#AU: Rookwood-Harrington Family
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Ecos del Pasado: El Legado Rookwood-Harrington
Prólogo
En el laberinto de pasillos serpenteantes y habitaciones llenas de secretos del Ministerio de Magia, Alastar Rookwood encontró finalmente su lugar. En 2026, fue contratado como Inefable de la Cámara del Tiempo en el Departamento de Misterios. Alastar había soñado con este momento desde su infancia, a pesar del oscuro estigma que siempre acompañó a su apellido, vinculado con los Mortífagos de Voldemort. Fue una lucha constante, una batalla silenciosa por demostrar su valía y romper con el pesado legado de su familia.
Sus días se llenaban de investigaciones sobre los misterios del tiempo, estudiando con fervor artefactos antiguos y delicados encantamientos. Pero no todo en su vida giraba en torno a su trabajo. Fue en esos mismos pasillos del Ministerio donde conoció a Noelle Harrington, una valiente aurora del Departamento de Seguridad Mágica. La relación entre ellos floreció, a pesar de sus turbulentas idas y venidas. En 2028, en su acogedora cabaña en Feldcroft, Alastar le propuso matrimonio a Noelle, y ella, con una sonrisa radiante, aceptó sin dudarlo.
Pasaron dieciocho años desde aquel momento. Alastar y Noelle se convirtieron en pilares del Ministerio de Magia, cada uno desarrollando su carrera con dedicación y pasión. Juntos, tuvieron tres hijos que llenaron su hogar de alegría y desafíos:
Xander Rookwood-Harrington: Con 17 años, Xander se destacaba por su talento artístico, una pasión que compartía con su madre. Seleccionado en la casa de Hufflepuff, sus habilidades con los encantamientos y las transformaciones eran impresionantes. Su sueño era convertirse en un pintor de cuadros mágicos, capturando la esencia del mundo mágico en lienzos encantados.
Kellan Rookwood-Harrington: 16 años, Kellan seguía los pasos de su padre con una fascinación por la magia, la alquimia y las pociones. Elegido para Ravenclaw, era el más hábil con la magia entre los tres hermanos, destacándose por su dedicación y conocimiento avanzado para su edad. Su meta era clara: convertirse en Inefable, al igual que su padre, y desentrañar los secretos más profundos del mundo mágico.
Maisie Rookwood-Harrington: La más joven de los hermanos, con 15 años, Maisie siempre la consentida de su padre con una personalidad feroz y dominante, heredada de su madre. Aunque pequeña, era todo menos indefensa. Seleccionada en Gryffindor, su determinación era inquebrantable, siempre lograba lo que se proponía con una persistencia admirable. Su sueño era convertirse en aurora, siguiendo los pasos de Noelle.
En medio de las aguas turbulentas del Mundo Mágico y futuros desafíos, los hermanos Rookwood-Harrington se enfrentarían a una aventura que desafiaría las leyes del espacio-tiempo. Una misión guiada por el amor y el dolor de haberlo perdido todo.
Antecedentes
Septiembre de 2046 marcó el inicio de una serie de eventos que cambiarían para siempre el destino de la familia Rookwood-Harrington. Una alerta emitida por Alastar Rookwood resonó en el Departamento de Misterios: una severa cantidad de Giratiempos había sido robada. El Departamento de Seguridad Mágica, liderado por la valiente aurora Noelle Harrington, se encargó de resolver este enigma y capturar a los culpables.
Diciembre de 2046 trajo consigo las primeras pistas. Los aurores, siguiendo el rastro de los ladrones, llegaron a un pueblo abandonado en las afueras de Gales. Lo que parecía un plan bien trazado para capturar a los criminales se convirtió en una trampa mortal. Una batalla mágica se desató, y en medio del caos y los hechizos cruzados, Noelle Harrington cayó en combate, sacrificando su vida por la justicia.
Fue un periodo oscuro para la familia Rookwood-Harrington. Devastados por la muerte de Noelle, pasaron tres meses de luto absoluto. Alastar perdió toda luz en su rostro, sumido en una tristeza profunda. Sus hijos, Xander, Kellan y Maisie, igual de afectados, regresaron a Hogwarts tras las vacaciones de invierno, llevando con ellos el peso de la pérdida.
