#¿Estás ahí Dios? Soy yo Margaret
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Gotham Awards 2023 | Lista de Nominados
Con nominaciones para 'Barbie', 'All of Us Strangers' y 'Huesera', arranca la temporada de premios.
La temporada de premios de este año ha comenzado, y los encargados de hacerlo como cada año son los premios Gotham, quienes se encargan de premiar el cine independiente; sin embargo, este año omitieron la regla del presupuesto de producción, por lo que es el primer año en el que cintas que normalmente no entrarían tienen aparición en la lista. En la edición de este año, la película All of Us…
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#A Thousand and One#All of Us Strangers#American Fiction#Anatomy of a fall#¿Estás ahí Dios? Soy yo Margaret#Barbie#Blackberry#Ferrari#Huesera#May December#Passages#Past Lives#Priscilla#Reailty#Showing Up#Tótem#The Holdovers#The Taste of Things#The Zone of Interest#They Cloned Tyrone
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Desobediencia infantil
Nací en el año de mono, según la astrología china, en la ciudad del viento. Mi mamá dieciséis años más joven que mi papá, tuvo varios intentos para tener un hijx, y en un intento casi fallido, dos meses antes de lo previsto nací yo. Dos días después hubo una tormenta de aguanieve pero no no me entere, estaba calentita en la incubadora.
Siempre me sentí diferente, por que siento diferente al resto, y cuando sos chica queres cumplir con todos los requisitos de normalidad que se exige. La gente me miraba raro cuando le decía que mis viejos no estaban casados, era “sospechoso”, y como yo no entendía cuál era el motivo, por las dudas lo deje de comentar entre mis compañeritxs de jardín.
La primera vez que recuerdo de sentirme incomprendida fue en el jardín. Mi paso por el jardín lo recuerdo como si fuese la experiencia de otra persona, una película o algo así. No me acuerdo de haber aprendido nada en concreto pero sí me dejó anécdotas. Yo ya había ido un tiempo a una guardería, la verdad no me gustaba mucho porque como hija única que soy quería estar con mi mamá. Decidí que me la aguantaba “un ratito”, total después mamá venía a buscarme con ´paraguitas´ -un chocolate en forma de paragua cerrado-.
La guardería era privada, y la dueña era una señora bastante mayor que nos cuidaba como si fuéramos sus nietxs y ella nuestra abuela. Las imágenes que tengo de ese lugar es un espacio verde, con árboles y arbustos. Me la pasaba haciendo lo que quería, jugando y comiendo frambuesas directamente de un arbusto que crecía en el patio. También, esta guardería tenía jardín de infantes, pero cuando llegó el momento de comenzar la salita de tres, madre y padre decidieron por cambiarme a uno público. Solo tengo dos imágenes de ese jardín, la primera es una sala repleta de minimesas unidas de a dos y acomodadas en forma de semicirculo, y muchos niñxs sentados haciendo cosas, ¿yo? tratando de ver que onda el jardín.
No tuve mucho tiempo de ver qué era exactamente lo que se hacía en el jardín por que la maestra me acuso de haberme escapado. Y eso es una mentira atroz.
Yo, inocente, y también con ganas de irme a la mierda del aula, escuché el timbre. Con toda la euforia que posee una niña, abro la puerta y salgo corriendo como una desaforada hacia la libertad. Cuando me di cuenta de que nadie tomaba la misma decisión que yo, intente volver lo más rápido posible al salón pero me caigo de jeta y me parto un diente.
Llorando, entro al aula y le explicó a la maestra que me caí, pero ella me reprocha que me había escapado del salón. Tenía ganas de huir pero no lo hice. Llegue a la puerta y me volví porque me percaté que no era el timbre para nosotrxs, y cuando salí corriendo para volver me resbale con el encerado del pasillo. Ahora que lo pienso, me podría haber escapado, activar una alerta amber o algo así, y ahí si, la culpa hubiese sido de la insensible de la maestra, a ver quien llora.
En su momento, cuando pedí un hermanito mi vieja me dijo que le faltaba “una semillita”, y yo, resolutiva, le pregunté a la maestra si ella tenía alguna semillita para prestarle a mi mamá. No me dijo nada, me miró con cara de cura exorcizando a un demonio clase 4, y desde el jardín llamaron a mi casa para tener una reunión con mama y papa. Desde ese momento, la maestra se planteó deshacerse de mí de algún modo, aprovechó la situación y me culpó de desobedecer la norma de quedarse dentro del aula.
Luego de los polémicos sucesos, hubo una reunión. Miraba a la seño, agarrada de la pierna de mi madre, y no podía creer semejante traición. No se puede explicar la sensación de una niña al darse cuenta que está siendo engañado por un adultx, que está mintiendo para su propio beneficio. Le había pedido su material genético para tener un hermanitx a una persona que destila tanta maldad. Era la Margaret Thatcher de las maestras.
Aún así, cada vez que recordaba cómo corría por ese pasillo encerado hacia la puerta de salida, me salia una sonrisa. Sin querer transgredi una norma, me había roto un diente, sí, pero había valido la pena ese sufrimiento físico para sentir la satisfacción de hacer lo que se me dio la gana. Fue como un impulso natural y lógico de querer salir de un lugar al que sentís que no perteneces.
Si el timbre no hubiera sonado, si no me hubiera confundido, tal vez, en algún momento, habría incendiado el jardín porque ya había hecho mentalmente una check list de las respuestas adultas al interrogante ¿para qué ir al jardín? A jugar, decían. Pero yo no jugaba. También me decían que iba a aprender, pero básicamente se trataba de hacer lo que dice la maestra. Entonces, estaba confundida.
Mi mamá que conoce del deseo de incendiar cosas, me agarró la manito. Siempre mi cómplice, me cambió al mismo jardín privado en el que hice la guardería. Mire a la maestra con una mirada que -ahora puedo comprobar- heredé de mi familia. Me iba de ese lugar en donde me sentí incomprendida, y la cruel maestra era la confundida ahora, nunca pensó que del lado de lxs adultxs yo tendría una aliada incorruptible.
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Fan-fiction- “Hermosa indiferencia” cuarto libro de las crónicas de,“Hermosas Criaturas” por Kami García y Margaret Stohl.
