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Mi Mente
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Pensamientos, anécdotas y reflexiones personales
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rastmoag-blog · 7 years ago
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Pensamiento #2: Problemas
Como mencioné previamente, mi personalidad y actitud impiden que pueda sentir alguna clase de pena por lo que ocurre en mi vida ya que nada ha tenido la magnitud necesaria para marcarme o hacerme sufrir significativamente, o por lo menos el dolor que he experimentado no se compara ni de lejos con aquel que otros han sentido. Además de esto, expresé mi disconformidad al ver aquellas personas cuyo comportamiento consiste en quejarse acerca de sus vidas y exagerar cualquier pequeño obstáculo con el fin de evadir la culpa y convencerse a ellos mismos de que son las víctimas. Estas ideas puede que sean percibidas como inadecuadas, absurdas u ofensivas por muchas personas quienes consideran que mi perspectiva es incorrecta, descontextualizada y sin bases a causa de lo radical que puede llegar a sonar. Entiendo perfectamente que mi doctrina, como todas aquellas existentes, tienes sus incongruencias o, como me gusta llamarlos, casos especiales en las que esta manera de pensar no tiene lugar ni fundamentos para ser aplicada; en otras palabras, situaciones desafortunadas que son provocadas por entes externos y ajenos a las acciones y comportamiento propio de las personas afectadas. Por esta razón, deseo expresar lo que yo creo que son las principales diferencias entre estos dos tipos de conflictos, para así aclarar mis argumentos con base a este tema.
El primer tipo de problema es el que, yo considero, es provocado por la persona afectada. La gran mayoría de los problemas que yo y muchas otras personas sufren pueden ser catalogadas como el resultado inevitable de nuestros propios actos. Además, estos desafíos son los que, según mi pensamiento, son constantemente exagerados por los individuos, quienes asemejan el comportamiento de los pacientes hipocondríacos, creyendo firmemente que nada de lo que ocurre es su culpa y que, al mismo tiempo, corren un peligro peor del que en verdad es. Como ejemplo utilizaré una de mis experiencias personales con la separación de un amigo al quien yo consideraba familia anteriormente. Nosotros fuimos casi hermanos durante 10 años y, con el paso del tiempo, ninguno de los dos nos volvimos a dirigir la más mínima palabra. Ahora bien, esta separación significó un choque emocional para mi persona y, en general, mi familia. A pesar de esto, yo no me considero una víctima aquí debido a que yo fui quien decidió mudarme de colegio y, en cierta medida, priorizar mi educación sobre lo que era nuestra amistad. Sin importar que mi intención no era alejarme de esta manera de mi amigo, la verdad es que mis decisiones y acciones fueron un punto vital que ocasionaron la ruptura de nuestra relación. Es triste pero la vida sigue, es mi culpa y acepto las consecuencias, pero me rehúso vivir en el pasado y dejar que esto afecte mi futuro.
Por otro lado, el segundo tipo de problemas son, por lo general, más graves y causados por factores externos a una persona. Estos desafíos son, en su mayoría, más difíciles de sobrellevar y puede causar un mayor daño emocional al individuo quien lo sufre. En estos casos, mi opinión acerca del victimismo queda completamente anulada ya que la persona que enfrenta el obstáculo no debe sentirse culpable por lo que ocurre en su vida. En esta situación, si se considera a uno mismo el causante del problema, puede conllevar a un decremento de la autoestima y a visualizarse erróneamente como alguien inútil o inferior a los demás. De la misma manera, la persona en cuestión tiene completo derecho en quejarse, aunque la opción óptima sería buscar un apoyo en algún otro individuo y/o buscar la manera de resolver el conflicto en el que se vio envuelto. Un ejemplo claro y conciso de un evento con estas características es la agresión que alguien puede sufrir por parte de algún compañero de oficio o de clases. En este caso, quedarse callado e ignorar al agresor es una decisión válida que puede funcionar para ciertos tipos de personas, aunque lo mejor sería hablar, encontrar ayuda y detenerlo lo más pronto posible para evitar cualquier extensión del sufrimiento.
