Dando a conocer mi alma en textos y como la vida misma se ha encargado de enamorarme en sus enredos hasta el punto de volverme loca.
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No contaba con nada extraño, la verdad no contaba con nada.
No es que me encuentre distante, es que me encuentro
sumergida en mi misma.
No es que no quiera salir y volar,
es solo que me encuentro bien últimamente en el suelo.
No es que me crea mejor que otros,
es que estoy tratando de mejorarme a mi misma.
No es que sea fría y distante,
es solo que a la que debo dar amor es a mi.
No es que sea antisocial, es solo que
ya estoy cansada de lo mismo.
No es que sea aburrida, es que aun no me conoces.
No es que sea prejuiciosa, es solo que se me da
el conocer rápido a las personas.
No es que sea egoísta, es que primero voy yo.
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Me asusta
Lo he pensado muchas veces sabes, el hecho de como el pasado se come cada una de nuestras acciones, el hecho de como cada uno de nuestros movimientos desencadenan una enorme ola de consecuencias que al final termina ahogandonos.
Y si, lo admitiré, me asusta. Me asusta el tener que elegir, me asusta el tener que aferrarme a que tarde o temprano tendré que dar algo a cambio, me da miedo que esto pueda ser cualquier cosa que quizá no estoy dispuesta a dar.
Me asusta cada uno de los pasos que doy, porque simplemente nada está en mis manos, y eso es algo que no me gusta, el no tener el control total de algo que es tan propio, la vida.
No quiero perder, ¿por que debo hacerlo? se supone que ya perdí lo suficiente y no estoy dispuesta a dar más.
Me columpio, me columpio cada mañana de cada día en el azar del destino, en donde este hace y deshace a su gusto. Me columpio y la mayoría del tiempo no soy capaz de sostenerme más, así que caigo, caigo, caigo. Quizá soy capaz de volar en algún momento, pero digamos que la gravedad se ha obsesionado tanto con la calidez de mi piel que se le ha vuelto inevitable atraerme hacia ella.
Tengo miedo, tengo miedo de equivocarme. Tengo miedo de actuar ante algo que no requería más que mi paciencia y tranquilidad, o que sea todo lo contrario, que me haya quedado estática cuando era necesaria una pelea.
Tengo miedo de dejar ir, si, de dejarte ir cuando debía luchar por ti. Tengo miedo de quedarme, si, de permanecer junto a alguien del cual solamente debería despedirme y partir.
No solo me asusta, me paraliza el tomar decisiones sin antes tener el suficiente tiempo de preguntarle a mi ser qué es lo que realmente quiere y quede inconforme ante mi error.
Me asusta y no porque no sepa que es lo que quiero, me asusta por mi ser tan impulsivo y revoltoso que se precipita a cada acción. Me asusta.
Me asusta porque me conozco y porque te conozco.
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Te veo ahí, tan distante, tan apartado, tan dejado que te escondes entre la distancia y ese mar de personas que nos separan a ti y a mi. Te veo ahí, rodeado de personas, rodeado de tantos sueños, corazones y metas, que no me queda nada más que buscar tu mirada en algún hueco que dejen por ahí al descubierto.
Te veo, te analizo y te observo. Simplemente se me hace inevitable el saber si tu a mi también me estas viendo. Paso a tu lado una vez, dos veces y hasta tres, y te juro que en cada una de ellas me estremezco hasta el punto de no tener más control sobre mi cuerpo.
Te veo, te veo y es inevitable imaginar lo que estarás pensando, lo que estarás sintiendo, lo que estarás esperando.
Te veo, te veo y simplemente pienso en cada suceso ocurrido, te veo y pienso en cada detalle compartido. Te veo y me siento más segura de que aquella locura nos pertenece, y no solo yo me encuentro enredada en la culpabilidad que esa noche esconde.
Te veo y se me hace infinitamente complicado el intentar ser discreta. Te veo y aunque me descubres en el acto, simplemente vuelvo a hacerlo para así verificar que tu también esperas verme. Ese momento eléctrico, en donde por descuido o intenciones del otro, nuestras miradas se chocan sin remedio y nos dejan al descubierto de una sonrisa errante, tan penosa, tan inocente y maliciosa.
