#AU bnha
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Boxing AU
#bnha#mha#boku no hero academia#au bnha#my hero academia#aizawa#aizawa shouta#eraserhead#hitoshi shinso#shinso#my art#art#anime#leynr17
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does anyone want to see the design i ' m doing for my au ' s deku ? no ? . . okayu
idc . . looks how cute he loooooks s s s
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Okay Bakugou AU where he makes BattleBots and fights them, and you’re the new engineer hired to help engineer his new bot. His bots name is ground zero. You’re shy but confident in your skills, and you don’t take his harsh attitude to heart. He wants to create the best BattleBot ever, a hybrid to rival all other hybrids. He wants to be better than the All Might team and their bot One for All. His team is made up of you, Kirishima, Denki, Sero, and Deku. He and Deku fight like crazy, but they work well together on the controls. Mina handles social media and sponsors. Todoroki is begrudgingly on his dads team and the bots name is Endeavor. Okay imma stop now.
#okay I really need to stop with my love of BattleBots#but it’s such a cute idea#AU Bakugou#AU MHA#AU BNHA#katsuki bakugou#Bakugou x reader AU
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AÚN PODEMOS SEGUIR - OC MALE X YAOYOROZU MOMO
ATTENTION, PLEASE!!!
English is not my native language, my English is very basic that's why this fanfic is in Spanish, and I don't trust Google Translate at all when it comes to very long texts. If you want it translated by Google, it's on AO3.
Capítulo 2
Al cerrar la puerta, escucho las voces de sus vecinos entre murmullos más no le puso mucha atención, alejándose de la puerta unos pasos atrás, volvió a la joven, quien mira todo con detenimiento, en una mezcla de sorpresa y curiosidad, casi queriendo preguntar cada cosa que veía a su paso, al voltear a su dirección, se asustó y se volteo a otro lado, casi pareciendo un soldado.
«Quizá no sea de aquí » pensó Max, tal vez no es de Japón y es la primera vez que ve un departamento tradicional japonés, lo mismo pasó con él.
—¿Quieres sentarte? — le preguntó de repente, la joven mujer dio media vuelta, sorprendida —. Claro si quieres, en la mesa o en la sala — solo movió la cabeza para señalar ambos lados.
Momo voltio a ver ambos, pensándolo brevemente —.Esta bien en la mesa — se sentó en la una silla, Max prefirió mantener la distancia, sentándose en el brazo del sillón individual, se recargo ligeramente; no es mucha distancia y al menos no incomodaría a la mujer que tiene enfrente, ella en cambio, lo miró confundida pero no quiso preguntar.
Ahora tiene que pensar que puede preguntarle, dónde iniciar sin meterse en problemas; aún tenía la ropa sugerente de ayer, pero la diferencia tan marcada y destaca son sus cuernos y su cola, no los tenía.
Su cola, moviéndose de un lado a otro, sin hacer movimientos bruscos, los cuernos sobre salían de su cabellera oscura, si bien estos son del mismo color y carecen de brillo, destacaba entre los diferentes tonos de negro bajo la luz de los focos de su departamento y la luz del sol que salia en alguna de las ventanas, parecian tan reales… negó por sus adentros, eso lo dejaría para después, ahora tiene que pensar que puede preguntar y no ser tan directo o frío.
—¿Y bien? ¿Qué te trae por aquí? — fue lo primero que vino a su mente, «En vez de preguntar como, le pregunto otra cosa, que inteligente » se regañó a sí mismo en sus adentros; Yaoyorozu sonrió al instante, asintió, volteando hacia él para poder hablar bien.
—Vine a entregarte tu chaqueta, ayer me la diste — le recordó, Max asintió nervioso.
—Si, lamento actuar sin pensarlo — se disculpó, Momo nego, sin quitar su sonrisa —.Gracias por traerla, supongo… — se sentía nervioso, mucho más de lo que admitiera.
—No agradezcas, tu fuiste muy amable en darmela, lo agradezco mucho. Espero que no te moleste, la planche y le quite las arrugas — vio la chaqueta y regresó su mirada a Max, quien sonrió un poco pero volvió a su seriedad.
—Muchas gracias… — quería sentirse feliz porque le regresaron su chaqueta y tomarse la molestia de plancharla pero estaba inquieto, sabía porque y es lo que le daba miedo de la forma tan instantánea en que lo pensó.
Más que preocuparse si era una prostituta, fue más por la cuestión que tal vez estaba escapando de la policía o algo más había pasado pero esas ideas se esfumaron tan pronto como vinieron, más bien parecía cosplay bien hecho por ella misma; otra preocupación si ella estaba perdida o no estaba bien de sus facultades mentales.
«Quizá solo necesita ayuda, será bueno preguntar » no había vuelta atrás, más vale prevenir que lamentar —. Puedo preguntar… ¿cómo es que llegaste aquí?
—¿Eh?
—Es decir, ayer fue la primera vez que nos vimos y jamás dije nada, ¿quien eres tu y como supiste en donde vivía? — preguntó serio, mirándola.
La observo por unos instantes, su cara muestra confusión a la cual pasó a arrepentimiento y miedo, no tardo en quitar su mirada, evitando mirarlo a los ojos, huyendo de los suyos, apenada, lo miraba de reojo tratando de hablar pero no había una respuesta, trayendo confusión a Max y una extrema preocupación, sus teorías se estaban haciendo realidad pero algo lo hacía sentir inquieto, una sensación la cual le indicaba que no era correcto pensar así, menos sin alguna respuesta clara para calmar su mar de dudas y preocupaciones.
Momo quería desaparecer, se castiga a sí misma entre sus pensamientos por no ser lo suficientemente lógica, el no levantar sospechas y aparecer en donde quisiera, ni siquiera pensó en esperar al humano, se dejó guiar por su instinto que por la lógica; para complicarlo más, tiene su traje, ni siquiera se dio cuenta que lo tenia puesto, ¿estaba dormida? es una mala señal y debe decir la verdad, algo que la aterraba hasta cierto grado. Lo más probable la tome de loca pero debe hacer el esfuerzo de decirle algo antes que llame a la policía o se deba ir sin siquiera vacilar, había muchos policías rodando por toda la ciudad y eso la aterraba todavía más, no quería irse ni causar problemas.
Si bien su última opción era quitar la energía vital, no estaba en forma para hacerlo, además, se había retirado por completo de robar energía a los humanos, aquello era solo en caso de emergencia absoluta y esto no lo era.
Miro a Max, esperando paciente, mirándola de vez en cuando sin esperar una respuesta rápida, manteniendo sus brazos relajados, aquello le da el empuje para dar su respuesta, tiene que ser honesta, sabia que las posibilidades de que le creyera eran mínimas pero mantiene cierta esperanza, si no huiría de ahí, al final es su culpa y debe afrontar las consecuencias.
«No hay de otra, todo apunta que no me crea nada » pensó, tragando de forma dura, une sus manos para darse apoyo así misma —. Quizá no me creas, pero yo soy una sucubo y bueno, supe donde vivías por tu olor — hablo seria y sin titubear, nerviosa con leves temblores en su cuerpo.
Max, al tener la tan esperada respuesta, siente su cuerpo tensarse en el acto, sin siquiera mover ningún músculo… su respiración paró por segundos, no esperaba esa respuesta para nada, estaba 100% seguro que su vestimenta era un cosplay pero no eso, en lo absoluto, es una súcubo…
Al recuperar su respiración y el movimiento de su rígido cuerpo, habla sin pensar —. Eso explica tu cola moverse — respuesta rápida la cual le dio tremendo strike…
«¡Vaya genio que soy! ¡Ni siquiera lo pensé!» se regañó nuevamente.
La joven en cambio, sentía sus mejillas teñirse de rosa al instante escucharlo, sus ojos se abrieron, sorprendida, volteo detrás de la silla, dando un gemido de susto y miedo, al parecer ni siquiera ella se dio cuenta que tenía su cola.
—¡Ni siquiera me di cuenta! — se quejó, dejando caer su cuerpo ligeramente hacia adelante, pasando su mano a su frente, regañandose a si misma; ni siquiera se dio cuenta que tenía su cola. Suelta un grito leve, tocándose la cabeza, sintiendo sus cuernos en su cabeza, se queja al sentirlos y el mundo está por caerse.
Por lo general suele verse en un espejo y así darse un hechizo para que desaparezcan pero eso pasó inadvertido esta mañana, solo tomo en cuenta su vestimenta apenas, pero se olvidó de su cola y cuernos por completo, ahora estaba arruinada… ya no tenía a donde ir.
—Entonces… si son reales — Max le costaba mucho pensar que esa mujer que tiene enfrente es una súcubo
—¿No estás asustado? — preguntó Momo, preocupada.
—No, me cuesta creer, solo es eso — se acomodo mejor, Momo lo mira confundida —.Me hubieras seducido desde el inicio, ¿no es así? — Momo asintió sin dudarlo; Max soltó un poco de aire, al menos no era algo que se debería preocupar tanto.
—¿Ni siquiera tienes miedo? — volvió a preguntar, Max nego.
