#、 📂 astor buchanan ∶ conversación.

[sobezr]

⠀⠀🖇️⠀⠀── ⋆ 𝘀𝘁𝗮𝗿𝘁𝗲𝗿 𝗽𝗿𝗶𝘃𝗮𝗱𝗼 para @badmiraclezz .

‘ ¡theo! ’ grita por encima de la música desde el otro lado de la puerta, sus nudillos golpeándola con insistencia. ‘ —soy yo, astor. venga, abre. ’ espera unos segundos sin respuesta. y aunque no está particularmente preocupado, sí comienza a perder la paciencia. ‘ dios— ¿qué tan arruinado estás? ¡abre! ’ gira el cuerpo de lado y se dispone a empujar la madera. pero, a riesgo de no lograrlo y humillarse frente a su círculo en común, continúa insistiendo con los golpecitos, cruzando los dedos para que el otro aparezca.

[sobezr]

como ya le es rutinario, su primer instinto es girarse hacia theo como quien espera de su parte una respuesta que él no puede dar. pero entonces repara en que ambos cuentan con la misma información, un poco reprochándose a sí mismo por la ausencia de iniciativa. ‘ eh, no, no. nosotros nos conocemos hace años. ’ aun así, lo mira como quien busca una confirmación. su vista se alterna entre él y blair. ‘ —por nuestras familias. estamos más o menos en el mismo círculo. ’ un poco podridos en dinero y en la alta sociedad londinense, quiere decir. ‘ aunque yo soy galés. ’ añade, torpe e innecesario. ⋆ @badmiraclezz.

" entonces— " hace pausa en lo que bebe un sorbo corto, dejando que la mirada se deslice de uno para luego pasar al otro, como si analizara las facciones " ¿de dónde es que se conocen? " el índice pasa de uno a otro, haciendo la conexión " ¿o nada más se conocieron aquí en el circuito? " / @sobezr @badmiraclezz

[sobezr]

⠀⠀🖇️⠀⠀── ⋆ 𝘀𝘁𝗮𝗿𝘁𝗲𝗿 𝗽𝗿𝗶𝘃𝗮𝗱𝗼 para @badmiraclezz.

en los breves instantes que el frío nocturno lo golpea, recobra más o menos la consciencia. y es en uno de esos que divisa el rostro de quien una vez fue su mayor confidente, su mejor amigo. en un primer momento cree que se equivoca, que está viendo esa cara que persigue en otras personas todos los fines de semana. pero entonces se da cuenta de que no, de que de verdad es él. y, por consecuencia, se enoja. se pone de pie como puede y arremete contra el único oficial en escena, ‘ ¿qué—qué hace él— eh…? ’ apenas es capaz de formular una oración, demasiado sobrepasado de alcohol. percibe las miradas de otros como él, más-o-menos-celebridades, mirándole; pero no se preocupa demasiado por ello. se gira para theo. ‘ ¿quién te llamó? ¿qué quieres? ’

[sobezr]

⠀⠀🖇️⠀⠀071.⠀an otherwise empty library during a late study session . ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀con @skywavlkcr.

sus párpados lo vencen y se cierran en su totalidad por la brevedad de unos segundos. su cuerpo pierde el equilibrio, mas logra frenarse antes de caerse del asiento. brusco, se espabila. ‘ dios, ¿qué hora…? ’ sacude la cabeza, cierra el cuaderno. ‘ lo siento, b. este es mi límite: ahora me encomiendo a dios y a todos los santos. tengo que dormir. ’ se estira en su lugar a la par que bosteza, aunque no se termina de levantar del asiento. por el contrario, permanece quieto y con los ojos sobre ella. ‘ ¿te quedas? ——tienes que dormir. ’

[sobezr]

⠀⠀🖇️⠀⠀── ⋆ 𝘀𝘁𝗮𝗿𝘁𝗲𝗿 𝗽𝗿𝗶𝘃𝗮𝗱𝗼 para @badmiraclezz , @skywavlkcr .

aunque hace un buen esfuerzo por no mirar, no es suficiente. sus iris eventualmente vuelven a los de él y a los de ella por igual, y la habitación, si bien suficientemente amplia, se torna diminuta con sus presencias. y entonces sucumbe. aprovecha la soledad de theo para encaminarse hacia él, las manos en ambos bolsillos del pantalón y su andar con falsa seguridad. ‘ vaya, te ves… —terrible. muy, muy demacrado, hombre. ’ miente descarado como línea inicial en un volumen regular, como quien busca el oído de blair en el proceso, a quien no deja de ver por el rabillo del ojo.

