a sizable inheritance - but only if he settles down and marries within a specified period of time. Benji has to decide if the money is worth sacrificing his bachelor lifestyle. This plot could also explore gold-digger romantic interests.
Serial Relationship-Hopper.
Benji downloads a hot new dating app and begins cycling through a series of comic romantic entanglements and misadventures, struggling with his fear of commitment each time things get too serious. Does he learn from these experiences?
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Bittersweet Reminiscence.
Benji's finger traced the laughing faces in the framed photo on his desk - a candid snapshot from happier times when lives weren't so complicated, when family was an unbending constant. He could almost taste the salty ocean air, smell the charred mesquite wafting from his dad's battered grill, hear his brother's booming laugh enveloping them all like a warm hug.
A melancholic smile played across Benji's lips as the sun-drenched memory bloomed in perfect clarity behind his eyes. He could vividly picture that backyard barbecue from a decade ago - his siblings engaged in a fierce water balloon fight while his mom scolded them half-heartedly, abuela's rich laughter intermingling with the sizzle of carne asada hitting the hot coals. Those had been the days, he thought with a soft pang, when being part of the ever-growing yet tightly woven Cárdenas clan was his entire world, an unconditional constant he took for granted.
But then, like a sandcastle besieged by unrelenting waves, the idyllic scene morphed and distorted. Benji's throat tightened as fractures began appearing in the joyful recollection - hurtful misunderstandings, drifting apart, resentments hardening into icy silences between siblings once inseparable. He blinked rapidly against the rising sting of tears as he imprinted every nuance of the photo - their younger, unscarred grins preserved forever, a stark contrast to the tangled emotional paths they all eventually traveled.
Clinging to these sun-bleached memories was a balm for Benji's aching heart, a tendril connecting him to the person he once was, unshakable in his family's steadfast embrace. Yet immersing himself in those reminiscences for too long carved open barely healed wounds, a cruel reminder of the ephemeral nature of life's precious moments. Try as he might to grasp every brilliant detail, some things could never be fully recaptured or preserved, slipping through his fingers like the coarse grains of beach sand.
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NAME: Benjamín Cárdenas NICKNAMES: Benji, Ben, Benny BIRTHDAY: September 4th AGE: 30 ZODIAC: Virgo PLACE OF Birth: San Diego, California CURRENT LOCATION: San Diego, California OCCUPATION: marketing executive SPECIES: human EYE COLOR: brown HAIR COLOR: info here HEIGHT: 6′ 0″ WEIGHT: 175 PRONOUNS: he/him/his MOTHER: Isabela (Núñez) Cárdenas FATHER: Javier Cárdenas BROTHER(s): Older Brother: Mateo Cárdenas SISTER(s): Younger Sister: Lucía Cárdenas EXTENDED FAMILY: Paternal Grandfather: Ernesto Cárdenas, Paternal Grandmother: Alicia (Gutiérrez) Cárdenas, Maternal Grandfather: Tomás Núñez, Maternal Grandmother: Rosario (Morales) Núñez, Paternal Uncle:Alejandro Cárdenas, Paternal Aunt: Marisa (Cárdenas) Ramos, Maternal Uncle: Carlos Núñez, Maternal Aunt: Ana (Núñez) Diaz, Marcos and Elena Ramos (Marisa's kids), Liam Núñez (Carlos' son), Sofia and Miguel Diaz (Ana's kids) SEXUAL ORIENTATION: info here RELATIONSHIP STATUS: single WHOM: forever PAST RELATIONSHIP(s): College Girlfriend - Natalia Rodriguez Benji's first serious girlfriend from his UCLA days. A fellow Mexican-American student, Natalia was warm, fun-loving and drawn to Benji's charm and adventurous spirit. Though they were crazy about each other at first, their relationship ultimately fell victim to Benji's inability to settle down. After graduating, Natalia got a job across the country and they drifted apart. She's now happily married with kids. Post-College Fling - Sienna Campbell In his mid-20s, Benji had a months-long casual fling with Sienna, an Australian model and actress he met through mutual friends. Their passion was as intense as it was short-lived. Sienna's free-spirited lifestyle initially captivated Benji, but he eventually realized her flightiness and commitment issues matched his own. They parted amicably. Office Romance - Daniela Torres A couple years ago, Benji had a secret inter-office romance with Daniela, a married co-worker at the marketing firm. Their electric chemistry and flirtatious banter around the office ultimately led to an affair. Though brief, it caused drama before Daniela broke it off, unwilling to leave her husband. Benji learned his lesson about workplace entanglements. Recent Ex - Sofia Reyes Benji's most recent serious relationship was with Sofia, a beautiful, intelligent artist he dated for over a year. Raised in a family with traditional values, Sofia was initially drawn to Benji's charisma but hoped to settle him down. Ultimately, Benji's wandering spirit re-emerged, leading to a painful breakup that left Sofia feeling he'd never be ready for true commitment.
