Tumgik
#Antes esto me chupaba un huevo ahora a está edad uno ve las cosas de otra manera
ramielok · 7 months
Text
Lo peor no es ser un infeliz es no saber que tiene que pasar o que objetivos tiene que perseguir uno para que esto cambie.
0 notes
lohagoxelvicio · 4 years
Text
Confinamieto y superficies de placer
Ahí está una vez más Laurita, Laura, Lau. Ya van varios fines de semana que siente la misma rutina y el peso de una invasión depresiva a la misma hora: viernes y sabados a las 20 horas sabe que se va a deprimir, entonces empezó a tratar de salir con un poco de ayuda. Se  toma un Jhony rojo cada fin de semana, es ideal para los días de frio. Tiene el vicio del whisky desde que cumplió 30. Hoy es su cumpleaños numero 34 y se regaló esa botella más unos chocolates ricos y amargos que van como piña.
Este año lo arrancó sola, separada, con la mitad de sus amigos del otro lado de la vereda, es decir, que se dio cuenta que no eran sus amigos, eran amigos de su ex. Ella es de esas personas solitarias porque no le queda otra opción, entonces pensó en que si va a ser ese cliché de persona recien separada y más sola que nunca lo va a hacer con todo el lujo de detalles.
Van a ser seis meses de su separación y ya van cincuenta días de aislamiento social en casi todo el mundo. Tiene una sola amiga que está casada y algunos conocidos que de vez en cuando se acuerdan de ella. El gato es la unica compañía, el unico ser a quien le puede decir mil veces al día Te Amo sin que se canse. Es un contexto complicado para estar separada. Ni bien se alejó de aquella ciudad y volvió a su pueblo natal ocurrió una pandemia que le impidió poder hacer todos los planes que tenía en mente: llegar como una torta empoderada a cogerse a las seis tortas que habitan los alrededores, armar orgias, clubs de lecturas eroticas, emprender nuevos proyectos, abandonar viejos y feos habitos, etc. Todos sus planes truncados, como el nombre de su ciudad fria y desolada.
Ella en Pico Truncado, el sur del país y su ex en Capital, bloqueada de todos lados pero menos del más importante: su cabeza.
Sus días de confinamiento arrancaron tranquilos, en la ciudad nadie estaba tan alarmado, y de todos modos ella no estaba con animos de pisar una vereda. Empezó su etapa fuerte con el alcohol y los habanos sabor chocolate.
Después siguió su adicción a la masturbación, tenía un cronograma planeado para cada momento, donde según ella, si lo hacía en determinado momento del día le daba más energías o menos chances de deprimirse. Trataba de hacerlo con ayuda de la pornografía para que no se le venga a la mente la imagen de su ex novia acabando mientras ella la penetraba ferozmente.
También se proveyó de un buen número de papel higienico y ya sabemos por qué. Cada noche amanecía con los bollitos al rededor de la cama y eso le traía muchos recuerdos, sobre todo en esa casa donde pasó su infancia y adolescencia como un niño, un varón reprimido y deprimido.
Jamás pensó que volvería a esa casa para volver a sentirse enjaulada, pero ahora que ya no es una joven “confundida“ y sabe mas o menos dónde está parada puede poner un poco más de límites, sobre todo a su madre que es la única que queda viva de sus progenitores. Su papá era un militar que para su suerte ya había fallecido hace cinco años. También estaba su tía Ingrid, que seguramente, pensaba Laura, ocultaba su lesbianismo y por eso quedó soltera viviendo  con su hermana mayor. Ahí se encontraba ella, entre dos señoras que forman parte del grupo de riesgo para una gripe rara que se lleva a la gente vieja.
Otra de sus etapas en el confinamiento fue la de intentar programar, hacer una app para tortas pueblerinas, puesto que hace años que no vive en Truncado y no conoce cómo es la movida LGBTIQ+ del lugar, a veces por esto extraña la ciudad. Extrañaba los bares gays, las fiestas que se estaba perdiendo ahora que era soltera y podía salir a darsela en la pera y terminar con un millón de chongas piolas y no terfs con las que tanto fantaseaba.
No puede poner música y bailar sola porque no tiene parlantes en la casa y porque su madre tiene 75 años y no sale del living y del noticiero que repite como un loro a toda hora la misma noticia.
Laurita, mi pobre chiquita le dice su tía Ingrid con voz de comprensiva cada vez que sale del cuarto ahora a las dos de la tarde, porque ahora entró a la fase en la que tiene que dormir mucho para no extrañar, para no pensar en su ex, en cómo, dónde y con quén estará. Seguro ya consiguió con quien pasar la cuarentena, me siento un ser absolutamente reemplazable ¿por qué no me busca? ¿por que no me pregunta cómo estoy? ¿ya se olvidó de mí? ni si quiera me dice que mis hormonas están aun en la que era nuestra casa a salvo esperando para que vaya a aplicarmelas ella, con toda su santa paciencia, piensa Laura en voz baja mientras acaricia una foto en su computadora con el cursor del mouse. Esa carita rubiecita, esas pequitas, esos rulitos, esas cejas disparejas, esas pestañotas, y esa boca que se abría tan grande cada vez que le hacía sexo oral. Laura no puede evitarlo y ahora llora, llora como un viejo alcoholico en uno de esos bares de viejos que son adictos al vino en dama juana, las canciones tristes y la timba.
