#Asimetría laboral
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Asimetría laboral
Es claro que no todo el mundo puede ganar lo mismo, al igual que todos entendemos que no todos los coches pueden costar lo mismo o las viviendas. Lo que mide el precio de las cosas y también de nuestro trabajo es el valor que se aporta; a mayor valor mayor precio. Es cierto, hay una asimetría laboral en función de la capacitación que uno ha requerido para poder desempeñar su trabajo o del riesgo…
#A mayor valor mayor precio#Asimetría laboral#Capacitación#El que algo quiere algo le cuesta#No todo el mundo puede ganar lo mismo#Todos no somos iguales#Unión Soviética#Visión hipócrita del comunismo
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Lanzan el primer portal de empleo exclusivo para el mundo agrícola.
Nueva publicación en https://ct2.cl/g2
Lanzan el primer portal de empleo exclusivo para el mundo agrícola.
El Portal de Empleo Agro se encuentra en etapa de pilotaje en la Región de Valparaíso y busca transparentar el mercado, además de poner en contacto a trabajadores y empresas agrícolas para solucionar el déficit de mano de obra en el rubro.
Abrir nuevas oportunidades para los trabajadores y ayudar a las empresas del mundo agrícola a encontrar nuevos talentos, es el objetivo de El Portal de Empleo Agro. Iniciativa desarrollada por la Pontificia Universidad Católica de Chile, producida por la Bolsa Nacional de Empleo (BNE) y con el apoyo del Ministerio de Agricultura, la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), Sence, Apeco, Fedefruta y el Programa Transforma Fruticultura Sustentable de Valparaíso (Perfruts).
El Portal de Empleo Agro, que nace de un proyecto FIA-UC, se encuentra en su etapa de pilotaje en la Región de Valparaíso y apunta a convertirse en la mejor alternativa al momento de buscar un empleo relacionado con la agricultura y/o contactar los talentos que las empresas del rubro necesitan. Asimismo, pretende hacer frente a uno de los principales problemas de la industria: la escasez de mano de obra.
Según lo señaló Luis Gustavo Díaz, académico de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales UC y director del proyecto Empleo Agro, “la agricultura, que es uno de los sectores que más mano de obra utiliza en el país, está caracterizada por la falta de transparencia en su mercado. Hay muchos intermediarios, hay mucha desinformación y asimetrías de información. Este mercado que está deficitario en estos minutos, puede verse muy beneficiado con una mejora en la transparencia. Esto, tanto para empleadores como para trabajadores. Ese es el aporte que se quiere hacer con el portal, que sea un referente a nivel nacional de lo que significan las labores agrícolas”.
“Y existe la necesidad porque lamentablemente, pese a que todo el resto de la sociedad ya está usando las plataformas laborales para buscar trabajo o trabajadores, el sector agrícola no las usa. Entonces, el haber desarrollado esto con aportes públicos y que quede establecido en una plataforma pública, va a permitir que sea gratuita para todos. Queremos que este portal sea muy masivo, que todo el mundo lo ocupe y que efectivamente se transforme en un referente para la búsqueda de empleo agrícola en el país”, agregó.
Por su parte, Kurt Neuling, gerente del Perfruts, manifestó que “el problema de la escasez de mano de obra en la agricultura es uno de los grandes desafíos del sector, lo que podría comprometer la seguridad alimentaria. Por eso hemos apoyado muy de cerca este proyecto desarrollado por FIA, gestionado por la PUC y los equipos de Apeco, Fedefruta y Perfruts, y que aborda justamente uno de los pilares de la sustentabilidad, como lo es el capital humano”.
“Las personas son el eje central de la sustentabilidad. Con ese principio en mente, hemos impulsado el Portal de Empleo Agro como una forma de aportar con información, transparencia y nuevas oportunidades para los trabajadores, pero sobre todo para democratizar el acceso al rubro agrícola”, dijo.
En esta etapa de pilotaje en la Región de Valparaíso, el Portal de Empleo Agro se encuentra operativo al 100% para todo público en la web www.bne.cl/feria-laboral/portalagro.
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20/09/2022
La pandemia por el Covid-19 tuvo un efecto mayúsculo en el mercado laboral. De acuerdo con estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el año 2020 se perdió el 8.8 por ciento de las horas de trabajo —con respecto al cuarto trimestre del año 2019— lo que equivaldría a 255 millones de empleos a tiempo completo.
#Blanca Lilia Ibarra#BLIC#INAI#Puebla#Pandemia#COVID19#Igualdad laboral#Igualdad salarial#Hombres#Mujeres#OIT#Mercado Laboral
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Considero que el recurso más preciado de una empresa es su gente y que, por tanto, es el que más debemos cuidar, respetar y remunerar adecuadamente.
La relación entre empleador y empleado debe ser equilibrada y justa. Las leyes, institucionalidad y herramientas deben garantizar los derechos de ambas partes y balancear las posibles asimetrías, a la vez asegurar el cumplimiento de las obligaciones de cada una. Lamentablemente, es precisamente esto lo que el proyecto de reforma laboral presentado al Congreso por el Gobierno desequilibra a favor de una élite sindical (sólo alrededor del 5 % de los trabajadores formales están sindicalizados), en detrimento de la empresa, la fuerza laboral que hoy es informal y la enorme masa de desempleados.
Por un lado, la reforma encarecería exageradamente el costo de la mano de obra. Es importante entender que el mercado laboral se rige por las leyes de oferta y demanda, y que hay mucha oferta de mano de obra en comparación con los puestos disponibles, pues la inversión viene en picada debido a la hostilidad de este Gobierno con el empresario. Además, el grado de sofisticación de la economía colombiana es relativamente bajo, lo que dificulta poder pagar salarios sustancialmente más altos, pues sacaría de competencia a nuestros productos y servicios.
Pero más lesivo que el aumento del costo, son las condiciones que regirían la relación laboral que pretenden imponer. En contravía con las tendencias globales y de realidades como la estacionalidad en ciertos sectores, acabaría prácticamente con los contratos a término fijo, con todo tipo de tercerización y con los pactos colectivos; haría virtualmente imposible el despido de un trabajador (incluso indemnizándolo); y le daría un poder desmedido a una pequeña élite representada en las centrales obreras, quitándoselo a su vez a los trabajadores organizados en sindicatos de base dentro de la empresa, que en cambio sí se verían obligados a contribuir económicamente a la central obrera.
Ojalá los enmermelados partidos políticos que hasta ahora no han hecho su tarea, reaccionen, la asuman y ejerzan el control político necesario para evitar que esta reforma atente contra la libertad de empresa, destruya empleo formal, dispare la informalidad y empeore dramáticamente la situación de pobreza y desigualdad.
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LA DESIGUALDAD DE GÉNERO EN LA POLÍTICA JAPONESA, ¿COSA DEL PASADO?
Introducción
La desigualdad de género es un problema a nivel global, aunque con distintos matices en cada país. Diversas organizaciones internacionales han propuesto soluciones o han recomendado qué postura deben tomar los Estados y sus respectivos gobiernos para incluir dentro de sus políticas la brecha de género; no obstante, esta no es solamente una cuestión política, sino que está presente en todas las demás esferas: social, cultural, económica, etc.
Japón es uno de los países con más desigualdad de género hasta la fecha. El Foro Económico Mundial publicó el 17 de diciembre de 2019 los resultados del Índice Global de Brecha de Género, dicho país se situó en el lugar 121 de los 153 países que forman parte; en este índice, se analizan estadísticas respecto a: la participación económica y las oportunidades, el empoderamiento político, el logro académico y la salud y la supervivencia (Nippon.com, 2020).
La brecha de género en Japón es algo que ha estado presente durante años, corresponde a un contexto histórico, social y cultural que en una sociedad conservadora como la japonesa es difícil romper con el status quo, aunque esto no ha sido impedimento para que ciertas agrupaciones de mujeres japonesas tomen posturas políticas y aboguen por sus derechos; así mismo, han creado espacios para que sus voces se hagan escuchar respecto a sus demandas y sobre todo, romper con los estándares impuestos para ellas.
El presente trabajo tiene por objetivo realizar una breve reflexión del lugar que ocupa la mujer japonesa en el ámbito político, sus demandas dentro de la Dieta japonesa y su lucha por ser parte de la esfera pública. Dicho texto se dividirá en tres subtemas, en el primero se abordará el concepto de desigualdad de género y lo que implica para la mujer; en el segundo estará el contexto histórico del rol de la mujer japonesa y la última parte hablará de su participación en la política.
I. Desigualdad de género
La desigualdad de género es un problema que se ha manifestado en diversos ámbitos por muchos años y persiste hasta la actualidad. Dicho problema posee diferentes vertientes manifestadas en limitantes para determinado género (en especial para el sexo femenino), ya que la desigualdad tiende a ser jerárquica e implica relaciones de poder. El Glosario de género realizado por el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) define “desigualdad de género” como:
“Distancia y/o asimetría social entre mujeres y hombres. Históricamente, las mujeres han estado relegadas a la esfera privada y los hombres, a la esfera pública. Esta situación ha derivado en que las mujeres tengan un limitado acceso a la riqueza, a los cargos de toma de decisión, a un empleo remunerado en igualdad a los hombres, y que sean tratadas de forma discriminatoria. (...) La desigualdad de género se relaciona con factores económicos, sociales, políticos y culturales (...)” (2007, p. 52)
En este sentido, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres expresó que la desigualdad de género es uno de los mayores retos hoy en día ya que, a nivel internacional la situación de las mujeres ha empeorado respecto a la de los hombres solo por el hecho de ser mujeres (Naciones Unidas, 2020). Con ello, se subraya que la representación política es la prueba más clara de disparidad de género dado que en los parlamentos de todo el mundo, las mujeres son minoría.
La mujer al ser subsumida en la esfera privada, los roles que deben ejercer -según las normas sociales- se reducen a ser ama de casa, cuidar a los hijos y atender a su marido; por otro lado, la esfera privada en donde se encuentran los hombres, están los roles que consisten en liderar y tomar decisiones tanto dentro como fuera de casa. Fue a partir del periodo de posguerra con el famoso “We can do it” (Fernández A., La Vanguardia, 2018), en donde la mujer comenzó a tomar lugar en aspectos generales -pero no en la misma medida- y Japón no fue la excepción.
II. La desigualdad de género en Japón: un vistazo histórico.
En el período Nara (710-794) los hombres comenzaron a tener más relevancia en la aristocracia y a la mujer se le quitó el derecho a la sucesión dentro de la familia. Relacionado a lo anterior, se desarrolló el sistema ie(1) que consistió en una jerarquización dentro de la familia, en donde el jefe era el padre y el rol de la mujer se limitó a ser ama de casa, una buena esposa y cuidar a los hijos. Por supuesto, dicho sistema implicaba que la mujer desde niña se preparaba para ejercer el rol establecido y así poder contraer matrimonio con un hombre de buena familia (Bhappu, A., 2000. p. 81).
A partir de la época Edo (1603-1868) la influencia del Confucianismo en Japón provocó que las mujeres quedasen aún más sumergidas en la esfera privada (Henshall, K., 1999, p. 65). Los preceptos confucianos y las reformas políticas de períodos anteriores -tales como el sistema ie- repercutieron y ensancharon la brecha de género en Japón. La época Meiji marcó un antes y un después en el archipiélago nipón debido a la entrada de los ideales occidentales (Henshall, K., 1999, p. 78).
Hubo cambios en el sistema educativo, económico, político e incluso dentro del tejido social japonés; sin embargo, en materia de desigualdad de género no fue así, ya que la mujer aún se limitaba a ser buena madre y esposa. El verdadero cambio llegó con el periodo de posguerra y la ocupación estadounidense: la creación de la constitución de 1946 que en uno de sus artículos garantiza que los derechos para mujeres y hombres son los mismos.
El Japón moderno ha pasado por constantes cambios; sin embargo, en el tema de la desigualdad de género y cómo abordarlo para proponer soluciones se encuentra bastante atrasado y eso repercute en la participación de la mujer en la política; como ya se mencionó anteriormente, los valores e ideales que aún persisten en la sociedad japonesa se relacionan directamente con su pasado -como los valores confucianos y del periodo Edo-.
II. Participación de la mujer en la política japonesa.
Las mujeres no tuvieron acceso al sufragio universal hasta 1946 y desde entonces han luchado por tener mayor participación dentro de la política, incluso simbólica dentro del parlamento. La representación femenina en el gobierno central y los gobiernos locales ha sido escasa; respecto al gabinete, no fue sino hasta 1960 que Masa Nayakama(2) fue la primera mujer nombrada ministra del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar y tan sólo dieciocho mujeres ocuparon cargos en el gabinete entre 1960 y 2001. Una de las principales razones es la baja proporción de japonesas en la dieta, ya que un escaño en el parlamento es un requisito para poder aspirar a un puesto ministerial (Iwanaga, K., 2008, p. 102).