[sobezr]

⠀⠀🖇️⠀⠀── ⋆ 𝘀𝘁𝗮𝗿𝘁𝗲𝗿 𝗽𝗿𝗶𝘃𝗮𝗱𝗼 para @skywavlkcr.

mira el reloj en la pantalla de su teléfono, luego hacia adelante, mas no consigue divisar nada nuevo. ‘ dios, b, ¿cuánto más…? vamos a llegar tarde. ’ advierte lo obvio en un volumen más alto, e instintivamente ve el celular una vez más. ‘ tenemos como veinte minutos de viaje según el mapa este. ’ se pone de pie y camina de a pocos hacia el umbral que los separa, pero no se atreve a adentrarse en la habitación ajena sin su permiso. es más, medita sus siguientes palabras por unos segundos. carraspea y decide ir adelante con ello. ‘ oye, ¿tú crees que…? —es decir, ¿te molesta si se suma alguien a nuestra mesa? yo, eh, conocí a esta chica… ’

[sobezr]

──⠀⠀⋆⠀⠀big⠀time⠀nothing⠀,⠀𝗮𝘀𝘁𝗼𝗿⠀𝗯𝘂𝗰𝗵𝗮𝗻𝗮𝗻.⠀𝘀𝗼𝗯𝗲𝘇𝗿.⠀ross lynch.⠀treinta años.⠀cardiff, gales.⠀tenista.⠀estado⠀∶⠀selectivo.

、 📂 astor buchanan ∶ conversación.

、 📂 astor buchanan ∶ psicología.

、 📂 astor buchanan ∶ semblante.

、 📂 astor buchanan ∶ dinámica.

、 📂 astor buchanan ∶ estética.

[sobezr]

el tacto lo vuelve loco, le hace perder los pocos papeles que le quedan y ya no es tan tímido al momento de soltar un jadeo más fuerte, poco preocupado por oídos vecinos. se deja guiar hacia la entrepierna ajena casi sin meditarlo, sin sobrepensarlo. le sabe tan natural. siente que conoce su cuerpo y al mismo tiempo no, que está conociendo rincones nuevos que nunca pensó que exploraría. o quizá sí, quizá sí lo pensó. tal vez lo fantaseó en algún momento, reprimiéndolo como un deseo inocente, propio de un adolescente cuyas hormonas vuelan. no le dio tanta importancia y lo olvidó. y ahora tiene todo el sentido del mundo. su mano sube y baja con rapidez, envolviendo su erección como si le perteneciera. mordisquea el labio de su amigo hasta sentir un leve atisbo metálico y, cuando él se aparta, emite un sonido parecido a una súplica. pero sentir su mirada es suficiente para que él también lo mire a los ojos. una sonrisa amaga con dibujarse, con traicionarlo y sacarlo del trance, porque sabe que incluso en pleno raciocinio ya no sería capaz de detenerse, no a estas alturas de la partida. por fin, lo hace. sonríe. acto seguido, cierra los ojos y se permite echar apenas la cabeza hacia atrás, producto del placer y de la debilidad que le corroe todo el cuerpo, capaz de desplomarse ahí mismo. pero el instante es interrumpido por una puerta que se abre y, como theo, astor también se separa de inmediato. sus reflejos son menores ( así como en la cancha ) y solo logra apoyar la espalda contra la pared, quedándose quieto. un par de brazos tantean la pared vecina a la pared, una voz larga un quejido y dice un par de cosas que le son ininteligibles, y después desaparece. la puerta queda entreabierta y astor vuelve a respirar. ve a su mejor amigo reincorporarse como sí nada mientras él todavía está quieto, semidesnudo. es recién cuando habla que abandona la fantasía. ‘ eh… ’ dice, la voz grave y el corazón que late con fuerza. se humedece los labios, obligándose a reaccionar. ‘ ah, sí… —sí. ’ se agacha para hacerse de su camiseta, que se da la vuelta para colocarse, como si le avergonzara el acto. permanece de espaldas al inglés mientras se acomoda los pantalones también. luego camina hacia la cama, donde había visto su abrigo. lo evita con la mirada en todo el trayecto hasta que ya lo tiene puesto. entonces por fin lo enfrenta—más o menos. no lo mira realmente, sino que ve el suelo. ‘ ¿vamos? ’ inquiere, la voz que sale más bien como un susurro.