So while Benji has had meaningful connections, his inability to fully commit long-term has led a trail of broken hearts in his wake as he enters his 30s.
BIOGRAPHY:
Benjamín Cárdenas is a 30-year-old man with an undeniable charisma and magnetic presence. With his tall, athletic build, olive skin, and striking features – including a chiseled jawline, piercing dark eyes, and a warm, dimpled smile – Benjamín cuts an unforgettable figure wherever he goes. Born and raised in San Diego, California to Mexican-American parents, Benjamín's upbringing instilled in him a strong work ethic and deep pride in his cultural heritage. After excelling academically and athletically in high school, he attended UCLA on an academic scholarship, graduating with honors with a degree in business administration.
Since then, Benjamín has carved out a successful career as a marketing executive for a major sports apparel company based in Los Angeles. His natural ability to connect with people from all walks of life, combined with his creative vision and business acumen, have made him an invaluable asset.
Despite the demands of his high-powered job, Benjamín makes time to nurture the important relationships in his life – especially with his large, tightly-knit family back in San Diego. He remains close with his parents and siblings, making frequent visits home when he can.
In his free time, Benjamín is an avid surfer, taking advantage of the Southern California coastline to indulge his passion for catching waves. He also loves outdoor adventures like hiking and camping to escape the city grind. Though driven and successful in his career, at his core Benjamín is a down-to-earth, family-oriented man deeply rooted in his Mexican heritage. His easy confidence, warm personality, and dazzling looks make him a heart-breaker, though he has yet to find that.
PERSONALITY:
Benji has an easygoing, charismatic personality that naturally draws people to him. He exudes an aura of cool confidence without coming across as arrogant or full of himself. Benji is incredibly charming and has a knack for making others feel at ease with his warm smile and ability to inject humor into any situation. At his core, Benji is a fun-loving, adventurous free spirit. He has an insatiable sense of wanderlust and desire to explore new places and experiences. Benji embraces life with unbridled enthusiasm and lives very much in the moment, savoring every experience to the fullest. Despite his laidback, go-with-the-flow demeanor, Benji is also driven and ambitious, with a strong work ethic instilled by his parents. He takes great pride in his career success as a marketing executive while still finding ways to pursue his passions like surfing.
Loyalty to his family and heritage is extremely important to Benji. He stays closely connected to his Mexican-American roots in San Diego and is a devoted son, brother, and uncle. Family will always come first for him. Underneath his cool exterior, Benji has a caring, sensitive side that he reserves for those closest to him. He's a nurturing partner who isn't afraid to be vulnerable and open up emotionally. However, his natural confidence and wandering spirit can sometimes make him come across as a bit of a free-spirited commitment-phobe. Overall, Benji is an intriguing mix of breezy, carefree charm and driven ambition. His magnetic personality and ability to live life to the fullest draws people to him, even if his roaming ways keep him from settling down fully.
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Llueven como balas
Por Benji Cárdenas
1. En 1993 Valentín jugaba baseball en el parque, detrás de la iglesia, en medio de una colonia residencial de clase media alta. Jugaba en el parque que sí tenía césped.
Era el parque Abraham Lincoln, el mismo nombre que la avenida más cercana, que también compartía nombre con la escuela primaria que tenía a un lado, y también con la papelería, la carnicería y la tienda de pornografía.
El parque era grande. La iglesia estaba dentro del parque, donde el césped era más verde. Ese era el césped prohibido. No se podía jugar futbol en él. Mucho menos baseball.
