#¿regresar?¿Para qué?Para recibir malos tratos de los otros. No gracias. El necesita un lugar donde sanar y sea bienvenido
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I don't want Crosshair to come back with the bad batch. I know we are waiting for an emotional reunion or to see the complete clone force 99 in action again, but we have seen a reunion before and we know how it turned out.
I mean, for a short time, it's okay, but I don't see Crosshair living with the others like before; there is a lot of emotional stuff going on that they need to sort out, and they need to talk. But knowing how the batch has handled those situations before, I think they will never do it. So they're going to live in a constant state of tension between them and Crosshair; they don't trust him, and I understand why, and it's their right to feel that way. He made his decision; he chose the empire, I know. The trust is broken. I don't expect they receive Crosshair with arms wide open, as if anything has ever happened. But if they don't acknowledge their feelings about it, they are going to be at odds all the time, and Crosshair is going to get tired of it and eventually leave again. (Well, he didn't actually leave the first time; he was taken away)*
I prefer they stay apart in good terms rather than waiting for the moment when everything goes wrong and they blame each other. The life with the batch that Crosshair knew is gone. They have a new perspective on life; they have Omega now, and I think there's going to be a lot of trouble between them because of that. It has happened before. I know it's sad, and I'd love to see them together again, but that ship has sailed long time ago.
I just hope that Crosshair can find his own way, a healthy one, a place where he can heal.
*(all this in the context of a hypothetical redemption arc for him if we ever get one.)*
#the bad batch#tbb#crosshair bad batch#crosshair#tbb crosshair#bad batch crosshair#the bad batch crosshair#crosshair tbb#I love him and I just want him to be happy but this is star wars#He needs to find his way and heal#and maybe after that he could help his family from a distance like he always has.#and I know he didn't actually leave in the first place#¿regresar?¿Para qué?Para recibir malos tratos de los otros. No gracias. El necesita un lugar donde sanar y sea bienvenido
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Stay - Capítulo 31
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...
No hizo falta tanto movimiento, su abuelo había organizado todo con gusto, ya que su regreso a Seúl no había sido casualidad. En realidad, el sustituto que ocupaba la silla de presidente era un tío mayor, quien estaba más cansado de la vida de negocios que cualquiera, simplemente estaba haciéndole un favor a su abuelo, en lo que la persona adecuada llegaba. Porque el hombre ya esperaba que Seungri pidiera eso, y si no lo hacía, su abuelo iba a ofrecerlo, porque simplemente ya estaba cansado de todo eso por igual, y darle todo a sus otros primos o tíos no era una opción, su abuelo sabía la mente tan maliciosa que tenían para los negocios. Y presentía lo peor si es que les dejaba el cargo.
Así que, en ese momento todas las preparaciones se hacían con la máxima discreción, su grupo no eran más de diez personas, incluyendo su asistente y su guardaespaldas, quienes ya comenzaban a comprender el ritmo de trabajo del heredero. Seungri había aceptado, bajo sus condiciones y prometiendo que esa empresa iría como su abuelo siempre soñó.
Eran pasadas las 5 de la tarde y el estómago de Seungri comenzó a rugir, había olvidado comer —¿Puedes ir por algo de comida? —le preguntó a Wonho, quien leía un libro en el sillón contiguo.
El timbre interrumpió su respuesta, se levantó y fue a atender, Seungri tomo su teléfono y noto las llamadas perdidas —Hay alguien abajo, al parecer lo detuvieron en la entrada porque no está en la lista de visitas, pero el chico sigue insistiendo —el pelinegro se asomó y lo miro en el pasillo.
—Pide el nombre.
Unos segundos después el alto regreso —Lee Howon, según su identificación.
Entonces Seungri le dio toda la atención del mundo —que pase, que pase —su guardaespaldas habló con el de seguridad y accedieron a darle el paso. Se levantó y camino hasta el pasillo— yo abriré.
Lee Howon era el verdadero nombre de Hoya, por lo que asumió que el de seguridad reviso su identificación. El pelinegro no podía creerlo, de verdad creyó que sería imposible que su capricho se cumpliera, pero el timbre sonó de vuelta y Seungri se encontró abriendo con emoción —¡hyuuung! —el menor sonrió mientras entraba junto a un par de cajas grandes.