siente el latido de su propio corazón en los oídos, retumbando. se mezcla con las respiraciones agitadas de ambos y se le hace imposible concentrarse en una sola cosa. encuentro es así, confuso y desesperado, ansioso, intencionalmente buscando evitar que pensamientos racionales aparezcan porque sólo significarían que aquello termine. y no quiere eso. deseo en ese momento es confuso también. porque astor deja de besar sus labios para besar su cuerpo, y tacto es caluroso, pero cosquilleo que le genera es excitante y molesto al mismo tiempo. theo quiere besarlo, sentir su cuerpo rozándose con el de su amigo. quiere más y no quiere más que eso al mismo tiempo. de todos modos lo deja. dígitos que se hundían en su nuca buscan cabellos castaños y se aferran, permitiéndole que siga. si tuviera un gramo de razocinio en su cabeza, se preguntaría si podrían quererse dos cosas al mismo tiempo. él, que siempre pareció quererlo todo, todo el tiempo. que nunca nada parece un obstáculo. labios otra vez se encuentran y siente alivio, pero también hambre y desesperación. gesto de astor es tímido cuando se aleja y lo mira. a theo le arde el pecho ante el pensamiento de que va a frenarlo. mantiene la mirada y diestra se encuentra con la dureza de su amigo. descubre que tacto le encanta. no es algo que haya hecho antes --el estar con otro hombre--, y no tiene forma de saber si es solo eso o se trata de que tiene envuelto a en su mano a su mejor amigo. hace presión y masajea, astor lo besa de vuelta, deja escapar algo parecido a un gruñido entre sus labios. se apresura a hacer lo mismo, y lleva mano contraria a su propia entrepierna. quiere saber si a astor le pasa lo mismo. quiere que sienta lo que él siente. pero instintos le ganan, esa desesperación que se parece a un enojo vuelve a apoderarse de él. se separa y busca su mirada con un impulso dominante que se refleja en el intenso agarre sobre el miembro de su amigo, como si buscara apresarlo una vez más contra la pared, como si cuerpos no llevaran varios minutos golpeándose entre sí. mantiene la mirada y puede sentir como pecho sube y baja con fuerza, en lo que agarre se convierte en un masaje torpe. está por disponer del cuerpo de su amigo con la misma intensidad cuando siente un sonido en la puerta detrás suyo. se separa con una rapidez casi inhumana. quiere voltearse, como quién se hace el tonto, cuando halo de luz externa ilumina la habitación y da con una botella de vodka abierta, a medio beber, sobre una cómoda, a la cuál le da un trago largo que le quema la garganta. no le importa, necesita que le queme los pensamientos también. ni se repara en si ha entrado alguien o no, o si han dicho algo. theo se agacha a buscar su camisa y se la coloca. "¿encontraste tu abrigo? " pregunta con naturalidad, con ese tono tan usual en él, como si bebida alcohólica le hubiera borrado la memoria.

