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EL MADROÑO

Cuando Pablo Picasso dijo aquello de que el arte era una mentira que nos hacía comprender la verdad, sin saberlo, estaba describiendo El Madroño.  

El día que perdí el miedo y me dejé de tonterías me propuse a mí mismo convertir mi lugar de trabajo en una especie de santuario, (porque además de maniático soy supersticioso) y si algo me hacía tener buena suerte, lo repetía para que no se me acabara nunca.  Por eso lo primero que decía siempre al llegar era un: “Buenos días, Madrid” bien alto, le echaba un vistazo a mis estampitas para ver si Yolanda la de la limpieza me las había estropeado frotándolas con algún producto, le tocaba el pelo a mi minicorpóreo de Ana Rosa Quintana y ya estaba preparado para empezar el día.

Al principio yo creo que escribía fatal, y con esto no quiero decir que ahora lo haga mucho mejor, ojo. Con esto quiero decir que ahora lo hago de una manera diferente pero que me representa mucho más. Porque si al principio entendía que redactar un texto, un guion, era lo que me habían enseñado en la universidad, ahora entiendo que redactar es escribir algo como lo pienso y como lo veo. Porque eso es lo único que puedo aportar. Seguramente no sea la fórmula correcta, pero es la mía, la que me gusta y con la que más cómodo me siento. Además, así algún día podré decir eso que decía mi querido Andy Warhol de: “Si quieres saber sobre mí, solo tienes que mirar mis pinturas, mis películas y mis fotos. Allí estoy. No hay más”.  

En El Madroño aprendí muchísimo. Sobre todo fijándome en pequeños detalles y gestos de los profesionales que saben mucho más que yo. Así, descubrí cada vez que un director me miraba un vídeo ya editado, que comunicar es un arte bastante simple y que lo realmente complicado es que alguien te escuche, descubrí que cuanto más conoces las reglas más fácil es saltártelas, descubrí que una idea no es más que un punto de partida y que a pesar de que la gente piense que las personas que trabajan en la tele son especiales, redactar es solo otro trabajo. Pero, sobre todo, descubrí que lo que hago ya se había hecho antes y que cuanto más conozco a mis artistas favoritos más sencillo me resulta escribir. Y pongo un ejemplo: Picasso, perdón por citarlo una segunda vez, decía cosas como que si le daban un museo él lo llenaría con su arte o que todo lo que puede ser imaginado es real. Pues en frases como esas basé yo mis textos. Y ni tan mal, oye, creo que podría seguir haciéndolo.   

No solo tengo que agradecerle a este programa que me haya hecho crecer a nivel profesional. A nivel personal ni te cuento, vamos. Es más, os voy a confesar una cosa que a lo mejor ni os interesa ni vais a entender. Yo hace un tiempo tenía miedo de sentirme feliz. Es algo muy raro pero es verdad. Creía que la felicidad duraba poco y tenía miedo de que se me acabara y de no volver a sentirla nunca. Pues, bueno, que sepáis que El Madroño me demostró que me equivocaba.

En este trabajo me han permitido hacer cosas que nunca hubiera imaginado hacer, me han dejado ser yo, descubrirme, y vivir decenas de momentos inolvidables. 

He conocido a gente que ya forma parte de mi vida y que no se va a ir nunca jamás porque no me da la gana. Me he enamorado de una persona a la que admiro profesional y personalmente, a la que ahora mismo no puedo querer más y con la que deseo pasar el resto de mi vida.  He disfrutado de la felicidad. Y  eso, al fin y al cabo, es lo único que importa. 

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AR

Es la mujer del momento y siempre lo ha sido. Es una líder de opinión. Es la reina de las mañanas. Y está hasta el coño. 

Lo de Ana Rosa Quintana es alucinante. A mí me fascina. Por icónica. Por haber conseguido tener una revista con su nombre, un programa que cuando ella está de vacaciones pasa a llamarse “El programa del verano” e incluso una productora con un nombre de animal imaginario que poco tiene que ver con la seriedad y el rigor que te vende la tía. ¿Qué es lo que le falta? Me pregunto. ¿Anunciar yogures? 

Y ojo, que no quiero decir con esto que yo comparta lo que dice y lo que opina de lunes a viernes, eh. Lo que me apasiona es que solo ella sea capaz de irse a publicidad diciendo: “Bueno, nos vamos. Volvemos.”. Porque solo ella es capaz de combinar sus gafas de la información, que diría Jorge Javier Vázquez, con unos modelitos que van desde el animal print hasta la licra morada combinada con un lacito negro solidario. Solo ella es capaz de marcharse a mitad de programa porque tiene alergia, para que todos digamos: “Joer, cómo es Anita, la madre que la parió... Pudiendo haberse quedado en casa porque está enferma y mírala ahí, al píe del cañón. Ay, que se va. Claro, normal...”.  