—¿Debería…? — pregunto, Yaoyorozu pareció confundida, sin mucho que decir —. Ok, al parecer es lo normal pero no tengo miedo, así que no te preocupes — respondió, dejando más perpleja a Momo, Max no tenía mucho al decir el respecto —.No quise sonar grosero, solo que me resulta difícil creer que seas una súcubo, tu comportamiento es como la de una humana — «Y un poco desorientada » pensó pero no iba a decírselo. Desde su perspectiva, parecía una humana tratando de entender todo a su alrededor.
—Yo… bueno si, suelo comportarme más como una humana que una súcubo, que ni siquiera sé cómo se comportan… — lo último lo murmuro en duda pero negó al instante, volviendo a Max — .Pero regresando al punto, si, no soy la típica súcubo que te va a seducir y a quitar tu energía vital — habló sin detenerse, dejando al contrario un poco perplejo al hombre ante su expresión.
«Vaya, eso sonó raro y tétrico» recién se dio cuenta y más con la mirada de Max, sin mucha expresión —.¡Bueno…! — elevo la voz pero guardó silencio unos segundos, encorvando su espalda de forma ligera donde estaba — .Tu me entendiste… — murmuró hacia Max, quien asintió.
—Además, es de día, ¿no se supone que los sucubos e incubos salen de noche? — pregunto al darse cuenta de ese detalle.
—Técnicamente sí, es mucho mejor salir de noche pero también podemos salir de día aunque causarian un gran alboroto — explico sin darle tantas vueltas al asunto.
Sería fácil que los sucubos e incubos salieran de dia, mezclarse con la sociedad si no fuera el hecho que llamarían mucho la atención además de tener a la televisión y el internet sobre ellos; agregando los pocos lugares donde no había tantos humanos pero de todas maneras llamarían la atención, claro, era lógica pero no para muchos de ellos.
—Claro, época de internet, todo lo raro será investigado en todos los rincones y los altos mandos enloquecerán — respondió Max, entendiendo mejor a Momo.
—Así es, en mi caso deje ser sabuco como tal y ahora estoy sola, tratando de… hum… ser humana, supongo — murmuró entre alegría e inseguridad, dejando a Max pensando
«¿Humana…?» se preguntó, no quería indagar mucho por lo cual solo se limito a sentir.
—Bueno, supongo que estoy molestando, además es muy temprano, debes estar ocupado — se disculpó y se levantó, Max habló sin pensar.
—No en realidad, debería agradecerte por lo menos — comento, así mismo su mente se movía más rápido.
Momo, por el contrario, se asustó —. No…¡no te molestes! — mencionó, quizá sabiendo a dónde se dirige aquello.
—¿Has comido algo? — pregunto, pensando en lo que había dicho “Deje de ser una súcubo” por lo cual supuso que debería comer algo, claro, dejó de ser sabuco y por ende debe suplantar esa energía.
—¿Eh? No… la verdad que no, ¡pero no te preocupes! ¡Debo estar..!
—¿Quieres ramen instantáneo o onigiris? — preguntó Max, dejando a Momo más confundida.
—¿Eh? Bueno... yo... me gustaría lo que sea... ¡pero no te molestes! — comentó, preocupada por que quizá lo está molestando además de su raro comportamiento.
«¿Qué le pasa a este humano?» se preguntó, trataba de encontrarle sentido a sus acciones, del porqué la ayuda.
—No me molestas y es lo minimo que puedo hacer; te tomaste la molestia de traer mi chaqueta aún sabiendo los peligros de estar en la calle en el día — cualquiera se aprovecharía o le daría mala fama a Momo, llevándola a ocultarse al ser sucubo, al menos debe compensarla. Yaoyorozu se encogió de hombros, sintiéndose mal consigo misma al darse cuenta de lo irracional que fue; si tan solo se hubiera dado cuenta quizá no le estaría dando tantos problemas al hombre —.Yo invito, al menos déjame agradecerte— le expresó sincero, casi en un ruego, no esperaba a una aceptación pero al menos una consideración de su parte.
Momo a esto, asintió, derrotada ante las palabras del hombre, quizá no debería aceptar pero bajo esa insistencia no le daba de otra a aceptar, además, debía aprovechar la comida, recuperar aunque sea poca energía y retirarse del hogar.
Max se levantó sin pestañear, caminando a la cocina, sintiendo la mirada de la mujer encima de él, hacía tiempo que alguien no lo miraban con curiosidad.
—Cierto — se regresó a Momo —.¿Cuál es tu nombre? — preguntó, sorprendiendo a Momo.
—Yaoyorozu Momo — respondió de inmediato.
—Es un placer Yaoyorozu-san, mi nombre es Valtees Maximum — se presentó dando una encabezada.
—El placer es mío, Valtees-san — sonrío de regreso a Max, él asintió y fue a la cocina a preparar el almuerzo.
Quizá no sería el más preparado del mundo pero es el entusiasmo que debe dar.
Momo por su parte sonrió al saber el nombre de Max aunque se daba cuenta que él nombre de Max es extranjero…
«Eso explica su casa» observó el departamento mejor, si bien es un departamento normal japonés había pequeñas cosas que lo distinguen, entre ellas algunos textos en inglés como el calendario o algunos poster, la falta de muebles tradicionales japoneses, es casi ver una casa de películas americanas las cuales veía en algunos lugares.
Mientras tanto, Max cocinaba ramen instantáneo con chuleta de cerdo, la cual había hecho al vapor hace algunos días, al menos se acabaría aquella chuleta, de lo contrario lo congelara antes de echarse a perder.
«Al menos podré compartir mi comida con alguien más » se alegró, sintiendo emoción porque alguien comerá su comida y podrá compartirla.
Al terminar de calentar, con ambas manos se llevó ambos platos hondos a la pequeña mesa, donde Yaoyorozu está distraída con el lugar.
—El almuerzo está listo — comentó al dejar primero el plato al frente de ella.
—Muchas gracias — sonrió alegremente, disfrutando del olor del ramen y la carne.
—Claro, enseguida traigo los palillos — dejó su plato al otro lado y se fue a la cocina nuevamente y se regresó de forma rápida al olvidar algo —.Yaoyorozu-san, ¿que quieres de beber? — pregunto.
—Soda está bien — respondió, Max asintió, adentrándose en el pequeño lugar.
Al regresar de nuevo, trajo los palillos con una soda y dos vasos de vidrio, haciendo malabares con sus manos al cuidar que no se le cayera.
—Te ayudo — se levantó Momo, sostuvo los vasos en sus manos mientras que Valtees se sentaba y dejaba el refresco en el centro —.Aquí tienes — le pasó un vaso, Max agradeció con una encabezada a la vez le pasaba un par de palillos de metal, Momo agradeció contenta; Max sirvió soda mientras que observaba a Momo sorprendida por el gran plato de ramen con chuleta de cerdo.
—Itadakimasu — ambos pronuncian, empezando a comer.
Momo disfrutaba la comida, hacía tanto que no comía algo tan rico, mientras que Max comía sin hacer ningún ruido, evitando mirar a Momo.
—¡Esto está muy rico! — comentó gustosa de la comida.
—No es nada, solo es ramen instantáneo con chuleta de cerdo que estaba guardada — comento sin emoción.
—¡Pero está rico, eso cuenta! – protestó Momo, haciendo sonreír a Max.
La comida continuaba, a Momo le encantaba la chuleta de cerdo, Max estaba acabando su plato.
—Gochisousama —Max terminó, mientras que Momo se apresuraba a terminar.
«Se siente raro, hacía tanto que no comía junto con alguien» la sensación que siente es difícil de expresar y explicar, por alguna razón no podía, sabe que en parte se debe al poco contacto que tiene con la gente pero no se explica la sensación de rareza en él.
—Valtees-san — lo llamaron, Max levanta su rostro, mirando a Momo —.Estuvo muy rico, muchas gracias — agradeció con una encabezada, Max nego.
—No es nada, además, es mi agradecimiento — sonríe de forma leve; volviendo a su seriedad.
—¿Estas bien? — Momo se da cuenta de lo pensativo que esta Max.
—Estoy bien, nada de qué preocuparse — sonríe a medias, Momo está intranquila pero sabe que es mejor no preguntar —.Dime… ¿ahora qué harás? — pregunto, Yaoyorozu lo miró confundida, Max tosio un poco para aclarar su voz —. Es decir, has dejado de absorber la energía vital de las personas, ¿acaso estás sola, comes algo al menos? — lo pudo intuir fácilmente por la forma en que se expresaba de la comida.
—Yo… no lo sé — sé sincero —.He estado sola desde hace más de 4 años, es complicado de explicar… digamos que dejé mi hogar o bueno, eso se supone que era, como dije quiero ser humana, ni siqueira me siento como una sucubo y bueno, he estado sola, recolectando comida o lo que pueda — al escucharla, Max se limitó a asentir, entendiendo lo difícil que puede ser sola.
—Estás bien si no dices más, lo entiendo — comentó Max tranquilo, Momo al escuchar esas palabras, la gran compresión y empatía que tienen, sin exigencia de parte de Max —.¿Tienes planeado salir ahora? Es peligroso.
—Ahora que lo mencionas, si lo es, de seguro llamarán a la policía y me tendré que ir…
—Quédate hasta la noche o como quieras, es mi descanso así que estaré aquí, no salgo hasta la noche — comento para sorpresa de Momo.
