#Barajitas
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Cromos de personajes de la Revolución Mexicana (vía Pinterest).
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Cromos de Alien (1979).
Alien (1979) trading cards.
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Barajita de Michael Jordan rompe récord de venta
Michael Jordan está considerado como una leyenda en el baloncesto, pero más allá de ese lugar en el Salón de la Fama en la National Basketball League ( NBA), puede establecerse como uno de los más grandes atletas en todos los tiempos. Su paso por la NBA marcó un antes y un después y, aún con más de 20 años retirado definitivamente, su memorabilia se busca como algo dorado. Pues bien, este…
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¡Se acerca el día de Canarias! ¿Y qué mejor que celebrarlo echando una barajita? Por ello, te invitamos a participar en el primer torneo de envite (4️⃣x4️⃣) organizado por @murgalosintoxicados y @ayuntamientodearrecife que tendrá lugar en la plaza de las Palmas (IGLESIA DE SAN GINÉS) ⛪️ los días 27, 28 y 29 de Mayo 🗓
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La primera mascota que vi de Fútbol, Naranjito de España 82 mi primer mundial de fútbol que veía por televisión, mi primer álbum de barajitas y aún que no recuerdo mucho fue algo muy dentro de mi que cambió mi vida . Cuentame cuál fue la tuya o cuál es tu mascota favorita de los mundiales??
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La Plaza Washington
Este es un texto que escribí hace unos años para Venezuela Fractal, un experimento de escritura comunal que estuvo interesante y divertido. Revisando cosas viejas lo encontré y me gustó tanto, que quise compartirlo por acá.
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Ernesto dio un vistazo a aquella plaza y a duras penas pudo reconocerla. Poco quedaba de aquella antigua plaza Washington de su infancia, tan bucólica y somnolienta. Desde hace algunos meses, aquel abandonado rincón de El Paraíso había cambiado mucho: ahora era uno de los 5 puntos de la ciudad designados por el Gobierno como Plazas Recuperadas y Abiertas para la Negociación Soberana (PRANS), verdaderas zonas de tolerancia que habían sido recuperadas y acomodadas para que los ciudadanos pudiesen hacer sus transacciones con el hampa en un ambiente seguro, cómodo y protegido. Gracias a un préstamo de la República Popular China, originalmente destinado para dotar algunos hospitales, el Gobierno había limpiado y restaurado el lugar: se pusieron cajeros automáticos, se construyeron amplios puestos de estacionamientos que facilitaban la carga y descarga de rehenes en 30 segundos o menos, se instalaron nuevas papeleras, cuyo diseño permitía a los familiares de los secuestrados dejar los bolsos llenos de dinero que los criminales exigían sin tener que bajarse de su vehículo, entre otras comodidades. Definitivamente, era otra plaza.
Aquella tarde, Ernesto estaba ahí para reunirse con el Gordo.
Desde hace unos meses, el Gordo lo extorsionaba. Y a pesar de que la Plaza La Castellana o la Alfredo Sadel (otras de las PRANS) estaban más cerca de su casa, Ernesto siempre había preferido cruzar la ciudad para reunirse con el Gordo en la Plaza Washington. Se sentía a gusto ahí. Quizás porque su infancia transcurrió entre sus veredas: bajo la sombra de la desvencijada estatua del prócer estadounidense Ernesto había jugado metras, había cambiado barajitas, incluso sus primeros besos adolescentes habían ocurrido allí. No sabía a ciencia cierta qué tenía aquel lugar, pero sin duda allí siempre se había sentido más seguro. En el fondo de su ser, sentía que en su antiguo pateadero sería más difícil joderlo.
El reloj marcaba las 3:10 de la tarde. Llegaba retrasado a la cita, pero el Gordo aún no estaba allí. Se dirigió a la oficina central de la PRANS, se identificó y pagó el banquito que previamente había reservado, el que está frente a lo que antiguamente había sido la parada de taxis. Su banquito habitual. Allí se sentó a esperar.
A lo lejos lo vio acercarse. Sudando, resoplando, secándose el sudor con la manga de su camisa. ¡Maldito Gordo! ¡Maldita la hora en que había descubierto sus secretos!
—¿Qué hubo, Ernesto?
—Aquí. La misma vaina.
