rocioolvera

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"Sabíamos que no estabamos hechos el uno para el otro, pero también sabíamos que estaríamos deshechos el uno sin el otro"

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Ley de Newton: Toda acción tiene una reacción (te amé y me amas)

Ley de Murphy: Si algo está destinado a pasar pasará (podíamos fracasar y fracasamos).

Ecuación de Dirac: Si dos sistemas interactúan durante un periodo de tiempo y luego se separan se podrá describir como sistemas separados, pero de algún modo guardar una estrecha relación (dos extraños con recuerdos en común).

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"La tipa ya está de vuelta"

Las pasó todas confío y le mintieron

Se entregó y le pagaron como el 0rto

Se le murió el corazón y resurgió de las cenizas como el fénix

Se quedó sola, se lamió las heridas

Se curó, se hizo más fuerte

Pero volvió a confiar y otra vez la desilusionaron

Pensó en renunciar al amor

Mandó a la mi3rda a Cupido

Pero como va a renunciar a al amor si ella es amor, si no puede ser otra cosa

Si no sabe darse a medias (?)

Hoy le dicen fría, pero en realidad está más selectiva

Afinó el olfato, ya huele la gilad4 a kilómetros

Ya no deja entrar a cualquiera

Ya no le duele estar sola, antes buscaba quien no le rompiera el corazón

Hoy es feliz con alguien que no le rompa las p3lotas (ovarios)

La tipa ya está de vuelta

Así que ojo, porque las palabras se las pasa por el cul0

A esta altura ella sólo cree en hechos

🔥encontrado en la red

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❝Soy tu pareja, no tu hija. No necesito pedirte permiso para salir, pero puedo comentarte a dónde iré. Puedo tener amigos, y eso no significa qué te engañe con ellos. Me puedo vestir como yo quiera, y eso no me hace una mujer “fácil”. Necesito que seas mi pareja, no mi padre,❞ ❤️‍🔥✨🫶🏽🍁👌🏽

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Un hombre débil nunca sabrá qué hacer con una mujer fuerte.

Ella no es complicada… es directa.

No es grosera… es honesta.

Pero para un hombre inseguro, inestable o emocionalmente inmaduro, su fuerza no será un regalo, sino una amenaza.

Ella dice lo que piensa… y él se incomoda.

Ella pide claridad… y él dice que es “demasiado”.

Ella pone límites… y él la llama controladora.

Ella lo reta a crecer… y él dice que quiere cambiarlo.

Pero, en el fondo, no le molestan sus palabras…

le molesta que ella vea más allá de su fachada.

No puede manipularla con halagos.

No puede tranquilizarla con promesas vacías.

No puede mantenerla callada dándole migajas de atención.

¿Y qué hace entonces?

La culpa a ella.

A su carácter.

A su independencia.

A sus expectativas.

Cualquier cosa, con tal de no admitir que simplemente no estaba listo para alguien como ella. Que su autoestima lo intimidaba. Que no sabía lidiar con alguien que sí exige responsabilidad, que no es apatica y se preocupa por el.

Porque una mujer fuerte no ruega.

No persigue.

Y jamás se va a reducir para encajar en el molde de un hombre que aún no sabe quién es.

Ella no era demasiado intensa… él simplemente estaba acostumbrado al silencio, a que no se le cuestionara nada por qué no había interes.

No era demasiado firme… él solo conocía mujeres que preferían callar para no cómplicescarse.

No era demasiado… él simplemente no estaba preparado para una mujer que no lo necesitaba, pero lo elegía.

Y ahí está la diferencia:

Un hombre débil busca control.

Una mujer fuerte exige compañerismo.

Y si él no está dispuesto a caminar a su lado como igual, ella no va a hacerse pequeña para que él se sienta más grande.

Él dirá que ella tenía mal carácter.

Que era fría.

Que era difícil de amar.

Exigia mucho.

Pero la verdad es que él simplemente tenía miedo.

Miedo de lo que su fuerza revelaba sobre su propia debilidad.

Como no pudo estar a su altura… intentó apagar su luz.

Déjalo.

Porque una mujer fuerte conoce su valor.

No existe para ser entendida por hombres débiles…

existe para ser amada por un hombre lo suficientemente fuerte como para caminar a su lado,

no por uno que huye en cuanto se le pide que esté presente y sea responsable.

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Un hombre débil nunca sabrá qué hacer con una mujer fuerte.

