#Aviador Dro
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Domingos acelerados. Al final les vamos a tener que hacer un monumento a los del prog y el sinfo. Esto es “Bent Cold Sidewalk”, el “selector de frecuencias” anticipado de los alemanes Tangerine Dream en su LP de 1978 “Cyclone”. En la ruedecilla de configuración del vídeo aceleren el speed a 1,25, y puede que se encienda una bombilla en su cabecita.
¡Que manía con las canciones similares que lo son! Pero este dichoso juego de los parecidos no va a ninguna parte, todo sale de todo. Es un pasatiempo entretenido y poca cosa más.
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AVIADOR DRO - 001 Nuclear sí
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Early Fetiche Sonoro
Ibero-American music, hailing from diverse regions, underwent a departure from conventional norms and traditional ideals, potentially requiring the amalgamation of select elements to craft a novel and distinctive musical identity, in order to become what it is today. In retrospect, certain compositions and albums from the 1960s, 70s, and 80s bore the unfortunate brunt of subpar production resources and inadequate studio equipment. Nevertheless, this compilation endeavor strives to curate a selection of the most intriguing sonic expressions from this early period. Featuring: La Unión / Nina Galindo / Los Brincos / Juan Carlos Baglietto / Vainica Doble / Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota / Cecilia Toussaint / Los Fabulosos Cadillacs / Frágil / Neón / Sumo / Pappo's Blues / Kiko Veneno / Gabinete Caligari / El Último De La Fila / Cómplices / Serú Girán / Sentimiento Muerto / Aviador Dro / Pescado Rabioso / Soda Stereo / Virus / Mocedades / Loquillo y Los Trogloditas / Charly García / Los Prisioneros / Mecano / Nacha Pop / Rodrigo González / Duncan Dhu / Moris / Jaime López y José Manuel Aguilera / Alaska y Los Pegamoides / Radio Futura / Volti / La Polla Records / Almendra / Jeanette / Maldita Vecindad y Los Hijos Del 5to. Patio / Los Toreros Muertos / Triana / Héroes Del Silencio / Mano Negra / Casino Shanghai / Santana / Los Lobos / Olé Olé / Kikí D'Akí / Ritmo Peligroso / Luz Casal / Los Encargados / Caifanes / Divina Gloria.
#en español#latin america#spain#alternative music#vainica doble#santana#mocedades#caifanes#kiko veneno#seru giran#soda stereo#charly garcía#aviador dro#mecano#pescado rabioso#los lobos#mano negra#enrique bunbury#heroes del silencio#Spotify
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For your entertainment and education, please enjoy this live concert by Spanish synthpop band Aviador Dro from 1988
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FAKE WARRIORS NO MORE
Los fake warriors trastocan vilmente el arte de la guerra
Los fake warriors desechan el manual del usuario tras leer las primeras páginas.
Los fake warriors son tan solo protagonistas de un combate que a nadie interesa.
Los fake warriors son minusválidos del pensamiento original.
Los fake warriors intentan imponer sus ideales políticos vs la aplastante
realidad.
Los fake warriors copian los discursos de antaño con una segunda intención.
Los fake warriors evaden la pregunta esencial en cualquier lucha.
Los fake warriors son los guionistas de la nueva noticia que atemoriza sin
prisa.
Los fake warriors son conservadores pero no lo saben ni lo reconocerán
jamás.
Los fake warriors odian la modernidad, el futuro y el progreso.
Los fake warriors driblean chapuceramente conceptos como dios, patria y familia.
Los fake warriors hacen de la doble moral un estandarte.
Los fake warriors se pasean de la derecha a la izquierda sin asco ni pudor alguno.
Los fake warriors se creen tan puros como el agua que bebes.
Los fake warriors son un retroceso.
Los fake warriors están anclados al cinismo social en boga.
Los fake warriors son escaparate de estilo sin sustancia.
Los fake warriors salen con sus consignas de papel couche en los suples dominicales.
Los fake warriors practican una psicomagia atroz como encantador de baja estofa.
Los fake warriors se esconden tras sus ordenadores y las redes sociales.
Los fake warriors son los trolls en tu sección de comentarios.
Los fake warriors concretan los sueños húmedos de esos niñatos resentidos.
Los fake warriors convierten todo en algo inocuo, annonying, disturbing.
Los fake warriors intentan controlar el viejo orden del establishment.
Los fake warriors se disfrazan de héroes anónimos.
Los fake warriors creen que únicamente su proyecto de vida es viable o posible.
Los fake warriors son los nuevos vengadores contra todo y contra todos.
Los fake warriors actúan como vigilantes 24/7.
Los fake warriors no toleran a los disidentes.
Los fake warriors son desleales a la primera oportunidad.
Los fake warriors se infiltran en un PC como rata de desagüe.
Los fake warriors son mercenarios que dinamitan algo más que sueños.
Los fake warriors deambulan entre el escándalo y la provocación.
Los fake warriors nulifican cualquier intento de corregir el rumbo.
Los fake warriors juegan con tu miedo.
Los fake warriors destrozarán tus ovarios
Los fake warriors intentan anular las posibilidades de tus prácticas sexuales.
Los fake warriors son mesiánicos.
Los fake warriors son apocalípticos renacidos.
Los fake warriors sueñan con el desastre final.
Los fake warriors joden todo.
PD: Toda guerra es un montaje.