La tristeza de Alastar lo llevó a tomar una decisión desesperada. Perdido en su dolor, buscó la forma de rasgar el velo del espacio-tiempo en la Cámara del Tiempo, con la esperanza de viajar al pasado y salvar a su amada Noelle. Sin embargo, las cosas salieron terriblemente mal. El velo espaciotemporal se rompió, en el proceso haciendo desaparecer a Alastar de la existencia. La ruptura provocada fue tan severa que obligó al Ministerio de Magia a clausurar la Cámara del Tiempo hasta encontrar una forma de cerrar la brecha.
Los hermanos Rookwood-Harrington recibieron la devastadora noticia en Hogwarts. No sólo habían perdido a su madre, ahora también a su padre. Huérfanos, enfrentándose a un futuro incierto y lleno de desafíos. Sin embargo, en medio de su dolor, la determinación y el legado de sus padres les daría la fuerza para seguir adelante, y embarcarse en una misión a través del tiempo para salvar a Alastar y Noelle de la muerte.
Capítulo 1: La Decisión Ineludible
La tristeza se cernía sobre el hogar de los Rookwood-Harrington como una sombra implacable. Los hermanos Xander, Kellan y Maisie se habían sumido en un dolor profundo tras la trágica muerte de su madre y la enigmática desaparición de su padre. Pero, bajo esa pena, una llama de determinación ardía con intensidad. Sabían que no podían resignarse a perder a sus padres para siempre, mientras hubiese un mínimo rasgo de esperanza para recuperarlos ninguno de ellos bajaría los brazos.
Una noche fría de marzo, mientras el castillo de Hogwarts dormía en silencio, los tres hermanos se reunieron en una de las aulas abandonadas del castillo. Xander, el mayor, llevaba la carga de la responsabilidad en sus hombros y, con voz temblorosa, rompió el silencio.
—No podemos seguir así —dijo, sintiendo la desesperación en cada palabra—. Tenemos que encontrar una manera de traer a mamá y papá de vuelta. No pueden irse para siempre, papá... él encontró una solución, él siempre encuentra una solución.
Kellan, siempre analítico y meticuloso, asintió con gravedad.
—He estado investigando sobre la brecha espaciotemporal en la Cámara del Tiempo. Papá sabía lo que hacía cuando intentó viajar al pasado, pero algo debió salir mal... lo importante es que la brecha parece estar estable por ahora. —murmuró, como si temiera que sus palabras pudieran desvanecerse—. Si logramos colarnos en el Ministerio de Magia, podríamos usarla para viajar al pasado y arreglar todo esto.
Maisie, la más joven, sintió un torbellino de emociones en su interior. La impotencia, la rabia y la tristeza se mezclaban en un cóctel amargo. Apretó los puños con fuerza, intentando controlar sus lágrimas.
—Haremos lo que sea necesario —dijo con voz firme, tratando de infundir valor a sus hermanos—. Salvaremos a mamá y papá como sea.
Xander miró a Maisie con preocupación. La idea de exponerla a un peligro tan grande le resultaba insoportable.
—Maisie, esto es muy peligroso. No podemos arriesgarte a ti también. Es suficiente con que Kellan y yo vayamos —sentenció, intentando ocultar el temblor en su voz.
Maisie sintió una punzada de frustración y tristeza. Quería ser parte de aquella misión, ayudar a sus hermanos a salvar a sus padres. Pero sabía que no la dejarían ir, y la sensación de impotencia la abrumaba.
—¡Pero yo quiero ayudar! —replicó con fiereza, su voz quebrándose—. ¡Puedo ser tan útil como ustedes!
Kellan, consciente del riesgo que corrían, se acercó a su hermana y le puso una mano en el hombro, un gesto calmo en su rostro casi tan parecido a los que Alastar solía darle.
—Sabemos que eres capaz, Maisie, pero no podemos arriesgarnos a perderte también. Mamá y papá no lo permitirían.
—¿Y si los pierdo yo a ustedes?—replicó con fiereza, su voz quebrándose—. ¿Y si me quedo sola? Son lo último que me queda...
—No nos perderás, volveremos por ti, es una promesa— Agregó Kellan inmediatamente abrazó a su hermana, Xander se unió a ellos tras apenas un segundo.
Maisie asintió, fingiendo aceptar su decisión. Pero, en su interior, una resolución férrea se formaba. No se quedaría al margen mientras sus hermanos se enfrentaban a un peligro tan grande.
Durante las semanas siguientes, Xander y Kellan prepararon pociones de invisibilidad y practicaron encantamientos desilusionadores para pasar desapercibidos. Maisie, mientras tanto, ideó su propio plan. Esperó pacientemente el momento adecuado para actuar sin ser detectada.