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si tiene que sincerarse consigo mismo, no recuerda la última vez que disfrutó estar así con alguien. pero puede que eso tenga que ver con que nunca tuvo nada similar a lo que comparte con theo, esa complicidad que los destaca de la mayoría cuando están en una habitación llena de gente y que ahora se traslada a una vacía con ellos dos como protagonistas. no quiere que pare, así que, cuando el chico se retira la camiseta y todo empieza a sentirse demasiado real, procura hacer caso omiso a los principios de una ansiedad que, de todos modos, queda en la parte de atrás de su cabeza tan pronto como aprecia su torso desnudo. tarda unos instantes en reparar que es theo quien se está ocupando de su propia prenda, para lo que él pone los brazos en alto como acto reflejo. los movimientos de su amigo son rápidos y entiende bien por qué: sabe que si se frenan por demasiado tiempo, un pero aparecerá, más seguro que no de parte suya. mas astor no se opone. lo envuelve la danza de sus bocas y la calidez de sus pieles juntas. cuando siente la entrepierna ajena golpeteando contra su pelvis, mordisquea el labio inferior opuesto y ejerce una presión que no le sabe natural en él. al poco tiempo se aparta para descender hacia la dermis de su cuello, donde hunde sus rosados e inicia un camino de gestos bastante similares: excitados, impacientes, rabiosos. sus acciones son desordenadas. viaja desde su boca a su cuello a su torso y a su boca una vez más con un hambre que no recuerda haber tenido antes. es tal la desesperación que no se da cuenta el momento en que sus manos viajan hacia sus propios pantalones e inician un masaje sobre la dureza que se forma por encima de la tela. irónicamente tímido, se le ocurre guiar la diestra impropia hacia la zona, como una demostración de lo que está causando en él. solo entonces es que se anima a abrir parcialmente los ojos y buscar los de él—incluso si solo por la brevedad de un instante. lo siguiente que hace es tomarlo del mentón con la mano libre y volver a besarlo.

cuando instigó a su amigo a entrar al baño, nunca imaginó algo como eso. tampoco sabía qué quería exactamente pero seguro se parecería a que cada uno esté con una chica mientras compartía miradas con astor. no sería nada nuevo. theo disfrutaba mirarlo en esas situaciones y nunca se había cuestionado el por qué. no es algo que hiciera con ninguna de sus emociones. pero nunca pensó estar buscando algo como eso. jugar con los límites siempre fue lo suyo. ¿pasarlos? eso era otra cosa, y era muy selectivo con cuales. astor lo separa, a penas un poco, y eso a theo lo enoja. reacción es primaria y se le nota en el brillo de la mirada. se niega a mantener el contacto visual porque sabe que si encuentra a su amigo en la oscuridad va a tomar conciencia de lo que hace y, en el fondo, es lo último que quiere. vuelve a atrapar sus labios con la misma intensidad que antes, mas quizás. abdomen se contrae al sentir el tacto contrario. descubre que le gusta, que quiere que sentir más de eso. cuerpo reacciona volviendo a aprisionarlo entre él y la pared, buscando más de él, e inmediatamente vuelve a darle lugar para que lo recorra. no es la primera vez que siente las manos de astor en su piel desnuda y tampoco cree que sea la primera vez que no quiere que deje de tocarlo. más de una vez habrá inventado una excusa para que su amigo tuviera que pasarle crema por la espalda. pero salvajismo de la situación lo hacía diferente y muchas veces más adictivo, menos secreto. siente tirón en su camisa y ni siquiera se detiene a desabotonarla. se separa lo suficiente para quitársela por encima y hacer lo mismo con la de él. busca retomar contacto con inmediatez. lengua se hace paso entre sus labios con esa impertinencia tan propia de theo, pero sobretodo busca sentir su piel sobre la de él. pecho busca el contrario, el roce de su piel. mano que descansaba en su cintura, desciende por su posterior, a donde se aferra y lo obliga a acercarse aún más, como si fuera posible. presión en su pantalón crece demasiado y de manera bruta, buscando generar el mismo efecto en su amigo. si bien encuentro es desesperado, también es curioso. quiere entender el cuerpo de su amigo de la infancia de otras maneras, entender como reacciona en esos momentos que nunca ha presenciado pero por los que más de una vez se ha preguntado.

[sobezr]

