#— 𝙊𝙐𝙍 𝙃𝙊𝙉𝙀𝙔𝙈𝙊𝙊𝙉. 𝘿𝘼𝙍𝙆 𝘿𝘼𝙍𝙆 𝘽𝙇𝙐𝙀. * adriana.
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Se ha arreglado especialmente para el festival de música, poniéndose ropa que siente acordé y batiendo el pelo con spray y bucleras. —Es un poco como los Guns N' Roses, ¿no? —Pregunta, aunque para ella todo el rock es parecido a esa banda, la cual le gusta mucho. Se parezca o no, la está pasando super bien. — ¿Te invito un trago?
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—Pues sí. Y si sirve de algo, no escuché el podcast. Sólo me enteré por otros vecinos. —Encoge los hombros. A Adriana le gusta el terror pero no el morbo, por lo que no halla la gracia en crear teatro sobre la muerte de un hombre mayor, sobre todo dado que Penn era simpático y afable con la italoamericana. Ante lo otro, asiente, y acto seguido, piensa un poco su respuesta. —Pues—inicia—creo que soy paciente y capaz—y no es por tirarse flores... cree—pero si empezase a hacer algo manual, creo que haría pintura al óleo. —Encoge los hombros. —No soy buena dibujando, de todos modos. Bueno, lo hacía mucho en la secundaria... por no prestar atención a las clases. —Confiere. Adriana siempre ha estado en otro mundo, y siempre dibujaba cosas referentes a su sueño más grande: ser una estrella de Hollywood. Cuando estaba enamorada, sin embargo, se la pasaba dibujando corazones. —Oh, ¿haces pastelería? —Pregunta entonces, aunque es obvia la respuesta. —Qué suerte tiene Perry. —Suelta después, riendo. —Te juro que si fuera buena en eso, sería imparable. Lo único que me sale bien es no abrir el horno por cuarenta y cinco minutos.
“ oh. ” sorpresa se le escapa sin querer, y es que había asumido que con una nueva víctima, su episodio del podcast quedaría en el olvido. “ estoy bien. honestamente, son un montón de tonterías... ” seguía sin entender cómo algunos de sus vecinos podían tomarse el podcast en serio, incluso sentir miedo de que realmente hubiera un asesino suelto. “ pero gracias por preocuparte. ” palabras son genuinas, porque en realidad habían sido pocas las personas que demostraron preocupación por su bienestar. “ sería un buen lugar para pasar la noche si no fuera por las circunstancias. ” concuerda, compartir con vecinos habría sido incluso agradable sino fuera por el apagón. “ ¿te gustaría aprender o sólo mirar? ” curiosea entonces. “ yo he encontrado un montón de recetas nuevas para hornear, aunque casi nunca tengo tiempo para hacerlo. ”
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Para Adriana Costello, pocas cosas son mejores que un año nuevo. Es la promesa y la ilusión total de que las cosas ésta vez salgan mejores, que todo esfuerzo valdrá la pena: su nombre en las más intrincadas filmaciones y su aparición en Europa como un hito, como el regreso de las grandes superestrellas. Por supuesto, tal positividad no dura sino hasta un rato antes del brindis pues el teléfono suena y un número desconocido irrumpe en la pantalla. Adriana atiende y descubre que es su no-tan-ex-marido (después de todo, ¿qué papeles de divorcio se han firmado? ¡Ninguno!), quien le dice que ha sido muy difícil contactarla pero que finalmente pueden hablar; que la ha buscado por cielo y por tierra y que tuvo que pedir un par de favores a sus contactos del otro lado del mar, el guionista siempre tan asertivo. Le dice que un año ha sido suficiente tiempo para pensar, y que si ella está dispuesta, él comprará un pasaje para traerla de vuelta a Los Angeles porque Adri-todavía-te-amo-y-no-sabía-que-te-había-hecho-tanto-daño. Adriana cuelga el teléfono sin mediar palabra, buscando un lugar donde esconderse: así termina encerrada en el cuarto de limpieza del edificio, llorando a moco tendido. Luego de un rato, sí, busca un pañuelito en su cartera dorada y se limpia el maquillaje. Después se observa en la cámara frontal, humillada por el rostro hinchado por el llanto. Suspira y se pone de pie, habiéndose sentado sobre un balde dado vuelta, y se tropieza con una escoba pero consigue salir del cuarto, así enfrentándose con alguien más. Gira el rostro, por supuesto, como primera medida, y se pasa las manos por el mismo otra vez, por si acaso sigue habiendo humedad. —Uhm—dice. —, ¿ya pasó el brindis? —Y espera que el melodrama del cuarto de limpieza, encerrada y sufriendo echada alrededor de los trapos de piso, haya pasado desapercibido. —No me digas que ya es dos mil veinticuatro...