Me encanta la ternura con la que se recolocarse las gafas cuando se le están cayendo. Porque no agarra una patilla y la tira hacia atrás, como haría cualquiera de nosotros. Ella se lleva la mano a la cara y empuja desde la parte de abajo. Tenéis que verlo para entenderlo. Además, AR no habla. AR sentencia. “A ver, Julio Uzal, en la calle. Julio.”. “Patricia Pardo. Explícanoslo.”. “Bueno, estupendo, Guillermo.”.

Lo único que me da pena es que ya no se esfuerza. No. Ya como que le da igual y no disimula. Y no me extrañaría nada que cualquier día la pillásemos diciendo entre vídeo y vídeo: “Hasta el coño, ya...” , y tirando los papales por encima de la mesa. Porque está tan harta de la actualidad, tan harta del debate y tan harta de conducir su programa, que solo quiere ser colaboradora. Porque sí, señores.  Ana Rosa Quintana es colaboradora del programa que presenta. Y aunque esté en el centro de la mesa por respetar las distancias de seguridad con el resto, a ella lo que le gustaría es estar a la derecha. Pero porque puede. Claro que puede. Si no puede ella, ¿quién va a poder? 

Con lo que no estoy de acuerdo es con que lo que hace sea criticable. ¿Dónde dice que para ser presentador tienes que ser imparcial? Mira Ana Pastor, Mariló Montero, Jordi Évole o Jorge Javier Vázquez. ¿Cuál es el problema? Que ella antes no era así, dicen algunos. Bueno, pues qué se le va a hacer... Como la propia AR dijo en su día: “Llevo más de 15 años trabajando en este programa y en esta cadena hago y digo lo que me da la gana.”. 

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Penélope Cruz.

Después de ver una entrega de premios me hago siempre la misma pregunta. ¿Qué nos pasa en este país con Penélope Cruz? No lo puedo entender. De verdad.

Voy a empezar diciendo que no defiendo el famoso “vivir de las rentas”, pero creo que hace falta recordar esto que voy a contar ahora. Ella, Penélope Cruz Sánchez, ha conseguido ser la primera actriz española de la historia nominada a los Globos de Oro y a los tan ansiados y sobrevalorados Oscar. La única de nuestro país que ha recibido un Cesar honorífico por su trayectoria cinematográfica. La mujer que más nominaciones acumula a los Goya (12), y, proporcionalmente, una de las menos premiadas. La única española oscarizada como mejor actriz secuandaria por su papel de Elena en “Vicky, Cristina, Barcelona”.

Pues bien. Este año la nominan a mejor actriz protagonista en Dolor y Gloria. Llegan los premios, y, al peliculón de Amodóvar, le dan 7 (entre ellos mejor película, mejor guion original, mejor actor protagonista, mejor actriz secundaria...). Casi nada. Todo hace pensar que ha llegado el momento de homenajear a Pe, el momento de reconocerle lo que es suyo, el momento de sentir ese orgullo que sienten otros países por esa chica de Alcobendas que consiguió hacerse un hueco en Hollywood. Estamos premiándole a Almodóvar absolutamente todo de su última película, y, por tanto, también a su actriz protagonista. Pues no. El premio es para Belén Cuesta.

¿Me estás queriendo decir que lo peor de Dolor y Gloria, y consecuentemente, lo único que no se merece el reconocimiento de los “expertos”, es la actuación de Penélope Cruz? ¿Me quieres decir que la mitad del planeta tierra sabe valorar y disfrutar de ella y nosotros preferimos premiar a la coprotagonista de Paquita Salas? Y, este último comentario, sin menospreciar a Belén Cuesta, eh (de hecho más abajo hay escrito un post alabando su trabajo). ¿Me tengo que creer que todo lo que hay dentro de la película más premiada de esta última edición de los Goya te hace vibrar menos la interpretación de Penélope Cruz? No me lo puedo creer. Alucino lo más grande. Me niego. Me la nominas junto a otras grandes actrices de nuestro país, pero con la mitad de trayectoria y con papeles que pasan desapercibidos, porque la realidad es que ninguna de las otras nominadas de esa misma categoría te hace llorar, y aún así no me la haces ganadora. Porque, todo es de 10 dentro de Dolor y Gloria, menos ella. Que a ella la supera otra actriz. Una actriz de comedia que por primera vez se pasa al drama de verdad (y seguramente sea ese el motivo del premio). Pero, no me lo puedo creer. No lo entiendo. De verdad.

No me parece solo una falta de respeto. No me parece solo ceguera. No me parece solo envidia y tampoco me parece solo chulería. Me parece que, si llego a ser yo Penélope Cruz, pido que no me nominen más. No quiero el Goya. No me lo deis. No me nominéis más, por favor, que no lo necesito. Ya sabrán otros apreciar el talento. Y no voy a la gala, tampoco. Total. Soy una más. ¿Qué más da? ¿No?