uno de sus suspiros se transforma en algo más grave y sonoro al sentir la fricción que se genera entre sus cuerpos, que lo lleva a tirar la cabeza levemente hacia atrás. en la torpeza, se golpea apenas contra la pared, que lo espabila solo lo suficiente como para acomodar la postura. no entra en el campo del raciocinio principalmente porque no quiere. le gusta estar así. le gusta mucho estar así. y lo cierto es que no sabe si existirá otra ocasión similar a aquella, así que, casi como buen discípulo de theo, se dedica a disfrutarlo. jadea ante su agarre en el cuello y posteriormente, sus besos. pero así como su amigo parece movilizado por algo más animal, él no se queda atrás. tiene la abrumadora urgencia de deshacerse de las prendas ajenas, mas no lo hace de inmediato. lo que sí hace es separarlo unos centímetros de sí para que ambas manos puedan descender hasta el límite entre su abdomen y sus piernas. mientras la derecha comienza a recorrer la piel de su torso por debajo de la tela de su camiseta, la izquierda juguetea solo con la idea de su zona pélvica. ambas caricias ganan vigor con suma rapidez. no se detiene a mostrarse pudoroso como de costumbre, sino que se planta en su dermis a la par que retoma los besos en sus labios, exaltados y bruscos, adueñándose de aquello que siempre le pareció tan ajeno. al menos en ese sentido. porque conoce parcialmente la piel contraria, pero no en este contexto. nunca en este contexto—y, aun así, se encuentran como si lo hiciera de toda la vida. cuando introduce su lengua en la boca impropia, le sabe a lo mismo que darle un pase, y se pregunta entonces por qué no lo habían hecho antes. la respuesta la tiene ( o algo así ), mas no se detiene a pensarla. lo que sí hace es comenzar a tirar de su prenda superior con la intención de quitársela.

ese tipo de situaciones eran normales para theo, había vivido una bastante parecida no muchos minutos atrás. se centraba en disfrutarlas y divertirse, pero esa era muy distinta. tenía la cabeza atontada y sentía la sangre caliente recorrerle por todo el cuerpo. toda racionalidad había abandonado su cuerpo y sólo podía moverse por los impulsos de este. labios buscaban los de su amigo con cierta desesperación, y lengua aventurada se empieza a colar entre ellos. sigue los pasos de astor y un suspiro se le escapa, como si hubiera entendido exactamente lo que necesitaba. ¿será que los cuerpos que se entienden en la cancha podrían entenderse de esa manera también? en una habitación ajena, oscura, con la música rebotando sobre las paredes. los haceres de astor con su cuerpo le roban jadeos. tirón en el pelo y en sus labios solo logran avivar ese fuego que le recorre el cuerpo, que en cierta forma se parece al enojo, pero de una manera distinta. le recuerda a las veces que ha destrozado raquetas en un partido. cuerpo se estampa contra el de él con esa misma energía, como si buscara dejarlo sin aire. movimiento de los besos hace que cuerpos se rocen con más fuerza y torpeza, e inconscientemente busca su entrepierna con la de él. pulgar que sostenía nuca del castaño se traslada a su cuello, haciendo una presión que pretende ser leve pero con la energía que maneja podría ser más fuerte de lo que pretende. labios se despegan y le besa el cuello durante cortos segundos, más por un acto reflejo que por otra cosa. imeediatamente vuelve a besarlo. copia su gesto y mordisquea su labio. se da cuenta que eso es lo que quiere, sus labios con los de él y su cuerpo sintiendo el suyo.

[sobezr]

frente a la orden de theo y contra su lado más racional, astor acata. en buena medida porque no quiere detenerse. porque aún a sabiendas de las tantas razones por las que podría estar mal, le sabe bien. sus labios parecen complementarse a la perfección, poniendo en práctica esa química que todos les dicen que tienen en la cancha y de la que él nunca ha dudado. lo que ignoraba hasta entonces es que por fuera del terreno deportivo podía sucederles algo similar. el resto de su fisonomía comienza a afianzarse también, haciéndose de la calidez de su roce sobre su cintura y presionando la zona de su cuello con sus dígitos. se mueve apenas por la habitación a las tientas, y por fin se encuentra con lo que parece ser una superficie en la que puede apoyar la espalda y evitar tropiezos. una de sus manos, todavía temerosa, sube de a pocos hasta llegar a la cabellera contraria, donde hunde sus huellas y tironea levemente como acto reflejo. puede sentir el latido de su propio corazón, que se mezcla con el ruido de un suspiro que se cuela en medio de una breve separación. pero tan pronto como se distancia, lo vuelve a buscar con los labios, esta vez mordisqueando el rosado inferior del chico para atraerlo incluso más hacia sí—si aquello es siquiera posible.