—¿Eh?¿En serio? — preguntó, Max asentía —.Muchas gracias — agradeció dando una encabezada.
—Es lo minimo que puedo hacer, no te preocupes por eso — se levantó, juntando los platos y vasos.
—Oh cierto — la curiosidad es fuerte asi que debia preguntarle — .Tu departamento no parece japonesa, ¿a que se debe? — pregunto, notando la sonrisa de Max.
—Eres de las pocas personas que lo nota — recoge los platos con sumo cuidado —.Soy de Estados Unidos, América; así que como verás es más a un estilo americano — contestó al irse a la cocina.
—Eso lo explica — claro, era parecido a las películas que veía dobladas en la televisión cuando podía —. Hablas como un nativo a pesar de ser de allá — lo eligió; a simple vista Max parecía más alguien que ya ha estado aquí hace tanto tiempo.
—Muchas gracias, las personas ni notan que soy extranjero hasta que me ven hablar inglés — rió entre dientes, la mayoría de veces se asustan por el cambio de voz que hace al cambiar de idioma.
Momo rio al escuchar eso —.El arte de los idiomas — eso le recordaba a Yagi y sus combinaciones raras que hacía de inglés y el japonés.
«Vaya, que recuerdos» pensó con nostalgia.
—Bueno, en gran parte — regresó Max, dándole la razón, Momo salió de sus pensamientos —.Bueno, leere un poco, ¿qué quieres hacer? — le pregunto.
—¡Quiero ver la televisión! — exclamó sin pensarlo mucho, hacía mucho que quería ver la tele y ver que pasaba.
—De acuerdo, también tengo plataformas de streaming si es que quieres ver una película — comentó, Momo asentía feliz, dándole cierta confianza a Max de dejarle a la mujer el control.
Al enseñarle donde estaba, se fue a leer un rato, Momo tomó el control mirando la pantalla iluminada de varios colores e iconos, fue por la televisión abierta a ver que había por los canales; algunos lograba localizar cuando estaba cerca de las casas por las noches o hoteles, otros le parecían extraños pero entretenidos.
Ve uno que otro programa repetido, una película a medias que le pareció interesante pero aburrida a la vez, algun anime de temporada el cual ni sabia que habia 6 Temporada, entre más canales. Sentía que tenía un mundo a medias pero está contenta de al menos ver un poco.
Mientras tanto, Max terminó de leer el libro que tenía pendiente y ahora hacia el quehacer, acomodar sus libros en orden, ropa desacomodada la cual a veces se olvida y bajaba acumularse, su cama es un desastre, por lo cual acomoda, se cuestiona cómo está Momo, aunque no le preocupa, de lo contrario le hubiera llamado. Al terminar, ve la hora, eran las 3 de la tarde, se asusta por haber tardado mucho en el que hacer de su cuarto, sentía que no había pasado nada de tiempo pero en realidad si.
«Debería comprar un reloj, a este paso no podré hacer el quehacer hasta la siguiente semana» gruñó un poco, rascando su cabeza.
Piensa que es mejor su celular y poner alarmas pero no le serviría de mucho, lo quito hace semanas porque piensa que estaría siguiendo una rutina estricta basada en horarios, cosa que no quiere y nunca debe volver, por lo cual le es más factible usar un reloj normal, de alguna manera verá el reloj y sabrá qué hora es.
«No debería pensar mucho» se regaña así mismo, suspira, negando a pesar de más.
Al pasar de un lugar a otro, ve a Momo sentada en el sillón, inmersa en la televisión, al programa que nota es un documental de dinosaurios.
Aclara su garganta, tratando de llamar la atención de Momo; al escucharlo se voltea, sonriendo a Max —.Lamento la tardanza — comenta, Momo niega —. Haré la comida, ¿algo que gustes? — le pregunta.
Yaoyorozu abre ligeramente los ojos, dándose cuenta de la hora que era —.Ya veo… ha pasado tiempo — se avergüenza, al darse cuenta de lo tan inmersa estaba viendo la tele.
—El que debería preocuparse soy yo, eres mi invitada así que no te preocupes — soltó risas despreocupadas, dejando a Momo sorprendida —. Dime, ¿qué quieres, algo en especifico? — regreso a su pregunta inicial.
—La verdad no sé… no conozco mucha comida asi que es difícil — respondió con extrañeza, tratando de recordar al menos una comida que no fuera ramen instantáneo.
—Si se tratara de eso entonces… — Max guardó sus manos en sus bolsillos de pantalón deportivo, agachando la cabeza un poco pensando que podría hacer de comer sin que fuera algo ya hecho de una tienda de conveniencia.
Levantó su cabeza, dirigiéndose a Momo —. ¿Qué tal si hago Yakimeshi? — preguntó, Momo lo miró, sorprendida.
—¿Yakimeshi? — pregunta, siendo la primera vez que lo escuchaba.
—Es un tazón de arroz con zanahoria, soya, cebolla de cambray, huevo, puedes agregar lo que quieras — le describió el platillo concentrado, sin siquiera mirar a Yaoyorozu.
Cuando la miro, se asustó un poco ante la mirada hambrienta de ella.
—¡Eso suena muy rico! — comento, con un ligero rubor en sus mejillas.
—Si, ¿quieres? — Momo asintió ante el comentario de Valores —.Yakimeshi será, cortaré verduras y haré el arroz.
—¡Espera, te ayudo! — se levantó la mujer.
—De acuerdo, solo dejame hervire las verduras y las podrás cortar — Max sonríe ante su alegría, Momo asiente, volviéndose a sentar.
Al hervir las verduras y lavar el arroz, espero, mirando el reloj a lado del refri, recargándose donde se encontraba el fregadero de brazos cruzados.
«En 25 min. estarán las zanahorias, espero que sean suficientes » piensa preocupado, no quería salir en fin se semana.
Si se piensa de tradicional, para muchos hombres sería el paraíso tener a una chica tan linda como Momo y tratar de emocionarse por cada cosa que hiciera; cosa que no pasa con Max, es todo lo contrario.
Se siente nervioso, sin saber qué debe hacer o decir exactamente, en primer lugar, ¿que debería preguntar? si ni él es capaz de hablar de sí mismo, ¿algún tema? lo dudaba, se considera lo suficientemente aburrido para poder hablar de sus intereses o algo interesante; ¿seria buena idea esperar que ella saque el tema? quizá esa será la mejor opción ahora porque ni de chiste va a hablar.
«Para un tipo como yo, estoy seguro que me ve aburrido» no es algo que asegura bajo ninguna circunstancia, solo no puede evitarlo.
Había olvidado lo difícil que era establecer una conversación normal más de 4 años, ni cuando era adolescente se le hacía tan difícil «¿A esto te referías con hablar con gente nueva, abuelo?» gruño, recordando a su fallecido abuelo, quien solía decir sobre hablar con nueva gente y no saber qué decir, sentir nerviosismo recorrer tu cuerpo sin siquiera haber comenzado a hablar. Independientemente de quien sea, es difícil hablar con las personas, lo cual le es cansado.
El sonido de la olla lo saca de sus pensamientos, ve el reloj, fijándose que ya han pasado los 25 minutos. Apaga la olla donde están las zanahorias, con trapos levanta la olla y con un colador se vierte; en un plato deja las zanahorias enfriarse mientras que va por la cebolla de de cambray, sacando varias del refrigerador, luego huevos para agregar al arroz. En un plato vierte las cebollas mientras un pensamiento rápido que lo hizo asustarse de repente pero esto se esfuma cuando recuerda lo que compró hace 2 días.
«Tengo té y soda, así que no me preocupo» suelta aire, despreocupado del miedo que le surgió de la nada. Bueno, de algo sirvió ser precavido.
Momo por su parte, espero, sentándose nuevamente en la silla, esperando a Max. Estaba emocionada por ayudarle en lo que podía a Valttes aunque no sabría cómo pero lo intentaría con mucho gusto. Mira a su alrededor, un departamento acogedor con uno que otro poster en inglés, pocos en japones, percheros con vasos de vibro o platos recargados con su base, aquello es nuevo para Yaoyorozu, mra la sala la cual no es muy grande pero tiene buen tamaña para una persona, se imagiba como serian los sillos de comodos, no como los que solia dormir… nego con la cabeza, no queria recordar aquello lo cual evitaba. La da un vistazo general a la televisión y el mueble, muy bien acomodado y en orden, aquello la hizo abrir los ojos, pensado en lo que habia aprendido con los años, segun los hombres suelen ser descuidados pero al parecer pocos se saltan esa regla.
«Bueno, ellos suelen trabajar con estadísticas» vuelve a negar con la cabeza, sin prestarle atención a sus pensamientos.
Al pasar 10 minutos, se asegura que las zanahorias estén frías para llevarlas con Momo junto con las cebollas, al irse al comedor, Momo se acerca para ayudar.
—Ya están cocidas las zanahorias y aquí están las cebollas — deja dos tablas de madera a lado de Momo, la cual una pasa a su lugar; Max había dejado un cuchillo mediano a lado del plato donde estaban las zanahorias, lo toma, sacando las zanahorias, empezando a cortar con cuidado.