Ay, espérate. Que si lo hace la criticarían y dirían lo peor de ella. Que si es poco española, que si es una desagradecida, que si no tiene vergüenza, que si se olvida de dónde ha salido... Uy, calla. Que ya lo dicen igual. Y ella sigue acudiendo a todas y cada una de las fiestas del cine español. Y ni una sola queja. Ni una mala cara. Ni una mala contestación incluso cuando no le pregunten por su trabajo y tiene que responder sobre otros temas. Solo agradecimiento. Ella siempre agradecida y con una sonrisa.

Algo estamos haciendo mal. Me gusta pensar que es un problema de sentimiento. Sentimientos negativos que, ojalá, se nos vayan pasando con el tiempo.

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Boda de Belén Esteban: poco que celebrar.

Ha llegado el gran día. En Alcal�� de Henares lo tienen todo preparado. Se casa Belén Esteban en uno de los eventos más esperados del año. Lo único que no entiendo es por qué nadie habla de lo que de verdad importa: con esta boda, se pierde mucho más de lo que se gana. 

Primero aparecerá Miguel. Paseo rápido desde el punto en el que lo deje el coche hasta la entrada de la finca. Y un poquito más tarde, ella. Aunque lo más guay sería que lo hiciese montada en ambulancia, todo apunta a que llegará también en coche. Hará el paseillo acompañada de Raúl Prieto, un señor que tiene tanto estilo que hasta podría ir a la boda enfundado en un traje de neopreno, se girarán y se harán la esperada foto. La única que, se dice, permite la revista del saludo que se haga pública. Porque, después, todo lo que pase dentro (de la finca, no de la revista) tiene que ser un misterio que poco a poco iremos descubriendo. 

De lo que nadie habla es del verdadero drama: con esta celebración no gana ni la propia Belén Esteban. Bueno, Belén gana, claro que sí. Gana un nuevo marido, una jornada para el recuerdo, una nueva vida, unos cuantos cientos de euros... Pero también perdemos muchísimo más de lo que nos podamos imaginar.  

Perdemos cientos de horas de especulaciones y de entretenimiento. Porque, si me permitís versionar la famosa llamada de la Pantoja, muy triste es saber que ya no podremos imaginarnos dónde estará Belén esa noche, a qué hora llegará, qué estará haciendo. Perdemos la esperanza de que cuando entre en una tienda de ropa cualquiera salga con el vestido de novia elegido, o que cuando entre en el Mercado sea para comprar el catering del evento. Tendremos que dejar de imaginarnos cuáles podrían ser las ausencias más sonadas, si Andreíta hará un esfuerzo y se comerá por fin el pollo, quiénes serán las peor y las mejor vestidas, o si a alguno de los invitados se le irá la mano en pleno éxtasis y filtrará algo que no debe. Se descubrirán las sorpresas que marido y mujer tengan preparadas. Todo el mundo bailará y cantará, España gritará “¡Arriba La Esteban!”, y el convite llegará a su fin. 

Que sí, que a partir de ahora empezarán semanas y semanas de sesudos análisis, de “la boda minuto a minuto” y de “estas son las primeras imágenes de...”, pero ya no será lo mismo. Porque Belén Esteban ya está casada. Y, esta vez, ojalá no me equivoque, tengo la sensación de que será para siempre.  

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SÁLVAME DE LA ACTUALIDAD.

¿Qué necesidad tenía Sálvame de dejar a un lado el mundo rosa y convertirse en un debate más sobre los sucesos actuales? Pues la misma necesidad que tenéis vosotros de criticarlo públicamente: ninguna. Pero lo hacen. Y vuelven a triunfar.

Estamos hartos de escuchar hablar de lo que es Sálvame: un contenedor en el que cabe de todo. Y ahora cuando vemos que hablan de sucesos de actualidad nos asombramos, quedamos con la boca abierta. Qué tontos somos. Desde hace mucho tiempo estamos ante un Sálvame que no es solo un programa de cotilleos. A veces bailan, otras actúan, otras cantan y otras veces se dedican a tocar temas serios, como estos días. Y con un éxito alucinante. ¿Por qué? Pues porque es lo que la gente quiere ver. Ellos nos dan exactamente lo que le pedimos. No estamos viendo a Belén Estaban y a Kiko Hernández tirados en un sillón mientras hablan de una nueva conquista de Gustavo González, porque ahora mismo no es lo que interesa. No. Estamos ante un espacio renovado, con nuevos colaboradores (expertos en el campo), con una estructura diferente a la habitual y con otro tono diferente al que nos tienen acostumbrados. Modificaron, arriesgaron y ganaron. ¿Cuál es el problema?Y por si fuera poco baten récord de audiencia.

