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[491] Edgar Allan Poe. (1809-1849)
“No soporto la idea de que el universo tenga que destruirse cada vez que tú te marches”.
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He descubierto que casi todo lo que se ha escrito sobre el amor es cierto. Shakespeare dijo: los viajes terminan cuando los amantes se encuentran… ¡qué idea tan bella! En lo personal, nunca he experimentado algo ni siquiera remotamente parecido a eso, pero estoy segura que Shakespeare sí. Creo que pienso en el amor más de lo que debería. Constantemente me asombra su poder para alterar y definir nuestras vidas. También fue Shakespeare quien dijo que el amor es ciego… y sé que eso es totalmente cierto. Para algunos y de manera inexplicable, el amor se acaba. Para otros, el amor es solo una perdida, pero desde luego el amor puede buscarse… aunque sea solo por una noche… sin embargo, hay otra clase de amor, el amor más cruel, el que casi acaba con sus víctimas: es el amor no correspondido y en él soy una experta. La mayoría de las historias de amor hablan de dos personas que se enamoran entre sí, pero ¿y el resto de nosotros? ¿y nuestras historias? ¿y los que nos enamoramos solos? somos víctimas de una relación de una sola persona, somos la desgracia de los que son amados, somos los no amados, los muertos vivientes…
- El descanso (The holiday) (Nancy Meyers, USA 2006)
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"I love you, I do. But I am afraid of making that love too important. Because you’re always going to leave me. We can’t deny it. You’re always going to leave.”
— David Levithan
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CUANDO LOS PADRES NOS QUEDAMOS HUERFANOS (Gabriel García Márquez)
Hay un período
cuando los padres
quedamos huérfanos
de nuestros hijos.
Es que los niños crecen independientemente de nosotros,
como árboles murmurantes
y pájaros imprudentes.
Crecen
sin pedir permiso a la vida.
Crecen
con una estridencia alegre
y, a veces,
con alardeada arrogancia.
Pero
no crecen todos los días,
crecen de repente.
Un día se sientan cerca de ti
y con una naturalidad increíble
te dicen cualquier cosa
que te indica que
esa criatura de pañales,
¡ya creció!
¿Cuándo creció
que no lo percibiste?
¿Dónde quedaron
las fiestas infantiles,
el juego en la arena,
los cumpleaños con payasos?
El niño crece
en un ritual de
obediencia orgánica
y desobediencia civil.
Ahora estas allí,
en la puerta
de la discoteca
esperando no sólo que no crezca,
sino que aparezca.
Allí están
muchos padres al volante
esperando que salgan.
Y allí están
nuestros hijos,
entre hamburguesas y gaseosas.
Con el uniforme
de su generación
y sus incómodas
y pesadas mochilas
en los hombros.
Allá estamos nosotros,
con los cabellos canos.
Y esos son
nuestros hijos,
los que amamos
a pesar
de los golpes de los vientos,
de las escasas cosechas de paz,
de las malas noticias
y la dictadura de las horas.
Ellos crecieron amaestrados,
observando y aprendiendo
con nuestros errores
y nuestros aciertos.
Principalmente
con los errores
que esperamos no se repitan.
Hay un periodo
en que los padres
vamos quedando
huérfanos de los hijos.
Ya no los buscaremos más
en las puertas de las discotecas
y del cine.
Pasó el tiempo del piano,
el fútbol,
el ballet,
la natación.
Salieron del asiento de atrás
y pasaron
al volante de sus propias vidas.
Deberíamos haber ido más
junto a su cama,
al anochecer,
para oír su alma respirando
conversaciones y confidencias
entre las sábanas de la infancia,
y a los adolescentes,
cubrecamas de aquellas piezas
con calcomanías,
afiches,
agendas coloridas
y discos ensordecedores.
Pero crecieron
sin que agotáramos con ellos
todo nuestro afecto.
Al principio
fueron al campo,
la playa,
navidades,
pascuas,
piscinas
y amigos.
Sí,
había peleas en el auto
por la ventana,
los pedidos de la música de moda.
Después llegó el tiempo
en que viajar con los padres
comenzó a ser un esfuerzo,
un sufrimiento,
no podían dejar a sus amigos
y primeros enamorados.
Quedamos los padres
exiliados de los hijos.
Teníamos la soledad
que siempre deseamos,
y nos llegó el momento
en que sólo miramos de lejos,
oramos mucho
(en ese momento
se nos había olvidado)
para que escojan bien
en la búsqueda de la felicidad
y conquisten el mundo
del modo menos complejo posible.
El secreto es esperar.
En cualquier momento
nos darán nietos.
El nieto
es la hora del cariño ocioso
y la picardía no ejercida
en los propios hijos.
Por eso,
los abuelos
son tan desmesurados
y distribuyen
tan incontrolable cariño.
Los nietos
son la última oportunidad
de reeditar nuestro afecto.
Así es.
Los seres humanos
sólo aprendemos
a ser hijos
después de ser padres;
sólo aprendemos
a ser padres
después de ser abuelos.
En fin,
pareciera que
sólo aprendemos a vivir
se nos va pasando. Disfrutemos de nuestros hijos en cada una de sus etapas mientras duremos vivos!!
después de que la vida
Gabriel Garcia Márquez
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«Y aunque no siempre he entendido mis culpas y mis fracasos, en cambio sé que en tus brazos el mundo tiene sentido».
Mario Benedetti
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«La raza humana desaparecerá. Aparecerán otras razas, que desaparecerán a su vez. Los cielos serán glaciales y estarán vacíos; los atravesará la débil luz de estrellas medio muertas que tambien desapareceran. Todo desaparecerá. Y los actos humanos son tan libres y están tan desprovistos de sentido como los libres movimientos de las partículas elementales. ¿El bien, el mal, la moral, los sentimientos? Meras «ficciones victorianas». Sólo existe el egoísmo. Frío, intacto y resplandeciente.
Es obvio que la vida no tiene sentido. Pero tampoco la muerte. Y es una de las cosas que hielan la sangre».
H. P. Lovecraft. Contra el mundo, contra la vida
Michel Houellebecq
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“so tired of being so tired”
Mac Miller; Good News
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"Vivimos esta vida como si llevásemos otra en la maleta".
Ernest #Hemingway
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"Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos".
Pablo Neruda
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