theo se entrega completamente, como con todo en la vida. lo besa como si llevara años queriendo hacerlo, y tiene la suerte de que su cabeza es tan inhábil para procesar sentimientos que no se da la oportunidad de preguntarse si no lleva años queriendo besar a su amigo. agarre es fuerte y torpe, al igual que el vaivén de labios que se parece más al hambre que a otra cosa. astor se separa, a penas un poco, y ni siquiera escucha lo que dice porque la sangre le bombea en los oídos y solo puede escuchar su propia respiración. y aunque su amigo vuelve a unir sus labios con los propios, a penas puede formular un " cállate " entre sus labios. porque lo último que quiere es que astor los baje a la realidad y se den cuenta que no deberían estar haciendo eso. no quiere parar. se siente como en la cancha de tenis, cuando los pases son fuertes y continuos. el punto puede ser importante pero nada se compara a la adrenalina de ese particular instante. empeñado en llevarle la contraria --a pesar de que no ha hecho nada para detenerlo--mano libre busca cintura contraria, obligándolo a romper con la poca distancia que quedaba. cuerpos se rozan y se empieza a preguntar por todos esos recovecos del cuerpo de su amigo que sí conoce, por esa confianza desmedida que se tienen, y todos aquellos que jamás tocó.

[sobezr]

comienza a cerrar la cremallera de la mochila cuando escucha su cambio de decisión. en un primer momento no sabe cómo reaccionar. se queda quieto, esperando a que le diga que se trata de una broma o algo similar, mas ella no lo hace y él, instantes más tarde, se limita a acatar. vuelve al asiento con mediana rapidez, pero esta vez es calculador, medido. la escucha hablar y no sabe bien cómo responderle. lo cierto es que no la entiende: en ocasiones piensa que blair lo odia; otras que esas son, de hecho, sus formas de quererlo. ‘ está bien. ’ dice en cambio. ‘ tienes razón. ’ por supuesto, no se lo cree, aunque le encantaría que así fuera. astor ha vivido una vida privilegiada, y la mayoría de sus problemas se los ha creado él mismo en su cabeza. aún extrañado, saca de la mochila el último texto que se dejó a la mitad junto con el cuaderno. busca el párrafo donde se había quedado y hace un esfuerzo por retomarlo. sin mirarla, le dice: ‘ gracias, b. ’ en un susurro, e ignora del todo por qué le dio otra oportunidad, pero decide no cuestionárselo.

el entrecejo se le frunce al oírlo, respuesta le parece realmente inoportuna, patética por no decirlo menos. no entiende de dónde nace menosprecio hacia su propia persona, astor no es tan diferente a theo después de todo, quizás no esté deportivamente a su nivel, pero tiene otras cualidades que lo hacen mejor persona, por ejemplo. la verdad es que no logra sentir mucha simpatía con las personas inseguras, cree que un espíritu trizado es tu peor enemigo, pero con astor hace excepciones, cree que nada más le falta un poco más algo: pasión, seguridad, confianza, un conjunto de todo. no se da media vuelta, si no que rodea la mesa para sentarse en el lugar donde estaba antes, contrario a él nuevamente " siéntate " dice en un tono que es más una orden que una invitación, buscándole la mirada que le esquiva " no vuelvas a compararte con él, es patético, no eres su sombra " quizás ella pueda darle el empujón que necesita, sin rodeos, tal cómo estaba acostumbrada.

[sobezr]

de inmediato se reprocha mentalmente su propio accionar. se cuestiona por qué lo hizo: él no es así, ellos no son así. pero lo peor del asunto es que no se arrepiente. incluso en su nebulosa de duda, el contacto le gustó. tan sumido en su cabeza, no repara en los pasos de theo detrás suyo, achicando la vista para divisar su abrigo en la oscuridad de la habitación cuando siente el roce de su amigo que le advierte su presencia. no tiene suficiente tiempo para procesar lo que significa que esté ahí, pues tan pronto como se da la vuelta, sus frentes están juntos y, acto seguido, sus labios. astor no se aparta. le toma unos momentos cerrar los ojos y entender lo que está sucediendo, mas una vez que lo hace, sus labios parecen acoplarse con suma facilidad a los de él. el resto de su fisonomía permanece quieta, tensa. le recuerda mucho a su primer beso con una de las amigas de su hermana. hacen varios años de eso, pero como esa primera vez, en esta ocasión tampoco consigue discernir bien qué hacer. entonces se aparta apenas. ‘ ¿qué…? —eh, ¿estás…? ’ pero no consigue cerrar ninguna de sus ideas, porque tan pronto como comienza a hablar, sus labios parecen buscar los de su amigo nuevamente. esta vez una de sus manos lo rodea por el cuello, mientras que con la otra trata de afianzarse en lo sombrío del lugar, como quien no quiere perder el equilibrio.

