sax-tristan - Tumblr blog

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Ladeo la cabeza y la observo con los ojos entrecerrados, sin remover la sonrisita de su rostro, si la rusa había llamado su atención con su rostro de ángel, lo que salió de sus labios en aquel instante le pareció aún más interesante, siendo la primera vez que se presentaba ante el de aquella manera. — Niños bonitos.— Repitió divertido, sin duda durante su vida le habían llamado de muchas maneras, pero aquella, nunca había sido una de ellas, aunque le parecía interesante el saber que esa era la manera en la que pensaba de un prostituto mexicano. — Eso es lo divertido de las reinas del hielo, amor... — Soltó con una voz baja mientras se inclinaba hacia la chica para sus labios, quedasen a la altura de su oído, causando la tensión del momento, sin necesidad alguna de un truco tan simple como el de tocarla. — El ver lo qué pasa cuando finalmente se derriten y ah... vaya que nadie ha dicho que las cosas tuvieran que ser sencillas. — Informó manteniendo aquel tono para después alejarse tan solo un poco y sostenerle la mirada a la rubia, volviendo a regalar una sonrisa, con su rostro a tan solo unos centímetros. Si había algo que le gusta a Tristán eran los retos y no solo se refería a las chicas que se hacían las difíciles de conseguir, si no a las que creía que escondían mucho más debajo de una simple fachada. — Supongo que tendremos que descubrirlo, princesita. — Se encogió de hombros mientras finalmente volvía a tomar su distancia y regresaba su mirada a los canes. — ¿Que te parecería un café?, conozco un lugar que no tiene problema alguno con las mascotas... me parece que le llaman pet friendly. — Sugirió con casualidad, sabiendo de antemano, que aquella probablemente sería la última oferta que la rusa esperaba escuchar por su parte.

Diamond Dogs

tristan.

Y aquello no hizo más que ampliar la sonrisa en su rostro mientras seguía los movimientos de la chica con sus ojos, que parecía ser toda una imagen frente a el. — Eso es bueno saberlo. — Admitió un tanto encantado con la actitud de la rusa. Dejo salir una suave risa al mismo tiempo que introducía sus manos en los bolsillos de su pantalón. — ¿Tan malo soy en esto, primor? — Respondió tan descarado como siempre, ya que coquetear era casi como respirar para el, muchas veces lo hacía sin siquiera darse cuenta pero en aquella ocasión, no había otra intención. — ¿Sabes preciosa?, yo no creo mucho en el cuento de la suerte pero comienzo a creer que algo tiene que estar a mi favor para que nuestros caminos se topen tanto… ¿no concuerdas? —

Publicación original de evak-malec

La rusa rió ante la pregunta, pero pronto se concentró en traer a la vida nuevamente esa chica que se creía mejor que todos, que estaba sobre las reglas, la que juzgaba todo con habilidad — Para lucir como el sueño mojado de cualquiera no lo eres, con una sonrisa y una de tus miraditas de seguro es suficiente para derretir — Le comenzó a responder, dejando una pequeña pausa, un suspenso que pronto rellenó — Pero las muchachas rusas vivimos bajo temperaturas muy frías como para derretirnos con niños bonitos, se necesita un poco de esfuerzo — Aunque lo dijera mirándolo directamente a los ojos, Katya no se lo creía totalmente — Tienes razón, quizás estamos haciendo algo bien y el karma nos recompensa siendo que eres alguien con quien se pasa un buen rato o estamos haciendo las cosas mal y para el karma somos nuestras torturas — Sin duda para ella era un poco de ambas, pero disfrutaba su compañía.

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Y aquello no hizo más que ampliar la sonrisa en su rostro mientras seguía los movimientos de la chica con sus ojos, que parecía ser toda una imagen frente a el. — Eso es bueno saberlo. — Admitió un tanto encantado con la actitud de la rusa. Dejo salir una suave risa al mismo tiempo que introducía sus manos en los bolsillos de su pantalón. — ¿Tan malo soy en esto, primor? — Respondió tan descarado como siempre, ya que coquetear era casi como respirar para el, muchas veces lo hacía sin siquiera darse cuenta pero en aquella ocasión, no había otra intención. — ¿Sabes preciosa?, yo no creo mucho en el cuento de la suerte pero comienzo a creer que algo tiene que estar a mi favor para que nuestros caminos se topen tanto... ¿no concuerdas? —

Diamond Dogs

tristan‌.