Dejo todo en el suelo y camino para abrazarlo, aun en la entrada —mi querido dongsaeng —lo estrecho con fuerza— pasa, pasa.
Lo ayudo con las cajas y le dio la bienvenida dentro del pequeño departamento —tenía la dirección incorrecta, estaba por Gangnam hace una hora.
—Cambie de lugar, este es más cómodo e irónicamente más seguro —tomaron asiento y Wonho lo miro algo desubicado— Wonho, él es Hoya, un dongsaeng.
Ambos reverenciaron y Seungri regreso a darle atención al recién llegado —ahora, ¿qué haces aquí? ¿vienes solo a dejarme algún recado?
El menor negó —tengo indicaciones de quedarme indefinidamente.
La sonrisa de ambos se volvió amplia —¿estás seguro de quedarte? Digo, esto no será tan emocionante o peligroso como Tokio, quizá te aburra.
—Estoy seguro, necesito un descanso de todo eso, además, es como si estuviera de vuelta en casa.
Seungri paso una mano por su cabello y lo sacudió —entonces hay mucho que necesitas aprender. Posiblemente la próxima semana se anuncie que tomare la presidencia, y justo ahora estoy revisando algunas cosas para estar un paso delante de todo.
—Masashi me dijo algo, sobre que planeas hacer cambios grandes, con miembros activos —soltó lo último como murmuro, gracias a la tercera persona.
El mayor comprendió la restricción, envió a Wonho por comida como había planeado antes, le dio una de sus tarjetas y regresó con Hoya —me recibieron con guardaespaldas y asistente, no pude evitarlo.
—Me siento traicionado —se rieron y el pelinegro fue por bebidas— ¿cuándo volviste? ¿y porque no me dijiste que fuiste a Tokio?
El menor y él se habían visto más de una vez en Los Ángeles, cuando la rehabilitación del pelinegro acababa de iniciar, Hoya se había aferrado con Hideo, alegando que no podía dejarlo ir solo. Luego de menos de un mes, el menor tuvo que regresar a Tokio y Seungri tuvo que tomar una rehabilitación más fuerte, donde ya no podía recibir visitas. Decisión que tomo por sí mismo, para alejar a todos, hasta que supiera que sucedía otra vez. Así que era más de un año que no lo veía o que no hablaba con él, se había atrevido a pedirle a Hideo que lo enviará a trabajar de vuelta con él, pero sinceramente no creyó que Hideo le cumpliría la petición.
Al final a Hideo le convenían los cambios que Seungri quería hacer, supuso que por ello el menor estaba frente a él con una orden indefinida, ignoro los detalles y le extendió una lata de cerveza antes de comenzar a quitarse su sudadera —fui a Japón de forma secreta, para ver a Hideo y atender algo más —el menor levantó la mirada y pudo ver al otro quitarse la camiseta blanca que traía abajo.
La última vez que Hoya lo vio solo un pez adornaba su torso, ahora estaba acompañado de un árbol al otro lado y de una katana en la parte superior de la cicatriz de su espalda—woah, añadiste dos —se levantó y examino el árbol, era un árbol de sakura seco— este es increíble, yo solo añadí más peces, mira.
Seungri pensó fugazmente que si alguien entraba sería gracioso verlos semidesnudos y revisando sus espaldas y torsos. La ropa regreso a su lugar y el golpe de dos cervezas lleno el silencio —si te molesta no me respondas, pero ¿y tu abuelo? ¿qué piensa de todo lo que paso?
Dio un trago largo y suspiro pesadamente —dijo que lo comprendía, así que prefiero tomar su palabra y solo ignorar todo.
—¿Le contaste todo?
Negó —solo supo de mi tiempo en el hospital y de Tokio, jamás dejare que sepa algo más.
—Entiendo, tu guardaespaldas y asistente, ¿qué tanto saben?
—Ambos creen que solo anduve en malos pasos, tienen la imagen de la prensa, un heredero malcriado y adicto.
Asintió —leí las noticias, estabas en todos lados con lo de tu llegada.
Termino su cerveza y dejo que la amargura dejara su sabor, mordió su labio y se obligó a no pensar mucho en esa persona. Era inevitable cuando se quedaba sin hacer algo, pensaba en si él había visto las noticias... ¿en que había pensado al saber lo que decían los reporteros? Y en qué pensaría al saber que no había muchas mentiras en sus artículos. Suspiro una vez más y se inclinó hacia la mesita llena de papeles —¿te gustaría ponerte un poco al tanto?