-Rafa Saavedra
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💝 🎅 ♡ PORTES ♡ 🎅 💝
PORTE #011 ★ el nacimiento de la industria by Aviador Dro & @newaffair
▪︎ powered by @keemeekaal
#aviador dro#el nacimiento de la industria#alas sobre el mundo#1982#music#href=#j&k sounds#meewee#new#portes
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First I want to say I am not jewish and i really don't know much about jewish culture. Have you seen the 80's novelty rap song rabbi sid the rappin rabbi ? it's on youtube, the 7" label is really well done and honestly the song is musically a bit better than most unserious rap songs. But then again i don't know if it comes as mockery to jewish culture or worse to compensate any unwanted bigotry, i can offer you "el ultimo asalto a la bastilla" by spanish underground electronic pioneers Aviador Dro, it's some almost drum n bass about workers revolution in the futur, great stuff
lmao no i havent until now but honestly the production is not bad. i just read something about the story behind it or whatever and it was made by jewish guys (and one italian they say) 🤷🏻
thank you i actually super appreciate the drum n bass recommendation if you know any other electronic music about workers revolution pls send me
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Os dejamos aquí la entrevista completa que nos hizo Iker Cortés para los medios del grupo Vocento. Ésta, en concreto, está sacada de El correo.
José Luis Moro
Músico y creativo publicitario
«El mundo se ha ahorrado un abogado malísimo»
«Soy un talibán de la rima consonante y no soporto las canciones de más de tres minutos y pico», afirma la voz nasal de Un Pingüino en mi Ascensor
José Luis Moro, en las oficinas de Pingüino Torreblanca. José Ramón Ladra
Iker Cortés
Madrid
Jueves, 20 de julio 2023
José Luis Moro (Madrid, 58 años) es uno de los responsables de Pingüino Torreblanca, una de las agencias de publicidad más creativas e interesantes de nuestro país, pero también es el alma y la nasal voz de Un Pingüino en mi Ascensor, la banda que facturó el disco más rentable de 1987 -solo se utilizó un teclado Yamaha para su producción- y que aún comparte con Mario Gil. «Me sorprende que haya gente que siga viniendo a los conciertos y que sigamos haciendo sold-outs en Madrid», afirma quien publicó su último álbum, 'Hace sol y es viernes', en diciembre del pasado año.
-¿Se ve más como el líder de Un Pingüino o como el responsable de Pingüino Torreblanca?
-Joder, es que soy bastante bipolar y me cuesta verme en una sola faceta. Para mí es un poco todo lo mismo. Es verdad que a menudo en mi vida profesional publicitaria mucha gente no me reconoce porque, de alguna manera, debo ponerme una fachada diferente a la musical. Pero, bueno, me veo como José Luis Moro, un tipo que hace diferentes actividades lúdicas en su vida.
-¿Cuándo empezó a interesarse por la música?
-Primero empecé como fan de los grupos a partir de los años 79 y 80, que fue cuando descubrí que existía una alternativa a la radiofórmula y a Los 40 Principales y pasé, de la noche a la mañana, de escuchar a José Luis Perales, que me sigue gustando, a escuchar a Alaska y los Pegamoides, Aviador Dro y a todos los grupos de aquella época que descubrí tanto en la radio, primero en Onda 2, que era la emisora que empezó a poner todos aquellos grupos, luego en Radio 3 y también en televisión con 'Popgrama'. Y luego, en paralelo a eso, en casa siempre hacíamos obras de teatro y musicales en Nochebuena y una de las cosas que hacíamos era cambiar las letras de las canciones. Primero empecé a cambiar las letras de las canciones de misa, porque yo iba a un colegio de Jesuitas, y luego ya me fui animando y empecé a poner letras diferentes a canciones variopintas. Recuerdo canciones de Eurovisión y de lo que empezaba a escuchar. Juntando aquellas dos cosas, llegó un momento en el que dije: «Yo quiero hacer canciones, yo quiero ser como esos grupos que me gustan tanto» y que cuando los empecé a ver en el escenario me gustaron más todavía. Yo había dado clases de acordeón, que era tradición en mi familia, pero no me gustaba nada. Tenía una querencia por los teclados y di clases de piano pero era malísimo, suspendí primero de solfeo… Y cuando tenía 14 años, mis padres me metieron en unas clases que hacía Yamaha y con eso aprendí que con tocar un poquito y un ritmo que ponía el teclado se podía hacer música.
-¿Había alguien con gen artístico en la familia?
-Gen artístico había porque mi abuelo por parte de madre era arquitecto, pero fue fotógrafo aficionado y pionero de la fotografía después de la Guerra Civil. Y mi madre siempre ha sido una persona muy creativa, que nos inculcó un poco la idea de que la creatividad era divertida. Luego de mis hermanos, sí tengo dos hermanas que una es fotógrafa (Sofía Moro) y otra que es pintora (Teresa Moro).
-¿Era buen estudiante?
-Sí, siempre he sido un tío bastante responsable, no se me dio mal. De hecho, terminé la carrera de Derecho en ICADE y luego tuve la suerte de encontrar otros caminos para evitar dedicarme al Derecho y el mundo se ha ahorrado una abogado malísimo.
«El día que convencí a mi padre para que me comprara un teclado me dijo: 'Que sepas que te lo compro porque sé que la música para ti es un hobby y nunca te vas a dedicar a esto'. Me siento un poco culpable»
-¿Qué tal se lo tomaron sus padres cuando descubrieron que lo de la música se convertía en algo serio?
-Bueno, hay un momento muy divertido. Teníamos un órgano de esos de mueble con el que no se podía hacer nada, así que insistí mucho a mi padre para que me comprara un teclado portátil. El día que lo convencí, me dijo: «Bueno, que sepas que esto te lo compro porque me he dado cuenta de que la música para ti es un hobby y nunca te vas a dedicar a esto». Me siento un poco culpable de los derroteros que luego cogió la cosa (ríe). Yo tenía entonces 16 o 17 años.