para nada se espera lo que sucede cuando le suelta el agarre a su amigo. astor lo besa y theo a penas puede procesar lo que está sucediendo. es demasiado corto como para que el más alto pueda reaccionar, aunque no sabe cómo lo hubiera hecho. algo completamente ajeno a theo. siempre tiene alguna reacción para todo. no entiende lo que acaba de pasar, pero sobretodo no entiende la sensación que le confirma que era lo que buscaba desde que abrió la puerta del baño y descubrió a astor del otro lado. sigue sin hablar. lo sigue con la mirada como si astor fuera una figura que se mueve en una pantalla. pies finalmente responden cuando castaño abandona la habitación. lo recorre esa adrenalina que sólo siente en la cancha de tenís, esa que le borra todos los pensamientos de la cabeza y sólo siente la sangre caliente que le recorre el cuerpo. camina detrás de él, sin quitarle la mirada de encima. cuando astor desaparece dentro de la habitación, theo apura el paso y hace lo mismo, solo que cierra la puerta detras de él y con el envión de su caminata hace el mismo movimiento que realizo para juntar sus frentes de esa manera tan íntima pero amistosa, que parecía tan casta e inocente, sólo que esta vez le planta un beso muy diferente al que le dio astor. es tal cuál a la actitud de theo irracional y apasionado.

[sobezr]

‘ blair. ’ implora, porque no sabe qué más hacer para reparar la grieta que se forma entre ellos en cuestión de minutos. no considera por un minuto que la reacción ajena pueda ser desmedida, o cruel. todo lo contrario. se culpa incesablemente. abre la boca para continuar argumentando, mas sus siguientes palabras lo golpean con fuerza. baja la vista, claramente abatido e incluso un poco derrotado. ‘ lo sé. ’ musita. ‘ lo sé, es que— ’ deja salir un resoplido incómodo. ‘ no sé, ha sido así siempre, supongo. ’ es un peso con el que carga que se transforma en culpa cada que se ven, porque sabe que su mejor amigo no tiene ninguna responsabilidad sobre sus propias inseguridades. sin embargo, ahí están: theo siempre ha sido más talentoso, más atractivo, más carismático. no puede evitar vivir en su sombra por mucho que se esfuerce, y los comentarios en su hogar en relación al chico tampoco han ayudado mucho. ‘ perdón. ’ dice finalmente, porque sabe también que no tiene nada que ver con ella. se encamina hacia su propio asiento y guarda lo último que le quedó en la mesa en la mochila. sin enfrentarla, añade: ‘ no tienes que irte. te dejo estudiar. ’

"no— astor, suéltame por favor " la mandíbula se tensa y acto seguido es pronta en deslizar su mano fuera del agarre masculino, continuando con su hacer, haciendo caso omiso a las disculpas y lo que tenga para decir. en ningún momento cree estar exagerando, en ningún momento siente pesar por real arrepentimiento del galés. en ese momento solo piensa en ella y lo válida que es su reacción, en cómo sus palabras ahora le suenan como un acto de debilidad de su parte y él solo le paga de esa manera. la diestra se alza en el aire, como quién le pide que deje de hablar, encontrándole la mirada solo para que vea la suya de decepción, hurgando en la herida abierta sin problema alguno " realmente no sé si podamos seguir siendo amigos, no si este será tu actuar desde ahora " suelta una vez se levanta, poniendo distancia entre ellos, física y figurativamente " no está aquí, no tiene sentido que te sigas comparando " le dice como recordatorio, porque esa es la impresión que le da. son solo ellos la mayor parte del tiempo pero pareciera que el fantasma de theo no lo dejara en paz.