#estoy contemplando el unfollow hace días porque estoy muy aburrida de esta pelotuda así que decidí arruinarle la existencia#— 𝙊𝙐𝙍 𝙃𝙊𝙉𝙀𝙔𝙈𝙊𝙊𝙉. 𝘿𝘼𝙍𝙆 𝘿𝘼𝙍𝙆 𝘽𝙇𝙐𝙀. * adriana.#dios el gif jalksjlajsa im a mastermind
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"¿tienes planes para las fiestas?" @arruinvrse, @girlidiotz, @atardecers.
—Seguramente vaya al cine y luego a cenar. —Almorzar o cenar sola en restoranes ya no le produce la misma sensación de absoluta angustia que la destruía apenas había llegado a Londres. Claro que preferiría la compañía de alguien, pero ese es un tema más complicado. —Adoraría ir a Estados Unidos para ver a mis padres y mi hermano—lástima que eso significa ir a Jersey City. A Adriana le gustaría volver a LA. —pero los pasajes están caros y además en el trabajo de mesera hago más plata durante las épocas festivas. —La propina es mucho mejor. Encoge los hombros, entonces. — ¿Tú qué harás?
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— ¿Recuerdas el comercial que te comenté? —Pregunta, los ojos puestos en Sean, la linterna del celular dando su último hálito ante el cinco por ciento de batería que todavía le queda a Costello. —Grabé hoy. —Y sonríe, ofreciéndole después los pochoclos que Ronnie le ha dado. —Y eso me pone de tan buen humor que este estúpido apagón no va a arruinarme nada. —Una pausa. —Además, ¿no es genial? Para mí es una justificación para no ponerme a ordenar toda la ropa que dejé sobre la cama esta mañana. Para ti... la excusa perfecta para no tener que estudiar. —Otra pausa. —Aunque eres inteligente, sé que a ti se te hace fácil. ¡Yo en la secundaria era una estudiante malísima! Vivía en las nubes... @dit7o
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—A ti te estaba buscando—suelta Costello, una botella de cerveza en cada mano. Casi puede sentir aún el beso en la mejilla, ese que le dió Sean el otro día, y casi que puede palpar todavía la confusión de ese momento. Adriana no sabe bien qué hacer con él. Por un lado, tiene ganas de decirle que con la última charla, las ganas de besarlo sólo han aumentado. Por el otro, también un poco desea ingresar a un convento y olvidarse de todos los males que trae tener un corazón, haciendo voto de silencio para siempre. Cosa imposible para Adriana, claro, pero qué se pierde con soñar. —, esta es para ti. —Hablando de la cerveza. La oriunda de Nueva Jersey le sonríe al contrario. De verdad espera tener confidencialidad con él, con respecto a su pasado y a todo lo demás. Los gold hoops se mueven al ritmo de su cabeza cuando se gira hacia el escenario y luego de vuelta hacia Sean. Ya se siente entorpecida y estúpida por los sentimientos que han aflorado y la sencillez y tranquilidad con la que Sean se mueve por el mundo, tan así que le dan suma pena sus propias decisiones. Si bien no se siente paralizada, sí se percibe limitada. Es a consciencia que hace el esfuerzo para no acercarse más, sobretodo ahora que ha tomado unas tres botellas de Corona. Probablemente, cuando termine la que está sosteniendo, ya no pueda fingir más. — ¿Lo estás pasando bien? —Pregunta, a posteriori da un trago al etílico que lleva en la diestra. @dit7o
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#CAFÉ : @dit7o
Costello está de buen humor, cosa que no es realmente difícil de conseguir en el día a día pues pocas cosas logran sacarla de quicio y la mayoría tienen que ver con su trabajo o con la convivencia y, por suerte, ya no convive más con nadie. Sentada en frente de Sean, sopla un poco la humarada que sale de su café con crema, un par de hot cakes con manteca encima esperando a un costado. Ya van a hacer las diez de la mañana, pero Adriana no desayunó, por lo que no aguanta a que el café deje de humear y va directo al tenedor y al cuchillo, separándose un pedazo de lo que se pidió. Prueba, degustando, y cierra los ojos y se pasa la lengua por el lado izquierdo del labio inferior, queriendo sacarse los restos de miel. —Están riquísimos. —Mucho mejor que desayunar un huevo pochado con una manzana verde, que es más o menos lo que desayuna siempre. Da otro mordisco y mastica y traga y se limpia sacando una servilleta de su servilletero. Luego corta otro pedazo, ofreciéndoselo a Sean al levantar el tenedor hacia él. — ¿Quieres? —Le pregunta, sonriente. Después de todo, lo ha arrastrado consigo a desayunar a este lugar, lo mínimo que puede hacer es convidarle un poco de hot cakes.
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APARTAMENTO @roll3rcoaster.