Conocí a Valentín jugando ese deporte en el césped prohibido y supe que seriamos grandes amigos, porque en los tiempos en los que todos jugaban futbol en el césped permitido, Valentín jugaba baseball detrás de la iglesia, en el césped prohibido.
2. Dejé la casa de mis padres casi a los 30 años, cuando me fui a vivir con Susana. Decidimos hacerlo porque ya llevábamos un tiempo saliendo y todo iba bastante bien. No nos casamos, sólo vivíamos juntos. Nuestras familias esperaban que algún día nos casáramos, pero eso nunca estuvo en nuestros planes y eventualmente dejó de ser importante para todos.
–¡Benji! –me grita Susana desde el baño.
–¿Qué? –le respondo desde el sillón de la sala.
Acabo de comprar Mortal kombat 9 por 5 dólares en una súper oferta desde la tienda digital Playstation store. No quiero dejar de jugar.
–¡Pásame un rollo de papel! –me dice.
Yo me hago el sordo un rato. Ya lleva mucho tiempo cagando y leyendo el periódico ahí adentro. No creo que tenga mucha prisa y yo realmente no quiero dejar de jugar. Mi amigo en Playstation network, emo_violence666, acaba de iniciar sesión y estamos a punto de iniciar una partida. Él es Baraka y yo soy Ermac.
–¡Benji! –me vuelve a gritar Susana.
–¿Qué? –le digo.
–¡Qué me pases un rollo!
Ya no puedo hacerme el sordo otra vez. Decido levantarme del sillón. Lo hago muy lentamente. Camino sin ninguna prisa. Más lento de lo normal. De hecho me cuesta más trabajo caminar así de lento que caminar a velocidad normal.
–¡Benjamín! –me grita de nuevo.
–¡Ya! ¡Ya voy! –le digo.
Le entrego el rollo de papel y corro de vuelta al sillón. Estoy por comenzar a jugar, cuando Susana sale del baño y me lanza el periódico en la cara. Yo me molesto y le reclamo:
–¡Qué asco!
–Mira –me dice y señala el periódico–, lee la noticia.
Agarro el periódico y leo en voz alta: “La ciudad establece un nuevo record mundial por la carne asada más larga de la historia… ¡Duro tres meses!”.
–No. Esa no. La de abajo –me dice.
La noticia de abajo dice: “EL PARRICIDA DE MITRAS”. Y en letras más pequeñas: “Matías Suarez asesinó a su padre de un balazo en el ojo”.
Acompañado de la nota viene una pequeña fotografía de Matías siendo arrestado por la policía. Va sin camiseta, con unos jeans muy feos y unas chanclas. No era su mejor momento.
Mientras leo, emo_violence666, aprovecha mi distracción para vencerme en la pelea.
–¡No mames! –le digo a Susana y señalo con el dedo la foto de Matías– Es el güey que me daba miedo. Te dije que había algo raro con ese carbón.
Susana se me queda viendo mientras yo estoy con los ojos abiertos de forma exagerada, como si estuviera muy sorprendido.
3. Valentín no era rico, pero como la mayoría de las personas en esta ciudad, tenía familiares en Estados Unidos. Sus familiares sí eran más o menos ricos, y Cada navidad o cumpleaños le mandaban una dotación de nuevos videojuegos para su Sega genesis.
Pasábamos mucho tiempo en su casa jugando videojuegos en su cuarto. Su familia era muy estricta y no lo dejaban ir a mi casa: pensaban que yo era una especie de mala influencia para su hijo. Nunca supe bien la razón. Siempre sospeché que fue porque ellos querían que estudiara docencia igual que sus padres, sólo que yo le insistía en que siguiera sus sueños de ser doble de cine. De todas formas nos dejaban ser amigos porque su abuela conocía a mi tía.
Valentín veía La vida moderna de Rocko en la tele mientras yo jugaba con una Nerf blast hammer que disparaba unos dardos novedosos, como de espuma.
–Ojalá que tus tíos te regalen Mortal kombat –le dije mientras echaba un ojo a su colección de juegos–. En el comercial de la tele se ve bien real la sangre y los monos.
