Mi interés es poder llegar a otros a través de textos motivacionales, usando como base la palabra de Dios. No usando palabras de magia y cambios espontáneos, sino a través del diario vivir, de las experiencias que todos podemos tener en la vida, porque aún en una vida de fe tenemos una vida que enfrentar tal como Dios nos ha dicho, pero aún con todo eso puede ser superado usando nuestra herramienta más poderosa y que esta al alcance de todOs. La biblia misma.
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RAICES DE ESPERANZA - VENCIENDO EL MIEDO Y EL TEMOR (on Wattpad) https://www.wattpad.com/1481808081-raices-de-esperanza-venciendo-el-miedo-y-el-temor?utm_source=web&utm_medium=tumblr&utm_content=share_reading&wp_uname=DeoTransformatus
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EL PRIMER PASO PARA TRANSFORMAR: RESPONSABILIDAD
Todos a lo largo de nuestra vida hemos tomado decisiones, tanto buenas como malas, pero cada una de ellas han sido hechas por nosotros mismos sin importar que otros hayan influido en ello, porque, aunque la influencia del mundo está presente diariamente, eso no nos da el derecho culpar a los demás por aquellas que han sido malas. Es muy fácil culpar a quienes nos rodean cuando cometemos un error o lastimamos a alguien, e incluso otras veces mentimos para cubrir la responsabilidad de nuestras acciones, pero al final nada de esto nos hará ningún bien en nuestra vida.
Esto es un acto totalmente cobarde que podemos llegar a cometer, porque todos y cada uno de nosotros pretendemos ser perfectos e intachables ante los demás cuando no lo somos, al final siempre vamos a cometer errores en nuestra vida, pero eso es parte de nuestra esencia como seres humanos y son parte de nuestro ser todas esas acciones que cometemos todos los días. Esas malas decisiones podemos usarlas para aprender, reconocer, tener humildad de acercarnos a aquellos que hemos dañado y al final ser perdonados por la misma falta cometida. Pero ojo con esto, es importante que sepas que el perdón que debes de esperar no es de las personas a las que les hayas confesado tu falta, porque al final ellas se pueden quedar con una imagen buena o mala de nosotros, más bien debes de buscar y esperar el perdón de Dios mismo, porque una vez que Él te perdona sentirás como tu carga es liberada, quedas libre y tienes oportunidad de comenzar de nuevo a partir de ese momento.
Muchas veces nosotros queremos quedar bien con las personas que nos rodean, tanto así que estamos dispuesto a cubrir nuestras maldades por no ser señalados ante los demás, quizá de momento te pueda funcionar esto, pero al final toda mentira, pecado o decisión mal tomada quedará descubierta, porque al fabricar mentiras lo único que estamos haciendo es dañarnos a nosotros mismos por tratar de quedar bien ante un montón de personas que no son ni siquiera un poco perfectas o mejor que nosotros. Todas esas personas que te rodean son igual de débiles que tú y que yo, todos hemos cometido faltas que afectan nuestra vida y en la de los demás.
No te quedes con eso, puedes tener la oportunidad de ser perdonado por Dios mismo, porque aun cuando Dios ya lo sabe Él espera que puedas tener la humildad y la responsabilidad de reconocerlo ante Él, si lo haces ten por seguro que toda tu falta será perdonada porque Dios no señala tu pecado, incluso si lo confiesas en ese momento Él lo olvida, porque la realidad es que tampoco está esperando a castigarte por cada pecado que cometas en tu vida, es importante que sepas esto porque una falsa creencia que tienen muchos es que Dios es un ser castigador y malvado que solo espera que te equivoques para darte una temporada de malas rachas y sufrimiento, pero nada de esto es cierto, quizá si tendrás que pagar una consecuencia de todo ese mal que hiciste, pero es parte de tu responsabilidad que debes de asumir por todo eso en humildad, y aun cuando asumes esa responsabilidad no quiere decir que sufrirás, más bien es una etapa en la que tu conciencia (el espíritu santo) se manifiesta y te hace meditar en toda esa maldad, te humilla y te hace entender que todo eso que te ha causado tanto dolor no ha sido porque Dios así lo quiera, sino más bien debes de entender que tus mismas decisiones y acciones que sin pensar o en inmadurez decidiste cometer en esos momentos de debilidad te llevaron a ese punto.
Las malas decisiones casi siempre las tomamos cuando somos seducidos por el camino fácil o la desesperación del momento, muy pocas veces estamos dispuestos a esperar o ser pacientes para tomar la decisión correcta, somos una carne que con el propósito de cumplir nuestras propias satisfacciones caemos fácilmente a esas trampas que nos hacen cometer actos que, de manera consciente o inconsciente, no son nada buenos para nuestra vida e incluso para quienes nos rodean. Muchas veces nos dejamos llevar también por las reglas de este mundo; por ejemplo, cumplir cierto estatus social, cierta figura corporal, cierta imagen ante el mundo e incluso muchas veces nos dictan que modas debemos de seguir y cuales ya son anticuadas si queremos pertenecer a un círculo social, pero la realidad es que nada de eso vale la pena cuando te das cuenta de que por seguir todo eso, te desesperas y empiezas a pensar como ser igual ante los demás y compites por ser todavía mejor pisoteando a quienes se atraviesen por el camino. Quizá tu aún no has llegado a ese nivel, pero puedes mirar a tu alrededor y darte cuenta de que muchos si son capaces de dañar a otros con tal de tener todo aquello que por “regla” debemos de seguir.