— Eso comprobaría la teoría de que todos los perros se parecen a sus dueños… — Respondió al mismo tiempo que se encogía de hombros sin poder quitarle la vista a la imagen frente a el, de la rusa tan contenta con sus mascotas. — Pero si me permites decirlo, creo que en esta ocasión la dueña les gana. — Le regalo una de las sonrisas tan particulares de el, como si supiera algo que el resto del mundo no.

La rubia negó con una sonrisa en su rostro, pero mirando al muchacho esta vez — En realidad no nos parecemos mucho, no me considero muy cariñosa y creo que cualquiera podría decirte que no soy obediente como ellos lo son — Le debatió mientras se levantaba con la gracia de la bailarina que era y se acercó un poco a él — Pero aprecio un buen halago ¿O es que intentas coquetear conmigo? — Dijo con un tono bromista, el muchacho le daba una sensación de problemas cada vez que se lo topaba, internamente admitía que le agradaba eso.

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janghyunt‌:

Si algún día lo haces espero que no sea en según que sitio, mi nombre merece mucho más, piénsalo – observó soltando una carcajada. El mexicano no lo sabría pero los coreanos le daban bastante importancia al significado de los nombres y por eso los escogían con mimo y cuidado.  Hyun dio un sorbo a su bebida y escuchó una risa un tanto lejana, el barman que seguramente estaba oyendo la conversación entre ambos y debía de estar sacando sus propias conclusiones- ¿Y cual es el punto?

Rodó los ojos una vez más divertido ante el comentario del coreano, sin ni siquiera desear imaginarse donde preferiría su nombre, porque aunque Tristán ya había perdido la pena, bastante tiempo atrás, la relación que llevaba con el hombre era diferente a las de sus clientes y al parecer eso le impedía a su cuerpo reaccionar con la misma descarades de siempre. — Esperemos que ambos tengamos suerte y que esa idea no pase por la mente de un Tristán ebrio. — Señaló finalmente dejando salir la risa que había estado guardando, para después darle un trago a su bebida. — Que lamentablemente mi mundo no gira tanto a tu alrededor, guapo. — Indicó después de unos segundos de silencio, recordando el como habían terminado en aquella plática.

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leahrvs‌:

-¿Mi lento proceso mental te parece interesante?- preguntó con una expresión seria en el rostro y observándolo con fijeza, sin terminar de entender que estaba tratando de decirle. Elevó una ceja al escucharlo -¿Cautivadoramente observador?- cuestionó mientras movía la cabeza en negación, sonriendo ligeramente -Tienes una forma curiosa de expresarte- asintió -Y no es que lo considere malo…- dijo repitiendo las palabras que el joven le había dicho después de que negará su invitación - sólo es curioso, y realmente no sé… Nunca me he detenido a curiosear a las personas interesantes de la ciudad, tal vez porque nunca me he encontrado con una- explicó mientras volvía a su pose inicial -Además es raro hacerlo a esta hora y con los últimos acontecimientos en la ciudad ni siquiera creo que deberíamos estar en las calles.     