A pesar de que la participación femenina en la Dieta japonesa ha sido poca, fue a partir del periodo de posguerra donde las mujeres comenzaron su lucha por inmiscuirse en la política y ocupar cargos públicos importantes, Fusae Ichikawa(3) y Masa Nayakama pertenecieron a la primera generación de mujeres ocupando cargos políticos. El número de mujeres en los gabinetes se incrementó después de 2001, cuando el Primer Ministro Koizumi nombró a diez mujeres ministras (Iwanaga, K., 2008, p. 102).
“Desde entonces y hasta 2005, este número no se superó y la proporción de legisladoras en la Cámara Baja osciló entre el 1,4 y 7,3 por ciento; en la Cámara Alta las mujeres tuvieron una proporción que varió entre 4,8 al 17,5 por cierto” (Iwanaga, K., 2008, p. 105). El hecho de que la Cámara Baja tenga menos representación femenina que en la Cámara Alta se debe a que la primera ostenta el mayor número de tareas importantes -como la elección del Primer Ministro-; “(...) este patrón es la llamada “Ley de hierro de la política”- “cuanto más poder, menos mujeres” (Iwanaga, K., 2008, p. 105).
Fusae Ota, fue la primera gobernadora de Japón, específicamente de Osaka -la segunda prefectura más poblada después de Tokio-. Respecto a la proporción de mujeres alcalde, el avance es más lento; para 2004 había siete gobernadoras en la ciudad (1%), seis alcaldesas (0,3%) y una “alcaldesa de aldea” (0.2%) (Iwanaga, K., 2008, p. 107).
Las Leyes para la paridad de género en la política son tardías, a finales de 2017 sólo 264 de los 2.614 miembros de las asambleas de las prefecturas de todo Japón eran mujeres, apenas el 1%; la capital del país, Tokio, es la única región en la que más del 20% de los parlamentarios son mujeres (36 de 126 miembros), le sigue Kioto con 19% (11 de 58 miembros) y Shiga con un 16,7% (7 de 42 miembros). Por otro lado, hay prefecturas en donde la tasa de inclusión femenina es menor al 5%; por ejemplo, Saga, Kagawa y Yamanashi (Nippon.com, 2018).
El partido político de oposición, Partido Comunista de Japón cuenta con más inclusión femenina entre sus filas políticas, con un 53,69%, en contraparte se encuentra el Partido Liberal Democrático -el más poderoso de Japón- que sólo cuenta con 3, 08% de mujeres (Nippon.com, 2018). La acciones del gobierno respecto a la brecha de género es de doble sentido, partiendo de que las mujeres constituyen la mitad de la población y poco más del 43% de la fuerza laboral, por ello, incentivar su participación en el ámbito político es esencial (Caspistrán, M., 2015-2016, p. 168).
Dentro del terreno político, las mujeres podrían atender y abarcar temas como la licencia de maternidad, la disparidad salarial y el cuidado de los hijos y abogar por estos. El gobierno optó por un instrumento que le permitiese solucionar las dos problemáticas de interés: la desigualdad de género y el decrecimiento económico: las Abenomics y Womenomics, esta última dejó en claro que el verdadero interés del gobierno era que la mujer fungiese como soporte económico en función de una igualdad de género en el campo de trabajo, dejando de lado la verdadera lucha en pro de los derechos femeninos (Caspistrán, M., 2015-2016, p. 168).
El gobierno sólo se limitó a atender la igualdad de género en el ámbito económico, y no por completo, ya que la brecha salarial aún persiste en la sociedad japonesa, así como los roles de género tradicionales. Las mujeres están expuestas a una serie de obstáculos dentro de la política: desinterés político, comentarios machistas y/o sexistas, que su función o propuestas se minimicen o la oposición de aspirar a una candidatura; tal como lo señala Azucena Miriam, “El problema en Japón no sólo se trata de la mujer en los espacios políticos, sino en los estereotipos de género que siguen dictando que la mujer no pertenece a dicho ámbito” (2015-2016, p.167).
La realidad es que las mujeres constituyen la mitad del electorado y su porcentaje de participación es ligeramente superior en comparación con los hombres en las elecciones desde 1969. No obstante, concorde a Sherry Martin, los votantes japoneses hicieron historia al votar por Yuriko Koike(4) en el año 2016 como la primera gobernadora mujer de Tokio (Martin, S., 2019, p. 215), quien también desempeñó el puesto por primera vez de Ministro de Defensa en Japón en el año 2007.
Si bien, pudo llegar a este punto, Koike tuvo que enfrentarse a casi 5 cambios de partidos políticos a lo largo de su carrera e incluso se presentó a dichas elecciones de forma independiente. Asimismo, tuvo que librar una ardua y sexista campaña en su contra durante las mismas ya que, al no tener el PLD mayor popularidad en las encuestas, el exgobernador Shintaro Ishihara exclamó ante los votantes: “No le podemos dejar Tokio a una mujer con demasiado maquillaje” (BBC, 2016).
De acuerdo con Mikiko Eto y respecto al breve panorama que hemos esbozado, se señala que existen múltiples factores que intervienen en la representación de las mujeres en la política, estos son: el sistema electoral propio de Japón, la cultura sociopolítica, las cuotas electorales de género y las actitudes respecto a su representación, destacando en ello la gran influencia histórica que han tenido las movilizaciones de las mujeres en sí, para exigir medidas que mejoren su representación (Eto, M., 2010, 179).
En primera instancia, la problemática respecto al sistema electoral reside en la época en que fue implementado, puesto que se pensaba que la política era un asunto que debe ser atendido solo por los hombres, por ende, partiendo del hecho de que en las candidaturas los puestos suelen ser designados por méritos y trayectoria política, la situación se torna ventajosa para titulares y sucesores varones (Eto, M., 2010, 185).
Las variables socioeconómicas tales como el nivel de alfabetización en mujeres, su participación en la fuerza laboral y nivel educativo influyen y se encuentran en desventaja con respecto a los hombres, lo cual tiene un efecto en la representación política femenina (Iwanaga, K., 2008, p. 122). La alfabetización y el nivel educativo se relacionan directamente con el nivel profesional que la mujer alcanzará y en base a ello, se insertará en el campo laboral. Las que aspiran a un puesto importante -como un puesto político- se encontrarán con que esos puestos son en su gran mayoría ocupados por hombres.
En cuanto a las circunstancias sociopolíticas, la estructura cultural y social del país, afecta la presencia de las mujeres ya que siguen influyendo en la dinámica diaria, ejemplo de ello, Hideko Takeyasu menciona que algunas dificultades que presentan las candidaturas femeninas en elecciones locales son: la propia conciencia de las mujeres respecto a su rol establecido, la oposición familiar a su candidatura y los prejuicios de la comunidad (Eto, M., 2010, 186).
Por otro lado, respecto a las cuotas de género, si bien, también se caracterizan por ser medidas positivas para su inclusión dado que aluden a exhortar el aumento del número de mujeres como partícipes (Dalton, E., 2014, 48), de la misma forma se critica que el gobierno no ha tenido una postura homogénea, sumando la falta de interés para la actualización de leyes o instituciones que subsanen la situación en comparación con otros temas.
Ejemplo de ello, cuando en el año de 2017, la edil Yuka Ogata llevó a su hijo de siete meses a la Asamblea Municipal de Kumamoto para visibilizar las dificultades que enfrentan las madres para equilibrar la vida laboral y la crianza de los hijos ya que hay pocas guarderías, esta terminó siendo expulsada de la sesión (Público, 2019), lo cual pone en evidencia el rezago y atraso en el apoyo institucional.
Resaltando el entusiasmo de las mujeres aunado al acompañamiento internacional, como la Conferencia de Naciones Unidas en Beijing de 1995, vemos que generó un impulso por dar seguimiento al tema de la desigualdad de género en la política de Japón, ya que surgieron diversidad de grupos de mujeres que comenzaron a realizar estudios mediante tendencias internacionales para reivindicar su participación, (Eto, M., 2010, p. 190) sin embargo hoy en día en múltiples ocasiones no se considera el trabajo político de las mujeres que participan en la sociedad civil.
En mayo de 2018 entró en vigor la Ley para la Promoción de la Igualdad de Género en Política. Esta fue desarrollada por un grupo de mujeres civiles y reivindica la paridad de género; en este sentido los partidos que se mostraron más proactivos para las elecciones de la Cámara alta fueron: el Partido Democrático Constitucional de Japón que se fijó la meta de 40%, el Partido Comunista con 50% y el Partido Democrático del Pueblo, 30% (Nippon, 2019).
Si bien es un avance, como señala la Doctora Miura Mari esta ley no es más que un paso en el proceso de la participación de la mujer japonesa ya que como se ha visibilizado, se suman otros obstáculos a su participación tales como el acoso sexual y el sesgo mediático puesto que cuando se habla del tema, los medios frecuentemente no se enfocan en el trabajo político que realizan las mujeres sino en su aspecto o vida privada .
IV. Reflexiones finales
De manera superficial, al menos en la condición socioeconómica parece ser que Japón se presta al activismo político de la mujer; pero los análisis detallados contrastan mucho ya que las mujeres se encuentran en posiciones inferiores (secretarias o administradoras) o trabajos a tiempo parcial; mientras que los hombres se posicionan en puestos profesionales o gerenciales. Por ello, es importante que el gobierno atienda estas problemáticas a través de políticas públicas.
Finalmente respecto al breve panorama que hemos esbozado a lo largo de este ensayo, consideramos que en efecto, el avance de Japón en temas de disparidad de género se ha quedado un poco rezagado, ya que aunque vemos propuestas como la del PLD para permitir observadoras en sus juntas o la reciente Ley para la Promoción de la Igualdad de Género, si bien reivindican maximizar la presencia de las mujeres en la escena política, la realidad es que el aumento de las mismas no significa necesariamente una presencia con poder real.
Lo anterior nos lleva a visibilizar que la brecha de género en Japón ha persistido durante años ya que intervienen múltiples factores culturales y sociales que se han arraigado a la sociedad y que al parecer, son difíciles de transformar. No obstante, también resaltamos el papel de las mujeres en la sociedad civil ya que si bien, generalmente no se reconoce su trabajo, estas se han congregado para la visibilización de la problemática de desigualdad en el país promoviendo la inclusión de medidas dentro del gobierno como la ley comentada anteriormente en beneficio de la participación política de la mujer.
Notas:
(1) Se traduce como “casa”, pero se relaciona con una casa física o el linaje familiar. El sistema ie consiste en la estructura tradicional de la familia japonesa. Se rige por un hogar patriarcal conformado por el padre (como el jefe de la familia), esposa e hijos; también se define por lo roles de género que el mismo sistema establece, la mujer se encarga de cocinar, limpiar y criar a los hijos y el hombre se dedica a proveer y trabajar como asalariado. Por otro lado, los primogénitos son los encargados de cuidar a sus padres una vez que estos envejecen y por ende, heredan los bienes de los mismos.
(2) Masa Nakayama fue una política del Partido Liberal Democrático. En 1947 fue elegida diputada de la Cámara de Representantes en el Kokkai, representando al segundo distrito de la Prefectura de Osaka y en 1960 se convirtió en la primera ministra de Salud y Bienestar.
(3) Fusae Ichikawa fue política y feminista que apoyó al movimiento del sufragio universal femenino en Japón a través de la organización que lideraba: 新 婦人 協会, Shin-fujin kyokai (La Asociación de las Nuevas Mujeres). Después de su regreso de Estados Unidos en 1924, fundó 日本婦人有権者同盟, Nippon fujin yūkensha dōmei (La Liga para el Sufragio Femenino de Japón). La corrupción en el gobierno japonés dio paso a la creación de la Asociación de Mujeres para Limpiar la Política de Tokio y a la Asociación Central para Limpiar Elecciones (1933) en la que Ichikawa fue elegida como una de las cinco mujeres miembros de la junta.
Ichikawa logró entrar a la Dieta en 1953 en representación de Tokio, fue reelegida dos veces, pero no pudo una tercera vez, así que abandonó el cargo el 1971; cuatro años después volvió a presentar su candidatura por peticiones y obtuvo un cuarto mandato en la Dieta y 1980 ocupó nuevamente el cargo.
(4) Yuriko Koike es una política japonesa que ingresó a la política con el apoyo del primer ministro Hosokawa Morihiro, es actual gobernadora en Tokio y su trascendencia ha llevado a que se piense en ella como una mujer política poderosa.