José Luis Moro, con su keytar. José Ramón Ladra
-¿Trataron de frenarlo?
-Es que como ya casi había acabado la carrera... El primer disco salió cuando estaba acabando cuarto de carrera, en el año 87, y el segundo, en el año 88, en mi último año, y fue cuando empezó un poco a eclosionar y empezaron a salirme cosas. Y luego, es que fue muy corto, porque en realidad yo me dediqué a la música en verano del año 88, y en septiembre del año 89 me tuve que ir a la mili, con lo cual, aquello interrumpió bastante todo, pero sí que hubo preocupación en mi casa porque les parecía que aquello no iba a ningún lado.
-¿Y por qué Derecho?
-Porque no se me ocurrió otra cosa. A mí me gustaba mucho la historia, pero aquello no iba a darme de comer. Mi padre era abogado y me entró un acceso de pragmatismo y decidí que era una cosa útil que hacer.
-¿O sea que es un tipo práctico?
-No demasiado, pero en ese momento por alguna razón pues decidí ser un poco responsable. En ningún momento se me ocurrió la posibilidad de estudiar Publicidad, porque la verdad es que luego es una cosa a la que me he dedicado y me habría encantado estudiarla, pero no se me ocurrió que eso existía en aquel momento.
-¿De dónde salió un nombre como el de Un Pingüino en mi Ascensor?
-No tiene una explicación. Yo quería un nombre que no fuera el mío propio porque bajo ningún concepto quería sonar a cantautor, que era una cosa detestable en aquella época, y quería un nombre que no se supiera muy bien lo que era porque en el fondo yo quería ser un grupo, pero no me había salido. Y al final salió Un pingüino en mi Ascensor, que en aquella época esos nombres poco peculiares se llevaban mucho. Yo estaba superenamorado del nombre, me parecía maravilloso, hasta que me inscribí en el concurso Pop Rock Villa de Madrid en el año 86. Todos los grupos que se habían inscrito tenían que ir al Ayuntamiento porque pasaban lista para ver quién se había presentado y en qué día te tocaba actuar y tal. Ibas al Ayuntamiento y estaba lleno de gente rara, de grupos de todo tipo, porque además no había categoría, y se cruzaban heavies, punkis… El caso es que salía un funcionario, un señor mayor con la lista, y empezaba a pasar lista. Y yo pensé ya verás cuando escuchen mi nombre y empezó a decir bandas como Falos Halógenos, Percebes Benz. Y pensé que mi nombre era una puta mierda (ríe).
José Ramón Ladra
-¿Se ha reconciliado con los cantautores?
-Bueno, nunca he sido muy de cantautor, salvo Javier Krahe, que es un ídolo, y algún personaje peculiar a los que no consideraría cantautores. Hay personajes como Tiny Tim, un canadiense que es un marciano. Hay un tío que descubrí hace poco que se llama Tom Lehrer, que era un matemático que en los años cuarenta tocaba ragtime y hacía canciones y además tuvo una carrera musical supercorta, porque luego decidió dejarlo. Y este tío tiene una canción se llama 'Envenenando palomas en el parque', y el tío canta que le gusta la primavera, porque es la época más feliz del año, porque puedo ir con mi novia a hacer lo que más nos gusta, que es envenenar a las palomas del parque. Es como un delirio.
-De familia acomodada, estudió en ICADE, pero sin embargo a Un Pingüino en mi Ascensor nunca se le metió en el terreno de los grupos pijos ¿o sí?
-Ha habido de todo, pero sí, sí. Alguien nos dijo una vez que éramos demasiado pijos para los indies y demasiado indies para los pijos y es una frase bastante certera, porque es verdad que en aquella época no llegábamos a sonar demasiado en Los 40 Principales, pero tampoco en Radio 3. Nadie sabía muy bien dónde ponernos, pero sí hubo cierta corriente que nos encajó en el mundo donde podían estar Hombres G o grupos de la época. Pero como siempre hemos sido un poco provocativos y disruptivos, pues tampoco acababan de entenderlo bien.
-En sus letras siempre ha estado muy presente el humor...
-A mí me abrió mucho la cabeza Alaska y los Pegamoides. Cuando yo descubrí 'Quiero ser un bote de Colón' recuerdo que mi sensación fue: «Joder, ¿se puede hacer una canción de esto?». Me pareció maravilloso porque yo hasta entonces había escuchado canciones más o menos convencionales. Lo más extraño que había escuchado, pues recuerdo que eran Javier Krahe, Joaquín Sabina, La Mandragora… Pero de repente aquello me abrió la cabeza, yo quería hacer cosas así, no me apetecía hacer canciones de amor y si las hacía no las iba a hacer de manera convencional porque eso no me divierte. Desde el principio hubo dos cosas que sí han sido mi tónica en la vida a la hora de componer y de escribir. Primero fue la rima consonante, que soy un poco obseso. A veces me la salto, aunque últimamente soy cada vez más talibán con ella y a veces me meto en líos grandes porque es imposible rimar y soy consciente que hay gente a la que le parece una estupidez. Y luego es verdad que no me gusta escribir sobre lo que escribe todo el mundo. Me gusta mucho contar historias, que no es una cosa muy usual en la música pop, porque al final necesitas mucho texto. Y tampoco me gustan las canciones largas. Me jode mucho. Cuando una canción pasa de tres minutos y pico y ya me siento un fracasado.