—¿Tienes lo mío?
—Sí, toma. Aquí tienes— dijo Ernesto, mientras le daba discretamente un sobre.
Acostumbrado a que sus transacciones fueran rápidas y expeditas, Ernesto se alistó para irse, pero una pregunta del Gordo lo detuvo en seco.
—¿Tú creciste por aquí, verdad?
—¿Cómo lo sabes?
—¡Ah, tú ves! Uno tiene sus métodos, uno tiene sus métodos— afirmó el Gordo—. No estás tratando con un extorsionador cualquiera, papá. Uno es profesional.
—¿Para qué quieres saber?
—Tranquilo, chamo, relájate. Sólo quería saber que había bueno por aquí para comer.
—¡Seré yo tu guía turístico!
—Coño, vale, ¿qué te cuesta dar una recomendación, de pana y todo?
—Tú no eres mi pana.
—¡Dale, pues! Que está apretando el hambre.
—Allá a media cuadra está Pastas Morandi, no hay caída con ellos. Y las tortas de aquí enfrente también son buenas. La marquesa de almendras es la mejor de toda Caracas. Y para allá está el Maracaná, que es bueno pero burda de caro. De resto, todo por aquí es una mierda.
—Gracias. ¿Viste? ¿Qué te costaba?
—Bueno, me voy. Espero no verte jamás.
—¡Oh, tranquilo! Me encargaré de que eso no pase.
Apenas se levantó la vio venir. Mónica. De todas las mujeres del mundo, justo tenía que ser Mónica. Su impulso inicial fue sentarse de nuevo y desviar la mirada. Y rezar, rezar con toda su fe para que Mónica no lo viera; no en este trance, no con esta compañía. Rezar para hacerse invisible, para que ella siguiera de largo, sin saludarlo. Pero todo fue en vano. No hubo rezo que valiera.
—¡Hola, Ernesto! ¿Cómo estás?
—Bien, Mónica. ¿Y tú?
—¡Ay, pero qué seriedad, chico! ¡Estás perdido! ¡Ni una llamadita, cónchale!
—No he tenido chance, te lo juro.
—Todavía somos familia, ¿sabes?
—Lo sé, lo sé. Te llamé hace un par de meses, pero repicó y repicó y nada. Me salió un mensaje diciendo que tu número estaba desconectado.
—¡Ah, es que lo cambié! Pensé que te lo había pasado. Anota el nuevo número, por fa.
—Ahorita no tengo donde anotarlo, Mónica— dijo Ernesto, aterrado ante la perspectiva de que cualquier otra información familiar cayera en manos de el Gordo.
—Grábalo en tu teléfono, bobo.
—Es que me quedé sin pila— le mintió—. Yo se lo pido después a Julio, no te preocupes.
—Él no lo tiene. ¿Tú eres loco? Él menos que nadie— justo en ese momento Mónica reparó en la presencia de el Gordo— ¿Tu amigo no tendrá donde anotarlo? Hola, mucho gusto. Soy Mónica, la ex cuñada de Ernesto.
—Alejandro Silva. Para servirte— dijo el Gordo, mientras sacaba un bolígrafo de su bolsillo, arrancaba la solapa del sobre y se los daba a Ernesto.
—¡Gracias!
—Un placer, un placer— añadió el Gordo, lisonjero— No sabía que tenías una cuñada tan bonita, Ernesto.
—Ex cuñada— aclaró Mónica, mientras le dictaba a viva voz su número a un cabizbajo Ernesto.
Luego de darle el teléfono a Ernesto, Mónica y el Gordo intercambiaron un par de comentarios más, tras lo cual ella se despidió. El Gordo la vio alejarse, con ojos lascivos.
—Bella la cuñadita, Ernesto. Deberías aprovechar que está libre.
—¿Estás loco?
—¡Ja ja ja! Echando vaina, chico.
—Esos no son juegos.
—¡Verga, te arrechas de nada! Estás demasiado nervioso, chico. Eso es malo, el stress. Es malo para el corazón. Tú lo que tienes que hacer es quedarte tranquilo—. Mientras se apuntaba con el índice la frente, añadió— Pórtate bien, Ernesto; mira que me llevo aquí el número de la cuñadita. No queremos que ella se entere de tus secretos.