La noche de la incursión, aprovechando una excursión escolar a Hogsmeade, los dos hermanos mayores se despidieron temporalmente de Hogwarts y se dirigieron a Londres, sin darse cuenta de que Maisie los seguía de cerca. La joven Gryffindor usó una poción de invisibilidad para ocultarse y se coló detrás de ellos en el Ministerio de Magia con la determinación de no dejarlos ir solos.
La entrada al Ministerio de Magia era imponente, pero Xander, Kellan y Maisie, con el corazón latiendo con fuerza, lograron infiltrarse gracias a sus habilidades mágicas y el conocimiento de haber estado en aquellos pasillos varias veces en el pasado gracias a sus padres. Avanzaron en silencio por los rincones hasta llegar al Departamento de Misterios. La Cámara del Tiempo los esperaba, imponente y misteriosa.
Kellan, el más versado en magia, se acercó a la brecha espaciotemporal. Un desgarro en el aire que vibraba fuertemente, era como si un pedazo del espacio hubiese sido rasgado hasta quedar solo un fino velo de color oscuro y turbio.
—No estoy seguro de cómo direccionar el viaje, pero no tenemos otra opción —murmuró, observando a su hermano— Pero si funciona remotamente como todo en la magia solo debemos pensar a que tiempo queremos ir.—
Con un último vistazo de determinación entre ellos, los hermanos se tomaron de las manos y dieron un paso hacia la brecha, Maisie sin dudarlo se aferró a las túnicas de sus hermanos lanzándose junto a ellos. Un torbellino de colores y luces los envolvió, y en un abrir y cerrar de ojos, se encontraron en un lugar desconocido.
Fue casi como ser desdoblado por la aparición, los alrededores eran exactamente iguales a donde se encontraban hace apenas unos segundos, la Cámara del Tiempo, sin embargo esta vez no había brecha.
—¿Qué hacemos ahora? —preguntó Xander, sintiendo la preocupación latir en su pecho.— ¿Funcionó?
—Creería que sí, la brecha ya no está —respondió Kellan pero la verdad es que no estaba muy seguro.— Salgamos de aquí antes de que alguien nos vea, ya podremos averiguar más fuera de aquí.
Maisie, aún invisible, observó a sus hermanos desde las sombras. Sabía que era el momento de revelar su presencia.
—¡Estoy aquí! —exclamó, un movimiento de su varita removiendo la invisibilidad que la ocultaba. Xander y Kellan la miraron sorprendidos y, por un momento, enfadados.
—¡Maisie, te dijimos que no vinieras! —recriminó Kellan, su voz llena de tensión.
—No podía quedarme atrás —respondió ella con determinación—. Somos una familia, y vamos a arreglar esto juntos.
Xander suspiró, sabiendo que discutir no serviría de nada. Cuando se trataba de Maisie ninguno de los dos hermanos mayores tenían autoridad alguna, ella era al igual que su madre, una fuerza incontrolable de la naturaleza. Además, ya estaban allí, no era como si pudiese enviarla devuelta.
—Salgamos de aquí antes de que nos descubran.—concluyó Xander ya resignado. Los tres hermanos entonces volvieron a ocultarse bajo encantamientos desilusionadores saliendo de las profundidades del Departamento de Misterios solo para encontrarse en un extraño pero familiar Ministerio de Magia.
Al llegar al atrio ya no necesitaban ocultarse más por lo que aprovecharon a mezclarse entre los magos. Kellan rápidamente tomó uno de los periódicos del Profeta que una bruja pasaba repartiendo en la fuente principal. Lo que allí leyó lo hizo pararse en seco en el sitio, Xander y Maisie se detuvieron unos pasos más adelante y se giraron para mirar el pálido rostro de Kellan.
—Estamos en el 2026 —Los tres hermanos se miraron con terror e incertidumbre. No habían viajado apenas unos meses atrás para salvar a su madre, habían viajado años.
¿Qué demonios habían hecho?
#AU: Rookwood-Harrington Family#ch: Alastar Rookwood#ch: J. Noelle Harrington#ch: Xander Rookwood-Harrington#ch: Kellan Rookwood-Harrington#ch: Maisie Rookwood Harrington#Ecos del Pasado: El Legado Rookwood-Harrington
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Ecos del Pasado: El Legado Rookwood-Harrington
Capítulo II: El Velo del Tiempo
Los tres hermanos Rookwood-Harrington, Xander, Kellan y Maisie, se encontraban en el año 2026, mucho más atrás en el tiempo de lo que habían planeado. El atrio del Ministerio de Magia se veía tanto familiar como extrañamente nuevo para ellos. Aunque los magos y las brujas que lo recorrían eran los mismos tipos de personas que veían a diario, había algo inconfundiblemente diferente en el aire, una tensión constante a la que no estaban acostumbrados.
