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' gracias ' musita con una sonrisa suave, observando hacia el supermercado de reojo. ' quizás podrÃas tomar algo de aquÃ, sólo para que sea un intercambio justo ' aunque tal concepto era demasiado borroso en esa tierra de pocas leyes que les quedaba. ' podemos ir hasta la farmacia si quieres pensar bien tu elección ' propone. ' no sé qué pienso, realmente ' se le escapa rápido mientras mira la lluvia caer, sincero como sólo los impulsos pueden obligarle. la idea de irse es atractiva, sÃ, pero lo demás lo complica todo. de alguna manera, greenville parece un lugar donde podrÃan dejar atrás todo lo que ha pasado. pero no es tan fácil. el pensamiento de irse del pueblo lo acoge con algo de alivio, incluso si sabe que no puede ser tan simple. ' no estoy seguro de nada. sólo… quiero dejar de pensar en lo que puede ser ' se hunde de hombros, sin darle suficiente importancia. ' y greenville es lo único que asegura un poco de movilidad, algo más productivo por ahora ― asà que supongo que me estaré marchando pronto '.
antes de decir nada, asiente como respuesta a su pregunta. " sÃ, estoy ahà con los de oakwood " la elección de palabras se le hace extraña. se niega a decirle refugio como dicen algunos. parar se le hace extraño, como si fuera un hotel. " no hay problemas. te conseguiré algunas. no sé cuántas gasas queden, hay mucha gente lastimada " no cree que se hayan acabado tampoco, pero en algún momento lo harán. " tampoco es un buen momento para hacerse adicto a los analgésicos " intenta bromear. si no supiera que eventualmente pueden acabarse, ella caerÃa en el vicio sin dudarlo. " sÃ, lo escuche " le responde sin muchos ánimos, acomodándose cerca de él, cubierta de la lluvia. " creo que iré. no creo que haya mucho por qué quedarse aquà " lo entendÃa en el caso de los locales, quienes habÃan crecido y construÃdo una vida allÃ. ella a penas habÃa llegado, no tenÃa problema en irse. " ¿tú qué piensas hacer? "
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no hay demasiada lÃnea de pensamiento en lo que toma el paquete de chicles para sÃ, tomando uno de los rectángulos de metal antes de extender el mismo cigarrillo que carga en su mano al pelinegro. cuando se sienta a su lado, le dedica una mirada lo suficientemente breve como para intentar tomar alguna nota mental de estado ajeno. ' preferirÃa que busquen como arreglar la situación en los vecindarios y me dejen agarrar algo para moverme antes de simplemente mandarnos para otro pueblo ' incluso si se habÃa sumado a la idea de greenville rápidamente, tener que ir a pie era algo que odiaba. ' pero no, no creo que nadie venga a dar órdenes. sólo nos queda el propio espÃritu de la gente aquà ' hay un ligero tono melódico en últimas sÃlabas, que se pierde en lo que suspira con fuerza. ' ¿tú cómo te sientes? '.
"un cigarrillo por esta goma de mascar," no demora en contestar, con sus lánguidos y maltrechos dedos extendiendo un paquete de chicles a medio abrir frente al contrario. no va en serio (claro que no, emmett no es aún lo suficientemente tonto), pero más le costarÃa admitir que le gustarÃa un poco de compañÃa en un panorama tan desalentador e incierto. un suspiro no demora en abandonar sus labios, su gélido aliento quedando marcado en el aire antes de tomar asiento a su lado. "¿crees que nos dejen salir del pueblo pronto?"
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deja escapar un suspiro mientras masticaba el último trozo de la barra de cereal, sintiendo el chocolate derretirse dentro de su boca. incluso si parte de su cerebro se asegura de prestarle completa atención, no podÃa dejar de pensar en cómo el tiempo parecÃa deshacerse bajo la lluvia, arrastrado por las gotas que caÃan. se encontraba entre la necesidad de moverse y la quietud de quedarse. el dolor en su espalda, los moretones que ni siquiera podÃa identificar, se sentÃan más como una parte más de su vida que algo digno de mencionar. ' ¿hay gente que le tiene miedo? ' exhala algo similar a una risa, meneando su cabeza en negación. uno pensarÃa que luego de haber visto escenas tan horrorosas los últimos dÃas, podrÃa apreciar ver un canino tan adorable como aquel. ' eso es de lo más raro que oà en los últimos dÃas ' y era decir bastante. ' ¿acaso piensan que tim allen está adentro suyo? '. ante verborragia ajena siguiente, no puede evitar reÃr. el piensa lo contrario, de hecho ― al menos una celda les darÃa el confort que el frÃo piso del supermercado robaba de sus cuerpos. ' supongo que eres del tipo de vecina que ve el pasto más feo del otro lado ' bromea con suavidad, volviéndose a ella. ' al menos nos tocó un lugar grande, no tengo idea cómo se estarán acomodando en la farmacia... ' hay cosas como aquellas, que simplemente se le pasaban en desinterés en esos dÃas. siendo el insomnio mejor amigo por largos años y conociendo lo necesario que es, le sorprende pensarlo. ' ¿será que wade se quedará aquà con susu? ¿o cómo planean llevarlo a greenville? '.