“Un túnel negro, con paredes cilíndricas y húmedas. El agua me llega apenas a los tobillos y huele a algo mojado y caliente; no veo nada, me trato de guiar con el puro tacto. Sigo avanzando, el calor y humedad se vuelven más y más fuertes; es asfixiante y siento como se me cierra la garganta. Es insoportable, el olor junto con el aire mojado me tira al suelo y en la obscuridad empiezo a ver manchas de colores- Iris. Me despierto de golpe con un grito, y el olor me persigue en la enormidad de mi cuarto. El pecho lo siento pesado y tengo ganas de bañarme con agua helada. Toda la cara me pica- es de costumbre. Trato de regular mi respiración, pero debí de haber despertado a mis padres, y papá entra con una hacha en la mano y mamá atrás de el con un cuchillo. “Estoy bien, estoy bien. Perdón, vuelvan a dormir, fue solo un sueño.” Los dos se ven demasiado alertas y listos para pelear. Las ojeras de mi madre parecen hundirse mas con el tiempo y la barbilla de mi padre endurecerse con los días. Casi nunca duermen hoy en día. “Otra vez, ¿eh?” dice mi padre desde el marco de mi puerta. Mi mamá lo mira con ojos preocupados y camina hacia mi cama donde se sienta a lado de mí, “Sabes Irina, esto no durará para siempre,” dice mi madre acariciándome la mejilla, “ya pronto cumplirás dieciséis y todo esto acabará. ” “Lo sé,” respondo, “es un sueño tonto. Solo son nervios de mi elección. Tranquilos vayan a dormir, estoy bien.” Mi madre titubea por dos segundos más, hasta que se levanta y camina hacia mi padre, “Todo va a estar bien Iris,” me dice mi padre a distancia, casi un murmuro, “tú eres la que elige,¿Recuerdas? Tú tienes el poder, tú.” Sonrío y doy un sí con la cabeza, algo pequeño para darles pauta de reafirmación y se regresen a su habitación.
Me acuesto otra vez, tratando de conciliar el sueño, pero desde la distancia del pasillo logro escucharlos hablar, “Faltan cuatro meses Lena, y todos sus sueños son iguales. Tengo miedo por ella, la obscuridad no la puede reclamar. No creo que ella pueda lucharlo.” y una respuesta rápida de mi madre, “Ella no es Ridley, Ethan. Si yo pude, ella también podrá. Tiene que.”
Tiene que
Me quedo viendo la pared, hasta que la obscuridad me arrulla a dormir.
En la mañana me arreglo para ir a la escuela. No es muy emocionante ser el retrato vivo de tu madre solo que con pecas en toda la cara y ojos casi amarillos. Mi papá dice que soy preciosa, pero eso deben decir los papás. Yo, al contrario, me siento como una versión noventa veces menos atractiva que mi madre a esta edad. Normal, flacucha, con algo de pechos pero no lo suficiente, estatura estándar y una coleta alta con cabello ondulado. Eso es lo que veo en el espejo. Eso y ojeras que podrían hundir un barco. En la cocina recojo mi mochila y hago un intento fallido de salir antes de que mi papá me de un beso de despedida- “Adios corazón, suerte en la escuela hoy.” “No olvides regresar directo de la escuela, hoy tienes que practicar cambio de emociones en algo más que no sea el gato.” Dice mi madre casi cuando salgo la puerta. No me gusta ser así, no me gusta manipular a la gente y sinceramente, ya me harté de hacer reír al gato solamente porque manipular otra emoción es cruel. El constante recordatorio de que somos Casters no me permite tener algo más en la cabeza.
Cruzo la calle para llegar al coche de Amelia. Algunas veces creo que todo sería mucho más fácil si aceptáramos que los humanos y nosotros- mi pensamiento se corta cuando una Jeep verde militar frena en seco a mi lado. El pecho me revienta con adrenalina y una cabeza enojada sale de la ventana acompañada de un cuerpo que cae con fuerza en el pavimento, “Idiota podría ser el menor de los insultos para alguien tan distraída para cruzar la calle justo cuando esta el verde, ¿No crees pedacito?” la voz me deja con la boca seca y ahora las piernas no me dan para sostenerme. Un hombre, un par de años mayor que yo, con simetría ridícula por cara y estatura de gigante, dice a pocos centímetros de mi cara. “¿Pedacito?” Entre cierro los ojos y bajo la voz. Esa palabra me torna piedra y siento la razón regresar después de ese breve momento, “¡Imbécil al que no se da cuenta que una persona cruza la calle mas bien!” Mi grito debió de ser potente ya que mi madre sale corriendo de la casa, pero mi padre llega primero conmigo, “¿Qué pasó? ¿Estás bien?¿Te duele algo?” mi padre me toca la cara tratando de redireccionar mi mirada a la suya, pero no puedo, la sangre me quema y lo único que pienso es en lágrimas cayendo de los ojos de este patán. Mi madre parece que va a explotar a golpes contra el mastodonte delante de mí, “Iris, por el amor de Dios, contéstame.” Mi padre voltea mi cara hacia la suya, pienso que voy a contestar cuando escucho, “¿Que acaba de decir?”, es el mastodonte hablando. Los dos me tratan de revisar por heridas a mitad de la calle, cuando el mastodonte se vuelve no solo más imbécil, sino totalmente quieto, pálido y con una mirada que haría llorar a cualquiera. “¿Iris?” se escucha, casi como un soplido, pero lo escucho.
Es ahí cuando todo el cuerpo lo siento cambiar de ardiente a frío e incómodo. Un familiar olor a humedad llega a mi nariz.
Es la voz.