Fuentes:
Revistas electrónicas:
Bhappu., A.. (2000, abril 01). The Japanese Family: An Institutional Logic for Japanese Corporate Networks and Japanese Management. Academy of Management Review , Vol. 25, pp. 75-92.
Caspistrán, M. (septiembre, 2015- febrero, 2016). La participación política de la mujer en Japón La construcción de una imagen transformada de Japón mediante la igualdad de género. Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género, Vol. 23, pp. 159-176.
Dalton, E. 2014. Addressing the under-representation of women in politics: Japan’s conversations about gender quotas. The bulletin of Research Institute for Japanese Studies of Kanda University 6: 31-58.
Eto, M. 2010. Women and Representation in Japan. International Feminist Journal of Politics 12: 177-201.
Bibliografía:
Henshall, K. (1999). Part Four: Building a Modern Nation: The Meiji Period (1868-1912). En A History of Japan from stone age to superpower (pp.73-102). New York, Estados Unidos: Palgrave MacMillan.
Henshall, K. (1999). Part Three: The Closed Country: The Tokugawa Period (1600-1868). En A History of Japan from stone age to superpower (pp.51-70). New York, Estados Unidos: Palgrave MacMillan.
Iwanaga, K. (2008). Women's Political Representation in Japan. En Women's Political Participation and Representation in Asia. Obstacles and Challenges (pp. 101-130). Copenhague, Dinamarca: NiasPRESS.
Steel, G. Beyond the Gender Gap In Japan. USA: University of Michigan Press. 2019.
Páginas web:
内閣府男女共同参画局, 2019. 日本 に お け る 政治 分野 へ の 女性 の 参 画 状況. 内閣府男女共同参画局: 4-10.
総務省, 2020, 政治分野における 男女共同参画の推進に関する法律. 総務省 : 1-4.
Fernández, A. 2018. Mujeres en el mundo laboral. La Vanguardia.
INMUJERES, 2007. Glosario de género. Instituto Nacional de las Mujeres: p. 192.
International Women’s Democracy Center. Women in Politics: A Timeline. IWDC.https://web.archive.org/web/20110722094028/http://www.iwdc.org/resources/timeline.htm.
Johnston, E. 2020. Women in Japanese Politics: why so few after so very long?. The Japan Times, 6 de marzo, nacional. https://www.japantimes.co.jp/news/2020/03/06/reference/women-in-japanese-politics/.
Naciones Unidas. La disparidad de poder entre los géneros, The Jakarta Post, 2 de marzo del 2020. https://www.un.org/sg/es/content/sg/articles/2020-03-02/the-gender-power-gap#:~:text=La%20desigualdad%20de%20g%C3%A9nero%20es,m%C3%A1s%20intratables%20de%20nuestros%20tiempos.
Nippon. (2020). Japón, el país con la brecha de género más profunda entre las naciones desarrolladas. Nippon.com., 07 de enero, sociedad. https://n9.cl/jn4jh.
Nippon. (2018). La desigualdad de género en la política japonesa. Nippon.com., 30 de agosto, sociedad.https://www.nippon.com/es/features/h00254/.
Nippon. (2019). Las mujeres en la política: ¿qué cambiará con la Ley de Paridad Japonesa?. Nippon.com., 13 de mayo, política. https://www.nippon.com/es/in-depth/d00481/.
Redacción BBC. (2016). Japón: el sexismo y las descalificaciones que sorteó Yuriko koike, la primera mujer elegida como gobernadora de Tokio. bbc.com, 1 de agosto, mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-36938873.
Reuters. (2021). Partido que gobierna en Japón invita a más mujeres a reuniones, siempre y cuando no hablen. elpais.com, 17 de febrero, género. https://www.elpais.com.uy/mundo/partido-gobernante-japon-invita-mujeres-reuniones-siempre-hablen.html.
Salgado, M. (2019). Llevar a tu bebé al Congreso: estas mujeres lo hicieron y no lo tuvieron nada fácil. Público.es, 1 de septiembre. https://www.publico.es/sociedad/llevar-tu-bebe-al-congreso.html.
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Trasporte público y movilidad urbana en el proceso de desescalada del Covid-19. Reflexiones y criterios para una nueva normalidad, segura, sostenible e inclusiva
Vivimos desde el 14 de marzo de 2020 confinados en nuestros domicilios por la pandemia de COVID-19, con alguno de los derechos fundamentales, libertad de circulación, por ejemplo, restringidos y con los balcones como espacio de interacción social fundamental para la mayor parte de la ciudadanía.
La declaración de Estado de Alerta sanitaria en España llegó 53 días después de que el Gobierno hubiera declarado la emergencia climática y ambiental (21/01/2020), como respuesta “al consenso generalizado de la comunidad científica, que reclama acción urgente para salvaguardar el medio ambiente, la salud y la seguridad de la ciudadanía”.
Con la actividad económica parcialmente paralizada y los sistemas sanitarios al borde del colapso, la pandemia arroja cifras de mortalidad muy elevada en España y en Europa. Una mortalidad que ha afectado de manera singular al colectivo de las personas mayores, especialmente en el caso de las dependientes e institucionalizadas. Mientras la investigación médica avanza en busca de un tratamiento efectivo, las Administraciones Públicas comienzan a diseñar, los escenarios de desescalada del confinamiento a partir de la bajada de los nuevos positivos, del número de personas fallecidas y del incremento de las personas curadas.
Con un horizonte temporal para la consecución de una vacuna todavía lejano, difícilmente antes de enero de 2021 según declaraciones de responsables sanitarios, y con un porcentaje de población inmunizado muy bajo, los próximos meses serán de una lenta recuperación de la actividad económica, pero con el distanciamiento social como estrategia fundamental, lo que condicionará a sectores como la enseñanza en todas sus etapas presenciales y, probablemente inducirá una más lenta todavía recuperación del espacio público como espacio de interacción social.
El papel que el transporte público tiene en nuestro sistema de transportes y su importancia para satisfacer las demandas de movilidad, especialmente de aquella motivada por aspectos laborales y educativos, nos induce a reflexionar brevemente sobre cuáles pueden ser los criterios de actuación pública en los próximos meses. El objetivo, debe ser a nuestro entender garantizar la movilidad segura a la población, atendiendo a las diferentes motivaciones, distancias a recorrer y necesidades de los colectivos más vulnerables, todo ello en un contexto de crisis sanitaria pero también ambiental.
Un primer criterio que proponemos es que la reflexión sea integral y se centre en las necesidades de movilidad de la población y en las maneras de satisfacer esa demanda. Siendo de vital importancia, la reflexión sobre el Transporte Público no se debe segregar de la del resto de modos de transportes, proponemos en este sentido una adaptación conjunta de los sistemas de transporte y movilidad al escenario de desescalada del COVID-19. Un planteamiento sectorializado, no va a ayudar a definir un modelo de urgencia, que acabará convirtiéndose en una nueva normalidad, todo lo contrario.
En tanto que va a existir una asimetría territorial y una progresividad en el proceso de desescalada, se deberán tener en consideración estos dos aspectos en la planificación del sistema de transportes.
Los progresos en la desescalada se deben realizar sin dejar a nadie atrás, en concordancia con uno de los criterios fundamentales de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ONU). En movilidad será fundamental tener en cuenta a los colectivos más vulnerables, las personas mayores, la infancia, las mujeres y en general a colectivos como el de las personas sin carnet de conducir o sin coche. Una estrategia de movilidad de urgencia no puede incentivar ni siquiera permitir, un trasvase modal desde el transporte público hacia el uso del automóvil, pues además de correr el riesgo de congestionar aún más las carreteras especialmente en las áreas metropolitanas e incrementar los niveles de contaminación del aire, dejaría desprotegido a un importante sector de la población, especialmente a colectivos en mayor riesgo de exclusión social, y tendría un enorme coste para la actividad económica, al incrementar los costes de congestión y dificultar los desplazamientos laborales en sectores como el de los cuidados, limpieza, comercio o administración de empresas.
En estos momentos es si cabe más urgente fortalecer las políticas públicas de gestión urbana que se apoyan en la inversión de la pirámide de las jerarquías de los modos de transporte. Apoyando especialmente con transformaciones físicas y modificaciones legales a los desplazamientos a pie, al uso de la bicicleta y al del transporte colectivo, como núcleo central para la satisfacción de las demandas de movilidad de las personas.
Activar planes para reducir el papel de automóvil en la movilidad metropolitana y urbana, como por ejemplo está realizando en sus primeras fases Milán, Barcelona o Granada va a ser una herramienta fundamental en estos meses. Impulsar la movilidad activa, reconvirtiendo parte del viario urbano e interurbano para incentivar la movilidad peatonal, en bicicleta y facilitando su intermodalidad con un servicio de transporte público, eficaz y sanitariamente seguro va a ser un gran reto. La redistribución del espacio del viario con nuevos criterios es fundamental: ampliando aceras, que favorezcan el distanciamiento social para el principal modo de transporte cotidiano en muchas de nuestras ciudades, reasignando prioridades de paso, reactivando intervenciones en muchos casos todavía en fase inicial de calmado del tráfico, recuperando los sistemas de bicicleta pública, generalizando las vías con velocidad máxima a 30 Km/h y con la reconversión de carriles para el tráfico motorizado en nuevos carriles bici y carriles bus. Metodológicamente la experiencia acumulada estos últimos años en urbanismo táctico será de gran utilidad.
En la gestión y operación del transporte colectivo es fundamental, asegurar la seguridad para las personas usuarias. Se debe garantizar la disponibilidad de guantes y mascarillas, asegurando el distanciamiento entre las personas dentro de los vehículos y en los espacios de acceso, aumentando también las medidas de limpieza. Es criterio fundamental evitar las aglomeraciones mediante la gestión de la demanda. La reducción del aforo de los vehículos encarecerá provisionalmente la prestación del servicio, un sobre coste que deberá ser asumido por las administraciones.
Un instrumento de gestión de la demanda puede ser una adaptación tarifaria en función de los niveles de ocupación, con un objetivo de equilibrar los picos y valles de demanda. Las aglomeraciones observadas en los picos horarios, son difícilmente compatibles con el mantenimiento del distanciamiento social. Estas medidas, no obstante, no serán suficiente si no se consigue la flexibilización de los horarios de la jornada laboral, si no se sigue impulsando el teletrabajo y si no se remueven las posibles limitaciones técnicas de adaptación de los sistemas de pago.
La denominada micro movilidad, la e-movilidad, los sistemas compartidos, los MaaS, los patinetes eléctricos, la aplicación del Big Data a la gestión, son todos ellos aspectos que ayudarán a dar flexibilidad y mayor eficacia a la cadena de los desplazamientos, que consideramos, no obstante, deberá tener como pilares al Servicio de Transporte Público, la movilidad a pie y el uso de la bicicleta.
Publicado por Jose Francisco Cid.
Geógrafo, Consultor en movilidad, ordenación del territorio, urbanismo, y medio ambiente.
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AFAVORENCONTRA DE LA RENTA BÁSICA - CÉSAR RENDUELES
La renta básica consiste, por encima de todo, en una herramienta para desvincular los derechos sociales del mercado de trabajo. Al menos en nuestro país, se trata de una tarea urgente. Una de las grandes debilidades estructurales de nuestras políticas sociales es que el sistema de prestaciones español depende mucho del mercado laboral. Las ayudas más importantes son, con diferencia, las contributivas –como las pensiones y el subsidio de desempleo–, algo particularmente grave en un país con un mercado de trabajo tan frágil como es el nuestro. Según datos de la OCDE, en España el 20% de la población con más ingresos recibe una mayor parte del gasto social directo que el quintil de población con menos ingresos. Mientras los hogares más ricos reciben casi el 30% del total de las ayudas sociales directas, los más pobres se quedan con solo el 12%. Es decir, literalmente, el gasto público español beneficia sobre todo a los más ricos y aumenta la desigualdad. Por poner un ejemplo reciente, los permisos de maternidad y paternidad iguales e intransferibles recientemente aprobados en España costarán unos 2.000 millones de euros anuales que no beneficiarán de ninguna manera a ese 30% de nacimientos anuales que no quedan cubiertos por ninguna ayuda o prestación, porque las madres no estaban empleadas o no habían cotizado lo suficiente.
La renta básica puede ser entendida como uno de los instrumentos disponibles –no necesariamente el mejor– para remediar el laborcentrismo de nuestro sistema de protección social y reducir de forma efectiva los efectos más nocivos de la desigualdad material, extendiendo el Estado del bienestar a los más desfavorecidos. Claro que, desde este punto de vista, la renta básica no tiene nada de revolucionario. Como mucho es una especie de aceleración de caminos que han seguido países –como los escandinavos– con otros modelos de Estado social diferentes que, precisamente, se han distinguido por desvincular, al menos parcialmente, su sistema de prestaciones del mercado de trabajo.