*  gesto la hace voltearse a verlo, no se lo habÃa dado con la expectativa de que compartiera con ella, de todas formas la toma entre sus manos. parece que june no quiere dejar de escuchar sus gracias, con sus gestos. ‘ lo es, guardaré agua caliente en mi termo antes de irnos, ¿será que dura? ’ pregunta para ella misma, llevando un pedacito de barra a su boca y masticando lentamente. dobla sus rodillas, acercándolas a su pecho mientras mastica en silencio, en los últimos dÃas se perdÃa en sus propios pensamientos como si fuese un envase sin alma. observando a un punto lejano en el lugar, solo después de sus palabras es que logra retomar conexión con el momento y lo mira directo a los ojos. ‘ me alegra escuchar eso, me sentà muy culpable por tu espalda ’ admite presionando sus labios juntos en una fina lÃnea. ‘ susu está con mi hermano en el mercado. lo tenemos en la oficina, asà nadie se tropieza con él y no asusta a quiénes le tienen miedo ’ especialmente cuando su brazo lastimado le era más difÃcil tener control de un perro tan grande. sin embargo, que se haya acordado de su mascota la hace sonreÃr.  ‘ no he podido dormir bien, espero que al menos con la caminata a greenville me desgaste lo suficiente para caer como un tronco ’ habla por llenar conversación, asà también se distrae un poco con todo lo que está sucediendo. ‘ ¿has visto otros refugios? escuché que algunos se están quedando en la estación de policÃa, ¿te imaginas durmiendo en una celda? ah, que deprimente. ’
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' creerÃa que dejar de ser tu estrella me apenarÃa, pero este nuevo puesto me gusta más ' no está seguro de si le está observando, por lo que se ahorra el esfuerzo de alzar comisuras ― más aún asà la sonrisa puede oÃrse en su voz en lo que deja que el roce de su hombro con el ajeno lo ancle al presente. hay algo en la espontaneidad de esos pequeños gestos que hace que todo parezca menos pesado. no piensa en el camino incierto que los depara, en los escombros del ayer ni en todo eso que no puede controlar. todo lo que necesita es esa calma momentánea que brota en encuentros. escucha con atención lo que cuenta sobre su mellizo, sintiendo una mezcla de curiosidad y desconcierto. la idea de que alguien tan cercano a ella esté en medio de todo esto, y que aún asà haya tenido suerte, le hace pensar en la fragilidad de la vida. en la falta de hados a favor que carecÃan cuando de tratar de delinear caminos se referÃa. ' cuando lo veas tendrás que reclamarle el haberte robado la suerte al nacer ' bromea con su voz suave, una sonrisa en el rostro que dedica en pos de intentar robar preocupaciones que se marcan en el rostro de quien enfrenta. ' me estoy poniendo un poco azul ― no sé como terminé golpeándome todo el torso, pero cada vez me duele menos ' suspira entonces, dirigiendo mirada hacia pies ajenos para hacer un pequeño gesto en referencia. ' ¿te has curado bien, ya? ' último encuentro resultaba un contraste completo a cómo se encontraban en aquel momento. no recuerda mucho sobre en qué momento la perdió de vista, pero si de su estado ahÃ. ' ¿tú como te sientes? '. cuando la pelirroja se recuesta y permite que la lluvia la cubra, june, casi como un reflejo, imita el movimiento. un gruñido molesto hace eco entre sus clavÃculas en lo que se acomoda. el agua frÃa contra su rostro deberÃa ser incómoda, pero le resulta tranquilizadora. un suspiro cansino escapa de entre sus labios, párpados cayendo para dejarlo completamente en negro. al principio, se deja absorber por el sonido de las gotas golpeando el suelo, por el peso de las nubes sobre ellos. y entonces, como si una alarma olvidada se disparara en su mente, lo recuerda: el cumpleaños de marcella. rostro se mueve entonces apenas hacia un costado, registrando imagen ajena y moviendo su brazo a un costado sin mucho esfuerzo para golpear el contrario en búsqueda de algún centÃmetro de dermis dónde regalar una caricia suave con su pulgar para llamar su atención. ' feliz cumpleaños, marcella ' no encuentra necesario disculparse cuando sus palabras ya cargan ese sentimiento culposo, pequeño frunce entre cejas pesándolo también. cuando se da cuenta, relaja sus facciones para dedicarle una sonrisa, las gotitas de agua que se sientan sobre sus pestañas obligándolo a parpadear. ' supongo que no has podido hacer mucho para celebrar tu dÃa ' sus ojos regresan al cielo, y tras un momento de silencio, añade: ' pero podrÃamos improvisar algo. no será gran cosa, pero, ¿en qué otro momento tendrÃas tantos locales de este pueblo a tu disposición, hm? '.
' éramos ' no tardó en corregirle, y la formalidad envuelta en un término pasado se sintió extraña. como si su cuerpo reaccionase naturalmente con rechazo a la idea de estar lidiando con un cambio tan significado en su vida general, dejando una sensación de vacÃo en su pecho tras pronunciarla. ' supongo que ahora estamos obligados a ser amigos, ya ni siquiera es opción mantener un trato formal de artista en ascenso y su estafada representante. para tu mala suerte he descubierto que confesarme frente a ti se me da natural ' confesiones que en su momento habÃan sido pronunciadas con la idea de no verle nunca más, su tiempo en el pueblo siendo una cantidad no excedente a los dÃas que ahora, en presente, ya no tenÃa. se le habÃa arrebatado absolutamente todo en cuestión de semanas, meses tal vez, dejándole varada en un lugar que no dejaba de mostrarse reacio a aceptarle de regreso. derrotada en pensamiento mas no en espÃritu, se movió apenas lo suficiente para chocar uno de sus hombros con él, resistiendo las punzadas que nacieron con tan gentil roce.
entonces quiso decirle que le entendÃa, que ella también lo habÃa visto. cómo las personas habÃan encontrado la forma de sobrevivir a eso que aún no hacÃa sentido en su mente, mas las palabras no se dieron. tal vez por lo complejo que fue hilar a su tren de pensamiento, o porque no existÃa forma alguna de describirlo. falta de palabras, terminó asintiendo hasta sentir el correr de un par de gélidas gotas por su frente, pasando el dorso de su mano por el espacio de piel cubierto por un ridÃculo curita.