Te veo, solo te veo.
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Pura guatemalteca
Con ese típico cabello largo marcado por la característica trenza guatemalteca, que se mueve por el viento y deslumbra con su brillo en color negro.
Ese típico tono de piel moreno que llena de vida la vista, enmarcado por sinnúmero de constelaciones que marcan su postura. Marcado por las cicatrices que la vida ha querido dejar en el para así hacerlo suyo, marcarlo como si no fuera más que su propiedad, ignorando sus derechos y condiciones por las cuales a cada día paga.
La sonrisa llena de fuerza y brillo, que tan cálida o a veces tan estampada en el rostro se encuentra. Esa sonrisa que nos transmite confianza y nos hace sentir a gusto, pero también esa presente sonrisa que esconde detrás de ella un corazón roto y cabeza llena de angustia.
Ese brillo en los ojos que cuentan nuestra historia y cada suceso del cual hemos sido presentes, ese dolor, esa mirada que se ha enfrentado de forma tan valiente al dolor que inunda y circunstancias hirientes. Esa mirada llena de vida y muerte al mismo tiempo, esa mirada llena de gloria y guerra, esa mirada llena de luz, que ilumina a la oscuridad que hemos sido expuestos. Esa mirada que en su nombre lleva historia.
Ese nombre, “Flor que cae”, el cual me ha regalado mi tierra y del cual me siento orgullosa. Anaité.
Tierra de la cual mis raíces han crecido y mi corazón se ha llenado, tierra que me ha dado fuerza y sabor, tierra que con mi vida sacaré adelante.
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“Dejaré de ser una chica fiestera, de beber, de bailar, de conocer personas”.
No argumentaré mi respuesta en teorías científicas ni me basaré en nada más que mi opinión y creencias.
Sal, sal a divertirte, la felicidad se provoca en todos nosotros por distintas razones, más somos iguales en el sentido que ciertas cosas nos producen alegrías más que otras. En mi caso, en lugar de tomar una siesta, disfruto mucho el salir a divertirme, bailar (que me encanta) y sobre todo despejarme un rato al lado de buena compañía.
Bebe, bebe todo lo que tu quieras, experimenta sabores, conoce. Bebe si eso te gusta, claro, no pierdas la cuenta de tus tragos y hazlo cuando esto sea porque a ti te gusta, no por alguien, no por algo, no porque quieres “olvidar el rato”. Pero por favor querida persona, no bebas si conduces, no bebas si eres responsable de alguien, no bebas si simplemente beber no es lo tuyo. El beber no es sinónimo de “pierde las cosas, haz lo que quieras, que de paso también pierdes la memoria”.
Conoce gente, anda, hazlo. Conoce a cuantas personas tú quieras, al final de cuentas puedes toparte con personas maravillosas, con unas historias que vale la pena escuchar y sobre todo te harán pasar un buen momento. Eso si, ten en mente como conoces a estas personas, ten cuidado de sus intenciones, ten cuidado de con quien andas y si puedes confiar en ellos. Recuerda también que, nada pasa si tú no quieres, y que las cosas llegan hasta donde tú lo permites.
Baila, si, baila todo lo que quieras. Baila como quieras y con quien quieras, hazlo en grupos, con tus amigos, o en pareja. Baila con desconocidos, acepta esas invitaciones, créeme que de pronto te topas con alguien que si sabe hacerlo y lo disfrutarás muchísimo. Baila sin vergüenza alguna, deja que tu cuerpo se exprese, aflójate, libérate y simplemente diviértete. No debes ser un experto para destacarte en la pista de baile, lo mejor que tienes es la actitud.
Y lo más importante: Haz lo que a ti te guste, se como quieras, usa lo que prefieras y actúa como tú te sientas orgulloso/a. Ya que para eso de andar cerrando bocas de prejuiciosos, complaciendo al mundo y velando por el resto. si que no tenemos tiempo. La vida es tan corta, tan bella y al final del día tan tuya, que el andar aceptando opiniones sobra. Vive y deja vivir. Dejemonos ya de malas vibras y mejor compartamos amor, si no tienes la misma opinión respeta y si no conoces no juzgues. Ya basta de ser tabú, se feliz a tú manera, rompamos estereotipos y eliminamos de una cada barrera.