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La lista de los 100 mejores libros que tienes que leer
'1984', de George Orwell
'Breve historia del tiempo', de Stephen Hawking
'Una historia conmovedora, asombrosa y genial', de Dave Eggers
'Un largo camino: Memorias de un niño soldado', de Ishmael Beah
'Un mal principio', de Lemony Snicket
'Una arruga en el tiempo', by Madeleine L'Engle
'Selected Stories, 1968-1994', de Alice Munro (solo en inglés)
'Alicia en el país de las maravillas', de Lewis Carroll
'Todos los hombres del presidente', de Bob Woodward y Carl Bernstein
'Las cenizas de Ángela', de Frank McCourt
'¿Estás ahí, Dios? Soy yo, Margaret', de Judy Blume
'Bel Canto', de Ann Patchett
'Beloved', de Toni Morrison
'Nacidos para correr: la historia de una tribu oculta, un grupo de superatletas y la mayor carrera de la historia', de Christopher McDougall
'Palabras, ojos, memoria', de Edwidge Danticat
'Trampa 22 (Edición 50 aniversario)', de Joseph Heller
'Charlie y la fábrica de chocolate', de Roald Dahl
'La telaraña de Charlotte', de E.B. White
'Hijos del ancho mundo', de Abraham Verghese
'El poder de ser vulnerable', de Brené Brown
'Diario de Greg, Libro 1', de Jeff Kinney
'Dune', de Frank Herbert
'Fahrenheit 451', de Ray Bradbury
'Miedo y asco en Las Vegas', de Hunter S. Thompson
'Perdida', de Gillian Flynn
'Buenas noches, Luna', de Margaret Wise Brown
'Grandes esperanzas', de Charles Dickens
'Armas, gérmenes y acero: breve historia de la humanidad en los últimos trece mil años', de Jared Diamond
'Harry Potter y la piedra filosofal', de J.K. Rowling
'A sangre fría', de Truman Capote
'Intérprete de emociones', de Jhumpa Lahiri
'El hombre invisible', de Ralph Ellison
'Jimmy Corrigan, el chico más listo del mundo', de Chris Ware
'Confesiones de un chef', de Anthony Bourdain
'Vida después de la vida', de Kate Atkinson
'La casa de la pradera', de Laura Ingalls Wilder
'Lolita', de Vladimir Nabokov
'El amor en los tiempos del cólera', de Gabriel García Márquez
'Filtro de amor', de Louise Erdrich
'El hombre en busca de sentido', de Viktor E. Frankl
'Mi vida en Rose', de David Sedaris
'Middlesex', de Jeffrey Eugenides
'Hijos de la medianoche', de Salman Rushdie
'Moneyball: El arte de ganar en un juego injusto', de Michael Lewis
'Servidumbre humana', de W. Somerset Maugham
'En la carretera', de Jack Kerouac
'Memorias de África', de Isak Dinesen
'Persépolis', de Marjane Satrapi
'El lamento de Portnoy', de Philip Roth
'Orgullo y prejuicio', de Jane Austen
'Primavera silenciosa', de Rachel Carson
'Matadero Cinco', de Kurt Vonnegut
'Equipo de rivales: el genio político de Abraham Lincoln', de Doris Kearns Goodwin
'La edad de la inocencia', de Edith Wharton
'Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay', de Michael Chabon
'Autobiografía de Malcolm X', de Malcolm X y Alex Haley
'La ladrona de libros', de Markus Zusak
'La maravillosa vida breve de Óscar Wao', de Junot Díaz
'El guardián entre el centeno', de J.D. Salinger
'El color del agua', de James McBride
'Las correcciones', de Jonathan Franzen
'El diablo en la ciudad blanca', de Erik Larson
'El diario de Ana Frank', de Ana Frank
'Bajo la misma estrella', de John Green
'El dador', de Lois Lowry
'La Brújula Dorada (La Materia Oscura)', de Philip Pullman
'El Gran Gatsby', de F. Scott Fitzgerald
'El cuento de la criada', de Margaret Atwood
'La casa en esquina de Pooh', de A. A. Milne
'Los juegos del hambre', de Suzanne Collins
'La vida inmortal de Henrietta Lacks', de Rebecca Skloot
'El club de los mentirosos', de Mary Karr
'El ladrón del rayo', de Rick Riordan
'El principito', de Antoine de Saint-Exupéry
'El largo adiós', by Raymond Chandler
'La torre elevada: Al-Qaeda y los orígenes del 11-S', de Lawrence Wright
'El señor de los anillos', de J.R.R. Tolkien
'El hombre que confundió a su mujer con un sombrero', de Oliver Sacks
'El dilema del omnívoro', de Michael Pollan
'La caseta mágica', de Norton Juster
'La Biblia envenenada', de Barbara Kingsolver
'The Power Broker', de Robert A. Caro
'Elegidos para la gloria', de Tom Wolfe
'La carretera', de Cormac McCarthy
'El secreto', de Donna Tartt
'El resplandor', de Stephen King
'El extranjero', de Albert Camus
'Fiesta', de Ernest Hemingway
'Las cosas que llevaban los hombres que lucharon', de Tim O'Brien
'La oruga muy hambrienta', de Eric Carle
'El viento en los sauces', by Kenneth Grahame
'Crónica del pájaro que da cuerda al mundo', de Haruki Murakami
'El mundo según Garp', de John Irving
'El año del pensamiento mágico', de Joan Didion
'Todo se desmorona', de Chinua Achebe
'Matar a un ruiseñor', de Harper Lee
'Invencible', de Laura Hillenbrand
'El valle de las muñecas', de Jacqueline Susann
'Donde el camino se corta', de Shel Silverstein
'Donde viven los monstruos', de Maurice Sendak(vía La lista de los 100 mejores libros que tienes que leer)
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Las heroínas de las Naciones Unidas, reconocidas en una publicación histórica
Las heroínas de las Naciones Unidas, reconocidas en una publicación histórica
27 Junio 2018
Mujer
Las Naciones Unidas no serían lo que son sin el esfuerzo de las mujeres. Desde la elaboración de la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1945, cuando Eleanor Roosevelt y otras colegas, entre ellas varias latinoamericanas, se reunían hasta tarde noche para prevenir el lenguaje sexista, hasta la primera vicesecretaria general, presidenta de la Asamblea General o Alta Comisionada, las mujeres han jugado un papel fundamental en el trabajo de la ONU, que ahora se ha reunido en un libro.
A pesar de sus contribuciones, muchas veces han pasado desapercibidas en la historia y es por ello por lo que las misiones de Colombia y Qatar ante la ONU, junto al Grupo de Amigos de la Equidad de Género, al que pertenecen 150 Estados miembros, decidieron rescatar de los archivos a una serie de heroínas que marcaron la historia de la organización y dejar sus aportes plasmados en papel.
El libro HERStory: Celebrando a las mujeres líderes en la ONU reúne en poco más de 200 páginas la historia de estas mujeres que ayudaron a formar y dirigir la organización desde su misma fundación bajo cuatro de sus pilares más importantes: los derechos humanos, el desarrollo, la paz y seguridad y el liderazgo.