Sin embargo, no creo que esta comprensión modesta de la renta básica sea la que se ha popularizado entre los movimientos sociales antagonistas y, sobre todo, entre la izquierda académica, que a menudo la ha entendido como un bálsamo de Fierabrás, una navaja suiza política capaz de solucionar toda clase de males, desde los problemas de remuneración de los artistas a la crisis de los cuidados, pasando por la precariedad laboral y la estigmatización de los receptores de ayudas sociales.
Naomi Klein decía, con mucha razón, que los miembros de la Escuela de Chicago no consideraban al marxismo su auténtico enemigo; despreciaban mucho más profundamente el eclecticismo keynesiano, que consideraban un batiburrillo inconexo de socialismo, capitalismo, planificación y redistribución. Salvando las distancias, algo parecido pasa con la renta básica y el mundo académico. Frente al fastuoso sistema de contingencias mediadas burocráticamente de cualquier sistema redistributivo, la renta básica parece una medida sencilla y elegante cuyos méritos y deméritos pueden ser discutidos en abstracto. Por desgracia para los académicos, en las sociedades contemporáneas «sencillo» es prácticamente el antónimo de «realista».
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Una de las principales fuentes de desigualdad material y política en el capitalismo es la diferente capacidad de negociación de trabajadores y empresarios en el mercado laboral. Esa asimetría inocula subordinación en acuerdos formalmente libres. La manera de equilibrar el poder contractual en el lugar de trabajo ha sido tradicionalmente la acción colectiva, en particular sindical, cuya incorporación a los códigos legales ha sido interpretada incluso como una desmercantilización parcial de la fuerza de trabajo.
La popularización de la renta básica fue contemporánea de la derrota sindical internacional que se produjo a finales de la década de 1980. A medida que los sindicatos perdían capacidad de influencia y se limitaban las opciones de acción colectiva, la renta básica ha ido pareciendo una opción cada vez más atractiva. Es decir, se ha interpretado, al menos implícitamente, como un proceso de desmercantilización parcial del trabajo alternativa a la sindical. Y no solo alternativa, sino incluso mejorada. Hay en ello una parte de verdad, en la medida en que, lógicamente, no verse sometido al miedo, al hambre o al desamparo físico, gracias a una renta no condicional, incrementa en alguna medida el poder contractual de los trabajadores.
La clave es precisamente en qué medida. La intervención sindical en las empresas se expresaba a través de mecanismos institucionales específicos: la negociación colectiva y, en algunos países, la cogestión de las empresas. Presuponía normas relacionadas con la cooperación, el diálogo y el conflicto entre intereses diversos. La renta básica, en cambio, es un derecho individual sin ninguna dimensión institucional asociada. La respuesta de sus defensores es que, liberados de la compulsión laboral, los trabajadores se encontrarán libres para sindicarse, emprender, crear cooperativas o grupos de apoyo mutuo. Es posible, por supuesto. Pero es muy diferente pensar en una herramienta institucional directamente cooperativa que en otra que simplemente puede ser una condición de posibilidad de la colaboración. Un dato significativo en este sentido es que, a lo largo del siglo XX, la afiliación sindical ha tendido a limitar la desigualdad salarial mucho más que el salario mínimo.
Es más, la renta básica también podría ser una fuente de pasividad e individualismo y de conformismo y segregación. Seguramente, esa es la razón por la que también Milton Friedman y otros neoliberales han ofrecido su propia versión de esta medida. Cabe preguntarse cuál de las dos opciones –pasividad o colaboración– es más probable en un entorno social tan fragmentado y despolitizado como el nuestro. ¿Cómo encajaría la renta básica en un mercado de trabajo extremadamente precarizado y desregulado? La línea de defensa habitual es que haría que subieran los salarios al proporcionar a los trabajadores mayor capacidad de negociación. Pero lo contrario también es perfectamente posible. Tal vez podría servir a los empleadores para negociar a la baja con aquellos trabajadores –por ejemplo, miembros de familias monoparentales, parejas divorciadas que necesitan mantener dos hogares, personas con deudas o que pagan alquileres abusivos…– a los que una renta básica equivalente al salario mínimo interprofesional no les baste para subsistir.
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En realidad, nada de esto es exactamente un argumento en contra de la renta básica, sino una reflexión sobre el papel que podría desempeñar una medida como esta en los programas socieconómicos de la izquierda política. La renta básica no puede ser un juego de manos con aspiraciones ecuménicas, supuestamente aconflictivo y consensual. Tampoco debería servir para eludir la tarea de proponer y promover un modelo laboral, social y productivo alternativo al dominante.
La renta básica tal vez sea una buena idea, pero es una propuesta con numerosos claroscuros que ni simplifica los problemas ni atenúa los enfrentamientos políticos. Que una predistribución sea más eficaz que una redistribución es una cuestión tan contingente como los fallos o aciertos del Estado social. Completar los flecos de esa predistribución puede conllevar tanta o más intervención, burocracia y posibilidades de fracaso que las políticas redistributivas tradicionales. Los problemas sociales no se distribuyen homogéneamente, más bien al contrario, se van acumulando en ciertos colectivos que sufren procesos sucesivos de relegación cuya solución requiere políticas públicas complejas y, este punto es importante, caras. ¿Cuál es el coste de oportunidad social que estamos dispuestos a soportar para que la universalidad de la renta básica no sea meramente nominal? ¿Cuántas emergencias sociales vamos a dejar de atender, cuánta vivienda pública, cuántos hospitales y escuelas vamos a dejar de construir para que la renta ciudadana suponga una mejora económica individual significativa para un gran número de personas? La extensión de la universalidad efectiva de la renta básica –no de la mera predistribución formal, sujeta a tributación progresiva– depende de esas decisiones.
Pero, sobre todo y más en general, ¿cuáles son las obligaciones incondicionales que se corresponden al derecho incondicional que promueve la renta básica? Hay una estrofa de La internacional poco citada que dice así: «Basta ya de tutela odiosa, que la igualdad ley ha de ser / No más deberes sin derechos, ningún derecho sin deber». ¿Qué compromisos colectivos organizados con la misma concreción que la renta básica tenemos que asumir como correlato de ese derecho? A menudo la reivindicación política de la renta básica se mueve en un terreno muy abstracto de rechazo del trabajo asalariado que, en última instancia, se aproxima al individualismo expresivo y a la crítica de la alienación como único horizonte emancipatorio. Los Estados de bienestar clásicos tenían muchísimas limitaciones pero, al menos, aceptaban la enorme complejidad de la organización del trabajo y la solidaridad colectiva en las sociedades contemporáneas.
Cualquier resignificación del trabajo con aspiraciones democratizadoras necesita de una estructura institucional sofisticada a través de la que decidir qué es trabajo y qué no y qué mecanismos empleamos para establecer quién lo realiza y en qué condiciones; un marco normativo que permita tomar decisiones como prohibir las prácticas parasitarias (por ejemplo, la especulación financiera), proteger labores mal remuneradas o directamente extramercantiles esenciales para el cuidado de la vida, repartir aquellos trabajos particularmente penosos que es injusto que un colectivo asuma en exclusividad… Si la renta básica ha de servir para liberarnos de las cadenas del salariado, entonces solo puede ser un elemento más, ni siquiera particularmente destacado, de una caja de herramientas interconectadas que incluye los topes salariales, la democratización de los centros de trabajo, la negociación colectiva, las intervenciones públicas desmercantilizadoras, la protección de las labores reproductivas, el trabajo voluntario y, sí, también las prestaciones sociales obligatorias.
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El capital y la cuestión feminista
Una lectura de Federici para El cuerpo en El capital
Escribe Silvia Federici en El patriarcado del salario (2018), «Hay [en Marx] cierta presencia de una conciencia feminista, pero son comentarios ocasionales que no se traducen en una teoría como tal. […] Pocos teóricos han denunciado con tanta pasión y eficacia la explotación brutal en las fábricas de las mujeres y de los niños, y de los hombres por supuesto […] pero en los tres volúmenes de El capital no hay ningún análisis del trabajo de reproducción». La italiana establece una especie de gradación del despertar feminista: su primer momento, pasional, es miope si no se sistematiza en una teoría. La indignación más primaria, aunque necesaria, no alcanza a profundizar hasta alcanzar el núcleo del problema: la teoría –conceptos sistematizados en pos de una verdad– funciona aquí como un martillo neumático o, si queremos una imagen menos dura, como la humedad sobre una pared.
Es curioso que, en retrospectiva, a Marx se le pueda criticar del modo en que criticaba a los economistas políticos de principios del siglo XIX o a los socialistas utópicos: las tesis de alguien como Sismondi, al centrarse en lo perceptible a simple vista (sobreproducción y subconsumo), no alcanzaban a dar cuenta de los factores que originaban la asimetría de producción y consumo (la acumulación originaria, el plusvalor…). No importa cuántas veces se repitan esas tesis, o cuán fuerte se digan, mientras no apunten a los orígenes mismos de la desigualdad, siempre fallarán.
Nuevamente Federici: «Marx señala que la procreación de una nueva generación de trabajadores es fundamental para la organización del trabajo pero lo ve como un proceso natural […], no piensa que puede haber intereses diferentes entre hombres y mujeres de cara a la procreación, no lo entiende como un terreno de lucha». También se pensaban como naturales las diferencias materiales entre patrón y obrero, etc. En este sentido, un concepto como «lucha de clases» es extremadamente violento por su artificialidad: debe generarse, por sí mismo, un espacio donde existir, un terreno desde donde reivindicar su lucha. Cualquier concepto político es violento y el feminismo sabe esto de sobra.
«A través del salario se crea una nueva jerarquía, una nueva organización de la desigualdad: el varón tiene el poder del salario y se convierte en el supervisor del trabajo no pagado de la mujer. Y tiene también el poder de disciplinar». Que la jerarquía sea creada no quiere decir que sea evidente. Boris Groys, con su extraña lógica, define al capitalismo como el régimen paradójico que quiere mostrarse coherente, ocultando activamente sus contradicciones: el comunismo, sin embargo, no es el régimen coherente, sino el que muestra sus paradojas. El feminismo va más allá al querer desocultar las jerarquías anidadas incluso en los sistemas que se presumen ya abiertos –¿Es esta la indisciplina suprema?
Más territorios conceptuales abiertos con fórceps: «El proceso de acumulación originaria no sólo separa al campesinado de la tierra sino que también separa el proceso de producción y el proceso de reproducción». Allí donde se da por sentado el proceso circular, desproblematizado, de producción-reproducción, el feminismo corta por el centro para mostrar sus mecanismos internos. Desde ese corte, puede sustantivarse como agente político.
«Esta explotación ha resultado ser todavía más efectiva puesto que la falta de remuneración la oculta: en lo que a las mujeres se refiere, su trabajo aparece como un servicio personal externo al capital». La pretendida naturalidad (o neutralidad) de la división jerárquica y el ordenamiento de los cuerpos tiene un autor y un objetivo: el plusvalor no se obtiene sólo de la explotación directa de los obreros, sino que terceriza un tipo de explotación que, por carecer de coerción estrictamente física, opera con mayor eficiencia. La violencia más perfeccionada tiende a ocultarse. ¿No es este, precisamente, el régimen de explotación que el neoliberalismo generalizó? ¿El que se apropia de los cuerpos pero borra sus huellas para instaurar al mismo tiempo jerarquías insignificantes? Creo que desde esta perspectiva ampliada tendría que entenderse lo que se ha llamado la «feminización del trabajo»: no sólo la entrada masiva de mujeres al mercado laboral sino la no-remuneración de incontables actividades (servicios personales externos) a través de conceptos funcionales al capital: flexibilidad, estatus, ocio o poder.
Desde esa lógica hay que leer los siguientes fragmentos: «Separar a la buena esposa, laboriosa y ahorrativa, de la prostituta derrochadora fue un requisito clave para la constitución de la familia que emergió con el cambio de siglo, puesto que dividir a las mujeres entre “buenas” y “malas”, entre esposas y putas, era una condición indispensable para que se aceptara el trabajo doméstico no remunerado […] La respetabilidad se convierte en la compensación por el trabajo no remunerado y la dependencia del hombre». Respetabilidad es estatus, valor-signo que aquí sustituye cualquier tipo de valor material.
Federici coincide con otros movimientos sociales de los siglos XX y XXI que buscaban ampliar el estatuto de lo que significaba ser proletario, tan limitado muchas veces por el marxismo ortodoxo, cuando asegura que «no es necesario entrar en una fábrica para ser parte de la organización de la clase obrera». Marx tiene una frase bastante similar: «toda casa en la que se trabaja es una fábrica» pero referida solamente a la labor artesanal; sorprendentemente, aunque tiene a tiro de piedra el trabajo de reproducción, lo pasa de largo sin mayores problemas.