En esa época yo pasaba mucho tiempo viendo televisión, principalmente Nickelodeon. Mis shows favoritos eran Le temes a la oscuridad y Pete & Pete. Cuando no veía televisión mi segundo pasatiempo era jugar videojuegos.
Entre todos mis conocidos, Valentín, además de mí, era el único que tenía un Sega genesis en lugar de un Super nintendo. Los buenos juegos eran más difíciles de conseguir para Sega, y Valentín era mi opción más cercana para compartir juegos. Yo sólo tenía Streets of rage y Cool spot. Él tenía como veinte juegos, y cada navidad o cumpleaños le regalaban más. Creo que yo me emocionaba más con la llegada de sus regalos que el mismo Valentín. Realmente esperaba que le regalaran Mortal kombat.
–¿Me lo prestas si te lo regalan? –le pregunté.
–Sí –me dijo–. Mientras podemos ir a jugar al que pusieron afuera de la iglesia.
–Jajaja… –me reí incrédulo–. Sí, dude, afuera de la iglesia.
–¡En serio! –me dijo– Pusieron varias maquinitas para la kermes.
Me levante y le dije:
–¿Pusieron Mortal kombat afuera de la iglesia? ¡Qué estamos esperando! ¡Vámonos corriendo a la iglesia!
Esa fue la primera y única vez que he usado esa frase en mi vida.
4. Mientras como mi desayuno le digo a Susana:
–Siempre supe que ese güey iba a matar a alguien –como una cucharada de Cap���n Crunch y continuo–. ¿Crees que yo lo provoqué?
–Jajaja… –Susana se ríe de mí.
–¿De qué te ríes? –le pregunto con la comida en la boca.
–Siempre quieres ser el protagonista de todo –me dice–. El mundo no gira a tu alrededor, Benji.
Susana comienza a levantar la voz:
–¡Mataron al vecino! ¡No mames! ¿Cómo vas a ser tú el responsable de eso?
Yo no le respondo nada, sólo me le quedo viendo: en la mano derecha sostengo la cuchara con Cap’n Crunch, derramando gotas de leche en el plato.
–Estas bien pendejo –me dice.
La última vez que había visto al ahora asesino Matías eran como las dos de la tarde, pleno día, el sol brindaba una iluminación perfecta a la ciudad, a las casas vecinas, a los arboles verdes y al asfalto gris. El clima era soleado pero con un airecillo refrescante, perfecto, y en medio de toda esa belleza estaba Matías saliendo de su casa, apurado, sin camiseta, con una licuadora entre las manos, la licuadora estaba casi llena de salsa verde, iba sin zapatos ni calcetines, sólo unos jeans muy feos. Lucía casi tan mal como en su foto del periódico.
5. En la kermes de la iglesia pusieron cuatro arcades. Una era Pac man, la otra Street fighter 2 turbo, la tercera no funcionaba (tenía un botón y un sello del gobierno de Estados Unidos) y la cuarta era Mortal kombat.
Yo nunca había jugado Mortal kombat, únicamente lo había visto por televisión, en los comerciales.
En la maquinita había un niño como de nuestra edad jugando solo. Valentín lo saludó:
–Hey, ¿cómo andas?
El niño saludó sin quitar los ojos de la pantalla:
–Qué onda.
–Mira, Benji –me dijo Valentín–, él es Matías.
–Hola –le dije.
–Qué onda –me respondió.
Lo invité a jugar Mortal Kombat y Matías dijo que sí.
Me dijo:
–Tienes que meter una moneda de 20 centavos para que puedas retarme.
Le di a Valentín la Blast hammer que me había llevado conmigo y metí la mano a mis bolsillos.
–Mmm… –le dije– Sólo traigo una moneda de 2 nuevos pesos.
–Mmm… A ver… –me dijo– Yo tengo cambio.
Matías buscó el cambio en su bolsillo derecho del short anaranjado que llevaba puesto, era uno de esos shorts de telilla que sólo usan los niños, pero el suyo era color anaranjado feo. Me dio el cambio y me explicó:
–Mira, primero metes la moneda, luego presionas Start y ya seleccionamos a nuestros peleadores.
–OK –le dije.
Seguí las instrucciones y tuve mi primera partida de Mortal kombat contra el futuro parricida.