—Antes solía ver programas de cocina cuando iba a quedarme a un hotel con el poco dinero que ganaba — comenta Yaoyorozu —.Bueno, trabajando ya sab- — le estaba costando hablar sobre eso.
—No te preocupes — interrumpe Máx ante la preocupación de Momo.
Momo asiente, sabe que hablar sobre la prostitución con los humanos suele incomodae e incluso causar rechazo.
—Como dije, trabajé un tiempo ya que era lo único que conocía y trataba de conseguir comida, así que estuve un par de meses viviendo en diferentes hoteles baratos, la ventaja era que tenían cable así que solía ver programas de cocina por si acaso… a pesar de que nunca aprendí a cocinar realmente — murmuró lo último de forma sombría; preocupando a Max —.Sin embargo, al menos me ayudó a saber que era cada cubierto y hacer cosas básicas con solo mirar — volvió a hablar más animada, con una sonrisa en su cara.
—Viendo se aprende — comentó Max, tomado la tabla de madera junto con un cuchillo —.Mi abuelo era un buen cocinero, así que solía verlo y saber que hacer, pero con lo básico — soltó un par de risas, haciendo sonreír a Momo —.Me vino enseñando al final luego de que por accidente queme queso en el sartén — comentó negando, aquello lo recuerda muy bien porque entro en panico y no sabia que hacer.
—¿Cómo pasó eso? — preguntó Momo curiosa.
—Trate de hacer espagueti de crema, solo que primero puse el queso en el sartén con la mecha de la estufa cual estaba muy alta — comentó cortando la cebolla —.Se me paso lo mano y lo queme, lo peor es que no sabía cómo despegar el queso; cuando mi abuelo llegó de su trabajo solo se me miraba negando con la cabeza, fue un milagro que no me regañara — era apenas un adolescente tratando de ser funcional y no depender de su abuelo pero fracasó —.Me enseñó a lavar el satén sin que lo tirara, además de que hizo espagueti con salsa de tomate; al final me enseño como usar cada cosa de la cocina y leer bien las recetas — rio, aun recuerda que fue un fin de semana que ambos estuvieron en la cocina.
—Debes ser un buen cocinero gracias a tu abuelo — comentó Momo, sonriéndole.
—En parte — le dio la razón —.Oh, es cierto, aun no he preguntado tu edad — cambia de tema —.No es para hacerte sentir mal ni nada, solo que tengo curiosidad y no quiero insultarte — hablo muy rápido, ganándose una risa de Yaoyorozu.
—En teoría tengo más de 57 años humanos pero en mi mundo, si lo trasladando al humano, tengo entre 24 a 25 años — comenta, sorprendiendo a Max —.Si que soy joven aquí.
—¿Cómo funciona eso? — Max se interesa.
—El crecimiento que tenemos es normal al de un humano hasta los 12 años, luego de cumplirlos el tiempo se detiene y crecemos muy lento — explica Momo —.Apatir de los 13 se nos da un entrenamiento muy riguroso para salir al mundo humano sin ser vistos y robar energía.
—¿Tan pequeños? — pregunta el hombre.
—Si, es hasta los 18 que salimos al mundo humano, es decir, luego de 30 años humanos, en el infierno no pasa mucho tiempo y la energía que consumimos a veces es de las personas que quieren morir de manera rápida — explica de forma tranquila —.Cuando somos adultos ha pasado 40 años humanos y para ese entonces podemos reproducirnos — Momo ve el rostro de Max, impactado por lo que dijo, eso la asustó.
—Vaya — comenta, parpadeando un poco —.Eso es sorprendente — termina de cortar las cebollas.
—Si, supongo — Momo vuelve su actividad —.Gracias a Lilith-sama nos dio la habilidad de querer tener bebes o no, tanto para no crear una sobrepoblación de sucubos e incubos por el mundo como poder robar energía sin preocuparnos por eso — explicó.
—Eso es una buena manera de tener hijos — comentó Max, Momo asiente con una sonrisa —.Espera, ¿Lilith?¿La primera mujer de Adan? — pregunta Max al retomar esa parte, incrédulo, pensando que aquello era solo un mito.
—Si, ella — confirmó —.Por lo general ella es la que mantiene todo en orden en nuestro mundo mientras que Lucifer-sama se encarga del inframundo, las almas de humanos que llegan y los demonios que le ayudan aunque no todos.
—Pensé que todos vivían en un mismo lugar
—Hasta cierto punto lo hacemos pero tanto Lilith-sama como Lucifer-sama nos mantienen separados — explica al recordar la marcada separación entre ellos —.Mayoria de demonios solo quieren destruir a los humanos o hacer el mal, en comparación de los íncubos y súcubos que necesitamos a los humanos para sobrevivir así que es una gran pelea — Max siente, entendiendo la separación.
—Es difícil convivir con ellos entonces— comentó, ahora entendía el trabajo pesado de Lucifer.
—Si, Lilith-sama a veces comenta lo preocupada que está por su compañero por eso y el estrés de manejar esa situación, algunos se acercan para calmarla y decirle que ambos están haciendo un gran trabajo — sonrió —.Me pregunto como estará las cosas allá aunque se que no ha cambiado mucho — comenta partir la última zanahoria.
Max la miraba de vez en cuando, sin saber qué preguntar.
—Bueno, han pasado 4 años, aquí sí ha cambiado pero no se sin mi presencia — comenta con cierto toque de melancolía —.En fin, no es algo que debería concentrarme tanto; oh, he terminado — le muestra la tabla.
—Si, gracias, ire a hacer el Yakimeshi — toma ambas tablas con las manos con cuidado para irse a la cocina.
—Es-s cierto — tartamudeo Yaoyorozu —.No he preguntado tu edad.
—Cierto — suelta una risa —.Tengo 27 años — comenta al entrar a la cocina.
—Creí que tenías más edad — comenta, escucho otra risa de Max.
—Si, es lo que me dicen muchos — Max sabe que con la barba y el cabello largo le suma más años.
Max se apresura en cocinar la comida, hacer los huevos y en una olla vierte un poco de soya, calienta y coloca todos los ingredientes, mezclandolos para poder hacer el yakimeshi.
Luego de un rato, Max trae los tazones con los palillos arriba con cuidado, se regresa para ir por las sodas con dos vasos de cristal.
—Aquí tienes — le pasa un vaso, Momo lo toma con cuidado, dándole un sorbo.
—Se ve tan rico — mira el tazón lleno de arroz y verdura.
—Te encantará — menciona Max al preparar los palillos para comer, Momo lo imita.
—Itadakimasu — ambos dicen, empezando a comer.
Tan solo de darle un bocado, Momo chilla alegre, el arroz se siente esponjoso, las zanahorias, el huevo y la cebolla hacen una explisón en su boca que no puede describir.
—¡Esto es tan rico! — comenta feliz, dándole más bocados al arroz.
—¿Verdad? La verdura le da el toque — comenta Max con la boca llena.
—Si, se siente como una explosión de sabores — comenta Momo feliz, Max asiente.
Luego de dar bocados en silencio; Momo decidió hablar, sacar al menos algo de platica a Max.
—Valttes-san —Max fija su mirada a Momo —.¿En que trabajas? ¿Es bueno trabajar o es malo? — pregunta con inocencia, Max parpadea un par de veces, deja los platillos a un lado del tazón, rápidamente aclarándose la garganta.
—Trabajo como administrador de una empresa privada, solo hago números, gráficas y demás, claro desde casa; lo otro diría que bien por mi parte, algo estresante pero bien — contesta con honestidad.
—¿Por qué es estresante? — pregunta, al darle un bocado a su arroz.
—Por mis vecinos y el ruido que suelen hacer — suelta, soltando un gruñido leve —.Digamos que las paredes de algunos departamentos son muy delgadas y el casero nos advirtió de eso, claro, este lugar era algo así como un asilo para personas mayores por lo cual explica que el edificio tenga paredes delgadas a comparación de un edificios más actual — con los codos en la mesa, mueve las manos de un lado a otro para explicar —.Claro un adulto mayor no hace ruido, tiene sentido las paredes y el tiempo que se construyó; el problema surge entre la mañana y la noche donde mis vecinos creen que el ruido que hacen no se escucha cuando en realidad si se escucha y muy claro, ellos también se quejan en especial de mi porque soy extranjero y “creen que hago mucho ruido” — hace las comillas con sus dedos a la par que voltea los ojos, negando con la cabeza un poco —.Aunque alardean de que están en un edificio tradicional y pueden tener el mejor lugar — bufo, tomó sus palillos con su mano y se dispuso comer un bocado de su arroz —.Hipocresía a todo su esplendor — habla con la boca llena, torciendo un poco la boca.
Momo al escuchar aquello entrecierra los ojos, sin poder entender lo que acaba de escuchar —. Habiendo tantos lugares escogen uno sabiendo lo antiguo que es… — murmura, sin poder encontrar otra forma de expresarse —.Que estrés, creen que están solos.
—Así es
—Me sorprende lo mucho que los puedes aguantar — se preocupó Momo por Max.
—No por mucho — le resta importancia —.Me mudare en un par de meses así que puedo soportarlo, he aguantado 4 años a estas personas no hace mal un par de meses más — río.
—Tienes razón — Momo concuerda, comiendo arroz felizmente.