¿Qué sucede? ¿Marx no quiere ver la realidad de las mujeres? Es difícil asegurarlo pero creo que el problema es más radical: Marx no puede verlo. La máquina que construyó para evidenciar la problemática obrera necesita de otra disposición material, más que de un simple cambio de lente, para enfocar la cuestión femenina. Federici habla, incluso, de un cambio de centro gravitacional. «Al cambiar [ese centro] hacemos visible un nuevo campo de acumulación y batalla, y también visibilizamos la duración total de la jornada laboral y hasta dónde llega la dependencia del capital del trabajo no asalariado». Al final, creo que lo importante no es lo que Marx no vio, sino lo que sigue escapando a nuestra mirada (la mirada retrospectiva debe terminar por hablar siempre del presente): como él, nosotros podemos denunciar con pasión los temas que queramos, pero no será hasta que los sistematicemos, hasta que los maquinicemos, que los problemas se mostrarán a detalle.
Un cuerpo es una máquina cuando, al reunir elementos de su entorno (imágenes, conceptos, teorías, otros cuerpos), logra ensamblarlos en nuevos sentidos y, en el proceso, se transforma. Para acceder a la problemática feminista, al cuerpo marxista no le hace falta una adenda sino modificarse por sistematización: si su lógica es criticada desde el feminismo, le sirve de poco añadir otra categoría a su definición, otro elemento a su sistema. Hay elementos tan potentes que exigen la reconfiguración del sistema entero. Eso no significa que el cuerpo marxista deba desaparecer (¡qué útiles siguen siendo conceptos como lucha de clases o plusvalor para explicar el presente!) sino operar desde una lógica transformada. Abierto a otros conceptos y sensibilidades, y con inteligencia para sistematizarlos, su cuerpo (aún sin nombre, perdiendo en cada etapa de la transformación su pegamento referencial) será otro, es decir, máquina.
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○ESTA CANCIÓN FORMA PARTE DE SU DISCO “ELEVEN” CHARLY ZURCHER LLEGA A MÉXICO CON SU SENCILLO “A GIRL LIKE YOU” AL RITMO DE BRITPOP El músico argentino Charly Zurcher ha llegado a México por fin para presentar su nueva canción y video titulado “A girl like you”, al más puro estilo del pop británico. Esta canción –cuyo videoclip fué filmado en New York bajo la dirección del también rosarino Lucas Casatti– replica ésa fuerza propia del pop británico que el artista plasmó en “Eleven”, su primer disco solista. Charly Zurcher canta en inglés y, desde que irrumpió en el panorama musical, ha despertado grandes halagos y excelentes comentarios de la prensa especializada que lo ha conocido y tema tras tema de este disco, que se grabó íntegramente en el estudio de Humberto Gatica (Los Ángeles) ha despertado emociones. La llegada de “A girl like you” busca justo eso: demostrar la enorme calidad del rosarino que está listo Para comerse al mundo. Fue precisamente Humberto Gatica quien ha aprovechado el enorme talento de Zurcher y no ha pasado desapercibida esta labor del multipremiado productor, pues la grabación fue acompañada por destacados sesionistas como Tim Pierce, Greg Bissonette, Ramón Stagnaro, Aaron Sterling, Guillermo Vadalá y Jaime Ciero, entre otros, lo que explica también la enorme riqueza sonora que el disco puede aportar a la audiencia. Todo ello le ha dado un estilo propio que ha costado un año de muchísimo trabajo, pero finalmente la carrera solista de Charly Zurcher es una realidad, con un repertorio de temas interpretados en inglés y con una propuesta visual de alto impacto, creando un mundo aparte en el cual predomina la calidad. Charly Zurcher se convierte así en una promesa de la industria musical mexicana garcias a que acerca al país un sonido britpop fresco y renovado que da canciones memorables, logrando potencia y sensibilidad en una perfecta amalgama de sonidos. Charly presenta “Eleven”, que es capaz e capturar a todo tipo de público. Charly dice que "con mi música busco reflejar la belleza de las asimetrías en nuestras vidas, todas diferentes y excepcionales, pero al mismo tiempo compartiendo los mismos miedos, ansiedades y anhelos https://www.instagram.com/p/CTPpN0dsRPo/?utm_medium=tumblr
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22 de Febrero, 2021
Nacional
Incremento de delitos de fraude
Cada cierto tiempo el país se entera de nuevos casos de clonación de tarjetas bancarias, suplantación de identidad y fraudes financieros en contra de individuos y organizaciones. El Sernac lanzó esta semana una alerta por el preocupante incremento de estos delitos, que alcanzaron un récord histórico, especialmente en casos de clonación y suplantación de tarjetas de crédito. Sólo en enero se contabilizaron casi un tercio del total de delitos ocurrido en todo el 2020. Respecto a medios de pago y cuentas bancarias, varios proyectos de ley han buscado perfeccionar el sistema, además de atribuir mayor responsabilidad a los emisores de instrumentos financieros.
E.@. En el caso de la banca y cooperativas de crédito, existe un notorio incremento de las inversiones en seguridad. Sin embargo, estas inversiones no van en línea con el avance del sistema financiero para ofrecer créditos y sistemas de pago. La banca ha aumentado el esfuerzo y los recursos, pero todavía en porcentaje bastante inferior a países desarrollados, mientras que las herramientas de crédito y pago, en Chile, son de los más avanzados del mundo. Esa asimetría debe ser corregida.
Se hace necesario que se impulsen proyectos de ley orientados a entregar más responsabilidades a los emisores de instrumentos financieros. En esa misma línea, se requiere herramientas legislativas para evitar que empresas utilicen información privilegiada con el fin de obtener beneficios económicos, pago de coimas y otros ilícitos. Prácticas que en muchos casos se han convertido en pérdida de la fuente laboral para los trabajadores. En tal escenario, conviene recordar: el financiamiento de las campañas electorales puede generar incentivos a conocidas malas prácticas y, en algunos casos, a delitos.
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“Lo único escrito en piedra es la meta de inflación, todo lo demás es revisable"
Elecciones 2020. El ex jefe del INEI, candidato al Congreso por el Frente Amplio, señala que es necesario reforzar la autonomía del BCR y que su partido no renovará ninguna exoneración tributaria.
A menos de una semana de las elecciones parlamentarias, el Frente Amplio se perfila como la única representación de izquierda con posibilidades de pasar la valla electoral y de ingresar al nuevo Congreso. SEMANAeconómica entrevisto a Farid Matuk, candidato del partido, quien comparte propuestas como duplicar la presión tributaria a través de la eliminación de exoneraciones y eliminar la ONP.
De salir elegido congresista, ¿propondrá cambios en el modelo económico?
El primer elemento es excluir el concepto de capítulo económico como tal de la Constitución, como capítulo autónomo. Las constituciones tradicionalmente solo tienen la parte relativa a la moneda, que implica cómo se organiza el Banco Central e implica la recaudación de impuestos. Una de mis propuestas es que la elección del directorio del BCR sea elegido por el Congreso con exclusión del partido que esté en el Ejecutivo y así eliminar la posibilidad de ‘secuestro’ [del BCR]. Desde el 2001, el BCR define cuánta inflación se quiere tener y el resto de la economía se ajusta a esa meta de inflación. El Perú tiene el doble de crecimiento en el siglo XXI que el promedio de sus países limítrofes; la inflación que tiene es enana. Para mí, lo único que está escrito en piedra es la [meta de] inflación. Todo lo demás es sensatamente revisable.
¿Reevaluará el rol subsidiario del Estado en materia empresarial?
Sí. Por ejemplo, para el caso del transporte público. En 40 lugares [con sistema económico] capitalistas, el transporte público es un monopolio estatal. Hay oferta privada de transporte en Lima, y es un caos. Tengamos una empresa pública de transporte. La podemos centralizar y concesionar completa, igual que el aeropuerto. Se crearía un monopolio concesionado.
¿Estaría a favor de una reforma de las AFP?
Sí. Primero, [proponemos la] universalización de pensión 65. Segundo, la desaparición de la ONP y el traslado [de los fondos] a cuentas individuales del Banco de la Nación. Creo en las pensiones individuales, precedidas por una pensión universal. Y la tercera [reforma], que creo calza financieramente, es subir el IGV a 20% y que 10 puntos se vayan a una cuenta individual. Ahí el incremento de recaudación fiscal sería fabuloso.
¿Cómo se financiaría la universalización de Pensión 65?
Duplicando la presión tributaria sin modificar un solo impuesto de los que existen; eliminando las exoneraciones y cobrando lo que se debe cobrar. Por ejemplo, en el impuesto predial no se puede cobrar a valor ficticio, el valor predial tiene que ser a valor de mercado.
¿Qué opina sobre los beneficios a las empresas agroexportadoras?
No sabemos si es que el subsidio de 20 años al sector agroexportador ha generado empresas parásitas, o si son empresas que efectivamente hacen ganancias. No tenemos evidencia de que ha ayudado a la formalización del sector agrario. Yo puedo tener una empresa pública, y ayuda a la formalización, pero es una empresa parásita. Ayudó a la formalización sí, pero es deficitaria. El problema es que no conocemos el margen de ganancia que tiene el sector agroexportador, cuánto corresponde a la exoneración en el salario, en Essalud, y en el impuesto a la renta que se lo está ‘regalando’ el Estado. He escuchado quejas de la Sociedad Nacional de Industrias que señalan que el sector manufacturero está mal, y piden los mismos subsidios que reciben los agroexportadores. Entonces, tenemos un problema de asimetría en la producción en donde hay sectores que tienen un subsidio directo del gobierno y no sabemos si son empresas parásitas que existen porque están subsidiadas.
Una de sus propuestas es fusionar a todos los reguladores, ¿En qué consistiría esto?
En fusionar a todos los reguladores para tener uno fuerte, y para tener una institucionalidad donde el regulador tenga la escala necesaria. Esto sería como el caso del sector financiero, donde [los reguladores] se han fusionado y ahora hay la SBS. Propongo tener dos sectores: sector financiero y sector real, y tener un supervisor para cada uno, monolítico. El nombramiento del supervisor del sector real sería más sofisticado que ahora, como lo es el nombramiento del supervisor de la SBS, que pasa por el Congreso. Eso le daría mucha fuerza política.
¿Cuál es su posición respecto de los decretos de urgencia que prorrogan exoneraciones tributarias?
La política del Frente Amplio fue y será no renovar ninguna exoneración tributaria. Por lo que si hubiera decretos que renovaron, se votará en contra. Las exoneraciones tributarias no tienen ninguna medición respecto de los beneficiarios concretos; la concentración de beneficios y los lobbys son muy grandes.
¿Qué propuestas concretas hay para disminuir la informalidad laboral?
Entenderé informalidad como el no pago de impuestos. Primero, hay que diferenciar al trabajador informal del empresario informal. El trabajador no es relevante en términos de tributación, pues no llega al umbral mínimo para tributar. Por ejemplo, el cobrador de combi o el chofer tiene un ingreso tan bajo, que aunque fuesen formales no pagarían impuesto a la renta. Pero el dueño de las cinco combis, sí llega al umbral, [...] es un empresario. Tenemos que hacer que el dueño de las combis se formalice. La propuesta que tengo es que la SUNAT tenga acceso al secreto bancario, que es una de las cosas que los países de la OCDE tienen, para que identifique desbalances patrimoniales y que se pueda gravar la informalidad. .Entonces, si hay desbalance patrimonial, como en el caso de los dueños de las combis que compran su departamento en efectivo, se le identifica y formaliza.[...].
Si tuvieras que darle un mensaje al empresariado, ¿qué les dirías?
Más capitalismo, menos feudalismo. Por ejemplo, el Plan de Competitividad, yo lo he denominado el plan de "encomendero". Cuando uno examina el plan global de competitividad que hacen las transnacionales, sobre Perú señalan que el problema más agudo es la brecha en tecnologías de información. Uno mira el plan de acá y ese problema ni siquiera figura. No está entre los problemas del Perú. Hay una colisión entre cómo hacer capitalismo en Perú entre las transnacionales y los encomenderos. Las transnacionales dicen que lo más urgente es la infraestructura en tics y los “encomenderos” dicen que el primer problema es [la falta de] infraestructura física (carreteras, puertos). En las transnacionales, señalan que el mercado laboral es el sexto problema de doce; en cambio, en la versión peruana, el mercado laboral es el segundo problema más importante, como un problema de reducción de costos.