Ernesto se sintió completamente perdido. Al final, ni siquiera la plaza Washington, su antiguo reducto, pudo protegerlo. Se levantó como pudo, y sin mediar palabra, se alejó. Arrastrando su miseria por aquellas aceras rotas, hediondas a pipí y a flores mustias de jabillo. Sin voltear atrás.
El Gordo permaneció algunos minutos más en el banco, sonriendo, mientras veía a Ernesto caminando como un zombie. Cuando lo vio perderse, se levantó y entró a la tienda de las tortas. Ahí, sentada en una mesa, estaba Mónica.
—¿Ya pediste?
—Te estaba esperando, mi amor.
—Pídeme una marquesa. Me la recomendaron.
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(vía Camiseta gráfica 'Barajitas de Coleccionables ' de Teixeira224)
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' no estoy tramando nada... ' confiesa más bajito pero con una sonrisa dubitativa, como quien ha sido atrapada con las manos en la masa y ahora intenta deshacerse de sospechas. ' ¿tengo cara de ir por ahí pensando en qué travesuras le haré a los demás? ' le reta alzando las cejas, aunque se adelanta a la respuesta ubicando un índice en vertical sobre los labios ajenos. ' es una pregunta hipotética. ' susurra, una vez más, con una curvatura pequeña tirando de las comisuras hacia arriba. le es inevitable dejarse arrastrar por la alegría que le embargaba por dentro, no sólo porque ha tenido éxito en su búsqueda sino porque le está viendo... existir. había algo inherentemente adictivo en ser testigo de su existencia y todo lo que involucraba la misma. además, estaba segura que era una opinión completamente objetiva. ' qué bueno, verlos perder después de unas tres partidas se vuelve repetitivo. ' patético, también agregaría, pero porque nunca se ha visto seducida por aquel vicio. ' lo de los secretos diría que es... cuestionable. ' aquella es la manera en que se admite curiosa de las anécdotas que han corrido de boca en boca desde que se ha alzado la noche sobre el puerto. quiere saberlos todos y cada uno de ellos, no porque necesite beneficiarse sino embriagada por la tonta sed de saber más. al sentir la caricia sobre su piel, deja que sus párpados caigan. el sonido del mar inunda sus oídos y poco a poco el salitre es advertido por su olfato. si no lo ha pensado antes, no le toma tiempo caer en cuenta ahora: se encontraban en el lugar que mercury dijo no sentir mucha curiosidad por visitar. ' ¿cómo te sientes? ¿ha sido una noche entretenida? ¿no? ' parpadea y vuelve a ubicar su atención en él. ' de acuerdo, sólo quería asegurarme de que no estaba robándote de nadie, ' se le escucha una risita mientras revisa dentro de su cartera y hace emerger un único zarcillo. ' estabas preguntando por barajitas, ¿cierto? pues... perdí el otro par hace un rato. no creo que vuelva a encontrarlo, pero me parece una pena que se quede así. ¿crees que pudiéramos encontrarle otra utilidad? quizá... ¿parte de un llavero? ' mientras tanto, sólo puede mirar el artículo sobre su palma. habían algunas memorias adheridas a él que no quería soltar.