De eso se trata hacer un programa en directo, de poder adaptarte a las necesidades del espectador en cada momento. Por favor. Abrid los ojos pero sobre todo abrid la mente. Dejad a un lado los prejuicios. ¿Si en vez de llamarse Sálvame Naranja se llamara Actualidad Naranja os parecería mejor? Y ahora me diréis que Mila Ximenez no vale para tratar sucesos. ¿Es que el resto de colaboradores que vemos estos días en los diferentes programas valen para tratar sucesos? No quiero poner ejemplos, pero... ojito. Y entonces me diréis también que Paz Padilla lo presentó mal. Pues mira, oye, como cualquier conductor de programa de entretenimiento al que le cambian el género en cero coma. Bastante hizo la pobre con saber estar y con aguantar la emoción. Los nervios. Las críticas.

Me gustaría terminar recordando que la magnitud del problema siempre está en los ojos del que lo mira. Relajémonos y quejémonos de lo que nos tenemos que quejar en realidad. Estamos poniendo el foco donde no es.

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ÓSCAR CORNEJO

entretener

1. Hacer pasar el tiempo de manera agradable.2.Hacer perder el tiempo de una persona ocupando su atención e impidiendo la realización o continuación de una acción.

Los de Sálvame lo volvieron a petar. Qué gente, de verdad. No se cansan de reinventar la televisión. Esta semana nos hicieron preguntarnos día tras día cuál era el mensaje tan importantísimo que nos tenía que dar la dirección del programa y de la boca de quién iba a salir. Yo tenía la esperanza de que fuera él, el inventor de la televisión tal y como hoy la conocemos, el que diera el discurso. Y finalmente se cumplieron mis deseos. Fue Óscar Cornejo, bueno, la voz de Óscar Cornejo la que nos iluminó con una narración de unos 7 minutos diciendo casi nada y a la vez diciéndolo casi todo. Cambiándolo todo para que nadie cambie y pueda seguir como hasta ahora. Un auténtico genio el tío.

Empieza Cornejo diciendo algo así como que “nosotros solo hacemos tele”. Restándole importancia. Como quien dice que se dedica a vender bragas en el mercadillo o a repartir hostias en una iglesia. Y luego sigue hablando hasta llegar a uno de los puntos clave del discurso: el significado de Sálvame. En un intento de copiar a Mariano Rajoy, Óscar da a entender que es el espectador el que es el director, y es la cúpula la que quiere que sean los espectadores el director. Porque, en resumen, el que ve la tele es el que elige. Y a ellos llevamos eligiéndolos casi 9 años. Porque no nos explican cómo se formó la tierra, no nos hablan de la teoría de la evolución (o sí, nunca se sabe). Nos entretienen. Son vida. Discuten, se miran a los ojos, se ríen, se odian, se quieren. No son un ejemplo de nada. No buscan recibir medallas, y eso me parece por su parte uno de los actos más generosos que nos pueden ofrecer. Decía también Oscar, para ir acabando, que la gente los quiere fuertes. Y es verdad. Queremos ver cómo debaten por nosotros, que se derrumben como cualquier otro ser humano, que nos enseñen que se puede llorar de tristeza pero también de alegría y sobre todo, que se diviertan. Porque cuanto más se divierten ellos mejor lo pasamos nosotros.

He de reconocer que se me pusieron los pelos de punta varias veces durante su discurso, pero es que yo creo que lo que hizo Óscar Cornejo es uno de los ejercicios con mayor verdad que pudimos ver a lo largo de la semana en la tele, incluso me atrevería a decir que en todo el año. No es para nada un fracaso. Es algo que todos estábamos deseando, que vinieran otra vez los de Sálvame a cambiar las reglas. A marcar un antes y un después.

A Cornejo hay que quererlo. A él y a su capacidad de trasladar la realidad a la televisión y hacer visibles muchísimas cosas que antes eran irrelevantes. Por cambiar el concepto de presentador. De colaborador. De lo que es televisión. Gracias, Óscar Cornejo, una vez, por venir a salvarnos.

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NÚRIA MARÍN.

Núria Marín por fin está en el lugar que se merece: el primetime de la cadena más vista en España.

Aunque sea copresentando un programa de debates. No importa. Consigue brillar, y lo importante es que no brilla más que el resto, sino que está a la altura. Y yo no me esperaba menos de ella. Siempre que sale en pantalla me fijo en que hay dos Núrias diferentes. La primera de ellas la de Mad In Spain, que tiene una apariencia más de mayor, muy formal, correcta sin dejar de ser ella, pero que nos aporta un montón de energía y de claridad, que nos viene estupendamente para domingo noche. La segunda Núria está en su casa, en Cazamariposas, y es dónde nos encontramos a la Marín que todos querríamos tener por jefa y como amiga. La que opina, la que protesta, la que te hace reír, la más atenta, la que controla la situación, la que modera… y un montón de cosas más que le salen sin moverse de la silla.