«A mí me abrió mucho la cabeza Alaska y los Pegamoides. Cuando yo descubrí 'Quiero ser un bote de Colón' recuerdo que mi sensación fue: 'Joder, ¿se puede hacer una canción de esto?'»
-El humor sigue siendo una asignatura pendiente en la música. Hay muy pocos grupos que lo incorporen en sus letras. Los Ganglios, Camellos, Carolina Durante...
-Bueno, hay una cosa que es una realidad y es que uno no triunfa dedicándose al humor. Hay una frase que dice alguien en un documental de los Sparks y es que el problema del humor es que nadie se lo toma en serio y eso es muy real. Pero en ningún área. No creo que lleguen a diez las comedias que han tenido un Oscar. Se considera siempre un arte menor, una cosa secundaria, y las canciones serias, el arte con mayúsculas, que es una cosa que detesto. Yo soy más de minúsculas. El humor se considera un divertimento, una cosa menor, el género chico. Nosotros hicimos una camiseta que ponía que éramos el género chico del pop. Es que a mí me encanta ese mundo. Hay una cosa que siempre cuento, que a mí me marca mucho la diferencia entre lo que es Un Pingüino en mi Ascensor y la música con mayúsculas: en la autobiografía de Los Beatles, Paul McCartney cuenta que cuando hizo 'Yesterday', le había salido una melodía en su cabeza, pero todo el rato le salía con una letra que era 'Scrambled eggs, Oh my baby, how I love your legs' que es algo así como 'Huevos revueltos, cómo me gustan tus piernas'. Y claro, él pensó que no lo podía hacer así que tardó muchísimo en rematar la canción porque esa letra no le valía hasta que encontró 'Yesterday'. Y yo siempre digo que habría dejado eso, me parece mucho mejor. Joder, es que 'Ayer' que es una puta mierda de letra. Pues esa es la gran diferencia. Con la letra de los huevos revueltos no habría ido a ningún lado y el tío le hizo una letra seria que a la gente le parece mucho mejor.
-¿Concibe la música sin humor?
-Pues hubo una época con el cuarto disco, 'La sangre y la televisión' (1990), me puse más serio y yo siempre digo que, a ver, no es el gran error porque al final uno en su carrera musical hace un poco lo que quiere, pero en aquel momento como que me encerré mucho en mí mismo y me entraron ganas de escribir cosas más serias y hay cuatro o cinco canciones que lo son y creo que no es lo que sé hacer. A partir de 'En la variedad está la diversión', que también tiene algunas canciones no diría oscuras pero sí más ininteligibles, retomé un poco lo que sabía hacer y ahí yo creo que me ayudó mucho la publicidad a entender un poco lo que soy como marca, qué es lo que tengo y qué es lo que realmente me hace diferente y, en el fondo, lo que me gusta. A partir del 'Piromanía' de 2004 sí que volví claramente al humor que es el mundo en el que me siento cómodo.
José Ramón Ladra
-Desde 'En la variedad está la diversión' hasta 'Piromanía' pasan once años. ¿Siguió componiendo todo ese tiempo o que pasó?
-Hubo una travesía del desierto, que fueron los noventa. El cuarto disco, que salió en los noventa, no tuvo mucho éxito, comprensiblemente. Llegó una minicrisis también a la industria porque estaba empezando a salir el CD y las compañías empezaron a ser un poco reticentes, cuando antes les parecía bien todo. Yo presenté un montón de canciones en Dro, que era la discográfica en la que yo estaba, y me dijeron que solo había una buena. Me cabreé mucho, pero con el tiempo me di cuenta que igual tenían razón (ríe). Pero en aquel momento me pareció indignante. El problema es que no te lo explicaban. Me habría encantado que alguien me hubiera dicho: «A ver, chaval, tú lo que haces bien es esto y estás yéndote por los Cerros de Úbeda, céntrate un poco». Pero nadie me dijo eso.
-¿Volvían a ser canciones serias?
-Había un poco de todo. Recuerdo que le pusieron notas, como en un examen, y solo había una MB, muy bien. Y en las otras 16, pues una tenía un bien. Si me lo llegan a explicar, pues igual tampoco la habría entendido, pero la habría agradecido. Es verdad que en los noventa, pues hubo una travesía del desierto. Todos los grupos que cantábamos en español, de repente, empezamos a parecer unos pringaos y unos perdedores. Se puso de moda a partir de Dover y Australian Blonde cantar en inglés y eso era lo que molaba. No venían a vernos ni mis hermanos ni la familia. Seguimos haciendo canciones, empezamos a hacer lo que llamamos la obra social, que recuperaba aquella tradición que yo tenía de cambiar la letra de las canciones. Nos hicimos un repertorio solo de eso, a ver si así triunfábamos, pero tampoco. Y en 1999 llegó un disco en directo, 'Pingüimatic', que fue un punto de inflexión. No tuvo demasiada repercusión, pero por lo que fuera, a partir de ese disco, sí que empezamos otra vez a sonar y volvió mucha gente que nos había escuchado en los ochenta.
«El humor se considera siempre un arte menor, una cosa secundaria, y las canciones serias, el arte con mayúsculas, que es una cosa que detesto»
-Hace unos años se animó a explicar en un vídeo cómo había grabado su primer álbum, el disco más rentable de 1987, un disco para el que solo usó un teclado, el Yamaha PSR-60, y que el año pasado cumplió 35 años. ¿Es un genio o tiene una jeta que se la pisa?