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Brecha patrimonial: las mujeres son menos ricas que los hombres, según un informe #impuestoalariqueza #brechasalarial #brechapatrimonial #Covid-19 #cepal Además de la brecha salarial entre hombres y mujeres en el mercado laboral formal, existe una clara asimetría en la distribución de la propiedad de los activos por género.
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Trabajo a distancia
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Hernández De Cos Ve Preciso Que Las Empresas Inviertan En Material Y Capacitación Para Desarrollar Esta Forma De Empleo
El teletrabajo forma una medida flexible para organizar el trabajo que consiste en la realización de las labores en un lugar distinto al habitual, lo que implica la no presencia física del trabajador en la empresa a tiempo completo o bien parcial. Y eso es lo que aconsejamos, que se realice un número determinado de días por semana y que siempre y en toda circunstancia se establezcan asambleas de forma periódica, para que la compañía pueda efectuar el seguimiento del trabajo y de manera que no se pierda el vínculo sensible con la empresa y entre los trabajadores. Los ciberataques prosiguen siendo uno de los grandes riesgos a los que se tienen que enfrentar las compañías. Muchos trabajos y algunas de las funciones que efectúan los empleados, gestionadas desde fuera de la oficina, pueden poner en riesgo la confidencialidad de la compañía.
El Trabajo a distancia En La Empresa[editar]
Estas asimetrías deberían tenerse en cuenta en el diseño y también implementación de las políticas activas de empleo y singularmente potenciar la formación continuada de los trabajadores. De igual forma, ha sobre aviso de que el teletrabajo cambia los patrones de consumo, puesto que, por poner un ejemplo, no se asiste al restaurante cercano a la compañía, lo que puede tener “efectos estructurales” a considerar.
Ya antes de la crisis de la Covid-19, España se situaba entre los países europeos que menos recurrían al trabajo a distancia, con sólo un 4,8 por ciento de empleados que trabajaban desde sus casas en el dos mil diecinueve. El Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) estima que se ha superado el porcentaje de trabajadores que tenían en sus empresas los medios precisos para teletrabajar –situado en torno al 25 por ciento –. El trabajo a distancia es una forma de organización laboral que consiste en la realización de actividades remuneradas o prestación de servicios a terceros usando como soporte las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para el contacto entre el trabajador y la compañía, en un lugar extraño al domicilio del empleador. El teletrabajo se ha transformado en una forma laboral muy relevante en empresas, debido a que permite que los trabajadores equilibren sus labores personales y profesionales empleando las tecnologías renovadoras. Las oficinas de talento humano de algunas entidades públicas y empresas privadas han venido estudiando la posibilidad de reemplazar toda o parte de la jornada de trabajo de sus empleados y trabajadores por el trabajo de éstos realizado desde la casa.
El experimento tuvo un éxito relativo pero abrió la puerta al desarrollo de un modelo laboral que había quedado plenamente orillado desde el s. Aunque no hay un acuerdo al respecto entre los historiadores, una de las primeras manifestaciones del trabajo desde casa fue el sistema putting-out, que tuvo cierto éxito en Europa Occidental a mediados de la Edad Moderna. Los dueños de los talleres dejaban que los trabajadores realizasen el trabajo de producción desde casa. Por definición, el trabajo a distancia o bien teletrabajo consiste en el cumplimiento de la totalidad o bien parte del horario laboral fuera de las instalaciones físicas de la empresa. Además el sindicato deja claro que domicilio tendrá que ser «inviolable» y que los métodos de control, como las grabaciones, no pueden estar toleradas «más allí de la propia tarea que desarrolle el trabajador».
Si deseas pedir la posibilidad de desarrollar tu actividad profesional en modalidad de teletrabajo, infórmate previamente si en el contrato de trabajo que firmaste estaba incluida en alguna cláusula que lo habilite o bien que lo prohíba. En el caso de que sí esté admitido, es posible que la empresa te requiera de un proceso de adaptación para evaluar si la integración de este sistema supone perturbaciones en la forma de trabajo (comunicación con el cliente del servicio, plazos, agilidad en las comunicaciones etcétera). También, el empleador va a poder acordar con sus trabajadores el otorgamiento de vacaciones adelantadas, lo que evitará que el trabajador deba compensar el tiempo no laborado al término de la cuarentena. A este respecto, Cristina Oviedo, experta y laboralista de Estudio Payet, Rey, Cauvi & Pérez, da respuesta a determinados aspectos más relevantes que considerar, por la parte de los empleadores, en la práctica del trabajo remoto. • El empleador debe asignar las facilidades precisas para el acceso del trabajador a sistemas, plataformas, o bien aplicativos informáticos necesarios de cara al desarrollo de sus funciones cuando corresponda, otorgando las instrucciones necesarias para su adecuada utilización, así como las reglas de confidencialidad y protección de datos que resulten aplicables.
Este tipo de organización de trabajo a distancia es posible debido al procesamiento electrónico, y la utilización de telecomunicaciones,que dejan compartir información y desarrollar una buena comunicación entre la compañía y el trabajador. El teletrabajo, también conocido como trabajo remoto, es un sistema laboral en el cual el trabajador desempeña una actividad sin la necesidad de presentarse físicamente en un lugar de trabajo. El “teletrabajo” debería ensayarse con medida y progresivamente, más bien como una forma de flexibilizar nuestras rígidas y extensas jornadas laborales y sólo como modalidad de tiempo parcial (uno, dos o bien hasta tres días a la semana). No parece recomendable borrar de un tajo toda separación entre el espacio laboral y el familiar (el derecho al reposo demanda desconexión total con las obligaciones profesionales), ni sería justo imponer al trabajador que asuma de su bolsillo todos y cada uno de los elementos insumos de la labor (computadores, internet, papelería, etc.).
Mientras que se mantengan los buenos resultados, el empleado proseguirá disfrutando del resto de ventajas del trabajo desde casa.
2 de las grandes empresas de trabajo temporal y Recursos Humanos ofrecen una visión algo diferente.
Prácticamente el 70 por cien de los empleados españoles desearía realizar parte de su jornada desde casa mas no se les da esa opción, según Randstad.
Por su lado, Adecco cifra en uno con cuatro millones los trabajadores nacionales que estarían aprovechando esta modalidad laboral.
Como ya se ha indicado, el trabajo a distancia no es compatible con los empleados que no saben autogestionarse.
El trabajo a distancia es una forma flexible de organización del trabajo consistente en el desempeño de la actividad profesional sin la presencia física del trabajador en la compañía a lo largo de una parte importante de su horario laboral. Abarca una amplia gama de actividades y puede realizarse a tiempo completo o parcial. Es común que los teletrabajadores adopten la modalidad de trabajo freelance, donde por medio de distintas plataformas como Freelancer.com, Nubelo o bien Workana.com encuentran clientes del servicio remotos que están buscando sus servicios. Muchas de las tareas que se ejecutan en una oficina no precisan de la presencia del trabajador en su puesto y pueden ser realizadas a distancia utilizando las TICs (más conocidas como TICs).
En estos casos, no existiría ningún puesto como tal dentro de la compañía. En estos casos, los empleados pueden realizar su trabajo de forma alternativa desde su casa o bien en la oficina, mas mantienen en todo momento un puesto en la oficina de la empresa. Por su parte, en el trabajo a distancia móvil, el trabajo se efectúa sobre la marcha en diferentes lugares, no en una Home Office en casa. Esta forma de trabajar es típica de representantes de ventas, tales como agentes comerciales o de atención al cliente.
¿Cuáles son las ventajas del teletrabajo?
El reglamento regula dos tipos de trabajadores: El teletrabajo completo, donde el servicio se da fuera del centro de trabajo. El teletrabajo mixto, donde el servicio se da alternadamente dentro y fuera del centro de trabajo.
Es muy importante asimismo que las compañías registren la jornada de trabajo, si bien uno esté a distancia”. CSIF Administración Local Málaga ha instado por escrito a municipios y empresas municipales de la provincia a adoptar medidas de organización del trabajo para favorecer la conciliación de la vida laboral y familiar de sus empleados, como se ha acordado ya en otras administraciones. Además de esto, agrega que la compañía debe preavisar a los trabajadores de la instalación de estos programas antes de que sean utilizados y que sólo se van a poder utilizar durante la jornada laboral y nunca en los momentos de descanso. Muchas empresas realizan el monitoreo de sus trabajadores con herramientas internas, con lo que es complicado saber exactamente cómo funcionan en estos casos concretos, pero en la red de redes se anuncian numerosas empresas que venden distintos tipos de software de vigilancia para las compañías.
¿Qué dice la OIT del teletrabajo?
El teletrabajo es una forma de trabajo a distancia, en la cual el trabajador desempeña su actividad sin la necesidad de presentarse físicamente en la empresa o lugar de trabajo específico. Esta modalidad trae beneficios tanto al empleador como al trabajador, y a la sociedad a largo plazo, cuidando el medio ambiente.
«El teletrabajo se refiere al trabajo que implica el uso de las TICs», la «presencia» del trabajador en el proceso productivo se efectúa a través de el empleo y soporte de las Tecnologías de la Información. Apenas un 5 por ciento de los asalariados en España adoptaba el trabajo a distancia ya antes de la crisis del coronavirus, pero a lo largo de los 3 meses de confinamiento esa modalidad en remoto se ha disparado hasta en torno al cuarenta por ciento . Por eso, el Gobierno busca crear un nuevo marco normativo, un proceso que comenzó con la apertura del trámite de consultas públicas, a inicios de este mes. Si las preferencias de los ciudadanos pasan por el trabajo a distancia, el Congreso debe “permitir y facilitar” la adaptación de los empleados a él.
Los teletrabajadores deben disfrutar de los mismos niveles de sueldo y beneficios laborales que los trabajadores con base en la oficina incluyendo provisiones para el cuidado de niños y vacaciones familiares. Se les debe incluir en el desarrollo profesional en los esquemas de valoración incluyendo las oportunidades. Los teletrabajadores han de ser empleados de una compañía y no considerados como autónomos. No todos los trabajadores tienen acceso o manejan las tecnologías de la información.
En consecuencia, este término se compara de forma frecuente con “teletrabajo” o bien “trabajo a distancia”. En dependencia del modelo de trabajo, en la modalidad de Home Office se pueden realizar bien todo el trabajo, o bien partes del mismo. Por lo general, para trabajar se precisan, por lo menos, un teléfono y un PC con conexión online con la compañía.
El porcentaje de empleados que ejercitan el trabajo a distancia y el trabajo móvil varía desde un 20 por ciento de media en EEUU, un diecinueve por cien en la India en la economía formal y un dieciseis por cien en el país nipón, a solo un 2 por cien en Argentina. Los agentes de seguro no acostumbran a trabajar en las oficinas de la empresa, con lo que incorporan el trabajo a distancia. Esta mutación en la organización laboral es atractiva y tiene aspectos bondadosos para empleadores y empleados y, además de esto, promete beneficios para el bienestar general. Pero, de otro lado, puede conllevar efectos negativos que deberían considerarse y conjurarse al acogerla y proyectarla como política pública. En la problemática mundial ocasionada por el Covid – diecinueve (Coronavirus), se ha tomado como medida de contingencia económica y de salubridad pública el promuevo del Trabajo a distancia, no solo dentro del territorio nacional, sino más bien también en diferentes países del mundo.
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Sin Vuelta A La Oficina
El Banco De España Apoya El Impulso Del Teletrabajo Pero Recuerda Que Puede Afectar A La Productividad
Si un empleado puede hacer un trabajo de forma remota, entonces la opción de trabajo a distancia he de estar disponible para todos y cada uno de los empleados con exactamente las mismas responsabilidades. Cerciórate de que el proceso y los criterios que usas para tomar decisiones sobre quién teletrabaja son escritas y aplicadas consistentemente.
Estas asimetrías deberían tenerse en cuenta en el diseño e implementación de las políticas activas de empleo y especialmente fortalecer la formación continuada de los trabajadores. De igual forma, ha avisado de que el teletrabajo cambia los patrones de consumo, puesto que, por poner un ejemplo, no se acude al restorán próximo a la compañía, lo que puede tener “efectos estructurales” a considerar.
El trabajo desde casa o trabajo a distancia ha dejado de ser algo exclusivo de los profesionales por cuenta propia para entrar de forma fuerte en la gestión de trabajadores de las compañías. Es una opción que ofrece numerosas ventajas tanto para las compañías para los empleados.
Mas cuidado con los vendedores de recetas mágicas y soluciones fáciles, pues este nuevo escenario que está empezando a abrirse tiene asimismo muchos grises. "El futuro va a depender de muchos factores, y aún estamos en la fase de análisis. Por poner un ejemplo, el tipo de empleado. Se ve que los jóvenes prefieren ir a la oficina, socializar con los compañeros; al paso que los trabajadores con familia piden más el teletrabajo", agrega Guillermo. Hasta el momento, casos como el de Jesús han sido la excepción, pero pueden transformarse en la regla si, como muchos expertos comienzan a augurar, el trabajo a distancia al que se ha recurrido masivamente por obligación, debido a la pandemia del coronavirus, empieza a implantarse por vocación.