Ella no es complicada… es directa.

No es grosera… es honesta.

Pero para un hombre inseguro, inestable o emocionalmente inmaduro, su fuerza no será un regalo, sino una amenaza.

Ella dice lo que piensa… y él se incomoda.

Ella pide claridad… y él dice que es “demasiado”.

Ella pone límites… y él la llama controladora.

Ella lo reta a crecer… y él dice que quiere cambiarlo.

Pero, en el fondo, no le molestan sus palabras…

le molesta que ella vea más allá de su fachada.

No puede manipularla con halagos.

No puede tranquilizarla con promesas vacías.

No puede mantenerla callada dándole migajas de atención.

¿Y qué hace entonces?

La culpa a ella.

A su carácter.

A su independencia.

A sus expectativas.

Cualquier cosa, con tal de no admitir que simplemente no estaba listo para alguien como ella. Que su autoestima lo intimidaba. Que no sabía lidiar con alguien que sí exige responsabilidad, que no es apatica y se preocupa por el.

Porque una mujer fuerte no ruega.

No persigue.

Y jamás se va a reducir para encajar en el molde de un hombre que aún no sabe quién es.

Ella no era demasiado intensa… él simplemente estaba acostumbrado al silencio, a que no se le cuestionara nada por qué no había interes.

No era demasiado firme… él solo conocía mujeres que preferían callar para no cómplicescarse.

No era demasiado… él simplemente no estaba preparado para una mujer que no lo necesitaba, pero lo elegía.

Y ahí está la diferencia:

Un hombre débil busca control.

Una mujer fuerte exige compañerismo.

Y si él no está dispuesto a caminar a su lado como igual, ella no va a hacerse pequeña para que él se sienta más grande.

Él dirá que ella tenía mal carácter.

Que era fría.

Que era difícil de amar.

Exigia mucho.

Pero la verdad es que él simplemente tenía miedo.

Miedo de lo que su fuerza revelaba sobre su propia debilidad.

Como no pudo estar a su altura… intentó apagar su luz.

Déjalo.

Porque una mujer fuerte conoce su valor.

No existe para ser entendida por hombres débiles…

existe para ser amada por un hombre lo suficientemente fuerte como para caminar a su lado,

no por uno que huye en cuanto se le pide que esté presente y sea responsable.

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Al hombre que tanto intenté comprender, y quizás, salvar:

No estoy enojada contigo.

Incluso ahora, entre los ecos persistentes del dolor, todavía creo que me diste lo mejor que podías darme… que tal vez eso era todo lo que tenías para ofrecer.

Pero amarte fue como caminar sobre cáscaras de huevo cada día, una danza constante y precaria para no detonar tus cambios de humor tan impredecibles.

Estar contigo me drenó por completo; me arrastraste sin descanso hacia tu tristeza, tu ira, tu caos… hasta que apenas podía escucharme a mí misma.

Mi voz se perdió entre el ruido de tu tormenta.

Sé que estabas herido, lo sé profundamente.

Vi tu dolor, incluso cuando intentabas ocultarlo.

Pero lo descargaste en mí, usaste mi disponibilidad emocional como el recipiente de tus propias luchas.

Rompiste cosas dentro de mí: pedazos de mi confianza, de mi alegría, de mi espíritu…

Cosas que aún, día tras día, con mucho esfuerzo, intento volver a reconstruir.

¿Y lo más difícil de todo?

Que de verdad pensé que podía ayudarte a sanar.

Creí sinceramente que mi amor, si lo entregaba de forma incondicional y sin límites, sería suficiente para curar tus heridas.

Pero he aprendido —a través de una experiencia tan amarga como necesaria— que no importa cuánto amor des, ni cuánto de ti mismo derrames por otro…

Simplemente no puedes salvar a alguien que no quiere ser salvado, que no está listo ni dispuesto a hacer su propio trabajo interior.

Esa es una de las lecciones más dolorosas, pero también más importantes, en este viaje llamado Amor y Pérdida...

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"Ya no le pido mucho a la vida, sólo que no me falte el tiempo para ver atardeceres, que siga encontrando canciones y lugares bonitos a donde vaya, que los pequeños detalles jamás le falten a mi sonrisa, que el corazón esté tranquilo, y que si lo quieren, entonces que sea alguien que sepa que un corazón y un amor como este no pasan dos veces en la vida

[rocioolvera]

Lo más duro no fue que te fueras.