Todo por hoy señores, que esto ya está tomando más la cara de un blog, que de mis escritos cursis.
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“Al chico que me gusta”
Ahí donde me ves bailando, divirtiéndome y acompañada, quizá hay otro lado de mi al que debas dedicarle tu tiempo.
1. Perdóname si soy muy directa y honesta. No me gusta andar con vueltas.
2. No he escrito tu nombre, ya que me da un poco de pena aun, que te digo, también puedo ser muy tímida. ¿Como saber si esto es para ti? digamos que algunos puntos abajo me delatarán.
3. Como lo ves en el titulo, me gustas. Y créeme que para que eso pase si que es de admirarse. Soy una persona a la que hicieron daño, desde entonces me encierro y no le doy la oportunidad a esto del amor, más contigo hago una excepción. Y pensándolo bien creo que exagero con el gustar, aunque me pareces un chico muy guapo, lo dejare en que me atraes y me haces querer conocerte por ahora solamente.
4. Me gustaste desde que te vi, desde que me sonreíste de hecho, desde que me observaste y supiste ,con un solo segundo, ruborizarme y hacerme sentir que debía conocerte.
5. Me gustas tanto que no puedo evitar reírme a cada segundo cuando hablo contigo, y aunque se que me veo patética, simplemente no puedo evitarlo.
6. Me gustas tanto que siempre por los pasillo siento miedo de encontrarme contigo, por alguna razón me mata el intentar saber como debería reaccionar a eso, pero por más que lo piense nada sale como lo planeo.
7. No quiero que me tomes de intensa, aunque de ser así, admito, estoy pensando en si debería publicar esto o no.
8. Tengo un pasado, al cual no solo debería, sino me gustaría dar explicaciones. Pero ponte en mi lugar, no confío lo suficiente en ti como para volverme transparente. solo intenta no juzgarme y conocerme de a poco. He cambiado, te lo aseguro.
9. Te admitiré que no eres el primero que piensa así de mi, y no quiero quedarme con ese sabor de boca de pensar que tu eres diferente, y al final llevarme la sorpresa que en realidad eres como todos.
10. Esto quizá no sea relevante, pero amo tu sonrisa, tus ojos y tu voz. Listo, lo dije más allá de mis pensamientos.
11. Eres un gran bailarín, aunque si que me pisaste un par de veces, pero en definitiva ya ratos que no la pasaba también. De la nada te convertiste en mi pareja de baile favorita.
12. Siento que sigo quedando como una intensa.
13. Australia suena muy bien, claro, no por esos chismes de animales terroríficos que viven prácticamente contigo, si es por eso juro renunciar a esa parada en mi viaje por conocer el mundo.
14. ¿No seria un poco raro ser extraños y tener el mismo tatuaje?
15. Antes de seguir con la lista aclararé algo. No busco nada contigo, por alguna razón aun no estoy lista, eres más como un crush, y mira que tampoco creo que en eso de los crush, para mi si no es inalcanzable no cuenta como uno, así que contigo no estoy segura.
16. ¿Haz visto en las películas cuando la chava intenta jugar algo y no puede, entonces el chico le enseña a jugar? Resulta que de todos mis amigos soy la mejor en el beer pong.
17. Soy muy despistada, amo cargar los audífonos puestos con mi banda favorita sonando muy fuerte. No, no te evito ni me hago la loca.
18. Me da mucha risa la sensación que sientes en el estomago cuando de mi se trata.
19. Me considero un alma vieja, pero también soy joven e inexperta. No me juzgues por las fallas que sigo teniendo.
20. Aclaremos este punto de una vez por todas, la mayoría de mis amistades son hombres, por alguna razón me llevo mejor con ellos que con niñas. No es que ande de puta (vuelve al punto 1).
21. No suelo besar a alguien cuando lo acabo de conocer. Digamos que por eso intente batearte hasta el fin del mundo, pero puedes presumirlo, no me resistí. Así que no generalices ese hecho (vuelve al punto 1).
