Tumgik
sutadatsuto · 3 years
Text
#Formatofic | Miedo
El cielo raso la inquietaban esa mañana: las manchas diáfanas que se extendían por la superficie de yeso la hacían ver espectros saltarines. Suspiró colocándose el puño contra la boca del estómago, sintiendo la presión creciente desde allí a su corazón aumentar.
"Si no te conociera lo suficiente" le susurraría una voz hermana y carrasposa "diría que tienes miedo"
 Ahora sus manos aferraban sus orejas con violencia, y apretando sus parpados, negaba compulsivamente con su cabeza: pero ella seguía allí, agachada ante ella con una risa estridente. Abrió sus parpados al tanto en que sus manos horizontalmente continuaban acunando su propia cabeza: la Hécate monstruosa de su interior estaba materializada ante ella, con la misma pijama y los cabellos sueltos, pero empapada en sangre.
 Ante ella de cuclillas, apoyada de los muslos de la Hécate espantada. Sus uñas ensangrentadas presionaban contra la piel blanca de quien temblaba como una hoja a merced de una brisa tormentosa.
 "¿Entonces, tengo razón?"
 Se levantó abruptamente del diván en el que se encontraba, y se precipitó hacia el otro lado de la habitación, sin soltar su cabeza. Volvió a negarse y las risas continuaron. Los temblores de su cuerpo le impidieron llegar a la puerta de la habitación.
 "¡Miedo! ¿Verdad? ¡Miedo, miedo!"
 El coctel nocivo de sentimientos llegó a punto de ebullición en tanto el espectro de su Hécate monstruosa le gritaba girando a su alrededor. Apretó sus puños y se la quitó de encima de un solo puñetazo, que acabó siendo uno al aire.
 Silencio.
 Se encargó de mirar a su alrededor parpadeando, percatándose de su soledad. Incrédula, camino dubitativa revisando cada rincón. Lo estaba, sola. Volvió a exhalar, esta vez con alivio y se sentó al borde de la cama.
 - No debería seguir temblando.- se dice abrazándose a sí misma -por mis estrellas, es frío, ¡Es frío, ya debo calmarme! ¿De qué me sirve tanta bestialidad en mis poderes si me deshago por una simple visión? Mis estrellas, tengan piedad...- y frotándose los ojos, impide a la fuerza que vengan lagrimas a desfilar por sus mejillas.
 ¿A qué teme más la deidad fantasmal que habita yomotsu? ¿A su bestialidad o a su soledad? Un grito aunque abandone sus labios, no llegaría a oídos de nadie, porque ni sus sirvientes estaban cerca. Si tanto teme quedarse sola, ¿por qué los envía lejos en primer lugar?
 - Soy tan patética...-
 Apoyó ambas manos a sus costados en el borde de la cama y miró en dirección a el pórtico de su habitación. La figura alta y esbelta de alguien conocido le hizo saltar el corazón, pero solo fue su imaginación. El de Cáncer no podría estar por ahí de pronto... ¿O si? Parpadeó, no había nadie en el pórtico, pero podía sentir su aroma... tocó su propia nariz frunciendo el ceño, el aroma que le hacía saltar su corazón, se hacía cada vez más intenso.
 - Ah, ahí estabas... no te encontr--
 Como una paloma a punto de despegar al cielo, en búsqueda de libertad, se lanzó sobre su figura tras sentir su voz. Ancló sus brazos alrededor de su cuello, y bebió de sus labios la tranquilidad que tanto necesitaba: el ósculo, que le demostró que sí era él quien se encontraba allí, fue tan sorpresivo como cargado de necesidad y cariño
 Ni tiempo le dio al Cáncer de tambalear, porque, sin más, sus parpados se cerraron y sus labios se dejaron hacer en medio de tanta conmoción. Ella, que parecía volver en sí desde un mundo de penumbra, solo con ese tacto, se separó lo suficiente, y dejando sus narices juntas le murmuró viéndole a los ojos: "no me rechaces, por favor".
 El tono de voz, novedoso descubrimiento de él, fue aún más sorpresivo que la acción, pero la ternura de sus ojos dudosos, y su expresión tímida, lo que lo hicieron alucinar aún más. Ahí estaba la temible deidad que lo seducía, colgada de su cuello, como si estuviese a merced de una pendiente.
