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21-02-21

He estado pensando otra vez, sí, así es... Asumo que sólo soy un alma inquieta y mi cabeza simplemente responde acorde a lo que le dicta el corazón.

Sin embargo, a veces esas indicaciones no son tan claras y me encuentro perdida sin saber qué hacer, como esos pájaros a los que sus madres han echado al vuelo, dejándoles recorrer en soledad enormes distancias. Es como si quienes les dieron la vida a esas pequeñas criaturas, se desentendiesen de ellas sin ningún tipo de motivo ni razón.

A este sentimiento algunos lo llaman "madurar", es como si alguien cambiase tu cerebro pero se mantuviesen todos y cada uno de tus recuerdos, permitiéndote juzgarlos desde una perspectiva nueva y desconocida. Como si les arrebatasen a cada una de tus ideas su esencia más pura y solo dejasen de ellas sus ropajes.

En alguna ocasión, he tratado de encadenar mis recuerdos a las paredes la mente para mantener la esencia de estos y no mancharlos con mi nueva forma de ver el mundo. Pero ese intento de anclarlos y esconderlos entre cada pliegue de mi cerebro se me ha hecho incompatible con la vida, con la evolución. Me he dado cuenta de ello sin más, de que nuestra existencia se resume en cada una de las experiencias que vivimos, las cuales unimos fotograma a fotograma como si de una película se tratase. Almacenamos ese filme en la mente y con el paso del tiempo le volvemos a dar al play para verlo desde otra perspectiva.

Sin embargo, me he llegado a topar con quienes prefieren eliminar el recuerdo sin darle ni siquiera al botón de reproducir. Con quienes para evitar el dolor eliminan los recuerdos con otras personas, convirtiendo a cada uno de esos individuos que un día fueron tan importantes en sus vidas en simples desconocidos, como si con una varita mágica les transformasen en transeúntes aleatorios con los que uno se topa caminando por la calle a diario.

Creo que todos en algún momento de nuestra vida hemos pasado a ser desconocidos en las mentes de otros, y creo que es la sensación más dolorosa que se puede llegar a experimentar. Se trata de la impotencia de querer mantener la magia de un recuerdo que solo sigue vivo en la cabeza de uno de los protagonistas ¿Y qué es del otro? Os preguntaréis... Pues no sé, yo solo soy una desconocida más en la mente de alguien.

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Eterno resplandor de una mente sin recuerdos:

13/02/21

13/02/21

Hace no mucho esta película dirigida por Michel Gondry en el 2004 se ha convertido a día de hoy en mi favorita, y os voy a explicar qué es lo que la hace tan especial para mí.

Para comenzar, es de las pocas películas en las que he sido capaz de verme reflejada en más de un personaje. Esto parece un argumento muy absurdo ya que en la mayoría de ocasiones, los directores crean personajes cuyas personalidades contienen rasgos muy comunes entre las personas. Sin embargo, en este caso se trata de una conexión entre mi persona y los personajes mucho más fuerte y mágica.

En primer lugar, Joel, el protagonista, es quien se ha llevado gran parte de mi corazón, ya que es la sensibilidad encarnada y vestida con ropas que dan una apariencia de desgana y aburrimiento.

Joel desde mi punto de vista posee un potencial artístico e intelectual increíble pero él mismo no es consciente de sus capacidades ya que él se ve a sí mismo como un individuo aburrido sin aspiraciones, lo que hace que tal vez no quiera hacer nada para modificar sustancialmente su forma de vida.

Además, me encanta la manera en la que el director ha conseguido que el espectador sea capaz de apreciar de una manera tan clara el contraste entre la imagen que tiene el propio personaje de sí mismo y cómo es él realmente. Podemos ver reflejada su autoimagen en la mayoría de reflexiones que hace durante la película, cuando nos adentramos en su mente o incluso en la sencillez con la que habla de sí mismo con Clementine.

Por otro lado está Clementine, que encarna la personalidad de  alguien extrovertido, vital e increíblemente impulsivo. Me identifico mucho con ella.

Sin embargo, creo que lo más importante a destacar es la fusión de ambas personalidades cuando crean ese vínculo amoroso. La relación en sí es incompatible en cualquier aspecto desde donde se mire y esto se debe a lo siguiente:

Ambas personas no han sido capaces de hacer frente a sus inseguridades y daños del pasado, y al ser incapaces de hacerlo durante toda su vida, intentan cubrir esas carencias con la presencia de otra persona que pueda aportarles cualquier cosa que les haga olvidar ese pasado.