Todas las personas son diferentes, y todas tienen diversas maneras de enfrentar los obstáculos que les hacen caer, pero lo importante (y lo que quiero resaltar) es que se levanten y aumenten su fortaleza con cada golpe que reciben. Después de todo, la sabiduría proviene de la experiencia, y la experiencia se consigue fallando.
 Por supuesto, esto es sólo la opinión de un loco.
Se despide,
Rastmoag.
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rastmoag-blog · 7 years ago
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Pensamiento #1: Victimismo
Yo nací y crecí en el seno de una familia honrada, humilde y trabajadora que, a pesar de no disfrutar de una gran variedad de lujos y caprichos, siempre se ha mantenido económicamente estable, siendo capaz de sobrellevar las adversidades y manteniendo a todos sus miembros sanos, limpios y satisfechos. Nunca sufrí de hambre, ni de sed, ni de falta de cuidados, ni de falta de atención; siempre fui un niño feliz quién contaba con unos padres amorosos y dos hermanas que consideraba cómplices más que rivales. Tuve la suerte de tener la vida que muchos sueñan y desearían tener. Ahora bien, por razones externas, e impertinentes para el desarrollo de esta reflexión, mi personalidad se tornó cada vez más negativa y elocuente con el paso del tiempo, hasta convertirme en una persona calculadora, individualista y, sobre todo, fría. Podría decir que en ocasiones deseo cambiar mi actitud frente a la vida, pero usualmente cedo bajo la presión ejercida por mi pensamiento interno y trato a las personas de una manera indiferente e inadecuada, incluyéndome a mi mismo. Siempre espero más de mi, y a pesar de que tengo presente todos mis éxitos, las derrotas sobresalen y la decepción se desborda por todos los ángulos posibles. Sin embargo, y sin importar cuán egocéntrico o masoquista sea, odio la idea de llamarme una víctima; nunca he sido una. Claro que he sufrido dolor, por supuesto que me he sentido sólo, y afirmo que he caído más veces de las que me he levantado, pero la realidad es que todo esto ha sido provocado por mi propia inexperiencia, inmadurez e imprudencia ante la toma de decisiones en mi vida. Nadie más es culpable, sólo yo: o por lo menos eso es lo que creo.
Teniendo todo esto en claro, mi propia percepción sobre mi realidad interfiere con la teoría de la relatividad. Este conflicto es el punto de referencia para el inicio de todas las conversaciones que tengo conmigo mismo y es la segunda razón por la cual no me considero una víctima: a pesar de que yo tengo problemas, hay personas en este mundo cuya situación es, con mucha diferencia, peor que la mía. Esto me lleva a pensar de que mis obstáculos y dolor son tan insignificantes que no merecen mi inmersión en la tristeza o en el victimismo propio. A decir verdad, esto puede que me conlleve a problemas en el futuro cercano pero es la realidad en la que he decido vivir. No soy nadie para juzgar al prójimo que se victimiza por razones que, a mis ojos, son de poca importancia y exageradas por las personas debido a que desconozco en gran medida la vida ajena a la mía; sin embargo me gustaría que abrieran los ojos y se dieran cuenta de lo que tienen y de la magnitud de sus problemas, los cuales, no son más que productos de su propia acción y comportamiento.
Para la conclusión de este pensamiento deseo dejar una moraleja que funcione como una memoria si alguna vez la olvido y como un consejo para quién interese: hay que ser responsable de tus propios actos; no busques culpables para sentirte mejor, el victimismo no es la solución; y finalmente, no te quejes, ya que quejarse es una excusa que emplea el ser humano para crear empatía con su propio ser, sólo siendo útil para postergar la reacción necesaria para resolver el problema en cuestión, por lo que entre más te quejas, menos actúas. A esto no me refiero que te quedes callado y ocultes lo que sientes, sólo quiere decir que no dejes que tu día a día se rija por la "injusta y desafortunada" vida que crees vivir.
Por supuesto, esto es sólo la opinión de un loco.
Se despide,
Rastmoag.
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