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La Salvación de Dios

Cuando Dios me salve, caminaré en praderas Andaré en senderos tranquilos

Me visiono de la mano con hermanos Me percibo comiendo feliz

Me proyecto levantando alabanzas Me extiendo hasta las cenas del cordero Me dirijo hacia el cielo Me dirijo tranquilo Hoy vuelo

Me apresuro por ir con Dios primero

Me afano en hacer su voluntad Me tranquiliza su paz Me conforta su amor Me renueva su perdón ¡Gloria a Jehová! ¡Gloria Señor!

Y respiro

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Sin prisa

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Me dice Dios, todo está bien Hay motivo de risa

Un respiro tranquilo Un júbilo Un suspiro Una sonrisa, el viento y la brisa, son perfectas a la ocasión Qué buenos momentos Qué lindo fulgor

Qué carita la mía, al ver al Señor Qué carita la tuya al escuchar su voz Qué feliz mi hermano tenerte hoy

Cuando Dios me salve, seré feliz

Autor: Robinson García Heredia

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Un rostro velado

Mi rostro está velado ya no veo mi pecado un manto negro no me permite apreciar lo malo de mí. Es como una sombra que oculta mis actos, como el agua negra que no puedo aclarar, como la noche en la que estoy. Y lo peor, es que sigo sin darme cuenta de que un manto negro cubre mis ojos delante de ti.

El velo de la mala música, las pasiones y los mata corazones del mundo perdido y sus rumores en fin, aquello que conozco y conoces. Se ha multiplicado a gran velocidad como la maldad, buscando donde más colgarse, ahora ha tapado mis oídos caídos. ¿Mis pies, los vez?, ¿mis manos talvez? ¿Como saber? ¿Cómo sabes? ¿Como entender? ¿A dónde voltear a ver dónde mis ojos no estén velados? Aunque con intensiones elocuentes, no hay hombre sin pecado, siquiera uno, no lo cuentes

Mi rostro está velado, he cantado en la iglesia, pero a Dios no he agradado ¿Señor que he cantado? ¿Qué letras he entonado? Mi pecado es mundano

Si mis ojos fueran descubiertos, pudiera ver, entendería al respecto. Sería cuidadoso en todo momento, sin importar, sin pretexto sin permitir que otros me velen, me cieguen, me rodeen.

Descubre mis ojos, Señor, para que pueda ver Enséñame a verte y reflejarte Que tome conciencia Que entienda Yo

Autor: Robinson García Heredia

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Noche oscura

Mi noche está oscura Como de costumbre, corre el viento, hace frío y tengo miedo Mi noche está oscura, me falta el ánimo, las ganas y la fe Mi noche está oscura ¿Quién me dará luz?

¿En dónde Señor? mis ojos te necesitan mis manos quieren tocarte Si tan solo estuviera a tus pies Hay de mí porque mi noche está oscura ¿Quién me ayudará?

Si tan solo viera tu paz que no se me vele tu paz Señor Es tarde y hay hambruna dentro mi Las noches no me caen bien, no hay descanso a mis pies mis rodillas están cansadas, mis manos acongojadas Mi noche está oscura y ¿Quién podrá sostenerme?

Ya he pasado noches en velas por la tristeza que me quita el sueño He llorado mirando estrellas hoy vuelvo a ser pequeño, no he madurado lo siento

Caigo humilde de ti Señor no tengo paz, pido tu salvación Mis palabras son verdaderas ayúdame de nuevo, porque lo necesito

Socorre a mi alma paz, pido calma Sin más, tú estarás siempre estás aquí conmigo Y hoy, otra vez, recogiéndome, amándome, como siempre lo has hecho cada vez que corre el viento, hace frío y tengo miedo. Autor: Robinson García Heredia

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Cuando Dios me salve

- (Salmos 27:1)

Cuando Dios me salve, lloraré mis rodillas caerán al suelo y mis ojos al cielo Cuando Dios me salve, reiré mis manos tocarán a Jesús y me dará consuelo

Cuando Dios me salvé, amaré pues me dio salvación inmerecida Cuando Dios me salvé, gozaré pues le dio paz a mi vida

Cuando Dios me salve, lo veré con amor, fe y razón Cuando Dios me salve, lo querré con ternura, paz y don

Cuando Dios me salve, cantaré alabaré su gran nombre Cuando Dios me salve, feliz seré amó al hombre pecador pobre

Todo eso y más haré cuando Dios me salve y me lleve al cielo mi consuelo mi amor eterno mi fortaleza mi escudo, paz y anhelo

Y este verso recordaré, allá en el cielo y lloraré, porque lo que ahora es un sueño será mi más dulce consuelo ¡Allá en el cielo! ¡Allá en el cielo!

Seguro estoy de ello no por mérito mío ni respuesta cautelosa Si no por salvación dada por Jesucristo mi salvador

Autor: Robinson García Heredia

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Muerte y resurrección

- (Juan 19, 20 y 21)

Día uno del descenso Día dos del suspenso Día tres, el más tenso . . . El maestro yacía muerto En la tumba cubierto Sin vida, su cuerpo, puesto

Días de cierto, que el mundo vivió; antes de muerto en la cruz ¡Exclamó!: -Perdónalos

Él era solo amor, ¡Mi salvador! ¡Qué dolor! ¡Por favor! ¡Gracias señor! -Lloro

Yo debía perecer, caer, rodar, llorar, mis espaldas sudar ¡Por pecar! -Perdón

¿Cómo podría el mundo pagar? No se podrá, sacrificio tal ¿Cómo devolver al Señor? No podemos, soy deudor

La paga del pecado, es la muerte el sacrificio de Jesús, ¡la vida! Mi vida, precaria y caída necesitaba tenerte, ¡Hazme fuerte!

Decía Tomás aquel día: ¡Si mi dedo en su herida no metía! ¡No creería, no creería! ¿Cómo podía? ¿Cómo podía? Aquel hombre, aquel día

La fe le faltó para ver al Señor para contemplar por fe, creer en su Dios, ver con ojos cerrados, "Los ojos del corazón"

Al pagar el precio del pecado venció el poder de la muerte, al resucitar fue confirmado que Dios podía tenerte

¡Alégrate cristiano! ¡Gózate en el Señor! Que ha llegado el perdón para el pobre pecador

¡Gracia Señor!

Autor: Robinson García Heredia

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Las aves del cielo alaban a Dios

- (Mateo 6:26) Hoy las aves madrugaron fueron a recoger su alimento van felices aunque no sembraron pero seguras de su sustento Viven el día a día ni fastidiadas ni agitadas, siempre cantan con alegría por cuanto son amadas En un nido pequeño viven sin lujos ni riqueza ostentosa aunque hermoso plumaje exhiben no buscan la fama gloriosa De las aves quiero aprender a temprano despertar yo para mi biblia leer y ellas para al creador alabar Y aprender este comportamiento que aun sin alimento, confiar ya que teniendo para el momento ellas no presentan rechinar Si ellas al cuidado de Dios están y por doquiera son protegidas cuanto más los humanos lo serán con oraciones respondidas

Autor: Robinson García Heredia