Entiendo que Mad in Spain se lo hayan dado a Jordi porque es un rostro más conocido y que esta vez sea Núria la que hace de Gloria Serra. Pero lo peor es que creo que me voy a quedar con las ganas de saber qué pasaría si cambiasen los papeles. Qué pasaría si Núria fuese la que lleva el mayor peso del programa y Jordi se dedicara a dar datos. Y aquí va la respuesta... no pasaría absolutamente nada. Porque Marín ya no tiene nada que demostrar. Todos sabemos que lo bordaría, y punto. Cada programa que pasa lo hace mejor y está más cómoda, poco a poco va recogiendo lo que ella misma está sembrando, y no hay nada más bonito que eso.

Cuando en Mediaset hablan de ella, los que la conocen solo tienen buenas palabras para describirla. Hasta el punto de que más de uno se emociona pensando en todo lo duro que tuvo que trabajar para estar dónde está. Pero como nunca es tarde, mirad ahora. Ahí está, y no precisamente viendo pasar el tiempo, como la famosa Puerta de Alcalá, más bien es al contrario. El tiempo la ve pasar a ella creciendo y aprendiendo a pasos agigantados. Y así da gusto. Felicidades, Nuria. Por muchos éxitos más.

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COTILLEO1: Núria además de tener fans, ella es fan. Y yo sé de quién.

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MARÍA PATIÑO.

Leer escuchando: Lean Ryms-Can't fight the moonlight

Es la María más famosa de la televisión. Me hace gracia que casi casi ocupe tantas horas como Carlota Corredera o como JJ Vázquez pero, sin embargo, nadie diga nada de ella. Te la puedes encontrar en Telecinco tanto por la semana, en el Sálvame Diario, como los sábados y los domingos con sus Socialité y en otros programas. Su tono de voz característico y la forma que tiene de expresarse la hacen irrepetible. Es la Pati. María Patiño.

Lo que a mí me pasa con ella es algo complicado de explicar. A ver cómo lo escribo … yo veo en María Patiño justamente todo lo contrario de lo que ella me quiere enseñar. Puede que la gente vea una persona fría. Alemana, como creo que se define a sí misma. Con un carácter muy marcado y muy suyo. Vehemente, pero sin perder el punto de sobriedad que tiene siempre. Una mujer muy directa y profesional. Pues no. Yo no la veo así. Después de darle muchas vueltas a las horas que pasé con ella tengo otra opinión. Pienso que esa María que se muestra en pantalla es la consecuencia de la María que yo veo en realidad.

Veo emociones y las veo todo el rato, aunque no las deje salir y las guarde pero veo muchas emociones. Ella es muy inteligente, y sabe que hay cosas que no se pueden mezclar. Veo sentimientos a flor de piel, porque no es tan dura como parece. Veo a una Patiño atenta, a la que no se le escapa ni el más mínimo detalle porque ella lo que hace es ver lo general en algo particular. Me apasionan sus ganas de comerse el mundo y a todo aquel que se le meta por delante. Pero sobre todo veo a una María muy analítica y capaz de convertir todas sus debilidades en sus puntos fuertes, cosa que me parece súper interesante. Por poner un ejemplo, si ella sabe que una muestra de cariño en un determinado momento le podría jugar una mala pasada, eso pasa a ser un punto fuerte y ella se convierte en “María la que no da muestras de cariño”, porque es mucho mejor. No digo que sea lo más fácil, pero sí lo más práctico. Y diría que esto vale para evitar que el mensaje que está dando se distorsione y que lo que quiere decir tenga su principio y tenga su fin. Por muchas cosas que puedan pasar por el camino, pero tiene una meta y no para hasta que llega a ella y la pisa con los dos pies. Porque todo tiene un porqué, todo es la consecuencia de algo.

Yo no me atreví a decírselo en persona porque aún pensando todo lo que pienso me impone mucho, además de que no soy nadie para decirle cómo es o cómo deja de ser. Pero sí me apetecía compartirlo porque a lo mejor alguien piensa como yo. Pues bueno… ahora te toca opinar a ti. ¿De qué Patiño eres?

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COTILLEO1: Sé el secreto de María Patiño para salir bien en las fotos.

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SÁLVAME

Tú, que estás leyendo esto ahora mismo, seguro que estás dentro de uno de estos grandes grupos: El de las personas que ven Sálvame y lo dicen, el de las personas que ven Sálvame y no lo dicen por vergüenza, o por último, el de las personas que odian y no soportan el programa. Estés en cuál estés, muy atento a lo que te voy a pedir ahora. Sal corriendo de este post, entra en tu cuenta de correo y mándale un ENHORABUENA bien grande a La Fábrica de la Tele por hacerte sentir.

