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El Grito Mudo

Todos conocemos el famoso cuadro de El Grito, el cuadro de un hombre con la boca abierta y las manos en las orejas, que expresa el horror y la angustia del ser humano. Lo que pocos saben es que ese cuadro esconde un terrible secreto, un secreto que ha causado la locura y la muerte de muchos de los que lo han contemplado.

Desde entonces, el niño quedó traumatizado y mudo, y se dedicó a pintar para expresar su dolor. Así nació el cuadro de El Grito, que reflejaba su impotencia y su sufrimiento. Pero lo que nadie sabe es que el cuadro estaba maldito, y que el hombre de negro era un asesino en serie que se hacía llamar "El Silenciador", y que tenía el poder de robar la voz de sus víctimas. El Silenciador había elegido al niño como su próximo objetivo, y había marcado el cuadro con su firma, una letra S en la esquina inferior derecha.

El cuadro de El Grito ha pasado por muchas manos, y todos los que lo han poseído o admirado han sufrido algún tipo de desgracia o muerte. Se dice que el cuadro está poseído por el espíritu del Silenciador, que busca nuevas víctimas para silenciar, y que solo se calma cuando está expuesto al público, donde puede ver las caras de los visitantes y sentir su miedo. Pero cuando el museo cierra, el cuadro vuelve a cambiar, y el grito del hombre se vuelve audible, mientras que sus ojos se clavan en los guardias y los vigilantes, que a menudo escuchan sus pasos y su risa.

Muchos de los que han trabajado en el museo han sufrido accidentes, enfermedades o suicidios, y algunos han jurado haber visto el cuadro moverse o cambiar de expresión. Incluso hay quien dice que el cuadro tiene vida propia, y que a veces sale de su marco y recorre los pasillos del museo, buscando nuevas víctimas. Nadie sabe cómo detener la maldición de El Grito, ni siquiera si existe realmente. Lo único que se sabe es que su grito esconde un terrible secreto, y que nadie está a salvo de su silencio.

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La Mona Lisa Maldita

Todos conocemos el famoso cuadro de La Mona Lisa, el retrato de una mujer con una enigmática sonrisa que se exhibe en el Museo del Louvre de París. Lo que pocos saben es que ese cuadro esconde un terrible secreto, una maldición que ha causado la muerte de muchos de los que lo han contemplado.

Según la leyenda, el cuadro original de La Mona Lisa fue pintado por Leonardo da Vinci en el siglo XVI, inspirado por una mujer llamada Lisa Gherardini, la esposa de un rico comerciante florentino. Sin embargo, lo que nadie sabe es que Leonardo estaba obsesionado con Lisa, y que la pintó desnuda y en actitudes lascivas, en una serie de bocetos que guardaba en su taller. Un día, el marido de Lisa descubrió los bocetos y, lleno de ira y celos, mató a su esposa y luego fue a buscar a Leonardo para vengarse. Pero cuando llegó al taller, se encontró con que el artista había huido, dejando solo el cuadro de La Mona Lisa, que había pintado sobre uno de los bocetos eróticos, ocultando así su pecado.

El marido de Lisa, furioso, cogió el cuadro y lo arrojó al fuego, pero para su sorpresa, el cuadro no se quemó. En cambio, la imagen de Lisa cambió, y su sonrisa se convirtió en una mueca de horror y dolor, mientras que sus ojos se volvieron rojos y llorosos. El marido de Lisa sintió un escalofrío y, antes de que pudiera reaccionar, el cuadro salió volando del fuego y lo golpeó en la cabeza, matándolo al instante.

Desde entonces, el cuadro de La Mona Lisa ha pasado por muchas manos, y todos los que lo han poseído o admirado han sufrido algún tipo de desgracia o muerte. Se dice que el cuadro está poseído por el espíritu de Lisa, que busca venganza por su asesinato, y que solo se calma cuando está expuesto al público, donde puede ver las caras de los visitantes y sentirse admirada. Pero cuando el museo cierra, el cuadro vuelve a cambiar, y la sonrisa de Lisa se torna malévola, mientras que sus ojos se clavan en los guardias y los vigilantes, que a menudo escuchan sus sollozos y sus lamentos.

Muchos de los que han trabajado en el museo han sufrido accidentes, enfermedades o suicidios, y algunos han jurado haber visto el cuadro moverse o cambiar de expresión. Incluso hay quien dice que el cuadro tiene vida propia, y que a veces sale de su marco y recorre los pasillos del museo, buscando nuevas víctimas. Nadie sabe cómo detener la maldición de La Mona Lisa, ni siquiera si existe realmente. Lo único que se sabe es que su sonrisa esconde un terrible secreto, y que nadie está a salvo de su mirada.