Cuando cada uno ha cubierto una parte del vacío del otro, ambos creen que quieren a la otra persona pero sólo es un disfraz. Es como una lucha entre una supuesta idea del amor y la búsqueda necesaria del bienestar propio.

Otro factor que también me gustar��a resaltar es la manera en la que la película reproduce de una forma tan original y clara el proceso de asimilación de romper con una dependencia emocional, tratando a la persona que vive este proceso como si fuese un paciente al que tratar que hubiese sido víctima del consumo de alguna droga. Durante este proceso podemos ver cómo los recuerdos que forman la verdadera base de la personalidad del protagonista han sido manchados con la presencia de Clementine, haciéndole incapaz de recordar más allá de lo que vivió con ella.

En fin, podría pasarme días hablando de la capacidad que tiene este filme de revolverme por dentro. Me he escuchado además la banda sonora (en su mayoría canciones de Jon Brion) más de cinco veces y es tan mágica que conecta mi sentido del oído con el de la vista, permitiéndome con una simple melodía reproducir a la perfección muchas de las escenas de la película en mi cabeza.

Os recomiendo muchísimo verla, merece la pena.

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La belleza de las orugas

12/02/21

La belleza para mí es simplemente una idea formada por unos principios básicos que son establecidos por un grupo de personas, que por alguna razón solo se le pueden atribuir cualidades positivas.

Desde que soy capaz de recordar, es decir, desde que era una pequeña oruga, la concepción de lo que es o no es bello ha sido siempre un enigma en mi cabeza.

Este concepto a mi parecer se asemeja a las crisálidas que crean esos pequeños insectos que os he comentado antes, ya que al fin y al cabo utilizamos el mismo mecanismo para confeccionar una caperuza (en nuestro caso esta constituida en su mayor parte por complejos e inseguridades) que sirve como una barrera entre el resto del mundo y nosotros.

Nuestra búsqueda de la belleza es como un viaje en el que aborrecemos  nuestra naturaleza de orugas, en el que creemos que para sobrevivir necesitamos ser distintos y alejarnos de nuestra propia piel, hasta que llega el día en el que consideramos que nuestra apariencia ya no es un problema ya que hemos pasado a ser mariposas de vistosos colores y nos sentimos preparados para romper con la vieja crisálida.

Las alas son un atributo considerado bello por  sus vistosos colores, pero también porque otorgan esa capacidad de vuelo, de huida de todo aquello que nos rodea. 

Al final la vida de las mariposas se reduce a apenas unos días, ya que el estado de oruga ha abarcado la mayor parte de su existencia. Es triste ¿Verdad? Dedican prácticamente toda la vida a transformar su apariencia para al final disfrutarla un par de días.

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Cerveza y buena compañía

03/02/2021: 

Sumergirse en el momento presente dejando a un lado la esclavitud de la mente, es uno de los mayores retos que el hombre debe afrontar. Un ser humano que no es capaz de mantener la atención en aquello que le rodea ni durante al menos un segundo, es como una gotita de lluvia que acaba siendo golpeada al impactar contra el suelo. Es parecido a algo diminuto que se pierde en la inmensidad del universo.

Esta referencia viene muy bien aplicada a lo que hoy os voy a contar:

En algún momento de la vida, el ser humano se siente como lo que realmente es desde sus propios ojos en relación con el universo: una mota de polvo que cubre junto con otras mil a un mueble viejo. Pero esta sensación es inevitablemente una parte de la vida de todo hombre.

Todo en el mundo, sin embargo, tiene su jerarquía: las hormigas perciben al hombre como inmenso y son incapaces de comprender que hay algo mucho más grande y poderoso que hace a ese individuo humano un simple eslavón pequeñito de la cadena que constituye el mundo.

 Somos los únicos a los que nos resulta de vital importancia el papel que desempeñamos en el mundo, el lugar que ocupamos aunque sea una esquinita del escenario de la vida. Esto se debe a que tenemos la capacidad de tener consciencia sobre nuestra existencia.

Desde mi punto de vista, la mente humana es uno de los mayores enigmas que pueden llegar a existir y esta es una de las razones por las que cada hombre se convence a sí mismo de que sus pensamientos han sido confeccionados de manera única en el mundo, es decir, el razonamiento es el siguiente:

La mente, como una máquina insustituible, es única en el mundo, y por ello solo puede dar lugar a cosas únicas e igual o incluso más complejas que lo que las creó. Esta conclusión suele repetirse en muchos humanos, lo que nos acaba convirtiendo en seres solitarios incapaces de abandonar nuestro ego para abrirnos en canal al resto. ¿Por qué íbamos a hacerlo? Si al fin y al cabo no nos van a entender y tampoco van a hacer ningún esfuerzo en abandonar sus egos para intentar comprender qué es aquello que vive ajeno a sus circunstancias.