Adriana trae consigo dos cervezas desde la cocina, llevándolo entre las largas garras stiletto con el cuidado de una mesera ya sabia. El pelo suelto y arreglado en bucles y la ropa pulcra a pesar de estar dentro del edificio, acaso fueran a aparecer paparazzis hipotéticos a través de las ventanas, acerca una de las botellas hacia Bobby y, luego, se sienta en el espacio contiguo en el sillón, subiendo las piernas al mismo y doblándolas al costado. — ¡Qué día! —Suelta, ya rendida, y se apunta con una pistola imaginaria en la sien y deja caer la cabeza contra el respaldo del sillón como si acaso le hubiesen pegado un tiro. Está totalmente cansada y quiere quejarse con Bobby, que es la persona que más la cuida en este lugar, cosa que se siente extraña, porque en realidad a Adriana nunca la han cuidado mucho. No desde que se fue de casa. Ha pasado todo lo contrario a la vela y el cuidado. —Estoy harta de que los tipos me den sus números cuando estoy trabajando. ¿No pueden esperar a que salga y pueda ponerles mala cara? —Indaga entonces, al aire, y suspira. —Quizá no debería ser tan malagradecida. —Considera, como si hablase sola. Vuelve rápidamente los ojos a Bobby y le sonríe. —Tú estás hermosa. A ti deberían pedirte tu número. Aunque imagino tu cara seria cuando te lo piden.
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—Al contrario. Soy de Jersey City, en Nueva Jersey. —No es que le fascine comentarlo, pero no reniega tampoco de la ciudad de la que viene. Eso sí, la considera poco glamurosa y a la gente que ahí vive, tosca. —Viví en Los Angeles durante seis años. —Explica entonces. Extraña el estado californiano, lo pintoresco de los surfistas en las olas de Malibu y las diminutas pero lujosas casas que se encontraban en la costa. Siempre aspiró a tener una casa por ahí, o en Pacific Palisades o en Hollywood Hills. A lo mejor no se lo merece y es por eso que no ha funcionado, pero no pierde la fe ni el tiempo. — ¿Tú de dónde eres?
"oh… entiendo." mueve la cabeza en ligero asentimiento. razonamiento contrario es comprensible, por supuesto, pero francesa tiene un manejo ( o resistencia ) bastante envidiable, ya que rara vez termina sintiéndose mal luego de un momento de exceso. y vaya que había tenido noches en las cuales el alcohol había sido más protagonista que cualquier otra cosa, incluso así, al día siguiente como mucho tenía un poco más de sueño de lo normal, pero no mucho más. "espero no correr con esa suerte." añade, sonrisa aún plasmada sobre pétalos. "siempre que hacen esto el día es incre��ble, deben tener un trato con el diablo o algo así." se refiere al evento anual de la bbq, por supuesto. "¿de donde eres pasan mucho calor?" da por sentado, a causa de acento ajeno, que no es británica, y por eso se atreve a preguntar.
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#DULCE: para un starter donde mi personaje ofrezca un dulce al tuyo. @artemivsa
—Oh, te agradezco. —Gesto de la mano como diciendo stop. —No quiero ser maleducada, de verdad. Pero no puedo, me estoy cuidando porque ésta semana tengo una audición. —Ha estado saliendo a correr en la cinta mucho más seguido, necesario para poder lucirse en este posible comercial en el horario de la cena. —Pero tengo un par de dulces, por si tú los quieres... me los estuvieron dando por ahí.
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¡me asustaste! @pormilnochez
—No se supone que dé miedo. —Dice Adriana, acomodándose los lentes de sol. —Se supone que me vea sexy... ¡soy Pamela Anderson en Barb Wire! —Suelta entonces, riéndose después. —Lo siento, Lola. Sólo quería ofrecerte este vaso con jugo y vodka, ¿te apetece?
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#DECIMO PISO: @roll3rcoaster.
—Tenme piedad—pide, suspirando después. —, apenas puedo moverme con todo este cuero apretado puesto. —Y no es que le disguste, le agrada cómo marca su cuerpo, pero sentarse normalmente y caminar rápido está bastante imposible. Con el pelo batido y enorme, Adriana suspira y se acomoda un gold hoop, girándolo para que esté del lado correcto.
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“ ¿crees que sea verdad lo que dijeron sobre las hermanas Lazard? @arruinvrse.
—Honestamente—inicia—, no he escuchado ninguno de los episodios del podcast. —Encoge los hombros entonces. No es que se sienta mejor persona por no haberlo hecho, pero no estar al tanto de qué será lo que pasó con las Lazard la pone contenta, como si esto no pudiera tocarla ni ponerla nerviosa. —Igualmente opino que no son más que chismes. —Quizá busca convencerse, quizá no. El tema es que, si la policía no lo ha catalogado como asesinato, ¿por qué deberían hacerlo los vecinos?
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PUB : @vistalmar
— ¡Pon The Game! —Suelta al bartender, que está delante de la televisión del Holly Pub. En ella pasan un partido de fútbol, más la insistencia de Adriana, que sonríe con la mayor felicidad del mundo, o al menos con una aparente felicidad más grande que el mundo, logra su cometido. El bartender lleva la mano al control remoto y cambia al canal de la BBC. Ahí, el concurso de juegos y, en la pantalla, ¡Adriana Costello! La rubia se señala, sonriente, ya borracha, y se lleva la cerveza a los labios y bebe. —Esa soy yo. —Le dice al contrario, tocándole el hombro con confianza que quizá no debería tener. —La de la tele, soy yo.
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