#♚ ɪɴᴛᴇʀᴀᴄᴛɪᴏɴ (ａｌｅｘａｎｄｅｒ)

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❝  you asked me once,  if i would ever take a chance on us…maybe that ship sailed.  but.  ask me again?  sometime— doesn’t have to be today.  maybe tomorrow just.  ask me again.  ❞ - @indieforgirl​

               Alexander negó con la cabeza, los ojos llenos de lágrimas de rabia en lo que fruncía el labio para evitar soltar un sollozo. “Tal vez mañana, ¿qué pasó con ayer? ¿Qué pasó con la vez en que ya te pregunté, John? No puedes volver cuando se te da la gana y creer que seguiré aquí esperándote.” Jamás en su vida creyó, no solamente que tendría que negarle algo a John Laurens, sino que encima tendría la valentía para hacerlo, para mirar a los ojos de la única persona a quien más fácil era decirle que sí y tener que decirle no. “¡Ya es tarde! Ya es tarde, John, voy a ser padre.” Volvió a negar con la cabeza. “Te lo dije, yo jamás podría abandonar a mi familia, jamás podría abandonar a mi hijo.” 

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send ‘in need’ for my muse’s reaction to opening their door and seeing yours in a state. — @indieforgirl​

                            Después de todo lo que había leído y escrito sobre la batalla de Camden, Alexander estaba absolutamente maníaco, desesperado por inventarse tareas y quehaceres con tal de no tener que pensar en el hecho de que el amor de su vida podía haber perecido de disentería o durante aquella patética campaña por parte del ejército continental que había tenido lugar en el estado de origen de Laurens, lo cual solo hacía más probable su participación en la misma. Había perdido la cuenta de la cantidad de horas que llevaba despierto cuando oyó la alarma del centinela, quien tocaba la campana al son del código interno que indicaba que se había divisado movimiento en el horizonte, luego del cual todo soldado en aquel campamento que estuviese en estado para pelear corriese hacia el arsenal, deteniéndose en cuanto la campana tocó el código que indicaba que se trataba de aliados a la distancia, no enemigos. Hamilton soltó absolutamente todo lo que estuviese cargando su se abalanzó hacia los establos, subiendo al lomo de su caballo a un salto, sin siquiera molestarse en colocar una silla de montar. Fue el primero en escena, habiéndose encontrado con lo que quedaban de las tropas de Horatio Gates a mitad de camino, bajándose de su corcel tan rápido como se había montado en busca de la única persona que le interesaba ver con vida en ese momento.   

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“ i was ready. i was there. but you were too scared of something real. ”

                       Alexander señaló de forma por demás acusatoria en dirección hacia el otro muchacho. “¿Tienes idea de lo preparado que estaba para escaparme contigo a donde fuese y traicionar todos los valores por los que arriesgué mi vida tratando de defenderlos? ¡Fuiste tú quien se escapó como un cobarde! Saltaste a la primer caravana al sur sin siguiera despedirte, porque eso es lo único que sabes hacer: huir,” le soltó, refiriéndose implícitamente a la familia que había dejado atrás en Inglaterra. “Pues, encontré a alguien que jamás me pediría renunciar a mis principios sin hacer a un lado los suyos.” Se encogió de hombros; después de todo, ¿acaso no tenía derecho a enamorarse de alguien con quien era tan compatible como lo era con Eliza? “Esto ya no es algo a lo que esté dispuesto a dejar atrás. Jamás creí que llegaría en que atesoraría algo aún más que la posibilidad de un futuro contigo, pero así fue. Un futuro con Eliza implica… conseguir absolutamente todo lo que alguna vez soñé que me haría feliz—- excepto a ti.” | @indieforgirl​

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                     Alex alzó la mirada, sorprendido. “¿Cómo que por qué no?” contestó a la pregunta de su mujer acerca de por qué estaba escribiendo para rechazar la invitación a un evento laboral. “Amor, es tu día de parto. Puede que no ocurra hoy mismo, pero aún así puedes sentir contracciones... No puedes ir a ningún lado, ni yo puedo irme y dejarte aquí sola,” sentenció, negando con la cabeza. | @indieforgirl​

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“ do not touch me again. “

                            “¿Te quieres quedar quieto? ¡Un segundo, dame un segundo, y dejará de doler!,” exclamó Alexander, no porque estuviese genuinamente enojado con el pobre soldado herido sino porque estaba frustrado, detestando la idea de que tendría que causarle un dolor inimaginable a alguien que amaba tanto, tratando de recordarse que era por su bien. “Contaré hasta cinco, ¿sí? Un—” Mintió. Sin siquiera terminar de pronunciar el primer nombre, creyéndolo la mejor manera que evitar que se vuelva demasiado tenso, lo cual solo empeoraría el dolor. Tomándolo por sorpresa, dio un empujón seco y violento a su hombro, devolviéndolo a su lugar. “¡Ya! ¡Ya está! Ya está,” le aseguró, tomándolo gentilmente del rostro con la punta de sus dedos a modo de disculpa. “Ya pasó, ya está... ¿Te sientes mejor?” | @indieforgirl​