Fijó su mirada en la chica, algo divertido por lo que le expresaba, donde le parecía casi imposible que no creyera que las personas en Auburn fuesen interesantes, recordando en cada ejemplar más excéntrico que el anterior. — Lo dices como si fuera algo simple. — Señaló para después pasar una mano por su cabello intentando buscar las palabras en su mente que pudieran explicarle de mejor manera aquello a la menor. — Me parece que esta ciudad tiene poca cavidad para la palabra raro, considerando las cosas que todos hacen por mero aburrimiento y aunque concuerdo contigo, en el punto de que una situación cómo está es peligrosa, y que no tendrías que arriesgarte, también creo que te estás perdiendo de mucho. — Expresó con tranquilidad, porque aunque a Tristán tampoco le parecía la manera en la que los mafiosos reinaban la ciudad, ya hacia años se había resignado a aquello y no hacía más que tratar de encontrarle la belleza. — Pero esa es solo mi humilde opinión, claro está, porque puede que tengas razón y que en realidad no te estés perdiendo de nada y solo seas una chica demasiado lista. —

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kctya-k‌:

Nada era más zen que sacar a los perros a pasear por eso había aprovechado a llevar a Clara a que vea el mundo exterior y nada mejor que un parque de mascotas como para dejarlos correr con tranquilidad, aunque no paso mucho para que viera que le ladraban a alguien e invadiendo su espacio personal — ¡Clara!¡Chuletas! — Los llamó mientras se acercaba y se agachaba a acariciarlos — Son muy cariñosos, disculpa si te incomodaron, pero son preciosos — Katya tenía su atención más en los perros que en la persona.

— Eso comprobaría la teoría de que todos los perros se parecen a sus dueños... — Respondió al mismo tiempo que se encogía de hombros sin poder quitarle la vista a la imagen frente a el, de la rusa tan contenta con sus mascotas. — Pero si me permites decirlo, creo que en esta ocasión la dueña les gana. — Le regalo una de las sonrisas tan particulares de el, como si supiera algo que el resto del mundo no.

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janghyunt‌:

Soy un hombre muy bien educado, nunca dudes de eso – comentó. Si su padre lo hubiese visto en algún punto de su vida hablando de forma poco correcta, como él consideraba poco correcta básicamente, lo habría enviado de nuevo a otro internado aun más lejos que el anterior- Así que de algún modo soy una de las razones de tu existencia, que romántico Tris, quien lo habría dicho – bromeó el coreano. Cuando no estaban peleando por tonterías se llevaban bien pero él se preguntaba cuando se iría todo por el retrete- Tarde, ya lo he hecho.

Llevo su copa hasta sus labios y le dio un trago mientras observaba al coreano de reojo, ahora que se estaba relajando, no podía evitar sentirse un tanto intrigado por la razón que parecía mantener al contrario de tan buen humor y aunque el mismo podía notar como la apatía entre ambos iba desapareciendo, no dejaba de sentirse inusual para él. — Ya, ya, ya… que no es como si me hubiera tatuado tu nombre. — Señalo divertido mientras que ignoraba las risitas del barman, ya que probablemente recordaban todos los tatuajes extraños con los que el mexicano había vuelto al club. Rodeo los ojos divertido ante aquello y no pudo hacer más que lanzarles una mirada amenazadora. — Bueno, pero ese no es el punto aquí. —

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beckett-a‌:

El sonido de la voz del hombre era casi lejano, como todo lo que sucedía a su alrededor, pero el detonante del arma era algo que no podía ignorar por más que quisiera. Levanto el rostro para mirar a los lados, sintiendo cómo su contrario lo tomaba del brazo y caminando detrás de él con cierta torpeza. “¿A dónde vamos?” Fue lo único que pudo preguntar, frunciendo el ceño al mirar por sobre su hombro y presenciar cómo uno de los dichosos militares agarraba a alguien. 

No le importo que el hombre que llevaba consigo no fuera a pasar por desapercibido, ya que algo en su interior le decía que, si lo hubiese dejado solo, probablemente lo hubiesen llevado a la cárcel sin motivo alguno y aunque detestaba meterse en asuntos ajenos, algunas veces le costaba mantenerse a raya. — Mierda, ¿no te puedes agachar o algo así? — Pregunto sin dejar de andar al mismo tiempo que con sus orbes café claras, escudriñaba las calles frente a ellos, decidiéndose sobre la mejor opción. — A cualquier lugar donde nos podamos esconder de estos idiotas, maldito Reeves. — Musito por lo bajo antes de visualizar una tienda que estaban cerrando debido a la misma razón. — Intenta correr sin hacer ruido. — Pidió antes de acelerar el paso hacia el hombre que bajaba las cortinas de metal del establecimiento.

