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( DEX. ) 

             Sin siquiera disimular, el rizado parecía estar divertido riendo por lo bajo de su fallido intento del moreno por convencer al infante, pero en cuanto le pidió ayuda, frunció el ceño desconcertado y, luego, deshizo el cruce de sus brazos con calma, antes de hincarse frente al pequeño niño, para así quedar a su altura. El británico podía no tener mucha paciencia y, probablemente el pelinegro había soportado más de lo que él hubiese podido, pero en lo que si era bueno, es convenciendo o, manipulando sus infantiles mentes. “Hey, amigo, ¿todo bien? Vale, mira ¿ves la motocicleta de allá? Si te quedas tranquilo y, vas a jugar con tus nuevos amigos, te enseñaré a andar en ella, ¿vale?” propuso al campista, consiguiendo la aprobación de éste, para luego, extenderle la mano y, estrecharla con la diminuta del infante, que prontamente, en tanto Dex se puso de pie, se alejó corriendo.   ‘   entonces ¿me vas a decir o no?   ’   continuó con el tema que tenían antes de ser interrumpidos.

Cierto ápice de curiosidad recorrió sus facciones tras presenciar cómo el contrario lograba calmar al infante con tal facilidad. Nada nuevo, cualquier pequeño cedía ante la mención de alguna recompensa, más le resultaba un tanto gracioso observar cómo era su ex-novio quién lidiaba con el campista. “ Tú y tus jodidos encantos. ” recitó con una mueca burlona apenas el infante les dio un poco de espacio. “ Incluso los niños son inmunes a ellos. ” agregó de igual manera con una media sonrisa adornando sus facciones. “ Ahora tendrás que cumplir el capricho del mocoso, aunque supongo que debo agradecerte. ” acotó encogiéndose de hombros, restándole importancia alguna a sus palabras. Ante el repentino cambio de tema, apretó los labios sin apartar la mirada del rizado. " Podría decirte, si. " continuó tras algunos segundos, dejando que una santurrona curvilínea se dibujara en sus labios. “ Pero considero sería más divertido dejarte con la duda. ” 

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( MK. )

“¿Yo?” se señaló a sí misma de forma incriminadora con un inocente gesto en su rostro, evitando que la sonrisa pícara sobre sus labios quitara credibilidad a la actuación que por unos segundos presentó, “no sé de qué estás hablando, yo soy quien encabeza la lista de lindos y buenos” pasó entonces ésta vez a dejarse llevar y carcajear un poco mientras a lo lejos, observaba que el pequeño se unía finalmente a un pequeño grupo. “además te gano en la mayoría de las cosas, no finjas superioridad”.

Esbozó una sonrisa ante la respuesta obtenida, dejando que alguna que otra carcajada divertida escapara de sus labios. “ La más linda y buena de todos, ajá. ” repitió con la misma burla. “ Puede que sea cierto, pero reitero, de inocente no tienes nada, MK. ” le siguió el juego a sus propias palabras, por simple afán de molestar a su compañera. “ Especialmente cuando te pasas de copas. ” agregó con picardía. 

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( FRANCESCA. ) 

           Hizo un ademan con la mano para así despedir  al niño que se alejaba con una gran sonrisa en el rostro, dejando atrás aquella postura de niño sufrido “Dudo mucho que se acuerde, así que tranquilo muchacho, estas a salvo” sonrió dándole un par de palmadas amistosas en el hombro ajeno. “Sin embargo… creo que yo merezco algo por ayudarte. Mira, con qué facilidad lo hice feliz y sin mover un solo dedo” comentó victoriosa por su ya hazaña realizada con aquel pequeño.