 -No, no, si no te voy a rechazar, solo que me tomas desprevenido.-
 Un parpadeo tras la respuesta y ella, soltando su cuello, cubrió su rostro enteramente ruborizado soltándose en carcajadas. Estas, contagiosas, hicieron al de Cáncer reír también, mientras se rascaba la nuca confundido.
 - ¡¿De qué te ríes?!
 Apenada por su reacción, separa las palmas de su rostro, quedando en evidencia sus mejillas enrojecidas, y una mirada dubitativa, llena de vergüenza.
 - No lo sé, tu voz fue graciosa... creo.- y como una niña, aun avergonzada, se llevó una mano al rostro mordiendo sus uñas.
 Silencio. Pero no uno que aterraba a Hécate o uno que fastidiara al Cáncer, que parpadeó tras un momento: ¿qué espectáculo tan sorpresivo era ese? ¿y por qué quería seguir admirándolo? Ella, como una preciosa aparición, estaba solo cubierta por una delgada bata de dormir, abundante en tela, que arrastraba tras de sí: ceda, malla y encaje, pero aun más hermoso eran las miles de hebras de cabello largo y plateado desparramado por su hombros, cuello y cayendo en cascada a través de sus curvas. Una visión tan tentadora, en la que no hubiese dudado arrebatarle besos, suspiros y quejidos, pero lo que lo tenía cautivado era esa expresión aniñada que jamás había visto.
 Hécate era tan hermosa como despiadada, y sin embargo, ahí estaba una frágil doncella con las mejillas sonrosadas y llena de congoja ¿Qué la estaba atormentando tanto como para no tener el mentón en alto, y  para hacerla brincar a sus brazos? ¿Es que, esa hinchazón en sus parpados eran rastros de lágrimas? ¿Su nariz roja era otra evidencia?
 ¡Por un demonio, Ángelus! ¿Por qué si está a tu merced, no quieres llevarla a la cama, si no descubrir qué es lo que la acongoja?
 Un paso hacia ella, luego otro, y ella tiembla, porque la mirada azul cobalto la penetra mientras él se aproxima. Inexpresivo, porque tiene un ira contenida tan abrumadora, que teme asustarla si la deja salir.
 Ella piensa en retroceder, pero él se adueña antes con un cuidado que también lo sorprende de su muñeca, y le susurra, sobre su rostro enrojecido "¿quién demonios te lastimó?"
 Ahora quien parpadea es ella, porque desfallece al momento en que escucha la incógnita. Retiene las lagrimas, con urgencia, pero estas brillan sobre sus ojos como una fina capa cristalina. El ojo rojo de la Hécate está opaco, y el azul no tiene brillo. Es auténtico terror.
 - Lo siento...- suelta ella con los labios saltándole -no puedo decirlo-
 El agarre de su muñeca incrementa la fuerza, lo que la hace dar un respingo. Y eso le ocasiona a él un fuerte dolor en el pecho... ¿acaso es culpa? Porque verla encogerse de hombros y apretar los parpados lo hace enloquecer. Suelta por inercia la muñeca, y ella abre de nuevo sus ojos hacia él, encontrándolo aún inclinado hacia ella, pero con una expresión que no logra descubrir.
 Ángelus se apodera con cuidado de una mejilla, luego de la otra y acerca su rostro al de ella, con una voz tan tranquila que la podría arrullar.
 - Shh... está bien, cuéntame cuando te sientas lista. Solo no me dejes así, confundido, con las ganas de patearle el culo a quien te dejó así. Cuéntame cuando quieras, no importa que no sea ahora. No te quiero asustar más.
 Y antes de que ella pudiese negar otra cosa, selló sus labios, esta vez, quien demostraba devoción era él, y ella se dejaba llevar en ese vals imaginario. Otro, y luego otro beso y su corazón saldría de su pecho.
 Luego, suspirando sobre su pálido rostro, y quitando los plateados mechones de su rostro, besó su mejilla, su nariz, y su frente. Limpiando así la congoja, luego la miró y soltó una risita.
 - Me gustas ruda... pero nunca creí que fueras tan adorable.- dice él, besando ahora su cuello.