“Significa un esfuerzo muy grande por rescatar un anónimo que estaba aquí guardado en los archivos de las propias Naciones Unidas. Desde la propia Conferencia de San Francisco las mujeres tuvieron mucho que ver y fueron fundamentales en las distintas etapas de Naciones Unidas y tal vez habían sido olvidadas y no reconocidas y lo que hace este libro es sacarlas a la luz pública y rendirles un homenaje a lo largo de los 73 años de la ONU, y a través de eso abrir camino también a esa nueva generación que se está formando”, asegura Maria Emma Mejía, la Representante Permanente de Colombia ante la ONU.
Mejía recalca que no fue un trabajo fácil, y que requirió un año y medio y varias largas noches en las misiones en las que el diplomático colombiano Fabio Pedraza y varios becarios a veces hasta dormían en la oficina.
“Yo recuerdo que en la Misión teníamos una pequeña oficina y él se quedaba con los pasantes y pedían pizza, y yo veía las cajas de pizza a la mañana siguiente para poder dormir allá y seguir trabajando. Nos tomó dieciocho largos meses, pero es un aporte a la investigación y la reflexión sobre las mujeres en las Naciones Unidas”, resalta la Embajadora.
El resultado de todo el esfuerzo fue un libro de tapa dura con 254 fotografías que ahora llegará a las bibliotecas de la ONU y a las universidades, y que fue presentado oficialmente en una ceremonia en Nueva York que incluyó la participación del Secretario General, António Guterres, y el presidente de la Asamblea, Miroslav Lajčák.
Foto ONU
La Subcomisión sobre el Estatus de la Mujer en el Hunter College, Nueva York.
Un Secretario General feminista
“Vivimos en un mundo y una cultura dominada por hombres. Cambiar actitudes es uno de los retos más importantes, y es ahí donde proyectos como HERstory pueden hacer la diferencia”, expresó Guterres durante el lanzamiento.
El titular de la ONU aseguró que aumentar la conciencia sobre la contribución de las mujeres es esencial para corregir la inequidad de nuestra cultura, que ha devaluado su trabajo históricamente.
“En las siete décadas de la ONU hemos visto un progreso enorme en los derechos de las mujeres. Solamente seis de los 278 delegados de la Conferencia de San Francisco en la que se fundó la ONU en 1945 eran mujeres, eso no puede ocurrir hoy en día. Pero ese progreso en el mundo y en la Organización, está lejos de ser suficiente, ha sido difícil y desigual, y hasta se ha retrasado en algunas áreas. Todavía me encuentro casi semanalmente con delegaciones que no incluyen una sola mujer”, expresó Guterres.
ONU/Laura Quinones
El Secretario General de la ONU durante el lanzamiento del libro HERstory
En 2016, el año en que fue elegido António Guterres como nuevo Secretario General, después del término del mandato de Ban-Ki Moon, el Grupo de Amigos de la Equidad de Género hacía campaña para elegir a una mujer para el puesto, y aunque no sucedió, para Maria Emma Mejía sí se logró un avance.
“Guterres ha sido tal vez el más feminista de todos los Secretarios Generales y ha incorporado el tema de paridad de género en su agenda. Este libro esperamos que le ayude y que, a lo largo de los años, y los cuatro pilares de la ONU, derechos humanos, desarrollo y paz de seguridad y el liderazgo, pueda proyectar lo que fueron esas primeras mujeres destacadas en cada tema”, dice.
Y es que desde que el Secretario General comenzó su mandato, uno de sus mayores retos ha sido lograr la igualdad de género en la Organización.
“He tomado todos los pasos posibles en mis manos para lograrlo. Ahora mismo la alta dirección de la ONU tiene 24 mujeres y 21 hombres, y los coordinadores residentes, que nos representan alrededor del mundo son un 50.04% mujeres y un 49.06% hombres”, explicó.
ONU
La exhibición HERstory fue como comenzó la idea de la publicación. (Archivo 2016)
La historia no ha terminado
Para Guterres, HERstory (un juego de palabras en inglés que se traduce como “la historia de ella”) no está completo todavía: “Es hora de unirnos para escribir el último capítulo”, dije.
El Secretario General se refería así al inmenso trabajo que aún falta por hacer para incluir a las mujeres en todas las áreas de las Naciones Unidas y el mundo.
“Yo soy más positiva y veo el vaso más medio lleno que medio vacío, y está medio vacío todavía hay que reconocerlo. Esto es otro paso no más, pero en paz y seguridad tenemos un desafío muy grande no solamente numérico, porque no es el número de tropas, sino que es cuánto el conflicto que vemos alrededor del mundo afecta a las mujeres y a las niñas”, asegura Maria Emma Mejía.
La Embajadora viene de Colombia, un país que sufrió de cincuenta años de conflicto armado. “Vemos cómo las mujeres y las niñas fueron las que más duro pagaron, fueron las guerrilleras jóvenes en las FARC a las que les tocó cargar ese peso del conflicto”.
El libro HERstory busca resaltar las batallas de las mujeres, muchas veces en épocas en las que todavía era extremadamente difícil participar y de esta manera inspirar a las nuevas generaciones, que cuentan con un mayor empoderamiento a que continúen luchando por los ideales de las “madres fundadoras”.
“A mí me gusta mucho lo que hicieron las mujeres latinoamericanas, las mujeres del sur, cuando Berta Luz, esa emblemática brasilera que dio una batalla muy fuerte por la redacción de la carta y ella junto a otras cinco colegas, tres latinoamericanas, fueron fundamentales y tenían que batallar porque no eran reconocidas. Les decían “usted debería estar recogiendo los cafés o transcribiendo documentos””, cuenta la Representante Permanente.
Hoy en día, a pesar de ser mayoría en el liderazgo de la ONU y tener fuertes representantes en el Consejo de Seguridad y en la Asamblea General, alrededor del mundo las mujeres continúan siendo discriminadas y son víctimas de la violencia de género. ONU Mujeres lucha diariamente para que esto deje de suceder, y una de sus principales promotoras, también hace parte del libro HERstory.
“Viniendo a la época presente, yo creo que el liderazgo de Michelle Bachelet fue fundamental en crear y redondear un mandato tan definitivo como el de ONU Mujeres, una de las agencias más eficientes del sistema”, asegura Maria Emma Mejía con admiración.
ONU
Eleanor Roosevelt sostiene la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1949.
Todavía hay mucho por hacer
Y es que el liderazgo de Eleanor Roosevelt, Berta Luz, Michelle Bachelet y la misma María Emma Mejía ha forjado un camino y ha dejado huella para que otras mujeres continúen trabajando por los derechos por los que miles más han entregado hasta sus vidas.