-Pues yo creo que tengo mucho morro. No sé si es una genialidad, yo creo que fue una puta casualidad. Yo quería montar un grupo porque yo quería ser como los grupos que me gustaban. Mis amigos del colegio, que más o menos sintonizaban conmigo y a los que les gustaban también esos grupos, al principio dijeron que sí, pero luego realmente no tenían las mismas ganas que yo de hacerlo, y finalmente dije, joder, pues mira, yo he aprendido a hacer canciones con esta tecnología rudimentaria, ¿por qué no? Pues sigo yo solo y ya está. Me pareció algo muy natural. Hice las canciones que podía hacer con la tecnología que podía y ya está, y aquello resultó diferente y nuevo.
-Luego vendría 'El balneario', y creo que este disco ya fue producido por Mario Gil. ¿Qué dirías que aportó su llegada, primero como productor y luego como segundo miembro de la banda?
-Me dio un mogollón de seguridad, porque el primer disco salió un poco por casualidad. Yo había enviado una maqueta a una emisora y Andrés Rodríguez, que ahora es el director de Forbes y de Esquire, tenía un programa musical en Onda Madrid, y a él fue a quien le gustó la maqueta, y habló con Dro y consiguió que grabara el primer disco. Pero se grabó un poco así, de cualquier manera. Servando Carballar me dijo que quería hacer el segundo disco bien y que se le habían ocurrido dos personas para producirlo, Ariel Roth y Mario Gil. No sé, qué habría salido con Ariel, pero yo era muy fan de Paraíso y La Mode y, claro, para mí Mario era un mito, así que le dije que con Mario. Nos conocimos, nos caímos muy bien, nos hicimos amigos realmente, y entonces me dio mucha seguridad, y me lo empecé a creer un poco. Si Mario Gil está produciendo este disco, igual es que esto sirve para algo. Y luego me hizo de asesor tecnológico y pasé de aquel Yamaha que tenía con ritmos, me sofistiqué un poco y empecé a utilizar cajas de ritmos, secuenciadores, empecé a aprender un poco a componer con todo aquello, y sí que me dio un poquito el paso a una pantalla superior. Al año siguiente le convencí de que se uniera al grupo y Un Pingüino en mi Ascensor es el único caso de la historia de un grupo de una persona que se convierte en un grupo de dos. Y la verdad es que me ha dado mucha estabilidad y nos conjugamos muy bien. Es verdad que yo llevo toda la parte de la composición de músicas y letras, pero él es el que convierte eso en algo más decente.
José Ramón Ladra
-De todos los discos de esa primera época, ¿cuál diría que es su preferido? ¿Cuáles son las canciones que más le gustan?
-Yo soy muy fan tanto del primero como del segundo. Creo que son los mejores de esa época. El primero es verdad que tiene ese punto rudimentario y naive, que tiene su gracia. Y el año pasado, cuando en el aniversario lo tocamos con el sonido original, pues me hizo mucha ilusión volver a recuperar aquello. Y el segundo, en realidad muchas de las canciones ya estaban compuestas cuando hice el primero, que fue una selección, otras ya salieron después. Creo que todas esas canciones representan muy bien lo que es Un Pingüino en mi Ascensor: 'El balneario', 'El sangriento final de Bobby Johnson', 'Camp', 'Perestroika'... Yo creo que ahí están un poco las canciones más representativas.
-Formó parte del final de La Movida.
-En realidad yo no me siento Movida porque cuando yo empecé a hacer canciones, La Movida ya estaba en sus estertores, aquello fue muy corto. A los que vivimos aquello, además, no nos gusta llamarlo La Movida, lo llamamos nueva ola madrileña. Y bueno, en realidad yo creo que en el año 85, que es el año en que yo hago el primer concierto para mis amigos, ya estaba muy de capa caída y ya estaba deshaciéndose. Entonces, yo creo que es más bien postmovida.
-Aquella fue una época de experimentación y de excesos. ¿Era Un Pingüino un sitio libre de sustancias?
-Yo en aquella época era súper sano. Bebía, pero las drogas las descubrí más tarde. En aquella época, no. Y fíjate que, por casualidad, Mario Gil, que sí que estuvo en el supermeollo de la movida, también es uno de los tíos más sanos que he conocido y por eso probablemente uno de los pocos supervivientes de la época. Yo era un espectador de todo aquello. Iba a los conciertos, tampoco estaba súper metido, entonces ni siquiera fui consciente de todo el nivel de droga que había ahí. Incluso en mi pandilla sí que algo había, pero yo era del grupo que no me interesaba aquello.
-¿Cuándo cree que se acabará el revival ochentero?
-No sé. (ríe). Hay un amigo mío que dice que el revival de los ochenta está durando más que los ochenta, que es una frase que me encanta. Debería haberse acabado hace mucho. A mí me sorprende realmente que siga todavía porque sí, fue una época muy divertida, pero creo que está bastante sobrevalorada. De hecho, hay cosas espantosas de esa época como la producción musical. Sonaba todo tan limpio… Yo creo que hay muchas canciones que son mejores de lo que parecen en el disco. Así que espero que ya se acabe. Aunque por otra parte, a mí me encanta todo este momento de grupos emergentes que me recuerdan mucho filosóficamente a aquella época con grupos como Carolina Durante, Ginebras, Camellos, Caravana o Jordana B. Me parece que hay muchos grupos que tienen, por lo menos a nivel actitud, mucho que ver con aquellas bandas. Espero que ya cojan el relevo y hagan lo que les salga de los huevos y nosotros nos quedemos un poco ya en el museo de cera, que es el lugar que nos corresponde.
«Hay un amigo mío que dice que el revival de los ochenta está durando más que los ochenta, que es una frase que me encanta. Debería haberse acabado hace mucho»
-¿Es nostálgico?