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anellxhudson‌:

Sonrío algo divertida por las palabras del chico y se termino encogiendo de hombros. -Esta ciudad esta muy llena de sorpresas.- aseguro, recordando todo lo que había pasado solamente del año pasado… esperaba que por lo menos este año fuera mucho más tranquilo o por lo menos que no terminará lastimada o algo. -Muchas gracias.- agradeció de nuevo, porqué ella misma sabía que era muy raro encontrarse con un chico tan amable. -¿De verdad? ¿Me creerías si te digo que nunca he entrado a un club?.- no quería sonar grosera, pero sabía bien a lo que se refería con club… había ido a uno que otro bar, pero de alguna copas y canciones no había pasado, el show que ahí se mostraba era algo… más nuevo para la castaña. -Si tu me atiendes entonces podría aceptar un día venir a conocer este lugar.- aseguro, con cierta ingenuidad.

Le regalo una sonrisa a la chica al escuchar aquello, en realidad concordaba con ella, la ciudad siempre estaba llena de sorpresas, pero nunca había creído que aquello se tratase de algo malo, aunque le gustaba mantener sus precauciones. Al escuchar la pregunta se le escapo una risa divertido, ya que le había parecido que la ojiazul estaba bromeando, pero al no ver la risa por parte de la contraria, una expresión un tanto preocupada cruzo por su rostro. — Nunca... ¿nunca? — Cuestiono sin poder creer aquello aun, porque, aunque no parecían los lugares que la enfermera frecuentara, no había muchos lugares más para ir a divertirse en la ciudad. — Bueno eso se puede arreglar, pero… créeme, cariño, no creo que desees que yo te atienda. Aunque los chicos de la barra te pueden preparar unos tragos muy buenos.  —

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adrianaxgutierrez‌:

Sonrío con cierta ternura al ver a Tristan tan diferente de como lo solía ver… sin duda la llegada de un bebé cambiaba a todos cuando la tenían de frente. -Estoy segura de que la puedes cargar… parece frágil pero es muy fuerte.- llevó su mano hacía el cunero solo para sostenerse un poco de ahí. -Pero si no quieres no hay problema… puedo yo cargarla primero y te la paso si quieres después.- aunque tampoco quería presionar al chico, no todos se sentían muy animados con cargar a un bebe, sobre todo tan pequeño. -Estará bien, además, tu serás el encargado de cuidarla cuando ella sea más grande, no quiero que me la vayan a sonsacar eh… nada de que tenga novios hasta los 30.- apretó sus labios, intentando no reír mientras veía al chico.

Paseo su mirada entre la pequeñita y su madre, dudándolo aun unos momentos, pero al darse cuenta de lo cansada que probablemente debía de estar la mujer, por lo que sin darle más vueltas al asunto se armó de valor y llevo sus manos hasta el cuerpo de la bebé, para levantarla con mucha delicadeza. — Yo me encargo de la pequeñita, usted debería de descansar un poco… yo sé que la linda Stella no me causara problema. — Respondió al mismo tiempo que comenzaba a mecer a la menos con mucha lentitud entre sus brazos, mientras que sus ojos escudriñaban todas las pequeñas facciones, prácticamente embobado por aquello. — ¿Hasta los 30? — Negó un par de veces ante la declaración mientras una pequeña sonrisa se le escapaba de los labios. — Yo creo que ya va siendo hora de tener a nuestra primera monjita dentro de la mafia, jefa, ya tenemos bastaaantes pecadores. —

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Ya dime, entre tantas chicas a las que intentar seducir debe haber alguna que te llame la atención, ¿Quien es? — MissT.

Me duele cuando dices que solo trato de seducir a chicas, por que eso significaría que discrimino de alguna manera y eso no pasa, pero bueno, también debería de informar que eso de los favoritismo no me agrada, preciosa. Y en realidad las que me escogen son ellas... ¿eso respondería tu pregunta?