La puerta se abrió y una vez más fue interrumpido, esta vez eran tanto su guardaespaldas como su asistente, Wonho dejo las bolsas de comida en la mesita que Hoya estaba limpiando —Seunghyun-shi... le envié un mensaje con la agenda de la noche.
Tomo su teléfono y reviso de vuelta el mensaje 'Apertura de galería en Gangnam' rodó los ojos y bloqueo la pantalla —no iré.
—Su abuelo envió las invitaciones, es una gran oportunidad para enfrentar los rumores y que se apacigüe todo antes de la próxima semana.
Negó de vuelta comenzando a abrir las bolsas —no puedo ir, busca otro evento... no relacionado al arte —Hoya lo miro de reojo, comprendiendo un poco el camino.
El menor recordaba todo, le habían tocado muchas conversaciones y por ende recordaba a los involucrados en el arte, y con su abuelo, por supuesto. Seungri estaba evitando a alguien.
—Estoy más concentrado en esto que en una fiesta, simplemente no, yo llamare a mi abuelo, no te preocupes por eso.
Su asistente se miró decepcionado, todavía no estaba del todo ajustado a que Seungri fuese tan especial en ese sentido, ya que Bumsoo recibía órdenes directas de su abuelo, ordenes que en un 75% Seungri terminaba rechazando o alterando. Cosa que dejaba al pobre hombre en medio de la espada y la pared, sin embargo, Seungri lo hacía con un claro objetivo, y es que quería que Bumsoo le diera toda su confianza. No quería que nadie estuviera del lado de su abuelo, no quería filtraciones, el tiempo con los yakuza le había enseñado eso, y es que era necesario tener muy bien marcados a sus aliados.
Pensando en eso y mirando la reacción de su asistente, llamo a su abuelo en el mismo lugar, frente a los tres —¿vienen en camino ya?
—No, no iré, solo llamaba para avisarte —Hoya pretendió actuar normal con lo que escuchaba, pero el otro par reaccionaba de otra forma, cosa que puso mucho más atento al menor— sé que era importante, pero ordenare a Bumsoo a que encuentre otro evento social, solo deja que me encargue.
Un silencio lleno la llamada —... confi�� en ti.
—Estaremos en contacto —miro a su asistente y supo que era momento de aprovechar la situación por fin— ¿ves? No pasó nada.
—Solo seguía órdenes —aclaró.
Se levantó y puso sus manos en sus bolsillos, pasando su mirada entre los otros dos —en unos días seré el presidente de la empresa, en poco más de un mes tendré las acciones que me pertenecen por nombre, un porcentaje mayor que el de mi abuelo, y con el tiempo, las suyas serán mías también. Esto no es una amenaza, sólo son hechos. Ahora, solo quiero aclarar algo con los dos, o están conmigo hasta el final, o están con mi abuelo.
—Estoy con usted —soltó Wonho sin dudar, Seungri y Hoya lo miraron.
Bumsoo los miro a los dos y dudo como nunca había hecho en su vida, recordaba haber firmado muchos papeles de confidencialidad al tomar el empleo, y estaba sumamente emocionado de trabajar para un magnate como era el señor Lee Hyun Ryu, sin embargo, también era consciente de que el impacto de Seunghyun en todo era algo sorprendente. Cuando lo enviaron a recibirlo no esperaba tanta prensa, no esperaba las tantas noticias que hubo, no esperaba el trato que le dio al señor Lee, y mucho menos la forma en que el gran magnate aceptaba sus decisiones. Lee Seunghyun era algo importante, y su determinación lo hacía creer que sería un mejor camino a seguir.
—Me quedaré a su lado —soltó ya sin dudar más, llevaba solo unos días a su lado, pero ya conocía mucho de su forma de ser, y sinceramente no tenía ninguna queja fuerte. Salvo por lo difícil que era hacerlo seguir ordenes de su abuelo, quien ya no sería su jefe... y quien por ende ya no daría órdenes.