' somos mellizos ' comenzó a contarle, cayendo nuevamente en ese espacio de confesión; donde la palabra se le dio fácil y fluida, casi en confianza. esta vez, sin embargo, la idea de saberse próxima a desaparecer no estuvo presente. ' se supone que llegarÃa al pueblo hace dÃas, pero su vuelo se retrasó tantas veces que no es casualidad que se haya salvado de todo esto ' un alivio, milagro incluso. o una forma del destino de burlarse en sus caras por una separación inevitable. frunció los labios al volver la mirada a la lluvia, escuchando sus palabras sin hacer nada al respecto. en cambio, prosiguió: ' quise preguntarte antes cómo te encontrabas fÃsicamente pero no encontré el momento oportuno ' confesó, ladeando el rostro en su dirección. se refirió no solo a los acontecimientos recientes, sino a esa conversación inconclusa sobre su llegada al pueblo. ' tal vez deberÃamos entrar ' fue su turno de repetir otras palabras, dejando caer gentilmente el peso de su cuerpo hacia atrás hasta quedar tumbada de espaldas en el suelo. con la lluvia salpicándole el rostro y empapándole las ropas, era lo más cercana que se sintió a un estado normal.
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explicación le saca una sonrisa apenas perceptible, aunque no del todo por entender la lógica detrás de él. su mente se queda atrapada en primera parte, porque es lo único que tiene sentido inmediato para él. en vez de preguntar, prefiere quedarse en silencio, acariciando a la pequeña gata y permitiendo que se acomode entre sus manos. un suave ' hmm ' rebota dentro de su pecho. ' nada como una buena compañera ' se limita a responder, con una sonrisa tan suave como cómplice que eleva hacia lara. asiente cuando menciona la idea de marcharse y toma el apretón en el codo como un gesto para comenzar a moverse. ' vamos, que tampoco quiero atraer a los guardianes del stock ' murmura con complicidad, permitiéndose una sonrisa cómplice mientras se dirigen a la salida. observa los pasillos, ahora tan vacÃos, y no puede evitar un suspiro bajo. ' la gente siempre cree que hay tiempo. supongo que eso es lo que más nos traiciona ' dice más para sà mismo que para ella. escucha sus consejos con suficiente atención como para hacer una breve nota mental, una de esas que parecÃan tan fáciles pero que tendÃa a olvidar a veces. darse una pausa. inconcebible, casi. ' vamos ' responde con seguridad, tomando a catalina en uno de sus brazos para quitarse la campera fresca con la que estaba cubierto. aquella misma tela es la que toma para posar sobre la cabeza de lara y la propia, asegurándose de hacer un techo temporal entre ambos para evitar las gotas gordas de lluvia que cada vez golpeaban con más fuerza safe haven. ' el mundo parece tener una forma curiosa de recordarnos que no estamos a cargo ' ajusta a catalina en su brazo, asegurándose de que esté cómoda. ' vi un lugar lindo cerca de la iglesia, con techo y todo ' y mientras se adentra en la tormenta, su paso se mantiene firme, como si la lluvia fuera solo otro obstáculo que superar. ' podemos ir a ver cómo está todo por ahà también, que no he escuchado mucho de esa zona de momento ' aunque puede imaginarse la cantidad de personas que estarán rezando cerca, no le molesta. no es como si no hubiera visto misma escena en otros rincones del pueblo. ' si te gusta el vino, seguro tienen. aunque creo que a alguien ya se le debe haber ocurrido esa idea '.
"¿No es obvio? Cat-Alina. Catalina." Secciona las palabras, enfatizando de un modo especial la primera sÃlaba para, más tarde, volverlas a unir con fluidez. Al girar la cabeza, le es inevitable sonreÃr. HabÃa dado con el momento que el mayor balancea a la gata entre sus brazos. "A veces tengo la impresión de que ella nos ayuda más a nosotros, que nosotros a ella." Porque de no ser por la criatura, ¿quién sabe qué serÃa de ella? Quizá y se estarÃa dejando comer la cabeza por las pesadillas de cadáveres hinchados de infección. Segundos más tarde, termina de agarrar la cantidad de comida que cree conveniente. Si deja algo atrás, es considerando a otros dueños de mascotas. ConocÃa a un par que, aunque no se ha cruzado aún, imagina considerablemente preocupados. "Oye— ¿Podemos irnos?" Baja la voz una vez vuelve a él. "No quisiera meterte en problemas," le tomó del codo para que, con un apretoncito suave, dirigieran sus pasos hacia la salida. "¿Mnh? Es cierto, tenÃamos una veterinaria. Pero no conozco su nombre... Creo que ni siquiera podrÃa reconocer su rostro," rasca su propia barbilla, esforzándose por memorias con las que no cuenta. "¡Ah! ¡Esa es una idea excelente! TendrÃa que echarle una visita a alguna de las tiendas. Sólo habÃa conseguido un tote bag para los suministros, pero ya no me parece suficiente." Piensa, para su interior, que debÃa empezar a espabilarse. Aunque le parecÃan mucho más atractivas otras posibilidades (como el rescate a manos de los militares), ese viaje se sentÃa cada vez se sentÃa como una realidad más certera. "Si de verdad quisieras un tip... Al menos en cuanto a la caminata se refiere, la clave está en no exceder el ritmo. No importa si te sientes a rebosar de energÃa, no te fuerces. Es parte de racionar los recursos de nuestro propio cuerpo. Al menos eso es lo que nos decÃan en el club cuando nos preparaban para maratones, no sé qué tan útil sea si nos vamos todos en caravana." Apenas se balancea sobre sus talones cuando ya se encuentran en la entrada. Ese es el punto en el que cada uno tomaba su propio camino... ¿O quizá no? "June—" frunce el ceño, "¿te apetece dar una vuelta?" Como muchas otras veces, siente que es demasiado pronto para despedirse.