[sobezr]

una arruga se dibuja en su entrecejo, pero no ahonda mucho más en ello. a sus ojos, theo la estaba pasando más que bien—y qué decir de sus acompañantes. de todos modos, le parece mejor opción quedarse callado porque lo último que quiere es volver solo. peor: que theo tenga que volverse solo en su estado. o eso es lo que se dice al tiempo de sonreír de oreja a oreja cuando crece la cercanía entre ellos. ‘ sí, qué pasa si me pierdo yo. ’ ironiza, pero las palabras pierden volumen sobre lo último, cuando sus frentes se juntan y astor se queda viéndole con la boca entreabierta. no sabe bien qué le pasa: se conocen de toda la vida, las cortas distancias nunca significaron más que eso, que la naturaleza juguetona de theo y la complicidad de astor al seguirlo. pero esta vez le sabe distinto. por ello, cuando él se separa, astor utiliza la misma mano que le palmeó la mejilla para tomarlo del mentón y plantarle un beso en los labios. es corto y brusco, y también sumamente casto. él es el primero en distanciarse, evidentemente confundido. ‘ perdón, no— no sé qué fue eso. ’ es sincero. mira al suelo, luego a su amigo, y después al suelo nuevamente. ‘ voy, eh… —voy por el abrigo. ’ casi en modo de piloto automático, se encamina hacia la habitación que actúa como guardarropa de la fiesta, todavía bastante en shock consigo mismo.

palmaditas le sacan una sonrisa, sin embargo y sin mucha explicación, gesto se endurece. él tampoco lo entiende, pero es como si comentario final terminara por molestarle. cercanía es cómplice y cómoda por demás. theo aprieta los labios un segundo antes de hablar. " tal vez no lo suficiente " codificar sus emociones nunca fue algo que se le diera muy bien. el inglés siente y actúa, incluso si no entiende bien el por qué. aprieta el agarre, atrayéndolo un poco más, con fuerza un poco bruta que puede pasar por accidental, pero no lo es. dura un segundo, quizás menos, antes de despeinarlo y soltarlo. " nah, no vas a irte solo " cuando claramente el que tiene menos capacidad de moverse solo sin hacer un desastre es él. " ¿qué pasa si te pierdes? " sonrisa vuelve a ser suave y cómplice. " ¿con quién voy a jugar dobles mañana? " con rapidez, diestra busca la nuca de su mejor amigo y pega su frente a la de él. le dedica una sonrisíta. mínima y rápida. antes de soltarlo. " vámonos. ¿tienes tu abrigo? "

[sobezr]

sabe que ha echado todo el momento a perder incluso antes de que blair comience a reunir sus cosas: le basta con verle el rostro para entender la gravedad de su error. sabe que no le corresponde en lo absoluto un aviso si entre ellos sucediera algo, pero no puede evitarlo. no cuando está seguro de que lo suyo es algo más que una banal atracción y que theo no podría decir lo mismo. ‘ blair, no— ’ la toma de la muñeca en un agarrón débil, como todo respecto a él. ‘ lo siento, de verdad. ’ continúa, notoriamente afligido. ‘ no quise— sé que no es asunto mío, pero no puedo… —discúlpame, ¿sí? no quería molestarte. ’ en ese momento, se siente patético. puede escuchar las comparativas de su padre entre él y todos a su alrededor en su cabeza, pero hace lo que puede por apagarlas. por enfocarse en la muchacha que tiene en frente. ‘ no quiero— ’ la busca con la vista, insistente, desesperado. ‘ si quieres que seamos solo amigos, está bien. puedo vivir con eso. ’ miente. ‘ —solo no… no te vayas. ’ de la biblioteca o de su vida, es lo mismo.

el rostro le cambia de forma instantánea cuando escucha interrogantes que traen consigo el nombre de tercero, como si hubiese sido un golpe de lo más bajo. es consiente de sentir de ambos hacia ella, y si bien tenía una especie de juego constante de forma paralela, cuando estos caminos se unían y nacía lo que parecían celos o actitudes recriminatorias en su contra le parecía desagradable, sobre todo al recordar que el par llevaban años siendo amigos. cierra el libro con un solo movimiento y agradece que es él quién se mueve para no tener que ser ella quién lo quite de su regazo. le escucha hablar mientras recoge cada una de sus pertenencias " olvida lo que te dije " que tampoco fue algo realmente claro, pero las quitaba de la mesa de todas maneras, como si se sintiera realmente ofendida " da igual, ya lo dijiste " es lo único que le responde a cambio, claramente las disculpas no tomándolas de primera " iré a terminar de leer a mi habitación, buenas noches "