 - ¿Ador...- ella lo mira de frente, casi haciendo un mohín -¿y eso no te gusta?.-
 - Nunca dije eso.-
 Y ahí estaban los dos, a punto de pasar la noche sin hacer físicamente el amor.
10 notes · View notes
sutadatsuto · 3 years
Photo
Tumblr media
I’m rewatching Lucifer…what a good show
3K notes · View notes
sutadatsuto · 3 years
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Tom Ellis photographed by John Russo for Emmy magazine
352 notes · View notes
sutadatsuto · 3 years
Photo
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
1791 was the year it happened. I was 24, younger than you are now. But times were different then, I was a man at that age: the master of a large plantation just south of New Orleans. I had lost my wife in childbirth, and she and the infant had been buried less than half a year. I would have been happy to join them. I couldn’t bear the pain of their loss. I longed to be released from it. I wanted to lose it all… my wealth, my estate, my sanity. Most of all, I longed for death. I know that now.
Interview with the Vampire (1994) dir. Neil Jordan
3K notes · View notes
sutadatsuto · 3 years
Photo
Tumblr media Tumblr media
The new height difference of King and Diane. Now he is taller than her <3 
Tumblr media
576 notes · View notes
sutadatsuto · 3 years
Text
Kiane shippers current mood:
Tumblr media
What about their kid...
999 notes · View notes
sutadatsuto · 3 years
Text
Tumblr media
Don’t be shy give us some more...
Tumblr media
Okay shiiiiiiiii...... 🤭
146 notes · View notes
sutadatsuto · 3 years
Text
Tumblr media
I think we all know what’s on his mind...
604 notes · View notes
sutadatsuto · 3 years
Text
Tumblr media
“I can’t believe this is real... I’m finally alone... with you.”
🤧
660 notes · View notes
sutadatsuto · 3 years
Text
Tumblr media
Artist: @ s_yairi_k (Twitter)
508 notes · View notes
sutadatsuto · 3 years
Text
Tumblr media
Credits to the owner photo not mine
2K notes · View notes
sutadatsuto · 3 years
Photo
♥♥♥
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
I really love this episode TTvTT
3K notes · View notes
sutadatsuto · 3 years
Video
undefined
tumblr
245K notes · View notes
sutadatsuto · 3 years
Photo
Tumblr media Tumblr media
don’t forget 
44K notes · View notes
sutadatsuto · 3 years
Text
Cuteness carajo♥
“Mishka”
“¿Alguna vez te has dejado crecer barba? Pero no esa de tres días por no alcanzar a afeitarte, sino una abundante” Preguntó Ottar, varios minutos después de estar sintiendo las suaves caricias de Ilya en su barba. Ilya había trasladado su mano y atenciones ahí, luego de haber acariciado su pecho. Seguramente ya había grabado bien la sensación suave de esos vellitos en sus yemas, y había querido aventurarse a buscar otra textura. Su expresión era serena, entregada, casi como hipnotizada, hasta el momento en el que Ottar habló. Él no tardó mucho en contestar.
“No, la verdad no. No creo que me quede, y definitivamente no me vería tan bien como tú…” Y tras una pausa, continuó con una palabra que no había surgido entre ellos antes. 
“Mishka”
“Mishka…” Repitió su pareja, con un tono pensativo. Dejó pasar unos segundos y complementó -aunque más bien era a modo de pregunta- con la única cosa que se le vino a la mente. 
“…¿Mushka Mickey Mouse?”.
Ilya sonrió divertido por su reacción.
“Nyet, ratón no, Mishka…” Le respondió, mientras seguía jugando con su cabello entre sus dedos cariñosamente. Entonces, se acercó a su oído como para confiarle un secreto, el significado de aquella palabra misteriosa. 
“Osito”
Ottar abrió más sus ojos y no pudo evitar reflejar sorpresa. Definitivamente no esperaba ese significado. La sorpresa inicial dio paso rápidamente a una sensación de calor en su pecho, que bañó todo su ser. ¿Así que así es como su novio le veía? solo por querer seguir escuchando esa encantadora voz, haría el papel de confundido. No era un gran actor, porque la sonrisa en su rostro difícilmente pudo esconderla.