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' nada, realmente. por alguna razón no he encontrado más pretensiones que agua, y un lugar para dormir ' exhala una risa que se pierde, entre el tintineo de la lluvia entremezclado con la risa de mokha. se acomoda ligeramente para que se recueste más cómodamente en su hombro, propia cabeza dejando caer propio peso con suavidad sobre la impropia. ' mientras puedas pensar en lo que serÃa mejor para ellos, eso ya cuenta ' levanta la mirada hacia el cielo gris, permitiendo que las gotas frÃas le toquen el rostro, como si eso pudiera aclarar los pensamientos que se le cruzan. ' ¿y tú? ¿qué hay para mokha después de esto? me refiero… ellos están fuera, a salvo, pero ¿y tú? ' el cigarrillo olvidado en su mano derecha se ha estado consumiendo lento, hasta que recuerda darle una última calada antes de lanzarlo a la distancia. realmente espera que panorama para criaturas sea tan bueno como promete. por su bien, por el de su madre. no puede comenzar a dibujar en su pecho las emociones que ajena podrÃa estar sintiendo. la pregunta queda suspendida en el aire, sin juicio, solo curiosidad y una preocupación que no sabe muy bien cómo mostrar. la idea de que todos dejen algo atrás lo hace pensar en sus propios lazos, en lo que habrÃa hecho en una situación parecida. finalmente, le ofrece un vistazo breve de reojo, algo más cálido.
RÃo. Sin ganas, pero lo hizo, negando con la cabeza.
"Me referÃa a qué te gustarÃa recibir a ti," dijo, y esta vez algo de humor sà logró empapar sus vocablos. Pero la sonrisa no se mantuvo.
Apretó los labios, y despidió por la nariz todo el aire de sus pulmones, antes de permitirse apoyar la cabeza en el hombro ajeno, con la mirada perdida.
"Se fueron antes," comentó, después de tomarse unos segundos, empapada en resignación. La lluvia ayudó a camuflar la lágrima rebelde que corrió por su mejilla. "¿Recuerdas el chequeo médico? Medi-algo, en Greenville. Mi tÃo cumplÃa los requisitos. Se ofreció a llevarlos de paseo aprovechando el viaje, porque estaban aburridos del pueblo, y pensé que serÃa una buena idea." ¿Y lo serÃa? TodavÃa se lo cuestionaba. Una parte de ella seguÃa convenciéndose que al lado suyo es donde mejor se encontrarÃan, pero no estaba del todo segura de que fuera verdad.
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susurro le recuerda de aquellos que habÃan tomado demasiado enserio la propiedad de cada refugio, a quienes correspondÃa cada cosa y cómo se habÃan organizado para repartirse los recursos. incluso si carmines se curvan con complicidad, no puede evitar observar a sus costados en busca de esos ojos que curiosos se desplazan controlando cada parte del stock. nadie extrañarÃa un par de sobres de salmón para gatos, de todas formas. recibe a catalina con algo de torpeza, levantándola para observarla a la altura de sus ojos. ' catalina catalina ~ ' canturrea, permitiendo que su sonrisa se ensanche por un instante antes de bajar la mirada hacia lara, mientras la gatita se remueve ligeramente, como si buscara reafirmar su lugar en brazos extraños. ' ¿a qué se debe el baustismo? ' cuando ella menciona su suerte y hace alusión a su agilidad pasada, no puede evitar una sonrisa breve, algo apagada por las circunstancias pero sincera. ' tendré que tomar un par de clases de tu parte, a veces se me olvida que correr tiene hasta su propio método de respiración ' balancea ligeramente a catalina entre sus brazos mientras le habla, como si el movimiento le ayudara a ordenar sus pensamientos. ' me topé con algunos vecinos que creen que sólo con eso y meditaciones nos salvaremos de todo lo que nos pasa ' una demencia absoluta para él. ' siento que estos dÃas nos están quitando pedazos que no podemos reponer ' suspira y su mirada se pierde un momento en el pasillo, donde las estanterÃas vacÃas hablan de una comunidad al lÃmite. paciencia, comida, fuerzas comenzaban a llegar a su lÃmite — lo que esté del otro lado provocaba tanta incertidumbre como miedo. ' creo que no hay un dÃa aún, pero no deberÃa pasar del sábado... ' sea cuando llegase aquel momento, esperaba al menos lograr estar más descansado. mientras acaricia a la gatita entre sus manos, era que aún se concentra en limpiar hasta el último rincón de la bolsita de la que come, en cómo será que la acompañará a lara en futuras andanzas. ' ¿debe haber una veterinaria en el pueblo, no? — no te vendrÃa mal tener una mochila adecuada para llevarla contigo ' tener los brazos libres lo habÃa salvado de encuentros que podrÃan haber terminado muy mal previamente.