Fue que te quedaras en silencio mientras yo me deshacía.

Fue que vieras mi dolor y no hicieras nada.

Fue que me escucharas gritar por dentro y dijeras:

“No es para tanto.”

Fue que me dejaste sola… incluso cuando estabas ahí.

Y eso, duele más que cualquier adiós.

Pero no te culpo, no te odio.

He entendido que quien no sabe mirar hacia dentro, no puede sostener a quien siente demasiado.

Yo…

yo sigo.

Pero ya no por ti.

Por mí.

Por lo que merezco.

Por lo que aprendí a no permitir.

[rocioolvera]

𝖳𝖾 𝖾𝗇𝖺𝗆𝗈𝗋𝖺𝗌𝗍𝖾 𝖽𝖾 𝗎𝗇 𝗁𝗈𝗆𝖻𝗋𝖾 𝗋𝗈𝗍𝗈… 𝗒 𝖾́𝗅 𝗍𝖾 𝗋𝗈𝗆𝗉𝗂𝗈́ 𝖺 𝗍𝗂

𝖭𝗈 𝗉𝗈𝗋𝗊𝗎𝖾 𝖿𝗎𝖾𝗋𝖺𝗌 𝗆𝖺𝗅𝖺.

𝖭𝗈 𝗉𝗈𝗋𝗊𝗎𝖾 𝗇𝗈 𝗌𝗎𝗉𝗂𝖾𝗋𝖺𝗌 𝖺𝗆𝖺𝗋.

𝖲𝗂𝗇𝗈 𝗉𝗈𝗋𝗊𝗎𝖾 𝗍𝗈𝖼𝖺𝗌𝗍𝖾 𝗉𝖺𝗋𝗍𝖾𝗌 𝖽𝖾 𝖾́𝗅 𝗊𝗎𝖾 𝗅𝗅𝖾𝗏𝖺𝖻𝖺 𝖺𝗇̃𝗈𝗌 𝖾𝗌𝖼𝗈𝗇𝖽𝗂𝖾𝗇𝖽𝗈.

𝖳𝗎 𝗍𝖾𝗋𝗇𝗎𝗋𝖺 𝖿𝗎𝖾 𝖺𝗆𝖾𝗇𝖺𝗓𝖺.

𝖳𝗎 𝗉𝖺𝖼𝗂𝖾𝗇𝖼𝗂𝖺, 𝗎𝗇𝖺 𝗍𝗈𝗋𝗍𝗎𝗋𝖺.

𝖳𝗎 𝖾𝗌𝗍𝖺𝖻𝗂𝗅𝗂𝖽𝖺𝖽, 𝗎𝗇 𝖾𝗌𝗉𝖾𝗃𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗅𝖾 𝗆𝗈𝗌𝗍𝗋𝗈́ 𝗌𝗎 𝗉𝗋𝗈𝗉𝗂𝗈 𝖼𝖺𝗈𝗌.

𝖤́𝗅 𝗇𝗈 𝗌𝖺𝖻𝗂́𝖺 𝗊𝗎𝖾́ 𝗁𝖺𝖼𝖾𝗋 𝖼𝗈𝗇 𝗎𝗇 𝖺𝗆𝗈𝗋 𝗌𝖺𝗇𝗈…

𝗉𝗈𝗋𝗊𝗎𝖾 𝖼𝗋𝖾𝖼𝗂𝗈́ 𝖼𝗋𝖾𝗒𝖾𝗇𝖽𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝖾𝗅 𝖺𝗆𝗈𝗋 𝖽𝗎𝖾𝗅𝖾, 𝗊𝗎𝖾 𝗌𝖾 𝗋𝗎𝖾𝗀𝖺, 𝗊𝗎𝖾 𝗌𝖾 𝖺𝗀𝗎𝖺𝗇𝗍𝖺.

𝖸 𝗍𝗎́ 𝗅𝗅𝖾𝗀𝖺𝗌𝗍𝖾 𝖼𝗈𝗇 𝖼𝖺𝗅𝗆𝖺, 𝖼𝗈𝗇 𝖼𝖾𝗋𝗍𝖾𝗓𝖺, 𝖼𝗈𝗇 𝗎𝗇 𝖼𝗈𝗋𝖺𝗓𝗈́𝗇 𝖽𝗂𝗌𝗉𝗎𝖾𝗌𝗍𝗈.