22. Siempre reviso si ya viste mis historias. Yo se, créeme que me siento patética.
23. No solo espero que hayas leído esto, espero que sea antes de que lo borre, ya que me resulta muy vergonzoso. Pero si espero que al leerlo veas que si merecía una oportunidad.
24. No te lo dije pero también me da miedo el mar, por alguna razón irónica.
25. No te dije esto tampoco, pero aquella llamada rara y mensaje INTENSO, fue un verdad o reto. Si, ya estoy grande cita para eso, perdóname.
25. Lo dejare hasta aquí porque ya me parece una lista muy tediosa. Ademas creo que por ahora no tengo nada que agregar.
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Una historia para ver de un ángulo distinto.
El era un chico de noches, era un chico de fiestas, era un chico de baile. Era un chico que sabia disfrutar de una buena noche y lo que esta podía ofrecerle.
Amaba siempre utilizar la mejor ropa, se tomaba el tiempo de verse como a él le gusta. Siempre quedaba en verse una hora tarde con sus amigos, luego de que la fiesta iniciaba, era él quien lideraba la pista de baile, quien solía jugar beer pong y quien en su mano siempre tenia una cerveza.
Era de esas personas que disfrutan de un buen trago, aunque claro, no solía embriagarse pues prefería disfrutar de la noche. Bailaba con toda chica que estuviera dispuesta, y quizá no tanto por la chica, era mas porque simplemente se divertía bailando y disfrutaba mucho al hacerlo.
Siempre salía acompañado del sexo opuesto, por alguna razón se divertía más, aunque sus mejores amigos, claro, no podían faltar.
Era de esos que les gustaba quedarse hasta tarde, conocer a cuantas personas fuera posible y hacer de la noche una inolvidable.
Le gustaba que hubieran fotos, no para presumir ni nada de eso, simplemente para recordar ese buen momento y luego poder regresar a el.
¿Un increíble personaje no crees?, divertido, agradable, con el que podríamos salir y disfrutar un rato. Ese tipo de persona con el que seguro la pasas bien, sin miedo a que algo salga mal. Ahora te haré una pregunta: ¿Y si el lugar de ser un chico es una chica? ¿Por qué ahora ella se ve muy mal? ¿Por qué se ve como una zorra, una ebria, una regalada y una irresponsable que no se respeta a si misma? ¿Por que ella si es víctima de tus prejuicios? ¿Por qué ella no puede ser una persona en la que puedas confiar, con la que puedas salir, con la que puedas planear un futuro?
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Formamos parte de la historia mi amor
Había una situación, y él debía volver a la guerra. Claramente me preocupaba, aunque no estábamos juntos aún pensaba en él a cada instante.
Inició la guerra. Habían bombas y disparos por todos lados, no sabía qué hacer, estaba muy asustada. Habían niños muriendo, personas escondiéndose, otras tratando de huir, y en mi caso sobrevivir. Me escondí todo el tiempo, me quede ahí, en ese frío y seco lugar, escondida en aquel sótano que mi prometido había mandado a hacer en caso de una guerra, me quedé pensando en qué ocurriría conmigo. Esperando un punto y final.
Tenía una buena vida después de todo, estaba comprometida con un soldado de alto rango en el ejército, y me estaría esperando. Aunque lo amaba, mi corazón pertenecía a alguien más.
Así pasaron los días, acompañada de cobijas polvorientas y comida enlatada hasta que por fin se acabó. Salí del sótano enseguida para ver a mi alrededor y la gravedad del asunto... todo estaba destruido, el lugar era otro, como si el tiempo hubiera cambiado al mundo y vivieras en un siglo desierto, mucho antes de cualquier creación de vida, no quedaba nada. Fui en busca de alguien que pudiera ayudarme, en busca de mi camino... y fue ahí cuando sucedió.
Un hombre, un soldado sobreviviente reconoció mi rostro, lamentable el de él era irreconocible, caminó hacia mí y me abrazo. No supe cómo reaccionar, pero fue en ese instante, que sentí que algo pasaba. Tomó su mochila, me miró fijamente a los ojos con lágrimas en los suyos y me la entregó mencionando estas palabras
- El quería entregarte esto, te amaba, y realmente lo sentía mucho. Arriesgó su vida, iba en busca de ti. Él te rescataría.