Asintió y miro de reojo a su dongsaeng —él es Hoya, ha sido mi guardaespaldas anteriormente, pero ahora solo estará cerca de mí, cualquier orden de su parte tiene que ser atendida como si fuera mía. Haré nuevos contratos y pagaré por la multa por los suyos con mi abuelo, no tienen nada de qué preocuparse mientras sean fieles y responsables, esto no es una especie de guerra con mi abuelo, es solo una separación necesaria. Lo aprenderán con el tiempo —sintió que su tono era algo serio— ahora vayan a descansar, no saldré mañana tampoco, así que tómense estos días y si lo piensan mejor no me molestare, solo les hago saber las cosas.
Ambos asintieron y salieron del departamento, dejando a los dos a solas —me sentí de vuelta en Tokio con esa actitud.
—¿Me excedí cierto? —sonrió ligeramente.
—Para nada, pudiste romperle el brazo a alguno o jugar ruleta rusa con ellos —Seungri cerró los ojos, Hoya jamás olvidaría todo lo vivido— pero probablemente no quieres recordar eso... lo siento.
—Está bien, mejor vamos a comer.
...
La puerta se cerró por fin y Jiyong se sintió dudoso sobre lo que llevaba puesto, sin embargo, Daesung estaba casi jalándolo para que salieran de allí —lo bueno que la cita no te importaba tanto —murmuro mientras iban en el elevador.
—Solo quiero verme bien —mintió mirándose de reojo en el espejo, realmente la ansiedad por cambiarse tanto de ropa era porque no quería asistir. Y eso Daesung lo podía percibir, sin embargo, no pudo decir algo más.
Luego de veinte minutos de camino, Jiyong suspiro profundamente, su cabeza daba mil vueltas y conforme se acercaban su corazón se aceleraba contra su convicción. Todavía recordaba con claridad lo jodido que había quedado luego de leer las noticias en aquel periódico de la persona a su lado en el avión. Seungri había vuelto, 'heredero Lee' era como le llamaron en esos artículos. Dos años habían pasado desde la última vez que pudieron verse, en que Jiyong intento detenerlo, en su mente seguían las palabras que había usado con el abuelo del mismo. Con un nudo en la garganta, el mayor le había dicho a ese hombre que su nieto se estaba perdiendo a sí mismo en Tokio, el hombre lo ignoró, hasta que Jiyong tuvo el valor y el atrevimiento de mencionar las drogas. Fue entonces que el mismo reacciono, no le importo la gravedad, envió gente a verificar, y por supuesto, encontraron que Seungri estaba bien. Asunto sumamente planeado por Seungri, quien los envió de vuelta, sin embargo, esa era una estrategia más que conocida por su abuelo, ya que el hombre tomo el primer vuelo a Tokio y pudo encontrarse con la gravedad del asunto por sí mismo.
Jiyong volvió a saber de él por Jonghoon, una semana después el mejor amigo del pelinegro le explicó que Seungri estaba de camino a Los Ángeles y que estaría allá por un tiempo. Jiyong no supo que pensar, asumió que era lo mejor para él, a pesar de que una parte en él sentía que lo volvería a ver en Seúl.
Los primeros meses fueron lo más difícil, solo Daesung y Soojoo conocían esa relación, y Jiyong se aferró a que Youngbae nunca se enterara, porque como pensaba en ese momento, eso se había terminado y ya no tenía sentido hablar de ello. Sus amigos lo veían mal, por más esfuerzo que ponía, fue imposible que no se notara a kilómetros el desamor que cargaba consigo, y las canciones no hicieron más que sacarlo a gritos. Jiyong lo amaba, lo había amado.
—Llegamos.
Asintió algo atontado y bajo junto al castaño —¿estás bien?
Negó con la cabeza y se sostuvo de él, sintió fuertes nauseas —creo que lo que comí me cayó mal —cerró los ojos y respiro con calma, a solo unos pasos de donde personas importantes entraban al recinto— dame un segundo.
—Vamos adentro, los servicios están a la derecha de la entrada —se aferró al brazo del menor y camino hasta que pudieron evitar a toda la gente. Se metió a uno de los baños privados y se quedó sumamente quieto, no quería vomitar, odiaba vomitar— dime si necesitas algo, estoy aquí.
—¿Puedes traerme algo de agua?
—No te muevas de aquí —un par de pasos sonaron y la puerta se abrió, se recargo en la puerta y maldijo mil veces por la sensación.