-Soy bastante poco nostálgico. Pienso bastante poco en el pasado y en el futuro, soy de vivir el presente.
-Hemos hablado antes de la travesía de los noventa. ¿En algún momento se planteó dejar la banda?
-No me planteé dejarlo, pero hubo años que hicimos un concierto o dos. Además, fue el momento en el que yo me metí en publicidad profesionalmente y Mario Gil en televisión, en la ambientación musical (tuvo mucha presencia en 'El informal'). Mario no tenía tiempo para absolutamente nada porque igual que fue un pionero de los sintetizadores en el pop, fue un pionero de los samplers en la ambientación musical en televisión. Era el único que hacía eso cuando empezó con 'El precio justo' y cambió radicalmente la forma de hacer las cosas y le llamaron de todos los programas de la tele del mundo. Y yo estaba intentando abrirme el camino en la publicidad y tampoco... Pero bueno, seguimos.
-¿Cómo fue su entrada en el mundo de la publicidad?
-Pues, a ver, hubo un momento en el que dije: «Me dedico a la música». La verdad es que ganaba pasta con los discos y con los derechos de autor y además yo era uno solo, no tenía que repartir. Pero después del cuarto disco, pues tuve la visión de que no iba a poder vivir de esto y tenía que buscar otra cosa. El derecho no me apetecía nada, no me veía en absoluto. En un principio pensé en la posibilidad de hacer música para publicidad, pero hablé con algún conocido que tenía en publicidad y me lo desaconsejaron, me dijeron que era muy complicado. Entonces pensé en dedicarme a la publicidad. Hice un cursito en el año 91, un curso bastante malo, pero que me abrió los ojos. Y luego tenía un contacto con la madre de un amigo de mi hermano pequeño que trabajaba en Contrapunto, una de las grandes agencias de la época y me dio la oportunidad de meterme de becario, sin tener idea de publicidad. Entré en el departamento de cuentas, que no es el departamento creativo, rápidamente me di cuenta de que yo era un inútil en aquella parte, y poco a poco empecé a hacer un pequeño portfolio de los anuncios que se me iban ocurriendo y al final me dieron la oportunidad de entrar en creación y desde el año 94, que fue cuando entré, me fue muy bien y muy rápido.
-¿Se parecen ambas facetas?
-Sí, sí, tienen muchas partes en común. Sobre todo tiene mucho común con la manera en la que yo concibo la música, que es contar historias. Al final la publicidad es contar historias. La diferencia básica es que en la música eres mucho más libre y puedes hacer lo que te dé la gana y la otra gran diferencia es que la publicidad intenta contentar a todo el mundo. Y en la música, tal como yo la veo, lo que me parece divertido es que haya mucha gente que odie lo que yo hago. Siento la música como provocación, siempre me ha gustado eso y siempre me ha gustado que haya mucha gente que diga que esto es una puta mierda porque creo que eso es una forma de sentir que lo que estás haciendo es diferente. Cuando gustas a todo el mundo, eso es un problema. La publicidad, aunque no vaya siempre a todo el mundo, está muy vigilada por muchas entidades y por mucha gente en las redes sociales que protesta por todo. Entonces la publicidad es mucho más complicada.
-¿Ha cambiado su forma de componer a lo largo de los años?
-No, no ha cambiado mucho. Es verdad que antes había una especie de recurso mental en el que me salían a la vez la música y la letra. Encontraba un verso y eso ya salía con la música. Ahora esto me pasa menos, o me pasa pero de repente descarto muchas veces esa primera melodía y me pongo a buscar otra. Y ahí trabajo mucho, como decían Los Beatles, en su forma de componer, que era coger sus canciones favoritas y cambiarlas tanto hasta que nadie las reconociera. Entonces tiro mucho de ese recurso.
-¿Le preocupa que sus canciones, al hablar de momentos concretos como el asalto al Capitolio o el detergente Camp, queden anticuadas en el tiempo?
-De hecho siempre he tratado de huir un poco de lo coyuntural. Incluso la de Manuel Luque, era una cosa tan peculiar que no lo considero coyuntural. Es verdad que en el último disco el 'Asalto del Capitolio' es un caso clarísimo u otra que utiliza la terminología de la pandemia, pero casi siempre procuro huir un poco de eso. Recuerdo cuando hicimos la versión de Bonie M de 'Rasputin', llamada 'Urdangarin', que sí que era una cosa bastante coyuntural y que además, joder, casi me meto en un lío. La estrené en Clamores para la gente que había ahí y no sé cómo llegó a los medios, me llamaron de Telecinco y yo dije no, yo no quiero salir a ningún lado, de verdad.
-¿Cómo ha cambiado la industria en todo este tiempo?
-Ha cambiado totalmente. Han cambiado los actores, sobre todo. Antes el poder lo tenía la discográfica y la radiofórmula, tenías que sonar en Los 40 Principales y en la radiofórmula si querías llegar a algún sitio y vender discos y necesitabas captar la atención de una discográfica, porque era la única forma de sacar música. Ahora la radio ya no tiene la potencia que tenía, ni mucho menos. Las discográficas, tampoco. Y hay una cosa buena, que se ha democratizado muchísimo, hacer un disco ahora es muy barato, lo puede hacer casi cualquiera. Teóricamente, que lo escuche todo el mundo está también democratizado, luego no es así. Hay otra radiofórmula que es YouTube o la red social que sea, y necesitas entrar ahí, conocer, tener medios para que eso funcione. Pero de alguna manera sí que creo que hay algo que es mejor, sobre todo la parte del abaratamiento de costes de hacer un disco y hacer música y eso me parece maravilloso.