Pasó un rato donde se rieron de las ocurrencias de los vecinos de Max y Momo hacía comentarios un poco sarcásticos sobre cómo los vecinos creían que quejarse de Max arreglaría algo cuando el mismo casero sabe que ellos son el problema.
—Gochisousama — ambos acabaron, Momo suspiraba por lo llena que estaba, satisfecha.
—Hacía tanto que no me sentía tan tranquila — habla de repente, sonriendo de forma inconsciente, aquello llama la atención de Max.
Momo al darse cuenta de la atención de Valttes y como había hablado sin pensar.
—¡Lo siento mucho! — tapo su boca con la mano derecha, asustada de forma leve —.Hable sin pensar… — bajo los hombros, apenada.
—No te preocupes… me alegra que estes tranquila — murmura Max, sin saber que decir a eso.
—Bueno, eh… este… — Yaoyorozu trata de buscar las palabras necesarias pero no puede —.Habia olvidado la tranquilidad sin tener que estar estresada por conseguir algo que comer o absorber… — murmura eso último, frunciendo un poco el ceño.
Max escucha, sin mucho que hablar o cómo expresarse.
—Comer comida humana, hablando contigo me siento tan tranquila que otras veces — continúa hablando —.Me había sentido oprimida en mi mundo y en este incluso indiferencia y ahora no lo estoy y ya no estoy sola — sonríe un poco, Max le suelta una sonrisa, cómplice de lo mencionado.
—No eres la única Yaoyorozu-san — comenta Max, haciendo sonreír más a Momo.
—Me alegra mucho — suelta una risita pequeña —.Gracias Valttes-san — Max siente, sonriendo ampliamente.
Max se siente tan tranquilo que siente extraño.
Debería estar alarmado, quizá confundido e intranquilo al tener a una mujer que no es humana pero no se siente así, más bien es una extraña tranquilidad que lo deja en el limbo y no sabe cómo responder a eso y tan solo dejarse llevar por Momo. Debería estar en alerta pero ninguna alarma se enciende, es como si esa parte de ansiedad, preocupación y sobretodo alerta la cual siente con cualquier persona que apenas conoce se ha apagado por completo y su confianza había regresado, aquella que solía tener cuando estaba en la escuela secundaria entre los 15 a los 18… no lo entiende, no le molesta en lo absoluto, solo se siente tan tranquilo a lado de Momo, extrañamente tranquilo.
«Tal vez sea porque ella es sumamente honesta a comparación de otras personas » aquello quizá explicaría sus reacciones, expresiones y forma de ser que no le hace sentirse en alarma o desconfiado. Sabe que está ocultado mucho, sean detalles sobre su vida o porque abandonó el inframundo pero supone que es algo normal, él también lo está haciendo y sabe que ella se ha dado cuenta más no lo habla directamente. No debe bajar la guardia así que solo dedicarse a mirar. No es algo que quiera pensar mucho, quizá no la vuelva a ver y sea de esas veces que conoce a una persona solo una vez en la vida… por lo cual no debería pensarlo mucho, solo pensar en cómo la actitud de Momo no lo mantenía en alerta.
Pasan las horas, Max había lavado los trastes y Momo veía la televisión hipnotizada por lo que observaba, Max se dispone a ver que trabajos avanzar o leer algunos mangas pendientes, debes en cuando sale de su habitación para ir al baño o tomar agua, de paso ofreciéndole a Momo la cual pocas veces le ha dicho que si.
—Valttes-san — Momo toca la puerta, Max despega su mirada de su laptop, volteando —.Seria bueno irme, ya es de noche — comenta Momo.
Max ve el reloj en la pantalla de la laptop, dando las 8:40 p.m.
—¿No quieres quedarte a cenar? Por mi no hay problema — sugiere.
—No, no muchas gracias — niega con su cabeza —.Ya he molestado mucho y sería buena idea irme porque la gente no debe estar en el edificio y pudo irme volando — explica.
—Cierto — Max le da la razón, se levanta de su silla, acercándose a la puerta, Momo se hizo un lado —.Dame un momento – se va a la cocina, dirigiéndose a su almacenamiento, donde tenía ramens instantáneos, comida enlatada, etc.
Toma una bolsa de plástico y echa 6 ramens instantáneos con una soda pequeña y un paquete té verde, al regresar le da la bolsa a Momo, la cual abre los ojos sorprendida.
—¡No te molestes…!-
Aquello la tomó de sorpresa casi asustandola, sabiendo que quizá estaba siendo molesta hacia el hombre.
—No te preocupes por eso, tomalo — sonríe Max, Momo toma la bolsa, dando una reverencia.
—Muchas gracias
—No agradezcas, Yaoyorozu-san — sonrie sincero, Momo le regresa la sonrisa.
Max toma sus llaves, con las sandalias puestas, espera a la mujer; Yaoyorozu se sienta para atar sus tacones altos de látex.
—¿No te cansas con esos tacones? — preguntó, con cierta preocupación.
—No tanto, pero me gustaría usar zapatos o tacones menos altos, se ve que son comidos — responde, cerrando los ojos con una leve sonrisa —¿Son cómodos? — mira a Valttes.
—Nunca he usado tacones pero si zapatos, algunos son muy cómodos — suelta sin pensarlo mucho, Momo asiente ante la respuesta.
Al estar lista, Max abre la puerta, mirando a ambos lados para ver si no hay ningún vecino, al darse cuenta, deja que Momo salga primero, la cual no duda en salir con la bolsa en su brazo colgando. Max cierra la puerta de forma rápida, al cerrarla con llave guarda sus llave en su pantalón, con la cabeza le hace una seña para que lo siga, Momo asiente, caminando cuidadosamente para que sus tacones no se escuchen. Max ve hacia arriba de las escaleras, no escucha nada, mira por debajo y lo mismo, al sentir alivio camina hacia arriba, justo donde está el techo de su edificio. Al caminar un rato y dar un par de vueltas, llegan al techo, Max abre la puerta, vigilando de que nadie esté, suspira de alivio.
—Puedes irte sin preocupaciones — comenta Max, Momo hace un ruido se afirmación.
—¡Muchas gracias Max-san! — sonríe Momo, Max le regresa la sonrisa.
—No agradezcas
—Bueno, será mejor que abra mis alas — Momo siente sus alas estar en su espalda.
Max abre los ojos, embalado por ambas alas.
—Que hermosas… — suelta, parpadeando varias veces.
—¿En serio? ¿Tú crees eso? — Momo lo mira, sorprendida ante el comentario.
—Si, claro que lo son — reafirma Valttes, mirándola.
—Te lo agradezco mucho — sonrió ante la sinceridad del contrario.
Max rie un poco nervioso ante el comentario, sin saber qué decir.
—Será mejor que me vaya — Momo mira el cielo, con las estrellas iluminando el cielo nocturno.
—Si, ten cuidado — le pide Max.
—Si… — Momo parece dudar en algo, se encoge en sí misma, por lo cual con una bocana de aire habla —.¿Nos volvemos a verlos, Valttes-san? — pregunta, nerviosa.
—Yo…claro, si nos volvemos a ver, ten eso seguro — tartamudeando Max.
—¡Si, claro! — sonríe Momo —.Espero volver a vernos Max-san — le dice mientras empieza a volar un poco.
—Si, Yaoyorozu-san — Max le da una sonrisa de formación, Momo asiente, volando hacia el cielo nocturno, Max suspiro, tranquilo que nada pasara y Yaoyorozu se fuera tranquila.
A bajar de las escaleras con cuidado de no ser visto, piensa como había sido su dia y lo movio que fue, sabe que es extraño de antemano y no lo duda para nada, solo fue reconfortante al pasar tiempo con alguien sin preocupación alguna, hablar y poder convivir, sin la presión de decir o hacer algo. Al llegar a su departamento, trata de no sentirse raro, solo prepararse para comer e ir a dormir, esperando al siguiente día sin ansia alguna.
Las semanas pasan, nada destacable en la vida de Max o eso parecía.
La noche se hace presente, fresca y agradable, Max camina hacia la tienda de siempre a comprar algunos productos que vio en la televisión los cuales si bien llamaron su atención desconfiaba de ellos por alguna razón.
«Si no te gusta no lo vuelves a comprar, no hay que estresarse» se recalcó a sí mismo al caminar a la tienda. A cada paso siente el peso de su celular, llaves y cartera en sus bolsillos de su pans y suerte, es raro para él llevar conjunto pero fue lo único que le ocurrió para salir, siempre le molesta las miradas curiosas de la gente, es especial a la gente más conservadora… hace un pequeño gruñido, molesto de pensar eso.
Al entrar a la tienda, Hiroshi lo recibe con una bienvenida, le da el asentimiento de siempre a modo de saludo, caminado por los pasillos para encontrar los productos que necesita, tenía suerte de tener su celular, de lo contrario estaría batallando en encontrar muchas de las cosas.
«Me pregunto cómo le hacía mi abuelo para recordar todo, incluso lo más pequeño» se preguntaba Max al recordar la memoria de su abuelo y como nada se le escapa al hacer las comprar.
Al cruzar a un pasillo se detiene en seco, abriendo sus ojos.