“ Eso espero, señorita, de otra forma estará en serios problemas al final del verano. ” advirtió con cierto den de burla. “ ¿Una recompensa? ” indagó arqueando una ceja a las palabras de la pelinegra. “ De acuerdo, pero solamente porque sin tu ayuda aún seguiría a merced de ese mocoso. ” accedió esbozando una pequeña sonrisa, “ ¿Cuál de tus caprichos tendré que cumplir? ”

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( VERONICA )

“Bueno, estoy segura de que el niño también te insultará con sus amigos en un futuro, así que estarán a mano.” aseguró, dedicándole una última mirada al niño, que se alejaba de ambos. “Y deberías dejar de mentir acerca de que no te gusta estar aquí. Si fuera verdad, no estarías aquí.” acusó, apuntándolo con su dedo índice y entrecerrando sus ojos, aunque con una sonrisa en sus labios. Veronica estaba obligada a creer que cada persona que se quejaba de estar ahí, estaba fingiendo. Después de todo, tampoco era como si sus padres los estuvieran obligando ¿cierto? “¿O me vas a decir que estás aquí contra tu voluntad?”

“ Seguro que lo hace, y créeme, de tan solo pensarlo me rompe el corazón. ” dramatizó con sarcasmo y una sonrisa santurrona, cuál no tardó en desvanecerse tras escuchar las siguientes palabras femeninas. La contraria estaba en lo correcto, nadie le obligaba a continuar asistiendo al campamento, mas la verdadera razón a su regreso, continuaría por ser un pequeño enigma. “ Estoy aquí, pero no exactamente por gusto propio. ” acotó encogiéndose de hombros, aparentando indiferencia ante el tema. “ Por otro lado, apuesto a que tú disfrutas de tu estancia rodeada de mocosos. ” 

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( MEDEA. ) 

Aunque el comentario del joven despertó una pequeña sonrisa en sus facciones, no pudo evitar preguntarse ¿Qué clase de vida llevaría ese niño para reaccionar de dicha forma? Y a continuación formulo una disculpa mental por haber puesto en tela de juicio las habilidades de Andrew para tratar con los niños. ❝ Yo estaba pensando en tener una platica con el, pero la idea de la crema batida suena tentadora ❞ replicó con un deje divertido pero era obvio que Medea nunca llevaría acabo la segunda opción ❝ los niños son tan raros estos días. Yo no recuerdo haber sido tan…tan así ¿y tu? ❞

“ ¡Entonces es un trato! ” celebró de manera burlona, dedicándole otra sonrisa a la contraria.  “ Nos escabulliremos a su cabaña durante la noche y llenaremos su cama de crema batida, eso le ensañará a respetar a sus mayores. ” continuó la pequeña broma. Ante el siguiente cuestionamiento femenino, el moreno se limitó a encogerse de hombros. “ Todos los mocosos son iguales a esa edad, yo por mi parte era todo un pequeño rebelde. ” relató casi con orgullo. 

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( LOGAN. ) 

“Tú mejor dime —o dame una razón, la mejor que tengas, para no joder esa bonita cara que tienes en tan solo un maldito segundo.” masculló de mala gana y a su oído. Si el jovencito escuchaba su muy creativo vocabulario él no estaría en posición de refutar nada. No lo hizo, sin embargo. Logan se reincorporó y cargo al infante con la intención de dejarlo en la piedra más cercana. Ahora con la misma estatura el ojiazul sonrió. “Tú no quieres irte de este sitio, niño. ¿No te lo han dicho? Aquí hay todo tipo de criaturas mágicas, secretos y tesoros. Y tú, amigo mío, eres uno de los elegidos para descubrirlos. No nos puedes dejar, ¿cómo lo haríamos sin ti? ” entre tantos sollozos y lágrimas por parte del otro, logró divisar un ápice de curiosidad, seguido de una sonrisa débil.

Aquella mueca de descontento, provocada por su poca paciencia a los llantos del pequeño, no tardó en convertirse una sonrisa bañada en picaría tras escuchar los sutiles reclamos del oji-azul. " Se me ocurren varias. " presumió sólo en tono bajo, dedicándole un travieso guiño. Para su sorpresa, las absurdas proclamaciones ajenas tuvieron efecto en el infante, haciendo que el mismo, con una tenue sonrisa, finalmente se alejara a otro grupo de campistas. “ ¿Quién lo diría? Ya sabía yo que en el fondo te gustaban los niños. ” celebró entre sonoras carcajadas, meramente divertido por la escena recién presenciada.  " Está decidido, la próxima vez que me vea en necesidad de otro rescate, te llamaré. " advirtió con la misma burla. 