Muchos pensaréis que a estas alturas de la película no es necesario hacer una defensa del programa porque ya no está de moda, o que mi opinión llega tarde. Pero por eso mismo. Después de nueve años emitiéndose creo que viene bien recordar que este programa está haciendo historia de la tele. Ya no es un programa de corazón, ya no es un reality, no es un informativo. ¿Qué es entonces?. Da igual. El caso es que se ha creado un universo alrededor de un plató de televisión. Un universo gigante del que millones de personas no consiguen despegarse. Porque Sálvame rescata a lo mejor de lo peor. Te crea una Divina Comedia en menos que canta un gallo. Te hace una Fashion Week que te deja tonto. Te aburre. Te emociona. Te hace reír. Te entretiene.

Es algo que no puedes criticar por criticar porque es mucho más que televisión. Yo creo que es realidad a todo color, y por eso cuando alguien dice que ve Sálvame no entiendo porqué hay que mirarle con desprecio. Lo que hay que hacer es felicitarle por saber valorar el trabajo y el esfuerzo que supone que un programa como ese lleve siendo líder desde hace 9 años. Agradecer que estos tipos hayan hecho que cambie la figura del presentador (que hasta hace unos años era solo un nexo de unión entre programa e invitado), que cambie la figura del colaborador (que ahora es más un personaje de ficción), e incluso que cambie lo que es un director de programa. Que nos hayan abierto las puertas de la cadena sin tener pase para entrar, y que todos hayamos visitado los pasillos de Mediaset. Que nos hagan decir a coro que en verano … ¡todos vemos Telecinco! Y que, por supuesto, nos hagan creer que eso que estamos viendo podría pasar en el salón de tu propia casa.

Yo creo que se merece como mínimo un poco de respeto. Y ahora te pido que contestes sinceramente. Piénsate muy bien la repuesta y no intentes justificarte porque nadie te va a juzgar. Ahí va. Uno, dos, tres… ¿has visto Sálvame alguna vez en tu vida?. Si es que sí, entenderás todo lo que te estoy contando. Si es que no, dedícale al programa unos 30 minutos y luego vuelve a leerme. De nada ;).

[saulofernandez]

TALLER DE PRESENTADORES.

No sabes muy bien porqué lo haces pero lo haces. Cámara grabando. Ordenador encendido. Gmail. Adjuntar. Enviar. En ese preciso momento, aunque tú todavía no lo sabes, cambia tu vida.

Cuando me dijeron que estaba dentro del Taller de Presentadores ochocientos millones de cosas se me pasaron por la cabeza. Que si trabajo, que si alojamiento, familia, viajes, tiempo,… pero me dieron igual. Desde ese día creo más que nunca en la expresión “el que quiere hacerlo lo hace y el que no busca excusas”, porque dedicándole un poco de tiempo y echándole ganas al asunto todos los problemas se fueron solucionando. Y cuando ya lo tenía todo atado solamente me quedaba una cosa por hacer: esperar.

Entré en el tren cagado de miedo. Muy nervioso, sabiendo que aceptar el reto del taller en Madrid durante todo un mes iba a suponer salir de la zona de confort. Abrí el dossier definitivo de las clases y eran tan alucinantes que no me las creía. El tiempo ese día pasó volando y en nada y menos ya estaba en Madrid, y tenía todo un mes por delante.

Con las dos primeras clases de Jorge Javier Vázquez entendí que esto iba totalmente en serio y que iba a ser más duro y más intenso de lo que parecía. En solamente ocho horas, Jorge hizo que pasáramos de ser doce desconocidos llegados desde diferentes partes de España con ganas de comerse el mundo a ser ahora un grupo. Un equipo. Al poco de conocernos ya estábamos riendo, trabajando e incluso llorando juntos. Una de las cosas más raras pero a la vez más bonitas que me había pasado hasta el momento. Y así pasó todo el mes, entre nervios, vistas a Telecinco, descubriendo a gente maravillosa, haciendo cosas que en la vida creí hacer, aprendiendo, pero sobre todo y lo más importante, viviendo una experiencia única e irrepetible, que solo fue posible gracias a la gente que estuvo conmigo todos estos días.

Yo solamente puedo dar las gracias. De corazón. Gracias a todos y cada uno de mis compañeros por aguantar mis tonterías. Gracias por hacerme sentir un montón de cosas y gracias por emocionarme. Gracias a todos los profesores, a aquellos que vinieron con la mayor honestidad a darlo todo incluso quedando de malos, pero también a aquellos que se lo tienen totalmente creído y solo vienen a enseñar cuatro conceptos. Gracias al gran Óscar Martínez, por estar pendiente de nosotros en todo momento, por su dedicación y su bondad. Por ser como el papá del taller. Gracias a la gran Cristina por abrirnos las puertas de Mediaset y hacer que nos sintamos como en casa. No me voy a cansar de repetirlo… gracias por tanto.