Kellan, fue el primero en notar la expresión de desconcierto en los rostros de Xander y Maisie.
—Estamos en el año 2026 —repitió Kellan, sosteniendo el periódico con manos temblorosas.
—¿Se suponía que teníamos que viajar tan atrás? —preguntó Maisie con una mezcla de terror y preocupación.
—¿Y si nos comunicamos con los Inefables de este tiempo? —dijo Xander, tratando de mantener la calma aunque esa determinación no se reflejaba en su rostro—. Tal vez puedan ayudarnos en como resolver esto.
Los tres parecían coincidir de que aquella era la mejor solución, después de todo ¿se habían equivocado no? No podían enjuiciarlos por meterse con la delgada tela del tiempo ¿verdad?
Kellan parecía más nervioso que antes en lo que los tres hermanos se movían por los pasillos del Ministerio dispuestos a encontrar a algún Inefable en el que pudieran confiar para que los ayudara y mientras más lo pensaba más le parecía una pésima idea.
—¡Esperen!— Maisie tomó del cuello de las túnicas a sus dos hermanos y los jaló directo detrás de un pilar. Kellan y Xander miraron a su hermana como si se tratara de un auténtico troll.
—¿Qué demonios, Maisie?— Gruñó Xander pero la menor de los Rookwood-Harrington obligó a su hermano a mirar hacia el lado contrario, el sitio hacia donde iban.
—¿Ese es...?— Preguntó Xander en un susurro.
—Sí, el tío Darren.— Respondió Kellan algo perplejo.
—Se ve muy joven— Agregó Maisie sin creerse la jovialidad en tu tío favorito, Darren era en su tiempo alguien con una personalidad tan descontracturada y libre como la de cualquier joven de su edad pero esta vez hasta su apariencia concordaba con esa descripción.
—¿Crees que podemos pedirle ayuda? Digo... si alguien sabe como resolver casos complicados es el ¿no?— Concluyó finalmente Xander observando a sus hermanos, era peligroso arriesgarse a tener contacto con personas del pasado pero no tenían alternativa, ninguno de ellos había planeado viajar tan atrás en el tiempo.
—¡Xander eres un genio!— Exclamó Kellan con entusiasmo pero Xander no parecía entender demasiado a que se refería su hermano con "ser un genio" así que simplemente esperó a que terminase la idea. —¡Necesitamos al tío Soren! El es vidente, si alguien puede ver a través del velo del tiempo ¡es él! y Darren puede llevarnos directo a Soren.
—¿Y qué vamos a decirle? "Hola Darren, somos tus sobrinos y venimos del futuro pero no sabemos como regresar ¿crees que podrías ayudarnos?"— Dijo Maisie con incredulidad, la verdad no habían pensado demasiado en ese plan de viajar al pasado, aunque para ser honestos jamás habían planeado caer en el año 2026 para empezar.
—Por supuesto que no, Darren no puede saber quienes somos... de hecho nadie debería saberlo. El hecho de que no existamos en este tiempo nos da la ventaja de no tener que estar ocultándonos de nuestros doppelgängers pero revelar algo por más mínimo que sea podría cambiarlo todo en el futuro.— Dijo Kellan mirando a sus dos hermanos que frunciendo el ceño como si hubiesen nacido con esa misma expresión se quedaron en silencio esperando que Kellan les dijera como demonios iban a hacer entonces para pedir ayuda. —¡Soren! ¡Él es la clave!— Agregó exasperado
—Kellan de verdad, si no empiezas por explicarlo yo misma te devolveré a nuestro tiempo de una patada— Intervino Maisie que ya estaba perdiendo la paciencia, Xander a su lado alzó una ceja pero no agregó nada al respecto, la menor de los hermanos ya había dejado bastante en claro su punto.