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( MEDEA. ) 

¿Acaso Medea era poseedora de un súper oído? Nah, simplemente supuso que algo así pasaría en algún momento  ( y gracias a cielo se encontraba cerca ella y no uno de los superiores ). Erróneamente llego a pensar que la tolerancia del joven para los niños había aumentado después de tantos veranos. Al parecer, no lo había hecho. ❝ Hey no llores.  Andrew tiene toda la razón pequeño, cuando el verano termine regresaras a casa.  Y ¿sabes que? no regresaras solo, tendrás muchos buenos recuerdos y nuevos amigos ❞ articulo la pelinegra tras acuclillarse para quedar a la altura del niño ❝¿Acaso no quieres todo…? ❞ Medea ni si quiera pudo concluir la oración, cuando el niño ya los había empujado a ambos y emprendido el camino entre lloriqueos ❝ Rayos, creo que estoy perdiendo mi toque ❞

No pudo evitar soltar una divertida carcajada tras presenciar el fallido intento de la contraria. Había que darle merito, por lo menos lo había intentado. Sin más, le ofreció una amplia sonrisa a su compañera mientras observaba aliviado cómo el pequeño se alejaba de ambos. " No te desanimes, ese mocoso no habría sonreído ni aunque hubiera visto a Santa en carne y hueso. " espetó de manera burlona. “ Yo digo que le demos un poco de tiempo, y sigue llorando para el tercer día llenemos su cama con crema batida. " ofreció de la misma manera. 

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( DANIEL. ) 

 ‘ Oh no, esto está siendo muy divertido ’ se rehusó el joven que, con una amplia y burlona sonrisa sobre sus labios, observaba atento el comportamiento ajeno con el infante y su ataque de llanto. ‘ Pareces un maldito principiante, idiota ’ negó con suavidad y en el buen acto del día, alzó en su mano lo que parecía ser una especie de dulce. Se lo ofreció al pequeño, y este, como si de un diamante en bruto se tratase, dejó el lloriqueo de lado y se lanzó a por el caramelo, ansioso. ‘ ¿Ves? Siempre hay que tener munición encima, hermano. ’

Sus orbes se volvieron al contrario, mirándole con descontento mientras él parecía bastante entretenido por toda la situación. Andrew, por otro lado, maldecía en silencio el momento en que había optado por regresar al campamento. ¿Tan grande era su intolerancia a los pequeños? Más bien carecía de la paciencia necesaria para lidiar con los llantos de los infantes. Para su grata fortuna, su compañero no tardó en apiadarse de su situación, logrando que finalmente el campista cesara sus sollozos. “ Tu cómo todos saben que no me llevo bien con los niños. ” se limitó a replicar con una mueca en sus labios. 

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( JON. ) 

Es ta vez todo el proceso de rodar los ojos ante el comentario del contrario fue porque sabía exactamente su comportamiento, adornó su rostro con una leve sonrisa—. Sabes, estamos aquí para hacer que estos niños se pongan felices, y estás haciendo todo lo contrario —Respondió irónico.

“ Corrección. ” espetó el sin vergüenza con una burlona sonrisa aferrada a sus carmesís. “ Tú estás aquí para hacer que estos niños se pongan felices. Yo solamente vine por la comida gratis. ” acotó de la misma manera. 

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( HEAVEN. ) 

“Hey, Max, viejo, ¿recuerdas el video juego que te regale el año pasado? verás que los días pasaran así de rápido y te iras a casa con uno nuevo.” El moreno se agacho hasta quedar al nivel del pequeño niño antes de decir aquellas palabras, exhibiendo una de esas sinceras sonrisas que parecía regalarle a todo el mundo, una vez Max asintió y se fue feliz, se puso de pie para mirar al otro chico. “Niños, quién los entiende.” Bromea y le guiña un ojo a Andrew.