Mientras se adentran en los pasillos, le echa un vistazo a los anaqueles escaseando que desde afuera no se podÃan apreciar del todo. HabÃa escuchado a varios fantasear con facilidad de lo que podÃa encontrarse allÃ, aquello era igual de sencillo que olvidar que eran una población considerable de personas y que en unos dÃas no quedarÃan tantas cosas útiles, supone. "No me quedarÃa aquà más tiempo de lo necesario. TendrÃa que haber perdido la cabeza." Y si la perdiera, lo primero que harÃa serÃa demandar que la saquen de Safe Haven. Pero, con suerte, no alcanzarÃa ese punto. "De todos modos, no habÃa pensado en lo que necesitarÃa para el viaje... Volveré a la alcaldÃa y si tengo problemas con los suministros, te digo." Hacia lo último inclinó el cuerpo hacia él, susurrando, por si alguno de sus vecinos no encontraba tan entretenida la idea del buen samaritano. Al aparecer el sobrecito abierto en su campo de visión, dejó que la gata estirara el cuello para lamer y masticar el borde con ahÃnco. Mientras una sonrisa pequeña se asentaba en sus labios, se preguntó cómo se tomarÃa el viaje. Ella podrÃa entender sobre racionar comida, pero Catalina no. "Es definitivo, serás su tÃo favorito, ¿puedes sostenerla un momento mientras tomo otros sobres?" Levanta el rostro hacia él mientras entrega a la criatura. Por desgracia, algunas heridas no eran fÃsicas y la preocupación de aquellos que no estaban con ellos a duras penas le permitÃa dormir. "Estoy igual que algunos, mejor que muchos." Al mismo tiempo, se guarda alguna comida en los bolsillos. "Tuve suerte de que pude correr. ¡El club de atletismo al que me unà en mis años mozos por fin dio sus frutos!" Agrega, jocosa, aunque el tomárselo con humor sólo sea un mecanismo. "¿Ya se decidieron en un dÃa? Para irse."
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mientras la castaña habla, se dedica a jugar con los bordes de la lata entre manos ansiosas, tanteando cada tanto el abridor sin realmente tirar de él. no la observa, más no puede evitar sonreÃr para sà mismo frente aquellas palabras que suenan tan vacÃas en sus oÃdos como cualquier otra promesa que ha escuchado las últimas infernales horas. ' no termino de comprender si me vez como un kamikaze, un idiota, o un profeta ' levanta la mirada entonces, ojos escrutándola con poco disimulo. admira confianza ajena al menos para pensar que puede estar menos perdida que sus prójimos, pero no cree ni en ella ni en nadie en aquel momento. no cuando de supervivencia se trata. ' pero de momento no soy ninguno de los tres ' entonces se incorpora para pararse frente a ella y señalar aquel cigarrillo con su mentón. ' ¿alguna otra idea cómo pagarlo? ' no es ajeno a hacer el bien sin mirar a quien, pero encuentra al menos divertido el ver qué tanto más puede decir.
Brenda observa el cigarrillo en mano contraria por un momento antes de extender la propia hacia su interlocutor, su mirada fija pero relajada, como quien ha visto demasiado en muy poco tiempo. "Gracias." Se cruza de brazos y recarga el peso de su cuerpo sobre una pierna, inclinando la cabeza ligeramente. "¿Qué tengo para ofrecerte?" Repite la pregunta con una mueca que roza el sarcasmo. "Una dirección clara y una advertencia seria: no hagas nada estúpido. Fuera de eso... puedo ayudarte a no perderte en este lÃo, si tienes algo que valga la pena para devolver el favor." Hace una pausa, mirando hacia la alcaldÃa, donde la incertidumbre parece colgar como una nube oscura. "Estoy buscando respuestas. Algo que nos diga si esto es un punto de descanso temporal o solo el principio del fin. Si tienes información, algo concreto... créeme, estaré dispuesta a escuchar."
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' de tantas cosas catastróficas que he escuchado los últimos dÃas, creo que esa podrÃa ser la peor de todas ' palabras son pronunciadas con ligereza, un pensamiento que no compartirÃa de no ser porque estado de psiquis poco se presta a aceptar cualquier tipo de filtro. pero no era más que verdad, y el panorama le resultaba desolador a tan solo unos pocos dÃas del comienzo de la situación. un ' ajá ' sencillo rebota desde su pecho ante pregunta masculina, escuchándole hablar en lo que termina de comer aquello que ha invitado. ' tampoco tenemos mucha seguridad si alguno de los bloqueos termina siendo derrumbados ' tenÃa entendido que eran pocas las almas que habÃan quedado atrapadas en los vecindarios, pero si el hambre que les aqueja ya los habÃa llevado a mordisquearle la cara a sus conocidos, era cuestión de tiempo para que hagan cualquier cosa por llegar a ellos. normales. o eso se decÃan. ' al menos podremos ver qué pasa más allá del pueblo, intentar conseguir ayuda para quienes necesiten quedarse... ' porque no todos tenÃan el estado fÃsico para moverse. ' estimo que es una cuestión de prepararnos y no ir solos. ¿que opina la gente de tu vecindario? '.
‘ como seres humanos, siempre vamos a buscar una forma de organizarnos ’ como toda civilización, le huyen a la entropÃa. el caos, el desorden, la desorganización; todo lleva a lo mismo. ese sentimiento vacÃo en la existencia. cuando no podÃan controlar las cosas, intentaban darle una explicación o una solución pronta, o seguirÃan intranquilos hasta que el tren retomara su ruta. ‘ es la ley de la oferta y demanda, no sabemos cuántos dÃas estaremos aquÃ, no tardaremos en comenzar a robarnos entre nosotros para asegurar la subsistencia ’ ¿él? no era su estilo. una moral intachable y ese deseo incalculable por ser diferente a sus raÃces, querÃa florecer más verde que quienes ya no estaban transitando en la tierra. ‘ ¿dices por lo de movernos o esperar? ’ sacó una de las galletas y la llevó hasta sus labios, no tardó en empezar a mascarla. ‘ no lo sé, siento que tienen razón, uh ’ se llevaron a los niños para no ser catalogados como inhumanos, pero ¿ellos importaban? quizás, pero la tragedia se verÃa menos terrible en los medios. ‘ pero no tenemos seguridad si hay más de esos en otras partes ’ no querÃa llamarlos por cómo otros los tacharon. para él, seguÃan siendo también sus vecinos. ‘ ¿y tú? ’ volvi�� a tomar otra galleta, y le ofreció de nuevo el paquete.