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HORA HONESTA.

No vale mentir, ocultar, ignorar una vez que recibieron los mensajes. No se olviden de enviarnos entre todos así es más divertido. Solo hay que darle reblog para participar.

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Su corazón latía con rapidez ante la imagen frente a él y todas las ideas que pasaban por su mente en aquel instante, no entendía como con el sonido del marchar de los militares no muy lejos de ellos, el rubio podía mantenerse tan tranquilo lamentándose por un simple helado. — Lo siento, amigo, se veía muy bueno el helado, no fue mi intención, pero de verdad tienes que…. — Se disculpó por chocar con el mientras intentaba alejarse de los hombres que parecían tener deseos de llevar a cualquier alma que encontrasen en las calles a la cárcel. Por unos segundos considero solo dejarlo ahí a su suerte, pero el sonido de un arma dispararse lo hizo entrar en un estado en el que pocas veces se encontraba y sin pensarlo tomo al hombre del brazo y comenzó a arrastrarlo con él. — Los rumores de las cosas que le hacen a la gente que atrapan son atroces… y los desgraciados se creen los buenos. —

Llevaba al menos cinco minutos de pie en medio de la calle, observando la bola de nieve que se le cayó sobre la acera. Se derretía de forma tan lenta, casi tan parecida a sus ganas de seguir con aquel día. ¿Por qué pasaban cosas tan malas a las personas buenas? Era lo único que se repetía en su cabeza mientras el liquido dulce comenzaba a esparcirse por el pavimento. 

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julianxj‌:

Julian rodó los ojos y miro al hombre con una mueca, pasando la expresión a una sonrisa divertida cuando por fin acepto y asintió para demostrar que estaba complacido. — Manejar hasta Los Ángeles un día antes del partido, ir a comer salir un poco y salir temprano para conseguir buen estacionamiento, porque sin duda los asientos que tengo son excelentes. — Su familia tenía un palco, pero por esta ocasión prefería ser un hombre más que había adquirido sus entradas como todos los demás. — Aunque no estaría mal que me sirvieras un trago ahora, sabes.

Asintió un par de veces mientras miraba al castaño con los ojos entrecerrados, asimilando el plan de su cabeza, para poder tomar sus medidas antes de irse, porque, aunque le gustaba la pensar que era dueño de su tiempo, no era así. — He escuchado sobre unos increíbles restaurantes allá de comida japonesa, seria grandioso ir ya que es de lo poco que la ciudad parece no dominar, ¿has ido al del centro? — Cuestiono mientras arrugaba la nariz al recordarlo con disgusto. — Toda una pesadilla. — Afirmo para después indicarle con la cabeza al americano que entrasen nuevamente y echarse a andar. — Uno, dos, tres. Ya sabes que lo que nunca falta aquí es alcohol, pero ¿Qué tanto tiempo tienes? — Pregunto curioso, ya que si planeaba quedarse en el club durante su tiempo libre, por lo menos planeaba divertirse.

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thesalas-d‌:

“No, nunca” admitió, porque Diego era de esos que vivían de las mentiras y no se molestaba en aceptarlo. “¿Estás leyendo?” preguntó sorprendido sin poder evitarlo, vaya especimen extraño tenían en la mafia. “Necesito que me ayudes a sacar un par de borrachos que no son de la mafia y no lo entienden” le explicó, porque no solían dar descuentos a los miembros y no a los idiotas. “Adriana está bien, tuvo al bebé y no quiero molestarla” le explicó con sinceridad.