Os deseo a todos lo mejor del mundo, que es lo que os merecéis. Tengo un montón de ganas de volver a veros. Y solamente deciros una cosa más: esto solo es el principio. Esto no ha hecho más que empezar. ¡Adelante!

[saulofernandez]

ALBA CARRILLO.

Leer escuchando: BSO No es país para viejos

Para mí la única ganadora de Supervivientes es Alba Carrillo. Y su madre Lucía, que se dedica a tirar por tierra todo lo que construye Alba, también es ganadora porque es la antagonista ideal. La bruja mala de toda película Disney. Juntas son las concursantes 10 de cualquier reality. El tándem perfecto. Y me explico.

Tan importante es la figura de una mujer como Alba, con sus locuras, sus maldades, su picardía, su carita de buena… como la figura de esa persona que destroce todo lo que tú haces en el concurso. Y si esa persona ya es tu madre, entonces te conviertes en protagonista absoluta de la edición. Lucía y Alba no han hecho un concurso de supervivencia, a lo que han jugado en esta edición de Supervivientes ha sido a Gran Hermano y les ha salido estupendamente. Y no han inventado la pólvora. La estrategia de jugar a la evolución del personaje es una técnica muy de cine, muy utilizada y que queda muy bien.

Cuando un personaje en un reality es plano (véase Las Mellis, por ejemplo) a los 5-6 días cansa. Aburre. Todos necesitamos ver una evolución. Pero si te encuentras con una Alba Carrillo de la vida, nunca sabes lo que va a pasar porque está en constante cambio. Un día quiere abandonar y al día siguiente dice que se queda, un día se enfada con la madre y al siguiente mata por ella, un día se lleva mal con Laura Matamoros y al siguiente son amigas para siempre… Eso es dar juego, señores. Eso es saber de tele y saber mantener el interés. Y todo ello, no nos olvidemos, con la mete mierda de la madre dando por saco. BRAVO. Mejor imposible.

¿Qué más necesitábamos para que Alba se llevase los 200.000€? ¿Qué más tiene que hacer? ¿Tener un problema legal con Fonsi por la “no aparición” de su hijo en televisión? Pues eso está hecho. ¿Qué más?. ¿Qué más?.

Lo ha dado todo. De principio a fin. Y nosotros no hemos sabido pagárselo. Es la ganadora moral de esta edición, a pesar de que el premio se lo llevara otro. Está claro que, como dice el título de aquella famosa película,… no es país para Albas.

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COTILLEO1: Al inicio de la gala final de Supervivientes, Lucía Pariente se pasó un buen rato tirando sal por el plató para eliminar la mala suerte. Casi le funciona. Se ve que no tiró suficiente sal.

[saulofernandez]

CARLOTA CORREDERA.

Leer escuchando- Serena Ryder: Good Morning Starshine

Carlota. Carlotiña…

La persona más natural, con más alma y con más corazón de todo Telecinco me atrevería a decir que es ella.

Es esa madre que parece que siempre está detrás de ti para protegerte, para que no caigas. La persona que te da los mejores consejos, porque ella tiene mucho vivido y sabe de qué va todo el rollo. Es a la vez esa profesora que te enseña, que te dice las cosas para que se las entiendas de una forma clara y sincera. Y es también un poco abuela por todo lo que te consiente. Que quieres una foto en ese sillón, pues la tienes. Que quieres salir detrás de ella en la tele para que te vean tus padres y toda tu familia, pues también lo tienes. Es esa amiga que te invita a bailar una muiñeira en directo delante de casi 2.000.000 de espectadores. Así, sin despeinarse. Y cuidado, que es también un poco la vecina cotilla que en lo que dura una publicidad ya se pone al tanto de todo lo que dicen las revistas de la semana. Da la sensación de que la conoces de toda la vida. Pero sobre todo y fundamentalmente, Carlota es una trabajadora nata que nunca se cansa de aprender.

La emoción en estado puro. Agarrar cada detalle para hacer que el día cuente, y todo eso no lo ha conseguido del aire. Se nota que ha tenido que trabajar muy duro, rodearse de los mejores. Controla y respeta cada uno de los puestos en televisión porque ella los ha vivido en persona. Ese es el secreto. Carlota son todas sus experiencias. Esa mirada que che pon de que nunca rompeu un prato. Esa generosidad. Esa sonrisa. La positividad.

En el Taller de Presentadores somos doce alumnos, y normalmente tenemos opiniones diferentes de cada profesional. De Carlota no. Con ella todos estamos de acuerdo. Solo le podemos dar las GRACIAS.

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COTILLEO1: María Patiño también nos ha confesado que en el programa Carlota es un poco la madre de todos. La que, con ese toque de locura que tienen las 4h de directo, lleva la cordura a diario. Y dice que eso se agradece mucho.