 " Al parecer tú no tienes problema alguno con ellos. " espetó encogiéndose de hombros con indiferencia. " A decir verdad sigo sin entender cómo es que logran soportarlos. " confesó de igual manera. “ Apenas es el primer día y yo ya quiero mandarlos a todos de regreso. ” Sin más, un pequeño suspiro se profanó de sus labios para finalmente dedicarle una media sonrisa al moreno. “ Supongo que debo agradecerte por haberte librado de él. “

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( CELINA. ) 

  Caminaba hacia su ex novios cual de vez en cuando puede parecer que no cortaron del todo. Conociendo la poca paciencia que tenía hacia los pequeños, no pudo evitar reírse un poco al respecto. “¿Qué sucede aquí?” preguntó poniéndose entre el menor y el masculino. “¿El feo tigre te está molestando?” le preguntó al pequeño en un tono gracioso, consintiéndolo. “Aw, no te preocupes.. te la pasarás genial acá que ni te acordarás de tu casa.” bromeó, sacó una paleta de su pantalón –qué traía por suerte– dándosela con un guiño. “Mejor ve con tus compañeros a hacer algunos amiguitos, ¿okay?” Cuando se fue volteó a ver al chico con su ceja alzada y sus hombros cruzados, después de unos segundos de silencio solamente sonrió con satisfacción.

No pudo hacer más que cruzarse de brazos y soltar un pequeño bufido tras presenciar la facilidad con la que su ex novia se habría librado del campista. Definitivamente tratar con infantes no era lo suyo. Nada nuevo, por supuesto. Su apatía era clara, y parecía que su intolerancia se hacía menor con el paso de los años. “ No me digas que tu también estás a la espera de una recompensa. ” espetó ante aquella sonrisa, “ Agradecería que vinieras a mi rescate, pero creo que ambos sabemos, solamente es cuestión de tiempo para que vuelva a meter la pata con alguno de esos mocosos. ” agregó con cierta burla. 

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( MK. ) 

“No puedo creer que sigas fingiendo detestar estar aquí con todos nosotros,” emitía en tono burlón la de dorados mechones mientras una ladina sonrisa se posaba sobre sus carnosos. Probablemente esas hubiesen sido sus palabras el primer año, pero corriendo ya el tercero, mentiría al decir que no disfrutaba sus momentos allí dentro. Revoleando sus ojos, decidió agacharse a la altura del menor (aunque tampoco era demasiada la diferencia), “yo sé que lo viste a él y te asustaste, pero el resto somos todos lindos y buenos, vas a ver que te va a encantar estar acá éste verano,” medio bromeó con tal de divertir al pequeño y, por qué no, molestar a su compañero.

Ni siquiera tuvo oportunidad de reclamar a las palabras femeninas, pues las propias fueron interrumpidas por una sonrisa proveniente del infante. Algo descontento, se cruzó de brazos para soltar un bufido, cosa que simplemente divirtió más al campista. Una vez más tranquilo, el pequeño los abandonó para unirse a otro grupo de campistas. " Lindos y buenos, ajá.. " repitió con cierto ápice de sarcasmo, mirando a su compañera. " Olvidaste mencionar que tú también eres carente de esas cualidades. " acusó con burla, dedicándole una burlona sonrisa.

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( VERONICA. )

“Hey, nada de eso ” reclamó al escuchar las palabras del contrario, antes de dedicarle una mirada al niño. “¿Ya te quieres ir? ¡La diversión ni siquiera ha comenzado!“ exclamó con emoción, antes de agacharse para quedar a su altura. “Mira, te prometo que al final del verano, estarás llorando porque no quieres irte. ¡La vamos a pasar de maravilla!“ aseguró, ante lo que el campista pareció más calmado. Finalmente, volvió a su postura inicial, y le lanzó una mirada a Andrew. “¿Sabes? Estoy bastante segura de que llamarlos mocosos a su cara está prohibido. Está en las reglas, o algo.“

Satisfecho y un tanto curioso, observó con detenimiento cómo la contraria lograba calmar al infante con tan solo algunas palabras. Definitivamente su tolerancia a los niños era mínima, o quizá se encontraba ausente de aquella delicadeza y amabilidad con la que su compañera había manejado la situación. Una vez más calmado, el campista abandonó la escena en busca de sus valijas, a lo que el moreno esbozó una amplia sonrisa, aliviado de haberse librado del pequeño. Ante las palabras femeninas, se limitó a encogerse de hombros, sin darle importancia alguna al asunto. " Hm, no es cómo que pueda llamarlos pequeños demonios. " replicó, " Por lo menos no sí están presentes. "