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gesto impropio le toma por sorpresa, percibiendo el calor residual de quien, por un instante, parece más cercana. en esos pequeños momentos de bondad encontraba que la cuerda se mantenÃa unida, el esfuerzo de la misma comunidad de luchar al unÃsono. ' gracias ' murmura, con una sonrisa suave elevándose en comisuras con un filo cansado, pero sincero, mientras sujeta la bufanda para asegurarse de que no resbale. ' ¿si saben bien? ' repite, con una risa breve y seca detrás de palabras. ' dirÃa que saben a lo que esperarÃas de algo atrapado en una lata desde quién sabe cuándo. pero, eh, hacen el trabajo ' tamborilea los dedos sobre el envase metálico, mientras su mirada sigue a la lluvia que resbala de los tejados. ' sobrevivir no deja mucho espacio para los caprichos después de todo ' a veces también encontraba necesario pronunciar lo obvio como método de resistencia, una única forma de no ignorar la realidad. pasos no tardan en llegar hasta la farmacia, estantes vacÃos siendo poco esperanzadores en tanto baja apenas aquella capucha provisoria que le habÃa preparado. ' si no hay vendas aquÃ, seguro hay alguien dispuesto a negociar por un par. demos un vistazo antes de salir, aunque sea solo para que el brazo deje de ser una excusa para seguir evitando las sardinas ' su tono es ligero, pero no escapa del todo la preocupación en esa mirada que se pierde al comenzar a revolver frascos, cremas y productos que poco interesaban en esas circunstancias.
ve las sombras de la incertidumbre y la tristeza cincelar fisionomÃa, la cercanÃa de su cuerpo ahora lo hace más claro y ella sabe que propios orbes se deben ver cristalinos, porque ver tal desconsuelo también era un golpe certero que servÃa de espejo de para reflejar su espÃritu. verena no duda en remover bufanda afelpada que alrededor de cuello mantenÃa, su brazo ileso colocando la tela alrededor de compañero y acomodando extremos que caen sobre pecho, y resto de bufanda crea lo que parece ser una caperuza improvisada, cubriéndolo de la leve lluvia que sobre ellos se derrama. ‘  luego me la devuelves.  ’ dibujo de una sonrisa leve a sus labios pinta, satisfecha ante pequeño logro. decide imitar pasos de amabilidad que últimamente parecÃan florecÃan sin permiso alguno. por primera vez en su vida, encontraba que egoÃsmo no parecÃa ser la respuesta correcta en aquella atmósfera. al menos por ahora. ‘  ¿saben bien?  ’ es una pregunta que guarda comicidad, sabe perfectamente que tales detalles eran inverosÃmiles en las circunstancias que se encontraban, pero con su propia salud deteriorada, las ganas de comer habÃan sido nulas. ‘ si encontramos las vendas, aceptaré las galletas de sardinas.  ’ una mentira piadosa, necesidad de que prójimo no se preocupe. silueta gira sobre propio eje para dirigirse a farmacia, último lugar de esperanza para encontrar los vendajes.
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la punta de sus dedos encuentran agarre en la parte superior del envoltorio de aquella barrita de cereal, separando el plástico en dos de la misma forma en que parte la comida para meterse un pedazo en la boca — no sin antes acercarle uno a la de pelo corto. ' el chocolate es bueno para el frÃo ' es lo único en lo que se centra su cabeza en aquel momento. el clima sólo ha empeorado los últimos dÃas, y pasar frÃo tampoco era algo que deseara. asiente despacito ante palabras femeninas, era bueno saber que incluso luego de tantas corridas habÃa logrado estar mejor. el momento en que habÃan cruzado caminos se sentÃa tan distante que era extraño pensarlo. ' ni lo menciones ' pero le sonrÃe con dulzura, breve y firmemente. ' tuve dÃas mejores, pero nada grave ' un par de moretones sobre su torso, sus piernas, golpes que ni siquiera podÃa atar a una situación en concreto. ' ¿y susu? — ¿la trajiste? '.
* ‘ están ricas, tienen chispas de chocolate ’ además que según lo que promocionan podÃan reemplazar un desayuno, asà que parecÃa ser de lo más necesario en caso de que las cosas verdaderamente comenzaran a escasear. ‘ bien. si necesitas algo, dime, te debo una ’ y planeaba saciar aquella deuda, que no podÃa olvidar que no la dejó atrás. algo asà no lo podrÃa olvidar. ‘ ah, es mi rodilla, está bien. ya no tengo la rodillera ’ da un par de suavecitos golpes sobre la misma. ‘ un poco de descanso y una pastilla me ayuda a bajar la inflamación… me rompà los ligamentos cruzados hace unos años y todavÃa molesta ’ explica, moviendo su cuerpo de un lado a otro en su posición. estira sus piernas frente a la acera, inhalando mientras ve al cielo. ‘ no tuve tiempo de agradecerte el otro dÃa, asà que gracias ’ finalmente se saca eso del pecho, que le costaba ser agradecida. ‘ ¿cómo has estado? ¿no te sucedió nada? ’
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observa la lata con un gesto divertido. ' ¿paletas de corazón y coca-cola? no esperaba encontrar algo asà hoy ' sonrÃe ligeramente, dejando que el humo se disuelva en el aire en lo que tono irónico llena espacios de la charla. con todo el supermercado a su disposición, sólo podÃa intentar buscar cosas que le sirvieran para defenderse en el desconocido camino a greenville. ' creo que mi mejor oferta serÃa una linterna que apenas funciona y un par de latas de frijoles. no sé si eso esté a la altura de tus lujos ' mira a hallie con curiosidad, como si estuviera midiendo el valor de su oferta. ' puedo acompañarte a buscar mantas a la boutique, en todo caso — por el módico precio de la coca '.