Mi corazón se estremeció, no sabía qué esperar. Me senté en el suelo e inmediatamente abrí la mochila... el soldado se fue, y no dejaba de observar hasta que esté desapareció a la distancia.
Rompí en llanto, tal y como si se me rompiera el corazón en ese momento, lloré como una niña pequeña, una niña que había perdido a su muñeca favorita. Y aunque tratara de negarlo yo lo amaba, era el amor de mi vida, mi alma gemela, mi primer amor.
El tiempo había pasado, pero sin dudarlo nuestro amor fue más grande. Recordé nuestra historia y su rostro, esos bellos ojos color verde, el cabello un tanto rubio y despeinado como a él le gustaba, recordé todo antes de darme cuenta de lo que había dentro de la mochila, y cuando estuve lista la abrí... él había vuelto, guardó todo el tiempo mis libros favoritos, todos, los guardó. Algunos tenían la pasta quemada por las bombas, otros tenían páginas arrancadas, y algunos estaban intactos, pero ahí estaban, él tenía mi tesoro más grande.
Hace unos años, cuando éramos jóvenes, estando juntos en mi habitación él hizo una pregunta, una de esas que te hacían pensar y le gustaban tanto. -Si todo en esta casa se estuviera quemando, y pudieras salvar un objeto o algo material ¿que sería? -Lo pensé, y la verdad no tarde mucho en tomar la decisión, salvaría mi colección de libros, pues en ellos se encontraba mi esencia y mi pasión, mi amor por ser la primera mujer escritora reconocida. Cuando era una niña, estaba enamorada de las historias de amor, hice mi coleccion de 7 libros favoritos. Amaba leerlos, amaba leerlos para él en voz alta, era como cuentos de guerra antes de ir a dormir. El romance era su parte favorita, pues eran todas las historias que queríamos hacer juntos. Lo subrayaba con frases que me hacían recordarlo, frases que definían como me sentía. Frases que compartimos juntos.
Pero ya nada era más que recuerdos. El amor de mi vida había muerto en la guerra, había muerto rescatando mi pasado y todo aquello a lo que yo amaba. Mi vida me pesaba demasiado, pues aunque estuviéramos separados, su muerte había sido la mía.
Abrí cada uno de los libros, me aferré a ellos, y simplemente lloré hasta quedarme dormida.
Pues si el amor de mi vida había muerto, con el moriría también.
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Intente definir el amor en una palabra, de contar nuestra historia en un verso y de escuchar tu voz en una canción.
Me recuerdo esa mañana un tanto fría y solitaria, sentada a la orilla del mar pensando, más que eso pensandote.
¿Qué seria de ti? ¿Qué seria de mi? ¿Dónde iniciar a trazar un camino? ¿Cómo escribir otra historia?
Fueron tantas las preguntas, pero escasas las respuestas a ellas.
No me quedo más, me tumbe en aquella arena blanca, tan suave y fina que era como un abrazo que me otorgaba la tierra, era como si la madre naturaleza me arrullara.
Solo guarde silencio y disfrute de la serenidad que se presenciaba en aquel momento, lo guarde en mi memoria, y la paz que sentía en ese momento, la recordaba en cada instante de angustia, ansiedad y dolor.
Así pasó el tiempo, y digamos que después del rompimiento, un nuevo corazón floreció, y con ello una nueva yo.
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A veces solamente me encuentro ahí, sentada con la compañía del computador, un libro, una buena taza de café y mis audífonos con música a todo volumen. Solo observo a mi alrededor y me doy cuenta de que me rodea tanta gente que por muy distinta que sea, tiene un mismo corazón enorme y soñador. Es inevitable no encerrarme en sus sonrisas y guardar ese momento en cámara lenta de como un amigo ríe con gran placer por cosas tan simples, es este momento el que me devuelve la vida.
Pero, ¿por qué tan sola? No lo sé, me encantaría que la respuesta tuviera un sentido lógico, pero no me queda más que admitir que simplemente a veces necesito tomarme un tiempo para mi, para pensar, para respirar en calma y vivir a mi ritmo. Supongo que es así como sobrevivir en esta nueva rutina.