𝖯𝖾𝗋𝗈 𝗎𝗇 𝗁𝗈𝗆𝖻𝗋𝖾 𝗋𝗈𝗍𝗈 𝗇𝗈 𝗊𝗎𝗂𝖾𝗋𝖾 𝗉𝖺𝗓…

𝗊𝗎𝗂𝖾𝗋𝖾 𝖺𝖽𝗋𝖾𝗇𝖺𝗅𝗂𝗇𝖺, 𝗊𝗎𝗂𝖾𝗋𝖾 𝖽𝗋𝖺𝗆𝖺. 𝖰𝗎𝗂𝖾𝗋𝖾 𝗊𝗎𝖾 𝗅𝗈 𝗋𝖾𝗌𝖼𝖺𝗍𝖾𝗌 𝗒 𝗅𝗎𝖾𝗀𝗈 𝗍𝖾 𝖼𝗎𝗅𝗉𝖾𝗌 𝗉𝗈𝗋𝗊𝗎𝖾 𝗇𝗈 𝗉𝗎𝖽𝗂𝗌𝗍𝖾.

𝖠𝗌𝗂́ 𝗊𝗎𝖾 𝗍𝖾 𝗋𝖾𝖼𝗁𝖺𝗓𝗈́.

𝖳𝖾 𝖺𝖼𝗎𝗌𝗈́ 𝖽𝖾 𝖼𝗈𝗇𝗍𝗋𝗈𝗅𝖺𝗋, 𝖽𝖾 𝗉𝖾𝖽𝗂𝗋 𝖽𝖾𝗆𝖺𝗌𝗂𝖺𝖽𝗈, 𝖽𝖾 𝗇𝗈 𝖾𝗇𝗍𝖾𝗇𝖽𝖾𝗋𝗅𝗈.

𝖳𝖾 𝗁𝗂𝗓𝗈 𝗌𝖾𝗇𝗍𝗂𝗋 𝗊𝗎𝖾 𝖾𝗋𝖺𝗌 𝗍𝗎́ 𝗅𝖺 𝖽𝖾𝗅 𝗉𝗋𝗈𝖻𝗅𝖾𝗆𝖺.

𝖸 𝗍𝗎́, 𝖾𝗇 𝗅𝗎𝗀𝖺𝗋 𝖽𝖾 𝖼𝗈𝗋𝗋𝖾𝗋… 𝗍𝖾 𝗊𝗎𝖾𝖽𝖺𝗌𝗍𝖾.

𝖳𝗋𝖺𝗍𝖺𝗌𝗍𝖾 𝖽𝖾 𝖺𝗆𝖺𝗋𝗅𝗈 𝗆𝖺́𝗌 𝖿𝗎𝖾𝗋𝗍𝖾, 𝖼𝗈𝗆𝗈 𝗌𝗂 𝗍𝗎 𝖺𝗆𝗈𝗋 𝗉𝗎𝖽𝗂𝖾𝗋𝖺 𝗍𝖺𝗉𝖺𝗋 𝗌𝗎𝗌 𝗁𝖾𝗋𝗂𝖽𝖺𝗌 𝖺𝖻𝗂𝖾𝗋𝗍𝖺𝗌.

𝖯𝖾𝗋𝗈 𝖾𝗅 𝖺𝗆𝗈𝗋 𝗇𝗈 𝗌𝖺𝗇𝖺 𝖺 𝗊𝗎𝗂𝖾𝗇 𝗇𝗈 𝗊𝗎𝗂𝖾𝗋𝖾 𝖼𝗎𝗋𝖺𝗋𝗌𝖾.

𝖤𝗅 𝖺𝗆𝗈𝗋 𝗇𝗈 𝗌𝖺𝗅𝗏𝖺 𝖺 𝗊𝗎𝗂𝖾𝗇 𝗁𝖺 𝗁𝖾𝖼𝗁𝗈 𝖽𝖾𝗅 𝖽𝗈𝗅𝗈𝗋 𝗌𝗎 𝗓𝗈𝗇𝖺 𝖽𝖾 𝖼𝗈𝗇𝖿𝗈𝗋𝗍.

