pandragon95 - Tumblr blog

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¿Cumpleños Feliz?

A las 6 a.m sonó el despertador de Gaia, lo apagó y se desperezó con cuidado de no despertar a Caleb. Se levantó de la cama, lo arropó y besó su frente. Salió de su habitación rumbo a la cocina, preparó café y una tostada de pan con aceite y se sentó mirando hacia la venta observando las luces de la ciudad. Empezaba a amanecer cuando terminó de ponerse el uniforme de la cafetería, pegó una nota en la puerta para Liam y se fue. 

La mañana estaba siendo frenética, montones de ejecutivos entraban constantemente a tomar o recoger un café. Durante el descanso, Gaia se sentó a tomar un té en la sala, estaba nerviosa. Debía preparar la comida para los chicos y la tarta, pero si la mañana seguía así tendría que hacer una hora extra. 

Cuando quedaban 10 minutos para acabar el descanso su móvil vibró, era su padre. Lo cogió al instante.

-¡Papá! ¿Qué tal?, ¿A qué hora llegarás?.

-Gaia, lo siento.- su voz sonaba triste- No podré estar en el cumpleaños.

-¿Qué?¿cómo que no estarás?¿Qué diablos ha pasado?

-Hemos encontrado unas ruinas nuevas y debo quedarme.

-¿Qué? ¿Cuánto tiempo?- Gaia estaba a punto de echarse a llorar de rabia.

-Unos seis meses, de momento. 

-¿seis meses?¿Pero tu has pensado en nosotros?

-Claro que he pensado en vosotros, pero es mi trabajo debo quedarme. 

-Tu solo piensas en ti, pero aquí Liam y yo tenemos que rompernos la cabeza para mantener y cuidar a Aidan y Caleb. Nunca piensas en lo que dejas atrás.- en un ataque de ira colgó el teléfono.

Volvió al trabajo con lágrimas en los ojos. Su padre llamó una y otra vez, pero ella se negó a cogerlo. ¿Cómo iba a decírselo a Caleb?¿Cómo le miraría a los ojos?

Amaba a su padre, pero no podía aguantar esto ella sola. Liam y ella compartían el mismo sueño, dedicarse a lo mismo que su padre, pero ninguno podría si no entraba dinero en casa y no es que su padre estuviera mandando una cantidad desorbitada. El trabajo en la cafetería daba para comer, pero no para vivir. 

Continuará...

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Desvelos nocturnos.

La noche estaba transcurriendo sin contratiempo alguno, pero algo en su interior hacía que la chica no pudiera coger el sueño.

Llevaba días intranquila, una sombra se cernía sobre ella y lo que es peor, sobre su familia. Gaia no estaba pasando por su mejor etapa vital, había perdido a su madre dos meses atrás y su padre, sus tres hermanos no levantaban cabeza. 

Dejó sus estudios para centrarse en trabajar y cuidar de sus hermanos, ya que el trabajo de su padre le obligaba a viajar constantemente.

De repente Gaia se asustó al oír unos suaves golpes en su puerta, acto seguido la puerta se abrió y una cabeza rubia asomó por el hueco. 

-Gaia, no puedo dormir.- Su hermano pequeño, estaba demasiado apegado a su madre y ahora le da miedo dormir solo.

-Ven anda- Gaia levantó el edredón y las mantas y dejó que el chico se acurrucara entre sus brazos.- ¿Mejor?

-Ahora si- el chico la miro triste- Siento molestarte todas las noches.

-Caleb, no me molestas. Yo tampoco podía dormir.- Besó la frente de su hermano y cerró los ojos.

Gaia estaba a punto de cumplir diecinueve años, era la mayor de cuatro hermanos. Detrás de ella estaba Liam, que acababa de cumplir diecisiete. El tercero era Aidan que tenía quince. Y por último Caleb, que hoy cumplirá trece. 

Ella sabe que Caleb no puede dormir por lo que supone un cumpleaños sin su madre, ya lo habían vivido un mes atrás con Liam, pero ella no dejaría que fuera un día triste. Caleb cumplía trece años y debía ser el mejor día que el chico pidiera imaginar. Lo había planeado todo, el día antes había comprado ingredientes para hacer la tarta favorita de Caleb, había utilizado el dinero de sus propinas de la cafetería para comprar un regalo de parte de todos y lo más importante, su padre llegaría a tiempo para celebrarlo con él. 

Continuará...

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He cruzado océanos de tiempo para encontrarte.

Drácula, Bram Stoker