“Desde la primera mujer en ser vicesecretaria general, Lucille M. Mair, hasta la primera mujer en dirigir una operación de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, Margaret Anstee, existen historias fascinantes e inspiradoras que demuestran claramente que una mujer suele ser la mejor persona para el puesto. Todos los que trabajan en las Naciones Unidas hoy les deben una deuda por su servicio”, fue el mensaje final de António Guterres.
“Todavía hay mucho por hacer, no está todo resuelto, esta es una contribución que puede inspirar a otras a seguir esa causa, los feminismos se van renovando y creo que las nuevas generaciones tienen una inquietud interesante por ver cómo ellas influyen y traen otras detrás suyo”, concluye Maria Emma Mejía.
Por el momento HERstory sólo está disponible en inglés y como publicación impresa, pero se espera que pueda digitalizarse y ser traducido a diferentes idiomas. El libro se publica también en un momento clave para la lucha de la equidad de género, cuando recién fue elegida Maria Fernanda Espinosa, de Ecuador, como próxima presidenta de la Asamblea General y cuya agenda incluye fuertemente los derechos de la mujer.
[via Noticias ONU]
https://www.dipublico.org/110152/las-heroinas-de-las-naciones-unidas-reconocidas-en-una-publicacion-historica/
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¿Cuándo se estrena '¿Estás ahí, Dios? Soy yo, Margaret' en México?
Falta muy poco para que '¿Estás ahí, Dios? Soy yo, Margaret' llegue a cines de México. Entérate de la fecha de estreno.
¿Estás ahí, Dios? Soy yo, Margaret, la adaptación de la aclamada novela de Judy Blume, ha estado ganándose la atención de muchos, tal vez porque luce como una película muy encantadora y porque dentro de su elenco tiene nombres como el de Rachel McAdams y Kathy Bates. Sea cual sea la razón, hay muchos que ya están esperando el estreno de esta película, sin embargo entre ellos se encuentran quienes…
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#Abby Ryder Fortson#¿Estás ahí Dios? Soy yo Margaret#Benny Safdie#Hans Zimmer#Judy Blume#Kathy Bates#Kelly Fremon Craig#Rachel McAdams
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The Crown (I): la belleza de que no pase nada.
Antes de empezar, vamos a dejar algo claro: soy FAN de todo formato que tenga aristócratas, té y la frase “Beg your pardon?” en su desarrollo. Algún día hablaremos de hasta dónde han llegado las consecuencias de querer que la gente me llame “mi lady”.
Pero lo que está claro es que no soy la única FAN de estos formatos. Keira Knightley debe tres cuartos de su filmografía a este sector demográfico. También tenemos antecedente de series “de época” (género que abarca todo lo que implique una herencia, una joven dama en edad de merecer o Judi Dench) muy exitosas, como Downton Abbey o Upstairs Downstairs, que tuvo hasta un revival en 2010.
Por eso soy de la opinión de que The Crown podría haber sido una apuesta muy segura en términos económicos. Os pongo algunos ejemplos: Orgullo y Prejucio (John Wright, 2005) costó 28 millones de dólares por los 126,5 que recaudó a nivel internacional. Sentido y sensibilidad (Aang Lee, 1995) costó 16 millones de dólares por los 134,4 millones que recaudó, también a nivel internacional.
Respecto a los beneficios que aportan el té y las ladies en la pequeña pantalla no tengo tantos datos, aunque hay uno que considero bastante significativo: las tasas de rodaje de Highclere Castle, el escenario que hacía de Downton Abbey, pasaron de ser 500,000 libras en la primera temporada a 1 millón de libras en la sexta (de unos 564,000 euros a unos 2 millones 200,000, aproximadamente). Y esto sólo para poder entrar a rodar en Highclere, ojo. Si tu serie no fuera absurdamente rentable, no te dejas esa millonada en entrar a rodar en algo que podrías haber hecho perfectamente en un set.
Me imagino que con estos antecedentes había cierto aplomo por parte de los productores cuando se reunieron para ver si se daba luz verde al proyecto o no. Pero una cosa es tener aplomo y otra es tener los cojonazos llegar ahí y pedir 130 millones de dólares. Para diez episodios.
Aunque no encuentro las cifras oficiales, es el presupuesto aproximado. Un reportaje de Variety dejaba el precio en diez millones por episodio, lo que nos sigue dando la friolera de 100 millones para la primera temporada.
Ejecutivos de Netflix durante la reunión de presupuesto de The Crown
Así que la pregunta más lógica es, ¿en qué se fue tanta pasta?
La semana pasada supimos que en el sueldo de Claire Foy, desde luego, no (un besito a los que dicen que no existe la brecha salarial). Y no es que sea yo una erudita en la materia, pero me atrevería a decir que un buen pellizco se fue en recrear las diferentes localizaciones.
Otro día me voy a quedar a gusto escribiendo sobre ello, pero el escenógrafo Martin Childs tuvo que diseñar su propio Buckingham e ir encontrando localizaciones en Reino Unido que pudieran dar cohesión a su plan. Es verdad que tuvieron que construir algunos sets, pero muchos son localizaciones hábilmente recicladas.
Por cierto, el tema principal lo compuso Hans Zimmer. Eso tampoco pudo ser barato.
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Al estar basada en personajes reales de los cuales muchos siguen sorprendentemente vivos, no se puede decir que el argumento sorprenda al espectador. Pero sí creo que han sabido usar muy bien el montaje y la música para ir generando una especie de in crescendo, una tensión que, aunque al final quede en nada, pues oye, casi que lo compras de lo bien que te lo han narrado.
Doy ejemplos.
Cuando a Churchill le da su derrame y el Gobierno se lo oculta a Isabel, ¿en qué queda todo? En una reprimenda que ya hubiese querido yo cuando la liaba de pequeña.
Cuando Margaret se enfada por enésima vez con Elizabeth porque no la dejan casarse con el sieso ese que no me acuerdo ni del nombre. ¿Lo peor de la perreta de Margaret? Que le cuelga el teléfono a Elizabeth de muy malas formas. Muy fan, eso sí, de todos los funcionarios cotilleando la conversación y mirándose con cara de circunstancias.