Deje de lado a la niña que se codea de tanta gente, que aunque amo hacerlo, ahora me necesito más a mi misma. Me siento más cómoda en este nuevo mundo que estoy tratando de armar, no estoy segura de la razón, pero a veces suelo pensar que después del perder amigos y a tantas personas con las cuales sin ellas no era capaz de mantenerme de pie ante la vida, aprendí y hago esto como rectificación de esa lección que el mundo quizo enseñarme supongo, y que en ese momento no fui capaz de aceptar.
Ultimamente vivo bajo el lema de “dejar que la vida me sorprenda” y vaya que lo ha hecho, es más, podría decir que es mi parte favorita del día. El dejar que el mundo te de el ritmo y tu solo bailes al compas de este, en lugar de tener que componer toda una canción y esperar que al publico le guste. Soy como un arcoíris en un mundo gris, pero ultimamente disfruto esto a lo que llamo “ser una chica normal y casi invisible”.
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Podría ser terriblemente cruel
Podría simplemente darme la tarea de enamorarte y solo te percatarías de que has perdido el tiempo.
Podría utilizar ese labial que tanto te gusta y hacer que tu vida cambie de color en un segundo.
Podría ponerme esa loción a vainilla que te vuelve loco y simplemente bailar por todo tu universo para que no puedas deshacerte de mi.
Podría pensarte hasta meterme en tus sueños.
Podría encargarme que por casualidad nos encontremos en todos los sitios que frecuentes.
Podría besarte como jamas te lo han hecho.
Podría encargarme que no olvides ninguna medida de mi cuerpo y que así te pierdas entre las constelaciones marcadas en mi.
Podría volverme tu mirada favorita, la más dulce, la más sencilla, la más irracional y más atrevida.
Podría simplemente hacer que no puedas pasar ni una sola noche sin querer verme.
Podría encargarme de ser tu locura completa.
Podría ser también ese equilibrio que la vida te pide a gritos.
Podría ser tu pareja de baile, de aquellas que pueden armar la fiesta o acompañarte en un buen vals.
Podría ser tu mejor amiga, o si quieres tu pecado.
Podría atraparte en un instante, o que lo lamentes toda la vida.
Podría estar presente cada uno de tus días, a cada instante que lo necesitaras.
Podría ser ese beso matutino, o el ultimo antes de acostarte.
Podría hacer tantas cosas y al mismo tiempo tan poco para enamorarte.
Podría ser tan cruel de volverte loco a mi manera y que jamas puedas soltarme.
Pero no lo haré, dejare que te enamores tu solito, lento y poco a poco. Eso si, asegúrate de no echarlo a perder, podrías lamentarlo y el tiempo demostrarte que es demasiado tarde. A mi me tienes, más no me recuperas.
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Ese momento en que reconoces que tu pequeña historia tiene un fecha de caducidad.
Morat.
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No suelo dedicarle textos a muchas personas, aun así, a ti te dedique mi arte entero.
Yo no queriendo dejarte ir.
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Mi chico ideal
Me gustaría decir que mi vida en el amor ha sido exitosa, sencilla y tranquila, pero en lo absoluto que lo ha sido, y no cambiaría nada, así me ha enseñado a amar y ha enamorarme de cada sorpresa y lección que me pone.
Inicié como una niña, tan dulce y llena de alegría, a la que la vida le presento por primera vez lo que el amor era, o lo que según yo en ese momento podría llamarse así. No fue más que la primera relación de mi vida, de la cual quizá no me enamore, pero sin negarlo fue la primera vez que reconocí que esto del amor no es para cobardes, ya que viene llena de locura, llanto y drama, aunque claro, cariño tan puro. Fue así como no duro mucho, no fue mas que niños inocentes jugando a amar, y en definitiva no hubo cariño tan sincero en mi vida, porque los niños si que sabemos entregar el corazón sin miedo a nada, por eso y más solo queda el decir gracias.