—¿Hmm…? Oh — es Momo, está agachada mirando algo en la área de galletas y snacks —.Valttes-san — comenta levantándose, asustada de forma leve.
—Yaoyorozu-san… — murmura Max, sin saber qué decir.
Viste una larga camina blanca la cual le transparenta un poco, notándose su ropa de sucubo, sus tacones estaban visibles, aunque lo que más le impresiona, es que sus cuernos y cola no están, la hace tener una apariencia más linda aunque puede pasar desapercibida. «¿Qué pasó? ¿Ella está bien?» se preguntaba al ver a Momo algo inquieta aun con su sonrisa.
Playlist en Spotify y Youtube
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What if Tomura Shigaraki becomes a vestige and annoys Deku for all eternity, the comic
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survived the semester
ko-fi | inprnt
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@habken’s soul eater au has been giving me massive brainworms for a while, so I finally drew something for it! Enjoyyyyy
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"studying"
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tw/ hórny èx bf, hè ís à crèèp, nôncôn, èxplïcït ând nsfw thèmès.
It’s hard to break up with someone like him because he doesn’t get the hint- it’s been barely 6 days and he finds himself right in front of your door.
Really horny. And quite frankly messed up.
He bangs on your door- at first he’s gentle, but then he finds himself losing his patience when you don’t open up after a few bangs at your door, even with the bell It’s not working.
He just might have to be a little bit more aggressive with it. See now, he doesn’t like being aggressive with you. He knows that you hate this side of him. That’s why you broke up with him in the first place.
It’s not really a break up to him though because you’re just trying to break and he thinks that this break has lasted way longer than it should have in the first place. So he takes deep breath, and he starts banging at it like a maniac.
“Yn! YN OPEN UP!” But you don’t. You’re really trying to test his patience and then you try to lecture him on his aggressive nature.
His pupils are dilated at this point, he’s feeling so crazy right now, it’s aching and his pants, and he has missed you like crazy-staring at your pictures is not enough anymore. Not at all.
It’s your fault, you know.
It’s your fault that you’re so beautiful and that you have his heart in your hands… he closes his eyes for a moment, and then he takes out the spare keys he had to your apartment-of course, you don’t know about them, but he had a locksmith make them for him.
Without any rational thinking- he unlocks your apartment with ease.
And soon the familiar scent of your home hits him and your ex boyfriend finds himself relaxing, his head feels a little better now. “Yn!~~~” he calls out your name with affection but you still don’t respond.
Weird.
So he decides to check if you’re home. He really hopes that you are because he needs to talk to you and… a lot of other other things.
First to fall of course it’s gonna be your bedroom, his feet, take him to the familiar room so easily, because he remembers every single room in your home, like the back of his hand.
And to his surprise? He hears the shower running. A Cheshire Cat smile spreads across his lips. But before he can think anything else, the shower drops sounds come to a halt.
Oh, so you must be done..
He waits- by sitting on your bed and waiting for you to come out, and he doesn’t have to wait long, so he unzips his pants, creepy? He doesn’t give a fuck.
He needs to fuck you and get you back. He has everything you ever want. Quite frankly, you can be ungrateful. Anyone would kill to be in your place… but too bad he wants you.
And there you are, in all your wet glory-with a towel loosely wrapped around your body, you gasp, expected, in surprised to see him, he smirks.
Your eyes widen and you open your mouth to scream at him, he doesn’t mind you can because he’s missed your voice a lot.
“Hi baby.” He greets you. Licking his lips, because he feels himself getting harder when he stares at your soaked, freshly washed body.
You look so sexy like this I can’t help but remember all the times he would fuck you senselessly in the shower or sometimes when you were done with it.
You’re just so irresistible. You get him so horny for no reason at all. It’s your fault and now you’re going to have to help him out.
“W-WHAT ARE YOU DOING HERE?” You finally say something to him, even though you’re screaming at him like a maniac, he doesn’t mind.
“I can’t help it baby you know I love you and I can’t live without you-and I’m so horny right now.” He licks his lips again, getting up from your bed to walk towards you.
He needs to touch you right now.
“I told you you couldn’t break up with me but you thought you could.. so I just wanted to give you a little break, but I think it has lasted enough now I need you back.” He groans. You smell so good even his muscles are pulsing.
His eyes are you like a predator and You should know that you cannot escape.
He is way too strong for you.
“Come on now- look at me? I’m so fucking hard because I was thinking about you- and look at you.. fuck…” he breathes out, taking you by your waist.. but then he gets another idea.
So instead of holding you, he drops to his knees.
This is gonna get you so weak for him.
“Let me eat your pussy. Missed it so much.” He looks into your eyes when he grabs your legs. You barely manage to hold onto your towel, which was about to fall. And something switches in your eyes.
You have missed him too.
He smiles. “I bet you missed me too. Fuck- baby let me have a taste please- I’m doing this to make it up to you. I know I pissed you off, so let me make it up.” He breathes, slowly, removing the towel and he starts to tease you by rubbing his hands over to your clit.
You whimper, you’ve always been so weak for him.
He knows you need him-equally as bad as he needs you. And he’s going to make you realize it tonight. He leans his face closer to your cunt, and you grab his wide shoulders for support.
“Oh look at you baby- you’ve already started to get wet.” He coos, pressing a kiss to your thigh, and then his kisses get closer to your heat, “f-fuck. You’re so fucking bad for this.” You moan out. He knows that you’re trying to reject him still even though he knows what your heart and body really want.
Him.
“I know yn.. but fuck- you’re my bad habit.” He replies before he takes one of his fingers out of your pussy and he smashes his mouth into it- his tongue starting to eat you out.
“Nghhh fuck.” You moan as he starts to tease you again with his teeth- he’s so messy right now, all sloppy as he pushes his tongue in deeper and deeper.
That’s how you like it.
His mind is in a frenzy because the noises you’re making are purely sinful- your towel gals to the ground and your back arches.
He won’t let you fall.
He will make you cum in his tongue.
“Ugh fuck..” he groans as he eagerly laps at your juices, you’re giving him so much.
And he knows you’re already going to cum.
“A-Agh fuck don’t stop- don’t fuckin stop.” You command him and grab on his locks- that arouses him anymore- you taste so fuckin good.
He can kill anyone for you.
“O-Oh fuck- baby cum on my tongue- you can do it.” He praises you- his hands on your ass as he squeezes it, you pull on his hair.
His teeth graze your clit.
“Should I fuckin bite? Since you’re so *pants* fuckin mean to me? Nah.. I love you..” he barely manages to speak because you’re suffocating him and you’re going to cum.
“You can *pants* only cum if you come back to *pants* m-me.”
BNHA- hawks, aizawa, bakugo, deku
JJK- gojo, geto, toji, sukuna
#yandere#smut#yandere jjk#yandere bnha#yandere jujutsu kaisen#yandere smut#boyfriend#boyfriend scenarios#jujutsu kaisen smut#boku no hero academia smut#yandere my hero academia#yandere gojo#yandere x reader#yandere imagines#yandere au#yancore#bnha smut#jjk smut#toji smut#hawks smut#deku smut#bakugou smut
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Just thinking about Pro Hero Dynamight getting caught as a hostage by a villain. How the fuck did that happened? Don't ask. Not even Dynamight himself knows how. Yet he fucking got taken.
His arms are tied behind his back, some kind of cloth around his hands that are wet with some liquid that prevents him from activating his Quirk. Fucking villain is smart.
The piece of shit keeps laughing and threatening him, explicitly calling out how he is going to kill Number Two, Pro Hero Dynamight. He gets closer to where Bakugou is kneeling, a knife making pressure on his throat.
And then, an explosively loud thunder is heard at a distance. But it keeps approaching and getting even louder as it makes everything shake.
Bakugou Katsuki smirks.
The villain looks confused and angry, “What the fuck is that?!”
A strong explosion opens almost half of the room where Katsuki is being held captive and the holy image of you blesses their eyes.
As the villain falls to the floor in fear, you walk inside the room looking like a crazed demon brought from the deepest of hell. Lava surrounds you, the vivid color of burning, high temperature around your face and body makes every villain shit their pants.
But Bakugou Katsuki thinks you're the most fucking beautiful creature that has ever existed in this world.
“That is my wife,” he smiles fucking proud.
a.n; another little lava girl!reader small thingy that wouldn't leave my mind lol ✨️😉
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Two sides of the same coin??
#dkbk#bkdk#izuku midoriya#katsuki bakugou#mha#bnha#this is not serious enough to be an au I just wanted to draw them merlin style kahdkjal
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AÚN PODEMOS SEGUIR, OC MALE X YAOYOROZU MOMO.
ATTENTION, PLEASE!!!
English is not my native language, my English is very basic that's why this fanfic is in Spanish, and I don't trust Google Translate at all when it comes to very long texts. If you want it translated by Google, it's on AO3.