no sería capaz de definir la manera en que la assamita derrite cualquier máscara en uso como sorprendente. a esta altura, está hasta acostumbrado al confort que simple presencia puede llegar a regalar — pero no por eso alguna vez se siente menos maravillado por el efecto que causa sobre sí, brillo sobre sus ojos siendo tan delator como la sonrisa que marca el calor sobre sus pómulos que se esparce inconscientemente. único sonido que logra emitir se compone de una breve risa, apenas avergonzada por palabras que endulzan por demás pero lejos están de molestarle, pero labios que atrapan los propios por un segundo lo dejan corto en diálogo. en lo único que puede concentrarse entonces es en abrazar cintura ajena para acercarla nuevamente, agachando su cabeza para regalarle otro beso, un poco más largo esta vez dejando entrever lo mucho que deseaba tenerla cerca. ' tomaré el mundo y todo lo que tengas para mí ' mientras contraria se enfoca en situación sobre dermis que sólo puede imaginar, utiliza su mano libre (la única que no se suelta de abrazo) para tomar aquello robado y ponerlo en cajita que simplemente queda ahí, molesta pero fácil de ignorar. ' ¿que estás tramando, hmm? ' ojos se entrecierran con diversión en lo que curva sobre labios se llena de picardía. ' siempre estoy sólo para tí ' canturrea, tambaleando ambos cuerpos apenas y con la intención de apoyar espalda ajena sobre barandal al costado del barco. ' me encuentras en la rara ocasión de no querer ver a los humanos perder en el póker ' sisea, con pena difícil de definir entre lo real y la ironía. nada muy importante. ' ni escuchar a los vástagos sufrir por lo que creen son grandes secretos ' relata con tranquilidad, manos soltándose de agarre únicamente para apoyar una de ellas a un costado de la mujer, en lo que la otra acaricia el espacio debajo de sien ajena con su pulgar. ' ¿no crees que los nosferatu seguro ya saben la mitad de lo que están pensando en develar? esos tipos sí que son escurridizos ' divaga, y se da cuenta justo entonces. ' así que no tienes moros en la costa por los que preocuparte '. @skirino
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“deja de mirarme así, no pienso permitir que me juzguen por tener hambre.”
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Cromo del storyboard de la película “Batman y Robin” # S15. Skybox año 1997.
#batman y robin#batman & robin#poison ivy#hiedra venenosa#batman#dc comics#dc#cromo#barajita#trading cards#storyboard#skybox#batman y robin la película
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Empaques de cromos (barajitas) de los años 1970 y 1980ñ
Bubble gum cards from the 1970s/1980s. Pure Pop Art.
#Topps#Trading Cards#Barajitas#Cromos#Happy Days#Star Wars#Moonraker#Abba#The Six Million Dollar Man#Jaws#Magnum p.i.#The Black Hole#Saturday Night Fever#Grease
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Estreno~
Manga
"Yagishitasou no jibakurei "
Títulos alternativos: 柳下荘の地縛霊
Mangaka: Maria(Mりあ)
Sinopsis:
"Te embestiré mucho así que..."
Eso es lo que dijo ese universitario de mierda, embistiendo mi interior una y otra vez, aunque mi interior está muerto (Sekuzu Yoshito), 29 años de edad. Para cuando desperté en mi habitación me había convertido en un fantasma. Además, era un espíritu así que tampoco podía salir de la habitación.
Protegí mi lugar ahuyentando a los inquilinos, y finalmente apareció un compañero al que no pude ahuyentar.
Es un universitario y tiene 21 años de edad. (Itou Takumi). Que no solo puede tocarme, sino que apostamos "Tengamos sexo, y el que se venga primero pierde. Sí yo me vengo primero, yo me iré."
En mi desesperación por echar a Takumi, acepté la apuesta, pero el resultado fue...
Créditos
Cleaner *Giss Kirishima
Typesetter *Maryvi
Traducción *Barajitas
Proofreading * Yagi
Raws * Yagi
Link de lectura:
https://vk.com/album-193509358_273353252
https://web.facebook.com/pg/sweet.demons.fs/photos/?tab=album&album_id=2886996774861226
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Dedos que en fracciones de segundos te pueden señalar , sin causa y con muchas excusas te pueden destruiir ,deprimir , o ignorar...
Dedos que no son tu mano amiga son las que le dan aliento a que las personas te denigren y te juzguen de manera inhumana por ser diferente.
Dedos que te ultrajan de manera facil ,solo para que te sientas mal
Dedos que te apuñalan lentamente para que abajes la mirada y decaidas de manera inconsciente
Dedos que te obligan a caminar por las espinas y no por el suelo calido ...
Dedos que de cierta forma solo te llevan a tomar decisiones incorrectas.
Dedos que te llevaran al abismos si eres debil.
Ahora te toca a ti, a levantar la mirada, caminar de forma libre, sonriendo, que es la mejor arma para vencer al enemigo, porque te quiere ver destruido y no tienes que permitirlo.
Acaso eres culpable de no ser agradables para aquellos que sin gracia ni personalidad son como las barajitas repetidas ...
No te detengas...
No pares...
No te desanimes.
Sigue adelante, enfrentate ante ese enemigo que solo te critica de manera destructiva.