𝖸 𝗅𝗈 𝗉𝖾𝗈𝗋: 𝖼𝗎𝖺𝗇𝖽𝗈 𝗉𝗎𝗌𝗂𝗌𝗍𝖾 𝗎𝗇 𝗅𝗂́𝗆𝗂𝗍𝖾, 𝖽𝗂𝗃𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗅𝗈 𝖾𝗌𝗍𝖺𝖻𝖺𝗌 𝖺𝗍𝖺𝖼𝖺𝗇𝖽𝗈.

𝖢𝗎𝖺𝗇𝖽𝗈 𝗍𝖾 𝗆𝗈𝗌𝗍𝗋𝖺𝗌𝗍𝖾 𝗁𝗈𝗇𝖾𝗌𝗍𝖺, 𝗍𝖾 𝗅𝗅𝖺𝗆𝗈́ 𝖼𝗋𝗎𝖾𝗅.

𝖢𝗎𝖺𝗇𝖽𝗈 𝗅𝗈 𝖼𝗎𝗂𝖽𝖺𝗌𝗍𝖾, 𝗍𝖾 𝖺𝖼𝗎𝗌𝗈́ 𝖽𝖾 𝗂𝗇𝗏𝖺𝖽𝗂𝗋𝗅𝗈.

𝖳𝖾 𝖾𝗇𝖺𝗆𝗈𝗋𝖺𝗌𝗍𝖾 𝖽𝖾 𝗎𝗇 𝗁𝗈𝗆𝖻𝗋𝖾 𝗋𝗈𝗍𝗈…

𝗒 𝖾́𝗅 𝗍𝖾 𝖼𝖺𝗌𝗍𝗂𝗀𝗈́ 𝗉𝗈𝗋 𝖺𝗆𝖺𝗋𝗅𝗈.

𝖯𝗈𝗋𝗊𝗎𝖾 𝗍𝗎́ 𝖿𝗎𝗂𝗌𝗍𝖾 𝗁𝗈𝗀𝖺𝗋, 𝗒 𝖾́𝗅 𝗌𝗈𝗅𝗈 𝖼𝗈𝗇𝗈𝖼𝗂́𝖺 𝗍𝗋𝗂𝗇𝖼𝗁𝖾𝗋𝖺𝗌.

𝖯𝖾𝗋𝗈 𝗍𝗋𝖺𝗇𝗊𝗎𝗂𝗅𝖺, 𝖺𝗆𝗈𝗋…

𝖭𝗈 𝖾𝗋𝖺𝗌 𝖽𝖾𝗆𝖺𝗌𝗂𝖺𝖽𝗈.

𝖲𝗈𝗅𝗈 𝖿𝗎𝗂𝗌𝗍𝖾 𝗅𝗎𝗓 𝖾𝗇 𝗎𝗇 𝗅𝗎𝗀𝖺𝗋 𝖽𝗈𝗇𝖽𝖾 𝗅𝖺 𝗈𝗌𝖼𝗎𝗋𝗂𝖽𝖺𝖽 𝖾𝗋𝖺 𝗅𝖾𝗒.

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"Ya no quiero complicarme la existencia, ya no quiero amores de un ratito, ya no quiero sentir que pido demasiado o que es cabrón complicado estar conmigo. Sólo quiero un amor que me cuide, que nos cuidemos, que todos los días no falten los mensajitos, las llamadas o vernos y ser felices donde sea. Ir a los taquitos, o no salir de la cama, o acurrucarnos en la sala, o sentarnos en la banqueta con unas cervecitas a ver las estrellas, a reír, a platicar, a quedarnos viendo y así, en silencio y medio nerviosos, hasta darnos cuenta que por fin nos encontramos. Ya sólo quiero que no me fallen, que no me mientan, que si lo van a intentar entonces que sobren las sonrisas, los poemas y las acciones, y si no, que no me hagan perder el tiempo, porque miedo a irme y ganas de dar oportunidades a lo pendejo te juro que ya no tengo".

Dos gramitos de sinceridad.

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"Y si amas, ama también su oscuridad, no sólo su luz".

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En la película Avatar los Na'vi, nativos de Pandora, en lugar de decir "Te amo" solían decir "Te veo".

Ver al otro es reconocerlo como alguien muy parecido a ti, ir más allá de salir a la superficie y sumergirse en el Ser. Significa más que ver al otro físicamente. Significa ver una mirada amorosa dentro del otro, con comprensión, aceptación y conexión de nuestra vulnerabilidad, humanidad y Divinidad en común.⠀

Veo tu dolor.

Veo tus fortalezas.