Cuando Elizabeth obliga a Philip a arrodillarse durante la coronación para la enorme humillación del duque, ¿al final que pasa? Pues que se tiene que arrodillar como todo hijo de aristócrata. Fin.
Entiendo que por la naturaleza misma de una monarquía, los problemas a los que se enfrentan son más aparentes que reales, más de imagen que de cualquier otra cosa. Y ahí entra lo que considero la magia de The Crown. En un contexto televisivo lleno de cliffhangers y dramas, consiguen generar en el espectador interés y hasta tensión.
Todo este engranaje de narrativa, montaje y música se sostiene gracias a unas actuaciones impecables. La mejor en mi opinión la de John Lithgow como un Winston Churchill incapaz de asumir su propia decadencia. También quisiera destacar el personaje de Tommy Lascelles, a quien recordarán por su perfecto mostacho y ese gesto de estar oliendo mierda tan British upper class.
Pero sobre todo me gustaría hacer una mención especial en honor a Matt Smith, porque me parece que hay que tener un talento desbordante para resultar convincentemente sexy con esa cara que Dios le dio al pobrecito mío.
¿Qué nota se merece The Crown?
Premisa interesante (0). No le voy a dar el punto de premisa interesante porque mire, oiga, no. A mí la vida de una señora que a sus noventa años usa una funda de iPhone de corgis, así de entrada, como que no. Entiendo que Elizabeth y su reinado muchas veces no son la historia, sino el marco a través de qué narrar determinados acontecimientos. Pero es que eso uno lo descubre cuando ya está bien metido en el capítulo 3, así que no.
Buen desarrollo (1). Las diferentes tramas, tanto políticas como personales, se entremezclan de forma cohesionada y lógica, así que le voy a dar este punto aunque ya os digo que en mi opinión, no es que pase mucho a lo largo de la serie.
Buenos personajes (1). Vamos a detenernos aquí un momento porque quiero darle un abrazo a los guionistas. Han hecho un gran trabajo reflejando los miedos y las motivaciones de cada personaje sin llegar a decírnoslos explícitamente. Consiguen hacernos empatizar con sus problemas, y plantéese usted cuántas eran las posibilidades de que empatizara con Margaret, la muchacha que a todo se enfrenta cabalgando por el campo mientras llora.
Estética (1). No me quiero alargar mucho aquí, porque tengo muchas ganas de hablar sobre la escenografía de The Crown. Sencillamente voy a dejar aquí esta secuencia, que sin ser la boda o la coronación, me resulta preciosa y elegante.
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El efecto Lars von Trier (0). ¿Bonita? Mucho. ¿Interesante? Bueno. ¿Te marca? A no ser que tengas síndrome de Stendhal, es muy poco probable.
Puntos adicionales (1). Le doy uno de dos por un montaje tan bueno que hasta yo me di cuenta. Se lo iba a dar también por banda sonora, pero he pensado que en realidad la banda sonora en sí misma no es destacable. Funciona muy bien con el conjunto de la serie, y no me canso de decir que es un elemento súper importante. Pero en sí misma no me parece ni muy característica ni muy digna del punto extra.
CONCLUSIÓN: 4/7. La recomiendo encarecidamente para las personas que sepan que tienen paciencia con las series de ritmo lento y para los forofos de los aspectos estéticos. Pero si alguien espera algo parecido a Los Tudor, por favor que busque en otra parte.
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Réquiem pt. III
Los días y las noches habían pasado a ser oscuridad. Chase de vez en cuando miraba allí donde suponía que había dejado la puerta, esperando que se abriera, y que ahí estuviera su padre. Quería que le abrazase, pues la almohada hacía mucho que había dejado de ser cómoda y no conseguía consolarle. A veces se despertaba y encontraba en la mesilla una bandeja. Podía ser desayuno, comida, o cena. No lo sabía. Comía desganado, haciendo caso al rugido intermitente de su estómago.
Se sentía preso en su tristeza, en su cuarto. Quería que alguien le sacara, pero no había nadie. No se veía con fuerzas para salir del círculo vicioso en el que se había visto arrastrado.
Se sentía uno solo con la oscuridad que le rodeaba, demasiado cansado para llorar o seguir estando triste. Todo había perdido mucho de su sentido. ¿Cómo se llamaba? ¿Qué hacía ahí? ¿Por qué no se levantaba? Chase. Su madre había muerto. Su madre. Su madre. No más lecciones de piano, no más abrazos, no más risas.
Algo se removió en su cuarto, una sombra. Chase se sobresaltó. Había estado demasiado metido en sí mismo para darse cuenta de que seguía ahí, y podía moverse. Se levantó de la cama, lentamente. Parecía que su miedo a la oscuridad había remitido, pero no podía estar seguro. Era algo temporal. Todo era temporal. Su madre había sido temporal. Suspiró, sacudiendo la cabeza. Era algo extraño, sentir el pelo tan ligero. De nuevo, algo se movió. Chase forzó a sus ojos a acostumbrarse a la oscuridad, y buscó lo que fuera que se movía. Duquesa había entrado en su cuarto, y estaba tratando de alcanzar la comida en la mesilla. Una ola de cariño le sacudió, tan fuerte que se abalanzó hacia el minino. Ella pareció dejarse abrazar, y no se resistió cuando Chase la subió a la cama.
— Duquesa —murmuró el niño. Llevaba sin verla desde que salió de Hogwarts. Al menos ella estaba ahí. Acarició su pelaje, mirando a un punto fijo en la penumbra.— ¿Por qué te has ido, mamá? –Era mucho más real si lo expresaba en voz alta.— ¿Dónde está papá?
“Estoy solo. Me han dejado solo”, quería decir. Pero no le salió. Se quedó quieto, paralizado en la oscuridad. No quería estar solo. Claustrofóbico, de golpe, se levantó, y corrió a abrir las pesadas cortinas de sus ventanas. Le sorprendió que el sol brillara fuera, y tuvo que entrecerrar los ojos para no quedarse ciego. Podía sentir a Duquesa deslizándose al lado de su pierna. Se agachó, para cogerla en brazos y apartarse de la ventana. No se acordaba bien de cómo era su habitación. Al fin y al cabo, llevaba sin estar ahí desde navidad. Sin embargo, seguía siendo una jaula, incluso a la luz del sol.
La puerta de su cuarto se abrió lentamente, para dejar ver a su institutriz. Pareció desorientada por un instante, probablemente por verlo levantado.