—Es una teoría en la que papá estuvo trabajando, me la contó hace algunos años cuando le pidió a tio Soren si podía ir a la Cámara del Tiempo de vez en cuando para trabajar con su don. Los Videntes pueden ver a través del velo del tiempo, para ellos no existe pasado, presente o futuro ya que el tiempo solo es una ilusión autoimpuesta. Todo lo que existe, existió o existirá está sucediendo ahora mismo y los Videntes son capaces de acceder a ello, por eso aunque un "viajero del tiempo" le cuente los hechos más desastrosos y terribles del futuro no pasará absolutamente nada con la integridad del velo del tiempo.— Kellan era, como su padre, todo un aficionado y cuando se ponía a explicar algo no había como detener su emoción al hacerlo. Sin embargo, la cara de Xander y especialmente la de Maisie no hacían más que mutar en una exasperación por no entender absolutamente nada de lo que estaba intentando decir.
—Kellan... estás hablando en duendigonza otra vez. —Murmuró Xander poniendo una mano en el hombro de Maisie y adelantándose a ella antes de que la pequeña demonio decidiera dejar a su hermano sin cejas. Kellan por su parte soltó un largo suspiro, a veces olvidaba que con el único que podía debatir por horas sobre ese tipo de temas era con su padre.
—Si hablamos con Soren no ocurrirá ningún cambio en el futuro porque él ya es capaz de acceder a este, ver todas las variantes, podría incluso guiarnos sobre que cambios hacer aquí y ahora para que mamá y papá no mueran. Es como un GPS muggle, pero del tiempo.— Resumió Kellan y finalmente la expresión de sus hermanos se relajó cambiando a una determinante y segura.
—Solo hay un problema...— Agregó Xander y los demás lo miraron algo extrañados. —¿No se supone que el tío Soren es una especie de pandillero en esta época?—
—¡No es un pandillero!— Recriminó Maisie dándole un puñetazo en el hombro a Xander como si hubiese insultado a su propia madre. —Él dijo que cometió errores en el pasado y se asoció con la gente equivocada ¿Qué tan malo puede ser?—
—Maisie, él te enseñó a arrojar cuchillos, yo creo que bastante malo— Recriminó Xander y se alejó antes de que la menor pudiese darle otro golpe.
—Son kunai, no cuchillos— respondió con un bufido en lo que Kellan intervenía antes de que se quedarán allí una hora discutiendo.
—No hay otra opción, es el único vidente real que conocemos, tendremos que arriesgarnos. Si es mínimamente como el tio Soren que conocemos, nos ayudará—
Un leve silencio se formó entre los tres, el aire cortándose a su alrededor, finalmente los tres asintieron acordando en que aquella era su mejor opción para resolver el problema en el que estaban metidos.
Pero primero tenían que ver como harían para convencer a Darren de llevarlos con Soren.
with love <3 @sweetm3lody
#AU: Rookwood-Harrington Family#ch: Xander Rookwood-Harrington#ch: Kellan Rookwood-Harrington#ch: Maisie Rookwood Harrington#Ecos del Pasado: El Legado Rookwood-Harrington
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Ecos del Pasado: El Legado Rookwood-Harrington
Capítulo III: El Encuentro Inesperado
Los hermanos Rookwood-Harrington —Xander, Kellan y Maisie— avanzaban cautelosos hacia Darren, cuidando cada paso para no revelar más de lo necesario sobre su verdadera identidad. Se desplazaban con sigilo por el atrio del Ministerio de Magia, observando a su tío, absorto en sus pensamientos.
—Vamos, tenemos que actuar con naturalidad —murmuró Xander, esforzándose por mantener la calma mientras sus hermanos lo seguían de cerca.
Kellan, con la mirada fija en Darren, evaluaba el momento exacto para acercarse sin levantar sospechas. Los tres avanzaban con lentitud, evitando atraer la atención de los demás empleados ministeriales.
—Disculpe… señor, ¿podría ayudarnos con algo? —preguntó Kellan, su voz firme pero amigable, intentando no delatar su nerviosismo.
Darren levantó la vista, sorprendido por la presencia de los tres jóvenes. Miró por encima de su hombro, buscando alguna otra persona mayor a quien pudieran estar dirigiéndose. Pero no había nadie más y frunció el ceño.
—¿Señor? —repitió con curiosidad.
Maisie le dio un codazo en las costillas a Kellan, que mantenía la compostura. Luego, con una sonrisa que sabía cómo usar para sacar ventaja, Maisie clavó sus brillantes ojos verdes musgo en Darren, la cara que usaba siempre para chantajear a su tío a fin de cuentas.
—Estamos buscando a alguien... quizá lo conozca —empezó a decir. Pero antes de que pudiera continuar, la mirada de Darren se desvió hacia un punto en la distancia y su expresión se transformó por completo.