Se tan Veloz como el sonido, pero al mismo tiempo observa detenidamente al paso de las manecillas del reloj esos errores que debes corregir para que de manera sabia, no construyas en vano .
Que ningunos de esos dedos que te señalen sean motivo de que agaches la mirada ni que te aflijas muchos menos en pensamientos te sientas deprimido.
Saca fuerza donde no las tengas como lo hace una madre cuando hace lo que sea por su hijo de esa misma forma tu tienes que romper cadenas ,respirar y seguir adelante.
Sientete Feliz por ser tu, por no ser como el resto, por ser distinto, diferente o como lo quieras llamar pero ....
Jamas de los jamases dejes que nada ni nadie, te haga sentir menospreciado.
No eres ni superior ni inferior.
Solo Dios es Superior, y coloca inferior a altivo...
De cierta forma te digo
Camina, si te caes o te empujan, levantate, y si te rebalas mira al cielo y sonrie...
Vuelve a levantarte y haslo las veces que sean necesario.
Porque esos dedos son simbolo de que vas bien, por buen camino porque el camino ancho es facil de transitar pero el angosto es dificil para los que de verdad nos propones a llegar hasta el final...
Sigue y no des marcha atras...
Escrito por mi.
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un mal recuerdo
recuerdan para los que lo leyeron en su momento; un escrito que puse de que en latinoamerica el clasicismo es nuestro cáncer y que... vainas así ¿no?
bueno... quería comentarles que tengo una terrible memoria, y eso en parte es bueno y malo a la ves, lo bueno es que olvido las cosas rápido y tengo la sensación de que asi soy mas feliz. Lo malo es... que cuando recuerdas es como revivir el momento y tener esa sensacion desagradable te hare recordar por que inicialmente no querias recordar.
yo estuvo por muchísimos años en un colegio privado religioso, y por cuestiones de la vida mi clase social era media baja, las personas que estudian alli son clase media alta/alta. asi que a mi me aislaron de todos los grupos sociales por precisamente no tener cosas.
posiblemente no era consiente de lo mala que era la situación partiendo del hecho de que no conocía nada fuera de alli, pensé que ese sentimiento era normal y no no lo es.
para que tengan en cuenta la diferencia entre yo y ellos, era que ellos tenían acceso a celulares y consolas de juegos portátiles donde en mi familia solo 2 primos míos tenían consolas como la Play Station. tener un teléfono, NI hablar y mucho menos consolas de juego portátiles, ver a todos jugando con sus barajitas de Yu-gi-ho y pokemon y yo... pues no tenia nada de eso, incluso llegaron a señalar que tenia zapatos de marcas para pobres.
realmente, ni siquiera era consiente de que era diferente, me sentía igual a todos pero tal ves era yo negándome a reconocer eso ¿quien sabe? tenia menos de 10 y no recuerdo mucho de aquel entonces para bien o para mal.
pero el punto es... el mal recuerdo fue creo que de los últimos años que permanecí este lugar. Jamas tube ningun ataque directo a mi persona hasta entonces, y esto creo que era el inicio, menos mal que sali antes de que empeorara. En aquel entonces era común tener jugos en envases de cartón. mi favorito era Riko Matl una bebida chocolatada.
evidentemente yo no podía pagar el chocolate y realmente me gustaba. Un dia unas chicas me regalaron uno entero, no lo cuestione lo tome como una muestra honesta, para mi mala suerte un par de sorbos despues algo me picaba en la garganta, luego ardía, se sentia como cortadas mientras tragaba, le habían echado algo a la bebida, y no tarde en descubrir que era.
resulta que... tomaron un pitillo (pajita, tubito, popote, como le digan) lo cortaron en zip-zap para cear puntas filosas y los metieron en la bebida, me lastimaron, realmente y no recuerdo que fue lo que hice luego, tampoco se si les pareció gracioso, solo bote eso.
creo que a partir de entonces mi situación empeoro pero no sabría decirles como, no lo recordo, y espero no recordarlo, revivir la sensación de algo raspando mi garganta es muy desagradable.
y para aclarar, ni siquiera recuerdo quienes fueron, no me importa, la verdad lo tenia como olvidado, espero volver a olvidarlo y fingir que esa oscura de mi vida jamas paso, no todo fue malo pero si fue mas malo que bueno.
no tengo una moraleja hoy solo... me dio algo de cosa recordar lo crueles que pueden llegar a ser otras personas sin razon valida. Creo que si hubiera seguido estudiando alli habria perdido mi espiritu ¿quien sabe? igual estuve aterrada al cambiar de colegio no conocia mas nada hasta entonces, no sabría que iba a esperar pero... todo salio bien y estoy aqui. Sean fuertes chicos, los tiempos malos también tienen un final
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Mi amigo Abraham.