— Señorito Chase, su padre quiere verlo. Chase alzó las cejas, sorprendido. Asintió con la cabeza, sin saber qué más decir. Su institutriz sacó la varita, para abrir la cómoda por algo de ropa, pero Chase se puso delante del armario.
— Quiero hacerlo yo. En Hogwarts no hay nadie que nos elija la ropa. Eso es de niños – Le sorprendió su propia confianza, y lo determinada que sonaba su voz. Vio en los labios de la señorita Ravenscroft una pequeña sonrisa, que reprimió.
— Entonces, su padre le espera en el comedor. ¿Tiene hambre?
— Un poco –De acuerdo, ahí estaba su voz de siempre. La mujer desapareció por la puerta, y Chase se desinfló como un globo. No esperaba encontrarse tan rápido con su padre. Ni siquiera sabía si estaba preparado. Se enfundó una camisa y un chaleco, así como unos pantalones de pinza normales. Le quedaban pequeño. ¿Había crecido? Lo dudaba.
Se dirigió al comedor, y encontró a su padre sentado al final de la gran mesa, con la comida delante, pero intacta, y leyendo el periódico. Había otro plato a su lado, donde Chase se sentó. Seguían sin llegarle los pies al suelo. Quizá no había crecido tanto.
— Has tardado. Espero que la comida no esté fría —Chase miró a su padre, pero solo por unos segundos. ¿Realmente era aquello lo primero que iba a decirle? No respondió, y se concentró en su plato. Cuando casi había terminado de comer, se dio cuenta de que su padre lo miraba.
— La muerte de tu madre ha sido una… —hizo una pausa— un fuerte golpe. Sin embargo, no debemos dejar que eso nos afecte. Yo he seguido con mi vida. No veo que encerrarte en tu cuarto sea la mejor forma de duelo –No sabía muy bien qué quería decir con “duelo”, pero continuó callado, tratando de no hacer contacto visual.— Mírame, Praesentinus —no tuvo más remedio que hacerlo—. A tu madre no le hubiera gustado verte lloriqueando como si fueras un bebé. Eres un Harrell.
Chase abrió los ojos como platos. Las palabras de su padre no concordaban con el tono sosegado que había utilizado. Había lanzado un golpe que no sabía cómo asimilar. No se lo esperaba.
— ¿Me has oído?
— Sí, padre —Respondió, tratando de sonar confiado. Quería que se sintiera orgulloso de él.
— De ahora en adelante seguirás con tu rutina de siempre. Agatha continuará con las clases de piano, de Teoría de la Magia y algunas de las materias que peor has llevado este año. Quiero que mejores tus notas. Como ya he visto que eres un inepto para el Quidditch, le he pedido que te enseñe esgrima. Es un deporte menos digno, pero al menos harás ejercicio –Asintió con la cabeza, teniendo miedo hasta de tragar saliva.— Puedes retirarte.
Chase echó hacia atrás la silla, reteniendo sus ganas de salir corriendo. De alguna manera, consiguió andar con calma hasta que estuvo fuera de la vista de su padre. Al final, llegó a su habitación. No tenía ganas de llorar, ni de dormir. No tenía ganas de estudiar. No quería hacer nada. Quería disolverse con el aire, desaparecer. Se encontró con un espejo, en su intento de alejarse lo más posible de la conversación que acababa de tener. Se miró. ¿Quién era el Chase que dejó esa casa el año anterior por primera vez? No lo conocía. Pero, ¿qué era ese Chase que estaba delante? Se parecía al antiguo, pero no lo era. No quería desaparecer, así que empezó a contar.
— Me llamo Chase Praesentinus Harrell, tercero. Tengo doce años. Cumpliré trece el año que viene, el día seis de febrero. Voy a empezar segundo curso en Hogwarts cuando termine el verano. Soy Ravenclaw. Mi padre se llama Chase Praesentinus Harrell, segundo, y mi madre Margaret Harrell. Mi madre murió el día dos de junio. Creo que mi padre no me quiere.
Había conseguido no ponerse a llorar tras repetir aquello diez veces. Era un avance. Se pasó la mano por el pelo. No quería volver a tener rizos. A su madre le gustaban los rizos, y debía desprenderse de su recuerdo si quería seguir adelante.
***
Una semana después. Chase no se levantó del suelo, donde había acabado tras una estocada rápida de su instutriz. La esgrima era extrañamente dura, y no estaba muy seguro de si le gustaba. Miró a la mujer, casi rogandole piedad con los ojos. Ella asintió, y con un movimiento de la espada, volvió a transformarse en una varita.
— Hemos terminado por hoy.
— ¿Habrá más clases?
— ¿Hoy? No, señorito Chase.
— De acuerdo. Gracias, Agatha —Se puso de pie, lentamente. Prefería llamarla "Agatha" en vez de "señorita Ravenscroft" La mujer se fue, y Chase se quitó el uniforme, que era agobiante. Debía evitar todo lo que le ponía así de claustrofóbico, ya que activaban el pánico, y volvía la tristeza. Había momentos en los que Chase se sentía terriblemente triste, y esos eran los que más odiaba. Se encontró agradeciendo la rutina, casi monótona. Sus veranos siempre habían sido así. No quería pensar en sus amigos, pasándoselo bien juntos. ¿Se habrían dado cuenta de que no estaba? Temía que le hubieran olvidado. Quería escribirles, pero también temía que no respondiesen. O que su padre no le dejase mandarla. Salió de la sala que habían escogido para entrenar. Se movió sin rumbo por los pasillos. Siempre había tenido prohibido subir al tercer piso, por lo que solo frecuentaba el primero y el segundo, en el que estaba su cuarto. Llegó hasta la sala del piano. Dudó, en el marco de la puerta, entre si debía entrar o no. Terminó accediendo, cerrando la puerta con suavidad detrás de sí. Estaba igual que la había dejado. Movió un dedo por el instrumento. Impoluto. Los elfos siempre hacen un buen trabajo. Entonces, se percató de algo. El gran cuadro de su madre había desaparecido. Ahogó un suspiro. Lo agradecía. No estaba listo para ver a su madre, y que le hablara, sabiendo que no era ella y nunca lo volvería a ser. Se mordió la mejilla, y dudó si sentarse ante el piano. Pese a que su padre lo había dicho, aún no había retomado sus lecciones. Quizá era cosa de Agatha. Quizá quería respetar durante un poco más el recuerdo de Margaret. Ella era la que más se había interesado por las clases de música. Se sentó en el banco, dubitativo. Presionó una tecla, para probar, y sonó tan de golpe que se sobresaltó. Nunca se daba cuenta del gran silencio hasta que se rompía. Abrió el libro de partituras, que estaba donde lo había dejado. La primera que encontró era el réquiem de Mozart, Lacrimosa. Tragó saliva, colocando los dedos donde debía y la espalda recta. Se quedó quieto durante unos segundos, pero terminó por destensarse, con un suspiro. No podía. Ahí había estado su madre, con él. Se tapó la cara con las manos, abatido. "Estás siendo estúpido. Es solo un piano." Se quitó las manos de la cara, y las volvió a colocar en el instrumento. Entonces, comenzó a tocar.