Se siente sola. Las redes no ayudan. Se da cuenta que no tiene ni una sola amiga a su alrededor, nadie con quien hacer una miserable video llamada, nadie más que un viejo compañero de colegio que hace unos años la contactó por facebook y le confesó que era gay, algo que no era una novedad para Laura porque su radar siempre se lo afirmó. Martín, que ahora vive en Esquel la llamó un sabado a la noche y esa fue la unica videollamada ultra aburrida donde se la pasó contándole qué fue de sus viejos compañeros, que obviamente a ella les chupaba un tremendo huevo. Muchos terminaron siendo policias, otro terminó en el ejercito y trabaja ahora en Campo de Mayo, es al que mejor que fue porque vive en capital, le dice Martin. Y el resto de sus compañerxs fueron padres y madres a temprana edad y ahora se ven como muy adultos con más de un hijo que mantener. Ella cree que tuvo una buena vida comparada a eso: primero el cambio de género, después haber viajado y con su compañera de tantos años, tuvo gatos hermosos, amigos, salidas. Mientras Martin sigue contandole chismes que no le interesan ella piensa en que su pasado no estaba nada mal y que ahora no solo lo extraña sino que necesita recuperarlo. Pero hoy el presidente va a anunciar que la cuarentena seguro se extiende y ella no tiene donde caerse muerta en Capital.
Esoy acá para reencontrarme conmigo misma, se dice en el espejo y toma el vaso con su querido whisky sin hielo y trata de pasar el trago amargo de esta circunstancia, con canciones tristes, si la vamos a hacer hagamosla bien, dice.
Ya algo ebria decide que es momento de hacerse una paja y va al baño, está un poco ebria para subir las escaleras. Su mamá y su tía duermen arriba, la casa esta en silencio. Afuera un frio que te hiela los huesos.
Al bajar nuevamente y sentarse al lado del fuego agarra su celular y en twitter descubre a una trabajadora sexual ofreciendo sus servicios por webcam. Necesita que alguien le hable, aunque sea a traves de una pantalla, necesita escuchar otra voz que no sea la de su cabeza. Entonces sin dudarlo le escribe y arreglan para dentro de una hora. La chica tiene que arreglarse, y mientras, le pasa los medios de pago a Laura.
Es una chica de unos veinte años, tiene el pelo de colores, piercings en la cara y muchos tatuajes. Le brinda un servicio que la deja con una erección importante mientras la ve desnuda en esa aplicación. Laura no veia una concha hace meses, se muere de ganas de que la chica traspase la pantalla y venga a sentarse sobre su cara y poder sentir toda la humedad que habita en ese pequeño  coño depilado a la perfección y con un corazón teñido de fucsia. Ahora su dulce servidora la sorprende con un tema de virus, superficies de palcer suena desde el otro lado donde ella se encuentra y trae con ella un montón de juguetes. Se pone en cuatro frente a la camara y se ve su concha bien dilatada por la que entra un dildo rosa de sailor moon, Laura se calienta como nunca y empieza a desvestirse porque al principio le daba pudor. Estaba haciendo el famoso sexting que dias atras se habia hecho tan popular en la voz y sugerencia de un señor del gobierno. En ese momento se imagina tirando de las dos colitas que se hizo en el pelo su Dulce Servidora. Los pezones de Laura estaban parados, se llevaba un dedo a la boca y la trabajadora sexual también, cada vez más profundo entraba ese dildo y ella cada vez mas lubricaba su orificio anal para introducir ese rosario multicolor adentro, bien profundo. Laura ante esta imagen no lo podía creer, primero porque al fin no se pajeaba pensando en su ex y segundo porque ya iba a ser la tercera vez que acababa ahi tirada en un sillon sentada frente al calor de su hogar encendido como ella.
—Ahora quiero que me digas muchas cosas sucias, mientras jugas, decime todo lo que me harías. Le dice Laura
Y Dulce Servidora cambia de plano y agarra un dildo celeste muy lindo y grande, lo agarra como si éste fuese un microfono y le dice todas las guarradas que Laura necesitaba escuchar de alguien. La voz de la chica a traves de sus auriculares le resulta como una caricia orgasmica para sus oidos, tiene una voz de puta hermosa y a la vez muy angelical. Ahora Dulce dejó de hablarle para meterse adentro de la boca todo el dildo saborizado.
— Quiero que me muestres tu pija bien puesta, quiero jugar un ratito a que la tengo adentro de mi boquita. Le dice a Laura
Y ella prepara su plitoris y se toca las tetas que la hacen sentir tan orgullosa, ese cuerpo ahí caliente en medio de toda la patagonia es capaz de derretir glaciares. Sólo se detiene a ver a su chica, observa el movimiento de sus labios y su mirada penetrando la pantalla directamente a sus ojos. No lo puede creer. Con esa imagen acaba nuestra querida Laurita por ultima vez.
Hablaron un rato, Dulce le preguntó cómo se había sentido y si la pasó bien, lo cual era obvio para Laura, que quedó muy conforme y satisfecha con su servicio y luego de cortar la videollamada y pagarle se replanteó si después de este confinamiento y de todo este aislamiento realmente será necesario exponerse al tacto con otra piel y toda la complejidad que el mundo humano allá afuera presupone.
¿cómo vamos a concebir el sexo, el habitar otro cuerpo después de esto? ¿nos acordaremos de lo que es acariciarnos? Si ahora con un me gusta esperamos expresarnos y decirnos a traves de pantallas lo mucho que nos deseamos.
Laura cerró su laptop y tomó las ultimas gotitas de ese whisky rico para encarar el sueño con una sonrisa en sus labios y el recuerdo del pubis depilado y con forma de corazón rosa de Dulce, su nueva superficie de placer.
3 notes · View notes