" ¿un trueque? vine a buscar más mantas porque me estaba muriendo de frÃo, y todos están en la ruina como para pedirles el favor, asà que vine yo. " vio donde estaba sentado, y con cuidado tomó el lugar a un lado de él, con cuidado de no mover tanto la pierna para que no doliera. " también llevo, paletas de corazón de guinda y una coca-cola. ¿sabes lo dificil que será encontrar una de estas desde ahora en adelante? no deberÃas perderte esta oferta. " abrió la lata y la alardeó frente a él. " ¿tendrás algo lo suficientemente bueno para darme? " agitó los ojos, con un mohÃn que esconde su sonrisa satisfecha.
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suelta una risa baja, raspada por el cigarrillo. ‘ no sé, capaz podrÃamos negociar algo con esos papeles. uno nunca sabe qué valor encuentran los demás en las cosas ’ de hecho, si estaba interesado en cosas de aquel lugar. con la salida a greenville tentando a ser pronta, necesitaba un buen mapa para reorientarse en la inmensa maine. ‘ aunque suena más como si tú estuvieras intentando hacer un trueque por un poco de paz ‘ la mirada de june se suaviza, dejando de lado su habitual sarcasmo. ‘ para nada , es bienvenida ’ da un leve gesto con la cabeza, indicando que puede tomar asiento junto a él. deja una pausa entre sus palabras, innecesario encuentra preguntar sobre pesares ajenos cuando para un primer encuentro puede asimilarlos. ‘ ¿está alguno de los secretarios del alcalde, o algo, alguien — ayudándolos? ’.
Observa al masculino con cierta sorpresa al principio, pero la pregunta la hace esbozar una leve sonrisa, aunque esta no sea del todo alegre. Se permite acercarse en su dirección lentamente, buscando darle un respiro a su cuerpo cansado. "No es que haya mucho que intercambiar en este momento, a menos que los papeles de la alcaldÃa te interesen mucho." responde, su tono tranquilo pero cargado de un cansancio que no se esconde. "No tengo nada de valor para intercambiar, los de Oakwood nos pusieron en un lugar sin recursos que les interese a muchos." responde, soltando una pequeña risa, aunque su tono sigue siendo melancólico. "Sólo querÃa caminar un poco. ¿Te molesta la compañÃa?"
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' ¿no te enteras? el agua escasea más que las balas en este siglo, tendrás que subir tu oferta ' intenta ser gracioso y falla en el intento: no hay ni un rastro de humor en su tono de voz. ha visto a tantos uniformados fallar en sus tareas los últimos dÃas que lo último que quiere es realmente pensar en eso. ' estoy seguro de que tenemos un bidón de agua con el nombre de tu pueblo ahà adentro, ¿qué tienen allá? ¿algo de utilidad? '.
eleva ligeramente las cejas al darse cuenta de que le está hablando a él, quien sólo se ha acercado a atajarse momentáneamente la lluvia antes de que sus ropas terminen por empaparse y se conviertan en un problema. "no realmente, puedes quedártelas" responde esbozando el fantasma de una sonrisa. "aunque si necesitas algo de la comisarÃa, estoy abierto a negociar si tienes alguna botella de agua extra."
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levanta la ceja, echándole una mirada entre la humareda del cigarrillo. ' ¿extra? ' suelta una breve risa, apagada por la lluvia. ' si tuviera un paquete entero, no estarÃas viéndome dar caladas a esto como si fuera un tesoro ' no es la verdad completa, no siente deberla — pero con el apetito haciendo un vaivén de apariciones, prefiere guardar los pocos cigarrillos con los que llegó a bajar de su camión. esa puntada de nerviosismo con la que habÃa pasado la mañana del lunes venÃa de alguna parte, jamás se imaginó que fuera por todo ese desastre. ' pero… ' da una pausa, volteando para darle una última pitada antes de extender el tabaco al muchacho. ' si no te importa compartir la miseria, es tuyo '.
isaac menea su cabeza con una lentitud pausada. las facciones no develan preocupación, miedo ... quizás un atisbo de cansancio se puede reflejar en su mirada ¡pero nada más! y si ha caminado hasta ahà es por la esperanza de algún acto de bondad, después de todo, no cuenta con algo deigno de intercambiar. ' no. ' el monosÃlabo se desprende de sus labios como un murmullo, llevando ambas manos al interior de sus bolsillos. ' ¿tendrás uno extra? ' con el mentón señala el cigarrillo. de haber sabido que terminarÃa con los suyos habrÃa disfrutado un poco más aquel cigarro, tal vez no lo habrÃa utilizado para calmar la maraña que se empezaba a formar en su cabeza.