Salió de ahí y lanzó un poco de agua a su rostro, se sentía ajeno a sí mismo, si Seungri estaba allí dentro, pues... no tendría que haber problema, al contrario, Jiyong debía estar feliz de verlo de regreso y bien. Se repitió eso y despeinó su cabello sin cesar, respiró una y otra vez, olvidando ese rastro amargo de las náuseas.
Daesung regresó junto a Seunghyun, quien lucía preocupado —aquí —le extendió un vaso, el mayor bebió de él y sin duda sintió una mejoría— ¿te sientes mejor?
—Sí, solo fue un momento, estoy bien.
El alto lo miraba fijamente —¿seguro? No me importaría si faltas, además podemos re agendar la cita.
Negó con la cabeza —estoy seguro, ahora vamos, que siento que estoy llamando mucho la atención —sonrió solo un poco más tranquilo, porque su mente seguía dando vueltas.
La cosa empeoró cuando llegaron a la galería, había mucha gente y los ojos de Jiyong comenzaron a merodear sin poder evitarlo, pensó que el pelinegro podía estar con su abuelo, y él tenía que saludar al hombre, no podía no hacerlo, después del enorme favor que le había hecho a Seunghyun. Tenía que saludar a su abuelo. Y quizá, tendría que verlo.
Casi olvidándose de ello, Seunghyun y Daesung se acercaron con otro hombre, reacciono y recordó que tenía una cita, arreglada por esos dos —Ji, él es...
—Donghae-shi —respondió mirándolo con una media sonrisa en el rostro.
Daesung y Seunghyun reaccionaron —¿Cómo...?
—Es amigo cercano de Heechul.
Donghae sonrió y asintió, dándole la razón —el mundo es muy pequeño.
—Bueno, pues entonces podemos ahorrarnos las presentaciones. Amor, ¿me acompañas a saludar? —el castaño aceptó y los dejaron a solas prontamente.
Donghae era alto, de piel clara y muy bien cuidada, cabello negro y bien peinado, y sus facciones eran casi perfectas, el hombre era bastante atractivo. Tanto que se preguntó cuál era su razón para haber aceptado una cita a ciegas, seguramente debería tener una fila de personas esperando por una oportunidad.
—¿Así que necesitabas una cita? —comentó con esa voz suave.
Sonrió por amabilidad —los chicos insistieron, ¿tu como los conoces?
—Seunghyun-ah está exhibiendo un par de pinturas de mi hermana, y de una reunión a otra me pregunto si me gustaría salir con su ex novio —Jiyong casi se atragantaba con la copa de champagne que acababa de probar.
Donghae sonrió ampliamente conforme caminaban alrededor —que forma tan inteligente de conseguirme citas.
Mordió ligeramente su labio y trato de verse discreto cuando ambos caminaron hacia el área principal —esto es sin duda un fracaso, así que dime, ¿Por qué tu ex novio está consiguiéndote nuevo novio?
—Suena raro...
—Es raro —afirmó mirándolo y llamando su atención, solo sonrió de vuelta.
Su mirada deambulo un poco más y volvió a centrarse en Donghae, podía conocerlo, pero no por eso sería grosero con él —fue mi novio hace unos 3 años o menos, ahora está saliendo con Daesung y simplemente lo que tuvimos no fue tan intenso como para afectarnos. Dicen que estoy necesitado, así que... están emparejándome con muchos, lamento que Seunghyun me haya ofrecido así.
—Sentí que estábamos en el medievo y me estaba prestando a su mujer, dile que a la próxima no mencione eso, te arruinara las citas desde antes.
Se rió sinceramente —tu aceptaste a pesar de ello.
—Me dijo tu nombre, por algo no me sorprendí al verte —recordó brevemente y asintió, era cierto, el alto no se había visto afectado al verlo.
—Así que viniste a reírte de la situación.
Termino con su copa y pidió otra —para nada, solo no me iba a perder esto, y bueno, hace mucho que no te veía —se detuvieron casi en el centro y una fuerte voz llamo la atención de Jiyong.
Era el abuelo de Seungri.
Giró y se encontró con el hombre y otros varios que lo seguían, para su mala suerte o fortuna, el hombre se detuvo al verlo —Jiyong-ah, viniste —sonrió y reverencio con respeto.
—No podía faltar —su mirada se movió hacia los que venían detrás, tragó fuerte y regresó al hombre— es una excelente colección, si se tratase de una venta, estoy seguro de que me llevaba más de uno —soltó algo nervioso.