Capitulo 1
Los días se limita trabajar en casa (si le podía decir así) en su laptop y computadora, comer comida instantánea o rápida si podía pedirla a domicilio, extrañaba la comida de restaurantes o la que él mismo hacía pero prefería no hacerlo por la falta de ganas, es un ermitaño, no quiere entablar una conversación con alguien, que de por si lo sacaría de su zona de confort. Todo se repetía, no le preocupaba los gastos porque su trabajo lo cubría bastante bien, ni salir de compras las cuales rara vez salía si algo se le olvidaba, su aspecto no le importa en lo absoluto, no lo tolera, ¿por qué le importaría?, su cabello rizado negro, un poco largo caía en cascada en sus hombros, estando en capas el cual era producto de él mismo, su barba el cual evitaba que creciera de más la rasuraba con cierta precisión pero la dejaba en gran parte de su cara, pareciendo más edad, a pesar de tener 27 años. Su vestimenta solo consistía en camisas, pantalones o pants de colores alternos y simplistas, todo de la misma talla, nada en especial.
Todo es igual, nada cambia. La misma rutina la cual era levantarse, bañarse, evitar mirarse al espejo, cambiarse, desayunar, trabajar frente a su laptop y computadora, descansar, estar en la soledad jugando cualquier videojuego, comer, leer algún libro, volver a los videojuegos, cenar y dormir, rara vez salir si era urgente pero esa es la rutina de todos los días.
Y hoy es el de siempre, había acabado de trabajar, la noche presente mientras los colores del atardecer se iban, el fin de semana se acercaba consigo su descanso. El plan era sencillo, leer los mangas y libros pendientes, jugar algún juego que descargo en su consola en el transcurso de la semana; solo le daba un vistazo a su refrigerador si algo faltaba y efectivamente, faltaban varias cosas.
—Falta leche, cereales, huevos…— murmuraba mientras veía su lista de compras en su libreta; gruñía por lo molesto que sería salir a la tienda de conveniencia —.No quiero salir… pero habrá más gente el fin de semana…— murmura entre susurros, lo que menos quería era salir pero al parecer no había de otra —.No quiero salir temprano en la mañana…, será una molestia — gruño rendido, tenía que hacerlo. No estaba dispuesto salir en fin de semana, en especial en la noche o levantarse temprano, eso era solo si se trataba de trabajo.
Miro su celular, el cual marcaba las 7:35, quizá esperaría hasta la madrugada para ir a una tienda de 24 horas, por lo cual fue a leer un rato y hacer la cena mientras se hacía más noche. Si bien esta molesto por salir, recuerda porque le faltaba cosas; la tienda en línea que suele recurrir se había agotado lo que necesitaba y al ser una tienda pequeña la cual recién empezaba era de esperarse, tampoco daba muchos corajes. Las horas pasaban rápido hasta caer la madrugada.
—Son las 12:45 ya, será mejor que vaya — miro su celular, levantándose de su cama, abrió el closet para ponerse su chaqueta (la cual es una gabardina), se puso sus zapatos ya un poco maltratados, cartera y celular guardandolas dentro de los bolsillos de la chaqueta, tomo sus llaves y salió de forma rápida, cerro de la misma forma para que nadie lo mirase. Volteando, topándose con un cielo oscuro, con estrellas apenas asomándose, pocas luces de parte de los edificios al frente del suyo.
—Hazte un lado, maldito hikikomori — murmuró una voz acercándose, es uno de sus vecinos.
Se apegó a la puerta, sin verlo. Es un joven de 25 años, oficinista, el cual según su vecino; él es el cáncer de la sociedad, un hikikomori y peor aún siendo extranjero. Aunque sí era honesto, su vecino le tiene envidia porque gana más dinero y no tiene porque salir a la calle o eso es lo que piensa. El vecino ni siquiera lo mira, bufa al pasar al lado de él sin mirarlo, desapareciendo al entrar a su departamento.
—No lo soy — susurró, negando con la cabeza, caminó por los pasillos solitarios de su edificio hacia abajo, su departamento, de buena suerte estaba en el cuarto piso por lo cual no debía preocuparse por caminar tanto ni usar el elevador.
Salió del edificio, dirigiéndose a la tienda, estaba un poco lejos caminando más no le molestaba, la soledad de las calles le daba paz, una rara sensación al caminar por las calles desoladas que si bien siempre están medio llenas sea por niños o adolescentes por las mañanas o las tardes, tambien por parejas o familias e incluso personas peleando, se sentía mejor así a pesar de que debe haber gente. Pasaba entre calles para cortar un poco su camino y regresar a su departamento antes para ir a dormir o quizá estar en su laptop, lo que sea con tal de distraerlo. En cuanto vio la pequeña tienda, se apresuró, entró recibiendo la bienvenida de parte del cajero, daba un leve asentimiento como saludo, tomó una canasta y simplemente se dispuso a ir por lo que le faltaba, comprando un poco de más o cosas las cuales no estaban en la tienda en línea.
« Tal vez debería salir más, hay cosas que no están en línea» pensó al ver comida y cosas que solía ver en televisión, suspiro frustrado pero al menos sabía que podía comprar más a menudo.
— Has estado muy bien Max-san — saludo el cajero.
— Tú también Hiroshi-san — le regreso el saludo, con media sonrisa la cual desapareció al instante.
— Es bueno verte, a pesar de los rumores de tus molestos vecinos que dicen de ti; están por todas las calles — comentó Hiroshi molesto, casi refunfuñando.
—No es como si me importara, me encierro gran parte de la semana y solo vengo en la madrugada o bueno… si no puedo comprar algo en línea — explicó, quitándole peso a lo que el cajero comenta, este solo suspira, negando al pasar cada producto.
—Si tu lo dices… — lo entendía, al final solo eran vecinos los cuales estaban hartos de sus vidas y querían hacerle el mal a Max —. Por cierto, ten cuidado a estas horas — mencionó al guardar las cosas en bolsas de plástico. Aquello por su parte, llamó la atención de Max.
—¿Y eso? ¿Pasó algo? — pregunto intrigado.
—Digamos que hay más robos y la policía está buscando por todos lados, siendo extranjero deberías tener cuidado — se preocupó, entregando las bolsas.
—Gracias — tomo las bolas con cuidado — .Gracias por decirme Hiroshi-san, las noticias nunca avisan — comentó molesto.
—Creen que todos están pegados a la tele — se quejó de forma amarga, Max encogió los hombros.
— No hay de otra Hiroshi–san — mencionó.
—Si, lo sé, nos vemos Max-san, vuelve pronto — se despidió, Max le dio un asentimiento, marchándose de la tienda.
Tenía que estar más alerta, la policía desconfiaba un poco de esa zona, siendo el más cercano a Tokio, claro, no lo culparan pero sí lo tendrían en la comisaría por un largo tiempo, más siendo extranjero, cosa que no quiere que pase. No quiere llamar la atención ni mucho menos de la policía, ya tenía mala reputación por los idiotas de sus vecinos.
Un sonido de sirena de fondo lo sacó de sus pensamientos, volteo, visualizando un carro de policía con las sirenas prendidas a lo lejos con un ligero sonido, resopló sin voltear tanto la cabeza.
« Hablando de la policía, debo tener cuidado… » se fue por un camino un poco más largo, rogando que no se topara con ladrones o algo así.
Caminando entre calles desoladas, sentía la tranquila noche, las luces que recorren las casas, los departamentos, algunas leves otras fuertes que daban por todo un camino, a veces extrañaba cuando solía caminar cuando era de dia pero prefería no toparse con alguien, menos con mucha gente, aunque debería hacerlo debes en cuando. Luego de unos minutos caminando, a lo lejos escuchaba música, se le hizo raro pero tan rápido recordó de que se trataba, gruño al olvidarse de ese lugar el cual quiso evitar cuando venía a la tienda y no lo vio venir por su preocupación a la policía.
Aquel lugar con música de disco sonando es un bar para todo tipo de gente, los cuales inevitablemente estarian ladrones, el lugar preferido para hacer cosas que la sociedad japonesa no tolera. No era algo que le impresionaba mucho, crecer en Estados Unidos casi toda su vida era lo cotidiano pero conocer Japón por trabajo durante 6 años y vivir aquí durante más de 3 años sabría perfectamente que estas cosas le suelen molestar mucho a la mayoría de japoneses y lo entiende, incluso a él le molesta.
«Qué molestia, son más de las 1 de la mañana, no tardarán…» fue que hilo lo sucedido, la policía estaba aquí por los lugares ruidosos y los robos, era obvio, ¿por qué no lo vio venir?, puso la mano en su frente, golpeándose, debería hacer un mapa en un papel, el sueño está haciendo de las suyas «¡Era tan simple! ¡Este lugar es el más ruidoso, y peor cuando es viernes! ¿Por qué no me di cuenta?» negó, respirando hondo, se asustó al escuchar la policía detrás de él a unos kilómetros, por lo cual apresuró el paso.
Tan rápido como apresuró el paso, llegó al lugar donde estaba el bar, al frente de este, estaba un callejón, sin dudarlo entró, caminando sin mirar atrás. Es un pasillo no muy estrecho, tres salidas que conducían a calles diferentes, fijó su mirada al final del callejón, siendo la calle principal que suele caminar; emprendió la caminata sin siquiera voltear a donde estaban los policías y las voces que se lograban a distinguir mientras se alejaba.
Se maldecía internamente por estar asustado por cosas que no debería pero no puede evitarlo, además, ser extranjero tenía sus problemas y la gente se aprovecha de eso. A casi llegar a la calle principal, fijó su mirada en unas piernas descansaban de lado de un contenedor de basura, haciendo que se sobresaltara, dando pasos hacia atrás hasta topar con botes de basura, su corazón latía como loco, redondo en sus oídos, respirando profusamente.