—¡Ellie! —exclamó, levantando una mano en el aire. Su ceño se frunció ligeramente al mirar a la mujer que se acercaba, para luego alternar su atención entre ella y Maisie. Confundido por un momento, terminó encogiéndose de hombros antes de dedicarle una sonrisa a la mujer que avanzaba hacia ellos.
El cuerpo entero de los tres hermanos se tensó. Sentían como si la sangre se hubiera congelado en sus venas. Maisie, que hasta el momento parecía imperturbable, buscó la mano de Kellan y la apretó con fuerza. Un ardor que quemaba sus ojos con la fuerza de cien fuegos malditos la hizo luchar por mantener la compostura.
"No importa dónde estén, siempre se tendrán el uno al otro." Susurró la dulce voz de Noelle a los dos niños sentados junto a ella en el acogedor sofá. La cálida sala de su hogar en Feldcroft, el crepitar del fuego en la chimenea, y Noelle, con su habitual ternura, acariciando el cabello de una pequeña Maisie que dormía en su regazo. —Los niños del pueblo le dijeron cosas feas a Maisie, mamá —había explicado Xander entonces, con enojo evidente en su voz. Cruzado de brazos, miraba a su hermana menor dormir—. Cuando la encontramos ya era tarde... la habían hecho llorar. —Maisie es más fuerte de lo que creen. Pero, estoy segura, agradeció mucho que fueran ustedes quienes la encontraran —respondió Noelle con una cálida sonrisa, acariciando el rostro de su hijo mayor. Kellan interrumpió: —Bueno, también pateó a uno de los chicos en la rodilla, hizo que llorara... pero fue después de que le dijera cosas malas. Se lo merecía. Noelle reprimió una risa. —Aunque no hubiesen llegado a defenderla en ese momento como querían, hicieron algo más importante. — Dijo mirando a ambos muchachos y sonrió de lado haciendo una leve pausa al ver que no entendían a que se refería exactamente. —Cuando llegaron aquí ella ya no lloraba, lo que esos niños le dijeron no fue tan importante o relevante como el apoyo de sus hermanos. Solo deben estar ahí para su hermana cuando lo necesite, deben estar allí para cada uno de ustedes cuando lo necesiten. Xander y Kellan, sentados junto a su madre, dejaron caer una mano sobre la de Maisie. Cerraron los ojos y se apoyaron en los hombros de Noelle, permitiéndose disfrutar por un momento la calidez del hogar, el olor dulce de su madre, y todo aquello que hacía que su ella fuera, simplemente, Noelle.
Kellan apretó con fuerza la mano de Maisie y la miró de reojo. Él mismo luchaba por contener el nudo que se le formaba en el pecho, pero en su hermana, ese mismo nudo parecía estar ahogándola a plena luz del día, imposible de disimular. Xander, armándose de valor, tomó la iniciativa. Se giró rápidamente, y el estómago se le revolvió al ver a Noelle apenas a unos metros de distancia: joven, radiante... viva.
—Estamos buscando a Soren —soltó, invadido por los nervios y la presión que sentía en el estómago.
Quería correr hacia ella, abrazarla como siempre lo había hecho. Decirle cuánto la extrañaba, confesarle que jamás le había dicho lo suficiente cuánto la amaba. Quería decirle que era la mejor madre del mundo y que su muerte había dejado un vacío irreparable. Quería confesar que no había podido volver a tocar sus pinturas desde entonces, que se le rompía el alma cada vez que escuchaba a Kellan sollozar en silencio por las noches creyendo que nadie lo oía. O que le dolía ver cómo Maisie había perdido la chispa que la hacía tan única, tan increíblemente parecida a su madre.
Quería decirle todo eso y más, pero no podía. Simplemente no podía. Y aunque hubiese podido, aquella Noelle ni siquiera lo conocía. No tenía idea de quién era él, el niño al que alguna vez había dicho que cuidara de sus hermanos cuando los despidió en su primer año juntos en Hogwarts. Él, el mayor, que ya llevaba tres años en el castillo, le había prometido protegerlos, y seguiría cumpliendo esa promesa, incluso ahora.
—¿Qué dijiste? —La voz no pertenecía a Noelle, sino a Darren. Su tono no tenía nada de tranquilo, más bien sonaba sorprendido, incluso preocupado.
Noelle, por su parte, cambió su expresión en un instante tras escuchar a Xander. Sus ojos reflejaban algo entre la confusión y la alarma.
Habían metido la pata.
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