El hombre se rió con él —lo sé, aquí entre nos, esto solo es un vistazo de cosas más grandes que tengo planeadas. Ya te lo haré saber —sonrió amablemente y aceptó la palmada en el hombro— nos veremos después Jiyong-ah, disfruta el resto de la noche.
Los hombres avanzaron y ninguno de ellos era Seungri, paso saliva con dificultad y detesto ese sentimiento envolviéndose en su estómago, se suponía que debía estar más tranquilo. Se suponía. Regreso a la tierra y sonrió ajeno a Donghae, se sentía mal, ya no quería estar allí, ni un solo segundo y su "cita" noto un poco de ello.
—Bueno, tengo que ver a mi hermana y saludar a sus amistades, ¿no te molesta que tu cita se vaya?
Esbozo una media sonrisa —lo siento, puedo recompensarte luego, ¿quieres ir a almorzar uno de estos días?
El chico lo miro fijamente —acepto, elegiré un buen restaurante y te enviare los detalles.
—No tienes mi número.
Se alejó unos pasos y levanto una mano para despedirse —se lo pediré a Heechul —respiro un poco al verlo irse, dejo su copa sobre una bandeja y termino por escabullirse de allí.
Se quedó de vuelta en el baño y comenzó a redactar un mensaje para Daesung, mencionando que estaba por irse, la puerta se abrió y el mencionado apareció —te vi llegar acá, ¿te sentiste mal otra vez?
Mordió su labio notoriamente y asintió —perdón, solo, necesito ir a casa.
—No, Ji... —Daesung sintió todo, le impidió irse y lo abrazó protectoramente, acarició su espalda y le dio el consuelo que necesitaba— está bien, ya lo sabías ¿verdad?
El pelinegro cerró los ojos y dejo que su cuerpo se relajara —lo supe luego de mi segunda noche en Tokio, tú y Soojoo actuaban extraños, incluso Youngbae... presentí que algo sucedía.
—¿Esperabas verlo aquí? —susurro.
Jiyong se alejó y suspiro mirando al suelo —pensé tantas veces en su regreso, con el tiempo supuse que sería normal, que lo vería y que todo se terminaría. O que yo lo sentiría así. Supongo que espere demasiado, y tal vez ya no estamos destinados a encontrarnos, tal vez sea lo mejor para ambos.
—Sólo queríamos que estuvieras bien, yo no estaba de acuerdo con las citas, pero Seunghyun y Soojoo creyeron que era lo mejor.
—¿Crees que Youngbae sepa algo? Actuó de la misma forma que ustedes, con las citas, llamarme constantemente...
Daesung negó —te jure que no le diría nada, todos respetamos que no querías que supiera.
Sin duda Youngbae había estado siendo mucho más sobreprotector, tanto como cuando Seungri se había ido, y Jiyong sabía que cada acción era extraña. Pero también sabía que ni Soojoo ni Daesung dirían algo, al menos no a Youngbae específicamente, ya que Seunghyun y Soohyuk tenían una idea de que Jiyong estaba con el corazón roto, más no conocían al causante del dolor, porque Jiyong juró que lo olvidaría, y que esa historia moriría con esas personas.
—Iré a casa, no te preocupes.
—Déjame llevarte, no me siento tranquilo.
Negó y sonrió levemente —necesito procesarlo, estaré bien Dae.
Más de cuarenta minutos después, Jiyong levantó una cortina de hule y se adentró en lo cálido de su restaurante favorito, saludó a un par de personas y noto que su asiento estaba ocupado con un chico vestido de traje, muy ajeno al sitio. Maldijo por el recuerdo a Seungri. A propósito de ello, tomo una mesa del rincón y se alejó de él, ordeno su plato de ramen de siempre y espero llenando un vasito de soju.
Cerró los ojos al sentir el licor por primera vez.
Dejo su mente en blanco y sonrió amablemente al recibir su comida, era la primera vez en mucho tiempo que comía allí solo. Suspiro y prefirió enfocarse en su plato, soplando y sorbiendo los fideos que tanto adoraba, tomo su teléfono y reviso una serie de mensajes de Taehyun, la mayoría eran demos que estaba grabando, se colocó sus audífonos y escucho cada uno con calma.
