Entra confundido; sal con esclarecer. Diario del Venegano.
Don't wanna be here? Send us removal request.
Text
Eres la prueba fehaciente de que se puede estar en todos lados al mismo tiempo.
0 notes
Text
Estoy quebrado de esta fachada de poder con mi propia existencia.
0 notes
Text
Todos los días tengo el mismo pensamiento, pero el mismo miedo también.
0 notes
Text
He tenido el sueño más importante de mi vida, tanto así que no supe si lo había hecho o no.
0 notes
Text
Qué ocurre cuando uno se hace cascarón. Ni el aire lo llena.
0 notes
Text
Te amo, y siempre lo haré. Aunque yo mismo haya encendido el fuego de nuestra casa.
0 notes
Text
Tuve la ocurrencia de pedir un secante con un aroma específico.
Se me salió una lágrima en cuanto el secante tocó mi nariz.
Todo ha sido miserable.
Quedarme estupefacto mirando a la nada.
0 notes
Text
Esos llantos. Esos llantos. No puedo existir así. No puedo.
0 notes
Text
Siempre supe que tú serías la única. Yo ya tuve una vida. Tuve mi oportunidad. Lo que queda es vida fuera de la vida. Soy un fantasma hecho de los recuerdos de días que ya no puedo tocar.
Siempre lo supe, sostuve entre mis manos esa convicción, sabía que en caso de fallar sería la última vez.
Cada nueva arruga es solamente un paso más a una oscuridad que no quería experimentar.
Fui feliz.
Pero vida fuera de la vida, llanto y ansiedad.
0 notes
Text
No creo en la redención, por lo menos no para mí. La culpa y el remordimiento que cargo son perpetuos. Uno no puede perdonarse así mismo, no puede recibir el perdón del otro sólo para aliviar la carga.
El perdón se gana con la equivalencia del caos y el dolor generados. Se mide en tiempo, en sudor y vida.
Cuando la equivalencia rebasa la vida, la dignidad y la consciencia, no queda más que aceptar la condena.
El valor de las cosas verdaderas no termina en el olvido, no termina en un abismo negro de indiferencia. El valor de las verdaderas cosas es tan permanente como el destino. Esa es la razón por la cual, la consciencia y las cosas verdaderas van tomadas de la mano en esta red incomprensible de causalidades, donde nada tiene sentido y, lo poco que es apreciable a detalle en su naturaleza vale más que la vida dada.
Todas las noches antes de dormir pido perdón en silencio, sin esperar en lo absoluto absolución. En mis sueños, de vez en cuando, veo paisajes nítidos de una vida que siempre busqué y soñé. Hay otras veces en las que experimento descensos considerables de mi espíritu, donde parte de mi ser quedan atorados en la penumbra.
Ya no es una exageración, ya no es un capricho, tampoco es un desbarajuste sin sentido, es una condición crónica de mi persona que llegó a su máximo nivel de inanición energética. Vivo por vivir, existir por existir, hago por hacer y cada cosa que me es puesta de frente para salir a la superficie es rechazada una tras otra por ser leal a mi convicción de que la responsabilidad de nuestros actos debe ser completamente finiquitada.
Tanto me importa todo que incluso después de perdido, sigo prestando tributo.
Esta vida me puso aquí para pagar lo hecho, lo que hago y lo que haré.
Aquí no hay redención, no hay perdón ni paz. Las cosas no funcionan así.
0 notes