Es una tristeza darse cuenta de que por todo eso se ha desatado tanta frialdad, tanto daño y casi nadie asume la responsabilidad de esos actos, al contrario, comienzan a justificar sus acciones hasta hacer que todos los demás lo lleguen a ver como algo normal cuando la realidad que jamás será normal ni aceptable. El orgullo, la arrogancia, la falta de humildad y sobre todo la falta de conciencia en lo que Dios dice ante todo eso es lo que ha desatado esos deseos carnales que lo único que hacen es que nos hagamos daño, pero es aún más triste darnos cuenta de que en vez de aceptar nuestra responsabilidad estamos buscando a quien señalar, echar la culpa y hasta exponer a los demás.
Tú puedes cambiar esto y comenzar a ser responsable de tu vida, de tus acciones y dejar de ser un cobarde que solo busca a quienes culpar de tus malas decisiones. Se que no es fácil enfrentar la realidad y sobre todo aceptar la responsabilidad de lo que cometemos, pero es algo necesario para que comiences a darte de cuenta de todo eso que hiciste y que solo te ha traído desgracias a ti, a tu familia o seres más allegados, porque inevitablemente al seguir un camino malo afectamos a quienes nos rodean.
La forma en que puedes cambiar esto, a parte de lo mencionado anteriormente, es primeramente entregarte a Dios, reconocer delante de Él en un momento de intimidad tus faltas y tus pecados, no necesitas ir con un cura o un sacerdote para confesarte, no, esto lo puedes hacer tú mismo en un momento que estés a solas y de verdad busques a Dios en tus pensamientos, en tu oración y en fe sabiendo que Él te está escuchando en ese momento, porque al final todos tenemos esa oportunidad de acercarnos directamente a Dios, no hay restricciones ni intermediarios para esto. Posteriormente debes de confesar tu maldad, aunque te cueste trabajo reconocer que fue algo malo debes de hacerlo porque en el fondo sabes que lo fue y debes de eliminarlo de tu vida para que puedas ser liberado. De igual manera, si es necesario, debes de confesar tu acción a la persona que trataste de perjudicar, pero aun cuando los confieses es importante que tengas presente que quizá la persona te perdone o no lo haga, pero aun sabiendo esto siempre debes de tener presente que el propósito de hacerlo es para que tu puedas quitarte esa carga y darte la oportunidad de cambiar tu vida en ese momento, sea un acto grave o no grave eso no importa, lo importante es que empieces a ser humilde en tu corazón y empieces a dejar que Dios limpie tu corazón, exponga esa maldad y Él lo saque de tu interior.
Todos tenemos esta oportunidad, todos podemos ser liberados, no hay edad ni nada que lo pueda impedir, no hay persona o regla en el mundo que pueda evitar que Dios cambie las vidas de todos aquellos que reconocen su maldad y se arrepienten de verdad para ser purificados, limpiados y renovados. No hay nada en este mundo que pueda impedir la obra de Dios en la vida de todos aquellos que de verdad buscan acercarse a Él, pero para esto, debes de tener fe verdadera de que por medio de Dios tu vida será transformada, debes de dejar a un lado tu orgullo, debes reconocer la condición que hay en ti en ese momento, debes de dejar de pensar como la sociedad piensa, porque al final lo que el mundo dicta casi siempre trae consecuencias malas y desastrosas.
Es importante que sepas que el asumir la responsabilidad te hace estar más cerca de la paz, y esa paz nadie más te la puede dar más que Dios mismo en su obra misteriosa y tu al aceptar que no eres igual y jamás serás igual a los demás. Debes de buscar ser igual a Dios, y aunque en realidad jamás lo seremos, es un hecho que tu vida tendrá un nuevo propósito y tus decisiones serán más sabias, más certeras y no te harán daño ni a ti ni a tus seres queridos.
Deja de ser un cobarde, acepta tu condición y permite que tu vida tenga otro camino mucho mejor del que ahora crees que es el correcto, cuando en el fondo sabes que no lo es.
Jeremías 31:30: “Porque cada uno será responsable de sus propios actos. En otras palabras, cada uno de ustedes morirá por su propio pecado”
Colosenses 3:13-17: “Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros. Sobre todo, vístanse de amor, lo cual nos une a todos en perfecta armonía.”
Efesios 4:32: “Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.”
Salmos 51:1-15: “Ten misericordia de mí, oh, Dios, debido a tu amor inagotable; a causa de tu gran compasión, borra la mancha de mis pecados. Lávame de la culpa hasta que quede limpio y purifícame de mis pecados. Pues reconozco mis rebeliones; día y noche me persiguen.”
2 Crónicas 7: 14: “Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.”
Proverbios 28:13: “Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja halla perdón.”
Salmos 32:5: “Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor», y tú perdonaste mi maldad y mi pecado.”
Fragmentos de un libro hecho por mi propia autoría
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