Sin embargo, llega un momento en tu vida en el que simplemente te apetece dejar entrar a alguien a las puertas de tu alma, esa cuya entrada había sido dejada enteabierta por si a alguien le apetecía asomarse un poquito. Te apetece dejar a esa persona pasar porque sabes que sus puertas siempre se han mantenido abiertas para ti, porque de eso se trata la amistad ¿No?

Uno decide salir de sí mismo cuando no le queda otra opción, cuando se da cuenta de que si sigue encerrado acabará ahogándose.

Es entonces cuando le enseñas cada habitación de tu ser a ese invitado especial, observa cada recoveco que esconde tu hogar sin juzgar tu sistema de organización. Y no solo eso sino que se adapta de una manera tan única a tus circunstancias que incluso te entiende, lee tu alma y aparta un poco el desorden que rodea cada habitación para sentarse a tomar una cerveza contigo. Es una sensación de felicidad y paz que pocas veces se pueden expresar con palabras, como si el resto del mundo hubiese desaparecido y solo tuvieses consciencia de estar en el momento exacto con la persona exacta.

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La importancia del “ahora”

02/02/2021:

A veces uno no es consciente del poder que tiene ese aparato cuyas manecillas giran y giran sin detenerse ni un solo segundo. El reloj, desde mi punto de vista es el arma más poderosa ya que es el único ente material capaz de comunicarse con el ser humano y de condicionarle en todo aquello que esté haciendo.

Para mí, este aparato es el peor enemigo del hombre. Es quien le arrebata a este la esencia del presente, es quien le apresura o le ralentiza separándole de todo aquello que le rodea en ese preciso instante. Ese correr de las horas, de los días y de los meses trae consigo a lo que yo llamo “espíritus del tiempo”, simplemente son recuerdos que se disfrazan de ideas o pensamientos que creemos que pueden servirnos para continuar con nuestro camino, pero la mayoría de las veces solo nos aportan el tormento de su existencia.

Estas fuerzas vienen del pasado y nos desnudan. Nos dejan bajo la tempestad del presente unos frente a otros, como si fuésemos recién nacidos despegados de los regazos de sus madres nada más nacer. Se trata de una sensación parecida a renacer en otro lugar, en otro momento distinto. Todo ello en apenas una fracción de segundo, en la que ese recuerdo decidió acomodarse en nuestras cabezas una vez más alejándonos del ahora.

Hoy he descubierto el poder de estar presente sin hacer caso a esos fantasmas. He vuelto a disfrutar de la sonrisa de mi abuela, de ver reír a mi madre y a mi hermana, de hacer reír a la gente que quiero y aprecio sin que esas ideas se conviertan en anclas que se incrustan en mi mente y me arrebatan todos los sentidos.

Las personas creen a veces que viajar al pasado con el pensamiento  es simplemente una forma de introspección, una ayuda para el crecimiento personal pero no son conscientes de que viajar conlleva un retorno al lugar del que provienen, un retorno al presente. La gente suele perderse durante ese trayecto entre las viejas ideas que se acomodan en lo vivido para alejarse de aquello que les incomoda del presente o de la incertidumbre del futuro.

La experiencia debería aprenderse observando al pasado como si este fuese una constelación y nosotros tuviésemos un telescopio. Ser capaces de admirar cada estrella desde la distancia, cada pensamiento, y unir unas con otras creando formas, una experiencia o aprendizaje nuevos.

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Pensamientos entre piel y hueso

Que tendrá esa cámara que modifica por completo mi imagen corporal? La verdad es que no tengo ni idea. He vivido toda mi existencia aliada con el enemigo. Un espejo. Ese mismo que refleja mi propio caos mental.

Sin embargo, no deja de ser una distorsión, o eso es lo que dicen... mientras me percibo como un halo, siento a mi estructura corporal como un ente abstracto, como algo capaz de transformarse, deformarse o desaparecer en cualquier momento.

Pero ahí es cuando llega el sol, de la mano de sus fieles amigas las sombras, bailando la danza del mediodía. Madre mía, quién diría que siendo tan distintos. Luz y oscuridad, fuesen capaces de crear una escena tan magnífica.

Es mágico sentir como la luminosidad del día y la oscuridad de la sombra arropan mi cuerpo creando formas inigualables. Formas que solo pueden adquirir sus estructuras más perfectas sobre kilómetros de piel.