Text
Diario #1
Escribir solía significar ser libre.
Muchos de mis recuerdos de infancia ocurren frente a la computadora. Frente a algún software de edición de texto. Recuerdo con emoción ver las letras aparecer en la pantalla, en esa página en blanco que nunca se termina. Recuerdo pasar el tiempo en esas imágenes mentales en que todo era posible a través del lenguaje. Cuando podía ir a la India o a Egipto en un párrafo. Cuando podía convivir con criaturas mágicas o conocer planetas fuera de esta galaxia. Cuando todo se terminaba como termina un sueño. Cuando el lenguaje no era un destino, sino un viaje.
Escribir solía ser magia. Al escribir, se abría una puerta que no podía abrirse de otra manera y atraversarla era escapar de esa realidad aburrida. Era salirse de uno mismo por un momento. Cada palabra que se producía en la pantalla tenía tan solo la intención de producir fuego sin calor. Solo importaba la imagen, solo importaba el sonido. El lenguaje creaba sin consecuencias.
Hoy escribir significa otra cosa. Escribir es algo tangible. Es plástico. Tiene una función material, pragmática. Escribir hace que cosas pasen en el mundo.
Y es aterrador.
2 notes
·
View notes