Ladeo ligeramente la cabeza al escuchar la pregunta, sin comprender por unos segundos si aquello se trataba de una broma, pero al notar que el rostro del pelinegro no cambiaba, volvió a reír ligeramente. — Ciertamente no estaba solamente admirando las palabras en las hojas. — Señalo divertido, aunque no podía culpar al mexicano por preguntarse aquello, sabía que pocas eran las veces que lo veían fuera de sus horas de trabajo y que seguramente nadie tenía ni la menor idea de lo que hacía en su tiempo libre. — Otro día, otro desgraciado más que ahuyentar. — Comento mientras comenzaba a andar hacia el interior del club nuevamente sin problema alguno, ya que nunca le molestaba ayudar de más. — Si todos lo escuchamos, hasta nos envió algunas fotos por mensaje. — Respondió con una media sonrisa al recordar el rostro de la bebé, pero al mirar de reojo al hombre, algo más paso por su mente. — ¿Y… a ti que tal te va con eso Dieguito? —

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destinyxdesrosiers‌:

No costó distinguir los tintes de sarcasmo en la bienvenida ajena aunque lejos estaba de interesarle cómo éste la recibía, acostumbrada a ignorarle. — Sí, sí, como digas. Realiza un ademán con su mano izquierda para demostrar su impaciencia y que así pudieran saltar al tema de su interés, sin encontrarse con la respuesta que esperaba. — Joder… Masculla antes de suspirar con pesadez. — ¿A qué te refieres con que no se ha sentido bien? ¿De salud o sentimentalmente? Interroga, sólo porque no la había visto rondar por el hospital. — No pienso ir hasta su casa, ¿sabes cuándo volverá? 

Rodo divertido los ojos ante la contestación de la rubia, no le sorprendía para nada su actitud y aunque Tristán se consideraba un hombre bastante paciente, no tenía deseo alguno de pasar el resto de su noche recibiendo desdenes, no en su noche libre y mucho menos sin pago alguno. Levanto una de sus cejas automáticamente ante las preguntas de la francesa mientras que un bufido divertido se le escapaba. — No lo sé, Destiny a Luna a veces le dan estas rachas y desde que tiene problemas con su fósil… la verdad es que no lo sé, puedes llamarla tu misma, no soy su secretaria. —

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rabloom‌:

Suspiró ante el gran discurso del contrario. “Tienes cosas que decir, cosas que nadie te pregunto. Pero bueno, la masculinidad queda frágil y si no te hubieran afectado mis palabras no hubieras dicho nada” se encogió de hombros sin querer entrar en una discusión argumentativa. Raven era muy persuasiva, siempre era a ganar o nada, por lo que esta vez prefirió ir a nada, no había necesidad de desgastarse. “Al menos eres inteligente, porque sí, solo con hechos pueden hacerme cambiar de opinión. Aunque te equivocas, no estoy de mal humor, soy así” respondió con arrogancia y guiñando un ojo. Su celular vibró avisando que el viaje había sido cancelado, suspiró con notaria molestia, pero no estaba preocupada por el lugar o lo tarde de la noche, sino que odiaba perder el tiempo. Volvió la atención al moreno, pues sus palabras confirmaban las alertas de cancelación que estaba recibiendo, ahora tenía pocas opciones. Así que agradeció la oferta del contrario, la cual no se esperaba, pues todos en su lugar preferían pasar de ella por el genio y la actitud que se cargaba. “Al centro, al hotel que queda cerca de la gobernación” respondió. “Te puedo pagar por el viaje, solo necesito estar en una zona más céntrica”.

Cerro los ojos mientras negaba un par de veces al notar como sus palabras no habían hecho más que entrar por un oído y salir por el otro, porque si lo hubiese hecho, en realidad hubiera notado lo poco que le preocupaba todo el aspecto de la masculinidad. Al abrir sus ojos, miro a la pelirroja si terminar de entender su actitud y con muy pocos deseos de continuar aquella discusión sin sentido alguno. — Lo tendré en cuenta para la próxima vez que nos encontremos. — Le aseguro volviendo a dibujar una sonrisa en sus labios, no le costaría nada acostumbrarse a aquella actitud que parecía abundar en la ciudad, como si la hosquedad fuera un elemento que se repartiera con el agua de la llave. Respiro hondo al escuchar la dirección y se echó a andar hacia la dirección de su automóvil. — No tienes que pagar el viaje y te puedo dejar en el hotel, tómalo como… una muestra de hospitalidad, no creo que te vayas a tomar con mas en esta ciudad. —