-A la hora de escribir, ¿se autocensura mucho?
-Yo bastante poco. Lo dice siempre Joaquín Niki, que se metían con ellos por cosas como la versión que hicieron de 'I only want to be with you' con 'No vuelvo a ir a Benidorm', y que en cambio nosotros llevamos toda la vida cantando burradas y nadie nos dice nada. Hay alguna cosa del pasado que ya no toco porque me parece que la gente no lo va a entender.
-¿Como qué?
-Tenemos una versión del 'I Wanna Be Sedated' de los Ramones, que es 'Yo secuestré a Natacha', que cuenta la historia de aquella niña que secuestró un señor en Alemania. Para mí es una coña, pero es verdad que hay gente a la que igual le parece que hay cosas sobre las que no se debe bromear, y yo a veces me controlo con eso. Por otra parte, siempre digo lo mismo, que tengo la suerte de ser bastante underground, entonces como mis canciones tampoco trascienden tanto, pues a nadie le merece la pena demandarme ni denunciarme.
«Tengo la suerte de ser bastante underground, entonces como mis canciones tampoco trascienden tanto, pues a nadie le merece la pena demandarme ni denunciarme»
-¿Y alguna vez se han planteado no tocar 'Atrapados en el ascensor'?
-Pues alguna vez nos lo hemos planteado, pero al final no deja de ser un hit. Yo estoy supertranquilo con que realmente creo que lo que hay es un problema con la interpretación literal de las canciones. Hay muchas canciones que en realidad no van de lo que supuestamente van. En el último disco hay una canción que se llama 'Los malos te gustan más', que es una supuesta canción de amor, que habla un poco de una tía que se va con los malos porque le gustan más la gente. Y en realidad mi intención no era hacer una canción de amor, era una canción sobre la vida. Yo creo que la fascinación que ejerce el mal sobre todo el mundo es muy grande. Hay mucha gente que en los negocios o en la política al final elige al cabrón porque de alguna manera siente una atracción por aquello, piensa que le va a proteger mejor. Y con 'Atrapados en el ascensor' pasa un poco lo mismo. Hay muchas canciones mías que no van de lo que supuestamente van y hablan de una cosa un poco más aburrida, que me parecía más interesante convertirlo en canción romántica o lo que fuera.
-¿Hemos perdido un poco la capacidad de reírnos de todo?
-Absolutamente. Cuando te hablo de la provocación, yo me enamoré del pop por lo provocativo que era porque me parecía muy divertido esos grupos que salían ahí… Los primeros Gabinete Caligari salían vestidos de nazis. Ese tipo de cosas que no eran en serio, era simplemente para que la gente se mosqueara y la gente no se mosqueaba. Era un juego. Yo creo que eso se ha perdido. Ahora todo el mundo se toma todo en serio, o no todo el mundo, pero sí que hay una serie de gente que se indigna por cualquier cosa y frena muchas cosas que son divertidas, que no pretenden ofender a nadie. Simplemente es un pequeño juego y eso es una pena. Pero bueno, es así.
«Yo me enamoré del pop por lo provocativo que era y eso se ha perdido»
-¿Qué opina de esas reflexiones que lanzan Almodóvar o Bosé acerca de que ahora tenemos menos libertad que antes?
-Es que con la gente que es muy mainstream lo entiendo porque está supervigilada y a la mínima que dice algo, hay siempre alguien que se ofende. Así que sí que hay una parte de verdad en todo eso. Pero bueno, es el impuesto a pagar por la fama. Yo tengo la suerte de no ser demasiado famoso, pago menos impuestos.
-Asegura que ya no meterá la palabra 'nena' en sus canciones. ¿Una nueva era de Un Pingüino comienza?
-(Ríe). Es que eso es algo en lo que caí en la cuenta de repente. ¿Por qué digo tantas veces nena? Es una especie de gimmick de la época. Decía en el vídeo que es porque escuché mucho a Loquillo, pero bueno, no solo a Loquillo. La palabra nena era muy recurrente en el pop de los ochenta. De alguna manera la interioricé y con el tiempo me la he quitado porque esto no tiene ningún sentido. Es un comodín para la rima interesante, pero me la he quitado.
-En su día, cargaba mucho contra la publicidad de Pascual y campañas como las del primo de Zumosol. ¿Le granjeó algún problema?
-Fue hace muchísimo y la publicidad de Pascual ha cambiado, ahora es mucho mejor que antes. Antes es que era lamentable, eran publirreportajes. Ahora te diría que Pascual es un ejemplo a seguir. En aquella época, se lo merecía.
-¿Cuántos hijos tiene?
-Tengo tres de 29, 25 y 16 años.
-Decía en 'Pingüimatic', su disco en directo, que sus hijos le querían mucho porque siempre prefiere ver un episodio de 'El Coyote y el Correcaminos' antes que un partido de fútbol. ¿Le ha traicionado alguno y le ha salido futbolero?
-El mediano es superfutbolero y no se de dónde lo ha sacado, pero son crisis y aprendes a lidiar con ellas. El día que mi hija mayor me pidió un vestido de sevillanas para mí fue un trauma. Y el pequeño es el más parecido a mí.
-¿Alguno ha sacado la vena musical?
-No. La verdad es que en casa he puesto muy poco mis canciones. Hay una anécdota que cuento siempre. Hicimos un viaje cuando mi hijo pequeño tenía ocho años, acabábamos de actuar con Los Gandules, nos regalaron los discos e hicimos un viaje muy largo y fuimos poniendo Los Gandules porque a mi hijo le obsesionaban. Y cuando llevábamos dos días escuchando a Los Gandules sin parar, a mi mujer le salió del alma decir: «Oye, a ver, para oír esta mierda, oímos tus canciones» (ríe).