COTILLEO2: Si tuviera que elegir físicamente a una Carlota, me quedo con la que va de vaqueros, blusa blanca, el pelo alborotado y la cara sin maquillar. No le hace falta nada más.

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JAVIER AMBROSSI Y JAVIER CALVO.

Leer escuchando: Whitney Houston-I will always love you

Llevo alrededor de unos 3 años queriendo ir a verla. Y por fin he tenido la oportunidad. He ido a pasearme por el Campamento La Brújula. He conocido a Suma Latina. A Carlos el de la tirolina e incluso al Dios más sorprendente. Todo ello en apenas dos horas.

Los Javis son los grandes maestros de la irreverencia en el panorama artístico actual. No hay duda. Son admirables. Todo lo que hacen es un éxito. Y yo no puedo hacer otra cosa que alegrarme y desearles cientos de éxitos más. El que me conoce sabe que siempre digo la misma frase: es más fácil hacerme llorar, que hacerme reír; pero hora he encontrado el humor de Calvo y Ambrossi, y no sabéis lo bien que me lo paso. No sé cómo hacen el amor, pero el humor lo hacen de la forma más natural, el que sale de las situaciones cotidianas. Es más, siendo sincero creo que este dúo vale para mucho más que para lo audiovisual. Algún partido político tendría que contratarlos para comunicación. Nos dejarían momentos inolvidables, porque para crear frases y eslóganes no tienen precio. Y como muestra tenemos el “Que ella es actriz, que se ha hecho cursos” o el “Lo hacemos y ya vemos”.

Paquita Salas es brillante. El descaro y la desfachatez llevados al límite de la forma más impecable. Pero es que La Llamada… La Llamada es mucha llamada. Todo el mundo querría estar en ese convento de monjas. Todo el mundo querría que se le apareciera Dios y que le cantara el Step by Step.

Y bueno, Los Javis están muy bien, pero no quiero terminar esto sin un aplauso enorme para la gran Belén Cuesta. Inmensa. Esté donde esté siempre está de diez. Más bonita, ella. Para guardarla en el bolsillo y llevártela para tu casa. Porque Macarena ya es Macarena y no hay nada más que decir. Pero Belén… Ojo.

Han creado un universo lleno de buen rollo, música, bailes y realidad. Un universo de sonreír, de disfrutar. Y, porqué no, como diría Milagros, un universo para estar alegres.

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COTILLEO1: “¡Pero qué éxito tiene La Llamada, madre mía! es increíble, pero con tanto cambio de papeles y con todo el trajín, aún la obra sigue teniendo su gracia”, decía una famosa celebridad con melena morena mientras esperaba en la cola de al lado para ver La Pilarcita

COTILLEO2: La función empezaba a las 21:30. Unos veinte minutos antes pasaba entre el público corriendo, y ya vestida, Angy. No tenía muy buena cara. ¿Qué le habrá pasado?

[saulofernandez]

SANDRA BARNEDA.

Leer escuchando: Maldita Nerea-Bailarina

Por fin descubrí el lado más humano de Sandra Barneda. Hasta que no la conocí en persona me molestaba un poco su seriedad, ese punto que tiene de saber estar en todas partes sin llamar la atención. Pero ahora ya me da igual. Se acabó. A partir de ahora Sandra va a encontrar en mí a uno de sus mayores defensores. ¿A qué viene esto?, os preguntaréis. Pues a que no me hizo falta más que pasar unas horas con ella para darme cuenta de la luz que proyecta. Es como que tiene el RDF de Steve Jobs, aunque el de ella menos potente, tampoco vayamos a exagerar.

Me da igual si sale a cenar con Vasile, me da igual si vive o no vive con Nagore, no me importa si parece una borde delante de la cámara. Tiene todo mi respeto. El mismo que ella demostró tener hacia los que fuimos sus alumnos durante unas horas. Impartió una clase dura, sincera, incluso diría que demasiado directa, pero eso fue lo que para mí hizo que Sandra sea todo una profesional. No se guardó nada. Honestidad, pedía. Y ella fue la primera en darla. Claro que se puede equivocar con su punto de vista o dando su opinión. Solo faltaría. ¿Y qué?.

A la Barneda más personal la leo en su blog. Y también se dejó ver en la recogida del Premio Triángulo Visibilidad 2017. Se emocionó. Nos emocionó. Fue libre. Honesta. Luchadora. Indomable. Pisó fuerte. Fue la versión de la Sandra que más me gusta a mí. La que no tiene miedos. La que nunca se rinde.

Hablarán de ella.

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Cotilleo1: Sandra es tan guapa que es la típica mujer que se pone un pantalón pitillo y una camisa tres tallas más grande, y ya está lista para ir a cualquier parte.

Cotilleo2: En el descanso de la Masterclass, Sandra se tomó un café solo y unas galletas Príncipe. Con eso fue con lo que me ganó para siempre.