Creí que ya había conocido al chico indicado, a mi mejor amigo, a mi compañero de aventuras. Y posiblemente si lo hice, pero no fue más que el amor de juventud con el cual tenemos caminos separados en cuanto a planes de vida se trata. El es un chico dulce, de mirada inigualable que con una sonrisa o beso en la frente podía devolverme el aliento y ordenar mi día, aquel con el cual podía ser siempre yo, y toparme con que felicidad más grande que a su lado no había. Y aunque tuvimos una historia con final inesperado, en definitiva fue tan perfecta como a esa edad se podía ser, arriesgándonos con escapadas y permisos, con llamadas a escondidas y con ese amor que nadie podía quitarnos. Mi primer amor, la historia más bonita de todas. Esa historia que en mi vida no ha finalizado y me hace tan feliz el tenerlo conmigo aun, el poder llamarlo amigo, el que jamas podrá ser superado porque así lo quiero. Simple, es mi compañero de aventuras, aquel al que jamas dejare de amar y estar incondicionalmente como él lo es conmigo.
Conforme crecí conoci al chico que se volvería mi rebeldía, perseverancia, arrogancia orgullo y en fin, el perderme a mi misma. El increíble amor que se presenta a los mejores amigos, y vaya que es cierto que el enamorarte de un amigo es la locura más grande y de las pruebas mas fuertes que este tema presenta. Pero así fue, ahí estaba yo, ahí estaba él, formando la historia más dramática, hermosa y al mismo tiempo dañina. Envueltos por el paso de los años, los enredos de la vida y el apostarlo o dejarlo todo. Fue aquella historia que me hizo conocer los limites del actuar por una persona, las expectativas tan altas y el aprender a sanar y perdonar que con el paso del tiempo se volvió más sencillo. Aunque nunca se definió como una de mis relaciones, si que ha sido la más apasionada hasta hoy, que no caracterizo como un error, ya que me hizo la persona que soy , y si que me siento orgullosa y agradecida de todo.
Aquí es donde mi palabrerío se corta, pues no se ni como denominar a la locura que me envolvió en el paso de un mes. digamos que fue de esas veces donde el amor a primera vista quizá si exista y hasta ahora no tengo explicación, pero era alguien capaz de silenciarme totalmente, alguien del cual me enamore de como sus ojos contaban una historia mas allá del presente, alguien que por alguna razón me hacia querer estar todo el tiempo presente con el cual sin él se ma hacia complicado respirar. Inició todo por una chela, quien lo diría, al menos jamas lo olvidaré. No se que paso, solamente me atrapo, quizá fue lo diferente, lo emocionante y arriesgado que podía llegar a ser, era algo a lo que no estaba acostumbrada, un corazón roto como el mío al que quise sanar, pero en lugar de ello fue el mío el que amaneció reparado. No se si fue amor o no, pero vaya que me hacia feliz, y aunque fue breve sin lugar a dudas fue lindo. Lastima que no se jugo con las mismas ganas de ambos lados y que en lugar de hacerme bien, paro dañándome más de lo que estaba dispuesta a soportar, fue ahí cuando di por acabado todo. Y si que lo lamento, ya que esta fue la segunda historia de mi vida que no se determino como relación, que no llego a ser, pero quizá ambos nos ahorramos muchas cosas, quizá así debía ser y no cambiaria nada, porque esas noches de música e historias llenas de sueños, locura y sentimientos puros han sido de mis mejores noches, no las borraría por nada. Había algo en el, algo en nosotros que aun no descifro, unas ganas de solo parar el tiempo y a veces querer consumirnos con un solo beso.
Y ahora, iniciando una nueva etapa donde esperaba que todo se mantuviera en calma simplemente conozco una nueva sonrisa que me encanta, que me enloquece por su pureza y timidez que demuestra. No sé, quizá es ese misterio detrás de él lo que me envuelve en querer desenmascararlo. Pero no daré detalles de esto, porque no se ni lo que será, pero sea lo que sea ya se volvió parte de las anécdotas, si es que pueden llamarse así.
No se a donde me llevara la vida dentro de los planes que ya he hecho, pero de lo que estoy segura es que: es a esto a quien debo todo, porque quizá no soy una persona perfecta, pues nadie lo es, pero sin duda que he aprendido a ser mejor. De las caídas me he levantado y de los llantos he aprendido a tener una sonrisa más fuerte. No se como será mi chico ideal o si lo he conocido o aun debo hacerlo. Tampoco quiero apresurarme o simplemente cerrarle las puertas por el miedo. Quizá ya estoy lista para amar y entregarme, o quizá aun no estoy dispuesta a hacerlo. Solo quiero confiar, vivir día a día y como siempre dejarle la tarea a la vida de que esta me sorprenda como suele hacerlo.