-¿Se imaginaba que el nasal pop iba a llegar tan lejos?
-Para nada (ríe). Yo me sigo sorprendiendo de que haya gente que siga viniendo a los conciertos, de que sigamos haciendo sold-outs en Madrid y de que pueda seguir grabando discos… Estoy encantado.
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Aviador Dro - Selector de Frecuencias (videoclip) Audio HD
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I met Rafa Saavedra in 1994 at a show through mutual friends, we immediately bonded over our love for Alaska (Pegamoides, Dinarama, Fangoria), 60's Kitsh and Pop Culture, he was one of the first person who taught me in my teens more about the Spanish underground music scene, he was a lover of la movida madrileña, new wave and post-punk, he had a direct connection in Spain that always sent him current music at the time and he always shared it with us, this was before the internet and social media were invented, he was always up to date in what was happening at the moment musically back then. Many knew him as Rafa Dro. as his dj name taking it from Spain's Aviador Dro and always describing himself as "Selector de Frecuencias" after the band's song which also was the name of his weekly radio show of the same name: http://selector.podomatic.com/ http://selector.blogspot.com/ where you can see his playlists and interviews with many artists through the years.
Rafa became a big influence on my life growing up in Tijuana, his knowledge of music was impeccable, always keeping me updated on new music and how I would like it, he knew my style well and he was always right. We djed several times together at different parties, when I showed him something new to me, something I'd discovered, he already knew about it, he knew when it came out, what label was it on and the year, he had a memory vault like no one.
Rafa was also very observant of his surroundings and had a great eye for things, moments, situations which many of them he captured and posted on his Tumblr http://rafadro.tumblr.com/ and always writing the right caption for it which made you understand and think.
I became a big fan of his blog Crossfader Network, a personal diary of his experiences through out the city of Tijuana often documenting the parties he went to, music reviews, and photos with one word of sentence that explained what he was trying to transmit. He lived the moment at its fullesthttp://crossfadernetwork.wordpress.com/
Living in L.A. for the past 12 years, he was my window of what was going on in my hometown. He was the first person I know to do Fanzines in in the city.
He wrote several books "Esto no es una salida" (This is not an escape). "Postcards de ocio y odio" (Postcards of leisure and hate) (La Espina Dorsal, 1996), Buten Smileys (Yoremito, 1997), Lejos del Noise (Away from the noise) (Moho, 2003). In 2010 he won the State Prize for Literature in Cultural Journalism awarded by the Institute of Culture of Baja California. His book, “Border Pop,” won Baja California’s prize for literature in 2012.
He never strived to be a famous, he wrote from his heart, his own experiences, his enthusiasm for music and his passion for culture, he was dedicated and 100% in love with Tijuana and delivered his message clearly. He was beloved by everyone in the city and beyond the city, Rafa always had a smile on his face, he always had something interesting to talk about, always something to contribute, to many local artists and musicians, he was the John Peel of Tijuana. In my eyes, he was the ambassador of the city to the world and that's what made him famous to me. He coined the phrase "Tijuana Makes Me Happy" which became Nortec's most known song.
In the last past years, we became even closer, and since we're both born a few days apart in August we would celebrate our birthdays together sometimes. This last summer, I celebrated my birthday in Tijuana and he came to see me and hang out before the party, at that moment while talking I gave him a long hug and a kiss on the cheek, (mind you I'm not the most affectionate person) and told him he's always been the coolest friend, I felt him at that moment. I would always call him "eternal teenager" and he would call me "oldteen" because we both feel the essence of youth within us. Both being Leos, we understood each other very well.
Due to his heart condition at an early age, a few years ago he discovered his heart rate was at it's lowest of 4.0, under those conditions his only exercise was walking which he documented in the heart warming short video "Caminatas" https://vimeo.com/46787385
Three weeks after we saw each other, he went into cardiac arrest and was in intensive care, spending the past couple of weeks at the hospital, always very optimistic and with that sense of humor that characterized him, he kept documenting his life as he always did.
I knew Rafa, and I know he "knew". A day before having heart surgery, he wrote on his Facebook status: "En route with the best mood and strength possible, to all those possible Tomorrows. Love you all, pals" along with a note that read: 16/Sep/13 "This has been good for many things: our own fragility, pain, absences, the spiral echo of our memories, the power of love, friendship that lasts, all those moments that we (re)lived being alone with ourselves. Thank you for everything with love and affection. Electric hugs, Rafa Saavedra.
On the afternoon of September 17th, 2013 he passed away at the young age of 46. A lovable local hero that understood all the nuances of a complex city such as Tijuana. In fact, he may have been the city's best unofficial anthropologist.
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Aviador Dro, 1984: "Vortex"
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Transistor Sister #182 September 30, 2023
Image: Nuclear Crayons
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Freddy Cannon - Transistor Sister Chin-Chin - Revolution Aviador Dro - Nuclear Sí Nuclear Crayons - See Me Jump Tiikeri - Punk-tietous The 35th Street Band - Your Love Gave Me Peace of Mind Shopping - My Dad's a Dancer
Melenas - Promesas Comus - Song to Comus Marlowe - The Fall P.S.Y.W.A.R. - Defcon 3 (Condition of Man)
Kizza Ping - Den Nya Lords of Thyme - Park Song (String Version) Rich and Famous - Neutron Star
Chumbawamba - The Day the Nazi Died
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