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( FRANCESCA. )

Se encontraba maldiciendo mientras se dirigía sin rumbo específico, tratando de evitar el sol a toda costa. Cuando escucho aquel drama se acercó con cierta diversión en su tono de voz“Claro, con tu ayuda es posible que ahora intente escapar… ” Rodó los ojos sin perder su simpatía “Mira, vamos a hacer algo, si dejas de llorar te prometo que haré que este mocoso de al lado te dé un par de billetes cuando termine el campamento” alzo ambas cejas  por su tentadora oferta esperando que funcionara  

" ¿Billetes? " chilló con descontento ante las palabras de la contraria, cuales por cierto, resultaron tener efecto en el pequeño. Por supuesto, a la mención de una recompensa todos dejaban de llorar. Sin desperdiciar ni un segundo el infante aceptó aquella propuesta con una sonrisa para finalmente alegarse, sin siquiera darle oportunidad al moreno de hacer reclamo alguno. " Espero sepas, no cumpliré con ese trato. " advirtió mirando a su compañera con una mueca aferrada a sus carmesís.

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( REAGAN. ) 

“ Joder. ” murmuró por lo bajo, soltando un pesado suspiro. Tenía la esperanza de al menos este año librarse de escenas de aquél tipo. “ Hey, hey… No es tan malo como crees, ¿sí? Vas a divertirte demasiado, y cuando menos te des cuenta no recordarás tu casa y ni siquiera querrás irte. “ ¡oh, milagro! Su tono se pintaba de calidez y un ligero toque de ternura, falso claro estaba, pero al menos el infante lo había creído y ahora más tranquilo, se había unido a un grupo a pocos metros. Reagan, sin perder oportunidad alguna, curvó la sonrisa más arrogante y altanera. “ Ni un día aquí y el pobre mocoso estaba a punto de quedar traumado por tu culpa. ¡Bravo! ”

Para su grata fortuna no tardó mucho en librarse de aquella pequeña molestia. Vaya sin vergüenza, el campamento apenas empezaba y él ya estaba fastidiado por la muchedumbre de pequeños que los rodeaban. No hacía falta mencionar, el tacto con los niños no era con exactitud su fuerte. " Finalmente. " celebró aliviado en un suspiro mientras una sonrisa iluminaba sus facciones. Ante la reprimenda contraria, se limitó a encogerse de hombros fingiendo inocencia. " No es mi culpa que el mocoso sea tan sensible. " espetó con desinterés. " Además, no todos poseemos los encantos necesarios para lidiar con infantes. " agregó con una mueca burlona en sus labios. " Bueno saberlo, te llamaré la próxima vez que me vea en la necesidad de una niñera. ”

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( FLEUR. ) 

La fémina entrecerró sus verdosos, fulminando inquieta la poca paciencia que derrochaba el masculino contra el infante impaciente. “¿Qué es esto? ¿Una pequeña guerra de inmadurez? De él lo creo, porque su edad lo respalda, ¿Pero tú?” reprochó quejumbrosa, colocándose de cuclillas para poder quedar a una estatura promedio del contrario. “Hola, pequeño. ¿Cómo te llamas?” comenzó la intervención, rogando por poder lograr el éxito.

Sin poder evitarlo, rodó sus orbes ante la reprimenda contraria, preguntándose en qué momento había aceptado regresar al dichoso campamento. “ El comenzó. ” masculló cual infante caprichoso mientras el verdadero pequeño continuaba en sus sollozos. Una vez la pregunta fue respondida, una sonrisa llena de malicia se dibujó en los labios del moreno. Así, imitando las acciones femeninas, quedó en cuclillas mirando al menor. “ Te diré una cosa, mocoso, sí no dejas de llorar el lobo vendrá por ti en la noche. ” advirtió al niño, más, por supuesto, sus palabras no ayudaron en absoluto.