Mi amigo Abraham.
Abraham no fue un niño cualquiera y siempre lo supe, lo conocí a los diez años y se convirtió en mi amigo apenas lo conocí, y quiero recalcar que siempre lo consideré un caso bastante particular. Nació en una familia donde las cosas no siempre salían bien, a veces había más y a veces menos, a veces mucho menos que más, pero siempre resistió, siempre aguanto.
Pronto me di cuenta de que virtud más grande de Abraham siempre fue su resiliencia y la pasión que le ponía a las cosas que le gustaba, así fue como su mayor pasión se volvió su propio escaparate: su equipo de fútbol. Hincha toda la vida de los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León, gusto que heredo de su padre y su hermano mayor y misma pasión que cosechaba día con día de cualquier forma en la que le era posible.
A veces era a través de posters, a veces barajitas o a veces simplemente era jugando con otros niños de la cuadra, simulando ser Gustavo Campagnlo o Roberto Dante Siboldi, porque ojo, parte de la particularidad de Abraham es que, a pesar de su formida composición corporal, decidió ser arquero y a la hora de meterse a una cancha sin dudas, era uno de los mejores.
Por su parte, su equipo, los Tigres daban más pena que gloria en la Liga Mexicana, vivían a la sombra de las eliminaciones a manos de su rival, los Rayados así como de los campeonatos perdidos en casa a principio de los dos miles contra el Club Pachuca, venía cargando una losa de casi 30 años sin lograr un título de liga, y como si fuera poco, era común leer en los encabezados proyectos fallidos y derrotas abultadas contra equipos cualquier equipo de la Liga, desde el Veracruz de Miguel Herrera hasta el Toluca de Bruno Marioni.
Había un conformismo escalofriante en la institución, desfilaron entrenadores, se fueron figuras de la talla de Walter Gaitán y Claudio Núñez, llegaron con grandes nombres Sebastián Gonzalez ‘’Chamagol’��� y Francisco ‘’Kikin’’ Fonseca’’ pero la suerte se negaba a cambiar, y cuando parecía que el club había tocado fondo, el fantasma del descenso llegó para confirmarlo, dejándolo al borde de este por allá del lejano dos mil nueve.
Retomando mi historia con Barush, puedo afirmar que nuestra amistad se fundamentó en el entendimiento, comprendíamos el fútbol de la misma forma y teníamos los mismos ideales. Jamás nos importaron los trofeos, crecimos juntos en la derrota, aprendimos en la adversidad y jamás nos permitimos esconder una bandera o un trapo, compramos sin cuestionar la idea de un viejo comercial de Carta Blanca que decía “cuando eliges un equipo, es un camino sin retorno”.
Todas esas derrotas me toco compartirlas con Abraham, así como también nos tocó celebrar victorias, a veces en la casa a veces en el estadio y había otras ocasiones en que buscábamos bares disfrazados de restaurantes, el pay per view es algo tan natural en Nuevo León como lo es el chicharrón de la Ramos.
Tenemos varias anécdotas, muy buena es aquella donde siendo un huerco de trece años recibí un puñetazo por defender a mi amigo después de que un clásico regio que terminará en empate a uno, así como todas las veces que nos levantábamos a las seis de la mañana, esperábamos el 134 o el 320 Fresnos para ver entrenar al equipo, cantarle en previas junto a la hinchada local en vísperas de partidos importantes como lo eran los clásicos regios o alguna esporádica ocasión donde el equipo entraba a la liguilla como octavo. A pesar de todo, jamás desinflamos el pecho, siempre vigentes y aferrados a los colores, siempre nos aferramos a la ilusión y a la esperanza, porque en ese entonces era todo lo que teníamos, era todo a lo que aspirábamos.