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' eso serÃa fácil ' quizás por conversaciones compartidas, y por misma tranquilidad que se respira en pequeño espacio, es que se permite poner en debate lo que dice la mujer. hay un poco de la chispa impulsiva que la falta de sueño le da entre palabras. ' como desligarme responsabilidades y no darte una mano alegando que eres una desconocida, cuando somos vecinos ' tampoco creÃa tener una responsabilidad real, ni que el peligro serÃa tal que llegarÃa a aquel punto. no lo dice con el peso de una obligación, sino como un reconocimiento. las circunstancias los han forzado a confiar, a compartir más de lo que suelen con cualquiera fuera de la burbuja del pueblo. en lo que piensa, tamborilea sus dedos sobre la lata de sardinas, dejándola finalmente a un lado en lo que juega con el chispero del encendedor de marcella. su cabello, su ropa, está tan mojado por la lluvia que sólo nota que comienza a garuar con más fuerza por las gotas que repican contra el abanico de charquitos frente a dupla. ' me da pena, y no digo que debamos abrazar el desastre que es safe haven, pero la gente aquà está poniendo más de sà que cualquier otro lugar que haya visto... siento un compromiso extraño ' hace una pausa, su voz tornándose un poco más reflexiva. ' realmente me gustarÃa ir hacia greenville. quedarnos puede costar demasiado. pero largarnos…' también. la palabra se le atora ahi al final, por lo que se limita a encogerse de hombros, como si la idea lo desgastara. ' bueno, la paciencia no es algo que parezca florecer por aquà estos dÃas ' hace un esfuerzo por curvar sus comisuras, volviendo su mirada hacia la contraria. ' ¿son cercanos? ' a su hermano se refiere, con curiosidad. ha intentado no pensar en propia familia, en la preocupación de su tÃo del otro lado si es que lo que estaba sucediendo en aquel lugar siquiera era noticia para alguien que no fueran ellos. ' deberÃamos entrar ' pero no hace el esfuerzo por pararse, no se siente lo suficiente incómodo aún como para resguardarse ― sólo observa las gotas y luego a la mujer sin pronunciar ningún movimiento.
al verle tomar su elección, cerró nuevamente la palma y abrazó sus rodillas, sofocando las punzadas que viajaron por su cuerpo. ' para mà siempre ha sido lo contrario. mi mejor solución a cualquier problema es marcharme sin más ' escapista desde nacimiento, el echar raÃces nunca habÃa sido de su agrado. tal vez porque nunca habÃa tenido algo lo suficientemente sólido como para aferrarse a él, o por el temor a saberse extraña incluso en el lugar que le habÃa visto crecer. ' no estás en deuda por romper ese trato. no creà que estuviese dentro de tus planes ayudar a una desconocida a huir del pueblo ' lo más similar a una risa corta escapó por entre sus labios, alzando la diestra para sentir el frÃo de la lluvia rozar su piel. ' por el encendedor... estoy dispuesta a aceptar esos duraznos. ' decidió con un ligero asentimiento, estirando las piernas frente a sÃ. porque la llegada de esa pregunta no estuvo dentro de sus planes, habiendo huido del pensamiento desde el momento en que la idea habÃa sido esparcida como pólvora entre les sobrevivientes.
tras un par de segundos en los que se dedicó a pensar, hizo su mejor esfuerzo por alzar los hombros. ' no lo sé ― gran parte de mà desea marcharse y no volver a pensar en safe haven nunca más, pero no sé si sea la opción más inteligente. ' o menos arriesgada, también. ' además sé que mi hermano me buscará. ' agregó, mirándole entonces. ' ¿decidiste tú qué harás? '
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una risa se le escapa, simple y grave — completamente tomado por sorpresa por aquel comentario. quizás tenÃa un poco de razón, un mal hábito que se habÃa hecho de pasar años formativos con gente incluso peor. por tanto caya experiencias con su madre. ' al menos puedes presentar el discurso solemne a mis palabras crÃpticas ' se encoge de hombros, devolviendo la mueca con algo de ironÃa en los labios. ' ya tomé la decisión — supongo que es cuestión de esperar a que unos cuanto más decidamos emprender camino ' era sencillo para quien el sueño comenzaba a transformarlo en alguien más impulsivo, pero la balanza tampoco estaba funcionando como deberÃa. hay tanto por dejar atrás ahà que encontrar una salida, al menos temporal, es lo único que cree posible. aquel pueblo donde alguna vez salvó su vida ahora no era más que un infierno. ' ¿qué hay de ti? ' consulta con genuina curiosidad. ha hablado lo suficiente con sus vecinos para notar que la situación esta bastante dividida. quienes tienen esperanza apenas se aferran a ella como para lograr convencer a los carecientes. todo resulta una cuestión de estrategia en última instancia. ' no tienes tanta pinta de ser del tipo nihilista que se quedará dando vueltas sin sentido por estos lados '.
hay un rastro de triunfo que se enciende dentro suyo cuando el trueque es exitoso, y el entusiasmo era raro, porque podÃa coincidir en que esa era la primera emoción que experimentaba luego de dÃas en una especie de letargo. ¿serÃa el shock o algo parecido, o un simple bajón de adrenalina? fuese como fuese, sostiene el cigarrillo que le es extendido a la par que entrega la escueta barra hacia el otro, dando una calada que lo arropa con la cálida sensación de la nicotina contaminando sus pulmones. " siempre que te pillo dices una cosa más crÃptica que la otra hombre " comenta con un rastro de gracia, porque lo último que recordaba era una plática casual cuando estaban recogiendo cuervos muertos. quién dirÃa que eso no era más que un anticipo, " nah. el que no tiene nada que perder tampoco tiene nada de lo que arrepentirse" esa afirmación se le sale con simpleza, e incluso encoge los hombros en el proceso. cuando mueve el brazo para alejar el cigarrillo de sus labios, la herida en la extremidad arde un poco y es inevitable que haga una mueca. qué jodida molestia. " ¿entonces que te tiene aquÃ, mirando tan tranqui la lluvia? ¿pensando si irte?"
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