“¿Osito?… ¿Quién, yo?”
Ilya rió melodiosamente por la ternura que le causaba esa situación. Un hombre tan grandote e imponente como su pareja, sonando así de curioso, y a la vez dulce y despreocupado.
“Pues sí, ¿Quién más? solo mírate… alto, fuerte… aunque no das miedo. Eres más como un oso de peluche grandote” Y remató sus conclusiones con un beso en su mejilla. Los segundos pasaban y su expresión risueña no desaparecía. Al hombre más fornido entre ambos le encantaba eso. Ottar rió por la comparación, y la lectura que Ilya hacía de sus características. El beso en su mejilla le sacó una expresión de felicidad casi infantil.
“Ah, así que no doy miedo… Rayos, yo pensé que te tenía aterrado. Fallé entonces…” Disfrutó del privilegio de ser testigo de esa sonrisa un instante más antes de capturarla con sus labios, en un ósculo parsimonioso, perfectamente correspondido por su compañero. Se dieron otros tantos, embobados, hasta que Ottar liberó sus labios para poder seguir con esa interesante conversación que comparaba su persona con un peluche.
“Entonces, deberías ser la envidia de los niños. Tienes uno de esos osos de feria solo para ti. Podríamos decir que así nos conocimos. Que me ganaste en una feria por una simple moneda”
Ilya por su parte seguía riendo, divertido con las ocurrencias del mas grande, mientras perpetuaba las caricias, cerca del mentón. 
“Es el mejor premio, sin dudas”.
Su barbudo acompañante tomó su mano y depositó un casto beso sobre sus dedos, gesto que hizo sonreír halagado a su novio. Luego, alzó su vista intentando recrear una expresión más seria.
“Sabes, este oso tiene una queja contra su dueño…” Contempló cómo el otro levantaba sus cejas y le miraba con curiosidad. Tomó una pausa para favorecer la intriga y prosiguió. 
“No me ha apretado lo suficiente como dice en la descripción del producto. Tengo palabras programadas y no me han apretado lo suficiente como para decirlas”
La risa brotó naturalmente del hombre interpelado, y respondió con agilidad, siguiendo el juego.
“¿Ah sí? pues mi queja es que no traía instructivo, entonces”
“Ah, no sé, seguro se quedó en la feria” Devolvió el, en ese instante, oso de peluche parlante.
“¿Qué pasa si lo aprieto aquí, por ejemplo?” Divertido, buscó la mano izquierda de Ottar y la apretó. Inmediatamente, Ottar puso una cara exageradamente sonriente con una mirada hacia la nada, tal como un juguete, y habló con una voz muy aguda. 
“Cerca, pero lejos, ¡sigue buscando!”
En su mente, quería que Ilya le diera un abrazo firme. Prácticamente no tuvo que esperar, pues su pareja le abrazó bien apretado, mientras reía con fuerza por la expresión que él había hecho. Estaba realmente divertido y guiado por la hilaridad del momento, no podía contener ni su risa ni sus muestras de afecto.
“Ay, Ottar” dijo alegre, estrechándole contra sí.
Satisfecho por tenerle justo donde quería -o mas bien, satisfecho por estar justo donde quería- risueño y sin ninguna preocupación, Ottar pasó a envolverle en sus brazos también, y con una voz más aguda aún, extremadamente contraria a su voz naturalmente grave, comenzó a repetir la frase de millones de peluches en el mundo.
“¡Te amo! ¡Te amo! ¡Te amo!”
Y entonces, ya no pudo evitar su propia risa, y querer disfrutar también de esa unión desbordante de energía y calidez. Su corazón latía lleno de dicha.
“Ahí lo encontraste”
Tumblr media
4 notes · View notes
sutadatsuto · 3 years
Photo
♥♥♥
Tumblr media Tumblr media
texting AU with these two? 100/100 Ed is doomed. 
doomed to fall in love✨🌸
This is not exactly a moment from the fic, but It’s not a big deal  totally planted the whole texting/modern AU seed in my head. It’s quite hilarious and made me laugh and smile like an idiot a bunch of times (and I am not even finished yet) so please check it out!:“)
29K notes · View notes
sutadatsuto · 3 years
Photo
Tumblr media
scratch
19K notes · View notes