La música aliviaba su dolor de cabeza, los miles de pensamientos disminuyeron, por la misma y por el flujo de botellas verdes que llenaron su mesita. Alcanzó a enviar un mensaje a Taehee, avisándole que estaba en casa, por los errores en el texto, tal vez y el otro podría predecir que estaba borracho. En ese momento, lo importante era que no lo molestaran.
Termino con una última botella, sintiéndose mareado y risueño, pidió la cuenta y se levantó para ir a pagar. Sonrió a la encargada y dejó una propina más que generosa, la chica agradeció y lo despidió con una sonrisa. Esa chica se llamaba Hani, era la hija de la dueña del pequeño puesto, esa señora que vio crecer a Jiyong, la misma que había fallecido hacía solo medio año.
Se envolvió mejor en su sudadera recién comprada y se sostuvo del letrero de la parada de autobús, estaba mareado, pero no tan ebrio. Pudo cubrir bien su identidad, pagó su boleto y se dirigió al fondo del autobús, evitando a todos y subiendo el volumen de sus audífonos. Se recargo en la ventanilla del último asiento y bajo aún más su gorro, impidiendo que alguien tuviera idea de quien era.
Repitió los mismos demos de Taehyun todo el camino, casi ignorando dónde iba y si había alguien a su alrededor o no, se perdió como hacía tiempo no hacía, dejo que su mente quedará borrosa, solo permitiendo que breves recuerdos se formaran. Sin distracciones a la vista pudo visualizar esa última vez que tomo un autobús en esa línea, donde se quedó de pie junto a su compañía, con sus manos a centímetros de separación, centímetros que más tarde en ese día se habían vuelto nulos.
Centímetros de separación que para su triste realidad... aun extrañaba.
...
Su teléfono sonó por tercera vez, lo sacó y lo puso en silencio, recordó que al fondo del autobús había alguien sospechoso, así que prefirió no llamar la atención. Pensó prontamente en que tenía dos guardaespaldas descansando en sus casas, mientras él había mentido diciendo que regresaría a casa en taxi. Pensó también en lo mucho que Hoya regañaría a Wonho por haberlo dejado solo, si es que se enteraban alguna vez. Wonho era inocente, en cierto sentido le recordaba a su hermano.
Saco su teléfono de vuelta y devolvió una de las llamadas perdidas, ignorando al vago del fondo y el sonido tan obvio que la otra persona percibiría de la ciudad —lo siento, estaba ocupado, ¿pasa algo?
—Tendremos una cena el domingo, ven a casa a las 8.
—¿Es algo formal?
Su abuelo murmuro una afirmación —te presentaré como presidente, tú considera la formalidad.
Suspiro y termino la llamada, creía que tendría una semana relajada, sin embargo, eso aceleraba todo, y para colmo, al día lunes tenía una reunión con Jonghoon ya que alguna noticia importante quería anunciar a todo el grupo de amigos. Seungri no estaba seguro que tan impactante sería, y desde allí pensaba averiguar dónde ubicar el impacto de la suya.
Porque Seungri estaba a poco de conseguirlo, estaba a prácticamente nada de ser el dueño de todo.
Y en ese instante, no habría nada que lo fuera a detener.
—Estación... —el autobús se detuvo y el chico del fondo paso rozando su brazo, Seungri sintió escalofríos y lo miro bajar rápidamente, las puertas se cerraron y lo pudo ver caminar rápidamente hacia una de las calles. No planeaba mantener la mirada fija, sin embargo, los zapatos del chico resaltaron, y el pantalón lo hizo por igual, ya que eso sin duda era la mitad de un atuendo caro.
Quiso mirar más, pero el mismo desapareció y el autobús acelero, dejándolo con la enorme duda de porque alguien iría vestido así en un autobús. Reaccionó por el timbre una vez más y se levantó cuando supo que era su parada, tan solo a la siguiente de la de ese chico.
Dejo de pensar en eso y camino hasta su edificio, el que no estaba nada lejos para su comodidad, ya que desde que lo había elegido tenía cada movimiento pensado, desde la vista que le daría todos los días, hasta la distancia que podría tener del transporte público. Regresó a mirar al autobús irse, entonces recordó que en ningún momento había pensado en que ese simple objeto significaba algo para él. Quizá por huir del chico no lo pensó, quizá si se hubiera sentado al fondo el recuerdo lo habría abrumado... supuso que era una señal.
Era tiempo de dejar de pensar en él.
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