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. # ⠀𝐓𝐎𝐑𝐓𝐔𝐑𝐄𝐃 𝐏𝐎𝐄𝐓𝐒 𝐃𝐄𝐏𝐀𝐑𝐓𝐌𝐄𝐍𝐓 ♡ (moodka couling . tailandesa . departamento de su ex pareja)

Sabía que no debía ir sola, que ese saqueo de sus pertenencias no debía de realizarlo cómo una delincuente, mientras aquella persona que fue tan especial en su vida por más de dos años se encontraba fuera. Sin embargo, acudió a medios desagradables, que la dejaban muy por debajo de los modales que ella siempre presumía. Quedó petrificada al ver aquella cajita color negra con aquel diamante brillantes, algo que había esperado durante años. Quizá hasta hace veinticuatro horas, habría sentido el pecho inflado de orgullo de enterarse de aquello. Escuchó el crujido de la puerta, supuso que había llegado, pero no le importe estar ahí cómo una delincuente. Giró sobre sus talones con el estuche en mano temblorosa, y espetó con miedo “¿Tú ibas… vas a casarte?” No sabía por qué lo hacía, si temía tanto de conocer la respuesta.

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Fue imposible para la tailandesa no sentirse ofendida con su respuesta. Después de todos los años juntos, ¿Cómo se atrevía a evadir su duda de esa forma? Tampoco esperaba que al llegar corriera de emoción, o se hincara ante ella rogándole que vuelva, colocando ese anillo en su dedo, pues, aunque él ahora era más libre que nunca no dejaba de contraerle el pecho de solo pensarle con alguien, sobre todo haciendo las cosas que nunca hizo con ella. Frunció el ceño, e intento colocar una capa de indiferencia sobre toda esa indignación “Quise venir yo personalmente por mis cosas, y no causarte molestias” tampoco era su intención entrar como delincuente al lugar dónde vivió por tantos años. Aún sentía que gran parte de ella pertenecía ahí. Observó la caja que poco a poco era retirada de sus manos, y tembló “Bien, entonces iré por ellas si no te importa” su sospecha cambiaba todo el sentido de las cosas respecto a sus sentimientos hacía él y cómo había acabado todo.

piensa que es irónico, no hace mucho tiempo, era normal para él encontrar cada uno de los rincones de esa casa llenándose por los vistigios de esa figura, desde encontrar rastros de ella en los cafés de las mañanas, hasta sábanas cálidas y toallas usadas, y que ahora tan solo su presencia en esa habitación que compartían le sorprenda. ‘ ¿llamaste? ’ sabe que no, tendría la llamada perdida merodeando en su móvil, pero espera que deje en evidencia lo infantil de esperar que se encontrara en horario laboral para pisar un pie en esa casa. creyó no terminaron en malos términos. de hecho, bien lo recuerda, fué su decisión retirarse. en pasos serenos, se acerca hacia ella haciendo caso omiso a la inquisición. no le debe una respuesta y tampoco está seguro de poder responderla. simplemente recupera en su posesión la cajita que ocultó en el recoveco más escondido de su cajón. ‘ si querías tus cosas podrías haberlas pedido y con gusto pedía a alguien de intermediario para que te las diera. ’ pero no es lo que le molesta. ‘ están empacadas en el armario. no ahí. ’