A ti amor de mi vida, cuando te encuentre te contaré mi gran historia, y se que te encantara como a mi me encanta hoy en día. Que te sentirás orgulloso así como lo estoy, y claro, que espero tenerte cuando sea el momento. Gracias por ser aquello que buscas y te prometo que estoy haciendo mi mejor trabajo por ser aquello que espero, ósea tú. Nos vemos cuando la vida lo desee, mucha suerte. Ama, vive y disfruta, que yo aquí estaré.
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Estoy herida y rota
Qué te digo si no queda más que el reconocimiento de tu estupidez, o según tu; conquiste, reto o aumentarte el ego.
Iniciamos tan dulce, tan lindos y casuales. Más de algo no me olvide y fue de suponer que tu volverías a tus viejos caminos.
Oye, estoy en clase, ¿para qué me llamas? ¿No te das cuenta que no quiero hablarte? No quiero tenerte más en vida, quiero alejarme lo más posible hasta de tu conocimiento perderme.
Estoy aquí, sentada y escribiendo como si un mañana no existiera. Como si todo el universo en un instante se detuviera, y déjame decirte que te pienso y al mismo tiempo se vuelve de nuevo mi ironía y reconocimiento.
Ojala y créeme que si te deseo, te encuentres bien, seas capaz de preservar eso que tanto quieres y puedas de nuevo renovar todas tus ideas sobre el amor y lo que esto si representa.
No quiero que suene a amargura o egoísmo, es solo que entiéndeme y hablemos con simplismo.
Me asusta el hecho si, de ver como tú conoces cada vez más sobre mí. ¿y por qué yo de ti no he llegado a saber? ¿qué acaso algo escondes y no quieres darlo a conocer?
Ya me canse de este fracasado carrusel, que no gira más y al mismo tiempo no se es capaz de detener.
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Escribamos aquí nuestra breve historia, abstengámonos al decir que no somos mas que un simple cliché, porque si mi amor, eso somos.
Esta es la historia tuya, la historia mía. Historia iniciada en un salón de niños y concluida en aquel desierto de esperanzas.
Tu y yo no fuimos mas que confusión, esa ironía entre el amor y amistad representada en fracaso. Pues, tanto mis ilusiones como tus retos, nos representan en esta batalla tan vigilada por amor y desastre del destino.
No quiero apresurarme a sacar conclusiones, no quiero decir que mi teoría sea la correcta, ni mucho menos quiero decir que aquí tu fuiste el lobo del cuento.
Todo inició ese día entrando al salón. Tu con tu sonrisa cargada de amor y burla, y yo con mi mirada de odio y ternura. Osaste sentarte a mi lado y aunque en visto quede, admítelo, con una sonrisa te conquiste.
Así inició esta gran aventura pintada de cuento, quien creería, si de contarla se trata, que no es más que la realidad misma que tú y yo compartimos.
Nos enamoramos, pero esto no fue más que un juego de lujuria, un juego de astucia, mentira y engaño. Ahora que lo pienso quizá por eso era divertido y nos encantaba tanto.
Tu siempre con alguien y yo tan sola, tu tan solo y yo siempre con alguien. Esta fue la melodía que se autoproclamo pasajera, pero no fue más que un engaño para quedarse siempre.
Fue así durante tantos días, hasta que en una pelea un tanto emocional decidimos con esta historia de una vez por todas terminas.
Ahora solo te veo con amigo, por ahí andando. Y no, créeme que de ti yo espero lo mejor, ojala y alcances todos tus sueños, porque si algo me enseñaste fue volar hacia ellos.
Cuídate, valórate, ama y explora.
No te quedes ahí de brazos cruzados esperando a que las cosas pasen, mejor anímate, ve y hazlo.
Y yo, yo siempre aquí estaré de testigo de tu grandeza y de todo lo que en ti me interesa, tu felicidad por ejemplo.
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