Yo te veo y acepto todo lo que veo, aún lo que me desagrada, aún lo que es diferente a mis creencias.

Veo tu luz.⠀

Te veo sin juzgarte, sin culparte.

Te veo más allá de cualquier expectativa y proyección, ya que pueden dañarte y ocultar tu identidad más profunda.

Te veo en todas tus dimensiones y en la riqueza de todas tus experiencias.

Te veo, es mi forma de recibirte incondicionalmente, y al hacerlo te permito verte y recibirte como eres.⠀

Te veo, significa dejarse irradiar, sin filtros, sin máscaras y sin miedos.

Cuando digo "Te veo", es que estoy dejando de lado mi juicio, mis prejuicios para verte de verdad, enteramente, como realmente eres y te acepto exactamente como eres.⠀

Te veo porque yo también puedo verme.

Algo hermoso, entre las tribus de Sudáfrica, el saludo más común (En zulú) es Sawubona . Significa “Te veo”.

Es una forma de ver al otro, de aceptarlo como es, con sus virtudes, con su luz, y también con sus defectos.

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No, precioso.

Conmigo no vas a tener que preocuparte que te sea infiel o que ande de ojo alegre.

Conmigo vas a tener que cuidarte de mis periodos depresivos cuando empiezo a demostrar mis emociones y ¡Zas! Que ya me dolió la panza, que ya me desgarré algún músculo, que si ya se me subió la presión, que si me duele la cabeza.

Que ahora no puedo dormír, que ahora ya dormí mucho.

Que me hundo en las aguas profundas de mis pensamientos grises o en las melancolias que pensaba no existían más.

Pero aún así tengo un corazón de oro, una boca que besa rico y un cuerpo hecho a la medida de tu pasión.

Es sólo que soy tan sensible que la vida me rompe con facilidad.

Pero todo pasa, no te preocupes... 🥰💘

[rocioolvera]

“Yo pienso que la soledad no es tan mala, y más cuando tenemos cosas por sanar, porque a pesar de que no nos guste escucharlo, la mayoría alguna vez nos hemos quedado con un amor sólo por no sentirnos solos. La soledad es la única manera de curarte, de encontrarte, de perdonarte, de perderle el miedo a no tener a nadie para compartir tus días y darte cuenta que al final el mundo no se acabó cuando nadie escribe y nadie llama. Y no es fácil, carajo, quedarse solo duele, empezar de nuevo duele, intentar ser una mejor versión duele y viene acompañado de muchas despedidas, pero es que si el corazón no está listo, entonces no deberíamos intentarlo. La soledad no es tan mala, porque cuando pasas el tiempo suficiente te das cuenta que ahí también hay flores, canciones, poemas, sonrisas, amor (propio) y tranquilidad, la soledad es lo único que nos puede hacer entender que SIEMPRE es mejor estar en paz, aunque sea solos, que seguir con esos amores que sólo vienen a jugar, a ratitos y a rompernos”.

[rocioolvera]

Si decides marcharte de mi vida, quédate a donde vayas.

Si tomas esa decisión no me interesa que regreses...

No quiero amores a medias, con dudas y con poco interés.

No quiero una relación desgastante en donde a ratos me amas, y después ya no sé.

No me interesan amores mediocres, que persisten por rutina o costumbre.

Que no dan lo mejor de si, que huyen a las primeras de cambio y después como si nada pretenden volver.

Si te apartas de mi lado quédate ahí, no te desgastes en volver, porque yo, ya no estaré disponible para ti.

[rocioolvera]

A solas, hasta que sea el momento.

Hasta que llegue alguien, que te entienda en el pensamiento, que te acompañe en el sentimiento.

Que te quiera bien, y cuando estés mal también.

A solas, hasta que se haga poesía lo que ayer fue puro cuento.

Y siempre tengan tiempo, para la risa fuerte, para el beso lento.

A solas, a favor del viento, contra la marea.

Hasta que alguien sonría cada vez que te vea.

A solas, hasta que suceda, y al fin te admiren tal cual seas.

Donde siempre puedas. Donde no pierdas las ganas, donde no encuentres cadenas.

A solas, hasta que no sean solo palabras, hasta que corra el amor por las venas, hasta que corra el sueño por las penas.

A solas, sin miedo a la soledad.

Porque todo llega para quien se la juega de verdad.

A solas, hasta que llegue alguien que merezca tanta felicidad.🤍