Matías eligió a Liu Kang. Yo elegí a Sub Zero. Luchamos. La sangre salpicaba por todas partes. Se escuchaban los gritos y se percibía la violencia que soñamos con liberar. Ocurría de una forma segura. Sin remordimientos.
Matías me venció y el momento del fatality nos atrapó. Los fatalities eran el mayor atractivo del juego. Matías giró el joystick he hizo una extraña combinación con los botones, y así Liu Kang comenzó a girar como nena en la pantalla: dio unas volteretas, lanzó unos gritos y eso fue todo. No hubo sangre. No hubo corazones arrancados ni columnas vertebrales ensangrentadas. No hubo decapitaciones.
Matías nos miró, orgulloso de lo que había logrado. Nos dijo:
–¿Qué pedo?
Nosotros no respondimos nada. Luego dijo:
–Se quedaron cabras con el fatality, ¿verdad?
Valentín se veía un poco nervioso. Le dijo:
–Sí, güey, está con madre. Juegas bien chido.
Me acerqué a Valentín y le pedí la Blast hammer, ya que me di cuenta que no podría vencer a Matías.
–¿Y a ti que te pareció, Benji?
Yo le dije:
–Nombre güey, estuvo de la verga.
Valentín me volteó a ver nervioso, como si hubiera dicho algo malo.
–O sea, está equis –le dije–. Yo esperaba más violencia.
Matías endureció los músculos del rostro y sus ojos se tornaron de color rojo. Se acercó a mí y con una voz mucho más demoniaca que la anterior me dijo:
–¿Qué dijiste, puñetas?
Yo volteé a ver a Valentín, pero el bastardo estaba haciéndose pendejo, volteando la mirada a otra parte.
–Hey, ¡Valentín! –le dije– ¿Qué pedo con tu amigo?
Matías se me acercó y con su brazo izquierdo me sometió por el cuello, me agachó completamente hacia adelante y dijo:
–¿Quieres bronca? ¿Quieres bronca, pinche puñetas?
Yo sentía un dolor ligero por el roce de su brazo en mi cuello, pero lo que más me incomodaba era la posición en la que me tenía, extremadamente agachado y humillado. Le dije:
–Suéltame, carbón. Suéltame –pero no me soltó.
Supuse que una advertencia habría sido suficiente y tomé una decisión. Llevaba la pistola Nerf en la mano derecha, la acerqué a menos de un centímetro de su ojo derecho y le dije:
–¡Te pedí que me soltaras, cabrón! –y disparé el dardo.
Matías me soltó de inmediato y se llevó ambas manos al rosto para tratar de detener el brote de sangre que le escurría por el rostro.
Valentín le dijo:
–¡No mames! ¿A ver, déjame ver que te paso?
Matías se quejaba de dolor y gruñía de coraje. Nos dio la espalda y caminó rumbo a una calle recta. Vimos a Matías caminar, alejándose, gruñendo cada vez más lejos, cada vez más bajo. El sol del atardecer lo iluminaba desde el frente. Sus shorts anaranjados se veían ridículos.
6. Susana insiste en que no tengo de que preocuparme, pero sé que ese dardo en el ojo de Matías fue una experiencia que ni él ni yo pudimos olvidar. Esa experiencia encontró la forma de marcarnos y volver a la vida.
Voy a visitar a mi madre. En el camino manejo por la iglesia. Me detengo un momento y veo la calle por donde Matías había desaparecido después de que le disparé hace más de 20 años. El clima es similar al de la época: el sol ilumina desde el mismo ángulo que cuando Matías caminaba sangrando por la calle.
Manejo un poco más y antes de llegar a casa de mi madre decido dar una vuelta por el barrio, para despertar un poco la nostalgia.
Ando por ahí, random, calle tras calle, esquina tras esquina. Me detengo en lugares especiales como en la casa que solían adornar en Halloween; los habitantes de esa casa usaban disfraces sobresalientes y siempre regalaban muchos dulces de muy buena calidad.
Entro por una calle, detengo el auto a mediación y observo la casa de Valentín. Me pregunto si aún vivirá ahí.
Estaciono el auto y bajo de él.
Cuando toqué el timbre no estaba seguro de lo qué iba a decir. Mis opciones eran: “Buenos días, disculpe, hace más de 20 años vivía aquí un amigo…”. O también: “Vera, usted no me conoce, pero…”. Las dos eran fatales.