Eventualmente las buenas llegaron de la mano del Ingeniero Alejandro Rodriguez, Ricardo Ferretti, Juninho, Lucas Lobos, Héctor Raúl Mancilla y todos aquellos que cambiaron la suerte del club. Recuerdo llamar al gordo, felicitarlo y acordamos vernos pronto, para entonces ya éramos más grandes y a pesar de que nuestros caminos se separaron, la misma pasión por el club nos mantenía unidos.
Después de ese título empezó una época de estira y afloja para el club, Tigres era animador del fútbol mexicano pero cuando era hora de apretar, el equipo se doblegaba y así es como tuvimos que hacer frente a una nueva eliminación a manos de los Rayados en cuartos de final y años después un amargo subcampeonato contra el Club América.
Vino una de Copa Libertadores en el 2013, torneo que de siendo niños soñamos con ganarlo en suelo sudamericano,pero pronto la suerte se encargaba de ponernos en nuestro lugar y nos mandaba temprano a casa, aún no.
Ilusionados con jugar una final contra el Boca Juniors de Juan Román Riquelme, la misma suerte nos puso años después una final en contra del famoso River Plate de Marcelo Gallardo y nuevamente fue la esta suerte quien se ensaño con nosotros, nos exhibió y nos hizo ver que para ganar el torneo continental más importante de América, aún nos faltaba mucho.
El lema siempre fue resistir, insistir y nunca desistir y poco a poco, las cosas volvieron a tomar su rumbo. Llegó un francés, se agiganto un rosarino en el arco, un brasileño tomo el gafete de capitán y en cuestión de un par de años, Tigres ganó cuatro títulos de liga y recientemente una Copa de Campeones de la CONCACAF, misma que hoy en día tiene a Tigres a horas de debutar en el Mundial de Clubes de la FIFA.
Hay una responsabilidad muy grande y es con nosotros mismos, con cada tigre que se aferro a los colores en cada derrota. Tenemos prohibido olvidar de dónde venimos, no podemos traicionar a esos niños soñaron con un club que estuviera a la altura de la ilusión y del amor que de forma incondicional se entregó cada fin de semana, a veces con sol o a veces con lluvia, pero siempre con una bandera. Es por eso por lo que hoy, tres de febrero de los dos mil veintiuno, tenemos la obligación de mirar hacia atrás y más que agradecer lo vivido a reserva de lo que suceda, disfrutar que la suerte nos esta sonriendo después de tantos años.
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La familia Telerín
Desde hace cuatro décadas el entretenimiento infantil en Venezuela ha estado regido por tres países: Estados Unidos, Japón y México. El resto son excepciones. Pero a principio de los años 70 era común toparse con payasos españoles, como Gaby, Fofó y Miliki; con programas venezolanos (Sopotocientos); y con figuras animadas argentinas, (caso de los micros de El libro gordo de Petete). Pero de todas estas, quizás la que tuvo más éxito de merchandising es la Familia Telerín, creada en 1964 por los Estudios Moro, de los hermanos Santiago y José Luis Moro.
Este estudio de animación español, especializado en crear cuñas para la TV y el cine, dominó el mundo de la ilustración y los dibujos animados aplicados a la publicidad durante tres lustros (1955-1970), como lo revela el libro El anuncio de la modernidad (Pentagrama Editorial. Barcelona, 2007).
La Familia Telerín surgió originalmente como una idea del director de Televisión Española, Fernández Asís, para que los niños se fueran a la cama. Santiago Moro compuso la letra del tema musical (“¡Vamos a la cama que hay que descansa!”) que se hizo muy popular e volvió iconos pop a los personajes animados del spot: Cleo, Teté, Maripí, Pelusín, Coletas y Cuquín.
youtube
Este separador se vendió en toda América Latina y dio origen a una línea de productos asombrosa: discos de vinilo, álbumes de barajitas de Ediciones Bruguera, juegos de la marca Geyper, relojes, libros educativos, borradores para lápices, muñecos, jabones, colonias, cajas de membrillo “Milagrosa”, juegos de mesa, historietas y hasta un largometraje, El mago de los sueños, dirigido por Francisco Macián. En 1965, los Estudios Moro facturaron en royalties la suma de 10 millones de pesetas.
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