Esta nueva situación de trabajo a distancia aporta beneficios para las empresas como un menor gasto en infraestructuras, una conciliación entre la vida laboral y familiar y un menor absentismo. Trabajadores independientes o bien empleados que se valen de las TIC para el desarrollo de sus labores, ejecutándolas desde cualquier sitio elegido por él. La Resolución 595/13 del Ministerio de Trabajo de la Nación, le da un marco jurídico-normativo a esta modalidad laboral al establecer una serie de pautas vinculadas a las condiciones de trabajo, la seguridad y también higiene y las obligaciones de las partes.
Es una de las principales ventajas para los empleados y responde a una de las demandas más importantes de los profesionales de el día de hoy. La dificultad para conciliar la vida laboral y la familiar debido a los horarios de la empresa desaparece en gran medida siendo el propio trabajador quien decide en qué momento y desde dónde cumple sus obligaciones. Las tópicas secuencias cinematográficas en las que un padre de familia siempre y en toda circunstancia llega tarde al partido de su hijo por culpa del trabajo pueden ser cosa del pasado. Aunque los beneficios pueden diferir dependiendo del sector económico o bien del modelo comercial de la empresa, estos serían algunos de los principales beneficios del trabajo a distancia tanto para la compañía para los trabajadores. XX, las nuevas tecnologías hicieron posible el trabajo en recóndito mediante Internet.
Mientras que se mantengan los buenos resultados, el empleado seguirá disfrutando del resto de ventajas del trabajo desde casa.
2 de las grandes empresas de trabajo temporal y Recursos Humanos ofrecen una visión algo diferente.
Prácticamente el 70 por cien de los empleados españoles desearía realizar parte de su jornada desde casa mas no se les da esa alternativa, conforme Randstad.
Por su lado, Adecco cifra en uno con cuatro millones los trabajadores nacionales que ya estarían aprovechando esta modalidad laboral.
Como ya se ha indicado, el trabajo a distancia no es compatible con los empleados que no saben autogestionarse.
Correctamente aplicado, este modelo laboral favorece la responsabilidad corporativa, puesto que los trabajadores contraen un compromiso con la compañía que beneficia a ambas partes.
El porcentaje de trabajo a distancia frecuente asimismo es femenino y tiene sitio en la construcción, puesto que incluye la promoción inmobiliaria, donde el trabajo de las mujeres es más frecuente y sus tareas se prestan más al trabajo en remoto. El sindicato USO ha asegurado este martes que el trabajo a distancia se ha multiplicado por siete a lo largo de la pandemia del coronavirus y ha pasado del 4,8 por cien de personas ocupadas que trabajaban al menos la mitad de días desde casa al 34 por cien . De ahí que, el sindicato ha pedido una regulación para esta modalidad de trabajo, como que sea voluntario, que tenga las condiciones definidas por escrito y con la posibilidad que se anulen y se vuelva al trabajo presencial, según la secretaria de Acción Sindical y Salud Laboral de USO, Sara Garcia.
Otro de los campos donde más está medrando el trabajo a distancia es el de las finanzas. El cierre de sucursales bancarias por la digitalización del ámbito y la demanda de servicios más adaptados son circunstancias que empujan hacia el trabajo en recóndito. Los trabajos relacionados con el área comercial de las empresas también pueden salir de los límites físicos de la compañía.
¿Cuáles son las ventajas del teletrabajo?
El reglamento regula dos tipos de trabajadores: El teletrabajo completo, donde el servicio se da fuera del centro de trabajo. El teletrabajo mixto, donde el servicio se da alternadamente dentro y fuera del centro de trabajo.
A pesar del apoyo, el gobernante asimismo ha dicho que desde el Banco de España hacen “de Pepito Grillo” pidiendo tener “cuidado” frente a las patentizas de que esta modalidad laboral en ocasiones tiene “efectos negativos” sobre la productividad. Además de esto, el trabajo en remoto podría tener un impacto asimétrico sobre diferentes conjuntos de trabajadores en el mercado laboral, de forma que aquellos con un menor nivel educativo y los vinculados a actividades más elementales tendrán mayor “dificultad” para beneficiarse de esta posibilidad. La llegada forzada del teletrabajo por el confinamiento ha pillado a pie alterado a muchas empresas a quienes no les agrada perder de vista a sus empleados, que ahora trabajan desde sus casas.
¿Qué dice la OIT del teletrabajo?
El teletrabajo es una forma de trabajo a distancia, en la cual el trabajador desempeña su actividad sin la necesidad de presentarse físicamente en la empresa o lugar de trabajo específico. Esta modalidad trae beneficios tanto al empleador como al trabajador, y a la sociedad a largo plazo, cuidando el medio ambiente.
En él se establece que el trabajo a distancia se realizará en el domicilio del trabajador o bien en un sitio de manera libre elegido por este. Además de esto, este pacto para efectuar teletrabajo tendrá que ser formalizado por escrito.
Los teletrabajadores serán voluntarios con derecho a volver al trabajo en la oficina. Las personas que trabajan desde su casa van a tener acceso a representación sindical y posibilidad para asistir a reuniones en las horas de trabajo. Los asesores en salud y seguridad y los representantes sindicales van a poder visitar a los teletrabajadores. Deben producirse conversaciones entre los tele-trabajadores y proveerles de mail y links telefónicos con otros compañeros, todo ello al cargo del empresario.
El teletrabajo surgió como una forma de inserción laboral a distancia con medios telemáticos. En 1997, existían en los E.U. 9 millones de trabajadores; en mil novecientos noventa y nueve, once millones. En el año dos mil, casi una tercera parte de las compañías europeas adoptó el trabajo a distancia. En dependencia del tipo de trabajo, en el Home Office se pueden distinguir diferentes formas de teletrabajo. Los modelos de trabajo en los que el empleado realiza todas y cada una de las tareas necesarias desde casa son parcialmente raros.
Por lo precedente, es pertinente aclarar la diferencia entre el Trabajo a distancia y el Trabajo Recóndito. De la misma forma, se establece que los trabajadores a distancia gozarán de exactamente los mismos derechos que el resto de trabajadores que ejercitan sus funciones en el centro de trabajo, "salvo aquellos que sean inherentes a la realización de la prestación laboral en el mismo de forma presencial". Esta forma de trabajo tiene como elemento esencial las nuevas tecnologías, o sea, el uso de algún tipo de medio electrónico para facilitar la fluidez en las comunicaciones entre el trabajador y sus responsables de la compañía. Los trabajadores cobrarán exactamente el mismo sueldo y tendrán los mismo derechos que los empleados presenciales.
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Golpe en la mesa de la patronal y nueva crisis en el Gobierno de coalición. La derogación de la reforma laboral se ha colado como condición para la prórroga del estado de alarma por otros quince días más. El acuerdo firmado por PSOE, Podemos y Bildu, aseguraría que se adoptasen dos medidas esenciales: la derogación integral de la reforma laboral de 2012 y la flexibilización del gasto en los ayuntamientos, permitiendo el sobrepasar la ley Montoro. Es útil recordar que la derogación de la reforma laboral ya figuraba en el acuerdo de Gobierno acordado para la coalición, aunque desde entonces la cuestión se había ido diluyendo (ayudada por el hecho de deber gestionar la crisis sanitaria). Ahora, la necesidad de la abstención de Bildu ha forzado la concreción de esta medida, que debería ser integral, y añadiendo además un plazo: debería aplicarse antes de que se acaben las medidas extraordinarias promulgadas para hacer frente a la covid-19.
El efecto desestabilizador que la pandemia del coronavirus tiende a agudizar las contradicciones sobre las cuales se asientan la mayoría de gobiernos. El caso español no es una excepción y las contradicciones han marcado los límites de la acción de Gobierno. Se ha asumido así el pago de los salarios de aquellas empresas que se declararan en ERTE, evitando que la tasa de paro se disparase automáticamente, la moratoria en el pago de los alquileres no ha hecho que desplazar el problema de su pago en el tiempo (tras presión de los movimientos sociales), la pandemia no puede servir como excusa para despedir por causa objetivas (no se han prohibido, sino que pasan a ser improcedentes), la prohibición de acceder a los ERTE a las empresas con domicilio en paraísos fiscales es con respecto a la ingeniería financiera contemporánea, como querer apagar un fuego con una pistola de agua. En su conjunto, se trata de medidas que cumplen su función simbólica pero cuyo efecto poco tiene que ver con una “victoria del movimiento obrero”. Más bien, la idea que vehicula el conjunto de la acción de gobierno es que el paquete de medidas propuesto demuestra que, comparado con la gestión que tuvo lugar en el 2008, “se puede gestionar la crisis de otro modo”. Lo que también se demuestra, es hasta qué punto el marco del PSOE se ha convertido en el marco en de referencia y horizonte de posibilidades para que Unidas Podemos desarrolle su política.
A pesar de los avances, una de las mayores contradicciones del actual Gobierno es la asimetría de poder en su seno. Así, mientras que las movilizaciones en sectores como el del derecho a la vivienda consiguen arañar una moratoria de los alquileres que garantiza las rentas y que transforma los alquileres debidos en deuda, a la CEOE le basta con levantar el teléfono y marcar el número de Nadia Calviño, para que un gobierno progresista cambie los términos de un acuerdo firmado el mismo día. Obviamente, esto tiene que ver con las condiciones de partida de la coalición, que se articuló en torno a un equilibrio precario, con una correlación de fuerzas muy favorable al PSOE, que dejaba a Unidas Podemos con ministerios menores o con competencias disminuidas (mientras que en carteras clave eran ocupadas por personas clave de corte neoliberal). Yéndonos un poco más lejos en el tiempo, también tiene que ver con la progresiva subordinación durante los años de Podemos e IU al espacio político del PSOE, abandonando poco a poco una voluntad de autonomía con respecto al mismo. La capacidad histórica del PSOE de conjugar un voto de clase trabajadora con la aplicación de programa económico neoliberal se ha adaptado y quiere demostrar que es capaz de integrar al espacio político de Unidas Podemos.
El jueves, la vicepresidenta y ministra de economía señaló que no es pertinente el derogar la reforma laboral porque generaría demasiada incertidumbre e inseguridad jurídica en un contexto de la “mayor recesión de nuestra historia”. ¿Incertidumbre para quién? Cabría preguntarse cuánta gente se encuentra ahora mismo en vilo, sabiendo que pueden quedarse en la calle de un momento a otro, gracias, entre gran parte, a la reforma laboral que se pretende derogar. Como medio de presión añadido, la CEOE ha acabado abandonando la mesa del diálogo social. La negociación a tres bandas entre gobierno, sindicatos y patronal ha sido durante estos meses el sello mediante el cual el Gobierno quería demostrar la viabilidad de las políticas. Pero no se trata únicamente de respetar un marco de negociación dado. Es precisamente en estas negociaciones donde la patronal tiene más fuerza, porque además de representarse a si misma y no tener que pasar por distintas mediaciones (PSOE, PP, C’s, Vox, PdCat, PNV, CC, etc.), la contraparte es mucho más dócil y previsible que las diferentes expresiones de izquierdas en el parlamento.
La derogación de la reforma laboral de 2012 ha sido de los puntos que más tensiones ha cristalizado en el actual Gobierno desde las elecciones de noviembre. No es para menos, ya que la manera en cómo se derogue, o reforme, indicará no sólo el tipo de salida le quiere dar el actual gobierno a la crisis, sino que también determinará la capacidad de respuesta por parte de las y los trabajadores. Frente a su potencial conflictivo, distintas fuentes en el gobierno han querido matizar este conflicto arguyendo que toda modificación legislativa requiere una serie de modificaciones técnicas. Cuando el debate se acaba centrando en la aplicación de procedimientos técnicos se tiende a difuminar la cuestión de fondo. En este sentido, en lo que respecta a la reforma laboral, es una mala señal.
En el conjunto de estas mediaciones y negociaciones, Calviño juega un papel primordial, estableciendo los límites de la acción del Gobierno y marcando la línea que corresponda con los intereses del capital. Su presencia en el Gobierno permite cuadrar una cierta coherencia entre las distintas escalas de poder, desde el europeo y las plazas financieras hacia el nacional. Estos elementos no son, si de lejos, de una sorpresa, pero sí que es cierto que la ilusión de poder sobrepasar el cerrojo neoliberal se ha visto de nuevo desmentida.