—¿Mm…? — la figura, la cual era una mujer joven, se despertó, estirándose un poco desde el lugar donde estaba, Max por su parte solo se maldecía por haberla molestado y quizá se metería en problemas —. ¿Un humano… ? — comentó ella al abrir mejor los ojos, consigo, destacando su vestimenta muy sugerente, como si fuera lencería o algo así, de cuero o eso se veía.
—Lo siento — pronunció, al ver que había interrumpido el sueño de la mujer, ella negó al instante.
—No, mis disculpas, debí asustarte — su voz se escucha dulce y bonita, algo que calmó a Max; de pronto algo los sobresaltó, la policía estaba a unos metros de ellos.
—Es la policía — murmuró Max, la joven se asustó, levantándose en seguida, Max actuó por impulso —. Toma esto — Max quito lo que tenía guardado en su chaqueta y se la dio con su mano derecha mientras que la otra tiene sus cosas.
—¡No te molestes, estaré bien! — susurraba para no atraer a los policías —. No te preocupes — pronunció la mujer, Max ni se inmutaba, acercó su chaqueta más a ella.
—Está bien, la policía creerá que estabas cerca de ahí y te interrogará, pontela y vete de aquí, camina entre los callejones — la mujer abrió los ojos, asintiendo. Tan pronto como se la puso, Max le daba un movimiento con la cabeza que la siguiera, ambos caminaron, perdiendo a la policía.
—¿Te la regreso o…? — pronunció al ver a Max irse.
—¿Eh? Bueno, quedate con ella — murmuró Max sin pensarlo, ella en cambio se asustó al verlo irse —. Nos vemos — le dio una sonrisa y se fue corriendo, la joven apenas iba a decir algo pero se fue en cuanto vio a los policías se acercaban, perdiéndose entre los callejones.
Max por su parte, caminaba de forma acelerada, casi dando saltos para agilizar sus pasos, ni siquiera miró a su alrededor al momento de llegar a su edificio, la única cosa que tenía en mente es llegar a su departamento, no sintió los escalones, tenía memorizado todo a pesar del poco tiempo que sale, tan pronto como llegó a su departamento, el abrir y cerrar de forma rauda, soltó todo el aire que tenía atorado, su corazón es como una locomotora el cual retumba en sus oídos, incluso sintiendo el calor de su cuerpo irse.
«No debo preocuparme, no debo preocuparme…» se repetía a sí mismo, una y otra vez, claro, conocía las costumbres de Japón durante un tiempo pero 3 años tratando de no destacar en lo absoluto, quizá ya no debería pero…
Negó con la cabeza, suspiró, se quitó los zapatos y entró por el pasillo hasta la cocina para guardar todo lo que compro, sin mucho que hacer o en que pensar, apago todo como de costumbre y se fue a dormir, el sueño el cual tenia es muy pesado, se fue a dormir al tocar la almohada.
La mañana se hacía presente, el sol se daba paso y los pájaros cantaban, la gente se movía por las calles de aquí para acá, justo en esos momentos donde el sol tocaba su punto más alto, una joven se despertaba en un callejón solitario, con sonidos a la lejanía los cuales ignoraba por completo.
« Dormí mucho mejor, al menos no tuve policías detrás de mí…» se levantó donde había dormido, un pequeño lugar acogedor y al menos limpio, estirándose un poco para levantarse «Ahora que lo recuerdo, esta chaqueta era de ese humano, fue tan amable en darmela y preocuparse por mi, debería regresarsela » miró la chaqueta, larga y acogedora, asintiendo con determinación para ir a entregarla, pero antes, debería dársela en buen estado. Se la quitó y la dobló en su brazo, volteo a ambos lugares, asegurándose de que nadie estuviera cerca, en cuanto no vio a nadie, abrió sus grandes alas negras, como si fueran de murciélago, las batió, volando lejos de donde estaba. Se elevó por lo alto, casi alcanzando las pocas nubes que estaban en el gran cielo celeste, se sentía el aire cálido sin ser tan caluroso.
« Según estipulo, deberían ser entre la 8:30 y las 9: 00 de la mañana, tengo tiempo para planchar la chaqueta » tan pronto vio el edificio que estaba buscando, descendió arriba de un edificio abandonado no hace más de 4 años, el cual visitaba de vez en cuando, era su escondite cuando ya no podía estar entre los humanos por largos periodos. Aterrizó en el techo, abrió una puerta que estaba entre cerrada y fue justo el primer pasillo donde no daba las ventanas, le encantaría explorar el edificio pero la gente no tardaría en verla y llamar la policía, ya le había pasado en otra ciudad al norte del país, no iba a cometer el mismo error.
« Tan pronto como me vieron, la policía no tardó en venir, me fui con lo que pude sacar, a la semana se esparcieron rumores… » recordó, dándole ciertos escalofríos en su cuerpo, tuvo que huir con las pocas cosas que pudo recolectar, al irse a un lugar sin tener a la vista su verdadera apariencia. Lo único que escucho al estar cerca donde antes estaba, eran rumores acerca de un monstruo merodeando o quizá demonios, por lo cual se enojó consigo misma por ser curiosa pero también se lamentó por haber dejado muchas cosas útiles, pero bueno, al final eran objetos.
Dejando eso de lado, puso manos a la obra, fue por un poco de agua, dejándola donde pudiera verla, con la poca luz que había, conecto la plancha para poder quitar algunas arrugas de la chaqueta y darle una cepillada con agua para quitar lo sucio; tan pronto como estuvo listo fue por una bolsa de plástico, dobló con cuidado la chaqueta, metiendola en la bolsa, soltó aire de forma orgullosa al ver la chaqueta doblada, de algo sirvio ver a las personas desde lo lejos.
Al ver por una ventana el día, supuso que eran pasadas de las 10 de la mañana. Sería mejor apresurarse y darle al humano su chaqueta, al fin y al cabo él fue amable con ella y era algo que debe agradecer profundamente; salió del lugar y emprendió vuelo a donde estaba aún el olor del humano, al menos ser un ser infernal le daba ventaja. De otra forma tendría que estar cerca y consigo miradas raras.
Max se levantaba, con pesadez se dirigió hacer lo que siempre hacía pero con la diferencia que no trabajaba, siendo fin de semana, aunque no se salvaría de organizar sus deberes y sus horarios para descansar, de otra forma se volvería loco. Al salir de la ducha y secar su pelo con una toalla, pensaba en la comida, tenía varias opciones rondando por su cabeza, unas más ricas que otras.
«Quizá ramen instantáneo o Hot Cake o mejor el almuerzo, quizá espagueti con puré de papá y carne…» le daba vueltas, todo suena delicioso pero lo difícil es escoger la comida del día y cual seria. Mientras le daba vueltas, el timbre sonó con un ligero golpe en la puerta, sacándolo de sus pensamientos «¿Quién será a estas horas? Quizá sea ese loco o la vecina de abajo…» suspiró, rindiéndose en las posibles respuestas que daría a sus odiosos vecinos, solo esperaba que quien estuviera tocando su puerta no le fastidiara su mañana.
—Si, lamento la tardanza… — abrió la puerta mientras decía eso, al levantar la mirada, paró en seco, observando de quien se tratara.
—¡Buenos días! Lamento la molestia — era ella, la joven de ayer, quien dio su chaqueta negra.
—Bue...buenos días — saludó, tratando de buscar una respuesta a lo que sus ojos veían, lo más destacado eran sus cuernos y una cola delgada moviéndose detrás de la mujer, no era un sueño, es real —. Eres la de ayer… — tal vez eran cosas robóticas o un disfraz, claro, su vestimenta sugerente… ¿sería una prostituta…?
—Me alegra que lo recuerdes, veras… — antes de que continuara, escuchó a su vecino y a otros más, por lo cual lo obligó actuar rápido.
—¿No quieres entrar? Será mejor hablar adentro — la invitó, la joven asintió sin dudarlo mucho, entrando, Max lo hizo, cerrando la puerta en cuanto pudo con cerrojo.
—Lamento las molestias — observó como ella se quitaba lo tacones largos, negros de latex, dejandolos a un lado y levantandose con una bosa en su mano, la cual era su chaqueta, camino adentro del departamento, observando el lugar.
«¿En qué problemas me metí? Ella solo viene a entregar mi chaqueta pero, ¿con esa ropa? ¿y cómo llegó hasta aquí?, más bien, ¿cómo es que supo donde vivo? Si solo la vi una vez…» se preguntaba una y otra vez, tratando de buscar sentido, tal vez no debería pero había otras preguntas que contestar, de imaginarse una respuesta le aterraba y no quería hacerse ideas erróneas, debería desconfiar pero siente que no debe, ruega que esto no lo lleve a problemas más serios.
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"Bad Wingman"
[Vestige Tomura AU]
Deku, if you're not going to let Vestige Tomura hang around Aizawa, then he's going to make YOUR dates insufferable!
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old inko and shigaraki doodles
au where inko unknowingly befriends the leader of the league of villains and ruins afo’s schemes with the power of motherly love
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Quick wing practice with the boys
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