https://youtu.be/mVVjxmgJqoI
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Libros que todo feminista debe leer
El feminismo es un movimiento que está cambiando el mundo. Y, en parte, es gracias a los libros. Por eso, te recomendamos 5 libros que todo feminista debe leer.
Todos deberíamos ser feministas | Chimamanda Ngozi Adichie
Este libro recoge el emblemático discurso que dio la autora en su TEDx Talk sobre lo que significa ser feminista en el siglo XXI. Ser feminista no es solo cosa de mujeres y Chimamanda Ngozi Adichie lo demuestra en este libro, en el que nos da una definición singular de lo que significa ser feminista en el siglo XXI. Con un estilo claro y directo, y sin dejar de lado el humor, esta carismática autora explora el papel de la mujer actual y nos da algunas ideas para hacer de este mundo un lugar más justo.
Un cuarto propio | Virginia Woolf
Un cuarto propio es un breve ensayo sobre la condición femenina, que se ha convertido en un icono de la literatura del siglo XX.
“No hay marca en la pared para medir la precisa estatura de las mujeres. No hay medidas… que determinen las condiciones de una buena madre o el cariño de una hija, la fidelidad de una hermana o la capacidad de una ama de llaves”, dice Virginia Woolf en este ensayo, pero lo que también nos dice es que para escribir una novela una mujer tiene que tener un cuarto propio y comida caliente; en resumen, tener una vida propia e independiente.
Lejos de ser una queja furiosa contra los hombres, Un cuarto propio es un elegante ensayo que ya en 1929 ponía sobre la mesa unos temas que aun hoy son objeto de debate, como la dependencia económica de la mujer con respecto al hombre, el cuidado de una familia y la figura de la mujer como musa inspiradora del artista pero con poca presencia en la práctica de la creatividad.
Cómo ser mujer | Caitlin Moran
Caitlin Mora es una periodista multipremiada y que en el 2013 organizó un boicot en Twitter de 24 horas. Cómo ser una mujer es una mezcla de memorias y de divertida vociferación, apoyándose siempre en sus experiencias como mujer, feminista e hija de una familia numerosa y proletaria, Caitlin Moran se con sinceridad y audacia, y habla con sinceridad de su relación con su cuerpo. Y con la comida, con los hombres, con el trabajo, la sexualidad, la maternidad, el aborto. Pero también escribe sobre la importancia de Lady Gaga, y los errores y horrores de la depilación más íntima, o el botox. Y sobre mucho más. Caitlin nos descubre página tras página esos secretos que se cuentan en voz baja las amigas verdaderas, y no esas equívocas colegas que jamás se quitan la máscara de la feminidad perfecta.
Beloved | Toni Morrison
Toni Morrison ganó en 1993 el Premio Nobel y en 1988 publicó Beloved, libro que la hizo merecedora de un Premio Pulitzer.
Beloved está inspirada en la historia de una esclava afroamericana, Margaret Garner, quien se escapó de la esclavitud en Kentucky a finales de enero de 1856 huyendo a Ohio, un estado libre. En la novela, la protagonista Sethe es también una esclava que escapa de la esclavitud, yéndose a Cincinnati, Ohio. Tras veintiocho días de libertad, llega la orden de recuperarla a ella y a su hijo, por la Ley de esclavos fugitivos de 1850, que daba a los propietarios de esclavos el derecho a perseguirlos y recuperarlos cruzando las fronteras estatales. Sethe mata a su hija de dos años antes de regresar a su vida de esclava y así evitarle ese terrible destino a su hija.
Yo soy Malala | Malala Yousafzai
Malala Yousafzai es la niña que se opuso a los talibanes y defendió el derecho a la educación en su país, y es la persona más joven que ha recibido el Premio Nobel de la Paz. Ella ha defendido desde pequeña el derecho a ser lo que te propongas sin importar si a los hombres o la sociedad en general le parece correcto, nosotras somos fuertes y tan capaces como cualquier hombre para salir adelante y ser exitosas. Malala es un ejemplo impresionante de perseverancia y valentía; leer su historia definitivamente te hará sentir que tú también puedes hacer y te inspirará a emprender en alguna causa.
¡Alto ahí! Aún tenemos más recomendaciones para ti. Te preparamos una lista llena de libros que todo feminista debe leer. Y si tienes alguna recomendación que debamos añadir a la lista, ¡no olvides dejarla en los comentarios!
Libros que todo feminista debe leer Este post fue originalmente publicado en el blog de Beek: Beek Blog
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¿Quién es Abby Ryder Fortson?
La joven actriz ya ha comenzado a cosechar varios éxitos, al igual que una base de fans en aumento, ahora que protagoniza la adaptación de la novela escrita por Judy Blume ‘¿Estás Ahí, Dios? Soy yo, Margaret’ su rostro va de a poco haciéndose más conocido, por eso aquí repasamos algunos puntos interesantes en su corta carrera. Abby nació en 2008 y es hija de los actores Christie Lynn Smith (NCIS)…
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#Abby Ryder Fortson#Ant Man 2#Ant-Man#Are you there God? It&039;s Margaret#¿Estás Ahí#¿Estás ahí Dios? Soy yo Margaret#Dios? Soy yo
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'¿Estás ahí, Dios? Soy yo, Margaret' | Tráiler oficial
Mira el tráiler oficial de '¿Estás ahí, Dios? Soy yo, Margaret'. Con Rachel McAdams y Kathy Bates.
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#Are you there God? It&039;s Margaret#¿Estás ahí Dios? Soy yo Margaret#Benny Safdie#Kathy Bates#Rachel McAdams#Sony Pictures
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