Esto plantea un problema importante para gran parte de la izquierda, cuyo principal referente (UP) se encuentra siendo partícipe de estos mecanismos. Varias son las reacciones que hemos identificado estas semanas: por una parte, se extiende un sentimiento de resignación parcial frente a los límites que impone el contexto de la pandemia y la crisis sanitaria. Por otro lado, una tendencia a glorificar aquellos logros que provienen de su participación en el ejecutivo (como las medidas sociales descritas anteriormente). Ambas actitudes desembocan en la justificación de la presencia de UP en el Gobierno, así como de los sapos que se está teniendo que tragar.
En un contexto de polarización creciente, esta dinámica puede tener un coste muy alto para las y los de abajo. Las movilizaciones promovidas por la extrema derecha en las últimas semanas persiguen, de nuevo el objetivo de ejercer como la principal fuerza de oposición, bajo una clave impugnatoria. Afortunadamente existe una parte de la población que les planta cara en la calle y denuncia sus discursos de odio (además de su irresponsabilidad sanitaria). Sin embargo, cabe preguntarse qué puede ofrecer UP ahora mismo a una población y unos movimientos que necesitan urgentemente un plan de rescate social. Lo acontecido en esta semana es la enésima confirmación del error que supone el sacralizar la vía institucional para el cambio social entrando en un gobierno con una correlación de fuerzas tan desfavorable como la de UP con respecto al PSOE. En este contexto, es preciso el establecer una agenda política de forma independiente a las necesidades del Gobierno, cuyo punto de partida sean las necesidades reales de la gente. Desde la izquierda radical urge el proponer una alternativa que permita defender los intereses de las clases populares. Algunos pasos ya se están dando, como el Plan de Choque Social promovido por movimientos y organizaciones al inicio del estado de alarma y la campaña de Anticapitalistas para que sean los ricos quienes paguen esta crisis.
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...quizás la más grande poetisa del caminar en el cine es la belga Chantal Akerman. Sus personajes cubren el rango de todas las variaciones posibles de este gesto. Marchan en líneas rectas y vagan en círculos. Sus humildes pasos, en el contexto correcto, artificial, pueden convertirse en arte performativo, o baile y canto. A veces son como los celebrados desvaríos que encuentran maravillas escondidas en rincones y esquinas de lo cotidiano; en otras ocasiones, se desplazan como autómatas, al cateo de su labor diaria; ocasionalmente están acompañados de tensión, incluso de amenaza.
La forma integral y no fragmentada de Akerman para filmar estas figuras caminantes –ya sea liderando en primera fila, siguiéndolas en un plano lateral (su plano característico) o quieto mientras desaparecen a la distancia o en la oscuridad- siempre enfatiza los pasos efectuados, uno a uno, y siempre registra el paisaje urbano que establece un camino para estos personajes y para el mundo de sonidos varios que los envuelve. Los característicos planos caminantes de Akerman enfatizan también el tiempo que toma cruzar incluso un corta distancia. Es una forma curiosa, muy modernista, de suspenso, que Jean Rouch inmortalizó en el experimento de planos largos de su contribución a Paris vu par… (1964), sobre el que Godard comentó: ¨Los segundos refuerzan los segundos; cuando realmente se acumulan, comienzan a ser impresionantes¨.
¿Por qué esta atención al caminar? Para Akerman, provee de un precioso continuo físico, un puente sin apuros entre universos: sus personajes cruzan literalmente el espacio que separa la factualidad de la vida cotidiana de la fantasía y la intriga de la ficción. Tal como para Wenders, Godard o Philippe Garrel, en el universo cinemático de Akerman una historia es a menudo un sinónimo de catástrofe, iniciada por una imprevista ruptura de la rutina, un taco alto que resbala en el pavimento, algún exceso o asimetría en los patrones conocidos de la vida. Por tanto, caminar también puede proveer de un regreso a salvo para sus personajes, un hilo de Ariadna que los devuelve a algún estado precario de estabilidad. Por medio de este entrar y salir, Akerman provee de un espejo para nuestra propia actividad como espectadores, en tanto negociamos las ilusiones y las seducciones de la narrativa.
Tal caminar es también emblemático del tono y tenor del universo fílmico de Akerman: una y otra vez enfatiza que se propone ubicarlo todo –lo mundano y lo dramático- en un mismo nivel no jerárquico, produciendo el efecto que Ivone Margulies llama ¨cotidiano hiperrealista¨. Esta factualidad –incluso, esta realidad plana- encuentra su imagen indeleble en el súbito cierre del musical Golden eighties (1986) cuando, en el plano final, Mado (Lio) sale por primera vez fuera del estilizado mall a una calle de Bruselas, y recibe el seco consejo de su padre acerca de poner los pies en la tierra y no en el verso que corona la canción que quedó colgando de la escena anterior, “When love comes along“.
También, caminar se vuelve integral a la visión de Akerman sobre las relaciones sexuales modernas, incluyendo Les rendez-vous d’Anna (1978), Toute une nuit (1982) y Nuit et jour (1991). Muchas de sus películas interrumpen la bendita soledad de un paseo con el goce o el terror de un rencontre. Súbitas e inesperadas ligazones con extraños pueden a veces conducir a los estados de retiro, hiper-defensivos y cuasi-catatónicos en su obra: la heroína de L’homme a la valise (1983), interpretada por la propia directora, se retira a un pequeño cuarto durante semanas y lo convierte en su hogar, su santuario y en una base de vigilancia cada vez más estrecha. Las políticas sexuales de estos malos encuentros, primero esbozados en su narración minimalista y experimental Je, tu, il, elle (1974), pueden parecer familiares y suficientemente depresivas: mujeres sensibles y heridas añoran un cuarto propio, mientras que los hombres con los que se topan son criaturas de terror, brutas, misteriosas, impulsivas.
A pesar de todo ello, Akerman es también una romántica –de un tipo peculiarmente cool, moderno, no sentimental– y los encuentros al pasar en su cine también están llenos de música y de la magia del azar, la esperanza, la añoranza. Sin embargo, intentar identificar las emociones en el cine de Akerman –de dónde vienen y cómo funcionan– es un negocio arriesgado, lleno de trampas. Algunos de los más devotos exégetas de Akerman han asumido una aproximación livianamente brechtiana al problema estético planteado por su obra: para la crítica australiana Laleen Jayamanne, por ejemplo –evaluando la actuación curiosamente cool y descentrada en la obra de Akerman en comparación con Bresson, las teorías de Michael Kirby sobre el teatro y Barthes en “Las muñecas o el Bunraku”– es simplemente evidente que “la concentración está en el gesto/la acción. Las emociones se cuidan solas”.
Acercarse a los filmes de Akerman a través de lo que sus personajes hagan, digan y sientan es la primera trampa que establece su obra, más que con muchos cineastas, incluso aquellos independientes-inconformistas como Werner Schroeter o Jacques Rivette, con quienes Godard se vincula gustosamente en su video Scénario du film Passion (1982). Hay un aspecto juguetonamente “impersonal” en sus filmes, un tipo de actualización postmoderna en el ethos de vida llena de dicha inmortalizado por Ophuls y Demy, testigo del primer plano de Golden eighties, que muestra a una mujer volviéndose de besar a un amante a besar a otro, apenas escondido fuera de cuadro; o el trío aliterativo de Nuit et jour, con Julie desplazándose sonámbulamente de ida y vuelta entre las camas de Jack y Joseph, y la puesta en escena de Akerman filmando reiteradamente los cuerpos de diferentes hombres en exactamente las mismas poses y desde los mismos ángulos, como esclavizada al eterno retorno de Nietzsche.
Tal indiferencia o subversión de los estrictos límites de la identidad personal rememora el liviano credo filosófico de Gilles Deleuze, al hablar de la necesidad de asir el poder de los perceptos y afectos e incorporarlos a nuestro pensamiento conceptual: “Los perceptos no son percepciones, son paquetes de sensaciones y relaciones que viven en forma independiente de quienquiera que los experimenta”. En este sentido, Akerman continúa la tradición de exploración inaugurada en el cine por Michelangelo Antonioni, para quien, en el tributo de Roland Barthes, “los dramas son igualmente psicológicos o plásticos”. La descripción de Antonioni de su estilo pictórico en El desierto rojo anticipa la imagen y sensación del universo de Akerman: “La abstracta línea blanca que ingresa a la película al inicio de la secuencia de la pequeña calle gris me interesa mucho más que el auto que va arriba: es una forma de aproximarse al personaje en términos de cosas, más que por medio de su vida”. En Akerman, tales “cosas” se convierten en conductores de delicadas emociones.
La correspondencia estilística entre Akerman y Antonioni no es exacta. Sí, la hay –abundantemente en, por ejemplo, Les rendez-vous d’Anna– las vistas arquitectónicas, los sitios que permanecen para la cámara antes y después de la intrusión de los seres humanos, los arreglos geométricos de punto y línea, los campos de color (los cafés y azules pálidos del hotel de Anna, bisectados por su chaqueta roja). Pero no existe la misma penetración laberíntica y barroca de un espacio escénico y cinemático como en Antonioni. La estética de Akerman comenzó como, y sigue siendo, una construcción áspera. A partir de una amalgama de Warhol, Snow, Godard, el pintor Edward Hopper y otras influencias, ella desarrolló un estilo basado en “la relación entre el filme y tu cuerpo, el tiempo como la cosa más importante en el filme, tiempo y energía” . El manifiesto cinemático de Akerman, en este sentido, es por cierto Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles (1975), lo más cercano a un clásico moderno que ella haya firmado.
En Akerman, el tenaz sentido de la duración, del “acontecer del tiempo”, está comprometido con una propensión (en la práctica, rigurosamente adherido a toda su carrera) a la frontalidad pictórica, no sólo en cuadros estáticos, sino que en sus famosos planos laterales de seguimiento (usualmente acompañando a aquellas amadas figuras que caminan). El sistema de plano-contraplano “sobre el hombro” es ajeno al cine de Akerman; la puesta en escena es creada a través del movimiento de un personaje después de un doble plano inicial, a una porción completamente nueva y nunca vista de espacio (interior o exterior). Y naturalmente, este trastorno pictórico de los calces de eje de mirada y su resultado (en la jerga teórica de los 70, el rechazo definitivo a la sutura) refuerza el sentido prevaleciente de (como una vez lo planteó Meg Morely) una “circulación… abruptamente cortada”, una “imposibilidad de diálogo, tanto entre los personajes en pantalla, como entre los espectadores y el filme”.
El estilo de Akerman es habitualmente llamado minimalista, pero esa descripción es un poco pobre, porque se puede perder los tipos esenciales y diminutos de narrativa y la tensión dramática en sus imágenes; y por sobre todo la fresca, fuerte e invaluable sensualidad de su estilo. Las sensaciones corporales, los ritmos y expansiones y contracciones del tiempo, energías de todos los tipos, humanas o no humanas, todas son palpables en su cine.
Pero la cuidadosa investigación de formas plásticas y las vertiginosas y fluctuantes emociones que pueden gatillar, no es para Akerman una mera abstracción teórica o un materialismo estructuralista. La combinación de añoranza cool moderna y romántico-nostálgica es un rasgo crucial de su sensibilidad artística. Akerman internaliza y proyecta en su arte, como si fuera su destino, una visión del ciudadano mundial del siglo XX: desplazado, nómade, sin raíces, “personas tan borradas (indéfinis) como yo misma”, según dijo al rememorar a la revista Camera Obscura su experiencia como una joven belga en fuga que se deja caer en el Soho de los 70. Una y otra vez el arte de Akerman retorna a este momento central y primario de la indefinición personal: al inicio de Histoires d’Amérique (1988) narra la parábola de generaciones sucesivas que olvidan progresivamente la ubicación de un árbol específico en un bosque particular a donde deben ir para recitar las palabras de un rezo perdido hace tiempo…
Akerman no rechaza enteramente la caracterización tradicional, ni los caminos convencionales del desarrollo de personajes en sus filmes, así como no rechaza la narrativa tradicional o el relato (Histoires d’Amérique, por ejemplo, es puramente un filme de tradición oral). Lo que Akerman gusta mostrar son personajes que están en proceso de convertirse en sí mismos, que no lo han logrado aún, que de alguna manera no tienen aún forma. Su filme más directamente autobiográfico, Portrait d’une jeune fille de la fin des années 60 à Bruxelles (1994), captura con mucha belleza esa cualidad joven de no estar formado y en potencia. Y hay algo terso y profundamente conmovedor en el modo final de autorretrato que esta cineasta establece como el único tipo aceptable en los últimos segundos de su collage para la tv Chantal Akerman par Chantal Akerman (1996): “Mi nombre es Chantal Akerman, vivo en Bruselas, es verdad. Es verdad”.
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