Valentín abrió la puerta y al verme me dijo:
–¿A chinga?
Me tendió la mano y nos dimos un extraño apretón de señor. No fue un apretón sincero, más bien un suave apretón de dos personas que en realidad se quieren saludar como cuando eran niños; como Will Smith en El príncipe del rap.
–Qué pedo, dude –le digo.
–Mmm… –me dice– Pues pásale, pásale.
Entro y su casa es un total desorden. Es reconfortante. Más de lo que debería. Me siento como si en este lugar pudiera ser yo realmente. Sin máscaras de treintañero.
–Te ves joven –me dice.
–Tú también –le digo–. Me gusta tu camiseta y señalo al logo de A Wilhelm Scream que lleva en el pecho.
–Gracias –me dice.
En ese momento yo llevo puesta una camisa de cuadros. Pienso que me hubiera gustado traer la camiseta de alguna banda también. Le digo:
–Yo también tengo algunas camisetas de bandas, es lo que sigo usando.
–No tienes que explicarme –me dice–. Te ves joven.
–Joven hasta la muerte –le digo.
Valentín sonríe.
–¿Supiste lo de Matías? –me dice.
Valentín se sienta en una silla vieja y yo me siento en el igualmente viejo sofá.
–Mató a su papá de un balazo en el ojo –me dice–. Como el que tú le diste a él con esa Nerf, ¿te acuerdas?
–Sí, me acuerdo –le digo.
–¿Recuerdas la sangre? –me pregunta.
–No era tanta –le digo–, ¿verdad?
–No tanta –me responde–. Era un dardo de espuma, pero éramos unos niños, y ver a otro sangrar de un ojo…
Valentín se detiene un momento, luego continua:
–Fui en el momento del incidente –me dice–. Cuando escuchamos el balazo, los vecinos salimos a ver qué pasaba. Matías estaba tirado en el suelo, la pistola a un lado de él. Estaba en shock. Su papá estaba vivo. Se retorcía y hacia sonidos como si quisiera hablar, sólo que no se le entendía nada. Estaba justo en medio de un charco de sangre y le salían cosas de la cabeza, como si se le estuviera saliendo el cerebro o los sesos. No sé…
–¿Por qué lo hizo? –le pregunto. Es una pregunta retórica. No espero que Valentín me responda pero lo hace.
–Lo odiaba. Lo culpaba de qué su mamá los abandonó cuando era un niño. Se fue por la época en la que usaba un parche mientras le arreglaban el ojo por lo que tú le hiciste. Las últimas veces que hablé con él sobre ti me decía: “Odio a ese pendejo”.
–¡¿Qué?! –le dije– ¡¿Me odiaba?!
–Te odiaba –me respondió–. Tal vez canalizó todo lo malo de la separación de sus padres contra ti por haberle disparado en el ojo.
–¿Me podrías prestar tu baño por favor? –le pregunto– Me siento nauseabundo. Me siento un poco mareado.
–Claro –me responde–. Está ahí, en donde siempre ha estado.
Camino por la vieja casa en donde jugábamos Sega genesis y veíamos Nickelodeon. Los recuerdos llueven como balas hacia mí.
Llego al baño y me miro al espejo. Recuerdo mi reflejo de hace veintitr��s años y me pregunto: “¿Como pude llegar a convertirme en esto?”, e inmediatamente un vomito incontrolable sale de mi boca. Por suerte Valentín mantiene su escusado con la tapa levantada. Me limpio la boca con un poco de papel y al tratar de levantarme me doy cuenta de lo incomodos que están mis pantalones, ni siquiera están a la cintura, están a medio trasero. Recuerdo que comencé a usar los pantalones así porque esa era la moda de los raperillos cuando estaba en primaria. La gente cool lo hacía, pero ahora yo soy un treintañero usando los pantalones a media nalga, una de las muchas tradiciones que he venido conservando desde hace más de veinte años.
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Big Spin está de regreso y con canción nueva. Su grabación saldrá en enero de 2020. También les presumimos que el video lo hizo Benji Cárdenas, co-fundador de PUNKROUTINE.
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